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MAPA 13, Dinaroatca Chere Wrekchale One Wickwe neoun de hath Fed Hoole, Fesege 4 ef meade mad borane . ted Teer Temcndee y techie Eas Medio Savecfens Cohen 7009 16% p Capitulo 1 INTRODUCCION por cien, El tipo de interrogantes que se pla Kambién ts variado de forma radical. ya que presentan de los procesos politicos y d mucho més refinados que cualquiera de los esta evplucién es combn al conjunt del Centro ltaliano de Estudios sobs lebradas por este instivuci 36 LUNA HISTORIA NUEVA DE LA ALD ‘démico. Cuando yo mismo era est justamente), no contamos con ningiin suces Pirenne sigue siendo un punto de referencia clave, al que se cita cons- tantemente. Los historiadores de otros periodos hist6ricos discuten acer- ca de las teorias de unos cuantos estudiosos que con frecuenci viven. La alta Edad Media, a pesar del hecho de que su cono acadlémico (e incluso su base probatoria, gracias a la arqueol sufrido una transformaci6n superior a la del relacionado con la mayoria de los demas periods, no ha coi grada de sus sidn en la época que hace Georges Duby en un texto del aiio 1975, 0 de la revisi efectuaron transformada por el origenes de la econ vropea, del aiio 2001. La muy re sion de la sociedad altomedieval de Occidente en los temas de estudio para la obtencién de una cétedra en Francia también ha dado lugar a va- ibajos panorémicos excelentes. Pero si se pretende avanzar mas, |, es preciso retornar a Dopsch. La alta Edad Media es una época visce ciedades y las formas de gobierno configuraron por primera vez tidades que yen los antepasados genealdgicos de nacién de hoy. La importancia de estos ci sgrandemente a los historiadores, ya sea con Todos los debates sobre esta época, incluso producido siempre en toro a los iente o inconscientemente. 1s mas acalorados, se han impulso que posee algunas im remos. En todos esos debates, 1as nacionales, s6lo adquiezen pl determinado pafs, mi Brandes rasgos, estos académicos st quedar absortos en los debates n: enerse a cierta distancia de cl 38 LUNA HISTORIA NUEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA La otra linea de actuacién por la que optan los estudiosos de ‘mos tiempos a fin de sortear estos escollos es la de la cont terreno auténticamente adecuado para una investigacién internacional perio romano como lo como una suma de provincias. Este es un jento contra el que he de argumentar de vez en cu fe siguen; pero por lo menos no es tan corriente percibir en su estudio el solipsismo de la alta Edad Media, debido a que la gente debate en tor- no a cuestiones que abarcan grandes zonas geogréficas, y a que a me- nudo utiliza, al hacerlo, una amplia variedad de lenguas extranjeras. La historia del imperio bizantino ha manteaido esta tradicidn internacional por la obvia razén de que puede considerarse que dicho imperio es el re redero mas directo de Roms, (Dejo aqui a un Iado la cuestién del orien- la construcei6n europea del este en tanto que un ‘en nuestros os que para smo griego sobre Bizancio jsmo turco sobre el particular— bien Por desgracia, no puede decirse que el tudio de Bizancio haya ejercido un gran impacto en Occidente. Ui ‘camente un pufiedo de eruditos, como Dietrich Clande o Michael McCor- mick, han Hegado a estudiar ambos imperios, ef romano y el bizantino, con idéntica atencién. Del mismo modo, me parece significativo que tuno de los contexts en que también el academicismo de orientacion jemacional dedicado al conocimiento del mundo posromano se haya jo més cémodc sea el del estudio de 10s elementos de continuidad jo vise reconstraye ya puestos también \gio pare algunos. s romanos. En cierto sentido, si el Occidente det si ceder tiene un precio. Buena parte de los elementos mds fru debate internacional han sido logrados en un marco dominado por la e dos tradicfones cult perfodo tardorromano», refuerza atin cosas, Una de esas tradi ie volumen de cono ruptura la continuidad re viste mayor importancia q incluso tos, y se inMluyer tudiosos de la alta Edad Media (inclui des de un modo w otro en esta situac que los parémetros aqui esbozados pas {UEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA 40 UNA siderar normal una regiGn y a analizar después las pautas divergentes (caso de examina de producir una historia de la Ninguna de estas personas, pese a ser todas ellas excelentes académicos en el contexto que les es pro- pio, se interesaron en la comparacién. Sus distintas prepcupaciones hhan creado practicamente una Europa de islas, separadas por traicio- neros brazos de mar. En ocasiones, sus sucesores (la mayoria de el vivos) han trabajado mejor sus si pero a menudo se han ce iacionales tanto como sus predecesores, hasta el put able: toda época que disponga de mpuy escasas pruebas y s tiempo de importancia capi dad siguen, carentes de anclaje, si igacién actual, de modo que la apuesta por él continuismo de algunos estudiosos fen gran parte pertenecientes al campo de la historia) —apuesta a la que ya nos hemos referido— se alas teorias catastrofistas de dad en fo tocant hist6ricos reales, bre el terre o futuro, resultaria Gtil que tratdsemos de 0, oanclaje, y que lo consiguiéramos antes de que sos de miestros paradigmas, Y s6lo se aleanza }6n, mediante una comparaci6n region: Ya he abogado antes en favo guient wwe apropiado seguir mis hacer lo mismo en el periodo primiivo. Hi compr sucedido can los de las regi de el punto de vi haya seguid cluida, endida entre los afios 400 y irg0 como para incluir al e indagar en abr n sobre fa alta Balad! M a2 una 1 NUEVA DLA AEA EDAD MEDIA habria ido realmente de las manos. Hay otras lagunas, pero ya es tante di enel de malabarismo, En el marco definido por este conjunto de regi don ciertas euestiones concretas, d las un capt (0 un grupo de capitulos: la forma del estado (en p: tocracia (en particular su riqu ras de la sociedad rur la economfa urbana, y las redes de intere do las regiones como si cor tudio de un case aparte, he procedido a compararlas con todas las demds en el curso de la preser tacidn, y lo he sintetizado todo mediante un andlisis comparati final de cada capitulo. Este método de exposici6n es imperiecto, y si he optado por se} mncentra tirse en un aburrido conjunto compues- 3s aparecerian unidos unos a otros lector deberd decidir en que 1 estin justificados estos temores. Cabrfa aducir, sin embargo, otras opciones habrian sido peores. El plemente en un conjunto de andlisis regi Jos de Inglaterra, después todos los de Fra hecho, asi es como hice la investigacién, y habe de este modo al papel. Sin embargo, la tarea de extraer los e comparativos y componer cor. ellos lo que habrfa sido un simple con- junto de historias fndependientes, en realidad un conjunto le historias cionales de tipo parcialmente tradicional, me pareci6 dificil de abor- cn particular porque una de las cosas que mas me interesa es averi- guar lo que le sucedi6 al conjunto de las aristocracias (a través de diferentes experiencias regionales) al conjunto de las ciudades (tam edio de sus distintas vivencias regionales), y no simplem smentos en cada una de las regiones. Un procedimiento alter nativo, el de haberme fijado, por ejemplo, ciudad» y en su desa- rrollo como unidad singular, habtfa implicado por el contrario un desva- nnecimiento del elemento comparativo, el cual constituye, precisarente, uno de los principales objetivos de este proyecto. EI andlisis comparativo requiere igualmente un vocabulatio estén. -omo es bien sabido, utiliza un vocabulario basado en el ivamente pocos neologismos técni ro podria haber consistido sim- ‘ales gigantes, primero todos tea tras ciencias s quiere decir que recurre ‘0. (Entre esas palabras contestat: jismo» son los térmi célebres, pero ex lere que los usos aqui empleados interna, La mayor parte de estas palabras ev‘ cados que serfa correcto asimilar al de Ios tipo: * Como se verd mis ombra asp 44 UNA HISTORIA NUEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA Los temas que he escogiclo para el mica de corte basta toriador de la cultura al s, Tepresentaciones, estrategias discursivas, cultura mate- +s, ya que éstas nociones 5 ipo de accii a social, y de hecho dan sentido a la totalidad del material que integra nuesteus fuentes, Por consiguiente, serdn varios ipo de andlisis cultural. No obstant se ha eludido la presentac ido posible, y en plantearles a todas fica que he tenido que basar 3s. ya se tratase de textos escritas © de informes arqueolégicos, antes de iniciar el examen de las interpre- taciones de los historiadores y de los arquedlogos modernos, cuyas pre~ rmisas suelen causarme en cualquier caso frecuentes dificultades por las razones ya esbozadas. Al final, por supuesto, se aprende a confiar en al- gunos de los eruditos modemos, y espero haber reconocido adecuada- ‘mente la gran deuda fo con ellos, bien en las notas abrumadora al del escaso material clisico que se dedi- icluso después de haber sido sustancialmente poda- \do de leer yo mismo fos textos que de acerca de hal los, y estoy seg yy, on consecuencia de 48 UNA HISTORIA NUEVA DE LA ALTA EDAD Ml 0 en él se sustentan igualmente bro —en realidad, la compre 1 (paginas 996 a de los primeros capi ismo modo, es en quedar desfasadas con mayor rapidez, Es preciso afirmar e9 te que los afios en que se recogieron pruebas para este libro comprendidos no. Este constituy6 un compacto sistema p 6 w una escala rara vez. igualada desde plena central 770 al 870 aproximadamente; el imperio cluse supers, ese sores se las arregl Rom como la enorme riqueza de incapaces de sol ica. Zonas como las del Egco, que se hallaban estrechamente vineuladas a una red de intercambios de mayores dimensiones, hubie- ron de enfrentarse a problemas En general, hab rma del mundo me: también otras zonas que se hallaban rel: el interior de Espaiia y el norte de la que asf fue. Puede afiadirse que, pese a del imperio romano» sea un simbolo que, por su tremendo vigor, ha de aos, conocen un destino mejor © peor en fu dad respecto del anterior centro new qué sucede con la forma en q\ jén dada cualquiera —y lidades regionales existentes en estas zon: argumentos presentados en es terno y el predomi a, No obstante, argue: retRoDUCCION 2 47 46 UNA HISTORIA NUEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA en la prictica no ha sido posible hacerlo, asf que he tenido que rodear e! escollo. Por lo general he tomado el significado de los documentos fe- gales mas o menos en sentido literal, pese a reconocer, claro est problemas caracteristicos que preset ie, en caso de ser autén. lad de las sociedades 10 muestran los casos reportajes (véase penetrar en la met he ten- Ia pagina 546). ¥ en cuanto a las fuentes narra Gunvo con st supuesto pa a fiscal cormipio fuese algo que del Ja €poca: e importa asimismo que entre las décadas de 570 y 590 Gregorio de Tours (y su supuesto piblico y fectores) prestara atencién astocracia y [os reyes; o la particularidad de que una denuncis vunstancia mente con todas y cada hecho en este sentida todo cua cen su obra maestra sobre la s haber recorrido una ampli creyera en las décadas de 620 y 630 que la codicia 3c ser causa de que los demonios se apode- roducido de facto, pero si quiere era posible: ésas eran las cosas basadoen compar. . de que deba ser necesariamente «fiable» en caso de que al ‘menos uno de los integrantes del piblico supuesto haya visto con sus, propios ojos los acontecimientos, ya que, en tal caso, al cronista no le habria sido posible presentar impunemente la inexact ha dicho con frecuencia en ocasiones anteriores, deb decir que la gente pensaba Jue podian decirse. Este es a idea de que «no hay humo una fuente hi Estas advertencias al lector, es culpas, no son insinceras. Sin embargo. de en el proyecto, no me habria embarcido en él ‘ltima generacién ofrecen un buen semejante con lo semejante, ya que Ia lejos), se tendra una idea de la actitud y de las reacciones que suscitaron en su momento los, elementos de comparacién, Defende: 50 UNA HISTORIA NUEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA ‘mo, como sucede ta es en cierta medida una Iectura jones inmigrantes, que inorias. Sin embargo, no se trata de una lectura e ta, ya que no hay duda de que se produjeron cam- fa Ia siempre pequefias trictamente contin Dios sociales clave, pricticamente en todas partes, a lo largo de t época que estudiamos. E] segundo argumento parte de aqui, pues concierne @ la «co! misma. Es éste un concepto del que con frecuencia se hac .cto, ya gue se lo aplica habitualmente a cosas muy cor das de los més amplios problemas que implica el bio social. Las personas que lo invocan escriben a menudo como si el empleo de una técnica romano-briténica en la ereccién de los muros de ia casa anglosajona, el hecho de que los manuscri tasen fiicilmente acce: neeldgica de una fami no-musulmana de Es ciudad de Ta It s de una ingia, la disponibilidad de papiros egipeios en Occidente, la existencia de un titulo senatorial romano en la Bizancio 1 aflo 800, la correspondencia entre los limites provinciales vigen- tina durante los periodos romano y drabe, fueran todos os que representaran simplemente, cada uno, y por s{ mis- tinuidad», Bien, en cierto plano no hay duda de que asi 5; pero la continuidad que representan es en cada istinto al de los demas. (Si observaramos todos esos ele uier region dada, digamos, en el afio 800, podrfamos mbio social muy I de come podrian encajar de hecho dichos elemen nes de mayor calado. Y es igualmente frecuente que tampoco la tengan, a la inversa, los partidarios de la teoria de la catéstrofe, a quienes se sorprende dispuestos a negar en cada caso la existencia de esas conti nuidades, u otras. Es preciso contar con un n resultaban significativos y a qué fin se aplicaba dicha significacin, Y también ha de reconocerse que incluso las situaciones més extremas de cambio social se encuentran igualmente repletas de elementos de con- Linuidad, 1o que tinicamente quedaria falsado en caso de que toda la po: iwtRODUCCION lad y que se consideré apl excepto en reductos n europeos en jaa la bisqueda de un lu; caja en esta descripcidn.) Alli donde pueda ast social. En sf mismos, estos aspectos no con: traria a la existencia de crisis en otros elementos dde una estructura estatal o de unas redes de intercumbio. Si se quiere tener una idea de la forma en que se ver bido como un todo es preciso reunir todas las conjunto. Debe afiadi respecto dia estribe en el hecho de que los teori troversias siguen vivos, 0 han fallecido en fect extender el reconocimiento de que, por mas a las que se di riodos histricos. IA NUEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA Abogaré, en general, tanto a favor de los elementos de continuidad como de los de transformacién radical. Grosso mado, los campesinos co- nocieron cambios y 800, y const mayoria de las de Siria y Palest nndimero decreciera por espacio de unos cuantos si- ‘los; y en muchos casos vieron menguar su acceso a los productos ar- tesanles de calidad aceptable. Consideradas globalmente: esta fi en el que se produ- 8 €S el que adopta la forma de estado. Fn los reinos romano-germénicos, el estado romano se derrumbé —no de forma inmediata, esto es, en el siglo v (excepto en Gran Bretaa), Poco a poco, entre los afios 400 y 700—, debido a que su funda. lento fiscal se disolvi6 y a que todos los parémetros del poder p 'vieron que ser reconsiruidos desde cero, pese a que muchos de sus clementos tuvieran un origen mas antiguo. Aunque también he defen- dido esto con anterioridad (y se me ha colocado por el vat , quisiera modificar de forma muy ligera mi podré verse en el capitulo 3, donde se compar: romano-germénicos con oriental —que también cam! inferior.” Ja respuesta a las idad y Ja transformacién reside mucho més en las diferencias regionales. Las 33 wNTROI ner estas diferencias una junto a otra y de co _guits para exponer las semejan tuvieron lugar en todas I el transcurso de de sus encmig: lucido por las a los aleteos de la bios graduales desemt pautas anteriormente vigentes no consiguen m po y entonces las ci can en no para actuar como redes de distribucién de cerémica, por ejem tes momentos entre los aiios 500 y 700, no hos casos con la existencia de c icos se produjeron por s fue la causa de que, un bue duccién hiciesen que | 34 LUNA HISTORIA NULVA BELA ALTA EDAD MLDIA {ran que todo cambio importante se debe una causa externa como las marca. Mi objet 1 regién en cada uno de los principales temas q los que con frecuencia ut io dara pie a una serie de general mnbaTgo, espero que ‘on mejor capacid: logre hacerlo en el futuro, La investigacién realizada para este libro ha constituido un auténtico placer. Nunca, en toda mi vida, habia recibido dinero (gracias a la ge- nerosidad de la British Academy) por penetrar en el Ambito propio de tantas personas, Précticamente todos los dias he descubierto algo emo- cionanternente nuevo (para mi). Espero que todas esas cosas no se (rans formen en descripciones rutinarias ¢ in rf ‘Tengo muchas gan: que mas me han sorprei asombrosa documer el genuino vigor del cia de tiecras entre los an- g6tico tardfo, el extiafio caricter de la Capitulo 12 CONCLUSIGNES GENERALES WW UNA HISTORIA NUEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA nein en aquellos temas con los que estoy per- sonalmeate mas fumiliarizado, sabiendo no obstante que ci co que pudiera sugerirse ha de constituir necesariamente el contorno cextemno de la imagen —el contenido, que es el elemento crucial, sera mu- cho mas abigarrado—, No obstante, debo decir al menos que si se pro- pone un conjunto de variables como el que aqui hemos examinado es Con la intencin de que sirva como guia a otros, que habrin de ser los que asuman la tarea de dotar de contenido al marco. Si analizamos una sociedad dada (0 una organizacién politica, una cultura 0 una economia) en cualquiera de sus aspectos précticos. debere. ‘mos ser conse: de otras sociedades y averiguar qué alt piedra de toque para una comparacién, Los historiadores que cifien to- dos sus estudios a una tinica sociedad, sin examinar jamés ninguna ota, carecen de un esencial mecanismo de control, y no s6lo corren el riesgo preferido concentrar m identidad nat -ologfas que ponderan todo aquell que hace especiales, circunstancia que embarulla el empefio hist6rico. Este libro se propone ofrecer un marco valido para el perfodo comprendido entre ios afios 400 y 800 con el gue poder comprender qué soc tuvieron efectivamente una evolucién lo suficientemente similar para admitir la comparacisn reciproca y cudles no, asi que la busqueda de paralelismos fo carece totalmente de fundamento, Por este motivo, podria no resultar excesivamente titil comparar a Egipto con Gran Bre- tafa, al menos en relacién con los elementos debatidos en estas pagi- nas, pero esa regién africana presenta més analogfas estructurales con Francia de lo que pudiera esperarse, y se trata de analogfas en las que es posible indagar con provecho, como también sucede con las que ex ten entre Gran Bretaiia y Mauritania, y asf sucesivamente. Creo all nos que los elementos que aqui hemos escogido poseen la sufi portancia como para constituirse en gutas que permitan establecer un ‘marco del tipo aqui propuesto. Se habré observado que, a menudo, las regiones en las que nos hemos centrado pueden dividirse en tres grt- pos: el Mediterrdneo oriental, el occidental y el norte. En est ta mAs interesante rel nente hay ocasiones en q es pref: de sus clementos con el Mediterraneo occitental y con la regién septentrional, y fina rible asociar algun: aque asf suceda, ‘Muchos san sus recursos en la recat ren sus ingresos de la posesidn de tierras. Tambi butario en Occidente y las formas que | ‘compensar esa pérdida de ingresos vari {que fambién son muy dist los que se habla del poder de la aristocra s que la ta mayor parte del Mediterraneo, {que mayor riqueza lograron preservar mantuvo firmemente unida al Mediterrineo. Un subtegiones situadas mas al sur dieron muestras cs similares a las observables al norte Uel Rin y del yel nore de Esp: resto de los Balcanes, zona que no hemos aborda es, algunas manchas de leopard 1176 UNA IIESTORIA NUEVA DE 1A ALTA EDAD MEDIA les que las que encor norte y el este, lo cual concuerda con la distinta capacidad que las sociedades campesinas para actuar de forma colectiva y oponerse ‘fas presiones de las clases sociales ajenas a la suya. En el capitulo 11, cen el que hemos estudiado los intercambios, lo que se constata es que, «a pesar de que, en general, las economias dei Mediterrsinco oriental se ‘mostraron mas activas y mejor organizadas que las de otros lugares, el ‘espliegue del resto de ias variables deja claro que el coraz6n sepientrio- Iguna tendencia general en esta La respuesta ha de ser necesariam EL objetivo de este libro no consiste en perder de vis ides de Ia época, caracterizada por el hecho de que la interee de ls diferencias regionales acta como una especie de eamutlaje, pues to que nos oculta la presencia de la gente de carne y hueso y las pautas genterales de la vida co 10s, y toda pro conjunto de tendencias que, en conjunto, det periodo comprendido entre ios aiios 400 y 800, esto es, de cada por el fin de la unidad romana y los primeros balbuceos de |: Edad Media. Para finalizar, vamos a examinar siete de estos conjuntos de gun0s comenta- rios sobre s que, a mi juicio, no se dan en esta época. En primer lugar, la alta Edad Media fue un perfodo en el que las es- tcucturasfiscales adguieren casi universalmente un cardcter de simpleza Fal que antes tuvieran, En los reinos romano-germnicos el sis- ‘ema tributario termina desapareciendo par completo, al asentarse los ejéicitos en las distintas comarcas. En Bizancio ¥ en el califato omeya dichas estructuras perduraron, pero se cifleron en todos Tos casos a un mito mucho mis regional, ya que, por ejemplo, los impuestosexip- se empleaba fundam La estructura fiscal subyacente aI tréneo realizados en tiempos del imperio romano (ardio desapareci s consecuencias que genera esta nueva simplifica ya, esto es, en Siria y Pa los gobernantes (y fo misimo les hal nos en el siglo mica fue not iay el Oriente recluidas en una esfera mds local sino que fueron ppobres que en tiempos del imperio. No debe co tuacién fuera una simple consecuencia de las guerras. $6 siglo v, 1178 UNA HISTORIA NUEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA in general de a riqueza aristocratica trajo consigo una dismii cién del poder adquisitivo, y por tanto de la capacidad de intercambio, ‘como ya hemos examinado por extenso pudo compensar este descenso de la di ‘importante salvedad que cabe contraponer a esta afirmaci6n: la nas 259 a 304 y 475 a 476). No obstante, esta d6 en buera medida invertida después del aio 800, poco mas 0 menos, al establecerse los grandes bloaues geop. segunda mitad Espaiia omeya, ino. Todas estas entidades politicas pan, el vinculado « ‘una desventaja para el que de este modo con dida que, en Ia época que nos ocupa, muy pocos de sus ¥y antepasados habi uido nirguno, pero si que fueron realmente muy escasos los que ‘comparirseles). Los aristécratas que sobrevivieron al sistema gio fueron por lo general, incluso en esta zona, distintos a sus poseyeron menos nobles de la inos superior al qui tudiamos, y en est la recuperacién de la rigue- (que se produce después del afio 800, no se cifié a las Yierras francas ni a ese perfodo. Al contrario, pro- sta bien entrada la Edad Media cent CCONCLUSIONES. a La segunda y la tercera tenddens sendas consecuencias de este deterio Jos campesinos habia aumentado pré ces lograron liberarse cas} por entero del do ando a zafarse incluso de su légica econémi Hegando a zafarse i ao de su economfa obedecfa a un mot mado modo de produ uf estudiamos, tant fos, aunque en este 1180 UNA HISTORIA NUEVA DE LA ALTA EDAD MEDIA En realidad, cabe argumentar que, del conjunto de los si Edad Media, la documentacién escrita que ha 3s, particularmente en Occidente, es mas exte nos ha dejado el imperio romano. La del dievales (en especial fuera de la esfera eclesids contrario Ia enorme ven la épaca que nos fiscales como aristocraticos, y es ademés resultado de 1a ai idea de una era de «oscuridad» no han solido iS el te6ricos que sostienen {ener en cuenta este extremo,) Por supuesto, hubo casos en que ¥ origen étnico de esto . cuya ascendencia tiende mentalmente germénica o rabe. No obstan nimizado en todos lox casos las dife de un dato de importanci rando son las grandes 28 un factor que resulta practicamente invisil culturales, en muchas de las regiones posrom ente anteriores. Esta diferencia no es s6lo un indicador caracteristico no de todos los siglos posteriores, en esta época. Desde Iuego, Ins provincias del imper mostrado una homogeneidad total, Sin embargo, regiones en las que nos interesamos sf que tenfan al menos mas cosas en uc en el $00. La causa aqui subyacente es el fin ‘CONCLUSIONES GENER: ‘ma en gue hemos expuesto la época abordada en estas pig imagen, ya que son esas des esa de las regiones que a lidad social. Desde Iuego, ni sig 1182 UNA HISTORIA NUBV 108 no atender mis que a las m Iquier época nos proporcionan pautas rectoras de la conducta social, Lo que subyace a todas estas tendencias —y éste es el mo que debo exponer aqui—es lade cfementos de continuidad como fas inntovaciones. Sia embargo, me p2- (véanse mas ariba las paginas 621 a 626), puesto que en la época de la GENERALES, 1483 gran error negar que se prodyjera un vos de este libro hia cons fos pardmetros de

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