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La sociedad actual parece muy tolerante con las diferentes formas de amor y de sexualidad, de manera que las diversas orientaciones y practicas ales se muestran pablicamente. Sin embargo, subsiste itimo tabi: el amor debe ser exclusivo, la pareja es su nica manifestacién y el matrimonio su tnico reconocimiento legal. Pero este modelo mondgamo estd en crisis: los divorcios son cada vez mas frecuentes, las familias recompuestas estan al orden del dfa, sin hablar de infidelidades, engaftos y traiciones que socavan la solidez de la pareja y que no aparecen en las estadisticas. 2 siel problema residiera precisamente en la creencia de que el amor sélo se puede jugar a dos? 2 sila exclusividad amorosa, que la mayoria tenemos como un ideal, estuviera en el origen de la posesividad y los celos? & siel compromiso con una sola pareja tuviera en su seno el germen de la insatisfaccién, el enojo y la violencia? Esta es la audaz tesis que plantea el autor, desmontando numerosas ideas preconcebidas sobre las relaciones amorosas. Y, sobre todo, muestra que el respeto y la confianza pueden surgir de los amores miltiples y asumidos. Las virtudes del poliamor La magia de los amores miltiples Yves-Alexandre Thalmann oe Las virtudes del poliamor La magia de los amores nuiltiples Yves-Alexandre Thalmann Traduccién de Francisco Garcta Lorenzana Fe Plataforma Editorial Barcelona Titulo original: Verrus du polyemour. La magie des amours multiples Editions Jouvence S.A. Chemin du Guillén, 20 Case 143 (Ch.1233 Bernex (Switzerland) bacp:/Avww.editions-jouvence.com info@editions-jouvence.com Primera edicidn en esta coleccién: mayo de 2008 © Wer-Alexandre Thalmann, 2007 © dela taduccidn: Francisco Garcia Lorenzana, 2008 © dela presente edicibn: Plataforma Editorial, 2008 Plataforma Editorial Plaga Francese Macit 8-9 - 08029 Barcelona Tel. (+34) 93 494 79 99 ~ Fax: (+34) 93 419 23 14 ‘ww placaformaedicorialcom info@plataformaeditoril.com Depasit legal: B. 26.149-2008 ISBN: 978-84-96981-15.7 Printed in Spain -Inpreso en Espatia Disefio de eubierta: Rubén Verdi y peeping™onster ‘worn peepingimonster.com Impresion Romany Valls; Veudagues, 1 - Capellades (Barcelona) wuwcomanyavals.com Reserados das oe derechos. Queda riguosiment probs sina atoianin escria de le ules del opr blo as sncionesexablecidae fn ls jes le repr ol pial de ea cra porcinlguer meio oproedimient, “Compendia apa ye setaient inform, yl drain de emplnes declle mediane alge présamo pias Bindicel Prélogo .... seit Introduccién: ;Quién dijo «natural? Capitulo 1. La decadencia de una utopi a agonia de la monogamia.. Las razones de un mito 1. De la biologia. 2 El precio de la exclusividad . Hacia un nuevo paradigma Capitulo 2. Qué es el poliamor? Lo que no es el poliamor 2 as diferentes formas del poliamor nun Los valores del poliamor 1. Respeto 2. Comunicacién franca. 3. No posesividad . {Cémo convertise en poliamoroso? ala cultwra 33 aula dP El poliamor, guna solucién milagrosa? Las virtudes del poliemor Capitulo 3. Las objeciones més frecuentes al poliamor ... 53 EL poliamor favorece la superficialidad y la inestabilidad .. 54 EL poliamor es la infidelidad insticucionalizada wsneneuen 57 EI poliamor es una solucién ficil ee) EI poliamor sirve a los egoistas.... 62 Silo los insaisfechos son proclives al poliamor sume O4 EI poliamor es una forma de dar rienda suelta a las inclinaciones sexuales 66 1 poliamor es inmoral 68 En el poliamor se corre mas el riesgo de ser abandonado .. 71 El poliamor no es posible porque siempre aparecen los e208 «nnn es Los hijos del polianor no pucen ver quilibrados 76 El poliamor es un lujo: muchos no se lo pueden permit .. Los poliamorosos estin mal vistos por el resto de la sociedad Capitulo 4. Libertad, amor y celos . Dela libertad de ser uno mismo «la libertad de ser més que uno msm 1, La libertad sexual: ob th, Oh toes nesrinraneins BO 2. La libertad de ser 100 MIMD oven BB 3. La libertad sltima: ser més que uno mismo .. 9 Un paso decisive hacia el amor incondicional tence 95 1. No sods los amores son vilidos 95 2. La rampa de la posesividad en 3. El Amor con A mayiscula Mis alli de los ces .. 1. Fl silo de la prcologia 2. En el negro antro de los clos Conclusién. ie See Eto go euenenne Indice Fuentes de inspiracién . 115 En papel. 115 En Internet .. LLG Apéndice. sTiene usted tendencias paliamaorosas? 117 Instrucciones 117 Puntuatin. soul 19 Resiiad tee eee eeacn ane aeee ete} 70) Indice de integrsma monagamico ourcnsmnrenrnsneed 21 Bp Prologo «Creo que estoy enamorado... del amor» Este tema me ha apasionado desde que tengo memoria. Gracias a mis ex- periencias personales, a través de estudios psicol6gicos, del trabajo espiritual y de innumerables lecturas, he tratado de comprender sus mecanismos y desentrafar sus misterios Hoy dia wdavfa insisw en ello. Dos enigmas me han atormentado durante mucho tiempo. El primero podrfa enunciarse como: «;Por qué tanto odio en el amor? ;Cémo puede explicarse la violen- cia conyugal, el asesinato pasional o incluso la guerra que pueden Hegar a sostener dos ex cényuges?». El segundo enigma concierne al amor incondicional preconizado por diferentes credos: «E] amor que une, 0 deberfa unir, a los aniembrus de una pareja y el que se conoce como “amor universal”, ;son el mismo amor? Cémo puede el primero serlo si no coincide con la descripcién que los gufas espiri- tales hacen del segundo’». Las virtudes de poligmor La respuesta a estas dos preguntas me legs cuando des- cubri el concepto del «poliamor: la posibilidad de amar a varias personas a la vez, sin celos ni posesién (0 cuando menos trabajando para reducirlos). El entusiasmo susci- tado por esta revelacién fue tan grande como la descon- certante sensacién de libertad que experimenté cuando fui consciente de que yo mismo era un poliamoroso largo tiempo ignorado, 2 Introducci6n éQuién dijo «natural»? Los amantes que se besuquean en los bancos ptiblicos, en la cancién y en la realidad, lo hacen siempre de a dos.' En los cuentos de hadas, los principes encantados (igual que los sapos) encuentran a st princesa, se casan con ella y tienen muchos nifios en pareja. Romeo no tenia ojos mas que para una tinica Julieta. Y no se puede menos que constatar que, en el cine y en la televisi6n, las grandes historias de amor se resuelven casi siempre de a dos. Asi pues, la mayorfa de los modelos de amor rom: tico producidos por nuestra cultura occidental se basan en el mimero dos. Por lo demés, las tinicas formas legales autorizadas, sean el matrimonio, la pareja de hecho* 0 el 1 Refrenca ala cancion de Georges Braeside amount: dr bac publi (N. del) at 3 2. Enel origina se efiere al PACS o Pace Cini de Slidarte,conrao ques esablece en [ands ence dos pesonas del mismo odediterenvesexo que disponen de uns resdencia ‘comin, (Vd) B Las virtues del poliamor concubinato, son uniones de das personas. La diferencia de sexos ya no es determinante. Lo que ahora importa es que se haga de a des Por otro lado, todos sabemos que la transmisién de la vida, entre los seres sexuados, es el resultado de la unin de dos sexos y sinicamente de des. Ni todas las técnicas de repto- duccién asistida pueden modificar en lo més minimo esta ecuacién fundamental. iQué hay més evidente, pues, que considerar el amor como el lazo que une a dos seres? Ademds, todos aquellos que se han enamorado lo han sentido ya en su propia piel: los terceros deben ser excluidos. La fuerza del amor nos impulsa hacia una sola persona y excluye a todas las demas, en una deliciosa fusidn casi autista. Todo esto nos lleva a una sola conclusién: la forma na- tural del amor, para los humanes, es la pareja y su regla, la exclusividad. Si comprendemos bien la problematica, sin embargo, el asunto no puede ser tan sencillo... A lo largo de nuestra existencia, somos conducides por la mayorfa a vivir amores muiltiples: amistades con derecho a roce, relaciones faciles, parejas sexuales, grupos, amantes, otro grupo, etc. Si se mira més atentamente, raros son los individuos que no han amado y descado més que a una persona a lo largo de st vida.’ De hecho estamos inmersos en un uni- verso de atracciones diversas y frecuentes. Nuestra propia orientacién sexual traiciona esta realidad: ser heterosexual u homosexual, zno es sentirse atraido por las personas de uno u otro sexo? 3. En los pales accidentals, ls hombres ienen una media de 11 parjas amotosas alo largo de a vida las mujeres algo menos de 4 Introdueciin:sQuitn dijo natural? Estamos permanentemente sometidos a atracciones, mas 0 menos fuertes, mds o menos numerosas, en funcién de nuestro tipo de vida. A veces, eso desemboca en lo que uno llama amor. Pero el amor, grande 0 pequefio, con «a» maytscula minuscula, sea el proyecto de una noche o de una vida, no impide que esas atracciones sigan producién- dose. El amor no impide el amor. Sentirse atraido por otras personas, tener ganas de co- nocerlas en profundidad, acercarse, compartir el amor con cllas, jparece que es lo mas natural! Si nos relacionamos los unos con los otros, sin prohibiciones morales y sociales, el amor apareceré en miiltiples estratos capaces de brillar simultaneamente, Nos deberia llamar la atencion que el matrimonio sea un contrato oficial y que los voros de f- delidad para toda la vida deban pronunciarse delante de testigos: la exclusividad amorosa no es ni evidente ni fécl, en una palabra, no tiene nada de natural En consecuencia, el ntimero dos no tiene un lazo na- tural sino cultural con el amor. La forma binaria del amor es el producto de la sociedad en la que nos desarrollamos a uavés de sistemas de valores y de reglas. La cuesti¢n es saber por qué ha privilegiado la monogamia en detrimento de otras formas posibles, elevandola al rango de dogma. Y, sobre rodo, es el momento de revertir la tendencia y de permitir a todos lo que aspiran a vivir amores miiltiples y simulténeos que lo hagan a la luz del dia, sin arriesgarse al estigma social. Ha llegado la hora de dejar que el amor se despliegue sin limites y sin reservas, de dejar que acabe su camino hacia el poliamor. Sin embargo, vivir amores plurales no es sencillo, Los obsticulos, ya sean sociales 0 de orden privado, son nu- merosos: los celos y la posesividad estén ahi, el miedo a ser 5 Las vireuder del poliamor abandonado en provecho de otra pareja no desaparece, los peligros de la superficialidad y de la utilizacién del otro para satisfacer nuestras propias necesidades son importan- tes, etc. Hay que analizar de forma conveniente todas estas objeciones antes de lanzarse al camino del poliamor. Ese es el periplo que les invita a realizar esta obra. En primer lugar, constatar, aunque sea amargo, la decadencia, para no decir ef fracaso, de la monogamia. Para presentar a continuacién la imagen de lo que es el poliamor y de las diferentes formas que puede adoptar, antes de tratar las diversas objeciones que se pueden plantear ante este modo de vida. Finalmente, offecer una nueva perspectiva de la naturaleza misma del amor. Se trata de un viaje apacible en el que los peligros y las, sorpresas han sido sabiamente controlados. Los amantes de «305 «Clubs Med’» del pensamiento se verin defraudados. El camino que proponemos en las paginas que siguen se adentra en una regién més bien salvaje y hasta el momento poco explorada. Las incertidumbres y los peligros no se han ocultado de forma artificial. Como los aventureros de un nuevo mundo, ciencia desestabilizadoras y a atravesar profundos cuestio- namientos, el mayor de los cuales puede ser descubrir que quiz es un poliamoroso en el fondo de su alma, © réstense a enfrentarse a tomas de cons- 6 Capttulo 1 La decadencia de una utopia —— is oe a LA AGONIA DE LA MONOGAMIA' Es indtil seguir cuidando el reino de la monogamia: su de- cadencia, iniciada hace ya bastante tiempo, se ha consuma- do en la actualidad, como lo demuestran la mayor parte de los indicadores sociales importantes. En efecto, diferentes studios’ estén de acuerdo en que por nuestras latitudes: + Del 10 al 20% de los nifios son criados por un padre que no cs su padre bioldgico aunque él cree que lo «s (las comadronas y los ginecblogos son depositarios de secretos terribles, estando en primera linea para las 1. El mino se wa en xa obra en su sentido amplio: engloba rod elacén amoross ERS ea ects er een 2 ge nina een di iss a ‘or bn 10 plas gos nomonge ur Femonr et de compl Edison Dangle, 2005, Date Siac encuenran ea mayor parce de as sta ecient sobre lt relacones de = ” Las virrudes del poliamar confidencias de sus pacientes: «;Se pareceré a su pa- dre?). + El 20% (cifra en aumento) de las familias son fami- lias recompuestas, con hijos de diferentes padres, 0 al menos con padres que proceden de otras unidades fa- miliares. + Del 40 al 50% de los divorcios se ororgan a matrimo- celebrados el mismo aio, es decir, alrededor de un divorcio por cada dos matrimonios. + Mas del 50% de las personas entrevistadas reconocen que han engafiado por lo menos una vez a su compafte- , le ha sido infiel en el ro 0 compajicra amoroso (es deci plano sexual). +E] 70% de los matrimonios celebrados acaban en sepa- racién o divorcio. Un modelo que genera un 50% de fallos y un 70% de fracasos, ése ¢s el resultado edificante que genera la unién monégama. En cualquier otra érea, hace mucho tiempo que un modelo semejante habria sido abandonado por vuv urds eficaz. Pero, antes de extract las conclusioncs cvi- dentes y proponer algo radicalmente nuevo, los politicos y los juristas trabajan para suavizar las condiciones del ma- trimonio y para facilitar los procedimientos de divorcio. Pero no nos equivoquemos, no es él matrimonio como tal el que esta en cuestidn, sino su anclaje en el amor exclu- sivo. La historia de la humanidad esta llena de ejemplos en los que el matrimonio regula temas como la transmisién patrimonial y la alianza de familias, sin que tenga nada que ver con los sentimientos. Los monarcas y la nobleza de todos los paises se han casado la mayorfa de las veces por razones estratégicas o de sucesién, viviendo toda una 18 La docadencia de una utopia setie de amores en brazos de sus amantes y concubinas. Las wjeres no han sido ajenas a ese juego amoroso. Lo que era valido para Ja nobleza también lo era para el pueblo en general, més preocupado por asegurar unas condi- ciones de supervivencia razonables que por la moral amorosa. A ka vista de la Historia, el matrimonio tiene que ver més con una estructura de la sociedad que con el amor. En conse- cuencia, jes el matrimonio algo mas que un simple contrato? Pero en a actualidad eso no es suficiente. Se espera del matrimonio que no sélo satisfaga las necesidades de seguridad de la célula familiar —la razén por la que fue instaurado—, sino que también offezca las condiciones para el desarrollo personal de los individuos. Una pesada herencia de las revoluciones sociales de los tiltimos cin- cuenta afios: nuestras madres y abuelas lucharon para con- quistar el derecho a casarse por amor, pero ahora nuestras hijas y nictas constatan que el amor no es suficiente para mantener un matrimonio. Las primeras crefan que al te- ner el derecho a escoger serian felices; las segundas estan descubriendo que su eleccién amorosa no las hace verda- deramente més felives jHay que volver a los matrimonios atreglados que eran lo habitual hasta hace no demasiado tiempo (matrimonios que en cuanto a su duracién no tienen menos éxito que los mattimonios por amor)? ;Desde luego que no! Las conquis- tas sociales de la segunda mitad de! siglo xx han tenido una gran influencia sobre las mentalidades: el derecho a elegir y al desarrollo personal se han convertido en valores incues- tionables al iniciarse cste nucvo milenio. Para avanzar en este aspecto habria que relajar los lazos entre matrimonio y amor exclusivo. Las bases de la socie- dad son una cosa y el amos, con su cardecter voldtil, otra 9 Las virtudes del poliamor muy diferente. ¥ si es deseable que exista el amor dentro del matrimonio, por qué no se puede admitir que también lo haya fuera de él? Todas las cifras mencionadas al inicio del capitulo fun- damentan una sola idea: amar a una sola persona y serle fiel toda la vida es més una utopia que una realidad. Aunque la mayorla sigue considerando la monogamia como un ideal, la mayor parte de ellos no son capaces de Ilevarla a la préc- tica... y son infelices. Ya pesar de todo esto, en su inocencia, muchos jévenes se lanzan alegremente al matrimonio, esperando triunfar donde otros han fracasado. :Es tan embrujador el canto de las sirenas de la monogamia? En el plano personal, ;cudles son los factores que alimentan ese suefio del «amor eterno con la misma persona»? LAS RAZONES DE UN MITO 1. De la biologta... en ate a etiebe ain sail ss onsale EA VANCED: El hecho de que tantas personas cedan a los encantos del amor y vivan su pasién exclusiva de manera parecida aboga a favor de mecanismos innatos. Las investigaciones en neu- robiologfa han puesto de relieve ciertos procesos que tienen lugar cn el cerebro cnamorado:? parece ser que sc liberan 3, Vease Lucy Vinent, Comment devient-on amour’, Odie Jacob, 2004, 0 Michel Odent, Limonr sense Jouvence, 199. 20 La decadencia de wna upla endorfinas, las hormonas naturales del placer, en presencia del ser amado. La sensacién agradable que proporcionan esas endorfinas, como todas las sensaciones de placer, crea tuna especie de dependencia: una ver se haya disipado el efecto de bienestar, el enamorado intentar4 reproducir exe estado placentero, movido por ciertas zonas cerebrales que reaccionan ance la dopamina, un neurotransmisor respon- sable de la motivacién. Eso es lo que se define como los circuitos del placer: busqueda de la presencia del otro bajo los efectos de la dopamina, recompensa en forma de placer gracias a las endorfinas, sentimiento de pérdida a medida que sc evapora cl efecto euforizante, nueva biisqueda de la presencia para compensa ta péidida, etc. Elenamorado es en cierta forma un drogadicto del amor, buscando de forma permanente las sensaciones que aporta la presencia del otro. Otro al que acaba por unirse bajo la influencia de la oxitocina, una molécula (que se libera en el momento del orgasmo) capaz de inducir un efecto general de bienestar al contrarrestar las hormonas del estrés (adre- nalina y cortisol). Es pues ese juego combinado de dopami- nna, oxitocina y endorfinas cl que provoca las cmociones tan particulares que siente el enamorado: un exceso de energia, la impresién de estar sobreexcitado, un placer casi extético, una sensacién de pérdida y, sobre todo, fascinacién, inclu- so obsesién por la persona amada, a veces en detrimento de cualquier otra actividad. En ese estadio, esté claro que el sentimiento amoroso se vive la mayoria de las veces en una situacién de exclusi vidad: gencralmente uno se enamora de una sola persona a la ver. Las complejas y costosas investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro confirman Jo que cualquier adolescente puede comprobar a la salida de clase. Las virtudes del poligmar Al menos en parte, se conoce el funcionamiento, pero spor qué ocurre? Las teorias de la evolucién permiten dar tuna primera respuesta: se trata de la supervivencia de la ¢s- pecie. En efecto, la supervivencia est ligada a la reproduc- cién de sus miembros. En consecuencia, el acto sexual tie- ne que tener lugar por fuerza. Por eso la pulsién sexual y el acto «copulatorio» estén profundamente arraigados en los genes de las especies sexuadas, la nuestra entre ellas. He aqut, en definitiva, lo que es natural para sus miembros: encontrar un compafiero, practicar el coito y reproducirse. Pero eso no ¢s suficiente para perpetuar la especie huma- na, pues el nuevo individuo nace inmaduro. Librado a sus propias fuerzas no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. Depende totalmente de los individuos que deben ocuparse de Al, principalmente sus progenitores. ‘Ademés, el embarazo y el perodo postnatal son agora- dores para las mujeres, que ven muy disminuidas sus ca- pacidades fisicas. En las sociedades ancestrales era esencial que pudieran asegurar los servicios de sus congéneres para conseguir alimentos y proteccién durante ese periodo. Era esencial para stu supervivencia y a de sus pequefios. De esta manera, poniendo en funcionamiento un sentimiento amoroso exclusivo destinado a unir a los dos progenitores, la naturaleza ha permitido aumentar las posibilidades de supervivencia de los pequefios, gracias al aporte de los re- cursos del macho. La monogamia tiene, pues, fundamentos biolégicos: aparece en las especies en las que un solo progenitor no puede conseguir los recursos suficientes para asegurar las condiciones de supervivencia de su prole, es decir, en aque- llas en las que el tiempo de gestacién y de cuidados hasta la emancipacién de los pequefios se ha alargado. Entre las La decadencia de una utopia aves, por ejemplo, es muy corriente, mientras que entre los mamiferos sélo lo es en el 59% de las especies, entre ellas la humana, cuyos retofios nacen muy inmaduros. Desde un punto de vista estrictamente biolégico, la ex- clusividad del sentimiento amorosa es un ardid de la evo- lucién para aumentar las posibilidades de supervivencia de los miembros de la especie humana. Aunque esto parezca muy poco postico y mucho menos romantico, la experien- cia viene a confirmar esta hipétesis: el sentimiento amo- roso fuerte y exclusive (no hablamos aqui de amor, sino Ainicamente de un estado amoroso caracterizado por una obsesién por el compafiero, una especie de ceguera en todo lo que le concierne, una fuerte necesidad de unirse a él y de buscar su presencia) no esté programado para durar ins alld de tres afios, el tiempo que necesita la mujer para recuperar su autonomfa y para que el pequefio se haya de- sarrollado suficientemente.* Esta duracién reducida de la pasion amorosa queda confirmada por las encuestas: una media de 18 a 36 meses. Lo que nos ensefian los especialistas del cerebro es que bajo los efectos de mecanismos complejos que tienen una utilidad para la especie, estamos condicionados a exper mentar un estado amoroso que trae consigo sentimientos cexclusivos hacia una sola pareja, pero esa situacién parti cular est limitada en el tiempo y no deberia prolongarse mas alld de los tres afios, aunque nada impide que se repita muchas veces a lo largo de la vida. Es decir, znuestros ge- nies nos condicionan a ser mondgamos seriales, mondgamos cn serie? 1. Pars nuestros ancepasads que vivian em ls cavecnas, el empo tascurido ence primer encuentro attorowo ye acimieto del primer reroo a ea ean lg como ch. Sctualdad, pos ain no oe aban invest los modes contac. 33 Las wirtudes del poliamor Nuestra constitucién genética nos predispone a ena- morarnos y a unirnos momenténeamente a una sola pa- reja. Pero gpor qué sofiamos en transformar un estado pasajero en un proyecto de vida? Una explicacién se pue- de encontrar en otto mecanismo biolégico: la bisqueda del placer. La intensidad de los sentimientos amorosos cleva a los amantes por encima del mundo cotidiano: vi ven momentos excepcionalmente ricos y muy estimulan- tes, casi extéticos, que recuerdan a la dulce fusién entre el recién nacido y su madre. En comparacién, el resto de la vida parece gris y monétona. En consecuencia, les gustaria que esa beatitud durase el mayor tiempo posible. Como el enamorado atribuye ese bienestar a la presencia del ser amado, concluye que desea pasar la vida entera a su lado con el fin de continuar disfrutando de tanta fel cidad. Incluso est dispuesto a ofrecerle votos de fidelidad eterna para ello. Sabemos cémo contintia la historia: los deseos pierden su {mpetu, aparecen los primeros signos de aburrtimiento, los pequefios defectos del otro se hacen cada vez més evi- dentes (y enervantes), las preocupaciones cotidianas vuel- ven a tomar relevancia. Ante la evidencia de la realidad se pueden tomar dos caminos: abandonar al otro y buscar un nuevo amor —el Gran Amor— que reactivard esos instan- tes deliciosos, 0 acomodarse a sentimientos més tranquilos y menos apasionados... y permanecer a su lado. La biisqueda del placer Hleva naturalmente a los indivi- duos hacia la primera posibilidad, que conlleva inestabi- lidades y turbulencias a las que la sociedad no ha sabido adaprarse demasiado bien. El equilibrio de la comunidad reside, pues, en elegir la segunda alternativa: permanecer con la misma pareja a largo plazo, De ahi la instauracién 24 La decadencia de una utopia del contrato matrimonial de por vida (y eso es ast incluso en kas sociedades poligamas). 2....a la cultura Tres afios de pasién amorosa, en el mejor de los casos, y dos dlécadas para criar a los hijos. He aqui el programa de la Madre Naturaleza. :Y después? ;Nada! Ella no parece te- ner ningtin interés en la vida amorosa de los individuos después de la reproduccién. Es posible que ni siquiera esté previsto... De ahi cl interés de la cultura por tomar el rele- vo: por ejemplo, al instituir un contrato de matrimonio, da ale relacién de pareja un marco que la biologia no es capaz dle dar después de los primeros anos de relacidn. Si persistimos en seguir siendo monégamos aunque los sentimientos se hayan enftiado, los deseos amortigua- do, los encuentros sexuales se hayan convertido en deber conyugal,’ es porque hemos sido condicionados para ac- tuar de esa manera. Somos fieles (al menos en apariencia) porque hemos aprendido que debemos serlo. Ese aprendizaje no es necesatiamente consciente: no se dice explicitamente que se debe amar a una sola persona a la ver, pero la mayor parte de los modelos que se nos muestran reproducen esa idea. A decir verdad, vivimos permanentemente inmersos en un océano de informacién 5, Las estadistias demuestran que a fircuencia de ls relaciones seualesdisminaye piogreivaeinexorablemente ao Tang del tiempo etre as pare extables, 25 Las virtudes del poliamor cuyos efectos son la mayor parte de las veces inconscientes. Desde nuestra més tierna infancia, registramos innumera- bles historias de monogamia: se nos habla de sw papa y de una mamé que se aman, asi como de abuclas y abuelos que viven en pareja (0 quienes la muerte ha separado pre- maturamente); los cuentos de hadas nos recuerdan que los héroes estén dispuestos a superar todos los obstéculos para encontrar el amor, encarnado en una persona; después, las peliculas y series de television vienen a reforzar ese ideal iduos, con frecuencia he- de un amor que une a dos indi chos el uno para el otro (siempre bajo el modelo del estado amoroso, es decir de sentimientos intensos que llevan a la exclusividad) De manera general, muchas producciones artisticas se hacen eco del amor binario. El iltimo estadio de ese condicionamiento cultural se tuentra en los suefios de las nifias (yy no tan nifias!) de vivir una boda de princesa: ser la mds bella, evar un vesti- do magnifico, ofrecer una recepcién suntuosa, etc., para que ese dia sea inolvidable. En ciertas culturas, las familias se en- deudardn durante varias generaciones para realizar ese sucfio. en Un condicionamiento® semejante tiene que dejar huella y no es sorprendente que muchos jévenes adultos vengan el matrimonio como marco de su amor, Otro aspecto de la eleccién de la monogamia, menos evidente, viene dicta- do por las opciones posibles: el matrimonio era hasta hace poco (y lo es atin en numerosas sociedades) el tinico cami- no para abandonar la familia, exceptuando tomar los hé- bitos, que es una via atin mds restrictiva. Quedarse soltero 6. La medida de dicho condicionamiento y la puesta en cuestisn de ex lro que une amor romico,escusvidad y matrimonio san d tema de una obra muy bien docu tmentada de Serge Chaumier couple fsonnel,Fayard, 2004, Una lectus de referencia a macs, 26 La decadencia de una utopia o vivir en comunidad, ni siquiera era planteable. ;Cudntas personas habrian optado de verdad por el matrimonio mo- ndgamo y renunciado a cualquier otra posibilidad de amar durante toda su vida si hubieran tenido otra eleccién? Estamos condicionadas para pensar que tau négama es la nica forma de vivir nuestros amores, hasta el punto de elevarla al rango de ideal, aunque nuestra expe- riencia personal nos diga lo contratio, Como los perros de Pavlov estaban condicionados para salivar al oft una cam- panilla, se nos ha ensefiado a salivar ante la idea de un amor nme. eterno y exclusivo, aunque no tenga nada de natural. Asi, a excepcién del breve periodo de la pasién amorosa, se Hlega a la conclusién de que nada, ni en la biologia ni en Ja cultura, oftece razones sélidas para limitar el amor a las fronveras de una sola pareja y de vivirlo en exclusividad. EL PRECIO DE LA EXCLUSIVIDAD Si juzgamos al amor por la mayoria de sus efectos, se parece mis al odio que ala amistad, La Rocusroucauty 'Sial menos la unién monégama exclusiva proporcionara la felicidad! Por cada pateja satisfecha con su suerte, cudntas son infelices? Son testimonio de ello los chistes sarcdsticos sobre el matrimonio, comparindolo con una prisién, con tuna teampa, 0 con un suplicio (zno se dice «tener la soga al cuello»?). Los humoristas y los cémicos de todo tipo son muy aficionados a poner en escena esposas malhumoradas 6 esposos libidinosos, situaciones en las que el amor hace mucho tiempo que ha desaparecido. 7 Las virtudes del paliamor Pero el precio que hay que pagar por ese suefio de amor exclusivo es mucho mis elevado que algunos sarcasmos tras una velada bien regada. En efecto, la monogamia lleva ‘en su seno gérmenes bastante terrorificos, entre los que se encuentran la prostitucién, cl adulterio y la violencia. Aunque pueda parecer paradgjico, los clientes de la prostitucién y de forma general de los diferentes comercios relacionados con el sexo (salones de masaje, peliculas por- nogréficas, paginas erdticas de Internet, etc.) no son sélo los solteros. Una gran parte de esta clientela la constituyen hombres casados, que buscan darle sabor a una vida sexual que se ha vuelto demasiado sosa. Asf, a causa del rechazo social a los amores multiples, algunos compensa su fide ta pagando a otras personas para saciar algunos fantasmas © pulsiones sexuales, salvaguardando la moral: pero como se trata de algo sexual —no intervienen los sentimientos— Y puramente comercial, no parece tan grave. Se convierte en algo perdonable... salvo que ese comercio se caracteriza por la explotacién del ser humano, sobre todo de la mujer, y lleva consigo una miseria indecible (drogadiccién, enfer- medades, pérdida de la autocstima, ete.) El segundo efecto perverso de la monogamia institu- cionalizada es el adulterio. Este, en tanto que falta 0 peca- do, sélo puede aparecer en una sociedad que proscriba los amores plurales. Con ello, obliga a esconder las atracciones paralelas, a vivirlas con preocupacién y engaito. El lenguaje es inequivoco a este respecto: en francés, engafary ser infiel se han convertido en sinénimos, en el sentido de tener una relacién sexual con otra persona que no cs la parcja oficial y sin su consentimiento.” Sin embargo, en su origen, la 7. Bn castellano ocurre lo mismo. (N, de) 28 La decadencia de wna utopta palabra engafiar se referia tinicamente a la utilizacién ma- liciosa del lenguaje para ocultar la verdad e inducir a error: podemos engafiar a nuestro cényuge sin serle infiel (ir a ju- gar al casino cuando deberiamos estar practicando deporte cou un amigo) y scrle inficl sin cngafiarlo (diciéndole la verdad sobre nuestras aventuras sexuales extraconyugales). n una sociedad abierta a los amores miiltiples, no existirfa cl adulterio, y el engafio, en ese sentido, no tendrfa razon de set. El adulterio es el reverso de la moneda de la exclusi- vidad amorosa predicada por la sociedad. El tercer efecto desastroso de la monogamia, y sin duda cl peor, es fa violencia conyugal. Por definicién, el amor es incompatible con todo lo que signifique vio temmura, Es lencia y abuso. Sin embargo, los celos pueden llevar a la muerte cuando la exclusividad se ve amenazada, Sin Hegar a. esos extremos, Ia violencia doméstica esté presente en el 10 al 20% de las parejas. Esa violencia se expresa de mu- chas formas: golpear al compafero con la mano, el pie o un objeto, lanzar cualquier cosa en su direccién, zarandearlo, contradecirle con gestos, desvalorizarlo, humillarlo ante tcstigos, insultar, amenazar, destruir 0 estropear objetos importantes para él o ella, etc. Y en esa guerra las mujeres no son sdlo las victimas... Los intentos de explicacién de este fendmeno son miiltiples y complejos, y no es posible reducirlos a una sola causa, pero es evidente que la presién que obliga a los compafieros amorosos a vivir en un mundo cerrado sélo puede exacerbar la violencia latente, Ademds, la obligacién de la monogamia cataliza las frustraciones, impidiendo encontrar fuentes de placer ajenas a la pareja. ‘A veces esta violencia es tolerada, por no decir que esté institucionalizada. En esos casos, se otorga a un miembro de la pareja, casi siempre cl hombre, el derecho de dominar 29 Las virtudes del poliemor a su cényuge: derecho a disponer de su tiempo, de su liber- tad, incluso de su vida. En consecuencia, posee en sentido estricto a la otra persona, que queda reducida al rango de objeto, que puede utilizar, ditigir y corregir como le parez- ca oportuno. En semejantes relaciones no se puede utilizar la palabra amor. Una vez mas, no se trata de insinuar que la monogamia ¢s Ia causa de Ia violencia conyugal. Sin embargo, al situar el dominio de la afectividad dentro de la carcasa de los derechos y los deberes, contribuye a crear las condiciones propicias para que aparezca. Como dice el refrdn: quien siembra vientos recoge tem- pestades, En lo relativo a las relaciones humanas se podria decir: quien siembra la exclusividad amorosa (o la monoga- mia) se arriesga a recolectar enojos y adultetio, prostitucién y violencia HACIA UN NUEVO PARADIGMA Fs necesarin aprender a vivir juntos, en pareja, sin ais- Jarnos de los demas. Es necesario que descubramos los encantos de la polivalencia. S. CHAUMER Después de haber constatado que el suefio del amor exclu- sivo no resiste la prueba de la realidad para muchas parejas, si no para la mayorfa; que ese sueito es el resultado de un condicinnamiento social mas que de una necesidad bio- Logica, y que puede llevar consigo enfados y violencia, cs necesario admitir que un cambio es deseable. No se trata de abolir el matrimonio monégamo, pues ciertas personas 30 La decadencia de una wiopia se encuentran bien en él —hay parejas exclusivas felices cn las que el amor resiste el paso del tiempo ¢ incluso se intensifica con é—, pero que aquellos que lo descen sean sutorizados a vivir publicamente sus amores plurales. A nivel personal, se trata de transformar la idea del amor exclusive en un amor inclusivo, capaz de englobar a més de dos personas. A nivel social, consiste en redescubrir lo que ya conocian nuestros antepasados: que los lazos conyugales y los lazos afectivos externos a la pareja no son incompati- bes, que pueden ser vividos simultdneamente y dentro del respeto a cada uno. Por suerte, ese territorio no es virgen: algunos explora- dores han plantado algunas halizas. Se han realizado nume- rosas tentativas, algunas mas constructivas, otras claramen- te mas desestructurantes: de la pareja a tres a la comunidad del 68, pasando por el amor libre, la poligamia (y la po- liandria) o incluso el matrimonio abierto. No falran mode- los, aunque casi todos presenten ese carécter experimental propio de los tiempos de cambio. Se trata, pues, de una transformacién radical de nuestra visidn del amar y de las maneras de vivirlo que nos impone nuestra época; una modificacién de la ideologia conyugal. Eso es lo que propone el poliamor. 3 Capitulo 2 éQué es el poliamor?| El término poliamor (0 poliamorta; polyamory en inglés) es un neologismo que aparecié por primera ver en los afios sesenta, pero cuya popularizacién data de la década de los noventa, Construido a partir de la raiz griega poly, que sig- nifica emuchos», traduce la idea de los amores multiples, es decir, can muchas personas y de muchas formas al mismo, tiempo. Este nuevo concepto subraya el carécter polisémi- co de la palabra amor, que se aplica de forma indiferen- ciada a las parejas amorosas, a los padres, a los hijos, a los amigos e incluso a las cosas, como el chocolate o el fiitbol, De manera més especifica, afiade Ia idea de que el amor sentimental y erético se puede vivir con muchas personas simulténcamente. 3 Las virtudes del poliamar LO QUE NO FS FL POLIAMOR El amor que economiza no es nunca el dero. El poliamor tiene su fundamento en el proyecto de vivir re- laciones sentimentales con numerosas parejas, incluyendo © no las relaciones sexuales, con toda franqueza y dentro del respeto a cada uno. Por ello se diferencia de: La monogamia serial, « la que habria que llamar con ma- yor precisién poligamia occidental: se trata de petsonas que aman a numerosas parejas, pero de forma sucesiva, es de- cit que rompen una relacién antes de empezar la siguien- te, Actualmente es el modelo dominante en las sociedades occidentales, en las que el divorcio es legal y las familias recompuestas forma una parte importante del tejido social. Lo que marca la diferencia entre el poliamoroso y el se- vial lover es que el primero teivindica el derecho a vivir a la luz del dfa sus amores miiltiples y simultaneos, mientras que el segundo todavia se adhiere al mito del amor romén- tico exclusive. La poligamia establecida como sistema social en el que no todos los individuos tienen los mismos derechos, pues se favorece a un género, mayoritariamente al hombre, en derrimenta del otro. La poliginia (un hombre casado con varias mujeres) y la poliandria (una mujer casada con varios hombres) no aparecen juntos en una misma socieda dos sistemas son generalmente excluyentes y conllevan una 34 Qu eel poliamor? relacién de dominante/dominado entre los sexos. Como las nociones de respecto y de igualdad de derechos son esen- ciales para el poliamoroso, éste no reclama la instauracién de semejantes sistemas sociales. Mis bien tendré tendencia a dcsconfiat de ellos. Ademés, desde un punto de vista sociolégico, se puede pensar que el poliamor es una de las formas mds completas para las relaciones amorosas. En efecto, durante bastantes siglos, las mujeres han tenido que padecer la poligamia. La aparicién de la monogamia tampoco fue una mejora sig- nificativa, pues no disponfan de los mismos derechos que los hombres. De hecho, ellas seguian estando sometidas. Los numerosos suplicios infligidos a las mujeres aduiltcras (y sdlo a ellas) son testimonio de esa dominacién: lapida- cién (Oriente Medio), inmersién en agua hirviendo (Japén), aplastamiento entre dos piedras (China), amputacién de la nariz y las orejas (indios de América del Norte), marcaje con hierros al rojo vivo, etc. La verdadera revolucién es la emancipacién de las mujeres (en buena parte gracias a los medios de contracepcién) y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Esa igualdad de sexos es la condicién sine qua non del poliamor. Eso explica por qué, a diferencia de la poligamia, no es una invencién masculina: muchas mujeres recono- cen su capacidad pluriforme de amar y tienen el valor de reivindicarla. Las relaciones extraconyugales, 0 infidelidades, que se vi- ven frecentemente can preacupacién y engafia General- mente producen vergiienza y culpabilidad en el miembro de la pareja que las mantiene, y célera, tristeza y rencor en el que las sufre. Estén emparentadas con la traicién, sobre 35 Las virtudes del poliamor todo teniendo en cuenta las promesas intercambiadas du- rante la boda. Desgraciadamente, mis de la mitad de las parejas sufren en un momento u otro este fendmeno, Los practicantes del poliamor, por el contratio, tienen el compromiso de vivir a la vista de todos sus relaciones muiltiples, guidndose siempre por el respeto a los demés. El libertinaje, y su forma estructurada, el intercambio. Es- tas précticas implican principalmente a varias parejas, con el objetivo de ampliar la vida sexual al incorporar a owras personas, sin que exista ningtin tipo de relacién sentimen- tal con ellas. Por cso, la regla que prevalece entre buena parte de las parcjas que practican cl intercambio es no ena- morarse de sus compafieros sexuales, que a menudo son sélo ocasionales, y, paraddjicamente, seguir siendo fiel a la propia pareja (no iniciar una relacién sexual con un tercero su autorizacién, por no decir que ante su presencia). A los poliamorosos, al no concebir que sus compaficros sean de su propiedad, no les gusta el término intercambio. Es més, estos tiltimos sitdan los sentimientos en el cen- to de sus relaciones, aunque sean sexuales, As(, aunque algunos poliamorosos participan de actividades sexuales fen grupo que pueden recordar los intercambios, rechazan identificarse con ellos. A la inversa, la mayor patte de los que participan en intercambios de parejas no se consideran poliamorosos: reivindican su situacién de pareja casada tra- dicional y, ademés, fie. La actitud de consumo, que consiste en coleccionar idilios Esta conducta se caracteriza por la busqueda de la cantidad mids que de la calidad, ademas de por la superficialidad, pues con frecuencia se evita un compromiso sincero en la relacién. 36 Qué es el poliamor? El poliamoroso, al contrario, no veme implicarse de ver- dad y sinceramente en diversas relaciones. Finalmente, los amores de transicién, que son las de aque- llas personas que viven amores simultdneos, sin embargo, que los consideran como etapas diferentes. Estas personas ponen fin a una relacién al mismo tiempo que empiezan la siguiente, Sus sentimientos estén casi exclusivamente orientados hacia el nuevo amor. Ellos no se consideran po- liamorosos (aunque de hecho tampoco son mondgamos en sentido estricto).. LAS DIFERENTES FORMAS DEL POLIAMOR Existen tantos tipos de amor que uno no sabea quign dirigitse para definirlos. poo El poliamor florece donde los sentimientos amorosos se dirigen hacia diversas personas simultdneamente. Pero su jardin no es uniforme ni sigue unas reglas fijas. Al contra- rio, las formas que puede adoptar sélo tienen por limive la imaginacién, siempre que esté asegurado el respeto al otro Algunos poliamorosos prefieren la pareja tradicional, lad que necesitan, siempre que deje un espacio de libertad. En esos casos se habla de un modelo jerdrguico, con una relacién prima- ria y otras secundarias. La telacién primaria ocupa el lugar principal en la vida del poliamoroso. Ella estructura su vida cotidiana: compartir un mismo domicilio, puesta en co- miin de los recursos, creacién de una familia, etc., ¢s decir All encuentran la seguridad y la estabi 37 Las virtues del poliamor todo lo que caracteriza habitualmente a una pareja moné- gama, incluido el matrimonio. A esto se une la posibilidad de mantener relaciones afectivas y/o sexuales con otras per sonas, que constituyen las relaciones secundarias: compafie- rosen relaciones duraderas, de significado importante, con los que el tiempo dedicado es apreciable y las actividades variadas. Son lo que normalmente se llama amistades, con Ja tinica diferencia de que aqui intervienen sentimientos amorosos y se pueden dar relaciones sexuales. Junto a las relaciones primaria y secundarias, algunos identifican aun unas relaciones terciarias, es decir, interacciones episédicas 6 de corta duracién, que implican poco tiempo y energia, y en la mayoria de los casos vividas sélo a un nivel sexual, Un ejemplo de poliamor jerérquico conocido por el gran. piiblico lleva el nombre de pareja abierta, 0 de matrimo- nio abierto si existe una relacidn legal. Si algunos lo viven como la oportunidad de tener relaciones sexuales fuera de la pareja, un poco como si fueran relaciones extraconyugales toleradas, otros pueden decidir reservar la dimensién sexual a su pareja principal: aman abiertamente a muchas personas, pera sélo legan a la intiniidad sexual con una de ellas. Las relaciones abiertas, algunas veces llamadas amor li- bre, secaracterizan por la libertad que se da a los miembros de la pareja para iniciar y mantener relaciones amorosas con otras personas. Algunos poliamorosos, sin embargo, insisten en la fidelidad hacia sus parejas y lo consideran un valor superior a la libertad. Se habla entonces de polifideli- dad. Asi, algunos poliamorosos polifieles no pueden cata- logarse paradéjicamente como pareja abierta porque viven varias relaciones simulténeas, pero como si fueran matr monios de orientacidn exclusiva, es decir, prohibiendo las aventuras pasajeras. 38 Qué el poliamor? Junto a estos modelos jerérquicos, cuyos fundamentos son muy cercanos a los de las parejas tradicionales, a ex- cepcién de la exclusividad amorosa, existen formas de poliamor llamadas igualizarias. En ellas, todos ocupan el mismo nivel y ticnen los mismos derechos: nadie esté en una posicidn privilegiada, en una especie de ideal demo- cratico. Asi la relacién triangular, 0 trio amoroso, esta for- mada por tres personas en pie de igualdad. En la realidad, dicho equilibrio es dificil de mantener, y presupone a me- nudo una relacién homosexual entre los dos compafieros del mismo sexo. Esos modelos igualitarios no tienen teéricamente nin- ‘gin limice en cuanto al ntimero de personas implicadas: ast se pueden formar comunidades amorosas y celebrar matri- monios en grupo, en los que cada participante se compro- mete con todas los demas miembros del grupo. Las formas que puede adoptar el poliamor son muy va- riadas, hasta tal punto que es dificil ordenarlas. Por otra parte, tampoco existe un término cominmente aceptado ¥ utilizado para designar a los compafieros poliamorosos.' Su punto en comtin, que es ala vex su especificidad, reside en la posibilidad de amar simuleéneamente a varias perso- nas; en otras palabras, Ia no exclusividad amorosa. 1, Frangite Simpire habla de amigos-amantee» mientras que en Estadoe Unidos se ha creado neologsme sexualover 39 Las virtues del poliamor LOS VALORES DEL POLIAMOR Layerdad es un atributodelamon Sino existe un tinico modelo para vivir el poliamor; los polia- morosos consideran que tienen un conjunto de valores com- nes esenciales a los que se suelen atener: el respeto (a si mismo y a los dems), la comunicacién franca y la no posesividad. 1. Respeto El respeto es una nocién esencial en el lenguaje poliamo- ros0.7 Esto es lo que diferencia a los seguidores del polia- mor de los amantes tradicionales: los primeros reconocen Ja importancia central del respeto mutuo, mientras que los segundos no le dan a ese concepto tin lugar decisive en la realidad. En efecto, los miembros de parejas exclusivas no tienen inconveniente en restringir recfprocamente su liber- tad y exigirse cosas el uno al otro. ;No sc habla de deber conyugal? Por el contrario, los poliamorosos aspiran a no interferir en la libertad de sus parejas. Desean dejarles la libertad para que sean ellos mismos, con sus fantasfas, reac- ciones, sentimientos e incluso defectos, Esta aceptacién de la diferencia y de la alteridad, que aspira a ser incondicional (al menos en el ideal), fundamenta la consideracidn que los comparieros poliamorosos se deben el uno al otro.” 2. Los poiamoroes eapeanrtament a dein de ln monogamia por par de {gunos.A cambio, peran que se respete que cada tno pueda adapraref modelo gue Ie 3. Tor eta ran el poliamorno se pucde imponer jas a una pareja que no lo cept, 40 Qué eel poliamor? En el poliamor, el respeto toma nacuralmente un signi ficado bilateral: el respeto al otro no puede estar disociado del respeto a uno mismo. Los poliamorosos son conscien- tes de la importancia de conocerse uno mismo y confiar en uno mismo. Evitan comprometerse a acciones tinicamente por conformismo, por temor al rechazo, 0 porque no se atreven a decir no. Estas actitudes, que son reprobables en una relacién binaria, son insostenibles en un marco de re- laciones multiples: en efecto, zcémo se puede complacer al mismos tiempo a varias personas? Esta btisqueda de respeto lleva a los poliamorosos a una franqueza en la comunicacién que con frecuencia falta a los amantes tradicionales. Mas que esconder, falsificar, mentir 0 engafiar, corren el riesgo de la verdad y no temen exprimir lo que estén viviendo segiin su conciencia. Inclu- so si esa vivencia desagrada a la otra persona, incluso si es recibida con sentimientos desagradables como el miedo, la ira y los celos. El respeto al otro también consiste en no decidir en su lugar qué puede entender 0 no, es confiar en que sepa gestionar sus propias emociones. La verdad y la franqueza son preferibles, aunque puedan herir en el mo- mento, que la mentira y la traicién, que son mucho més venenosas a largo plazo. La primacia del respeto implica igualmente una defi- nicién particular del término fidelidad, Este concepto de- signa un compromiso tomado a partir de la palabra dada y las promesas expresadas. La fidelidad tiene como objetivo disminuir la distancia entre lo que las personas viven en su interior y lo que mucsuan en ef extetivs, en paitiue lar a sus amados. En consecuencia, no tiene nada que ver con cualquier exclusividad sexual. La fidelidad permite que aparezca la confianza entre compafieros, no por los jura- a Las virtudes del poliamor mentos dichos en voz: baja («te amaré siempre»), sino por la seguridad de entender la verdad («te amo y haré todo lo posible para que nuestra relacién sea bella y enriquecedora para los dos, sin saber cuanto tiempo va a durar»). EI respeto a uno mismo y a los demés incita también a los poliamorosos a asumir la responsabilidad de sus ac- tos, especialmente en lo referente a la sexualidad. Se tiene un especial cuidado con los temas de contracepcién y de prevencién de las enfermedades de transmisidn sexual. As(, el poliamor no es comparable a un relajamiento de las cos- tumbres 0 a una manera ficil de multiplicar los compafie- ros sexuales. Otro valor que es necesario mencionar ¢s la humildad. No en el sentido de menospreciarse a si mismo ni de falsa modestia, sino de tener conciencia de que no se ¢s todo para otra persona. Sélo el amante exclusivo tiene la preten- sién, por no decir el orgullo o la presuncién, de creer que I solo puede satisfacer totalmente todas las necesidades afectivas, sensuales y sexuales de su pareja. El poliamoroso sabe que no puede asegurar definitivamente las miiltiples necesidades de todas sus rclaciones, que él no puede sa- tisfacer todas las riquezas solo. En consecuencia, para él es una alegrfa ver que sus parejas inician otras actividades, con otras personas, en otros marcos de relacidn:' él puede aprovechar la realizacidn personal de las personas que ama. 2, Comunicacién franca Una comunicacién franca y de calidad es una condicién sine qua non para aventurarse en los vericuetos del polia- mor. En efecto, las normas habituales de la vida amorosa g Qué esl poliamer? tal como las destila la sociedad no son aqui de gran utilidad: lo que esta permitido o prohibido, lo que se puede mostrar lo que uno debe esconder, etc., hay que reinventarlo casi todo. Como existen muchas menos cléusulas implicitas cn los acuctdos cntie poliamorosos, estas se deben discu- tir abiertamente. En efecto, un testimonio del sentimien- to («te amo») en cl universo monégamo a menudo viene acompafiado de corolarios sobreentendidos: «s6lo te amo a ti, renuncio a cualquier otro compafiero sexual, deseo pasar la mayor parte de mi tiempo contigo, estoy dispues- to a mantener relaciones sexuales contigo, deseo que me des prioridad sobre las relaciones con otras personas, que evites los amigos que no me gustan, que me prometas una exclusividad sexual, etc.». Nada de esto es evidente para los poliamorosos, Las modalidades de relaciones que unen a los poliamo- rosos se deben discutir cada ver. Y con cada nueva relacién, los acuerdos establecidos en las precedentes pueden rede! nirse. Los intercambios verbales son, en consecuencia, mas frecuentes entre los poliamorosos. Ademés, con el fin de garantizar el respeto mutuo, es necesario desarrollar una comunicacién en la que no estén presentes las presiones ni las manipulaciones: una comunicacién auténtica, basada en escuchar al otto, Ia ausencia de prejuicios, la expresién de los resentimientos y la formulacién de peticiones ex- plicitas. Los objetos de litigio (y existen tantos como en las pa rejas monégamas, si no més) deben ser tratados y no eludi- dos. Los poliamorosos favorecen para eso el consenso y la negociacién, ofteciendo a cada uno un méximo de satisfac cidn en Jos acuerdos. Por eso, los compafieros no intentan ocultar informacién: cada uno debe estar en disposicién de a Las virtudes del poliamor formular una opinién con conocimiento de causa, y no so- bre la base de informaciones sesgadas. De ahi el imperativo de la franque Cuidado sin embargo con no confundir franqueza y transparencia. Mientras que la primera es indispensable para conseguir una relacién de calidad, Ia segunda es perju- dicial, En efecto, cada uno debe tener la posibilidad de dis- poner de un jardin secreto donde cultivar los pensamientos y los recuerdos més intimos. Esa no es sélo una condicién para el equilibrio psfquico, sino que también forma parte del atractivo erdtico. El deseo despierta donde flora una brisa de lo desconocido, pero se apaga cuando el otro se ha vuelto roralmente previsible. Una parte de misterio es esencial para mantener el deseo: volverse transparente es lo mismo que ser invisible. Entonces, zno es ésa la puerta abierta a las pequefias mentiras y a los demés secretillos que son los atributos de Ja vida amorosa clisica? No, porque la diferencia en- tre franqueza ¢ hipocresfa es muy importante: la primera no esconde nada para complacer, para manipular, para obtener un Leneficiv, para conuolas las emociones del otro (por ejemplo, para no herit) 0 por rencor; calla para preservar la intimidad. La segunda, al contrario, utiliza el seereto con fines estratégicos, para alcanzar un’ objetivo preciso. Ser poliamoroso no significa convertirse en un integris- ta de la transparencia. Al contrario, una de las reglas que se aplica con frecuencia entre los poliamorosos activos, es decir, que manticnen varias rclaciones sentimentales y car- nales paralelas, es no divulgar los detalles de la intimidad sexual con una persona a otra de las parejas. Decir con quign se esté saliendo, sf; decir qué se hace y en qué po- 44 Qué ese poliamor? sicién, no. Esto se considera una falta de respeto hacia ka pareja cuya vida privada se esté divulgando. 3. No posesividad El respeco mutuo y la comunicacién franca no son valo- res s6lo para los poliamorosos. La parejas tradicionales te vindican a menudo las mismas formas de conducta. Una diferencia irreductible aparece en el tercer principio funda- mental del poliamor: la no posesividad. Los amantes exclusivos Hegan a pensar muy pronto que su pareja les pertenece. Y si no su espiritu, al menos su cuerpo, y como minimo su sexo. Incluso Ia masturbacién puede estar prohibida porque se percibe como una infide- lidad (como mds de un 90% de los hombres se libran al placer solitario, semejante concepcién hace saltar todas las tasas de infidelidad). La posesividad es uno de los resultados directos de la exclusividad: el que acepte entregar la satisfaccién de to- das sus necesidades afectivas y seaules ent unauus de wine \inica persona hard bien en tenerla controlada, Es mas, debe empezar a controlarla para estar seguro de que no le vaa faltar de nada. Incluso exigité ciertos comportamien- tos por su parte, siendo el débito conyugal un ejemplo clésico (jaunque sea triste decirlo!). Ademds, cualquier otra relacién puede representar una amenaza, pues es sus- ceptible de debilitar esa exclusividad y, por tanto, puede waer consigo carencias. En esc momento cntran cn escena los celos y todo su sérdido cortejo: vigilancias, interroga- torios, restrieciones de contactos con el exterior, descon- fianza ¢ incluso desvalorizacién (una persona desvalori Las virtudes del polismor zada toma menos la iniciativa para encontrarse con otras personas). La posesividad Ileva a considerar al otro como un objeto, tuna cosa de la que uno puede disponer a su antojo. Es una manera de alienar su libertad, de faltarle al respeto. Los poliamorosos, por su lado, parten del principio so- berano de que ellos no pueden poseer a nadie: cada persona pertenece a si misma durante todo el tiempo y, en conse- cuencia, es totalmente libre de actuar como quiera. Para ellos, el amor preserva la libertad, no la coarta. Este valor no solo es lo mas caracteristico del movi miento poliamoroso, sino también el més dificil de llevar a la prictica a causa del fuerte condicionamiento cultural sobre este aspecto, No podemos olvidar que la sociedad occidental se fundamenta en el derecho a la propiedad: mi casa, mi terreno, mi coche, mi trabajo, mi mujer, mis hijos e incluso... mi amante. Los fundamentos de la monogamia como estructura so- cial se inspiran en ese apego a la propiedad. El patrimonio y fortuna se deben transmitir, habitualmente por suce- sidn, Pata eo, es uecesaiiv un heredeto, si es posible cone sanguineo. Como un hombre no podia estar nunca seguro de que el nifio que llevaba su esposa fuera de verdad suyo (antes de la invencién de los tests de paternidad), debia preocuparse de controlar estrictamente el acceso a la mujer. Era como si el matrimonio le asegurase la posesién exclu- siva del titero de su pareja, siendo ésta la garantfa de que sus descendientes «descendian» verdaderamente de él: (Tit sere mi heredero, hijo mio». Un discurso sobre los valores nos lleva al aspecto ideal de las cosas, La realidad es evidentemente més diversa: una di: vergencia entre las Kineas directrices y su aplicacién es inevi 46 Qué er el poliamar? table, Por tanto, no se trata de pretender que los poliamoro- sos son seres excepcionales desde ese punto de vista. Como todo el mundo, intentan aplicar los valores en los que creen, sin pretender alcanzar la perfeccién. Las faltas, més o menos importantes, jalonan su camino: crisis de celos, presiones y manipulaciones, control y chantaje, ete. Hay que sefialar que la violacién de los valores y de los cédigos poliamorosos se condena con el mismo vigor que en el caso de las parejas mondgamas, ¢ incluso con un poco mds de severidad, como en el seno de otras minorias que intentan defender su imagen ante la opinién publica, mayoritariamente critica con ellas. {COMO CONVERTIRSE EN POLIAMOROSO? ‘He elegido conciiar la perennidad del amor y fos im -_ previstos del deseo. cased PREP area ION. La pregunta quiz deberfa plantearse al revés. cémo se con- vierte uno en monoamoroso, es decir cémo se adhiere uno ala exclusividad sentimental? En efecto, desde los inicios de nuestra vida amorosa vivimos toda una serie de atracciones miiltiples: nos atraen las chicas o los chicos, después mas concretamente las rubias, las intelectuales, los artistas 0 los morenos, las deportistas, los trabajadores, etc. Estas atrac- ciones repetitivas estan limitadas por el condicionamiento social que hayamos cufrido y que nos lleva a considerar que el amor sélo puede conjugarse en singular. Aprendemos ast a renunciar a nuestra capacidad poliamorosa innata, hasta persuadirnos de que ésta nunca ha existido. 47 Las virtudes del poliamor Para el individuo concreto, la toma de conciencia de su disposicién poliamorosa, si es que ocurre, es comparable al descubrimiento de su orientacién sexual (sobre todo si ésta es minoritaria). Para ello no es necesario vivir una experien cia concreta: de la misma manera que hay homosexuales cas- tos pero muy conscientes de la naturaleza de sus atracciones, existen poliamorosos solteros. Esta toma de conciencia mar- caa veces un punto de inflexién en su existencia. Antes de clla, a pesar de la represién, la inhibicion o la negacién, no son capaces de encontrar la paz interior, tienen la impresién de ser diferentes, de estar aislados. A través de una madu- racién progresiva, la realidad se impone poco a poco, hasta alcanzar claramente Ia conciencia: «Si, soy capaz de amar a muchas personas simulténeamente». Despues de ella, cada uno puede aceptar o rechazar vivir de acuerdo con lo que ha descubierto. No se elige ser poliamoroso por comodidad, uno se rinde a la evidencia o se resiste a ka misma. La analogia con el descubrimiento de la orientacién ho- mosexual va més all. Como la presidn social tiende a mar- ginalizar a las minorfas, a considerarlas como anormales © enfermas, smuchos inventan resistirse & sus aspiraciones profundas y fundirse en la masa. Asi, numerosos poliamo- ros0s se lanzan por los caminos de la monogamia, sin creer realmente en ella, pero por resignacién 0 por micdo a pa- recer inmorales o indecentes... hasta el momento en que les atrapa su naturaleza profunda, Algunos se embarcan entonces en aventuras extraconyugales a escondidas y se adhieren fervientemente a la hipocresia hasta el punto de condenar a los que sc declaran abiertamente poliamorosos. , «Es imposible ser fiel a muchas personas a la ver», «Es una manera de no comprometerse en una relacién seria», «No se puede fraccionar el amor, jSoy un ser entero, no me puedo partit!», , «Cémo puedo saber si la prefiere a min, exc. El objetivo de la ope racién consiste en la relativizacién de dichos pensamientos que desencadenan y alimentan los celos. Al mismo tiempo, se intentari detener las imagenes del escenario catastréfico que se proyectan en la mente del celoso («Me va a abandonat. Me encontraré solo (sola) y en la calle»). Finalmente, se pue- de realizar una reflexién sobre los efectos de los celos: el ce- oso desea ante todo unirse al maximo con su pareja, ¥ tenet la seguridad de que no va a abandonarlo o a engafiarlo, pero consigue todo lo contrario con su tendencia xl oul, a la vigilancia y a los interrogatorios. El celoso acaba obteniendo lo contrario de lo que desea, y esa toma de conciencia le puede ayudar a cambiar sus comportamientos. La modifi- cacién de los pensamientos y de las imégenes mentales es, pues, el punto esencial de esos métodos terapéuticos. ‘Ademés, es notorio que los celos son mds vivos e inva~ sivos en personas que suften de una baja autoestima. Otra . ani manera de ayudar a las celasns es, en consecuenci marles a mejorar la confianza en ellos mismos, en especial con ejercicios de autoafirmacién: exprimir sus sentimien- tos, atreverse a formular sus demandas, dar significado a las neegativas firmes y claras. “Todos estos métodos son interesantes y aportan una ayuda eficaz. Pero tienen un grave inconveniente: se apli- can en una cultura en la que la exclusividad amorosa es Ja norma. Un individuo totalmente exento de celos seria considerado un excéntrico, un ingenuo o un indiferente. Unos celos moderados son tolerados e incluso excusados. Estos métodos psicolégicos no ofrecen un medio radical 104 Libertad, amor y cele para superar los celos, pues ninguno de ellos se acerca lo suficiente al coraz6n de ese sentimiento: el deseo de exclu- sividad escondido dentro de la posesividad. 2, Enel negro antro de los celos “Loscelosnosonainunatraiciin, = : se — D. ANarow. Los celos son el miedo a la pérdida, Es una tendencia que intenta retener lo que creemos nuestro, Todos los miedos , , responden a la misma ldgica: disminuyen cuando nos en- ‘ p,, frentamos al objeww que piuduce el vemen, pero se ampli- fican cuando lo evitamos. Esta evasién es incluso el mo- tor de las fobias —los temores que se vuelven patoldgicos causa de su intensidad y de su irracionalidad— y también la razén de su persistencia. En una sociedad en la que reina la dictadura de la mo- nogamia, todo est planteado para evitar los celos. La es- trategia més utilizada consiste en crear una institucién de Ia exclusividad amorosa que intenre asegurar la pervivencia de las parejas a través de un juramento solemne. La fideli- dad sexual prometida tiene por objetivo dar garantias y su finalidad es erradicar el miedo. El matrimonio, aunque no guste a algunos, es una forma de prevenir los celos (método poco eficaz si hay que hacer caso a las estadisticas sobre in- fidelidad). Si no, zcudl puede ser el interés de una promesa de exclusividad eterna? Algunas sociedades, sobre todo las patriarcales, incluso legan a institucionalizar formas de vida destinadas a preve- nir los celos: prohibiciones para que las mujeres desarrollen tuna vida profesional (as{ no pueden conocer a otras perso- 105, Las virtues del poliamor ras), para que no salgan del domicilio sino van acompafia- das, esconderlas bajo velos para que no se vea ninguno de sus encantos, castigos ejemplares, lo que incluye la pena de muerte en caso de adulterio, demostrado o simplemen- te sospechado. Asimismo, esas sociedades se muestran ha- bitualmente bastante indulgentes, por no decir rolerantes, con los crimenes pasionales que tienen por fin restablecer el honor del hombre engafiado. Pero todo eso nos son mas que una conjunto de medidas destinadas a enmascarar los miedos, a evitar los celos que no se sabe cémo manejat. Evitar las situaciones susceptibles para producir celos no tiene nada que ver con una terapia cficaz. pata dicho sentimiento. Vigilar estrechamente, se- gui, encerrar, amenazar son comportamientos que nunca han conseguido que disminuyan los cclos de nadie, sino todo lo contrario. Para erradicar las rafces de los cclos hay que ir al corazén del problema: dejar de evitar al monstruo y enfrentarse a él, mirandolo a los ojos. Dicho de otra manera, plantarle la cara a los celos cuando se presenten y luchar para reducir- los, renunciando al sentimiento de posesividad que nos en- venena. Un medio para llegar ahi: la practica del poliamor. El poliamoroso que se telaciona con una pareja que también ama a otros se encuentra automdticamente con- frontado a sus celos, Y en ese momento ocurre lo mas sor- prendente: se da cuenta que los celos no se disparan siste- meticamente cuando su pareja esté fuera.” Quizd si, quizd no. Si ése es el caso, los celos no son una fatalidad sobre la que no tenemos ningtin control. Al contrario, gracias 7. De la misma forma Jos monégams en see experimentan a menudo que cieras Felaiones son mds proclves alos elo que ota le eeor no etn siempre presents 1o ‘que significa que no son ineludibles, 106 Libertad, amor y clos a esa toma de conciencia, puede aprender a descubrir en s{ mismo los factores que provocan los celos, y asi tiene la posibilidad de reflexionar en profundidad para evitarlos. La transmutacién total de los celos es posible (aunque sea raro). En ese caso recibe el nombre de compersion (tér- mino inglés que no tiene atin equivalente en francés):* sen- timiento de alegria y de regocijo que se siente cuando una persona a la que se ama vive instantes de felicidad 0 com- parte el placer con otra persona. Se trata de una forma de ‘empatia refinada en la que uno es capaz. de compartir la felicidad del ser amado més allé de toda aspiracién egotsta, Su fundamento es el amor incondicional y desinteresado. No es por casualidad que esa nueva palabra haya nacido en el seno de la comunidad poliamorosa, pues en un contex- to de exclusividad amorosa la atraccién que pueda sentir nuestra pareja por cualquier otra persona tiene rodas las posibilidades de desembocar en el engafio, la traicién y la separacién. Resulta muy dificil regocijarse en esas con- diciones, El poliamor, entre otras virtudes, también es capaz de cutar los celos. No es necesario superar los celos para con- vertirse en poliamoroso, pero hacerlo es el primer paso para superarlos. Reconocer en uno mismo las disposiciones po- liamorosas ayuda a aceptarlas en los demés. 6. En espanol lina forms cnellaninada comprising no ex econcid por la Real Academia de z 3 S feng (del) 107 Conclusién Qué esperamos? Lo que s pide al amor es que sea total, absoluro, per manente, pero como todo evoluciona, su uso nos de- sencanta, — B.Monin. Se pide a la pareja, incidentalmente al matrimonio, més de lo que puede dar: seguridad, excitacién, exaltacién, So- bre todo, se le hace el tinico receptéculo posible del amor, mientras que sus limices estén claramente definidos: el sue- fio de la fusién eterna con otra personas se convierte cada vez con mayor frecuencia en una pesa la pareja fusionada estén revueltos. Ese desastre, puesto de relieve por un néimero creciente de separacianes y divorcios, alimentado por innumerables historias de engafio y adulterio, se debe principalmente una creencia central, reforzada por una condicionamien- to social masivo, en que sdlo se puede amar aiina persona la. Los tiempos de a la ver y su corolario: si se pudieran a mar a muchas per- sonas simulténeamente, seria mejor o més virtuoso amar a una sola. Pero esas dos ideas no resisten, ni la una ni la otra, 109 Las virtues del poliamor la critica de una argumentacién simple, ast como tampo- co resisten e! testimonio de la vida real. En efecto, no hay ninguna evidencia de que el amor s6lo se pueda conjugar ados. Todo esto no es més que una cuestién de concepto: gpor qué el amor restringido a una sola persona es mejor {que el que se abre a una pluralidad? Al contrario, el amor a dos sdlo es una particularidad de un amor més general, ids global, que ¢s imposible calcular. {Cuando se ama, no se cuental, afirma con contundencia el dicho popular. El amor reservado a una sola persona, que deberfa llamarse monoamor, sélo es una forma debilitada, por no decir des- naturalizada, del amor plural o poliamor. Stel amor es una enfermedad, el poliamor es su remedio! Etiquetar es muy a menudo discriminar. Decit que a guien es poliamoroso es insinuar que es diferente, quizés anormal. Sin embargo, la capacidad de amar a muchos seres simulténeamente no es muestra de anormalidad; esté presente en cada uno de nosotros, incluso si decidimos no ponerla en préctica. Ademés, la mayor parte de nosotros experimenta de vez en cuando el poliamor. Todo esto tiene como consecuencia que los monoamorosos sean un grupo minoritario. En consecuencia, se deberia idencificar el tér- ‘mino amor con el de poliamor, y amzaroso con poliantoroso, dejando para el amoroso mondgamo el calificativo poco usual de monoamoroso. ‘Ademés, el poliamor merece mas el nombre de amor que el monoamor, porque est mas cerca del amor en stt forma mds pura, es decir, el amor intondicional y desin- tetesado. El poliamor es el eslabén perdido entre el amor erético exclusivo y el amor universal predicado por las ferentes escuelas espirituales. no Qué experamos? Entonces, za qué esperamos para despertarnos de esta letargia del corazén, de este empobrecimiento programa- do de los sentimientos? ;A qué esperamos para salirnos de estos carriles trazados por los amores formalizados que des- tilan la televisidn y el cine? :A qué esperamos para acabar con la dictadura del niimero dos? ;A qué esperamos para salir del autismo conyugal y dinamitar sus Ifmites tan ar- tificiales como deletéreos? zA qué esperamos, en fin, para desplegar las alas del poliamor? m BEpilogo Gracias a los amores de mi vida, que todas me han ensefia do y atin me ensefian lecciones diferentes e indispensables. Lo que importa en la forma de amor que uno ha esco- gido vivir es el amor y no la forma, zno? n3 Fuentes de inspiracion EN PAPEL ‘ANaroL, Deborah, Polyamory: the new love wichout limits, IntiNet Re source Center, 1997 (la autora es una pionera del movimiento poli ‘moroso en Estados Unidos). En Internet: www lovewithoutlimies.com Baver, Jan, L'amour impossible, Le'Tour Editeur, 2000 (en este libro la psicologla junguiana offece una explicacién clara de los amores impo- sibles, imposibles de vivir e imposibles de olvidar). Catausinn, Serge, Lar couple fosionnel, Fayaudl, 2004 (una obve evudica ¢ indispensable para profundizar la reflexién sobre el fin de la pareja fusional). (Hay traduccién al castellano: El nuevo arte de amar, Madrid, Alianza Ediorial, 2006.) ns Las virtudes del poliamor Puntiivs, Adam, Monagamia, Bayard Editions, 1996 (frases sobrias € impactantes para hacer vacilar incluso a los més convencides). (Hay traduccién al castellano: Monagamia, Barcelona, Anagrama, 1998.) Rocers, Carl, Réinventer le couple, Robert Lattont, 19/4 (una reflexion sobre las diferentes formas del amor a cargo de uno de los grandes nombres de la psicologia del siglo XX). (Hay traduecién al castellano: El matrimonio y sus alternatioas, Barcelona, Kairés, 2005.) Stine, Prangoise, Aimer plusers hommes a la fois, La Mastinitre, 2004 (un testimonio de una poliamorosa feliz y casada desde hace més de treinta afios). “THatmann, Yves-Alexandre, Les 10 plus gras mensongessur lamouret la vie de couple, Editions Dangles, 2005 (una sintesis de los conocimi tos psicolégicos sobre la pareja y el amor). EN INTERNET Las paginas de asociaciones de poliamorosos (en inglés): www.lovemore.com. worm polyamorysocien.ong www.worldpolyamoryassociation.com Accesible en francés: vwoww.polyamournet Accesible en castellano:! vwoevepoliamoria.com 1 Tnfrmacin aida pc icin cpl. (de) 116 B Apéndice ff {TIENE USTED TENDENCIAS POLIAMOROSAS? EI siguiente cuestionario tiene por objetivo ayudarle a si- tuarse en relacién al poliamor, Se trata de un instrumento sobre todo ltidico, destinado a desenmascarar algunas ideas recibidas y a instar a la reflexién, También propone una tipologfa de tres categorias principales de actitudes ante el poliamor: refractario, simpatizante y convencido. Final- mente, permite dar respuesta a la pregunta: gtiene usted tendencias poliamorosas (aunque no lo sepa)? Instrucciones Conteste con la mayor sinceridad posible a las siguientes preguntas con «si» 0 «no». No hay més alternativas que esas dos posibilidades. En caso de duda, decéntese por una ny Las virzudes del poliamor u otta, por ejemplo, convirtiendo un «con frecuencia» en un «sin, Algunas preguntas tienen gue ver con la vida en pareja. Si en la actualidad no tiene, piense en los momentos en los que vivis en pareja. 1. Cuando era adolescente, en el momento de iniciar su vida amorosa, ;se sintié atrafdo por numerosas perso- nas? 2. Cree usted que existe UNA pareja amorosa ideal para cada uno de nosotros (lo que algunos llaman una alma gemela)? 3. :Ha tenido que elegir alguna vez entre varios compafie- ros amorosos posibles? 4. Si sintiese una atraccién FUERTE por una persona y la pudiera llevar a la prictica (por ejemplo con un abra- zo) sin que su pareja estuviera al corriente, zlo haria? 5. Al salir de una relacién amorosa, zha afirmado alguna vex que en realidad nunca amé a esa persona? 6. {Ha amado a varias personas, en el sentido amoroso del término, en su vida? 7. alla amado a dos personas simulténeamente, aunque sélo haya tenido una relacién amorosa con una de cllas? 8. :Cree usted que si se ama DE VERDAD, este amor s6lo se puede dar a una persona? 9. Antes de haber vivido su primera relacién amorosa, se habia enamorado de otras personas? 10. Deja usted de amar definitivamente a su pareja en el momento en que decide romper con ella? 11. gHa llegado a imaginar escenarios amorosos (Fantasia) ‘con otras personas a pesar de estar comprometido en una relacién amorosa? 8 Apendice 12. Ha pensado alguna vez en la posibilidad de abandonar su pareja por otra persona si se hubiera presentado la ocasién (0 si se presentasc)? “ree usted que es preferible profundizar el amor con una sola persona que dispersarlo con muchas? Ha confiado alguna vez a un(a) amigo(a) que se sen- tfa atraido(a) por otra persona que no era su pareja oficial? 15. zLe ha dicho alguna vez a su pareja: «Sélo te amo a tin? Ha fantaseado con la idea de hacer el amor con dos personas (0 més) a la vez? 17. {Si se siente atraido por otra personas, s¢ lo dice (habi- tualmence) a su pareja? (Si tiene la impresién que no se ha sentido atraido por nadie desde que vive en pareja, responda «no») 18. :Cree usted que es mejor, desde el punto de vista moral, amar a una sola persona a la ver 19. ;Ha tenido que renunciar a seguir con una atraccién porque se encuentra comprometido en una relacién. amorosa? 20. Para usted, ;serfa estupendo establecer una relacién amorosa con varias personas simulténeamente, si no se lo impidiesen los celos? 13. 14, 16, Puntuacion Las respuestas negativas valen 0 puntos y no ticnen influen- cia sobre el resultado. oh Cada respuesta afirmativa se contabiliza en sentido po- ivo 0 negativo segtin la siguiente tabla. ng Lat virtudes del poliamor [Pane] | [/Pegunea [Panos a i + T 2 2 2 1B 2 a 4 2 || 5 1 a | 16 +t 2 7 2 2 18 2 9 41 19 a 10 1 20 7 Ahora sélo tiene que calcular su resultado global: sume y reste los puntos obtenidos. Los resultados posibles van de-10.a +18. Resultados Ha obtenido una puntuacién negativa (de -10.a-1): En general, usted se opone a la idea del poliamor. Cuan- to mayor sea el total negativo, més refractario es usted al poliamor. Para usted, el amor sentimental se debe vivir tinicamente a dos y sus ideas sobre el tema estan bien arrai- gadas. Es usted un monégama convencida. Pero cnidado en no convertirse en un integrista de la monogamia (para evitarlo, calcule el indice de integrismo monogémico un poco més adelante) 120 Apéndice Ha obtenido una puntuacién entre Oy 12: Usted esta abierto a la idea del poliamor, pero no esti dispuesto a ponerla en préctica, Cuanto mayor sea el resul- tado, ms simpatizante seré del poliamor. Alrededor de los 10 puntos se puede afirmar que es usted un poliamoroso no practicante. ;Quiza sea usted miembro de los mondga- mos por las circunstanciales, es decir, personas dispuestas a modificar su punto de vista sobre el amor en funcién de las circunstancias y de las relaciones? :O quizé se reconozca en el grupo de los poliamorosos clandestinos, que han adopta- do la monogamia a consecuencia de la presién social o para complacer a su pareja amorosa? Ha obtenido una puntacién superior a 12 (de 13 a 18): Usted es miembro de la causa del poliamor, convenci do de sus fundamentos y dispuesto a establecer (si no lo ha hecho ya) relaciones miiltiples. Para usted, amar a varias personas a la vez no revela ni un defecto ni un vicio ni un problema, ¢s una acticud natural. Queda pendiente, q mejorar aspectos concretos de dichas relaciones (comuni- cacién) y trabajar mis sobre los celos. Indice de integrismo monogdmico Para calcular este indice, cuente el mimero de respuestas «afirmativas» a las preguntas 2, 5, 8, 10, 13, 15 y 18. A pattir de 5 «sies», usted corre el riesgo de convertirse en un inregrista de la monogamia: no sélo es completamen- te refractario a la idea del poliamor, sino que esté dispuesto a lanzarse a una cruzada contra los poliamorosos. Recuerde, sin embargo, que poco importan sus convicciones, el res- aa Las virtudes del poliamor peto al préjimo pasa también por la tolerancia de su forma de vida. Pregtintese sobre las razones que le llevan a ser tan categérico en sus ideas: Ha sido engafiado? {Teme su pro- pia inconstancia? ;Su educacién ha sido muy estricta? Parece muy indicada una meditacién sobre este pensamien- to de Jean-Yves Leloup: «El drama es tener una inteligencia frenada por lo que uno sabe, el corazén limitado por lo que se ama, la fe bloqueada por lo que se cree.» N.B.: Una respuesta positiva a la pregunta 50 a la 15 ofiece una indicacién particular: probablemente tiene la voluntad de reescribir su propia historia amorosa, con el fin de ha- cerla compatible con sus creencias. Negar un amor anterior no es nunca baladi: el deseo de plegar la realidad a sus de- seos demuestra una falta de conciencia de s{ mismo, pues se trata de una tentativa de negacién (que no es més que otro mecanismo de defensa ps{quica contra la angustia). Por qué cs tan terrible darse cuenta de que el amor obedece sus propias leyes? El haber amado a varias personas en qué disminuye el valor del amor o de usted mismo? aaa

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