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DEL CAMPESINO MEXICANO SOCIOPSICOANALISIS —OHVSINTH ONISTAW YS TBO SiSTTVONSEC0S MooDey y A umoury SS Se ERICH FROMM MICHAEL MAOCOOBRY Sociopsicoandlisis del campesino mexicano Estisdio de bb economia y Ia pricalogia de ona comunidad ruml € FONDS DE CULTURA BOONGMIDA be INDICE GENERAL Prélogo . I If, Ill. IV. El cardeter social del campesino y los problemas de metodolopia 2 2 6. 8 8 4 8 ow 4b ee El campesino, 16, El concepto dinamico del caricter, 23; El caracter social, 34; El método, 43 Un ‘poblade campesina de México . E] pasado ; el presente, 53; La hacienda, 58; La vida interior de los aldeanos, 60 Panorama socioeconémico y cultural del pueblo . Edad, lugar de nacimiento y grupos familiares, 67; Alfa- betizacién y escolaridad, 72; Atencién médica, 76; Ocu- pacién, 78; Tenencia de la tierra, 80; Alojamiento, 85; Otros bienes de capital, 86; Bienes de consumo, 87; La escala socioecondmica, 88; Clase y participacién en los asuntos del pueblo, 95; Participacién en bs actividades culturales y religiosas, 99 La teoria de las orientaciones del cardcter Tipos de cardcter: las orientaciones improductivas, 102; La orientacién productiva, 104; Orientaciones en el pro- ceso de socializacién, 107; Lazos incestuosos, 111; Com- binaciones de diversas orientaciones, 112; Orientaciones sociopoliticas, 115 . El cardcter de los aldeanos . Variables para calificar el caracter, 119; La distribucién de los rasgos de caracter, 122; El andlisis factorial, 130; El significado de las calificaciones factoriales y las cargas factoriales, 132; Los seis factores, 135; Factor I. Adultez yersus adolescencia, 135; Factor II, Productividad versus impreductividad, 139; Factor III. Explotatoriedad ver- sus inexplotatoriedad, 141; Factor IV. Modo de asimila- cién acumulativo versus receptive, 147; Factor V. Papel sexual (masculinidad versus feminidad), 149; Factor VI. Orientaciones de centrismo materno versus centrismo paterno, 150; Conclusion: caricter social, 151 393 15 53 67 101 119 394 VE VIL. VIL TX. XI. INDICE GENERAL Cardcter y variables culturales y soctoecondémicas El caricter el modo de produccién, 173; El no ejida- tario, 182; Clase y caricter, 184; El canicter de las mu- jeres y las variables socigecondmicas, 187; Caracter y educacién, 188; Caracter y actividades religiosas y cul- turales, 189; Conclusidén, 192 El sexo y el cardcter . Hombres y mujeres productivos e improductivos, 198; La relacién entre hombres y mujeres, 200; El reto al patriareado, 205 Alcoholismo Oe oe TER S ey a merce Vulnerabilidad cultural, 215; Wulnerabilidad psicoldgica. 218; Caricter receptivo, 219; Machisma, narcisismo y sadismo, 221; La fijacién materna, 224; Los abstemios, 225; Vulnerabilidad psicosocial: ¢l patriarcado minado, 226; Vulnerabilidad econémica, 231 La formacién del cardcter en la nifiez . La infancia, 240; La temprana nifiez, 242; De la nifiez media a la adolescencia, 246; El final de la nifiez, 251; Comparacién del caricter de los nifios y los adultos, 255; Factores caractéricos en Ia nifiez, 256; Correlaciones de los caracteres de los pes y el nifio, 259; Correlaciones de los catacteres de los padres y los hijos adultos, 260; aes hijos grandes, 260; Los padres y las hijas gran- es, . Posibilidades para el cambio: cardcter y cooperacién. Cooperacién en la aldea, 272; Actitudes anticoaperativas, 274; Posibilidades de lograr cooperacién, 278; El club de muchachos del pueblo, 236 Conclusiones El] métedo, 297; La teoria del caricter social, 301; Pers- pectiva, 309 Apéxpice A: El cuestionario ‘interpretative y ejemplos de calificacién . 2 . wl. El cuestionario interpretativo, 312; Ejemplos de califica- cidn, 318 171 195 209 239 297 312 INDICE GENERAL 395 Apénpice B: Concordancia de calificacién y el uso del Rorschach y la prueba de apercepcidn temdtica (Tat) 351 Adiestramiento de los calificadores, 352; Calificacién del caracter apartir de las respuestas al Rorschach, 356; Con- cordancia entre el cuestionario y el Rorschach, 367; Cali- ficacién del cardcter segin la prueba de apercepcidén temitica, 371; Concordancia entre el cuestionatio y el rat, 375 Bibliografia . . . . we eee te ve BB Indice analitico 2. ww ee ee ee PROLOGO Aun cuanpo en el capitulo I se explican los motivos que nos llevaron a realizar esta investigacién, este prélogo tiene la mi- sién de hacer un breve recuento de su desarrollo. En 1957, uno de los autores, Fromm, habia elaborado un plan eral pfara estudiar un determinado pueblo, que él habia ele- gido de antemano, por dos razones: primera, que era bastante representative de los muchos pueblos que se localizan en las fér- tiles zonas del valle del sur y suroeste de la ciudad de Mexico, por cuanto que sus habitantes eran mestizos (esto es, provenien- tes de la mezcla de indios con espafioles), y que sus métodos agricolas y su estructura econémica eran esencialmente los mis- mos que los de centenares de poblados que se encuentren en el mismo clima y la misma altitud. Se eligié, ademas, porque dicho pueblo era un ejido (constituido por pequefias parcelas que se repartieron entre sus habitantes como resultado de la Re- volucién de 1910), y nosotros estabamos especialmente intere- sados en ver la influencia de la estructura ejidal en la persona- lidad de sus pobladores.* La segunda razén para haberlo escogido es que tenia un Cen- tro de Bienestar Rural, dependiente de la Secretaria de Salubridad y Asistencia Publica, que facilité el tener acceso al poblado, asi como la aceptacién nuestra por parte de éste, Nos fue particu- larmente itil, al lograr interesar en este proyecto a la Secretaria de Salubridad, el difunto doctor José Zozaya, quien mostré un gran interés por nuestro estudio. También expresamos nuestro agradecimiento por la ayuda financiera que nos otorgé esta Se. cretaria del Gobierno Mexicano. Aunque fue restringida nos ayu- dé mucho en los inicios de la investigacién. Durante la primera fase del estudio, todos los colaboradores, incluyendo al Director, trabajaron sin cobrar nada, Eran princi- palmente miembros de la Sociedad Psicoanalitica Mexicana, a sa- ber: el doctor Aniceto Aramoni, el doctor José Diaz, el doctor Jorge Velasco Alzaga, el doctor Alfonso Millan, el doctor Guiller- mo Davila, el doctor Francisco Garza, el doctor Torge Silva, el doctor Armando Hinojosa, el doctor Ramén de la Fuente, el doc- tor Jorge Derbez y el doctor Arturo Higareda. El doctor Mi- 1 Para una descripcién m4s amplia de un ejido, véase el capitulo mm. El problema de lo Hpico que es este pucblo se analizard en ¢l capitulo v. [7] 8 PROLOGO Ilan y el doctor Aramoni, en particular, nos ayudaron en la formu- lacién original del cuestionario. E] primero participd también en la planeacién general y haciendo los arreglos para exhibirles pell- culas educativas a los aldeanos, cosa que continud por unos cuan- tos afios. La exhibicion de las peliculas no sélo fue un estimulo que hizo que los habitantes del- pueblo cooperaran mas con el estudio, sino también se tradujo en observaciones interesantes, re- copiladas por el propio doctor Millan, sobre sus reacciones ante la proyeccidén de aquéllas. En 1958, el doctor G. Gilbert se ofrecié a ayudarnos en el es- tudio durante nueve meses, siendo asistido por el doctor R. Nuiiez y la doctora Alicia Quiroz en la administracién de la prueba de Rorschach a una muestra de la poblacién formada por 110 habi- tantes. Los resultados de algunas de estas pruebas se emplea- ron pata comparar la calificacién del caricter obtenida en la entrevista proyectiva con la de la prueba de Rorschach (véanse los Apéndices). Por la misma época, el sefior Paul Senior, entonces estudiante de psicologia, vino durante dos veranos a administrar el Rorschach a los nifios y sus resultados nos dieron una importante visién preliminar del caracter de éstos. También les administré la prue- ba de historietas de Andersen, recopilé sucfios y les aplicé una entrevista mas corta que cubria sus actitudes bdsicas y el propio punto de vista del nifio sobre sus padres. El primer afio se destind, sobre todo, a establecer un contacto mas estrecho con los aldeanos, lo que a la postre desembocdé en su disposicién a participar en la contestacién del cuestionario. Dado que, como se vera mds adelante, éstos eran extensos y se necesitaba tomar nota de las respuestas individuales, las sesiones a menudo duraban de tres a seis horas por cuestionario, sin con- tar el tiempo extra que el entrevistador perdia buscando a los al- deanos cuando no se presentaban, equivocaban las fechas de las citas, etc. Lo que es mds, muchas preguntas del primer cuestio- nario preliminar se ensayaron y modificaron este proceso. Para prncipios de 1958 se hizo claro, no obstante, que el estudio no podia continuar basandose en la participacién voluntaria, puesto que nadie, inclusive el Director, podia dedicarle el tiempo nece- sario sin recibir ninguna compensacién. El estudio se puso so- bre nuevos cimientos gracias al interés del Foundations Fund for Research in Psychiatry en respaldo con un subsidio (rrrP Grant 58-176). Este subsidio fue aumentado mas adelante a fin de poder agregar un colaborador de tiempo completo al equipo del estudio. PROLOGO 9 A fines de 1958, el doctor Theodore Schwartz, un antropdlogo con experiencia en la investigacién de campo y en métodos esta- disticos, acepté este puesto, y su esposa, la doctora Lola Roma- nucci Schwartz, en aquel tiempo estudiante del doctorado en an- tropologia, nos brinddé su valiosa cooperacién durante el tiempo que permanecieron en la investigacién, de 1958-a 1961. El trabajo de los dos fue de decisiva importancia para que ésta progresara, Contribuyeron en muy diversas formas, principalmente en las si- guientes: en primer lugar, gracias a su contacto intimo con los aldeanos (residieron en el pueblo durante trece meses y, posterior- mente, iban a él de tres a cuatro veces por semana), pudieron recoger un valioso conjunto de observaciones directas que permi- tieron obtener un cuadro vivido de los aldeanos para complemen- tar el logrado con las pruebas y otros medios artificiales. Sus observaciones dieron lugar a que supiéramos mucho acerca de la vida intima de los aldeanos, a formarnos una idea, por ejemplo, de qué individuos bebian en exceso o medianamente, quiénes eran los mas présperos y quiénes los menos, y de sus costumbres y su vida matrimonial. Todas estas observaciones nos permitieron juz- gar hasta qué punto las respuestas que obtuvimos con el cuestio- nario eran ideoldgicas o correspondian a hechos de su vida real. La tesis de doctorado de la doctora Lola Schwartz la consagré a los conceptos de moralidad entre los aldeanos, y el doctor Theo- dore Schwartz vertid sus multiples observaciones ¢ ideas tedricas en un gran manuscrito, no publicado hasta ahora. Ademas, Schwartz dirigié, ¢ igualmente interpreté, varias entre- vistas con los aldeanos y de ese modo colabord directamente a formar el material que se emplea en este estudio. Por ultimo, or- ganizO y ayud6 a llevar a cabo un censo econémico que, como el lector vera en el capitulo m, es de importancia fundamental para el estudio; asimismo elaboré el] indice del status socioeco- némico, que dio por resultado un andlisis sumamente satisfactorio de la posicién que guarde cada habitante en la estructura socio- econdmica, El tiempo necesario para dar cima al estudio se hizo mayor de lo que se habia caleulado originalmente. 5i se pudo Ilevarlo ade- lante fue sdlo gracias al auxilio continuo del Foundations Fund for Research Psychiatry, que renovd el subsidio durante los pe- riodos 1959-1961 (rrrp Grant 58-190), 1961-1962 (rrep Grant 60-224) y 1962-1963 (rrrr Grant 62-248). Esto contribuyé no sdlo a pagar el salario del Director y del Subdirector de la inves- tigacién, sino también a remunerar a varios de los participantes 10 PROLOGO que trabajaron en Ja aplicacién de las pruebas y en otras activi- dades que se describiran mas adelante. En 1960, el doctor Michael Maccoby se unié al estudio, va- rios meses antes de que los doctores Schwartz tuvieran que sa- lir de México. El doctor Maccoby venia becado por el Instituto de Salud Mental del Public Health Service de Estados Unidos pata investigar y adiestrarse. Su enfoque era semejante al del otro autor, Erich Fromm, con quien venia para adiestrarse en psico- analisis, y compartia el hincapié que pone Fromm en el aspecto psicolégico profundo del caracter social y en la utilidad de los cuestionarios interpretativos. Visitando con frecuencia el pueblo y sosteniendo numerosas reuniones con los adultos adolescentes y nifios del mismo (en grupos y en forma individual), Maccoby mantuvo el estrecho contacto que habian establecido el doctor Schwartz y su esposa, y colaboré a que conoci¢ramas mejor a los al- deanos. En particular se hallaba en estrecho contacto con los ado- lescentes supervisando el club de los muchachos (véase el capi- tulo xt) y, con la ayuda de la doctora Nancy Modiano, estudiéd a los nifios del lugar (véase el capitulo m)? Lo que es mas im- portante, revis6 la calificacién de todas las entrevistas de las prue- bas de Rorschach y de tar que se habian hecho hasta entonces y administré todavia mds pruebas. Lo ayudé en esto el doctor Isidro Galvan. También planed y llevé a cabo el analisis estadisti- co de los datos cuantitativos. Comparte con Fromm la responsabi- lidad de la estructura final del estudio, el analisis de los descubri- mientos y su presentacién tal como aparece en este volumen. Con la continua discusién de los dos autores a lo largo de ocho aiios, se dio un fructifero intercambio de ideas, que condujo, hasta el momento en que se efectué la revisién final del manuscrito, a nuevas intuiciones y formulaciones, algunas de las cuales han te- nido que omitirse esta vez por razones de espacio. Otra persona cuya ayuda fue de gran valia para el presente estudio fue el doctor Felipe Sanchez, quien durante muchos afios vivid en el pueblo como jefe del Centro de Bienestar Rural y como médico practicante. Mucho nos ayudé merced al estrecho contacto que sostenia con los aldeanos y con su conocimiento del comportamiento de éstos. Realizé buena parte de las entrevistas bajo la supervisién de los autores y trabajé en el censo socioeco- némico junto con los Schwartz. A todo lo largo del estudio, se ? La doctora Modiano colabord en la formulacién del material sobre el desarrollo infantil, que se menciona en el capitulo x. PR6LOGO ll Nevé a cabo un seminario permanente en el que Fromm discu- tia, con quienes estaban participando en el trabajo de cuestiona- rio, las cuestiones tedricas de caracterologia psicoanalitica y del caracter social y los métodos de interpretacién, En estas sesio- nes, muchos de los problemas tedéricos y clinicos importantes se discutieron, y se logré un cierto entendimiento comin de ellos. Al mismo tiempo que el estudio se efectuaba en el poblado, el doctor Guillermo Davila organizé con nuestros mismos métodos un estudio de los trabajadores urbanos en la ciudad de México. Se esperaba que surgirian datos significativos en relacién con la diferencia entre estos dos grupos sociales. Por desgracia, el doc- tor Davila muriéd en 1968, antes de que su investigacién estuvie- ra lo suficientemente completa como para hacer comparaciones. En el verano de 1963, cuando expiré el subsidio del Founda- tions Fund for Research in Psychiatry, ya se habia recopilado tado el material, pero la revisién del mismo y su andlisis no estaban terminados. En los afios siguientes, ambos autores trabajaron jun- tos revisando y analizando de nuevo el material, aclarando muchos problemas dificiles que se habian presentado y escribiendo el texto final. Debido a una enfermedad de Fromm y a obligaciones pro- fesionales de Maccoby, este trabajo progresé mas lentamente de lo que se habia pensado y se lo terminé totalmente apenas ahora que se escribe este prdlogo. Entre las muchas otras personas que trabajaron en el estudio, y a las que no se ha mencionado hasta ahora, figuran las sefio- ritas Guadalupe Castro y Virginia Heras; la sefiorita Bertha Javkin y la sefiora Italia Millan participaron también en la administra- cién de las pruebas proyectivas. La sefiora Marta Salinas hizo una labor muy interesante desde mediados de 1959 hasta 1962 al impartir un curso de literatura, utilizando libros que atraian la atencién de los aldeanos de acuer- do con sus conocimientos ¢ intereses. Aunque sdlo un pequefio grupo central asistia a las lecturas con regularidad, el cual pedia también libros prestados para leer fuera de las sesiones regula- res, tenia un auditorio mayor y algo mas fluctuante, Su traba- jo, en el que con gran comprensién de la psicologia del campe- sino ella logré ganarse su interés y cooperacién, dio interesantes resultados en cuanto a las posibilidades y limitaciones de una in- fluencia cultural directa. De gran ayuda nos fue la cooperacién del American Friends Service Committee por medio de su centro, la Casa de los Ami- gos en la ciudad de México. El director de este centro, E. Duckles, 12 PROLOGO mostré gran comprensién y simpatia nee nuestro estudio, y desde 1961 y durante todo 1963 hizo posible que miembros del grupo escogidos por los Amigos para trabajar en Mexico participaran en nuestro estudio ayudando al doctor Maccoby en el trabajo con el club de los muchachos. Entre ellos estaban ‘Thomas Fletcher, David Spinny y Ned Filor. También nos beneficié el trabajo de la doctora Patricia Lander y de la sefiorita Edith Churchill quie- nes ayudaron a organizar una biblioteca para los nifios. La sefiora Mary Elmendorf manifesté interés y simpatia por nuestro trabajo colaborando a equipar el club de los muchachos con herramienta y materiales. Se consiguieron animales del Pro- yecto Heifer gracias a la ayuda del doctor Paul Stone. El doctor Adan Graetz preparé ¢ inicié un estudio sobre la prevalencia de la parasitosis en el pueblo, el cual fue Mevado a cabo por el doctor F. Biagi y sus ayudantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Auténoma de México. Del estudio surgié también un programa de tratamiento bajo la direc- cién del propio doctor Biagi. ueremos asimismo agradecer al profesor Carlos Hank Gonzi- lez (ahora gobernador del Estado de México) y al licenciado Er- nesto Millan por las oportunidades que nos dieron de visitar y co- nocer el programa de la conasupo, descrito en el capitulo x, y al padre William Wasson por la abundante informacion que nos proporcioné acerca del instituto que él fundo. Por lo que se refiere al trabajo estadistico del estudio, agrade- cemos sinceramente al profesor Louis McQuitty, que ahora se encuentra en la Universidad de Miami. Fue muy cooperativo y de mucha ayuda al discutir con nosotros los problemas de esta- distica de nuestro estudio, dindonos a conocer a fondo sus mé- todos de anilisis factorial y de andlisis de tipos, asi como ha- ciendo posible que utiliziramos la computadora y la ayuda de la Michigan State University para la elaboracién estadistica de nues- tros datos. Estamos también especialmente reconocidos con el profesor Ar- thur Couch, en ese entonces adscrito a la Universidad de Harvard y ahora a la Clinica Tavistock, por su consejo y muy generosa ayuda al llevar a cabo el andlisis factorial del caricter de los adultos que aparece en el capitulo v. ‘También queremos agradecer al doctor David Peizer del Cen- ter for Advanced Study in the Behavioral Sciences por sus suge- rencias en cuanto a la interpretacién del andlisis factorial. Estamos reconocidos igualmente con el profesor Sergio Beltran PROLOGO 13 del Centro Electrénico de Calculo de la Universidad Nacional Auténoma de México por su cooperacién y ayuda y, con el auxi- lio de las computadoras del Centro, por los otros procesamientos estadisticos de nuestro material. La sefiora G. U. de Beltran nos fue de gran utilidad durante ese tiempo colaborando en esta ta- rea, asi como el sefior Adriin Cafiedo, quien fungié como ayu- dante de estadistica con el doctor Maccoby y contribuyé con ideas relativas a las formas de analizar los datos. También estamos agradecidos con el profesor George M. Foster, de la Universidad de California, y con el profesor Albert Hirsch- man, de la Universidad de Harvard, por sus utiles comentarios sobre los primeros borradores de este manuscrito. Tantas personas prestaron su ayuda a este estudio que es di- ficil expresar nuestra gratitud a cada una en la proporcién debida, Pero para concluir queremos expresar nuestro agradecimiento no sélo al Foundations Fund for Research in Psychiatry como insti- tucion, sino muy especialmente al profesor Frederick Redlich quien, junto con el doctor David Shakow del National Institute of Menthal Health Education and Welfare, vino a México a ob- servar el estudio e hizo sugerencias valiosas. Apreciamos profundamente el interés constante y la amable comprensién del Fund ante las dificultades imprevistas que re- trasaron la terminacidn del estudio. También estamos en deuda con el doctor Max M. Levin, Oficial Ejecutivo del Foundations Fund y al doctor Clarck J. Bailey, su sucesor, por su probado in- terés. Y queremos dar las gracias a la Facultad de Medicina de la uNam por administrar el subsidio. ‘También manifestamos nuestro reconocimiento por el subsidio de la Albert and Mary Lasker Foundation que nos permitié hacer frente a los gastos adicionales en una época en que ya habia ca- ducado el subsidio del Foundations Fund, por una beca por un afio del Center for Advanced Study in the Behavioral Sciences para cl doctor Maccoby, que le dio la oportunidad de pasar més tiempo reescribiendo partes del estudio, y por una beca del Ins- titute for Policy Studies, donde trabajé en las revisiones finales. Es necesario un tltimo comentario para explicar por qué en el titulo hablamos de “un pueblo mexicano” en vez de mencionar el nombre del pueblo. La razén es que queremos hacer lo im- posible por proteger el anonimato de sus habitantes, sin cuya cooperacién no habria podido efectuarse este estudio. Prometi- mos que se protegeria su identidad y queremos ser ficles a nues- tra palabra. No obstante, el hecho de que no mencionemos el 14 PROLOGO nombre del pueblo es de menor importancia en comparacién con las consecuencias que este respeto por el anonimato de sus veci- nos tiene para la esencia del estudio. Pudimos haber afiadido muchas descripciones ilustrativas de los aldeanos en lo individual y, particularmente, pudimos haber hecho realidad nuestro deseo de publicar una breve “casuistica” con ellos, representativa de los diferentes tipos de caracter de los que hablamos. Esto, sin em- bargo, slo hubiera sido posible revelando detalles que habrian permitido identificar a los individuos en esta pequefia comunidad de apenas 162 familias. (La posibilidad de identificacién se ve re- ducida a un minimo cuando se estudian poblaciones de varios miles de personas.) A menudo estuvimos tentados a ofrecer ilus- traciones que hubieran enriquecido muchisimo este estudio. Pero ante la disyuntiva entre violar la privacia de los aldeanos y la promesa que les hicimos, y omitir un material valioso para nues- tro trabajo, preferimos la ultima. Errcu Frontar Micusst Maccosy (Cuemavaca, Morelos I. EL CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO Y LOS PROBLEMAS DE METODOLOGIA México, como muchos otros paises de una gran poblacién rural, se halla hoy en la encrucijada de su desarrollo, Economistas, di- rigentes politicos, socidlogos y otros estudiosos de la sociedad so- pesan el precio de los caminos que Jlevan a la ereccién de una sociedad industrial, asi como los beneficios que puede acarrear, El presente estudio sobre el caracter del campesino, al aumen- tar el conocimiento de la accion del factor humano en el cam- bio social, puede contribuir a analizar mejor las alternativas re- ferentes a la poblacién rural. En especial, brinda una serie de datas cientificos sobre los valores e impulsos arraigados profunda- mente en el campesino, que son los que determinan en buena parte su respuesta a las nuevas condiciones, exigencias y oportu- nidades. Un conocimiento minucioso de la estructura de caracter de los distintos sectores de la poblacién rural permite predecir los efectos probables que tendran en los campesinos los progra- mas educativos y los proyectos econémicos que se trazan para ellos. Semejante conocimiento depende de conceptos tedricos que no se encuentran ni en la sociologia ni en la psicologia tradicionales, y, en cambio, requiere de una combinacién de la investigacién psicoanalitica con el estudio de los factores socioecondmicos y culturales claves. Las interrelaciones ¢ interacciones entre las ac- titudes emocionales arraigadas en el caracter y los factores socio- econémicos, en particular los concerientes al modo de produc- cién, son esenciales para definir y comprender el caracter social. El ecaracter social describe la forma en que es estructurada la energia humana a fin de motivar al individuo en su trabajo y en su rélacién social. No obstante, la estructura del caracter puede limitar también las posibilidades de adaptacién a nuevas condiciones culturales y socioeconémicas. Si en la planeacién del mejoramiento humano no se toma en cuenta al cardcter, los re- sultados pueden causar contratiempos inesperados. Aparte de su contribucién al entendimiento del proceso y de las posibilidades del cambio social, este libro somete a prueba y desarrolla la teoria frommiana del caracter social. Gracias a la revisin que Ilevé a cabo de la teoria del cardcter de Freud, Fromm ha hecho posible que el psicoandlisis ayude a llevar ade- lante el andlisis marxista de la relacién entre las condiciones ma- [15] 16 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO teriales y la naturaleza de los individuos, en particular sus im- pulsos y su ideologia. Mas atin, la metodologia empleada en este estudio muestra una forma nueva de utilizar dicha teoria como un instrumento para comprender el particular caracter social de muchos grupos integrantes de las diversas sociedades. EL CAMPESING En este capitulo preliminar necesitamos discutir los conceptos bdsicos de nuestras investigaciones (el concepto de “campesino” y el de “cardcter campesino”, el concepto dinamico de “carac- ter’ y el de “caracter social’) y el problema de la metodologia a usar en el estudio del caracter social. 2Qué es un campesino? Llamaremos campesinos en este estudio a aquellos vecinos de un pueblo cuya ocupacién principal es la agricultura, aunque también puedan trabajar como alfareros o pes- cadores. La palabra campesine, tal como la inglesa peasant o la francesa paysan, describe a un hombre del campo, de la tierra. Sin embargo, los campesinos se distinguen de los agricultores modernos asi como de los muchos indigenas que también traba- jan la tierra, A diferencia del agricultor moderno, el sistema de produccién del campesino es altamente individualista, El campesino trabaja apenas por encima del nivel de subsistencia. No cuenta ni con el capital ni con la tecnologia del agricultor moderno. Trabaja solo o con su familia, o con uno o varios asalariados, y utiliza aperos tan rudimentarios como el azadén y el arado. Lo que distingue al campesino de la mayoria de los indigenas es que depende econdémica, cultural y politicamente de la socie- dad urbana. Debe vender lo que produce en los mercados urba- nos, pero’a cambio necesita dinero para comprar los productos de la ciudad. Su religién, muchas de sus pricticas médicas* y gran parte de su folklore (muchos juegos y cantos) se desarrolla- 2 Todavia muchas de las pricticas de los curanderos provienen de la ciu- dad. Como lo ha demostrado Foster (1967), el sistema principal al cual se atienen las ideas acerca de la salud y la medicina y las pricticas en mu- chos poblados mexicanos “es una variante que el pueblo ha hecho a la pa- tologia humoral griega, cuya base es la ‘cies de los cuatro humores de Hi- pécrates, desarrollada por el médico romano Galeno y, mas tarde, elabo- tada atin mds en el mundo drabe por hombres como hase (alrededor de 850-925) y Avicena (980-1037) y transmitida a Espafia cuando ese pais fue dominado por los musulmanes” (p. 185). CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 7 ron en la ciudad. Ain mas, el campesino esta sujeto al gobierno de la ciudad o de su estado, que recauda los impuestos, dicta y hace cumplir las leyes y lo recluta para el ejército. En cambio, muchos indigenas primitives viven en poblados aislados que se gobiernan a si mismos y son cultural y econémicamente autdéno- mos; comparados con ellos, los campesinos son relativamente im- potentes para tomar las decisiones basicas que afectan sus vidas? En esta definicién de campesinado subsiste un problema teé- rico: ;Como definir al trabajador del campo que no es agricultor independiente en pequefia escala, pero que trabaja como pedn o jornalero en una plantacién o hacienda? Al igual que el cam- 2 Esta definicidm de campesino esté esencialmente de acuerdo con la de la mayoria de los antropélogos, tales como Redfield (1956), Foster (1967) y Wolf (1955, 1966). Foster cita la afirmacién de Kroeber: “Los campesi- nos constituyen sociedades parciales con culturas parciales.” Son “decidida- mente rurales, pero viven en relacién con las ciudades con mercado; forman una clase que es un segmento de una poblacién mayor que, por lo gene- tal, contiene centros urbanos... Les falta el aislamiento, la autonomia poli- tica y la autosuficiencia de las poblaciones tribales, pero sus unidades loca- les conservan mucho de su antigua identidad, de Ja integracién y apego a la tierra y a sus cultos,” Ver “What is a Peassant", de Potter, Diaz y Foster (1967), p. 2 ss. Foster, al igual que muchos antropdlogos, hace hincapié en una definicién “estructural y de relacién' del campesinado —la relativa im- potencia del campesino y sus lazos con la ciudad— mds que en su modo de produccién. Aunque dice que la mayoria de los campesinos son agri- cultores, seiiala que algunos no lo son. Si bien estamos de acuerdo en que la selacién del campesino con la sociedad mayor es importante para la com- prensién de su caricter, consideramos el sistema de produccién como un elemento esencial en la definicién de campesinada y un factor esencial en la formacién del cardcter campesino. Ademds, consideramos que el sistema de produccién del campesino independiente se asemeja mds al del alfarero pescador independientes que al del agricultor moderno, Ambos trabajan solos o con sus familias; ambos viven al margen de la subsistencia sin la posibilidad de reunir un capital. Al tomar en cuenta la falta de cooperacién y de consciencia de clase del campesino francés, Karl Marx hizo referencia a la importancia del sistema campesino de produccién para la formacién de actitudes politicas. En El 18 Brutmario de Luis Napoletn, escribid: Por todo el pais viven en condiciones casi idénticas, pero se relacionan muy poco entre si, Su sistema de produccién los aisla en vez de reu- nitlos, El aislamiento se intensifica por lo inadecuado de todos los sis- temas de comunicacién ...y la pobreza... Sus unis son tan weilas que pricticamente no existe posibilidad de dividir labores... Por lo tanto, entre ¢l campesinado no puede existir diversidad de desarrollo, ni tampoco diferenciacién de talentos o riqueza de relaciones sociales. Cada familia es casi autosuficiente, produciendo en su propia parcela la mia- yor parte de lo que necesita, y de este modo se provee de las necesida- des de la vida por medio de un intercambio con la vida mds que a través de un intercambio con Ia sociedad, 18 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO pesino, el peén utiliza métodos rudimentarios. Al igual que el campesino libre depende de la ciudad en cuanto a cultura y re- ligién, pero a su vez ¢s atin mds impotente econdmica y politi- mente. La diferencia eencial reside en el hecho de que el cam- pesino —legalmente o de hecho— es propietario de su tierra, y unicamente depende de la naturaleza y del mercado; por otra parte, el pedn se asemcja mas a un si¢rvo que a un campesino libre. La calidad de pedn se puede definir de acuerdo con §. Mintz como “proletarios rurales”. Pueblos de campesinos como el que hemos estudiado tienen frecuentemente una poblacién for- mada tanto por campesinos como por peones. Mas de la mitad de la poblacién mundial vive todavia ¢n po- blados campesinos, cuyos habitantes estén sometidos cada vez mas a nuevas presiones a medida que la mayor parte de los pal- ses, salvo los altamente industrializados, tratan se pasar de una produccién agricola a una produccién parcial o principalmente in- dustrial. En el proceso del desarrollo industrial cierto sector de la gente del campo aumenta la poblacién de las ciudades, donde para ganarse la vida debe adaptarse a realizar labores diferentes a las que conoce. Al mismo tiempo se exige que los agricultores produzcan mas y con ello se espera que alimenten a la creciente poblacién y que respalden el proceso de industrializacién. Se es- pera que el campesino cambie tanto sus actitudes como sus téc- nicas a fin de satisfacer las nuevas metas que ha fijado la ciudad. La agricultura tradicional del campesino producia sélo el exce- dente necesario para suministrar alimento a una poblacién peque- fia y relativamente estable, Empero, en el mundo moderno, se espera que la agricultura abastezca de viveres a una poblacién siempre creciente. Los adelantos tecnoldgicos de la agricultura prometen un gran incremento en la produccién. Por primera vez en milenios, el arado movido por humanos y animales, en sus formas m4s o menos desarrolladas, est4 siendo reemplazado por el tractor, y el trabajo hecho por el brazo humano puede ser realizado por maquinas de arar, plantar y cosechar. Nuevas se- millas que requieren una cuidadosa fertilizacién, como las del trigo enano mexicano, prometen rendimiento mucho mayor para alimentar a las poblaciones hambrientas. El “campesino” puede convertirse en un “agricultor” que usa técnicas y métodos entera- mente diferentes de los que han caracterizado a la agricultura en el pasado. iCémo se efectia este cambio? ,Qué requiere en términos hu- manos? No sdlo tiene el campesino que usar complicadas mé- CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 19 quinas; sino que la produccién éptima exige un cambio en su forma de trabajo tradicional individualista. Para aprender nue- vas técnicas, debe cooperar con los servicios auxiliares, experimen- tar con semillas hibridas y nuevos métodos, y trabajar en coordi- nacién con los demas. Puede serle necesario cooperar con otros, ajustandose al plan general que existe cn las grandes empresas ~ agricolas, stan cstas cooperativas, capitalistas o comunistas. Desde el punto de vista del campesino tradicional, la nueva tecnologia agricola puede resentirse mds como una amenaza que como una oportunidad. Le exige que adquicra nuevas destrezas y que modifique actitudes muy arraigadas. Empero, si no se adapta a la nueva tecnologia corre el riesgo de ser aplastado por ella, En los paises capitalistas es incapaz de competir con las empresas agricolas, que son las primcras en emplear los nuevos métodos. En los paises comunistas, los campesinos han sido forza- dos alin mas directamente a adaptarse al nuevo sistema. En todos estos paises no es posible que el campesino permanezca inmédvil, La nueva tecnologia y las nuevas formas sociales han trastornado a la sociedad tradicional. Con frecuencia se supone que las nuevas tareas y modos cam- biantes de funcionamicnto —sea para el trabajo industrial o la agncultura mecanizada— tan sdlo requicran instruccién y un de adiestramiento técnico. Desde este punto de vista, una “pre- paracién” es todo lo que el campesino necesita a fin de ajustarse a las exigencias de la sociedad industrial. No obstante, las expe- tiencias en todo el mundo muestran que la instruccién y el adiestramiento técnico no bastan pata transformar al anticuado campesino en un agricultor moderno, incluso cuando éste desea conocer los nueyos métodos. En efecto, como veremos en el ca- pitulo un, es improbable que la instruccién que reciben los cam- pesinos les sea uti] en su trabajo. Aquellos que han estudiado de cerca el problema concluyen que se requiere un cambio de actitudes 0, como nosotros prefeririamos decir, de “caracter", an- tes que la instruccién y el nuevo conocimiento tecnolégico sean de importancia decisiva? * Por ejemplo, Max F. Millikan y David Hapgood resumen las conelusio- nes de una reunién de seis semanas, en la que participaron 44 estudiantes de agricultura de paises subdesarrollados, aed modo siguiente: “Una gene- ralizacién final es que cl problema fundamental al que se enfrenta Ja agri- cultura no es tanto la adopeién y expansién de cualquier grupo de institu. ciones de investigacién, sino, mds bien, la creaciém dentro de todo el proceso agricola —desde el agricultor hasta el ministro de apricultura— de una ac- titud de experimento, de ensayo y error, de innovacién continua y de adap- 20 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO Es un hecho muy interesante el que los campesinos en la ma- yor parte del mundo (la excepcidn parece ser Asia Sudoriental) compartan, en general, las mismas actitudes y rasgos de conduc- ta. Son muy individualistas, conservadores, suspicaces y renuen- tes a gastar.4 Nos parece que esta actitud, como intentaremos ex- plicar mas adelante, se adapta muy bien al modo de produccién de la agricultura tradicional, mientras que no se ajusta a los re- querimientos de la agricultura mecanizada o industrial. El agri- cultor en la sociedad industrial debe estar abierto a las nuevas ideas, ser cooperativo en cierta medida y capaz de planear y de invertir para el futuro; en consecuencia, estar dispuesto a gastar hoy un poco para obtener la recompensa tinicamente mafiana, En todo pais en proceso de industrializacién, tanto capitalista como comunista, existe una brecha entre las nuevas posibilidades tec- noldgicas y la capacidad del campesino de adaptar su personali- dad al empleo de los nuevos métedos. Esto vale para la mayor parte de los paises del bloque sovittico, para la mayor parte de Asia, para los paises mediterraneos, asi como para ciertos paises latinoamericanos. ee misma dificultad existié, desde luego, en la transformacién del campesino en Europa septentrional y en Es- tados Unidos desde el siglo xxx hasta principios del xx. Sin em- bargo, esta transformacién fue muy lenta en comparacién con la rapidez con que ahora se esta Ilevando a cabo la industrializacion y con la que se espera en el futuro en muchos de los paises que se acaban de mencionar.) Al discutir el futuro del campesino es preciso plantear una cues- tién importante. La tendencia general en el mundo esta determi- nada por el intento de utilizar una tecnologia mas avanzada, lo cual significa que la agricultura debe desarrollarse teniendo como meta a la sociedad industrial, cosa que implica el empleo éptimo de la maquinaria y la organizacién racional del trabajo. Si lo anterior fuera todo, no habria ningin problema, excepto el téc- nico. Pero junto con las nuevas técnicas nacen nuevos valores que empujan hacia el consumo maximo, la subordinacién del hombre a los requerimientos de la maquina y el lucro, la enaje- nacidn, la destruccién de la cultura campesina tradicional y con tacién de ideas nuevas. Sin este cambio de actitud, las mejoras en el tra- bajo, aunque se puedan press, serdn titubeantes y transitotias y de este modo su contribucién a la productividad agricola no sera duradera.” Cf. No Easy Harvest, the Dilemma of Agriculture in Underdeveloped Countries (Boston: Little, Brown and Company, 1967), p. 27. 4 CE. el capitulo vi. CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 21 ello ¢l valor transutilitario del disfrute de la vida a través del arte, la danza, la musica y los rituales. Parece que se tiende en todo el mundo hacia el mejoramiento téenico de la agricultura —aunque se haya hecho tan poco en esta direccién— y la destruc- cién de los valores centrados en la vida. Para la mayor parte de la gente, esto puede no representar problema alguno, estando in- eluso dispuesta a sepultar Ja cultura tradicional al fomentarse el nuevo espiritu “progresista”. Otras personas, como los autores de este libro, preocupadas por el clevado precio en términos humanos que se paga por la in- dustrializacién, se preguntan si es posible crear una nueva agri cultura industrializada que pueda combinarse con el espiritu Rie manistico (que encontr6 un modo de expresarse en la cultura tradicional). Regresaremos a esta cuestidn en el capitulo x, pero la planteamos aqui porque desde esta perspectiva es que debe comprenderse el presente libro. Muchos intentos de persuadir, alentar u obligar al campesino a cambiar han fracasado, en parte porque los planificadores no han entendido o respetado su caricter. En los paises comunis- tas, los campesinos han preferido dar muerte a su ganado antes que ceder la mayor parte al gobierno o a una comuna, Con fre- cuencia han permanecido inflexibles aun cuando al parecer un acuerdo habria sido mejor desde el punto de vista de los benefi- cios materiales a largo plazo.* En muchos paises predominantemente agricolas, sin embargo, estin ocurriendo ciertos cambios en las actitudes de los campe- sinos debido a que ahora hay en muchos poblados aparatos de radio y cuando menos unos pocos televisores e igualmente a que, gracias al progreso de los medios de transporte, considerable nd- mero de campesinos viaja a las grandes ciudades, Las mercancias que ofrece la produccién industrial estimulan sus apetencias. En- * Existen algunos programas que han tenido éxito por haber tomado en cuenta estas actitudes emocionales. En el capitulo x, nos referimos al pro: grama de la coxasuro en México y a los programas yugoslavos. No obstante, debe recordarse que um ingreso mayor, tomando como un incentive que de ordinario se supone que opera universalmente, tiene esta fuerza motivadora silo en ciertas sociedades, tal como la sociedad feudalindustrial de México. Por si mismo el ingreso mayor no obré, generalmente, como un incentivo para el campesino medieval, Grandes sectores de la poblacién luchaban en- tonces por no caer abajo del nivel de vida tradicional, La ambicidn de lucro estaba a un telahvamente de individuos Os cuales tran mas aventureros que tipicos representantes de Ja ma- yoria, Cf. los trabajos de Max Weber a R. H. Tawney sobre este punto. zz SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO tre mis atractivos parecen los productos de la sociedad industrial, menos satisfechos se sienten los campesinos respecto de su nivel de vida tradicional y de sus placeres tradicionales. Querrian tener dinero para comprar los bienes de consumo que anuncia Ja radio y la television, asi como ser participes del embrujo de la nueva cultura industnal. Muchos campesinos mexicanos solian aleanzar esta meta, si bien en forma bastante modesta, yendo como bra- ceros a Estados Unidos y regresando con relojes de pulsera, radios y autos de segunda mano. Los que tenian mas iniciativa eran los que a menudo optaban por esta solucién, perdiendo asi la aldea a sus elementos mas vigorosos y emprendedores. Pero esta solucién de una relacidén simbidtica con una economia y una cul- tura extranjera no representaba ninguna, desde luego, para el cam- pesino mexicano en general, incluso mientras duraba tal situacién, A menos que todo su sistema agricola se haga mas productive y le deje excedentes mayores, simplemente le esta vedado comprar los bienes que quiere a la vez que sus “crecientes esperanzas” lo conducen a la desilusién y a la apatia. Con harta frecuencia abandona el campo con la ilusién de que basta estar en la ciu- dad para poder participar en la esplendorosa vida que ha admi- rado en la pantalla cinematografica, inicamente para encontrarse con que sus condiciones de vida no mejoran y que, en cambio, s¢ ve obligado a llevar una existensia de paria. Lo que podria mejorar sus oportunidades en la ciudad ¢3 contar con una ins- truccién mejor en el pueblo y recibir cursos de adiestramiento in- dustrial. Pero incluso si se mejoraran notablemente Ja instruc- cién y el adiestramiento industrial, su cardcter personal seguiria siendo un obstdcule para ganarse bien la vida. La puntualidad, la disciplina, la planeacién y el pensar de manera abstracta son ne- eesarios para utilizar éptimamente tales nuevas posibilidades de adiestramiento si éstas existieran en mayor nimero.* Sin estos rasgos ¢s imposible sobrepasar el nivel del trabajo manual simple. Todas estas circunstancias vienen a parar, por un lado, en que, al tiempo que la industria necesita obreros calificados, el niimero creciente de campesinos impreparados que Ilegan a la ciudad no satisfacen los requisitos de la sociedad industrial y, por el otro, pocos de los que se quedan en el pucblo Henan las condiciones que exige un método de organizacién agricola mds avanzado, Una vez que se fija la atencién en estas consideraciones, el es- tudio del caricter del campesino y, en particular, la interaccién de * Cf. Maccoby y Modiano (1969) en cuanto al estudio de las diferencias entre el cstilo cognoscitivo de los nifios aldeanos y los citadinos, CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 23 los factores psicolégioos y socioeconémicos en la formacién y posi- ble transformacién de su caracter adquiere importancia para toda sociedad agricola en transicién. Creemos, pues, que la compren- sién mas honda del campesino mexicano fomentara la comprensién de las posibilidades que tienen los campesinos en otras sociedades. Et CONCEPTO DINAMICO DEL CARACTER Existe, por supuesto, una bibliografia considerable sobre el campe- sino, escrita desde un punto de vista socioldgico y antropoldgico, si bien no es, en modo alguno, tan amplia como podria esperarse dada la importancia del problema.’ Gran parte de esta bibliografia sobre el campesino se erige sobre la descripcién de sus rasgos de conducta, actitudes, ideas y sistemas econdmicos, mientras que el presente estudio es sociopsicoldgico y se apoya en el concepto dinimico de “earicter” y de “cardcter social”. Juzgamos que asi como el psicoandlisis estudia el caracter del individuo de acuerdo con el analisis de las fuerzas fundamentales que de un modo es- tructurado conforman su caracter y lo motivan a senhr y a pen- sar de determinadas maneras, el cardcter comin a todo un grupo, el cardeter social, tiene la misma funcién dindmica y puede ser estudiado empiricamente. Lo importante aqui es nuestra convic- cién psicoanalitica de que los conceptos conductistas convenciona- les empleados en el estudio de los campesinos y de otros grupos sociales no penetran hasta las fuerzas psiquicas que motivan y nu- tren las actitudes y los rasgos de conducta. Esto pone de manifiesto el viejo desacuerdo entre los socié) orientados psicoanaliticamente y los conductualmente orientados. T Cf. J. M. Potter, M. N. Diaz y G.M. Foster (1967) para una exten- sa bibliografia de estudios sobre cl campesino. ® El coneepto de cardcter social fue elaborado originalmente por Erich Fromm, quien hablé de la “matriz del caricter comin a todos los miem- bros del grupo” en “Die Entwicklung des Christusdogmas”, Imago, 16, 1930. (Trad, esp; El dogma de Cristo. Buenos Aires: Paidés, 1964), En “Uber Methode und Aufgabe einer analytischen Sozialpsychologie’, Zeitschrift fir Sosislpsychologie, 1, 1932, Hirschfeld. Verlag, Leipzig. pp. 28.54, utilizd el témino “estructura de la pulsién” (Trebstruktur), “la actitud libidinal y am- Pliamente inconsciente de un grupo” yen Die eee Charakter- ologie und ihre Bedeutung fir die Sozialpsychologic, ibidem, 3, 1932, ha- blé del “cardcter'’ de una sociedad. En El miedo a la libertad (Buenos Ai- res: Paidés, 1947), empleé la expresién “caricter social” como equivalente. Los dos trabajos de 1932 se han incluido en E. Fromm, La crisis del psico- andlisis (Buenos Aires: Paidés, 1971). 24 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO La mayoria de los socidlogos critican al psicoandlisis por lo que consideran que es una falta de método cientifico; a ello los psi- coanalistas han contestado que, con los estrechos y anticuados critetios del método cientifico, los conductistas sdlo tratan con los problemas menos importantes, sin que dispongan de nuevos métodos para abordar los mas importantes. Con todo, no pode- mos esperar convencer, con la presentacién de este estudio, a aquellos socidlogos que no confian en la teoria psicoanalitica. Por el contrario, sus defectos pueden incluso reforzar su posicion ne- gativa. Por otro lado, no podemos contar siquiera con Ja simpatia de muchos de nuestros colegas psicoanalistas, ya que las revisiones que hemos hecho a las teorias de Freud pareceran a algunos un abandono de los hallazgos basicos de Freud, aun cuando nosotros, junto con no pocos mds, creemos que constituyen un necesario desarrollo de sus teorias y una afirmacién de lo esencial. Al publicar este libro esperamos contar con la atencién de aquellos que al menos no estan cerrados dogmaticamente al in- terés de una nueva aventura: la aplicacién de categorias psicoana- liticas al estudio de los grupos sociales mediante el minucioso examen de la personalidad de cada uno de sus miembros, median- te la observacién simultanea e igualmente minuciosa de todos los datos socioecondmicos y los patrones culturales y, por fin, me- diante el intento de utilizar refinados métodos estadisticos en el analisis de los datas. A medida que desarrollamos nuestro tema y nuestros métodos, nos dimos cuenta de que, incluso en mayor proporcidén que en la mayoria de las mvestigaciones, tendriamos que aprender mien- tras avanzdbamos en el trabajo y, en efecto, de haber tenido al principio el conocimiento que ahora tenemos, habriamos mejo- rado considerablemente este estudio. Pero esto no nos preocupa demasiado, pues nos interesa no sdlo que nuestras conclusiones e hipétesis sean correctas, sino también presentar un método nue- vo de aplicacién del psicoandlisis a Jas ciencias sociales, El] punto de vista conductista es que la conducta es el dato cientificamente satisfactorio y obtenible en ultima instancia en el estudio del hombre. Desde este punto de vista, los rasgos de ca- racter y los rasgos de conducta son idénticos y, desde un punto de vista positivista, hasta el concepto de “caracter” puede no ser Jegitimo en términos cientificos. Desde el punto de vista psicoanalitico, un tasgo de cardcter es una parte cargada de energia del sistema entero de caricter que puede ser comprendido completamente sdlo si se comprende todo CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 25 el sistema. Los rasgos de caracter son la raiz de los rasgos de conducta, y un rasgo de caricter puede manifestarse en uno o mas rasgos de conducta diferentes. Su existencia puede no ser cons- ciente, pero puede inferirse a partir de varios fendémenos (como pequefios detalles de conducta, suefios, etc.). La conducta, que esencialmente es una adaptacién a las cir- cunstancias reales, cambia con relativa facilidad cuando las cir- cunstancias hacen mas aconsejable otro tipo de conducta; los ras- gos de caracter por lo general persisten atin cuando se hagan dafiinos bajo circunstancias modificadas (en especial los rasgos de caracter neurotico), El descubrimiento del concepto dindmico del caradcter fue, sin duda, una de las mas grandes contribuciones de Freud a la cien- cia del hombre. Comenzé a desartollarlo en su primer ensayo s0- bre el cardcter anal (1908). El punto esencial de ese trabajo fue que ciertos rasgos de conducta, a saber, la terquedad, el afin por el orden y la parsimonia, con mucha frecuencia se encontraban reunidos en un sindrome de rasgos. Por afiadidura, siempre que existia ese sindrome, podian hallarse peculiaridades en lo que toca a los habitos higiénicos y en las vicisitudes del control de esfin- _ teres y en ciertos rasgos de conducta relacionados con el movi- miento de los intestinos y las heces. Asi, el primer paso de Freud fue deseubrir un sindrome de rasgos de conducta y relacionarlos con la forma en que el nifio se comportaba (en parte como respuesta a ciertas exigencias por parte de quienes lo ensefiaron) en lo que respecta al movimiento de los intestinos y la defecacién. Su paso brillante y creador fue relacionar estos dos grupos de complejos conductuales mediante una consideracién tedrica basa- da en um supuesto previo acerca de la evolucién de la libido. Este supuesto fue que durante una primera fase en el desarrollo in- fantil, después que la boca dejé de ser el principal drgano de placer y satisfaccién, el ano se convierte en una zona érogena im- portante y la mayoria de los deseos libidinales se concentran al- rededor del proceso de retencién y evacuacién del excremento, Su siguiente conclusién fue explicar el sindrome de rasgos conductua- les ya sea como sublimacién o como formacién reactiva contra. la satisfaccién libidinosa o la frustracién de la analidad. Se suponia que la terquedad y la parsimonia eran la sublimacién de la ne- gativa original a ceder el placer de retener Jas heces; el afin de orden, la formacién reactiva contra el deseo original del infante de evacuar cuando quisiera. En este asunto, Freud dio una ex- plicacién de los rasgos que formaban parte del sindrome anal 26 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO original, que mas tarde fue ampliado para comprender otros ras- gos.” Freud demostré que los tres rasgos originales del sindrome, que hasta entonces parecian no tener relacién mutua, formaban parte de una estructura o sisterna, puesto que todos estaban arrai- gados en la misma fuente de la libido anal que se manifiesta en estos rasgos, ya sea directamente, por formacién reactiva o por sublimacién. Asi, Freud pudo explicar por qué estos rasgos estin cargados de energia y, de hecho, son muy resistentes al cambio. En principio, el mismo procedimiento fue aplicado al estudio del ca- ricter oral-receptivo y oral-sdico y al concepto del caricter geni- tal. La adicién posterior mds importante al concepto del cardc- ter anal fue la suposicién de que la conducta sidica también era parte del sindrome anal. El provecho que este nuevo concepto dinamico del caricter trac para cl estudio de la conducta individual o social es evidente de inmediato. Un solo ejemplo ayudaré a aclarar eto: si una persona es pobre, su conducta puede ser acumulativa o mezquina, es decir, mucstta una gran renuencia a hacer mas gastos que los necesarios. Esto, claro esta, puede ser un rasgo de conducta que responde a las necesidades de la realidad. Una persona pobre estd obligada a comportarse de esa manera para sobrevivir, Si su situa- cién econdémica mejorase, modificaria en consecuencia su conducta y ya no insistiria en evitar cualquier gasto que no fuese absolu- tamente necesario. A tal persona la Iamamos frugal o parsimo- niosa. Sin embargo, cuando la parsimonia ¢s un rasgo de caricter existe independientemente de las circunstancias econdédmicas de la persona. Cuando hablamos de este tipo de persona caracteroldgi- camente frugal, hablamos de un “avaro”, y con esto nos referimos a su caracter mds bien que a su conducta frugal.** Mientras tal persona sea pobre, es claro que uno tender4 a explicar su conducta como una reaccidn a su pobreza. Pero dicha explicacién es in- suficiente si ¢l avaro, habiendo amasado una gran fortuna, con- tintia comportandose conforme a su anterior patrén. Que la avaricia como rasgo de cardcter no se aprende ni es una respuesta adaptativa se confirma con lo siguiente: 1) La avaricia se encuentra entre personas para las cuales nunca fue adaptativa y nunca la aprendieron. 2) El avaro se comporta de acuerdo con ® Una exagerada limpieza y puntualidad son rasgos que se afiadieron des- pués al sindrome original; también se les debe tomar como formaciones re- activas a los impulsos anales onginales. 10 Ese caricter ha sido estupendamente descrito por Moliére y Balzac. 4 Un ejemplo que hemos observado es el del millonario que gasta no CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 27 el principio acumulativo no sélo respecto a las cosas materiale. adonde el ahorro puede racionalizarse como provechoso, sino tam- bién para ahorrar su energia fisica, sexual o mental ya que cree que cualquier gasto de enetgia es una pérdida. 3) Cuando el ava- ro se comporta fiel a su patrén experimenta una intensa satisfac- cién, que a veces puede ser observada en su complacida expresién facial. 4) Cualquier intento de cambiar su patron de conducta sé topa con grandes dificultades (resistencia). Muchos avaros que viven en un medio donde no es popular la avaricia anhelan mo- dificar su patrén de conducta pero con frecuencia no pueden ha- cerlo, Si esto fuera sdlo una cuestién de conducta aprendida, seria dificil comprender esta dificultad. Pero puede entenderse si uno la considera como un rasgo cargado de energia que es parte de un sistema de caricter y que cambiaria sdlo si todo el siste- ma cambiara. Si la opinion conductista fuera correcta, enton- ces seria muy dificil comprender por qué los individuos o las clases con frecuencia actian en contra de sus propios intereses, incluso en contra de sus intereses de sobrevivencia, cuando estén a la mano otros patrones de conducta racionales y realistas. En efecto, todas las pasiones irracionales del hombre, de las cuales la historia es un triste registro, no son adaptativas sino incluso dafiinas. La frecuente incapacidad de las sociedades de cambiar sus tradicionales rasgos de caricter a favor de rasgos adaptativos és una de las causas de su destruccién. La valentia puede servir como otro ejemplo de la diferencia entre rasgo de conducta y rasgo de caracter. El valor como rasgo de conducta podria ser descrito como la conducta de una per- sona que persiguiendo una meta no se la disuade ficilmente po- niendo en peligro su vida, su salud, su libertad o sus pertenencias. Dicha definicién cubre casi todos los tipos de conducta valerosa. No obstante, el cuadro cambia si tomamos en consideracién la motivacién —con frecuencia inconsciente— del actuar valerosa- mente. Una persona valiente (por ejemplo, un soldado en una guerra) puede ser motivada por la dedicacién a su meta o su sen- tido del deber, y, por lo general tenemos esta motivacién en mente cuando hablamos del valor como virtud. Pero el valor también puede ser motivado por vanidad, el deseo de ser reconocido y ad- mirado; o por tendencias suicidas en las que podria desearse la pérdida de la vida, aunque de manera inconsciente; o puede ser motivado por la falta de imaginacién, que ciega a un individuo Poco tiempo y energia en asegurarse que ninguna carta enviada por 4 o Por su personal eve mas estampillas de las necesarias. 28 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO ante los peligros; o por el temor a ser considerado cobarde; o gra- cias al licor,’? o por todos estos motivos mezclados entre si. gse percatan los individuos de su motivacién? Cualquiera que sea cl motivo de la persona que se comporta valerosamente, con frecuencia supondra que esta motivado por la dedicacién o el de- ber; asi pensaran también los testigos de su conducta. En los casos donde la fuerza motivadora no es la dedicacién sino un impulso menos noble, es probable que la verdadera motivacién permanezca inconsciente, 2Es la conducta la misma independientemente de las diferentes motivaciones? superficialmente parece ser la misma, pero un and- lisis detallado de la conducta demostrara que no es asi. ‘Tome- mos como ejemplo un oficial del ejército a cargo de una com- pafiia. Si lo motiva un sentido de dedicacién a una meta o un sentido del deber, tomara riesgos y exigird que sus soldados tam- bién los tomen en proporcién a la importancia de las metas tic- ticas. Si, por otra parte, lo motivan la vanidad o las tendencias suicidas, arriesgara la vida de sus soldados (y la suya propia) in- necesariamente; puede hasta desobedecer las érdenes de sus supe- riores, perjudicando asi los planes estratégicos o tdcticos gencrales. Las diferencias en la motivacion de los principales generales y politicos podrian significar la diferencia entre la vida y la muerte para las naciones que conducen. Es necesario recalcar una importante diferencia entre rasgos de conducta y rasgos de caricter. El rasgo de conducta es una respues- ta adaptativa a una situacién social dada y en esencia es resultado del aprendizaje. Por esta razén, como ya hemos dicho, los ras- gos de conducta cambian con relativa facilidad cuando las condi- ciones cambian. Los rasgos de caracter, por otro lado, son parte de un sistema dinamico, el sistema de caracter. Cambian sélo en tanto todo el sistema cambia, pero no independientemente. E] sistema como un todo se ha formado como respuesta a la configuracidn social total; empero, esta respuesta no es arbitraria, esta condicionada por la naturaleza del hombre, que determina las formas en que puede ser canalizada la energia humana. El sistema de cardcter es la forma relativamente permanente en que la energia humana se 42 Es un hecho bien conocido que durante la primera Guerra Mundial, antes de un ataque, se distribuiam grandes cantidades de licor a varios de los cjércites contendientes, Los soldados italianos, por ejemplo, siempre sa- bian con anterioridad cudndo habria un ataque, porque les Ilegaban grandes cantidades de vino. CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 29 estructura en el proceso del relacionarse con los demds y de asimi- lar la naturaleza. Es el resultado de la interaccién dinamica del sisterma-hombre y el sistema-sociedad en que vive. Es precisamente esta cualidad estructural sistémica la que es esencial en el concepto del cardcter de Freud. Quiza a esta mis- ma razon se debe que no ha sido objeto de la plena comprensién reconocimiento que merece. Es de esperarse que el reciente in- terés por los sistemas y la estructura llevard también a una nueva apreciacién del concepto psicoanalitico del caracter. La importancia del concepto dindmico del caracter se hace aun mids clara cuando se le considera desde un punto de vista socio- biolégico mas que desde el punto de vista mecanicista-fisiolégico de Freud. La determinacién instintiva de las acciones es mas dé- bil en el hombre que en todos los demas animales. En efecto, la conducta instintiva apenas existe en el hombre. Como todos los animales, el hombre tiene que actuar y tomar decisiones, pero, a diferencia de otros animales, no puede tomar estas decisiones de manera automatica, ya que sus instintos no determinan sus decisiones. Si, por otra parte, cada decisién fuera hecha sobre la base de la deliberaciin consciente, un individuo se veria abru- mado por la informacién y la duda. Muchas decisiones vitales tie- nen que ser tomadas en un lapso de tiempo mucho mas corto del que tomaria una deliberacién sobre lo que seria lo mejor. El caracter, en el sentido dinamico, se convierte en un sustituto del instinto. Los que tienen lo que Freud Mama un “caracter anal” acumularan “por instinto”, evitaran los gastos y reaccionardn enérgicamente contra cualquier amenaza a sus posesiones. No tie- ne que pensar acerca de estas reacciones, ya que su sistema de caricter le hace actuar espontaneamente sin tener que pensar, a pesar de que sus acciones no son determinadas por imstinto.” Otra funcién importante del caricter en el sentido dindmico €3 que unifica la accién de una persona. El caracter anal que tiende a ser acumulativo, puntual, excesivamente limpio, suspicaz y constantemente a la defensiva ha constmiido un sistema inte- grado que tiene su légica y orden propios. No es mezquino hoy ¥Y Magnanimo mafiana, o frio y cerrado hoy y calido y abierto 13 La contradiccién entre la teorla de la conducta determinada instinti- vamente frente a la aprendida por condicionamiento pudiera, en nuestra Opinién, ser solucionada si ambos lados examinaran cuidadosamente las pa- fiones de caracter que no son instintivas, aunque no necesariamente apren- didos, sino una adaptacién dindmica del sistema de energia psiquica (ca- tacter) a circunstancias dadas. 30 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO mafiana. En otras palabras, debido a Ja naturaleza unificadora de un sistema, se evita la friccién constante entre diversas tenden- cias. Esta friccién existiria si la persona hiciese cada una de sus elecciones conscientemente y como resultado de Ja deliberacién o el animo, Esta funcién de unificacién es importante porque de otra manera la friccién de las tendencias conflictivas daria por resultado un notable desperdicio de energia en todo el sistema; en efecto, la vida seria bastante precaria. Habiendo sefialado la importancia del descubrimiento freudiano del concepto. dinamico del cardcter, debemos afiadir que abvia- mente este concepto no era, de ninguna manera, desconocido an- tes de Freud. Ya en Herdclito, quien dijo que “el cardcter es el destino del hombre”, en la tragedia griega y shakespeareana y en las novelas de Balzac, hallamos el mismo concepto de caracter, a saber, que el hombre es empujado a actuar de la manera en que lo hace, que hay diversos sistemas de cardcter que conducen a diversas acciones y que puede comprenderse la personalidad sdlo si se comprende el sistema que esti bajo la conducta del hom- bre, Pero Freud fue el primer cientifico y psicélogo que elabord el concepto del cardcter de un modo cientifico y que establecié los cimientos del estudio sistematico de la estructura del cardcter. Aunque el concepto de cardcter que se usa en este estudio esta construida sobre estos cimientos, difiere respecto a determina- dos elementos tedricos que formaban parte de la teoria original de Freud. Para comenzar, no creemos que el instinto medie en las rela- ciones humanas. Por ejemplo, el vinculo del infante con la ma- dre no se basa principalmente en la satisfaccién del instinto de chupar, sino que tiene que ser comprendido en un sentido mu- cho mas amplic. Mientras que satisfacer este instinto ¢s una de las funciones de la madre, hay otras funciones que son mas importantes, tales como el contacto de la piel.4** Pero atin mas ‘4 Este hecho ha sido muy bien aclarado por los experimentos con ma- dres artificiales efectuados por Harlow con animales. H. F. Harlow, “The Nature of Love” American Psychologist, 13: 675-685 (1958). 18 Cf. la excelente discusién de las ideas de varios autores analiticos y no analiticos sobre cl tema de la mediaciém instintiva de la relaciém del in- fante con la madre, que hace David Schechter en “On the Emergence of Human Relatedness" y la bibliografia que ahi se cita. Es interesante hacer notar que Freud en un comentario superficial hacia el final de su vida (1938) eseribié sobre la poca importancia del mamar: “En estas dos relaciones (la alimentacién y el cuidado corporal del nifia) arraiga la singular, incomparable y definitiva establecida importancia de la CARACTER SOCIAL DEL. CAMPESINO 31 importante es el factor del amor incondicional, que no tiene nada que ver con una necesidad especifica, sino mas bien con la ca- lidad de toda Ja relacion de la madre con el infante. La madre siempre esta alli, lista a ayudar, siempre lista a aliviar el males- tar, a responder, Ella media en teda la realidad; ella es la rea- lidad, ella es el mundo; ella es Ja diosa reconfortante, siempre confiable —al menos en los primeros afios de la vida del nifio, La cuestién decisiva no es la mecanicista de cudles instintos son satisfechos, sino la sociobiolégica: qué funcién tiene la madre en para todo el proceso de vida del infante en un punto dado en su desarrollo. Las descripciones clinicas de Freud acerca del caracter oral-recep- tivo, el oral-explotador y el anal nos parecen esencialmente correc- tas y confirmadas por las expenencias en el analisis de los indi- viduos, asi como por la investigacién analitica respecto a la es- tructura de caracter de los grupos. La diferencia no reside en la descripcién del sindrome del cardcter, sino en su explicacién tedrica, que tiene algunas consecuencias importantes para la apli- cacién de los sindromes de caracter, tal como Freud los* descu- brié en el individuo, en la comprensién del caracter social. Como ya sefialamos, los conceptos teoricos de Freud que nos guian se réficren a las vicisitudes en la evolucién de la libido. Sus etapas del desarrollo del caracter siguen las etapas del desarrollo de la libido en el sentido de que su secuencia es la misma y, ademas, en que la energia con que esta cargado el sindrome de caracter se deriva de Ja energia sexual contenida en las correspondientes zonas erégenas pregenitales. Nosotros, por otro lado, partimos de la pregunta sociobioldgica: {Qué tipo de vinculos con el mundo, las personas y las cosas debe —y puede— desarrollar el hombre a fin de sobrevivir, dada su dotacién y la naturaleza del mundo que lo rodea? El hombre tie- ne que cumplir dos funciones a fin de sobrevivir. Primero, tiene que proveer sus necesidades materiales (alimento, alojamiento, etc.) y asegurar las necesidades de supervivencia del grupo en términos de Ja procreacién y la proteccién de su descendencia. Fromm ha madre como cl primero y mds poderoso objeto sexual y como el prototipo de todas las relaciones amorosas ulteriores, tanto en uno como en el otro sexo. En todo esto, la disposicidn filogénica tiene tal supremacia sobre la experiencia accidental del individuo, que no importa mayormente el que un nifto haya realmente mamado del pecho de la madre o que haya sido ali- mentado con biberin, sin jamas haber gozado de la ternura del cuidado matemo,”” Obras completas, Vol. um, p. 426. 32 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO designado esto como “cl proceso de asimilacién” y en su carac- terologia ha indicado que sélo hay ciertas formas especificas en que el hombre puede asimilar las cosas para su propio uso: re- cibiéndolas pasivamente (cardcter receptivo), tomdndolas por la fuerza (caracter explotador), acumulando cuanto tiene (cardcter acumulativo) o produciendo con su trabajo lo que necesita (cardc- tor productivo). No obstante, el hombre, al estar dotado de au- toconsciencia, con la necesidad de elegir, hacer planes y prever peligros y dificultades y al estar desarraigado de su hogar original dentro de la naturaleza por la ausencia de la determinacién ins- tintiva, no podria permanecer cuerdo aunque atendiese a todas sus necesidades materiales a menos que pudiera establecer alguna for- ma de relacionarse con los demas, una relacién que le permita sentirse “en casa” y le salve de la experiencia de un total aisla- miento y separacién, que en efecto es la base de las graves en- fermedades mentales, (Relacionarse ¢s también una necesidad so- cial porque ninguna organizacién social podria cxistir a menos que sus miembros tuvieran algiin sentimiento de relacién entre ellos.) El hombre, en cuanto animal, estd impelido a evitar la muerte, mientras que el hombre qua hombre, esti impelido a evitar la lo- cura. Esto lo logra por medio de diversas formas de relacionarse en cl “proceso de socializacién”. Puede relacionarse con los demas de manera simbidtica (saidica © masoquista), en formas puramente destnuctivas, en forma narci- sista y en forma amorosa,**?* Existen afinidades entre ciertas estructuras de caricter que se refieren a la asimilacién y otras que se refieren a la socializacién; las que seran descritas mds adelante. Tanto el proceso de asi- milacién como el de socializacién tienen como meta no sélo la supervivencia (fisica y psiquica) sino también la expresién del po- tencial del hombre a través del uso activo de sus poderes fisicos, afectivos ¢ intelectuales. En este proceso de Ilegar a ser lo que se ¢s cn potencia, cl hombre expresa sus energias de la forma mis adecuada. Cuando no puede expresar activamente su propio ser, sufre, es pasivo y tiende a enfermar."" 16 Las formas de relacién destructivas y narcisistas son en realidad for mas negativas de relacién, pero sélo una extensa discusién, para la cual no hay espacio aqui, — mostrar por qué estas formas negativas de rela- e6n som intentos de resolver el problema de la socializacdén, aunque in- fractucsamente- 1" Otras actitades menot fundamentales y mds orientadss hacia el juego de i se analizarin en el capitulo v. ™ Este problema.ha sido comprendido a fondo por muchos filésofos. CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 33 Para resumir: al hablar de las orientaciones receptiva, explota- dora, acumulativa y productiva no nos referimos a una forma de relaci6n con el mundo mediada por ciertas formas del instinto sexual, sino a formas de relacién de los seres humanos con el mun- do en el proceso de vivir.” Este cambio conceptual leva también a modificar el concepto de energia, con la cual esta cargado el sistema de caracter. Para Freud esta energia era la energia sexual, la libido, Desde nuestro punto de vista tedrico es Ja energia dentro de un organismo vivo total la que tiende a sobrevivir y expresarse. No es necesario hablar de una “energia desexualizada”, que es un descubrimiento silo si s¢ partiese de un punto de vista ortodoxo, Usamos en una forma descriptiva el concepto general de energia de modo se- mejante al de la “libido” de C. G. Jung. El concepto freudiano del caracter se desarrollé a través de la observacién clinica de los individuos, no de los grupos. Por afia- didura, él vio la base para el desarrollo del caricter individual en otro fenémeno “privado”: Ja familia individual, No aplicd sus conceptos del caracter a las sociedades o las clases. Entre Jos psiquiatras y psicélagos modemos, Kurt Goldstein ha profundizado Ga comprension y demcstredo va itapoctancia, y después A. Madw y olres le han prestada especial atencién. 19 Este concepto de caricter no instintivo aunque dindmico ha sido desarrollado por Fromm (1947). Erikson (1963) ha expresado un punto de vista similar en términos de “modos” sin hacer hincapié con tanta claridad en su diferencia con Freud, Erikson (1963) ha demostrado en lo que se refiere a los Indios Yurok, que cl caricter no estd determinado por las fijaciones libidinales, Erikson muestra que el Yurok tipico tiene un cardcter anal-acumulativo incluyendo la ee la sospecha y terquedad. El escribe que “Todo ‘pensamien- to desiderativo’ se ponia al servicio de las biisquedas econdémicas” (p. 177). El ideal del Yurok era estar “limpio", ser “'razonable” y “cohibido". Adn ast no hay prucba de que estos rasgos se puedan asociar a restricciones o crotismo anal. De hecho, Erikson escribe que “parece no existir un interés especifico en las heees o en Ia zona anal...” (p. 178). ¥ “no hay vergiien- za alguna en relacién con el cuerpo humano.” (p. 179). Mas bien, las de- econdmicas de la vida de los Yurok como pescadores campesinos Parecen hacer de lo que nosotros Tamariamos una orientacién acumulativa moderadamente productiva, la que mejor se acopla a la sobrevivencia, y las instituciones Yurok refuerzan Jos ideales que sirven a este tipo de caracter. describir cl carécter Yurok, Erikson rechaza una parte esencial de la teo- ria de la libido, y sus resultados confirman la posicién adoptada anterior- mente por Fromm (1941). Pero ha continuado apoydndose, y nos parece gue algo inconsistentemente, en la teorla del instinto y la libido y ha evi- fado acentuar su brusca ruptura con una importante posicién freudiana re- ton la formacién del cardcter. 4 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO Esta afirmacién no implica que la teoria de Freud carezca de una orientacién social. Se percataba muy bien de que la psicolo- gia individual rara vez puede descuidar la relacién de un individuo con otro y que —como escribié en Psicologia de las masas y and- lisis del yo (1922)— “desde el principio, la psicologia individual es a la vez psicologia social en un sentido ampliado pero comple- tamente legitimo”. Fue atin mas lejos. Especulé sobre las po- sibilidades de las neurosis colectivas y concluyé esta especulacion con la siguiente afirmacién: “Pese a todas estas dificultades, pode- mos esperar que algin dia alguien se atreva a emprender la in- vestigacion semejante de la patologia de las comunidades cultuta- les." ™" Pero a pesar de estas especulaciones, Freud munca fue mas alld del estudio del caracter individual y sus raices en la familia individual. Et CARACTER SOCTAL El concepto del cardeter social se basa en la premisa de que la energia del individuo no sdélo esta estructurada en términos del concepto dindmico del caracter, de Freud, sino que hay uma cs- tructura de caracter comin a la mayoria-de los miembros de los grupos o clases dentro de una sociedad dada. Esta estructura de caracter comin es lo que Fromm ha designado como “carac- ter social”, El concepto del caracter social no se refiere a la es- tructura de caracter completa o altamente individualizada, de he- cho, tinica, tal como existe en un individuo, sino a una “matriz de caracter”, un sindrome de rasgos de cardcter que se ha desarro- llado como una adaptacién a las condiciones econdémicas, sociales y culturales comunes a ese grupo. Hay, claro esta, en un grupo de individuos cuyo caricter es completamente diferente al de la mayoria. Pero los rasgos de caracter comunes son tan importantes porque el hecho de que son comunes a Ja mayoria de los miem- bros tiene como resultado que la conducta del grupo —accidn, pensamiento y sentimiento— esté motivada por los rasgos compar- tides. Los dirigentes de cualquier grupo con frecuencia seran aque- llos cuyo caricter individual es una manifestacién particularmente intensa y completa del caracter social, si no de toda la sociedad al menos de una clase poderosa en ella, Hay ejemplos en que es relativamente ficil observar el caracter social de un grupo. En las sociedades primitivas, por ejemplo, con 20 Cé. Fread, “El malestar en la cultura’, en Obras completas, Vol. mm (Madrid: Biblioteca Nueva, 1968), p. 64. CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 35 frecuencia hallamos que todo el grupo comparte el mismo carac- ter social. En algunos casos este caracter social es pacifico, amis- toso, cooperative y no agresivo. En otros casos es agresivo, des- tructivo, sadico y suspicaz.* En gociedades mds desarrolladas, por Jo general descubrimas que diferentes clases tienen un cardcter social distinto, segiin su diferente papel en la estructura social.* Un ejemplo es el caricter acumulativo de la clase media del ca- pitalismo del siglo xmx. La clase media fue motivada a ahorrar, economizar, aferrarse a sus posesiones, a ser puntual y ordenada, no sélo en su conducta en los negocios, sino también en sus cos- timbres sexuales.* Las clases altas europeas tenian un cardcter social muy diferente. No gustaban del ahorro, sino de gaslar v disfrutar y no estaban sujetas a las restricciones morales victorianas de su conducta, Un ejemplo mas reciente es la clase media baja en Alemania después de la primera Guerra Mundial. La matriz de caracter de esta clase puede ser descrita como acumulativa, rencorosa y sidica, ¥ Fromm (1941) ha demostrado como su papel, rapida- mente descendente en el proceso social, llevé a esta formacién de caricter. Esta es la clase de la cual Hitler recluté a sus partida- rios originales y de ella también provinieron los elementos mis brutales y sddicos del movimiento nazi. El concepto del cardcter social explica cémo la energia psiquica en general se transforma en la forma especifica de energia psi- ac que toda sociedad necesita emplear para funcionar. A fin € apreciar este hecho debe tomarse en cuenta que no hay una 21 Los indios zuni son um buen ejemplo de los primers, y los kwakiutl de log tiltimos, Cf, Margaret Mead, Cooperation end Competition Among Primitive Peoples {Nueva York: McGraw-Hill, 1937), y Ruth Benedict, Pat- terns of Culture (Boston: Houghton Mifflin, 1934) [EE hombre y [a cul- tura (Buenos Aires: Sudamericana, 1939)]. Contrastanda con esta, un an- tropdlogo estrictamente freadiano, D, Freeman, esti en desacuerdo y, siguien- do Ja tesig de Freud acerca del instinto de muerte, sdlo encuentra prue- bas de la ubicuidad de la destructividad cn ec] material antropolégico. Cf. Derck Freeman, “Human Agression in Anthropological Perspective’, The Natural History of Agresston, 1. D. Garthy y F. I. Ebling (editores) (Lon- dres y Nueva York: Academic Press, 1964). #2 Nuestros datos muestran que esto también sucede en la sociedad que estudiamos, 28 Este rasgo de caricter se encuentra en las reglas de vida que Benja- min Franklin anoté. Entre las virtudes que Franklin creia las mas impor: tantes estan, entre otras: la moderacién, el orden, la parsimonia, la limpiéza, 4 Justicia, la castidad, mientras que ni siquiera s¢ mencionan la caridad, el amor, o la compasién. ES] SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO “sociedad” en general, sino que sdlo existen estructuras sociales especificas; que cada sociedad y clase exigen diferentes tipos de funciones a sus miembros. El modo de produccién varia de so- ciedad a sociedad y de clase a clase. Un siervo, un campesino libre, un obrero industrial en el siglo xxx y otro en una sociedad automatizada, un empresario independiente en el siglo xm y un gerente industrial en el siglo xx, todos tienen que cumplir dife- rentes funciones. Por aiiadidura, el contexto social diferente exige que se relacionen de diferentes maneras con los iguales, los supe- riores y los inferiores. Ejemplos especificos son: el obrero indus- trial tiene que ser disciplinado y puntual; el burgués del siglo xr tiene que ser parsimonioso, individualista y confiado en si mismo; hoy, los miembros de todas las clases, excepto los pobres, tienen que trabajar en equipos, y deben desear gastar y consumir nue- vos productos. Es socialmente necesario que, al ejercer estas fun- ciones, cl hombre invierta gran parte de su enetgia psiquica. Si se le obligara a actuar, sdlo podria hacerse el trabajo menos calificado, Si, por otra parte, ejerciera sus funciones sélo cuando lo considerase necesario para su supervivencia o bienestar, podria a veces decidir que preferiria actuar de maneras distintas a las socialmente prescritas. Esto no seria una base suficiente para el correcto funcionamiento de uma sociedad. Las demandas de su papel social deben convertirse en “segunda naturaleza”, es decir, una persona debe querer hacer lo que tiene que hacer, La socie- dad debe producir no sélo herramientas y maquinaria sino tam- bién el tipo de personalidad que emplea energia voluntariamente para cumplir un papel social. Este proceso de transformacién de la energia psiquica general en energia psicosocial especifica es me- diado por el cardcter social. Las personas actuando de acuerdo con las exigencias del ca- racter social, se sienten satisfechas cuando las pautas sociales les permiten comportarse de acuerdo con su caracter. El miembro de la clase media del siglo xxx que gustaba del ahorro se sen- tia satisfecho cuando su sistema social le daba la oportunidad de ahorrar. Esto significa que la sociedad no sélo transforma la energia psiquica en energia socialmente itil; también es este mis- mo proceso el que da Ja recompensa de la satisfaccién a aquellos que se comportan como se supone deben actuar. Ademaés, claro estA, aquellos cuyo cardcter individual se asemeja mas al cardcter social reciben también las recompensas sociales que la correcta conducta social conlleva, en términos de éxito material y el re- conocimiento de ser “bueno” y “virtuoso”. Aquellas personas que CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 37 en su caracter individual se asemejan més al cardcter social con frecuencia se convierten, si estan dotadas, en dirigentes de sus respectivos grupos. La formacién del caracter social esté mediada por la influencia de la “cultura total": los métodos de criar a los nifios, la educa- cién en términos de instruccién, literatura, arte, religién, costum- bres; en pocas palabras, toda la trama cultural garantiza su esta- bilidad.** En efecto, una posible definicién de la cultura diria que es la totalidad de todas aquellas disposiciones que producen y estabilizan el] caracter social. El cardcter social con frecuencia se retrasa respecto a los nuevos desarrollos sociales y econdémicos ya que, arraigado en la tradicién y la costumbre, es mds estable que los cambios econémicos y politicos. Este retraso, a menudo es dafiino a las clases y sociedades que no pueden adaptarse a los requerimientos de las nuevas circunstancias, porque su cardcter tradicional dificulta la adaptacién de su conducta. El mas nota- ble y alarmante ejemplo de este retraso en la actualidad reside en el conflicto entre sentimientos tradicionales acerca de la so- berania nacional, el honor nacional, el triunfo en la guerra y la nueva tecnologia, en particular en el campo de los armamentos nucleates y la guerra biolégica. Es precisamente este retraso y la terquedad con que persiste el cardcter tradicional lo que dificul- ta explicar la conducta social exclusivamente, 0 siquiera principal- mente, como aprendido o mediado por imitacién, Aqui debemos referirnos a una diferencia entre el concepto cld- sico del cardcter y el nuestro que no hemos mencionado antes, una diferencia que es de especial importancia para la comprensién del concepto del cardcter social y el cambio social. De acuerdo con Freud, como hemos sefialado, la evolucién del cardcter sigue las etapas de la evolucién de la libido, y se supone que esta evo- lucién es inherente a la estructura fisiolégica del hombre, Freud * Lo que aqui se describe son los fenémenos que Marx sintetizé baj el concepto de “superestructura ideolégica”, que a menudo se ha cobendiis como una consecuencia de tipo refleja de la estructura socioeconémica. Marx y Engels eran mucho menos simplistas a este tespecto y consideraban que no habian encontrado una solucién satisfactoria a la cuestién de cémo se Produce esta superestructura. En el concepto del cardcter social, la conexién entre la base econémica y la superestructura queda sobreentendido en su miteraccién. La prdctica de la vida, como resulta de la estructura socioeco- némica (el modo de vivir), produce un cierto caricter social el cual, a su rez, produce la superestructura que, a su vez, refuerza el cargcter social, caricter social, visto asi, es el intermediario entre la estructura econémica cay la superestructura, 38 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO supuso que la formacién del caracter esta mas o menos completa en la etapa edipica, alrededor de los seis afios. A esta etapa la sigue un periodo de latencia y mas tarde la pubertad, la adoles- cencia y la edad adulta, pero los cambios en el caracter son ex- tremadamente raros.** Como resultado, se supuso que las expe- riencias de la infancia no sélo son basicas para la formacién del cardcter sino que también son fijas y no estén sujetas a un cam- bio posterior, al menos no sin la terapia psicoanalitica. Por otra parte, mientras que reconocemos plenamente la im- portancia fundamental de las experiencias infantiles, nuestro pun- to de vista respecto a las influencias esenciales en la formacidén del caracter son diferentes ¢ implican, finalmente, una diferente opinion acerca de la posibilidad del cambio posterior. Como he- mos sefialado, el hombre tiene un numero de formas identifica- bles de asimilar y relacionarse, Si bien es cierto que hay cierta secuencia en el desarrollo del nifio respecto a estas etapas, no pa- rece ser uma secuencia estricta, como supuso Freud. Por el con- trario, a partir de datos clinicos y sociales estamos inclinados a formular la hipdtesis de que el nifio parte de todos los modos potenciales, algunos mas débiles y otros mas fuertes constitucio- nalmente, y que experimenta con diversas orientaciones de carac- ter y que, con el tiempo, aquellas mds adecuadas a la adaptacién a su ambiente particular son las que se convierten en dominan- tes. Empero, la adaptacién a circunstancias desfavorables al cre- cimiento, por lo general tiene importantes “efectos secundarios”. Asi, por ejemplo, cuando un nifio se somete a las exigencias de obediencia total por parte de un padre o madre sddicos, mien- tras que por temor se adapta a las necesidades de la situacidn, algo le sucede. Puede desarrollar wna intensa hostilidad contra el padre, hostilidad que reprime puesto que seria muy peligroso expresarla o incluso percatarse de ella. Esta hostilidad reprimida, aunque no es manifiesta, es un factor dindmico en su estructura de caracter. Puede crear nueva angustia y llevar asi a una sumi- sion arraigada mas profundamente; puede conducir a una vaga oposicién dirigida contra madie en particular sino mas bien con- tra la vida en general; puede incluso llevar a imprevistos impul- sos asesinos.** oa n el ultimo concepto del anilisis de cardcter, tales cambios se pueden Togas por medio de Ja interpretacién psicoanalitica, aunque sélo con mucha dificultad. 26 No obstante, no toda influencia familiar es patégena. Un niiio con — padres amorosos productivos serd respetado y estimulado para confiar en sus — propies sentimientos y para desarrollar sus capacidades. CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 39 Es necesario recalear que la influencia de la familia, aunque es extremadamente poderosa, siempre debe obrar a través de la cons- titucién del nifio. Por constitucién (o dotacién) nos referimos a algo mas que el temperamento en el sentido clasico. Mas bien nos referimos a la estructura basica de la personalidad. Las rela- ciones en la familia ayudan a que esta estructura florezca lo me- jor posible, o bien tienden a distorsionarla. Asi como la semilla de un peral no puede producir un manzano sino peores o me- jores perales segun la condicién del suelo y el clima, un nifio sélo uede desarrollar su estructura potencial dada en la forma vital mas arménica o en una forma negativa. Por ejemplo, un nifio muy sensible y no agresivo puede convertirse, bajo circunstancias favorables, en una persona artistica, introspectiva y espiritual. Bajo la influencia de padres frios y autoritarios, es posible que el mis- mo nifio sea timido, temeroso y resentido, con el resultado de que desperdicie la mayor parte de su energia al no poder ser lo que en potencia es. Esto es cierto especialmente cuando los padres tratan de imponerle al nifio un patrén de personalidad que es socialmente deseable o preferible para ellos, pero que choca con su personalidad constitucionalmente dada. El niiio en desarrollo puede actuar en términos de la personalidad impuesta, pero no estara en contacto con las mds profundas fuentes de su ser origi- nal. Sin duda, puede condicionarse a un nifio con castigos y re- compensas, manipulando su angustia, para convertirla en lo que no ¢s, pero el resultado sera un conflicto interno, desperdicio de energia, falta de alegria y en muchos casos neurosis y a veces Todas estas consideraciones se basan en el supuesto de que el bienestar maximo se logra sdlo si la persona se convierte en lo que potencialmente ¢, si desarrolla su propio ser, su centro, y luego un auténtico sentimiento de identidad.** ™ Enk H. Erikson ha escrito extensamente acerca del sentida de “identi- dad, pero su concepto de identidad es ambiguo. A veces da al concepto un sonia similar al nuestro pero, por otra parte, para él la base de la tidad es la identificacién del nifio con otros. _En otra parte, habla de Ja identidad como si éta significara la congruen- Ga entre el papel social y la experiencia subjetiva del yo. Este uso del con- 0 evita cl enfrentarse con el asunto de si una sociedad estimula o im- €] desarrollo del yo individual y de si ofrece una pseudoidentidad en t del yo original. Por ejemplo, ¢] escribe (1963) que, “la identidad el yo = como s¢ sefialé, mds que la suma de las identificaciones de la nifiez. Es la experiencia acumulada de la capacidad del yo para integrar todas las identificaciones con las vicisitudes de la libido, on ‘et decarno de las aptitudes que proceden de la dotacién y con las oportunidades que 40 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO Que la reaccién del nifio a su medio familiar también dependa de su constitucién, puede verse comparando a los nifios de la mis- ma familia. Un nifio puede resistirse a la adaptacién porque su voluntad ¢s mas fuerte mientras que otro rapidamente cederd, Lo mismo es cierto respecto de la reaccién de un nifio a las presio- nes fuera de Ja familia. Las condiciones de vida tanto fuera de la familia como dentro de ella pueden penmitirle al niiio ejercitar sus capacidades, pero con frecuencia lo presionan a adaptarse de maneras que chocan con sus auténticos deseos. La manera en que resuelya el conflicto, ya sea resistiéndose o adaptandose, dependera én gran medida de factores constitucionales. Por ejemplo, aunque un nifio en una familia autoritaria por lo general se va a formar conforme a lo que se espera de él, es po- sible que también se resista, fortaleciendo sus tendencias originales, a fortalecer su integridad y hacerse sensible al sadismo. En otras palabras, mientras que la mayor parte de los nifios se convertirin en lo que sus padres son, por ejemplo, autoritario-sadicos, algu- nos se convierten en lo contrario. Esta formulacién general debe ser calificada mis especificamente. Si el nifio mismo esta dotado de fuertes tendencias sAdicas, el configurarse dentro de Ja pauta parental puede ser apoyado por esta tendencia al sadismo, Por otra parte, un individuo puede conformarse en apariencia y a la vez conservar su propio yo original, con el resultado de que hay un conflicto interno entre las dos tendencias. En efecto, uno de los objetivos mds importantes del psicoandlisis es resolver dichos conflictos.** ofrecen los papeles sociales. El sentido de la identidad del yo, entonces, ex la confianza acumulada en que la mismidad y la continuidad interna forma- das en el pasado se comesponden con la mismidad y la continuidad del sig- nificado que tiene uno para los demds, como es manifiesta en la promesa tangible de una ‘carrera’ (p. 261-262). 8 Se encuentra, 2 menudo, que personas provenientes de un medio am- biente que parece predeterminarlas a tener un caricter sidico o destructivo resultan ser particularmente bondadosas y ajenas a las tendencias mismas que “influyen” en ellas en su nifiez. Las causas pueden ser dos. Ya sea que su dotacién no sidica era tan fuerte que ninguna influencia ambiental podia alcanzarla o en la misma lucha en contra de la destructividad en su medio ambiente, sus propias tendencizs no destructivas (biofilicas autoafir- mantes) estin més cabalmente desarrolladas y “reforzadas". El mismo prin- ¢ipio ¢s cierto para los conflictos dentro del individuo. La lucha contra las tendencias sidicas y destructivas a menudo lleva hacia tendencias no destruc- tivas mas fuertes que Ia de aquellos casos en los cuales tal lucha no era necesaria. CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 41 La importancia de las experiencias infantiles de ninguna mane- ra excluye cambios posteriores en el caracter. Es decir, mientras que el cardcter bajo la influencia de las primeras experiencias (mas la constitucién) se forma en los primeros afios, la estructura nor- malmente es lo bastante flexible para que los cambios ocurran en un periodo posterior. En principio, ni siquiera fijariamos un limite de edad para las posibilidades de tales cambios, para bien o para mal. Sin embargo, existen buenas razones por las que dria concebirse un caracter completamente inflexible. El ca- racter del nifio se desarrolla, tal como piensa Freud, como resul- tante de la adaptacién dindmica a la constelacién familiar. Pues- to que la familia representa el espiritu de la sociedad a la cual ingresa el nifio, las mismas influencias que han sido determinan- tes en el principio continian modelando la estructura de cardcter del adolescente y el adulto. Las instituciones de la instruccidn, tra- bajo y ocio no difieren esencialmente de la forma de vida trasmi- tida al nifio en su familia. Asi, Ja estructura de caracter adquirida en la infancia constantemente es reforzada en la vida posterior, a condicién de que las circunstancias sociales no cambien drastica- mente. Puesto que esto generalmente no sucede asi, surge la im- presién de que el caracter queda definitivamente formado a los seis afios y que no sufre cambios posteriores. Sin embargo, el hecho de que ciertas orientaciones de cardc- ter, por lo general aquellas que son adaptativas al ambiente del nifio, se conviertan en dominantes no quiere decir que las otras sencillamente desaparezcan o se pierdan para siempre por medio de la represién. Es natural que cuando las circunstancias no cam- bian, la orientacién de caracter mds adaptativa se afirme mds y mas. Pero cuando las circunstancias cambian de manera impor- tante, el nifio ¢ incluso el adulto mas tarde tiene la posibilidad de manifestar orientaciones que han estado latentes y que son més adecuadas para afrontar las nuevas circunstancias. Este pro- ceso de cambio es complicado, El sistema de cardcter inicial no desaparecerd, sino que, en parte, sera reemplazado y en parte se mezclaré con una nueva estructura de cardcter que puede no ser tadicalmente diferente de la original, pero lo suficiente como para «rear un conjunto muy diferente de rasgos de caricter motivado- Tes. En efecto, si esto no fuera asi, no podria ocurrir ningdn cam- 10 de caricter por medio de la intervencién psicoanalitica. El que la estructura de cardcter adoptada desde temprano parece ser dominante en la mayor parte de la gente a lo largo de sus vidas se debe en menor medida al necho de que es tigida e incapaz 42 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO de ser modificada, que a la relacién de reforzamiento mutuo en- tre caracter y ambiente. Es necesario hacer una advertencia: la estructura de caracter es un sistema y como todo sistema tiene un gran poder de cohesién porque cada parte esta vinculada con las demas, y un cambio en una parte requiere un cambio en las demas. A esto se debe que la simple instruccién tenga poca influencia y esta es la causa de que incluso el intento de cambiar por la fuerza un rasgo o un sintoma, por ejemplo con el uso de los castigos y recompen- sas, siga siendo ineficaz, Un sistema absorbe pronto los cambios efectuados en un rasgo en particular y lo mismo puede ocurrir que el rasgo reaparezca muy pronto o permanezca muy reprimi- do esperando las circunstancias donde puede surgir de nuevo.” Como en el caso de cualquier otro sistema, un cambio en el sis- tema es posible sdlo si toda una serie de circunstancias es mo- dificada de manera tal que se aplique al sistema en general y haga que se manifiesten otros sistemas que hasta entonces han permanecido latentes. Un ejemplo puede aclarar este punto: si se castiga a un nifio agresivo, o bien si se consiente la manifesta- cién de su agresién, la conducta agresiva puede cambiar, pero no el caracter agresivo, Pero si un nuevo desarrollo crea un conjun- to de nuevas condiciones, como por ejemplo una combinacién de amor incondicional, estimulo, no castigo, posibilidades de par- ticipacién y responsabilidad activas, una situacién de solidaridad no competitiva y un realismo no sentimental, esta nueva combi- nacién muy bien puede hacer que se manifieste un sistema de caracter latente de forma tal que la agresién se extinga. Este con- cepto de “extincién” es importante. Cualquier sistema ambienta lo mismo alimenta ciertos rasgos de cardcter que tiende a extin- guirlos. Ambos procesos suceden lentamente y suceden sdlo si se tiene la paciencia de esperar el cambio en vez de declararse ven- cido si no sucede como resultado inmediato de los nuevos ele- mentos introducidos. La posibilidad de cambio depende del hecho de que todos los elementos del sistema de cardcter hayan conservado cierta flexibi- lidad o, de manera mds precisa, cierta capacidad de regeneracion. Cuando eso sucede puede hablarse de un caracter basicamente sano, aunque puede tener manifestaciones insanas en una situa- cién dada, Empero, a veces sucede que, sea por razones consti- tucionales o por razones de la intensidad de las experiencias tem- pranas, ciertas partes del cardcter pierden su capacidad de adap- 29 Cf. el concepto de Freud del “regreso de lo reprimido’. CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 43 tacién regenerativa, se osifican o “mueren”. Si esto ocurre en una medida regular, el sistema psiquico pierde su capacidad regenera- tiva y puede ser considerado incapaz de cambio. Un sistema en que esto ocurra puede ser considerado verdaderamente enfermo y la cuestién de si los cambios fundamentales en el sistema social (o la intervencion terapéutica) pueden tener éxito en vencer esta inflexibilidad dandole vida a aquellos elementos que han sido con- gelados, sdlo puede ser decidida en cada caso.” EL méETopo El segundo interés que motivé este estudio fue disefiar un métedo que permitiera aplicar las categorias analiticas sociopsicoldgicas a la investigacién social fuera del andlisis individual o de grupo de los miembros de una comunidad. La ultima posibilidad, por necesidad, se excluye a si misma, no sdlo en México sino practi- camente en cualquier lugar, en parte porque requeriria uma can- tidad de tiempo para la cual no estén disponibles ni el personal ni los medios, y en parte porque sdlo una porcién —y quizd una pequefia porcidén— de la poblacidn estaria dispuesta a sujetarse a dicho procedimiento. La investigacién social se ha limitado sobre todo a métodos que producen datos de conducta, como las opiniones y las actitudes conscientes. Ha habido un nimero de intentos para analizar las tendencias inconscientes en un grupo social sabre la base de la observacién intuitiva o el estudio de los informes existentes sobre la experiencia y conducta de los miembros del grupo como, por ejemplo, los estudios antropoldgicos de A. Kardiner; los estudios del caricter norteamericano, de David Riesman, y¥ los del carac- ter nacional, de G. Gorer. También se han realizado estudios sobre la relacién entre motivaciones inconscientes y actitudes po- liticas, usando tanto entrevistas estructuradas (por ejemplo, la obra de B. Smith, J. $. Bruner y R. White, y la de Robert Lane) como Preguntas proyectivas precodificadas (en particular, Adorno, et al., 1950, La personalidad autoritaria, y los muchos estudios basa- dos en ésta), No es nuestra intencién resefiar estos estudios, sino mas bien Sefialar las diferencias esenciales en relacién al nuestra? La di- *° Cf. Freud (1937) “Andlisis — terminable e¢ interminable’, en que pate el problema de la dificultad de cambio atin con terapia psicoanalitica. El método de la entrevista mediante un cuestionario interpretative ha 44 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO ferencia mas importante, claro estd, es tedrica, Nosotros hemos tratado de descubrir el nticleo del caracter de cada aldeano y de hallar la relacién que guarda el cardcter con los factores sociales2# Este método se aplicé por primera vez en un estudio iniciado en 1931 por el Instituto de Investigacién Social de la Universidad de Francfort." Una sumaria descripcién del método que se usé entonces pondra de manifiesto los elementos bdsicos del que aho- ta empleamos para estudiar el poblado mexicano. La razén inmediata de este estudio fue el interés en saber cudntos entre los trabajadores y empleados alemanes eran comba- tientes confiables contra el nazismo, En cuanto a sus opiniones politicas, los interrogados eran todos antinazis, la mayor parte de ellos socialistas o comunistas. La hipdtesis fue que quienes poseian un cardcter autoritario se volverian nazis en el caso de que Hitler tnunfara, quienes tenian un cardcter antiautoritario democratico-revolucionario combatirian el nazismo y quienes te- nian un caracter combinado no se convertirian ni en fervientes na- zis ni en fervientes antinazis. Esta hipotesis se basaba en el supuesto tedrico de que las opi- niones sostenidas en un momento dado son relativamente indig- nas de confianza si las circunstancias cambian drasticamente, Una opinion en si misma no es mds que la aceptacién de un patrén sido empleado por el doctor Armando Hinojosa en su libro Andlisis psicold- gico del estudiante universitario (México: La Prensa Médica Mexicana, 1967), en él que aplica las categorias caracteristicas expuestas en Etica » lisis, pero difiere de nuestra método en que no pone aparte el cardcter pro- ductive, sino que mds bien contrasta los aspectos eet y los negativo-improductivos de las diversas orientaciones del caracter. 52 E] mis cercano al presente estudio seria La personalidad autoritaria, No obstante, existen entre ambos Jas dos diferencias esenciales apuntadas. En este ultimo estudio no se establece relacién alguna entre los factores psicaldgicos y los socioecondmioos, en particular el de produccién, que para nosotros es fundamental para lograr entender el carécter social. También, a diferen- cia del procedimiento utilizado en La personalidad autoritaria, aqui hemos empleado preguntas abiertas que requieren de una interpretacién psicoanali- tica que describiremos posteriormente, 48 Se puede encontrar un informe preliminar de ese primer estudio en Studien tber Autoritdt und Familie (Paris: Felix Alcan, 1936). La vie- toria de Hitler obligé a los investigadores a abandonar Alemania, y pasd algin tempo antes de que el estudio se iera terminar en la sucursal en Ginebra del Instituto de Investigacién Social y, por ultimo, en la Uni- versidad de Columbia. Este estudio fue planeado y dirigido por Fromm con la colaboracién de Emest Schachtel y Anna Hartoch, y el asesoramiento de Paul Lazarsfeld en todo lo concemiente a problemas estadisticos, Lamenta- blemente, sus resultados finales no fueron publicados jams. J CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 45 de pensamiento compartida por la sociedad en general o por un , en particular como, en ese caso, los trabajadores y emplea- dos alemanes. Se supuso que sdlo aquellas opiniones que est4n arraigadas en la estructura de caracter de una persona constituyen erosas motivaciones para la accidn, es decir, si son “buenas opiniones”. En el caso de una opinién arraigada en la estruc- tura de caracter, debe hablarse de una conviccién y no de una opinién. Las convicciones profundamente arraigadas son, en efec- derosas motivaciones de la accién una vez que han surgido las posibilidades para tal accién. (Esto es cierto para todo tipo de conviccién, sea racional o irracional, buena o mala, correcta o incorrecta.) De este supuesto general se desprendia que sdlo si se conociera la estructura de caracter de los trabajadores y emplea- dos alemanes podia predecirse su reaccién probable ante la victo- ria nazi. El principal interés no era el cardcter social en su sen- tido amplio, sino aquel aspecto mas importante para el desafio nazi: el caracter autoritario versus el caracter democratico-revalu- cionario.** El problema fue hallar luego un método que permitiera la aplicacién de entrevistas y su elaboracidn estadistica al concep- to dindmico del caracter autoritario. E] estudio fue emprendido sobre la base de una analogia entre una entrevista social y una psicoanalitica de tipo personal. Cuan- do un psicoanalista entrevista a una persona, incluso antes que comience a usar el método de la asociacién libre y la interpreta- cién de los suefios, intenta comprender el significado inconscien- te de ciertas frases y declaraciones del paciente, un significado que el paciente no quiso manifestar o del que no se percata si lo manifiesta. Las entrevistas psicoanalfticas ofrecen muchos ejem- plos de este procedimiento. Si un hombre asevera un extraordi- nario ntimero de veces durante su primera entrevista cudnto ama @ Su esposa, pero luego discute cudles serian sus proyectos en caso de que ella muriera, apenas se necesita un psicoanalista para reconocer que “protesta demasiado”, y las seguridades de su amor pueden no significar lo que él cree o pretende que signifiquen. Se Supuso que el mismo método podia utilizarse en una entrevista de gran nimero de preguntas pertinentes. Técnicamente, esto exigia que las preguntas no demandaran respuestas afirmativas o Negativas ni el marcado de un ntimero de respuestas preformu- adas en términos de “mucho”, “un poco”, etc., sino que la respues- ta original del entrevistado fuera anotada verbal e inmediatamente ** Cf. el concepta de carécter revolucionario en Fromm (2963) y el ca- Pitulo 1y para una mas amplia discusién de los tipos de cardcter politico. 46 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO por el entrevistador. Las respuestas individuales no fueron tabu- ladas de manera mecanica; mas bien, analizando cada respuesta y la totalidad de las respuestas al cuestionario. El estudio pre- tendia llegar a un conocimiento de las tendencias dinamicas mas relevantes en la actitud politica del caracter del entrevistado. Ade- mas, el objetivo de este estudio era comparar las estructuras de cardcter halladas en cada cuestionario con todas las demas, y con datos objetivos tales como edad, ingresos, sexo y educacidn. Las diferencias entre este tipo de cuestionario, que puede ser designado como “‘cuestionario interpretativo”, y la mayor parte de los demas cuestionarios usados en la investigacién social no son, principalmente, las que existen entre cuestionarios abiertos y los preformulados, sino que radican en el diferente uso que se hace de las respuestas. En el cuestionario convencional, las respuestas son consideradas como material en bruto o son codificadas con arreglo a categorias conductuales y la tarea es analizarlas estadis- ticamente, ya sea sdlo en términos de la frecuencia de cada respues- ta individual o, de manera mas refinada mediante el andlisis fac- torial, que muestra grupos de respuestas que aparecen juntas con una frecuencia significativa. El esfuerzo principal se dirige hacia la eleccién de una muestra adecuada de las preguntas significati- vas y hacia la elaboracién estadistica mas fructifera. ‘Todos estos pasos también tienen que ser tomados en el cuestionario inter- pretativo, pero parecen relativamente sencillos en comparacién con ese elemento caracteristico de los cuestionarios interpretati- vos, es decir, la interpretacién de las respuestas de acuerdo con su significado inconsciente o no premeditado. Como cualquier otra interpretacién psicoanalitica, esta tarea es dificil y toma mucho tiempo.** Exige un conocimiento de la teoria y la terapia psico- analitica (incluyendo la experiencia del andlisis personal), una experiencia psicoanalitica clinica y, como en todo lo demas, ha- bilidad y talento. La interpretacién psicoanalitica, tanto de aso- ciaciones y suefios, como de las respuestas a un cuestionario, ¢ un arte como la practica de la medicina, en la que ciertos prin- cipios tedricos son aplicados a datos empiricos. En consecuencia, el factor mas importante para asegurar la exac- titud de la interpretacién y luego de los resultados de toda la investigacién que descansa en datos interpretativos, depende de a3 De hecho, Maceoby dedicS, durante mds de un afio, la mayor parte de su tiempo a analizar mds de 400 cuestionarios. Despuds de analizar los — primeros 150 cuestionarios, se dio cuenta que lo que habia aprendido en ese tiempo le hacia dudar de su evaluacién, y recomenzé desde el principio. CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 47 Jas cualidades del intérprete. Para aquellos psicdlogos, y son ma- fa, que usan como dato bisico la conducta que es inmediata- mente demostrable y facilmente codificada en categorias descrip- tivas, la interpretacién psicoanalitica parece ser muy subjetiva, si no es que no cientifica, y pondran objeciones al factor “subjeti- yo” en la interpretacién, lo que imposibilita controlar la exactitud de la interpretacién. No queremos iniciar aqui una discusién so- bre metodologia cientifica y los problemas de “hecho”, “prue- ba”, etc., discusién que entrafia la diferencia entre el modelo mecinico tradicional del método cientifico y el modelo tal como existe en la fisica y la bioquimica teoricas. Sin embargo, si quere- mos sefialar que el problema de una supuesta subjetividad existe también en un campo tradicional como la medicina, Témese por ejemplo, la interpretacién de una radiografia; en el caso de una radiografia tipica, hasta la mayor parte de los principiantes daran la misma interpretacién; por otra parte, en uma radiografia atipi- ea, hasta los especialistas mds expertos pueden estar en mutuo desacuerdo. Tan sdélo el curso futuro de la enfermedad, o la cirugia, pueden decidir cual interpretacién es la correcta. Pero cuando Ja interpretacién ha sido hecha y sirve como base para el tratamiento futuro, se confia la vida del paciente a la suposi- cién de que Ja interpretacion de un médico experimentado pro- bablemente sea correcta. No hay, de hecho, nada subjetivo, en su sentido corriente, en su diagndstico. El es un observador al- tamente capacitado cuyo juicio es resultado de una mezcla de experiencia, destreza, inteligencia y concentracién. Sin embargo, no puede probar la correccién de su interpretacién de forma que convenza a tades (cosa que, incidentalmente, a veces sucede en €xperimentos cientificos muy complicados) y mucho menos a aque- llos médicos con menos destreza y talento que él; y, finalmente, existe, por supuesto, la posibilidad de que pueda estar equivocado. E] caso de la interpretacién psicoanalitica no es diferente; aqui también los acontecimientos posteriores pueden “probar” lo acer- tado de su interpretacién; por afiadidura, como en muchos otros campos de la ciencia, la consistencia interna de la interpretacién on muchos otros datos y con supuestos tedricos tiende a confir- mar la posibilidad de certeza.** En efecto,.cierta incertidumbre * Cf. para un ejemplo ficilmente accesible, James D. Watson, The Helix (Nueva York: Atheneum Publishers, 1968), en donde sé en- oe una descripcién de cémo la bioquimica moderna se las arregla para escubrir una estructura. Aunque hay, por supuesto, diferencias importantes, fazonamicnto empleado por el psicoanalista para descubnr la estructura 48 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO es el precio que el investigador psicoanalitico paga por el intento de llegar a una comprensién mds profunda de los datos mas im- portantes."* El hombre de ciencia conductista tradicional, a me- nudo tiene mds certeza, pero paga el precio de tener que limitar su investigacién a problemas que caen dentro del campo de sus métodos. Mientras que no todas las preguntas usadas en el estudio ale- man mostraron ser provechosas para la investigacién analitica, mu- chas si lo hicieron y, lo que es mds importante, podia verse cierto patrén o estructura a lo larga de todo el cuestionario, y a menudo podian predecirse las respuestas a la segunda parte del cuestio- nario después de analizar la primera. Para dar un ejemplo sen- cillo de la aplicacién del metodo interpretativo: a la pregunta :Cudles hombres, en la historia, admira usted mas?, algunos con- testaron: “Alejandro Magno, Nerén, Marx y Lenin” en tanto que otros respondieron: “Sdcrates, Pasteur, Kant, Marx y Lenin”. Mientras que en el cuestionario convencional ‘Marx y Lenin’ se- rian considerados idénticos en ambas respuestas, de acuerdo con el método interpretativo “Marx y Lenin’ tienen un significado completamente diferente en cada una de estas respuestas. En la primera representaban el poder y/o la fuerza militar. En la se- gunda, a benefactores de la Humanidad. Esto significa que el primer interrogado admiraba a poderosos dirigentes totalitarios, y el segundo a humanistas. Independientemente de la validez ob- jetiva de su juicio, subjetivamente, la primera respuesta puede ser clasificada como autoritaria y la segunda como antiautoritaria. Otro ejemplo del método interpretativo es el siguiente: a la pre- gunta “;Qué piensa usted del uso de los cosméticos por parte de las mujeres?” (ésta era entonces una cuestién polémica entre los trabajadores alemanes, muchos de los cuales los consideraban como una costumbre burguesa), algunos respondieron “estoy a favor de ellos porque hacen que una mujer se sienta mas feme- nina y atractiva y, en consecuencia, mds feliz”; se interpretd esta respuesta como indicativa de un cardcter no autoritario, porque revelaba amor por la vida de parte de quien respondia, y una acti- del caricter es mds parecido al metodo utilizado para descubrir la dob espiral que al enfoque de Ja psicologia conductista. 37 El recurso para asegurar la validez de una respuesta pot medio del acuerdo de varios observadores no ofrece solucidén. Una interpréetacién no mas cierta cuando 10 personas cometen el mismo error, que cuando el in- vestigador mds experto queda en una minoria. La opinién mayoritaria es método menos peligroso para llegar a decisiones politicas, pero er la investigacién, es de poca valia. Mis de esto seguird en ¢l Apéndice B. CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 49 tud no autoritaria respecto de las mujeres. Si alguien respondia “estoy contra ellos porque ¢s un habito burgués”, la respuesta era elasificada como no concluyente y no era interpretada porque re- flejaba un clis¢ y mostraba muy poco del cardcter del interroga- do. Si la respuesta era “estoy contra ellos porque hacen que las mujeres s¢ vean como prostitutas” o “porque los cosméticos son yeneno”, la respuesta era interpretada como indicativa de un ras- de caracter autoritario-sadico. El] razonamiento detras de esta in tacién es que palabras como “prostituta” o “veneno” expre- ‘san una actitud destructivo-hostil. Sin embargo, una sola respues- ta no era considerada lo bastante importante para interpretar la estructura de cardcter de un interrogado como autoritaria o no au- ‘toritaria, respectivamente; pero cuando un nimero de respuestas tenian la misma cualidad mientras que ninguna otra respuesta mostraba lo contrario, el caracter del investigador fue cadificado ‘como autoritario o no autoritario, respectivamente. Cuando habia una clara contradiccién entre las dos tendencias en un cuestiona- rio, quien respondia era clasificado como de caracter ambivalente o mezclado. La mds obvia de las dificultades del método interpretativo es que muchas respuestas corresponden a los patrones culturales de -pensamiento en cualquier sociedad o clase social dada. Por lo tan- to, muchas respuestas no expresan la actitud emocional del indi- viduo que responde, sino mas bien a la ideologia de su grupo, gue aquel ha aceptado, ;Cémo sabemos que algo es genuino y auténtico y cudl es una frase ideoldgica no original? Antes que nada, conociendo la ideologia y los clisés comunes en el grupo. Pero més importante que esto es el principio, usado con tanto provecho en el psicoandlisis, de que nuestro conocimiento de la ‘motivacién inconsciente de una persona no se obtiene de aquello alo que se refiere en términos generales o incluso abstractos sino de los muy pequefios detalles de sus expresiones y formulaciones, las palabras precisas que utiliza, o de las contradicciones, incons- Gentes para él, entre varias declaraciones o en el injustificado recalear en uno u otro sentimiento. El pequefio detalle en la Conducta y la expresién es lo importante en la investigacién psi- coanalitica, no lo que est4 incorporado en declaraciones genera- € opiniones y creencias. El método usado en el cuestionario interpretativo toma en cuenta estos pequefios detalles, y éstos for- man la base principal para la interpretacién. _ Los resultados del uso del cuestionario interpretativo en el es- tudio alemdn, tristes desde un punto de vista politico, fueron muy 50 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO alentadores en Jo relativo al método, Se obtuvo un euadro bas- tante definido de los caracteres autoritario, antiautoritario y am- bivalente, consecuentes en si mismos; cuando se termind la ultima elaboracién estadistica, resulté que aproximadamente 15 % de los sujetos estudiados mostraron un caracter fuertemente antiautori-— tario, cerca del 10% un cardcter’ autoritario y cerca del 75 % un caracter ambivalente. Nuestro supuesto tedrico parece haber sido confirmado por estos resultados. Aunque no se dispone de datos que muestren exactamente las actitudes politicas de los trabajado- res y empleados bajo Hitler,2* es casi seguro que, si bien las ci- fras no eran necesariamente exactas, corresponden a un orden de magnitud que existia entre los trabajadores y empleados alemanes bajo Hitler; la basta mayoria entre ellos no eran ni fervientes nazis ni fervientes antinazis, una pequefia minoria se convirtié ge- nuinamente al nazismo y una minoria mds amplia permanecié fiel a sus convicciones antinazis y luché contra el nazismo como- quiera que pudo. Los campos de concentracién de Hitler estaban Nenos de ellos. Esto, por supuesto, no significa que todos los combatientes activos contra el nazismo tenian un caracter demo- cratico-revolucionario. Estas cifras representan tendencias, afinida- des, correlaciones y no pretenden hacer declaraciones acerca de cada individuo en estos grupos. En este estudio, el cuestionario interpretativo fue desarrollado adicionalmente para escudrifiar mas alla del cardcter politico, in- cluyendo preguntas que nos permitirin determinar los modos de asimilacién y de relacién, y las fijaciones a los padres. El cues- tionario (véase el Apéndice A) fue formulado sobre la base de consideraciones teéricas sobre el tipo de preguntas que propician la obtencién del material que revela el cardcter de un individuo, Fue modificado después de verificaciones previas, en la aldea, que mostraron las preguntas que en efecto estimulaban respuestas ltiles. Preguntas directas y proyectivas también fueron afiadidas despucs de la etapa preliminar porque ayudaban a provocar ma- terial que a¢laraba ciertos aspectas del caracter. En el Apéndice A damos cuenta de ejemplos de respuestas ais- ladas que ilustran diferentes tipos de cardcter, pero esto no ¢s, de ninguna manera, facil de hacer. Nuetro método de interpre- tacién fue determinar si una respuesta indicaba una orientacién de caracter en particular sélo después que hubimos leido todo el 48 Un dato interesante es que Hitler interrumpié las elecciones entre los dependientes de tiendas, porque, a pesar de la presiém y el terror, los nazi no podian obtener una mayoria entre los trabajadores. CARACTER SOCIAL DEL CAMPESINO 51 ario. Hicimos esto porque cualquier respuesta al igual que nier rasgo de conducta —puede tener un motivo diferente, Ja estructura de caracter total. presente obra es un intento por aplicar el método del cues- jo interpretativo a la estructura de cardcter de los cam- mexicanos de manera mds amplia y con métodos mas que los que se han usado antes. Est4 centrado en la entre trabajo, modo de produccién, relaciones fami- las estructuras de caracter prevalecientes entre los campe- Se basa en el estudio completo de cada individuo mayor afios y de la mitad de los nifios del pueblo. Il. UN POBLADO CAMPESINO DE MEXICO Ex escenario del estudio es un pueblecito del Estado de More- los, de cerca de 800 habitantes, situado a unos 75 kilémetros al sur de la ciudad de México. El pueblo esta ubicado en uno de los valles mas verdes de México, fertilizado por manantiales sub- terraneos y arroyos montafiosos que se convierten en rios entre- eruzando el valle. El clima es subtropical y el invierno seco. La temperatura promedio anual es de 22 grados; nunca hace frio y rara vez hace demasiado calor. Durante siglos las principales co- sechas de esta zona han sido la cafia de azicar y el arroz, siendo también las principales en el pueblo, en donde la mayoria se de- dica a la agricultura. La cafia se riega por medio del rio y de los manantiales subterraneos, y las lluvias que caen de mayo a octu- bre permiten a los aldeanos inundar los bordeados campos de arroz. El clima y la relativa abundancia de agua también mantienen la siembra de otras cosechas durante todo el afio y la tierra es hos- pitalaria para los muchos Arboles frutales, flores y hierbas medici- nales que se pueden encontrar en todo el valle. EL PASADO Y EL PRESENTE La poblacién del lugar es mestiza, es decir, mezcla de indigena y espafiol. Antes de la Conquista Espatiola la zona estaba po- blada por una mezcla de toltecas y chichimecas, a los cuales se unieron mas tarde las tribus nahuatlacas, especialmente los tla- huicas. Después de 1436 los aztecas, guiados por Moctezuma Ilhui- camina, completaron la conquista de la zona, haciendo de la Provincia de Tlalndahuac, el actual estado de Morelos, parte del Imperio azteca, Cuando éste se derrumbé, sus provincias se in- corporaron r4pidamente al nuevo sistema espafiol. En abril de 1521, Hernan Cortés conquisté la provincia después de nueve dias de lucha. En 1529, recibid del Rey de Espafia la mayor parte del estado como feudo, incluyendo 23000 vasallos, convirtiéndose el lugar en el Marquesado del Valle. Hoy en dia ya no quedan rastros de la herencia india en el pueblo; los pobladores son hijos de la Conquista y, al igual que el 90 %, de los mexicanos, hablan exclusivamente espafiol. En las cercanias existen pueblos en donde la gente atin habla nahuatl y [53] 54 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO donde se conservan algunas de las antiguas costumbres,’ pero los pobladores a los que hemos estudiado han perdido completamen- te los lazos culturales que Jos unian al pasado azteca. Lo tinico que queda como recordatorio de la cultura prehispanica son los nombres de los lugares. La mayoria de los pobladores no se identifica con el pasado, sino que se consideran miembros inferiores y desfavorecidos de la sociedad moderna. Les gustaria escapar de la pobreza del cam- pesino y participar de las muchas cosas buenas que s¢ han inven- tado para hacer la vida més cémoda y agradable. Algunos po- bladores, especialmente los nuevos empresarios y los agricultores mejor colocados que tienen tierra, tienen grandes esperanzas para sus hijos, si no ¢s que para si mismos, Ellos son los que ven la instruccién escolar como el medio para ingresar a la nueva socic- dad industrial, Estos campesinos estin menos atados a la tradi- cién y casi totalmente orientados hacia el progreso material y el beneficio individual. Ellos son los campesinos mas ricos, los que se han elevado por encima de la mera subsistencia. Para muchos de los otros, las exigencias de la sociedad industrial moderna cs- tdn en conflicto con las formas tradicionales, con el amor por el descanso y las fiestas y con la sospecha de que las formas mo- dernas son corruptas y peligrosas. Durante los dltimos 50 afios, el poblado se ha visto envuelto en un r4pido proceso de cambio. Antes de 1910 era una hacien- da. Después de 1923, se convirtid en una comunidad de ejidata- trios, Cuando llegamos a fines de les afios cincuenta, se habia convertido en una sociedad que constaba de dos clases: un peque- fio grupo de terratenientes y un grupo mayor de desheredados. Hoy, la expansién de las comunicaciones y las nuevas tecnolo- gias han favorecido la elevacién de una nueva clase empresarial y han respaldado las nuevas ideas y aspiraciones. En un periodo tal de cambios, los individuos dudam de las creencias tradiciona- les, muchos se sienten desesperanzados en cuanto al futuro en el pueblo, y la generacién mas joven busca modelos fuera de la familia, Conforme los campesinos ven la vida desde el punto de vista de los ideales de consumo de la ciudad, se sienten mas y mds frustrados con el poblado que nunca podra satisfacer estas nece- 1 Para una descripcién de un poblado indigena, Tepoztlin, el cual no queda lejos de nuestro poblado y en donde algunos habitantes alin hablan nahuatl, véase O. Lewis (1951). Es de notarse «> en 1910, solamen- te el 9 % de la poblacén de Morelos hablaba atl Ch Womack (1969), pagina 71. UN POBLADO CAMPESINO MEXICANO 55 sidades. El aldeano actual probablemente se siente mas insatis- fecho y desesperanzado que el de Ja época preindustrial, el cual no tenia la sensacién de que nunca podria arreglarselas para ad- quirir las comodidades que, segiin se le habia dicho, hacen que la vida valga la pena. An mas, en Ja medida en que los pobladores se sienten mas atraidos por la radio, la televisién y el cine, pierden el interés hacia las formas mds activas del entretenimiento y la autoexpresién, Un viejo aldeano dijo: En el pasado las tnicas diversiones eran musicales. Se can- taba y se tocaba los instrumentos. Si queriamos tener al- guna otra cosa, habiamos de inventarla, Por eso, inventa- bamos y actuabamos comedias y dramas y las represen- tabamos ante el piblico en las fiestas que celebramos en ese tiempo, Porque en aquella época no habia cine, ni televi- sién, ni radio, ni luz eléctrica. ‘Tratabamos de darle mas sabor a las fiestas organizando obras de teatro. Entonces, después, y con gran entusiasmo, se organiz6 la banda musical. Con el tiempo llegé a tocar muy bien. Pero en eso llegé la elec- tricidad. Llegaron los radios. Liegaron las sinfonolas. La te- levision. Una vez por semana nog traian el cine. ¥ después, ya nadie se interes6, De este modo termind el entusiasmo por la banda y por las obras de teatro, El resultado es la sensacidn creciente de que nada de lo que ofrezca el poblado puede compararse con el brillo y la emocién de la economia de consumo de la ciudad, y que la vida es ape- nas digna de vivirse para aquellos que estan sentenciados a vivir en el estancamiento rural. El poblado actual se formé en 1923, al terminar la Revolu- cién, después del derrocamiento de la hacienda que habia domi- nado la zona durante tres siglos. Las ruinas de la hacienda y el acueducto de piedra, al igual que algunas creencias y prdcticas, son residuos del pasado. Pero existen muchas influencias moder- nas, Aunque las calles no estdn asfaltadas, el pueblo ha trabajado mucho para traer a las casas electricidad y agua entubada para beber, Ademas de los radios y el creciente nimero de aparatos de televisién, los lugarefios mantienen contacto con el mundo ut- bano a través de los hijos e hijas que trabajan en las grandes ciu- dades y a través de las familias de la ciudad de México que, atraidas por su clima y belleza, han construido residencias de fin de semana en el poblado. La modemizacién, representada por 56 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMFESINO MEXICANO las nuevas industrias cercanas, los caminos pavimentados, y las plazas de concreto que reemplazan a los zécalos pintorescos y Henos de Arboles, significa progreso para la mayoria de los po- bladores. La mayoria de los habitantes actuales se trasladé al pueblo des- pués de la Revolucién, en busca de tierra y nuevas oportunida- des. La Revolucién fue una época de gran trastorno para los cam- pesinos de la regién, ya sea que estuvieran luchando con uno u otro bando o que, aterrorizados, se escondieran de ambos bandos. Los aldeanos describen el hambre y la enfermedad que junto con la violencia acabé con la vida del 23% de la poblacién de Mo- relos durante los afios de revolucién, Era cosa comin que a las familias se les arrancara de sus poblados, que huyeran a las mon- taflas en donde vivian de hierbas y pasto. Las mujeres estaban desprotegidas, pues sus maridos se iban a luchar o eran reclutados por el gobierno para unirlos a los ejércitos del norte, La Jucha en Morelos comenzé en 1911 y no termindé hasta 1920, Dificil- mente se puede exagerar la magnitud de Ja destruccién, especial- mente a manos de los ejércitos del gobierno, los que en 1914 y después, en 1916, incendiaron pueblos y despiadadamente asesina- ron © deportaron a los campesinos sospechosos de seguir a Emi- liano Zapata, el caudillo campesino revolucionario. Para 1918, con las haciendas en ruinas y con la mayoria de las destruidas familias al borde de la inanicién, la gran epidemia de gripa en ese aiio sego la vida de una cuarta parte de la poblacién del estado, que habia sobrevivido a la violencia de los ocho afios anteriores. En 1919, los pobladores desplazados comenzaron a regresar y a éstos sé unieron los miles de emigrantes que engrosaron la poblacién durante la década de 1920 y los principios de la década de 1930, atraidos por la generosa politica en cuanto a la tierra, fijada por los sucesores de Emiliano Zapata, quienes fueron puestos al mando del Estado por el gobierno nacional del General Alvaro Obregén, Los habitantes del poblado procedian tanto de las haciendas como de los poblados libres. Antes de la Revolucién, 38 hacien- das que estaban en manos de 21 propietarios diferentes poseian el 56% del estado, incluyendo un porcentaje atin mayor de tierra fértil en el valle. El 26% de la tierra eran pastizales comuna- les incluyendo montafias, mientras que sélo el 18%, estaba en manos de pequefios propietarios, y esto incluia la posesion de tie- ras urbanas. Las haciendas de Morelos estaban dedicadas exclu- sivamente al cultivo de cafia, mientras que los pequeifios propie- tarios plantaban maj{z, hortalizas y arroz. E] identificar a la cafia UN POBLADO CAMPESINO MEXICANO 7 con la dominacidn de las haciendas, y al arroz y a las verduras con la independencia, dura hasta nuestros dias, si no en la conscien- cia de los pobladores, si en las actitudes asociadas con la siembra de estas cosechas (véase el capitulo v1). Los campesinos de los poblados libres poseian pequefias par- celas y en algunos casos compartian tierra comunal para plantar 0 pastar. La raz6n principal por la cual la llama revolucionaria ardié tan intensamente en el Estado de Morelos fue que, en los afios anteriores a la Revolucién, muchos campesinos libres estaban perdiendo sus tierras y se les estaba obligando a convertirse en peones sin tierra. Un factor importante en este desarrollo, segin escribe Domingo Diez (1967) en su historia de Morelos, fue que las haciendas desarrollaron un nuevo método para refinar azii- ear. Esto, combinado con Ja facilidad creciente del transporte por ferrocarril, hizo ventajoso el cultivar mds cafia y apoderarse de mas tierra de los poblados libres. Diez escribe: En este afio de 1880 se estableciéd en las haciendas la_pri- mera maquinaria para implantar el método centrifugo... Este hecho vino a cambiar radicalmente la vida del estado. Para aumentar su produccién de aztcar, los propietarios de las haciendas buscaron aumentar la zona de cultivo y esto tenia que ser necesariamente a costa de la tierra de los po- blados libres... En suma, se puede decir que hubo una re- volucién completa en el establecimiento definitivo de la ma- quinaria moderna. Los terratenientes prosperaron, su cafia les dio mayores ganancias y el gobierno aumentd su ingte- so por medio de los impuestos. Sélo los poblados (libres) estaban obligados a ceder sus tierras y aguas; poco a poco iban perdiendo terreno; algunos acabaron por desaparecer. El desequilibrio social se intensificd y estallé la Revolucién en 1910.* De 1870 a 1910, la produccién de azticar en el estado aumenté de 8748131 kilos a 48531600 kilos. Durante este periodo,. los hacendados, ayudados por el gobierno que abusaba de la ley re- lacionada con las tierras ociosas, continuaban apoderandose de la tierra de los campesinos independientes. La meta principal de los zapatistas, establecida en el Plan de Ayala de 1911, era tegresar a sus duefios Ja tierra usurpada por los hacendados. 2 CE Diez (1967), p. 130, 56 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO Los campesinos libres desposeidos formaron el grupo que sirvid de punta de lanza a la Revolucién en Morelos. En algunos casos, familias que habian poseido tierras durante siglos estaban en pe- ligro de convertirse en peones sin tierra. Antes que aceptar esto, los miembros de estas familias estaban dispuestos a defender con sus vidas sus derechos de propiedad. Al principio, las metas de Zapata eran conservadoras; se limi- taban a detender los derechos de los pequefios propietarios. Era de esperarse que aquellos campesinos cuyos familiares habfan sido peones durante generaciones estuvieran resignados y fueran sumi- sos, dependientes de la hacienda e incapaces de imaginarse otra forma de vida. Cuando el gobierno de Victoriano Huerta radi- calizé la revolucién en Morelos al tratar a todos los campesinos como zapatistas y enemigos del Estado, fue cuando Zapata abrid las puertas de su ejército a los peones, y cambid sus metas revolu- cionarias para exigir tierra para todos y la abolicién de la hacienda. Después, una vez que las haciendas yacian en ruinas y el viejo estilo de vida habia desaparecido, el odio reprimido de los peo- nes en contra de sus amos afiadié combustible a la explosidn, Sin embargo, habia poblados libres para los cuales la Revolucién €ra una amenaza a su existencia pacifica y donde ninguna hacicn- da se habia apoderado de los derechos de la tierra. Un grupo de familias dentro de la poblacién que hemos estudiado proviene de uno de estos poblados, donde los habitantes lucharon en con- tra de los zapatistas. La HAGENDA Antes de 1910 todas las tierras que ahora pertenecen a los eji- datarios del poblado que hemos estudiado, eran propiedad de la hacienda, la cual las empleaba en el cultivo de cafia de azticar. Una comunidad uefia, de no mas de 40 0 50 familias, vivia en jacales fuera de las paredes de la hacienda, Algunos lugare- fios podian rentar tierra de la hacienda pagandola con su traba- jo, faenas para la hacienda. Unos cuantos eran pequefios em- presarios, tales como los arrieros que se contrataban para llevar y traer carga. Los arrieros eran individuos especialmente inde- pendientes y valientes que constantemente se arriesgaban a los ataques de . bandides durante sus viajes. Es interesante notar que dos de los cinco pobladores empresariales que encontramos son hijos de arrieros.? * También ¢s interesante el que Zapata fuera un pequefio propictario que UN POBLADO CAMPESINO MEXICANO 59 Casi todos los pobladores dependian de la hacienda. Mientras algunos de los empleados trabajaban como mayordomos o capa- taces, la mayoria eran peones que vivian en total sojuzgamiento por la hacienda, La vida del pedn apenas se podia diferenciar de la esclavitud. Al contrario de la propiedad feudal, la hacienda no ofrecia garantia o proteccién legal al peén. La hacienda hacia sus propias leyes. Aquellos que se rebelaban eran azotados y posi- blemente expulsados de la hacienda, y de ahi en adelante eran puestos en la lista negra de las otras haciendas. Un pedn que robara en la hacienda podia ser ejecutado. El peén vivia con el temor perpetuo de ser golpeado o de per- der su medio de vida. Aprendié a bajar la cabeza ante sus amos, 2 sonreir ante los pequefios favores, a mostrar uma sumisién abyecta. Atn entonces, practicamente no habian esperanzas de mejorar. To- mando en cuenta la pobreza del pedn y sus deudas perpetuas, no habia modo de adquirir tierra, la cual de cualquier manera era escasa; y los duefios de la hacienda o sus administradores (ya que algunos duefios vivian en Europa) no estaban interesados en educar a los peones, los cuales eran para ellos mds ttiles como partes sumisas de una maquina agricola. A los peones por lo general se les pagaba en especie, con privi- legios de tierra o de pastizal, La pequefia suma que se les adeu- daba rara vez Ilegaba a sus manos, sino que iba directamente a pagar la cuenta de la tienda de raya, donde las deudas acumuladas por los padres eran heredadas por los hijos. Encadenados por estas deudas, la mayoria de los peones no podian abandonar la hacienda aunque se les hubiera ocurrido trabajar en otro lugar y, ademas, tenian el temor de que la vida fuera de ella pudiera ser peor. En pago de una obediencia ciega, la hacienda se encargaba de su alimentacién y los tranquilizaba con bebida barata, fiestas ocasionales y espectdculos, Cuando la Revolucién finalmente comenzé a hablarles de in- dependencia y esperanza a los peones, las actitudes sumisas y re- ceptivas, moldeadas por siglos de vida de hacienda, no fueron f4- ciles de borrar, Cuando el pedn se volvié terrateniente, no sdlo estaba en desventaja psicolégica para enfrentarse al mundo pos- revolucionario, sino que también le faltaban el adiestramiento y la experiencia para administrar su tierra, para llevar la cuenta de costos y crédito, y para tomar en cuenta los problemas del mer- habia trabajado como arriero, Conocido por su independencia ¢ incorrupti- bilidad, fue escogido su peblado como caudilla para defender a los pe- quefios ellen ae tee haciendas. Cf. Womack (1969). Pe 60 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO cado. Al adaptarse a la hacienda, los peones se habian vuelto su- misos y dependientes y no tenian ni esactes ni el conocimien- to esencial al campesino. Mis adelante se vera que los campesinos con una estructura de cardcter adaptada a la vida de la hacien- da tienen muchas dificultades para adaptarse a las circunstan- cias actuales. Aparte de estas influencias histéricas especificas, la mayoria de los pobladores estan sujetos a las condiciones de vida actuales, que son similares a las de las sociedades campesinas en todo el mundo. Para aquellos que son lo suficientemente afortunados para tener tierra, el cultivo, en su mayor parte, se lleva a cabo con los mismos métodos rudimentarios que se utilizaban hace siglos. Las parcelas son demasiado pequefias para justificar la agricultura me- canizada. Este aldeano, como la mayoria de los campesinos, de- pende de la ciudad que le compra sus productos y les pone pre- cio, y se ve imposibilitado para influir en las condiciones que determinan su pérdida y su ganancia. Vulnerable a la explota- cién, el campesino desconfia, a menudo con razén, de todos aque- ilos del mundo urbano. Al mismo tiempo depende de la ciudad, no sGlo por los mercados, sino también por los bienes de consumo que desea y el estimulo cultural que no puede crear para si. La VIDA INTERIOR DE LOS ALDEANOS Los aldeanos que hemos estudiado tienen muchas de las cualida- des descritas en los relatos de campesinos de otros lugares y tiem- pos. Son envidiosos, suspicaces de los motivos mutuos, pesimis- tas en cuanto al futuro y fatalistas. Muchos se muestran sumisos ¢ insatisfechos de ellos mismos aunque son capaces de rebelarse y de iniciar la revoluci6n. Se sienten inferiores a los citadinos, mis estipidos y menos educados. Existe un sentimiento abruma- dor de impotencia para influir a la naturaleza o a la maquina industrial que les domina. He aqui algunos suefios que son com- partidos por muchos aldeanos y que son tipicos de sus sentimien- tos.‘ El suefio de un hombre expresa este sentimiento: “Sofié que estaba en la cama, en mi casa, con toda mi familia; todos en la cama, Entonces vi un tren, una mdquina, que se echaba encima de todos nosotros. Al ver la maquina, salté de la cama, gritandole al que guiaba que parara su mdquina y que no nos aplas- « Estos relatos estin tamados de mas de 150 suefios que hemos recogide entre los aldeancs, UN POBLADO CAMPESINO MEXICANO 6] tara.” Otros suefios expresan desamparo ante los animales o la incapacidad de defenderse contra los atacantes. El campesino sufre de pobreza y frustracién. Muchos suefian eon Tiquezas, pero temen que el propio suefio les cause mala suer- te, Es peligroso tener esperanzas. Una mujer de 32 afios sofd: “que encontraba un poco de dinero. Me pregunté qué haria con él. Después le dije a mi marido que habia encontrado dinero y que se lo daria para que pudiera trabajar por si mismo sin que nadie le mandara. Me desperté contenta, pero al mismo tiempo estaba desilusionada porque no era verdad. Después de este sue- fio mi marido perdié sus cosechas.” Un hombre adulto recuerda un suefio provocado por el hambre cuando era nifio: “Tenia cinco afios y estaba dormido en mi cama de paja cuando comencé a sofiar que estaba comiendo un pedazo de pan. Comi unos bo- cados deliciosos, porque sentia hambre. De repente vi que estaba terminando y di una fuerte mordida. Me desperté y lo que es- taba mordiendo no era pan, sino los dedos de mi mano.” Los suefios de las mujeres, especialmente, expresan la sensacién de estar consumidas por las cargas, los partos y el trabajo pesado y constante que envejece prematuramente a la mujer campesina. Una mujer de 30 afios declaré: “A veces cuando estoy dormida, siento que Ievo un bulto pesado y frio, y que mis pies son jalados hacia abajo. Quiero gritar y no puedo. Tengo miedo. Creo que deben ser fantasmas o gente muerta que quiere Ilevarme al ce- menterio.” Ella siente que las cargas del presente y del pasado la estan arrastrando a una muerte temprana. El mundo del campesino es duro y le asusta. Como lo mues- tran muchas pesadillas, existe una lucha constante contra la muer- te. Un hombre de 40 afios sofié “que estaba en la cama y que la muerte venia, Senti que estaba sentada en la cama, me tocd y grité: ‘Hija de la chingada!, ti eres la muerte.’ ¥ le di un golpe en la cabeza, la tiré y of los huesos golpear contra el piso. Me desperté asustado, buscando los huesos, pero no encontré nada.” Este suefio simboliza la realidad de la lucha constante contra el hambre y la enfermedad. Los aldeanos gozan con la conquista de la muerte, aunque saben que al final perderdn. Los suefios de los campesinos expresan la sensacién de vivir entre la mugre, con el peligro constante de la infeccién por pa- risitos y otras enfermedades,’ Los suefios también revelan el deseo * Los estudios Mevados a cabo en el poblado por el profesor Francisco Biagi y sus colaboradores de la Facultad de Medicina la Universidad Nacional de México, descubrieron que mds del 90% de log aldeanos estin 62 SOCIOPSICOANALISIS DEL CAMPESINO MEXICANO de escapar, de volar por encima de la mugre y la pobreza, pero el sofiador generalmente cae de nuevo en el lodo. Aun en los suefios el campesino siente pocas esperanzas. A pesar de la miseria compartida en la vida campesina, las amis- tades profundas son escasas, y los aldeanos esparcen chismes que a menudo son dafiinos y no siempre ciertos.* Una desconfianza y miedo extremos a los otros, basado en parte en la experiencia de haber sido estafado o traicionado, limita la posibilidad de que el campesino se abra de capa ante los otros. A lo largo de la vida, el lazo emocional mas estrecho del aldeano se establece con la madre. Este hecho se descubrira mas ampliamente en los prd- ximos capitulos. El suefio de un viejo de 80 afios expresa la desconfianza que persiste a través de una vida, aunque, en este caso, se comprobé que la desconfianza no tenia bases. En efecto, el suefio en si era recordado por el sofiador como “prueba” con- tra un amigo potencial. “Hace mucho tiempo tuve un suefio que me hizo sentir muy mal. Por aquel entonces yo tenia 14 afios. Todavia era joven. Sofé que estaba parado en la calle, y que Negaba un individuo que era mi amigo, Entonces sin ningiin motivo me apuialé aqui en el pecho, donde queda el corazén. Al sacar el cuchillo, vi que la sangre fluia y formaba un charco. Me desperté asustado y nervioso, No sé por qué sofié eso, él era mi amigo. Después hasta fue mi compadre y nunca hubo ni un pleito entre nosotros.” La desconfianza, el pesimismo y la malicia constituyen un as- pecto de la vida campesina. Los aldeanos también se preocupan por vivir una buena vida, por ser gente buena. Se avergiienzan y¥ entristecen por su egoismo, por la falta de cooperacién y con- infectados de parisitos intestinales. Después del estudio, el doctor Biagi instituyé una campafia para el tratamiento y la prevencién de los pardsitos. El doctor Adin Gractz sugirié la realizacién del estudio y ayudé a organizarlo. ® El uso de los chismes como fuente de informacién comin ¢s un método ambiguo. Es cierto que algunos chismes son ciertos, pero otros no lo son. El poder saber cuando trata uno con chismes falsos o verdaderos es sumamen- te dificil. Podria parecer que un chisme se puede creer cuando todos o la mayoria de los aldeanos lo creen, pero el presumir esto no es de ningdin mole correcto. Es notorio, en grupos pequefios y grandes, que un rumor sera creide por muchos, y sin embargo estos muchos, bajo la influencia de la sugestién y su placer sidico, pueden estar tan equivocados como un sdlo individuo. No es confiable el viejo refrin “donde hay humo debe haber fuego"; o mejor, quizd, si hay fuego, puede estar en el que esparce el chisme y no en su objeto. Tomando en cuenta el valor de los chismes, se recu el dicho de Spinoza: lo que Pedro dice de Pablo nos dice mds de Pedro que de Pablo. r UN POBLADO CAMPESINO MEXICANO 63 fianza. Algunos de los aldeanos, aquellos que son mas activas y roductives, se miden a si mismos segin las ensefianzas cristia- nas. A ellos les gustaria tener fe en sus prdjimos, amar a sus yecinos, pero sus experiencias y su caracter hacen esto dificil. Para comprender la vida interior de los campesinos, uno debe com- ender el conflicto constante entre el cinismo y la desesperanza por un lado y la fe, a veces una fe infantil, por el otro, Este es el mismo conflicto que Huizinga (1950) describe como caracte- ristica de los campesinos al final de la Edad Media en Europa, y que a veces se expresa en las parabolas y dichos de los aldeanos, Algunos de estos dichos son casi-idénticos a los que cita Huizinga. El campesino medieval decia: “A quien sirve al bien comin na- die le paga por sus desvelos”, y “Ningtin caballo est4 tan bien herrado que no se resbale.” Los aldeanos mexicanos con buen humor y resignacién diran que: “En casa del jabonero el que no cae resbala” y “E] que entre lobos anda a aullar aprende.” Exis- ten muchos cuentos y dichos para ilustrar los peligras del tratar de ayudar a la comunidad. Atin mas, a pesar de Ja sumisién del campesino, Jlaman la aten- cin su dignidad y su autoconocimiento, El campesino sabe quién es y se hace pocas ilusiones acerca de si mismo. En su trato con otros campesinos valora tanto las formas como la sustancia del respeto, Acostumbran dirigirse al jefe de la familia como Don J... y a la mujer easada como Dofia M..., utilizando el titulo espafiol de nobleza en sus formas comunes de saludo. Aunque el campesino se humilla ante los poderosos, a menudo se presen- ta el caso de un aldeano que prefiere dejar el trabajo y arriesgarse a la inanicién antes que aceptar un insulto a su persona, ‘También se derivan satisfacciones tinicas de ser un aldeano cam- Ppesino en México. Una de las mds importantes es el sentido de araigamiento, de vivir en un pueblecito donde cada persona conoce a todos. Aunque el chisme es a veccs hostil, también es un medio de enterarse de lo que sucede en un mundo. comin. nm nuestros estudios, que comparan los modos de pensar de los aldeanos con los de los mexicanos y norteamericanos de la ciu- dad (Maccoby y Modiano, 1966, 1969), encontramos que el aldea- no €s mas concreto, descriptivo, especifico y menos abstracto o generalizador en su modo de ordenar la experiencia. La diferen- cia en los modos de pensamiento refleja las diferencias en las demandas de 1a cultura sobre el conocimiento. En el mundo in- ustrial, el tiempo es oro y el valor es constantemente convertido a términos abstractos, La gente debe aprender las formas de acer-

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