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Sobre Ja clase de servicio, su formacién y su futuro John Goldthorpe I surgimiento de lo que aqui denominaremos sla case de ser vicioe —Ha clase de los empleados profesionales, de administra én y de direceién-— es un fendmeno propio de as socedades becidentales avanzadas que se ha constituido en fuente de evi- ddentesdifcultades para los comentaristasytodricas sociales. En particular, les ha creado problemas a los que piensan que la uncidn primordia del andlsis soiol6gico es ofteceralgtin tipo de eaptocién cogitiva de a dtcosion Futura del cambio poltico, ¥y cao interés se centra en las consecuencias de dicho cambio para le establidad o inestabilidad del orden capitalist, ‘Asi, pra los marsstas, la erecianteimportanca de los prote sionales,administrativos y diectivos en la division ocupacio del trabajo representa una evolucion ulterior ~~peto ex ‘del problema de los aestratosintermedios», que naturh ‘mente se remonta a Jos intentos del propio Marx de analiza kt structure de clases dela sociedad eapitalista del siglo x1x..Des- Oa sms do von tires om A. Gis Gece con) i) Soi te aso of tr, ome Combe (G2REy Pe Tedssin de Ange! Nos 230 ‘zona avinera 58160 (1952) de entonces, la estrategia marnista convencional, y consistente \gicamente, ha sido a este respecto la de considerar tales e=- tratos como esencialmente temporales y epifenoménicas en re- lacion con la estructura de clases basicamente dicotémica propia Gel sistema econdimic ca El objetivo ha sido entonces ‘mostrar mo, seg la dindmica de este sistema, los miembros de sos esiratos estén destinados a ssimilarse, bien a Ia clase obrera mediante un proceso de «prolearizacién», bien —po blemente pero en muy menor medida— a ln clase captaiste mediante un proceso de sineorporacién», No obstante, si bie Jos argumentas en favor de la proletarzaciin de, digamos, los ofcinistas y dependientes,o de la inconporacgn de los eject 0s de grandes negocios, pueden obtener alggn refendo (sino conctusividad) empirico, queda una porcién amplia y creiente de los estrats intermedios que hoy existen para fos que tales argumentos no pueden aplicarse convincentemente, El recano- imiento de este hecho ia Hevado asf a los analistas marsstas | adoplar una variedad de nuevos enfoques sobre el problema aunque se diria que sin resultados exeesivamente stisfacto- Por ejempio, uno de estos intentos, que tiene su ovigen en ‘marxistes franceses de la década de los sesenta como Bellevil, Mallet y Gorz, considera que los grupos en expansion de em: pleados de cuco blanco relativamente bien eualficadas no se prolearizan en aingiin sentido convencional, sino que confor- ‘man un componente clave de una waievae clase obrera '. En lanza con los trabajadores de la produecion en Tas indusvias tecnolopicamente avanzadas, a ests representantes del wttabajo ‘cleo y ciemtifico» se les atibuye la capacidad de revitelizar Ja lucha por el socalsmo al contrarrestat las tendencias «eso romicisas» dentro del movimiento obrero y al pon los pro- blemas en tomo al contol en el eontxo de sus preocupaciones, Sin embargo, al menos hasta ahora, esa revista alianza no se tia producido ni siquera en el caso francés, que pareeta espe- cialmente favorable a ells, y la tesit de la nteva clase obrera pareceria de hecho estar perdiendo ripidamente apoyo en la sctualidad 2 7 Wen Fee eli (1, Serge Malt (1073, y Ande Gor (967) 2 Une de os proponent, Gar, ba cand aberrant su psn ‘zona antes S60 (1992) 234 pats Roents meunnemee ahaa tearamss faa ieee eaten es Sore nes» *, La CeD se caracteriza ae eae Seuss cae oto sce een ete ae ta cots loa em evden opin ala ase ober: ner a Set atasamen saeremees CS Secreen eneas SS interen a ogee ont Es eres 9 conftos con a clase ober. A in de cuentas. Srpiscasrasrero (os na Sanza antcopitalia se converte en factor rit Sr ca sara Soon ea aes REA. Gons (3793 pace qe Mall, poo anes es mae iba ‘nin vento se ope "ln Emer ese rings ao i to) 7B reel (Dpto ytsn vee taben so cnc ae ‘as acs ted is pred gue, Wale (7) 2m owe astenra 5960 (1992) torias. Se afftma que, bajo el capitalise monopolistico, mu- chos empleados de cueilo blanco estin en parte comprometidos con la realization de funciones de «capital global», sobre todo de vigilancia y control det trabajo, pero en parte también rea Tian tareas y desempesian roles que son propios del erabajador colectivos, por ejemplo, coordinando et proceso de trabajo 0 aportande conocimiento especializade y experto, De este modo, iientras que debe reconocsrse una estructura de clases bisica™ mente dieotémica, debe considerarse también quo eertos agra- [pamientos sociales mantienen posiciones ambiguas con respecte 1 esa estructura + Sin embargo, Ia deblidad més bien evidente de este enfoque es que apenas hace més que replantear el pro biema del que parte. Aunque haya sido desarroliado por auto: Fes que, una vez mis, estin expresamente preocupados por Ins posibilidades de una alianza politica entre Ia clase obrera y los ‘qrupamientos recién aparecidos de trabajadores de cuelo blan- £0, 66 notorio que no offece ninguna informacin sobre Ins for- mas de aecién eolectiva en las que ests iimos podria tpica- ‘mente implicars. Esto sucede porque las categorlas que so ap ‘can en el analisis de las ubicaciones de clase sencilamente no = corresponden con aquells que tienen algun valor reconocide ppara explcar como se genera esa acciéa; y asf, para aleanzar alguna relevancia en la préetica, los andisisestruturalistas del tipo en cuestin deben siempre complementarse con apelaciones sno teorizadias» —esto es, esencialmente ad hoe a ls efectos te espectias circunstancias pois 0 ideolégias* De manera que, al menos hasta aq, los intentos marxistas| por adaptar el andlisis de ls clases ala’ expansion del empleo ans 6, Chad (97) y BO. Wei (97) » Danas ota poset eno cl mvs nectrts, Bde Nos Pos ane (1095) 8 Connrs er rotecolen esis etvs con fmt stun 6 esate apart nr de a pequenaDergese es a, ‘dd ce aban de ce no probiensite™ ps. a mse Wyo, {e cndua gue mnloan ons oven sospaice un con ites fe ans pos aso cn pee. {tgs} dno de dai el nj. tse etter que ares elcome te ots coun was nrc con expenie Sen scin de se ‘nop to so mucran mejor qe lo puro de ou eapaitces bn ‘San. Vee, por Sfenplo. Terence Jobman (197. pp. 19°20 ep. Co ae foes coneil ee redux de see). Rosemary Complon 9 Soe Gattay (977. pp 97 71, 19538 zona amen 5960 (1992) 233 de cello blanco de nivel alto, y por alcanzar alguna comprea- son de las implicaciones pottcas de esa expansida, difclmente ‘pueden considera exitosos. Empero, hay que reconocer al mismo tiempo que otros esfuerzos intelectuales encaminados en Ja misma direccién, pero inspirados por intereses politicos de naturalezadistinta, no se han mostrado mucho més convincentes. Por ejemplo, los autores americanos de raiz genéricamente liberal se inctinaron en un primer momento por una vision en ‘érminos muy positivos de ta progresiva «elevacién» de la es- ‘ructura oeupacional que acompaia al crecimiento econdmico, Este proceso aseguraba que la expectativa marsista de una i ‘enrificacion en Is polarzaci6n de clases se verla incumplia, y ue, de hecho, la sociedad moderna se convertria cada vez més fn sclase mediae. Més en, la influencia ereciente de los valores {el profesionalismo y fa divecci6n se consideraban un elemento ‘rucal en lz configurscién de un orden social nuevo, =postea- pitalist>, que seria mas eficiente, y tembien mis humano y justo, que el que lo precedié ® Sin embargo, tan optimistas perspectvas, carscteristicas de fos afos cincuenta y primeros fesena, al parecer no podfan seguir manteniéndose uns vez que el liberalismo americano se vio obligado a enfrenterse con los posteriores estallidos de radicaismo poltico y cultural. Porque fo que resultaba més asombroso y perturbador en ese radical mo era que pareciasurgir en primer lugar, no entre los grupos is desposeldos y menos aventajados de la sociedad americana, sino entre los miembros de los nuevos estratos medios cuya spariion se habia considerado como un poderoso refuerzo de 1a estabilidad soca En respuesta a esta situacién, se desarrllé entonces la teo- ria —o mis bien un conjunto de diferentes teorias— de lo que ‘mayoritariamente se viene llamando simplemente ln «nueva cla ses. Bl elemento comin serfa aguf que se trata de una clase ‘euya base econdmica reside en st «capital cultural» —esto es, fen la posesin por parte de sus miembros de niveles relativa- ‘mente altos de educacién y formacién—, y cuyos intereses pue ‘den por tanto distinguirse de los de los poseedores del capital ‘on el sentido convensional y de los que no tienen otra cosa que 7 Gi Tae Paros (RG, Cn Ker, Jobe Donlp, Fredo Hae tino 7 Cher A hr (8. a ‘zoe amir S160 (1992) fertar en ef mercado més que su trabajo. Pero, més als de ‘sto, las interpretaiones deren de un modo que evidentemen- te rele las fueres tensiones polteas a las que los Hiberales ‘americans se han visto sometidos. Por un lado, para los comentaristas cuya reaccidn ante el radicaliamo de los UItimos sesenta y los setenta fue un despla- imiento aia el «neoconservadurismo» —por ejemplo, Moy- hihan, Kristal o Wildavsky-—, las motivaciones de los lideres de ‘te redialismo deben busearve principalmente en la enviia, “mbici frusrida y el aribismo. Aunque poseen ocupaciones material y picaligicamente ventajosas, los miembros de Ta nue~ ‘i close, 86 dice, todavia se sicnten desplazads, especialmente tn téminos de eslatue y poder, por aquellos cuya posicién en In sociedad se basa en la riqueza sustantiva. Son, en consecuen tia, muy receptivos a Ia wcontracuturay (que representa una ‘rersin democratizada del viejo desdém aristocrtico hacia Ta industria y el comercio), al Gempo que encuentran en la activ dd politica, y especialmente en la que estéorientada a un ine tfemento en control y la intervenciOn estatal, un valioso re ‘euro que enfrentar a la rigueza. Mientras invocan los ideales fe Ta igualdad y de Ia preocupacién colectiva hacia los menos Privilogiados, buscan ineansablemente aflanzar st propia posi {iin de clas ”. Por otto lado, sin embargo, eotre ls liberales {que se han visto ellos mismos radializados en alguna medida, Th nueva clase reabe, como era de esperar, una considerscion ‘menos hostil y mis esperanzada. Asi, por ejemplo, Gouklner he argumentado que la nueva clase debe ser considerada como smoralmente ambivalente>. Es sin duds cierto que persgue sus propias aspiracfones elitists y que cultiva sus propio intereses Se clase, pero tambign es capaz de percibir y de representar el imerés coletivo; ¥, lo que es ms, gracias sobre todo a su ca- racterstionecultra del discuso critcos, es potencialmente una fuerza emancipatoria decisiva contra todas as formas de domi hacion econ6mca y politica, De hecho, Gouldner iia tan lejos * Aigeasconicions temps de ga ina perce her sido las cP Moyatan (072) «Tres Ket (97D). Vense tobi, no OB tan, loser veces eB. Brace Bilas (979). Sobre cl mpoyeio (Ss gue cave gus ag eta pueion, awe roster ‘Searminn de Bots Setc (7), zona ante 59160 (1992) 235 como para afiemar que, si debe reconocerse alguna sclase uni- versal» en la sociedad moderna, és4 es ahora la nueva clase, con todes sus defectos, y no el proletariado industrial, cuyo potencial esti agotado * La principal dificultad de estas teorfas de la nueva clase es bastante evidente, y puede efectivamente considerarse como el reverso de Ia que encontedbamios en los snsis marxstasesbo- ads antes. Estos tltimos comienzan por tatar de determinar la estructura cambiante de las posciones y formasiones de clase, pero el resultado de estos estberz0ste6ricos no encaja satisfac: foriamente con la pauta observada de Ta aecion sociopoitics or contrast, las reoras de la nueva clase» han sido ditecta- mente suscitadas por un eambio aparente en esa pauta —un brote de radicalisino entre los estratos medios—, pero el pro- ‘tema es entonces cl de suministrar una expicacion adecuada ‘dela ubieacin estructural de los agentes involuerados. En efcc- to, se elabora un andlisis de Tas elas para explicar un fenéme- ro que ademds de parecer ms bien transitorio— nunca ha pa sudo de ser minoritario, El hecho de que ciortas manifestaciones de ragicalisma se puedan asociar predominantemente eon los nuevos estratos medios no significa, claro est, que esos estat0s| sean predominantemente radicals, de manera que las teorias de la woueva clases siempre corren el peligro de sobre-expica, En realidad, se dirfa que los representantes de estas teorfas & menu se sienten inedmados por la concienca de este peligro; porque, a medica que desarrollan sus argumentos, es bastante tipico que sus concepeiones de la nueva clase se restrinjan de alguna manera, de tal modo que pareceria que solo deben ap farse de hecho determinsdos sectores muy limitador de los ‘extratos modes; por ejemplo, solo alos empleados en el sector pblico o no Tucrativon, o a la wintligensia cientificas, 0 2 los de letrase, 0 ineluso s6lo a Jos wintelectuales». No obstante, [puesto que tales redefinicones so llevan w cabo en su mayoria ‘de manera impicta © técita, apenas sirven para resolver nada. ‘Al tiempo que se pone ain mis en evidencia la divesidad de 7 Aisin W. oul (97. Ge le apemonts, psp preset de de mavera is modes de Michael Hnngton (199). tt eens Alnn Tours (1074), que ost signs dfs ar Senta Se Gouin 26 zowa ante 5160 (1992) las tcorfas de Ia nueva clase, resulta df saber en cada e=s0 psicular qué es exactamente lo que se afitma y, en especial, xactamente qué conexiones se postolan ene wna clase o una Ubicacign ecupacional dada y una propensin al radicalismo ° ‘Pucde, por tanto, dectse que ain no contamos eon una eX plieacion satisfactoria del sgniticado sociolgico y politico dla Expansion del emplea de euello blanco de nivel ato. Pero los Intentos que hemnoe revisado hasta aquf tienen af menos la vit- tud de sefalar eusles son los dsideraiabasicos de tal expli ti6a, 0 por lo menos de una que quiera ofrecerse en términos ide clase. Primero, es desde luoge necesario que se den buenos fordamentos pare considerar que el émbifo de empleo en cues tidn agrupa alos individuos en posiciones y relaciones de clase ‘sencialmente similares; pero, en segundo lugar, es preciso tam- bigm que se encare expliitamente Ja cuestién de cémo debe ‘eoneclarse semejante andlisis estructural con las pautas obser~ sradas de acca colestiva, El propésto central de este articulo ‘a por tanto, demostrar que, desarrollando la idea de una clase Se Lervcio y eonjugindola con el concepto de formacién de ase, se puede al menos indiar el camino para saistacer esos “desderout mas adecuadamente de lo qué Io an sido hasta aqui 1a idea de una clase de servicio tene su origen en el aust: tmanista, Karl Renner ®, Para Renner, la clase de servicio {[Diensiklesse) comprende tres elementos bisicos: empleados en EL servicio publica —esto es, estatal— (funcionarios y otros ad- tninstrativos); empleados en el sector privado de la economia (Qaministradoves de negocios, directives, tSnicos, etcétera); ¥ templeados en los servicios sociales (cagentes distribuidores del bienestare). Renner se cife bastante al andisis marxsta orto- ee jaw cls en eto tw ten sets por Dai! Bel a ve on Sra. de manor tte ji, coma no Fs pastes ‘ep tee sree, ease D. Be (19 “Yen Ka coer (03) Pre ua adi ling 1 pao eee de ete conon scopes Cmemaion,Yne Tot Bovororey Face Code (1978. ons aster 59160 (1992) 237 {doxo al argumentar que, aunque estos grupos no participan del reparto de la propiedad de los medios de producci6n, deben con todo cistinguise de la clase obrera por el hecho de que el bajo que realizan es un trabajo no productivo; ellos no consti tujen una fuente de plusvatia, sino més bien una earga sobre la pllusvalia que so extme, directa 0 indirectamente, de In clase ‘obrera. No obstante, Renner trata al mismo tiempo de distin- tir a In clase de servicio de la clase obrora de un modo que Fesulla mucho mde interesante y trascendonte desde un punto ‘de vista sociologco: a saber, resaltando hasta qué punto el «cé- ‘igo de servicio» que regula Ia relacién de empleo entre los ‘miembros de la clase de servicio difiee en sus implicaciones del ‘contrata de trabajo» que se aplica en el caso de a clase obrera, De esta manera, y partiendo, segin perece, de la cisica expi- ‘asin de Max Weber de li posicion del oficial burocritico, Renner sefalt que vel salaio dfiere fundamentalmente de los honorarios "por su naturaleza y por el modo en que se fijam; Y tambign que el empleada que Tecibe honoraros est separado {el obrero sslariado tanto por la seguridad relativa de su em- leo come por sus perspectivas de mejora material y de estatus. Pero lo que resulta de crucial importancia es que Renner re0o- noce, por debajo de todas estas diferencias en les condiciones {de empleo, una ciferencia ain mas bésien entre la wrelacion de servicios y la existente entre el empleador y el obrero aslariado aque reside, podrlamos decir, en #8 respectiva calidad moral: a Saber, que la primera relacidn, a diferencia de la segunda, en- ‘mclve necesariamente una buena dosis de confianza. Es, por tanto, esta intuiidn de Renner Ia que podriamos explotar con fran provecho para nuestros actuales propésites: esto es, para ftatarde dar euerpo la kdea de una clase de servicio y uilizanla 7a snag oni cae ly 3 vag Som wa ein ican to eens Saye lg ais reese ort Minute pes yi ye tyme scar ‘iti Oise de nana Se np ery ie le cvs slo spor sora opis “cece sx Se ce ks rio en pra REWte etc pao fw to pe ace ‘pe dew pe nt site eae de rns go emu dems gs pn monroe eo i Teal Sener cea fn otto ote me an Be aoa asa 59160 (1992) pare comprender cules el lugar de los profesionales, adminis fradovesy ditectivos dentro do Is estructura de clases de Ia so edad capitalist contemporiinea ‘Para cmperar, se podria sgerit quo o}requsito de confianza cen la relacion de empleo se sigue de dos exigencias fundamen tales gue el empleador, o In organizaeén empleadors, debe atvontar: primero, la gue se plantea cuando es preciso delegar ‘autrided; y segundo, le que se plantea exando es necesario recur al conocimiento especializado y experto. Porque lo qv ‘¢ sigue on ambos casos es que el control social dentro de a ‘organiacion debe deblitarse 0, en todo e280, difuminarse} no puede seguir ejersiéndose de modo dirseto y pormenorizado Aesde uns Gniea fuente, Aquellos empleados en los gue se de lege autoridad 0 a los que se Tes contre responsabilidad en ciertas funciones espocializadas reciben eonsecuencia de ello tn cierto margen Tegtimo de autonomia y Ue dsstecionaidad. Y' debe ser por tanto una cvestin de confianza ef que esos cempleads acten —esto es, decidan, ein, juzguen,etostera— ‘de un modo eaherente con los fines y valores de Ia orpanizacién, Dicho de otro modo, eugn bien se comporten esos empleados| ‘desde el punto de vista de la organizacin es algo que depen- ‘etd, en aspectos evciales, del grado de compromiso moral que ‘mantengan con Js organizacion, mis que de la eicacia de san- cones y tecompensis «externas» ". - ‘in embargo, esto no quiere decir que no exista ninguna coneni6n entte {a naturaleza de las tare y roles de estos em- pleados la forma caracterstica de sus condiciones de empleo. Te dea ded fo in pn a ae a sen ne ts ay Ce Raa tao EL i cin esp neon amo die dt wasp snes ee ants feu ease! Sea anfntan dh sade rv (itn oe Tidetroerm i) donee ue pro a ora ela bs sonnets anger reso neon SEREANET Seremnt sininas ports Seka tp drs po ‘Rees eons a estes Gera comin xsi ‘quis cl or Sn, on ne ele bts ean ao pt ne ir apoor ode spn linger ff pe soln tooo ip econ Ann Sve Ro Sti ror who Sepien Cir 9). zona antexera 560 (1992) 29 Por el contrario, as condiciones que habitualmente se dan en st caso —Ies condiciones, en realidad, del emplea buroertico— ton condiciones que claramente refleja, de manera preconce- Dida © por evolucién, Ia necesidad de crear y sostener un com- promiso organizacional. Lo més obvi tal ver sea la fuerte ten fencia que existe # asociar el grado de discrecionalidad que fjerce un empleado con su nivel de remuneracion. Pero aqu tienen mayor inportancia otras reegos, de indole més cualtati- va, de Ia Telacion burocritica 0 de servicio, a través de los cua- Tes su catdcter ade mereado» se ve considerablemente moditi- ‘eado, Fn el caso del obrero asalariado, el contrato de texbajo ‘estipala que se intereambien cantidades ms 0 menos dscretas ‘de trabajo por slaro en unidades temporatesreativamente cor- tas; pero Ie relacion de servicio es de tal naturaleza que hace {que el intercambio que se produce entre empleador y empleado ddeba ser defnido de un modo mucho menos especie, a més largo plazoy con un contenido moral mucho mayor. No se tata tanto de offecer una recompensa por un trabajo realizado como de oftecer una «compensaciOn» y un «reconocimienta» en pago de la sceptacin de una obligacin de hacer honor la confianra sficlmenter. Exte es, pues, como Renner implcitamente sig te el verdadero significado del pago en forma de ionorarios en Iugar de en forma ¢e salario y, por lo mismo, de la serie de stecompensas colaterales» de que normalmente distrata el ex plead busocratico. Pero lo que es ain mis esencial a i ligica Ge la relacion de servicio, en relacién con la supervision y el ‘mantenimiento del servicio ofrecdo, es el papel desempefiado por ls recompenses de carécteresencialmente prospectvo: esto 6, ls concenldas en aeuerdos sobre incromentos en la remmune ‘acién, sobre seguridad en el empleo y tras Ia jubilacion , sobre todo, Sobre las oportnidades de promoci6n. El argumento en favor de que profesionales, administado- res y dizectives estentan posiciones de case bésicamente simi lares debe, por tanto, exponerse del modo siguiente. Estos em= pleados, al estar caracteristicamente oeupados en el ejerccio de Eutoridad delegada 0 on la aplicacién de conocimiento expects: lizado y experto, operan en sus tareas y en sus roles con un grado distintivo de autonomta y discrecionalia Fecueacin directs del elemento de confianza que esti envuelto necesariamente en su relacién con la organizacién que los em- 240 zoe annem 560 (1882) plea, tienen acordadas condiciones de empleo también distint- Yas, tanto en el nivel como en e tipo de recompensas en juego. En otras palabras, los profesional, administradores y directi- vos se dlferencian picamente de estas cistintas maneras de tos fempleados de otros rangos —y, mis obviamente atin, de los fobreros asalariador, por la indole de su trabajo y por su sic tuacion Je meteado, Dada esta concepeién de Io que es I base de la clase de servicio, se hace ahora posible abordar de manera ‘suflcientemente sisemstica varias cuestiones relacionadas con Sus divisiones internas y sus «ffonterasr con otras clases. La objeeién que con més frecuencise fa presentado (de odo especialmente notable por Dalirendort ) contra la ides {e una clase de servicio como In que present6 Renner y como Ja que aeabemes de desarollar, es que trata de eunir dos gran- des grupos ocupacionales —protesionales por nna parte y admi- histtedores y ditectivs por otra que de hecho differen sig- rifcativamente en su posiién y en su funcién dentro de ‘én del trabajo. Asi por ejemplo, Giddens ha argumentado ‘que, si bien los individvos que pertenecen a estos dos grupos pueden tener por lo general similares situaciones de mercado, Et mismo tiempo se ven implicados en muy distintos tipos de “rclaciones parstéenicass “Sin embargo, en el concepto de tase de servicio que hemos presentado no se postula que los [grupos ocupacionales que la constiuyen compartanerlaciones pa- fateeutease similares. La comunidad bisica en las stuaciones Ge trabajo de los miembros de estos grupos, de la que a su vex ‘deriva Ia similitud-de sus stuaciones de mercado, radiea més bien en un nivel més profundo, en el grado de autonomia y ‘discreionalidad con el que necesariamente operan—en respues- faa as dos exigencias organizacionales que ya quedaton iden- tilieadas: la necesidad de delogar autoridad (stencida prinipal- Imente através de In foncién administeativo-direciva) y la ne- Ccesidad_ de recurrir al conocimiento especalzado y experto {atendida prineipalmente mediante Ia funcién profesional). Des- Ge este punto de vista, por tanto, las diferencias ocupacionales| ‘que preocupan a Giddens y a otros deberian mejor asocarse Son les dvisiones de situaciones (situs) que pueden trazarse den 7 Fa Denese (56, "foto Cars (979. pp 178 NA aBtenTa 59160 (1992) 2a tro de la clase de servicio, sl igual que sucede en otras clases Y pose aitadise que In clase de servicio, también como otras clases, puede entendene como seetorialmente divigida —sien- do, tal ver, la més importante la division pablico/privado, tal ceomo Ia reeonoce Remer—: y, mds adn, como internamen ‘stratfieada en témtinos de niveles de riquéza, ingresos, hibitos ‘de consumo, eteétera, de Tos individoos y familias que la const- tuyen Por lo que se refiete a los Hmites de la clase de servicio, hay 4s euestiones importantes que requieren comentario. En priv ter lugar, puesto que la clase de servicio, tal como la hemos Conceptuaizado, es una clase de empleados que han sido desig- ‘nados para las posiciones que ocupan, evidentemeate se esti presuponiendo alguna intervencion superior, y asf se sucita la pregunta de cémo habria que entender esto. La idea de una Else de servieio pucde, por ejemplo, asociarseféciImente con ‘de una clase drigento 0 capitalists, como de hecho sucesia tn la explicaci iniial de Renner. No obstante, postular una tase superior no es Ia nica posibilidad conceptual. Por cjem- flo, ef contro sabre In clase de servicio puede alternativamente Entenderse que To ejercen, de manera mis 0 menos directa, tierto-nimero de elites con uta composicion mis o menos es fable, Codl de estos modelos sea en general el mis apropiado para las sociedades occidentale hoy eu dis es, desde luego, algo hy debatido y que solo pusde decidirse finalmente mediante la correspondiente investigaci6n empitica. Pero, para ls fines presentes, Jo importante en cualquier caso es que existe wn r28- {0 distntvo crucial que en principio separa —aungue la exis- tenet de grupos fronterizos es inevitable a los escalones mas altos del clase de servicio de los que, por deciio asi, se elevan Sobre ellos: a saber, que ests tltimos deben su posicion, no Como oponnment ba cero Golder dietendtacon ea seus ces hil y no be Somer desing aon oe ala Is posi ae ne ao pes Bsn em ae soe Coo sano ‘ala Jeeta create ncsingamenss ort geal fs ee ie finn ieronen om uc pollen ets: To partipans aaor ext ‘ce polit oe soem opanznins: pro, easiness {iis Ls dnc aon a tere aponsonaset donde estas rice ‘noinn ecimr yrecatan 8 spoyen yen po seme gn we has Golder U9) p 3 22 Zona amtonra 5960 (1982) tn proces de desinacin y promocion burosritc, sino 2 su propio oder, ya sean Ia Bases de ete scondmias, polices, Inlltares 0 dot tipo La segunda cuestion que se sus tabi drive del ee de In cle de servicio como sna case dsiniva Ge empledos {Los imentos que hasta ahora hemos resizado por carateriar inclase de seri se han spoyado sobre todo en cumpsraciones tte ls stuactnes de taba ¥ de mereado de fos profsion nals, adminisradores y diets y la de los obrerosaalarne des doa pe. Sin embarg, ahora se nos present et problema dela positon de oes props de empleados, bastante nimero sos, que pueden ieatfiarse en las sociedades moderate ésposl fens» dependienes,tencos,eneargndon os tipos de persona de soperistn. La lines dvs entre estar ‘repos Tos nveleinfeiores de a cle de servicio» menudo Bede ser verdaderamente dif de azar en vos particulars, Pero af entendemes que el problema aalitico clave es aqul natralezn det itecambo ue Hone gar en Ia reason de trmpleo de los indiduos que pertenccen a estos grupos, entan- esse vers qu, en mayor pate, dbo strectes fern de Ia slae de servicio, Porque, ubqus anmalmenterenen al me- for ngonoe dels axpecto del estat dl personal que reste fhonoraros, toque eon mis feecueniay exo es lo deco, les falta 3 extorempleados son las cecompensis prospective pi citas en la relacion de servo y que toman la forma de Segui den etatas y de rts econo de promocin. Se ped arate qe lox gropon ccipactonaes del tipo en sueson ons tiuyen los verdaderosgrupassatermedioes en la estructura de clare del capitalise modem, Por un lado se dtnguen de low trbsjadores de a pic, en algunos caro por funcon y ms feucraimente por sus condiciones de empleo, ¥ por oto figuen thereniznowe de ox gros que constyen la case de trv ° Bt rape omerzn mas importante en es sce clea moe spd sre foomado po os deco seats de compels nim lo denen interes eprops no despre sels ye ‘So A ein que mein tr Pons de ool proven de 2 Tapia coo ln leper caps dao” oe ene ‘zona anwerera 5960 (1992) 3 cio al estar soto imperfectamente integrados en las estructura bburecstieas de les organizaciones que los emplean Una vee expuestor los fundamentos sobre los cuales se puede ccomsderar que profesionales, administradores y directives ocu- pan posiciones de clase similares, posiciones que ademés pue- Sen distinguirse de las de otros grands grupos, el siguiente paso pareceria ser especifcar Ios inereses que estén asociados eon esas potciones y, sobre esa base, trata de interpreta la pata Se accidn sociopoitca desplegada por los miembros de la ease {le servicio. Sin embargo, una tess central de este artculo es La {le que, para vincular salisfactoriamente el analisis de ls posi- Cones de elase con la comprension de la aecién colectva, ta de Feconocers a intervencign de una variable eruc {Se formaciin de clase. Estos procesos pueden dividirse en dos tipos principales: primero, los asociados con el grado en el que fas clases acigueren identidad comogrifica —esto es, se hacen identificables como colectividades en virtud de la continuidad ton la que los individuos y la familias rtienen sus posiciones {e clase a lo largo del tiempo—; y segundo, tos asociados con cl grado en e! que las cases adguieren identidad cultural esto s,s hacen identificables en virtud de ls esilos de vida com> partidos distintvas de sus miembros y de sus pautas de aso= jacién prefridas. En lo que se refiere al grado de formacion de in dase de servicio en la actuaidad, una primera consideracion es Ia del olable crecimiento de In misma en todas las sociedades occ- ‘entaes durante las dtimas décadas. Se pueden deducir de las ttadisticas de los centos nacionales las series temporales que fmuestran en detalle la expansi6n proporcional del empleo pro- fesionsl, administrador y-directivo; a modo de somera indica: Con de ia magnitud de este desarrollo, puede decirse que, mien- tras que a principios de siglo los protesionales, administradores J dircetivos supantan el $10 % de la poblacion activa incluso para wm dup wean de or grips interme, wae To 1. Gator (9. pM. aa zona acne» 5910 (1992) en las naciones econdmicamente més avanzadas, en Ia set ‘dad suman para cas todos los pais occidentale ef 20-25 %, ‘Se puede considerar que los cause més inmediatae de esta cexpansin han sido penoradas por las exigencies organizaciona- les de delegar autoridad y de aplicar conocimicnto especalizado {Yexperto, en las que, como se ha dicho, reside la valson d'rre Ge Ia relacion dle servicio. De entre estas causas, se pueden selialar, en primer lugar, ua crecimiento en Ia escala de orgati- zacion ~en el gobierno, los negocios, el bienestar social, eteé- tere— y en el nimero de funcioncs que eta organizacion pretend cubrir; en segundo lugar, el avance constante en Ia tec- rologia que se cmples para ello, y en treet lugar, wn nimenta de la especializacion y de falamada wracionalizaeicne, que ciet- tamente leva consigo de modo caracteristico la pérdia de dis- ‘tecionalidad y autonomia en el trabajo para les empleados de mds bajo nivel y su concentracion en nivoles més altos, en las ‘manos de los profesionales,administradoresy directivos [No obstante, por lo que lo se refiere a la formacién de ts clase de servicio, son las consecuencias y no lat causes de ese acelerado ritmo de expansion Io que reviste mayor importancia; Y patticularmente dos do ellas deben destacarse. Primero, Ia resin en la demanda de profesionales, administradores y dic rectivos, al menos desde la segunda guerra mundial, ha hecho ‘que la fuente de reclutamiento de Ia clase de servicio haya sido notablemente amplia. Los resultadas de los estudios nacionales sobre movilidad social indican de manera regular que elo una ‘minoria —aormalmente entre un cuarto ¥ un tercio— de lor hombres (y mujeres) que aetuaimente oeupan posiciones de cla- se de servicio descienden de padres que también las ocupaban, Bn cts palabras, aungue [a expnsn de dae do sri debe verse ‘emo un resp eaves oanzaionses mi tp, camo ‘ho qo nebo pose pret soamientasconomen, 0 no sehr pds etenresmeemeste coo read dun Sess ante Invi dl atjo tl el weanenta scones por shennan slim gl stomata Gouna fedstbtonsciatal dee podactn, nn sein tecsnamos como fs ssid pon Clik, Fours, Kiznets ‘ie eemana det Sse. i en aay copes on ‘Sonal etal de acre Je sara on Cale sed para es tej eran mds ipertane, de ecines oranocoeles pin, portant dea ectra el poser gona pony de arse So Tscolg snlres damian. oa ante 59160 (1992) us Por ejemplo, dats recientes de Inglaterra, Francia y Sec, en Jos que ee ha aleanzado un grado relavamente alto de compa Tatiilad entre eatogoins de clase, atrojan ia pauta de recat -nento intrgeneraconal e Yarones para posisones de ase de ‘Servi que se rellea en el caadro 1°, Que esta paua procede CSoncilnente dela expansion dela close de servicio —y no de Sn incremento en la igualdad de oportunidades de moviidad nite cases es algo que puede cntimase mediante ulterio- tes ails d los dstow en euestin. Estos revelan que los opr tunis retodvay de acceso ls psicones de clase de servicio para vatones con diferentes origenes de case en realidad cam bia solo igeramente, sf ex que lo hace, de unos bloques de raiment a ots ® A080 tran tat con rociones be cL De {CoMIEZ8 OE La BECADE DE 0 EN FORCENTAVE a yo: 4 eer hoe ¢ Soren i SEE nee = aut ee zm Tecmo Prose eats and aos ses pr snes Sopnies sal eso So Penance mesa evo Sr ei ln eat i eft 91 las {teste antony enh (9). ab 42 [na ee ats Fos eo omnes een de snes 1 preva de ge). Pe sade preacuran ea pénio ol e Retr ton, LascasForneterey ese 204 perf anita Glebe 090). 3 246, ‘Zona aBuexen S160 (1992) En segundo lugar, es importante reconocer que el grado al- ‘anzado por la demanda de personal de clase de servicio ha [provocado, en algunos casos, el recutamiento de un nimero Importante de individuos cuyos niveles de educacion y de cu lifieacion formal resultan sorprendentemente bajos. El caso bri- ‘nico ofrece tal vez fa iustracion més Vamativa de lo que es- {amos dciendo, como lo sugieren los datos del condo 2. Como ‘cabria esperar, es en las posiciones de directivo y de adminis- trador, y'no cn Ja de profesional, donde el grado do evidente ‘subctalificacién» aparece més marcalo. No ebstante, tomados {en conjunio, estos datos siguen indicando de manera sufcion- {emente cata el peligro de intentarearacterizar alos grupos que gu se han tomado eomo constituyentes de Ia clas de servicio en términos esencialmente de edotacioness: este, en términos 4e su posesion distintiva de «capital cultural» o de su «dominio ‘del conocimiento teérico». En realidad, el nivel de educacion ‘de cualfiacin formal dentro de I ease de servicio actual de- beria presentar un grado bastante alto de vaviacion internacio- nal —dependiendo prineipalmente de si se ha producido algun ‘movimiento hacia una provisiGn masiva de ensefanza steciae ria» antes del perfodo de expansion acelerada de ls ocupacio- nes de clase de servicio, 0 s, como en el caso briténica, esto ths sucedido slo cuando esa expansion estaba ya abiertamente Como resultado, pucs, de su amplia base de reclutariento y de los niveles protablemente muy variables de educacion y formacién de sus miembros, puede esperarse que las clases de servicio de las sociedades oocidentalesactules muestren wn gr a ‘{ misma, incluso cuando sus cifras han aumentado, En no me= nor medida que antes, los miembros de Ins clases de servicio fetuales pateverian tener ventajas, en comparacin con It mi- $yotfa de los sectoresrestantes dela poblacié, en términos de los recursos, econsmicas y de otro tipo, de los que pueden dis poner tanto para mantener sus propies posiiones como para ‘sumentar Jas oportunidades de sus hijos. La impresion que por To general fe extrae de los datos rclevantes es la de una clase 7 Vn, por coup, Brwerman (74 , ade xpecticamente, Romany Compton il tambien dea Respuesta 3 Crmpon por pre eee twtr th) 2oNa ante 59160 (1992) 21 que lejos de encontrarse amenazada por ningén tipo de des {omposicon, esté al mismo tiempo expandiéndose y consoidan- dose Finalmente, también deberiamos atadir en conexién con esto ‘que existen diversos indicios de que la erccienteidentidad de- rmogeifica de le clase de servicio tenders en el futuro ait acom- pajads por un desarrollo paralelo en su identidad saciocultara Para empezar, aunque ls orfgenes sociales de los miembros de la clase de servicio son hoy por hoy realmente diversos, haber pocas razones para suponer que exista alguna ba ciol6gica sera para la asimilaci6n sociocultural incluso de aque- Ios que han experimentado una movilidad de largo alcance Asi, mientras que los subtipos con movilidad ascendente ‘de miembros de la clase de servicio presentados en el cuadro 3 Gienen, en general, menos compateros de tiempo libre y otros sibuenos amigos» entre ia else de serviio que los varones que son intesgeneracionalmente estables en esa case, tambien s0- ‘cede que s6lo una pequetisima minoria no iene ning vineu- To de socabiidad con otros miembros de Ia case de servicio de hecho, s6lo el 10 % de los que experimentaron wa movie Tidad directa» y el 20 % de los que experimentaron une rmovilided , Semejante estrategi, desde luego, tiene una larga historia en el caso de muchos grupos profesionales, per actualmente cada vez es més adoptada por adminsteadores y directives, ¥ mis que tomar esto coma un indiio de proletar- ‘zacion —como en las interpretaciones marnstas més fiiles—, por el contratio es més apropiado entenderfo como un intento por prevenir la proletariacidn y por mantener los diferenciales Se clase favorables en remuneraciny en eondiciones de traba- jo, y en general en oportunidades de vida ®. © Fk Pro GM), wp. 0. cheb pp 0,7 pra cso de esti reset, Mice P. Kelly 256 owe anvenr 5960 (1992) Mis an, si, como querrfan tos marsistes, centriramos ta stenciin més espectficamente en la esfera de la produccion, y no en la de la distibucién, todavia resultarfa que la case Je scnico y la clase obrera estén extructuralmente orientadas mu cho mas hacia cl eonflcto que hacia la colaboracidn. Se podsia insistr en que los miembros de estas clases tienen en comin su posicién de empleados,excludos de la propiedad 0 del contro estratégico de los medios de produccién; pero por encima del significado que este hecho pueda tener para la acciin social, ‘debe situarse el de las grandes diferencias que se dan entre sus Stwaciones de trabajo earacteristieas. Ast, podemos arglir que ‘cualquier expectativa —como Ia alimentads por los teorcos de la «nueva clase obrera»— de que grupos de profesionales,tee- blogesy otros cadres puedan encaberae una reedici del syed- fealgme gestionnaire ha de verse frustrada, por tender los inte- teses de este rango de empleados en cucstiones de control = diverger de los de los tabaladores de « pie. Esta en la natura: leza misma de las actividades laborales desempetiadas por los miembros de la clase de servicio el proveer un area de autono- ‘aia y dscrecionalidad: y bien puede haber un interés de clase fen ensanchar esa érea 0, en tas palabras, en reducir el grado ‘8 control ejereida wlesde atrba». Pero todo intento de demo- ‘ratizacién generalizada del lugar de tabajo que pudiera con- ‘cer mayor poder de decision y de eegulacién alos trabajado- ros do a ple no podria por menos que amenazar a los empleados 4e Ia clase de servicio, al implicar un mayor grado de control ‘desde abajo —Io cual cirtemente seria visto, desde su punto 4e vista, como una interferencia legtima en su competencia y su especilizacion profesional, 0 como una limitadéa iegitima de sus prerrogativas administrativas y directivas. Ast como los argumentos meritocrstcos constiturian la base de la resistencia Stree por la cle do sorvcio frente 2 una mayor equidad Sistibatva, asf también eabrfa esperar que fueran los argumen- {G5HD, Awquc el prsete was wo sie oma Ge Pi de oe sas ‘Secesolt se ds por referee =m modo dene eleva no 2 ‘nga en el procs pruning en In dv dl tba (p11) in boro sti desameae so agunesto de quel ended Ie ‘setae enter nna inprtanl deo pesos aioe (sie Goigatad de ce camo fxne de tn cute, onstteye ba eo sein. own anise 59160 (1992) 2st tos tcnoertcs os que normalmente3¢espimieran rete & ‘Shige nto Ge Clear unas rlociones ma galt en la prods. ‘Dead la poscin de los cio de a cava sn, re ctoraneateproolemsico wa elogueestustatl sb el preten- Sido potencal racial de esta cas, ye qe su primera trea fe de ser expla istic con e orden establsio fur parte de unos iniiduos que roconociamente oeupan por ‘hes slave pivlegdas dentro de el. Es mis, 2 fended ates mainte, x0 ees mo plan i na opadeton bisea de interes entre a nueva else wa ‘ue epptat odngene que etarin por encima de ellos. De coo. fs teoios dela enera clases paren separ de me ee fencraizads ls opinion de que el poder aque fs miem- hu Je'coa moc cave estan enstima insta subordinados Sceneuentaacusmente muy dsperso care na varedad © Sie tunloatmentedierencindas Em cose, fs expi- ioe alan que se ven fran avec nen un eaéter ‘Sercninens pocalogata, ya cettan en ahs ad qu et tn muena cae hac agelos que ls sobtepasan per rain te su ighca y ce lesion unis lla, Se podria det, or afaidra, queen estas expcaciones el énfasis 9 mento Rtas mis en fttore nds obvinmenteteaconados con To ue intuoe ce Gene de mie qe cn Toe ee de dase ia or ejemplo, I experiencia que ss mienbresfenen de Srbeial tu sonelgn de siconsitencia de estnse 9 de di Soria clara, Por tanto, el punto ex el qe fs ks Sea enseva lao» se snesran ns dies een sn reid para fandamentradecoadament su expetatia de qe {Faso de esto lac gue eautvado tension sa timontener «generar Por et cntario, el argumento Jose noua dt oneopto de clase de servo que hemos ‘Txstarogo ag seria gue, sungue sxe raiestismo puede 5 1 Vea, or Jomo, ns complocin de Bric Depry ads, ‘entinscores be Poor Berger (09), pp. S24 ey Aaron WHS Gan. Ler wap mle Goce (979), pp. En reid, os (nme en extn nam en be oe un eelen de os ude SEPNar coun y eons po ttle como Bel y Lips pra an x fice os bes pevior de ctosane de ec. Cf fr sho, Da She at cs). 258 ‘zona ater 59160 (1992) tic brotando de manera esporidica, su carencia de toda base Geral “somo la que pda dal su cnaiamieno en r= iciones de clase conflictules— hace muy intprobable que de semboque en uma movilzacién a gran esala wont cl stats (quo. Ineluso una vez que la clase de servicio aleance un nivel superior de formacion, el radicaismo de cualla blanco seguiré siendo minoritario, intermitentey localiza; en realidad, en a medida en que lo que sf reflejan las recientes maniestaciones son, por dectlo asi, las dolores de crecimiento de esta clase, entonces se puede anticipar que, con su coatolidacin, se pro: Adueiré un dective de los impulsos radicals * Por sitio, seria preciso hacer algin comentario sobre un 'sspecto en el que parece darse un cierto grado de convergencia centre el andlisisexpuesto en este artculo y el de los marist 110s tebricos de la «nueva clase: esto es, no aparece ninguna Taz6n por la que habrfamos de suponer que la elase de servicio {enga algin compromiso especial con el capitalism per se. En a medida en que su posicién privilegiada esta establecid ac- twalmente en un orden social capitalist, es diel! ereer que la ase de servicio pueda ofrecer la base para un ataque serio contra ese orden. Pero si, como resultado del foncionamiento 0 dl mal funcionamiento— de la ceonomia capitalists, 50 posicién privieginda se viera abiertamente amenazacn, enion= ‘es sea lgicosuponer que la clase de servicio se mostrata ins preocupada por conservar esta posicién que aquela economia, Alin yal cabo, fos intereses de los empleados buraeriticns no tienen ninguna eonexién intrnseca con la instituiones de propiedad privada en la produccién o con el sistema de libre mercado —como de hecho ya fue sefalado con cierta alarms por Ios comentaristas conservadores en los tiempos en que Ia ‘uperioridad gumérica de estos emploados sobre los profesions- Key hombres de nego independents Se hizo por primera vez manifesta ™, > Fao apr i fem pr dl aaa as si mn ce tp ambcse™gu dens tgs iro cats SPM es ae doc ie noe Sm por seo ian ay cs y Anu Mee 094), (1952). a oa aster 59/60 (1992) 29 Ast, coma en los tims as el funcionamiento de las exo- nomias capitalists oocidentales evidentomente se ha detero (0, se a despertado ua gran interés por ver Is respuesta de los profesionales, administradores dtectivos ante las amenazas ‘que se ciernen sobre ellos en Ia forma de desempleo y, de modo Inés extendido, de subempleo y de reduecion de las oportunk {dades de promecién. Part un cierto nimero de autores, en Ia Tinea tanto det andlisis marssta como de la teorte de ta cnueva clases, el final de! largo boom del perfodo posterior a Ia segun- {da guerra mundial es la sefal evidente para la emergencia de las condiciones objetivas bao las cuales es posible entrever con sss fundamento que nenea una radializacion de ls empleados ‘ecuello blanco de nivel alto. Sin embargo, pueden shalarse ‘vatins razones para el escepticimo a este respecio, en conso~ rancia con el afgumento general que ya hemos adelantado so- bre el conservadurismo esencial de la clase de servicio En primer lugar. aungue no hay duda de que han sumenta- ‘do las amenaras sobre ln seguridad y la perspectivas de mejor ‘de los miembros do Te clase de servicio, y bien pudieran seguir umentando, de ello no se éesprende autométieamente que e535 difcltades vayan a ser interpeetadas de tal modo que eonduz- ‘can a la contestacion politica Por encima de cualquier otra ‘ora, debomas toner presente que, en tiempos de retroceso exo- rnomico, las desigualdades de clase bien pueden arapliarse: Ia incidencia det desempleo muestra una fuerte orientaién de eae se, sindo naturaimente mucho ms severa entre ls trabajado- ‘2 slaados mana logue a su we reduce en tminas ‘generals su poder de negociaciGn. Por tanto, la tendencia a que “desde la clase de servicio un proceso de recesion y de deflacién se vee como algo ecandmicamente —o polticamente— inevita- ble, puede verse referzada por Ia probabilidad de que Ia post cidn relative de sus miembros en fa lucha dstributiva se man- Tenge o incluso mejore, En segundo lugar, si es que ha de aber ‘lain tipo de contestaciGn politica seria, no es de ningtin modo Seguro que est contesiacion retina a la case de servicio con Vee, gor cea, Gooner (109), gp. G70 y Horingon (197, pss Pra unos estado cos nro, se Charis Dea (197). 20 ona aovenrA. S960 (1992) ‘otros grupos de enipleados en alguna forma de movimento siz- quirdista», Y especialmente si las vontajas relatives de la clase de sorvicio esnneran siendo de algin mode recortadas, podria al menos con el mismo fundamento, que dé hecho lugar una reaccion radical de signo puesto, Vale la pena recordar aqut que en el periodo de entrepuerres el interés Sociol6gico en las anucvas clases medias» vino a concentarse ‘en su propensidn a resist la proletariacién y, en algunos canoe, responder a las amenazas contra su posiiGn de clase y estas prestando su apoyo a intentos auloriatios por apuntalar el oF en capitalist Pusde sugeritse que, en las eircunstanclas actules, la inse- Uslaccin de la clase de servicio es mas fil que sea en realidad provocada por politicas abiertamente neoliberales que, a inten ‘ar reanimar las economias occidentles reforzando la diseiplina 1 Jos incentvos especificamente capitalists, conduzcan de he= ‘ho a le depresién de Ia actividad econdmica y a una fuerte Festriecion del gasiopablico, desde Ia perspectiva del largo pl 20. Pero, incluso ast, resulta dudoso ai eta instistaccion estar ‘ssociada con algtin movimiento sustantivo de la opinion de la clase de servicio a favor del intento de superar Ins actuales die ‘icatades econsmicas con medidas propis dela fequierda —con sus muy poco deseadas consecucncias igualitaristas—~ y tanto mis asi por cuanto que, desde la perspertiva de la cise. de servicio, pueden encontrarse otras opciones politics evidente mente més atractivas. Ea particular, puede uno seilaraqut la vatiedades de comporativismo slibefal» 0 «ncgociado» que han sutpido en el pasado reciente de los intentos marcadamente pra malicos por aleanzar un capitalismo més compreliensivamente sirigido». Bajo estas formas de economia politica, los procesos istibutivos, especialmente lafijacin de las retribuciones, que~ ddan sujetos a un fuerte control politico; y asi, los resultados sistributivos refljan, ms allé del poder del mercado, Ia efec= Lived com ln que fos intereses coletvos recon una represen ‘acidn organizada. Sin embargo, como ya dijimos antes, no es probable que un clase de servicio cada vex mis estable y so- ‘ialmente homogénea se encuentre en desventaja a este respec. fo. ¥ es mas, es en ls insttuciones y procedimientos corpora Aivstas donde puede esperar aleanzar'un asentamiento au més firme de los prineipios meritoratics y tecnocréticas mediante NA ast 59460 (1982) 261 Jos que fntenta proporcionar a su posii6n privilegiada tna base racional y moral REFERENCIAS lh, D. comp.) (1958), «The new lass: a muddled concep, en B= e-Brigs (comp), 197 Belcll P63), Une now clase our, Pas Berger, BL (1909), The worldview of the nw cls sce and its "davon en Brace Briggs, 197. 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