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I CONTRIBUYENTES VIRTUALES Con la demolicién pacifica del muro de Betlin y l co- lapso del imperio sovietico fueron muchos los que creyeron que habia sonado el final dela politica y nacfa una época tuada mas alld del socialism y el capitalismo, de la ucopia ylaemancipacién, Pero, en los iikimos afios, estos defenes- tradores de lo politico han bajado bastante el cono de su voz, En efecto, el tétmino «globalizaci6ns) actualmente omni- presente en toda manifestacién piblica, no apunta precisa- ‘mente al final de la politica, sino simplemente a una salidr de lo politica del marco categorial del Estado nacional y del sistema de roles al uso de eso. que se ha dado en lamar el quehacer «politico» y «no-politico»: En efecto, indepen= dientemente de To que pueda apuntas, en cuanto al con- tenido, la nueva retérica de la globalizaci6n (de la econo. iia, de los mereados, de la competencia por un puesto de trabajo, dela produccién, dela prestacién de servicios las discintas cosrientes en el Ambito de las finanzas, de la infor- macién y de la vida en general) salran ala vista de manera puntual las importantes consecuenicias politicas de la esce- nificacin del riesgo de globalizacién econémsica: es posible que instituciones industriales que parecfan completamente cerradas la configuracién politica «estallen» y se abran al discurso politico. Los presupuestos del Estado asistencial y 15 del sistema de pensiones, de la ayuda social re la ee ‘municipal de infraestructuras, asf como el po econ do de los sindicatos, el superelaborado sistema eget cin dea ausonomia laa el ato publi tema Jimpositivo y la sjusticiaimpositiva», todo ello se disuelvey ae bajo el sol del desierto de la a oe Cen de) configu pls, Todos be aoe les deben teaccionar y dar una respuesta concre Soe Bear ones Soe ya el vio esquema derecha-iaquierda de la prctica p oe lcir que lo que fue la lucha de clases en elsi- Ce acca hota delaglobe- Tizaci en el umbal del silo Xx prs las empress que ope tan a nivel casnaconal? (Con la dren, po cero esencial, de que el movimiento obrero aca cto uk conned, mints qu hs empress bse en tuando hastala fecha sirtenet ningin contrapoder —tra nacional— enfrente.) Labs oi pr aun globalizacion significa poliizaion? Porque Jla puesta en escena de la globalizacién ens resatos,y aus asociados,revonguistry volver 2. Weipa rect ca fae a smo democtiticamente 01 ; reac ean da sore senere psec copie, pero que seman eno reo dr tate a fis de a domesicacon por la scitad ely democritica: que los empresafiossobre todo os qu ueven a nivel planetatio, puedan desempefiar un pap |, ease al respecto A. Giddens, Jeneits vont Links and Rech Francfort del Meno, 1997. 16 clave en la configuracién no sélo de la economia, sino también de la sociedad en su conjunto, aun cuando esdlov fuera por el poder que tienen para privar a la sociedad de sus Recursos materiales (capital, impuestos, puestos de tra- bajo). La economia que acta 2 nivel mundial socava los ci mientos de las economias nacionales y de los Estados na- ionales, lo cual desencadena a su vez una subpolitizaciSn de alcance completamente ntievo y de consectiencias im. Previsibles. Se trata de que, en este nievo «asalto», el viejo enemigo (trabajo> se estd viendo relegado a la via muerta de la historias pero también, fundamentalmente, de que ssc esti dando Ia jubilaciém, por ast decir, al scapitalismo general ideal», como llamara Marx al Exiado; se trata, en ddefinitiva, de Ia liberacién sespecto de los corsés del tra. bajo y el Estado tal y como han existido en los siglos xix yXX. “Todo lo que es estamental y tradicional, yesté anquilo- sado y encallecido, se est evaporando», habia pregonado Marsen su Manifesto conunista de manera bastante tajan- fe.con referencia al potencial revolucionatio del capital. Lo sestamental» cra entonces la organizacién social-estatal y sindical del trabajo, y wlo anquilosado y encallecido» eran {as ventajas buroeriticas y el esquilmamiento del pueblo Por parte del Estado (nacional). Vernos, asi, cémo las nue vas dimensiones de la «politica imperativa y realista» de li slobalizacién se asientan sobre unos fundamentos caracte- Tizados por su efectividad y clegancia. Porlo tanto, como se oye decir por doquier, no «sa po {itica particular delos empresarios, sino la wglobalizaciény la} ue parece forzar esta serie de medidas perentoriasy radica, kes. Por lo demés, segin las eyes» del mercado global, hay! 7 que buscar no-A para obtener A; como, por ejemplo, elimi- hiar o wsecuestrare puestos de trabajo para asegurar puestos de trabajo en un detcrminado lugar. Precisamente porque el ‘trabajo se puede y debe reducir 0 rarificarse para incremen- tar los beneficios, la politica actual se rasmuta subrepticia- ‘mente en su conttario. Todo el que fomenca el crecimiento cconémico acaba generando descmpleo; y todo el que rebaja dristicamente los impuestos para que aumenten las posibi- lidades de beneficios genera posiblemente también desem- peo, Las paradojas politicas y sociales de una economfa transnacional, que con la «climinacién de las trabas ala in- versién» (es decir, con la climinacién de la normativa ecolé- .sindical, asistencia y fiscal) debe ser mimada y premis- dda para que destruya cada vez més trabajo y deeste modo se inctementen cada ver mas la produccién y los beneficios, ddeben quedar no obstante cientificamente evidenciadas y politicamente reforzadas. | Lo cual quiere decir lo siguiente: la puesta en escena de Ia globalizacidn como facroramenazador, es decir, a pott- \ | ca de la globalizacidn, no precende solamente eliminar las AQ) trabas de los sindicatos, sino también las del Bxado nacio- nal; con otras palabras, pretende restar poder a la politica estatal-nacional, La ret6rica de los representantes econémi- os mis importantes en contra de la politica social cstaral y de sus valedores deja poco que desear en cuanto a claridad. Pretenden, en definitiva, desmantelar el aparato y las creas estatales con vistasalarealizacidn dela utopia del anarquis- mo mercantil del Estado minim, Con lo que, paradéjica- mente, a menudo ocurre que se responde a la globalizacién con la rmacionalizacién. No se suele reconocer que, en el tema de la globaliza- i6n, no sélo wse uegan la piel los sindicaros, sino también 8 la politica y el Estado. Los politicos de los distincos parti- dos, sorprendidos y fascinados por la globalizacién «debi- Hitadora de instituciones», estén. empczando a sospechar vagamente que, como dijera Marx tiempo ha, se pueden convertiren sus propios «sepuleureros», De todos modos, petsonalmente yo no puedo por menos de considerar una ironfa el que algunos politicos pidan a voces mercado, mer- cado y mas mercado y no se den cuenta de que, de este modo, estin matando el mismisimo nervio vital y cerrando peligrosamente el grifo del dinero y del poder. ;Se ha visto alguna vez.una representacién mas descerebrada y alegre de un suicidio tan manificsto? Pero zen qué se funda el nuevo poder de los empresarios twansnacionales? :De dénde surge y como se reproduce su. potencial estratégico? A nadie se le oculta que se ha producido una especie de toma de los centtos miatetiales vitalés de las sociedades mo- dertias que tienen Estados nacionales,y ello én)revolucién, (Sip cambio de leyes ni de Constitucién; es d&cir, mediante el descnvolvimiento simple y normal dela vida cotidiana o, como suele decirse, con el business as usual. En primer Ingar, podemos exportar puestos ee trabajo all | donde son mas bajos los costes laborales y las cargas fiscales | ala creacién de mano de obta. En segundo lugar, estamos en condiciones (a causa de| Jas nuevas técnicas de la informacién, que llegan hasta los | tiltimos rincones del mundo) de desmenuzar los productos | 2 ‘ylas prestaciones de servicios, asi como de reparer el naba- {por todo el mundo, de manera que las exiquetas nacionales | y-empresariales nos pueden inducir fictlmente a error. En tercer lugar, estamos en condiciones de servirnos de} . los Estados nacionalesy delos centros de produccién indivi- 19 luales en contra de ellos mismos y, de este modo, conseguir oe globales» con vistas a unas condiciones impositivas ims suaves y unas infraestructuras mds favorables; ae ‘mo, podemos «castigar» a los Estados nacionales cuando se ‘mulestran acareros» 0 «muy poco amigos de nuestras inver- ipa ‘cuarto, ytiltimo, lugar, podemos distinguir a ticamente en medio dels fragosidades —controladas— de | ta produccién global entre Lugar de inversién, lugar de. a | duccién, lugar de declaracion fiscal y lugar de ce quesupone que los cuades dient podn vivir reside alli donde les restilte més atractivo y pagar los impuestos alli londe ssulte menos gravoso. Fig ee eps een ee rcticleerbeatice ni deliberaciones parlamentarias, decretos guberamenta- les, cambios de leyes ni, siquiera, un simple debate piblico. Esto justifica, por su parte, el concepto de «subpolitica»,? entendida no como una (teorfa de la) conspiracién sino ‘como un conjunto de oportunidades de accién y de poder suplementarss mal desea polio, oportunidades reservadas a las empresas que se mueven en el ambito de la sociedad mundial: el equilibrio y el pacto de poder de la primera modernidad de la sociedad industrial quedan asi revocados y —abviando al gobierno yal palament 0 jinién publica y a los jueces— se traspasan a la autogesti ‘inact ceonren Epa a pois de gobo Gj lizti6n, an 90 exipulada pero qu esrbe en cada cso lesde cero las reglas de juego sociales, se ha producido de 2, Scencontraré ampliamentetatado el concepto de ssubpolitcs: en U. Beck comp), Di fining dr Poltichen, rancfor del Meno, 1993, cap V ps 149-171 20 manera suave y normal y con la legitimacién de algo que es inevitable:la modernizacion. > a ET Estado nacional es un Estado territorial, es decir, que basa su poder en su apego a un lugar concreto (en el control de las asociaciones, la aprobacién de leyes vinculantes, la de- fensa de las feonreras, etc). Por su parte, la sociedad global, que a resulras de la globalizacién se ha ramificado en mu. chas dimensiones, y no sélo las econdmicas, se entremezcla con ~y al mismo tiempo relativiza— el Estado nacional, como quiera que existe una multiplicidad —no vinculada a un lugar— de circulos sociales, xedes de comunicacién, re- laciones de mercado y modos de vida que traspasan en todas direcciones las fronteras territoriales del Estado nacional, Esto aparece en todos los pilares de la autoridad nacional- estatal: la fscalidad, las atribuciones especiales de la policta, {a politica exterior ola defensa. Consideremos, porejemplo, el caso dela fiscalidad, ‘Tras una subida de impuestos no se esconde una autori- dad cualquiera, sino el mismisimo principio dela autoridad del Estado nacional, Lasoberaniacn materia fiscal est ligada alconcepto de control de lasactividades econémicasen el in- terior de un tettitorio concteto, premisa que, considerando las verdaderas posibilidades de comercio existentes a nivel global, resulta cada vez mis fictcia, Las empresas pueden roduciren un pais, pagat impuestos en otro y-exigr gastos estatales en forma de creacién de infraestructuras en un ter- ‘cer pals, Las personas se han vuelto mas méviles —y mas in- sgeniosas— para, cuando son ricas, encontrar y explorarsub- terfugiosofisuras en las redesde arrstre del Estado nacional, ©, cuando disponen de una competencia 6 mercancfa muy demandada, instalar la mano de obra alli donde les resulta ‘mas ventajoso; o, inalmente, cuando son pobres, para emic a rarallf donde creen atisbar un porvenir de bienestary abun- Fr ce oeenedancn unmade contac thes los intentos de los Estados nacionales por mantenerseais- lados, pues, para subsistiren medio dela comperencia de la sociedad mundial, cada pais tiene que atraer imperiosamen- jmanodesbeayceebs os gladiadores del crecimiento cconémico, tan corteja- Cie politicos, socavan la autoridad del Estado al ext gicle preseaciones por un ladoy, porel oto, negarsea pagar impuestos, Lo curioso del caso es que som precsamente los tnds ricos los que se vuelven contribiyentes virtuales, coda ver que su tiqueza descansa en tlima instancia en este vir Tuosismo de lo virtual. Ast, de manera (Las més de la veces) legal pero ilegitima, estin socavando el bien general que eee ein ovnae que publics rpularmence fica de Jos quinientos empresarios ms ricos del mundo, se congra- tula de que éstos hayan «traspasado las fronteras para con- dos y fagocitar la comperencia local Cuantos més paises hay, mayores son los bencficios. Los heneficios de las quinientas empresas més grandes del mundo han sae eee volumen fe negocio sélo lo ha hecho en un 11%. ‘ vi Vivan los beneficios, mueran los puestos de abajo feemos en Der Spiegel. «Un milagro econdmico especial tiene atemorizada a la nacién. En las empresas se ha infil- trado tina nueva gencracién de altos ejecutivos que rinden tulto, aimitacién de EE.UU,, ala aecién bursétil. Resulea- ‘quistar nuevos merca stan, Nee Yor, $8196, cnda por Fri F Chi ost ene Wek end maine 1 aa ert ec dande we enconarn ambien gun! Sot Soe donrol aan 22 en rereeeeec wire r e mer n do fatidico: la bolsa ecompensa a los destrucrores de em pleos.vé Losempresarios han descubiertola nueva férmula magica} dela riqueza, que nes otra que wapitalsmo sn rabajomés) capitalismo sin impuestor. La recaudacién por impuestos a las empresas —los impuestos que gravan los beneficios deé | tas—cayé entre 1989 y 1993 en un 18,69, yel volumen to- tal delo recaudado por este conceptoseredujo drésticamente alamitad, La red social debe transformarsey dotarse de nue- vos fundamentos, sostiene André Gorz. «Pero con esta twansformacién —que no supresién— cabe preguntarse igualmente por qué se ha vuelto aparentemente infinancia- ble. Los pafses de la UE se han hecho més ricos en losiltimos veinte afiosen un porcentaje que oscila entre el 50y el 70%. La economia ha crecido mucho mis deptise que la pobla- cin. ¥.sin embargo, la UE cuenta ahora con veince millones de parados, cincuenta millones de pobres ycinco millones de personas sin techo, :Dénde ha ido a pararcste plus de rique- za? En Estados Unidos, es de sobra sabido que el crecimiento econdmico slo haenriquecido al 10% mésacomodado dela poblacisn. Este 10% se allevado el 96% del plusde riqueza. Lasituacién no hasido ran crtiea en Europa, aunque aqui las cosasno difieren ampoco sustancialmente. »En Alemania, los beneficios de las empresas han au- mentado desde 1979 en un 90%, mientras que fos saarios s6lo lo han hecho en un 66, Pero los ingresos fscales pro- cedentes de los salarios se han duplicado en los dkimos diez aftos, mientras que los ingresos fiscales por activida- 4. Der Spiegel, 1997, n.* 12, pigs. 92-105, donde se encontrarin tambien algunos datos sobze la multiplicacién de los beneficios merced ala espectacular supresién de puestos de trabajo, 2B resariales se han reducido a la mitad: slo repre- Se oma is ingresos fiscales globales. En 1980 representaban atin el 25%; en 1960, hasta el 35%. De no haber bajado del 25%, el Estado habria recaudado en los ltimos afios ochenta mil millones de marcos suplementa- 7 los dems palses se adverte una evolucin paecida. La mayoria de la firmas multinacionales, como Siemens 0 BMW, ya no pagan en sus respectivos paises ningéin im- puesto., Mientras eto sign as, la gente tended todo su derecho a no estar contenta de que le reduzcan las presta- ciones sociales, las pensiones y los salaios.»* ; Por su parte, las empresas transnacionales estén regis- trando unos beneficios récord (merced sobre todo a la masiva supresién de puestos de trabajo). En sus balances anuaes los consejos de adminsracin presenan unos bee ficios netos astronémicos, mientras los politicos, que tie et justificar unas cifras de paro escandalosas, suben Jos impuestos con la vana esperanca de que, con la nueva ri- queza dc los ticos, se ereen al menos unos cuantos puestos de trabajo. Get ee mectimenenanees fictividad también en el campo de la economia, es decie, centre los contribuyentes vircuales y los conttibuyentes rea- es, Mientras que las multinacionales pueden clucir al fisco del Estado nacional, las pequefias y medianas empresas, gue son las que generan la mayor parte de los puestos de trabajo, se ven atosigadas y asfxiadas por las infinias trabas yy gravaimenes de la burocracia fiscal. Es un chiste de mal 5, Andsé Gorn, ent entrevista concesida al Frankfurter Allemeine Zeitung, 1 de agosto de 1997, pag, 35. 24 gusto que, en el futuro, sean precisamente los perdedoresde Ia globalizacién, tanto el Estado asistencial como la demo- cracia en funciones, Jos que tengan que financiarlo todo mientras los ganadores de la globalizacién consiguen unos beneficios astronémicos y eluden toda responsabilidad res- peeto de la democracia del futuro. Consccuencia: es preciso formular en nuevos términos te6ricos y politicos la cues- ti6n transcendental de lajusticia social en lacra dela globa- lizacis ‘También saltan a la vista las contradicciones del wcapi- talismo sin trabajo». Los divectivos de las multinacionales ponen a salvo la gestidn de sus negocios llevindoselos a la India del sur, pero envian a sus hijos a universidades euro- peas de renombre subvencionadas con dinero piiblico. Ni se les pasa por la cabeza irse a vivir all{ donde crean los uestos de trabajo y pagan muy pocos impuestos, Pero para si mismos reclaman, naturalmente, derechos funda- mentales politicos, sociales y civiles, cuya financiacidn pui- blica torpedcan, Frecuentan el teatro; disfrutan dela natu raleza y cl campo, que tanto dinero cuesta conservar; y se lo pasan bomba en las metrépolis curopeas atin relativa- mente libres de violencia y criminalidad, Sin embargo, con su politica exclusivamente orientada ala generacién de be- neficios estén contribuyendo a la vez al hundimiento de ‘este modo de vida europeo. Pregunta: zdénde desearsn vie vir; ellos o sus hijos, cuando nadie financie ya los Estados democréticas de Europa? Lo que es bueno para el Banco de Alemania no lo ¢s ya necesariamente para la propia Alemania, Las multinaciona- les abandonan el marco de los Estados nacionales y retican de facto su lealtad para con los actores del Estado nacional; con lo cual cae también en picado el grado de integracién 25 social de sus respectivos paises, y ello tanto mas cuanto que ‘més fuertemente se fundamentaba éste en el aspecto pura- mente econémico. Son precisamente los Estados asisten- ‘ales bien acolchados los que caen en este insidioso circulo vicioso: deben pagar prestaciones codificadas a un nximero cada vez mayor de personas —pronto habré cinco millones dde parados registrados solamente en Alemania— al tiempo Gque van perdiendo el control de los impuestos, porques en la partida de poquer por su religacién local, las empresas transnacionales han acaparado las cartas definitivamente Fganadoras. Dichas empresas se subvencionan de varias ma- | neras: primero optimizando la creacién de infraestructuras, | en segundo lugar recibiendo subvenciones, en tercer lugar minimizando los impucstos, y en cuarto lugar «externali- | zando» los costes del desempleo. Este circulo vicioso en el que cae cl Estado asistencial no sélo es el resultado de unos recursos decrecientes junto a gastos que suben como la espuma, sino también dela falce tle medios de pacificacién conforme el abismo entre pobres y tices se va haciendo cada ver mas grande. Dado que el marco del Estado nacional ha perdido su fuerza vinculante, los ganadores y los perdedores de la globalizacién dejan de sentarse, por ast decir, a la misma mesa. Los nuevos ticos ya ‘no «necesitan» a los nuevos pobres. Entre ambos colectivos resulta dificil llegar a un compromiso, porque falta un mar- co comiin apropiado en cl que se puedan abordar y regular estos conflictos que traspasan las fronteras.® No resulta dificil imaginar que la Logica conflictual del juego capitalista sale renovada y.reforzada, al tiempo que dlisminuyen los medios de pacificacién del Estado (en st 6. Véeanse al respeeo las pigs. 116-122 de este libro 26 esfuerzo por que aumente el pastel a repartir mediante un crecimiento econdmico forza), Asi, resulta bastante cuestionable el modelo de la prime- ra modernidad, que se pensé y organiz6 sobre la base de la unidad de la identidad cultural («pueblo»), del espacio del Estado cuando atin no estaba all vista, nse auspices ee va dela humanidad, del planeta y del Esta- 2

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