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~ CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS INSTITUTO DE ESTUDIOS CANARIOS . a LAS CANCIONES POPULARES CANARIAS DISENO DE SU ESTUDIO FILOLOGICO Son estas pginas una primera sistematizacién de ideas y conclusiones halladas a través de mis i i iguisticas de Canarias, y consig- vez sumariamente en eseritos y confe- 5 por lo que parece no han sido vistas con iafanidad Por ello va a dérseles més amplitud y cabida adecuada en esta obra especialmente cenida a estudiar el folklore canario. Es un problema, ain sub iudice, el origon y eardcter de lan can- ciones populares de Canarias. Si para los canarios en general todas las canciones y danzas regio- nales son tipicas, regionales y primitivas; fant muchos las fofas, el arrorré y Ins endechas son forasteras, y sélo es tipico, cl tajaraste y el Mamado canario; y finalmente, para muchos investigadores incluso éstos son importados. Por el contrario hay escritores que han afirmado que algunas canciones regionales peninsulares, como la jota debian su origen a las canciones canarias. (1) whee He estudiado las toorias emitidas sobre estos problemas y me pax rece un método excesivamente simplista querer resolver Ia ‘euestion, porque la palabra folia sea portuguesa o francesa; porque arroré, en su forma mas antigua ro, ro, ro, aparezea en un auto del dramaturgo hispano-portugués Gil Vicente; porque endecha sea vox forastera y tajaraste indigena; Jin también porque las canciones eanaria y foras- tera(en el caso de la comparacin) sean danzas téticas ternarias 9 de otro tipo coincidente. (1) | Véanse los trabajos publicados recientemente en la Biblioteca Canaria: Los cantot » dancas regionales Lib. Hespéries, Sta. Cruz de Tenerife, (6. a).~Al impri- i ajo hemos de citar también como aparccido recientemente el estudiovdel notable miisico tinerfeio Amaro Lefrane: Lo guandie en la misica popular canaria, Nol. VI de la serie Conferencias » Lecturas, de las publicaciones del Instituto de Estudios Canarios. Podrian citaree igualmente algunos escritos aparecidos en Ia prensa insular, como el que publics Montesdeoca Garcia El Canario en uso, con algunts referencias biblio- grdticas importantes, en Gaceta de Tenerife, noviembre de 1 14 JUAN ALVAREZ DELGADO Porque el problema del caracter y procedencia, indigena 0 room tero, de nuestras canciones, no puede resolverse por una simple seme- Janza de nombre 0 parecido externo. Es preciso, recoger las variantes Iinsulares de cada cancién—al menos las més tipicas—, y auxiliados con los datos de la Historia reconstruir la forma que en el siglo XV tenfan las canciones tipicas canarias; estudiar si aquellas existian en otros campos de aquel siglo, y ver por fin qué influjo pudieron recibir, 0 qué elementos pudieron prestar a otras canciones populares de Espaiia, 0 del extranjero. Y no hay que asustarse por la frase, por excesivamente despectiva ¢ injusta, totalmente falsa del gran musicdlogo Pedrell, en contra del literato busca-origenes (que tengo para mf que es Montes de Oca Garefa); porque si para la apreciacién estética de la cancién, y el estudio en sf de la misma, ¢s indiferente su_procedencia, y basta saber lo que es; Pa el estudio de | agatiaenelaa Wier remanee los earacteres regiona- es de las canciones, sf es preciso suber de dénde y por qué caminos vino la eancién popular a ser lo que hoy es. En el estudio de los problemas culturales se tropieza con frecuen- cia con coincidencias e igualdades externas de elementos los que hay que reconocer distintos orfgenes. Pero otras veces a través de largos perfodos de influencias extraiias se perpettian caracteristicas de subs- tratos anteriores, con una persistencia y un alcance multisecular, que Hama la atencién. Elementos de lengua y de métrica y de misica se perpetuaron hasta nuestros dias de iberos en el corazn de Castilla, de galos en Francia, de etruscos en Italia, de mediterrdneos en el latin griego y de las danzarinas con erétalos gaditanas de Ja época de Tarte- sos hasta la Andalucfa actual. Y no va a conservarse algo indigena en Canarias, cuya hispanizacién fué tan répida, pero donde quedan—segiin los cronistas y nuestro actual conocimtento—muchas costumbres anti- as? Parece absurda negarlo; pero en qué cuantfa, es problema més duo de resolver. Haremos nuestra aportacién senalando aquellos caracteres que afectan a la parte del Lenguaje; dejando o otros la parte musical. Por- que yo entiendo que el problema de las canciones canarias, como afec- tando a la masica popular, que es letra. ritmo, misica y danza a la vez, ha de ser estudiado integralmente. Es absurdo pensar que nuestras canciones sean s6lo melodias, rit- mos de percusidn o danzas; toda imisica popular es la fusién indisoluble de mistea, danza y letra fundidas en una unidad ritmiea de conjunto. He aqui lo que Ia lingiifstica nos permite apuntar por ahora. ENDECHAS DE CANARIAS Confiamos que estas Iineas dejen aclarado el complejo y asende- reado problema'd le las endechas canarias. ee Partiremos del texto en que sobre ellas condensé su juicio el gran poligrafo Menéndez y Pelayo en la ANToLoctA Dr URICOS CASTELLANOS, al decir (2): “De postu histérica relatva a Canarias no conozco més ! | LAS CANCIONES POPULARES CANARIAS 115, que las célebres endechas que en Lanzarote se cantaron por los afios de 1443 a la muerte del sevillano Guillén Peraza. Las recogié en 1632 de la tradicién oral (**cuya memoria dura hasta hoy") el franciscano | Abreu Galindo, y-de él las han copiado los demas historiadores del Archipiélago. Dicen ast: | Llorad las damas ~ si Dios os vala, Guillén Peraza — quedé en la Palma, Ja flor marchita — de la su cara. No eres Palma — eres retama, eres ciprés — de triste rama, eres desdicha — desdicha mala. ‘Tus campos rompan — tristes volcanes no vean placeres — sino pesares, cubran tus flores — los arenales. Guillén Peraza, — Guillén Peraza, | gd6 esti tu escudo? — dé esta tu lanza? todo lo acaba ~ la mala andanza. (3) Fste romancillo pentasilébico, notable por la intensidad del sen | timiento poético, consta, como se ve, de cuatro series asonantadas de seis versos cada una, siendo patente su analogfa con los cantos fine [ bres vascongados que cita Caribay. En ritmo andlogo de las endechas de Guillén Peraza est4 com- puesto el célebre Cantar de los Comendadores de Cérdoba...> Estas ensefianzas del maestro Menéndez y Pelayo fueron recogi- das por D. Pedro Henriquez Urena, en su hermoso libro La venstrica- cis EsPaSoua mazovtan (4) y relaciona con las endechas de Peraza otras Hamadas endechas de Canarias en el siglo XVI, como las cita- das por Pisador en su Libro de Musica de vihuela. Serdn puntos de nuestro examen sobre estas endechas canarias: a) su nombre de endecha 0 romancillo y su estructura métrica precisa; b) sus relaciones con las vaseas de Garibay, la de clos Comendadores», 2) Tomo X,de la edie, de Ia Libreria Hernando y comp*. Madrid, 1900, pg. 229. . (8)__Asi los escribe, aunque sin separar las estrofss Menéndez y Pelayo en el texto S citado. Los historiadores de Canarias, incluso las ediciones usuales de Abreu Galindo, " los escriben generalmente partiendo los versos en pentasilabos, y separando ademas las estrofas en grupos de seis versos. Como diremos se trata de estrofis de tres versos decastlabos, por lo que ast los consignamos en nuestro texto. 140 u(t), BB Publicaciones deta Revista de Filologia Espaiola, Madsid, 1999, pg. nota 116 JUAN ALVAREZ DELGADO ete.s y €) como consecuencia de todo ello su cardeter ora tipico cana- rio, ora forastero o de importacién. ¢ENDECHA O ROMANCILLO? Menéndez y Pelayo empleé ambas denominaciones, por ser usua- Jes en el argot preceptistico corriente. En efecto; todos los tratadistas de preceptiva han entendido que las endechas. aparte su valor de can- cidn de duelo o de tristeza, estaban escritas en metros cortos con rima en asonante, lo mismo que los romancillos: y cuando constan de una sola estrofa se Iamaba endecha, y romancillo si estaban integradas por series més largas de versos. : Establecido que D. Marcelino empleé una denominacién usual de métrica, sin pretender dirimir otros problemas, y dejando a un lado una posible cuestién de nombre, conviene preguitar, en afin de pre- cisién cientifica sideben Iamarse esas canciones simplemente ende- chas o romancillos. Ni una cosa, ni otra, estrictamente. Debe decirse, con toda exactitud, que son endechas, por su contenido doliente, de Canarias (no de Canaria), por su procedencia, formadas por tristrofos de decastlabos monorrimos en asonante, y que no tienen relacién alguna con las corrientemente llamadas endechas, ni con las canciones de Ga- ribay, ni con los otros cantares indicados. Me parece que da luz clarisima un pasaje de Torriani (5), cuya obrano conocié Don Marcelino Menéndez y Pelayo, que aunque un (5) _Editado por el Dr. D. J. Walfel: Leonardo Torriani: Die Kanarischen Iuseli. tnd Thre Urbewohner, K. B. Kohler, Leiptig, 1940, fol. 82 r. pg. 190,y sigs. He aqut In version del pasa: (Obsérvese ia traduccién en verso castellano que damos fuego en el texto.) s. Por esto cantaban versos lastimeros de 8, 9} \ ¥_ Ia versién de los dos textos indigenas Ia da asf To: «Sed bien venidos! Mataron a nuestra madre esta gente forastera. Mas ya que es- tamos reunidos, hermano, me quiero casar ya que estamos perdidos.» «Ach nos traes. Act nos Ilevas. Qué importa leche, agua y pan, si Agarfa (nombre de varén Namado Agarfa), no quiere mirarme.» | ) bei LAS CANCIONES POPULARES CANARIAS: 117 tanto largo yoy a trasoribir y traducir integramente. Hablando de los Gomeros dice Torriani: Y seguidamente consigna la traduccién de estas frases indigenas. Se ve pues que efectivamente Torriani dice que se lamaban ende~ chas, pero en cuanto lamentaciones: mujeriles 0 lastimeras, no por su métrica; porque asegura terminantemente, y asf las escribe, que esta- ban compuestas en versos de 8, 9, y 10 sflabas. } Ahora bien; en la literatura clisica espaiiola, habia otras tres cla- | ses de endechas, ademés de estas llamadas de Canarias, las endechas en versos de seis sflabas, corrientemente conocidas como endechas cas- tellanas; las endechas italianas, de versos heptasilabos, y la Hamada | endecha real, formada por heptasilabos y un endecasilabo, que es pro- ducto de métrica culta. ‘Todas estas combinaciones son siempre en cuartetas, salvo que se enlacen y contaminen con seguidillas. } Pero tampoco las endechas canarias son propiamente un romanci U Ilo, porque estaban constituidas por una sola estrofa de tres versos de- ‘ casflabos, comtinmente; y cuando, como en las endechas de Guillén Peraza, son més de una estrofa, la rima no es continua, sino que cam- bia en cada estrofa: apareciendo claramente marcada la unidad estrofi- ca de manera indudable, no sélo por el cambio de rima, sino también 118 JUAN ALVAREZ DELGADO por el punto final de cada una de ellas. Por esta razén las espaciamos y marcamos asi en nuestra precedente trascripeién. RELACIONES DE NUESTRAS ENDECHAS Todo ello demuestra que se trata aquf de una estrofa lirica y mé- trica especial, y nos lleva a comprobar su autonomfa respecto de otras formas peninsuilares aproximadas. El Cantar de los Comendadores, que Menéndez y Pelayo trascribe en el mismo citado tomo X de la Axroxocia (pg. 370), igual que el de Sierra Bermeja, hecho a su imitacién, estd constituido por series de es trofas de cuatro versos de doce silabas, partidos en hemistiquios de seis, con rima asonante, pero con vuelta unisonante al final y repeti- cién del estribillo inicial, al fin de cada estrofa; estructura esta, como es sabido, (6) caracterfstica de los zéjeles 0 zayyal. El metro y el ritmo son por tanto, totalmente diversos de las endechas de Guillén Peraza, si bien se acerquen a ellas por su asunto y tema quejumbroso. Pero no todos los temas de las endechas canarias eran elegias de jersonas principales, 0 tristes sucesos; sino que en la Gomera, como indica Torriani, se hacfan muy dolientes, pero amorosas, como las tra~ ducidas por él. ‘Tampoco son idénticas a las endechas canarias las eresfac vascon- gadas que recogié Garibay, (7) porque estas canciones, segiin parece, estén redactadas en versos octosilabos y en estrofas de cuatro versos, 0 pareados, oa lo més en combinaciones de cincoy seis versos, peronunca en tristrofos monorrimos de diez silabas: metro tipico de las endechas canarias. Tampoco por el tema se identifican nuestras endechas con esas liigubres canciones vascus, porque estas parecen més bien frag- mentos épicos con sus didlogos, sus venganzas, sus relatos localistas, como los romances histéricos y caballerescos castellanos. Algunas otras relaciones seiialadas son totalmente ciertas. Asi las Hamadas por Pisador endechas de Canaria, (8) que trascribe asi: (©), Véase por ejemplo, Henrfquez: Urefia, obra citada, y especialmente: R. Me~ néndez Pidal: Poesia drabe »- poesia europea, Espasa-CalpeS. A. (Coleccién Austral, n° 190), 1941. Memorial histsrico espaol: Coleci6n, de documentos, opiseals y antigied- des, Madrid 1854, Tomo 7.*— Cf. Menéndex Pelayo, ob. cit. pg. 224. (@, Diego Pisudor: Libro de mnisica de vine, agora nuevamente compuesio por... 1952. Apud. B J. Gallardo: Ensayo de una Biblioteca esparila de libros raros y- Furiosos, Madrid 1898, como tercero, col. 1238.--En la tabla del libro 1,° dice Pisedor. En Ia col. 1235, consigna Gallardo el texto completo, en cuatro versos, si marcar la particién en hemistiquios LAS CANCIONES POPULARES CANARIAS 119 Para qués, dama, — tanto quereros? para perderme — y a vos perderos, mds valiera — nurica veros. Para perderme — y a vos perderos. was Hay una contradiccién—me pareee—en lo que afirma Henriquez Urefia en las pgs. 205 y 245 de su citada obra, respecto de la division rear ETAT Se eyestoesesllaBars Pareee ince ak sCavet weeny deben dividirse, por donde queda indicado con el guidn; toda vez que esa es la tendencia normal sehalada en los versos un poco largos, cuando como éstos, estaban destinados al canto. Pero ello no implica que los veracs hnyan de eonsiderarse en sentido extricto como verda- Jeros pentasilabos, sino como decasilabos. Porque ya ha sehalado Ri- bora (9) que ela rima es esencial al verso, y donde no haya rima podré haber cesura o fraccidn de verso, pero no verso entero». (Se refiere naturalmente al verso castellano). Si_a esto agregamos que el verso cuarto del texto de Pisador es repeticién, a modo de estribillo, del segundo de la estrofa, nos encon- tramos exactamente ante el tristrofo monorrimo de decasflabos, en esta composicin de tema de lamentacién como verdadera endecha canaria. El otro caso es todavia més Hamativo: me refiero a la eancién in- clufda por P. L. Villalba en Diez canciones #sPASoLas ne 10s stcuos XV vy XVI (Madrid s. a. 19207), y que es traduccién literal exactisima de una de las reeogidas por Tortiani ¢ insertas en el texto que trascribi- mos antes: Si los delfines - mueren de amores, itriste de mil — ;qué harén los hombres que tienen tiernos — los corazones? (10) Tercetos espatioles ama Torriani, a lo que en el texto conocido es el trfstrofo monorrimo asonante de nuestras endechas. Y ese mismo tipo se usa atin en estribillos y canciones. vulgares espafolas, como la siguiente, que con frecuencia ofmos en Tenerife: . Y si no se le quitan bailando Jos dolores a la tabernera, déjala que se aburra y se muera. Y sdvierto que Pisador dice textualmente Endechas de Canaria las dos veces, y no endechas de canario, aludiendo al son canario, de que hablaremos luego, co- imo consigna Cotarclo: Coleccién de Entremeses, Lous, Bailes, Jécaras y Mojigangas desde fines det siglo XPT a mediados del XVI. ordenada por... en Ia Nueva Bibliot. de Autores Espaitoles, tomo 17. — Madrid Bailly-Bailliere, 1911, vol. 1.*, pg- COXXXVIL (9) Ribera: La miisica de las Cantigas, Madrid, 1922, pg. 105. (10) Obsérvese In coincidencia general con el texto de Tor versién al italiano, como indieamos antes, i, que es su 120 JUAN ALVAREZ DELGADO. Por consiguiente en la lirica popular espaiiola, como afirma To- rriani y reconoce Pisador por su denominacidn, se introdujo la moda en los siglos XV y XVI de hacer canciones del tono y del ritmo de las endechas de Canarias totalmente distintas de las italianas y castellanas de versos de seis y siete sflabas. CARACTER ABORIGEN DE LAS ENDECHAS Dijimos que las endechas eran de Canarias y no exclusivamente de Canaria. Porque si bien algunos escritores (Pisador por ejemplo), dicen simplemente endechas de Canaria, otros en cambio las aman endechas de Canarias 0 endechas canarias. Y con raz6n; porque si no podemos asegurar su existencia en todas las islas (Tenerife y La Palma no oftecen documentacién antigua, si bien los cronistas afirman de los almeros igual cardcter melancélico y tristén que da Torriani a los erreiios), sabemos por el texto de Torriani que existfan en Gran Ca- naria y Hierro, de las cuales da textos en lengua indigena; en la Go- mera, isla de que habla en aquel pasaje y de la que aporta textos usua- Jes, traducidos al italiano, uno de ellos ‘generalizado en Espafa, en la yersin recogida por Villalba en su coleccin; y por fin 1a elegia de Guillén Peraza atestigua su existencia en Lanzarote desde el siglo XV. Reflexionemos ahora sobre las dos endechas canaria y herrena que Torriani nos trasmite en lengua indizena. Y veremos que ellas son ga- rantia absoluta de la técnica indigena de las endechas de Canarias; porque es indiscutible que la forma estréfiea de esaseanciones responde exactamente a la técnica primitiva de los aborfgenes, ya que no es po- sible que esas composiciones, que por su asunto y por su lengua son indfgenas, se hurtaran en su forma ritmica a su cardeter indigena; mucho mas si consideramos que la forma métrica de las endechas no responde a ningiin modelo espanol o extraito, sino es peculiar de ellas, como dejamos sentado. He aqui el texto y la versién espafiola, basada en la de Torriani, de ambas endechas: ENDECHA DE G. CANARIA vensién: (11) Aicd maragd! aititu aguahae , cunirse, idéntica a Ia otra frase de Torriani stia~ Imo insieme, que da antes. Por ello ambas Jas reduzco a una sola en esta version, y el texto resulta més claro; porque no se explica efectivamente la relacién casarse con la cy LAS CANCIONES POPULARUS CANARIAS Paréeeme que se trata de una cancién triste rélativa a algdin suceso histérico, recordado en la memoria popular canaria hasta la época de ‘Torriani: ello explicarfa las dudas de versién que expusimos en la nota. Tal vez la prisién de Tenesoya, la sobrina del Guanarteme. Correccién en el texto indigena no’he hecho ninguna, pero es muy posible que haya que leer en el primer verso agualiai, porque aguahae es fonetismo dificil en castellano y en italiano; y en a segundo verso tal vez habria que leer mayica o maibica, por las razones que apunté en Miscetdxea Guasone. (12) ENDRCHA DEL HIERRO? vensi6x: (13) Mimerahand, zinu zinuhds <,Gon qué nos vienes? ;Qué me traes? Ahemen aten hardn hud, {Para qué quiero leche, agua, harina, Zu Agarfa fenere nuzd? Si Agarfa. no quiere mirarme?> Es una verdadera cancién de amor de alguna Amoca o infanta he- rreiia, dolorida y quejumbrosa por los desdenes de su idolatrado. Y no creo que sea una exquisite de gusto refinado 0 civilizado, impropio de una mujer indigena de Canarias, esa expresién. de amor y amargura, sobre todo teniendo en cuenta lo ano del contenido del segundo verso. Tampoco he hecho correccién en el texto indigena, aunque como dije en MiscetAxea Gvancne (lugar citado), es posible que el primer verso sea zizinuhd en vez de zinu zinuhd, y en el segundo aden en vex de aten. Pero lo importante es que en estas dos endechas en lengua indi ena, aparece como forma métrica el tristrofo monorri casila- 0s; con la particularidad de que no siempre es posible partirlos en dos hemistiquios pentasilébicos, como ya vimos indicaba Henriquez Urefia, y como resulta en el estribillo: como sise tratara de técnica de danza, coincidiendo con al valor cmudanzas de folfas>, a que alude el texto de la ensenanza del danzado de Esquivel Navarro, citado por Cotarelo (ob. cit. py. CLXXVII, not. 4.) ¥ hemos advertido que para Tenerife, donde existen tonos espe- ciales muy usuales de folias, no consta documentacidn relativa a en- dechas; y ser conveniente no olvidar que nuestras tipicas folfas tiner- feiias ticnen el mismo tono amoroso, insinuante y de saudade de las endechas herrefias, y también como ellas se emplean acompafiando los bailes, con el mismo aire patético, y tratando también de materias de amores ¢ infortunios. ¥ cosa notable. Todo el mundo eree que el metro tipico de las folias es el pie de ocho sflabas; porque en ese metro espaiiolisimo, ‘metido por todas partes en la cancién popular canaria, como hecho claro de la hispanizacién profunda del archipiélago, estan compuestas casi todas las canciones que se acostumbra a entonar con la musica de las folias. Pero antiguamente, ya hoy apenas se emplea, solfa cantarse el es- tribillo inicial del coro, ‘anterior a la entrada del solista cantor, que rezaba asi: Son las folfas ~ el relicario el relicario - del pueblo canario son las folfas ~ folias son. Obsérvese que se trata del mismo tristrofo de decasilabos de las endechus de Canarias. Hecho notable que no sé que haya sido expli- cado, ni siquicra abordado por nadie. {Se trataré en ambos casos de la misma técnica de cancién indi- ena, conn todo el archipiclago, que en unas isla recibi6 el nom- re espaiiol de endechas y en otras el de folias? Es interesante senalar, en relacién con la modernidad de la de- (14) Ademés de los eseritores citados en In nota primera de este trabajo, ¢ el estudio de Cotarelo: Entremeses... citado en la nota 8. (15) Abreu y Galindo (Fr. Juan): Historia de la conquista de las Siete Islas de Gran Canaria, (1633) ed. de Ia Biblioteca Canaria, lib. I, cap. 18, pg. 59. v6 LAS CANCIONES POPULARES CANARIAS 123 nominacién, que niel P: Alonso de Espinosa, (16).ni Antonio de Via na, (17) que se cifien a la historia de Tenerife hablan de follas, y slo titan el son eanario. Y Viana advierte expresamente el cardcter regio: nal y perfectamente diferenciado de otros bailes contemporineos, se- Ralando la técnica de nuestros bailes regionales. Tracré aqui su pasaje, porque casi nunca ha sido citado,por los comentaristas de las cancio- res hanarias: (Ob, cit. canto 4.°, versos 468 y sgts. pgs. 109 y 110 dela ed. de Moure) , . ;Quicn es este personaje? Greo que se trata indudablemente del tratadista Fabricio Caroso de Sermoneta, que en 1531 (nueve atios antes dol evine de Torriani), Pallie6 un estudio de los movimientos y_misien dare bailes usuales on Espaha, Francia e Italia, con el titule de Il, BALLARINO, (20) Serfa interesante estudiar los elementos musicales canarios de esa ehra, en relacién con los demds estudios. muciater ig iguales temas on las obras espanolas de los siglos XVI y XVII, (21) Lonfiemos que plumas autorizadas agoten estos otros aspectos del Problema de las canciones canarias que aqut quedé esbozado. JUAN ALVAREZ DELGADO, al GO), .No he podido oxaminar esta obra, pero me consia que habla y du deo 1 ote ds tSenica del canario, gencralizada en? Expang,

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