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Desde la filosofia de Arist6teles y Platn sta ahora, el sentido de esta palabra ha variado a lo largo de los milenios y se tos de lo humano, pero en general es un con- ltico se representa con el signo de = y sirve para © autenticidad. Acta disciplina le corresponde el émbito singular de la identidad. ico comprende la investigacién de los procesos psico- luo y dado que la psique imprime una huella de singulari- ‘ada una de nuestras historias personales, la identidad en psicologfa se ianera en que sta se relaciona con fe supone que la de su propia identidad. ¥ el destino de la antropologfa y la identidad se encuentran fntima- dos, ya que el estudio del ser humano fundamenta su origen y desa- sica y el sentido de la identidad. De hecho, podriamos decir que logia no es més que el estudio del ejercicio humano de la identidad, icidad cotidiana y su acontecer tradicional. En la antropologia as de investigacién, como la arqueologta, la etnohistoria, investigacién, précticamente de la manera, mediante procesos complejos de identificacin, tropélogo puede identificar la raza, el sexo, la oral y algunos otros patrones culturales que tuvo S para que el antropélogo osibles causas de muerte de un duo, Pero de toda la informacién obtenida, los dos dltimos apartados son portantes, ya que permitirén precisar no s6lo la forma en que murié PAILS ANN Ge ANT G AN et EIT ‘Convencién Nacional Democrética en Chiapas individuo, sino que en el caso de un homicidio, la actividad laboral o cultura sujeto serdn fundamentales para poder encontrar al posible h La trama de la gran mayorfa de los episodios policiacos se desenvuelve en l plena identficacién cultural del cadéver y su homicida, lo mismo sucede entre el logo y las personas que ha de estudiar. A lo largo de las paginas o de la la convivimos con la victima y el homicida, con el antrop6logo y sus infor- ; mediante un juego dialéctico de intercambios simbélicos, averiguamos ¢ identificamos las relaciones sociales y a intimidad de los personajes. acién entre la antropol proceder de un lad de comunicacién simbélica existente entre igadores y las personas investigadas. simbélicos se suceden unos a otros, dada la percepcién del 1ofisico y social; por esta razén es que un buen antropélogo y lahistoria, todo e DEED Rh ED ptt ph ph hecho, podriamos decir que Arthur C. Doyle, creador del famoso Sherlock cra no s6lo un excelente escritor sino que tenfa bastante exaltado el lo fino de la percepeién antropoldgica. Cuestién nada casual si tomamos cuenta que Doyle era médico y escritor de novelas hist6ricas. Estos atribu- (08 cteativos y profesionales le permitieron cumplir un requ identificarse atin mas como un excelente antrop6logo; esta habi 1 su favor fue la capacidad de tener una buena escritura. Mediante estos cuatro requisitos: tiempo, espacio, determinantes culturales y c cierrael eitculo hermenéutico' de la antropologia y la identificacién, La plena reconstrucci6n de los hechos, de lo sucedido antes y después de la © desaparicién de los individuos, comprende Ia identificacién precisa *mpo, un espacio y un accionar cultural, identificaci6n triple que se rediante los s{mbolos, letras e imagenes, materia prima de la cons del ser. bolo es el vinculo entre el pasado muerto y el presente vivido. Al de representar algo ese algo ya se perdié en el flujo del acontecer Las experiencias humanas de la historia forman parte de la oscu- pasado, pero son representables mediante los sfmbolos. Estos son el inserta al ser humano en su universalidad mundana, su particulari- ural y su individualidad personal ‘mente humana no es un érgano que se Ilene de simbolos y que al te a un referente empirico reconoce las figuras simbélicas que ya la memoria; la conexién entre el sujeto y su mundo no se resuelve }0 de representacién porque no a todo estimulo le corresponde un mnereto y los procesos légicos y abstractos de la mente funcionan idad de sfmbolo alguno. instrumento del ser humano inquisitivo, es una habilidad, una «que est en constante resolucién de problemas, evocando ro del desorden, Es una estructura abierta a la realidad que opera BAND GAN, Ge AUD ID Ge ANN Janera emergente, de tal modo que ante determinado estfmulo acta, pero partir de un conjunto de simbolos sino s6lo a partir de un trasfondo de imprensi6n culturalmente determinado.? Por esto que detective y antrop6logo trabajan con restos, con fragmentos waci6n cultural, simbolos disconexos que les permiten empezar a tra- comprender las situaciones a partir de las cuales se ha de reconstruir un capacidad de potencializar el sentido de las cosas es la caracteristi- imbolo, y ya que todo ser humano es un reproductor simb6li- antropélogo ha de interpretar mediante simbolos escritos los simbolos ros han hecho suyos, identificacién simbélica tampoco es una mera sumatoria de los mismos, ‘odo es més que la suma de las partes, por esto su decodificacién depende de ‘ones complejas dadas entre la percepci6n y la interpretacién, Ambas son lades mentales que ponen en juego las combinaciones posibles que resul- de la relacién entre los mbitos mentales de lo légico y lo instin e conereto y lo trascendental abstracto. percepcién es una cualidad mental que permite al individuo dar cuenta indo que le rodea —es decir, de fenémenos aprehensibles por medio de directa—; es el primer enlace entre los sentidos y la mente abs- modo, la percepcién es el primer reconocimient imiento y accién que dependen de la apertura hi la identificacion simbélica no resulta de un mero reflejo de la percep- tenedora de lo real, sino que a ésta ha de sumarse otro proceso mei *jercicio pleno de conjugaci6n entre la percepcién y los ni jos de la mente, que son aq PON RSET ER EPP SED EP idad alguna por imitacién, sino les de emergencia mental jente reporte de un experimento realizado en los laborato- logfa de la Universidad Nacional AutGnoma de México: Los resultados muestran que las operaciones cerebrales... relacionadas con mnacién de significado a un estimulo... ocurren entre los 100 y 300 rrosegundos después de Ia presentacién de un estimulo.‘ spretacién puede durar estos microsegundos o toda una vida, lo ie de las intenciones y necesidades del sujeto, de sus deseos y posi- reales. mutua dependencia estén la primera impresién, el sentido comiin coti~ ‘va en que el individuo pueda poseer las capacidades teéricas y ns necesarias para el ejercicio de la identificacién. jd el proceder del hombre de ciencia que intenta recons- as personas y de sus actos para dar cuenta de lo verdade~ sme, mejor conocido como Nostradamus, destacado as- profetizé la muerte y la desgracia de la familia lectura de los simboios estelares y onfricos. De fa que el médico que s6lo a partir de los sintomas corporales del ‘onoce la enfermedad, el antroplogo puede reconstruir la forma en mastodonte fue acorralado y muerto por un grupo de cazadores- ‘una cacerfa de mamuts, sucedida hace ya més de 12,000 afios, inuneia fa muerte, la percepeién det ‘emplea todo un discurso mitico para su identificacién; per PANN GAIN GA AED G AND Ge AINE luo que percibe conoce de manera prictica el discurso interpretativo, decir que el mismo que percibe es el que interpreta. Ambas fu ‘mente pueden complementarse 0 no, ya que poseen cierta autonomfa. ta ambigiiedad de identidad entre la percepci6n y la interpretaci6n posi- ia existencia de la mentira y la ilusién, de los llamados fantasmas menta- unbién son una parte muy importante de la ideologia y que por lo o entran, por oposicién complementaria, en relaci6n directa con todo pro- jentidad cultural a en beneficio del reconocimiento de j por ende, més reales.* ruido dentro del sistema de identidad existe como necesidad intrinseca ien este espacio de tergiversacién de la reali- rpretativa de la percepcién, puede degene- y violencia sin control, también ps Ja superacién hacia la ia del caos, del desorden, del error y el infortunio. La negacién de i es el motor del orden siempre proveniente del desorden, de la sabi- jente de la ignorancia, de la verdad que deriva de la mentira. can, hablar de la identidad de los individuos significa definir lo que de ellos y que, a su vez, los determina como tales; esto es, Jo pane, simplemente, TPE EP ONT EP EER Eh CAND GANT GAIT G AND GAIT | reconocimiento de la alienacién dada por la indetermin ‘siempre es una presencia que permanece ausente- supone las crisis de iaci6n fundantes del ser humano y de su historia cultural, porque el 4p solo puede ser distinguiéndose de los Otros. En este sentido, entender la -omplementaria entre el Yo y el Otro es fundamental para comprender i6n de identidad cultural. Proceso de identificacién que ahora sabemos sun proceso correlativo de distincién. imaginario, lo real y el vinculo entre ambos, Io simb6li ‘permanece entonces entre la percepci6n significante de to real cién imaginativa, atribuidora de significados. En este sentido, Lacan profundiza en los mecanismos que constituyen la \dividuo, pasando de las luminosas generalidades de Freud hasta lentidad cultural, al igual que la del individuo, se desarrolla no s6lo de consciente y calculada, como la programacién mensual del canto del wacional en todas las escuelas, sino por el permanente deseo" insatisfe- poseer lo Orro, Para construir su identidad, el ser humano predominan- pprocesa de manera inconsciente todos los procesos de identificacién. inconsciente -es decir, sin darse cuenta de manera clara, precisa y /a~ porque el ser humano construye la identidad de su persona y de su mediante la relacién del Yo, el Super yo y el Ideal del yo. yecesaria, ya que el Yo in; y segundo, esta alienacién, este dejar de ser la agresin que de manera latente mantiene Otro para su plena identific Yo, implica el momento original en sf la destruccién y el suicidio, do al gran pilar de la filosofia fenomenol6gica, Hegel. quien desde el xvitt advirti6 que la historia certera del ser humano est4 en su propio movi- uper yo es el conjunto de ideas, valores y creencias que tenemos acerca debe ser; es el censor moral que nos obliga a actuar de cierta forma y ‘a. El Ideal del yo es el conjunto de ideales y valores que expresan ra el Yo que fueran las cosas; es la satisfaccién nto, el ser es uno en sf, pero al verse a sf mismo también es para sy para de la separacién complementaria entre el ser en si y el para sf. En pocas pala- bras, la identidad se construye en relaci6n con la ottedad, pues el para sf suce- fceversa. Por ende, la identidad de un individuo o de un grupo social esté en continua construccién, misma que se logra a partir de su relacién. con el Otro, al que necesariamente se entrega. el juego de la distincion y «todo juicio cultural acerca de la identidad propia y ajena. trabajo del antropélogo es tomar conciencia de esto, afinando tanto la Elproceso de neyacién dela unidad como requ Te permita comprender su entomo como su se '0 podemos cerrarel cfrculo hermenéutico del antrop6logo sin reparar |a idemtificacién simbélica entrafia siempre una dialéctica doble. ta revenue pranec asin, et a re peer ADE eg pe hs CPR SD Py En el trabajo del investigador de la cultura sucede un didlogo informaci ar el didlogo para que la Orredad cultural se manifieste como es id, Pero al mismo tiempo o después, se sucede otro didlogo entre el dor y su academia, sus oyentes 0 lectores. Un pasaje de la vida del famoso detective Sherlock Holmes nos represe diestramente la naturaleza féctica de esto: —Tiene razén, Pero lo seguro es que de cualquier modo harén preguntas, ner preparadas las respuestas.. {Qué dird usted, ie y emprendedor... le pregunte cusiles fueron: ‘puesto usted un registro? Primero les mostraré cémo se hizo, y luego les daré Ia explicacién qui les debe... Pero ante todo quisiera introducirles a la mentalidad de ese hot una mentalidad sumamente inusual...anto que creo su destino serd xlemo... Exa un miserable avaro que habia hecho tan desgraciada a con sus mezquindades que la habfa convertido en presa fécil para ch snlurero... Como todos los avaros, era celoso, y sus celos se convil s representativa de lo anterior pero no es fécil incluirla como pi \men profesional de antropologta, debido a que éste no puede util NEG AND GANT G IN Ge IY “antropolégico, la identidad y su proceso de identificacién siempre interior del didlogo dado entre la identidad mento del trabajo de campo en que el antropélogo provoca que el ntidad en sf de la para poder percibir e interpretar la diferencia cultural sun proceso inverso al momento de la del trabajo de gabinete. En este segundo momento nuestras per- terpretaciones del otro se deben incluir de la manera més precisa nderla desde nuestros propios esquemas de rea cesta primera presentacién del proceso de identificacién como identidad es una tal que sirve para referir la realidad que re- identificacién. Mismo proceso que resulta de diversidad y la diferencia, asf como de la entre lo que debe ser, lo que se quiere que sea y lo que 1 camino para que la antropologta pudiera llegar a estas conclusiones han tenido que pasar mas de 2000 afios y atin vemos que grandes complejizacién de Ia identidad desde el interior de la academia jica y de sus antecedentes. TD Reet Den gp Pr he nb, CN Ge IN Ge ING EN Ge ID Iberian cunturaL thjiieras y poder en manos de los reinos absolutistas y colonialistas que tras la _thlila det Imperio Romano de te se refugiaron bajo la potestad moral y -a de la iglesia catélica. Dicha institucién se presentaba como posce- a verdad universal y financiaba e impulsaba campafias de exterminio ‘odo esto con el fin de acabar con los grupos que no se aran con el catolicismo o cristianismo. Incluso al hacia una mayor complejidad en las relaciones humanas, lc sus fronteras los reinos catélicos celaban agriamente todo intento intentara desplazar del centro ala figura del Dios cristiano, Como ya se apunt6, cl concepto de identidad aparece entre los griegos del siglo v a.C.; aunue s6lo era un concepto de orden filosofico que posefan uno s sabios de la época y con el cual se pretendia referir las cualidades de materia Desde entonces hasta los si gran acumulacién originaria d iglos xv y xvi se da lo que se conoce como lia pital; es decir, la gran concentracién de ica, “nico lugar del saber verdadero”, hubo quienes se opusieron in marcadas y dolorosas las diferencias entre el conquistador y el ido.” 1s la lucha de Fray Crist6bal de las Casas, Obispo de la provincia ila, quien tras muchos afios de alegatos logré que aunque fuera en era el estatus de ser humano a los indigenas ya que, segiin colonizadores, no eran més que bestias del demonio, incapaces de , por ende, de poser el estado de gracia, por medio del cual Dios recibir a sus hijos cerca de su gloria eterna, TPES DES EP ER SED Et he cre6 el nombre de antropologfa y el jurisconsulto Maine, quien rastre6 el ori- ‘gen de Ia institucién familiar. También estén aqui el suizo Bachoffen, quien se interesa por los problemas demogréficos, el biélogo francés Lamarck y los también anglosajones, Spencer y Darwin. ‘Todos cllos fundadores del pensamiento moderno acerca de lo s ‘caban que todos los hombres son iguales, pero unos son mas evolucionados que ottos. Imaginaban e! desarrollo de la historia humana como un proceso lineal de seleccién natural en donde tas razas humanas més hi das se encontraban, gracias a su fuerza fisica y sus valores re las escalas superiores de la humanidad. Asf el raci icaba por una supuesta incapacidad natural y moral di para alcanzar la tradicién de la raza blanca en la linea evolutiva. Los que se adhieren a esta corriente de pensamiento suponen que las otras culturas, nor- ‘malmente aborigenes de los pafses colonizados, son la infancia del mundo. Han tenido que pasar més de dos mil afos de civilizacién para que la iden- tidad entre las culturas, en su asimetrfa ética de superiores e inferiores, yano se resuelva de manera vertical y brutalmente impositiva En la segunda mitad det siglo xix, aparecen otros de los grandes fundadores del pensamiento antropol6gico modemo, el francés Durkheim, padre de lo que denominé sociologfa, y los alemanes Marx y Engels, quienes crearon una filo= soffa de la historia denominada materialismo dialéctico o materialismo hist6ri- co; asf como Morgan, estadounidense cont i Si bien coinciden con el evolucionismo naturalista, lo apli i ‘mana ar la organizaciGn social de la economia y la politica como los) motores de la historia, én antropol6gica evolucionista que aiin es predominantemente rae cista y excluyente, se mantuyo muy arraigada hi época carecfa de lo que después La primera es que la anti Ja etnograffa, el trabajo de cant convertinfa en la raz6n mi CN GEN tN Get tN get ttt poy sv experiencia Fe cbtualsinstrumento esencial del antropélogo que s " cl estar allt, conviviendo con la Otredad, puede der. fran complejidad humana que poseen las cultura ajenas, ne Sentados ante robustos escritorios de roble y cuero en s i us C los evolucionistas escribfan acerca de mundos ex eae uuena temporada a Nueva Zelan lo que identificé como el métod o de verdad que otorg6 a la antropok cientffica, en biand, para ast pla la observacién participante, crit status metodol6gico de la ver Inque este método permitié dar cuenta de mej ds jor maner: lad ae Posten sistemas altemos de cultura, Ta identgad cu Hamente racist, pues bajo el espectro del deber sry e nie, el antropélogo se suponfa la autoridad maxima, Su 1 salvaje carece en absoluto de sobriedad mental lo completo, inmerso en un marco es focon piritual de carécter mistico. Inc: ule dn Gesapasionada y congruente, sin poder de abstracci6n,y aos oy ‘ulo de una “decidida aversion al raz ‘io alguno de la experiencia ni const ales leyes de In naturaleza, ¥ esté, sin remision y de onamiento”, no consigue extraer rair 0 comprender siquiera las més ‘ionalidad positiva, en verdad se seguta ; 7 seguta siendo evoluci \égrafo solitario era, sin més ni més, camptice leases ‘desu época, La méscara de inocencia del etndgrafo sol PPE er PR ns ger heh Pe objetiva, cémo algunos atin le llaman) apenas si escondfa su papel de perpetuar el control colonial de los pueblos y lugares di descripciones, estas culturas parecfan necesitar al progreso, clevacién econdmica y moral.'* Dentro de este esquema de monumentalidad funcional y supuesta objetivi- dad imparcial —derivada de un exceso de fe en Ia objetividad del hecho so propuesto por Durkheim— caben junto con Malinowski las escuelas del \ismo inglés, con Evans-Pritchard, Radeliffe-Brown y Edmund Leach a la cabeza; asf como la llamada escuela de Chicago de Robert Redfield y la escuela, también estadounidense, de los patrones culturales con Margaret Mead yy Ruth Benedict como méximas representantes. A partir de sus andlisis en campos exéticos de las islas del Pactfico Sur ‘Africa, el lejano Oriente, México y Guatemala, todos estos antropélogos soli~ tarios estén en este comin denominador de acumular una gran cantidad de datos, para luego clasificarlos como sistemas funcionales, pero abigarrados 0 sgrotescos. De esta manera se representaban los sistemas de parentesco, politi- co, mégico-teligioso, sexual, econdmico, etc., como inferiores, salvajes, irracionales, depredadores del medio ambiente, belicosos, esquizofrénicos, avaros, desnutridos, represores de lo sexual... entre otras muchas formas sit milares de calificacién. Lo anterior responde a dos circunstancias basicas: el conflicto y las contradicciones inherentes a dichas clasificaciones y Ia falta de agudeza intelectual de los investigadores. Ha tenido que pasar otro fendmeno en el mundo real de las relaciones, interculturales para que los antropélogos rompan con los supuestos ideol6gi- os de Ia superioridad cultural de Occidente, periodo que en Europa y Estados Unidos abarca més o menos de 1920 a 1971, pero que en América Latina, jjustamente por ser territorio colonizado y no colonizador, ain subsiste entre algunas escuelas de antropologfa. ‘Muchos de los paises colonizados por Europa en Africa y Oriente, se rebe= laron en contra del yugo imperialista que los oprimfa, demostrando, como @n CAN GANT GANT Ct EN Get ANT 10 de Fanon y Los condenados de la tien opresion distrzada del pateraliomo poteccomeenns Geen ‘cesidades basicas, ni siquiera su i lad més civilizada, Este cambio en las relaci . n las relaciones entre los pafses colonizado: inifie6 un cambio en las relacionesinterculturalesy, por end ei nconore ; Papel de los estados n vonentes étnicos.'® Crisis tone palica que ha exacerbado rencia alos procesos de identfcacin cultura, PNAS lonista que tan sél¢ ral come una ‘oid cemada que noc ’s estados colonizadores promovfan una ; De esta manera, pretendfan ‘imponer una, sando por encima de las diferencias culturales, Pero en eve ot extemo, ln otedad colonzada ya poseedora de os ise beta, via mestizajeo imporacién ideolGgica, y dels armas eon las icar dichos discursos, se aferr6 . ne cn beneficio dela fraccionalidad éinica, a la idea del separatismo nacior ‘del pensamiento lacaniano tendrfa que esperar has- ios de los 90, fecha en que emerge “onocida como posmodemismo—es decir, mas rizada porel reconocimiento del fracaso del pro- TERE DE TPE ESE PE BETES de la modemidad, Dicho proyecto supone que gracias a los inismo de libertad ¢ igualdad, la redenci6n y la trascendencia es algo alcanzable. El reconocimiento de que en el siglo xx han ocurrido dos Ja aceptacién del fracaso de las gran mayorfa pari la familia como regulador crisis ideolégica que exige cl replanteamiento de toda expectativa y a partir de esto, de toda la visi6n hist6rica que hasta ahora habfamos contemplado. imos 50 afios hemos experimen- fas comunicacionales. La expan- ‘mass media y de la informatica, los espacios entre imanos como nunca antes. Ahora, el tural es casi una realidad universal. No hay otredad universal. El proyecto de otredad que se daba en la antropo- | logfa se acabé, porque nosotros ya somos los otros para otros. La otredad yaes Jos antropélogos mantenemos el didlogo intercultural yuc después ha de interpretarse segin los dental, sino como parte integrante de los resul- igacin. 5 de esto son los métodos de la dial6gica de fonia cultural de Bajtin y la critica a as formas de conocimien= 10s por escribir acerca de seminarios y dindmicas de grupo entre nativos, pro ‘movidos por académicos seguidores de Geertz y Clifford."* CAND GC ANT GAIT G AND Ge AND te tarsal cultural ahora exige ser vista como coparticipe del discur- igico, Hempo que demanda una crea al interior del “dente. Compartir los problemas y los cu ints an emi cara eas ovale epee des inde identidad, de lo que somos como especie universal, como parti cultural y como sujetos individuales. iniaind BrnuiocRavia BRUNO, G., Munpo, macia ¥ meMoRiA, Baxcrtona, 1982, Ep. Taurus, CLIFFORD, J., Sosee 14 autora exvocrdrica EN EL SURGIMIENTO DE LA ANTROPOLOGIA POSMODERNA, Ep. Gupisa, México DE, 1991. 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TA ANTROPOLOGIA DEL COMPORTAMIENTO XABIER LizaRRAGA CRUCHAGA ‘AvTRO#6L0G0 Fisico DEL DIRECCION ue ANTROROLOGIA FISICA DEL Insrrruro NacioNAL De ANTROFOLOGtA & Hisvoai I ser humano es, probablemente, la especie anit dado que, por un lado, implica un nocer que el primate sapiens (en tanto que organismo ubierto generador de nuevos sistemas igualmente abiertos. ‘ya que a todo ello debemos aftadir que se trata de un (con una compleja y dinémica estructura ps cultural. Una realidad, por otra parte, en devenir evol 0 y ontogenético (llamémosle, si se quiere, biogréfico). Aspectd de suma importancia, dado que el caréctet al método? y tratar con la comp! témicos que interactian y se permean biol6gico, uno psicolégico, otro social y uno més cultural APRENDER-COMPRENDER LA ANTROPOLOGIA RAFAEL PEREZ TAYLOR, ET. AL PRIMERA EDICION, MEXICO, 2000 COMPANTA EI

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