Está en la página 1de 10
Teen abandonado un globo terréqueo entre dos espe- jos que lo multiplican fin; ve un tranvia que cruza Jas calles quietas de la ciudad de Buenos Aires y en él ve a un hombre que, con el artimado a sus ojos de miope, lee por vez prime- ra la Comedia de Dante; ve a una muchacha in- dia de crenchas rubias y ojos azules, vestida con dos mantas coloradas, que cruza lentamente Ja plaza de un pueblo en la frontera Norte de la provincia de Buenos Aires; ve la Have herrumbra- da que abre la puerta de una vasta biblioteca en fies la calle México; ve una pesa de bronce y un hrén y un reloj de arena y ve el manuscrito perdido en un libro de Conrad y ve el bello rostro inaccesi- ble de Matilde Urbach que sonrfe en [a luminosa claridad de un atardecer de verano. ‘tal vez en el porvenir alguien, una mujer que atin no ha nacido, suefie que recibe la memoria de Borges como Borges sofié que recibia la me- moria de Shakespeare. Los sujetos tragicos (Literatura y psicoandlisis) sonifpn sorafns so £ afenBuay Jo ua vroAanua as anb euelay f Sex vo -Isqur pun ‘sesnu se] P LOOAUOD as oNb vf OD BITES “Hos Buna v| Uo ‘opeooauoD URY ‘oraUIO}] apsop ‘sazo1piosa so] anb wia1998 20a vf s10 azainb wisipeu ~vootsd Ja anb opeatasqo uvy ‘odusofa 10d ‘rosjoq “PN A rotpyineg ‘opeyqes asiouaruete sofout e1a Jeno of argos & J20U09 LA SoIID anb o8e ap equiqey sist[puvoarsd yo anb ardwars opyuas ue sazoi9 -sa So] ‘ouoad ap 40g “vstiay A eanottyuco orsandns tod so vimerouy £ sistpueoaisd anus uoDefar eT que siempre parece tocada por la gracia. Al revés de Ulises, pero cerca de Kafka, los escritores inten- tan (muchas veces sin éxito) oir el canto sereno y seductor de las sirenas y poder después decir to que han oido. En esa escucha incierta, imposible de provocar deliberadamente, en esa situacién de es- peta tan sutil, los escritores han sentido que el psi- aba como un loco furidso. coandlisis avat Hay otro aspecto sobre el cual los escritores han dicho algo que, me parece, puede ser titil tas. Nabokov y también Ma- para los psicoanal nuel Puig, nuestro gran novelista argentino, in- sistieron en algo que a menudo los psicoanalis- tas no perciben o no explicitan: el psicoandlisis genera much resistencia pero también mucha atraccién; el psicoandlisis es una de las formas més atractivas de la cultura contemporénea. En medio de la crisis generalizada de la experien- cia, el psicoandlisis trae una épica de la subjeti- vidad, una versién violenta y oscura del pasado personal. Es atractivo entonces el psicoanilisis w porque todos aspiramos a una vida intensa; en medio de nuestras vidas secularizadas y trivia les, nos seduce admitir que en un lugar secreto experimentamos 0 hemos experimentado gran- des dramas, que hemos querido sacrificar a nuestros padres en el altar del deseo y que he- mos seducido a nuestros hermanos y Iuchado con ellos a muerte en una guerra int ay que envidiamos la juventud y Ja belleza de nuestros hijos y que también nosotros (aunque nadie lo sepa) somos hijos de reyes abandonados al bor- de del camino de la vida, Somos lo que somos, pero también somos otros, mas crueles y mas atentos a los signos del destino. El psicoandlisis os convoca a todos como sujetos tragicos; nos dice que hay un lugar en el que somos sttjetos ex- traordinarios, tenemos deseos extraordinarios, chamos contra tensiones y dramas profundisimos, y esto es muy atractivo. De modo que el psicoa- | nélisis, como bien dice Freud, genera resistencia y es un arte de la resistencia y de la nego 7 sonafns sor ups aIq11989 ULFPuNjuod aNb ‘UoHTDs9U—a8 Iaq EY ap P] 0 OWS! RaLINs Jap ef oIUOD saTeIDYIEdns oD0d un seiuatodxa imprafo o8any apsap souapod ‘ugnsony vrowtid ef erg “enqeroy] ef e opesn BY sisypURoDIsd [9 anb ws opow ja arqos wo £ y[puTodisd Ja opesn vy wma] vf ONS a1q, -os ‘run : yur sauo[svIoUR sop aeBasBU v AOA “ernuatiadxa 8] Bjepour anb ‘seiauaaro A sauorsed ap expayy‘ -puuay & 2iqistaut eureN wun ‘oros9as OneTAI UN ak -nnsuod sist{puvoaisd fg “soqUDTUTIUaS sns ap o[ap ow J. epia eidoad ns ap omopzo Ja uesany ts our -09 svsox suaT[A0U seTfanbe Bay anb Kavaog awep “PWN ap wIDUaztadxa v| ap opiuas 9 ua “owstreA0g ap auans eun erate ‘ou ja anb ous of aoe ANeUsaIe ap o1Dadso vUN OOD vitissaid as stsIf ~puvootsd [2 ‘ope ono sod ‘o1ad ‘aeprajo azayard A vazasaid vasrue Ja janb ‘emso euoz wun aiqos ezuvae sisyppuvoatsd Ja opel un aod venSiquuie up! -P]94 ap auans vUN saucIUa Avy 0153 Opor Uy sanaig seun04, pepianofqns vf ap ugl> annsuos v] 12 NUD oWOD auod sisypUodIsd [2 anb ‘oun eped ap epra v] ua enpydut pepronewesp visa seydeo opipod vjquyt ‘seseut ap emmynd ey ap ney sautjaljoy sopuvs® soy A svjaaouaya sey op -sa vp rod opesaraiuy knw suolsdy sns wigLTosa anb jastloauTy [> mq unatjoy un 9p vanioTINss vj SUN a anb Sing Bsad “tago vidord ns ap UO!DoNNSUOD ej pord Anw 919 ua oAIsioap any epnp us anb £ ‘oan: -aied aur aidwors anb offe vysap Bing joNULW A. “‘purrpnod eoutiadxa ns ap woes o| anb otrempioenxa e8nj tm B operoauied sa oof -ns 2 sxejndod eanynd vj ap & eueApopaUt [ap 09 sp[p omrarupaoosd un sye DA & ‘sou sap ‘setuioy seiiaio weyfouresap as anb us paw a 10d M99} ous eaiaputas vj sod vdnooasd as ou anb v vun :phaid ap 8iqo By ap kanear vamidaj wun op auroguy opand as anb peuntoy ugjoeMIanAsD Lf atq -os vprpau uvA8 ua adnaIsuOd as ‘O[BIS a1sa ap sar juny] seyreroiyy sefpuartadxa sey ap wun sa orsandns aod anb ‘ay supBoumng jo anb avoxed out A eer bee 80 bir. Joyce la impuslaba a escribir, lefa sus textos, y Lucfa escribfa, pero a la vez se colocaba cada vez en situaciones dificiles, hasta que por fin le reco- mendaron a Joyce que fuera a consultar a Jung Estaban viviendo en Suiza y Jung, que habia escrito un texto sobre el Ulises y que por lo tanto sabfa muy bien quién era Joyce, tenia ahi su clini ca, Joyce fue entonces a verlo para plantearle el dilema desu a, y le dijo a Jung: “Acd le traigo los textos que ella escribe, y lo que ella escribe es Jo mismo que escribo yo", porque él estaba escr biendo el Finnegans Wake, que es un texto total- mente psicético, si uno lo mira desde esa perspec tiva: es totalmente fragmentado, onirico, cruzado por la imposibilidad de construir con el lenguaje otra cosa que no sea la dispersién. Entonces Joy- ce le dijo a Jung que su hija escriba lo mismo que 41, y Jung le contesté: “Pero alli donde usted na- da, ella se ahoga”. Bs la mejor definicion qué to- nozco de la distincién entre un artista y... otra co- sa, que no voy a llamar de otro modo que ast. | El arte de la natacién En efecto, el psicoanilisis y Ia literatura tie- nen mucho que ver con I_natacidn. Bl psicoana- lisis es en cierto sentido un arte de la natacién, un arte de mantener a flote en el mar del ne guaje a gente que esta simpre tratando de hun- dirse. Y un artista es aquel que nunea sabe si a poder nadar: ha podido nadar antes, pero no sabe si va.a poder nadar la proxima vez, que en- tre en el lenguaje. En todo aso, la literatura le debe | psicoar lisis la obra de Joyce. fue capaz de leer el psi- coanilisis, como fue capaz de leer otras cosas. Joyce fue un gran escritor porque supo entender que habja maneras de hacer ‘a fuera de la tradicién literaria; que era posible encontrar ma- neras de narrar en | atecismos, por ejemplo; que la narracién, las técnicas narratives no estén atadas sdlo a las grandes tradiciones nan no que se pueden encontrar modos de narrar en -- sooiSyan soroins 507

También podría gustarte