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Del uso metalingiiistico 1.— Entre las facultades mds impresionantes, entre las funciones mas originales que se atribuyen a las lenguas fren- te a otros procedimientos de comunicacién se halla lo que R. Jakobson denominé la funcién metalingiiistica’, la propiedad reflexiva de hablar de si mismas. Ningtin otro sistema se- miolégico conoce esta portentosa facultad. Una sefial de trafi- co alude a la permisién o prohibicién de adelantar, a la obli- gacién de seguir determinada ruta o carril pero nunca nos hablaré de si misma. Ni siquiera los sistemas cuya potenciali- dad les permite multiplicarse hasta el infinito en sus mensa- jes estan capacitados para hacerlo. Haremos referencia me- diante el sistema de numeracién a la cantidad mas grande que imaginarse pueda, pero ninguno de tales mensajes nu- méricos tiene la capacidad de referirse a s{ mismo. La funcién metalingiiistica es un apéndice 0 corolario de otra ley del lenguaje de caracter mas general: el principio de no inefabilidad: las lenguas estén dotadas de tal potencia que les permite hablar de todo. No hay realidad que no puedan des- (1) CER. Jakobson: Essais de Linguistique générale, Fd. de Minuit, Paris, 1963, pp. 217-218. «Une distinction a été faite dans la logique moderne entre deux niveaux de langage, le «langage-objet», parlant des objets, et le «métalangage» parlant du lan- ‘gage lui-mémer (p. 217). En la funcién metalingiistca el objeto de referencia es el cédigo (p. 218). 6 SALVADOR GUTIERREZ ORDONEZ AO XXXVILXXXVI cribir, ni cédigo que no sea susceptible de ser traducido y ellas mismas estan capacitadas para convertirse en objeto de su propio discurso. En espaiiol hablamos del lenguaje, de la len- gua, de lenguas como el francés, el chino 0 el néhuatl y tam- bién del espafiol mismo. 2.— El conocimiento de esta propiedad no es, ciertamente, nuevo. De ella hablé Agustin de Hipona en el siglo V’. A ella hacia referencia la distincién de los légicos medievales entre suposicién material y suposicién formal. "Asi, en: Deus est omnipotens el nombre ‘Deus’ estd en suppositio formalis. En: Deus est nomen latinum el nombre Deus estd en suppositio materialis”® A distincién semejante ha legado la légica moderna con los binomios metodolégicos lenguaje-objeto/metalenguaje y uso/mencién. Como intento de explicacién de las lamadas pa- radojas seménticas (paradoja del "mentiroso", paradoja de P. E. B. Jourdain)‘, B. Russell forja la Hamada teoria de la jerar- quia de lenguajes®: "Seguin esta teoria, es necesario distinguir entre un lenguaje dado y el lenguaje de este lenguaje. El len- guaje dado es usualmente llamado "lenguaje-objeto". El len- guaje del objeto-lenguaje es Hamado "metalenguaje". El me- talenguaje es el lenguaje en el cual se habla de un lenguaje- objeto. El lenguaje-objeto es el lenguaje del cual habla el me- talenguaje"*. E. Coseriu denomina "lenguaje primario" a lo que otros autores aplican el término lenguaje-objeto. "El "lenguaje primario" —nos dice— es el lenguaje cuyo objeto es la realidad no lingiiistica; el "metalenguaje" es un lengua- 2) CEE Coseriu: Principios de Semintica Estructural, p. 107, (3) J. Ferrater Mora: Diccionario de Filosofia, vol. 3, AHianza Editorial, Madrid, 1082, p. 2178. (4) 1d, p. 2489. ©) Id, p. 2211 (©) Thid. AO XXXVI-XXXVI DEL USO METALINGOISTICO 7 je cuyo objeto es, a su vez, un lenguaje: las "cosas" designa- das por el metalenguaje son elementos del lenguaje prima- rio (0, en general, de un lenguaje)"”. De forma grafica: | metalenguaje 1. Llensusie-obieto realidad A través de la siguiente relacién de ejemplos se puede Ile- gar facilmente a una idea de ambas dimensiones: 1) Mami tiene dos ‘Mami’ tiene dos sflabas 2) El gato tiene cuatro patas ‘gato’ tiene cuatro letras 3) Granada es una ciudad hermosa ‘Granada’ tiene siete letras* 4) El lobo ha devorado al cordero "lobo" se pronuncia [1680]? 5) gCudl es el significado de ‘sesquipedal’? Es aficionado al giro sesquipedal de la frase" Paralelo a estos dos signos es el binomio uso/mencién. Una expresién del lenguaje-objeto pertenece al uso_ lingiiistico, mientras que un segmento con funcién metalingiiistica esta- ria mencionado. lenguaje-objeto | uso metalenguaje mencién (7) E.Coseriu, op. cit. p. 107. (8) _Ejemplo tomado de J. Ferrater Mora, op. cit, p. 2178. (@) _Ejemplo tomado de E. Coseriuap. cit. p. 107, (10) _Ejemplo tomado de J. Lyons: Seméntica, Ed, Teide, 1980, p. 8. 8 SALVADOR GUTIERREZ ORDOREZ AO XXXVILXXXVE La importancia de esta distincién afecta al razonamiento l6gico. En el silogismo de J. Lyons". (1) Le disgusta ‘Juan’ (2) El hombre que esta allf es Juan (3) Luego me disgusta el hombre que esté alli se llega a una mala inferencia porque en (1) Juan esté men- cionado, mientras que en (2) pertenece al lenguaje primario. No hacen referencia a un mismo ente. No son un mismo signo. Esté bastante generalizado entre los Idgicos el uso de se- micomillas para destacar los segmentos mencionados. Lyons, siguiendo a Quine propone asimismo la comilla doble para os casos en que nos situemos en un segundo nivel de meta- lenguaje: " ‘Boston’ es una expresién que nombra a Boston y "Boston" lo que nombra a ‘Boston". Entre las propuestas de J. Lyons destacamos dos: a) La de eliminar de la terminologia el doblete uso/ mencién, pues uso conoce sentidos no técnicos y, por otro lado, mencionar una palabra o un conjunto de palabras no deja de ser una forma de usarla 0 usarlas. b) Diferenciar dos formas dentro del uso reflexivo (término que emplea en lugar de mencién). A través de los ejemplos se comprende perfectamente esta distincién: Esta oracién contiene la palabra contiene Esta oracién contiene la palabra ‘contener' 3.— E. Coseriu establece distincidn entre metalenguaje del discurso 0 empleo metalingiiistico del lenguaje “ y metalengua- je de Ia lengua. Las secuencias anteriormente citadas como a) Ia, p.9. (12) Id, pp. 10-11. (13) Id, p. 12. (14) E. Coseriu, op. cit, p. 107. AO XXXVIEXXXVI DEL USO METALINGOISTICO 9 ejemplos de mencién pertenecerian al metalenguaje del discurso: una forma de la lengua como gato, mami, etc. era usada me- talingiiisticamente: "gato tiene cuatro letras", "mamd tiene dos silabas". Pero las lenguas no dejan de ser objetos de la re- alidad como lo son los materiales de una oficina, los elemen- tos que componen un paisaje, una enfermedad o una tor- menta. Cada lengua posee un conjunto de signos para referirse a los materiales de una oficina, conforma singular- mente las designaciones del paisaje, de la enfermedad y de la tormenta. Nada de extrafio tiene pues que existan en la len- gua signos para describir los diferentes componentes y aspec- tos de la misma. Asf en el léxico del castellano, del acervo comuin a todos sus hablantes, hallamos signos como palabra, discurso, lengua, lenguaje, etc. Este conjunto de signos de una lengua que versan sobre el lenguaje forman o constituyen el metalenguaje de lengua’. De la misma forma que existe un léxico cientifico de la enfermedad (en el dominio sectorial de la medicina), tam- bién puede haber y hay un léxico cientifico de la lengua, for- jado fundamentalmente por los lingitistas: "para definir los valores "langue" y "parole" en francés es preciso examinar sus oposiciones y su funcionamiento en Ja lengua francesa (donde, por lo demés, la estructura seméntica no es “lan- gue"-"parole", ya que incluye también "mot", “discours", "propos", "expression", etc.). En lingiifstica, por el contrario, "langue" y "parole" se definen independientemente de la lengua francesa". Este seria, segtin Coseriu, el metalenguaje cientffico de lengua”. Una terminologia cientifica de la lengua y del lenguaje. 4.— Pero hay un hecho en el metalenguaje de lengua al que no alude Coseriu y que no se puede olvidar: que cada signo es signo de st mismo. Si, parafraseando el aforismo escolastico, (15) Id, p. 108. 26) Ibid! a7) tid 10 SALVADOR GUTIERREZ ORDONEZ, ‘AO XXXVILXXXVIT nada hay en el habla que no exista previamente en la lengua, las posibilidades del Hamado metalenguaje de discurso han de estar previstas en la "langue". Si los lenguajes naturales po- seen funcién metalingiiistica, ésta no puede ser tinicamente hecho de habla, de discurso. La teoria hjelmsleviana del metalenguaje pretendia dar una descripcién y explicacién precisamente al hecho de que cada signo puede ser signo de si mismo, es decir, una descrip- cién y explicacién del sistema que rige el uso metalingiiistico. Como bien se conoce, el autor danés concibe a la connotacién. y al metalenguaje como semisticas (con plano de expresion y plano del contenido). La influencia de los légicos polacos de los afios treinta parece haber sido capital en su teoria del me- talenguaje y, como consecuencia, también de la connotacién: "después del desarrollo experimentado por la logistica en los trabajos de los lgicos polacos —nos dice—, estamos prontos a aceptar la existencia de una semidtica cttyo plano del conteni- do sea una semidtica. Es el Uamado metalenguaje (..), por el cual se entiende una semistica que trata de una semidtica; en nuestra terminologia, una semistica cuyo contenido es una semidtica”"’. Cifiéndonos a la unidad significativa, signo me- talingiiistico y signo connotativo se presentarian como he- chos inversos: m = metalingiistico c= connotativo OWN signo connotativo signo metalingiiistico (18) L. Helmsley: Prolegomenos a una teoréa del lene p. 166. Gredos, Madrid, 1971, AO XXXVIEXXXVI DEL Us0 METALINGOISTICO " La teoria hjelmsleviana del metalenguaje conoce muchas de las limitaciones que en otro lugar hemos apuntado sobre su concepto de connotacién®. No es, por ejemplo, necesario que el contenido del signo metalingiiistico sea, a su vez, signo, como tampoco era indispensable que la expresién del signo connotativo fuera a su vez signo. De otra forma, tam- bién los elementos que no estan asociados a un significado pueden connotar 0 convertirse en objeto de referencia meta- lingiifstica. Conocido es cémo Ja articulacién de una "I" im- plosiva fuertemente velarizada connota el origen "catalan" de nuestro interlocutor. Pues bien, de la misma forma que "I" puede connotar, sin ser signo, también puede ser objeto de un uso metalingiiistico sin cumplir la condicién de ser ente significativo (lo importante es que sea un elemento per- teneciente a un sistema lingiiistico): —/I/ es un fonema liquido del espafiol. Podria legarse a la conclusion de que en el signo metalin- gllistico existe identidad entre su expresién y la expresién del signo denotado. De otra manera, mamd tendria el mismo sig- nificante en Mam tiene dos hijos que en 'Mamd’ tiene dos sila- bas. Esto, sin embargo, implica olvidar que se trata de dos sig- nos diferentes y confundir expresién con significante, distin- cién propuesta por R. Trujillo y que nosotros venimos de- fendiendo desde nuestras primeras investigaciones”. Como veremos mas adelante, las posibilidades opositivas y combi- natorias de mamd son totalmente diferentes en uno y otro caso. Dediquemos, de paso, unas lineas a destacar la enorme importancia de la funcién metalingiiistica. Si los lenguajes naturales no la poseyeran, si no hubiera metalenguaje de lengua ni metalenguaje de discurso (19) 8. Gutiérrez Ord6fiez: Lingifstica y Seméntica, Oviedo, 1981, p. 139. (20) Cf. R. Trujillo: Elementos de Semantica Linguistica, Catedra, Madrid, 1976, PP. 39, 59, 60, 99 y 161. Cf. S. Gutiérrez Ord6fiez, op. cit, p. 78 y 88. p. 157 y 88. 2 SALVADOR GUTIERREZ ORDONEZ AO XXXVI-XXXVI a) No existiria posibilidad de aprender otras lenguas: zCémo conocer, por ejemplo, la correspondencia espaiiola del inglés table o su significado 0 su pronunciacién, si no tu- viéramos la posibilidad de referirnos a tal signo? b) El estudio del lenguaje o de cualquier lengua en parti- cular serfa una empresa imposible. Habria un hueco en el co- nocimiento. Aunque legdramos a estupendas y avanzadas formulaciones sobre la Quimica, Fisica, Astronomfa, etc. la Lingiiistica se convertiria en una empresa imposible por “inefabilidad", por la simple y sencilla razon de que estaria- mos incapacitados para hablar de la lengua. ©) Las consecuencias serian atin mucho mis terribles: exis- ten datos fiables de que sin esta capacidad ni siquiera estaria- mos capacitados para asimilar nuestra propia lengua mater- na (con las graves consecuencias culturales que esto significarfa)*. 5.— Hora es ya de preguntarse: qué es lo que permite al oyente saber que en Mamd tiene dos hijos el signo mamd perte- nece al lenguaje objeto, mientras que en ‘Mama’ tiene dos sila- bas pertenece al uso metalingiiistico? De otra manera: jexisten reglas a las que tenga que someterse el hablante cuando pretenda que un signo se convierta en referente de si mismo? Estas reglas, estas caracteristicas morfosintacticas del uso metalingiiistico constituirian su "gramatica” Una advertencia inicial destinada a deshacer posibles equivocos. El metalenguaje (o los metalenguajes) no poseen una gramética propia, ni estructuras sintdcticas peculiares y aut6nomas. El ordenamiento sintagmatico es el propio del lenguaje objeto, porque el fenémeno del metalenguaje se cifie casi exclusivamente al campo léxico. Los usos metalin- (21) «Tout procés d’ apprentissage du langage, en particulier I acquisition par Tenfant de la langue maternelle, a abondamment recours a de sembables opérations métalinguistiques; et I' aphasie peut souvent se définir par la perte de I' aptitude aux opérations metalinguistiques» (akobson, op. cit, p.218) AO XXKVIXVI DEL USO METALINGOISTICO 13 Bilisticos no son otra cosa que incrustaciones, engastes de sig- nos especiales en el cafiamazo sintdctico del lenguaje ordina- rio. Idéntica estructura funcional es la que registramos en ‘Mamé tiene dos hijos y ‘Mama’ tiene dos sflabas. La Gramdtica del uso metalingilfstico se ha de cefir, por tanto, a Jas propiedades gramaticales de esos quistes o incrus- taciones que son los signos 0 expresiones utilizadas metalin- giifsticamente. El punto de referencia, de comparacién, serA siempre, claro esta, el comportamiento de estos mismos sig- nos cuando son utilizados en el lenguaje primario. 5.1.— Todo segmento usado metalingiifsticamente se comporta dentro de lenguaje-objeto como un sustantivo, cualquiera sea su categoria de origen, cualquiera su naturale- za y extensién. Prueba de ello es que estén capacitados para ocupar toda funcién nominal: * sujeto: —Ayer (adverbio) es un signo invariable —Tenebroso (adjetivo) tiene un significado patético —Cantamos (verbo) esta en primera persona del plural. —Mesas (sustantivo) es femenino. © Implemento: —intencionadamente he dicho estudiaban y no estudiabas. * Complemento: :Por qué le has puesto h a ermita? * Suplemento: En clase hoy no trataremos de cantar * Aditamento: Vivir se escribe con v, aunque se pronuncie como beber. Admiten asimismo ser transpuestos a otras categorias: —Aqui falta la h de hermosos 4 SALVADOR GUTIERREZ ORDONEZ AO XXXVI-XXXVIIL ejemplo en el que se observa que h, al funcionar como un nombre puede tener términos adyacentes y que hermosos, a pesar de ser adjetivo en el lenguaje primario, aqui es sustan- tivo transpuesto a la categoria de los adjetivos. Los segmentos que no eran signos también se comportan como nombres, naturalmente: —Pronuncias mal esa r. —AI escribir libreria te has comido er. Tampoco importa que el segmento reproducido sea un constituyente completo dentro del lenguaje primario. A pro- pésito de la secuenci —Caminaban por entre cadaveres podremos realizar la siguiente observaci6n: —Fijense en la secuencia de dos preposiciones por entre 5.2.— Cualesquiera sean los morfemas originarios, los seg- mentos usados metalingiiisticamente ven neutralizadas todas sus marcas morfemiticas. Este hecho no sucede sélo en adjetivos y verbos, donde tal neutralizacién seria esperable al existir cambio de categoria, sino también en los mismos sus- tantivos. La concordancia se establece siempre en el morfema més extenso de cuantos entran en la oposicién. La tercera, para el eje morfemético “persona”, el singular para el “ntimero". En el género hemos de distinguir: si la oposicién era binaria (masculino/femenino) seré la forma del masculi- no la que represente tal concordancia. Pero en los casos donde intervenga asimismo el neutro (demostrativos y per- sonales, por ejemplo) seré esta forma la reproductora del uso metalingiiistico: — Cantamos (pl., 1* pers.) tiene (sing., 3° pers.) dos nasales -rojos (masc., plur.) era (sing,) un insulto empleado por franquistas. AO XXXVIEXXXVII DEL USO METALINGEISTICO 15 Compérese entre las siguientes parejas de ejemplos: ~ Mami es bonita ‘Mama’ es bonitO. ~ Hablaban de mama — Hablaban de ella Hablaban de ‘mam’ + Hablaban de ello En ocasiones concuerdan con un género que no corres ponde al elemento morfematico més neutro y que puede coincidir 0 no con sus morfemas dentro del lenguaje-objeto: — Regalo es muy usadA; pero dédiva es mas sonorA y poé- ticA Se debe a la presencia no mencionada, pero si consabida o presupuesta de signos, femeninos en este caso, como palabra, expresién etc. — La palabra regalo es muy usada; pero la palabra dédiva es més sonora y poética. Adviértase que con s6lo cambiar palabra por signo (mascu- lino) variaria autométicamente la concordanci — El signo regalo es muy usado; pero el signo dddiva es mAs sonoro y poético. Y se se presupone signo, la secuencia quedaria: — Regalo es muy usadO; pero dédiva es més sonorO y poé- ticO. (53.— Esta posibilidad de anteponer a los usos metalin- icos signos pertenecientes a lo que Coseriu denominaba metalenguaje de lengua (incluido el metalenguaje cientifico de lengua), es decir, secuencias significativas del tipo palabra, signo, expresién, fonema, morfema, oraci6n, decurso, frase, sintag- ma, etc., constituye una de las caracteristicas de los casos de mencién 0 uso reflexivo frente a las expresiones utilizadas en lenguaje-objeto. En la secuencia 16 SALVADOR GUTIERREZ ORDOREZ AO XXXVIL-XXXVI —El gato tiene cuatro patas podemos introducir signos genéricos pertenecientes a su campo de experiencia (animal, vertebrado, felino, etc.): —El animal gato tiene cuatro patas, pero nunca secuencias como palabra, signo, etc. Nos conduciria a una anomalia semantica: —el signo gato tiene cuatro patas 5.4.— En usos metalingiifsticos son posibles secuencias de homé6nimos sin funcién enfatizadora: —Los complementos de compaiifa se construyen con con. —Un sustantivo seguido de de. —El signo signo es bisflabo. —tLa palabra palabra deriva de parabola. Estamos, claro estd, ante casos diferentes de un foro foro, un café café, es feo feo, etc. Aqui ninguno de los segmentos tiene uso reflexivo, mientras que si hay empleo metalingiifstico en el segundo de los elementos el signo ‘signo’, la palabra ‘palabra’, etc. 5.5.— Las expresiones metalingiifsticas no necesitan de los requisitos formales de actualizacién de que precisan los sus- tantivos para contraer la funcién sujeto y algunas otras. a) Los nombres continuos, que en el uso ordinario vienen pospuestos (Manaba sangre de la herida)#, admiten como hecho perfectamente normal, la anteposicién cuando estén mencionados: —Sangre es un sustantivo no contable. (22) Cf. J.A. Martinez: «Acerca de la transposicién y el aditamento sin preposi- ‘Gén», Archioum, XXXI-XXXM, 1981-1982, pp. 501-502. AO XXXVIEXXXVE DBL USO METALINGOISTICO v7 b) Los nombres discontinuos, que precisaban de determi- nacién para funcionar como sujeto, en los usos que analiza- mos no la necesitan. Frente a El soldado viene de la muralla te- nemos —soldado viene de *solidatum donde ni el sujeto ni el aditamento necesitan del articulo. Obsérvese la irregularidad de tal ausencia en el lenguaje pri- mario: —*soldado viene de muralla 5.6.— Aunque estén capacitadas, como hemos visto, para desempefiar cualquier funcién sintactica, las expresiones me- talingiiisticas no admiten coordinacién, dentro de una misma casilla o hueco funcional, con un segmento no men- cionado. Seran irregulares, por consiguiente: —Visité Sevilla y (el signo) ‘Granada’ —Mami y (la palabra) ‘mama’ vinieron a verme Asimismo se producen irregularidades cuando se coordi- nan atributos o predicaciones correspondientes la una al len- guaje objeto y la otra a su uso metalingiiistico: —"Mamé tiene tres hijos, pero dos sflabas —*Pedro es nombre propio y albafiil 5.7.— Como sefiala I. Bosque, los adjetivos en funcién de atributo seleccionan el interrogativo cémo (en oposicién a los. sustantivos a los que corresponde normalmente la pregunta qué), "salvo en los usos metalingiiisticos"”, En efecto, a las preguntas —zCémo es el perro? —ZQué es el perro? (23) 1. Bosque: «La seleccién de las palabras interrogativas», texto mecanogra- fiado, 1983. 1B SALVADOR GUTIERREZ ORDOREZ AO XXXVELAXXVIE las respuestas se sitdan en diferente nivel. Violaria tanto las reglas lingiifsticas del didlogo responder a la primera El perro es sustantivo como a la segunda EI perro es hermoso. También en la seleccién de interrogativos se transluce, pues, la diferencia entre lenguaje objeto y uso metalingiiistico. 6.— En un intento de explicar por qué cualquier elemento usado metalingiifsticamente se comporta como un sustanti- vo, sostenfamos en un trabajo aparecido en 1978 la existencia de una transposicién: "Un funtivo léxico de naturaleza no sustantiva puede ser transpuesto a funcién nominal. por refe- rencia metalingiifstica: BUENOS es un adjetivo; CANTAMOS funciona como micleo del predicado; AYER es un segmento invaria- ble"*, Eramos conscientes de la ausencia de transpositor lexi- calizado, pero, ante la evidencia del cambio de categoria, pen- sébamos que la responsabilidad de estas transcategorizaciones derivaba de Ja inmovilidad formal de las incrustaciones me- talingiifsticas. La explicacién seria perfectamente valida y aceptable si no nos encontraramos con el comportamiento de los sustantivos. Estos, en el uso metalingiiistico, inmovili- zan también sus marcas pero no cambian de categoria (sélo estarfamos autorizados a hablar de transclasificacién, a causa del cambio formal). Claro esta que se podria argumentar: los sustantivos no cambian de categoria precisamente por ser tales, ya que es la categoria nominal el destino de todo seg- mento metalingiifstico. Cabe, sin embargo, otra explicacién. Es la ofrecida por E. Coseriu: "A menudo se dice, por ejemplo, que toda “parte de la oracién", aun una palabra morfematica (una preposicién, una conjuncién), puede funcionar como sujeto de una ora- cién, y se interpretan casos como el sf, el no como “sustantiva- (24) 8. Gutiérrez Ordéiiez: «Visualizacién sintéctica: un nuevo modelo de repre- sentacion espacial», en Actas del IV Cologuio Internacional de Lingitstica Funcional, Oviedo, 1978, p. 264. Véase también: «Conceptos bésicos en la teoria de la transpo- sicién sintéctica», Lecciones del I y I Curso de Lingiistica Funcional, Oviedo, 1985, pp. 79-80. AO XXXVIEXKXVIL DEL USO METALINGUISTICO 9 ciones de adverbios". Nada més falso (...). Lo que es cierto es que todo elemento significante del lenguaje primario (una palabra, una parte de palabra, una expresién entera) puede convertirse en nombre de si mismo —y, por consiguiente, en sustantivo— en el plano del metalenguaje ("verde es un adje- tivo", “un sf, "—mos es una desinencia", "—mente es un sufi- jo", "la b", "este creemos que... no me gusta”, etc)". Segiin esta teorfa no necesitamos acudir al concepto de transposicién: cada expresién lingiifstica puede convertirse en nombre de s{ mismo. La inmovilizacién formal serfa sim- plemente signo de que un determinado segmento (sustanti- vo 0 no) estaba usado metalingiiisticamente. Quede, sin em- bargo, claro que tanto una explicacién como la otra son posibles. El comportamiento en el lenguaje primario de estos sus- tantivos los convierte en vecinos préximos de los nombres propios. Desde una perspectiva seméntica su referencia es singularizada. Por otra parte, hemos visto ya cémo no necesi- tan del articulo (u otros determinantes) para contraer la fun- cién sujeto u otras similares. Satvapor Guritariz ORDONEZ (25) E. Coseriu, op. cit. p. 107.

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