Por quererme en tu egoísmo Por entreabrir puertas que estarán cerradas Espero Por desnudar árboles y frutas En tu memoria Por ser luciérnaga del atardecer Y sonrisa a medio madurar queda ser agradecido por los miles de minutos descubiertos en tu nombre en las banquetas queda no volver a mirar hacia atrás hacia ese capullo sin madre con espinas con hojas y con apellidos.