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marc angenot el discurso social los limites histéricos de lo pensable y lo decible & PoaHia-mar ‘Somer ie i i 18 sx mmcunso sociat ycom ellos, las grandes conviccionesylos enusiasmos que susctae ban E histriador de las ideas estdconstantemente confrontado ‘on la obsolescencia de Io convincente y de fo raconal y con los interrogantesy perplejidades que resulan de esta constatacién. EL pasado, lejano y reciente, e+ un vaso cementerio de eas murtas produeidas por personas amin muas, ideas que fueron cons Seradas, en otros tempos, comvincente,demostadas incluso eve Gentes) también importantes, admirables, movlizadoras,.. Las ideas con las que tebaja el historiador de st deas han sido consi- ‘deradas como crefbles, bien fundadas, slidas yen €l momento fen que se las emia, extn devaluadas 0 en vias de estar. Ideas {que también son consideradas bellasy nobles se han convertido fen sospechouas a posterior (ex el cro, segtn la daa contempors- nea, de la ides cominista), Ideas en tempo efecvas, convin- ‘cenies, etructurantes, qu se volieron vanas y estériles, Meas Imuerts 0 musta, ideas que un dis yx no son "ds que palabras”. ‘tas son las grandes cestione,inagotables y apasionantes, so bre las que trabajo, y que sbordo al mismo tempo que otros pro- blemas de historia intelectual culeural en os ensayos que aquse prensa, anc aNeaNoT, mayo de 2010 PRIMERA PARTE, El discurso social | | | 1. El discurso social: problematica de conjunto "hay cosas que todos dicen porate fueron ichas alguna ver. MONTESqUIEN, Consieracions seb lacaas ela grands de lor romanoty des dcodencia ‘Al pensar en lo que se deciaen su pueblo, {que habia hasta en la antipodas otros Coulon, ues Marescot, otfoe Fourea, sendin pesar sobre ellos Ia tetra enter, LAURE, Bouse y Puce ‘Una conduct le parece familar: descub que os algo issito. En to cdiana, discernalo inexplicable. Det del regla ‘establecida,descubra lo absurd oxacie, La exepiiny lego El iscurso social: todo lo que se dice ys excribe en un ‘estado de sociedad, tod Jo que se imprime, wodo lo que se habla piiblicamente o se representa hoy en los medios election. “Todo lo que se nara y argument, s se considera que narrary ar {gumentayson los dos grandes modos de puesta en discurso. (© mis bien podemos llamar “discus socal" no a ese dado ee pico, eacofonicoy edundante, sino aloe stems genéricos, ios epertorios pico, ls saglas de eneadenamiento de enunciados (ue, en una sociedad dada, organizan lo dachlelo natabley op snable~y aseguran la dvsin del trabajo discursvo, Se trata extn ‘esde hacer aparecer un sistema regulador global cya natralera nose oftece inmadiatamente ala observacion, reglas de produc ‘ign yereulaeisn, as como un cuadeo de productos. {Lo que yo propongo es tomar sw ttaldad la produccisn so- dal del sentido y de la representacién del mundo, produccién ‘que presupone el sistema completo de los interess de los cuales tuna sociedad est cargada” (Posaert, 19882: 881). At, pienso en ‘uns operacisn radical de desclatsuramiente que sumerjalos carn pos discursivs tadicionalmente investigados como 5 exisieran Alsladosyfueran aut6nomos (a Ineratura, la flosols los exritos ‘ientficos) en a totaldad de lo que se imprime y se enuncia ins- titucionalmente. Tengo la intencién de ratar de leno, si puedo deciro asi, la enorme masa de los discuss que hablan, que ha ‘cen hablar al secu legan al ofdo del hombre en wociedad. Me ppropongo recorrer y balizr la totlidad de este vasto rumor ‘donde se encentran los lugares comumes de Ia conversacion y tas bromas de café, os expacios wiviales de la prensa, del perio- dismo, de los dosigraforde “la opinién pablica’, ssf como ls for- nas etéreas de la bisqueda esta Ia expeculaciénfosstia yla Formalizacion cientiGea; donde existen tanto los eslganes y las ‘docirinas politica que se enfrentan estruendosamente como los ‘murmullos perifricos de los grupdsculos disidentes. En un mo- mento dado, todos eso distros ertin provstos de aceptabili- dad y encanto; enen eficacia socal y pblices eausivos, cuyo ha- bus assico conlleva una permeabilidad particular a exes influencias, una capacidad de apreciariasy de renovar su neces- dad de ells “Tomo camo objeto conereta, afin de lustraryvalidar esta rfle- ‘ign sobre el discurto socal, la toulidad de la "cosa impress" en francés (0, al menor, in muestreo muy extenso de ella) produe ‘ida en el euro de wn afo: 1889. Se cata de esablecer un corte Sinerénico arbitario para describiry dar cuenta de fo eserbible ‘Gees epoca, Mis adelante explicaré los motivos de esta elccion En todo caso, ext empresa no apunta solamente a prodtcir luna descripeién, un euadro de los temas, los géneros las doctr- snas de una época (aingue ta deseripeién presentara en simisma Gero interés), Supone la construceida de un marco teéricoy de fenfonucs interpeetavor que la organizacén del material recolec- BL DIScURGO SOCIAL: YROMLSMTICA DE CONUNTD 45 ‘ado presuntamente ha de ilustrar y jusificar Y sapone en expe: dial el hecho de llegar dar una consistenca tedrica a fa nocién {e “dacurso socal” ya mencionada, Me parece pertnente, antes de comenzar com el ansss del dis. curso social en 1869, exponer primerg la problemtica de con junto, tarea que se anticipa, por certo, a resto del texto, ya que Jas nocionesylas tess que van a formularse se constrayen a partir de a reflexion sobre el corpus esudiado, asi como sobre ls obs ticuos las diiculades encontradas. Hlablar de discuso sociales abordarlos discusos como hechos socials ya partir deal, como hechos isSricos. También es ex, en aquello que se exeribe se dice en una sociedad, hechos que “funcionan independientemente” de los wos que cada indviduo les atribuye, que existe “fuera de las conciencias individuaes” y {que tienen una “potencia” en virtud de Ia eval se imponen. En consecuencia, mi perspectia retoma lo que se narra y se argu ‘ments, sslado de sis "manifestaciones indvicualet’, y que sia embargo, no es reducible alo colecivo, alo estadistamente di fndido: se tata de extrapolar de esr "manifesaciones indivi Jes" quello que puede ser funcional en Is “elaciones sociales", {en Jo que se pone en juego en la sociedad y es vetor de "fuerza sociales" y que, en el plano de Ia obseracicn, se identifica por ka aparicin de regulaidades, de previsibilidades. En exe proyecto de un anise los discursos como productos socates, el letor habré reconocido un eco de los principios de Durkheim ((1895], 1968) Bl discurso social -s acaso dene alguna relacién con la lengua rnomativ, a "lengua literara" de una socedad~no tiene relacién ‘com la“Tengua” des lingiistas Si bien el dicurso social sla me- dliacion necesaria para que el cédigo lingo se concrete en ‘enunciados acepiabeseincelgibies, la perspectva sociodiscursiva ppermanece heursticamente alejada del dmbito de la ingistea ‘Ambas perspectvas parecen irreconcilable, y el ans de los lenguajes socisles es antagonista (como, segin mi parecer, de muestra toda la investigaci6n contemporsnea) dela deseripelén de “la lengua” como wn sistema cuyas funciones sociales deben ser, en ciesto modo, neutralizadas,ectomizadas. Sin embargo, 1 { ‘44 ee piscunso soci iscuso social al igual que el “cdligo" Ingo, es aquello que ‘yet el, aqullo que informs ol ennciado particle y le com fhere wn estate intelgibe Porque todo discurso concreto (enunciado) deseubre sempre el objeto de su orientacién como algo ya especi- ficado, cuestionado, evaluado, envueto, si ast pudiera eciese, por una bruma Iigera que lo oscurece ol con- trarlo, como algo esclareido por palabras ajenas asi propésto, Estéemvuelo, penetrado por as ideas geners+ les, ns perspectivas, las spreciacionesy Ins definiciones de owes. (Bajtin, 1978: 100) LUNA INTERACCION GENERALIZADA ‘A primera vst, el vasto sumor de los discuss sociales da I im presién de barullo, de cacofonta, de una extrema diversdad de temas, opiniones, lenguajs, jergasyestilos; as en esa multiplies dad, en esa "heteroglosa”o "heterologia” donde se ha detenido Findamentalmente el pensamiento de Batt, Este autor acentia unllatralmente la fulder la desvicién creativa hacia una repre- sentaciGn de lo social como un gar donde las conciencias("ee- pondientes”y dialogizadas) estin en constante interaccin, un lugar en el que as legitimidades, as jerarquias, as vestriciones y| las dominantes slo se consideran en la medida en que propor ‘lonan material ala heteroglsia, en el orden estético, al texto polifénico. Nosotros no pademos seguir a Bajtin én este “mito emoerstico” (Beaiéze) lo que trataremos de hacer es exponer| las contradicctonesy las funciones, no para describir un sitera, estitic, sino aquello que lamnaremos una hegimenia entendida ‘come un conjunto complejo de ceglas presriptvas de diversifica- ign de lo decible yde cohesién, de coalescencia, de integracion. El discurso social no es ni un espacio indeterminado donde las iersa tematiraciones te producen de manera alestoria, nt una yuxtaposilén de socioletos,géneros y enlosencerradon en ss 1 DISCURSO SOCIAL PROBLAMAICA DE CONUNTO 25, ropias tadiciones, que evolucionan segin ss propia pata in temas, Por eso, hablar del discurso social sera desribic un objeto ‘ompuse formado por una sere de subconjuntosinteractivos, de rigrantes elementos metafdrcos, donde operan tendenciashe- ‘geménicasy lejes cit Sin embargo, retendremos la tess dé Bajtin que soatene una inderaccion generalizada. Los génerosy los dsciros no forman ‘complejo reciprocamenteimpermeables. Los eauncados no de- ben tratarse como “cosas, como ménada, sino come “eslabones” de cadenas dialdgicas; no se basan a s' mismo, son refcjos unos de otros, estin“lenos de ecosy de recuerdos, penetrados por i siones del mundo, tendencias, eoras” de una época. Aqui se ex bbozan las nociones de intrtextualided (como circulacin y tran formacién de ideologemas, es decir, de pequelias wnidades signifleantes dotadas de aceptabilidad dfn en una dora dada) y de intnscarsivdad (coma interacién einfluencia muta de lab axiomicas del dscurso). Estas nociones convocan a a investiga én de regs o de tendencias, en absoluto universes, pero capa cesde definire identificar un estado determinado del discuro so. cial. Ells invitan aver de qué manera, por ejemplo, ciertos ideologemas deben su cepublidad 2 una gran capacidad de mi tacién y rexetvacin, al pasar dela prensa de acealida a a no- ‘welt, o al discurso médico ycleniieo,o al ensayo de “Slosofiaso- [Mi propecto busca sacar ala uz esta interdiscursvidad generae liza de fines del siglo XIX, volera poner en comunicacion IS sic ytematica los espacios aublimes de a reflex flonSticay la 'ieraturaaudaz€ innowdora con el campo wival del slogan por liieo, I eancin de café concert, ya comicidad dels revistat s+ ica, de las bromas sobre los militares y dela “gacetlas” de la prensa popular [Lo que se enuncia en la vida socal acuta etaegias por ls que «1 enunelad “reconoce” su pasiconamienta en la economia ti ccusva y opera segtin este reconocimiento; discuss socal ‘como unidad global, ela resultant de exts etrategis maltples, aunque no aleatoras, 26 mLpmcutso social ALEGORESIS, RPTERLEGIBILIDAD El efecto de “masa sinerGnica” del discurso socal sobredeter- fina la legibildad de los textor partculares que forman es8 Inara A Is lectura de un texto dado se superponen vagamente ‘tos textos que ocupan la memoria, por un fendmeno ans Togo al de la remanencta retiniana, Esta sobreimposicién 16 lama, en los discursos sociales antiguos y clisicos,alegomsis proyeceién centripeta de los textos de toda la red sobre un exto-aitor 9 un corps fetchizado (Zumthor; Sutvin), Fené- menos andlogos se producen en los discursos modernos, por tina necesidad exructural que resulta de la organizacién topo- logiea de los earmpos discursvos. ‘a interlegibilidad asegura una entropta hermenéatica que nave leer fos textos de una época (y los de la memoria eultu- rai) con cierta estrecher monosémica, que escotomiza fa nat faleta heterologica de ciertos excrtos, anula lo inesperado y re- duce lo nuevo a lo previnible. Las "nuevas ideas" corren el teigo de pasar inadvertidas porque se abordan en un marco preconstruide que desdibuyja aquello que se presta a una lec- tara "diferente" 1 Ur gemplo arabe de reac, cyan ena br nti de ite ecg Buc yd ne ena Cm Rei ons ‘onan eral lenin ara palin enn boc “feet tian geen feroroen contr de Enrique I sein faeran ono pariarion de ‘Boulngee Lactno orgue ln epbanes em x een, Sania sorely mene een alias apo Sider need tn hi de! amc 28) 2 DECUREO SOCIAL: FRORLEMATICA BE CONLATTO #7 La primera consecuencia de nuestro enfoque es no disociae ja mis el "contenido" dela “forma”, lo que se die ya manera ade- ‘cuada de deciro, El diseursa social ne “ides” yYoomas de hac biar” de manera que a menuda bast Zon sbandonarse & una ‘raseologia para dejarse absorber por la deologta que le et inma- nente. Si cualquier enunciado, orl o escrito, comunica un "men: saje", I forma del enuniade es medio o realieaién parcial de ‘ese mensaje. Se puede pensar en ls faseologias de ls enguaes ‘eandnios, en los clichés eufGricos ("Todos los franceses que se preocupan por la dignidad y el honor del pals estarin de acuerdo en...") Los rasgos especificos de un enunclado son mareas de una condieién de produecisn, de un efecto y de una funcidn. EI uso para el cual un texto fe elaborado pede ser ne ‘conocido en su organizacion yen sus elecioneslingisieas (Gri- vel, 1978: 7), ‘rop0 x5 mEoLoGiA ‘Como se ve claramente a no se trata de oponer “enc” y “ite satura” ala idelogt, impostora y engaiioss. Porque la ideologis ‘eit en todas partes, en todo lugar, yla palabra misma “ideologia" deja de ser pertinente en el sentido de que, a seguir el camino {que guiaba fa reflexion hacia na semigtca sociobinérica, mic hos invesigadores han legado a hacer suja la propesicién ina qural de Marxism y flea de nuaje (1929): todo lenguaje Sdeolgico, todo lo que significa hace signo en la deologta, Cito a Batin/Voloshinow. 2 hin ies 2, 38 eupiscunso socut El dmbito de Ia ieologia coincide con el de fos signos: se corresponden mutsamente. Allidonde se eneventra fl signa, se encientra también Ia ideologia, (Bay a/Voléshinov £1929], 1977: 27) ‘Tada to que se analiza como sign, lenguae ydscurso es deol stco”signifiea que todo To que puede identifease ali, como los tipos de enunciados, a verbalizacin de los temas, los mods de cestructuraion 0 de composicidn de los enuncado, ls gnoscolo- 8 sbyacente en wna forma significant, todo eso lew la mares ‘de maneras de conocer yde represents To conocido que no van ide suyo, que no son necerarias nb universles,y que conllevan apuestas [ets] sociales, manifiestan interess sociales y ocupan tuna posiidn (dominante o dominada, dgarnos, aunque la ropo- logia x descrbir sea mds compleja) en la economia de los discur- sos sociales. Todo lo que se dice en una sociedad realizayaltera todos, preconsirucos (todo un yaallf que es un producto so- cial acumulado). Toda paradoja se insribe en Ia esfera de in- fluencia de una desa. Un debate sso se desarola spoyindose en ‘una topica comin a Jos agumentos opuestos. En toda sociedad, Ta masa de diseursos —dvergentes y antagonicos-engendra un de- ibe globo! maa de eoal slo os posible peribir por anacro nismo elnoch-niht Gesgtes" loan no-dich (para ear aqua Ems Bloch. ‘mecesonta Elsolo hecho de hablar de dscuso social en singular (yno evocar simplemente el conjunto eontingente de ls discursos sociales) im plea que, mis ali de fa dversidad de los lenguajes de I varedad fe las prices signiicants, dels estilosy de as opiniones, in ‘estgador puede denticar las dominancias interdscussvas, ls manera de conocer y de signifcar lo conocido que som To pri {de una sociedad, y que regulany razienden la division de los dt ‘cabs sociales aquelo que, sigulendo a Antonio Gramsci set EL bIscunso socta: onLsnkrica DE cONpUNTO mari hegomonia® La hegemonta completa, en e orden del iden logis’ los sistemas de dominion polities y de exten ecomd- rica que caracerizan una formacién socal. En relacién daléctca ‘con ls dversificaciones del iscuso (sein sus destinataros, ts grads de dstneidn, su posicida topolégics ligada a un determi nado aparato), es posible posular que ls préedcassigificantes ‘que coexisen en unasociodad no estinyustaptsiae sno que for- ‘man un todo “erginico”yson cofnteligibles, no solamente porue al se producen yseimponen temas recurentes, idest de moda, lugares comunes y efectos de evidenca, sino también porque, de ‘manera mis dismulada, mas allé de las vemsieasaparentes ( in- ‘tcgréndolas, eLinvestgador podes veconssturreglas generals de To decibe yde fo escrbibe, una vpiea, una gnoseologi, determi ‘nando, en conjunto, lo aceptahle diseusvo de una época. En cada sociedad ~con el peo de su “memoria” discursiva, la acumulacton Ae signos y madelos producidos enol pasado pata etados anteri- res del orden social la interaccidn de lor dicursos, los interes ‘que los sostienen y la necesidad de pensar colectivmente la nove- dad histria produeen la dominancia de ciertos hechos seit os te “forma” y de “contenido” que sobredeterminan global mente lo enunciable y privan de medios de enuaciacién a lo Jmpensable o lo “ain no dicho" (que no se corresponde de nin. ‘in modo con Io nexistenteo lo quimérico), ‘La hegemonta que abordaremos aque a que se establece en discs socal es decir en la manera en que una sociedad dada se objetiva en textos, en esrios (y también en génerororales) No la consideraremos un mecanismo de dominio que abarcaria toda Is eultura, que abarcaria 20 sélo lo dsentao8y los mom, sino también Jos “rituales" (en un sentido ampli), Ia semana ‘ién de los tos y las sgnifcaciones inmanentes a las diversas prices materiales als “ereencias” que It movilizan Sin dud, Ia hegemonia discursivas6lo es un elemento de sna hegenonia cultural mas abareadora, que extablece la legitiidad ye sentido ge BL miscuxso soci Ae tos iversos “exile de vida", de Ie comturbres, accendes y ‘mentalidades" que pasecen manifestar. Mis adelante expongo las razones porns cuales me parece pertinent alr el ana de los discusos seins del resto de Io que en Ia cultura produce sent y pr lo que a sociedad se manifesta organizaday axiolo- sizada. ago una alaraci no llamo “hegemonia” al conjunto de los ‘exquemas discurivr, temas, ideas e ideologias que prevalecen, iredominas, tienen el ma alto grado de legtimidad en el dis ‘curso socal global 0 en alguno de sus actores. La hegemonia es, ms bien, el conjunto de ls “repertorios"y rela y la topologia| de los “esatus" que confieren a esis entidades dscussivas poscio- tes dein luenciay prego, yes procuran esis, formas, micro- relatos yargumentos que contsbuyen asu aceprabilidad. Puede ‘ceder que, para abrevar, se diga que tl temitica al fraseolo- {ia tal conjunto dctsivo son “hegeméaicos™. Eso es manifesta fn téminossmpliscacos et hecho de que esas entidades aprove- ‘chan la Kg hegeménica para imponersey difundirse, La hege- ‘monfa designa entonces un grado mds elevado de abstraccin que Ta desripein de los discurss. Muatis mutandis ella es a as pro- lucciones dscursiva y déxicas lo que los paradigmas (de Kula) las epsternes (de Foucault) son alas weorlas las doctrinas cen tiie que prevalecen en una época dada: un sistema regulador ‘que predetermina la producein de formas discursinas coneretas. Decir que tal entidad cognitiva © discursiva es dominante en tuna époct dada no implica negar que esté insert en un juego en elque existen miitiples estategias que Ia evestionan yse oponen ‘ella lterando sus elementos En este sentido -pongo un elem plo banal, en 1889 hay una ciertacensura sobre ol sexo y sus re- presentaciones (aungue no puedo esboras sus caracteristcas en pacas Kinear), No obsante, eta misma censura permite que ellie bertnaje "bien esrito” de Catulle Mend, la apologta de boule- ‘ard delascoctry de Paris de fox placeres, ols audacas oxcurar mente sublimadas de Ja innovadora novela nacuralista 0 ‘moderista xe manifierten, adquieran presi aos ojos de algue thot ytematicen, en cierto modo, us wansgresiones. La hegemo- tla es lo que engendraa lave el sexo “victorian” reprimido ys 1 DIECURGO SOCIAL: PRORLEMATICA DE CONUNTO gt cortejo de “wranagresiones”y “audaclas™ Porque ala hegemonsa se une la legibllidad, el imerésdedectura, Catlle Mendes y Bax chile, por mds audaces que fueran, son tn “egies” hoy como Jos rabajosIenos de autoridad det Dr. Garner sobre las aberrae cones del instinto genésico. Podemos apreciarclaramente por (qué estos escrtoresexcandalosos permiten slo una leeura “a ‘queologica". Pesmeables alas ideas dominantes que su "perver- SiG” se complacia en tansgredit,s6lo podian operar cierto efecto significant y “significa” en ef interior de su propia Inegemonfa, Se diré que eran “desu tiempo". En viru de wna ihe sign extftica sin duda agradabl, un aficionado curio puede en- conuar todavia cierto encanto en Péladan, Rachilde 0 Jean Lo- train, quienes nos dan a intuiciGn fugar del ipo “extsaio" de discurso social que slimentaba Ia dindmiea de sus audacias de ‘ensamiento y sus binquedas estas, ‘MCEIEONA, LEGITIACION ¥ ACEPTARILIDAD ‘La hegemonia noes slo aquello que, en medio del visto rumor de los discurse sociales, se manifiesa con mis fuerza ose dice en ‘varios lugares, Tampoco es esa dominancia cuantativa que hala mds “audibles” las banalidades del café concert la broma burda de los darios populares Frente a los sues debates de la Revue ds Devs Mondex La hegemonta es, fundamentalmente, un conjunto ‘de mecanismos unifcadores reguladores que aseguran ala vez 1a division de trabajo diseurivo yun grado de homogencizacién de revSrcas, tpieas y doxastransiscursvas, Sin embargo, e505 mecanismos imponen aceprabilidad sobre lo que se dice y se es- cribe,yesrafcan gradosy formas de legitimidad. Porlo tanto la hhegemonfa se compone de replas canénieas de ls géneros y los tim un meximim de comprensién muta en todas as es {eras de la vida Ideoldgic. (Bain, 1978: 95)° 1a lengua lena determina, sin disciminar directamente, al cemuncator acaba cobre todo “nprimible™. Este francés literario ho es un cddige homogéneo, sino una su estaicacén de distr ‘iones donde fs efects de reconocimientose deben al menor de- tale: La Revue des Dax Monde, que es a Gna que én. 1889 man tiene a pie juntilas la orograia “enfant (por eyfais, “nos”, “iugonens (por juganents"ucios" et, sabe hasta qué punto exe de {alle laga Ia deticadera de sus Lecxores 2. rOrica ¥ exostoLocta Hay que vemonarse a Aritdtelesy lamar tpica al conjunto de los “lugaces” (opi) 0 presupuesiosireductibes del verosimil so- ‘ial, alos gute todos los que itervienen en los debates se refieren Bajo 109) 1977 ELDIScURO Soci: PROBLEMA TICA SBEONILATO 39 pra fundar sus divergencia y desueuerdos, a veces volentes en apariencia es deci, a todos los presupuestos colecvos de los dit. ‘euros argumentatvosy narratives. Péguy, en Nexis javentud re- ‘cuerda pertinentemente que esta pica ela condicin dea pro- sduccin dicuriva Unos y otzos [dreyfusianos y antidreyfusianes), nasa donde recuerdo, tenfamos ua posta comin, ut fe {gr comin, era lo que hacia nuestra dignidad com, a dlgnidad de toda la baulla [...] y esta proposicién co- rin iniial, que era evident, sobre Ia cual todo el ‘mundo estaba de acuerdo, de la que ni siquiera se hax Dlaba porque era tan evdente que se sobreentendla todas partes (..] era que no habla que ticonay que la Lraiidn, especialmente la wacién militar, era un eimen. [Sabemos que el drama ideol6gico de Péguy es que en 1905 son sus “amigos" la izquierda del Partido Socialist, quienes recuran ese posy la evidencia de ese "ugar co- ‘da.) 1a idpiea produce lo opinable, lo plausible, pero también esté presupuesta en toda secuencia narasva, consiuyendo ef orden ‘dela teridiccién consensual que es condicion de oda discus. ‘du, y que sostiene la dindmica de oncadenamentode ls enunc ‘ose todo tip. Cieramente, esa tpica implica “lugares” ans histSricos,cuas! universaes: “hay que trata de a misma manera hhechos emejantes™(regla de usta), "el ia justia fos medios” (topos proairéico)... Sin solucién de condnuidad, engi imp tos y presupuestos propios de una determinada epoca y s0ie- dad. La secéricaclsica ja describ en un continue los lugares ‘comurtes cua! lgicos yas maximas generaes del vera rela tivos a temas sociales (el honor, e respeto, el amor maternal.) En efecto, no hay ruptura de continuidad entre todas ls precons- ‘wucciones rgumentatva, mis 0 menos dentasseméntcamente, {que forman el epertoic de lo probable y que llamaremos Is 40 SL bIscuRSO SOCIAL doa La dasa elo que cae de madiuro, lo que so se predica alos converts (pero & conversos ignorantes de los fundamentos de su reencia), lo que es impersonal sin embargo, necesaio para po- der pensar lo que se piensa y decir lo que we tiene que dec Esta ‘doxaforma un autem maleable en el cul un topos puede "escon- der otro, de modo que los forjadores de paradojas quedan atra- pados en la doxologia de su tiempo ® ‘Se ptede hablar de una dexa como comtin denominsdor socal ¥y como repertorio tépico ardinavio de un estado de sociedad, pero también sel puede sbordar come algo estatifeado, segin los conocimicntos y ls implictas propios de una determinada cantidad y composictén de capital cultural. Hay una deer de aa distincion para los “arsteratas del esprit, como hay ua doxa subatterna para el peridico sensacionaisay mis abajo todavia, tuna para los ‘pobres de espirtu’, entrevero de dichos y prover- bios que contiane, por lo demés, bastances “alodoxias™. También se puede (en otto orden de estrasfcaciéa) llamar dasa los pre supuestos de los dscursos exotéricos (dela opinién pablia, del periodismo) por oposicién a los fundamentos reilexiws de 10 “probable” en los discusos eso:éricos, que implican un costo ele+ vado de especalzacin (ciencias,flosolas). Dove denotaris en tonces el orden de lo implicto pblico, del erivum, de lenguaje de las wibunas.Bstas tes acepciones (doxa comin, dove estate cada en dstncionesy doxa veruspresupuestos de los conocimmien: tor) no deben conducira la eleccién de una de ells ee trata aq (como para los grados de la lengua iteraria) de percibir simul ‘neamence las disimilacionesy los denominadores comunes. Si todo acto de dseurso es umbién, necesasiamente, un acto e conocimiento, hay que it ins all de un repertorio pico para abordar una gnaveaapia, e decit, un conjunto de rglas que Aeterminan la fancién cognitiva de Jon discursos, ue modelan {6 Aunque lino “ono eo antes dea daa no om que cen) Pega asl de Din) Ena {oese iste reproduc ne opinion cont Lpiscunsosoctan: rosieMArica De coset 41 los dscursos como operaciones cogniivas, Esta gosealogiaco- responde alas manesas en que el mundo” puede ser esquema. tizado sobre un soporte de lenguaje (manerascuyo fondo esa “gica natral),esquematisorionas que comssuyen la precondi- ign de los jucios (de valor, de eleccién) Esta gnoseologé, que postulamos como un hecho de discurso inditoriable de lat pics, corresponde a lo que se ha lamado a veces “estructras ‘entales" de tal clase 0 de tl época 0, de manera mds wage, “pensamientos” (pensamiento salvaje, pensamiento animist, Pensamiento miico-analégico, etc). Podria hablarse tambien de “episteme, con la salvedad de que exe termina parece rem tir de inmediato alas ciencias, alos conoclmientos instiuidos, a Jas “dixciplinas™. Si del lado de las cenclas re puede identificar tuna episteme dominante en 1889 (pesthistwexperimentalana- iico-volucionista), ésta podria no ser otra cosa que un avatar de una gnoscologia mis general ‘rataremos entonces de idendfear una gnoseologia domi: ante, con sus varacionesy sus esoterismos: la bares cogaltvas 4que permiten comprender singpicamente lor diacutsos de la rem, ciertas prcticashterarias, certs procedimientos cient oa otras formas insiuidas de la cogniis diacursiva, Yo dent Sarfa esta gnoseologsa dominant, que save de “mana de uso” 1 las tdpieas, como lo “novelesco general’. 3: Pevicmes vzanoss {La configuracin de los discursos socials ext marcada por a pre= senciaparticularmenteidentificable (como lade una nova en z3e- dio de una galaxia) de objets teméscosrepresentados por las dot formas del sae, de to intocable: ls ftiches lo abies. Exton "i ‘ocabes" son conocides como tales: dentan ls tanegresoresy losiconoclastas, pero los habita un mand del que yon testmonio to das las ibracionesrerricas que lon rocean. La Patra, el Ejeet, I Clencia estén det lado de los ftiches el exo, la loca. la per- versin, del lado de ls tabues: un gran nimero de audices lean ‘tan aq el velo de Ist yatraen, con su innotador corse aaprob dn de los happy en Hay que veialartambidn que un tabi puede ‘cular oto: en efecto, a veces uno tiene ganas de deci en expe al alos ibertnositeraio,“hagan un efuerze mass quieren ser de wead audaces”, Bs importante analiza eas feichesy tabs y ‘grade de itangibtidad, porque no so estan representados en el ascurs coca, sno que son esencialmente produidaspor 4: Feocpermawo /erwoceNTaIsMo Ea hegemonia puede abordarse también como una noma pragmé ter que define en su centro a un enunciador legtimo, quien se serogacl derecho de hablar sobre “heidades’, determinadas en re lucion com francés, aduto, masculine, cto, urbanizado, en ‘completa armonta con el juego de las temdticas dominantes~ Los tgéneroscandnicos del disconso social hablan aun destinaaro im plc, tambisn legiimado,y no hay mejor manera de legiimaslo| {que darle"dereciao de salacisn” (drt deregand] sores que no tienen derecho a la palabra: los locos, oe criminals los mio, ls ‘mujeres, la plebe campesin y urbana los salves yotosprimlves. ‘Desde el punto de vista de evta pragmatic, puede vesse cSmo la hegemonia se presenta ln vez como diacurso universal, damn resi y como alocucin dinintva,identara, selectva, que pro Guce lo medios de diseriminacin y de distineién, de legitimidad de leita [La hegemonia es entonces tn “ego-centismo" y un etmocen- teismo. Es decir que engenda exe Yoy ete Nowtts que se atribu- yen el “derecho de ciudadanis, desarrllando ius favtownavasta ‘empresa "xenGfoba” (class sexist, chauvnista, racist) alrede- dor de ls confirmaciSn permanente de un syjewnorma que jing, clasfea y asume sus derechos. Toda dneaseialay rechaza ‘comme extraiios, anormal e inferiores a certs sere y grupos. EI tratamiento reservado a estas emtidades foreluidas del doxocen- twiamo, los raciemos, chauvinismos, xenofobias,sexsmos, y esa cosa sin nombre, por lo muy extendida, que es el desprecio y el Fechazo hacia los ominados, slo son casos sectorals de un me- ‘aniamo fundamental. Se percibe aquf que la hegemonta resulta ‘de una pres ligia que leva aarmonizar 3 hacer co-pensables verso idealogemas provenientes de lugares dferentesy que n0 EL DIECUREO SOcIL: ROBLEMATICA DE CONILATO 43, tienen ls mismasfunciones:si part una devadeterminada lo que se dice de ios criminales, de los alcohdlices, de las mujeres, de los negros, de los obzerosy de otros saltaes termina por dopa un aire de familia, se debe a que tales enunciados se elven mds ef ‘aces mediante la validaion por analogia A exe egocentrismo/stnocentrisma hay que agregas, para Francia, un parcontrimo que ace que nos pregun- temos “Zeomo se puede no ser parisina?” y que lleva ala prensa de Foi, Pamiers o Snint-Girons a ocuparse sola- mente de aquelio que sicede en Pa, 5: TEMATICAS ¥ VISION DEE MUNDO ‘Tododebateen un sector determinado, por mde Ssperor que san los desacuerdos, supone un acuerdo anterior sobre el hecho de {que el tema que se tata "existe", merece ser debi y hay un co- rin denominador que sire de base I polémica, Lo que hab tualmentese llama “cultura” se compone de contrasefiasy temas apropiados, temas que permiten diertat, sobre los que hay que Informare, y que te ofrecen sf teraturay las ciencis como dignos de meditaciba y ani [a hegemonia se presenta entonces como una temstica, con = nocimientos de aparatos, “problemas” parcialmente preconstrui- ‘os, interesesligados a objetos cuyaexistencia y consistencia no parecen ofrecer dudas,ya que ef mundo entero habla de ellos Llegamos aqua lo que es mis perceptible en una coyuntura alo ‘que sorprende o irvta més al lector de ova época: de todos e08 “objewos" que se nombran, quese vlorzan, se deere ycomen- tan, muchos ya no aparecen como objeto conecibles y determi rnados sino que, con la distancia del iempo, se educen al esatus ‘de “sbolides omamentos de iaaidad eours’* * Sephane rns, Abia omament dena sce” “Sei ue tage men rg de 44 se recurso saciat [Enasteméticas no solo forman un repertoro de temas obliga: dor, sino que se organizan paradigmaticamente; a pesar de las compartimentacones, ls géneros y las escueas, de Ia multiplic dad de los discussos autorizados se desprende una Willan shang una vsién del mundo, un cuadrovelato de la coyuntura con un stern de valores ad hu, previsiones para el futuro e ime perativos inmanentes de accin(y eaccin). Se tratard entonces te mostrar In genesis y Jos Kineamientos de un paradigm socio hhermenéutico general. Veremos emerger, ax, na serie de predi cados que supestamente caracterizan todos los aspectos de Ia ‘ida socal, y que se difunden con insistencia, antoen los “lugares ‘comunes" de! periodismo como en ls reas distinguidas dela pa Iabraaruistia, filoséfcao erudita, y que ocupan una posicién do- ‘minante,rechazan los enunciados incompatible y se construyen Jos tor en relacién con loe otros como cointeligibles,parclal- mente redundantes, ot6picos; es deci, conatnayen una "visa formas iosincrisca sin embargo, qe todo lo que tiene inte 1 para lasociedad termina por recibir el tratamiento que corres- onde, cs decir, que se abla de todo y de todas as maneras pose bles. Podriamos agregar a eto la ideologia “laubertiana’ de palabra jst: como la vida humana es conocida en toda su varie. ‘dad, todo gira en torno al exilo pertinente para construls, a pro- ‘sive de ell, la formulacion mis expresva "A quien est perdido en el dscurso de su época, ls dsboles le tapan el bosque, La presion dela hegemonia queda ocala por tos debates encarnizados en el campo de a politica, por las eontron- taciones de ercticarreejprocamente hoses, por las especaiza- cones y las cepecifcidade, los talentosylas opiniones diversas. El sinter mibyacente permanece oculto, yes necesario que ese s+ tema zea aalad para que los dscursosdesplieguen sus encantos {ys potencial eredibiidad. La hegemonia es como la magia ne- {gx lor sortegioe‘publiados”ya no funcionan.Laverdadera er- tics el auténtico ate, slo pueden congnistarse en contra del pita de lor iempos, ymuy ras son, en est aspect, ls rupturas Trdicales donee Ia lpia hegeménica se encuentra objedvada y sdeconrtruida EL DmcuRso SoctAL ¥ 21 “RESTO” DEA SIGNEFICACION CULTURAL Esudiar un estado del dscutea social essa, de los hechos socia- les globaes, un conjunto de prctias mediante las cues a socie- dad se ojetioa en textos y en lenguajes; prcticas que, sin em barge, permanecen ligadas 2 otras pricicas ¢ institiiones, ‘Tambien e ditingulr de enttada la manera en que una vociedad se conoce de la manera en que funciona, y no suponer que el “mapa” discursive tranepone fielmente los acidentes del “te 1 piscunso soctat ROBLAMATICA DECONTUNTD 47 reno". Para muchos hstoradores, a confsin entre mapa y ‘reno, ideas e ideclogias, cambios en Ia vida cotdianay costam- bres, mbito politico y econémico, et algo omnipresent, as como la confusin entre las pricicas sxualesy los discursos de control y de error miédico, entre los conflicis morales coneresns ‘los ideologernas de "fin de sigio" dela “decadencla" de los fr ‘atos, Nororos sstenemos, por el contraro, que el anise del fiscuro social no e wlido Como un andlss de la copa glo- bal EL aiscureo socal extn dsposidv para ocular, para dsviar la ‘mirada, ya que sire para legtimar y para producir consenso Ta extention dela nocin de “scars socal” puede variax bien hemos optado por identifcaria con el hecho de lenguale y ‘con la coma impresa (y con lo que puede transcsbine de Ia orale dad y de Ie retdricas de la itesaccion verbal), Sin embargo, se podria ~como hace, por elemplo, Robert Poser llamar “s+ furso socal” ala totaidad de la signfiacién cultural: no sola ‘ents los discurss, sno también los monumentos, las imagenes, tos aero plastic, lox espectéeulos(desiles militares, bnquetes clectorales, kermeses)y sobre todo, la semantizacién de los usos ys prcicas en sv axpecto soclalmentediferencindo (kinésico, proxémico, vestimentario) y, por f fant, signficante, En lo me- ddida en que las pricticatY las costumbres no son homogéness “hay varias manerar de vertsse, de sentarse, de bebe, de deambu- lar, prodvcen paradigmas semisticos en los que un antrop6logo calral vera tl ver lo esencial de la significacién socal. Los die ‘urtos, orale yeteritos, eatin ambientados dentro de estas price ties significantes, de esta "semantizacin de los usos" (Prieto) Desc Medivedew/Batin hasta Robert Foster, varios investigado- +s han formulado et programa de un abordsjc dela toca ce ‘iscuro, de la gestaldad, dela vestisnensay de todos tos inter ‘cambios sibdlicos”. A titelo programétco, esta proposicin es seductora. Sin embargo, me parece que I elacién que puede lablecerse entre I significacién objeivada en los textos y lain ‘eacininsrita sobre cuepodel hombre social, en sus geo sus “maneras de ser, habitus corporis, su vestimenta, es una de ls relaciones ms problemsticas para pensar e interpre. Entre lo- ‘quetedicedelaemujeres y Is produceiéa de la mujer como 48 sLpsscuso social, cuerpo vestido (0 no), sus manierismnos gestuales, sus posiciona- lentos proxémicos, yl semantzacién de los espacos femenknas Y de las imeracciones sociales, hay una relacién evidente y al ‘mismo tempo un abismo, A la vez, constatamosritmos de evolu cid de los discursos, por una parte, y moda vestments y ca bios de “costambres, por otra, que no son de ningin modo con- Digamos que hay dos grandes medos de signifianeia soca: Ia ists de los cuerpos sociales, de los comportamientos, de los ha- bivus (Bourdieu), yla sonia de lon textos y de lo simlacrs abje- tados Es verdad que los dacursosresultan especialiente ies para sei, en general con angust, las mutacones de habitus (mujeres en bicicleta, mujeres con ropa militar, mujeres que fir ‘man, Esto no impide que me parezca premature querer pensar la ‘economia de esos cor modos del sgniieanes,Autosisy semi, sme Tmiaré a decir que lo que aqui se propone ex un trabajo hist co-rttico complejo, cuya problemdes habia que plantar elim »pando las apariencias de Ia evidencia la cointeligibilidad inme- data. La semantizacin de los usos mat allt de lor dxcureor, inseparable dels priccca,rstinglda por el medio que enmarea| In accion del indviduo, formada ea series que determinan el “rol”, el modus operand a idenidad del agente social- es, por cierto, parte consitiva de la hegemonia cultural en un sentido global Ls roles sociales (jsociosexuales) inseparabes dela isposcio- nes y de Jos gusts, sinfan autométicamente 4 cada uno en el ‘mundo de as pitas siguiiesnte,y manifetan clase ys exe tus. Un lector del Patt Prin, un aficionado al café concert de os suburbios, es a menudo también in aro que leva tun tpi bie ote y usa chaqueta y cinturén de lana roja, ene gestos models- {dos por su trabajo en el taller, yuna famiiaridad con ls espacios 4e los suburbioey ls *mentalidades” que acompatian ee halts. Asse forman relacionessmbslicas sin pasar por la concieaciaver- balnnday discursive, Ea la hegemonia global ce 1889) exstenre- torieasyvsiones del mundo, un horas regulado por los relojes ‘dea esacién de ten y de la municipaidad, y ambién a aifasién el pita porery la homogeneizaciénrelativa dela vesimenta ur Dana femienina. Limiséndome a In tomo discuriva, admito 20 HL DISCURSOSoctaL; PRORLEAKTICA OK COnsUIETO 49 considerar esas concomitancias (que son objeto de una historia de Jas costumbres), para concentrame, en cambio, en un objeto mais omogéneo ysstematizado.Sabemos que [a manera en que una sociedad se conoce yse habla determina partatinente ls accones ‘concretas yas aetitudes de los grupos sociales. Pero también debe- ‘mos reconocer que no es fil explicar la diferencia entre la doa Yel curso de la cos, Hacia 1889, los incaleetales extn ininerson cen tna fase de “depres” ideolgica y de angusa crepusculas, mientras que el historiador constaa que ~a pesar de la ciss eco. ‘nomica de 1885-1800-ese pesimimo decadendsta se correspond muy poco con ls catistofes reales 0 can una criss general, Para ‘oat de "ver lo cotidiano”, historiadares camno Guy Thuillierde- bieron trabajar contra las sugerencias provenientes del ininenso rumor da los diseursoe Lo que no se dice, no se esrb, no se expres, ene ceramente tanta 6 mis importancia que lo que se dice, se escribe y se manifiesta (Thuis, 1077 $42) Desde una perspectiva inversa al suya,reconoaco I legtinidad ylaimportancia de una historaméealléde diseuro, que una hi ‘oria de fos dscursos como tales puede contribu, sin paradan, 2 enriquecer 2. Retorno al método Quisira volver sobre la problemitica de conjuntoy las ‘cuestiones de método, Habia, a comienzo de este trabajo, un sentimiento personal que tene que ver con el “abatimiento” ex- perimentado por Bouvard y Pécuchet -citados en el epigrafe del primer captulo-y con la veluntad de “proibireeinchiso lost ‘mos vestigos de eandor frente aloe habitosy tendencias del esp rit de la époea’, como postulan Adorno y Horkhcimer a todo de principio éaico y heuratica en su Diaitien dela Iutacn.! ‘Toda investigacién supone cierta tansformacién de le mirada, {que inenta ver las cosas que “stan aI vista’, que enceguecen, pero también las cosas realmente ocultas, no en profundidad, pero a menudo en extend, en mutabiliad, en “camaleonit- ‘mos. Ese fue entonces el principio heurstico: pensar histriea- mente el discuro socal y pereiirio en su ttalidad, “hacer en smeraciones tan completar y revisiones tan generses que me permitieran estar seguro de no haber omikido nada’ Peribir el der de los dscursos en su omnipresencia,dfactado por todas artes, sn embargo, con contradicciones, esequllibros y bre- has que las fuerzas homeostticas tatan de colmar en forma permanente. Conectar os campos literal cientico Bloséfieo, el discurso politico, el de la prensa y el de la publicidad; todo 1 WM Hones EW Aor (70 1) Ny ‘Sper uma som pms deco de pn oa (Gora, ChamboredonFowron (97) 208 12). 52 er o1sconso sociat gue que parece inseribine y dfundlrse en lugares particula- 1. ¥, sn desprecar las pucsas [enjeus ylasradicones propias| de estos campos, examinar las fronteras reconocidas 0 dsputa- das, los puntos de intercambio, los vectoresinerdiscursivos que los penetran, la reglas de transformacién que conectan esos d= ‘verso lugares yorganizan la topografa global ‘Todo andlns sectoral ya va el de a literatura 9 el de las len- figuras, de Ia puesta al da de delizamientos y de migreciones, fe avstares donde se leen la idensidad parcial y la diferencia ‘una cohesin intertextual global que forma la lia unitara de tune cultara en lo que Hene de arbitrato,y la cooperacién de as funciones a derempefar Pienso que este montaje tol tiene ‘come efecto erencial hacer percibir de manera diferente la nate talezayla dindmica de aquelo que aisan las nvestigaciones pa ales cuando se lo apropian. Pensar la propaganda boulangista no solamente coma una maquina de guesra contra la ideologia pparlamentaris liberal, sino también como la expresién polftica ide una temitica hegeménica ertablecida en la sociedad clit ‘equivale a invertr el orden de los evertonamientes, as como, ‘desde una perspectiva diferente, la tesis de lo “novelesco gene ral" conduce a deconstruirla perspectva tradicional dela tori ‘de la novela. Toda trabajo histrico que nla wn campo culeural, tun género o un complejo discursive -aunque sea reinsribiendo| ten segunda plano el esboro de una cultara global produce ua larufcta cays apacente cohesin resulta de una negacién de los {lujorinterdiscursivos que circulany ls reglastopogriicas que cestablecen, con diversssrestrcciones, una coexistencia general de ls esribibles, El anslins de deverminados campos -lterario, floséfico, cientico- ha conducido ciertmente a la expresion de tina ideologta po domo destinada a legitimar la produccién l- ‘Ghar ea Prion ent mene Bt ety, 157 i cence in ceca gaa pre it (itn) cuninjodeG. Gaus (157 yclde Be fosenee lat 187 fone ube Mae Boa y Lala {qcse concen enviroment eo de Sivan soreLknace 1s" oH) ler der vomeses de lumen ease bre Ln 192 (17S). J- Sx ple ob esr yar, 188695, laa mses ‘deptencial que epreeta pnts gaa pepe ReTORNO AL METODO 57 cal, defenderla contra las invasionesy las usupaciones. Esas ideologfas son inseparables de Ia imporicion de formas candni- is que aseguran la identidad de los productos. Sin embargo, ‘esta identida y sus funciones slo tienen sentido en la division del trabajo discusivo, en la que eada rector opera aa vez como Aispositivo particular de absoreimreemitién de los grandes t- mas interdiscursives y como organizacion de resistencia y de ae tonomizacién, dinamiea condicionada externamente incluso ‘cuando su légia aparente es ia ortentacién de una esencia yuna necesdad propias El estudio del discurso social vot hace apaecer la imposicin| masva de reguaciones,resrceiones, presupuetos, la poderosa centropia del yall, el débil margen de maniobra de Ia innovacion ylaambigiedad de las novedades ortentadort. En lo apretado de sus tramas, el discurso social et una tunica de Nexo de la que es Dastance dif liberarse Al retomar el andlss de ws funciones, ppouiremos replantear Ia euestion dela irpeién de ia heterone. fa, dela disidenciay del nom EPeneNetas Tz6nIcAs [La expres “discurso socal” aparecié en 1970 como el itulo de ‘una revista publicada por R. Bscarpity el Insituto de Literary de Técnicas Ariticas de Masas(ILTAM) de Burdeos. No me p= rece que en esta revista, que ha pablicado cas exclusvamente mix terial sobre sociologialiterara, e haya tratado de explicit ted ‘camente el porencal de ese culo. La expresin "discus social apareci6 a continuacién aqut yall, como algo al vez indefinido Yevidente. Michet Mafesoli (1976: 18) evoca en tna frase “el dix ‘curso social, entendido en su més amplia extenién”, pero no avanza mis. Sin embargo, laden de dscurs social puede parecer ‘cercana a divesasconcepciones que se encuentran en pensadores rovenientes de diferentes horizontes; es ese “mundo cultural existence" del que habla Antonio Gramsci ese “texto socal indi so" que evoea Charles Grivel, esa “esertura de lo signos sociales ‘58 su piscursosoetat totale” a la que alude fogutmente JeanJoseph Goux. Por si ‘pusst, os tbien In delta en uno de los sentidos de esa pala bra, ex deci, como el conjnto de la “materia ideologica propia ‘de una sociedad dada en un momento dado de su dessrrollo". sto esjustamente lo que, en una obra publicada en 1983, Robert Fowuertdesigna como "el discurso socal total”, inseribiendo en ‘una teoria elaborada una expresién que habla surgide aqut ala sin ser defini (Fossuet, 19882) ‘bien la expresin es relatamente nueva y su defincin va lable (hemos visto por qué no creo que corresponda aribuire la textensién que propone Fosaert) la idea de considerar en blo- ‘que, en su totalidad, fo que dice una sociedad, sus decblesy sus scribbles, su agares comunes" ys “ideas cher’ es una apira (dn tan vieja como la modernidad, Una parte de los precursores flos que puedo invocar ext integrada por gente de letra alo largo de Ia modernidad (la Tera dela vospecha’), desde Flaubert hasta Bloy, Musil Sasaute y Pérec, se observa la recurrencia del inventaro y la interrogaciOn agobiada de las “ideas recibidas” {idées put y las expres de “exégeie de los lugares comune”. Vase trate de Proust (Un amor de Swans es un episodio que s& puede datar en a presencia de Jules Grévy) 0 de EE hombre sin lis, 0 de Las fata de on de jLas oe wed, son Tos novel fas quienes han escuchado y transerito, con mayor sutlea, el ‘ato rumor heterolgico de los lenguajessoclaes. Porlo demi, seria necesario hacer una enumeracién de las di versas tradiciones del materialismo hintric, la epistemologta, la ‘ociologia del conocimiento, el andlss del dscurso 1a sociolin- lea, In eemigicavexual ya retrica. Como usuario eclécico, pero crfico, de tantas“leemuas", no pretendo dominar con pleni- fd y soltara Ins mips adiciones erudias y weérics. EL inves: tigador sto puede disimolar sus insuficiencias detris de un muy antiano:“Debes, porlo tanto puedes’. Puesto que hay que poner Tas cartas sobre la mest he limitaré a sear las deudss mas ev 5 Coun Tut 88:48 eTonNo AL tT000 5¢ denies (que no implica fidelidad total) con Antonio Gramsci Walter Benjamin ya lselogihitt de Frémefot, con Mia Bal, ‘con Miche! Foueull, con la tradicign francesa de zndlss del ds cu (Michel Péchet, Rgine Robin, Elzeo Verdn) ycon el pan ‘iniento scioligico de Pierre Bourdien. 8. Funciones del discurso social SRTURACION V EXPANSION "Inco movemus sunus", dice San Pablo: en él evohucio- rnamos y somos, El iscurso sociales el medio oblignda de I co- ‘municacin y dela racionalidad hstdrea, asi como también es para algunos, un instrumento de prestgio social, del misino ni vel que la fortuna y el poder. En se formulan ydifonden tox dos los “temas impuestos" (Bourdieu) de una época dada. La misina variedad de los dscursosy de las posciones déxicas per- mitidas parece saturarel campo de lo decile. El dscurso social ‘dene “respuesta para todo", parece permiir hablar de todo y de imalples manera, transformando por evo mismo lo no decile en impensable (absurdo, infame o quimérieo), Para quien abce a boca o toma una pluma, el dscurso social ext repre ya alt ‘on sus géneros, sus temas sus preconsirctos. Sers necesario Inacerse escuchar a través de ese rumor, ete barullo, ea fact. dad omnipresent. Nadie puede vanagloriare de hablar en un ‘acio, sino siempre en respuesta a algo, Pentemnos en este “et (yo también tengo algo que decir), tan perceptible en los "jvenes poets’, decidides a product lo inaudito,caeste lo que a hegemonta puede percibirse como un proceso que ene efecto de “bola de nieve", que exiende ws campo de temaseaty de saberes aeprables imponiendo "ideas de moda” y parimetion narratvos o argumentative, de modo que les destcuerdos, ot cuestionamientos, las bisquedas de originalidad y las paradojas se insriben también en referencia a los elementos dominates, is mL miscunso soctat ‘confirmando esa dominancia an cuando traten de dlsociarse w ‘oponerse a ella. En la hegemonia todo se tiene en cuenta. AL igual que los caracteres dominantes del género novelesco, de la sarracidnlterria de lo verosimily de lo tpico se han impuesto ‘través de I baqueda misma de Ia innovacién, dela oviginali- dad, deextilosy visiones de! mundo “personales, de manera mis general los tipos dscursvosy la bateria de temas dominantes de luna époea se imponen y se estabilzan tanto por el hecho de compartir “denominadores comues” como por las fagas cont ‘antes los ordenamientos que siguen en tensiéa dentro de a 18+ ica de fo que ellos mismos cxestionan o pretenden renovar. Es [importante dstingur la emergencia ocasional de un neewm radi ‘aly de verdaderos intents de euprua erica, del proceso habi- tual por el cual los “debates” se instalan y se encarnizan confir- mando, con rodeos, una wpiea dsimulada, intereses, tcteas cliscursvascomunes los antagonists, partir de lo cual a orig nalidad cognitia, exegstica o estlitica solamente se postula y |adquiere valor pore! homenaje implicit que hace alas manera dover y de decir impuestas. Desde el punto de vista de la hege- ‘monia tociodizcursiva sn iraduci un julcio« prior, que sos tendria que todas las “rupruras” son buenas porque sacuden el peto de Iss convenciones de las ideas preconcebidas-, convene encontrar criteios que ditinguirn ls rupturas reales (que al fe nal se revelan ineompatbles con las ideas dominantes de Ta Epoca) y le raptarasostentadoras o supesicales que contribur yon a ha ideotogia misma de la originaldad. De modo tal que el rorelista“escandaios” slo puede confirmar implicitamente las trvialidaes plas evidencias mse gartadas, el eronista de parado- Jato el fogoso panfletsa pueden, atn sin saberlo, seguir depen- ‘lenda de las ideas que ellos mitmos atacan, y no ser mis que ‘una variant imprevsta, pero fundamentalmente compasible con clsistema extablecido, Solamente tn snilisis gla del siterna sociodiscursvo, de ss equilibriosy falls, permite contar con los elementos para, identifear una raptura "verdadera” 9 “Tass. "Rupiora", ade ngs, que podria no ser ata cosa que Ia revtalizacin de arcale- ‘mos, o la reacivacin, con fines contestataios, de ideas ant= FUNCLONES DEL DISCURSO SOCIAL 6 us y procedimientos snacrénicos, obsoletos, para dar la im presidn de disidencta e sonotacin. Tanto en el campo literario| ‘mo en la politica, muchas de ls aparentesinnovaciones som, sie la examina con detenimiento, zetomos de lo olvidado, in. ‘use de lo rechazado, ola reaeteacin de formas arcacas, “= configuradas” para hacer que paretcan iuevas, en sama, una manera de responder a i coyuntura cuesionando certas dome nantes, pero sin svanzar mie alls de ella. Por exo los conterpo- rincos se enctentran constantemente frente a suelor que s© Jes pretentan como algo inusitada y nuevo, Quien pretenda ‘Jjuagar au dempo” y percbir las tendencias dela época debe reatar de diseriminar entre eso sefiuelos, esa reposiclones al gusto del momento, ya ertia "verdadera" Sdlo puede hacerlo superando las apariencias y recordando que las paradojas mis aparentes son las mas aclamadas, puesto que la hegemonia pro- ‘cura Jos medios para poder apreciar su encanto y su interés, mientras que las innovaciones “prometedoras" -buscando un Jenguaje yuna lgica propias-corren el riesgo de produ me- nos impresién, de no estar del todo separadas del reso de los temas y formas extablecdos: lo murvoviene en el drciso social “sobre patas de paloma" Inversamente, la novedad saisma, cuando aparece, corse el seago de ser interpretada en zelacién con el corpus disponible, segun las leibilidades reibidas 3, por lo tanto, de no ser pere Dida en absoluto. Si bien es verdad que, hacia 1889, en las filas del boulangismo re traman formas de propaganda ylenguajes de accién que el hisoriador, un siglo de distancia, puede lamar “protofuscsta, es evidente que lor contemporsnece carecen de las herramientas para percibir a novedad, La aventura boulan- sista va. a ser jungada por ellos como algo “ya conocido" un "bo- ‘napartismo", un "neocesarismo", la allanza de los descontentos alrededor de wn “san Armatid de café concert”, Sts actives van a provenirde esa idemtficacin retrospectiva, parcialmenteade- ‘euada, que in embargo, les impide ver aquello que convierte al jefe det Partido Republicano Nacional en alguien diferente de Jun moderne Napoleéa Il, y también les impise comprender la lianas “contea natura” de Ios cleriales con fos blanguistas,y de 6g m1 piscunso soci, Jos viejos radicals con Tos integrantes de las ligas patrigucas y con la duquesa de Uzts El dscurso socal tiene el “monopolio dela representacion de la realidad” (Fosert, 19893: 886), representacién de la realidad que contibuye en buena medica a hacerla realidad... yl histori, Y, Jjusamente porque se tata de un monopole, el dicureo socal pa rece adecusdo como ree del real puesto que "sodo el mundo” velo real ya tras de él el momento histrico, miso menos dela sama manera. Representa lo real es ordenarla y homogenc- 2arlo. Lo real no podria ser un caleidoseopio. La unidad relate de la wisn del mundo que se desprende det discurso social resulta de exta cooperacin fatal en el ordenamiento de imgenes datos "Representaciin implica tambin dese el comienao ignoray, dejar cen la sombra y legiimar xv ocultamiento:vvencias de la clases nestores, miserissexualsy volencis Sims, vida ontica de los hombres @ agitaciones poliseas en Japén: el discurso social, a fuerza de hablar "de todo", stra la mirada de aquello que no es "EL MEMORIAL ¥ LA CONJURACION DEL OLVIDO Frente ala realidad del oWvido, que hace que del pasado no quede ai madam que Plutarco y la biografia de los heroes, las logis recogidas de boca de los sabios, el epitafio de las mumbas de Ia _gente comin: "Ste vitor amabilem conjugen clas. todo el ds- ‘euso social se presenta como conjuracién fiecional de ee olido, ‘como una conmemoracién oitentadora de un patado reconst tuido en una eu pelicula narrauva. El dtcursa politic aa fra esa est saturado de efectos de memoria: 14 de/ullo, de agosto, 18 Brumario, 2 de diciembre, 4 de septiembre... La Republica ruNetones be piscuRso soci. 85 crige monumentos y puebla su pantosn. EI dscursorepublicano ‘st eminentemente mateado por lo memoria: Los republicans han declarado que no quevfan sepre- sentar més los Views Hugo, Lois Blanc ni Jules Fae! Pero hay otras formas del memorial: desde el mitologismo dela sente cata (Leda, Europa, Hércules y Ganimedes) hata la “me- ‘mora del crimen" del flclore urbane (Fualdés, el Correo de ‘Lyon, Madame Lafargue, Tioppmann). Se reprochard simple: ‘mente a los hstoriadores que trabajan sobre a “memoria” y los “lugares de memoria el céndido tno de la palabra “memoria”, de rmasiado (yflsamente) neuroldgico. Por eso nosotos hablames| de conmemoracién, de consersatorio coaesorativ, fe eal ine cribe el memorial ene] campo dela fecisn. E ovid deberia ser 1 primer objeto de meditacién de todo historiador. La conjure ‘in del oWvido es también ef rol ontolégico dela noo, en ina sociedad en la que el hombre evita exee acoedarve dle Madame Borary y de Germinie Lacerteux porque ninguna pequefia bur _guesa mal casada,n ninguna srvienta cada en la prowitucin ha ‘dcjado hulls en la memoria de la rociedad [La funcién més importante de los discusos sociales, afin a 1 o> nopolio de la representacin, es product y fj legitimidads, va lidaciones, publicdades (hacer pUbicosgusios, opiniones e infor. ‘aciones). Todo discurso legfimo contibuye a legitimarprictias ‘yimaneras de vera asegurar beneficios simbdlices(yno hay bene- ficios ni poderes sociales que no estén acompaiados porlo smb 2 we ee No (6, 56 mL piscunso sociat to) Lacon mannan ana n tn depo ce que ov epi dnipls ronan eer en To {Quccod certo on el dana" H poder legmador del dso. dhaes ambien aerate dein nina de micropoderes, de ‘Gblvarld forasesy twrfcn, La geroni uncom come Censurayatocensrs dice quign puede baba, de qué como. Roland Barthes fo dijo ens Lan inurl en el lege de Francs, sin dda demasiado hiperbleamente peo reordando fon até que a enna na eterno, oe td, om un consiin baba sog a dane“ onge snp Irene fiestas porque el fuco noe pes dec, Obgar 2 dec (arhes 1978, Michel Feat ha ara a ee ‘in ob lar de br dares sobre a fuel de conc, te fanente ect de “encrclamieno” de erp y dew decor por parte de os dscaror del aber dea sorida, Con sae Pec de evo pein, Foucault eg. er oda comuniaion {Sc te come un epsilon Miguia del Poder Jorgen Ha- Sma, con su nodlo “contractual” (pono como quime eo} del logo democritce pariipatho (derecho de todos a nar enon deur diner aren dar ue experiencia pric reg os Guero} fons ins keratin, Eon un esis anilogo‘tente 2 omniotenla normalize dora conlador dea raxén nsrumensl, rtamene, ai Caso de consol son indspensabes pare quel oil acon, ts deci, para que fncionen i explowcion yl dominaion. La ‘cerca mae mis desta va acompaaa de snobs {pes yuiecone. Sin embargo, dene wn pane de ae tere os deus no conten a oalldad dea epoca doch La soled o pd ober areola deca ‘per peueton buses ila con palabra aon Scat deestiectonesecondicay tea descmatioacones primaisinscasen lero del Hombre scl que inaoron fh halits dapsone gros el medio lo prio ier Ye ‘leno “objet Lar palabra os seston to enen nada que ‘Srenewo. rte sory itn on erin (por lt primera dipoaionen, que hacen que ca cua snctonse-naramentsudsinnaio pede Lace FUNCIONES net oascURSO sociAL 67 ‘as feminists socialists parecieron afar que la “magia social” de os discusos seria ol elemento exencial en la prodiueci dels ‘dcncidades de sexo y clas; les asignan una funcin que no veien ‘en modo alguno (incluso exandlo ciertoedscursosdietios, et 080 politicos xe las atribuyan). Los dseyros socials, mis all de la muliplicidad de sus funciones, consrajen el rund socal, 10 a> ay al perm comunicar esas represenaciones, determinan ‘8 buena consivencialinghistica que exe factor evencial de ln cohesin socal. Al hacer esto, unin y aturalizan los procesoa sociales. La dona sive para hacer nitnara la novedad: huelgas obreras, mujeres en bicicletao suicidios de parejas... Funciona como una enzima encargada de fagocitar lo usc para hacerlo ie ‘eligible, aunque sea con la angusta de declararo patologico, Los slscuros tienen su pare en Ia sociedad pandptia: vga a os jobreros (por miedo a la locura socialist), a ts colegiles (por ‘miedo a la neurosis onanisa), ala mujeres (por miedo los "des: arreglos’ ya las histrias emancipaoriae), Sin embargo, no debe auibuirse aloe discursos toda la magia de a servidumbre volunts- say de larepresin social. En sf mismo, ning dkcuro es perfor. ‘ativo. El dscuso social acta, en st eonjunto ormando Ios esp situs y desvindo la mirada de certs "cose", El discurso social sempre ext ali, como mediacisn, interposiln de una forma de lo colecivo inerte, en la relaciones ent los humanos, Eso es 10 que Faubert quiso mostrar al naerar el primer encuentro de Emma Bovary y Léon en el albergue dela abuda de Yonvil: laine ‘mersin total de ls sentimientos, de Is vlicones, de los deseon, fen Ia alienation de a doz, del cliche y de ls “devs chic” Emile rkieim sugera fo mismo al eseribin Digan sino son Edouard Drumonto Paul de Cassagnae ‘quienes hablan por boea de ese ben burgués o de exe ‘excelente sacerdote, (Durkheim (1898), 1968: 11) Volveremos més tarde sobre esta conformacin informacion de eto individual. Una gterpretcin radial soxtendra que Madame ovary es solamente una marioneta del discurs sociale loro repe- tidor de un romanscismo de pacoila,y que, por otra pate, no po- 68 nL oiscunso sociaL dria er 01 cox, del mito mod que nesarsno podemosescapar ‘acs “poder difaciado",ineluctable"y que soo dja espacioa mute ‘ionesinfsitesimales”(Baudslard, 197740). Dea ted de contol y legimaciGn del dircero socal (y de su incansable eproducci6n) noe tale, repite una coniene de pensadorescontemporsneos los Conuadiscursos, las disidenciag,siguen etando penewradas por las formas heeménicas de lat queereen ser anragonisas la ber de Pensamiento es una isin sn fro ay, en el pensamionto contempordneo, una especie de deter sminismo nis para el cual de lo que se agita (nul en la hege- tmonfa, no resulta otra cosa que hegemoniareforzada. Debemos ‘ntonces hablar de aqullo que se agit. De hecho, en el dicurso Social hay agitaci por todas partes: se sting, se diferencia, ie ‘venta nuevas combinaciones. Algunos sectores se hunden, a veces se desmoronan, Hay pregnanclas” que aparecen sf donde habia chatura y homogensidad, Pero si bien exstenarreglos frecuentes ‘ynucsas jugadas” casi no se producen rupruras“fecundas, sobre {odo no en forma repentina ni de manera clara e ievocable, No podria haber eeacion crea ex rida Cuando hablamos de “agit ‘én", pension en desviosprometedores ysignifcaios", es de- Cir raptura enyo potencial slo puede mostrase ex pat fata De ‘sto se desprenden muchas preguntas: zno hay acto otras “agit ‘Gones” con potencal ertco quese esfuerzin en decrse pero per tmanecen imperceptbles porque carecen de posteridad?

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