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LOS CUADROS Los cuadros y su valor ‘E] Partide est compueste por todes sus miembros. Todos tienen iguales derechos e¢ iguales deberes. Entre los mumerosos deberes indicados en los Estatutos (articulo 14) se cuentan los de trabajar por Ia aplicacién de la linea del Partido y el chess dl oe eeanteasscar 5 tallosgcie’ ehoear aa Hieatoe oe las masas, defender abnegadamente las refvindicaciones y aspira- ciones de los trabajadores, tomar activamente parte en las reunio- nes de su organismo. gPor qué se habla entonces de cuadros del Partido? jHablar de cuadros del Partido no seré lo mismo que hablar de miembros del Partido? ,Qué son, en definitiva, los cuadros del Partido? Puede decirse, sumariamente, que todos los miembros del Bere orn ver, cies, GeL are eee ae Son cuadros los miembros del Partido que desempefian ta- reas responsables en cualquier escalén. Pero también son cuadros todos aquellos que se esfuerzan abnegadamente en el cumpli- miento de sus tareas, cualesquiera que ellas sean. i Es decir: ser cuadro del Partido, mis o menos destacado, no se define obligntoriamente por el organismo al que pertenece el miembro del Partido, ni por el grado de responsabilidad, ni por la tarea que desempefia, ni siquiera por el nivel de su preparacién politica y de sus conocimientos gencrales, 101 Existen cuadros del Partido en todas las organizaciones, en todos los grados de responsabilidad y en todas las tareas. Existen cuadros del Partido con los mis diversos grades de preparacién ideolégica y de conocimientos. Los cuadros se revelan, se afirman y se desarrollan a través de su actividad, Y puesto que la formacién de un euadro ¢s un proceso, no hay un limite definido, rigido, divisorio entre los miembros del Partido en general y los cuadros en particular. actividad del Partido es la actividad de todos sus miem- Rata pec del Partido es la obra de todo el gran colectiva partidario. No es, sin embargo, correcta una vision igualitarista de los — miembros del Partido en cuanto a lo que repretentan para el Partido. Es una realidad irrecusable que el desarrollo de Ja actt- vidad en todos sus aspectos y la propia obra del colectivo de- penden en gran medida de los cuadros, de su preparacién, de su capacidad, de su dedicacién, de su trabajo esforzedo, No se puede” Negaron a exigit cho mis diversifieada, profunda y especializada, j Los éxitos ‘alcanzados en la actividad del Partido se deben en” parte decisiva a la capacidad ue mostré el Partido para format : ee pecesariés para la lucha ep las nucvadl condiciones creadas por Ia revolucién. “a Los cuadros abnegados, preparados, aptos para desemspeteeas con éxito sus tareas, constituyen un valor precioso para el Partido. Constituyen un factor decisive para el éxito de su actividad. 2 & i i 3 ; B : | Conocimlento, preparacién, selecclén y promocién Cuando se aborda Ja politica de cuadros del Partido, se men- cionan en general tres aspectos fundamentales; ¢l conocimiento de los cuadros, su preparacién y formacién y su seleccién y pro- mocién, La politica de cuadros involucra muchos otros aspectos im- portantes. Pero tiene como piedras angulares Ia definicién de Ii- neas de oricntacién relativas a los tres aspectos mencionados. El conocimiento de fos cuadros es uno de los aspectos més complejos, si no el mis complejo, de la politica de cuadros. El conocimiento de los cuadros puede considerarse en un sentido restringido y €n un sentido amplio. En un sentido restringido, se limita a la verificacién de la actividad que cada miembro del Partido realiza en un momento Jado o en un de tiempo dado. Este conocimiento es re- lativamente facil, aunque no siempre sea seguro el juicio de valor de esa actividad. En un sentido amplio, el conocimiento de los cuadros signi- fica el conocimiento de su personalidad, de sus cualidades y de- fectos, de sus potencialidades, Como implica una opinién acerca de la perspectiva de su desarrollo, es un conocimiento extremada- mente mds dificil. Es falible, y a veces peli fundamentar el conocimiento de tal o cual cuadro del Pa: en su opinién individual, La experiencia demuestra que los criterios individuales de .preciacién son muy diversos. Hay camaradas que aprecian en los piesa tone si de Seer SOE te eee ucta partidaria, otros la capacida , otros la dis- ciplina, otros diversas cualidades y eee forma hay camaradas que en su apreciaciin, dan mayor importancia a tales o cuales defectos. La experiencia demuestra que, con relativa frecuencia, la opinién acerca de los cuadros, que se forma una ofganizacién a través de la informacién u opinién personal de un tiene que ser posteriormente corregida, a veces radicalmente. La propia complejidad de la cuestién aconseja que el cono- timiento de los cuadros sea el resultado de un trabajo colective. | 103 te 1 ‘meet. Es igualmente falible, y también a veces peligroso, funda- nentar Pais de al o cual cuadro en la apreciacién de una cualidad o un defecto aislado, de una actitud o de un proce-” dimiento positivo o negativo, de un éxito importante o de on” error grave, de uno u otro momento aislado de su vida y de su” actividad. ; La apreciacién correcta debe tomar en cuenta las miltiples caracteristicas, las virtudes y los defectores, su presente y su historia, La poe complejidad de la cuestién aconseja que la apre- ciaciém de los cuadros sea global. a los principios ligadas a la actividad prictica. i A veces, hablando de Ia preparacién y formaciin de log cuadros, se tiene en cuenta casi exclusivamente con vistas a su preparacién y formacién ideolégica. 5 Esta juega, sin duda, un importante papel en la preparacién y formacién de los cuadros. Por eso la ayuda politica, el estudio: en general y el estudio del marxismno-leninismo en particular, la participacién en debates, la frecuencia de cursos, constituyen as] pectos signifieatives y a veces determinantes de la preparacién dev los cuadros. 4 Pero la preparacién y formacién de los cuadros no se limita: a la preparacién y formaciin ideobigicas. Otros aspectos inseparits bles son la capacidad alcanzada en la ejecucién de tareas que les son confiadas, el creciente sentido de la responsabilidad, la forma: cién del caricter. 3 En esas varias direcciones se desarrolla el apoyo y ayuda a Jos cuadros para su preparacién y formacién. 7 La seleccién y promocién de los cuadros aparece como resultado natural de su desarrollo. ’ Jeccién y promocién de los cuadros consiste fundamen~ talewehi on la abucibe a los militantes, de tareas adecuadas: sus cualidades y caracteristicas y en la incorporacién de militam: tes a nuevas tareas consideradas mas dificiles e importantes, in dependientemente de que se realicen en organismos mas 0 mends responsables. 104 Se trata tembién de una tarea que sclo puede cumplirse acertadamente si se basa en un serio trabajo colectivo. Es completamente indeseable que Ia incorporacién de nuevos cuadrog a tareas o cargos de mayor responsabilidad sea determi- nada por factores tales como la simpatia, el favoritismo, los lazos de amistad con tal o cual dirigente, la preferencia por cuslesquic- ra rizones que no sean [as cualidaces reales y el valor de los cuadras. Cuando se discute en concre'o, en cualquier organismo, 1a promocién de cuadros, sucede con frecuencia que haya ripida- mente unanimidad en relacién con uno u otro camarida, pero con igual frecuencia se manifiestan (y es inevitable y deseable que asi sea) opiniones muy diversas en relacién a otros. La decisién final exige a veces un prolongado examen colectivo. La preparacién de la a sobre la composicién del nuevo Comité Central, llevada al X Congreso del Partido, fue re- sultado de un trabajo de muchos meses, a lo largo de los cuales se elaboraron numerosisimas opiniones sobre cientos de cuadros del Partido y se realizaron itades cambios de impresiones de los organismos ejecutivos del Comité Central con numerosisimos camar Naturalmente, la selecciémn y promocién con vistas al Comité Central exige creat rigor y atencién. Pero, en relacién con otras tereas, la metodologia y los criterios pueden de manera adecuada ser esencialmente los mismos. Los cuadros jévenes y el conflicto generacional En nuestro Partido, como regla general, no es la edad lo que determina la atribucién de tareas y de responsabilidades, sino las cualidades reales de los militantes. La composicién etaria de las organizaciones y organismos presenta, sin embargo, grandes irregularidades, cuyas causas fun- damentales son objetivas. En las organizaciones mis antiguas del Partido, con grandes tradiciones de Iucha, en la cus! se revelaron y dieron grandes Pruchas numerosos militantes, es natural que aparezcan al frente cuadros con muchos afios de Partido, por lo tanto midis viejns. 105 Fé teu i i i E fh f Este trabajo educativo se hace en los mas variados sentidos Se hace creando en los cuadros mas jovenes la conciencia del valor, de Ja experiencia, del saber, de la firmeza de los cuadros mis antiguos, de los justos grados de confianza basada en las pruebas dadas, en la complejidad de las tareas revolucionarias, lel largo aprendizaje que ellas exigen. Se hace creando, en los cuadros mis antiguos, la conciencia de que la vida ve para adelante, que en el presente no se puede vivir tan solo del pasado, que hay capacidades que se ganan con los afios pero también las hay que se pierden, y que el militante omunista no puede mirar a Ja juventud con los ojos condescen- dientes:y criticos de los abuelos para los nietos, sino con Ja mira- da horizental y fraterna de un comunista a otro comunista, La clave principal para la solucién correcta del problema es el pleno aprovechamiento de la capacidad y experiencia de los cuadros, lo cual significa, por un lado, la utilizacién de las capa- idades de los camaradas con mis aos de Partido y, por otro lado, la atraccién, la apertura, la dinamizacién y Ja audaz promo- cién de los cuadros jévenes, que se’ van forjando en la lucha y traen consigo no solo nuevas energias, sino también experiencias nuevas y esenciales para el desarrollo del Partido, Deberes y derechos Log Estatutos del Partido (aiticulo 9 y siguientes) son muy pormenorizados en le indicacién de los deberes y derechos de los miembros del Partido, Asi, el articulo 14 indica como deberes: trabajar por la apli- cacién de la linea politica del Partido y para el fortalecimiento de su organizacioén e influencia; rendir cuentas de su actividad; de- fender Ja unidad del Partido; reforzar su ligazén con Jas masas; defender abnegadamente las aspiraciones y reivindicaciones de los trabajadores y del pueblo, tratando de saber escuchar y com- Prender sus opiniones y trasmitirlas al Partido; comparecer regu- larmente en las reunfones de su organismo y tomar parte activa en sus trabajos; reclutar para el Partido los obreros y obreras de vanguardia y los mejores hijos e hijas del pueblo; elevar su nivel politico e¢ ideolégico mediante el estudio vivo del marxismo-leni- nismo y de la linea politica y de la experiencia del Partido; sex 107 umplidor escrupuloso. isciplina Partid jerce Y La experiencia demuestra la extrema y natural irregularidad caanalar la prictica ae ne a tee de la militancia de los miembros del Partido en lo que respecta a la lucha contra las provocaciones, el liberalismo y mmchos de estos derechos. y deberes. nm; nunca hacer declaraciones que perjudiquen al Partido en Seria absurdo que el Partido exigiese de un mismo militante ninguna circunstancia en que se encuentre; ser sincero, honesto” el cumplimiento de todos los deberes y el ejercicio de todos los y leal para con el Partido y para con todos los camaradas; tener | derechos icados cn los Estatutos, pre ete ada eae ae pee zy ee Berit ones z De aqui se infiere que la definicién exhaustiva de los sepsis pertenece e y derechos de los miembros del Partido constituye, por un lado, Pee en caso de cambiar de lugar de trabajo o de ane indice de obligiciones y de pasibilidades de intervencién en la vida partidaria, que abarcan situaciones y actividades muy di- versas de los miembros del Partido y, por otro lado, algo asi como un cédigo de educacién y formacion politica, civica y moral de los militantes. El articulo 15 indica como derecho de los miembros del Par- tido: expresar libremente su opinién en los debates realizados en el organismo al que pertenece y en las reuniones donde fuera oe Based ae si de le Ines! El segundo hecho que salta a la vista del exhaustive enuncia- lo es la dificultad para discemir si algunos de los deberes no es- tariah mejor clasificados como derechos y algunos de los derechos no estarian mejor clasificados como deberes. Asi, por ejemplo, zserin derechos o serin deberes votar en la eleccién de los organismos de direccién, participar en las reunio- nes, reclutar nuevos miembros para el Partido, ejercer la critica que pertenece en que se tomen r. sa y la autocritica, ser vigilante, intervenir en los debates, ete.? piconet Leite? casos especiales. en ai te no sea aconseja- No caben dudas de que son simultineamente derechos y de- nee eaves es co pnlelae ne ct beres, Ademds, ¢s una realidad que el militante asume muchas es como derecho lo que es su deber y asume como deber lo que es su derecho. : El primero: que los deberes de los miembros del Partido: Esta doble faz de los derechos y deberes de los militantes - , 7 indica la riqueza del fundamento revolucionario y ético de la po- n de los comunistas en relacién con su Partido. El articulo 13 de los Estatutos establece también un princi- oe : oe repaerh oe pager pio fundamental: “Los deberes y los derechos son iguales para todos las miembros del Partido”. Esto signi legitime. Partido exija todos peers senile Ae ee rae “ Ya era asi en la clandestinidad, Después del 25 de Abril, tantes el cumplimiento de todos los deberes (asi como el este principio se concreta en una orientacién relativa a la fueva cién: no establecer fronteras, ni diferencias de calidad, ni de derechos y deberes, entre camaradas legados de la clandestinidad y camaradas afiliados al Partido después del 25 de Abril, a pesar de que la afiliacién, aunque acompafiada de informaciones, no es Precedida por ningun periodo de candidatura. 109 derechos y deberes de los comunis-_ ue estén on el Partido desde apenas _ miiliten desde hace medio siglo o mds en — Se establece asi que los tas son los mismos, ya sea algunos dias atris o que Esta igualdad de der sidere que todos los mie: litantes, que todos tienen echos y deberes no significa que se con-— mbros del Partido son iguales como mic el mismo valor, que er tarea no se tengan en cuenta la difere ién de los militantes, la mayor de tales o cuales tareas, las coraje y conciencia revolucionaria. El tiempo de afiliacién al Partido cialmente en Ia cla evaluacién del cuadro, de su en la atribucién de ncia de srpeteaces 4 © menor aptitud para 7 bas de capacidad, 4 y las pruebas dadas (espe: id) intervienen como elementos de Preparacién, experiencia y posibilidades._ derechos: son iguales pa: blece una misma linea La experiencia de la revolucién un periodo relativamente corto de tedo en una época de flu adquirir experic Portuguesa demostré que, ¢ al Partido *( sob jo revolucionario), un militante pued nelas, desarrollar su preparacién, mostrar a tales o cuales tareas, dar valiosas y ién, coraje y conciencia revoll Esta orientacién I a tener profundas nes en el dened een en la unidad di el Partido y en Ia formacién y preparacién de los cuadros, La manera de ser individual en Ia Practica del colectivo Tal como los otros hombres comanistas tienen rasgos indivi Como comunistas, fas es bueno que adq licas comunes en su ¥ mujeres, los hombres y mujeres iduales diferenciados. tienen ideales comunes. Siendo wicran Iineas de orjentacién comunes Proceder en cuestiones esenciales. P. Sata comunistas n0 se fabrican con molde, Son seres humanos y por ello distintos. Conservan —y es natural y es bueno que conserven— su individualidad propia. Sin duda que la sensibilidad, los Qustos, las preferencias y los hibitos de la vida normal (sobre todo cuando se relacionan con la aceién politica y el significado itico) también evolucionan y también se educan. Pero en ellos hay siempre rasgos individuales que se conservan en cada cual y diterautan unos seres de los otros seres, EI Partido indica orientaciones esenciales. Pero no decreta modelos oficiales de sensibilidad, de gusto, de habitos personales Al ser confiada a un camarada una tarea més responsable, no debe por ese hecho sentirse trabado en sus caracteristicas, habitos y forma de ser. Para corresponder a la confianza depo sitada en él, no tiene que renunciar a lo que es su naturaleza propia resultante de la vida y de la experiencia personal y hasta del medio en que se inserta su vida normal. Si camaradas més responsables pretenden que su propia ima- gen sirva de molde a los demis camaradas y pretenden que las caracteristicas propias y los juiciog Propios se tomen metros de modelos para juzgar las cualidades de los otros, revelan, aparts de cierta vanidad o° suficiencia,- un profundo desconocimiento de ho que es ser comunista y de Io que es ser humano, Y si camaradas menos responsables, copiando mis o menos concientemente a “sus responsables", adquieren ademanes, tics y Poses, si pierden la naturalidad y la espontineidad, si siendo na- ‘uralmente circunspectos pasan a ser risuchos o sienda natural- mente risuefios pasan a ser circunspectos, acaban por adquirir un amaneramiento tico que amputa o limita gravemente su personalidad. Los militantes pueden tener maneras diferentes de reaccionar Personalmente ante las situaciones, sin que ello tenga que ver con su evaluacién cualitativa como militantes. Ser comunistas no impide que se ria mis 0 se ria menos, que Se prefiera estar en casa o pasear al aire libre, que se aprecie o no Se aprecie una golosina, que se fume o no se fume, que se beba © no se beba un vaso, que se viva mds o menos intensamente el amor, ili aro ir nor intensidad de los humana y a la vida. corromper o degradar, Pero la mayor o me- Sustos y hdbitos es conforme a la naturalera La absorcién completa y exlusiva en la actividad politica, sin dejar tiempo no solo Para otros intereses, sino para la admi- © én de Ja propia existencia, puede ser sintoma de abnegacién. yy hasta de pasién revolucionaria. No €s, por cierto, Ia forma mis — completa y deseable de ser revolucionario, Acepta privaciones.y sacrificios. Pero no solo es justo que tenga, — sino que es necesario que tenga, los sentidos vueltog hacia la vee 4 El amor a la vida no contradice la decisién de darla, si asi lo impone Ia lucha. Amar cl sol, el aire libre, Ja naturaleza, la tierra aire y el agua, las plantas y lag flores, los animales, las piedras, la luz, el color, el sonido, el movimiento, la alegria, la risa, el placer, corresponde a la propia naturaleza del ser humano. ser indiso. clable del planeta donde nacié. y donde vive. ‘ Es propio también del comunista que, por ser comunista, na_ deja de ser un ser humano; al contrario, 19 es mas intensa y pro. fundamente. y el mar, el Activistas revoluclonarics y seres humanca grandes dificultades. Se trata de visto desde Angulos diversos. EI primero se refiere al interés inmediaty de la actividad par- tidaria y al criterio que, en conformidad, debe orientar lax ext gencias hechas a los militentes, Una intensa actividad provoca siempre limitaciones y dif cultades en la vida personal. En situaciones extremas (y ese f. el caso de Ia vida clandestina para muchos militantes) hasta pue- de volverse inevitable una decisién radical en términos de opcién y alternativa entre Ja actividad revolucionaria ¥ aspectos funda- mentales de la vida personal, gCuiil es entonces el criterio? Puede decirse que hay un criteria fundamental: a lucha puede exigir mucho, puede exigir hasta la vida, pero cl Partido debe tratar siempre, con el mayor empefio, de reducir al minima posible Jas dificultades y problemas personales que la actividad partidaria cree al militante. Es justo exigir sacrificios, Jamas sacri- ticios intitiles o innecesarios. Las conclusiones precipitedas’ de una supuesta incompatibi- lidad y Ia consiguiente opcién radical conducen siempre a deci- siones erradas, Es igualmente defectuoso concluir sin reflexién su- ficiente que el evadro debe sactificar su vida personal a la tarea, o que no esti en condiciones de tealizar Ja tarea en razén de su vida personal. 5 En las condiciones creadas por la Revolucién de Abril, siguen siendo muchas veces inevitables dificultades en la vida personal como resultante de una intensa vida’ partidaria, Pero infinitamen- te menores y muchas veces ‘solucionables. Si hay preocupacién y esluerzo para encontrar soluciones que permitan superar la con- tradiceién, pueden evitarse los términas de Sind alternativa y ase: gurar en lo esencial que la tarea sea cumplida y que Ja vida per- sonal de los camaradas no sufra en consecuencia limitaciones de- nasiado graves, El segundo dingulo se refiere a la formacién correcta del mili- fante y la consideraciin de la importancia de la vida personal del militante para su propia formaciin, La experiencia demuestra que Ja formaciéin global del miti- tante sufre serias limitaciones si éste se absorbe de tal manera en su actividad politica, que clvide aspectos fundamentales de su vida personal. i Més alli de Jas consecuencias a veces dramiticas para otros seres, el caricter y la sensibilidad de un cuadro, como militante ¥ como ser humang, inevitablemente sufre deformaciones, si falta la satisfaccién de necesidades humanas elementales, si el cuadro vive apartade y desconoce aspectos de la vida cotidiana que son Para gran parte de la poblaciéh lo esencial de la vida y los fac- 113° tores determinantes de las opiniones, qe las preocupaciones, de los sentimientos y de las actitudes, Es un error esencial y una grave limitacion de la experiencia, | del entendimiento y de la sensibilidad tomar como virted lo que fue la grave limitacién de la vida personal resultante de la acep- | tacién voluntaria de duras condiciones de lucha. Tener determi- nacién y fuerza para aceptar tales limitaciones es virtud revolu- | cionaria. Las graves limitaciones de la vida personal no constitu: yen virttdes, sino amputaciones. La aceptaciin revolucionaria de tales limitaciones conduce | al fortalecimiento de la voluntad y de la determinacién. Las limi- taciones conducen a deformaciones, y a veces serias deformaciones _de la sensibilidad, de la afectividad y de la atencién hacia k otros y hacia sus problemas. Un tercer aspecto se refiere a la comprensién de lo que es la abnegasién y lo que es el sacrificto, Abnemnciia y sacrificio son nociones diferentes y no m damente . La abnegacién, aun ka abnegacién muy g puede sendaele a sacrificios, pero no los implica Militantes abnegados que pagaron su lucha con duros sa- crificios, cuando saben aprender con la vida, tienen razones para ser particulannente comprensivos hacia los problemas de los otros: camaradas, de los otros seres, y porque dan valor al sacrificio, quieren que a los otros se les evite lo que ellos mismos sufrie Pero también hay casos en que camaradas marcados por sados sacrificios, se vuelven cerrados ¢ incomprensivos para se diria’ piensan que, aun innecesariamente, todos deberian repetir et vida aquello que fue la suya propia. F. Es en cierto modo [a definicién del “comunista ideal” to- mando como modelo Jo propio que lo define, Pero si alguien s¢. considera habilitado para definir al “comunista ideal” segin su propia manera de ser, zno ser legitimo dudar de que esa manera ria) see ‘an! ind canal Goune “taeal cata! as onstage a il4 Seria un error profundo dividir al Partido en comunistas idea- les y comunistas que lo son, considerar como “verdaderos comunistas” aquellos que sacrifican toda su vida personal y co- munistas de segunda clase aquellos que, ademis de su: vida mili- tante, tienen condiciones para tener una vida personal regular. En todas las situaciones sociales y politicas, mas faciles o mas dificiles, el militante debe dar pruebas de que es un revolucio- nario. En el PCP se considera tan revolucionarios y abnegados 4 aquellos que supieron, en la clandestinidad, arrastrar las mas duras pruebas como a quienes, después del 25 de Abril, lucharon heroi- camente en la construccién y en la defensa del nuevo Portugal democritico y de sus conquistas. Se considera tan revolucionarios y abnegados a quienes en la lucha sacrificaron gran parte de su vida personal, como a quienes, luchando tal como los primeros, tuvieron a suerte de poder tener una vida persona] realizada y feliz. Que nadie tenga vergiienza de ser feliz. Aparte de todo, por- que la felicidad acleer humano es uno de los objetivos de la Iu- cha de los comunistas, El esfuerzo de perfecclonamiento Ta vida de un cuadro es un constante esfuerzo de perfeccio- namiento. Perfeccionamiento politico, mediante la adquisicién de conoci- mientos tedricos, mediante la practica, mediante la experiencia ad- quirida. Perfeccionamiento técnico, mediante la adquisicién de ins- trumentos necesarios para la accién. Perfeccionamiento moral, mediante la constante accién edu- cativa del Partido y mediante la ia_accidn revolucionaria que es, por si sola, una verdadera del carcter. En un partido como el nuestro, en que el trabajo colectivo llegé a ser una norma fundamental y un estilo, el perfecciona- miento de cada uno se inserta en el perfeccionamiento de todos, en el perfeccionamiento de los organismos y del Partido en su conjunto, 115 , por un lado, en la ayuda al trabajo de Its organizaciones y orga. En este sentido, la ayuda del Partido a los cuadros se traduce, nismos y, por otro lado, en la ayuda a cada camarada considerado individualmente. Son dos formas de ayuda complementarias e in- disociables, a Es sin embargo inevitable, en un partido grande y dindmico — como el nuestro, que la ayuda a los colectivos, dns cual se beneficia cada uno de sus componentes, sea la forma fundamental — de ayuda a cada uno de sus miembros, La ayuda ‘a los cuadros, directa o inserta en la ayuda alia colectivo, es un factor esencial para su perfeccionamiento. Ayuda significa la contribucién del Partido y de sus miembros para que cada camarada y todos los camaradas cumplan con éxi sus tareas. Significa el interés real y constante de los organismos ~ y de todos sus miembros en que todos y cada uno correspondan — a las exigencias que se les hacen. = ¥. para ello, Ia ayuda a los cundros tiene necesariamente que — considertr dos direceiones: el desarrollo de las cualidades positi- — vas y potencialidades de los cuadros y Ja correccién de insufi- ciencias, defectcs y tendencias negativas. Para el desarrollo de Ins cualidades positivas v potencialida. — des es indispensable la accién prictica y el aprendizaje tedrico. Para la correcciin de insuficiencias, defectos y tendencias © negativas, ademas de la prictica y de la teoria, interviene como — factor de ma: relieve, en ligazdn con la aceciém v la vida coti- diana, el ecimiento, el convencimiento, la educacién politi ca, civica y moral, y también la critica y la autocritica Un importante aspecto del esfuerzo de perfeccionamiento es 4 Ja superacién de los errores que se cometen El error debe ser apreciado en su debida importancia en su debido aleance. Puede fustificar o hasta exigir sanciones, Nunca 7 justifica que se ate definitivamente el militante al error que cometis. El juicio de cada acto debe ser sereno y en lo mis posible objetivo, Y el juicio global debe ser comprensivo, tolerante, abier- to y admitir que el individuo es mejor que el error que cometid yo” que por ello tiene potencialidades para superar ese error. ‘ i Esta es una de Jas leyes fundamentales de la politica de cua- dros en lo que respecta al esfuerzo de perfeccionamiento. Critica y autocritica La critica y la autocritica constituyen procesos normales y habituales del trabajo del Partido. Son parte integrante del estudio de los acontecimientos, del andlisis de la actividad y de la con- ducta del Partido, de sus organismos y de sus cuadros. Cualquier balance del trabajo realizado implica que se ob- serven, no solo los éxitos y los resultados positives, sino las insu- ficiencias, las deficiencias, las faltas y los errores, y que se enca- ren las medidas y los esfuerzos para superarlos y corregirlos. Tritase de un método de trabajo que se inserta necesaria y obliggtoriamente en toda la actividad partidaria y que existe in- dependientemente de la responsabilizacién, aunque conduzca a ella. No siempre, de la insuficiencia o del error detectado, resul- taron perjuicios inmediatos y visibles. No por ello se debe mini- mizar la importancia de la critica ni omitir 1a autocritica. La gra- vedad de los errores no debe medirse solamente por la gravedad ie sus comsecuencias negativas, sino por las que habria podido iaber. Es decir: siempre que se verifican deficiencias y errores, ¢ independientemente de sus consecuencias, son indispensables la critica y la autocritica. El error es un mal; su repeticién siempre es peor. En la lucha revolucionaria, tan importante como extraer la experiencia de los éxitos es extraer la experiencia de las defi- ciencias, de los errores y de las derrotas. Siendo Ja critica y la autocritica prictica normales y natura- les, pueden realizarse correctamente sin que las palabras “critica” y “autocritica” sean invocadas siquiera. Tanto Ia critica como la autocritica son formas de examen objetivo de los hechos y del mejoramiento y correccién de la orien- tacién y de Ia prictica del Partido, de sus organismos y de sus cuadrog, ase examinan insuficiencias? Se las anota y se toman medidas Para superarlas, zSe examinan errores? Se los anota y se toman medidas para corregirlos. Esto es lo esencial. ny colectivo. f Cuando se examina Ia actividad realizada por un organismo ¥ se concluye (aun sin que emerja directa y explicitamente la responsabilizaciin) que hubo deficiencias, faltas, imprevisiin ete, se esta haclendo una critica y, si dicho: examen es hecho por el La critica y Ja autocritica colectivas no dispensan, natural. mente, de apreciar la actividad y el comporlamiento individuales” Son diferentes, pero complementarios, El hecho de que consideremos Ia critica y Ia autoritica mo formas naturales y simples del trahajo no significa que no -ya dificultades en su comprensiin y en su prictica, Los hechos demuestran que tanto organismos. como estin mucho mAs dispuestos para la critica que para la autocriti. co. A través de cientos de respuestas a un Cuestionario P a las organizaciones sobre la vida interna del Partido en 1953, verified que en todas partes hacer critica es prictica corrie | peto hacer autocritica, sobre todo cuando es i vidual, es diff dificultoso y a veces raro, , Se observa. con gran frecuencia que el individualismo, el amor! propio, el orgullo, In suficiencia, inclusive Ja timidez, crean seria obsticulos para que los camaradas hagan autocritica, La resi f “cia se confunde muchas veces, no tanto con una incapacidad p advertir la insuficiencia o error como con una incapacidad paral i asumir In responsabilidad respectiva. Cabe destacar, sin embargo, que los procesos psicolégicos in que ciertos cusdros tengan mayor o menor dificu en expresar una autocritica son extremadamente diversos y com: © plejos. Asi, hay camaradas que dificil tica ante los dennis camaradas, esfuerzos reales para no repetir | 5 para mejorar Ia actividad y el comportamiento en todos los asp ee ty ie A la inversa, hay camaradas que, de palabra, estin siempre autocriticandose, pero que vuelven a seguir cometiendo las mismas faltas y errores, Hay también casos (y en la historia del Partido hubo algu- nos muy significativos) de camaradas que, por graves errores de orientacién, hicieron su autocritiea escrita y publica, ampliamente detallada, que después, en otras circunstancias, volvieron a insistir, a defender y a practicar precisamente los mismos errores que habian sido objeto de Ja critica y de la autocritica, En tales casos se trata de una falsa autocritica, algo asi como un mec culpa a través del cual el camarada, mis que el reconoci- miento de Ja falta o del error y de su rectificacién, busca la “absolucién” o el “arrepentimiento de los pecados”, la “tranquili- dad de con¢iencia” o (también ha sucedido antes) cerrar el caso para’ que “no lo fastidien més”, Y El examen critico y autocritico del trabajo realizado tiene dos finalidades principales: el mejoramiento de] trabajo del Par- tido en lo inmediato y en el futuro, y la ayuda, la formaciin y el perfeecionamiento de los cuadros. En lo que respecta al mejoramiento del trabajo del Partido, hay naturalmente gran diferencia entre la correccién de deficien- cias y errores en el trabajo normal y la correccién de deficiencias y errores que involucran la orientacién politica y aspectos esen- ciales de la actividad, La experiencia portuguesa © internacional demuestra que, en el segundo caso, si se deja profundizar las deficiencias y errores, el Partido puede entrar ep una crisis y puede hacerse indispensa- ble un ofraje. Tales situaciones son evitables, sin embargo, si hay un andlisis constante de la actividad, si se va comprobando con la - prictica la correecién o incorreccién de tal o cual andilisis o direc- tiva, si se evahia Ja justeza de la orientacién mediante la leceién de los acontecimientos. Actufindose son constantes el acompafiamiento, la intervencién critica, autocritica y rectificadora, En Io que respecta a la ayuda, a la formacién y al perfeccio- namiento de los cuadros, la critica y la autocritica exigen un tra- bajo educativo constante, tanto en lo que respecta al organismo o camarada que critica ‘como al organismo o camarada que se au- tocritica, 119 goose the as ae eae tg No ayudan ni al mejoramiento del strabajo del Partido, a dos organismos, ni a los cuadros, las criticas hechas en uc tono violento, inquisitorial y destructivo, castigando y Mlagelando al organismo © camarada a quien: se dirigen; criticas “sd que revelan muchas veces defectos ¥ tendencias autoritarias de qui. nes las hacen. re EE aoe deseable que se hagan antocriticas en que el autor geld a si mismo en términos exagerados, concluyendo un juiclo global destructive. Son autocriticas “ma alstas”; al Te. velan autohumillacién o falta de confianva en mismo, ; La deficiencia y el error no son crimenes ni pecados. Ni critica es una punicién, un castigo o una sentencia, ni la tica es una humillacién y un acto de contricién, Como forma normal y corriente de trabajo, la critica y la a tocritica no necesitan (salvo casos excepcionales) de ningin do de solemnidad y dramatismo. Hay que evitar la realizacién Actos solemnes que puedan parecer juzgamientos de cuadres, we los cuadros, cn situacién de acusados, son invitados a ha Partido, cuando se habla de cuestiones de cnadros dehen diovan Guirse ensegquida dos problemas distintps: uno son las cuestiones: de los cuadros; otro las cuestiones de cuadros, Estos problemas asumen particular importancia y a gravedad para los funcionarios del Partido, dada su casi t absorcién en la vida partidaria. Pero afectan a miles de o camaradas, caya abnegacién pernicice, de mayor o menor sumerosos aspectos de su vida personal, 120 7. Se ea Sate eet eee eg Sin entrometerse en la vida privada de los militantes, el Par- tida debe ayudarlos en la medida de lo posible a resolver tales problemas, No siempre es facil. En lo que respecta a Jas parejas, por ejemplo, las grandes diferencias en ta organizaciin de la vida que a veces se verifican (horarios, lugares de trabajo, ocupacién los domingos, ete.), conducen a situaciones de distanciamiento en Ia vida cotidiana, no siendo raros los casos en que Jas parejas solo se reiinen durante breves horas de noche, De {gual forma, cl acompafamiento y educaciin de los hijos, la dificultad en conseguir vivienda, el nivel de vida insuficiente, carencias de sa- tud, falta de tiempo’ libre, son susceptibles de causar problemas series en la vida los militantes. La orientacién establecida (pero no siempre seguida con ri- gor) es que las organizaciones y organismos deben acompafar tule# situaciones, verlas con atencién y seriedad y ayudar a los camaradas en dos aspectos esenciales: ayudar a orientarse y ayudar directamente, siempre que sea posible, a resolver los problemas coneretos existentes, Problemas particularmente graves se refieren a las mujeres: que, en su mayoria, por las circunstancias sociales existentes, estin sujetas a mayores limitaciones del tiempo disponible y a dificultades reales especificas en numerosos aspectos de su movilizacién. Ven- ciendo incomprensiones que se manifiestan, es indispensable te- her en cuenta esas limitaciones y dificultades cuando se trata de atribueién de tareas y del control de su ejecucién. Cosa diferente son las cuestiones de cuadros, 0 sea los pro- blemas surgidos en Ia actividad o en la vida del militante que, de una u otra forma, infrinjan los principios partidarios y los deberes de los miembros del Partido. Las cuestiones de cuadros son de la mds variada indole. Pueden resultar de posiciones politicas contrarias a la orientacién del Partido, de actuaciones erréneas, de procedimientos~ moral- mente condenables, ete. Las organizaciones deben estar atentas intervenir siempre que sea necesario para defender al Partido y ayudar a los cuadros, Defender al Partido de las variadas consecuencias de los errores de , 121 hh esl un cuadro, Y ayudar al cuadro a liberarse del propio error y a superarlo en su actuacién ulterior. El Partido no ata los cuadros a los errores que cometen. Una advertencia de suma importancia: no se debe trasformar en “cuestiones de cuadros” cualesquiera posiciones politicas, ac- tuaciones o procedimientos considerados erréneos o criticables. Tales posiciones, actuaciones y procedimientos no son obligatoria- mente cuestiones de cuadros. Pueden dar lugar a una critica sin que se trasformen “euestiones de cuadros”, Se vuelven “cues- tiones de cuadros” cuando alcanzan significativa gravedad o se repiten con frecuencia que pone en tela de juicio la responsabili- ae el eeieaate @ aun, eventualmente, su calidad de miembro eI 0, El tratamiento de las cuestiones de cuadros es uma tarea _ compleja, que exige elevada conciencia partidaria, experiencia humana, firmeza de principios y hasta capacidad de observacién psicolégica. Tan compleja que, en el trabajo habitual, es tal vez 5 la tarea donde es més clara la orientacién justa y son mas fre- cuentes y repetidas las deficiencias y las incorrectas actuaciones y decisiones. En el tratamiento de las cuestiones de cuadros son indispen- sables “seis criterios fundamentales y es igualmente indispensable un constante esfuerzo para que sean respetados y seguidos. El eriterio de la verdad: verificando con rigor las informacio- nes, escuchando a uno y a otros, nunca tomando de entrada come verdades incontrovertibles las informaciones de los orga- nismos superiores o de quienquiera que sea. El criterio de Ja objetividad: dando reducido valor a las im- presiones y suposiciones y rechazando las ideas hechas y el sub- jetivismo en la apreciacién. El criterio de la serenidad: no formulando juicios sumarios, examinando serena y fraternalmente los problemas, no acelerando opiniones ni decisjones sin una base sdlida. El criterio del respeto: no avergonzando, ni humillando, ni ofendiendo al cuadro, y evitando exponerlo a la condena general : de los demis, 122 El criterio de Ia celeridad: no dejando ni deteriorar las situa- ciones ni arrastrarse el examen o las decisiones, y en cualquier caso, tener por norma que una “cuestién de cuadros” empezada debe ser necesariamente acabada, El criterio de la imparcialidad: orientando, el trabajo con la preocupacién de llegar a conclusiones justas y de dar la razén 4 quien la tenga, independientemente de la responsabilidad que tenga el Partido, Estos seis criterios mutuamente complementarios son el ca- mino seguro para la apreciaciéim de las cuestiones de cuadros, sobre todo cuando conducen a la aplicacién de sanciones disci- plinarias. Las conclusiones y decisiones en las cuestiones de cuadros sean mig o menos graves las faltas cometidas, pero sobre todo cuando del examen resultan sanciones disciplinarias— sparecen como Ja conclusién de un proceso y se asemejan a una sentencla Sentencia en la que el Partido es el juez, pero en la cual no se acepta que ningun militante individualmente considerado pueda serlo. Y porque aparece somo sentencia, es imperioso que sea justa Y para que sea justa, la exigencia de aplicar los seis critetios se- falados debe ser constante e imperativa. La orientacién en lo que respecta al tratamiento de las cues- tiones de cuadros se basa, por un lado, en Ia acumulacién de experiencias positivas durante muchos afios y, por otro Jado, en las leceiones y prevenciones obligatoriamente extraidas debido a graves errores cometidos en diversas épocas en la apreciacién de cuestiones de cuadros y en sanciones aplicadas. Para que no se repitan errores del mismo tipo, para que no vuelvan a ser expulsados publicamente como provocadores cama- radas que no lo eran, para que no vuelvan a elaborarse-(sin un tiguroso examen de los bechos y mediante criterios subjetivistas) docu como El chico del bosque y su perro “Piloto”. Frente a [a"provecaciin (1941), Lae des caras de (noviem- bre de 1952) 0 Luchemos contra los espias y provocadores (di- ciembre de 1952), se impone que se mantenga firmemente una jus- ta orientacién en el tratamiento de las cuestiones de cuadros, se 123 Periiai de todos oe orppinienos' que fa /aptiqued encln practca ys corrijan rapidamente cualesquiera errores que se cometan en esta materia. } Los cuadros evolucionan y progresan El Partido debe ver a sus miembros a partir de una idea ba- sica: todos los miembros del Partido pueden mejorar como mili- fantes, Todos tienen en si potencialidades suficientes para mejorar su preparacién, para enriquecer su experiencia, para ser mas efi- eaces en su trabajo partidario, cualquiera que sea. Seria inconcebible que se clasificase a los militantes en dos categorias; los que tienen y los que no tienen posibilidades de pro- gresar. El tipo, el nivel y la direceién del progreso pueden ser di- ferentes. Pero todos los militantes sin excepcién, en uno u otro — campo, ‘tienen posibilidades de progresar. q Constituye un grave error determinar y fijar para cada cuadro un supuesto plafond, Pensar de un cuadro (y atin peor: decirlo) — que no tiene posibilidades de mayor desarrollo. La experiencia estd Ilena de ejemplos de cuadros que, segin se afirmé, habian alcanzado un plafond y que después lo sobrepa- saron ampliamente; y de otros que, alcanzando aparentemente el Peer (yas elton) cen eo teres: bee reves en Gein fae cultades extraordinarias. ‘También constituye un grave error el concluir la imposibilidad de progreso de un militante en virtud de tal o cual defecto que se — le reconoce, o de tal o cual falta que haya cometido. No hay comunistas perfectos, como no hay seres humanos per- — fectos. La integridad absoluta, en todos los aspectos del proceder (personal, familiar, social, politico, civico, moral) es dificil, si mo” imposible de encontrar. Y no siempre los mas exigentes para con los demis son igualmente exigentes para consigo mismos. f En cada ser humano bay inmense potenciidades de eval cién para el bien y de evolucién para el mal. El Partido, en rela- i cién con sus miembros, debe confiar en que, con su ayuda, la evo luciéa sera para bien, 124 Es sin duda sumamente dificil, en muchos casos, prever la evolucién futura de los cuadros, Sobre todo prever odimo se com- portarin frente a siluaciones nuevas ¢ imprevistas, Esta dificultad resalta a cada momento cuando a Ja evaluacién del valor relativo de un nimero determinado de cuadros en un momento dado sucede, liempo después, una nueva evaluacién con diferente ordenamiento. La evolucién o involucién tiene ritmos distintos, En unos es tan lenta que sugiere paralizacién, En otros es veloz e inesperada. Se conocen ‘casos puntuales de cambios sibitos y radicales en las ideas, en las actitudes, en la actividad, en el comportamiento, La evolucién de Ja personalidad es un fendmeno sorprendente. Hay personas, felizmente casos esporidicos, que en determi- nada fase de su vida tuvieron un comportamiento que, en las Ii- neas esenciales, se presentaba revelador de clevadas cualidades... ¥ que sin embargo sufren una evolucién que los llega a situar, en otra fase de su vida, como seres completamente degradados, Los ejemplos de trisfugas que, siendo militantes, eran aprecia- dos por sus rasgos positivos y que, en un viraje més o menos rapido, pasaron 6 defender al capitalismo y a servir a partidos reaccio- narigsy demuestran la dificultad de una apreciacién rigurosa de la personalidad y de la previsién de su desarrollo. A la inversa, hay personas que, en determinada fase de su vida, presentan fuertes rasgos negativos... y que, sin embargo, los superan y se distinguen por una conducta de acierto y rigor. El mis cuidadoso conocimiento de Ios cuadros, en todas las facetas de su caricter, puede, por un lado, facilitar el impedi- mento o, por lo menos, la neutralizacién o la disminucién de los estragos de las evoluciones negativas y, por otro lado, facilitor y promover la evolucién positiva de los cuadros. En esta segunda direccién deben concentrarse Jas~atencio- nes y los esfuerzos del Partido, El ser humano no nace predestinado a tal o cual evolucién, El medio, la educacién, la experiencia, las influencias externas y la voluntad propia influyen poderosamente en Ja evolucién del individuo. 125 ete OY Es tarea del Partido ayudar a todos a progresar, los métodos a la diversidad de personalidades y pi racién, y naturalmente tambitn distribuyendo correctamente medios disponibles. La seleccién y promocién de los cuadros obliga a criterios de prioridades en esa ayuda, Pero la evolucién positiva de todos miembros del Partido como militantes y como seres humanos es. una tarea inherente a toda la actividad partidaria.

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