Está en la página 1de 18

ACTOS DE HABLA INDIRECTOS EN LA COTIDIANIDAD: ASUNTO DE OSTENSIÓN

E INFERENCIA
Por: Danis E. Ruíz Toro1

RESUMEN
En el siguiente texto se realiza una observación de los actos de habla indirectos que menciona
Searle desde la óptica de la teoría de La Relevancia Propuesta por Sperber y Wilson (1986).
No se trata de una mezcla de las teorías, pues hay conciencia de que son dos maneras distintas
de abordar el uso de la lengua.

Más bien, lo que se intenta es dar respuesta a un interrogante que Escandel (2003) retoma se
Searle ¿Cómo le es posible a un emisor decir una cosa y querer significar un acto diferente y
cómo el destinatario entiende ese acto de habla cuando la oración que escucha no lo significa?
Para lo cual, se toma como base la teoría de La Relevancia en lo que refiere a la ostensión y la
inferencia como actividades que desempeñan el emisor y en destinatario en la emisión e
interpretación de enunciados, en este caso de aquellos que comunican actos de habla
indirectos.

TÉRMINOS CLAVES

Comunicación Ostensivo- inferencial, Actos de Habla indirectos, destinatario, emisor,


intención informativa, intención comunicativa

1
Profesional en Lingüística y Literatura, Candidato a Magister en Lingüística de la Universidad Nacional de
Colombia, miembro del grupo de investigación Texcultura. E- mail: danisicfes2007@hotmail.com

1
INTRODUCCION

La vida de los seres humanos transcurre en un eterno ciclo de acciones, nacer respirar,
observar, caminar, comer, etc. las cuales se llevan a cabo como cosas comunes sin nada más
que la trascendencia de la normalidad, del hacer parte de un universo complejo que los obliga
a estar ejecutando y participando en eventos. Por ello se diría que para los humanos vivir es
actuar, es hacer cosas como resultado de su interacción con el mundo que le rodea.

En ese conjunto de quehaceres, sin negar la importancia de las demás, la acción de comunicar
es una de las más trascendentes, pues a través de ella se intercambian informaciones con
otros y se les da vida a las representaciones y conocimientos que se tienen de los objetos y
fenómenos del mundo. Además ésta, actúa como una herramienta para la realización de otros
eventos que no son netamente físicos, sino cognitivos: interrogar, informar, declarar, ordenar,
reprochar, afirmar.

Ahora bien, lo anterior no quiere decir que los humanos sólo se comuniquen con el lenguaje
verbal, se sabe que se pueden comunicar con señas, con la ejecución de un dibujo, con gestos
y con otras cosas más que no son relevantes mencionar aquí. Sin embargo, no se debe
desconocer que el uso de la lengua (oral o escrita) es el medio que con más frecuencia los
humanos escenifican para interactuar con otros, intentar que alguien ejecute actos, que se
entere de algo o que espere que quien habla realice una acción en un futuro.

Así entonces, comunicar es también actuar, es vivir para llevar a cabo acciones con el
ejercicio de la palabra. En tal actuación no solo se expresan cosas, también se hacen cambios
en el estado del mundo inmediato en que se encuentran los que interactúan.

Para esos cambios, los interactuantes (emisor y destinatario) como personas reales que en
virtud de sus conocimientos emiten e interpretan enunciados cuentan con un amplio
repertorio de opciones lingüísticas ofrecidas por su lengua materna. Con las cuales, por una
parte, pueden ejecutar actos de habla directos en los que hay concordancia entre la forma
lingüística del enunciado que se escoge y la fuerza ilocutiva o significación que la persona

2
quiere expresar. Searle (citado por Escandell, 2003: 63) Por otra parte; también pueden
realizar actos de habla indirectos, en los que no concuerda la forma lingüística del enunciado
con la significación que el hablante quería construir. Dicho de otra manera sería, no hay
concordancia entre lo que se expresa con lo que se quiere comunicar en determinado
momento (Escandell, 2003:70)

No quiere decir lo anterior, que quienes ejecutan actos indirectos, se hayan expresado mal o
se hayan equivocado en la elección de cierta opción lingüística. Más bien, la inconcordancia
entre forma lingüística y significación del hablante, nos dice dos cosas, primero, que no son
las expresiones lingüísticas las que significan el universo, sino las personas que las usan.
Segundo, que en la comunicación cotidiana, se llevan a cabo actos de habla indirectos, que
como Lozano, Peña – Marín y Abril (1996) afirman: su valor de significación no depende de
las características sintáctico–semánticas del enunciado como signo lingüístico, sino de la
intención comunicativa del hablante en relación con el contexto (P.220).

Aclarado lo anterior, digamos que a los enunciados que comportan actos de habla indirectos
es que se hará referencia en este texto, pues la comunicación cotidiana está plagada de ellos y
quienes interactúan con ellos, pese a la no concordancia mencionada, la mayoría de los casos
se entienden permitiendo con ello, que el acto de comunicar como una acción más de la vida
cotidiana, sea eficaz y productiva.

Esta eficacia que se presume aceptada en este texto, lleva al interrogante que se plantea Searle
(1975) el cual se retomará de la siguiente manera: Si como afirma Lozano et al. (1996) un
acto de habla indirecto aparece cuando el enunciado parece tener cierta fuerza ilocucionaria
pero de hecho tiene otra distinta (P. 207) entonces ¿Cómo le es posible a un emisor decir una
cosa y querer significar un acto diferente y cómo el destinatario entiende ese acto de habla
cuando la oración que escucha no lo significa?.”

Para dar una posible respuesta a este interrogante, se toma como base la teoría de La
relevancia propuesta por Sperber & Wilson (1986) en lo que refiere a la ostensión y la
inferencia como actividades que desempeñan el emisor y en destinatario en la emisión e

3
interpretación de enunciados, en este caso de aquellos que comunican actos de habla
indirectos.

Cabe anotar que en el texto se hace alusión a autores como John Searle, Lozano, Peña –
Marín y Abril, pero ésta no se hace con el fin de combinar sus opiniones con la teoría de la
Relevancia, sino que se alude a ellos con el propósito de señalar cómo entienden el fenómeno
de los actos indirectos y qué problemas les plantea éste.

La forma como se organiza el texto está dada por los siguientes subtemas:
1. El enunciado como estimulo ostensivo
2. El destinatario: de la inferencia y la relevancia
3. Conclusiones

En el primero, se explica como el emisor utiliza enunciados en los que expresa una cosa para
significar otra, con el propósito de crear un estímulo ostensivo que provoque un proceso de
interpretación por parte del destinatario. En el segundo, se presentan algunas ideas acerca de
cómo el destinatario realiza el proceso de inferencia a partir de una selección y ampliación del
contexto que le permite interpretar el estímulo que expresa el emisor. Por último, en la
conclusión, se señalan los aprendizajes alcanzados con el análisis de ciertos datos y se aclaran
que tales aprendizajes, antes que puntos de llegada son puntos de partida para investigaciones
más concienzudas sobre el tema.

4
EL ENUNCIADO COMO ESTIMULO OSTENSIVO

En la introducción quedó clara la pregunta acerca de cómo una persona dice una cosa para
significar otra y cómo el destinatario de tal emisión podía comprender el acto de habla
indirecto comunicado, si el enunciado que escuchaba literalmente significaba algo distinto.
De aquí en adelante se intentará darle respuesta a este cuestionamiento y para ejemplificar las
posibles explicaciones se tendrán como datos de análisis los siguientes enunciados:
“Edgardo hace frío”
“es tarde ya”
“Huele a gas”
“Hay que lavar el enfriador”
“Amor hoy es viernes, en el nuevo restaurante la comida es sabrosa”
“Un baño sin vaciar, deja mucho que desear”
“El comportamiento es el espejo donde cada quien mira su imagen”

Cuando en la comunicación cotidiana se usan enunciados con la intención de significar algo


diferente, el asunto va más allá de la simple codificación/ decodificación de mensajes, se
busca la interpretación para descubrir el sentido que el hablante quiso transmitir y llevar la
comunicación a términos de felicidad, donde el destinatario pueda concluir: “A quiso decir X
cuando emitió Y”.

Sin embargo, el alcance de tal felicidad no se da de manera sencilla, se necesita un proceso


complejo que involucra tanto al emisor como al destinatario y el entorno en el que estos
interactúan. Éste es denominado por Sperber y Wilson (1986) proceso de comunicación
ostensivo- inferencial, consistente en la producción de un estímulo por parte de un emisor
que hace mutuamente manifiesto para sí mismo y para el oyente que mediante dicho estímulo,
él tiene la intención de hacer manifiesto un conjunto de supuestos (P. 195).

En dicho proceso, la ostensión la realiza quien cumple el rol de emisor, para lo cual parte de
dos premisas cognitivas: primera, tiene la idea que su destinatario identificará el sentido que
él está construyendo en relación con el código que comparten y con el entorno en que ambos
se encuentran, es decir, cuando alguien se comunica, tiene en mente la representación que

5
tanto la expresiones que emite, como los supuestos que el activa con su emisión, son
manifiestos a todos los participantes en la comunicación. Segunda, la idea que con las
opciones lingüísticas o extralingüísticas que elige, proporcionan a su destinatario evidencia de
los pensamientos y supuestos que posee en relación con su entorno físico.

Así entonces, tanto las acciones de carácter lingüístico (afirmar, preguntar, declarar o
prometer algo, cuando no es eso lo que se quiere significar) como las de carácter
extralingüístico (señalar algo, moverse de determinada manera o hacer ciertos gestos faciales)
pueden ser un caso de ostensión del emisor, pero él escoge la que considera más adecuada
para hacer manifiestos determinados supuestos, esto es, representaciones del mundo real, y
provocar cambios en el entorno cognitivo de su destinatario.

Tales supuestos se le han hecho manifiestos primeramente a él, lo cual se debe a la existencia
de estímulos y fenómenos tanto externos como internos, que se le han vuelto relevantes
porque le afectan a sí mismo y modifican su entorno cognitivo, de tal forma que activa
representaciones que conceptualizan el mundo en ese momento.

En el caso de los datos que se anotaron al principio de este apartado, los supuestos parten de
la influencia de fenómenos que ocurrieron en el entorno y estados propios del emisor o de los
objetos existentes en el entorno, expliquemos: En “Edgardo hace frío” y “Huele a gas” los
fenómenos hacer frío y oler a gas son manifiestos a quien emite estas expresiones y como
estímulos activan básicamente los siguientes los supuestos:

En el primero, me incomoda esta temperatura, sería mejor subir un poco la temperatura,


quiero que Edgardo apague el aire. En el segundo, emitido en una casa donde se hallan dos
personas los supuestos podrían ser: me incomoda ese olor, sería bueno revisar de donde
expele el olor a gas, alguien debe revisar la llave del gas.

De igual manera, en “Hay que lavar el enfriador” y en “Un baño sin vaciar, deja mucho que
desear” el estado “de suciedad” en que se encuentran los objetos mencionados es un estímulo
cuya relevancia se mide por los supuestos que activa sin mucho procesamiento, estos son:

6
a) el enfriador está sucio, no es recomendable tenerlo de esa forma, alguien debe lavarlo. b)
el baño está sucio, no está vaciado, su suciedad denota el desorden de sus usuarios, los
usuarios deben vaciarlo.

También en “Amor hoy es viernes, en el nuevo restaurante la comida es sabrosa” y “El


comportamiento es el espejo donde cada quien mira su imagen” los atributos de la comida y
del comportamiento, estimulan el procesamiento optimo de algunos supuestos que a su vez
refuerzan otros, veamos:
a) la comida es sabrosa, no conocemos el nuevo restaurante, sería bueno probar esa comida
y conocer el nuevo restaurante, estos supuestos podrían reforzar este otro, el viernes es un
buen día para salir, y visitar el nuevo restaurante sería un buen plan. b) un espejo refleja la
imagen de quien se mira en él, el comportamiento es un espejo, el comportamiento refleja la
imagen, esto reforzaría otro supuesto es mejor comportarse bien antes que mal para reflejarse
mejor.

Claro está, estos no son los únicos supuestos que se activarían, ellos variarían de acuerdo a la
capacidad cognitiva de la persona en relación con el entorno físico en que se encuentre. Sin
embargo, tanto estos que se han anotado aquí como actividad introspectiva del autor, como
los que no se han concebido, por el simple hecho de ser perceptibles, pueden asumirse como
supuestos que se relacionan con los fenómenos que como estímulos han sido relevantes
porque afectan el entorno cognitivo de los emisores de dichos enunciados. Al respecto
Sperber y Wilson afirman: “un individuo posee supuestos que son manifiestos para él y otros
que aún no ha concebido también lo son, pues algo puede ser manifiesto por el simple hecho
de ser perceptible” (P. 56)
Ahora bien, lo interesante no es que al emisor se le hagan manifiestos unos supuestos como
resultado del estímulo que generan ciertos fenómenos, porque esto es el punto de partida para
que quien ha recibido el estímulo procese internamente la información que tiene y seleccione
la forma de simbolizarla. Más bien, lo interesante sería que dicha simbolización hiciera
manifiestos esos mismos supuestos al destinatario del acto comunicativo; es decir que el
enunciado que se utilice, actúe como estimulo ostensivo para la ejecución de un proceso de
inferencia y relevancia por parte de éste.

7
Lo anterior, a simple vista es más fácil de cumplir si se usan enunciados que expresan actos
de habla directos, pero en los enunciados que comportan actos de habla indirectos en los que
con una cosa se quiere decir otra, el panorama es más complejo. No obstante, la complejidad
se soluciona porque en el proceso de ostensión, como primer momento para la interpretación
de tales actos de habla, la responsabilidad está en manos de quien ejerce el rol de emisor, pues
él al emitir tales enunciados debe escenificar una conducta ostensiva sustentada por tres
cuestiones básicas.

La primera: exponer la representación de una intención informativa, ésto es, la puesta en


escena de la intención de modificar directamente el entorno cognitivo del destinatario al
hacerle manifiesto un conjunto de supuestos. (P.76-77). No obstante, para que esta condición
pueda cumplirse, el emisor tiene que tener representados el conjunto de supuestos que
pretende hacer manifiestos para el destinatario. Los cuales, surgen del estímulo que los
fenómenos ocurridos en el entorno le causan.

Así pues, en los enunciados objeto de análisis se tiene consciencia de todos los supuestos
mencionados, pero se tienen claridad de algunos que se quieren hacer manifiestos al
destinatario. Por ejemplo, en “Edgardo hace frío” pueden tenerse claros los dos supuestos
siguientes: sería bueno subir la temperatura y quiero que Edgardo apague el aire o cierre la
ventana; en “es tarde ya” se tendría claro el supuesto: es hora de irse o de dormir; en “Huele
a gas” sería el supuesto: se debe revisar la llave del gas; en “Hay que lavar el enfriador” se
tendría claro el supuesto: quiero que alguien lave el enfriador; en “Amor hoy es viernes, en el
nuevo restaurante la comida es sabrosa” se tendría claridad de los siguientes supuestos, sería
bueno probar la comida de ese restaurante y es viernes quiero que me invites a salir; en “Un
baño sin vaciar, deja mucho que desear” se tendrían claros los siguientes supuestos, la
suciedad del baño al no vaciarse, denota el desorden de sus usuarios, los usuarios deben
vaciarlo; por último, en “El comportamiento es el espejo donde cada quien mira su imagen”,
el supuesto sería el siguiente: es mejor comportarse bien en los baños.

La segunda: escenificar una intención comunicativa, la cual según Sperber y Wilson consiste
en la producción de un determinado estímulo con el objetivo de cumplir una intención

8
informativa y con el propósito además de hacer mutuamente manifiesto que se tiene una
intención comunicativa (P. 80).

Tal escenificación parte de un voto de confianza que hace el emisor hacia su capacidad de
elegir cierta forma lingüística para representar su intención informativa. Esto, en el sentido de
que si lo que se quiere con estos enunciados es que el destinatario haga algo, lo mejor sería
hacer un mandato, pero si no se tiene la facultad para realizarlo por algunas implicaciones
sociales, como por ejemplo la ausencia de autoridad para mandar; entonces se debe creer
que, la realización de una acción lingüística diferente a “ordenar” (sea afirmar, declarar,
interrogar) actúa como un estimulo que comporta esa intención informativa, evade de manera
sustancial esa implicación social y realiza un cambio en el entorno cognitivo del destinatario.

La creencia anterior, no es ilógica, tiene su base en dos razones que señalan Sperber y Wilson,
en primer lugar, a que ese enunciado utilizado como estímulo, contiene una información que
se relaciona con el entorno físico y el supuesto nuevo que se activa con él, está en el contexto
del destinatario, esto es, el conjunto de supuestos viejos que permiten interpretar un
enunciado (P. 155). En segundo lugar, con el uso de enunciados que simbolizan actos de
habla indirectos, la acción que se quiere que el destinatario realice en un tiempo posterior a la
emisión de los mismos, no se impone; sino que al hacer su intención informativa mutuamente,
el emisor hace igualmente manifiesto que el cumplimiento de su intención informativa está
en manos del destinatario (P. 82)

Así entonces en los actos de habla que estamos analizando, el destinatario es quien decide si
el acto es feliz o no, si apaga el aire, lava el enfriador, invita a salir a su esposa, evacúa el
baño después de orinar, cambia de comportamiento, o, por el contrario no hace nada de lo
indirectamente solicitado.

La tercera y última se desprende de la anterior, ésta es que el enunciado que el emisor elija
como estímulo debe atraer la atención del destinatario y enfocarla hacia sus intenciones.

Con los enunciados que expresan actos de habla indirectos, esto se cumple, pues cuando
alguien emite algo en un entorno delimitado, solicita la atención de sus posibles destinatarios,

9
es decir, sugiere que lo que está diciendo es lo suficientemente relevante para que merezca su
atención. Relevante porque los supuestos que activa dialogan con los supuestos que el
destinatario tiene en relación con el entorno y porque evidencian las razones que tiene el
emisor para pensar que si él accede al acto que se le solicita indirectamente, actuará en su
propio interés a la vez que con el de él.

Podemos concluir de esto, que los supuestos querer que Edgardo apague el aire, que alguien
vaya a dormir, que alguien revise la llave del gas o que lave el enfriador, etc. no son
desconocidos para los destinarios, por lo que la confirmación de las sospechas de los emisores
depende del reconocimiento que los primeros hagan de las intenciones informativas de estos
últimos, en respuesta a los enunciados que funcionan como estímulos ostensivos.

EL DESTINATARIO: DE LA INFERENCIA Y LA RELEVANCIA

Aclaradas las ideas acerca del papel del emisor en el proceso de comunicación ostensivo–
inferencial, queda de fondo el interrogante sobre cómo el destinatario reconoce su intención
informativa. Al cual se respondería, dado que el primero es quien realiza un proceso de
ostensión, al segundo le toca llevar a cabo un proceso de inferencia, que consiste en la
aceptación como verdadero de un supuesto tomando como base la verdad o probable verdad
de otros supuestos, con el fin de encontrar la interpretación del enunciado. Sperber y Wilson
(P. 90).

En este proceso, el destinatario intenta reconocer la intención informativa del emisor, para lo
cual no solo identifica el supuesto explícitamente expresado con el enunciado, sino que
también extrae de forma inmediata las implicaciones que éste pueda tener. De tales
implicaciones, en el caso de los actos de habla indirectos, podría afirmarse, que son las que
más interesan al destinatario, en el sentido, que cómo los enunciados no expresan literalmente
las significaciones de los hablantes, entonces, el reconocimiento de estas últimas, es el
resultado del hallazgo de las implicaciones que los supuestos tienen en un contexto.

10
Ahora bien, para la extracción de esas implicaciones, el destinatario cognitivamente elige y
amplia el contexto que le permitirá interpretar el enunciado. Para lo primero, el destinatario
escoge el subconjunto de supuestos viejos que se puede combinar con los supuestos nuevos
evidentes en el enunciado que está procesando. Para ello, afirman Sperber y Wilson, recurre a
los contenidos de la memoria del mecanismo deductivo (conocimientos asociables al nuevo
supuesto) y a la información que puede extraerse de forma inmediata del entorno físico (P.
178).

No quiere decir lo anterior, que se elijan supuestos que no habían sido manifiestos para el
emisor o que no se hayan expresado en la conducta ostensiva de éste; al contrario, se escogen
aquellos que ambos pueden concebir o por lo menos percibir en sus entornos cognitivos, y
que a su vez son relevantes al causar efectos contextuales en pro de la interpretación del
enunciado.

Haciendo introspección, se diría que los contextos iniciales elegibles para los enunciados
objeto de análisis de este texto, serían2:
“Edgardo hace frío”

Contexto inicial
Marta siente frío
El causal del frío es el aire acondicionado instalado en este cuarto
Posiblemente, ella quiere que apague el aire

“es tarde ya”

Contexto inicial
Javier considera que es tarde
Cuando es tarde es necesario irse
Probablemente Javier quiere irse o quiere que nos vayamos

“Huele a gas”

2
En esta sesión, por cuestiones metodológicas anotaremos algunos nombres artificiales

11
Contexto inicial
Ana ha percibido olor a gas
Ese olor denota que la llave del gasoducto está abierta
Es recomendable revisar para evitar algún inconveniente
Ana quiere que revise la llave del gasoducto

“Hay que lavar el enfriador”

Contexto inicial
Papá sabe que el enfriador está sucio
Considera que es necesario lavarlo
Papá quiere que alguien lave el enfriador

“Amor hoy es viernes, en el nuevo restaurante la comida es sabrosa”

Contexto inicial
Para mi esposa la comida del nuevo restaurante es sabrosa
Ir a conocer el nuevo restaurante y probar esa comida sería un buen plan para el viernes

“Un baño sin vaciar, deja mucho que desear”

Contexto inicial
Para la empresa Familia un baño sin vaciar implica suciedad
La suciedad del baño permite pensar mal de sus usuarios
Esta empresa quiere que los usuarios vacíen el baño después de usarlo

“El comportamiento es el espejo donde cada quien mira su imagen”

Contexto inicial
Goethe considera que el comportamiento es un espejo

12
Como espejo refleja lo que somos
La empresa Familia, quien usa este texto cree que si nos comportamos bien nuestra imagen se
verá bien
Ésta quiere que moldeemos nuestro comportamiento.

Vemos entonces que algunos de los supuestos presentes en la selección del contexto,
coordinan con los anotados en los supuestos manifiestos del emisor como resultado del
estímulo de ciertos fenómenos, pero aparecen otros que son relevantes porque causan efectos
en el entorno cognitivo del destinatario, aportan al reconocimiento de la intención informativa
del emisor y su procesamiento no es muy amplio. Esto último, se debe a que la información
para hacerlos manifiestos no es inventada, surge de la experiencia y el contacto con el entorno
físico en que se produce el enunciado.

Por otra parte, en la ampliación de ese contexto, el entorno físico es el principal medio para
que se de ésta, pues el destinatario añade información sobre lo inmediatamente observable,
ayudando con ello a la interpretación del sentido que quiere expresar el emisor. Claro que el
entorno físico no es la única fuente de ampliación, pues el destinatario también añade a)
entradas enciclopédicas, esto es, conceptos que están en el contexto elegido (los supuestos
viejos elegidos) o en el supuesto que se procesa. b) otros supuestos empleados con
anterioridad en otros procesos de interpretación. Apliquemos esto aleatoriamente a los datos.

En, “Edgardo hace frío” del entorno físico, el participante Edgardo como destinatario del
enunciado puede añadir la siguiente información: en realidad el frío afecta la concentración de
Martha, es el aire acondicionado quien lo está causando y ella me ha percatado de eso.
También puede añadir las siguientes entradas enciclopédicas: el frío excesivo afecta física y
emocionalmente a las personas, el aire acondicionado mal manejado puede causar frío
excesivo y yo puedo hacer algo para mejorar la situación.
Por último, adiciona los siguientes supuestos derivados de interpretaciones anteriores: cuando
alguien tiene frío por el aire acondicionado quiere que suba la temperatura del aire o que lo
apague.

13
Así pues, hecho todo ese proceso de inferencia, de elección y ampliación del contexto,
Edgardo como destinatario, cognitivamente reconoce la intención informativa del emisor
Martha, Martha con el estímulo ostensivo “Edgardo hace frío” quiso que yo supusiera “sube
la temperatura al aire o apágalo” y procede por voluntad propia a hacer la acción física.

En, “Hay que lavar el enfriador”, los hijos como destinatario de este enunciado, pueden
añadir la siguiente información del entorno físico: el enfriador sucio afecta el espacio en el
que se encuentra, dado que está en la sala de la casa es preferible mantenerlo limpio que
sucio.
De igual forma, puede añadir las siguientes entradas enciclopédicas: el enfriador sucio puede
causar contaminación de los alimentos, papá tiene autoridad para mandar, por ello no está
informando nos está mandando.
También adiciona los siguientes supuestos derivados de otras interpretaciones similares:
cuando papá dice hay que hacer esto quiere que alguien lo haga, dado que los hermanos
mayores casi nunca obedecen, quien debe hacerlo es el menor.

Por esto último, quien termina convirtiéndose en el destinatario directo del enunciado es el
menor de los hermanos y el cumplimiento de la intención informativa del padre como emisor,
queda en manos de él, en últimas es a este destinatario a quien le toca ejecutar la orden lava
el enfriador, simbolizada y en cierta medida mitigada con la afirmación Hay que lavar el
enfriador.

También en, “El comportamiento es el espejo donde cada quien mira su imagen” expreso en
el baño de una empresa, los usuarios del baño como destinatarios del mismo, pueden añadir la
siguiente información: el estado del baño denota el comportamiento de sus usuarios, el mal
uso que se le ha dado genera la suciedad del baño.
Esta información se puede complementar con las siguientes entradas enciclopédicas: Familia
es una empresa que distribuye productos de aseo y se preocupa por el buen uso de ciertos
espacios en las empresas, incluido el baño. Esa empresa asume el comportamiento en X
espacio como el espejo de quienes lo usan, cuando evalúan mi comportamiento como un

14
espejo que me refleja esperan que lo moldee y Familia como empresa de aseo, espera que los
usuarios cambien su comportamiento en los baños.

Así entonces, procesadas estas ampliaciones en relación con los supuestos del contexto
inicial, el destinatario tiene la posibilidad de hacer lo que el emisor espera que haga, sea
reflexionar sobre su comportamiento o moldear el mismo, o, en caso de no felicidad del acto
de habla, ignorar la declaración que hace la empresa Familia al usar como estilo una frase
escrita por Goethe.

Se observa entonces, que la interpretación de un enunciado depende del destinatario, depende


del proceso de inferencia que él realice como respuesta a un estímulo ostensivo realizado por
el emisor, el cual genera como resultado que el destinatario asuma como verdadero el o los
supuestos que éste (el emisor) ha querido hacer mutuamente manifiestos con la emisión de un
enunciado.

Dicha aceptación del carácter de verdadero de los supuestos, casi siempre es efectiva porque
el destinatario al recibir el estímulo del emisor, que ostensivamente usa enunciados que
comportan actos de habla indirectivos, no los decodifica a fin de entender los significados
proposicionales de ellos; sino que los interpreta inferencialmente, eligiendo y ampliando
ciertos contextos, a fin de descubrir que supuestos son los que el emisor expone como
verdaderos y qué intención informativa pretendía transmitir en el contexto en el que él quería
que se procesaran. Sperber y Wilson (P.146 Ss)

En fin, el resultado de este proceso no solamente es que el destinatario, es consciente de lo


siguiente: un emisor X afirma Y cosa. Sino que después de elegir el contexto C y de
ampliarlo con las nuevas informaciones y supuestos P, él llega a un nuevo supuesto
interpretativo: el emisor X cuando emite Y cosa, quiere que yo suponga Z y ejecute Z:
Apagar el aire acondicionado, irse de un lugar o a dormir, revisar la llave del gasoducto, lavar
el enfriador, invitar a salir, vaciar el baño después de usarlo o moldear el comportamiento en
los baños.

15
CONCLUSIONES

Normalmente cuando se escribe una conclusión se anotan las reflexiones finales acerca del
fenómeno que se ha estudiado; sin embargo, este no es el caso, pues en este texto antes que
puntos de llegada en lo que refiere a la pregunta planteada al inicio, se han alcanzado puntos
de partida para investigaciones más concienzudas. Esto, en el sentido que a los aprendizajes
alcanzados sobre el proceso de comunicación ostensivo – inferencial, se les puede plantear
algunos interrogantes, veamos.

Un aprendizaje que se alcanzó refiere al papel del emisor en el proceso de comunicación


ostensivo – inferencial, él realiza un proceso de ostensión, en el que con el uso de enunciados
que contienen actos indirectos expresa una conducta ostensiva. Para dicha conducta, el
emisor, toma como punto de partida unos supuestos acerca de qué código y qué información
contextual son relevantes para el destinatario, con el fin de atraer la atención de éste hacia
aquel fenómeno o aspecto del entorno fisco que le ha servido de estimulo. Por ello, este tipo
de enunciados se constituyen en estímulos ostensivos que conllevan una intensión informativa
y dan pie a un proceso de inferencia por parte del destinatario.

No obstante a este aprendizaje se le pueden formular algunos interrogantes: ¿Qué procesos


deductivos se llevan a cabo por parte de las personas para determinar la relevancia de un
estímulo en el entorno? ¿Cómo tales procesos deductivos aportan una base lógica para que se
emitan actos de habla indirectos como estímulos ostensivos?

Por otra parte, en lo que refiere al proceso de inferencia por parte del destinatario se alcanzó
el siguiente aprendizaje: quien ejerce el rol de destinatario en un acto comunicativo, entiende
el acto de habla indirecto aunque el enunciado que oye literalmente significa otra cosa,
porque en el proceso inferencial el descubre los supuestos que el emisor le quería hacer
manifiestos. Para esto, él cognitivamente selecciona el contexto que le permite interpretar el
enunciado y luego lo amplía a partir de información de otras fuentes.

Sin embargo, al igual que se hizo con el proceso de ostensión, a éste también se le puede
plantear interrogantes: ¿Cuáles son las implicaturas que surgen en la memoria del proceso

16
deductivo para la interpretación de enunciados que contienen actos de habla indirectos?
¿Cómo estas implicaturas aportan una base lógica para la interpretación de ese tipo de
enunciados? ¿Cómo se explicaría la implicación contextual en el proceso de inferencia para la
comprensión de actos de habla indirectos?

17
BIBLIOGRAFIA

ESCANDELL VIDAL, Victoria (2003). Introducción a la Pragmática Barcelona: Ed. Ariel


S.A
LOZANO, Jorge, PEÑA-MARÍN, Cristina y ABRIL, Gonzalo (1999). Análisis del discurso:
hacia una interacción semiótica de la interacción textual. Madrid: ediciones Cátedra.

SPERBER, Dan y WILSON, Dreire (1986). La relevancia Harvard University: Versión en


español. Madrid: Visor Dis., S.A.

18

También podría gustarte