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Capitulo I: Primeros intentos estructuralistas para el anilisis de relatos En este capitulo hemos intentado presentar las ideas barthesianas sobre el anilisis estructural de los relatos; el capitulo esté constituido por un parte teérica y un ejemplo de aplicacién. El desarrollo de este apartado ha permitido fundamentar anélisis posteriores, es una especie de primer escalén de una larga escalera que conduce a la sociocritica. 1.1. Roland Barthes y el andlisis estructural de los relatos En su introduccién a la compilacién sobre andlisis estructural de los relatos Barthes, empieza preguntindose: : eDénde, pues, buscar la estructura del relaio? Muchos comemtadores, que admiten la idea de tina estructura narrative, no pueden enpero resignarse a derivar @ anélisis literario del modelo de las ciencias experimentales: exigen intrépidamente que se aplique a la narracién un mérodo ‘puramente inductivo y que se conience por estudiar todas los relatos de un género, de una época, de wna sociedad, para pasar luego al esbozo de un modelo general”! El autor esti seguro de que este tipo de andlisis nos llevaria demasiado tiempo. por lo ‘que puede llegar a considerarse utépico. Por eso enuncia: 6.) jQué decir entonces de anilisis narratvo, enfrentado a millones de relatos. Por fuera ests condenado a un procedimieno. deductivo: se ve obligado a conceder primero un modelo Iipotético de deseripcién (que los lingiistas americanos llaman ‘eoria’), y descender luego ‘poco a poco, a partir de esie modelo, hast las especies que a la vex participan y se separan de 4: es solo a nivel de estas conformidades y de estas derivaciones que recuperara, undo centonces de wn instrumento tnico de descripcién, Ia pluralidad de los relatos. su diversidad istérica, geogrfia, cultural.” Para la lingdistica, explica Barthes, la unidad minima de andlisis es la frase. Esta unidad permite hablar de un cierto orden y presupone la homologia entre las unidades, entre las frases; es decir que tiene como supuesto una cierta igualdad de una frase y otra. Esta organizacién puede ser vista como una estructura, Barthes apunta: (.) estructuralmente, el relato participa de lafrase, sin poder nunca reducirse a la >uma de frases: el relato es una gran frase, asi como toda frase constatativa es, en cierto modo, el esboro * Ver su texto introductorioIntroducciéw al andlisis estructural del relato , Ediciones Coyoscén, México, 1998, p. 7-37. . ** Roland Barthes, op cit, p. 9. 4 de un pequeto relate. (.) Para realizar un ands estructural hay, pues, que distinglr primero Varia instanclas de descripetin y colocar esta tnstancias en una perspeciva Jerérquica (integradoray Hay que idear “estadios”, proyectar encadenamientos horizontales del hilo narrativo sobre un eje implicitamente vertical; leer, dice el autor, no es sélo pasar de una palabra a otras, es pasar de un nivel a otro. Barthes propone tres niveles de descripcién del relato: A) Funciones; B) Acciones; C) Narraciones. ¥ al respecto Barthes explica: Recordemos que esos tres nveles estén ligados entre sf segin una integracion progresiva: una “funcion silo ene sentido si se ubica en la acclin general de un actante, esta accion lena ‘reibe su sentido ttino del hecho de que es narrada, confinada a un discurso que ex ou propio esdigo.™ ‘A) Funciones; para el inicio de la jerarquizaci6n se precisan unidades pequeiias: la funcién es una palabra, una frase, dentro del relato, que més adelante tendré importancia. Las funciones NO coinciden siempre con escenss, pirrafos, dilogos, acciones, sentimientos, intenciones, motivaciones, razones personales, etc. Pueden ser superiores a la frase, Ej. Bond levanté uno de los cuatro auriculares. La palabra “cuatro” nos remite a Ia alta técnica burocritica. Otro ejemplo: James Bond vio un hombre de unos cincuenta aiios. Puede ser el comicnzo de una amenaza, ya que nos obliga a identficarlo, porque la frase indica indeterminacién. Ademés existen 2 tipos generales de funciones: Distribucionales ¢ Integradoras. Las, distribucionales también se Jes llama “funciones”, ya que tiene una importancia muy ‘grande. Las funciones aparecen cuando un hecho, tiene un correlato dentro de la obra, es decir que tiene una consecuencia, que es consecuente. Por ejemplo: Si se compra una pistola ta l6gica nos dice que después seré useda, Si se descuelga el teléfono, se sabe que después va a ser colgado.Estas funciones tienen a su vez oras DOS pequetias subclases, que se establecen segiin los niveles de importancia: Funciones distribucionales cardinales. Son aquellos “nudos” del relato (0 de algin fragmento), lo que inaugura o concluye una incertidumbre. Pueden ser sucesiones logicas 0 cronolégicas; pueden ser consecutivas y consecuentes; es decir, estar una después de otra, 0 una ser consecuencia de otra, Barthes explica: 2» Barthes, op cit, p. 13. »* Barthes, op cit, p. 16. Todo hace pensar, en efecto gue el resort de la actividad narrativa el confsisn misma entre la secuencia'y la consecuencia, dado que lo que viene después es leido en el relato como ccausado por (..)”" Funciones distribucionales de catélisis. Llenan espacios que existen entre las funciones nudo, pero sin que ello demerite su importanci 6.) la catélisis puede tener una funcionalidad débil pero nunca nula: aunque fuera puramente redundante (en relacién con su niicleo), no por ello participaria menos en la economia det ‘mensaje; pero este no es el caso: wna anotacién, en apariencia explicatva, siempre tiene una funcién discursiva: acelera, retarda, da nuevo impulso al discurso, resume, anticipa a veces incluso despista.”* Este tipo de funcién no se puede eliminar, ya que cambaria el discurso, Las integradoras, por otro lado, son aquellas que dan pistas de caricter, de identidad, de atmésfera; su importancia sélo se ve a otro nivel estructural. Un ejemplo: El nimero de aparatos de teléfono, nos va indicar una capacidad tecnolégica. Las funciones integradoras pueden ser llamadas indicios. Pueden ser de dos tipos: indicios, cuando nos remiten al tipo de carécter, @ un sentimiento, a una atmésfera 0 a una filosofia; es decir, cuando implicados significados implicitos. Por otro lado las informaciones son aquellos datos que sirven para identificar, para situar en el tiempo y en el espacio. Son datos puros, sirven para der “realidad”. Las funciones integradoras pueden ser mixtas, es decir combinar ambos tipos de indicios. Barthes explica: Los informantes los indicios pueden combinarse entre si: asi sucede, por ejemplo, con el ‘etrato, que yustapone sin cokesion datos de estado civil y rasgos caracteriolégicos. Una relacién de implicaciin simple une las catdlisis y los micleos: una catélisis implica necesariamente la existencia de una funciin cardinal a la cual conectarse, pero no reciprocamente. En cuanto a las funciones cardinales estin unidas por una relaciin de solidaridad: una funcién de est tipo obliga a otra del mismo tipo y reciprocamente.” Barthes va aclarando que el tiempo en los andlisis estructurales, es la Logica, el orden. La consecuencia no la secuencia. El tiempo s6lo se convierte en referencia, 2 Op cit, p. 24. op cit p25. 2 Op cit. p. 29. Mis adelante Barthes va dibujando un panorama mas sencillo al decir que las funciones cardinales pueden ser lamadas “nudos' 1a cobertura funcional del relato impone una organizacién de pausas, cuya unidad de base no pude ser mas que un pequeio grupo de funciones que lamaremios aqui una secuencia, Una secuencia es wna sucesién ldgica de nicleos unidos entre si por una relacién de solidaridad: la ‘ecuencia se inica cuando uno de sus términos no tiene amtecedente solidarto y se cierra cuando ‘otro de sus términos ya no tiene consecuente. Para tomar un ejemplo fill, pedir wna ‘consumicién, recibirla, consumirla, pagarla: estas diferentes funciones constiyen una secuencia evidentenente cerrada, pues no es posible hacer proceder el pedido 0 hacer seguir ef ‘pago sin salir del conjunto homogéneo ‘consumicién’. La secwencia es, en efecio, siempre nombrable.” También existen secuencias fitiles, llamadas microsecuencias: “La secuencia es, pues, si se quiere, una unidad légica amenazada: es lo que jusifica a minimo, Pero también esté fundade a mévimo: encerrada a sus funciones, subsumida en un nombre, la secuencia misma constituye una unidad nueva, pronta a funcionar como el simple término de ira secuencia més anplia,” Barthes dice: ‘Una secuencia no ha concluido cuando ya, intercalindose, puede surgir el término inicial de una ‘nueva secuencia: las secuencias se desplazan en contrapuntos; funcionalmente la estructura del relato tiene forma de’ fuga’: por esto el relato se sostiene ala vez que se ‘prolonga’ B) Acciones; en este nivel del anilisis es cuando se lleva acabo la reflexién sobre la importancia de los personajes en relacién con las acciones. Las acciones ya habian sido ‘ratadas en la seccién anterior cuando se hablaba de secuencias. Bremond, autor que aparece en la antologia de Barthes, es el que atribuye una secuencia a cada personaje: Cada personaje, incluso secundario, es el héroe de su propia secuencia.“! ©) Con la narracion Barthes comienza pregunténdose por los signos de Ie narracién: Abra bien, al menos desde nuestro punto de vista, narrador y personajes son esencialmente sores de papel: el auorimeterial) de n relaro no puede confundirse para nada con el narrador de ese relao: los siguos del narrador sou inmanentes al relat x. por lo tanto pefectamente accesibles a wn anélisissemioldgico; pero para que el autor mismo (ya se exponga, se acute 0 se borre) dispone de signos” que diseminaria en su obra, es necesario suponer ene fa Op. cit, p. 20. Op. cit, p. 21. “° Para entender esta cita ver el esquema de la p. 21, op. cit. “Op. Cit, p22. 7 ‘persona’ y su lenguaje una relacién signalética que haria del autor un sujeto pleno y del relato una expresién instrumental de esta plenitud: a lo cual no puede resolverse el andlisis ‘estructural: qwien habla (enel relato) no ex quien escribe (en la vida) yquien escribe no es ‘quien existe.” Ms adelante seftala sobre el nivel narracional: Es, en efecto, en una exposicién det relato donde van a integrarse las unidades de los niveles inferiores: la forma iilima del relato, en tanto relato, trasciende sus contenidos y sus formas propiamente narrativas (funciones y acciones). Esto explica que el cédigo ‘narracional’ sea el aildimo nivel que pueda alcanzar nuestro anélisis sin correr el riesgo de satirse det objeto-relato, cs decir, sin transgredir la regla de inmanencia que esta en su base. La narracién no puede, en ‘efecto, recibir su sentido sino del mundo que ta utiliza: més alld del nivel ‘narracional” comienza el mundo, es decir, otros sistemas (sociales, econdmicos, ideolégicos), cuyos términos yanoson sélo relatos, sino elementos de otra sustancia (hechos histéricos, d eterminaciones, ‘comportamientos, ete). Barthes dice sobre la relacién con el mundo del afuera: ‘Se puede decir, del mismo modo, que todo relato es tributario de una ‘situacién del relate’ conjunto de protocolos segiin los cuales es consumido el relato. (..) La aversién a exhibir sus ‘eéigos caracteriza a la socledad burguesa y a la cultura de masas que ha producido: wna y ‘otra necesitan signas que no tengan apariencia de tales. Esto no es, sin embargo, si se pude decir, mas que un epifendmeno estructural: por familiar, por rutinario que sea hay el hecho de abrir una novela, un diario o de encender la televisién, nada puede impedir que este actor modesto insiale en nosotros de un golpe integramente, ef cédigo narrativo que vamos a necesitar* Dentro del apartado, en el mismo texto, “El sistema del relato”, Barthes habla de ‘manera més general sobre el relato y su posible organizacién, una vez empezado el anilisis: El relato se presentaria asi como un sucesion de elementos mediatos ¢ inmediatos, fuertemente inbricados; ta dstavia orienta wna lectura ‘horizontal’; pero la integracin le superpone una lectura ‘vertical’ hay una suerte de ‘cojear’ estructural: como un juego incesamee de potenciales ‘ewas caidas variadas dan al relato su ‘ono’ 0 su energia: cada unidad es percibida en su aflorar y en su profundidad y es asi como el rlato‘avanza: por el concurso de estas dos vias la esiructura se ranifica, prolifera, se descubre- y se recobra-: lo nuevo no deja de ser regular. Hay, por cierto, una libertad del relato (como hay una ltertad de todo locutor frente @ su lengua), pero esa libertad esta Meralmente linitada: entre el fuerte cédigo de la lengua ef fuerte cBAigo de relato se abre,sies posible decir, un vacie: la frase.) Y agrega: Op. Cit, p.23. © Op Cit, p. 26. Op Cit, p27. “Op Cit, p. 28. Asi, en todo el relat, la initcién es comingent; la func del relato noes de ‘epresentase’ sino ef montar un espectéculo que nas sea ain més enigméiico, pero que no podria de ser de ‘orden mimético; la ‘realidad’ de una secuencia no esté en la sucesion ‘natural’ de las acciones ‘que la componen, sino en la Liga que en ellas se expone, Se arriesga y se cumple: podriamos decir que el origen de una secuencia no es la observacin de una relided, sino la neesidad de varia” y superar la primera forma que se haya afecido al hombre, a saber, la vepeticin: una secuencia es esencialmente wn todo en cuyo sexo nada se repie; la légiea tiene aqui un valor liberador -y, cn ella todo el relato~:pude dare el caso que fos hombres reinyecten sin cesar en

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