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‘Ya habia dicho Renn que quien esgribe dice Ia mitad de lo que piense y otra mitad de lo que no piensa. La dificultad de la expresién consiste justamente en esa parte inexpresada que late ‘enella y que dificulta el acoplamiento ideal entre lo que sentimos yloque decimos, entre lo que pensamos y lo que formulamos.. ‘Alone es en nuestra literatura uno de esos raros escritores ‘que ha logrado vencer esta antinomia y escribir con una flexi- Pilidad, eon una aérea fluidez en que se funden el contenido de su ppensamiento con Ia forma en que éste se modela. Por lo mismo, hha introdueido en nuestra eritica una dimension postica, que nos incita a dejarnos llevar por su comentario independientemente de lo que diga sobre el libro comentado, Lo que nos interesa es el eco despertado por el volumen en su sensibilidad, en otras pe: Inbras a conideneia que nos hace de sus, impresiones, de ese oculto que esperaba la ocasién para libertarse. SP Enla reedieion de su breve br. “Aprender a escribie”, n0 hay nada dogmético, nada admonitorio, Lejos de encontrar s un Griio, joer que dicta sentenela sobre a obra eda, desebritor tun alma que intenta comunicar su placer, transmitir el temblor que en ella provoeé una pagina hermosa, un relato perfecto, un verso musical. Con ello nos ensefia que sélo se debe hablar de lo ‘quese ama yque el eritco ideal es aquel que se enamora del libro y nos describe no lo que éste es en si, sino lo que acontece en él y, por la gracia de su peneiracion y de su intuitiva agudeza, nos Ayuda a ver los paisajes dormidos, los colores sutiles, las formas delicadas que avisto en su excursién, “La dificultad, nos dice en un pérrafo exacto y certero, puede constituir un acieate como la feeilidad, Y como el que Iabra la forma ya sabemos que esté, en realidad, labrando el fondo, nada de raro que sea preciso remover la una para poner en exploiacion lotro, Muchas veres ceurre que buscando una palabra para no repetir otra, se encuentra no Una palabra sino una idea; o pen- sando en el modo de equilibrar tal frase, que parece coja, inar- monies, languida, se deseubre que la razén de su cojera, de su desarmonia y su languider, estabs en que a idea carecia de hase ¥ el sentimiento era comtin ¢ inexistente" Tampoco es otra cose la poesta. Porque, en realidad, pen samos con palabras y sentimos eon sustantivos y adjetivos, que articulamos mediante el verho, los adverbies y las proposiciones, Por consiguiente, cuando afinamos un pensamiento, estamos ‘moviéndonos entre oraciones y cada vez que elegimos entre éstas para acerearnos més a la ides o a la emocién, sélo ajustamos ‘concepios y sonidos, ideas y ritmos, para celebrar la alianza en- tre la inteligencia y le sensibilidad. Tiene plena razon Alone cuando rechaza eategéricamente, él tan reacio a la afirmacion absoluta, Ia distineion entre forma y fondo. Toda forma lo es de tun fondo como todo frontis es el exterior de un edificio a cuya estructura obedece. Asi también el fondo surge por una forma y dentro de ella, pues si se quedara en simple intento no adquiriria ni la sombra ‘de una existeneia, Un poeta tan eximio y de tanta agudeza critica como Poe, adelantaba ya que la poesia es, en el orbe de las palabras, la creacién ritinica impuesta por la belleza, cuyo tnico arbitro es el gusto, Pero esa belleza surge de la precision, del encadenamiento riguroso de la expresién, que emplea el vocablo necesario y lo asocia con otros vocablos que acuden llamados por él. El pintor auiéntico traza el rasgo seguro, escoge el color preciso, y de las nupeias entre ambos extrae la forma gloriosa. Ni linea ni color pueden marchar solos, pero apenas se ponen en contacto hacen estallar Ia forma y conella el tema que la consolida en tn cuadro. Alone adjudiea un poder esencial a Ia variedad. No repetirse, insiste, es el gran seereto, la formula perfeeta. Pero olvida que no basta evitar la monotonia, que no es suficienie el cambio para que da la variacién nazcan la originalidad, la belleza, el encanto, La danza es eambio en la trama o tefido de un movimiento, pero éste debe organizarse de manera de poseer unidad, de urdir Sobre st tela una sucesidn de pasos que se correspondan y se en- garcen. Es la diferencia entre las sacudidas y el ritmo, entre el sonido y Is miisica. Guando Alone nos narra su lucha con las palabras, su batalla para deseubrir y hacer que acuda la que necesita, deseribe la ‘pues del poeta con la expresién, del creador con la materia ‘Alone Diserta Sobre “Aprender a Escribir”’ Por Fernando Duran V —EL MERCURIO —Domingo 25 Enero de 1976 — HN sorda o rebelde. “Con frecuencia, apunta, paso mucho rato bus- eandola manera de reemplazar un verbo de dos silabas que diga Jo mismo, pero que tenga tres silabas, porque ahi, en esa frase, necesito tres sflabas y no dos; sélo eon tres silabas puedo sey encuentro que se entona la cancién y que el period se articula, mientras con des sflabas, aunque expresan, desde un punto de vista légico, exaetamente lo mismo, la frase no marcha, eae al ‘suelo, se deshace y la musica interior, enfadada, guarda silen- Dificil serfaexplicar més nitidamente lo que es le labor ‘ereadora del poeta o del novelista. Inventan, deseubren, se su- 'mergen en el océano de todas las posibles palabras para encon- trar las que iluminan la obra, e iluminando a esta ultima alum- bran el interior de quien las forja. Hs la faena que ya habla des- crito el verso admirable del Baudelaire: “Plonger au fond di goutire.. au fond de Vinconnu pour trouver du nouveau" En suma, sumergirse en los mares de lo desconocido para cap” turar lo nuevo, lo inesperado, Porque, en el fondo, la eritica de Alone es esencialmente pottica. La inspiracién aeude a él invocada por el ibro que lo Gespierta y una voz se eleva de sus paginas, profiriendo las silabas necesarias para ponerlo en conmocién, Entonces el eri- tico escribe sobre s{ mismo, descorre la puerta a fin de que se escuche la vor dormida, de que hablara en verso inolvidable Juan Guzman Cruchaga, y empieza a surgir de su pluma la cancién que fluye de una vena acabada de entreabrir. Los juicios que emite Alone sobre las obras que comenta, pueden resumirse en el titulo dado por Alfonso Reyes a uno de sus libros de eritica: “Simpatias y diferencias”. Doja salir sus con cordancias, sus afinidades, para que ellas hablen por su cuenta, Las obras son para él un pretexto, una alusion, De la identifi- cacién que sienta con ellas dependeran el tono y el entusiasmo de ssus expresiones. Cuando la coineidencia sea cabal eseribird paginas penetranies, licidas, como las numerosas que'consagré a Proust, como los descubrimientos que hizo en literatura chilena de Gabriela Mistral, de Manuel Rojas, de Marta Brunet, de Gonzélez Vera; perosi el libro no ealza con su sensibilidad, eomo era el easo de las novelas de Marieno Latorre, vera con pupila Jmplacable os defects y Estos aparecerdn agigantados por una enorme Lupa Al cerrar este libro, que conserva todo su encanto y su fres- cura, es imposible no liegar a Ia conelusién de que no existen reglas ni métodos para escribir con gracis, con finura, con be- eza. Podrin elaborarse recetarios, sisiomatizar consejos, reunir millares de experiencias confiadas por otros eseritores, Pero ningin estudio ni ninguna formula entregaré el secreto, El {értil ¢ ingeniogo autor de las “'tradiciones peruanas”, Ricardo Palma, lo expliea en ese pequefo poema sobre eémo se escriben versos. Se cortan éstos en medidas iguales,se riman los extre- mos, se ajustan ex el medio de-semejante for- , en el medio, ése es el ‘cuento, hay que poner talento”.

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