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CARLOS PELLICER 255 BIBLIOGRAFIA REYES PALActios, FELIPE. Prélogo. José Joaquin Fernandez de Lizardi: Obras. Vol. VIII. México: Centro de Estudios Literarios, IIF, UNAM, 1982. SPELL, JEFFERSON REA. “The Life and Works of José Joaquin Fernandez de Lizardi”. Tesis de la University of Pennsylvania, Philadelphia, 1931. CARLOS PELLICER. Esquemas para una Oda Tropical, Ed. cri- tica de Samuel Gordon. Villahermosa: Gobierno del Estado de Tabasco, 1987. La edicién critica de los Esquemas Para una oda tropical de Carlos Pellicer constituye una aportacién excepcional, tanto a los estudios pellicereanos, como a la historia de las ediciones criticas en nuestro pais. Dentro de las multiples posibilidades que puede ofrecer una obra de esta naturaleza —dependiendo de los objetivos que se persigan—, el trabajo de Samuel Gordon se orienté hacia la més concreta y fidedigna tecreacién del proceso creativo implicado en la elaboracién de los Esquemas para una oda tropical. Desandar y reproducir, en la medida de lo posible, el camino recorrido por Carlos Pellicer. Restituir con el maximo rigor académico el trazo de su escritura, las huellas sensibles de su itinerario creativo en cada verso y en cada versién, para que los hipotéticos lectores pudieran adentrarse una y otra vez por los intrincados senderos de esa creacién poética. Samuel Gordon nos advierte, a través de la voz misma de Pellicer, Ja forma como fue ideado el texto originalmente: Concebf la construccién de un poema que se lamarfa Oda tropical y que se realizaria a base de coros, coros de los dos sexos. Entonces yo pondria los cuatro elementos en la zona tropical y de acuerdo con esos cuatro elementos habria cuatro solistas: una soprano coloratura Para el aire, una soprano dramatica para Ja tierra, un tenor para el agua y un baritono para el fuego. Ademés de esos solistas habria un Pequeiio coro de diez personas, cinco de cada sexo, que tendrian las voces adecuadas para cada una 256 RESENAS de las partes del poema, lo que seria el color de cada uno de los ele- mentos. Esto estaria, en un principio, dirigido por mi. Habia calcu- lado el niimero de versos para cada elemento y los coros, mezclandose a veces en una operacién audiovisual bajo mi responsabilidad de ver y saber ver las cosas. Emprend{ la tarea y tuve que renunciar a ella: era desmesurada, necesitaba un largo trabajo de investigacién, como hacer lentamente listas de palabras pertinentes, y sélo obtuve un es- quema. Me sentf frustrado y pensé en hacer otro poema sobre el Valle de México... (11) Paradojas del destino: una obra que se aboca a la reconstruccién de otra obra que se asume a si misma como un proceso, no como una obra concluida. El texto del poeta tabasqueiio se propone al lector, no como una “oda tropical”, sino como los “esquemas para una oda tropical”. Samuel Gordon reconstruye el proceso de una obra en proceso, interrumpida por la muerte del autor. Sin embargo, mas que de una obra inacabada, se trata aqui de una obra inacabable. El texto fue elaborado en un lapso que abarca aproximadamente cuarenta y tres ailos de maduracién y obstinado trabajo, dando como fruto cuasi-final un poema de quinientos veinte versos. A lo largo de este itinerario, que va de la gestacién a la ultima version del texto, hay dos grandes momentos creativos, denominados como la Primera intencién, cuyo manuscrito esta fechado el 12 de noviembre de 1932, y la Segunda intencién, cuyo proceso de compo- sicién se desdobla de la Pascua de Navidad de 1973 a mayo de 1976 (21). Las noches y los dias giraron durante mas de cuatro décadas sin que el poeta otorgara la mds minima concesién a su proyecto. Al contrario, la vision y la ambicién crecian con los aiios. Paradojas de la creatividad: realizacién paulatina de un sueiio que a cada estrofa, a cada verso, a cada palabra escrita se iba convirtiendo en un suefo irrealizable. Cuanto mas ascendfa la montafia mas se alejaba de la cumbre. Pellicer fue el primero en saberlo y en decirlo: Tengo varios proyectos, acariciados durante afios y para los cuales necesito disponer de tiempo, tranquilidad y medios. Uno, escribir la Oda Tropical, obra que pienso como una gran orquestacién de masas corales. jTantos afios he acariciado este proyecto! Cada vez es mas ambicioso y tiene menos posibilidades de realizacién (12). Este malogrado suefio fue la tarea de un ambicioso superior: aborto de luz. El resultado fueron los Esquemas para una oda tropical Poema que se cuenta entre las creaciones mas acabadas y de mds largo aliento en la literatura mexicana. CARLOS PELLICER ts 3 Esta frustracién y esta gran ambicidn corren paralelas a otra frus- tracién y otra gran ambicidn: las de Samuel Gordon. Critico y crea- dor, ha conjugado tanto la creacién —teatro, cuento, poesia como el ensayo literario, abordando autores tales como Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Miguel Angel Asturias, Sergio Fernandez, Rodolfo Usigli, José Gorostiza y el mismo Pellicer. Su actividad editorial ha sido no. table. Revistas y boletines han estado a su cargo durante afios. Su experiencia toda y sus conocimientos se pusieron al servicio de un gran objetivo: restituir y ultimar las versiones de los Esquemas para una oda tropical de Carlos Pellicer. Historiar la vida de un poema de quinientos veinte versos escrito a lo largo de casi medio siglo, no es tarea facil. La ambicién maytscula de Pellicer se vio correspondida con la ambicién de Gordon. Este no se conformé con la elaboracién de una edicién critica tradicio- nal. Aspiré a lo maximo a que podia aspirarse. Rehacer el texto simultaneamente desde diversos angulos a partir de los materiales disponibles. Recurrié asi a las cuatro columnas formales que corresponden a la restitucién de los “mecanuscritos” en la primera, a la de los mecanus- critos en la segunda, a las anotaciones y didlogo critico en la tercera y, en la cuarta y ultima, a la reproduccién facsimilar de las ediciones principe. A su vez, cada una de estas cuatro columnas constituye una voz diferente que acompafia a la oda inconclusa de Pellicer: a ellas alude Gordon en el subtitulo de su obra. Quienes hayan tenido el privilegio de seguir los intrineados lab rintos de esta lectura cuddruple y entrecortada con las advertencias y senalamientos criticos, no dejaran de asombrarse ante la meticu- losidad analitica de Gordon y el rigor y la complejidad del aparato eritico que ha montado para ofrecernos la biografia de un poema. En las anotaciones metodoldgicas que preceden a la obra, Samuel Gordon sefiala que el estricto apego alas Editio Princeps y su integridad facsimilar, subor- diné necesariamente la informacién de las columnas restantes, que se estructuraron, consecuentemente, de manera tributaria a la cuarta, que dicta la pauta de la rectorfa grafica de cada pagina. La disposicién de los manuscritos en la primera columna incluye so- bre su margen izquierdo la numeracién consecutiva de los versos, siguiendo a la edicién principe, o sea, que los versos manuscritos estan, muchas veces, extraidos de su conformacién textual original. Ello agrega, cuando existen, versos y anotaciones que no Iegaron a la versién final de Pellicer. Por tanto, resulta imprescindible la consulta de los manuscritos en su disposicién original, que se incluyen en los anexos facsimilares al final de las secciones correspondientes. 258 RESENAS Para facilitar el cruce de la informacidn referente a jas diversas etapas de escritura de la segunda intencidn y la ubicacién versal definitiva, nos hemos valido de una simbologia auxiliar —sefialada al calce de la descripcién de cada manuscrito y que disponemos tanto sobre el margen derecho como al pie de la segunda columna— correlacionando los versos con las fuentes manuscritas correspondientes. Las anotaciones dispuestas en la tercera columna despliegan, a la derecha del ntimero de verso correspondiente, las variantes o resti- tuciones, su ubicacién en la Ifnea versal y, al pie, las notas con la informacién del caso. La cuarta columna presenta las ediciones principe con el agregado de la correspondiente numeracién de cinco en cinco y las notas — alfabéticas o mediante asteriscos— que dan cuenta de disposiciones estrdficas divergentes o de errores ortograficos 0 tipograficos adver- tidos (15-16). El formato italiano que se utilizé constituye un acierto mas, ya que nos permite integrar visualmente las cuatro columnas en un sdlo espacio y una multiple textura tipografica. De hecho, se trata de un doble formato italiano, ya que las paginas pares y las nones conforman una sdla pagina desplegada en dos secciones. Con todo, Samuel Gordon topé con un imposible en la recons- truccién del proceso creativo: se extraviaron, al parecer irremisible- mente, ciento un versos manuscritos, lo cual no deja de ser una para- doja en los afanes totalizadores. Al otro extremo de la edicién, desembocamos en otra gran pa- radoja: las ediciones criticas tienen como objetivo tradicional fijar el texto definitivo. Gordon no lo hace. Concluido su esfuerzo des- comunal, renuncia con una gran elegancia critica a establecer una version dogmatica. Consciente del Juego libre de la creacién poética, nos ofrece, modestamente, no una versién definitiva, sino su propia version, entresacando textos de otras fuentes documentales —no do- cumentadas en su edicidn—, como son las grabaciones realizadas en vida por el poeta. Quedamos asf frente a la soberbia modestia de dos grandes ambi- ciosos, Uno que titula una de sus mas extremas, laboriosas y acendra- das creaciones simplemente como “esquemas”. Y otro capaz de inno- var las convenciones propias de las ediciones criticas incorporando un complejo aparato critico, sélo para renunciar a la gloria dogmatica y final de petrificar un texto inacabado en una version definitiva; permitiendo asi que los lectores se nutran de sus aportaciones docu- mentales y tengan simultdneamente la posibilidad de crear su propia yersién. JOSE REVUELTAS 259 Una paradoja final: estos dos ambiciosos se frustraron cada uno a su modo. Sin embargo, el resultado de las dos frustraciones es una obra maestra de la poesia y de la critica. Celebramos asi la existen- cia de un nuevo objeto de arte. Un libro en el que han felizmente coincidido un gran poeta, un gran poema, un gran critico y una gran edicion. Atronso Ruiz Soto Instituto de Investigaciones Filélogicas, UNAM. José REVUELTAS. Obras completas. 26 vols. México: Era, 1978-87. Al igual que ocurre con su biografia, algunos de los libros de José Re- vueltas tienen una historia que bordea los limites de la leyenda. El caso mas conocido es el de su tercera novela, Los dias terrenales, publicada en 1949. Como es sabido, la novela ponfa en tela de juicio los presupuestos de la politica estalinista, dominante en las organiza- ciones de izquierda contempordneas, y desperté polémicas en el medio cultural mexicano. Las criticas de sus correligionarios, que mezclaban argumentos literarios, politicos y aun personales, impulsaron al autor a intentar el retiro de la circulacidn de la novela. Convencido de que debja llevar a cabo una revisién de sus fun- damentos estéticos, a fin de hacerlos concordar con sus convicciones politicas, Revueltas tardaria siete afios en volver a publicar obras li- terarias. E] intento de retirar de las librerias los ejemplares de la novela, tanto como la autocritica publica del autor, son asimismo in- dicios de la pasién existencial con que Revueltas imbricaba y asumia las cuestiones estéticas, éticas y politicas. Otro libro de trayectoria memorable es el Ensayo sobre un prole- tariado sin cabeza (1962), texto fundador del andlisis de la ideologia politica en México y que, durante casi dos décadas, hasta su segunda y péstuma edicién, fue lefdo por los militantes de izquierda en ediciones Pirata. Cada uno de estos libros tiene vida propia: sin embargo, su con- cepcién y su destino inmediato a la publicacién estuvieron indisolu- blemente ligados a la posicién y la practica politicas del autor. Y lo mismo que ocurre con la produccién de Revueltas ocurrié con

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