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INTRODUCCION 0. Entre la Teorfa de la la Literatura y la Poética general 1.1. Sosne rx estarvTo cEwrico DE LA TroRtA Lrenania 11.1, Balance metodoliico de la Teoria Litraria moderna. El punto de partida: sna actualidad confictioa La historia del pensamiento cientifico y de su progresién offece a través de todas las edades una situacién invariablemente eritica. En ciencia la estabilidad de cual. uier logro momenténco, la prolongacién dogmética de una idea fija, encubre co- suinmente una falacia, una simplificacién, 0 bien evidencia un momento de agota: “Tent Ts fereasceativas del epntuEn el caso delat leas sob Ib literatura, ‘y mis globalmente de los juicios estticos sobre la naturaleza de los fenémenos arts. {acos, esa fisonomia general del sistema cientiico se agudiza y desmesura. La natura leza telativamente sabstractay ¢ mobjetvvable de muchos de los factores, subjetivos y cbjtivos, implicados en la especulacin te6rica sobre los fendmenos estéticos, artis ticos, poéticos y literatios, se presta seguramente a una dispersiGn mis amplia y dis- cordante de las opiniones. Muchas de ellas son fruto, en buena parte, de actitudes ‘mis emocionales que disciplinadamente racionales o racionalizables, Pero en el dia de hoy estas caracteristicas comunes de las cienciasestéticas y lite ranas en toda época se extreman y agudizan. Fs absoluta la oposicin incluso de al unas dea actuales as ticionales ; i Lilien la razén de a.del arte verbal. Asi en los Estados Unidos una tendencia di Rundida y prestigiosa hasta hace poco, el deconstruc arte de la negacion radi- cal del significado de los textos verbales y en co ilo posters y Reta {H Bloom y otos, 1979; Ch. Nomi 1982; 1983 M Ferrans, 1984; W. Matin, 1984), Esto es, se niega I licitud de atribuir un significado universal y objetivable a fos tex tos analizados. “ nl = — Uno de fos clementos mis importantes|en las crisis actuales de la Teoria liter: me parece que es la innegable desproporcién entre los adelantos formals ck tica moderna en el conoci ie oe ee ‘en contraste con ‘muy inferior de conocimientos y de experienci a jaa 0 esticasconsttivs del te “cuales son decssvas para las propiedadtes de literaredad o de poetcidad que sé leat aven, Sin embargo tal desproporciin no debe gravar en modo alguno, a mi yuicio, a auienes han contribuido esforzadamente a que se ders. Por eso vvaloramos més el culo de Dolezel (1979, pigs 521530) que laimpaciencia Des devan Dik 1979, pigs 571-577) la hora del balance. En ef siglo las varias escuelas y modula (779 FIP formalism entico —desde el orignal enémeno ruso a los mis recienies coe malismos estructuralista y semuol6gico, sin olvidar ls estilisticas ewoPet ¥ peOvpeana— han aportado un Conjunto muy rico de categoria y estraee analiti ral manera que esta css por desproporcién, debida al sobreesfuerz0 06 lases: ucla Formalistas, debe ser juzgada en todo caso como una i des i (A Garcia Berio, 1972). = 1 El segundo factor que incide en la acualidad problemétics de Ia eritica, puede ‘tribuirse a la reciente tendencia a privilegiar el esp veptor, Las llamadas or gunalesen tal sentido —quiz4 poco recordadas = de un grupo de criticos anglosajo- Bnaline los que destaca la experiencia de TS. Eliot, tuvieron en su momen la aes er azonable de reclamar atencion sobre una importante omisi6n sistemética {rs fustoriograiaiteraria, Lo problemitico en todos estos casos consiste SePIG ‘hi juicio,en la parializacin radical cas inevitable de las propuestas epigonales. ma Miendo a correpr a veces razonablemente un extremismo o una eafendat fee Fometindo clas mismas la exageracin contrana. El sefalamiento critico del espa pan Jel receptor y su importancia en la constitucion del significado literario es en si mismo comrectisimo, muy onginal y necesafio, Figurss ta. ‘nobles del postestructura fimo como R. Barthes (1970a, 1975) 0 U Eco (1979) lo han popularizado desde sus brillantes paradojas; y Ta escuela alemana de Ta recepcién con W Iser (1972, 1976) y EER Jaus (1967, 1977 ha contibuido a vertebralo definiivamenis oF le de- a arssnicol Peo los excesos de entuiasmo en la defensa de larecepcidn, uunidos saree propensién a no controlar sus exralimitaciones talstas hasta las aporias ttépicas, cz que han legado a desgastardristcamente el crédito critico de estas teo- ae de tal mantra que hoy es necesario adoptar precauciones pa‘ PO dejarse arras: rar por alguna de sus numerosas propuestas deformadas y cextremistas.. Bor aera a erica tuene actualmente muy bien trazados algunos de ss HH ranea: Por exe lado, que representa sobre todo el andi estructural del ‘material lin gfistico de los textos, la criss puede configurarse como una situacion de desintrés y St de ouncia, que se resist a seguir profundizando en aspectos ya relaivameh e mandanios y de pormenor, mientras se desatienden e ignoran otros consityy it te fandamentales del fenémeno literano. De otra parte 1a apertura saludable hacia Invertente receptor, en los casos en que se desinteresaextremosanets del sentido reer acgn creativaautortexto, se condena a una inevitable devaluscién ide multiplicar lecturas sin admitir controles de co- pondiendo en la prictica un abandono de la aida nunca podri competir con el inte: mr elon one ls complejidad constitutva de los grandes textos atoncos de todos Jos tempos, y tanto mis desde la disolueén de cBdigos sgifiatvos iniciada por la Jiteratura modema, deja un espacio Fluctuante en la fijaciOn del significado, que ep ‘ocastones garantiza y legitima ciertos margenes de ‘oscilacion interpretativa. Ante la aes bcr o de muchos poetas de nuestro entorno hubiual— ctemos a Ysiene ra de Joye octiguee como ejemplos adecuados—, ls imites dela nteptetacién 2 yy de laatribucién de sentido han fo sin duda la amplitud de la ambigitedad de la libertad relativa de la resp eal Esto es un hee Ee nee ob ee ae Se puede concede simi a segundo espacio, digamosjnstionl 2 h licién critica de la curiosidad por Gentes secre ativa legitimacion _ peemolens (© actual a las pretensiones de a ‘quasi-artistica de la escritura ea ¥ del diseurso caprichoso y calculadamente independiente de los lector, has aan esque hace poco tiempo hubieran sido descaificados como extravagancias, fo simplemente como aberraciones y sin objeto. — Tee cata stuacin, sin embargo, me parece que conviene ya que cada uno tome s= mamente an cuenta la condicion comtinmente arificiosa de los pronunciamiensos “ids propedeiiticos y-simplistas —en pro o en (F, Martinez Bona, 1992, pass ‘na 176). En lo que a mi mismo respecta, no sé cudntas veces ey falta see rete fe, para que se tomen en cuenta, ms pronunciamientos ‘sobre la legitimidad y la uti-_ Jidad de los factores cree ia ‘para. Se eaode las operaciones. ccritico-tedric ¢ que se organice defintivamente la conciencia de. fa ‘Creo que sobre eso llevo escrito seguramente ‘como cualquiera de Tnuuchos afios (A. Garcia Berno, 1973). Precisamente por Sto, lo que estoy acostumbrado ya a reconocer con failidad son las supercherlas, los _ falsos problemas y las exageraciones inrealistas. dems, la critica litraria tiene ain en este momento decisivo espacios por 1629 srery por aclrar en la estructura de los fendmenos literanos. La poética de# Teel ‘hon tiene el mérito, como he dicho antes, de haber rssmpletado a dso del el disefi er io autor/texto/receptor, que es dor e se produce el significado de la obra| fiterana. ‘Ese espacio global de lasigmificacin general y estética se identifica mediante comen-, xr la mediaci6n del texto. La ‘comunicacién del autor con los significado esttico es posible sobre todo porque existe tm “sc naturaleza homogénea que recorren, através del esquema material del tex: — ‘espacio: wee ‘de la comunicacién literaria y artistica en general (A. Garcia 19, 1985, 1987). Aparece por tanto la necesana profundi ‘en el componen- ‘te psicoldgico de la actividad imaginaria Tapas ‘un dominio de ex- “plain todavia abierto a la investigaci6n lteraria. TL parterpaciony la comumicacion sicolégicasenlos process artitices ean ‘entendimiento en secuencias miticas, que manipulan y ‘combinan simbolos y arque: '* ‘Gpos antropoldgicé-fantisticos. Estos se revelan. como mnstrumentcs tuniversalizables = Bela representaci6n imaginaria del mundo por el hombre. A st ‘yer los simbolos son s seminticas alojadas en ritmos de espacializacién, segin Tos cuales el poe Sri cuadroo el edificio producer el entendimiento entre emisoresy receptors 2 “pela base de unas coordenadas esenciales de oventacin antropologicoespacial. Ar ‘ular los inventarios conocidos de simbolos y los de esquemas de espacializacion 2B fantistica correspondientes, son las tareas de ensanchamiento del conocimiento cons: “Gente del texto artstico que me parecen mas urgentes, segin el orden de mi particu lar experiencia. squemas resultantes de las figuras de la imaginacién offecen una llamativa idad al inventario de Fanciones de la gramatica y de las figuras de la etérica, Sue tal vez pueda sorprender a muchos, creyendo que hemos empezado por un ft hal que nos haya predeterminado la libertad y la pureza del camino. No es desde luego asi. De Man (1975) para sefialar el limite viciado, y Genette (1966; 1968; 196; 1972) para ilustrar el correlato conceptual del trayecto universalizado, han emplaza do la figura en el centro de las atenciones de la critica. Los «esquemata» de esta nue ‘va Ret6tica, en sus canteras no muy diferentes tampoco de la antigua, no son sin em- bargolla12z6n tltima del universal literario, ino sus {Srmulas y correlatos en todo 250. [as indicaciones anteriores sobre «exploracién» y sensanchamiento» de las expec: tativas critics, al proponer el cotejo permanente del esquema textualinmanente con siones psicolbgicas y antropoldgicas imaginarias, disenia un mecanismo.de Ava me parece que deben acogerse los desarrollos futuros de la analitica terario-textual para llegar a formar una estética mds ambiciosa y satifactoria de las formas literarias. Pero todos estos saltos proyectivos en la estructura general del cono- ‘imiento literario, que creo que se presentan hoy como medida necesaria del progre So, constituyen tambien tareas en su mayoria atin escasamente perfiladas y por tanto Costosas. Llenar esas difciles carencias, como objetivo, ¢s a mi juicio el factor traba- joso, que crea las vacilacionese incertidumbres que contribuyen tambien a caracteri- zar actualmente la crisis critica, Parece, en fin, que la estética literaria y la poesia cumplen su funcién corroboran- do la existencia y operatividad de universales estétcos, aienos en cuanto tales a cual- _quier forma azarosa de convencionalismo o de consenso puramente social. El efecto ‘stético es esencialmente el resultado de que se cumpla un sistema de convergencias tniversales, cuya consecuencia en el Ambito de la comunicacién aristica se instaura sobre el texto. Descubrir y explicar los contenidos y mecanismos textuales, inmanen- ©" fesasu esquema material y que lo trascienden en sus espacios aledatios dela produc weit® Gon y la recepcién del sentido, es a mi juicio, como siempre, la tarea actual de la ettica. ce {oy es preciso restaurar el sentido del trabajo itil de la hermenéutica literaria de- ) sestabilizado y desorientado en el decenio postmodemo de los ochenta por las mo- das relativistas sobre el significado, que proyectaban con demasiada generalidad extra: polaciones imesponsables de una legitima teoria de a lectura, En mayor medida ain Es necesario, en consecuencia |desactivar el tremendismo de la deconstruccién sobre [a utopia constitutiva del lenguaje. En el fondo todo ello no tiene que ver casi nada = sobre todo casi nada ttil— con la literatura. Pero conviene hacerlo especialmen- te sin incurtir de nuevo en otros bandazos gratuitos. Pasada ya de moda y con menos riesgos de provocar extremismos superficales, la deconstruccién critica debe ser cu ‘pt (dadosamente atendida en su riqueza de dilucidacién. Gozar de a literatura y del arte, 2 ela gran literatura y del gran arte sobre todo, es una necesidad universal y eterna del [hombre. Contribuir a expicary a aproximar, incluso desde muchas limitaciones y ‘provisionalidades reconocidas, las razones de esa necesidad y sus fundamentos hist6- ticos y universales, poéticos y antropolgico-estéticos, de manera que la exigencia.co- _min de racionalidad que ha de presi todo debate intelectual, no se extreme y es 24 seilice-es res demuteds aio de chemists joe ode paris her rmersbatice, ambos is “absets exitce de a aor (E Pavel 1866 (Pe va ve 88. Tessas rede onmotimpe ba tara mero Is Te Es ‘Abierta hacia eLfinal de un milemso. con s¥ obligada necesidad de sintesis y Bas Jances, la Teoria de la liter. Je un ms de dare por tate lade profundizat of _scperacin ya coms je sus contenidos doctrinales} ‘constituir una gramst Sy cay uma ieee ‘Testilo literario y poético, prof dizar y dotar de content oar nen’ “Gopologica actual. ala. teria de [aman oer anstica, explicit Is bases de un SSL “Historia dela stertextuiad Kner “Tareas bien delimitadas y reconoibles = a heredad en unos casos difieilmente ‘asumible con fidelidad y coms ae cicas en su vast extension Y Sus PEESPESNT renovadoras, a a luz de ls plete mde ls ciencias conexas yen geneal dE ‘conciencia avanzada de cra, Porque éste de la modemidad, el proceso revolucionano sucesor del paradise nada, Port longado hacia el cee del siglo ¥ 4) ‘nilenio una vez ttanscurtida ac pstmoderna, cx el espiia que meer recpnert 7 mismo en la sintesis © snfletones y de contends que consutuyen ett "eorka de la Literatura 012. aaa lia con cin ele aie i 2 eae ica romantica dela smaggnacion subline brews “La Poénca, primer desaroll hstonco altemativa actual de una eosa dea can PpuTetsnugua, que tiene su ongen despues dela division clisica et disciplinas cientificas. En Grecia apare entre un conjunto de materia relatvas 2 Pee rign del discuso, en el tronco de ja Grams ‘ia Reténea y la Dialécuca. La ~ Retdnica era la ciencia “Gm que se ocupaba de las modalida | ses, jas x comuniea &i Dialéct sncia cuyo Conte sien i onda aa consttucion incectal ds Sm sus hablan de set sucesvamente estustuc VY texpresados por la Retbrict, Ta Poética aborda el estudio de una modalidad ‘especial del discurso ‘verbal, que €5 “Gscuso aristico 0 J. Murphy, ed. 1983). to sepresentaba un tecnicsmo para los ‘hablantes gnegos, como lo significa para no” no rep ectualmente, Poeica, como poesia ¥ Poe Slerivan de la raiz. gnega poten que ac den, teralmente Aristtees habla de a labor de los poetas como © Ar recion por excelencia ero eta indica eeena una de las mas exactas y ambicio- tn generat, de la significacion de Ia se seen cuenta que Aratotles ante (009 a filésofo.En el conyunto de su cobra fija su postura sobre la cueston, “fencamental de la Filosofia griega: et problema Ser conocsmento. En la Fisica la Metafiace ¥ ef 1 Organon sobre todo, describe la rm de experiencia que es posible para “tT hombre; mezcla de conocimiento sensible y racional, pasivo ¥ actv0. Es dec stl see. que aon CE “sible conectar su identidad,. su yo, con la reali xeral del mundo, cs ap, aalerdad como con i felo oto, delo 3} al yo, mediante ‘dl conocimiento. ® Ta posicion de Arstoteles por tanto Sealey opus, fente al seasvst “céptico filosifico y sofistico, que aafrmaba la imposibilidad humana de adquirir una | concepcion exact Ta realidad (S. H. Burtcher, 19555 C. F. Else, 1957). 26

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