60.
CASO RELATIVO A LOS ENSAYOS NUCLEARES.
(NUEVA ZELANDIA CONTRA FRANCIA)
Fallo de 20 de diciembre de 1974
En su fallo en a caso relativo a los ensayos nuclea-
res (Nueva Zelandia contra Francia), la Corte, por 9
votos contra 6, decard que, en adelante, la demanda de
‘Nueva Zelandia carecia de objeto y que, por lo tanto, la
Corte no tenfa que dictaminar al respect.
En el razonamiento desu fallo, la Corte aduo, ent
otras, las siguientes consderaciones: incluso antes de
examina las cuesiones de competencia y admisibii-
dad a Corte tenia gue considerarprimeramente la cues-
{ion preliminar de s existia una controvrsiay analizar
Ja reclamacion que se le habia sometido (parafos 22.4
24'del flo; 1asacuacionesincoadas ante la Corte el 3
de mayo de 1973's refertan ala legalidad de ls casa
4yos nuclaresatmasfrios realizades por Francia en el
Pacifico meridional (parrafo 16 del fala); el objetivo
original y ultimo de Nueva Zelandia era obtener la er
minacién de esos ensays (pérafos 25 a 31 del allo);
Francia, en varias declraciones pablicas hechas en
1974, habia anuncido su intencién, tas completa la
serie de ensayos atnosfricos de 1974, de abandonar Ia
Fealizacion de tales ensayos (pirafos 33 a 44 del alo);
la Corte conctyé que objetivo de Nueva Zenda
habia cumplido dehecho, en la medida en que Francia
se habia comprometido a no efecuar nuevos ensayos
nucleares en la atmisferaen el Pacifico meridional (pa
trafos 58 a 62 del fall), al haber desaparecigo ast la
Contoversia, Ia reslamacign no tenia ya. objeto ¥ 10
existia nada sobre que hubiera que falar (preaos 58
262 del alo).
‘Una vez pronunciado el fallo, la providenci
de junio de 1973, en Ia que se indicaban medidas pro-
visionales de protecciGn, dejaba de ser operativa y ce-
Saban las medidas en cuestin (pérrafo 64 del fall)
A os efectos del fallo, la composicin de la Corte
fue la siguiente: Presidente: Lachs, Magistrados: Fors:
ter, Gros, Bengzon, Petrén, Oayeama, Dillard, Ignaio-
Fino, dé Carte Moroz ingen e Arehag, Sir
Humphrey Waldoce, Nagendra Singh Rude; Magis.
trado adhoc! Sit Garfield Barwick. “s
De los nueve miembros de ta Corte que votaron a
favor dela decisi, los Magistrados Forster, Gros, Pe-
{nen e Ignacio-Pinto agregaron opiniones separadas,
De los seis magistrados que votaron en contra de la
ecisién, los Magistrados Onyeama, Dillard, Jiménez
de Aréchaga y Sir Humphrey Waldock agregaron una
‘opinién disidente conjunta, y los Magistrados de Cas-
to y Sir Garfield Barwick Sendas opiniones disidentes.
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En esas opiniones se daban a conocer y se explica-
ban las posicones adopatas por los magistrados en
cuestign
‘También el 20 de diciembre de 1974, la Corte dicts
dos providenciasrelativas alas solicitudes presentadas
por el Gobierno de Fiji para que se le autorizara &
Intervenir en los dos casos relativos a los ensayos nu-
cleares (Australia contra Francia; Nueva Zelandia con-
tra Francia). En esas providencias, que no fueron leidas
en piblico, 1a Corte resolvig, tras los fallos anterior-
‘mente mencionados, que esas solicitudes de interven-
cidn quedaban sin efecto y que la Corte no tenia nada
‘que haver al respecto. Esas providencias fueron aproba-
das undnimemente por la ue estuvo compuesta
igual que para pronuncia Jos fllos. Las Magia
ros, Onyeama, Jiménez de Aréchaga y Sit Garfield
Barwick agregaron declaraciones a las providencias, y
los magistrados Dillard y Sir Humphrey Waldock una
dectaracién conjunta
‘Aunque Ia Corte pronuncié un fallo separado para
cada uno de los dos casos sobre los ensayos nucleares
anteriormente mencionados, ambos se analizan conjun-
tamente en el resumen que sigue
arte,
Procedimiento
(Parrafos 1 220 de cada fallo)
En su fallo, la Corte recuerda que el 9 de mayo de
1973 el demandante incoé actuaciones contra Francia
fespecto a los ensayos nucleares atmosféricos realiza-
dos por ese pais en el Pacifico meridional. Para fundar
la competencia de la Corte, la solicitud se basaba en el
‘Acta General para el Arregio Pacifico de Controversias
Internacionales concertada en Ginebra en 1928 y en los
Articulos 36 y 37 del Estatuto de la Corte. En una carta
de 16 de mayo de 1973, Francia manifest que consid-
ceraba que la Corte carevia manifiestamente de compe-
tencia en el caso, que no podia aceptar su jurisdiceion
¥y que pedia que’ el caso se retirara de Ia lista de Ia
Conte
Habiendo pedido el demandante que la Corte ind
‘ara medidas provisionales, ésta, mediante una provi-
dencia de 22 de junio de 1973, indicd, en particular,
‘que, en espera de su decisién definitiva, Francia debia,
evitar todo ensayo nuclear que causara el depésito de
desechos radiactivos en el teritorio del demandante.
En varias comunicaciones, el demandante informé a la
Corte de que se hablan efectuado nuevas series de en-
Say0s atmosféricos en julio y agosto de 1973 y de juni
a septiembre de 1974En la misma providercia de 22 de junio de 1973, la
Corte, considerando que era necesario comenzar por
resolver las cuestiones de su competenciay de la admi-
Sibilidad de la demands, decidio que las actuaciones
versaran, en primer lugar, sobre esas cuestiones. El de-
‘mandante present6 una memoria, asi como sus argu-
‘mentos en fas vistas putlicas. Alegaba que la Corte era
‘competentey que Ia demanda era admisible. Francia no
present6 coatramemoria ni estuvo representada en las
Vistas; su acttud quedé definida en la carta de 16 de
mayo de 1973 anteriormente mencionada.
‘Con respecto a la petcion de Francia de que el caso
se retire de la lista —>peticin de Ia que la Corte toms
ddebidamente nota en Su providencia del 22 de junio de
1973, considerando que no podia acceder a ella en esa
etapa, la Corte seal que ha tenido la oportunidad
de Canina a petit Ez de las actuation sab
siguientes. Considera que el presente caso no es uno
aquellos en que seria apropiado el procedimiento de la
femocion sumaria de la lista, Es lamentable que Fran-
ciao haya comparecido a fin de presenta sus argu
rmentos, pero la Corte, 30 obstante, tiene que proceder
‘tadoptat una decision, teniendo en cuenta las pruebas
Y argumentos presentados por el demandante, asi como
ualesquiera otros documentos o pruebas que sean per-
tinentes
Objeto de ta demanda
(Pareafos 21 a 41 del fallo en el caso de Australia y
21a 44 en el caso de Nueva Zelandia)
Esta fase de las actuaciones se refiere a la compe-
tencia de la Corte ya la admisibilidad de la demanda.
Al examinar ambas cuestiones, la Corte tiene Ia facul-
tad, y en algunos casos la obligacion, de considerar
otras cuestiones que ro pueden clasificarse estricta:
mente como asuntos de competencia 0 admisiblidad,
pero cuya naturaleza etl que requiere su examen con
Drioridad a esas cuestiones. En virtud de una compe-
fencia inherente que la Carte posee como érgano judi-
cial, tiene que examiaar primeramente una cuestion
‘gue, 4 su juicio, es esencialmente preliminar, a saber,
Ta existencia de una coatroversia, pues sea o no la Cor-
te competente en el presente caso, la tesolucién de esa
cuestign puede tener influencia decisiva en la continua-
cidn de las actuaciones. Por consiguiente, es necesario
(que la Corte analice detalladamente la demanda pre~
Sentada en la solictud, ya que el articulo 40 de su
Estatuto le obliga a indcar el objeto de la controversia
En su demanda, Australia pide ala Corte
= Que falle y declare que “la realizacién de nuevos
‘ensayos atmosfericos ¢e afmas nucleares en el Océano
Pacifico meridional no es compatible con las normas
aplicables de dereche internacional” y que ordene
‘que la Republica Francesa no efectie nuevos ensayos
deesa indole”
‘Nueva Zelandia, en su demanda, pide a la Corte:
"Que falle y declare: que la realizacién por el
Gobierno francés de ensayos nucleares en laregiGn del
Pacifico meridional que causen una luvia radiactiva
constituye una violacion de los derechos de Nueva Ze-
Tandia con arreglo al derecho internacional, y que esos
derechos serdn violados por cualesquiera nuevos ensa-
yos de esa indole”,
Es esencial considerar si el demandante pide un fa-
Ho en el que sélo se dectare la relaci6n juidica entre
las partes o un fallo que requiera a una de ellas que
adopte, o se abstenga de adoptar, ciertas medidas. La
Corte estéfacultada para interprelar las alegaciones de
Tas partes y para exci, cuando sea necesatio, ciertos
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elementos que haya que considerar, no como indicacio-
res de lo que la parte pide que la Corte decida, sino
‘como razodes expuestas para que decida en el sentido
‘que se pretende. En el presente caso, si se tiene en
‘Guenta toda la demanda, los canjes diplomiticos efec-
tuados por las partes en los iltimos alos, los argumen-
tos del'demandante ante la Corte y las declaraciones
pilblicas hechas en su nombre durante el procesamiento
bral y después de él, resulta evidente que el objetivo
original y ultimo del demandante era y ha seguido
Siendo obtener la terminaciGn de los ensayos nucleares
atmosféricos de Francia en el Pacifico meridional.
En esas circunstancias, la Corte tiene que tomar
nota de 10s acontecimientos recientes, anteriores y pos-
teriores a la terminacién de las actuaciones orales, a
saber, ciertas declaraciones,piblicas de autoridades
francesas, algunas de las cuales se mencionaron ante la
Corte en las vistas piblicas, en tanto que otras fueron
hechas posteriormente. La Corte habria podido, si hu-
biera considerado que lo requerian los intereses de la
justicia, dar alas partes la oportunidad —vg., median-
te la reapertura del procedimiento oral— de presentar &
Ia Corte observaciones sobre las declaraciones hechas
despues dela terminacin de esas actuaciones. Esa me-
‘ida slo habria estado jutificada, sin embargo, si las
cuestiones a las que se Feferfan esas declaraciones hu-
bieran sido completamente nuevas 0 no hubieran sido
planteadas durante las actuaciones, lo que claramente
fo ocurte en este caso. La Cotte conoce no s6lo las
declaraciones hechas por las autoridades francesas,
‘sino también las opiniones del demandante al respect.
La primera de esas declaraciones figura en un co-
‘municado emitido por la Oficina del Presidente de ta
Repiblica Francesa el 8 de junio de 1974 y transmitido
en particular al demandante: “...en vista de la fase
flcanzada en la realizaciOn dei programa francés de
ddfensa nuclear, Francia estaré en situacién de pasar a
Ja etapa de explosiones subterrineas tan pronto como
se complete la serie de ensayos prevista para este vera-
rho”. Nuevas declaraciones figuran en una nota de Ia
‘Embajada francesa en Wellington (10 de junio), una
carta del Presidente de Francia al Primer Ministro de
‘Nueva Zelandia (1° de julio), una conferencia de pren-
‘sa dada por el Presidente de ia Repiblica (25 de julio),
un discurso pronunciado por el Ministro de Relaciones
Exteriores en la Asamblea General de las Naciones
Unidas (25 de septiembre) y una entrevista en televi-
sidn y una conferencia de prensa del Ministro de De-
fensa (16 de agosto y 11 de octubre). La Corte conside-
a. que esas declaraciones transmiten el anuncio por
Francia de su intencién de cesar la realizacién de ensa-
{yos nucleares atmosféricos tras la conclusién de la se-
fie de 1974
Nawuralesa juridica y aleance de las declaraciones
‘francesas
(Pérrafos 42 a 60 del fallo en el caso de Australia y
‘45 a 63 del fallo en el caso de Nueva Zelandia)
Se reconoce en general que las declaraciones hechas
‘mediante actos unilaterales,respecto a situaciones juri-
dicas o de hecho, pueden tener el efecto de crear obli-
‘gaciones juridicas. Para que esas declaraciones tengan
Validez no se requiere nada con la naturaleza de un
(quid proquo ti ninguna aceptacién subsiguiente, ni
Siquiera una reaccién por parte de otros Estados. Tam-
poco es decisiva la cuestion de la forma. La intencién
fe obligarse ha de determinarse mediante una interpre-
in del acto, El cardcter obligatorio del compromiso
resulta de los términos del acto y se basa en la buenafe; los Estados interesados tienen derecho a exigir que
Ia obligacién se respete.
En el presente caso, el demandante, aun reconocien-
do la posibilidad de que la controversia sea resuelta
‘mediante una declaracin unilateral de Francia, ha ma-
nifestado que, a su juicio, ha quedado abierta la posibi-
lidad de nuevos ensayos atmosféricos, incluso después
4e las declaraciones francesas anteriormente menciona-
das. La Corte debe formarse, sin embargo, su propia
‘opinién del significado y el alcance que se pretende
dar a esas declaraciones unilaterales. Teniendo en
‘cuenta su intenciGn y las circunstancias en que fueron
haechas, debe entenderse que constituyen un compromi-
so del Estado frances. Francia ha transmitido al mundo
en general, incluido el demandante, su intencidn de ter-
‘inar efectivamente sus ensayos atmosféricos. Tenia
que asumir que ottos Estados tomarian nota de esas
declaraciones y confiarian en que fueran efecivas. Es
cierto que Francia mo ha reconocido que estuviera obli-
‘gada por ninguna norma de derecho internacional a
Concluir sus ensayes, pero eso no afecta a las conse-
cuencias jutidicas d'las declaraciones hechas, no pue-
de interpretarse que el comy
te se haya adquirido con la salvedad implicta de una
facultad arbitraria de reconsideraciéa,
Por consiguiente, la Corte se enfrenta con una situa-
cidn en la que el objetivo del demandante se ha cumpli-
do de hecho, en Ia medida en que la Corte entiende que
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Francia ha adquirido la obligacién de no realizar nue-
vos ensayos nucleares atmosféricos en el Pacifico me
ridional, El demandante pretendia que Francia le ase-
gurase que cesarian los ensayos, y Francia, por propia
Inciativa, ha hecho una serie de declaraciones en ese
sentido, La Corte concluye que Francia ha asumido una
‘obligacion respecto a la cesacion efectiva de los ensa-
yos, y el hecho de que el demandante no haya ejercido
‘su derecho a desistir de las actuaciones no impide a la
Corte adoptar su propia conclusién independiente a ese
respecto. Como tribunal, tiene que resolver controver-
sas existentes entre Estados: esas controversias deben
seguir existiendo en el momento en que la Corte adop-
te su decisin. En el presente caso, al haber desapareci-
do Ia controversia, la demanda ya no tiene objeto, y 20
hay nada sobre lo que fallar.
Una vez que la Corte ha concluido que un Estado ha
sdqurio un compromisorespecio as comportamien-
to futuro, no le incumbe considerar Ia posibilidad de
que no lo cumpla. Sin embargo, si la base del fallo
resultaraafectada, el demandante podria pedir un ex
‘men de la situacién de conformidad con las disposicio-
nes del Estatuto,
ta RO fazones mencionadas, la Corte reuse que
la demanda no tiene ya objeto y que, por consiguiente,
no estd obligada a fallar al respecto (pérrafo 62 del
fallo en el caso de Australia y parrafo 63 del fallo en el
caso de Nueva Zelandia),