Segn una historia de Ryutaji, haba un experto en el
I-Ching en la regin de Kamigata. Habra dicho que, incluso tratndose de un sacerdote, es intil dar una posicin a un hombre antes de los cuarenta aos, por la buena razn de que hasta entonces comete numerosos errores. Confucio no fue el nico que tuvo el espritu sereno despus de los cuarenta aos. Hasta esa edad, tanto el sabio como el insensato han acumulado numerosas experiencias formadoras y luego cesan de estar indecisos frente a la existencia. En lo que concierne al valor marcial, es ms meritorio morir por su amo que matar a un enemigo. Es en este sentido que se puede comprender la devocin de Sato Tsugunobu. Cuando yo era joven, tena un diario de lamentaciones en el cual mencionaba da tras da mis errores. Pero no pasaba un solo da sin que yo tuviera que abrirlo veinte o treinta veces. Es as como acab realizando que siempre sera as y decid abandonarlo. Hoy en da, cuando medito, antes de irme a dormir, sobre la jornada transcurrida, no hay un da en el cual yo no haya cometido algn fallo de palabra o de accin. Vivir sin cometer errores es casi imposible, pero los intelectuales distan mucho de admitirlo. Cuando se lee un texto en voz alta, hay que hacerlo con el vientre. Cuando se lee con la boca y la garganta, uno se cansa deprisa. Esto es una enseanza de Nakamo Shikibu. Lo que se llama generosidad es realmente compasin. En el Shinei est escrito: Mirando con el ojo de la compasin, no hay nadie que no merezca ser amado.