Está en la página 1de 176
aa A laeIn@Aer2\ (0s RESERVA | # ; ter fA = | Visita guiada a las casas de la modernidad fate eee mel ac eRC i BEAN ees erro iegemaeceoe-re::) ERR Nearer keen} racic rterimecty La buena vida propone al lector visitar las casas que el siglo xx ha dejado como herencia, despojando su mirada de cédigos y preijuicios profesionales: un. recorrido que niega la modernidad como experiencia triunfante del positivismo y recupera la pluralidad radical cel siglo. La buena vida es una invitacion a viajar con la fantasia no sélo para celebrar la diversidad de las casas del siglo xx, sino también para estimular el placer de pensar, proyectar o habitar intensamente, ferciecl iigsl ele aig una casa que alin no existe. Ifiaki Abalos estudié arquitectura en Madrid (ETSAM, 1978) donde vive y trabaja. Junto con Juan Herreros es socio PME ems ese aaare mae aati LMI, asi como autor de varios libros (Le Corbusier. Rascacielos, Técnica y arquitectura en la ciudad contemporanea y Natural-Artificial). Su obra construida ha sido ampliamente recogida por los medios especializados en tres monografias (Catdlogos de Arquitectura Contemporanea, Vee ea impunidad y Reciciando Madria), Indice Nota preliminar La casa de Zaratrustra Heidegger en su refugio: la casa existencialista La maquina de habitar de Jacques Tali: a casa positivist Picasso de vacaciones: fa casa fenomennisgica Warhol at the Factory: de las comunas: treudomantistas al fait neoyarquino Cabafas, pardstos y nomadas: la deconstruccién de la casa *Abbigger splash: la casa de! pragmatismo Epilogo Agradecimientos Nota bibliogrética Créditos fotcgréficos. 7 61 85 “165 197 202 203 208 La buena vida estudia [a relacion que existe entre las formas de vivir, los distintos flones del pensamiente conlemporaneo, y las formas de la cat de proyectaria y habitarla, Lo hace proponiendo al lector visitar siete casas fantasticas, creadas a lo largo: del sigio x, en otras siete jomadas © capitulos, De esta forma se pretende mostrar coma la manera mas extendida de pensar y prayectar el espacio doméstico que sigue ain vigente entre los arquitectos no es mas que una materializacién de ciar tas ideas arquelipicas en tomo a la casa y los modos de vida que tienen su origan en uno de estos filonas, el positivist, precisamente aquél que casi todos los que lienen auloridad para hacerlo coinciden en serialar como 6! Gnion clerlamente agotaco, cuya validez ha Conclude, Este libro quiere: por tanto relatar que hay otras formas completas de pensar y vivir la casa que implican técnicas proyectuaies bien distintas y que sin duda dan por resultado espacios comésticos que se alejan, en mayor 0 mencr medida, de Ios que atin hay tienen prestigio entre muchos profésionales. No 8¢ trata de un manual de arquitectura deméstica, ni tiene la ambicion de dar instrusciones sobre qué hacer, Carece de una finalidad prictica inmediata; su objetivo es alertar y contribuir a una mayor conciencia de. los vinculos anire las formas de pensar, Ge ver el mundo, las mados de vida y las técnicas proyectuales; que éstas no son neutraies sino que limi- tan'y canilianen en sf mismas la capacidad de maniabra eritica de nues- tro trabajo. La técnica expositiva escogida ha sido la dé las visitas guisdas a un pequetio grupo de viviendas, rea pone un pancrama descriptiva de lo que el siglo xx ha sido capaz de dejamos en herencia, Cada capitulo esta dedicado a visitar tas idealiza- ciones de la casa, del ambito de la privacidad, llevedas a cabo por los. diferentes mods que ha ido adoptando el pensamiento centernporanes. La visita na es ni siquiera una estancia breve, pera quien tenga ojos y fan tasla suficiente bien puede hacarse ne idea precisa, tomar nota, como se dice en a lenguale Coloquial. Camo sucade a menudo al hacer tales ‘visitas en fa realidad, son bierwenidas a estas paginas todas aqualas per- S0nas que Sin una formacién espediica arquitectinica, tangan un interés ‘o.simplemente curiosidad por conocer estos arquetipos cuya pretensién es descrbir un siglo de trabajas en tomo a la viienda, posiblements aquél en el que los arquitectes han dedicado mas tiempo y energia a este 6.9 imaginarias, con las que se com- tema. Se ha intentado ulilzar un lenguaje no especializado y, sobre todo, unas referencias que perteneoen mas al ambito de la cultura que al estri tamente disciplinar, Para estas personas, y también para muchos arqui- tectos, e! libro no seri Una rellexion sobre las técnicas proyectuales sing sobre la forma de vivir, de apropiarse del espacio privado y por extension, del espacio publico: una reflexién sobre la buena vida, sobre la cultura doméstica contemporanea. Pero las visilas a.casas privadas, una préctica tan habitual entre arqui- tectos y estudiantes, tienen ademas una virtud que las hace particular- mente interesantes como forma retérica a emplear Al realizarlas tos arquitectos jpierden en gran medida los prejuicios a las que su formacian en el despacho y en las escuelas les wuelca, A) visitar las casas el arqui- lecio se hace usuario, las plensa.a través del ojo del habitante y aciquie- re asi una actitud mas proxima a la de cualquier persona: pierde esa coraza que atorga el dominio de una disciplina, veneido por la fuerza misma de fa experiencia real de la casa, de lo doméstico y de a vida que ‘ella contiene, Y esa es la aclitud, la predigposicion, que aqui se ha intentado.inducir 0 provocar a través de esta forma iteraria, én la certeza de que sdlo desde fa desprofesionalizacion de la mirada podemos aprender a obsenvar con nuestros poping ojos, podemos aprender a mirar aquello que realmente queremos ver, Para lograrlo eS necesario realizar una reducci6n, una simplificacién, con sistente en hacer visibles una serie de arquetipos a través de definitias por SuS rasgos més acusados. Coma suede con las caricaturas, pues no es olra cosa un arquetipo, al destacar cierlos aspectos se aleja une de la realidad; es la distancia que separa un rostio de su caricature, Esto quie- re decit que no hay una casa existencial 0 fenomenolagica, sino que la fealdad es mas compleja y lena de matioes y en ellos esta toda la fuer- vay la vida de las cosas. Que no hay un método estrictamente pragma- ico par ejemplo; tal pretensién llevada al extremo puede derivar en un absurdo delirante. Los arquetipos que vamos a visitar son casas en buena medida imaginarias, consiruidas maniulando cistintas referencias; incluso cuando se ha considerado inevitable intreducir obras construidas: y dotar de cierta consistencia a las ideas éstas se han tratacde mas como. fragmentos de un collage que como ejemplos completos, Por ello debe 8 advertirse al lector que no eneontrard en las paginas que siquen ninguna de las obras maestras construidas por los anquitectos macros: ni la vila Sanoye, ni la casa de la Cascada ola villa Tugendhat tienen nada que ver Con un arquetipo, con algo que pudiese siquiera fragmentarse para un fin didactico. Es precisamente su camplejidad lo que debe rescatarse si se desea aproximarse a elas con un clerto rigor, Como queda dicho ante- riomente son otros los motivos y los objativos de este ensayo. Debe adverlirse también que el orden por el que los distintos arquetipos aparecen an este texto y el numero de ellos no ha sido gulado por una logica acadérica, como podria ser su ordenamienio cronokagico o en felacion a aspectos dimensianales, por ejemplo, sina reprocuciendo la forma: en la que se han ido encadenando y haciendo nissesarios uno al ‘tro en la imaginacién del autor, de modo que mantienen un orden real, —cada capitulo presupone Jos anteriores-, pero subjetiva, Como lo es también el tono 0 el punto de vista con el que se desoriben las casas visi tadas, Por ello se ha situad la visita a la casa positivist, la casa del movi miento medemo contra la Cual los restantes modelos en gran medida se han construide, en una posicién aparentemente extravagante, én el ter cer capitulo, pues ha parecido que condenarla a ser una mas dentro de un conjunto reforzaha la hipdtesis de partida del texto, que es precisa- mente esa y, ademas, respetaba et modo expositive elegico, la sujecién al orden de apetencia 0 necesidad con el que estas casas imaginarias se han ido construyendo.a si mismas, Sobre el numero de elias, siete, y lo que implica de exclusion de tantas otras formas de pensarriento como el siglo 2 dio, sdlo puede decirse que ha parecido ef adecuado; -al fin y al cabo se trata de un ndmerc asociado a la consiruncin de totalidades—y bueno es que-ciras ideas y actitudes que cada cual considers interesan- tes reciban desarrollos ulterioras, Las casas aqui tipficadas ne componen una taxonom que tuvierd su terreno de apicaci6n restringide exclusivamente al Ambito de lo dorésti 0. Como tales arquelipos lo son también de una forma de pensar las rela: ciones entre fa puiblioo y fo privado y, a su ttavés, el Ambito mismo de la cludad. En ese sentido nadia hay de inecente en las ambiciones que han animado a esctibir este libro, aunque se ha prelendide ian sélo tocar esta tema, apuntar estos vinculos y dejar su desarralio a la imaginacién del loc: . De hecho todo el texto pretande discurir con un ritmo relativamente 10 | rapido y si se quiere ligaro, en la conviccion cle que los mejores libros de arguitectura gon aquellos que pacemos hacer nuestros y desarrolarios en Gireccionas imprevisibles. Este texto quiere, por ultimo, responder a numerosos intantos recientes de reanimar el debate en tomo a la yivienda hasados en el idealismo social y los métodos de Investigacion planimétrica propios de la mademi dad, intentos en buena medida ingenuos, alrapados en la jaula ideolbgi- ca qué pretenden superar. La buena vida quiere contrifuir a deshacer la consistencia de esa jaula, come Un primer paso nebesario para adquirr una perspectiva mas vinculada a nuestro tiempo, con sus conflictas & idealizaciones. Y pretende hacerlo Gonflanda en abrir la mirada a otras. disciplinas y dejar a la imaginacién y ala expenencia hacer su trabajo para alcangar Una relativa sabiduria, una posicion propia, Alejandro de la Sota, en una larga conversacién que mantuvimos antes de su muerte, conclu yO.Con Una recomendacion clarisima: para distutar de fa arquitectura hay que wiajar con la immaginacion, hay que volar cx Este ensayo -cuyos erores € incampetencias pueden atribuirse exciusi- vamente a su autor pretende ser una invitacion a viajar con la fantasia no 86/0 para celebrar la diversidad de las casas del siglo xx sino también para estimular el placer de proyectar y habilar intensamente: para impulsar la aparicién de esa casa que atin no existe, La casa de Zaratustra Pocas casas rodemas han lograde mayor unaninidad entre os: araui tectos que el conjunte de cx tio dilaujadas por Mies van der Rahe a do cont ba cor lo largo de casi ocho afios, desde 1931, « cuarenia y cinco afios, hasta 1938, Sin embargo, a pesar « icimiracion que produc ion Coherente Sobre las intencion sino multiples factores como su localizacién genética o incluso la misma ambiguedad de su denominacién, mediterdinea @ historicista, han hecho dificil su andilisis a la crilica, limitandose a ensalzar su bel 20, alin hoy carecemas de una explice y 6l sentido de esta Investigacion. No sdlo el silencio del autor © interds Jencial asi como la obvia corre come. tipo re’ jondencla con algunos princi spaciales Jel pabellén de Barcelorua, © su rela: y én con otros modelos mademios de casas-palio, Este vacio interpretative és sin dura un buen alicionte para comenzar a recorrido-a través de la documer tacion gralica que Mies prepare ont y que con seguridad amata, pues uno de los dlibujos -el que rep acom la agrupacién de varias de las casas en un vago tejido urbano- Sempre, colgado en la pared de su despacho profesional, Al repa: sar estos documentos gralices, al reproducir con nuestra fantasia la expe: riencia de habitar e: s aspacios se he nergente la tentacién de pro: are yectarlos junto a él, de interorizar su y abjelivos, ZQué pensaba Mies? {Por qué inici6 esta larga: investigacion sin cliente? Qué busc: obsesién que dic, y qué cone come resullacio mas elaberado, la casa de tres patios de 19347 jones obtuvo Can esta perseverar 2 Mi Sabemos que aquellos fueron pa ahos complicados en lo- perso- nal y en el émbito pobico; su rristeriosa renuncia en 1921 alla familia que nabla Constiuide y el aiuge del nacionalsocialismo le obligaron a.cuestio to.en el. que habia alcan podido rocearse de un congolidar su is Richl, cliente suyo, quien ademas de nar Su Vida privada y la profesional en un mome zado ya un gran presligio como ciseflador y hat ciroulo. de amistades y de raterencias cullurales en las crealividad (especialmente A haber € @ la figura de Niatz: Fito el primer libro sc n6, lilulaco significa tivamente Friedrich Nietzsche camo artista y pensador, le intraduce en el éntome de. ondlidacies de gran influencia come Werner Jaeger, fiélo- go de lenguas clasicas, y Heinrich WOffin, historiacior de arte; igualmente conocera en este perioda a Hans Richte Guardini). Tanto Fritz Neumeyer como Fre a Walter Benjamin y @ Romano ‘Schultze y Francesco Dal Co, fn sus respectivas textos sobre Mies, han dado cumplida cuenta de dis intas aspectos de este periado en el que su formacién intelec y sistematiza, mencionando las figuras de Nielsche, pensador antipositivista, y dk as Mas intensas y fuctiteras. Mies habia dicho en 1927: “sdlo a Ir Wal se per fecciona del conocimiants filosalico se revela él arden corecto de nuestras tare y.a'sul través el valor y dignidad de nuestra existencia’, explicando as! el valor dacio por 61 mismo a esta reedueacién, proceso que en gran parte tu mismo. supone UN distanciarnianto del positivismo y, por tanto, del espi lad qu sino también, en gran medida, icabaron que animd to ja moderno; d lex tancia y ¢ dando marco 10 S000 a. su obra singutay au propia existernicia, onme distancia que se Fijémonos en la su investigacion de la de sus comparieros modenos, an Hannes Meyer o Ludwig Hilber trabajando intonsamente en la idea de casas sos Ping mer estaban, 1 como Huge Patio, simullaneamente y en la misma ciudad. En las investigaciones de €stos arquitectos et obj stivo-es obtener tipologias sistematizables nitacion se or de balo coste, buer dlear yun buen aprovechamienta de la pare clase obrera 0 burguesa, La repeticién de unidac rente que F pla para familias tipo, de idéntieas es en todos los dibujos de amite claramente a un despli masive de este programa, La casa pasa a ser un objeta produ gue en serie, a imagen y semejanza dol Ford T, of gran paradigma de la indus: tializacin. Nada de ella encontraremos en Mies. Su busqueda es desde investigacion en toro al Existenzn inimun para ables de viviendas destinadas a tamil patio, a excepeiin de un esbozo primer |, Mies claborana proyer ‘estanclar sobre la ce individuuales ada. De her sadas (193 ajenos per completo a una idea que impiicase su repet ho, en tos escasisimos dibujas en los que aparece mas dé une: viviendia ver, alo Sums, la agrupacion de unidades siempre diferentes, voluntaria y manifiestamente individualzadas a través de mecanismos topolégicas diferente posicion de la casa, diferente proporcion de parcela, diferente profundidad y arientacién-, 0 métricos —mayor 9 menor tamano de par- cela, mayor © menor superlicie de casa-, siendo el sistema empleado para materiaizarias el \inico elemento permanente, Este elemento permanente no puece reducirse a los aspectos puramen te técricos, consiructivas, o estructurales: no és s6lo el empleo de vidio y la cubierta plana, ni-el uso de muros delimitando recintas y colaboranda con estructuras relticulares al sustentamiento de las losas de cubricion, Lo importante gerd la idea cle individualizar un "sistema", esto es, cle operar con pocas variables ligadas entre si pera obtener resulladas completos y Giversos, tanto constructivos Como espaciales 0 esiructurales. Es, pues, él sistema como tal -y @s facil ver aqui a intluencia de Hans Secimayr en, Mies- lo Unico que permanecera intocado -incluso én la casa mas inso lita de esta serie, aquéla cuyo interior se curva siguiendo el movimiento. Gespiegado por un automévil- Pero las casas serdin siempre individuales, parlicularizadias, ajenas a toda idea de "objeto-tipa" praducide en serie: con una clara intencin, por tanto, de subrayar ante todo su individualidadd, Si estudiamos las dimensiones de estas casas, puade entenderse que estamos irente a una inves tigacion ajena al Existenzminimun, Las superficies en todos fos. casos rondan Is 200-300. metros: ‘cuadrados construidos y, sumando Ics patios, tanto los principales. como los mas intimes, las parcelas se aproximan a los mil metros. Precisamente-a través de esta tipologia de patios, unos mas puiblions y otfos de uso mas privado, Pere Joan Ravetllat ha estudiado acertadamente las analagias 0 parale. lismos enire estas casas y las pompeyanas. con su arganizacién en tomo a atrios y peristiios. Se hace evidente el algjamiento de esta inves- tigacién de una vigidn rigurosamente funcionalista u orodoxamenté modema, al modo de.un Hannes Meyer por ejemplo. Sea o no cierta la inspiracién pompeyana, la Imagen es legitima, al menos para poner en evidencia esa distancia, esa diferente aproximacion que implica, a su vez, diferentes premisas y diferentes cbjetivos —recuérdese la fascina- cién que desde El nacimiento de f@ tragedia (Nietzsche, 1871) sienten Muchos intelectuales alemanes por revisar los tépioos acaciémicos en 22 sistema sujeto tomo.a la cultura griega-y helenistica, desde O, Spengler hasta W. Jaeger, cuya Paigeia se publica en 1933, ‘Quizas la pregunta decisiva para entender el arranque, la raz de esta Investigacion, incluso para entender la razan de su prolongada vitalidad, deba hacerse no tanto sobre sus caracterislicas lisicas y materiales come sobre su otjetiva 0 destino como vivienda. {Para quién pueden ser estas. viviendas? ¢A quién, a qué formas de vida estén destinadas? ¢.Que valo- res implican en relacién al espacio privado y en relacién, lamibién —aun- que s6lo fuese por la evidencia con que éste se niega~ al espacio puioli- co? {Quiénes Son los sujetos? yHacia qué abstraccién del hombre se proyectan estas casas? Qué referencias implican? ‘Algo podré aclarar la cbservacitin de que estas casas-pati, ciiande han sido proyectadas sin cliente esto es, como gjercicios abstractos—, care- én por complete de programa familiar. No hay familias en estas casas, Ja familia como programa ha sido rechazada. Cuando Mies quiere traba- Jaren su maxima abstraccion sobre la vivienda, 6n un geste que supone ‘un paso insélto, renuncia a pensar en téminos de familia, Renuncia a pensar en su casuistica convencional de programas inenudos y comple- jos, a trabajar sobre sus codificaciones pormenorizadas de privacidad y fepreseniatividad, con su implicita rutina de pequefas exigancias mora- les. El sabe que si quiere entender la naturaleza de la’ vida madema, aquelio que le es especilico, debe renunciar a la memoria que de st misma tiene la casa, al lasire de fa familia como eterna reproducciin de fo mismo. En ninguna de las casas hay mas de un dormitorio, o mejor y con mayor precision, mas de una cama, Con mayor precision porque no existe un espacio clausurada que podamos denominar dormiterio sino que las casas se organizan como un medio continuo que hace requie- bias y localiza sus objetos y muebles de tal forma que, por el grado de aisiamiento obtenido mediante estos requiebros, es senicillo determinar la privacidad de cada punto y su uso previsible, La casa del soltera es. un lugar paradigmdtico donde desarollar una vivienda organizada topokigi- camente, basada en la continuidad y la conectividad, frente a una estra- jegia geométrica basada en ja traza de divisiones, en la fragmmentacion y la segregacién. El espacio continua es asi parte del "sistema" y canse- cuencia de una explorasion sin precedentes. yComo vivia: el hombre modema si atendiese Unicamente a su individualidadt? 3 Pero para avanzar Gon mayor precision podemas centramos ya detinitiva mente en fa que sin duca es la més elaborada dee la Serie, Su paradigma, fa Casa oon tres patios de 1934. Si bien no podemas olvidar que esta casa'no susttuye a las anteriores y posteriores, qué la dliversidad es la ley impugsia a la investigacién miesiana frante ala tirania igualitarista det abje- lo-tipe, en él encontraremos sin duda el producto mas acabado de la casuistica de las casas-patio. Contemplémosia como si la viesemnos por primera vez, con los Mismos ojos que aplicamos a cualquier otra casa. Y comprobaremnos o6mo, a pesar de ese cardcter continuo ya mencio- nado, los diferentes espacios de Un programa normal se distinguan ean Claridad. Su distribucién és relativamente funcional, los espacios adecua- dos, la carna refalivarnente generasa de dimensiones; podria perfecta- mente ser la casa de una pareja joven o sin his. Pero sabemos que no 88 asi 0, 6n todo caso, Sdlo provisionalmente; que la casa no esta pre- Vista ni siquiera para el ndicleo minimo de la farniia tradicional, para ningu- na familia, aun en su estado embrionario. Si.contemplamos ol conjunto con sus alas tapias y sus extensos espacios casi decadentes en su grandiosicad, © imaginamos la forma de vivirta, al Peco sabemos que esta cestinada a un nico habitante. ¥ lo sabemos, ‘entre otras cosas, porque los muros no estén ahi para delimitar una par- Cela, ni para sostener los hastiales dela casa, no estan tampoco —ni mucho menas- para crear un microclima, para adaplarse a una situacién geografica que propicie ese mecanismo de contral ambiental uz, tempe- Falura, humedad, ventiaciin- que @5 en su origen el patio. Los murs. estén ahi para otorger privacidad, para couttar a quien habita, para permit desarrollar dentro de la casa una vida profundamente libre, al margen de toda moral o tradicion, al margen de toda vigilancia social 0 policial al rar- gen, en definitiva, G@ esa insoportabie visiblidad que la moral calvinista imponig a sus companeros modemas y su arquitectura posttivista, Las muras estan ahi porque el sujeto -permitamosnos la licencia de pan ‘Sar que es Un hombre: resulta dificil imaginar. que @l riségina Mies pen- sase en Und Mujer Como ocupante de sus casas-patio-, huye da la publicidad, desea aislarse, degarollar su yo con plena independencia respecto de cualquier Comentario moral, Quiere negar la posibilidad misma de-ese comentario, afirmar su individualidad, afirmar la casa como ‘el imperie. del yo, No es diffel distinguir on esta decision radical el eoa del 24 superhombre eterno retorno 0922 “guperhombre" niestzschiano, @sa figura que debe comenzar reconstru- yendo Su posicion ante ef munda, olvidando toda sujecién a lo ya dade, aja tradicién judeocristiana y al pensamiento metafisico inaugurace por Platon, Un sujeto como.éi que posiblemente Imagina Mies necesita una condicién inical de aisiamiento, una autoconsiniccion al margen de los demas; debe ser capaz de apropiarsé de! mundo, de mantener unas relaciones yo-mundo basadas en una nueva lucidez, instintiva y expansiva, ligacla a una concepcion revolucionaria del tiempo, a un presente continuo de destumbrante intensidad, Pensemos por un momenta cuanto pudo impactar tal imagen del hombre: @ un Mies van der Rahe viclo por cansolidar su formaciona trawés de fas lecturas de Netzsche y de su circulo de amigos intelectuales; cdmo esta idea rellejaba su pxopia posicién en el mundo, su propia lucha por una construccion plena de la individualidad. Los muros que protegen a ese sujeto que desea aislatse, apargosn asi estrechamente vinculacios al pen samiento nietzschiano, al superhombre, a Zaratusira. En Nietzsche, la muerte de dias y de la mel principio de un pensamiento. deta afimacion, de fa voluntad de poder, que tiene en el “superhombre" y la teoria dal “eterno retornn” su canclu- sion propositiva, Ura aflimackin que debe resolverse sin leyes ni princi- pids ajanos a las fuerzas vilales, en un duro proceso de autoconstuecién que culmina al adauirir un espiritu infantil y-violento frente a toda la tradi- ci6n trans 2s" frente a la "moral de esclaves" propugnada por la religion y Ja filosofia. Eitiempo de sujeto deja de ser el escatolégico y finalista, propics de la tradiciOn judeocristiana, para praponer un retomo al tempo ciclco dio: nisiaco, al fluir entre contrarias de Heraclito. La idea del etemo retorma parte de la suposicion de que la vida es reversible segun la imagen de un reloj de arena, Aunque en un principio angustiosa, esta hipstesis es para Nietzsche una forma de instalar al hombre en ef gozo, como si tal situa cién le impulsase a entender la Intensidad de cada instante exigiéndole un compromigo con el presente, de modo qua siempre quisiera repetir la experiencia, Es la recuperacion de la fugacidad del devenir frente a la estabildad del ser, la afirmacion de la necesidad del azar, del tempo como devenir, escamoteada desde Platén; ¢| etemo retoma es en ica occidental marcan sl scendente; una arstocratica "moral de seriare Nietzsche la recuperaciin por el hombre de le pereoadero y lo mutable, una recuperacion del presente frente a la tirania de! futuro divine © el pasa- do tradicional, tina wuelta a la vida y al cultivo de las pasiones frente a la domesticacion en la moral de log esclavos, Miremnas ahora la casa proyectada por Mies en su totalidad, mas alla de {os limites interiores definidos por Sus galerias acristaladas, Ante nosotros. se alza un espacio acotado, un gran patio ajardinada que 6s expansion Ge la Casa tanto. como representacién de la naturaleza. Al escindirse del naturaleza testo por las altas vallas, fo queen é! hay ya-ne es naturaleza en estado puro sino Una Construccién artificial de naturaleza, una representacion arti ficlal del mundo. En este espacio sdlo podemos distinquir unes cuantos arboles frondosos que activan una pradéra horizontal y uniforme atrave: sada por un camino pavimentado que transcurre proximo y paralelo a uno de los muros y da acceso a la vivienda. {Qué ve este habilanle? Por qué ha elegido esta forma de telacionarse con la naturaleza y, a su través, con @| mundo? Desde luego se trata de una relacion contemplativa: no hey lugar para el pequeno huerto, ni para el cultivo de flores, ni para objetos de uso doméstico, fuentes 0 piscinas, para todo el conjunte de imple: mentos con Jos. que él hambre, la familia-tipo moderna, amagan un con: facto activo e implicacda con el medio natural, Si pudiésemos estar eter | narnente asntados, Contemplando este paisaje desde uno de los sillones Barcelona de su interior y acelerasemos esta vision Como si 80 tratara da a suma de fotogramas de una pel Mos @ un espectaculo revelador; el de la etema ‘sucesi6n de lo rnisma, el de la plena circularidad de! tiempo natural frente a la linealidad cal histori 60. Al cise del dia le sucede el de la noche; a la pradera nevada |e sucede la lluvia y él florecer de. los arooles y despuds la caida de las hojas y asi Sucesivamente en UN espectaculd iterative, prepa: rado por esta escenografia en la que el cieks y a jardin Ja naturaleza~ aparecerian como: metafora del tiempo ciclico, y el gran frente acristalade Camo Un excepcional diora: [ra para Su Contemiplacion, Cualquier otro posible sentido ha sido sustra: ido de fa vision, El etemo retomo nietzschiano, el aislamiento radical de este Ja, asistiria pacio y Sus x galerias acristaladas AS 'APrith ifla vez mas a ese céletire aterismo —Arquitectura para los que buscan el Conocimiento- que Nistzsche escri- bid en La Gaya Giencia: "Liegaré un dla -muy pronto quizas— en e! que se reconazca 19 que 168 falta a nuestras grandes cludades: lugares ailencio- 805, vastos y espaciosos, para fa maditacion; lugares con largas galeras acristaladas para las dias de livia y de sal, a Jos cuales no lieque el ruido de los coches ni ef pregdin de fos mercaderes, y donde una etiqueta mas Sutil hasta orohibiria al sacerdote orar en vaz alla: edifigios y consinuecio- nes qué @n'su Gonjunte expresaran fo que tiene de sublime fa meditacién y el alefamiento def mundo, Pasaran jos tiempos en que tuvo & Iglesia el itemplativa era siemore ante monopotlio de ia reffexién, en que la vita fadn vila religiosa, Tocio Io que fa iglesia ha edificacta exoresa este pensa: mienta y yo no veo que puedan basternas Sus CONstuCcIONes, AUNQUE 5e las sustraiga de su finalidad retigiosa, canstuaciones hablan un ten uae demasiado patética y demasiado estrecho, come para qué nase: tos, inypios, podamoas meditar ati, Queremas traducinos a nasotras mis: mos en piedras y en plantas, queremos paseamas por nosotras mismos ando circulemas por esas galerias y esos jarcines”. Nada podria expicar de forma mas esclarecedora el trabajo de Mi las casas-patio, el toma de su prolongada investige cu en in, que esas gale- rias acristaladias, silenciasas y espaciosas, en las que pasear por noso- tros migmos, identificados con el tiempo circular a través de fa contem- placién del ciclo natural Esta cita pone de relieve la distancia que Mies: establecis con @! positivisme idealigico de ta modemidad y sus metodo- logias onerativas; la casa-patio es un artilugio —guna maquina?— para clvi- dar la modemidad triunfante, la simplicidad de su positivismo y adentrar se.en el abismno del individuo nietzs hiano, aquel superhorbré qué cons: trula su vida como Una obra de arte, tomando Gamo base la pura afirma- cién desu yo. Pero no es sélo. eso, si es que puede utilzarse aqui el woca- blo "sd" con propiedad, También esta investigacin es el intento de crear un métode proyectual cornpieto a partir de filones del pensariento hete- rodoxo que, ensayados por los expresionistas, parecian definitivamente arrasades por el pader narmativo y arganizador de los arquitectos. més oredexos, més apegadios al progreso tecnocientifica. Una técnica de proyecto que se desarrolla a partir de estos: planteamientos en la idea de espacio y dé ciudad, en la malerialidad y en ja cultura objetual y ar omamental; que contiene por tanto un explicito programa de trabajo —un, sistema prayectual- basado én el suleto nietzschiano y en su tiempo rememorativo y circular. No podemes coviar que al hablar del sujeto miesiana deciamos que hula de la publicidad en su deseo de aislamignto. Al decir que "huye’ estamos sefialando algo decisivo; no huye de la nada ni del bosque, huye de la cluded, de una ciudad que esta abi aluera, préxima, contigua; del ruido de les coches y del pregon de los mercaderes, La casa, sus muros, impli- can por tanto ne séfo el marce de una representacién cosmoligica aio una situacion précisa: és una casa urbana, Mas atin, e la casa de un mundane, de un cosmopolita. Esos muros delatan no sélo a. un hambre urbanizado habilandolas sino una ciudad de gran actividad, de gran aje- treo: una Metropol (ras ellos. Esta casa, la Casa con tres patios, no podria nunca ser una vivienda en el campo, fuera dé la ciudad, Basta entender qué seria ridicule imaginar fa habitada por alguien calzaclo de forma nistica 0 siquiera casual. EI suje- to miesiario, sin duda, usa Linos magnificos zapatos de piel primorasa- mente coskdos a mano, Es el calzado.dé alguien acostumbrado a andar Por aceras bien pavimentadas, a pasear, a salir de su casa para ralacio- narse en bos calés, en los teatros, en kos cemercios y bulevares de la cit- dad. Comp el fRineur baudielariang, o €l blassé de George Simmel, es un mundano, un hombre de cestumbres sociales intensas. Se trata sin duda de uno de las temas preferidos por Nietzsche al hablar del superhambre ne se retira del mundo camo un anacoreta sing Que Su ascetismd inicial forma parte de un preceso de autoconstruccién que deriva en un inmen- 80 gozo, el gozo de liberarse de las aladuras impuestas por fa moral, un goz0 éxparisivo y contagioso que leva a una intensa fruickén dal mundo, aun espiritu Greativo que se degpliega sobre les demés. Esta macanica de aislamienio y expansién es la base privilegiada del pro- yecto migsiano: por ello es facil comprender que quien habita la casa no es ningun _defensor de la vida natural, del alejamiento de la ciudad sino que vive y necesita estar proximo al digora, a los nuevos espacios puibli- Gos de la cluded burguesa. Quien la habita necesita poseer grandes espacios para el cultivo de la fila, para las fiestas y las Celebraciones faus- ticas, para desarrollar relaciones mundanas protegidas de la indiscrecion y marcadas por lo imprevisible materialidad Estudiémos ahora la materialidad que Mies cléspliega en las casas-patio. Se trata de Un uso inséilto en el contexto de la modemidad, capaz de arti cular de forma coherente los materiales rnas avanzados con otros indis- cutiblemente tradicionales, un rasaa peculiar que sin duda caracterza su ‘obra, Fijémonos en la chimenea, én su materia y posicién en la casa, En primer lugar debe sefialarse que la chimenea no ha sido eliminada en aras de la tecrifieacién que supone la calelaccion, sino que aparece sis tematicarente en sus dibujos, ravelanco asi su condicién de elemento decisive en el “sislama’ proyectual. Sin embargo, nunca écupa un lugar central sino que se desplaza hasta conlundirse con uno de sus: muros: limitrofes, construidos amibos, muros y chimenea, con ladrilo, La chime- nea pasa a ser un accidente del muro y su verticalidad inherente casi oli- minada, como si velunteriamente se eviase toda posible referencia @ un espacio centrade y vertical, a cualquier tipo de representacion simbolica dé la dea de trascendencia, Relegada al perimetro acta coro un mue- ble mas, una excusa para la Conversacion; pera también came una refe- rencia tradicional en el émbito doméstico a la que.no se renuncia. Chimenea y muros de ladiila manifiesian unos vingulos con la material dad y la avecaciGn del pasado que no pueden pasar inadvertides, deja- dos al margon como no pertinentes. Es, de hecho, censustancial a la ‘casa la ewocacién de esas ligaduras con un tiempo que puede volver sobre si mismo, contradictorias con la linealidad del tiempo modemo; ligaduras que de nuevo nos llevan a Nietzsche y no, como a veces se ha pretendido, a un supuesto rigor tipologico, No puede haber én las casas una metodologia afin a la tipolégica, ni en su version iluminista ni en la de raz estructuralista y contextualista: el patio es ajeno a todo condicionante geogréfico; nacia mds Iejano al méta- do de Mies, a su forma de eancebir y proyectar, que esa busqueda de generalidad en el tipo © de especilicidad en ef contexte: de un funda: mento objetivable. Hay activacién de la memoria, del tiempo, por elec: cidn individual de pocos y escagidas parémettos. Hay subjelividad, atini- dad, afimacién de lo privado y alirmacién de la diferencia que implica el poder elegir. El superhombre, esa forma de ser y pensar que Mistzsche vincula genea- logicamente al sofista, Gonos el poder dé la convencion, la historical desu propia figura: 61 es el que ha extraido el fundamento de las leyes de 29 la polis de la naturalaza y ha afirmacio su pertenencia al mundo de! names, de la convencian, del pacto entre hombres; las tradiciones no son ran: datos sino convenciones que es necesario escoger en la canstruocion del yo: como un repertorio de referencias en las que mirarse. Pera no son trascendentes ni inmutables, no ligan al hombre con la divinidad ni can ningun tipo de verdad, ni siquiera con mandatos sociales, Colaboran a una Greacién individual verosimil, Asi, © eS Casual que gean los muros de ladrila, Ja chimenea, él pavi- mente: pétreo y algunos acabados en piel natural -los mas proximos al Guerpo— los. momentos en los que el "sistema" negocia con la materiali- dad de! pasado, la integra haciéndota trabajar en al presente. Los mate- fales que Mies posee no son exclusivamente los propios de la época industrial -acero, video, hornigGn- sino éstos: mismos rélaciandndese con el ladrillo, fa pledra y [a piel, en tanto: que-sean capares de estable- cer entre ellos un diélogo, Mientras ta construccién moderna —reticula, vidrio, cubierta plana—le permite resaver su expediente espacial continuo y horizontal, Mies elige usar en fos dos gestos esenciales de funder y deli- mitar la casa, él pavinento y los muros que sefalan la propiedad, materia~ les. como la piedra y el ladrillo que remiten a una especifica génealogia a tradicién hipoddmica y pompeyana, pero también las tradiciones locales en tomo a la viviendr Asi, es facil comprender por qué no son de hormigdn esos muros, 26) Cuando él mismo habia ya experimentado con ese mate: fial, Es un gesto preciso de activaciin de la memoria, de subjetivaciéin de la modernidad, de afimacién de la oondicion temporal de la habitacién, de a necesidad de tal condicion en la canstruccian del yo, No habria que ohi- dar en este sentida las conexiones que esta concepciin material estable- ce con ia idea de ciudad a la que Mies se remite; hasta qué punto Mies se encuentra a gusto al proyectar en medios urbanos histérices, su escasa. ansiedad por la aparente inartioulacién estética de muchos de sus prime- ros proyectos. Algo verdaderaments diferente dal universa ordenado, uni- ‘tario y Coherente de Le Corbusier y que sin dua pone de manifesto una. mayor afinidad con la idea de ciudad como sedimento, el gusto percibible, incluso én la técnica Ge represertaci6n con folomontajes, por el contraste y ecnvivencia oon la memoria de la ciudad. Pero tan importante coma esta activacién del tiempo es su imanencia, su ho trascendencia, su eliminacién de toda verticalidad, no s6i compasitiva, 30 inmanencia horizontalidad reflexion luminosa simetria horizontal Con anterioridad hemos mencionado esa condicion espacial horizontal cuencia de un espiritu mundano, que tendria retlejo er su continuidad y fluidez espacial pero que se prolonga tambiérv'en la ne nitalidad de la luz, lan expresamente rechazada a lo larga toda su obra, en la Gesvinoulasién de su arquitectura con leda idea de luz densa, gravitatoria, esencializada, De nuevo nos encontramos con una in: talacion en al mundo de perfil ntidamente nietzschiano: la horizontalidadd rad Gn misma ce la divinidad, de cualquier vinawo ver expresion del gozo de la vida en simisma, una alirmacién del pro: sujeto que c te hasta polarizar todas sus técnicas constn came Gor ion de la ce al eveca la Supresh sal; © lagonismo de 1 be expandirse por la casa, definir su ambie a apoderarse del “sistema una serd la exploracin en la reflexton luminosa para conseguir suelos y techos con idéntica intensidad Jal como puede comprobarse en el Pabellin dle Barcelona, Los istintos materiales del suelo y el techo le permiten obtener una tonalided Para ello Mies utlizard diversas estrategi luring equival Un equilibria Optics —puesto de relieve por la fotogratfas en blanco y negro-, ajeno por completo ala idea de luminosidad cenital aso- ciada alos alrios histéricos, pero, sobre todo, intencionadamente ajeno al naturalismo en él que la arquitectura clésica resolvia el € luz came material de proyecto. Mediante el uso de la reflectividad, Mies obtiene una luz ingravida y desmaterializada que rompe con la verticalidad mas obvia, la de! rayo solar Otra estrategia compiementaria astd ligada a la peroepcian espacial y recursos puramente compositives, Como ya ha sido sefalado por Robin Evans, Mies sustituye la simetria vertical clésica por una horizontal que imp Para ello habra a al ojo y Su movimiento como nuave piano de simet 4 allura libre env una dimension préxima a ubicando el punto de vista en un plano simétric slado en la fiacin ¢ 3,20 m -esto € D eS ecto dé! suelo y el techo-, él elemental pero sutilisimo mecanismo com- positive que permitiré una completa reorganizacién visual y espacial. Todo 80 planificatd de acuerdo a este mecanisme antigravitatorio que transfor ma al suisto tradicional pasivo en un suj@to activa, que construye en su motricidad, a través de la experiencia fenoménica, las simetias que’ antes: se organizaban verticalmente desde e! mas allé, como efecto de fuerzas: micas 0 trascendentes, Por ultimo, Mies desplegara Una estrategia puramente matertal. A la core: a ordenacién de aplastamientos, cornisas y molduras can la que el ala yuxtaposicién de materiales y cargas, opndra ka do, la materia, posesdora ain de masa inversion de la moldura -la junta rehundida~ come recur a los anteriores, permit hacer tev Aran Ser "porsi materia levitada estan igraficas; por fa pero ya no de gravedad, Sus muros pétreos o de ladtllo pura experionca de la materia levilada: ni soportan cargas 1 ps mismos, Sus cuialidades pasardi ahi por la belleza de su dibujo 0. por su asi de lo tecténico a lo hapti cualidades: c memoria que activan, 98 ancontramos asi Con tres formas de horizontallad: en la organiza cin de los materiaies, sustituyende la junta elisica por cu inversion, el rehundide, la linea de sambra. En ta luz, sadas que permitan una luz uniformemente dis la geometria espacial, transtormanda la trad itilzzando refloxiones compen- ‘bude. Emme anal simetria Je vertical por otra horizonta la confor macion de la altura de los espacios coma un duplicade de producida a parlir de la altura de los ojos, Tado ello est’ presente en las pers- pectivas dibujadas para las casas-patio en jas que el plano de fuga es plano dk $ fotogratias del Pabellén en Barcelona, siempre con fugas y tonalidades 1 los dei erisies yuxtapuestos simetria; presente en simétricas on suelos y techos! y presente spieces antigravitatorios de sus ma La horizontalidad se manifiesta por la negackin total y sistemdtica de cual quier ordenamiento vertical. Crea ur indiferencia gravilatoria, responsable junt tal de ese efecto emocional contradictoria que produce maverse en el Pabellon de Barcelona, Efecto de hallarse en un templo, en un lugar de recogimiento, pero tambien de conviccién de que tal templo no celebra divinidad alguna sino exclusivamente el advenimienio del hombre come protagonista, come actor, come sujato, Algo que Nietzsche habia sabic enunciar, pero QL @ Inagen no ya de ligereza sino de © Con fa luz y la simeitria horizon- 2 sdlo Mies supo materialzar, Podemos ahora movemos por os interiorés de la Casa con tres patios, Girigit nuesta atencién a la cultura objetual y omamental desolegada para’ cultura objetual hacerlos habitables. En ello rei 4 un vacio Imponente per no absolute: nas obras de arte y pocos muebles conviven casi sin solucién de confort espiritual continuidad con los elementos mas arcuitecténieos. El mabiliario no dirigido hacia el contort convencional ni a la especializacién funcional adquiere a fa vez valor artistico y arquitectonico, se transfor momento clave del muchos muebles Giduja con precisién. Pero no sdle los dibuja, también los piensa con pre- istema’ arquitectonico. Por ello aunque no idente que Mies no los olda, Es mel sig cision, Ha proyectado algunos muebles aprvechando distintas nircuns tancias y ha dejado de hacerlo cuande ha entendido que el programa estaba completo: el mundano no necesita muchas pertenencias; ni las necesita hi las quiere, Pero si sabe que en su casa, en el espacio d intimidad, necesita esos pacos y sablos objetos, un nlimero reducido de su su belleza y per , 1, lo acoyea y fe ayuleara des rrollar Su propio proyecto vital Basta preg para ¢ reunion, siempre diversilicadas, que flotan en s ntarse por Ja posicion que se adopta en el silén Barcelona der en quiér se pensaba, por qué éste compone fas areas de nlones: es la posicin del buen conve ist equillbrio entre lo que la canvenc An impo- ne-y la camod y mundanalidad, Ain asi, 70 @8 S610 la posicidn aristocrética lo que ha prevalecido a la hora de io. de eleganc resolver esta pieza, Hay en olla tambien una aspiracién de alefar une sumision literal a los patrones ergondmicos funcionalstas, no sélo en le calidad de la materia sino en los recursos compositives desplegades, En lag me didas que contiene el volumen de esta sila -H=760 mm, a=750 mm, =754 mm: un cubo levisimamente rectifieado—podemos apreciar de dé la banalizacién positivis- ta del contort: lo. que proporciona la sila Barcelona es una salistacciin de olf rango, Una aspiracién a ta belleza y a cin que iguala est pleza con las espléndidas obras de atte, también pocas y escagidess, que nuevo Una dislancia, un rechazo si se quiere ta perk acompafian la soledad del mundano y amueblan, sin afelparia, Ciencia. El mueble ha aleanzade en Mies un nuevo estatuto: y se Sa como. una obra de arte. El Confort ha pasado de-su convencional formula 86 calod #9 moderna —lo funcional: al recarga 90 inher gen det interior burgués, a ente a la co piritual por tanto dinigido @Satistacer tan sdlo a aquéllos que entienden su propia existen cia como la construcci6n de una obra de arte; a aquéllas que, coma Niestzsche -segun el titulo de la obra dé Right atinan sobre si mismos la condicion de pensador y artista. Quizas sea ya conveniente desvelarlo: a través de esta incursién én la Casa con tres patios hemos descubierto la forma de concebir un progra- fa complete del habitar, Gasi un método de proyecto con el qua, par- tiendo de un nueva sujeta, construir un "sistema", Un sistema cuyos Momentos esenciates son bien cistinios de los (épicos mas conocidos y divuigados -estructura reticular, vidrio, cublerta plana, .-, Su relacién can, la ciudad y eon la naturaleza, su forma de concebir el espacio y las téc- nicas para hacedo presente, la temporalidad, la materialidad, la. cultura ‘objetual, companen un ctimulo da momentos decisivos en los que se recuolve también cote sistema, Pero no homoe ciclo consoiontos de hasta qué punto ef este complejo pragrama de construccién del sujato y de la casa, Mies mismo realizaba un autorretrato, ofrecta su propia persona como proyecta, Y caemos en Ja cuenta a través de las fotografias que lo representan visitando las obras de la vila Tugendhat © solo en su aparta- mento de Chicago, Eniencemos ahi la razén misma de su soledad eleg- da, de su apariamento betlings, de la importancia de aquellos pooos libros que se llevo a Estados Unidos, de la chirnenea, del cuadro de Klee, de la escutura de Picasso, del-vacio y minima acompanamiento cen el que roded Su vida: es él mismo quien sé construye a través de este proyecto, Y lo hace renunciando a toda fa moralidad moderna. a toda la convencién de sus programas y principios, a cualquier patemalismo social, entregan: dose plenamente y en sus limitaciones ala obra de arquitectura, advirtien do la dureza sin mediaciones de dicha entrega; un verdaclero ejercicio de Proyeceidn det yo en-el espacio privade. Pero esta practica no Se agota en absolute ef el juego de la proyeccion, en los aspectes autoblograficos. Lo verdaderamente revelador es la fecun- didad det método, las pesibiidades en el proyecto de una raubicacién de los objetivos en relacién a la vivienda. B interés, para una teoda del pro- yeoto, de la reflexion sobre ef sujeto —producto de la proyeccion personal pero. lambien de las elaboraciones propias de la filosofia antropaligica-; de un cugstionamiento de la dicotomia pliblico/privado en relacidn a las précticas saviales de ese sujeto; de Un enirentarse a los vinculos cal espa- cid. Son él tiempo, la memoria, la subjetividad y la técnica ~con los sabe fes positivos, con la cultura material da una 6poca. 3a

También podría gustarte