No 5, posiblemente, au
lencia para conmemorar tan -marcedo aniversasio como.
el cuarto de siglo de nuestea Iastitucién. Hi
dado mejor con el ascetismo de In Filosol
‘cosas menos tremebundas. Porque Ie cuestién de Ia vio-
Jencia, examinada casa a cara, es dificil de tratar con
actitud impasible. Cuando en verdad nos ocupamos de
‘lla, no puede dejar de encresparnos el énimo, al par
que su fea apariencis, su turbsdor proteismo, ‘que le
permite atcaetnos con’ cantos de sicena, Mas, pot ote
arte, si constituye un vicio contra naturam philosophiae
gue Ia emocién sustituya al pensamiento, es igualmente
Vicioso que 1a. intel desde:
del sentimiento cuando éstos
2a de las cosas.
Apoyado en esta considerscién, espero que
guientes reflexiones sobre In violencia no sean indig-
nas de nuestra Sociedad. Pese a su caricter incompleto
pues son parte de una obra mayor— las creo. perti
nentes en esta hora del pais y del mundo, En cuanto aae la hoi
‘ng vamos a desviatlo
pero al menos podemos
las cosas no €3 poco seevi
tz el pensamiento. Marx estaba equivocado con aque:
fo de que ao st tata de compreader el mundo, sino
acaso tenga primacia Ia primers: unt real comprensidi
modifica en algin gredo el caricter de los hombres,
gue es por donde debe empezar una verdaders tem
ormacién del mundo.
1, Bl coma de ta violencia
reclama en nuestros das
ser examinado de ruiz, La ucgencia proviene no tx
del catictee violento de nuestro. tiempo, como. de la
neta ‘en que ext ctricter tende 2 ser pensido, De
hrecho, la violencia ha andado siempre complicando los
+ hninancs. Ea este sentido, Ia €poca presente no
cs peor que otrss, Se veedadero problema comenzé con
sat formes de loséfleamente que le legere
sche, desat Y divolgaran aus seguido
res ieacionalistes,
Porgite Hasta entonces Ia violencia podo ser teatada
en st caricer ya de componente naturel de la vide, ya
reco res entemente esi
jaada, Pero shora se la consag; a valo;
haste se le procura una metafsica’ Toda ana tadicibn
provi
Gon el irracionaliemo, 3¢ ha
ncia se abre