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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO José Narro Robles * Rector Eduardo Bérzana Garcia Secretario General Leopoldo Silva Gutiérrez * Secretario Adminis Luis Ratll Gonzalez Pérez * Abogado General Javier Martinez Ramirez * Di yFe FACULTAD DE CIENCIAS POLATICAS ¥ SOCIALES Fernando Castateda Sabido * Director Claudia Bodek Stavenhagen Secretaria General José Luis Castalin Zurita + Secretario Administrative ‘Ma. Eugenia Campos Cézares + Jefa del Departamento de Publicaciones CENTRO DE ESTUDIOS POLITICOS Martha Singer Soche Coordinadora Horizontes de Interpretacién La Hermenéutica y las Ciencias Humanas TOMOIL Rosa Maria Lince Campillo Julio Amador Bech Coordinadores UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO México, 2013 CETLALY AGUILAR CAMPOS, Web AVILA Rubio, Mario, Altazor, Sistema de Bibliotecas. Cap\ tualibrowLiteratura/ Alla Exp. triunfo fune_poettm, Noviembre 2008, Grupo Editorial Expansién, Revista Quo en http:/vww.gee.com.mx! fichas2.asp?id=15. Septiembre 2009. INTERPRETACIONES DEL SABER ECUESTRE, RENACENTISTA' Julio Bracho incluso de historia a historia, hay méltiples puntos en les. La determinacién de una otredad te como propio. Asf se pretende como tinico ¢ intransf para no tener que verse en el papel del otto y procurar rechazo de la experiencia de ‘humana, como cuando se llega a subordinar o sobajar sin miramientos al projimo, al extrafo, al extranjero confirméndolos como otros. Pero ante un caballo se esté ante un verdadero otro, de otra naturaleza, con- figurado con reglas intraducibles al sentido humano, del lenguaje de la tica o del poder, del amor o de! odio, a pesar de que, por supuesto, ese sea nuestro bagaje de sentido con el que se le interprete Hay formas conductuales bésicas que los hombres compar- ten con otros muchos animales, pero ante la sutiltarea de modificar cl comportamiento de un animal determinado, de acuerdo a un patrén especifico que se procura formular, imponer y teproducit, ante el adies- tramiento de un animal ya se esté en un juego mucho més com en sus determinaciones. No obstante sera un objeto, un ser en el se repliquen en cierta forma las relaciones que los hombres hist6ricos crean entre ellos, de violencia 0 de queren: n 0 de juego, de representacién y desplante, de asistencia 0 io en el Ambito de la creacién de su propio ser, el conductual y el social, En donde las formas de conducta parten de la naturaleza del caballo adecuadas por mecanismos que logran fijar respuestas, inducir Para interpretar la remos que se formulan logicas diversas, cortespondientes a mentalids- ricas determinadas. Lejos de atribuir una naturaleza comtin a los que se modifica por el por las formas por las que se les i avidn de caraeteres especificas de diversos equinos para luego lenarlos y elaborar una conducta gracias al trtado qh imagen en busca de sign de ahi derivar caracteres y sus despl Pero mas que una log fntomas que desvelan la. Es una légica que primero res del pelo, ve sus formas para Y¥ que revelan el paso hi 6m, en este caso hipoct Jo que da cuenta del repeticiones y semejanzas maneras de asociar lo acaecido con lo que se presenta, que hubiera gozado en sus origenes de algtin caso asenta- que lo determinara. Se formula y reproduce en la licada a través de los textos hipoc teres y humores humanos segtn el vinculo con elementos dominantes y ‘esenciales, como lo eran la tierra, el agua, el fuego o el aire, alos cua- les, en este caso, Corrientes de it de una €poca a las conductas, jus 08, Maestros y escuelas de doma en impri- ‘migndoles su propio carécter y experiencia, sistematizando sus propias adas y propi- cias para adiestrar al di Como para todo arte se conforma: rn escuelas y academias, y adquiriran el matiz de ¥y nacionales, asf como también habré la tendencia al di ‘competencia internacional. Los matices en las escuelas y téenicas esta: +n representados por sus intérpretes y divulgadores desde los diversos cescenarios institucionales propios de una época y sus formas sociales y politicas. Ya en el Renacimiento podemos percibir al halo del mecenas ‘us interpretaciones, al per 45 JULIO BRACHO CARPIZ0 * sobre de form slo donde siempre la endo el binomio que conforma la doma ecuestre. ‘Aun cuando localizar los antecedentes discursivos Ge la doma jslumbrar y ver posiblemente superada por el genio de Je- su texto ya se considera por él mismo como una segunda iplemento de algunas de sus ideas y una nucva ex- ccascos, lo ancho del pecho o las caderas, Jeno- elementos que cobrarén una importancia cre- raseras pueden ser recogidas bajo el vientre, ya que, en su visién, esto 4 mas terrorfica y para recoger algo del suelo. Tenemos asf no s6lo el recurso a Ia anato- ‘mia comparada, sino el ir al estudio de los movimientos corporales, sus desplazamientos y estrategias para intentar comprender las formas y cconductas que debe de tener el caballo para enaltecer su desemperio @ también dard cuenta ya de una divisién del trabajo 4 los caballos y que, desgraciadamente para nosotros, 10 rac 246 yy adecuado para i {quienes por tener bienes rads tiempo a cuidar de esto cen general, en lo ferencia, encabalga hijo para que aprenda un ‘estipularé por escrito lo que et Se debe asf de elaborar un claro contrato de arendamiento (y no deja de ser sugerente que en castellano coincidan los téminos de tomar a renta 1 meter en rienda). Jenofonte, en lo referente ala doma, sefiala puntos esenciales lo que atiade todo acostumbrar al potro a todo cuanto le da extrafieza y pavor Pero para conocer un potro es necesario fijarse en detalles cesenciales de su conducta e interpretarlas: la manera de aceptar Ia em- bocadura o su reaccién cuando lo montan; las formas en que su quijada acepta el freno y la maniobrabilidad que resulta de esto u otros moti- vos. Sobre las formas y posibilidades de que recurriendo a caballo acepte 0 no obedecer, Jenofonte aconseja el determi por la experiencia. Pues un caballo desobediente no s6lo es {que lo equipara a la figura del traidor. Esto es, incluso el ejercicio de la debe someterse al fin de obtener Ia obediencia, yes s6lo la ex- _manejo de riendas 0 los estimulos lo que lleva a una eficiente respuesta, cn la conducta del caballo. Para Jenofonte, las aptitudes del caballo para saltar fosos 0 _marchar por cuestas y pendientes se han de comprobar, dado que estos ejercicios garantizan un brio constante y ante esto Ia experiencia es de- terminante, Lo que le lleva a definir uno de los propésitos esenciales de donde el duefio lo lleve a su casa y lo vea a memudo para ganér- jar de su cuerpo y lograr saber qué necesita, pues, como en el, hombre, un desvfo 0 una enfermedad es més fécil de curar justo cuando aparece que después de que se encona. De ahf que prescribe una vigilan. cia continua de su alimento o de sus achaques y un cuidado de su cuerpo con ejercicios para mantener su vigor. La homologacién del caballo y el hombre llega a ser todavia més intima, pues “las mismas cosas que toman suaves las cares del hombre toman suaves la boca del caballo” * 'Yno cs gratuito que haga referencia precisa y espectfica a la suavidad de ¥ el juego de movimientos correspondientes entre el jinete, las riendas ¥y su corcel; de tal manera que se equipara todo aquello que relaja a un hombre con lo que lo hace a un caballo, como son determinados ejerci- cios. ¥ es a partir de esta reflexién que compara y evaléa, que equipara diferencia las acttudes y respuestas corporales a diversas acciones entre 248 INTERPRETACIONES DEL SABER ECUESTRE RENACENTISTA hombres y caballos, entre sus cuerpos y reacciones que constitu experiencia tal que, entonces, permite decidir sobre lo adecuado para la * En la presentacién de su texto, Juan Suarez justifica ante su Majestad su cobra como necesaria para la fortaleza y seguridad de sus reinos por ser ante esto, hay que entender que en el fondo del asombro ante los caballos, Jo que a los mesoamericanos les parecfa fuera del ser del hombre era el dominio que podfan desplegar los Cibolos, berrendos o venados podrian llegar a tener muchas semejanzas con los equinos. Lo asombroso era que los pudieran manejar, somneterlos 1 su voluntad y ponerlos a su servicio. De la YY pues el cal deje de most yel valor de los hombres y bajos, con la fuerza y el valor de este animal se hacen cada dia grandes y muy ilstres** la ensefianza de los caballos que se puede pero ya lo hace bajo la clara influ 1a reconoce como arte de a brida, Ge formas merpreativas del set ‘manera que emprenders la misma descrip depositados sobre ellos. Asf, para él: ign dels tradicones Primeramente a calidad del caballo depende de los cuatro elementos y el {que mis participa de estos elementos tiene mas conformidad: as{ como si toma de la terra més que de los otros, seré melancslico, pesado, vil, erre- fuerte, y si més del agua, seré flemético, perez0soy dejativo, y simis el aire serdsangusneo, dg, alegre y de templado movimiento. Y si més det fuego, sera colérico, ardiente y muy ligero: mas cuando participa de cada elemento por igual, ser este de tal perfecto y muy bien acondicionado * A renglén seguido tomaré los colores del pelaje como registro de signos ‘esenciales para defini las cualidades de los caballos, lo que lo lleva a aseveraciones como “el calzado de la mano de la rienda no es sefial de ‘mucha estima”; “el calzado del pie derecho... gudrdese todo caballero de hallarse en él en batallas, porque suelen ser soberbios y desdicha- calzado del pie de cabalgar, es sefial de estima, porque tales ‘el caballo, son ligeros por la mayor parte y de buen dani mec, México, Espasa Calpe, 1945, 9.58. llama también ss son muy fi caballos algunas de sus partes, como la lengua, a manera de defensa.* En otro apartado abordard “de e¢mo se ha de domar un potro y hacerlo caballo” a base de lecciones y no preci por cansarlo, Para lec- Ja de echarle la silla prescribe no apr! ‘ojos, més propia de la cetrerfa, Segui ‘un caballo le era todo el ser posible que era el fundamento principal para ser ensefiado.” Pe lo en las orejas y cabeza y se le lan por bueno tornar un vasijo de npo que acomete aque! vicio le dan com ella en la 2st JULIO BRACHO CARPIZO wuiebran y de aquel golpe y agua que se le mete en Ya en el principio de la tradici vue, escudero del rey, en Le Cavalerice Franois hace un com: el saber y de las maneras sociales que se despliegan en torno Jos, as formas cortesanas que escuderos, pajes y caballerangos guir para asistir a los caballeros y sus coreeles. Dieta que las ‘comunes de los mas grandes principes y seiores deben de reinar ‘recomendacién y autoridad entre sus domésticos que su ejem: ‘er una clara escuela de virtud.* Debe de haber una dedicacién ‘al amo. Su imitaciOn es acaso la regla de oro..De tal manera que puede incluso estar revestido de algiin viejo hébito de su amo ido a su vez por varios pajes que son conmovidos timidamente “Y Jo que se remarca con mayor placer es la imitacién 105 gestos, palabras y acentos, por medio de los cuales se juzga magina alguna vez, que nada se percibe de més semejante que de su Sefior y la suya”* ¥ es bajo ese sentido de apariencias ‘geras, nos relata De la Broue, que se construye para el escudero v0 como vocacién, que incluso puede llegar a ser un supl ‘to, en el que se ven mori sus gentes pobres y estropeadas. Pero fulo de escudero conjunta la afeccién a ese arte para llegar a la con amoral amo por sobre todas las cosas. ‘De tal manera que resalta una imbricacién entre la fidelidad y Ia al oficio como forma esencial de construir el sentido soci cencubierto después ser llamado tras e! suplicio abierto que era el nel trabajo, Pero aqui lejos de preciar el trabajo en sio el salario, ¢ sigue es la tradicién gremial por el oficio y, ala manera de las zs 0 constituciones gremiales, tenemos una detallada descrip- los deberes del escudero y los mltiples artefactos que debe tener cen cada una de las diferentes situaciones de cabalgata, caza, cor- neo o guerra en las que se ve involucrado el caballero. Fidclidad (NTERPRETACIONES DEL SAIER ECUESTRE RENACENTISTA y servicio para representar su papel que lo asemeja al caballero. Pero es cel escudero quien co {que tiene que ver con su equipaje o indumentaria, Yes tanto en sus deberes éticos para con el seffor, como en fos cuidados ue tiene que desplegar para educara los pajes de acuerdo a las maneras y ‘buenos modales de servidumbre, donde se pone el acento. Se despliegan asi maneras configuradas en una jerarquia social en donde la relacién con cl caballo es baremo para medir y apreciar las maneras y cuidados con la persona del caballero: vvuelva més curioso del ‘me parece, de procurar el cuidado principal ‘le sf como en el aspecto habré un inteream- bio de maneras y visiones, de gestos y respuestas, de acoplamientos entre los hombres y sus caballos, del cuidado del uno al cuidado del otro para se en los términos de una representacién debida. De tal manera ue “el caballero digno de su profesién debe de ser de disponerse y seomodarse propiamente tanto en 1623 se publica en texto paralelo en francés y alemn, Le nal, de Antoine de Pluvinel, primer escudero del rey fran 1 donde en un didlogo directo con el rey el escudero le explica el perfecto entendimiento de la equitacién, pues a éste ya no slo le interesa estar informado cual rey, sino quiere aprender su ciencia y us0s, de quien considera un hombre como ninguno. Para lo cual no deja de ser indicativo de la mentalidad epocal el que comienza acién exponiendo lo referente a la vesti- jura empieza en el vestir. Aunque ic terreno de las virtudes: sern ari al caballero perfecto; una en cl terreno del despliegue del cuerpo, otra en el de la mente. Ses Presets Premier »mbre Bonnitte, regalado por De la Broue como imposible d 0 los pilares. Los tépicos que conforman la doma ples, resetlaran desde la posicién que debe adoptar el jinete alos tomeos medievales que todavia entraban en los usos ecuestres -mpos en los que se rompian Janzas caballeto contra cabal cen cada uno de estos textos fundadores del arte de la eq} principe o noble |. gracias a su vinculo esencial con la guerra, ‘como propicio para subir en la categorfa social, como para tar justo a la nobleza a la que se le sirve. Vemos las necesarias justi- ficaciones de los discursos tanto para denotar respeto a quien se dirigen 's populares de donde provienen y piiblico como arte de exhibicién, de movimiento en escena, suestre, Interpretaciones arraigadas en usos ps idad que no deja de fluir en su indeterminaci -omo arte, ni como ciencia conductual, ni como técnica, us propios lenguajes y desplantes, aunque de todo participa. ‘Aun cuando en cada uno de estos terrenos se irdn generando formas de interpretacién y construccién de sentido conductual que devendrén cescuelas dle doma para diversas tareas Amoi: Pinel, The Manis Ry Lond 199.09 260 SABER E RE RENACENTISTA DAUZAT, Albert et Paris, Larousse, 1971 GONZALEZ Obregén, Luis, Méxi pasa Calpe, 1945. GRISONE, Federico, ORDINI DI CAVALCARE, ET MODI KANTOROWICZ, Emst, Oew LOCH, Sylvia, Dressage. The Art of ‘Trafalgar Square Publishing, 2001

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