0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
43 vistas20 páginas
La misma civilización produce simultáneamente dos cosas tan diferentes como un poema de T.S. Eliot y una canción de Tin Pan Alley, o una pintura de Braque y una cubierta del Saturday Evening Post . Las cuatro se sitúan en el campo de la cultura, forman ostensiblemente parte de la misma cultura y son productos de la misma sociedad. Sin embargo, todos sus puntos comunes parecen terminar ahí. Un poema de Eliot y un poema de Edie Guest: ¿qué perspectiva cultural es suficientemente amplia para permitirnos establecer entre ellos una relación iluminadora? El hecho de que tal disparidad exista en el marco de una sola tradición cultural, que se ha dado y se da por supuesta, ¿indica que la disparidad forma parte del orden natural de las cosas? ¿O es algo enteramente nuevo, algo específico de nuestra época?
La respuesta exige algo más que una investigación estética. En mi opinión, es necesario examinar más atentamente y con más originalidad que hasta ahora la relación entre la experiencia estética –tal como se enfrenta a ella el individuo concreto, y no el generalizado—y los contextos históricos y sociales en los que esa experiencia tiene lugar. Lo que saquemos a la luz nos responderá, además de la pregunta que acabamos de plantear, a otras cuestiones, quizá más importantes.
La misma civilización produce simultáneamente dos cosas tan diferentes como un poema de T.S. Eliot y una canción de Tin Pan Alley, o una pintura de Braque y una cubierta del Saturday Evening Post . Las cuatro se sitúan en el campo de la cultura, forman ostensiblemente parte de la misma cultura y son productos de la misma sociedad. Sin embargo, todos sus puntos comunes parecen terminar ahí. Un poema de Eliot y un poema de Edie Guest: ¿qué perspectiva cultural es suficientemente amplia para permitirnos establecer entre ellos una relación iluminadora? El hecho de que tal disparidad exista en el marco de una sola tradición cultural, que se ha dado y se da por supuesta, ¿indica que la disparidad forma parte del orden natural de las cosas? ¿O es algo enteramente nuevo, algo específico de nuestra época?
La respuesta exige algo más que una investigación estética. En mi opinión, es necesario examinar más atentamente y con más originalidad que hasta ahora la relación entre la experiencia estética –tal como se enfrenta a ella el individuo concreto, y no el generalizado—y los contextos históricos y sociales en los que esa experiencia tiene lugar. Lo que saquemos a la luz nos responderá, además de la pregunta que acabamos de plantear, a otras cuestiones, quizá más importantes.
La misma civilización produce simultáneamente dos cosas tan diferentes como un poema de T.S. Eliot y una canción de Tin Pan Alley, o una pintura de Braque y una cubierta del Saturday Evening Post . Las cuatro se sitúan en el campo de la cultura, forman ostensiblemente parte de la misma cultura y son productos de la misma sociedad. Sin embargo, todos sus puntos comunes parecen terminar ahí. Un poema de Eliot y un poema de Edie Guest: ¿qué perspectiva cultural es suficientemente amplia para permitirnos establecer entre ellos una relación iluminadora? El hecho de que tal disparidad exista en el marco de una sola tradición cultural, que se ha dado y se da por supuesta, ¿indica que la disparidad forma parte del orden natural de las cosas? ¿O es algo enteramente nuevo, algo específico de nuestra época?
La respuesta exige algo más que una investigación estética. En mi opinión, es necesario examinar más atentamente y con más originalidad que hasta ahora la relación entre la experiencia estética –tal como se enfrenta a ella el individuo concreto, y no el generalizado—y los contextos históricos y sociales en los que esa experiencia tiene lugar. Lo que saquemos a la luz nos responderá, además de la pregunta que acabamos de plantear, a otras cuestiones, quizá más importantes.
SUMARIO.
Prologo
(CULTURA EN GENERAL,
Vanguardia y kitsch (1939)
las apuros de la cultura (1953)
"ARTE EN PARIS
EI Gltimo Monet (1956, 1959)
Renoir (1950)
Cézanne (1951)
Picasso a Jos setenta y cinco afios (1957)...
Collage (1959)
Georges Rouault (1945).
Braque (1949, 1956)
Mare Chagall (1946)
EI maestro Léger (1954)
Jacques Lipchitz (1950)...
Kandinsky (1948, 1957).
Soutine (1951)
1a Escuela de Parts (1946)
Ponencia en un simposium (1953).
uw
15
35
49
6
3
101
105
109
5
125
131
135
Mi
145ARTE EN GENERAL
intra -primitivas (1942, 1958)
[Abstracto y representacional (1954)
Ta nueva escultura (1948, 1958)
Cr6nica de artes en Partisan Review (1952)
La crisis de la pintura de caballete (1948)
El pasado pictbrico de la escultura moderna (1952)
‘Wyndham Lewis contra el arte abstracto (1957)
Paralelismos bizantinos (1958)
‘Acerca del papel de la naturaleza en la pintura moderna
a949)
‘Anrt EN Estapos UNIbos
| ‘Thomas Eakins (1944)
| John Marin (1948)
| ‘Winslow Homer (194)
| Hans Hofmana (1958)
| Milton Avery (1958)
David Smith (1956)
Pintura tipo noneamericano: (1955, 1958)
Los tltimos afios teinta en Nueva York (1957, 1960)
Lirenarona
T. S, Eliot: una resefta (1950-1956)
Una novela victoriana (1944)
La poesia dé Bertolt Brecht (1941)
La condicion judia de Kafka (1956)
151
155
161
169
"7
181
187
191
195
201
205,
209
5
23,
29
235
257
265
23
281
297
PROLOGO:
Los articulos reunidos en este libro se publicaron originaria-
mente en Partisan Review, The Nation Commentary, Arts (antigua
Art Digesb), Art News y The New Leader. Pocos han permanecido
fen su forma primitiva, Cuando la revision no cambia la esencia de
lo que se dice, me tomo la libertad de consignar solamente la fe-
ccha de la primera publicacién. Cuando la revisién ha afectado a la
esencia, en unos casos doy tanto la fecha de la primera publica-
ién como la de la revisiGn; y en otros, silos cambios son muy ra
dicales, solo la segunda
Este libro no estd pensado como un registro absolutamente fiel
de mi actividad de critico. No s6lo se han modificado muchas co-
sas, sino que Jo dejado fuera supera con mucho lo recogide. No
niego ser uno de esos criticos que se educan en pablico, pero no
veo raz6n por la cual haya de conservar en un libro todo el ato-
londramiento y los desechos de mi autoeducacion.
(Clement Greenners
"VANGUARDIA Y KITSCH
La misma civilizacion produce simulkéneamente dos cosas tan
diferentes como un poema de T. S. Biot y una canci6n de Tin Pan
Alley, o una pintura de Braque y una cubierta del Saturday Eve-
‘ning Post Las cuatro se sitian en el campo de la cultura, forman
ostensiblemente parte de la misma cultura y son productos de la
‘misma sociedad. Sin embargo, todos sus puntos comunes parecen
termina ahi. Un poema de Eliot y un poema de Eddie Guest: qué
perspectiva cultural es suficientemente amplia para permitimos es-
tablecer entre ellos una relaci6n iluminadora? FI hecho de que tal
dlisparidad exista en el marco de una sola tradicion cultural, que se
ha dado y se da por supuesta, dindica que la disparidad forma par
te del orden natural de las cosas? {O es algo enteramente nuevo,
algo especifico de nuestra époci?
a respuesta exige algo més que una investigacion estética. En
imi opinién, ¢s necesario examinar mas atentamente y con més ori
ginalidad que hasta ahora la relacion entre la experiencia estética
tal como se enfrenta a ella el individuo conereto, y no el gene
ralizado— y los contextos historicas y sociales en los que esa e:
periencia tiene lugar. Lo que saquemos a la luz nos responders
ademas de a la pregunta que acabamos de plantear, a otras cues-
tiones, quiza més importantes.Una sociedad que en el transcurso de su desarrollo es cada
‘vez mis incapaz de justificar la inevitabilidad de sus formas parti
cculares rompe las ideas aceptadas de las que necesariamente de-
penden artista y escritores para comunicarse con sus piblicos. ¥
se hace dificil asumir algo. Se cuestionan todas las verdades de la
religion, la autoridad, la tradiciOn, el estilo, y el eseritor 0 el ari
ta ya no e3 capaz de calcular la respuesta de su piblico a jos sim-
bolos y referencias con que trabaja. En el pasado, una situacion de
este tipo solfa resolverse en un alejandrinismo inmSvil, en un aca-
demicismo en el que nunca se abordaban las cuesiones realmen-
te importantes porque implicaban controversia, y en el que la ac-
tividad creativa mermaba hasta reducirse a un virtosismo en los
pequerios detalles de la forma, decidiéndose todos los problemas
importantes por el precedente de los Viejos Maestros. Los mismos
temas se varian mecénicamente en cien obras distinas, sin por ello
producir nada nuevo: Estacio, versos en mandarin, escultura ro-
‘mana, pintura Beaux-Arts, arquitectura neorrepublicana.
En medio de la decadencia de nuestra socieded, algunos nos
hemos negado a aceptar esta tltima fase de nuestra propia cultu-
ra y hemos sabido ver signos de esperanza. Al esforzarse por su-
perar el alejandrinismo, una parte de la sociedad burguesa occi-
dental ha producido algo desconocido anteriormence: la cultura de
vanguardia, Una superior conciencia de la historia —o mas exac-
tamente, la aparicién de una nueva clase de critica de la sociedad,
de una critica histérica— la ha hecho posible, Esta critica no ha
abordado la sociedad presente con utopias atemporales, sino que
ha examinado serenamente, y desde el punto de vista de la histo-
ria, de la causa y el efecto, los antecedentes, las justficaciones y
Jas funciones de las formas que radican en el corazén de toda so-
cicdad. Y asi, el actual orden social burgués ya no se presenta co-
mo una condicién «natura y eterna de la vida, sino sencillamente
como el titimo término de una sucesion de drdenes sociales. Ar-
tistas y poetas pronto asumieron, aunque inconscientemente en la
mayoria de los casos, nuevas perspectivas de este “ipo, que pasa-
16
ron a formar parte de la conciencia intelectual avanzada de las dé-
‘cadas quinta y sexta del siglo x1x, No fue casual, por tanto, que el
nacimiento de la vanguardia coincidera cronologica y geogrifica
mente con el primer y audaz. desarrollo del pensamiento cientifi-
co revolucionario en Europa.
Cierto que los primeros pobladores de la bohemia —entonces
idéntica a la vanguardia— adoptaron pronto una actitud manifies-
tamente desinteresada hacia la politica. Con todo, sin esa circula-
‘cin de ideas revolucionarias en el aire que ellos también respira-
‘ban, nunca habrian podido aistar su concepto de -burgués+ para
proclamar que ellos no lo eran, Y sin el apoyo moral de las acti-
tudes polticas revolucionarias tampoco habrian tenido el coraje de
afirmarse tan agresivamente como lo hicieron contra los valores
prevalecientes en la sociedad. Y realmente hacia falta coraje para
ello, pues la emigracion de la vanguardia desde la sociedad bur-
jguesa a la bohemia significaba también una emigracién desde los
mercados del capitaismo, de los que artistas y escritores habian si-
do arrojados por el hundimiento del mecenazgo aristocritico, (Os-
tensiblemente al menos, esto implicaba pasar hambre en una
Duhardilla, aunque mas tarde se demostraria que la vanguardia per-
smanecia atada a la sociedad burguesa precisamente porque nece-
sitaba su dinero.)
Pero es cierto que la vanguardia, en cuanto consigui6 -
dentro de si que le empuje hacia Picasso a pesar de todas las cif
cultades, Al final, el campesino volvera al kitsch, pues puede dis-
fruxar del kitsch sin esfuerzo, El Estado esté indefenso en esta cues-
ti6n y asi sigue mientras los problemas de la produccién no se
hayan resuelto en un sentido socialista. Por supuesto, esto también
~ es aplicable a los paises capitalistas y hace que toda lo que se di-
ce sobre el arte de las masas no sea sino pura demagogia
5 Puede objetase que el arte para las masas, come ate popular se desl en
condiciones de produceiéa rudimcntran, ques lane ju ete ya 2
41m nvel levad, Esto es cena, pro el ae popular no ex Alene, y next reo
{Arena a elt formal cons ila de aspects, hp, us anche hort,
‘dems, ahora se os dice que fa mayor pane de fo que eonsideamas bueno ac
"popular es Iz superivenca esta de cuuasarstocrtion formals ya mera, Por
Alli donde un régimen politico establece hoy una politica cuk
tural oficial, lo hace en bien de la demagogia. Siel kitsch es la ten-