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El Puente
¿Qué fuerzas motoras impulsan a un joven
a querer transformar su entorno social?
Sol Giadorou
El Puente2
A Dios Verbo
y a Dios Hombre
Sol Giadorou
El Puente3
Índice
Prefacio 9-2-2009
I parte: Juventud
Introducción
Reflecciones propias
Ideales
Sol Giadorou
El Puente4
Reflexiones finales:
El Amor
Los Ideales
Lo Social
Últimas palabras
Sol Giadorou
El Puente5
Sol Giadorou
El Puente6
Muchas Gracias.
Sol Giadorou
El Puente7
Introducción
Quien sostenga este libro entre sus manos está invitado a dejar
todo prejuicio de lado, ya que esta tinta no habla al intelecto.
Que este libro sea sólo el puente; puente al servicio del lector y
de la Idea, para que quien desee pueda atravesarlo y regresar, para construir
Su propio puente.
Sol Giadorou
El Puente8
I parte
Juventud
Introducción
Los primeros capítulos exponen reflexiones de Erich Gabert y Johannes
Bockemühl. Erich Gabert ha editado “Autoridad y Libertad en la adolescencia”, con
Editorial Antroposófica, y Johannes Bockemühl, “Crisis de la Pubertad”, con la misma
editorial. Ambos ofrecen una mirada del joven en el período de pubertad y rasgos comunes
de la adolescencia. Debido al enfoque antroposófico ellos manejan un lenguaje que quien
no se encuentre familiarizado con tal puede malinterpretar. Consideré adecuado incluir una
breve introducción a los conceptos antroposóficos, y unas palabras sobre la biografía de su
fundador.
Sol Giadorou
El Puente9
Antroposofía
La Antroposofía fue fundada por Rudolf Steiner, quien nació en Kraljevec antiguo
imperio Austro-húngaro, el 27 de febrero de 1861. Gracias a numerosos libros y 6.000
conferencias, dio a la humanidad una cosmovisión de la ciencia espiritual que abarca todos
los aspectos de la vida, el hombre, y el cosmos. Desde la Antroposofía introdujo nuevos
conocimientos en la filosofía, la medicina, las ciencias sociales. Creó la agricultura
biológico-dinámica, una forma de cultivo que respeta en armonía las fuerzas de la tierra, del
hombre y del cosmos; las escuelas Waldorf, educación hacia la libertad; y la pedagogía
curativa, ambas basadas en un profundo conocimiento del hombre. Innovó rasgos de la
arquitectura, hizo aportes en la música, la escultura, la pintura, el teatro, la formación del
habla, y creó la Euritmia, un nuevo arte del movimiento. Dio también las bases para la
renovación del culto cristiano, creando “la Comunidad de Cristianos”.
Tres años después de haber erigido el Goetheanum, que hoy existe como
Universidad libre para el estudio de la Ciencia Espiritual, en Dornach, Suiza. Allí
desencarnó un 30 de marzo de 1925. Desde entonces la Antroposofía es un constante
florecer en diferentes ámbitos culturales, y su obra se ha expandido por el mundo.1
1
Esta biografía fue extraída del libro Teosofía, Editorial Antroposófica en el año 2004, traducido por Juan
Berlin. Teosofía es uno de los libros más importantes escritos por Rudolf Steiner.
Sol Giadorou
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Sol Giadorou
El Puente11
anímico como estructura exterior y el alma sensible dentro de él-forman un todo, y ese todo
es el cuerpo astral. El cuerpo astral es quien permite expresar lo anímico, actúa como
vehículo entre el mundo anímico y el físico, y es común a todos los animales y al hombre,
es decir a los seres que tienen cierta forma de conciencia. El cuerpo astral causa el
movimiento y la posibilidad de sentir, está ligado con las emociones, las pulsiones
instintivas, y también es quien capta las sensaciones del mundo. Este cuerpo astral, que el
hombre tiene en común con el reino animal, se retira durante el sueño, para recuperar sus
fuerzas en el plano astral y luego volver renovado al cuerpo físico, al día siguiente.
Sol Giadorou
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El cuerpo anímico del hombre está compuesto por tres almas que maduran y
adquieren cualidades y son: alma sensible, alma racional y alma consciente.
En el interior del cuerpo anímico se sitúa aquello que vive tan sólo en el hombre,
situándolo en la corona de la creación terrenal y diferenciándolo de los minerales, vegetales
y animales y lo nombraremos como: el Yo. El Yo humano es un misterio velado, incluso
para el clarividente. Mucho se ha caracterizado pero nunca pudo ser definido con claridad
ya que es un misterio que cada hombre devela en sí mismo a medida que evoluciona. El Yo
es la manifestación humana individual, en la cual se impregnan los resultados de vivencias
profundas de la vida terrenal, para su evolución individual a lo largo de diferentes
encarnaciones en la tierra. El Yo es quien trabaja para la formación de cada cuerpo, está
antes del nacimiento, y nunca muere; es lo que queda del hombre cuando su cuerpo físico
se desintegra para unirse a la materia, la fuerza etérica se diluye integrándose en el plano
etérico y sucede algo similar con el cuerpo astral. El Yo, en cambio, es lo eterno en el
hombre. Dentro del Yo vive como germen Humano el espíritu del hombre, que puede o no
manifestarse en él. Este Yo es la manifestación divina o Crística, y vive como posibilidad
de ser expresada para cada hombre. Sin embargo la conciencia humana ordinaria percibe un
reflejo de ese Yo, un yo inferior. El yo inferior depende de la autoconciencia del individuo.
Este yo inferior, reflejo del yo superior, es también llamado ego, es un sustituto del Yo
cuando la conciencia del individuo aún no puede abarcar al Yo. Este Yo vive en el hombre
como germen, y también fuera del hombre en el mundo espiritual, como “estrella guía”. En
su desarrollo evolutivo el hombre va transformando su yo inferior o ego, para lograr que
éste sea penetrado por el Yo. El Yo actúa inconscientemente en el desarrollo del cuerpo
físico, etérico y astral, la autoconciencia es un proceso que se lleva a cabo durante la vida,
es la identificación del yo inferior-ego, con el Yo. Mediante la conciencia del ego el
hombre se autodetermina “yo”, y gracias a la conciencia puede desarrolla cada vez más lo
que percibe en sí mismo como “yo”, haciendo que se torne cada vez más parecido al Yo, es
decir que exprese o encarne cada vez más su esencia verdadera. El Yo no se encarna del
todo en el nacimiento, va penetrando la materia a lo largo de la vida; este proceso está
ligado a varios factores, se percibe como espiritualización de la materia. Esta transición del
yo inferior-ego, al Yo, puede generarse a partir de la autoconciencia, con un trabajo del
individuo sobre sí mismo, y con el desarrollo del hombre para percibir el Yo. El hombre se
vuelve conciente de su Yo mediante la conciencia intuitiva, tal nivel de profundidad es de
índole espiritual, por lo tanto el Yo es quien intenta ligar espíritu y materia, penetra en la
materia para transformarla.
El Yo está situado dentro de las tres almas; el ojo clarividente lo percibe como un
santuario velado, ya que es, por lo pronto un misterio, y nadie puede penetrar el verdadero
Yo ajeno. El Yo se percibe de un color azulado, centelleante, como el azul en la llama de
una vela. El clarividente reconoce que es el Yo pero no puede penetrarlo. Esto que ve es
llamado cuerpo yoico. En su interior, se enciende el miembro espiritual del hombre. El
Sol Giadorou
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espíritu, al igual que el miembro anímico se compone a la vez por tres miembros
espirituales. Sólo un miembro está ligado con el alma humana. Es el miembro inferior del
espíritu, Yo Espiritual, y penetra la región anímica superior: alma consciente, de manera
similar a cómo el alma sensible y el cuerpo anímico forman un miembro en conjunto, el
cuerpo astral. Los dos miembros espirituales restantes están desarrollados en el hombre
sólo como disposición, es decir como objetivo, como germen del ser humano. Fueron
nombradas como: Espíritu de Vida y Hombre Espíritu. Estos tres nombres son la traducción
de lo que denomina la filosofía oriental como Manas, Buddhi y Atmá. Estos tres miembros
se encienden como una llama espiritual en el centro del Yo humano, y son: Yo Espiritual,
Espíritu de Vida y Hombre Espíritu.2
2
Los conceptos e ideas aquí plasmadas fueron extraídas de diversas fuentes, entre ellas la tierra como escuela,
de Roberto Crottogini, Metamorfosis de la Vida Anímica, de Rudolf Steiner, Teosofía, del mismo autor, una
conferencia de Rudolf Steiner sobre la entidad humana, pronunciada en Berlín, 23 de octubre de 1904,
Filosofía de la Libertad de Rudolf Steiner, y conversaciones con maestros y alumnos de la escuela Waldorf
San Miguel Arcángel, y sobre todo lo aprendido en un curso de Antroposofía en la casa Steiner, Donado y
Sucre, con la antropósofa Úrsula, iniciada en los estudios de la Ciencia Espiritual con Hans.
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Sol Giadorou
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Pubertad y Adolescencia
a Marina
y a Martino
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Pubertad
Cada siete años se producen cambios significativos en la vida del hombre. Cuando
hablamos de septenios no nos referimos a algo rígido y estricto sino a ciclos que se
cumplen alrededor de cierto número de años. Quise caracterizar el tercer septenio, de 14 a
21 años, y el siguiente, de 21 a 28, con algunos rasgos generales.
Cuando el niño cambia sus dientes de leche se vuelve maduro para aprender,
desarrolla sus sentidos para la percepción del mundo, de los hombres y de sí mismo.
Alrededor de los 10 años llega a la estabilización del sistema rítmico, porque el latido
cardíaco y la respiración alcanzan una relación: madurez respiratoria. El niño obtiene,
desde su sensibilidad profunda, la capacidad de diferenciar lo bueno y lo malo, lo verdadero
y lo falso, una especie de madurez afectiva. Luego una madurez terrenal, para el encuentro,
para las acciones, con sus revoluciones y cambios; son el comienzo de procesos de
maduración para la adolescencia. De esto se trata la pubertad, el niño reconoce que es
diferente del mundo. En pocos meses “aparece” en él una persona nueva. Ese ser se
experimenta como “joven”, asombrándose de sí mismo. Su cuerpo se transforma y surgen
aspectos notorios que lo diferencian del sexo opuesto. Toma conciencia de la separación de
los sexos, siente que algo falta y surge en él la necesidad de complementarse con el sexo
opuesto. Las atracciones son fuertes y confusas. El joven vive la vergüenza, la culpa, la
desnudez, y empieza a separar la vida interior de la exterior.
En las niñas la madurez provoca despliegue. El cuerpo se redondea, la voz baja una
tercera, con una modulación diferente. Menstrúan. Conquistan un gesto más comunicativo,
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El ánimo lleva a extremos las acciones desbaratadas, impulsivas y sin control, con
estados de desaliento y tristeza. Se mezclan acciones llenas de fuerza y estados de letargia
total. Se es cuidadoso o descuidado con el entorno. Pero todo esto antes mencionado es sólo
una imagen externa, y muchas veces da lugar a confusiones.
En la pubertad, lo anímico llega a tener una dimensión propia, aún sin demasiados
matices personales. A medida que esta vida anímica se va separando de la unión con lo
familiar, adquiere cierta independencia. Da lugar a experiencias nuevas y desconocidas, y
el joven puede sentirse tan desvalido como un recién nacido.
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Algunos impulsos tienden a mirar afuera, todo en el mundo los atrae, los asombra,
pero más fuerte es el gesto de antipatía, que los obliga a separarse del mundo exterior para
explorar el desconocido mundo interno. Esto es necesario para que la persona pueda
desarrollar autonomía. La antipatía y la simpatía se manifiestan como gestos primordiales
del encuentro, de la relación yo-mundo. El joven tiene la necesidad de entregarse al entorno
y regresar a sí mismo para aprender a equilibrar estos impulsos, pero generalmente cae en
algún extremo. Entregarse al mundo de los otros (exceso de simpatía), eliminando las
barreras entre el exterior y su individualidad. Este gesto provoca una búsqueda
desenfrenada de placer, deleites y gozos; una dependencia enfermiza (drogas, fiesta, sexo,
alcohol, televisión, viajes, deportes extremos, arrebatos de ira, enamoramientos, Internet,
entre otros).
El otro gesto está relacionado con la fuerza de la antipatía; el joven puede retirarse
del mundo con la nueva capacidad reflexiva, evitando así los encuentros y las experiencias,
con actitudes rencorosas, destructivas, o de aislamiento. Si en la niñez no pudo desarrollar
debidamente la unión cariñosa con el medio ambiente, las fuerzas de antipatía suelen surgir
con mayor énfasis durante la adolescencia . “La fuerza de antipatía, cuya misión era la de
causar la independencia en equilibrio con las fuerzas de simpatía formadas con
anterioridad, domina el campo”. Esta fuerza, además de todo el daño antes mencionado, es
uno de los orígenes de los problemas sexuales. El exceso de las fuerzas de antipatía, debido
a la debilidad afectiva puede producir también el anhelo de dominar a los demás, de ejercer
el poder, y genera en él la sed de percibirse a sí mismo a toda costa. “El poder que se ejerce
sobre los demás sirve de espejo para la auto percepción”. (Erich Gabert).
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pudor surge como membrana separadora, como envoltura protectora de todo aquello que
empieza a germinar en la interioridad del alma. Erich Gabert describe: “la emancipación y
desprendimiento de las anteriores conexiones anímicas con el medio ambiente y con los
demás hombres”. Rudolf Steiner llama a este suceso “nacimiento de lo astral, de lo anímico
en el hombre”.
Las fuerzas de antipatía tienen también otro gesto: cuando el adolescente se dirige
hacia el mundo nota que las cosas se han distanciado, puede percibirlas ahora con mayor
claridad. Algo en él se despierta. La anterior unión cariñosa con el mundo era inmediata,
íntima pero brumosa y poco consciente. Antes estaba en el mundo ahora frente a él. El
joven puede más que vivir el mundo; ahora puede contemplarlo. Sólo al tomar distancia de
lo exterior es capaz de adquirir la capacidad de juicio. Con esta nueva facultad prepara las
bases de su futuro pensamiento creador. Elabora la representación, tiene algo frente a sí.
Gracias al enfrentamiento el adolescente podrá vislumbrar la claridad en su conciencia
adulta.
Sol Giadorou
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Adolescencia
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La principal fuente teórica para el capítulo del Septenio del Cuerpo Astral, fue el libro de Roberto
Crottogini, “La Tierra Como Escuela”, Errepar.
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En el polo metabólico motor -parte inferior del cuerpo físico- nace el cuerpo astral.
El primero tiene que ver con el pensar (quietud, calma, reflexión), el segundo con lo
instintivo (acción, movimiento, reproducción). Contienen la parte superior del hombre y la
parte inferior: pensar e instinto son dos manifestaciones humanas.
Sol Giadorou
El Puente22
educación juega un papel importantísimo. Descubrir la verdad es casi una necesidad para el
joven, y el desinterés resulta atrofiante para su futuro.
A partir de los catorce años el cuerpo astral puede vivenciar el mundo circundante,
y la vida anímica del joven está impregnada de deseo y sensaciones. El deseo puede
transformarse en interés, y éste impulsar sus búsquedas. El interés logra convertirse en
amor, y el amor es capaz de metamorfosear el conocimiento en sabiduría. Surge la
conciencia sexual: cuando se libera el cuerpo astral, a los catorce años, no se emancipa en
su totalidad del organismo. Se libera una parte, y la otra penetra el cuerpo etéreo aún más.
La parte liberada es experimentada como vida anímica. La otra parte, más compenetrada
con el cuerpo físico, determina el crecimiento de los órganos genitales. Estos comienzan
con sus funciones, y si bien su crecimiento es inconsciente, los jóvenes toman conciencia
de la zona. “La conciencia en los genitales es la base de la conciencia en la sexualidad”
(Crottogini). En el animal no existe la sexualidad como tal; tan sólo está ligada a la
procreación, el animal termina su desarrollo en la “pubertad”. En un sentido el joven púber
es comparable al animal: puro instinto; en lo que a lo sexual comprende. Sin embargo la
importante capacidad de tomar conciencia le otorga oportunidad de transformar y dominar
los impulsos “animales”. En esta etapa no se determina el proceso sexual; el adolescente es
aún esclavo de sus impulsos; con el tiempo aprenderá a dominar las fuerzas que posee, para
luego emplearlas en el estudio secundario, universitario, el trabajo y la familia.
Este poder sexual nace en el polo metabólico motor y con voluntad y conciencia
asciende hacia el polo neurosensorial, impregnando las diferentes áreas de la vida del ser
humano.
Sol Giadorou
El Puente23
Armando ideales
Rudolf Steiner
El adolescente conquista así el mundo de las ideas, donde puede hallar las bases, los
impulsos, para la construcción de sus propios ideales.
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La profundización sobre lo que es el ideal en sí mismo se lleva a cabo en la parte de los impulsos motores.
Este capítulo de ideales en la juventud es una suave introducción.
5
5 En el Idealismo Ingenuo el joven o bien no ve la realidad y vive en el mundo de las ideas, o “está tan
arriba” que no sabe como plasmar o expresar todo eso, y se frustra, sufre, se desilusiona.
Sol Giadorou
El Puente24
En el septenio del cuerpo astral domina el impulso, cuya dirección va desde adentro
hacia afuera. El mundo entero clama para ser conquistado y transformado. Es un período
donde muchas veces la lucha interna se exterioriza. El equilibrio de estas fuerzas
centrífugas logra restablecerse mucho después de los veintiún años.
Cuando el “muro” del mundo cariñoso del segundo septenio, como capullo de
mariposa, se agrieta y cae, el joven se enfrenta con la “dura” realidad y quiere conquistarla
desde sí mismo. Desea, más aún, necesita, imponer sus ideales al entorno; sus propias
normas. Así comienza a volverse activo a nivel social.
Esta estrella alumbrará y dará la fuerza, indicará la dirección del camino. La imagen
del ideal como estrella fue inspirada en diversas conversaciones con tres maestros y en
vivencias propias. Creo que ilustra con claridad el sentimiento de idealismo crítico.
Crottogini dice “este ideal no debe ser una meta tan elevada que produzca depresión
por lo inaccesible.” Yo pienso que ahora, en la adolescencia, el joven debe tener las metas
más elevadas y caminar con los pies en la tierra. Si bien cuanto más me elevo en lo ideico,
menos consecuente me vuelvo en mis actos cotidianos, o más difícil me es plasmar el ideal
en la tierra. De eso se trata: buscar el ideal más puro que podamos concebir en el mundo de
las ideas, y traerlo (bajarlo) a la tierra. Que impregne cada acto cotidiano, que influya lo
más posible en mis costumbres; el ejercicio de sostener un ideal es una lucha constante y
necesaria. Entre esta batalla y el ideal mismo nace la fuerza que me permite a mí realizarme
como ideal viviente. Si bien nunca llego a ser estrella es el no dejar de caminar lo que me
da la fuerza. Si bien la estrella sigue lejos es luz en la noche que me permite seguir
corriendo. Y quizá en este andar consciente sólo a mi mismo me acerco.
Nada más transformo algo dentro; (nada más ni nada menos). Por esto pienso que
los ideales son vitales en el adolescente.
-7En este ejemplo el joven ve que el ideal no se plasmará concretamente. Es el llamado Idealismo Crítico.
Sol Giadorou
El Puente25
apunta alto;
firme y fija,
en esa estrella.
7
¿Qué se encarna en nosotros? ¿Encarnamos el ideal? ¿O la virtud de ese ideal? Ya se profundizará en el
capítulo del ideal como fuerza motora.
8
El camino no es el ideal, pero va hacia él. Hay sólo un punto de encuentro entre ambos y soy yo, ¿cómo
manifestarlo?
Sol Giadorou
El Puente26
II parte
Fuerzas Motoras
Para esta parte del trabajo decidí investigar sobre la ira, el amor y los
ideales, ya que en un principio los consideré como posibles fuerzas motoras
capaces de impulsar al joven en sus diferentes maneras de actuar. El fenómeno
de la ira lo investigué en muchos escritos, sobre todo “Metamorfosis de la Vida
Anímica” de Rudolf Steiner. Mucho más leí sobre el amor, mas fue la
experiencia vivencial la base para la última parte del capítulo. El tercer capítulo
de esta segunda parte, Ideales, nació de un trabajo con mi tutor, Gustavo Vega,
sobre ideas ya existentes en el mundo arquetípico.
Sol Giadorou
El Puente27
Ira
La ira puede ser abordada desde diferentes lugares. Tiene en sí misma un aspecto
que puede parecer positivo y ese mismo aspecto, al ser contemplado desde otra perspectiva
resulta dañino a la salud física.
Daniel Goleman ha escrito varios libros sobre el mundo emocional, desde la mirada
de la psicología contemporánea. Entre ellos “Emociones Destructivas” y “La Inteligencia
Emocional”.
Nancy L. Van Palt plantea que “la ira es energía.”11 Ella propone que el individuo,
al tomar conciencia de su ira, logre hacerse dueño de esa energía con el fin de utilizarla
para su beneficio. Nancy L. Van Palt en su libro de auto ayuda recomienda: “Tratar la ira
de manera constructiva… en vez de convertir la ira en un ataque, transforme la energía en
algo que lo beneficie”. Aconseja al lector que se haga responsable de su propia ira, y
remarca que muchas veces una persona culpa a otra de su propia reacción. Ella ejemplifica
con frases de uso corriente como: “vos me enfureces”, “me sacás de mis casillas”, “no me
hagas enojar”. Según la autora, la ira nace de un proceso dirigido por la voluntad y es por
esto que el individuo puede preguntarse: “¿qué se esconde tras mi ira?”, en lugar de mirar
al otro y culparlo de ser su causante. ¿Quién genera la ira? ¿En qué lugar de se lleva a
cabo? ¿Cómo actúa fuera del ser?
Sol Giadorou
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A la vez la ira enajena: quien se ve tomado por la ira puede sentirse fuera de sí;
“sacdo”. La persona puede hablar o actúar de cierta manera en un ataque de ira, y tras el
tormento, niega haber dicho tal o cual cosa o haber actuado de aquella manera. Hay quienes
sostienen que la ira es un método de defensa en dos sentidos; hacia el exterior, ya que al
mostrar ira nos hacemos grandes frente a nuestro adversario, y hacia el interior: ira que no
deja sentir pena, tristeza; ira que tapa el miedo. A veces la persona se incendia en ira para
no sentir el dolor profundo de la pena. La ira tiene una cualidad de fuerte presencia, de
imponerse ante algo, alguien; ya sea un ser ajeno a nosotros, un nosotros mismos, o algún
personaje interno débil o indeseable, que nos asusta o entristece.
Cuando el hombre es tomado por la ira, el pensar se anula. El pensar y la ira no son
compatibles, pero cuando todavía no posee un pensar lo suficientemente maduro para
comprender y abarcar una situación, la ira es un motor para la acción. En lo que se ve desde
afuera el ser se hace “presente en el mundo”; pero en lo anímico se pierde en la ira; es
tomado, arrastrado, sin posibilidad de auto dominio, de auto conciencia, de pensar claro. De
este modo la ira “aparece” cuando la autoconciencia es débil. La ira no surge en el ser
humano tras una caracterización objetiva de un hecho o situación; surge de lo más
subjetivo; desde la incomprensión, la imposibilidad de tomar distancia, de pensar.
La ira tiene en sí misma dos gestos que aparentan una contradicción. En un sentido
la ira pareciera estar vinculada con la autoafirmación del individuo en la tierra, y en otro
sentido con la renuncia altruista a uno mismo. Esta polaridad egoísta-altruista que presenta
la ira puede resolverse al ser observada desde la antroposofía.
“Cuanto más rico el yo, tanto mayor la perfección del hombre como hombre”.12 Un
hombre se enriquece y evoluciona, en la medida que su yo se individualiza, explora los
12
Metamorfosis de la Vida Anímica. Rudolf Steiner. Pág. 21
Sol Giadorou
El Puente29
¿Por qué el yo cuando trabaja representa en sí mismo una espada de doble filo?
Imaginemos que el yo está aun desvalido para trabajar sobre los miembros anímicos
del hombre en las dos direcciones que pudimos contemplar. Está inmaduro, se incuba en el
alma sensible, es arrastrado por el mar de pasiones y afectos, simpatías, antipatías, placeres
y sufrimiento.
13
Ibídem.
14
Ibídem.
15
Ibídem.
Sol Giadorou
El Puente30
formando un juicio cada vez más claro, elevando el yo hacia las regiones superiores del
alma.
Si percibo una injusticia del mundo que no responde a mí ideal, si aún mi juicio no
está maduro para darme una idea clara, la ira me sobrecoge; me hace reaccionar ante este
hecho, con juicio sordo, ya que aún no puedo emitir un juicio sereno en la claridad
luminosa.
De la misma manera que el sano egoísmo del yo podía degenerar en egolatría (el
enriquecimiento del yo aspirando solamente a ese enriquecimiento en sí mismo) o en
egoísmo puro o mezquino (enriquecimiento a costa del sufrimiento o empobrecimiento del
otro); de esta misma manera, y esto se debe a nuestra posibilidad de evolución hacia la
libertad, la ira también puede degenerar. Satisface el más perverso egoísmo cuando se
transforma en furia. “Así, la ira debe ser concebida como aquello por lo cual el ser humano
puede elevarse a la disposición anímica de la serenidad.”16
Cuando al individuo lo sobrecoge la ira por una acción injusta, falsa, o necia de su
entorno, el yo quiere afirmarse a lo que está afuera. Cuando el yo se afirma afuera no se
afirma en sí mismo (auto-afirmación). Lo qué está en el hombre choca contra el entorno, lo
que está en su interior quiere enfrentarse al mundo exterior. Sin el noble fuego de la ira, las
injusticias y falsedades pasarían inadvertidas ante el ser humano. Si esto sucede, el
individuo no siente el aguijón del yo; “el yo en su despliegue” 18. La ira lo saca de sí mismo,
lo enriquece, y también lo educa en el otro sentido, el altruismo: la noble ira, al ser
vivenciada, presenta en el ser humano un “amortiguamiento en el sentimiento de su yo”.19
Rudolf Steiner describe que en este momento se produce “algo así como un
desmayo del alma”, y cuanto más es absorbida el alma por la noble ira, más y más sordo se
vuelve el yo. El veneno de la ira es lo que corroe (desmaya) el alma humana. Esa violencia
de ira reconcentrada es la que educa en el altruismo. El envenenarse atenúa, “mata”, el
interés por uno mismo.
16
ibídem. Pág. 25
17
Emociones destructivas. Daniel Goleman. Pág. 435
18
Metamorfosis de la Vida Anímica. Rudolf Steiner. Pág.26
19
ibídem. Pág. 26
Sol Giadorou
El Puente31
Sol Giadorou
El Puente32
El hombre crece y logra a veces depurar sus pasiones. Para esto no puede
esquivarlas, sino abrazarlas, comprenderlas. Desde la pasión misma y su observación y
vivencia profunda puede transformarla; impregnando cada sentimiento, cada impulso, con
la luz de la conciencia. Consigue hacerlo sagrado. En el sacrificio de superar pasiones no
las reprime, no las esquiva. Sólo reconociéndolas puede trascenderlas. Si no las tiene no las
supera. “Sólo puede superar la ira quien antes pudo arder en ira.”20
En este caso transformar la ira significa ascender desde el alma sensible, desde
nuestro arder en la noble cólera, al alma racional y alma consciente. Es entonces cuando de
la ira puede brotar el amor. “En la vida, la ira transmutada es amor.”21
“El yo, educado por la misión de la ira, adquiere la libertad que le permite el
despliegue del amor.”22
20
Ibídem. Pág. 27
21
Ibídem. Pág. 28
22
Ibídem. Pág. 31
Sol Giadorou
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Amor
a Nikolai
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El Puente34
El Amor
Al descubrir en mi alma una fuerte inquietud acerca del amor decidí abordar el
tema por un camino de tres pasos. Primero definí lo que era el amor para mí, basándome
tan solo en impresiones subjetivas y vivencias, antes de leer o ponerme a pensar. Estos
textos no están en el libro. Luego investigué lo más que pude el concepto “amor” para
diferentes individuos y en general. En tercer lugar intenté acercarme a la Verdad desde mi
individualidad tratando de ser lo más objetiva y sincera posible, trabajando para dejar de
lado los prejuicios que enturbian mi alma.
Los griegos utilizaban distintos términos para llamar a las diferentes expresiones
del amor. Una de ellos era “Eros”. Hoy en día se entiende como amor erótico o sexual.
Suele ser llamado “amor de pareja, o amor sexual, o amor genital, o vínculo carnal. En
diversas culturas y cosmovisiones aparecen matices o niveles de amor; muchos autores
mencionan diferencias entre las formas y expresiones del amor. El nombre “Ágape” fue
usado como amor a dios, amor a la vida o amor al conocimiento. “Frater”, el amor de los
hermanos, los amigos. Usando estos nombres para definir los conceptos se puede
profundizar en otras inquietudes: ¿Cómo entra eros en frater y cómo se vivencia frater entre
un hombre y una mujer? Los impulsos sexuales, la sublimación, los niveles, las
intensidades, la libertad.
Algo similar pero más complejo plantea Erich Fromm en “El Arte de Amar”. Habla
del amor como un proceso que requiere trabajo. En su opinión no cualquiera está preparado
para amar y amar no es nada fácil; exige un desarrollo interno del individuo. El autor hace
mención a “objetos amorosos”, entre los cuales describe detalladamente el amor fraternal,
el amor materno, el erótico, el amor a sí mismo, y el amor a Dios. También marca una
diferencia interesante entre un principio materno y uno paterno, refiriéndose al modo en
que el niño ama a su madre y padre; para comparar ambas maneras con el amor a Dios.
Sol Giadorou
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Amor a Dios
Erich Fromm hace un recorrido histórico-cultural donde muestra cómo el amor a
Dios fue evolucionando. En diferentes religiones, Oriente y Occidente la “idea de Dios”
que fue cambiando, el culto a los animales practicado por las tribus primitivas, la
veneración a ciertas plantas, el sol, u otros elementos de la naturaleza. Una “madre” dios
cuyo amor incondicional envuelve y protege. Del mismo modo la madre ama a sus hijos,
incondicionalmente. Si ese amor de dios madre está, otorga a “la persona amada una
sensación de dicha; su ausencia produce un sentimiento de abandono y profunda
desesperación.” (pág. 73)
“Amar a Dios, si usara esa palabra, significaría entonces anhelar el logro de la plena
capacidad de amar, para la realización de lo que “Dios” representa en uno mismo. (…) la
consecuencia lógica del pensamiento monoteísta es la negación de toda “teología”, de todo
“conocimiento de Dios”. (pag. 79)
Amor materno
Lo que Fromm define como amor materno es el amor de una madre por su hijo, o el
que surge por un niño o por alguna persona inválida que requiera ayuda, asistencia. Es
incondicional y tiene que ver con el cuidado y la contención, donde la madre transmite
también el amor a la vida. El amor materno sabe que en algún momento el niño crecerá y
abandonará el nido. Mezcla de resignación sabia, amor profundo y sereno que todo lo da
sin pretender algo a cambio. No estoy diciendo que todas las madres amen así a sus hijos,
Sol Giadorou
El Puente36
tampoco que hace falta ser madre para experimentar de esta forma el amor. Es el concepto
de amor materno. En este deseo de acompañar el crecimiento del niño está la doble
naturaleza de mater (amor materno): Te amo y te dejo ir, si deseo que crezcas deseo que
cuando llegue el momento puedas separarte de mí. Esta es una diferencia grande con el
amor erótico (pareja/eros) o el fraterno (amistad/frater).
Eros desde la fusión casi siempre física con una única persona, amor exclusivo, no
universal. Frater universal; cuando amo frater puedo experimentar amor por la humanidad
entera, al igual que mater.
Amor fraternal
Así que frater es amor básico por cualquier otro ser humano. Fromm habla de un
vínculo basado en el conocimiento del “núcleo” del otro. Llama periferia a los aspectos
superficiales del hombre y plantea que una relación de amor fraterno busca llegar al núcleo.
Sólo así, relación núcleo-núcleo y no periferia-periferia, es posible experimentar la
unicidad, que es la base de la experiencia fraternal de amor planteada por el autor.
Erich Fromm sostiene que el amor erótico tiene una “naturaleza engañosa”. Es de
por sí egoísta, excluyente y exclusivo en el sentido antes mencionado. No es universal. Él
recomienda no confundir eros con el enamoramiento. Amar no es enamorarse o estar
enamorado. Esta confusión tiene que ver con “el carácter engañoso del deseo sexual” (Pág.
62). Cuando digo deseo sexual no hablo del hecho meramente físico, y muchas veces el
deseo sexual no deriva directamente del amor erótico. Por ejemplo la soledad, la angustia,
el querer conquistar o ser conquistado, la ansiedad, la vanidad, pueden estimular o
23
Erich Fromm. El Arte de Amar. Pág 56
Sol Giadorou
El Puente37
identificarse con este deseo. En realidad cualquier emoción suficientemente intensa puede
provocar y fundirse con el impulso sexual. “Como la mayoría de la gente une el deseo
sexual a la idea del amor, con facilidad incurre en el error de creer que se ama cuando se
desea físicamente”24. El impulso sexual puede parecer físico, pero el deseo prevaleciente
que subyace a este impulso, ese fundirse con el otro, ese ser uno, compromete en parte lo
anímico.
Hay otro punto importante que el autor de “el Arte de Amar” expone. La
exclusividad: “El amor erótico es exclusivo pero ama en la otra persona a toda la
humanidad, a todo lo que vive. (…) El amor erótico, si es amor tiene una premisa. Amar
desde la esencia del ser y vivenciar a la otra persona en la esencia de su ser. En esencia
todos los seres humanos somos idénticos. Somos todos parte de Uno; somos Uno. Siendo
así no debería importar a quién amamos.” Habla también de la voluntad en el amor, una
decisión “voy a dedicar mi vida a él/ella” razonamiento que sustenta la “indisolubilidad del
matrimonio”. (¿Será el amor una decisión? ¿Si puedo decidir amar, decidir a quién amo y
cómo, soy entonces libre en el amor?)
Sol Giadorou
El Puente38
Según Erich Fromm el egoísmo es amor a uno mismo, pero, ¿qué es uno mismo? En
capítulos anteriores (amor erótico y amor fraterno), Fromm exponía la posibilidad de un
sujeto para conectarse con la esencia central del otro, y nombraba esta esencia como
“núcleo”. A esta forma de vínculo la tituló “relación central”, (de centro a centro en lugar
de periferia a periferia). Si cada humano “tiene” una parte diferente en su predisposición
caracterológica, personalidad, ego, y algo que es eterno y universal en él, lo más íntimo y
profundo, donde puede realmente encontrar a todas las personas, inclusive a Dios; si
Fromm afirma que solamente es amor un vínculo de relación central, donde el individuo
penetra la esencia del otro, podría preguntarme ¿qué amo en mí cuando afirmo ser egoísta?
¿Me amo, o miro ciertos aspectos, cualidades mías, me regocijo de pensarme, percibirme?
Mejor dicho ¿Qué aspecto mío ama a qué otro aspecto mío? O mejor dicho aún, ¿ama
realmente? ¿Es eso amor? El percibirme a mí misma, que tanto placer genera ¿es auténtico
amor?
Según Erich Fromm para amar primero hay que tener conciencia del “centro”.
¿Quién afirma conocer realmente su esencia sagrada, su punto donde es él y Dios al mismo
tiempo, donde puede encontrarse con toda la humanidad sin perderse en ese intercambio?
¿Quién pudo, aunque sea alguna vez, ser individuo y universo?
Más común es observar que la gente cuando dice yo, nombra un yo cotidiano,
intrascendente, anímico. La personalidad, a veces el cuerpo, las representaciones y
conceptos. Sí, puedo decir: ese “Yo” está en mí pero yo no soy Dios ni toda la gente, ni los
experimento, ni actúo desde esa conciencia, por lo tanto, yo no soy Yo. No soy Yo en ese
sentido del Yo esencial espiritual del hombre. ¿Me amo a mí, amo mi Yo, o simplemente
diversos aspectos caracterológicos, personajes del ego? ¿Es eso un amor verdadero hacia
mí misma? Acá reconozco otra vez esa ilusión que nace desde mi vivencia de lo que es el
Hombre. Creo ser sólo lo que percibo, por lo tanto no hago un camino de auto-
conocimiento. Quizá sea amor: amor al ego, y como el ego es lo que creo que soy diré: yo
soy; y como lo amo diré: yo me amo.
Sol Giadorou
El Puente39
“Amarás al prójimo como a ti mismo” enseña, entre muchas cosas, que si amo al
otro, y en lo que es el otro realmente (esencia) puedo encontrar a la humanidad, me amo a
mí ya que soy también parte. “El respeto por la propia integridad y unicidad, el amor y la
comprensión del propio sí mismo, no pueden separarse del respeto, el amor, y la
comprensión de otro individuo.” (p.66) “…si sólo ama a los demás, no puede amar en
absoluto”. (p.68)25
El escritor se vale de una imagen para explicar que es imposible que un sujeto
pueda transmitir amor a otro si carece de amor propio. Es una madre sobre protectora,
austera y generosa al extremo. Tan austera es que nada quiere para sí misma, “sólo vive por
los demás”. El psicoanálisis lo llama “síntoma de generosidad neurótica”; donde
habitualmente el paciente no sólo no reconoce este síntoma como tal, si no que se jacta de
su generosidad, creyendo que esta es su mejor cualidad humana. Con su capacidad de
disfrute paralizada tanto como su capacidad de amor, intenta transmitir a su hijo la mejor
enseñanza de amor, pero este percibe la contradicción y sufre el efecto. Esto sucede muy a
menudo en nuestra cultura, afirma Fromm. “Ella cree que, a través de su generosidad, sus
hijos experimentarán lo que significa ser amado y aprenderán, a su vez, a amar.” Pero les
ofrece de manera encubierta una hostilidad contra la vida que ellos perciben y aprehenden.
Entonces amar no es querer amar, ya que seguramente la madre hacía sus esfuerzos
por dar amor a sus hijos, pero ¿desde dónde? ¿Es posible dar algo que no vivió en el
interior de uno, transmitir el concepto de amor si no es a través de la vivencia? (Quiero
incubar el amor en mí, buscar y conocer mi interioridad. Desarrollar la capacidad de amar).
¿Y qué relación tienen eros, frater, ágape, mater, el amor a sí mismo? ¿Se dan
estáticos y puros en nuestras relaciones cotidianas o suelen mezclarse? ¿Es sano mezclar,
por ejemplo eros entre los amigos (frater)? ¿Y qué es una pareja (eros) si en ella no existe
frater, cómo sería el vínculo, cuánto (o cuan poco) duraría el matrimonio?
Quizá estas formas básicas de expresión humana del amor estén en constante
cambio.
25
ibídem.
Sol Giadorou
El Puente40
Así como el agua es nube y hielo, sin perder su cualidad de “agua”, así el amor
puede estar más cerca de la tierra o del suelo, de lo divino o de lo humano, incluso de lo
“animal”.
El libro “La Tierra como Escuela” de Roberto Crottogini expone tres de las formas
de expresión del amor antes mencionadas: amor sexual, nombrado amor erótico por Fromm
y antiguamente eros por los griegos; amor fraternal, expuesto en igual término en “El Arte
de Amar”, frater en latín, y amor sublime, algo así como lo que los griegos llamaron
Ágape, y con cierto parecido a cómo era planteado el amor maduro hacia Dios en “el Arte
de Amar”.
“De tal modo, el amor sexual constituiría en sí mismo un verdadero reflejo terreno
del amor sublime, y este último, a su vez, la expresión humana más elevada del amor
divino”. 26
Enamoramiento
Enamorarse no es amar.
Observemos el fenómeno del enamoramiento en los vínculos humanos. El
enamoramiento está, en un aspecto, ligado a la pasión sobre todo en la pérdida de libertad y
como fuerza que impulsa al hombre a buscar el amor.
26
La Tierra como Escuela. Roberto Crottogini. pág. 161
Sol Giadorou
El Puente41
Este estado regalado por los dioses puede durar un instante, dos semanas, tres
meses; y una vez escuché decir que llegaba a durar un año. La duración depende del sujeto.
También observé como en una relación de mucho tiempo el enamoramiento puede surgir
un día y apaciguarse, luego de unas semanas volver a aparecer. Entra en juego la edad y la
madurez de la relación. ¿Cómo alguien logra reconocer en sí mismo el estado de
enamoramiento? ¿Qué efectos tiene sobre el individuo? ¿Cuán libre puede llegar a ser?
No en todos los casos se experimenta de una forma tan extrema y vital como la sed,
mas llega a ser esclavizante, sobre todo si se vivencia en relación con la sexualidad.
Por lo general el enamorado “abre los ojos” a lo bueno; se abre a sí mismo. Los
otros pueden verlo más luminoso, lleno de felicidad; como flotando en el aroma de un dulce
amanecer. De pronto no sólo somos ciegos a los aspectos feos; somos videntes a algo que
está por ser. A lo sagrado en el otro, toda una gama de aspectos luminosos se abre ante
nuestros ojos enamorados.
27
Del enamoramiento al amor, Thomas Hofler pág. 19.
Sol Giadorou
El Puente42
misma; con claras palabras de Hofler: “Las personas sólo están en condiciones de
enamorarse cuando están solas.” Aunque esta soledad esté tapada, disfrazada. Cuando me
enamoro no lo hago desde el Yo. Si estoy fuera de mí desde un principio, sólo puedo
perderme en el otro; no encontrarme en él; como era el caso del amor. Al principio el otro
aparece como espejo de mis virtudes, alimentando mi egocentrismo encubierto de un
altruismo extremo, esto se puede ver en frases típicas del enamoramiento: “te doy todo,
perderme en vos, soy todo tuyo, etc.” En esa polaridad no tiene la posibilidad de centrarse
en la empatía: sentir con el prójimo, desde su Yo; sin perderse. Esta fuerza puede vivirse
como arrebato, como ráfaga que de improviso eleva ambos seres sobre el valle, sobre las
nubes; en la cima del mundo. Durante el enamoramiento se genera un estado ilusorio. Esta
experiencia es un regalo, intenso y efímero como un relámpago. La imagen del rayo puede
expresar lo que sucede.
Cuando una persona toma decisiones en este estado, suele confundirse, ya que su
vivencia es unilateral: “el aspecto de la unión se halla poderosamente situado en el primer
plano de la vida anímica, reprimiendo otros movimientos y representaciones.”28
28
Ibídem. Pág. 17-18.
Sol Giadorou
El Puente43
Hay ciertas características básicas del enamoramiento. Estas pueden darse tanto en
eros, (pan de cada día), como en frater y mater. Puede darse que cualquier forma de amor
tenga su fase de enamoramiento previo. Tengo la certeza de que el enamoramiento en frater
existe. Enamorarse de un amigo/a y que sea puro frater, nada eros. Esto es de mayor
confusión aún. Recurramos a la imagen: Me enamoro, es fraternal. Lo fraterno tiene
también el enamoramiento. No es físico, aunque hay impulso físico del corazón, esas ganas
de abrazar, de ser el otro, abarcándolo en su totalidad. Impulso y búsqueda de un encuentro
de intersubjetividad, unión. La pérdida del borde. La renuncia a uno mismo en pos de otro.
Es una tendencia altruista extrema, querer acercarse hasta penetrar las profundidades del
alma.
En la amistad dos seres son apoyo mutuo. Forman un ser donde cada uno apoya y
sostiene al mismo tiempo, una hermosa entrega. La confianza es total, surge la sensación de
somos uno. Sin embargo, el interés no surge desde el Yo consciente en el centro de cada
individuo; más bien se vuelca en el otro, atraído hacia el nuevo amigo. La fuerza de
simpatía, el interés o curiosidad intensa, la necesidad de compañía y sobre todo eros en
frater, pueden ser el comienzo de una fructífera amistad.
Estas imágenes pueden vivir en el alma de quien está tomado por un enamoramiento
fraterno. Es un impulso donde la libertad se ve condicionada por fuerzas mayores. Como
frater tiene la cualidad de ser más libre que eros, en el mejor de los casos este
enamoramiento fraterno dura menos, y puede aparecer la decisión consciente de conocer al
otro. No hay tanta distancia entre este enamoramiento y el amor fraterno, ya que éste último
es más desapegado. A la vez es más “sano” que el enamoramiento erótico; tanto eros como
el enamoramiento pueden ser unilaterales, confusos y esclavizantes. Si ambos se potencian
la persona tiene casi nulas oportunidades de escapar o tener conciencia de lo que está
ocurriendo. Salvo que sepa reconocer las diferencias y no se encuentre inmerso entre “los
séptuples velos” de la ilusión.
Muchas gracias.
Sol Giadorou
El Puente44
Amor sexual
Es, de los tres, el que más relación tiene con el mundo físico. Los cuerpos, la
materia, los sentidos, la percepción. Lo instintivo, los impulsos, el alma sensible. Sin
embargo es vital hacer la diferencia entre genitalidad y sexualidad. Siendo esta última una
forma de compartir sensaciones, todo lo físico no sólo lo sexual-genital, desde el beso hasta
el apretón de manos, tanto una caricia, un abrazo, una mirada amorosa. La entrega física de
dos individuos, ambos desde sí mismos, experimentando la fusión, y a Dios en ese
encuentro.
En cambio, la genitalidad es una de las formas más pobres del vínculo humano. En
la genitalidad se pierde lo humano. Hoy la “cultura” de lo pornográfico invade nuestra
sociedad viciosa. Sumada al materialismo y al escepticismo, la genitalidad amputa la
belleza espiritual Humana, y en última instancia degrada hasta su belleza física. Un cuerpo
humano, hermosa y perfecta creación divina, se convierte en materia útil, luego en un
objeto generador de placer, un placer que nace y muere en la misma zona (polo-metabólico
motor), resecando los canales de energía, y la capacidad de amar.
Más aspectos de la ilusión del amor son la posesión, la adicción, el vicio al otro, la
necesidad del “objeto amado”, el entregar a la pareja más de lo que uno tiene,o más de lo
que se da a sí mismo. También es frecuente, en eros, la pérdida del sí mismo en el otro, una
total entrega, algo abrumante que envuelve y ciega, fuerza más poderosa que hace del
hombre lo que quiere. La posesión es un aspecto del amor sexual (eros) y tiene que ver con
el poder y con la ilusión. El poder es someter al otro, creerse dueño de él, controlar lo que
hace, hacerse dueño de él. En este caso la ilusión crece poco a poco, a partir de lo que
representamos en nosotros o imaginamos que debemos representar para el otro. Si
idealizamos a nuestro ser amado podemos ir directo a la esclavitud, o frustrarnos mucho al
momentote “caer a la tierra”.
Sol Giadorou
El Puente45
no puede sustentarse y necesitar el lazo de dependencia con el ser amado. A esta relación
enferma Roberto Crottogini la llama amor cómplice. También nombra este hecho como
amor mezquino, otros autores prefieren llamarlo amor egoísta o amor inmaduro, y en todos
los casos concluyen que no es un verdadero amor, o sea: no es amor, pero puede ser
concientemente trabajado, y evolucionar hasta ser vínculo amoroso.
El autor agrega, desde una mirad antroposófica, que la sexualidad tiene que ver con
asumir el rol de varón o de mujer que nos tocó en ésta encarnación, y experimentar la
condición masculina o femenina que elegimos antes de nacer con quienes debemos
compartir nuestro destino en esta tierra.
El deseo sexual puede ser resultado de las fuerzas anímico-espirituales que operan
en el plano físico. Ese impulso que nace en el polo inferior del cuerpo puede ser “llevado a
la luz” por nuestra conciencia, incluso sublimarse.
Esto sucede en el mejor de los casos ya que no todos los hombres deciden pasar por
este proceso. Las influencias de nuestra sociedad nos muestran dos caminos para solucionar
el “hambre sexual”. El de buscar constantemente sensaciones, alimentar los vicios, y en el
Sol Giadorou
El Puente46
libertinaje extremo decirle “sí a todo”; y el opuesto represor: sólo una máscara que intenta
tapar lo instintivo encubriéndolo, negándolo. En ambos casos no es un acto libre. Por un
lado obedece a la sensación inmediata ni bien aparece o ni bien es percibida, por otro lado,
el individuo se somete a una imagen de “lo que es correcto”: un mandato socio-cultural, un
líder religioso, una institución, el estado, o un superior.
En cuanto a eros, nuestra cultura no lo ayuda a establecer vínculos de amor entre las
personas, y en ese nivel pasional todo es muy confuso.
Amor fraterno
Sobre todo el amor que sirve a Dios, que viene de Dios, que Lo encuentra y que Lo
conmueve. Tenemos que llegar hasta el corazón, y para llegar allí, tenemos que actuar. El
amor se demuestra a través de los hechos”.
Siento a frater en el corazón, físicamente algo en mí se abre. Por esta apertura fluye
y se expresa esa energía que es calor, acción, interés genuino hacia el otro. Siento al
prójimo como un hermano, como un igual. Logro trascender los impulsos egoístas, de
placer, o la simpatía /antipatía. Este amor fraterno me hace ir más allá; algo se vacía en mí,
y recién entonces puedo percibir al otro como tal. El calor en el corazón me recuerda mi
existencia verdadera, y es desde allí que me intereso por el otro, buscando trascender los
juicios que surgen en mi alma a medida que penetro su subjetividad. En la unión de ambos
está el amor fraterno, que deja de lado las diferencias subjetivas, los prejuicios y
condiciones, que no prefiere alguna personalidad más que otra; podría decir que frater no se
nutre del ego. El amor fraterno expresa lo que vive en las más elevadas regiones del mundo
anímico.
Sol Giadorou
El Puente47
Si aprendemos a actuar desde el amor, por amor a la acción, no cabría la duda de que
nuestro acto sería “bueno”. Todo lo que podríamos darle al mundo sería acogido con
agradecimiento. Inclusive en la “no-actividad” aparente, estaríamos irradiando amor a todos
los seres (y no sólo los que vemos con los ojos físicos). Aquí es visible la estrecha relación
que un frater puro tiene con el amor sublime. No hay una línea divisoria, frater un día nos
aconseja mirar para arriba y…
Dios. Es que aquí, en el amor sublime, ya no me alcanzan las palabras, por eso, con
mi lenguaje humano lo que logre expresar sonará parecido a frater; nunca suficiente para
este Ágape que trasciende, incluso, el “cosquilleo en el corazón”.
Amor cósmico
Si el amor sexual comprende lo físico, y frater es amor que une a los seres entre sí
desprendiéndose en parte de lo físico-corporal, en el amor sublime este “desprendimiento”
se completa y se manifiesta el amor libremente hacia los mundos superiores, hacia los
ideales. “Es la verdadera luz que se proyecta desde lo alto reflejándose en el amor fraterno
y sexual.”30
Reflexiones propias:
Mucho se mezclaba mi pensar y sentir cuando explicaba textos ajenos y no pude
separar por completo lo leído y lo vivenciado. Usé vocabulario ajeno para plasmar
reflexiones, mas no puedo decir que son propias ya que diferentes maestros me ayudaron a
alcanzar y concebir la idea; y las ideas no tienen dueño.
30
ibídem. Pág. 163
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El Puente48
Hoy
descubrí en mí un puente intermedio entre un frater muy puro y algo un
poquito más, un casi ágape… es que no hay una línea divisoria entre frater y ágape, pero sí
hay algo.
Muy de a poco me vuelvo sensible en los matices del amor. Quise hacer del texto
una vivencia pero para eso necesito ser Yo en la escritura.
“Por supuesto habrá una acción y una palabra que broten desde
las serenas aguas del lago del espíritu. Y así cómo el ojo del espíritu es
capaz de ver lo invisible, la acción del espíritu es capaz de realizar sin
movimiento externo”31
Cuando caigo en la duda, frases así me hacen tomar distancia de esta subjetividad
que tejo, y la comprensión llena mi alma de luz. Hay quienes expresan el amor en sus
textos. Otros autores, sin embargo, dicen muchas cosas, pero como si el amor fuese un
objeto. Describen el concepto de amor que tiene el hombre, es una cosa, una idea, no vibra
el amor en cada palabra. Yo quiero que mi acción y mi palabra broten de las serenas aguas
del espíritu; ¿dónde busco ese lago?
31
ibídem. Pág. 335
Sol Giadorou
El Puente49
Maestros: la sinceridad serena, esa forma que tienen de ser incluso sin palabras,
ellos son en su mirada, en la voz honda, hasta en el aire que mueve su respirar. Son un
ejemplo que camina en mis pasos, son donde puedo mirar un poco más alto y cuando voy
abriendo los ojos veo en ellos, veo la luz que transmiten en sus rasgos, siento irradiar el
amor tan límpido, tan sabio; como si todos se hubiesen puesto de acuerdo en qué es lo
sagrado, y respetando eso impregnaron su vida cotidiana. Ahí veo la luz. No en un
momento fugaz de inspiración, ellos viven el instante, haciéndolo sagrado.
Este amor es uno de los que abre la puerta; como si ágape no fuese un estado donde
yo me vinculo con otro. Más bien en ágape me estoy vinculando con el Todo; con Dios. Si
bien encuentro a Cristo en cada uno de mis maestros, ellos son el sagrado puente, la puerta
que se abre con cautela, los velos sacudidos por un viento... Vivir en sus palabras tiene un
sentido inmenso, cuando puedo vibrar lo que vivieron estoy aprendiendo, comprendida y
cobijada en esa luz puedo ser sincera sin miedo, puedo expresar lo más íntimo y sagrado,
incluso cuando aún no encontré los términos. Y se alegran por mis logros, como si fuesen
propios. Ser aprendiz es mi alucinante experiencia y un amor muy inmenso. Desde frater
hasta ágape. Frater en el encuentro humano, ágape en el vínculo divino donde nos
desvinculamos uniéndonos al cosmos. Mis maestros me llevan de paseo: “hay algo arriba
nuestro, Sol” “Yo quiero buscarlo.” Hay, más aún, ahora hay que volver, de a poco, Sol…”
para que pueda estar acá y allá; al mismo tiempo. 31-5-06
Sol Giadorou
El Puente50
AmorLibre
En su libro “El Arte de Amar”, Erich Fromm expresa la relación de hombre con el
concepto amor, no el amor en sí mismo. Describe cómo el hombre llega a experimentar el
amor, este “objeto perceptible”. Entonces surgen ciertas inquietudes: ¿por qué amar? ¿Por
qué el amor, qué me hace querer buscarlo, qué se despierta en mí y en la gente? ¿Dónde
nace el interés por el propio centro o el ajeno? ¿Amar me satisface en algo, transforma mi
personalidad… sólo por eso? ¿O busco experiencias nuevas, sensaciones placenteras,
expansivas, místicas?
En la medida que sus actos responden a algo dictado fuera del Yo, ya sea interno o
externo, no es él quien está eligiendo. No es libre en su decisión de amar.
Sólo puedo ser libre en la medida que elijo desde el amor. Únicamente realizo esta
acción porque la amo. Soy Yo quien ama.
Sol Giadorou
El Puente51
Hablar de amor como si fuese una sensación en mí sería extraer la idea materialista
del amor. Un amor de pensamientos muertos. Ante este hallazgo ya no puedo seguir
escribiendo como antes: ¿qué es el amor? Ahora, en cambio, digo: ¿Quién es el Amor?
Nunca voy a olvidar la primera vez que percibí al Amor como un ser. Caminaba por
las calles del otoño de mi barrio, hilando pensamientos sanos, y escuché cómo mi pensar
dialogaba con alguien. “Puedo hablarle al Amor”.
¿Cómo pude pensarlo tanto tiempo como una “cosa”, un algo?… rebajarlo hasta
creerlo un sentimiento, al principio. Algo humano, nuestro, por y para nosotros, entre los
hombres; decir yo amo y creer que es mi amor el que estoy dando. ¡¿Mi amor?! Estaba
errada, nunca me perteneció nada, y menos este Ser inmenso.
Amor, te invito una vez más. Puedo albergarte en mi alma, expresarte sobre todo en
la palabra; te regalo, Amor, mi palabra. Para el mundo, para mí; para lo que Soy en Vos.
Amor, quizás veamos sólo tu sombra, creyéndonos amantes, los Hombres.
Amor, gracias por este regalo, unión Humana, unión Divina, unión del Yo.
Amor. Cada aspecto de mi vida, cada esfera de mi ser, cada vínculo que entablo,
que sostengo; desea, quiere, elige, ser reflejo mismo de tu esencia,
Y transformarse en puente.
Dios;
Yo te agradezco. 31-5-06
Sol Giadorou
El Puente52
AmorMutuo
Mi sinceridad
Un amigo dijo: “Sé sincera con lo qué sos, y escribí.
Sé sincera con Vos, y separá; sé sincera con el Mundo, y
entregá sólo lo necesario.Se sincera con tu Escritura y
pensá cuál es el Verdadero sentido de tu
Trabajo Anual”.
Por amor al hecho; no puedo escribir de Amor sin amarlo. Amo la palabra, el verbo
cuando expreso con el alma, con todo mi ser. Amor. Con él, y en él. Ser espíritu de Amor.
Estamos dialogando…
Amar al Amor y obrar en él; amar al Amor y verlo en el mundo. Desde, por y para.
Sol Giadorou
El Puente53
ahora no puedo ver. Penetra y llega a expresarse en el espíritu mismo, para poder vivir en el
mundo. Soy consciente sólo un instante, donde llego a Ser Dios; y a la vez sangre,
de Amor.
Sol Giadorou
El Puente54
Ideales
A Juli y a Pablo
Sol Giadorou
El Puente55
Eidos
Para intentar describir lo que percibí encontré la palabra Eidos. No sé bien cómo
era utilizada anteriormente, ya que he leído casi nada de filosofía. En este texto puede ser
plural-singular, femenino-masculino, como lo que describe, Eidos no es forma fija.
En la antigua Grecia los seres humanos tenían un vínculo diferente del que tenemos
ahora con la esfera ideica (mundo de las ideas o los arquetipos). Ellos notaban la diferencia
entre una representación en el pensamiento y una idea. Estaban familiarizados con este
mundo espiritual y sostenían que cada idea era un ser; lo llamaban Eidos. Los Eidos eran
los “seres ideas”, cada uno un arquetipo; eran sus dioses.
Mucho antes de Grecia la humanidad también tenía una relación diferente con estos
seres arquetipo. El Hombre podía verlos. A medida que la humanidad evolucionaba
(encarnaba más y más en la materia) necesariamente se iba separando de este mundo
espiritual donde las ideas tenían formas visibles. Ya en Grecia comenzaba la búsqueda de
estos llamados Eidos, filosofía, amor a la verdad, a la sabiduría. Esto nos dice que la esfera
ideica ya no era visible, y era necesario buscar para poder tener una noción del mundo de
las ideas. A través de la filosofía muchos griegos pudieron vivenciar en el alma estos seres.
Inclusive en la edad media el ser humano podía tener un vínculo con estos seres
espirituales, a través de una vivencia anímica.
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El Puente56
ellos no podrían haber dicho “tengo una idea,” ya que habrían querido decir, estoy
encarnando un dios, el arquetipo “árbol” está en mí. La forma de la idea del árbol, su
expresión en la materia, es un árbol, por lo tanto los griegos, al vivenciar, al captar una
idea, no se creían dueños de ella. Y así como el árbol que ellos observaban con sus ojos
físicos (percepción), respondía a una ley espiritual que le daba sustento, cada objeto tenía
su dios, su arquetipo. También sabían que no todos los dioses (seres ideicos, leyes) se
expresaban entre nosotros materialmente, como el árbol. La justicia, por ejemplo, no era
mesurable con los sentidos físicos, sin embargo ellos reconocían donde se expresaba este
ser espiritual y donde no.
Orientaré un ejemplo muy sencillo. Así como detrás de lo que vemos como árbol y
reconocemos como justicia existen Eidos que son leyes espirituales vivientes, en la
matemática hay una idea viva detrás de cada concepto abstracto. Muchas veces sólo
podemos ver la parte muerta de esta “idea”. Los griegos hubiesen dicho, la sombra de la
idea. Esta sombra es la representación que me hago de un número; por ejemplo el dos.
Puedo dibujarlo así: 2. Pero puedo reconocerlo como ley, y en el momento que esto sucede
comprendo el sentido de la dualidad, y comienzo a ver como esta ley se expresa en lo que
me rodea (dos ojos, sí y no, blanco-negro, femenino-masculino, etc.) también puedo notar
que no todas las leyes responden a todos los órdenes. Algunos Eidos pueden ser
reconocidos en los objetos, otros en la matemática, y hay algunos que se encuentran más
arriba, ya que los Eidos tienen su propio orden jerárquico. Platón afirmaba que estos Eidos
de mayor orden jerárquico se encontraban más cerca del Sol, y que respondían a un orden
armonioso y amoroso, ya que eran seres del bien. Los seres del mal, o los malos
pensamientos-ideas, no respondían a orden alguno, y entre ellos reinaba el caos, la
desarmonía; podían estar en cualquier lado, inclusive entre los hombres. Por otro lado un
pensar humano tenía la capacidad de crear una idea; esto significa ser co-creadores de
realidades, poder dar a luz (concebir) un ser ideico. Por eso no consideraban bueno tener un
mal pensamiento; éste daría a luz un ser maligno, que rondaría sin orden ni obediencia,
influyendo de forma negativa en el mundo, en su progenitor, y en el pensar de las gentes.
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El Puente57
esfera, del mismo modo que el ser que subyace al árbol no estará al nivel del arquetipo
Justicia.
Así como hay muchos Eidos que pueden expresarse en el mundo exterior al hombre,
en el mundo de la materia, ya sean naturales o ideados por él; existe una esfera que sólo
puede se vivenciada en el hombre; interiormente. Existen seres idea que necesitan al
hombre para expresarse en la tierra. Ellos no tienen expresión material propia (como árbol
tiene un árbol y tenedor un tenedor). Cuando los griegos accedían a este mundo y se
relacionaban con uno de estos seres espirituales superiores, entablaban vínculo con un
ideal. Justicia, por ejemplo, nunca aparecería caminando por el templo, y sin embargo el
griego podía, por medio de su actuar en la tierra, obrar con justicia; elaborar un juicio justo,
inclusive reconocer la justicia en el acto de otro ser humano. Pero no estaría reconociendo a
La Justicia como ser espiritual en este acto sino su expresión en la tierra, su producto, su
sombra, su influencia. Este inmenso ser espiritual que es la Justicia no podría encarnar en
un hombre; ningún cuerpo humano podría contenerla, sin embargo hay algo de Ella que
llega al mundo y al hombre por nuestro actuar. Llega al mundo sólo por medio del hombre.
Imaginemos una flauta traversa que sopla una hermosa melodía. Esta música fluye a
través de nuestro cuerpo, penetrando la piel, el pabellón auditivo, haciendo vibrar alguna
membrana… Las ondas sonoras siguen un recorrido específico, hacen proceso en nuestra
alma. Entonces podríamos pensar: estoy escuchando una flauta traversa; sí, no hay duda
que es una flauta traversa lo que hay aquí. Pero ¿fue acaso la flauta traversa quien penetro
mi oreja para pasear por el pabellón auditivo, hizo retumbar mi membrana, para llegar a
estacionarse en un pliegue del cerebro y en el alma misma? No fue la flauta en sí, pero yo
pude vivenciar su música. Ahora, si escucho la misma música pero desconozco que en el
aula de al lado alguien está haciendo sonar su instrumento, como ya conozco cómo es el
sonido de una flauta traversa, podré afirmar: sí, éste es el sonido de una flauta traversa,
desconozco dónde está la flauta, pero sé que proviene de ella. De ningún modo podría
negar la existencia de la flauta traversa. Tampoco negaría que esta música es producto de su
existencia. Si jamás escuché el sonido de una flauta no tendría herramientas para afirmar de
dónde proviene la música, y esto sería para mí un misterio, y aunque crea que es el viento
en las cañas de bambú y alguien me diga que así es, en el aula de al lado seguirá sonando la
flauta traversa con la misma música.32
Hay jerarquías, y los Eidos pertenecientes a la esfera superior son los que
corresponden a los ideales del Hombre. Es necesario que reflexionemos sobre la relación
entre el Hombre y la esfera de estos seres espirituales “de alto rango”, que no pueden ser
percibidos con los sentidos físicos y no obstante son reconocidos como “la música de la
flauta”. También debemos considerar la relación que entablaba un hombre de la Antigua
32
La imagen: “la flauta no entra en vos, sí su música”, es aplicable al ideal: el ser ideico no encarna en vos,
pero sí su cualidad, su virtud. También que quien no sepa o conozca el ser no podrá reconocer la virtud, o la
verá pero no sabrá que es resultado del ser ideico.
Sol Giadorou
El Puente58
Grecia con este mundo espiritual de Eidos, y el vínculo que existe entre el hombre moderno
(o posmoderno) y los seres espirituales. El hombre de hoy, ¿tiene una vivencia anímica de
los “Eidos”? ¿Es necesario para que pueda experimentar este mundo, el separarse de lo
anímico?
Otra pregunta que intentaremos responder en los siguientes capítulos es: ¿qué
relación tiene la vivencia griega de Eidos con la vivencia que puede tener un joven actual
con respecto a los ideales?
Hoy en día parece ser poco común entablar vínculos con estos seres ideicos. En el
hombre actual no es algo que pueda darse naturalmente, como en los tiempos antiguos.
Ciertamente hay muchos factores que nos impiden tener vivencias plenas de los Eidos,
¿Podemos notar a simple vista algo que nos limite el poder tener una vivencia plena del
mundo ideico?
Sol Giadorou
El Puente59
Cuando el tenedor aún no existía, un hombre tuvo que crear la idea y al darle vida
con su pensar pudo construirlo en la materia. Al crear una idea de tenedor, su pensar hizo
un trabajo diferente a la mera reflexión sobre algo existente en la naturaleza. Su pensar,
hasta entonces, podía reflexionar sobre los objetos dados. Tras la contemplación del árbol
lograba formarse un concepto de árbol. En realidad, no tenía una relación directa con el ser
espiritual, la idea árbol. El concepto muerto que alcanzaba con el pensar era una sombra de
este ser ideico. Creer que el concepto árbol es la idea viva árbol sería escuchar la música de
la flauta y creer que es flauta.
Sol Giadorou
El Puente60
ley viva que se expresa en las dualidades de la existencia. Lo primero pertenece a una
esfera anímica del pensar que está ligado al alma racional. Este pensamiento es la sombra
de los Eidos, el cadáver intelectual del pensar vivo, y es frío, abstracto. Un exceso de esta
actividad de reflexión racional produce un resecarse del alma. Y aunque entendamos
racionalmente que el dos aparece en lo que nos rodea, (día-noche, femenino-masculino,
etc.) seguiría siendo una reflexión.
El prensar por el cual tenemos vivencia de los Eidos es el pensar intuitivo. Este
pensar vivo se anticipa a la idea: primero es necesario ver (intuir) la idea para comprobar
luego su expresión en el mundo. A estas ideas se llega con el pensar intuitivo. Cuando el
hombre capta la idea, los fenómenos que en su vida resultaban incomprensibles, comienzan
a explicarse con claridad.
Sol Giadorou
El Puente61
El Eidos Actual
Es muy común escuchar a alguien decir: “tengo una idea; hoy comeremos pizza.”
Esto puede contradecir el concepto de idea (ser del mundo ideico) o bien afirmar que hoy
en día el lenguaje ha cambiado. Por lo general la gente usa palabras como “idea” y
“pienso”, para describir fenómenos que en realidad no son pensamientos ni ideas. Hoy,
cuando hablamos la palabra idea o ideal, solemos darle un sentido propio, subjetivo, que
tiene más que ver con el sentido de la frase, que con la palabra en sí. A veces creemos que
la idea es nuestra que somos sus dueños o inventores, y nos sorprendemos al escuchar un
contemporáneo planteando un razonamiento similar al nuestro, quizá sean diferente las
palabras pero la idea es la misma. La idea no era nuestra. Las ideas captadas con un pensar
intuitivo son universales y verdaderas para todos. Podemos ver que una religión llega a una
verdad espiritual, y al contemplar otra práctica religiosa notamos, a veces en palabras muy
diferentes, la misma Verdad espiritual.
La separación del ser humano con el mundo espiritual es parte del proceso natural
de individuación del hombre. A lo largo de la historia, el hombre se fue separando del
mundo espiritual, encarnando en la materia, investigando lo sensible. El hombre moderno
logró un gran desarrollo del mundo físico. También tuvo lugar el pensar creador, donde el
hombre se anticipó en la idea, logrando crear desde el tenedor y la flauta traversa hasta los
más avanzados aparatos tecnológicos. Fueron ideados por y para el hombre. A medida que
en el hombre crecían las posibilidades de un pensar creador, más y más seres humanos
tenían la posibilidad de ser artistas, inventores. Lo mismo sucedía con respecto al pensar
reflexivo: hoy en día cualquier persona es apta para realizar un trabajo de investigación
teniendo las herramientas necesarias (educación, recursos, conocimientos sobre el tema).
Hoy, lo que no se sabe se aprende. Lo mismo sucede con un pensar intuitivo. En la
actualidad no suele ser herramienta de común investigación, pero al igual que un pensar
reflexivo, puede ser desarrollado en el hombre, y aprehendido por él, de un modo similar a
como el matemático ejercita su pensamiento lógico. La diferencia está en los impedimentos
y la dificultad, ya que es necesario que el ser humano pueda separarse de múltiples
bloqueos y limitaciones para experimentar el mundo de las ideas.
Sol Giadorou
El Puente62
Existen muchos factores que nos impiden tener vivencias plenas de Eidos. Aquí
observamos el alma, cada uno su propia alma con mirada sincera; ¿Cuáles son los factores
limitantes que reconocemos a “simple vista”? ¿Qué vive en mi alma que me impide tener la
clara capacidad del pensar vivo, de la intuición del mundo arquetípico de las jerarquías más
altas?
Sol Giadorou
El Puente63
Tres Almas
Ya en la Antigua Grecia, el filósofo Platón, supo reconocer que existían diferencias
en las funciones del alma humana. Él enseñaba sobre tres almas.
Sol Giadorou
El Puente64
Factores Limitantes
Es posible relacionar lo que sucede en cada esfera anímica con las vivencias del ser
humano, con las leyes arquetípicas. En cada círculo del alma existen cualidades que
bloquean el desarrollo del pensar intuitivo antes mencionado, y, por lo tanto, una vivencia
plena del mundo ideico. Reflexionando sobre las posibles trabas reconocí que los factores
limitantes no son los mismos en el alma sensible que en el alma racional y consciente.
En el alma sensible son los impulsos y las pasiones, las necesidades básicas
urgentes33, los deseos, la simpatía y la antipatía, las emociones y el egoísmo.34
En el alma racional existen otros bloqueos, lo que no nos permite cultivar el amor a
la verdad y a la certeza, como el escepticismo, el apego al materialismo, cualquier creencia,
los esquemas mentales y bloqueos, las trabas de la lógica, unilateralidad o dualidad de
pensamiento, raciocinio rígido, inflexible, frío. Exceso de reflexión abstracta,
intelectualismo. Especulación de crítica negativa, destructiva y pensamientos negativos,
laberintos oscuros por lo que creemos que son ideas, fijeza en una “manera” de pensar, y la
ambición de más conceptos para uno mismo, ósea, el conocimiento con fines egoístas.35
Así como existen factores limitantes en el alma, también viven cualidades anímicas
que al ser desarrolladas o cultivadas, acercan al hombre a concebir el mundo espiritual.
33
No se puede pensar con mucha hambre
34
Estos fueron sólo los que yo pude reconocer. El impulso Luciférico tiene íntima relación con los factores
limitantes del alma sensible.
35
El impulso Arhimánico está relacionado con los factores limitantes del alma racional.
Sol Giadorou
El Puente65
En el alma consciente el gesto es distinto. Desde una libertad del Yo, el hombre
puede entablar la relación amorosa con los Eidos. El sentirse parte de un equilibrio, y así
asumir las responsabilidades y compromisos, ya que los Eidos necesitan de nosotros y una
vez que los intuimos no podemos ser inconsecuentes con ellos. Entonces autoconciencia,
para obrar en la tierra lo aprehendido en la esfera ideica. Intentar llevar adelante el ideal,
siendo consecuentes.
Hoy reconocemos que el hombre está “más lejos” de Eidos que el griego, no
obstante, realizando un trabajo anímico tiene vivencia de los seres ideicos gracias a la
intuición que desarrolla. Si bien es bueno considerar la relación que entablaba un hombre
de la Antigua Grecia con el mundo espiritual de Eidos, y el vínculo que existe entre el
Hombre moderno (o posmoderno) y los seres espirituales, hay que diferenciar al
adolescente actual del hombre adulto. Otra pregunta que intentaremos responder en los
siguientes capítulos es: ¿qué relación tienen los Eidos que el hombre podía vivenciar en la
Antigua Grecia, con la vivencia que puede tener un joven actual, con respecto a los ideales?
Sol Giadorou
El Puente66
Eidos-Joven
Enla Grecia Antigua la humanidad atravesaba una etapa en la cual el pensar
racional comenzaba a despertar y si bien ya no tenía el mismo vínculo con los Eidos,
todavía el individuo podía abrirse al mundo espiritual con facilidad.
El joven actual sano realiza un proceso similar al del hombre griego. En pleno
desarrollo del alma sensible, como un rayo, el pensar se eleva de pronto, penetra el mundo
ideico, y “baña” al joven de un fuerte idealismo. Muchas veces el joven se enamora del
ideal, el Eidos que intuye, al tener una experiencia tan intensa, y a la vez fugaz, como el
rayo.
La nueva posibilidad del pensar que se abre en el adolescente le permite estar más
cerca del mundo espiritual, de los arquetipos. Este “rayo de luz” en la “tormenta” es quien
permite al joven tener ideales y es que su pensar ha madurado lo suficiente para que esto
sea posible. El joven tiene en sí mismo la capacidad de relacionarse de una manera
particular con las leyes del mundo espiritual. Es un repentino despertar a un mundo que ya
existía en él, pero de otra manera: sin conciencia, “durmiendo”.
Sin embargo, al mismo tiempo sufre otro tipo de vivencia, que, en el alma sensible
sería factor limitante para un pensar vivo, y a la vez el alma racional aún no tiene las
herramientas necesarias para penetrar el mundo ideico con total lucidez. Es curioso, ya que
el joven se encuentra sacudido por los bruscos cambios anímicos, pleno proceso del alma
sensible, -cambios similares ocurrían al adulto griego, y, al igual que ellos, en el joven
existe una predisposición natural a vivenciar la esfera donde viven los arquetipos de las
jerarquías superiores, los ideales.
Sol Giadorou
El Puente67
verdaderos aspectos divinos en el otro, todos, incluso los que aún no se han desarrollado en
el ser. Cuando “la oscuridad” regresa recuerda que en el compañero existen aquellos
gérmenes escondidos y son tan altos y dignos de amar que lo impulsan a conocer al otro, a
buscarlo realmente, a amar.
De esta manera el joven atraviesa una suerte de enamoramiento del Eidos, su ideal
se transforma en lo único importante y desea, imperioso, plasmarlo en el mundo a toda
costa, inclusive, a veces, de su propia vida.
Tras haber sido “tocado” por la intensa luz del rayo, el joven vuelve a la oscuridad,
pero algo en su alma es diferente. Dentro de sí ha despertado la sensación de que hay “algo
más”; todo un mundo no perceptible a los ojos físicos, no obstante tan verdadero como
cualquier certeza. En la mayoría de casos, de manera no consciente, recuerda una esfera
que conoció, que siempre estuvo. Los ideales son, entre la oscuridad de la tormenta y el
pleno desarrollo del alma sensible, recuerdos del mundo espiritual.
¿Es este el proceso habitual en un joven o nos encontramos frente a una juventud
“dormida”? ¿Qué ocurre con los jóvenes idealistas; y los que parecen no serlo?, ¿dónde
reflejan la cualidad adolescente de idealizar? ¿Qué es la idolatría con respecto a la falta de
ideales verdaderos? ¿De qué manera quedan en el alma del joven las representaciones de la
vivencia espiritual con los Eidos? ¿Puede recordar esta vivencia con conciencia o es un
proceso inconsciente para él, posible sólo de reconocer en la adultez, haciendo una
retrospectiva de la vida?
Sol Giadorou
El Puente68
Perseval
Una segunda imagen puede acompañarnos en esta descripción sobre las reacciones
del joven en la tormenta, y diversas actitudes que puede tener frente al rayo de luz y a la
vivencia intensa, pero efímera, del mundo espiritual. Es la historia de Perseval; un muy
bello relato medieval donde un joven llamado Perseval o Parsifal, mediante sus aventuras
de explorador y caballero, ilustra procesos que pueden verse en la biografía de un joven
sano. Tras recorrer bosques, ríos y llanuras, haber vencido a caballeros y dragones, Perseval
se encuentra ante un castillo exuberante, y entra; tiene 18 años. Sentado está el anciano que
sufre, y una mujer entra en la sala, portando el Grial. Perseval no comprende nada en
absoluto, mas tampoco sabe qué preguntar. A la mañana siguiente nadie le dirige la palabra,
y él se marcha contrariado, aislado aún sin comprensión. Momentos después el gran castillo
desaparece. Perseval vaga por los bosques, crece, aprende, se enamora, y la vida se va
desarrollando. Él nada recuerda del castillo, o del Grial, sin embargo, cuando forma parte
de los caballeros del Rey Arturo, una horrible mujer aparece, y lo maldice por no haber
“hecho la pregunta”. Entonces, muy dolido, abandona la sala de caballeros, y comienza a
merodear, sin rumbo… Llega el día en que enfrenta al gran Feiferiz, y tras días enteros de
lucha, se reconocen hermanos entre las charlas. Hijos del mismo padre. Perseval se vuelve
a encontrar ante el majestuoso castillos del Grial, y al entrar por segunda vez posee los
elementos para formular “la pregunta”. Gracias a su actuar correcto -preguntar-, libera al
anciano Rey del sufrimiento que lo acogía, transformándose él en el Rey guardián del Santo
Grial. Vive con su esposa Conwiramur y su medio hermano Feiferiz en el majestuoso
castillo, custodiando sabiamente el Santo Grial.
Sol Giadorou
El Puente69
Inesperadamente el castillo se yergue ante él por segunda vez, cuando ya es adulto y está
preparado para hacer la pregunta.
Está dentro del sano proceso, que el joven pueda alejarse del castillo, y olvidarlo;
continuar respirando, aprendiendo, y, septenios después, de una u otra manera, la vida, Dios
o el destino (el Yo superior de cada uno), hacen resurgir el mismo castillo en el momento
indicado.
Es una fuerza espiritual tan poderosa que no puede dejar de erguirse, por segunda
vez, en la biografía del ser humano. La persona puede ser consciente de la fuerza espiritual
del castillo, como también puede seguir adormilada, ya que si no pudo intuirlo en la
adolescencia, difícilmente podrá abrirse a él en la adultez.
En la segunda aparición del castillo, el caminante tiene las herramientas para tomar
conciencia de que está ante el castillo, con toda la magnitud que esto implica, y además,
elaborar “la pregunta” correctamente.
Sol Giadorou
El Puente70
Si es posible percibir que “lo sano” sería entrar en el castillo, reconocerse ante algo
inmenso, inabarcable, para luego olvidarlo, hay que aceptar que no es lo habitual. Hoy el
joven no tiene ninguna conciencia del Grial. Sus ojos ya no ven la luz del rayo; y apenas,
quizás, puede escuchar el trueno. No todos los jóvenes “duermen” ante el mundo espiritual
(castillo), ante un ideal (Grial). Pero también debe ser graficado un rasgo habitual presente
en la juventud actual.
Al no tener conciencia del relámpago, del castillo, o del grial mismo, posa su
mirada sedienta de ideales, en la primera figura que encuentra, creando idolatría.
¿Qué lugar ocupa un ídolo en la vida del joven que no encontró su ideal? (por
ignorar el Grial, me compro el vasito de plástico).
Sol Giadorou
El Puente71
materialismo modela hombres que responden muy bien a sus demandas de derroche y mano
de obra, modela ejércitos enteros de esclavos del sistema.
Inmenso poder tienen las fuerzas que mueven a los jóvenes a no tener ideales. En un
punto se encuentran obligados inconscientemente a encontrar ídolos, en cuanto no son
libres de elegir lo que realmente aman.
Sol Giadorou
El Puente72
respecto a los ideales, tendrá sus frutos en otro momento de la vida: cuando el castillo se
haga visible por segunda vez. Cuando el hombre tenga las herramientas necesarias, volverá
a ingresar al castillo y se hará custodio del Grial. De un proceso sano en la adolescencia
dependerá que pueda reconocer el castillo en el acto, o que deba ser golpeado por los
truenos de la vida hasta que levante la cabeza… o muera cabizbajo, esclavo de las fuerzas –
internas y externas- que atentan contra la individualidad, contra el desarrollo de los
aspectos Humanos y, por lo tanto, contra la concepción de los ideales.
Ahora bien, nada fue dicho de la tercera forma, escasa pero existente. Esta reacción
del adolescente frente al castillo tiene un parecido con la primera forma, mas encierra una
diferencia. El joven queda profundamente movido por lo que puede vivir en el castillo, está
más despierto que en los dos primeros casos, y su experiencia espiritual es nítida. Se
percibe ante el Grial y siente su magnitud, asimismo sabe perfectamente que no puede
tomarlo, ya que en su alma aún no se han desarrollado los elementos para hacer con él algo
digno y útil para el mundo. Sabe muy bien que debe esperar el momento y esto puede doler
en un punto, ya que entre sus ideales y el mundo hay un abismo. Si el joven es sensible,
puede frustrarse, pero algo dentro de él lo mantiene firme, haciéndole saber que todavía no
es su momento de “cambiar el mundo”. El castillo se presenta tan nítido en su vida que
puede tomar conciencia de dónde está parado. Al tiempo que algo nuevo se abre para
siempre, sabe que la vivencia del castillo no es eterna, y el “rayo” de luz iluminará por un
tiempo, para esfumarse luego. Este es el joven que ya no puede olvidar el Grial, ni el
castillo, ni todo lo que pudo ver a la luz del rayo. Sabrá salir del castillo, no para dormirse,
ni para olvidarlo luego, sino para buscar las herramientas necesarias, para aprehender más y
más del mundo y de él mismo, “¿Dónde se necesita mi Grial?”-puede preguntarse, o
“¿Cómo acercar más gente al castillo?”
Este joven busca la verdadera luz desde el momento en que el rayo se desvanece; y
prefiere que así sea, porque en el caminar aprende.
Sol Giadorou
El Puente73
Si Perseval ilustraba el joven del pasado, el sistema forma el joven del presente, el
tercer caso del joven idealista habla del futuro.
Sol Giadorou
El Puente74
III parte
Lo Social
Sol Giadorou
El Puente75
Por esta misma razón nace una fuerte demanda social. Imaginemos una balanza,
sube más y más en lo antisocial y precisamos de alguna manera encontrar la forma de
equilibrarla. Necesitamos buscar conscientemente qué podemos poner para mantener el
equilibrio, para seguir desarrollando en nosotros lo antisocial. Buscar la forma para que
fuera de nosotros pueda crecer lo social y que no sea algo que disfrace nuestro propio
egoísmo. Es difícil hacerse una imagen de lo que estoy poniendo. A mí me costó mucho.
Pero realmente, ¿dónde estoy mirando cuando ayudo a alguien, cuando en mis ideales
intento plasmar lo que es mejor para el mundo, cuando lucho por un bien común? Quizás
creo, desde mi punto de vista, que lo que hago responde a las necesidades de los demás.
Aquí reconozco uno de los errores más grandes y peligrosos. ¿En qué me baso para decidir
qué necesita el otro? ¿Por qué pienso que lo que yo creo que necesita es lo que realmente
necesita? Estoy imponiendo ayuda, casi sin mirarlo. Desde mi personalidad encuentro algo
que creo bueno, entonces pienso que todos lo necesitan. No contemplo realmente la
necesidad del otro, no estoy siendo social.
Puedo ser social solamente si dejo mi subjetividad de lado para escuchar lo que el
otro necesita. Y para esto no puedo generalizar, porque cada individualidad encierra un
mundo de necesidades diferentes. Entonces el vinculo hombre a hombre es importantísimo
para el desarrollo social. Este interés genuino por el hombre se pierde cada vez más, debido
a los impulsos antisociales que crecen, y para balancear lo antisocial también crece la
necesidad de lo social. Aquí hay algo muy erróneo y frecuente; el querer llegar a lo social
combatiendo lo antisocial. No tiene sentido. Sería combatir la evolución humana en vano.
Entonces: afirmar que todos tenemos las mismas necesidades es en un aspecto egoísta, ya
Sol Giadorou
El Puente76
que ayudo al otro desde lo que yo creo, lo que yo pienso, lo que yo necesito, sin en verdad
contemplarlo. No puedo intentar transformar algo social en masa, ya que estaría perdiendo
el vínculo hombre a hombre tan necesario. No puedo contemplar al otro sin primero
encontrar en mí el interés genuino por el otro. Necesito estar en silencio para escuchar.
Necesito vaciarme para que algo entre. Ese algo es la imagen de lo que el otro es. Por eso
es necesario eliminar el prejuicio, lo subjetivo. El otro ya no puede ser para mí, el obrero, el
boletero del tren, el policía que cuida la calle, etc. Hay que separar al individuo de lo que
hace, por eso tampoco puede existir la clase social como era vista antes. Cada persona es
íntegra, individual, y sólo al objetivarla en nosotros podemos ver qué es lo que realmente
podemos darle. Muchas veces la representación que me hago del otro se ahoga en lo
subjetivo: simpatía o antipatía. El otro no es más que un me gusta, no me gusta, me da, no
me da, es bueno/malo porque me hace sentir tal o cual cosa. Y eso es el otro para mí,
entonces ¿estoy viendo al otro o viendo en mi representación del otro lo que él produce en
mí? Lo que me da o no me da.
Cada vez es más difícil contemplar al otro. Rudolf Steiner nos cuenta que “existe la
tendencia latente de que en la comunicación social un hombre adormece al otro”.
Adormece en el sentido de que mi personalidad tiende a callarse cuando sigo el hilo de lo
que la otra persona expone. El impulso social en este sentido solamente se desarrolla
cuando la persona duerme. El impulso, recordemos, es como un instinto. Surge
inconscientemente para ser llevado a la luz en nuestra vida consciente. A no ser que seamos
clarividentes o hayamos desarrollado algo que nos permita tener impulsos sociales estando
despiertos, tendemos a vivenciar la relación con el otro desde el ensueño. “…para realizar
la estructura social de la humanidad existe una continua tendencia a dormirse.”
(R.Steiner.4)
Hay en nosotros un impulso que actúa sobre este dormirse. No podemos ir por la
vida quedándonos dormidos cada vez que nos vinculamos socialmente con otro.
Necesitamos la fuerza contraria para mantenernos despiertos, y ésta reafirma nuestra
personalidad, es un impulso antisocial.
Sol Giadorou
El Puente77
evolutiva. Hay que encontrar una estructura social que sea realmente social. Lo que hoy
llamamos sociedad no es social, ya que se pierde lo fundamental del gesto social: se pierde
el vínculo hombre a hombre. Desaparece el interés verdadero por el otro, se esfuma la
conciencia en las relaciones. El otro es ajeno, desconocido, distante. Es un algo que me da
placer, displacer o indiferencia. Nuestra sociedad crea abismos entre los hombres. Lo
egoico necesita ser una tendencia interior; necesita también un contrapeso para poder
desarrollarse. Una estructura social donde el hombre sea contemplado como individuo, y no
como fuerza de trabajo/tiempo/poder adquisitivo. (Perdón que repita varias veces este
concepto, es que me es difícil transmitirlo, y ser clara. Pienso que como a mí me costó
mucho armar esta idea, quizá a otro le cuesta entenderla, y no quiero ser malinterpretada).
Entonces sería antinatural luchar contra la naturaleza antisocial que hoy en día se
desarrolla como impulso dentro del ser humano. Más bien habría que buscar todo lo que
está fuera del individuo y hacerlo social. Instituciones, sistema, estructura, organizaciones.
La estructura social queda entonces ajena al hombre. Ya los hombres no pueden ser
divididos en clases. Eso fue quizá necesario en otra época, pero hoy no, los hombres no
pueden estar clasificados.
¿Cómo podemos construir un sistema que responda a las necesidades genuinas, que
contemple al otro realmente, que equilibre nuestros impulsos antisociales?
Muy común es que la gente intente elaborar proyectos sin primero investigar la
relación entre los social y lo antisocial, sin preguntarse primero ¿qué es social? Al no tener
en cuenta esto caen en el error, tiene buena intención, pero no es social.
A veces es una ilusión creer que estoy cambiándole la vida al otro, y que lo estoy
haciendo por el otro, además siento ese calorcito de la buena acción de hoy, me hace bien
(a mí me hace bien darte). Es egoísta y está bien que así sea, pero no caigamos en la ilusión
de creer que ese amor benevolente (o de beneficencia), en palabras de Steiner “es un amor
encubierto por uno mismo”. Claro que existen obras de beneficencia en las que se
contempla al otro pero no creo que sea lo más frecuente.
¿Entonces qué podemos hacer? Ya que lo natural es el impulso antisocial hay que
cultivar lo social para que de verdad surja en nosotros el interés por el hombre. Un deseo
auténtico de ocuparnos del otro.
Otra cosa que podemos hacer es ser conscientes del lugar que ocupamos en el
sistema, en la sociedad por ejemplo en el momento de comprar algo. ¿Sale tanto más barato
porque están explotando a alguien? Si compro es mi forma de decir sí, acepto. Formo parte
del sistema, apruebo el trafico de… , la soja transgénica, la invasión publicitaria, fomento la
explotación de niños, los fertilizantes en mi verdura químicamente “mejorada”, la sal
yodada; podemos elegir conscientemente qué aprobamos y qué no. Podemos dejar de
ignorar todo lo que hay detrás de ese billete de 100. Estamos comprando trabajo humano.
Sol Giadorou
El Puente78
También podemos luchar contra la ilusión. Buscar sin miedo qué es real en lo social.
Esforzarnos por pensar cómo actúa la fuerza social y antisocial en nosotros, tenerla presente
en la vida cotidiana; experimentémonos. Uno se duerme frente al otro y este otro adormece
a uno. Según Goethe este es el “fenómeno primordial de la ciencia social”.
9 mayo 2006
Sol Giadorou
El Puente79
Reflexiones Finales
A mis Maestros
Sol Giadorou
El Puente80
Amor,
quién eres…
Estos seres trabajan para que el Amor sea posible, como los diferentes empleados de
una fábrica: trabajan en conjunto, mas tanto el repartidor como el jefe son necesarios para
realizar el objetivo.
Cada uno opera en el ámbito que le es afín y se encarga de tareas específicas; ellos
tres son, sirven y hacen al Amor.
Eros es la fuerza de este Ser, que opera en el plano físico. Eros fue mal etiquetado
en capítulos anteriores como “amor sexual”, debido a una confusión que reside en la actual
búsqueda de placer y en la pérdida de la capacidad de nombrar. Los griegos tenían otro
nombre para el amor sexual: “sexus”. Entonces Eros…
Eros, servidor del Amor, trabaja en el mundo a través del ser Humano y trabaja en
el hombre desde el plano etérico, de vida. Allí construye un vínculo que va desde el hombre
hacia el entorno, y sobre todo, hacia otro individuo. Él es quien despierta, casi siempre, el
primer interés. Puede aparecer como enamoramiento, curiosidad, admiración. También
provoca en el hombre interés hacia lo bello, como el arte, la naturaleza, o una persona.
Atracción. Eros puede vivir en la amistad o en el nacimiento de ella; es un primer impulso a
querer conocer al otro.
Sol Giadorou
El Puente81
El Amor es todos: Eros, Frater y Ágape, y al considerar una parte separada del resto,
deja de serlo.
Entonces, Eros sólo es Amor al ser considerado parte de un todo, como principio de
una búsqueda. Eros, en su proceso de trabajo con el Hombre al construir el puente,
reconoce que en algún momento debe pasarle su lugar a Frater para que él siga trabajando
en lo anímico, ya en otro plano, profundizando el vínculo.
Si son tres quienes construyen el puente, el tercero tiene que ver con el puente
mismo. En un momento del proceso amoroso, el puente comienza a subir hasta “llegar a
Dios”. Por esta vivencia Ágape fue nombrado “amor divino”.
Los encuentros humanos de esta cualidad son eternos. Dos seres tocados por Ágape
quedan vinculados de una manera especial y profunda.
Sol Giadorou
El Puente82
Amar
Viendo al amor como una trinidad, amar es vincularse con Ágape, trabajar con él, a
la vez para él y en él. Si amar es trabajar para él, el Hombre también ama en la búsqueda
del amor, en Frater, incluso en Eros. Si la búsqueda es una decisión consciente, un impulso
del Yo, al buscar al Amor, ya se está amando.
Es en este ida y vuelta donde Eros renace, renovado. Este proceso realmente
transforma el mundo, tanto espiritual como material, y al Hombre, unión entre ambos
mundos.
Un hombre sólo es Hombre en la medida en que es Libre. Sólo puede ser libre en la
medida en que actúa, siente y piensa influenciado por sí mismo. El actuar desde el Yo es
impulso de Amor. Actúa libremente cuando lo hace sólo por amor al hecho. Ama hacerlo, y
lo ama porque es bueno, bello y verdadero.
Sol Giadorou
El Puente83
Eidos,
quién eres…
El individuo percibe las ideas en el mundo espiritual así como percibe a Ágape.
Este camino de intuición ética es individual y libre. El ideal, la forma de dar vida a la idea
en el mundo es también individual. La idea, universal.
Sol Giadorou
El Puente84
La Transformación Social
Si el joven aún no posee conciencia del Yo, los cambios “sociales” que produzca en
su entorno le ayudarán a conocerse a sí mismo, a autoafirmarse en el mundo como
individuo.
Maquillaje espiritual
Maquillaje espiritual es un buen título para describir el cambio que radica en la
ilusión de lo social. Al aparecer en ciertos jóvenes transforma: no el mundo, pero sí a ellos.
Los jóvenes pueden producir cambios superficiales en el mundo externo, quién no quiera
mirar más profundo, confundirá el maquillaje espiritual con transformación social.
Sol Giadorou
El Puente85
A los Jóvenes
Las herramientas son individuales. Tienen que ver con la parte esencial y con la
vocación. Un joven en su búsqueda no está solo; recibe la ayuda del mundo espiritual en la
medida en que se abre como cuenco, y se deja penetrar por la Luz.
Otra búsqueda individual está en el trabajar para el Amor. Cada uno encontrará la
forma de “traerlo” al mundo en el hacer cotidiano, y también tiene que ver con la vocación.
Por último, para que este proceso sea posible, el niño necesita una educación que lo
forme íntegro y le permita desplegar y reconocer sus cualidades intrínsecas. Una educación
que con Amor y Libertad lo ayude a formarse como Ser Humano.
Sol Giadorou
El Puente86
Últimas Palabras
Águila Negra
A Gustavo
Sol Giadorou
El Puente87
Saltando alto pude percibir ideales de las jerarquías superiores. Como chispa en la
tiniebla, el rayo ideico iluminó ante mi incertidumbre el magnífico universo (convirtiéndola
en certezas). A través del proceso encontré palabras para lo que en el pensar intuía.
Encarnando leyes encontré sentido a lo que conocía y a lo que me inquietaba: al ideal, al
mundo de la materia, al espíritu, a la vida, al Amor, incluso al Hombre y a Dios.
Todo tenía sentido cuando al final volvía a unirse en mi alma, cuando en mí vivía la
conciencia del todo. Si puedo llamarlo Dios o “la misma cosa de la cual también soy parte”,
o el Todo, o esencia universal, no importa: es ahí donde todo tiene sentido, mas, ¿para qué
el todo en sí mismo? ¿Cuál es el sentido de ese todo, esa unidad, y por qué? ¿Y más allá de
eso?
Todo lo que conozco, después de este trabajo anual, tiene sentido, pero al
contemplar ese todo, mi alma joven se oscurece, caigo en algo negro, muy profundo:
Tendré que volver, lo cotidiano, paso a paso, aunque eso sólo sea distraerme…
¿Es que en verdad quiero encontrarle un sentido al sentido, o sólo ser parte?
Volver, salir del castillo, separarlo todo en conceptos otra vez, construir el puente
desde abajo.
Si no puedo pararme firme sobre el puente para encarnar la idea, si apenas la intuyo
con saltos, nada tengo para el sentido del sentido. Ni siquiera intuyo si el sentido tiene
algún porqué. Si todo existe para algo, y para algo que no sea el todo mismo, y para que
haya algo más allá del todo tiene que no ser parte, pero… ¡todo es todo!
Sol Giadorou
El Puente88
Esto no es una inquietud por develar, y creo que nunca podré responderme cuál es el
sentido del sentido.
A ver si ahora dejo de lado el Grial y construyo el puente desde abajo, convirtiendo
mi pregunta en Herramienta.
Sol Giadorou