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EL TERROR DE FLANDES L. DUQUE DE ALBA General habil e implacable, en 1567 marché a Flandes para reprimir la rebelién del pais. Sus métodos sangrientos le ganaron allf el odio dela poblacién y una negra reputacidn ante la historia JUAN CARLOS LOSADA HisTORIADOR I duque de Aba no es slo el militar mis famoso de la Espa ‘fa modema. Es también el mis fascinante y admirado, y, a la vez, el mis denostado, temido y aborrecido. En torno a su figura se ha generado un doble mito, el apologético y el destructivo, la leyenda rosa y la leyenda negra. Para unos fue el mis fel servidor de la monarquia espafiola en el period de su maxima supremacia en Furopa; otros, en cambio, vieron en este gran aristécrata la encamnacién de la soberbia castelana y de la tiranfa que Felipe If queria establecer en Buropa. Su actuacién como gobernador de los Paises Bajos fue especialmente polémica: las ejecuciones, los mpuestos opresivos y las ciudades arrasadas han contribuido a man- tener hasta hoy dia la imagen del duque como «el terror de Flandes» ELGRAN DUQUE de Alba, con armadura y banda de general ee rae) Puen rere Dreee ners Cee eto) ter cuca Cuartel inferior derecho representa Pega es Peer Pease ea woe Ht PETER EY Fernando Alvarez de Toledo, tercer duque de Alba, nacié en 1507 en Piedrahita (Avila). Su interés por la rallcia lo hered6 de su familia. Su padre, Garcia, habia muerto luchando en Tiinez y a los ses aos acompa- 486 a su abuelo Fadrique en la campafia de conquista de Navarra. No por ello descuidé su formacién inte- lectual; tuvo como preceptor al poeta Juan Boscén, lle g6a dominar el latin ala perfeccién y adquirié un buen nivel de francés, italiano y alemén. Al mismo tiempo estudiaba con fruicién todos los tratados cli- sicos militares y, por supuesto, a Maquiavelo, Con sélo 17 aiios, y en contra de la voluntad de su abuelo, acu did al sitio de Fuenterrabia, donde trabé amistad con Garcilaso de la Vega, quien le dedicé varios poemas. IMPLACABLE CON LOS VENCIDOS Desde entonces su actividad militar seria incesante. En 1532, heredado ya el titulo ducal, acudié a Hungria y Austria a luchar contra los turcos bajo el mando de Carlos, a quien Iuego acompaié en la campatia de ‘Tiinez. Desde el principio, el duque de Alba destacé por un arrojo casi excesivo. Consideraba la guerra como Ja actividad mas noble y la escuela mds perfecta. Demos- 2 stoma marion. orosar tr6 una fidelidad incondicional al emperador y un gran talento militar, pero también destacb enseguida por su ambiclén, su arrogancia y su absoluto odio al enemi- go. Durante las guerras de religion alemanas, en 1545, fue nombrado general de las fuerzas imperiales, en las que répidamente alcanz6 fama de una terrible dureza, El duque de Alba no dudaba en ejecutar a los ene- migos vencidos; «an enemigo muerto no se puede rebelar», solia decir. No carecia de caballerosidad, pero ello no impedia que fuese cerebral, calculador y cruel si creia que ello era necesario, hasta el punto de sacri- ficar los principios en aras de la victoria. Creia que los escripulos eran incompatibles con la guerra y la poli- tica. En los inicios de su carrera, su aspecto ya era el que muestran sus retratos: delgado, alto, poco agracia do, con una barba rala que le cafa en dos puntas sobre ‘el pecho. Sin duda, su apariencia reflejaba una hostili- dad instintiva a lo extranjero, propia de un hombre soberbio, insociable y poco tolerante. Era lo que hoy calificarfamos como un verdadero «halen» de la poli tica, y de los duros, lo que le levé a enfrentarse con- ‘inuamente con las «palomas» de la corte, partidarios de unas posturas més abiertas y dialogantes. En 1555, ante las crecientes tensiones con Francia Carlos V lo nombré virrey de Népoles con la misién de hacer frente a la inminente invasién del sur de Ita- lia por las tropas francesas aliadas del papa, Pablo IV. Adelantandose a los acontecimientos, el duque pene- 116 en los Estados Pontificios en 1556 y llega las puer- tas de Roma. Una fuerza francesa acudid en socorro del pontifice y Alba tuvo que replegarse; pero en 1557 ‘organiz6 un duro contraataque que puso cerco a la Cindad Eterna, El duque estaba ansioso por humillar al pontifice y saquear Roma. Cuando estaba a punto de dar la orden de asalto, Felipe Il —tecién proclama~ do rey~ le mand6 buscar la paz con la Iglesia, pues Francia habia sido derrotada en la batalla de San Quin tin, Alba no tuvo més remedio que tragarse su orgu- llo, arodillarse frente al Papa y besarle los pies en seal de sumisi6n como exigia el tratado de paz. Pese a ello, su éxito politico en Italia habia sido total Al poco de iniciarse el reinado de Felipe I comen: zaron las tensiones en Flandes. La extensién del pto- testantismo por todo el territorio de los Paises Bajos ‘chooé con la politica autoritaria¢ intolerante del mona- ca, creando una situacién cada vez mis enconada que LAGRAN PLAZA de Bruselas,en estilo gotico de siglo XV. En 1567 el duque de Alba legé ala ciudad paratomar posesion del cargo cde gobernador de Flandes. HOMBRE DE GUERRA 1507 £129 de octubre nace en Piedrahita (Avila) Fernando Alvarez de Toledo, tercer duque de Alba. 1587 Comogeneralen jefe del ejército impe- ‘ial, participa ena vic- toria sobre los protes: tantes en Mahlberg 1556 Como virrey de Népoles, combateal papaPablo Vy susaliados france: se5,perosesometea instancias de Felipe I. 1567 Nombrado goberna- dor de Flandes. marcha lla reprimir larebeliéncontrael régimen de Felipe I 1573 Ante el racaso desu politica en Flandk quehaprovocado una guerra abierta, Felipe I lorelevade su cargo, 1580 Pasadoun perfodode ostracism, Felipe lollamaparadirigiria campefiade Portugal 3582 Muereen Lisboa alos 74afi entermo de fis. Susrestos reciben sepultura en Salamanca EL pa] ea a Z 2 =e s DUQUE DE ALBA Oxreswna. Oussexccuciones Enprimert EgmontyH Qurcoses ari DELA REPRESION A LA GUERRA ABIERTA ELCONSEJODELOS TUMULTOS uecreadoen septiemibre de 1567 de espaldas ala atin gober- rnadora, Margarita de Parma, Estaba compues: topordoce personas, conelfin de uzgarlosde- ltos de arebeliéndel ato anterior. Supresiden- ia, as{comola titima palabra, recaia en el du: ‘que de Alba. Estaba compuesto por fiamencos [EJECUCION DE HORN ¥ EGMONT en 1568, por orden

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