La llegada de la religin catlica a Italia surge con la conversin de Constantino
Emperador de los romanos, desde su proclamacin surgieron muchos cambios en cuanto a la religin. Es as como la religin avanza y se consolida como una identidad con poder social y poltico. Surgen Los principados eclesisticos los cuales se fundan en las antiguas instituciones religiosas. Son los nicos que poseen estados sin estar obligados a defenderlos, y tienen sbditos sin tomarse el trabajo de gobernarlos, son los nicos cuyas tierras se respetan. Incluso La iglesia lleg a obtener mucho poder, ya que antes de Alejandro VI las potencias italianas concedan escaso inters al poder del Papa. Para someterlo se servan de los nobles romanos (urbinos y Colonna) los cuales se encargaban de mantener al pontificado dbil y sin fuerza. Ms adelante Alejandro, llego a deshacerse de sus enemigos. Aparece el papa Sixto IV que a causa de la brevedad de su reinado no le fue posible combatir una de las dos facciones que eran los urbinos y colonias ya que estas estaban en continuas discusiones. Todo esto haca que las fuerzas temporales del Papa tuvieran escaso crdito en Italia. nicamente la llegada de Alejandro VI al pontificado mostr hasta qu punto un papa poda ampliar su poder aumentando los dominios de la iglesia. Ms tarde lo sucedi el papa Julio, quien, con una Iglesia engrandecida y duea de toda la romana, Fue ms all del mismo Alejandro VI ya que pens ganarse Bolonia y reducir a Venecia, as como expulsar a los franceses, cosas que consigui aumentando grandemente el poder de la Iglesia. Dej las facciones urbinos y Colonnas en el mismo estado en que las encontr., y aunque ambas tuvieron jefes capaces de rebelarse, se quedaron quietas por dos razones: primero, por la grandeza de la Iglesia, que los atemorizaba, y despus, por carecer de cardenales que perteneciesen a sus partidos, origen siempre de discordia entre ellos. Por lo cual cabe decir que las disputas entre los nobles son originadas por la ambicin de sus superiores. Lleg, pues, Su Santidad del papa Len con una Iglesia potente en la cual se esper as como aqullos la hicieran grande por las armas, ste la hiciera an ms poderosa y venerable en el sentido espiritual.