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TENA Teoria tradicional y teoria critica imscéucayde sis (1937) om = MOR KHETNEL, H, istas puede producir en e oF : 4 formacién de sentido inverso a la intetiortzaciSn, Este proceso, Caoubs enthin _ Bums Aino Aaremrbs, 114 10 hace retroceder al hombre a mo 81 aguel primer proceso no lo leva a una forma superior de contribuido muy poco a hacer de realidad general; esa es principalmente Ja tarea de las personas hi en quienes Ia teorfa y la praxis hist6nic i una unidad. En ellos los sea como fuerzas de- yunta acerca de qué es teorfa de acuerdo con el estado de la ciencia, no parece ofrecer grandes dific 61 ite,feoriaequivale a un conj. cainpo de objeios, y esas proposicio- das unas con otras, que de algu- jas restantes. Cuanto menor es os primeros.en coriparacia con las pettecta es dos por su misién er dad, con la ayuda de el transformacién de la reali esa complexién psfquica mas libre, vencién psicolégica, la gran mayoria de los iuchadores y mér- tires emperiados en esa transformacién general, porque el ethos sombrfo, negador de Ia felicidad, propio de una época que desaparece, no puede ya influir sobre ellos, ay que esiar dispuesto a modificarla si al Segtin la teorfa estética de Aristételes, presenciar sufrimientos el material surgen dificaltades. Teori n la tragedia produce un placer.!® Los hombtes se put saber en forma tal. que este se_vielva uti liberando esa pulsibn, la alegrfa de comparur el dolor. La a zat los hechos dé lamaiiera, cacién de la teorfa de Aristételes a la época moderna parece problematica; ha sido —aun por Lessing— reinterprctaca y mente. La fisica experimental cump! ««reelaborada moralmente» en el sentido de la motal idealists catio, que se ocupa de las compras, es decir, entiquece el saber La catarsts por medio del espectéculo teatral, por el juego en aportando material. La tcorfa de la ciencia general, supone una humanidad transformada, in de confeccionar el catdlogo. Sin el catalogo, nadie podrfa sacar provecho de la iblioteca, por més rico que fuera el contenido de esta. «Ese Su validez real Tas poposiciones dedacidas “concierden_con iparecen coniradieciones entre experien- cia y teoria, det Tevisatse una u otra. O se ha observado ricos hay algo que no marcha. De los hechos, la teoria sea siempre aha wes, el papel de Ja fisica matemética: debe efectuar gene- ralizaciones de tal manera que ‘sus resultados titiles sean mayores» 2 Como meta final de la teorfa aparece el sistema universal de la | | | fete eal oe | ciencla, Este ya no st limaita a un ciimpo particular, sino que abarca todos fos objetos posibles. La separacién de lés clenctas ss premisis. El und Hypothere EB. y L. Lindemann, eds., 165 Cap. VI de ta Poétice ‘iencia la bipdtests, Madeid, Eepass: 222 223 mismo aparato conceptual creado pa de la clasificar ja naturaleza viva, ¥ una manejo de ese aparato, es 5 al sistema de signos, el procedimiento proposiciones deducidas con los hecho’ ible servurse de él en is dé esa situacién. “cartes énuncia la decisién de «conducir ordenadamente mis pen samientos, ¢5 decir, comenzar por Jos objevos mas simples y mis féciles de conocer, y poco a poco, gradualmente, por asi decir, ascender hasta el conocimiento de los més complejos, io». Por aproducirs se entiende «ia tania creadora del pensamiento: como dado, tiene que ser posible coi nes a partir de los sistemas te6ricos Ja mater : todas Tas dim: ante ef tes mente pequefio, y precisamente esto serfa su «produccién». El ideal et alcanets un sistema uniter dela vicnta, eonode, rosa én este sentido. ¥ puesto que en el objeto todo se resuel- ‘ve en determinacién conceptual, como resultado de este traba- i9 no se puede ofrecer nada consistente, nada material; la fun- cign determinante, ordenadora, fundadora de unidad es lo tint. 0 sobre fo cual todo ‘teposa, a lo cual tiende todo esfuerzo ién es produccién de 1a unids ‘producto,*° El progreso en I ‘ettad consiste propiamente, segin esta Iégiea, en que, ro escorza de mundo qu se oftece a la contemplacish ico, una parte cada vez mayor sea expresable en la cociente di profesign ia : tro del trabajo, de la actividad histérica det hombr: es puesta en el lugar de ellos. En la medida en que ie oN o uuna sociedad futura, debe efectivamente determinar los acer tc ‘esta. wis_del logos en ctiainto efectiva reali- uuna_utopia_encul ent cia matemética de Ta natutaléza, que aparece como logos eter ‘ho, Sino en la teoria ctftca de Ia sociedad establesida’ presid da por el interés de instaurar uh estado de cosas racional, El modo de consideracién ue afsla actividades y ramas de ac- tividades, junto con sus contenidos | ara 5 verdadero, Ta-coneien eciso traspasat a Se metate tes ales e como resultado de sit propio trabajo, Ja relacién entre los hechos y el ordenamiento 10 CE. H. Cohen, Logik der reinen Entenntnis (L6psca del conoc to puro), Berlin, 1914, pig. 23 y sags. Ceantea at 232 pericidn, También Ia teorid del eonocimiento dominante ha re- Conocido 1a problemética de esa relacién. Siempre se vuelve @ insistit en ef hecho de que los mismos objetos, que, en una ciencia, constituyen problemas de un tiempo previsible, cn otra disciplina, en, cambio, son faceptados como simples hechos. Nexos que en fisica se plan- tean como problema de la investigacién, en biologia se presu- evidente. En fas, sociales ace Su conjunto como algo dado y se interesan por la edificacién -jones entre hombre y naturaleza y entre los hombres unos con otros. Pero la profundizacidn de! cepto de teorfa no ha de rea rencia a la rel tico y los hechos, inmanenie a Ta Ciencia: burgties dante una consideraci6n que ata‘ie, no solo al cientifico, sino al individto cognoscente en general. E] mundo perceptible en su conjunto, tal como estd presente para un miembro wurguesa, y tal como es inter- pretado dentro de tradicional del mundo que se halla en accién ree suma de facticidades: pensamiento ordenador de cad 10 de felaciones sociales, acta que 1 hay. usa diferencia esencial entre tienden a adaptar i posible a las necesidades. Peto i 10 y la socie- dad. El mismo mando que, para el iadividuo, es algo en si pre Sente, que él debe aceptar y consideraz, es también, en Ta for! \ z 0. de la praxis social. gen jimos en torno de nosotros, las ciudades y aldeas, los campos y bosques, lleva en sf el sello de la transfor. 4 lo en su vestimenta y modo de presentarse, en su configuracién y en sit inodo de’ sentir’ son los Kombies un Fesultado'de Ia histo: ino que también el_modo como. ven, yoyen es inseparable sroceso de vida social que seha desa-\ Frollido @ Jo largo de milenios. Los hechos que nos entregan nuestros sentidos estén preformados_socialmente de dos_mo- das: por el cardeter histérico del objeto percibido y por el_ca- HActer histético del Srgano percipiente. Ambos no estén con idos solo naturalmente, sino que lo estén también por actividad humana; no obstante, en la percepcién el individno: Se experimenta e sf mismo como receptor y pasivo. La oposi- 233 Nn m0 que para diente, aque- ividuos, es jen inconsciente y por Jo tanto impropia. existencia del hombre y la propia, hasta ahora, de las ine bln ae fi fisee uae eee » 8e telaciona con el que agu{ planteamos no caps estrechaments. qu ef prableina de Ia pescepcion en ge. luida Ja percepcién. cot dian El aparato sensorial fi- baja desde hace ya tempor en gran jes it direccién que los experimentos fisicos, El {f 1odo como, al observar receptivamente, se s¢paran y se redinen | ffagmentos, como unas cosas son pasadas por alto y otras con | Pusstes de relieve, es resultado del modo de produccion mosce, ngien la misma medida en que la percepcin de un hombre 234 perteneciente a cualquier tribu primitiva de cazadores y pesca dores es resultado de sus condiciones de existencia puesto, también del objeto, En relacié de que ias herramientas setian prolongacione: Seganos fhumanos podria invertitse diciendo que los tganos son tam- bién proton ‘ones de los instrumentos, En etapas més altas| a praxis humana consciente determina in- no solo la parte subjetiva de la percepcién, sino también y en mayor medida, el objeto,JLo que un miem:) bro de Ja sociedad industrial ve’ diat a su alreded casas de departament nos, y n0 solo jos cuetpos, sino también el movimiento en el ‘que’son percibidos desde trenes subterré méviles 0 aviones, este mundo sensible lleva en s{ mismo los tasgos del trabajo consciente, y Ia separacidn entre lo que per tenece a la naturaleza inconsciente y lo que es propio de la Praxis social no puede ser Jlevada a cabo realmente. Aun allt} onde se trate de la percepcidn de objetos naturales como les, Ja naturalidad de estos esta determinada por el contra: con el mundo social y, en esa medida, es dependiente de No obstante, ei individuo percibe 1a téalided sensible como secuencia de hechos dentro de lds ordenemientos con- Pot cierto que también estos se han deserrollado recfptoca con el proceso de vid sociedad, ia subsuncida en el imiento y el de ios objetos se producen, por Jo general, como algo abvio y con notable coinc’ ‘miembros de, la sociedad dada, esta armonfa, tanto entre percepcién y pen- idicional, como entre las ménadas, es decir los idvales cognascentes, no es un s2a0 me poder del sentido comin, del common se Su doctrina, segtin la cual la sensi iva mientras que el entendimiento es + ecémo puede est rehender bajo sus 235 TL —— tesis de una atmonia preestablecida, de un «sistema de pre- formacién de la zezén puran, tesis segtin la cual serfan innatas al pensamiento las mismas teglas por las que se repisfan los objetos, es expresamente impugnada por él.! He aqut la res. puesta de Kant: los fenémenos sensibles estén ya formados por el sujeto trascendental —esto es, a través de una actividad ractonal— cuando son captados por la percepcién y juzgados con conctencia.¥ En los capitulos més importantes de Ia Crt sca de ta rex60 pura, Kant. rat de fundamentar con mayor ién esa «afi sscendentals, esa determnacisn sub: ible, de 1a cual el individuo nada sabe id que suponen, segtin el mismo Kant, principales (relativos al problema que hemos sefia. 10 de los conceptos pu hecho de que él con- 1@ instancia puramente espititu: “te6rica alcanzable en su ‘adtico en el tods, pete oifentado hacia una meta en cada una de sus partes. Dond¢ Hegel ya disctemne Ja, astucia de una ra- z$nobjetiva, ai menos-en alcanzando, la medida en que las etapas previas aisladas pue- ser descables y valiosas en sf mismas —esto es, lo que ellas signifiquen histéricamente para esa idea—, todo eso se ¢ realiza, Este pensar tie {a fantasia, a saber: que una imagen de. desde la me profiodh com prea sent, i pensamientos y_acciones, aun en en que la marcha de las cosas parece de: mento a cualquier doctrine anies que Plintiento. Pero no es propio de es Sospechosamente independiente, sinc lo sla. Dentro de los grupos més avanzada, es ef pensador_te6-,, Te debe impiantar esa tenacidad. Tampoco en esta yredonia la a i el tedrico de Ia clase do- 1 vez luego de penosos comienzos, una po- segura, pata el bendo contr igo o delincuente o bien por un v Ia discusi6n al respecto no queda deci después de su muerte. El significado histérico de su ac no es evidente de suyo; antes depende de que los hombres ha- blen y actien en favor de él, Ese significado no es el propio de una figura histética ya La capacidad para actos de pensamiento exige la praxis cotidiana, tanto en la vida mo en las ciencias, ha sido desarrollada en los hombres conduce aut castigo. Esta forma de comporta- sencialmente en que Ins condicio nes para la aparicién de un efecto, que siempre ha aparecido bajo los mismos supuestos, son reconocidas y, en determinadas 1as, provocadas de manera auténoma, Hay un apren- ‘0, logrado a través de las buenas y malas expe- experimento organizado. Aqui dividual inmedi en a sociedad burguese Ia opo: tido para ella, El conocimiento cluyendo la Tos negocios co- I rrr formacién esencial a que ellas apuntan, falta la cortespondien. te percepcidn concreta en tanto esta no se dé en toda vu cat Si la prueba del pastel es comer, agut,en todo case, we davia.estd por cumplitse. La comparacién con acontecimien. 0s histGricos similares solo es posible de una manera muy una cuales, en asuntos que conciernen a Ja to, personas todas las épocas en Jas estuvicron a la orden del i 10, no 36 Feu sla algo esponténco en sus bene! necesariamente rel Bidet soon, gels fuc un busenessman. En le sociologta eapeci | toma su concept de clase, no dela exftica de lee | de sus propias observaciones, no es el contenido féctico de In teoria del acerca de su pertenencia so es ol —no digamios Ta Gite & propia de Tos magnates de. due conocen el mercado mundial y ditigen entre 10 Ta que corresponde a profeso. aries medianes, médicos, a de ia, que ica de la economia, sito fuente de ingreso westigadar lo que decide concepto sociolégico ef vi ‘ser el fasgo esencial de Ie 10 del cual ella se eiiorpillece. 17 BI autor alude aqui y en ef plteafo siguiente a ta torfa de la 292 gorfa responde al autoconosi do como el saber aparec absteacto del cient -n el consumo butgués d 0 Util en deserminadas circuns- ss compendiado también teérica- farx y Mises, Lenin y Liefmann, 3 pertenccen una i 10 se deja de lado a los pol los, se los contrapone a Jos cten logos y Jos filésofos, conside- saben. De estos deben aprender’ entonces icos a aplicar «tal o cual meclio» si asumen atal 0 cu: posicién»; deben aprender también st su posicién préctica es asumible «con coherencia interna»! Entre ios hombres qu luyen en las luchas sociales, historia, y el diagnosticador sociolégico que les asigna su p ién del trabajo. rancias, sean cuales fi de ia intelligentsa. icados positives de honestidad y coherencia snterna, de racionalidad, de esfuer- 20 por Ia paz, libertad y felicidad no pueden attibuirse en el vier otza tcorfa o praxis. No hay una iedad, ni siquiera Ia del socidlogo que genera- fiza, que no incluya intereses politicos acerca de cuya verdad hhaya que decidir, ya no mediante una reflexidn neutral en ap2- niencia, sino nuevamente actuando y pensando, es decis en la actividad historica conczeta. Que el ele previamente un dificil esfuerzo de p puede evar a cabo, a fin de_ poder fines" inedios completamente i no es esa, La vanguardia ‘ni ca, no Ie jnformaciGn ca . Precisamente en uh i Et fuersis liberadoras estin devorientadas y traten de reorga- nizarse; en el que todo depende de matices dentro de sus pro- ios movimientos; en el que Ja indiferencia frente al contenido determinado, surgida de la derrota, de In desesperacién y de una buroceacia corrupta, amenaza con destruit toda esponts- seciologia del conocimiento de Karl Mannheim, acerca de Ja situacién ‘expecifica y del modo cle pensar de fa inteligencia en la época burguesa (MN del E, aleméin.) 1M, Weber, Wissenschaft als Beruf, en Gesammelte Aufsitze zur Wissenschafsiebre, Tubings, 1922, pag. 549 y sig 253 ncn ncidad, experiencia y conocimiento en las heroismo de algunos indi in extrapartidaria ¥ por lo tanto abs -nasia implica tuna forma de abordar los problemas que, sencillamente, encubre les cues decisivas. El espir eral. No soporta ninguna n externa, ninguna edaj de sus resultados a la vo- Juntad de un poder. Sin embargo, no esté separado de Ia vida de la sociedad, no la sobrevuela, En ia medida en que tiende al dominio de os hombres sobre sus propias naturaleza, puede reconocer esta tendencia co- fc en Ja historia, Considerada assladamente, la comprobacién de tal tendencia’ se presenta como neutr eto, asf como el es 10. a puede reconocer sin inter’ transformarla en concie no es liberal. Los esfuer- in esa medida el esp 70s conceptuales que, sin relaciéa consciente con una pravis determinada, se sittéan —siempre segiin una variable mision académica o de otra especie, cuya promociéa promete éxito— ya aqui, ya y tienen ya esto, ya aquello, por asunto propio, s a una u otra tendencia histéric no obstante, a pesar de su correccién formal (jqué construccién ‘te6rica totalmente equivecada no puede, al fin, cumplir con Ia sgondicién de correccién formal!) pueden coartat o desviar el espi {EI concepto abstracto, mantenido como categoria sociolégica, de intelligentsia, In cual, ademés, debe tenet funciones hhipdstasis de la ci igeneia Hera idn del pensar tradicional y del pensar ctf- diferencias de su ce, Las pron. S_primetis “de la teoria_ tradicional definen conceptos universales bajo Tos cuales deben set comprendidos todos los 198 de un campo determinads, por ejemplo el concepto de Un proceso fisied ‘eit Ta Fisica o del acontecer orgénico en la las especies, Tos que presentan las éortespondichtes wlacionce des acid. Los heches son casos. aislados, ejemplares o antes que la electricidad, del mismo modo como el len como tal no esté antes o después que e! ledn particular. Sten el conocimiento ind! puede existir una'u otra sucesiéa 254 temporal de estas relaciones, en todo caso ello no sucede en el campo de los objetos. La fisica también se ha apartado de Ja concepeién para la cual causas 0 fuetzas oct is de estas relaciones légicas; solo en Ia sociologia existen vacilaciones al respecto. Si se agregan al géneros: aislados o se llevan a cabo ottas modificaciones, esto, por 10 general, no es entendido en e! sentido de que Jas determinacio- in mente demasiado righ ‘gue ser snadecuadas, ya que, 0 bien la rel co bien el objeto mismo vatfan sin perder por En Ingar de ello se considera que las variacio tine catencia de nuestro conocimlento anterior o son el resul do de reemplazar partes aisladas del objeto por ottas, como, por ejemplo, un mapa se desactualiza porque desaparecen bos. ques, se agregan ciudades nu mismo modo es entendido Ja Kgica discursiva (0 légica del entendimiet ahora un nifio, de modo que, segdin que permanece ad se le aplican, otra, las dos cualidades, el ser nifio y el ser a smo nada permanece idéntico, sino que existe un aifio, Inego un adulto, ambos son’ cos complejos de hechos diferentes, Esta légica no puede comprender el heché de que el ser 10 varia y, sin embargo, sigue stendo idén: { mismo. 3 fa critica de la sociedad comicnza igualmente con dé} jpaciones abstractas, en Ia medida en que trata la. &pocr izéndola como una economia basada en et cam, jemplo cuando las releciones de la vida social pes elk laciones de cambio y se habla conereta son juzgadas como del carécter de mercancia de . Beto la agota en relacionar con la realidad los conceptos bipoi EI comaiénao ya esboza el mecanismé por é cual Ta sociedad 6 eudales, del sis: imediatamente logré sobrevivir. Es mostra- sobre el que reposa la eco- nomia burguesa. La concepcién del intercambio entre soc y naturaleza, que ya entra aqu en juego iedad, Ia de su autoconservacién y otras, ya surgen de ese anilisis icin de los Primetos nexos conceptuales con el mundo féctico no es ese Gialmente Ja que media entre lo genético y lo ejemplac. La te lacién de cambio carseterizada por 1a tcorfa domina, como con. secuencia de su dinémica, la realidad social, bolismo, por efemp! getal y animal, Tambi oro, en. fa expansién hacia émbitos a sociedad, en ol comercio extetion— duccidn, como en aquella teotfa encapsulada en’sf misma como ‘eepecilidad. Antes bien, cada paso de la teotfa cxitica respon. de @ Ja nocién de hombre y de naturaleza ya presente en las Gieneias y en la experiencia histdrica. Esto ‘se comp: sf solo en relacién con el pri sipio de la técnica Pero ia nocién diferenciada de modos humanos dé se aplica también en otras direcciones en el desarrollo concep- tual examinado en estas paginas. Asi, ia proposicidn de que las clases inferiores de la sociedad son también, en determina. das condiciones, las que mas hijos tienen, juega un papel im. portante en la ‘demostracién de eémo la sociedad mercantil Durguesa conduce necesariamente al industrial de reserva y con crisis. Bica de esa proposicidn queda fles. La teoria critica de ‘del itercambio mercat || relativamente genera \ber disponibl ocurte por simple de- , de una idea simple determinada por conceptos bajo el supuesto d alidad del » de la admisién de material tomado de saves cémo Ia —y cambiante por Ja influencia de misma cconomfa—, debe con: ‘zacién de fos antagoni imomento hist6tico act in que ¢: leva.a guertas y revoluciones— sin | ue sus propios principios, expuestos por la economia politica ‘como disciplina especializada, sufran transgresion algun El sentido de Ia necesidad, tal como Ia entendemos aqui, es, como el de In abstraccién de los conceptos, al mismo 256 ‘que tal o cual caracte- corresponde al concepto de electricidad, tal o cual suceso, medida en gue la teorfe te dein socieded explica&f es te a pattir del concepto del in tmp, contene, de belo, necesidad, solo que le I simple, ene gue un desarrollo capitalista —s1 bien esto es verdadero—; antes bien, el acento recae en el hecho de que esta sociedad capita- ida en Europa, se extiende por toda ia edad para Ja cual Ia teoria afirma ser valida, es de- ‘a partir de la reiacién basica del cambio en general. Mientras que Tos juteids cateay das poseen, en el fondo, caré existencia, cuando los hay, solo t dada, ‘sobre 1a cual reposa Ja historia moderna, encierra en sf misma Jos antagonismos internos y externos de renueva constantemente de una manera agudiza un petfodo de ascenso, de desatrollo de fuerzas nu emancipacién del individuo, tras una fabul poder del hombre sobre la haturaleza, term! continuacién de ese desarrollo y lleva a la hum: una nueva barbarie, Dents i sulativos posee, por Jo menos segiin su inten rod migor gue ins decicrones dent de une teria Ge tifica especializada; pero, por otra parte, cada uno de esos pasos smente al mundo burguée; en determinadas irc fecer este efecto, cb ast o bien de otre manera. La fo debe set asi, lov hombre pare ello estin ahora presents, 257 ‘a constituct6n de aquel vasto juicio de exis- ladas pueden ser transformadas « es 0 particulates hipotéricos y utilizedes en al ae del concepio tradicional de teoria, como, por ejemplo, el prin. de'que « una productivided creciente comesponde fega. latmente una desvalo . De este modo surgen 1corfa proposiciones caya felacion con Ia diffcil. Det hecho de que Ia exposicidn de 10 sea verdedera en su totalidad, solo en determi. es se puede deducit si pa dic esa exposicidn, correspy Jadas del objeto. La prob aplicar iene que iento de dicha teoria en el cam- nto tradicional, metas progresistas, dk. , sino en el Y oposicionista, segiin fo hemos ex- tados acerca de las situacio Wersales basicos, y precisamente por que esas les aparezean como necesatias, Si con res. pecto a la necesidad_en. sentido Idgico ambos tipos de eatruc- luk FeGrica son semejantes, existe, no dbsta ibn ape : te de necesidad Iépica, sino de €6 propio del acontecer ffcrico, a saber, que en virtud de procesos lanta tiene que’ secarse, © aun que ciertos Procesos inherentes al organismo humano fo conducen necesa. Namente a su muerte, no responde a la. pregunta de sana tnfluencia cualquiera puede alterar este proceso en su carscter 9 transformarto totalmente. Aun si una enfermedad es carac, tetizada como curable, Ia circunstancia de si las medidas cortes. pondientes son efect madas ¢s vista como un orden de hechos externo sided que rige sca, y cl carécter de ces en duda, porgui naturales, procesos a, como en otras ciencias dos son tedticamente construidos de 258 ‘ocutte, de acuerdo con lo ex. ica de a, sociedad. Con ello, ef {a por set un determinado ‘2 resultados manera semejante @ como ¢: puesto antes, en Ja teorfa ct lo de la soctedad pase pee ya exposicién se recutti de la prehistoria de la 1 Fel saber, La sociedad apatece aqui come ua base de teorfas cientificas espec! te con relacién, a la forma parte de su ne, al 10 tiempo, Ia protesta contra ese order uments en ee mecenamo, 9 i iden ce ia sutodeter in del género humano, es decir, ta idea daun estado ‘en él, las acciones de Jos hombres ya no emanen de El juicio acerca 0 #6 Ba dado it ella misma. No sin tar, aunque tampoco con todo derecho, Jos teicos del conocimiento que parten de fea han conden de las causas con el obrar de fuerzas y, finalment Bl. de causa por el de condicién o funcidn. Al a al mero registro siempre se le ofteccn series de fenédmenos, punea Grae a aturaler contrafuerzas, lo cual no reside, por cierto, en la nz ‘a risma, sino en {a esencia de ese pensar. Cuando este procedi 259 iedad, entonces resultan le estadfstica jue pueden ser importantes para teoria o ara Ja ciencia tra- puede ser todo o bien nada; ello dapende, tender le inde idad de pronée. en que ei sujeto, de Tas luchas so: en Ja medida en que no considera coceptos separados, la necesidad ne-olgo sentido, Mientras ella, no siendo dominada por ol bre, se enfrenta a él, equivale por una patte al reinc sate ue, a pesar de los extensos dominios que ain pueden ser Sonquistados, nunca desapareceté del todo, y por otra parte a la ‘impotencia que ha caracterrzado a la sociedad hasta ste mo. mento: la imporencia para ucha con esa naturale- ze te y adecwada. Aqui aludimos # aguellas fuerzas y contrafuerzas, Ambos momentos de este concepro de necesidad, que se ielacionan mutuamente: poder de 1a naturaleza ¢ impotencia de Jos hombres, reposan sobre el mismo esfuerzo vivide por estos para liberatse de la presion le Jz naturaleza y de las formas de la vida s0 Rado a encadenarlos, las formas del ral. Esos momentos tesponden al anhelo x jue lo que los hombres quieren es tambi srftico estén unidas a la actividad propia y al esfuerzo,'« uns voluntad en el sujeto cognoscente, El intento de compensar lente comprensién dé. tales ideas, y del modo en las se encaclenan, aumentando simplemente su cohereners 16gica o produciendo definiciones mds exactas en apatiencia 9 ‘aun un alenguaje unificado», debe fracasar. No se trata sola, mente de un malentendido, sino de la oposicién real de modes de comportamiento diferentes. El concepto mismo, cn la teoria : libertad, si bien no cot idea de lad que siempre existe, aun cuando los hombres estén catgiidos de cadenss, es decir, una libertad puramente interior, es propia del modo’ de pe La tendencia de esta idea, no del todo falsa, peto sf equivoce, se manifest con nee la primera época: «Ahora estoy lo de que Ja voluntad humana es libre, y apone el de totalmente conven / 260 necesidad absok To. mismo gue snacion en la pra ; Sepcidad para pensar la unidad de teoria y praxs, cin del concent de ecesidad aun ones - nto de vista de no, EN Mpaten all dualism eateano de pensar yr Tal dhalisino es adecuado tanto Ja natuseza como # in sociedad argues, en la media en que esta se parece a un metas natural La teri, en como se tuecn en feta Tal Conetenia de los suetos de und gran revluci his mais allée aguela mentalidad de Ta cuales enrcterisico ese Aualismo, Los cientificos, en Ia medida en que no solo lo Sam sino son consccuentes con él, no pueden nomia, Entonces, de acuerdo en el plano prictico ejecutan s6lo aquello alo i egfaca tabard cas de In eld, o tan en cn mnidades individuales de magnicudes e cunles, preeisamente, la unidad individual carece dem wrtancia. Como setes racionales son impotentes y aislados. l Serle de ese tho costs un paso hacia cu supe rac, pero en a concenciaburgues sol se cxpesa en forma Ipstonee. Como ereencia ep el career munotable rina de la sociedad, ese hecho domina el presente. Lo res, en st teflexién, se ven a sf mismos como toes, punicpanes yeas de on sconser lente rtzd se puede prever, pero al que, en todo caso, €s “ibiedominat, Conovon in necesidad, peso no en el sentido de fcontecimientos que ellos pueden determine: icadas a tas tomas de posicién gue tienen relacién con elles. El 5 no tiene otro interés que el de Ja 21 J. G, Fichte, Breehwecbse! (Cortespondencia), H. Schulz, e4., Leip: ‘ag, 1925, vol. f, pag. 127. 261 i | a Neamt reinante hoy en la ded transformadora rerta resistencias en el no se limita a comprober y a otde- nar segtin categorias, en Io posible neutrales, es decir indispen. sables para la praxis de vida dentro de les formas dedas, En una considerable mayorfa de los sot los se abre camino e] temor nconsciente de que el pensamiento te6rico pueda hacer apaze- cer como equivocada y superfluz esa adaptacién a la real conseguida con tanto esfuerzo; y, por otro lado, entse los ficiarios de Ia situacién cunde la’sospecha contra cual La tendencia a concebir Ia teori 4 la posttivided es tan fuerte, que ha: fa tradicional resulta victima a veces de ella, Puesto que més avanzada es, en el presente, la edad, y puesto que’ cualquier esfuerzo que ‘cuicle de los hombres desemboca la teorfa en general es sospechada, Tam- iquier enunciado cientifico que no especifique iechos incluyéndolos en las categor i tral de tas formas posif mismo momento en que sitivista no es necesariamente enemiga del progreso. en medio de los redoblados antagonismos de clase pr en ias tltimas décades, el poder se ve obligado a recur leologia constituye vun factor aglutinante no despreciable’ para un edificio social ‘que ha empezado a agrietarse. En Ja consigna de atenerse a los hhechos y abandonar toda ilusién se esconde, atin hoy, te de reaccién contra obstante, serfa un error ial que media del siglo xv y la actual. E lado ya, en el marco de Ja ja . tat a Ix economia bur guesa ya existente de as trebas feudales; simplemente, de «de. jatla hacer», Del mismo modo el pensemiento eienitifice e pecializado corzespondiente a ella s6lo necesitaba, en lo esen desprenderse de los viejos lazos dogen camino ya reconocidlo, En cam! sociedad actual a una fe rime 262 1 boy, por Jo tanto, un obs- ierés de una sociedad ina de manera cri co Futura racionalmente organizada, Ja sociedad prese de Jas teorias tradicionales formadas er cas, no es continua ppara Ja esperanza de mejorar fundamentalment humana, La exigencia de positividad y subordinacién, que aun en los gi dos de la sociedad amenaza con privar de sentido ‘ta necesariamente solo a esta: afecta tar radora, Las partes aisladas de aquella teotia que se propone deducir las complejas relaciones cel capitalismo liberal, y aun del c&- pitalismo de los monopolios, a partir del esquema de la econo- simple, no se comportan de manera tan indife- del tiempo como las etapas de un razonamiento . Ast como la funcién dligestiva —también importan- te en el hombre—, dentro de la escala de los organismos, co- mo forma genérica, se prescnta en estado précticamente ele- jos «animales celenterados», del mismo modo hay se aproximan a la econo- sociedad que al este. La esencial conexién de, tiempo no reside, sin eitbargo, én Ia correspondenicia de partes isladas de ta construccién con ttamos de la historia —princi- io en el que coincideri la Ferionmenologta del espiritu y la Légt- ca de Hegel, asi como El capital de Marx, como exponentes del mismo método—, sino en la constante transformecién del yuicio de existencia tedrico acsiea de Jas condicionado por su rela idtica. Esto nada tiene que ‘con aquel exige «cucstionar radicalmente> y en forma constante cual- quier contenido te6rico determinado a fin de volver a empezar siempre desde el co: tafisica moderna y a teérica consecuente. La teoria critica no tiene ‘mafiana este otro, Sus transformaciones ‘wuelec Osiciones totalmente nue. forma més simple y, con ell ° sién, permanece idéntica. Los rasgos decisivos de su conteni 263, pueden cambiar antes de que istérica, Per nia entretanto no permanece quit ie Tos opuestos, en el que el pensat ia de los momentos duce obligadamente a diferenciaciones y icos especial teoria y Ia praxis criticas Debemos precisar mejor icado dei concepto de «clase social que dispone de los medios de produccién». En el pe- xfodo liberal, el dominio econémico estaba estrechamente uni- do a ta propiedad juridica de los medios de produccién. La clase de los propietarios regia Ia sociedad, y ta cultura de ese ida por esa telacién, La in en un gran niimero de empresas que, nto de vista actual, eran més pequefias y mas dependientes. La diteccién, acotde con esta etapa del desatrol ios o de perso- pido avance scaecido de la concentracién y dl tltimo siglo por vistud del desar sumé en gran medida un nales y la direccién de las pigantescas empresas que s mando y que absorben sus fabricas, De este modo, Ia di se independize tespecto de los propictarios de derecho. Surgen Jos magnates de fe industria, fos caudillos de la economia, En much{simos casos, estos conservan, al principio, la parte mayor de la propiedad de sus empresas. Hoy esta situacidn ya ha de- jado de ser esencial, y aparecen poderosos empresatios que ddominan sectotes enteros de la industria y poscen, jurfdicamen- te, una parte cada vez menor de Ias orgenizaciones que Este proceso econdmico trae contigo un cambio de fun: xidico y politico, asf como jones, Ja directa disponi grandes empresas confiere a los ditectores un pzedominio tal, gue, en principio, Ia victoria de sus enemigos es impensable. La influencia de la dizeccién, que al comtenzo sélo puede ex tenderse a las instancias inferiores, jutidicas 0 administrativas, barca luego instancias superiores y alcanza, por tiltimo, al Es. tado y a su organizacién det poder. Debido a su divorcio res- 264 pecto de la produccidn real y a su decreciente anfluencia, el otizonte de los meros poseedores de titulos de propiedad se estrecha; sus condiciones de vida y su actitnd se vuelven cada ada efectivo para que aumente, aparece y moraimente dudosa. Surgen asf ideo- Jogias relacionadas estzechamente con estas y otras transformna- bien ras productivos y par de un contenido dad, pierde impor mismo sector que manuiene brakatmente la dispontbilidad del poder sobre los medios de produccién, esa instancia esencial del orden social, brotan Las doctrinas politicas acerca de que la pro- piedad y las rentas parasitarias deberfan desaparecer. Al estre- charse el circulo de los poderosos, crece le posibilidad de for macién consciente de ideotogias, y de que se establezca una doble verdad: el saber de quienes estan dentro de ese circulo id pueblo; al mismo tiempo, se extiende uaa ja verdad y ef pensamiento en general. Al final de este proceso se encuentra una sociedad dominada igentes de - Estas transformaciones no dejan de afectar la estructura de la teorfa critica, Ella no cede a la ilusién cuidadosamente cultivada ‘pot las ciencias sociales, de que la propiedad y 1a ganancia ya fo tienen el papel decisive, Por tn lado, ella ha considerado desde antes que las relaciones jutfdieas nd son lo esencial sino Ja superficie de la circunstancia social, y advierte que la dispo- sicién sobre hombres y cosas sigue estando en manos de un determinado grupo sotial, que compite, no tanto dentro de cada pals, sino en el nivel mundial y ea forma mucho més encarnizada, con otros grupos econémicos de pod ‘Gia surge de las mismas fuentes sociales, y, en de acrecentatla es preciso recutt ios métodos. Por otro ado, segiin lo entiende la teoria critica, junto con Ja suptesién de todo derecho determinado en su contenido, supresidn con- dicionada por la concentracién del poder econ cumple en los Estados autoritarios, desaparece, al mismo tem- po due una ideologia, un factor cultural cuya modo alguno fue solo negativa, sino que tam pecto positive. En la medida en que ella tiene en cuenta estas transformaciones de la estructura interna de la clase empresa as- 265 ria, tambign otros de sus conceptos La'dependencia de la cultura respecto de las rel debe cambiar, junto con estas, hasta en sus detalles, In sociedad es un todo, También en el perfodo liber: de Jos individuos pueden ser 10 por la antegridad de candcter, por el manteni pefiada, por la independencia del juicio y por resaltado de una sociedad compuesta de suj rel parte mediada por via psicol6gica y la mor como consecuencia de su funcién de fijeza. (La verdad de que también esa moral estaba deter dente, sin dada, cua los partidarios de tales creencias persiguen, sin con- ‘sus intereses atomizados y, por Io respecto de lo e haya variado. Con indiviciuo tipico, ese concepta debe ser entendido, por asf d de modo materialista vulgar en mayor medida que antes. Las explicaciones de los fendmenos s ples y, al mismo tiempo, més com porque Jo econdmico determina més directa y conscientemente a los hombres, y porque Ia fuerza de resistencia y [a sustancialidad de las esferas culturales son aprehendidas en su desaparici6 licadas, porque la desenfzenada dinémica econémica, que ha rebajado a la mayotfa de los hombres @ Ja condicién de simples medios, produce constantemente y a un ritmo vertigiso- so nuevas figuras y nuevos destinos. Aun los sectores més avanzados de la sociedad, en su desfnimo, caen presa del des concierto general. ‘Tama mo tardfo y de rabajadores frente al eparato sepresivo de iz verdad ha huido hacia pequefios grupos dignos de admitacién, que, diezmados por el terror, co tiempo pata profundizar en la teoxia, Con ello s¢ ‘ian los chatiatanes, y el estado intelectual general ce fas grandes mesas involuciona tépidamente. ‘Lo dicho pretende evidenciar el hecho de que la subvers ita directamente de ms cercana ca desartollos econdmicos y alcanza su expr cl surgimtento de la clase dominante, no afecta solo a ramas ais ladas de la cultura, sino también al’'sentido de Ia depende: de esta respecto de la economia y, asl, a los conceptos deci vos de toda ia concepcién. Esta influencia del desartol cial sobre In estructura de la feorfa responce a su propia doctrinenia, Por eso los nuevos contenidos no se agregan me- cénicamente a partes ya dadas./Puesto que la teorfa constituye a iw significaco en} ‘como tampoco el} jado por a se transforma en| en virtud de sus recientes transformacione los conceptos aparentemente més alejacos se hallan incluidos en el proceso. Las dificaltades Iépicas que el entendimiento descubre en cada pensamiento ue refleja derivan principalmente de esa propiedad. teorfa concepios y ceptos y se separan de la ios aislados, y se los compara con con- icios extraidos de una concepcién enterior, sutgen contradicciones. Esto vale tanto’para las etapas del histérico de la teoria —considerada como un todo—, mutua, cuanto pata los pasos I6gicos que sé ddan dentro de ella. Ea os conceptos de emprest y de empresa- rio hay, a pesar de su identidad, una diferencia, segrin se los extraiga de Ia representacién de Ja primera’ forma de ecor burguesa o del principio del capitalismo desatrollado, y segiin provengan de la critica de la economia de los empresarios liberales, o de la de! tiene ante s{ a los empresarios monopolistas. L rio pasa, como los empresarios mismos, por Ilo, Las contradicciones de las partes de'ia,teorfa.tomadas por separado io se originan, pues, en errores 0 en definiciones de- fectuosas, sino en el hecho de que la teorfa tiene un objeto ‘que se transforma hist6rieamente y que, sin embargo, pe fhece uno frefife a todo desmembramiento. La teoria no acum Ia bipétesis acerca de la marcha de acontecimientos sociales ai lados, sino que consiruye la imagen en desarrollo de Ia tota- | 267 | i | io. de existencia implicito en la historia. Lo que fesario 0, digamos, el hombre burgués en gene- ral, por ejemplo el hecho de que ‘en su cardcter estén content- dos, junto al tasgo racionalista, también esas caracteristicas jonales que predominan hoy en los movirnientos de masts de las clases medias, se remonta a Ja situacién originaria de la burguesfa y se cuenta entre los conceptos bésicos de Ja teoria Peto tl ongen sélo se revla, en esa forme diferencia, en Jas luchas del presente; y esto no se debe solamente a los cam- bios expenmentados hoy por la burguesi lacién con esto, Jos intezeses destacan ottos aspectos. La clasificacién y confrontacién de las diversas formas de dependencia, de mereancia, de clase 0 de empresarios, tal como ellas aparecen en las fascs légicas ¢ his téricas de la'teorfa, pueden responder a un interés de tipo siste. 4 no carezcen de utilidad, Pero puesto que el imer lugar, solo se Ive claro en relacién con wcidn conceptual, que siempre tiene que adap- tatge a situacionés nuevas, tales sistemas de clases y subclascs, jones y especificaciones de conceptos tomades de la teo- ia critica, por lo general ni siquiera poseen cl valor de los snventatios de conceptos de otras ciencias especializadas, que, pot lo menos, son usados en la praxis relativamente uniforme de la vida diatia, Trans! ia teorfa critica en sociologia es, suma,.una empresa problemitica. La preg aqui apenas esbozada, por smpo se encuentra, por cer En efecto, es imp de mudanzas de una teoria corrects. Antes bien, expresar tales mudanzas ya supone una teoria ligada con el problema mism Nadie puede convertirse en un sujeto que no sea el del mom istérico. En términos estrictos, solo polémicamente. tie fentido hablar de constanciao de variabilided de se opone a la aceptacién de un sujeto absoluto, suprahistérico, o bien a la tesis de Ia intercambiabilidad de los sujetos, como sien verdad fuese posible trasladarse a capzicho desde el mo- mento histérico actual tar aqui en qué medida es incompatible con que ella representari def sentido propi e han agrepado a ella determinados momentos, de que tarp tendré que adecuarse a nuevas situaciones, sin que se transforme su contenido esencial, todo esto pertenece a Ia’ teorfa misma, tal como ella existe hoy y trata de determinar la praxis. Los hombres que Ja piensan {a coric y actin de acuerdo con ese todo, Bl constante crecimiento de ‘una verdad independiente respecto de Jos sujetos, la confianza ‘en el progreso de Jas ciencias, solo pueden relacionarse, limtada validez, con aquella funcién del saber que seguir do necesatia en una sociedad fututa, el dominio de la za, También este saber pertenece, claro esté, a la totalidad so- cial presente. La ptemisa de los enunciados sobre la duracién y transformacién de ese saber, es decir el desarrollo de la pro cin y reproduecién econémica en las formas conocid: vale de hecho aqui, en cierto se de los sujetos, La circunstanci da en clases no mpi El saber es aqui, en sf mismo, ; y estas, en Ja medida en que deben vivir, necesitan de él, También en este aspecto puede estar tranguilo el cienti- fico tradicion La construcci6n de la sociedad segtin Ja imagen de una transfor maciéa radical que ain no ha pasado Ia prueba de su po: idad real carece, por el contrari 1 muchos sujetos. El anhelo de un estado de cosas sin expto- tacién nt opresin, en el cual exista un suyeto abarcador, la. hhumanidad autoconsciente, y se pueda hablar de una fo cin unitaria de teorlas, de ain pensa condicidn de su éxito histértco; pero ello no se cumple sobre Ja base firme de una praxis ya probada y de un modo de com- portamiento establecido, sino por medio de en la trans- formacién, interés que, en medio de la injusticia reinante, se reproduce necesariamente, pero que debe ser formado y orien- tado por ia teoria, y que, ai mismo tiempo, repercute de nuevo tn ella, El cirulo de-los portedores de esta tradicién no se de- limita y renueva medi 1 Iegalidad orgintca 0 sociol6gica No se constituye y sostiene por berencia bi por medio del conocimiento vinculant jidad presente, no su con titerios Iégicos, sfodo, de la confitmaci dura también prensién y aplicacién correctas. La versién que cuenta con apatato de la propaganda y con la mayorfa, no es tampoco, px 269 Ja mejor. Antes del vuelco general de Ja historia, Ja verdad ede refugiarse en unidades nisméricamente reducides, La his- foria muestra que aquellos grupos proscriptos, pero impettur- bables, apenas considerados aun por los sectotes oposicionistes de Ja sociedad, en ef momento decisivo pueden, en ién més profunda llegar a ponerse a la cabeza. En © el oder del ste etbleaido marcha hci s oseuta barbane, el |, por lo demés, harto sido. Por cierto que Jos enemigos, los periodo de decadenc conceptos constituyen momentos de la teorfa y la praxis correc. tas. Separedos de esta, transforman su significado como todas 6 e. Sin duda, en una banda lar los rasgos positives de lidad es siempre tes- umonio de una carencia en la sociedad mayor,’dentro de la xiste esa banda, En una sociedad inales mo seres hbumanos; en una sociedad enteramente justa s{ setfan al mis- 1po inhumanos. Los juicios aislados sobre lo humano solo adquieren verdadero sentido en su re repeticién de aconte- | cimientos y, por fo tanto, en una totalidad que se reproduce a si misma, Por ello tampoco existe una clase social a cuyo con senso nos podamos atener. En Jas citcunstanctas actuales, Ia conciencia de cualquier clase social puede volverse ideolégica- ada y cortupta, aun cuando por su situacién ella verdad. La teoria crfica, pese a toda de los pasos aistados y a Ia coinciden les més progresistas, no pose ota istancia espectfica.que el-interés, {nsito en ella, pot Ja, supresiGn de la injusticia social. Esta formula irms cuanto critica, de! mismo modo como tampoco la acciGn adeciaa- dia a ella puede ser «prod futuro de Ia humanidad depende hoy del comportamienta erftico, que, claro est, en- cierra en sf elementos de las teorias tradicionales y de esta cultura decadente. Una ctencia que, en una independencia smaginaria, ve la formacién de la praxis, a Ja eval sitve y €5 inherente, como algo que estd més alld de ella, y que se satis- 270 i | face con la separacién del pensar y el actuar, ya ha renuncisdo a la humanidad. Determinar Jo que ella misma puede rendi pata qué puede serviz, y esto no en sus partes atsladas sino iad, he ahi Ia ¢aracterfstica idad del sleria del «espiritu social» y rrecienta cada aia In oposiign todeterminacién de la ciencia E conformismo del pensi- de que este es una actividad dentro de Ja totalidad social, pensar. se vuelve cada vez més abstra , el aferrarse al princi in reino cestado en si cia a Ia esencia mism: 2m.

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