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La Espaiia del “paseillo” Enlos primeros meses dela guerra civil espaiola no “Efhorror) 2 _ de nuestra guerra | Hubo miles de asesinatos que nada tenian : ga Elautorysuobra José Maria Zavala, libros de investiga- Subcrector deta e- clon como Matar al vista Capital y cola. Rey: la Casa Real en bborador de MUY INTE- ef punto de mira de osm RESANTE, es un apa- ETA Secuestrados, ae | sionado de la historia Periodista y econo- : mas reciente de Es- mista, escribid ade- - ppafia. Ha publicado mas la primera bio- tambien sendas bio- _grafia sobre el ex srafias del duque de presidente del Banco Cédizy del hermano Central, Afonso Es- del Rey y el ensayo camez, 9 prepara un Don Juan de BorbSn, trabajo sobre Maria e!trunfo de un per-” Cristina de Borbén, dedor junto aatres mace de Isabel I. : La guerra civil espariola (1936-1939) ea fue un desastre que marcé nuestra historia. Un libro de préxima aparicion % narra los padecimientos de las ! victimas inocentes de ambos bandos. Editado por Plaza y que ver con las causas por las que se combatia 1. De “males” se tild6 en cambio alos republicanes, os“rojs’,dlbstinados régimen frentepopulista que ha | bia obtenid la vic cones de febrero de 1 Pier dese ial te, en nob de proliferad a ue, com par- | al dnimo revisionist, ncinan dl Jado de los sublex de los crimenes con A te la contienda. Como las huellas dela Historia son indelebles, estos historiadores tratan de disimular dacs cometidas en lare- controlads que taron de sofocar sin éxito la ma ees, mientras que en ‘el bando nacional fueron los pro- pios jefes militares quienes ejecu taron un maguinado y meticul. so plan de exterminio que seg6 las > Azules, rojos y perdedores Mientras los ier. bros mas significados dein y oto ano -aniba, flangstasy milicianos “rojos"~lu- haban encamizada- mente por imponer su "vertad lamayoria de la pobacion evil, princialvietima de Contienda trataba se sobrovit a duras ponas, Ala derecho, fro de rofugados Tepublicanos, para vines la ropresion ‘se prolongo mas alla dela guerra cv, en ia frontera francesa camino de xii, idas de decenas de miles de civi les. Tergiversacién pura. En los ca 5 tres aos que duré la encarniza- da cha, del 18 de julio de 1936 1 deabril de 1939, yespecialmen te emlos primeros meses dela con ti jenda, hubo que lamentar milla res de asesinatos en ambas reta- dias que nada tuvieron que ver Js ideales porlos que algunos luchaban y si, en cambio, con q dio, Ja envidia y la crucldad de juienes los cometieron con abso ta impunidad, q debate de-fa represion se ha cen- ado obsesivamente en un discur ode las cifras, en limitarse adi imi, muchas veces con sesgo par jist, eudl de los dos bandos ase sino mis, 2A qué historiadores se 2¢ A Hugh T lebe cree homas, que estimé en 35,000 (antes habia di cho que 60,000) los asesinatos re alos en zona republicana y en 5,000 (antes 50,000) os perpetta Injustamente para las victimas, el debate de la represion se ha centrado en dirimir -en cifras- cual de los dos bandos mato mas dos en la nacional? Tal vez a Ga- briel Jackson: 200.000 muertos (en 41965 asezurd que fueron 400.000) ‘a manos de los nacionales y diez ‘eces menos en el bando contratio, cifras que comparten autores fran eses como Broué y Témine, Max Gallo y Pierre Villar, 0 espatioles como Tufion de Lara y Tamames? Quizés a Ramén Salas Larrazébal: 2.500 victimas en la retaguardia republicana y 35,500 en la nacio nal? 20 puede quea Santos Jul y un grupo alin de historiadores: 81.095 victimas de la represion na clonalista en la guertay la po ra en 24 provincias (el dobl rel conjunto de Espaia), frente a 37.843 asesinados en 22 provincias hajo control republicano? Fr sc vertiginoso baile de cifras = yao zanjo ingeniosamente el inelable Ortega y Gasset cuando, recién I de 1936, dejé mudo a un conter tulio que habia admitido las tro- pelias del bando nacional, apre- surindose a matizar que eran ca- si insignticantes comparadas con las de los republicanos; “Mire us ted, cuando se lega a fo métrico decimal, mal asunto’, replicé el maestro filésofo Ta ofuscacin en la cifras sola- paatin hoy la valiosa historia oral dela gurraqueconfoman sdk gamoretestionis desupnt hijos, de uc iti Fl | terram ease cadavers de- iecanen ts pgs Lae Teal haber sido reads por os | fede dels iri La ‘con los testimonios que rescatan del tres caidos en la retaguardia repu- deer Megas Aree Ra mito deta, Pe nots olosexminstoedela Reb a Geary ane Rc Salazar. Tampoco es- capan a la memoria otros. notables ine Manel Carase orm ‘Franc Pe quensrcutan ‘Test None, Esa Zens | Fernando Mora, Francisco Pérez Carballo o al minero sin nombre de Villabino fusilado en presencia de sus hijos que, como tantos otras, engrosan la injsta rlacion de pre teridos cle nuestra guerra civil? He rescatado historias para no domnir de obras actuales y de muchas que-no se editan desde ha ce mri de 60 afos, algunas de las uales se publicaron durante la guerra fuera de Espaia, en ME 0, Cuba o Francia, Los HORRORES DE LA GUERRA Civ. JRE king BP Naser, modelo Imettos,acabo sin pda jda de casi todos los in silados durante pisonadora de 3, tefidas vsceras si se dis- paraba a s6lo diez o veinte metros de distancia de ls victimas, cuan dos aleance efcaz era de casi dos kilomettos. Podia efectuar hasta cinco disparossin neoesidad de vol vera carzarse, Para los fusileros de uno yotro bando era cémoda pues tenga poco retroceso y permitia realizar numerosas descargas sin uel hombro apenas se resintie. radelos culatazos, Su proyectil era un verdadero diablocaleanzaba, recién salido del eaién, tma velocidad de 700 me- tros por segundo, Teniendo en ‘euenia que la velocidad letal de un cartucho se estima en 122 metros porsegundo, puede explicarse el estado en que quedaban los cuer- pos después de que el peloton de ejecucion actnase: rostros dest. surados en el mejor de los casos, Crineos desprovistos de la tapa de Jos ses0s, y éstos desparramados como lombrices por el suelo, vs bles boquetes de entrada y salida de bala en cuerpo y extremidade AAlos que sobrevivian milagrosa mente al fusilamiento, se les r mataba en la cabeza con el iro de ane Noeralo mismo srs lado porun peloién militar tras un consejo de guerra, que por otro ‘compuesto de milcianos, Los pri- mero al fnyyaleabo, seguian unas morn y fan certeros a hore tendian de reglamentosytenian peor punteria, dejando moribun- dasmuchas yeees a ss vitimas cundos no en: EE Linegauetin Oviedo er ec Emo dela ferocidad: su maciza cuaia se convertia en una aplastante ‘raza que deformaba los rostros 0 Aescoyuntaba los huesos, Permitia | Todos en manos del peloton Los constantesfusla- miontos conviieron el mosquetén Mauser, usado por ambos ban dos, en un objeto cot dian, Para los mim: bos del peloton resu- taba cémodo pues tenia poco retroceso y petmita realizar nu- tmerosas descargas ‘sin que el hombro se resintiese. Aiba, un grupo de micianos poe low pe lex tremo de su bocachsa con la que diaacuchllasea as itis, Colocarse delante del peloton con una fila de mosquetones apun- tando era casi peor que la misma muerte Algunos testimonios ficos conservados hoy muestran las desencajadas facciones de los infelices camino del cadalso, Mi as de pavor que servfan de es timalo a los asesinos para tortu- rarles hasta el ultimo instante de suis vidas haciéndoles cree, ave es, que iban a fusilarles. La mas ccarada dramética concluia cuan- ddo bajaban las armas y refan sa tisfechos por su macabro juego, FE usilarlleg6 a ser tan cotidiano enla guerra civil espaniola como despertarse de madnugada con una pesadilla o el tronar de un bom: hardeo, Desde el inicio tienda, los ‘paseos’ se industrial zaron, comvirti¢ndase en aterrado- ras “sacas'-Asesinatos en masa de ppresos, una vez sacados, de ah su nombre, de las cérceles, Las auto- ridades del Frente Popular anula El fusil destrozaba huesos, piel y visceras si se disparaba a menos de ronel poder delosfuncionaris del Cuerpo de Prisionessusiuvéndo- lospormilcianosarmados, Los r= sfamentos penitencaros se reem- n por el critrio particular 3 miliianos que prokibian las Visitas de familiares amenaza- ban alos presos en cualquier mo- ‘mento, En cada cenro de detencion se constitu un comité con repre sentantes de todos os partidos sin dicatos que encomencakan el sme nero ales iis Las i Geles eran un purgatoro que casi siempre, acababa enol inferno. Mauser era un arma letal que Terror en ta retaguardia ANlado, ura mujer su hijo refugia- e en los nautra J os son los primeros en abandonar el barco. Pe- To no es menos cierto que a mu- ‘chos de ellos tambien se los aca- baa tragando cl océano. Algo pare- en las guerras, Las re son incluso mas cru les que el frente, porque en ellas mueren s6lo inocentes, La gue. rracivil fue un Alas mujeres se les rapaba la cabeza o se las desnudaba en publico. Muchas fueron violadas y torturadas eer meio itr de aceite de icin pa que no pudieran controlar sus ne- cesidades euando eran pastadas co- moanimalesde declararanen ss popullares del ban tnibun publicano. Algunas eran violadas Por decenas de facinerosos en cues tion de horas, Haba madres que si frian la amputacion de ambos pe ign con hojas de mach olina en sus ¢ as mujeres que lo cra a barbar daban viudas, con hijos pequetos | ‘su cargo, tenian que buscarsela | Sacarlos adelante, Sisu ppenu pueblos e redu- dades las jovenes buscaban em- pleo en el servicio doméstico, en {bricas, o incluso en la prostitu- cin. El papel dela mujer antes y después del 18 de jul cambié por comple Tas mujeres de la retag nacional arimaron el hombro p apoyo a la causa por Fa gue sus maridos se mataban en el frente, Desempeniaron | das o uniformes, cosiendo, clabo | rando paquetes para los soldades, atendiendo los comedores Auxilio Social, o cuidando a her' dos en los hospitals. Icontrario que la mujer re- PA publicana, que defendia el amor libre y la emancipacién, la muy conservado- actividad politica corvia a c sobre todo de mujeres en las Ca sas del Pueblo donde las milicia fondos para la lucha o aban a simpatizantes Lalglesia, a chufla. taburla desde 4 alos obispos'ysacerdtesy, lo que 4 Gra poor, su persecuion y muerte, fen hecha en el band repubess sias del norte el Asia Me nreligiosa fue | se parcial aci- | afadin vil espaola, Uno de sus | panista nada principales estudiosos,An- | cal como St tonio Montero, arzobispo de Mé- | da ridaeBadajoz, sostiene que en da la historia universal de sia catdlica no hay un s toria de la Europa occidental, in dente, ni siquiera en las persecu- | cluidos ls episoios mais violentos cones r iad de la Revokicien francesa, que se terror de Neron, mediado el siglo | sald6 con mas de 2.000 martes, Tde muest toalose ul tienda civil fue el mayor en FE | propio Salvador de Madaria- bli jue “nadie con bue fey buena informacion puede iquiera poner en duda los horro- ‘lme- ro hecho de ser sicerdote para me recer pena de muerte’, Asi fue. Cen tenares de testimoni tadas, tanto por dec los mismos asesinos tal vez pudieron haber muerto al- | presenciales, como pot rededor de 150,000 cristianos re- | dentes hallados en los cadavere partidos por uninmenso tersitorio, |_muches de ellos fotografiados por La persecucion religiosa fue atroz: mas de 6.000 obispos, sacerdotes y monjas fueron asesinados Detengémonos, por ejemplo, en Valencia y su provincia, sin duda uno de los prin persecuicién, Al ispado, José Feno- llosa, le destrozaron por comple toelrostro. Al beneficiado de Martin, Enrique Gimeno An a, Inego lo degollaron, E! beneficiado de San Agustin, Vi sular duran En la diéce delos 140 que ter ales, lo mismo que Ja Alguerieta de Al: empezar la

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