"El mbar no es lo que dicen. Su origen, todo un misterio: un rayo de sol furtivo entre la Tierra y el Cielo"
En la cuna de los tiempos,
un rayo de sol fulgente, laminado y transparente, qued atrapado en el suelo. Vino la noche estrellada y muy sensual, dej un beso sobre el espejo amarillo, que se volvi terciopelo. El canto de los delfines, puso grietas y destellos a la alfombra de mbar puro, fruto de tierra y de cielo. Cuando el sol volvi a la puerta del horizonte entreabierto, busc afanoso aquel rayo, esperando conocerlo. Pero la alfombra luciente como cristal encubierto, inmvil como una charca rebelde, guard silencio. Tras la partida del sol, cobr vida, y como un velo, se escabull para siempre por una grieta del suelo.