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0 nuevos instrumentos universitarios Tema 3. LA NATURALEZA DE LA EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760) ‘Sununio: 3.1. La lenta afirmacién del capitalisimo y la economia de mercado. 3.2. La empresa agricola en la transicién hhacia la economia de mercado, 3.3. La empresa ent el comercio y las finaneas. 3.4. La industria antes de la fébrica: estructuras organizativas 9 fdgicas diversas. las privativas no tienen més que la apariencia de privilegios exclusi- ‘son una separacién utilisima y no un estanco... De éstas a la liber- tad sin limites no hay otra diferencia que de la estabilidad de artifices de ‘buenas costumbres, de la pericia, de la legalidad y del orden... a la in- constancia de hombres libertinos, a la impericia, a la ilegalidad y ala con- usin, que son consecuencias inevitables de la ibertad sin regla. “Si el curtidor emprendiese las maniobras del herrero, y éste las del curtidor, ¥ usaren promiscuamente de los instrumentos de sus oficios" (dice Platén en el Dislogo cuarto) “gpensaras que esto pueda acaecer sin grave detri- mento de la Repitblica?”.» Disertacién histérico-politico-legal por los colegios y gremios de la ciudad de Barcelona y sus privativas (1766) ‘La burguesfa ha desempefiado, on cl transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario. Dondequiera que se instauré’eché por tierra todas las instituciones feudales, patriarcales ¢ idilicas. Desgarré implacablemente los abigarrados lazos feudales que unfan al hombre con sus superiores naturales no dejé en pie més vinculo que el de! interés es- ‘cueto, el del dinero contante y sonante, que no tiene entrafias... Enterr6 la dignidad personal bajo el dinero y redujo todas aquellas inndmeras li- bertades eserituradas y bien adquiridas a una tinica libertad: la libertad ‘limitada de comerciat» K. Marc y F Engels (1848), Manifiesto comunista La principal condicion que favorece el desarrollo de las empresas es la seguridad para las personas y la propiedad.» \W. Cunningham (1896) 126 1A NATURALEZA DE LA EMPRESA DURANTE FL. PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760) 1. Sobre ests modalidades de inter- cambio, véanse los trabajos inchuidos en. Polanyi, Arensberg y Pearson (1957). 2 AbueLughod (1989). 3 Wallerstein (1979) y (1984), 3.1. LALENTA AFIRMACION DEL CAPITALISMO. Y LA ECONOMIA DE MERCADO ‘Alo largo de la historia han existido diferentes modos de organizar ‘el comercio y los intercambfos de mercancfas y servicios. La reci- rocidad y la redistribucion fueron mecanismos habituales en los ‘Imperios antiguos y todavia perviven en algunas zonas de Africa hoy en dia.' El intercambio voluntario de factores y productos a través del mercado, entendiendo éste no sélo como un lugar fisico, sino sobre todo como una institucién que regula la actividad eco- némica, y donde las transacciones estén amparadas por el Estado 1 otro tipo de autoridad juridico-politica, no comienza a surgir hasta fechas relativamente recientes, limitado a algunas activida- des, bienes y servicios, y en espacios geograficos muy concretos: tf midamente en los siglos centrales de la Edad Media Gx al 2a), cuando se configura un «sistema mundial» que abarca desde la Pe- insula Ibérica y el Magreb en Occidente hasta China y Japon en Oriente;? de forma més decidida a partir de los siglos xvt y xvt, al conformarse un nuevo «sistema mundial» con un centro situado en Europa y una periferia compuesta por algunas partes de los, continentes americano y asiatico.? ‘Tanto en Asia como en Europa el siglo xm marca tna época de apogeo material, fruto de un proceso de crecimiento e integracion econémica iniciado entre los siglos vir-tx (China y el mundo isl4- mico) y xt (Europa). La expansién agricola permitié alimentar a tun mayor mimero de personas y eso estimulé un proceso de espe- cializacién econdmica, cuyo resultado més visible fue el desarro- lo urbano. El crecimiento del comercio y la economfa en general es indisociable de la tendencia a una mayor seguridad para las, personas y sus propiedades. En Europa, desde el siglo x1 en ade- lante, disminuyeron las guerras, los sefiores feudales y los reyes ‘comenzaron 2 reprimir la piraterta y el bandidaje y a proteger las ferias y los mercados, otorgando privilegios particulares a un nie mero cada vez mayor de ciudades. Los intercambios entre Europa y Asia se vieron sensiblemente reforzados cuando los mongoles uunificaron el poder politico en el Asia central, ofreciendo seguri- dad a las caravanas de mercaderes a cambio de un derecho de transito, En la China de los Song, la exigencia de impuestos esti- mulé Ia comercializacién del producto agricola, La confiscacién arbitraria y violenta de mercancias y propiedades, propia de siglos anteriores, fue ahora sustituida por el impuesto. Eso redujo los riesgos del comercio y las actividades econémicas en general y LA LENTA AFIRMACION DEL CAPITALISMO Y LA ECONOMIA DE MERCADO 127 permiti6 una mayor inversion del capital atesorado 0 acumulado.* El crecimiento del comercio y los intercambios, actividades lleva- das a cabo por una clase cada vez més numerosa de comerciantes, impuls6 la generalizacién de la moneda y el crédito, un fenmeno que, también, se inicié antes en China y el mundo islémico que en Europa. Ese «sistema mundial» entré en crisis en el segundo cuarto del siglo 20v. Los diferentes espacios que lo integraban se vieron afec- tados de manera similar. Sin embargo, la salida de la crisis fue di- ferente. El Imperio mongol se derrumbé. En China, la dinastia Ming mantuvo unificado el poder politico pero la economia del pats se colaps6 en el siglo xv. En esta centuria tiene lugar la crea- ‘cién de un nuevo imperio, el Otomano, que aleanz6 su momento culminante durante el siglo xvi, pero a partir de entonces su po- derfo econémico comenzé a declinar. Europa, por el contrario, afectada por innumerables conflictos nobiliarios y gucrras civiles, {nicia a partir de mediados del siglo xv una paullatina recupera- j6n econémica bajo un nuevo sistema politico, el Estado absolu- to, que la colocard en los siglos siguientes en cabeza del progres econémico, cientifico y técnico. Las eausas de este cambio son va- las y complejas. No obstante, entre los hechos diferenciales que caracterizan la experiencia europea cabe destacar dos, la progre- siva extensin de la economfa de mercado a todas las esferas de la actividad econémica y el papel de los Estados. En realidad, Esta- doy cconomia de mercado, Estado y capitalismo van a ser dos fe- ‘némenos {ntimamente entrelazados. 3.1.1, LA EXTENSION DEL CAPITALISMO Y EL PAPEL DEL ESTADO Entre los siglos xvi y xv1l en muchos paises europeos los términos empresario y empresa pierden sus variados significados medicva- les y comienzan a vincularse de forma creciente a un sistema de ‘valores nuevos en el que aparecen también conceptos como crédi- to, capital, beneficio y mercado,’ Todos esos conceptos hacen re- ferencia, en siltima instancia, a un fenémeno de alcance més ge- neral, la extensién gradual de una economfa de mercado capitalista, o si se quiere, la transicién de un sistema basado en la propiedad de Ia tierra a otro basado en la propiedad de dinero y el crédito.* El capitalismo de los siglos modernos es, por nacimiento, un capitalismo mercantil, vinculado al comercio, la banca y las fi- nanzas, pero se iré extendiendo a la produccién de manufacturas 4 Rosenberg y Birdzll (1986), p. 119; North (1984), p. 163; McNeill (1988), ‘pp. 58-59 y 80-82; Jones (1990), pp. 132: 133, y (1990), pp. 108 y se. Sobre el co -mercio de earavanas en Asia eenteal y el papel de a seguridad, véase en particular Rossabi (1990) 5. Aymard (1991), pp. 791-797, y Mat hias (1991), pp. 28°32 6 Las expresiones son de Magnusson (1995), p.'570, y Fernindez de Pinedo (1995), pp. 261-262, espectivamente. Véz- se también Brasdel (1985), pp. 49:50. 128 LA NATURALEZA DF. LA EMPRESA DURANTE FI. PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760) 7. No obstante, la propia eseolistica, en articular la Escucla de Salamanca, ya habla iniciado un proceso de analisss para dar cabida al mereado y el interés Individual, wase Gémez Camacho y Ro: ‘ledo (1998), 8 Kriedte (1982), Introduccion; Mag. ‘usson (1995). 9 Anderson (1979), p. 408, 10 Anderson (1979), Wallerstein (1978), ‘Abs Lughod (1989), Jones (1990) y Bau: ‘mol (1993). Pearson (1991) he matizado, para los imperios Mughal y Otomano, {que la arbitrariedad no fue, sin embargo, siuy frecuente y de algunas materias primas y, con bastante més lentitud, a la agricultura, En este dltimo sector predomina un «modo de pro- Guccién campesinos, una economia feudal, donde se produce para el consumo, no para el mercado, y donde ni el trabajo ni, so- bre todo, la tierra, se pueden comprar y vender libremente. Origi- nariamente, cada uno de’estos sistemas econémicos tenfa una lo- calizacion diferente: el capitalismo es urbano, mientras que el feudalismo pervive en el mundo rural. Poco a poco el capitalismo también invadiré ese mundo rural, primero con el traslado de una parte de la actividad manufacturera al campo, después, contro- Jando, a través del crédito, una parte del excedente agricola. Cada sistema implica una «cultura» o, si se prefiere esta expresiOn, unas ereglas del juego» diferentes. En el mundo feudal, la familia es la unidad productiva basica y su objetivo es el consumo; los intere- ses individuales se subordinan a los intereses colectivos (del gre- mio, el municipio, etc.). El capitalismo, por el contrario, supone la aparicién de una «cultura del mercado» donde el benelicio, eli terés individual, se convierte en el objetivo mas importante, y don- de la empresa es la unidad de produccién por excelencia (aunque muchas veces las fronteres entre empresa y familia no sean facies de percibir). De manera similar, la propia economia se convierte ahora en una disciplina regida por leyes naturales y objetivas, ale- Jada por tanto de las consideraciones morales escoldsticas.” Los jugadores también difieren: empresarios, trabajadores y Estado en el caso de la economia capitalista; campesinos y propietarios en el de la economia feudal.* La extensi6n del capitalismo y la economia de mercado en Eu- ropa fue acompaiiada y favorecida por un cambio institucional del que habria que destacat, como simbolo, el nuevo papel del Es- tado. Cambio econémico y cambio institucional fueron de la ‘mano en el desarrollo europeo, pero el proceso no fue ni tan sim- ple ni tan automético como muchos autores han pensado. Jean Bodino fue quiz4s el primero en contraponer las monarqufas eu- ropeas, que respetaban a las personas y sus bienes, con los impe- rios que no lo hacfan.? Lo cierto es que tanto en la China de los ‘Ming, como en el Imperio Mughal de la India o en el Imperio Oto- mano, la arbitrariedad del Estado no fue limitada porla concesién de derechos de propiedad privada, La carrera militar y el servicio en la Administracién ofrecfan muchas més posibilidades de pro- mocién social y econémica que el desempeiio de la actividad em- presarial.!° En estos imperios el Estado se hacia, via tributos, con la mayor parte del excedente de la economia, sin ofrecer contra- LA LENTA AFIRMACION DEL CAPITALISMO ¥ LA ECONOMIA DE MERCADO 129 partida alguna para la sociedad. En los Imperios Otomano y Mug: hhal los comerciantes se dedicaban a abastecer Ia demanda de bie- nes de lujo de la corte, a recolectar los tributos y, a veces, ofrecfan servicios financieros. En Iineas generales, su actividad no se vio dificultada por el Estado, pero éste tampoco les apoy6. En China, por el contrario, la intervencién del Estado fue muy acusada, re- glamentando su actividad e incluso monopolizando la produecién y distribucién de algunos bienes."" Frente a la no intervenci6n en. la India y ¢l Imperio Turco, o la intervencién excesiva en China, el Estado en Europa tuvo un papel intermedio, poniendo las condi- ciones que favorecieron el cambio econémico. El Estado-nacion ase convierte no tanto en la empresa econémica central como en 4] medio de asegurar ciertos términos de intercambio en otras, transacciones econémicas»."? A. Smith sefialaba que las tres obli- gaciones del soberano eran «proteger la sociedad contra la violen- cia... establecer una recta administracién de justicia ... [y] esta- blecer y sostener aquellas instituciones y obras piblicas ... que sirven para facilitar el comercio de la nacién y fomentar la ins- truccién del pueblo». El sistema de naciones-Estado en la Europa modema reforzé la seguridad de las propiedades y las personas, ofrecié algunas infraestructuras y favorecié los intereses de la eco- nomfa de mercado y del capital mercantil, aunque paradéji- ‘camente se construyé para defender los privilegios de la nobleza feudal. Por otra parte, la rivalidad (competencia) entre los Esta- dos-nacién europeos fue una fuente de crecimiento, en compara cién a lo que sucedié en espacios donde existfa un tinico im- perio."? i El nuevo papel del Estado debe entenderse, sobre todo, desde consideraciones de tipo politico y fiscal. En lo politico, las nuevas ‘monarquias monopolizaron el uso de la violencia y la fuerza mili- tar, antes en manos de la nobleza. A cambio de esa cesién, Ia no- bleza consiguié el mantenimiento de sus privilegios jurfdicos y fis- cales y de sus fuentes de ingreso, basadas en la propiedad de la tierra. En lo que respecta a la fiscalidad, J. Fontana ha indicado que «Toda la experiencia dela construccién del estado absolutista ‘esta marcada por los problemas de la Hacienda», Estos proble- mas tenfan que ver con unos gastos muy elevados, sobre todo de tipo militar, pero también con unos ingresos reducidos, lo que se debia a la naturaleza del Estado absoluto: para no interferir con la antigua fiscalidad sefiorial, la Hacienda pablica se limité a gravat, generalmente con impuestos indirectos, las actividades comercia- Jes y manufactureras. La necesidad de ingresos o de servicios ex- 11. Pearson (1991), pp. 61-69; Jones (1997), Stoianovich (1998), 12 Wallerstein (1979), p. 23, 13. Smith (1958), pp. 614, 628 y 639; Mill (951), pp. 120-121 y 754757; Ro- senberg y Birezell (1986), cap. 4; Jones (1990), pp. 185-193; Pearson (1991), pp. 4550, 130 LA NATURALEZA DE 1A EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760) 14 Fontana (198), p. 130; Feméndez de Pinedo (1994), p. 189; Magnusson (1995), pp. 583-589; Brady (1991). 156 y Kriedte (1982). 15 "Sobre papel del Estado, wanse An- derson (1975), pp. 35-37; Supple (1981), pp. 502-507; Kriedte (1982), pp. 26-28: Rosenberg y Birdzell (1986); Jones (1990), North (1991); aymard (199, pp 800-804; y Magnusson (1995), pp. 585. 589. plica algunas actuaciones que favorecieron la extensién de Ta eco- noma de mercado y los intereses del capital mercantil. Pero, ade- més de las exigencias perentorias del fisco, los Estados comenza- ron a promover el comercio y las manufacturas como un medio de asentar su poder politico en el interior y de expandirlo en el exte- riot. La expansién ultramarina y la doctrina mercantilista, en sus diferentes variantes, representaron mejor que nada esa alianza en- tre los Estados, la nobleza guerrera y la burguesia comercial. Ast pues, el Estado «se convirtié en un reflejo de la coexistencia de di- versos modos de producciéns.!4 ‘A modo de resumen, las realizaciones mas notables del Estado ‘en este perfodo fueron: 1. Inerement6 la seguridad de las personas y sus propiedades al cen- txalizar el poder politico y garantizar el «orden piblico», por un lado, y, por otro, adoptar sistemas legales mas uniformes (se constituyé un euer- po de leyes comerciales intemacionales, el derecho mercantil y todo tipo de tribunales) que protegieron a las personas y propiedades de la con- ducta violenta de otros individuos o del propio Estado y contribuyeron a facilitar el cumplimiento de los contratos. 2, Ademés de la seguridad, ofrecié otros bienes piblicos: progresiva- ‘mente asumi6 el control y la prevencién de los desastres (epidemias, hhambres, futegos), o Ja puesta en préctica de medidas para minimizar su impacto; el Estado o bien otras administraciones pablicas —como los ‘municipios— comenzaron a asumir la realizacion de una serie de infra- estructuras (pavimentacién, faros, carreteras..) 3. Elpapel ereciente del Estado ofrecié numerosas oportunidades de negocio a las empresas privadas, que prestaron servicios que la todavia escasa administracién no estaba en condiciones de ofertar de forma efi- ie: empresas y empresarios privados se encargaron del cobro de Ios impucstos, dela gestisn de los monopolios del Estado (minas, tabaco, sal, ctcétera), de las contratas de aprovisionamiento de ciudades y ejércitos, del crédito pablico y de los grandes trabajos civles y militares (recuérde- '8¢ que casi todos los significados del término empresario originalmente se referfan a este tipo de funciones. La propia definicién de Cantillon de empresario como aquel que compra a precios clertos y vende a precios in- iertos se refiere a este tipo de actividades contratadas con el Estado). 4, Promovié los intereses del capital mereantil al unificar el merca- do interior (suprimiendo barreras comerciales internas) y protegerlo me- diante aranceles de competidores extranjeros; y patrocinar empresas co- Ioniales y ofrecer privilegios —monopolios— a compafiias comerciales privadas. 1A LENTA AFIRMACION DEL CAPITALISMO Y LA ECONOMIA DE MERCADO 131 5. En algunos pafses movilizé la propiedad rural ineautando tiesras alla Iglesia (como sucedié en Inglaterra), As{ pues, la construccién del Estado absoluto y la difusion de una economfa de mercado capitalista fueron dos procesos desa- rrollados simulténeamente en una parte de la Europa moderna. Lo ocurrido en la zona oriental de este continente viene a reforzar Ja importancia de esos dos elementos en la explicacién del «mila- gro europeos: en Polonia y Rusia el reforzamiento del poder de la nobleza terrateniente consolid6 una economia agraria, basada en Ja servidumbre, donde no pudo desarrollarse con fuerza una eco- nomfa urbana y una clase de comerciantes. En los Balcanes, la su- bordinacién al Imperio Otomano limité la autonomfa econémica de las ciudades y la acurmulacién de capital en manos de una bur- guesta comercial."® Recuadro 3.1. Cuando falla el Estado. Los piratas modernos y Ias ‘mafias contempordneas como Estade y como em- presa La vision de los Estados como sometidos a unas leyes que les impiden actuar arbitraria y violentamente contra los habitantes de su territorio se ‘correspond en realidad con una etapa bastante corta de Is historia huma- xna (Baumol, 1993). En realidad, sélo a partir del surgimiento de los Esta- dos modernos en Europa se inicia un proceso simulténeo de centralizacién del poder politico y de sometimiento voluntario del propio Estado a uncé- digo legal. El monopolio de Ia violencia pok parte del Estado y su respoto a las leyes impidié la aparicién de conductas arbitrarias contra las personas y sus propiedades o, si éstas aparecian, las castigé severamente. En la Edad moderna los Estados-nacién europeos monopolizaron Ia violencia en el interior de sus fronteras, pero no en el exterior. Un buen, ejemplo de ello es Ja existencia de piratas, bucaneros y filibusteros, que ‘operaban en aguas y territorios donde la autoridad de los Estados no es- taba garantizada, y tenfan sus bases en lugares ms o menos indepen- dientes 0 muy alejados del poder estatal. Grupos de piratas y bucaneros formaron en los siglos xvu y xvin comunidades o ecuasi-estadoss en te- ritorios como la isla de Tortuga, Jamaica, las Bahamas, o Madagascar (Thomson, 1994), Estas comunidades, que a veces eran internacionales, ‘enfan sus propios cédigos sociales y de justica, incluso su propia bande- ra, La distribucién del ingroso se hacia a través de un sistema de partes (Rediker, 1987). Los piratas y bucaneros no sélo se dedicaban al saquea de barcos y ciudades, también podfan compaginar esa actividad con el 16. Anderson (1979), pp. 195 y ss. para Polonia y Rusia. Para los Balcanes, véan- se Inalcik (1994), pp. 256-270, y Stoiano- ich (1994), especiaimente pp. 79 9 ss. Durante los siglos x1 y xv algunas cia. dades situadas en Ia zona occidental de ls Baleanes, como Ragusa (en la actuali- ad Dubrovall), se beneficiaron de sa in de intermediarias entre el Ine perio Otomano y las naciones europeas. Tos tureos eliminaron las numerosas aduanas interiores de los Baleanes y con cedieron el privlegio de la actividad co- mercial en esta zona a judios, griegos y armenios. En el siglo xm, algunas de fess minoris, especialmente fos judios, se desplazan hacia el ceste, a ciudades ‘como Livorno, Trieste, Venecia y Viens, desde donde siguen comerclando pero & tuavés de factores. En Iineas generals, a partir de 1730 en adelante so observa un ‘control cada vez més acusado de los co- ‘mezclants europeos 132 1A NATURALEZA DE LA EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-c. 1760) ‘comercio —legal 0 no—y con la prestacién de servicios militares alos Es- tados a través de la obtencién de patentes de corso. Sélo cuando los Es- ‘tados renunciaron a las monopolios comerciales y al corsarismo en favor de una politica de Hibre comereio en los mares, la pirateria acabé por de- saparecer (Perotin-Dumon, 1991; Thomson, 1994). ‘Las mafias contempordneas también realizan funciones que corespon- den al Estado: el monopolio de la violencia en un territorio determinado les permite impartirjusticia, garantizar Ia seguridad de sus afiliados y vigilarel ccurmplimiento de unas determinadas reglas del juego. Las mafias surgen en ‘una situacién de vacfo de poder, donde no hay derechos de propiedad claros ri tampoco normas de conducta que prevengan el uso de la coercién; en otras palabras, cuando el Estado no existe o bien no es capaz de ejercer su control de manera efectiva. En la Europa de los siglos xix y 2%, reas geo- réficamente aisladas como Albania, Calabria, Sicilia, Corcega 0 Montenc- ¢g70, han escapado del control estatal. La experiencia mas reciente de las an- tiguas Yugoslavia y URSS muestra también el surgimiento de mafias o gangs armados en una situacion de descomposicién del Estado, Otros factores que favorecen la aparicién de las mafias son: una administracién discreccional, fue nales, arrendamientos, plantaciones, explotacién directa por parte, aprovechada por el capitalismo de la parte occidental para crear del propietario (agricultura familiar o campesina), colonizaciones, cooperativas, empresas privadas, colectivizaciones y granjas esta. una relacién real de intercambio crecientemente desfavorable tales. La heterogencidad que presentan las formas de explotar la} para cl Este, reforzando asi el proceso de extraccién con rendi- tierra, no debemos olvidarlo, se debe a que se van superponiendo mientos decrecientes de las riquezas de la zona. Hay que tenier en ‘con el tiempo sin llegar a desaparecet, hasta el punto de generar ‘cuenta que los sefiores slo consegufan que una pequefia parte de 28 Ortega (1985) y Gallego (1995). ‘una permanente tensién entre ellas con el devenir de los siglos.2* Ja produccién se comercializara, debido a la bajfsima product dad y los rendimientos miserables. W. Kula ha seftalado que estas empresas feudales» tenfan un margen de rentabilidad financiero 3.2.1 La ‘TRANSICION DE LA AGRICULTURA TRADICIONAL elevado, pero considerando el coste de las inversiones no financic~ ‘ALA EMPRESARIAL ras su explotacién resultaba deficitaria, Oriente estaba pagando los intereses y el principal de los préstamos que los mercaderes Desde el siglo xvi en los Pafses Bajos e Inglaterra la actividad agri- coccidentales concedian a sus principes basicamente con el sudor y cola pasé de ser entendida como una explotacion segiin el ciclo na- el hambre de sus poblaciones. La clave de la persistencia de este ‘tural (agricultura tradicional) a ser concebida como una empresa | segundo feudalismo, no hay que olvidarlo, se encontraba en que (egricultura capitalista). Ademés, tuvo como consecuencia el tri: | en dl Este ni el trabajo, ni las materias primas, ni el capital fijo sito entre producir para la subsistencia y producir para el merca- eran comprados en el mercado, s6lo el lujo y las armas." 30 Kula (1973), pp. 154y 168 do. Poco a poco la produccién se aparté de su dependencia del fiu- B) Mientras que en la Europa occidental se abria camino el jo cerrado de energia y materiales (con escasos intercambios con el libre mercado para reorganizar la posesidn y el aprovechamiento exterior y con un alto grado de autosuficiencia determinado por la de la tierra, en sus dominios coloniales se perfeccion6 la explota- integracién de los espacios y usos de la comunidad campesina), | cién de la tierra a través del sistema de plantacién basado en la para llevarse a cabo en unidades de explotacién —empresas—de- ‘mano de obra esclava y el trabajo en cuadrilla. Los esclavos traba- pendientes de una circulaci6n continua de insumos procedentes jaban en equipos dirigides por un «encargado», a cada equipo se 29 Gonzéler de Molina (1996), pp. 5% del mercado o de la propia integracién vertical.? Je asignaba una tarea que debia terminar en el dfa 0 en una sema- 5s Aguella primera transformacién de la explotacién tradicional | na, En todo'momento el trabajo se desarrollaba para que la parte fen empresa tuvo su origen en la sustitucién de los derechos de de la mano de obra més fuerte y d¢cil marcara el ritmo: Al igual propiedad comunales o de privilegios por los de propiedad priva- ‘que en el caso anterior (A) la baratura de los productos coloniales da. El proceso se accler6 cuando las oportunidades del mercado se debfa a que no incluian el coste final de organizar la produc- hicieron que se especializaran las producciones, aumentando los cidn sin mano de obra esclava. Ahora bien, los métodos de orga- rendimientos por unidad de superficie, ahorrando tierra y aumen- nizacién de la produccién eran ms eficientes que los de la segun- tando los insumos en forma de abonos, animales de tiro, herra- | da servidumbre de Ia Europa oriental. Ello se debfa a que las mientas e infraestructuras de regadio y de estabulaci6n, plantaciones de América formaban parte de los negocios de los En el momento de la transiciOn a la economia de mercado por mismos hombres que en Europa occidental actuaban como capi- parte de las explotaciones agricolas en Europa y sus zonas de | talistas quienes, en dltima instancia, entendfan al esclavo como influencia hubo una respuesta cuddruple (A, B, C y D) por zonas tuna dotacién de capital sometida‘a los dictados del mercado. Ade- gcogrificas mis, Ja inmensa mayoria de plantaciones del sur de Estados Uni- dos estuvieron dirigidas directamente por sus propietarios. Estos A) En la Europa oriental se reforzaron las normas feudales ‘contrataron capataces para que les ayudaran, no para que les sus- entrando en una explotaci6n de la tierra basada en la servidumbre tituyeran en la hacienda. Aunque también es cierto que las labores de la poblacién y el poder omnimodo del sefior. Por consiguiente de direccién del plantador no eran complejas, sobre todo se cen- no hubo transicién, sino exacerbacién. La Iglesia ortodoxa se for- traban en supervisar muy de cerca la mano de obra durante la talecié y los nobles se ensefiorearon como principes subyugando siembra, el inicio del cultivo y la cosecha, La mano de obra no era 140 LA NATURALEZA DE LA EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760) 31 Chandler (1987), pp. 101-106, 32. Rifkin (1996), pp. 95-107. En una f- ‘cha tan reciente como 1965, Martin Lic ther King se sorprendia de que las apar~ eros de una planiacion de Alabama rnunca hubleran visto moneda ameriea- na, Con respecto alas haciendas colo Tes de América Latina, véase Naveda (1987), pp. 96.97 y EscandellTur (1997), cap. 3. muy numerosa: a Ja altura de 1850 s6lo 1.479 plantaciones de un total de 5.229 posefan mas de 100 esclavos; de éstas, 187 tenfan més de 200, 56 més de 300, 9 mds de 500 y 2 més de 1.000. Chand- ler considera al capataz de esclavos como el primer tipo de direc- tivo asalariado de Estados Unidos. Su funci6n era la de supervisar a los trabajadores; sin embargo, no se ocupaba de los aspectos fi- nancieros y contables, pero es que ni siquiera el mismo propieta- rio realizaba una contabilidad financiera detallada; en la mayorfa de las plantaciones los libros de contabilidad los llevaba el factor —encargado de comercializar el producto—, no el propietario. Este no hacia esfuerzos para calcular los costes totales 0 el coste unitario, generalmente calculaba las pérdidas y ganancias basén- dose en los gastos de caja. Esa falta de interés por los costes no quiere decir que las plantaciones estuvieran mal llevadas. Como sucedfa en el caso de las empresas comerciales, en aquel momen- to tan primitivo del capitalismo el éxito o el fracaso financiero no dependia de una exacta contabilidad de costes, sino del acierto 0 fracaso de colocar el producto en el mercado en el momento més indicado. Por tanto, la habilidad de los factores para comerciali- zar la cosecha y de los capataces para producirla era mucho més importante. No debemos olvidar que en aquella época el planta- dor tenia tan poco control sobre las condiciones climéticas como sobre las fuerzas de la oferta y la demanda que establecfan los pre- cios. En el supuesto de que hubiera podido estimar la demanda de forma precisa lo tinico que hubiera podido hacer con esa infor- maci6n era cambiar a otros cultivos, y ni por la inversién en capi- tal fijo (incluida especialmente la formada por los esclavos), ni porque se encontraba en una situacién de dependencia en el re- arto internacional del trabajo y las actividades, estaba en posi- ccién de hacerlo. Si tenia excedentes segufa una politica extensiva, los invertia en comprar més tierras y esclavos."! Cuando la esclavitud desaparecié en el siglo xx en Estados Unidos se pas6 a sistemas de aparcerfa que mantuvieron a la po- blacién negra en las antiguas zonas de plantaciones hasta medi dos del siglo xx. El sistema de aparcerfa del sur de Estados Unidos amparé algunos de los rasgos de la plantacién, evitando gue la poblacién negra entrase en la economia de mercado, bésicamente reutilizando el viejo sistema de endeudamiento con el almacén ge- neral de la antigua plantacién y el régimen de terror amparado por la ley Jim Crow y los estatutos de segregacion racial. ©) En la Europa meridional no se propagé la segunda servi- dumbre. Esto permiti6, primero, que se desarrollaran formas con- 1A EMPRESA AGRICOLA EN LA TRANSICION HACIA LA ECONOMIA DE MERCADO 141 tractuales més eficientes, bajo el paraguas de una cierta indefi cin legal y normativa para explotar la tierra y, segundo, la susti- tucién o integracién de los antiguos sefiores en las llamadas elites agrarias de fuerte peso econémico y politico. En Jo que respecta a las formas contractuales hay que decir que fueron flexibles y adaptadas a la produccién, sirviendo de meca- nismo de acumulacién para invertir posteriormente en Ja comer- cializacién de todo tipo de bienes, en las actividades de préstamo yen a produceién industrial. Es el caso de los contratos de arren- ‘damiento a medio y largo plazo que se dicron antes de las refor- ‘mas agrarias en toda la agricultura europea durante el siglo xvury hasta después del decenio de los sesenta del siglo x1x.* En referencia a las elites debemos entender que su poder eco- némico y politico fue el fruto de unas largas transiciones hacia la consolidacién del mercado capitalista de la tierra. Durante estos perfodos de indeterminaci6n las formas de explotacién de la tierra que se establecieron no se pueden calificar de empresatiales, sino de patrimonialistas. Bl prestigio asociado a la propiedad de la tie- 1a, que proporcionaba cl ascenso a la condicién de cuasinobleza fo la supervivencia de la propia hidalgufa, prevalecié en muchas sociedades meridionales, provocando, cuando menos, una con- ‘cepcién patrimonialista de la gestion y la explotacién de la tierra. Las elites tuvieron un doble origen. Por una parte, procedian de algunos clanes de la nobleza del Antiguo Régimen que mantu- vieron antiguas estrategias patrimonialistas para sobrevivir. Estas actuaciones condujeron a largo plazo a la contradiccién entre la mentalidad patrimonialista y la empresatial, y consecuentemente al fracaso econémico. Por otro lado, las elites también se nutric- ron de diferentes grupos emergentes, como los subarrendadores, comtables y gestores que con anterioridad habfan administrado las rentas de las tierras de los nobles. Estos grupos estaban espécial- mente bien adecuados para comprender y sacar provecho de las complejas relaciones sociales que se generaron en el émbito rural en el perfodo transitorio a la economia de mercado, lo cual les permiti6 convertirse 0 bien en los nuevos terratenientes de corte capitalista, gandndose a la vez. un cierto halo de nobleza, o per- ‘manecer como administradores, cuyas pricticas ahora estaban en parte asociadas a la gesti6n de tipo empresarial.> Como indica S, Pollard (1987), la aparicién de estos adminis- tradores capaces de implantar técnicas més intensivas que exten- sivas se puede retrotraer hasta el siglo xvr en pafses como Inglate- rra. Sin embargo, no se puede hablar de que existieran empresas 33. Las cites agrarias no som un fend: ‘meno exclusivo dela Europa meridional, pero far alli donde adquirleron mas fuer” 2a, También nos las encontramos en 1a propia Ingletera, mas la ciferencia este ba en que su exisiencia no Impidi6 que Jos agricultores fueran innovadores, por- ‘que los derechos do propiedad estaban ‘laramente definidos. Véase al respecto fl conjumta de articulos editades por ‘Thompson (1984), y en particular la com pparacion entre Inglaterra y Fra Fhacon OBrien y Heath (1994) 34 Nos referimos a contratos, por een lo, del ipo dela vabassa mora en las 20 ha vitvinfolas de Catalufa en el sk ‘lo xv (se concede el dominio flerras para plantar vinas aun colono has. ta que las vias mucren —dsolucién del contrato~, con el eompromiso de que el ‘olono dé la tercera parte de los frutos al dduetic), Moreno Clavertas (1997). Los ‘contrats de corto plazo (I a4 anos) eran Jos habinuales en las zonas de secano dela Europa mediterranea. Aparentemente cstablecerfan un metealo competitive so- ‘be la renia de la tlerra que desincentiva- ‘ala inversen, Sin embargo las transfor ‘maciones agrcolas del morte europeo hhumedo no offecian a ls agricultura de secano, ¥ mediterrénca en general, alter rativas vélides, Carmona Pidal (1997) pill? 435. Véace Robledo Herninder (1985). [Estas précticas llegaron a entorpecer €1 nacimlento de los mercados de erédito y Se seguros agrarios y Ia innovaciéa. El crédito informal (con usurs) en estas s- tuaciones era la Unica salida del eampesi- no para finacar Ia siembra o la recolee- ion, pagindose inteeses entre el 10 y el 20 por 100 mensuales a finals del siglo xacen Espafi, Carman Pidal (1997); p. 120, Por su parte, Bhadusi (1973 y 1987) ha indicado que la aparceria dentro de tun sistema de relaciones somifeudal, como el que 6 deseribe para la India de 1970, es inoficaz para la asignacién de re cursos dirigidos ala innovacion tecnol6- fica porque fuerza al aparcero 2 respal- dar su inversion en ol dnico mercado Tinanciero al que tiene acceso: el de la ‘usura. Pare Bhaduri, a explotacidn de la terra en economia strasadas no es pare- to-eflcente sno case-ficiente: «Una or ‘denacion institucional es elase-eficiente 142 LA NATURALRZA DE LA EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C, 1300-€. 1760) sta clase mas poderosa puede mantener luna renta ms elewada a sa favor, a pesar ela menor eiclencia productiva del st temas, véase Bhadurl (1998), p21, Porel contraro, Posada (1995) sefaia numero 0s casos en Jos que la sperceria no he Jmplicado el freno del desarollo capita: lista nil polarizacién de clases sociales. ‘Una buena comparacién de los compor- tamientos de le nobleza y la burguesia agraria durante al perfodo de reformas ‘agrarins en Espana en De la Torre (1993). 36. Como indica M. Overton, In desapa- rict6n de los derechos de propledad tre Alicionales a lo largo del tiempo reflejé a ‘su vezlasustitucion de Ja economia rural forientada a le subsistencia por otra de mercado, Overton (1996) p. 191 agefcolas, porque rara vez competfan entre si, ya fuera por los, mercados o por los factores productivos. Para Pollard atin faltaba el mévil de la economia capitalista; ademas, no debemos olvidar que la economfa de la hacienda agricola estaba en funcién del es- tatus y las aspiraciones sociales de sus propietarios, al menos tan- to como lo estaba en funcién del céleullo econémico. Por otra par te, el poder del sefior o el delegado en su administrador no sélo estaba asociado a su condicién de propietario o gestor, sino que entraba en los marcos jurfdicos ¢ impositivos del Antiguo Régi ‘men, que impedfan una verdadera gestion empresarial de la acti vidad econémica. Esta doble faceta marcé Ja formacién de estos primeros administradores, que contaban con buenos conocimien- tos mateméticos y juridicos. D) Enel siglo xvut en los Pafses Bajos y en Inglaterra se anun- cia el predominio de las conductas capitalistas a la hora de orga~ nizar la produccién agricola. Estas conductas pueden sintetizarse en cuatro: producir para suinistrar bienes a mercados amplios ylo de exportacién; establecer flujos de tipo financiero y teenolé- gico con empresas suministradoras para capitalizar la explotacién y aumentar la inversién productiva; buscar la complementariedad con empresas industriales para suministrar materias primas; y, por iiltimo, servirse de medios contables y de gestién para progra- tar la explotaci6n a largo plazo y diversificar las inversiones y los productos. Allf donde el planteamiento de la reforma agraria establecié pronto un sistema consensuado de enuevos» derechos de propie- dad privada y cl mecanismo del mercado como el mejor reasigna- dor de la misma (Inglaterra y Holanda), es donde las conductas capitalistas antes sefialadas se consolidaron2* 3.2.2 Det Pals De Wass & NORFOLK: LA NUEVA AGRICULTURA La gran densidad demografica de Flandes, Brabante, Zelanda y Holanda desde cl siglo xv1 y la difusi6n de los sistemas de cultivo intensivo en los siglos xvi y xv, que suponfan una rotacién con- tinua de cultivos y una frecuente utilizacién de abonos naturales (superior al 45 por 100 de los costes de explotacién), incrementa- ron la necesidad de una gestién y planificacién a medio plazo de Ja empresa agrfcola con el objetivo de que la tierra no perdiese su capacidad de regeneracién a medio plazo. En esencia, la nueva planificacién consistia en sistemas de produccién basados en ci- 1LA EMPRESA AGRICOLA EN LA TRANSICION HACIA LA ECONOMIA DE MERCADO. 143 clos a medio plazo de 12 0 ms afios."” Dicha planificacion supe- raba el tradicional sometimiento de la actividad agricola al ciclo natural anual (varias cosechas de diferentes productos en un mis- mo suelo al afio) en funcién, primero, de utilizar eficientemente los insumos para maximizar el beneficio en relacién con las fluc- tuaciones del mercado a corto y largo plazo y, segundo, de esta- Dlecer una intensa conexién con las empresas industriales (cerve- ceras, aleoholeras, textiles, curtidos y cordelerfa) al suministrar ‘materias primas como el lino, los colorantes (la granza, la gualda y la hierba pastel), la cebada, el Kapulo, el tabaco, la colza y el c&- jfiamo. A cambio, las empresas comerciales debfan de prover, a aquellos agricultores volcados al mercado, de grano —para su ali- mentacién— procedente del Baltico, y de otras materias primas, ‘como el alcohol (de los vifledos del Mediterréneo) y el algodén co- Jonial, a las industrias transformadoras. El ciclo se cerraba con tuna serie de empresas encargadas de suministrar los abonos pro- cedentes de los excrementos y desperdicios de las granjas y las ciudades para las empresas horticolas encargadas de 1a produc- cién continua de productos frescos para las ciudades. Estas em- presas de agricultura muy intensiva, las primeras que se acerca- ban al modelo de efabricas al aire libres, podian desarrollar la explotacién en tierras de baja calidad, ya que la clave estaba en el abonado. La tietra pasé a un plano secundario frente a la intensi- dad del trabajo, précticamente de jardineria, y el suministro de fertilizantes. Esta nueva agricultura mantenia todos los dias del afio al agricultorpropietario en ung constante tensién para no despilfarrar nada de su trabajo, ingenio, posibilidades y desperdi- cios. Como decia en 1776 Laclerc de Montilinot, «el campesino flamenco lo escatima todo, saca dinero de todo». Este modelo fue entendido en Inglaterra como el Norfolk sys- tem y estuvo acompatiado del proceso de privatizacién de la tierra «que determinaron los cercamientos (enclosures). En 1500 més de Ja mitad de la tierra cultivable de Inglaterra se encontraba bajo sistemas comunales de explotacién; en 1850 habfan desaparecido, pasando la tierra a estar entre un 75 y un 80 por 100 bajo sistemas de arrendamiento. Los granjeros arrendatarios y los pequefios zgranjeros propietarios ingleses, como los holandeses antes, enten- dieron su actividad como un negocio. La agricultura empez6 a sig- nificar chacer dinero», lo cual permitié que la adaptacion y la i novacién fueran la norma (aunque a un ritmo menor que en la industria). A mediados del siglo xvi los agricultores, tanto los in- ‘leses como los de Flandes, ya no eran vistos como labriegos indi- 37 Véanse los balances de Ins empresas ‘Liundert y Hesbaye, en Slcher van Bath (4978), p-453. 38 Slichee van Bath (1978), p. 358, 29. El Nol sytem ae basa en Ik stiacion sls meen poles iy exptaiionos con abonce 7 Ey dopndince del cud inten (al agrchoe a exeacia eu itera fn gue se aeoabn el ealtivo do caren. {5 Gc rimavere, de invermo y pans Iftar el gana Ars es (ite adit ex or mise pares Gu foes doe Foss Boos 144 LA NATURALEZA DE LA EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760) 40. Overton (1996), pp. 195-206. 41 Dos ken al fo, sogin Slicher van Bath (1978), p. 359. vidwales que trabajaban la tierra para mantener su familia, sino como empresarios que calculaban los costes directos y los de oportunidad asf como los posibles beneficios. En 1796, Robertson, consideraba que el buen hacer de un granjero estaba en indicar y supervisar lo que otros debian hacer, cémo hacerlo y ver si lo ha- fan, realizando observaciones pertinentes, a la vez que debia de pensar, leer, conocer el mercado, reunirse con sus vecinos y obte- ner informacién de todos sitios.” Consecuentemente, fue en las explotaciones agricolas de pe- ‘quefio y mediano tamafo, inicialmente de los Paises Bajos y luego cen las de Inglaterra, donde se desarrollarian conceptos basicos asociados a la reduccién de incertidumbre y a la administracién y la optimizacién de las fincas por medio del control contable y la adaptacién de sus decisiones de adquirit los insumos ¢ invertir en Jos bienes de capital en funcién del mercado, En sf mismos los, métodos de explotacién ya eran conocidos desde la Baja Edad Me- ia; sin embargo, lo novedoso cra, por una parte, que se utilizaban en un nuevo marco de relaciones de libre mercado y ausencia de privilegios y, por otra, que el drea en la que se iban implantando los métodos intensivos cada vez era mayor, aunque la progresi6n de la tierra ganada a los nuevos métodos no dejaba de ser muy lenta.‘! Estos métodos fueron estudiados in situ por peritos, propietarios y administradores escoceses, alemanes, franceses, italianos y nor- teamericanos durante el siglo xvi. Posteriormente aquellos cono- cimientos se desarrollarian y sistematizarian en la llamada New husbandry gracias a la divulgacién hecha por personas como sir Richard Weston, Ellos describieron los métodos imperantes en zo- nas como el Pais de Waas hacia 1650, sentando asf las bases de lo ‘que se conoceria en Inglaterra como el Norfolk system. “Toda la experiencia acumulada en la gesti6n y contabilidad de Ja tierra en Ja larga transicién hacia la economfa de mercado, tan- to por los capataces de las plantaciones como por los administra- dores de las elites agrarias europeas, més las desarrolladas direc~ tamente por los propietarios en los Paises Bajos e Inglaterra result6 ser fundamental para modemizar los negocios en el mbt. to de las nuevas relaciones de mercado. Para que esto fuera posi ble, primero tuvo que desaparecer cualquier tipo de privilegio de Jos administradores y propietarios (atribuciones de caracter juridi- ‘co asociadas a los antiguos propietarios-seftores); segundo, la ges- ‘i6n de la tierra hubo de modificarse en funcién de los nuevos me- dios materiales y sistemas de cultivo como el sistema Norfolk; ‘ercero, las explotaciones tenfan que ser capaces de guardar parte LA EMPRESA AGRICOLA EN LA TRANSICION HACIA LA ECONOMIA DE MERCADO 145, dela produccién para experimentar; cuarto, hbo gue contar con la investigacién en botdnica y quimica para mejores de especies y abonos, respectivamente; y, quinto, tuvo que desarrollarse una in- tensa relacién entre el ganado y Ia agricultura (carnes para comer- cializar, fuerza de tiro y produccién de estiércol) y entre el ganado y la industria (embutidos, lécteos, cerveza, panaderia, tintes, texti- les, eurtidos y cordeleria). Sin embargo, atin hoy es dificil descubrir los diferentes niveles de eficiencia y competencia que se alcanzaron por parte de los granjeros, individualmente y en conjunto. No obs- tante, esté claro que los moderos sistemas de gestin nacieron en Ia agricultura y que de ali se difundieron hacia la minerfa del car- bbén y después a la industria en el caso de Inglaterra.® ‘También en la Europa continental la infiuencia de lo aprendi- do en Ja agricultura fue trascendental para las otras actividades. Por ejemplo, los grandes bangueros como los Fagger situaron al frente de sus negocios a Jos intendentes, una suerte de adminis- tradores que reproducfan los conocimientos desarrollados en la gestién agricola, ahora en el marco de una pluralidad de activida- des comerciales, mineras ¢ industriales.* Tal vez. sea en la figura del terrateniente y a la vez economista Johann Heinrich von Tha nen (1783-1850) donde se sintetiza esta relacién entre lo aprendi- do en Ia agricultura y su aplicacién a la industria. Thinen aprecié claramente la transformacién que habfa acontecido, antes de na- cer él, en la Europa del norte; la agricultura cada vez era més in- tensiva debido al aumento de la densidad demografica, Si la po- Dlaci6n seguia creciendo Jo légicq era disefiar un modelo muy intensivo y eficiente de agricultura. En su propiedad agricola tra- ajé entre 1810 y 1820 utilizando el calculo infinitesimal y la eco- nometria para realizar todo un plan contable y planificar la explo- tacisn agricola perfecta. La concibié como un dominio aislado de forma circular y fertilidad uniforme con una ciudad en el centro. ‘Todas las actividades agricolas (inchuida la silvicultura) se realiza~ rian y localizarfan en funcién de la demanda, la tecnologia y los, costes, en especial los del transporte, para lo cual el terreno deba estar libre de obstéculos. Thiinen desarrollé un modelo cerrado en una naturaleza totalmente transformada donde la entropia fuc~ ra la menor factible, a la vez que el ciclo de produccién se acomo- daba en el mayor grado posible al mercado alejandose del de la naturaleza: un proceso dispuesto cn Iinea de forma ininterrumpi- da, es decir, euna fébrica al aire libre». De hecho, una de sus pre~ tensiones era gue sus sistemas contables fueran utilizados por la industria, 42. Las diferentes experiencias sobre métodos agrcolas y su gestién, que van {desde los indicados en el Georgicsl Com- mittee de la Royal Society de 1464 hasta Tas numerosas Publicaciones de finales del siglo xva1 y principios del xx como Jos Annals of Agricultire editados entre 1784 y 1815 por Arthur Young, no rfle- fan el estado real de experimentacion y Adaptaciéa en el que se encontraba la ‘agricultura, Overton (1996), pp. 128-130. 43. Pollard (1987), pp. 46-52 ‘44 Mandrou (1969), pp. 113 45. Hicks (1989), p. 106; Schumpeter (1996), p. 52s. 146 LA NATURALEZA DE LA EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACION DEL. CAPITALISMO (C. 1300-c. 1760) 46 Rover (1972), p. 54, Sobre el cor mercio en la Europa medieval, ademas Gel citada Roover, véanse los trabajos de Postan (1967), Léper (1967) y Pounds 193i). 47 Sobre esta cuestion, véase Milgrom xy Roberts (1993), pp. 314-315, La carace ierizacién de los comerciantes como hombres durose es de Cipolla (1995). 48. Supple (1981), p. 513, 3.3. LAEMPRESA EN EL COMERCIO ¥ LAS FINANZAS 3.3.1. LA «SEDENTARIZACION» DEL COMERCIO EN 1A EPOCA MEDIEVAL La precariedad de los sistemas de transporte y comunicaciones, la inseguridad en las rutas, tanto terrestres como maritimas y el es- ‘caso desarrollo de los mereados infundfan a la actividad comer- ‘ial, especialmente a la realizada a media y larga distancia, un ‘componente de riesgo y aventura nada desdefiables. R. de Roover sefialé hace tiempo que, en los siglos medievales, «cada transac- cidn ... era una aventura», y ése éra el término, adventurer, con el ‘que sc designaban los comerciantes briténicos.“* En el espacio ‘euroasistico de los siglos x al xm, la gran mayoria de los comer- cciantes viajaban con sus mercancfas. C. Cipolla les denomina gré- ficamente, siguiendo a algunas descripciones de época, «hombres, duros», individuos situados al margen de la sociedad feudal. En esta €poca la mayor parte del comercio a media y larga distancia tenfa un marcado cardcter estacional, estando concentrado en fe- rias y mercados de uma periodicidad determinada. Estas ferias y ‘mercados recibian la proteccién politica de principes a cambio de ‘un impuesto sobre los ingresos (impuesto que seria, en palabras de F.C. Lane, un «coste de proteccisn»), y cn ellas se desarrolla- ron instituciones que favorecieron el comercio.”” El reducido tamasio del mercado, la elevada incertidumbre y Jos altos costes de transacciGn explican Ia ausencia de especializa- cién funcional: los comerciantes no sélo no estaban dedicados a una linea de productos conereta, sino que eran al mismo tiempo agentes, banqueros e incluso transportistas.** E] comerciante indi- vidual era el tipo de empresa més extendido en Europa, el norte de Africa y el Préximo Oriente hasta el siglo xm. Lo habitual es que, ademas de sus negocios comerciales, actuara como agente 0 corresponsal de otros comerciantes, a cambio de una comisién. Como ya se indicé en el apartado 3.1.2, los comerciantes recurric- ron a cédigos de conducta que promovieron la confianza recipro- «a, redujeron el oportunismo y realzaron el valor de la reputacién, La efectividad de estos cédigos dependié del grado de conoci- miento ¢ informacién que los agentes econémicos tenfan sobre el resto de sus colegas y, también, del sentimiento de pertenencia a una comunidad, De ahi la creacién de redes de comerciantes y co- mesponsales diseminadas por toda Europa, conectadas por lazos de sangre, etnia 0 religion. Otro fenémeno similar fue la creacién de colonias de comerciantes de un pafs en el extranjero. Los ita- LA EMPRESA EN EL COMERCIO Y LAS FINANZAS 147 lianos establecieron colonias de ese tipo en Asia y Egipto desde el siglo x; los judios magrebfes por todo el norte de Africa y el Pro ximo Oriente. En el norte de Europa las primeras comunidades mercantiles se organizaron alrededor de la Liga Hansedtica en el siglo xiv. Los comerciantes castellanos también fundaron colonias en el norte de Europa en los siglos xv y xvi. Estas colonias gene ralmente ocupaban un barrio diferenciado dentro de la citidad, eran aut6nomas respecto al poder politico, y tenian su propia ju- risdiceién y tribunales de comercio.® Un caso particularmente bien estudiado es el de los comer- ciantes judfos «magrebfes» en el siglo x1, diseminados por todo el litoral mediterraneo. Para no viajar con sus mercancfas no recu- mrieron a la formacién de sociedades 0 conemendas, sino que se basaron en agentes a comisién, pertenecientes a su misma comu- nidad. Asi, un comerciante magrebi de El Cairo podia valerse de los servicios de un agente chetmano» en Sicilia y, al mismo tiem- po, actuar como agente de éste, o de otro comerciante situado, por ‘ejemplo, en Barcelona o en El Cairo. La existencia de una coali- ci6n 0 comunidad de mercaderes, basada en la confianza y cl co- nocimiento entre sus integrantes, premiaba la conducta honesta y castigaba de forma efectiva a los infractores (todos los demas no volvian a comerciar con él). De esta forma se evitaba el «dilema del prisionero», asociado a una situacién de informacién asimé- triea y oportunismo. En estas condiciones, la reputaci6n era un activo tan valioso que Ia conducta honesta se convertfa en la xes- trategia dominante» de todos los jugadores (véase figura 3.1)" ‘COMERCIANTE ‘COMERCIANTE, freudulenta honest frandulenta _honesta nessa 4 malof peor] A [peor EB need N aio [mejor | 8B] peor [peor 7 E ee gl a Blpeor [bueno B[bueno | mejor “BAZAR «COMUNIDAD MERCANTIL: Mercado de ranseintes, ‘ransacciones personalizadas| transacclones impersonal, 1 repetdas, epatacion, ‘oportunismo penalizacién al infactor "Nova: en cada cuadrante, los beneficios dl agentes indican en la parte Inferior fzquierda ylos del comerciante en la parte superior derecha. 49. Sobre las comonidades mercantiles Yy colonias de comerciantes, vase Lopez (1967); Roover (1972); Cipolla (1981), 201; Ashtor (1983); Mauro (1990), Greif (1988) y (1997): y Casado Alonso (1995). 50 Greif (1989) y (1993). Greif sofia ‘que esta coalicién de intereses se basaba fn la Interdependencia econdmica de to- dos los jugadores; que las normas socta- Ieeeulturales no tenian importancia Pero la existencia dol primer hecho no es una prucba de lo segundo; ambos ele rmentos parecen estar presentes Figura 3.1. Conducta yresulados en el ‘comercio medieval 148 LA NATURALEZA DE LA EMPRESA DURANTE BL PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-C, 1760) S1_Lépex (1967); Roover (1972); Ahtor (1983), pp. 374392. Sobre al desarrollo de insttuciones y cédigos legislative en Cataluna, véase Vilar (1987), pp. 21624 ¥¥ tambign Gual (1981). Para el comercio ‘yeneciano, Ashtor sefiala que los bene! ios pasaron del 100 por 109 en el siglo x al 25 por 100 en la imporsacion de espe as yal 50 por 100 en la de algodén en el siglo xv, Ashtor (1983), pp. 428-429. 52, Yamey (1991) y Ramsey (1991). Una isién opuesta e In de Lane (1976). 53. Roover (1972), pp. 60-66; Abu-Lug- hod (1989), pp. 218-219 Algunos autores han hablado de una «revolucién comercial» en. al siglo x1 (Rover, Lopez), cuyo resultado més visible seria la «sedentarizacién» de la actividad comercial o, en otras palabras, Ja separaci6n entre comercio y transporte. Este fendmeno, no obs- tante, es mucho mas evidente en los siglos bajomedievales. Entre Jos factores que motivaron la «sedentarizacién> se encuentran: el desarrollo de los seguros maritimos sobre mercancfas y buques; la difusicn de la letra de cambio; la creacién de una red de informa- cién (las propias comunidades mercantiles crearon servicios de correo); la mejora de la contabilidad, en particular la aparicién de Ja partida doble, que permitié controlar mejor a los agentes de las empresas en plazas distintas de la sede social; una informacion més répida, més abundante y més barata (comienzan a aparecer manuales de comerciantes, con informacién sobre pesos, medi- das, cambios, etc.); y la mejora en el transporte. El comercio se hizo més regular y los margenes de beneficio, aun siendo conside- tables, descendieron respecto a los siglos anteriores. Todas estas innovaciones se localizaron en Italia y otras zonas del Mediterré- neo europeo, difundiéndose posteriormente al resto de Europa.%! No obstante, su impacto sobre el comercio y Ja economia europea en general fue muy gradual y no debe ser sobrevalorado. La con- tabilidad por partida doble, calificada por Sombart como el ins- (rumento del capitalismo, tavo una difusién bastante reducida hasta el siglo xv y su contribucién al éxito de las empresas que Ja adoptaban no fue demasiado importante.” Un fendmeno paralelo a la esedentarizacién» del comercio es Ia aparicién y creciente difusién de sociedades mercantiles, pri- ‘mero con cardcter episédico, como las commendas o las societas maris, sociedades creadas para un solo viaje que estipulaban el aporte de capitales y la distribucion de los beneficios entre los so- cios. Existe constancia documental de contratos de commenda en el norte de Africa desde el siglo vut. No obstante, su mayor difu- sin tuvo lugar en los siglos xry x11 en el sur de Europa, sobre todo en Italia, El surgimiento de estas sociedades permitié canalizar hacia el comercio capitales procedente del clero o de la nobleza.5* Alo largo del siglo xm comienza a detectarse una tendencia a la creacién de sociedades permanentes, las llamadas «compafiias», sociedades colectivas de responsabilidad ilimitada. Una vez més el fenémeno estuvo muy localizado en el sur de Europa. En el norte de Africa y en Europa septentrional el comerciante individual si- guié siendo el modelo de empresa dominante. Aunque el asocia- cionismo comercial surgié antes en el norte de Africa, la relativa LA EMPRESA EN EL COMERCIO Y LAS FINANZAS 149 fuerza del colectivo de comerciantes en imponer y mantener un cédigo de conducta, dificults la aplicacién de una legislacién que estipulaba el cumplimiento de los contratos entre las partes, atin ‘cuando esa legislacién y los tribunales correspondientes existfan. Por el contrario, en las ciudades italianas (y también en otras del sur de Europa), los cédigos colectivos fueron sustituides por un sistema de contratos escritos individuales, garantizados pot la le- gislacion y por el Estado. De entre todas las sociedades mercantiles, un ndmero reducido sobresalié por su tamafo y diversificacién: fueron las compafifas de familias como los Bardi, Peruzzi o Frescobaldi en el siglo xav, 0 de los Medici en el siglo xv. Todas ellas eran sociedades colectivas cuasi-permanentes, de responsabilidad ilimitada, en las que la fa- milia que controlaba la gesti6n tentfa, al menos, mas del 50 por 100 del capital. Las compafifas del siglo xIv se caracterizaban por st ‘gran tamaifo, la integracién vertical de negocios relacionados (co- mercio, manufactura y bance), y su expansién geogréfica por toda Europa mediante la apertura de filles dirigidas, bien por un em- pleado de la casa, bien por un agente (factor) a comisién. La casa Bardi, por ejemplo, tenia a principios del siglo xiv unos 120 em- pleados, con 25 filiales distribuidas por Europa. Era una sociedad ‘eminentemente familiar, que integraba en sus negocios el comer- cio de alimentos y materias primas, la manufactura y distribucién de tejidos, y la banca. La compafifa de los Peruzzi tenfa um nitme- ro similar de socios y factores, a los que habria que afiadir los ppuestos secundarios. La estructura de gobierno estaba muy jerar- ‘quizada: Ja oficina central intentaba'llevar un control estricto de la actividad de sus agentes y empleados en otras plazas. Para evitar problemas de agencia, las compatifas solfan reclutar de entre la fa- milia a una parte de los delegados en otras plazas, ofrecian gene- rosos sueldos, establecfan una politica de rotaci6n de los emplea- dos y efectuaban visitas periédicas a las sucursales. Aun ast, el grado de control varié mucho de empresa a empresa. Los Peruzzi, por ejemplo, a diferencia de los Bardi, munca conocieron con exac~ titud los resultados de cada filial o linea de negocio. Su gran tama- ono fue el resultado de un proceso evolutivo de crecimiento y de- sarrollo, Nacieron grandes porque edificaron sus negocios gracias a su condicién de instrumentos de financiacion de los Estados y a los privilegios obtenidos gracias alla. Su gran tamafio y poder po- Iftico, junto con su habilidad para acumular grandes cantidades de capital que mantenian circulando con rentabilidad, les permitio aprovechar economias de escala en Ia distribucién.® 54. Postan (1967) y, sobve todo, Greif (1989, 1993, 1996 y 1997). Una evelucton similar se obcerva en Ins ciudades catala- ras, Vilar (1987), pp. 216 ¥ 55. 535 Sobre estas companias, wase Sapor (1955), y sobre todo Hunt (1994), espe- cialmente capftulo 3, También es intere- sante, desde ima perspectiva mas Isdica, el trabajo do Cipolla (1995). 150 LA NATURALFZA DE LA EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACION DEL CAPIZALISMO (C. 1300-C. 1760) Figura 3.2. La estructura de Ia ecom- pabiae Peruzzi en 1335 56 Saport (1955); Roover (1972), pp. 90-110; y Hunt (1954), pp. 247-250 (EEN al Oficina conrad iliales (sezciones) | ex elextrajero Banca, s ‘Dirgidas par Divides por fercancias socios Factores ‘Textiles I TC ‘Napoes Barea Limosna Stila Ghiore : ‘ain. Rodes uenias Inglatera orden eipeciales Brujas, Tiinez Parts Mallorca Venecia Psa Funsrt: Elaboracién propie a partir de Hunt (1994). En el siglo xv, la reducci6n del tamafio del mercado, el cambio en los sistemas de financiacién de los Estados y los clevados cos- tes de organizacién y operacién, motivaron que las mayores com- pafifas, como la de los Medici, no alcanzaran ni de lejos el tamafio. de sus antecesoras. A diferencia de los Bardi y Peruzzi, los Medici utiizaron diversas compatifas, su estructura era més parecida a un holding S* 3.3.2. COMERGIO LIBRE Y COMERCIO ePRIVILEGIADO> BN LOS SIGLOS MODERNOS: COMERCIANTES INDIVIDUALES, 'SOCIEDADES MERCANTILES ¥ COMPANIAS FOR ACCIONES Durante los siglos xv y xv1 las innovaciones organizativas surgidas en Italia se difundieron por toda Europa. En el espacio comercial ‘europeo podemos distinguir varios tipos de empresas: los comer- ciantes individuales, generalmente manejando un negocio de di- mensiones reducidas; las sociedades colectivas, casi todas de ca- rrécter familiar, algunas de gran tamaiio y con unas caracteristicas no demasiado alejadas de las compafifas italianas de la Baja Edad Media (entre las que se pueden citar, como ejemplos representati- vos, a los Fugger y Welser alemanes, los Lopez.y Ruiz castellanos, 0 los Affaitati y Gucciardini italianos); ylas compaiiias reguladas, he- rederas de las hansas y guildas medievales, que reciben el monopo- LA EMPRESA EN EL COMERCIO Y LAS FINANZAS 151 lio del Estado para el comercio con un pafs y/o con una mercancfa, ‘cambio de un impuesto, y que agrupan a comerciantes que llevan ‘su negocio de forma individual: una de las més famosas, la compa- fifa de los Merchant Adventurers inglesa (que disfrutaba de! mono- polio del comercio de pafios ingleses con los Pafses Bajos y Ham- burgo), tenfa a mediados del siglo xvit mas de 7.000 miembros.” La llamada expansi6n ultramarina de algunos paises europeos intensificé el comercio internacional en los ocednos Atléntico Indico y trajo consigo la aparicién de un nuevo tipo de empresa, la compatiia por acciones de cardcter permanente. La expansion militar del Imperio Otomano en el Mediterrdnco y el Mar Rojo, ¥ del Reino de Portugal en el {ndico rompieron las reglas del juego del comercio internacional, caracterizadas por un certo respeto hacia el comercio y sus protagonistas, introduciendo a partir de entonces un componente politico-militar innegable. Guerra, poli- tica y comercio serdn actividades estrechamente unidas. El dicho alemén de que «la guerra, el comercio y la piraterfa, son una tri- nidad y no se pueden separar» es particularmente acertado para este periodo.* La intima conexién entre intereses politicos, finan- cieros y econémicos explica la acentuada intervenci6n de los Es- tados en Ja expansi6n comercial y colonial y su cardicter de mono- polio nacional. Los primeros Estados europeos implicados en esa expansi6n, Portugal y la Corona de Castilla, optaron por gestionar ellos mismos la actividad comercial. Los pafses del noroeste de Europa, en cambio, concedieron el monopolio del comercio na- ional con una regién 0 un continente, y también su representa- ci6n politica, diplomdtica y militar, A una empresa privada. El primer pafs europeo que inicia la llamada expansién ultra- marina, Portugal, intent6 efectuar todo el comercio con el indico a través de una institucién ptiblica, la Casa de la India. Sin em- bargo, ésta no cont6 con medios suficientes y se vio obligada a contratar los servicios de comerciantes y transportistas extranje- ros, sobre todo holandeses. La Corona castellana también hizo del comercio con sus colonias americanas un monopolio de Estado, dirigido por la Casa de Contrataci6n, pero servido por comercian- tes privados que, a menudo, estaban insertos en el circuito credi- ticio de la Hacienda publica.” El modelo de la compafia privile- giada acabé imponiéndose en el comercio con Asia a principios del siglo 20m Las dos mas importantes fueron, por este orden, las compatiias Holandesa ¢ Inglesa de las Indias Orientales. La pri- mera se cre6 en 1602 mediante la fusién de una serie de socieda- des mercantiles que operaban en ese tréfico. A partir de entonces 57 Glamman (1979), pp. 400402; Keiedte (1982), p. 64; ¢ Tinbert (1991). Sobre las grandes compatias famullares Gel siglo 20, véanse, por ejemplo, ls ta bbajos de. Ehrenberg (1955) y Schick (1957) sobre los Fugget, o Ruiz Martin (41950), sobre los Ruiz 58_Lacita procede de Glamman (1981), 1p. 334, Vease también, Brad (1991), pp. 4153155; Chaudhuri (1991, p. 437; Pero tin-Dumon (1991), pp. 201-202; y Thom- 50m (1994), eap. 2 59. Sobre el comercio portuguis, vésse Glammen (1979), pp. 379-380; Steens: ‘gare (1982); y Pearson (1991), pp. 77-80. Sobre Ia carrera de Indias en Casilla ys organizacion empresaral, Bernal (1993). 152 LA NATURALEZA DE LA EMPRESA DURANTE FI. PERIODO DF. FORMACION DRI. CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760) 60 De manera general, Ves (1982), pp. 140-142 y 149; Krledte (1982), p. 116; y ‘Thomson (1994), pp. 32-41. Sobre la compafia holandesa, véase Steensgard (1982) y Gaasira y Bruijn (1993). Sobre ls inglesa, Chaudhuri (1981) y (1993); y Brenner (1993), pp. 77-79. Sus earacte- ristcas y su logica organizativa se exari- ran con ms detalle en el ecundro 3.3. 61 Véase Boulle (1981) y Koninckx (989). 62, Brun (1990), y Gaastca y Bruin (1993), p. 187. y hasta finales del siglo xvur esta compafifa controlé la mayor par- te del comercio entre Europa y Asia, consistente en la importacion de especias (@ las que luego se fueron afiadiendo productos como té, café, sedas y algod6n) a cambio sobre todo de plata. Su homé- nima inglesa se cre6 en 1600, estando controlada por comercian- tes vinculados a la Compafifa del Levante, una compatifa regula- da. La rentabilidad de ambas compafiias a largo plazo fue considerable, aunque al menos en el caso holandés, menor que la obtenida en el comercio europeo, donde no tenfa una posicién ‘monopélica: la holandesa repartié un dividendo medio anual del 18 por 100 durante toda su existencia, de 1602 hasta 1798; la in- lesa alrededor del 10 por 100. A Io largo de los siglos xvi y xvi otros Estados intentaron promover empresas de este tipo para pe- netrar en el comercio asidtico, con escaso éxito. Los elevados requerimientos de capital para el comercio asiati- co explican su estructura juridica: eran sociedades por acciones, siendo lamayoria de sus acionistas meros inversores. La gestién se delegaba en administradores profesionales, asalariados, existiendo una jerarquia administrativa y una serie de comités encargados de una funcién especifica. También delegaban poderes en gobernado- res 0 factores de la empresa en el exterior, quienes tenfan conside- rable autonoma para negociar derechos de comercio con los Esta~ dos donde se encontraban y para realizar la actividad comercial. Algunas, como la compafifa holandesa, integraron dentro de sus ac- tividades la construccién de sus propios buques.® Su tamatio (la ‘compafifa holandesa llegé a emplear directamente a 12.000 perso- nas a finales del siglo xvi), diversificacién y complejidad adminis- trativa han llevado a muchos autores a calificarlas como las prime- ras multinacionales modernas (véase recuadro 3.3). No obstante, estas compafifas no pueden ser analizadas con una logica exclusi- vyamente econémica: ademis de su actividad comercial, fueron ins- trumentos de expansién politica y militar de los Estados y fuentes de ingreso y financiacién para las haciendas ptiblicas. Recuadro 3.3, La légica organtzativa de las compafifas comerciales privilegiadas: zinstituciones eficiemtes o monopolis- tas buscadores de rentas? La separacién de la propiedad de Ia gestién, la existencia de una jerarquia administrativa, comités especfalizados (funcionales) y el considerable mi- ‘mero de sucursales en el exterior ha conducido a algunos autores a calif car a estas compafiias como las primeras multinacionales modernas. LA EMPRESA EN EL COMERCIO ¥ LAS FINANZAS ‘Otros, por el contrario, han rechazado esa cealificacién, subrayando su ineficiencia organizativa y su condicién de monopolistas. Entre estos tltimos, el primer eritico fue A. Smith, quien a finales del si- lo xvi indicaba que esta separacién de propiedad y contro} dio como re- ssultado una gran ineficiencia administrativa y desvi6 el interés de estas ‘empresas hacia la satisfaccién delos objetivos de los gerentes y factores, lo que se tradujo en precios més altos para los consumidores y beneficios de- crecientes para los accionistas. Smith admitia la posibilidad de conceder lun monopolio temporal a aquellas empresas que abriesen un nisevo co- ‘mercio, pero nunca permanente (Smith, 1958, 655-668). En la actualidad, Jones y Ville (1995) defienden esta posiciGn: las caracteristicas de estas ‘compatifas fueron disefiadas para apropiarse de rentas y defender su poder de monopolio; mantuvieron una politica de precios predatoria, destinada ‘aimpedirla entrada de competidores;las rentas de monopolio permitieron sostener una extensa y costosa burocracia que, a menudo, se comportaba de manera oportunista, Autores como Chaudhuri (1981) y Ekelund y Toli- son (1997) reconocen que la prolongada existencia de estas compaiias se explica por su condiciéa de monopolistas, pero por sus caracteristicas las sitéan como antecedentes de las modernas multinacionales. a posicién més opuesta a Smith es'la de Carlos y Nicholas (1988), {quienes sostienen que la forma organizativa adoptada por estas empresas fue una solucién eficiente # Ins caracterfsticas del sector y los mercados donde operaban porque: 1) la integracién vertical y la creacién de una je- rarguia administrativa les permitié economizar costes de transaccién, y 2) para controlar a los agentes —Ios gerentes y los factores de la compa- ‘iia en sus diferentes puertos— y limitar sus conductas oportunistas adoptaron mecanismos de incentivos y sistemas de vigilancia. Pero nin- uno de esos argumenios es del todo consistente. Para estos autores, a partir de un volumen dado de intercambios co- -merciales que cubriese los costes fijos de establecimiento, era menos cos- oso internalizar que recurrir al mercado, debido a los altos costes de transaceién, Pero estos autores parecen ignorar que todas estas empresas tenfan poder de monopolio y que, al menos por lo que respecta a Asia, existia una sofisticada red comercial y financiera a la que se podta reeu- rir sin necesidad de integrar. Tampoco aportan ninguna prueba que de- ‘muestre la mayor eficiencia de las compatiias privilegiadas (por ejemplo, cestructuras de costes de compatifas privlegiadas y no privilegiadas). Ellos sefialan Ja existencia de esa burocracia de empleados encargados de pro- cesar la informacién como prueba de su eficiencia, pero hay abundantes datos que indican que esa eficiencia no fue tal. En lo que respecta a los problemas de agencia, estos autores indican que las compafias introdu- {Jeron incentivos (salarios elevados, primas, posibilidad de realizar comer- 153 154 LA NATURALEZA DE. LA EMPRESA DURANTE EL. PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-C, 1760) 63. Glamman (1981), pp. 353-384. Con és dealle, Das Gupta (1994), caps. Ly 14; y Aresaratnam (1995), caps. 3 y 12 cio privado), sistemas de vigilancia y una cultura corporativa entire sus ‘empleados, todo lo cual redujo la aparici6n de conduetas oportunistas. ‘Sin embargo, existen abundantes pruebas de la escasa operatividad de es. ‘os mecanismos de control: por un lado, la ausencia de tna contabilidad detallada, la multiplicidad de pesos y medidas y tipos de moneda, y la gran vatiacién en fletes y precios, hacian el control muy dificil; por otro, Ja vigilancia cruzada entre los diferentes empleados fue evitada mediante cl acuerdo o el soborno (Jones y Ville, 1995). Sino fueron tan eficientes, por qué, entonees, las compatiias privile- siadas optaron por la integracién vertical? Jones y Ville responden di- clendo que era la forma més efectiva de capturar y manipular el tamafio de las rentas de monopolio: por ejemplo, podfan adueis el gasto realizado cn fuertes y factorias para solicitar una renovacién de su privilegio; para la Corona, una gran empresa por acciones podia actuar como prestamis- ta en su favor; también la estructura por acciones permitia a la Corona o ‘8 miembros del Estado la inversi6n en ellas, sin tener que comprometer” se en su gestién. Ademiés, estas compatiias fueron un medio empleado por el Estado para poner en préctica su politica exterior en Ia zona (di- plomacia, fuerza naval... Bn este sentido, estas compatias integraron poder politico y actividad comercial, internalizaron los costes de protec- ign (Steensgard, 1982). Tendieron a manipular los precios y a eliminar a competidares (otros puntos geogréficos 0 sus propios empleados actuan- do privadamente). No se puede olvidar que, tras la pérdida del monopo- Tio, todas ellas, con la excepeién de la Compafia de la Bahia de Hudson, desaparecieron répidamente, Fugnre: Smith (1958), Chaudhuri (1981), Steensgard (1982), Carlos y ‘Nicholas (1988), Milgrom y Roberts (1993), Thomson (1994), Jones y Vi- Me (1995), y Ekelund y Tollison (1987). En el comercio entre Europa y Asia, las compafifas privilegi das europeas no eran las tnicas operadoras, Se valieron de una tu- pida red de empresarios individuales y sociedades colectivas, de- dicados al comercio por cuenta propia 0 como comisionistas, al transporte y la banca, disemninados por todo el litoral del océano Indico. En lineas generales, 1a entrada de compatifas europeas in- crement6 las oportunidades de negocio para los empresarios au ‘etonos, pero conviene destacar que el comercio con esas com pafifas no siempre era el més importante, ni los comerciantes autéctonos se limitaron a ser meros intermediarios de los euro- peos.** Los empresarios no actuaron solos, formaban parte de re- des construidas sobre la base de lazos familiares 0 culturales. Al- LA EMPRESA EN EL COMERCIO Y LAS FINANZAS 155 sgunos como los chulias se sirvieron de la red de transporte y pro- teccién de las compatiias europeas para hacer sus propios nego- cios en el este asidtico, creando una vasta red comercial. Otros grupos activos en la India en los siglos xvi y xvit fueron Jos ban- yas, que usaban redes de factores diseminados por el espacio del Indico, los parsis o los armenios. Desde el. siglo xvu la letra de cambio estaba ampliamente difundida en este subcontinente.* En China el comercio con los europeos fue delegado por el Empera- dor en los comerciantes Hong, convertidos en una especie de co- merciantes-burécratas desde principios del siglo xvi. En el ais lado Japén de los Tokugawa, el crecimiento demogrifico, el progreso de la urbanizacién y el desarrollo de una agricultura co mercial favorecieron la aparicién de grandes casas de comercio, compatiias de carcter familiar, como la casa Mitsui, antecedente de uno de los mayores zaibatsu de Japén en el siglo xx. La compaiia privilegiada no fue exclusiva del comercio asiatico (os Estados concedieron privilegios similares para otros traficos), aunque fue aqui donde logré mantener su hegemonia durante los siglos xu y xvm. Uno de los factores que explica esa permanencia es la gran cantidad de capital requerido para operar en ese trafico: Jas elevadas distancias provocaban que el intervalo entre la compra de mercancias en Asia y su venta en Europa fuera de 18 a 24 meses, muy superior al del comercio europeo y atléntico.® Por otro lado, hasta principios del siglo vm casi el nico comercio entre Europa xy América eran las remesas de plata americana que llegaban a Se- villa y las escasas exportaciones de productos mamufacturados los colonos hispanos; de ahi que el bbjetivo inicial de las compa- fifas de las Indias Occidentales fuera mas politico que econémico. Laaparicién de un nuevo colonialismo a partir de entonces ampli6 ¥ diversificé los intercsimbios comerciales: el azticar, café, tabaco y cacao consumido en Europa se cultivaba en plantaciones america- nas con mano de obra esclava procedente de Africa. El comercio triangular entre Buropa, América y Africa crecié de forma especta- cular, por eso mismo, las compaiias privilegiadas no fueron cape- ces de mantener su monopolio.** En Inglaterra, al menos, los em- presarios que acabaron controlando este comercio no tenfan nada gue ver con los comerciantes de la East India Company o con Jos ‘Merchant Adventurers y otras compafifas reguladas. La mayor par- te habfan nacido fuera de Londres, procedian de una clase media y accedieron al comercio tras una etapa previa como plantadores en las colonfas, o empleados como capitanes, agentes y comisionistas en la metr6poli. 64. Sobre los comerciantes indis, vse Habib (1990), especialmente pp. 388396; Arasaratnam (1995), captulo 13; Desal (41994), y Chaudlur (1998). 665. Cheang (1997), pp. 17-19. 66 ‘Takenaka (1969), y Blackford (1998), pp. 27-29. 67 Vries (1982), p. 139; Gaastra y Bran (1993) 68, Vii (1980), pp. 149 y ss; Kriedte (1982), pp. 107-111 69. Esta descripcién de Brenner (1993), ‘pp. 92-115, para modiados del siglo xv, ‘coincide totalmente con la que offece Hancock (1995), pp. 40.45 y 81-83, para tun siglo més tarde 156 LA NATURALEZA DE LA EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760) 70 Price (1991), pp. 277-278. T1_Véase Socolow (1978) para Buenos ‘Aires, Kieza (1986) para México, Bosher (1987) pars Jos comerciantes franco-ca- nadienses, Matson (1998) para los de ‘Nueva York, o Brenner (1893) y Hancock (1995) pare os ingleses. 72 Hancock (1995), p. 116; y Pree (4991), p.279. 73, Brenner (1993); Matson (1998), p. 132; Blackford (1998), p. 27; Socolow (41978), p. 14 Kicza (1980), El triangular trade fue, como ya hemos indicado, un comercio donde las compaiifas privilegiadas no pudieron mantener su mo- nopolio, siendo sustituidas répidamente por compaiiias y comer ciantes privados, piratas y corsarios.” El tipo de sociedad més fre- cuente era la colectiva, con un ndmero muy reducido de socios (a0 més de cinco, generalmente). La estrategia més habitual de los comerciantes era la de diversificar los riesgos a través de su pparticipacién en mitiples sociedades con diferentes socios, a los que se conocia por lazos familiares, religiosos, de vecindad ylo de negocios. Tanto en las colonias como en las metrépolis, los co- merciantes no operaban aislados, sino que estaban insertos en re- des cimentadas por lazos familiares, vecindad y colaboracién en sociedades conjuntas. Los lazos sociales, o la pertenencia a una red, eran vitales para el éxito econémico, tanto el comercio trian- gular, como en el asiatico o el europeo. En el Londres de mediados del siglo xvi, la eleccién del domicilio del escritorio de comercio era una de las decisiones mas importantes para el futuro del ne- gocio, ptiesto que su localizacién condicionaba en gran medida las relaciones con posibles socios y/o clientes.”! Como en todo comercio a larga distancia, uno de los requisitos ms importantes era establecer una red de corresponsables y clien- tes en el extranjero y disponer de agentes y empleados de confian- za. Los comerciantes de la metrépoli podfan, te6ricamente, ser re- presentados en Ias colonias por un empleado a sueldo o bien por ‘un corresponsal o factor a comisién. Aunque las comisiones en las colonias doblaban las vigentes en Europa (5 por 100 frente al 2-2,5 ‘por 100) este sistema era més barato y flexible que el-manteni- tniento de uma red de empleados fuera, a no ser que el elevado vo- lumen de negocio contrarrestase los mayores costes fijos de esta ‘tima alternativa. En un primer momento, la escasez. de factores residentes en las colonias hizo que todas las compafifas comenza- ran usando empleados propios. Sin embargo, para mediados del si- ‘glo xvi podian encontrarse factores en la mayor parte de los terri- torios.” El crecimiento del comercio trajo consigo una cierta cespecializaci6n: la distincién entre los grandes comerciantes, ma- yoristas, empleados en el comercio transatléntico, y los minoris- tas, dedicados al comercio local y regional, perceptible en Londres desde el siglo xv se observa en Nueva York y Osaka hacia 1720, en Buenos Aires y México hacia 1750.” A partir de esta division del ‘trabajo basica, los grandes comerciantes solfan integrar dentro de sus negocios la plantacién, el comercio (de esclavos y de produc- tos), el transporte, el crédito y los seguros, aunque no necesaria- mh eae LA EMPRESA EN BL COMERCIO Y LAS FINANZAS 57 mente en una nica sociedad. El crecimiento de la actividad co- ‘mercial también provocé un incremento del tamafio de las empre- sas: en el comercio del tabaco entre las colonias © Inglaterra y Francia las grandes compaifas sustituyeron a los pequefios co- merciantes a partir de finales del siglo xvi. Un fenémeno similar sucedi6 en el comercio del azticar, aunque de manera més gra- dual.”* En Nueva York, la distancia entre esta elite de comerciantes transatlénticos y los medianos comerciantes empleados en el co- mercio de cabotaje y el efectuado con las Indias Occidentales au- menté a lo largo del siglo xvm."* Las grandes sociedades explota- ron economfas de escala en el trafico y el comercio, podian resistir mejor el ciclo largo del capital circulante y, a través de su reputa- ci6n, se aseguraron un volumen de negocio cada vez mayor, y tam- bién de crédito, silo necesitaban. Ese volumen de negocio les per- mitié volver al sistema de empleados a sueldo en las colonias, generalmente supervisades por un socio residente.” A pesar de ello, no existieron elevadas barreras de entrada al sector. A lo largo del siglo xvm, factores, plantadores, capitanes y otros empleados acabaron ascendiendo a la categoria de comerciantes.”” ‘Como estaba sucediendo en el comercio atlantico, también en. Europa tuvo lugar una progresiva liberalizacién del mar y del co- mercio en el siglo xvm: las companifas reguladas dejaron paso a las compafifas y comerciantes privados. Es posible percibir, asimis- ‘mao, la division entre el gran comercio y el comercio al por menor, aunque la frontera entre uno y otro émbito no sea fija. El comer- ciante al por mayor segufa siendo yn generalista, no un especia- lista: comercio, transporte, erédito y seguros eran actividades fre- cuentemente unidas. Una compafifa tipo, como la firma Bensi y Meriziano de Barcelona, ademas de dedicarse al comercio por cuenta propia y ajena (agentes, consignatarios, almacenistas), in- tegraba otras actividades como las finanzas, la construccién naval y los seguros.”* El negocio del seguro maritimo estuvo en manos de los grandes comerciantes y mayoristas, que lo controlaban pri- vadamente o bien a través de sociedades especializadas, primero colectivas, y luego a partir de mediados del siglo xvm, de compa- ‘fas por acciones.” El hecho de que la inmensa mayorfa del co- mercio se realizara a crédito, hizo que esta actividad fuera una de las més importantes para la continuidad del negocio. En Inglate- 1ra, los comerciantes de los grandes puertos acabaron concedien- do créditos no sélo a sus clientes en Norteamérica o Europa, sino también a los industriales del pais, haciéndose con el control de la comercializacion de sus productos. Estos comerciantes tendrén 74 Hancock (1995), pp. 81-82, Ea el ‘aso dal anicar el crecimiento del tamma- tho de las refinerias y de las nevesidades de capital provocd una separacién entre Tos comerciantesy los refinadores, Mor- gen (1998), p. 150. 75 Matson (1998), p, 121 76 En Londres, los 573 comerciantes Gedicados 2 Ia importacién de tabsco lamericano en 1676 se habfan reducide 2 '56.un siglo més tarde, de los que una do- ena controlaban el 70 por 100 del waf- 0. Price (1991), pp. 280-281 y 291; Chapman (1993), pp. 26:29, Algunas en preses concretas ‘se estudian en Price (1995). 71 Chapman (1992), pp. 26:29; Han- cock (1995). 78. Maixé Altes (1994). Otros ejemplos en Vilar (1988), 1. 3, pp, 352 y 883 y Lo- ‘ato Franco (1995), pp. 225-28. 79 Price (1989), p. 283; Chapman (1992); Lebato Franco (1995), pp. 163- 167, 158 1A NATURALEZA DF 1A EMPRESA DURANTE EL PERIODO DE FORMACION DEL. CAPITALISMO (C, 1300-C, 1760) 80 Price (1939), pp. 280-282. 81 Vilar (1988), vol. 3, p. 386; Kieza (1986), p. 189; Blackford (1998), p. 27 82. Maixé Altes (1994), Lobato Franco (1995), pp. 72-73, y Hancock (1995). Lor bato Franco (1995), p. 64, ba sefalado que la gran mayoria de las compaaias ‘arcelonesas de la sezunda mitad dels alo xv nombraban un socio administra dor ‘inico. Una deseripeién muy detalla {a de las condiciones de vida y abajo en tun eseritorio de comercio londinense a ‘mediados del siglo xvan en Price (1986). 83. Glamman (1979), p. 405; Chapman (1992), pp. 24-26. Figura 3.3. Betructara de una compa: ‘if mereantil eatalana en el siglo x0 tuna presencia mayoritaria en el Banco de Inglaterra y en los pri- ‘meros bancos privados que se formen en el siglo xvul.!° En Cata- lufia, dice Vilar, todos los hombres de negocios son banqueros. En. México, los grandes comerciantes de Ia capital eran también los principales prestamistas. Lo mismo sucede con los comerciantes de Osaka en Japén.3! El escritorio de comercio constitufa el centro de operaciones del negocio: solfa estar dirigido por un tinico socio-gerente y tenia un némero variable de empleados, generalmente no legaban a diez, aunque en casas més amplias, como la londinense Herries & Co., podfan existir dos divisiones, una dedicada al comercio euto- peo y otra al atléntico, Generalmente se trabaja de lunes a sdbado, de9a2yde 4a 8, Las counting-houses inglesas servian de resi- dencia tanto a la familia del comerciante como a sus empleados. Estos casi siempre venfan recomendados por un socio o familiar, Su formaci6n (y la de los comerciantes) era bastante bésica: leer y escribir, aritmética ¢ idiomas. Salvo la teneduria de libros, no se requeria de una formacién especializada, ésta se iba adquiriendo con la experiencia. Copa ESCRITORIO : DE COMEReIO Pains —— >} [Comeapondencia] [—Contablo || ~Caiero | [Getin en plaza [calae exteriores) | (ener de icon) {Consulado y Loni] ‘Aduena Puerto y marina ‘Almacones Carreponsales [Fownre: Maixé Altes (1994), p. Las relaciones personales siguen siendo basicas en este nego- cio, tanto para clegir a los socios como a los agentes en otras pla- zas y alos empleados. Por eso mismo, disponer de una red lo més amplia posible de clientes y corresponsales era uno de los activos mas valiosos para las empresas. Como todo intangible, era un ac- tivo que se construfa Jentamente, a través de un trato continuado (a veces se prolongaba durante varias generaciones) y de una re- putacién de honestidad y reciprocidad en los negocios. La exis- tencia de esas redes que conectaban toda Europa desde el Béltico al Mediterraneo facilité y abaraté considerablemente las transac- ciones." Esto explica también la continuidad de minorfas de co- merciantes agrupados por pais de origen en plazas como Ambe- res, Amsterdam, Lyon, Lisboa 0 Sevilla en los siglos xvt y xvi, en. Londres en el siglo xv Otra muestra de su importancia es que fen Ja Barcelona del siglo xvi el libro clave para las casas de co- mercio era el Mayor, clasificado por corresponsales y clientes.*6 Fue en el comercio, antes que en otros sectores, donde el mer- cado, el capital y la busqueda del beneficio indidividual dirigieron la conduecta de los empresarios. Esta «légica individualista» fue cexportada por algunos de estos empresarios a otras actividades ‘como la agricultura y la industria 3.4. LA INDUSTRIA ANTES DE LA FABRICA: ESTRUCTURAS ORGANIZATIVAS Y LOGICAS DIVERSAS 3.4.1. TALLERES ARTESANALES, INDUSIRIA A DOMICILIO ‘Y MANUFACTURAS CENTRALIZADAS. Al igual que sucedié con el comercio, la aparicién de una activi- dad industrial especializada parece haber tenido lugar en Europa y Asia alrededor de los siglos x y x1. Salvo la mineria y Ia siderur- ‘gia, el resto de actividades se encuerttran inicialmente localizadas cen las ciudades. El surgimiento de una industria especializada no ‘supuso la desaparicion de las actividades industriales en el medio rural, pero éstas continuaron siendo realizadas por los propios ‘campesinos y se destinaban a satisfacer sus propias necesidades 0, ‘como mucho, las de su localidad, y estaban, como el resto de acti vvidades, bajo la dependencia de la autoridad seftorial. Hasta el si- glo xvt casi la totalidad de los bienes manufacturados elaborados en las ciudades se destinaba a un mercado local y regional, pocos de ellos eran vendidos en mercados lejanos. A partir de entonces, Jas mejoras graduales en el transporte hicieron que el comercio de productos manufacturados a larga distancia fuera cada vez mayor yampliaron el tamafio del mercado. En Europa ese incremento se vio favorecido ademés por una dependencia cada vez mayor del mercado de una parte creciente de la poblacién y una extension del consumo de productos manufacturados."’ Por otro lado, el LAINDUSTRIA ANTES DE LA FABRICA 159 84 Supple (1981), pp. 515-516, Véase Maixé Altes (1994), pars los comercian- {es de Barcelona, y Ojala (1997) para los slanderes, 85 Mauro (1980) y Chapman (1992), pp. 30-31. Ala altara do 1763, el 77 por 100 de los apellides de los comerciantes de Londres era de origen extranjero. 86 Maine Altes (1994), pp. 43-46. 87. Sobre ol papel del mercado, vase ‘Berg (19986) y Pollard (1995). Una des- ceipeign general de Ia industria en este ‘periodo en Pounds (1992), cap. IX 160 1A NATURALEZA DE LA EMPRESA DURANTE EL. PERIODO DE FORMACION DEL CAPITALISMO (C. 1300-C. 1760) 88 Raste citar como ejemplos los casos {de Bolonia (seda) y Zurich (algodén). En Ja primera ot hilado (torcido) de Ia seda se realizaba en el molino de eda (una es- [pele de fibrica concentrads), Ia teedu- ia se efectuaba 2 domieilo y el tintado fen pequetios talleres, ease Poni (1990). En Ja segunda la hilatura estabe orgeni- zada a través de wn kanfaystems (artesa- nes independientes), la teledurfa se reac vaba 2 domiciio coordinada pot los comerclantesy el estampado se hacia en manufscturas centralizadas, Pfister (1996), p. 140, Véase la figura 2.1. para ‘una descripeién de la warqultecturan de cada model, crecimiento de la produccién y el consumo de bienes industriales fueron paralelos a una mayor homogeneizacién de los productos, por supuesto, con todas las limitaciones que la tecnologia dispo- nible imponta. ‘No hubo una sola respuesta de la industria ante el crecimiento de la demanda y la extension del mercado. Quizé lo més destaca- ble sea la diversidad de estructuras de organizacién manufacture- 1a, diversidad que, independientemente de las condiciones institu- cionales (privilegios, dependencia senorial, ctc.), puede agruparse en torno a tres grandes modelos que coexistieron a lo largo de es- tos siglos, a menudo de forma complementaria: los talleres artesa- nales, la industria a domicilio y las manufacturas centralizadas.** Los primeros agrupaban a un nitmero reducido de artesanos, a ‘menudo bajo la dependencia de un maestro y existieron en practi- camente todos los sectores productivos. Una parte de la actividad manufacturera, generalmente la que concernfa a las fases més simples, podtfa realizarse en el domicilio de los trabajadores, tanto en la ciudad como en el campo. Por iiltimo, las grandes unidades de produccién también existieron, aunque s6lo en sectores muy concretos, debido a requerimientos tecnolégicos ylo de capital. Por ejemplo, el estampado de tejidos de algodén se realiz6 en Europa, desde sus origenes a finales del siglo xvm, en grandes es- tablecimientos. Lo mismo sucedié con el torcido de la seda en al- gunas ciudades del norte de Italia, realizado en el llamado molino de seda accionado por energia hidraulica. La produccién en gran- des establecimientos dominaba también en buena parte de la si- derometalurgia, algunas ramas de la industria armera, la cons- truccién naval, la imprenta, el vidrio, las alfombras y tapices y el refino de azticar. A su vez, cada uno de esos modelos puede en- contrarse tanto en las ciudades como en el campo. La industria tendfa a estar localizada regionalmente, bien debi- doala existencia de recursos productivos, bien por la existencia de economfas externas 0 de aglomeracion. Algunos autores han des- crito la estructura productiva de muchas ciudades y distritos rura- es como similar a la de un edistrito industrials de los si- glos xxx y xX. Entre los rasgos comunes mas destacables, cabria in- dicar la existencia de un gran ntimero de unidades productivas es- pecializadas, un elevado grado de subcontratacién y cooperacién vertical y horizontal, un notable dinamismo tecnolégico, la exis- tencia de instituciones comunes y activos compartidos y el papel ‘coordinador de los comerciantes. La gran mayoria de estos distri- tos eran capaces de elaborar una amplia gama de productos, que renovaban constantemente. Muchos de estos rasgos pervivirén en los sistemas de «especializacién flexible» de los siglos x1x y xX. Por todo ello, no es posible seguir describiendo la evolucién de Ja industria en la Edad moderna, en particular la europea, como tun proceso lineal segtin el cual las manufacturas urbanas habrian sido reemplazadas por la industria rural y ésta a st vez por la ma- nufactura centralizada (que serfa el antecedente de la fabrica mo- , simbolizada por los verlegers y co- merciantes-fabricantes, y la emercantilista», cuyor mejor ejemplo fueron las Manufacturas Reales creadas por los Estados. La diversidad de escalas de produccién, tecnologias y estructu- ras organizativas adoptadas por la industria tampoco puede ocul- tar una tendencia general: la creciente concentracién empresarial y,con ella, una diferenciacién socloeconémica cada vez mas acen- ‘tuada entre capital y trabajo, entre empresarios y trabajadores. La subordinacién de la produccién al capital fue un proceso desigual, tanto regional y sectorial como cronolégicamente. En algunos ca- sos se produjo a través de un proceso de diferenciacién socioeco- némica dentro de la comunidad de artesanos independientes (kaufsystem), en otros mediante el control de Ja produccién por parte de los comerciantes (verlagssystem). Su resultado, en cam- bio, sf fue similar: un grupo social acaba adquiriendo el control, los «comerciantes-fabricantes». Ese doble término hace referencia asus origenes sociales: en casi todos los casos se trata, bien de an- tiguos verlegers, bien de maestros artesanos enriquecides. Son ellos los que, més que cualquier otro grupo, serén identificados como los empresarios de la Revolucién industrial. En el pats don- de antes se originé este proceso, Gran Bretafia, serén, junto con los inventores y cienttficos, los héroes de una corriente de litera- ‘ura infantil que se desarroll6 durante la segunda mitad del siglo Xxvit, sustituyendo a figuras mas tradicionales como los reyes, no- bles © guerrero.” LA INDUSTRIA ANTES DE LA FABRICA 161 58. Sobre a localization regional, véase Pollard (7995). Sobre los distros indus tralesy la expecializacion lenble, véan- se Berg (1998), Pon! (1930) y (1987). y, para perfodes posteriores, también ios ‘apariados 4.1, 613, 65.2 y 92 de esta obra. 90 MeKendrick (1991), pp. 85-90.

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