Está en la página 1de 15
EXPLICADA A TODO EL MUNDO ROGER-POL DROIT CAPITULO 1 Las aventuras de una palabra —Extratia palabra, j«ética»! ¢De donde viene? Viene del griego érbos. Sin embargo, no creas que es fécil explicar qué significaba é¢bos para los griegos. Porque es imposible encontrar en nuestro vocabulario actual una tinica palabra ‘que sirva para traducir este término. No es fécil ‘ya que posefa varios significados y carecemos de tun equivalente tinico, pues el esquema de ideas de la época era muy distinto del nuestro. Ethos significaba, en primer lugar, el . El término ya aparece en boca del fild- sofo Aristételes, el primero en forjar la expre- sion éthike rhééria literalmente,«contemplacién comportamental») para designar un saber «re- Tativo ala manera de comportarse». ‘Ahi tenemos la primera de las posibles defi- niciones, y sin duda la mejor, de «ética» para los gtiegos: una forma de conocimiento relativa a ‘a cuenta de que existe’ una distincién impor- tante entre dos actitudes, dos maneras, de con- siderar los comportamientos. De un lado, podemos decir cémo se compor- ta la gente en tal regién, tal pueblo o tal tribu. No nos pondremos a juzgar ni a averiguar silo que hacen esta bien o mal, si se portan peor o mejor que sus vecinos. Nos limitaremos a decir cémo se comportan. —jAsi resulta mas objetivo! No estoy muy seguro de eso. En todo caso, es ‘un método puramente descriptivo. Procedemos asi, ademés, cuando observamos una especie ani- mal. Nadie diré que esta «mal» que los peces respiren con branquias, 0 que los mamiferos ha- cen «bien» en respirar con los pulmones. Nos li- mitamos a describir sus distintas maneras de ser. = Eobadie det, Bkca Com porate 16 LACETICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO. Sin embargo, al observar los comportamientos, es posible otra actitud. Consiste en buscar cémo comportarse de la mejor manera. Una actitud que intenta determinar cudles son los «buenos» com- portamientos, que buscaremos y trataremos de seguir, y cudles son los «analos», aquellos que con- viene evitar, descartar o combatir, Ahf se planteard la cuestién de los juicios normativos, que sefialan qué esté bien y qué mal. Y entonces es preciso averiguar desde qué punto de vista son mejores estos comportamientos y no aquéllos. Se trata, por Jo tanto, de emitir juicios morales sobre los com- portamientos; de discernir aquellos queson porta- dores de valores positives y aquellos otros que, por el contrario, son inmorales 0 antimorales, que en- traiian peligros o valores destructivos. —Estas hablando de juicios morales, del bien y del mal, de valores, etc. ¢La ética, en definitiva, equivale a la moral? ;Cudntos debates ha provocado esta pregun- ta! El problema es que da exactamente lo mis- mo responder: «Si, es lo mismo» que: «No, es diferente». —Y yodmo se sale de ese callején sin salida? Muy sencillo, se trata de dos términos pareci- dos y diferentes, pero aun nivel distinto. Empecemos por el nivel donde se confunden. ‘Acabamos de decir que los griegos de la Anti- — LAS AVENTURAS DE UNA PALABRA a giiedad utilizaban la palabra «ética» para desig- nar todo lo relativo a los comportamientos de una colectividad o de un individuo, lo relativo a las costumbres, buenas o malas, a los seres hu- manos en un momento dado. Los romanos, lue- go, hicieron lo mismo en sulengua, el latin. Para traducir erbik@ al latin (Cicerés)tomé primero el 4 ‘equivalente Jatino de étho: lecir, mos, «cos- tumbres», que en plural es mores. Para expresar lo relative aTas costumbres», invents el térmi- no moralia, esto €s, los «datos morales», término construido sobre el mismo modelo que é¢bike. ‘Asi, «moral» dice en latin exactamente lo mismo que éthiké en griego. Son dos palabras muy similares, a pesar de que estan forjadas a partir de raices distintas. «Moral» es_precisamente la traduccién, en latin dlésico, de lo que los_gri ‘“<étican. A partir de estos fundamentosidénticos, se conformaron una serie de 4mbitos parecidos: «ética» y «moral» se preocupan indistintamente de los valores, y primordialmente del bien y del mal; una y otra reflexionan idénticamente sobre los fundamentos de dichas distinciones, y se plantean también cémo reconocer y cémo aplicar las reglas fundamentales. Estos pasos se producen en paralelo, en griego o en latin. —Entonces, edénde esté la diferencia?” —Aain hoy algunos pensadores afirman que, Mowat hoy 18 LA ETICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO dehecho,noexisteuna verdaderadiferenciaentre ética y moral. Yo creo que es verdad que no hay un corte radical entre ambas nociones. Pero si se ha ido estableciendo una distincién progresiva en el uso que se da a estos dos términos. En la época moderna, con frecuencia se con- sideraba que el término «moral» podia quedar reservado para el tipo de normas y de valores heredados del pasado y de la tradicién, o bien de la religién. «Moral» se ha especializado en mayor o me- lo con lsignificado de «lo transmitido», comouncdigo de comportamientos y dejuicios * ‘a construido y mas o menos establecido. En este Sudo, aceptamos 9 techazamos la moral de nuestra familia y de nuestro medio social, segui- mos ono los preceptos que la caracterizan, o bien los transgredimos. La moral parece constituir un. conjunto fijo y acabado de normas y de reglas. ” Hoy, por el contrario, el término «ética» seem- plea sobre todo en aquellos ambitos donde las nommas y las reglas dé comportamiento estén por construir, por inventar, por forjar mediante una Tellexién, en general de tipo colectivo. Por ejem- plo, los avances técnicos en medicina han creado en nuestra €poca situaciones completamente des- conocidas para las generaciones precedentes. Hoy dia resulta posible practicar fecundaciones in vi- tro, o conseguir que una mujer, durante su perfo- do de gestacién, geste un nifio para otra —es lo LAS AVENTURAS DE UNA PALABRA 19 que llamamos una «madre sustituta» o «madre portadora»— y se lo entregue al nacimi Ante este conjunto de situaciones iné preguntamos si hay que autorizar o probibir tales précticas, si son buenas 0 malas, y en qué casos, para qué personas y en qué condiciones. Enton- { < ces hay que elaborar unas reglas, darles forma, 5 tomar en cuenta varios puntos de vista y, final- mente, dar con un compromiso. Asiseentiendeel } § trabajo de la ética en el mundo contemporaneo. En resumen, si queremos distinguir ambos términos, «moral» se referiria a las normas here- V dadas, y «ética» a [as normas én construccién. “ Alonmana Mow —dEs ésa la tinica diferencia? No, claro que no. A esta distincién habria que afiadir el hecho de que, en los tiltimos tiempos, la palabra «moral» a menudo equivalia a «sermén moralista». Suponemos entonces que la «moral», por fuerza, se refiere a un tipo de discurso aburri- do, represivo, superado, a la vez penoso ¢ inttil porque ni nos ayuda ni nos dice nada. «Moral» parece haberse convertido en un término pesado, duro, que evoca reprimendas y limites, prohil ~ ciones, preceptos que parecen rigidos y obsoletos. En consecuencia, preferimos dejarla de lado. 20 LA ETICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO. Y por ese motivo he decidido volver al térmi- no antiguo, que, parad6jicamente, parecia més nuevo. Hemos empezado por hablar de «ética> en lugar de hablar de «morab». Prevefamos tu respuesta: «No me sueltes un rollo moral, es abu- rrido. Pero, bueno, hablame de ética, parece mas interesante». En realidad, no serfa mds que un juego de manos, un cambio de palabras y no de puntos de vista; si es que admitimos que ambos términos designan el mismo tipo de reflexién. —En tu opinion, chay alguna diferencia entre estos dos términos? Durante mucho tiempo no hubo practica- mente ninguna. Luego, como ya he dicho, el término «ética» en épocas recientes ha sido uti- lizado para hablar de lo que esta pendiente de elaboracién en el terreno moral. La ética es el nombre que recibe la moral que se esta forjan- ‘do, mientras la buscamos, en particular Ta que se ‘ocupa de temas nuevos que suscitan preocupa- cién. Esos casos nuevos no estén reservados al terreno de la medicina, al que ya me he referido. El matrimonio homosexual, la proteccién de los menores en Internet, la libre difusion de la por- nogratia, Ia legalizacion de las drogas blandas, y imuchos otfos temas de nuestra sociedad, no Suscitan la unanimidad en la opinién publica. La discusién, por lo tanto, sigue abierta y las opiniones estan divididas. ay LAS AVENTURAS DE UNA PALABRA 2 Pero conviene tomar conciencia de una cosa: todos estos debates, a los que se van sumando otros nuevos, y que seguirdn multiplicdndose en cl futuro, estén relacionados con el hecho d que nuestra época ha dejado de vivir bajo la in fluencia de una moral dominante capaz de regit- Jo todo. Al contrario, 2 menudo lo que domina son las dudas sobre las reglas que hay que se~ quiz, la perplejidad ante los principios que con- vendria aplicar. —¢Adénde quieres ir a parar? : Tmaginate una sociedad enteramente domi- nada por una religién y que sélo tenga autoridad para proclamar qué hay que hacer. Su tradici6n dicta qué comportamientos y qué valores hay que segui. En tal caso, practicamente no hay lu- gar para a reflexi6n. Bs cierto que podemos pre- guntarnos cémo aplicar tal 0 cual regla en un caso peliagudo, pero, en conjunto, bastara con seguir las reglas: la soluci6n existe, independien- temente de cualquier reflexién. La verdad ya esté dada, ya esté fijada, ya es conocida, No hay que elaborarla ni construitla. 7 No ocutre asi en las sociedades contemporé- neas desarrolladas. Las evidencias morales son menos obvias, pues siempre hay varias maneras de enfocar las cuestiones morales. No hay res- puestas Gnicas, Vivimos en un mundo plural en cuanto a criterios de moralidad, con una especie 2 LA ETICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO de policentrismo o de estructura en archipiélago, que ha supuesto una explosién de valores, y de maneras de apreciar qué esta bien y qué est mal. Dada esta pluralidad de morales, la reflexion ética como biisqueda, como indagacién, necesa- Hamente ha de ser més activa. E incluso sé viel- ve indispensable en la medida en que, en una sociedad en vias de globalizacién, hay que elabo- rar formas de coexistencia de distintos sistemas de valores que en otros tiempos no se conocfan y que muy ocasionalmente tenfan la oportuni- dad de oponerse en la vida diatia. No vivimos bajo el imperio de una moral tinica capaz de dominarlo todo y de controlatlo todo. De ahora en adelante, nos vamos a encontrar frenteapun- ioe de Vista diversos, diversos opiterios. El de- Saffo actual consiste en hacer que converjan, en intentar equilibrarlos, en proponer soluciones que puedan suscitar un consenso 0, en todo caso, un acuerdo aceptable para todos. En este sentido, podriamos decir que la nueva tarea de 1g ética consiste, de algtin modo, en organizar la vida comin de las diferentes morales. —Para conseguirlo, habrd que conocerlas, imagino. Por supuesto. En todo caso, al menos es nece- sario haber comprendido las principales actitudes que se registran en nuestras sociedades. Y para ello, todavia nos queda un trecho por delante. CAPITULO a 2 . a on Un ambit ‘sin fronteras x gor WO? Bo Oro" ae ree dee? OD So woe Nb Son aS SS 3 Ar el in oy jor ery ote 4 » , ee SE RN 6 ae Xo ‘ oN ee oe hee ee EE Meet OT a is —En definitiva, ede qué se ocupa la ética? yY jDe nuestras acciones! De nuestras ocupa- ciones de cada dia, pero tambign de las grandes decisiones que tomamos en momentos deter- minados de nuestra vida, Pero esta respuesta no esté completa, pues también es preciso espe- cificar de qué modo concreto la ética considera nuestros hechos y nuestros gestos més diversos. | Porque hay numerosas maneras de examinar nuestro comportamiento... Por ejemplo, desde el punto de vista de la energia muscular em- pleada (leer esta pagina quema menos calorfas_ que subir cinco plantas por la escalera), o bien desde el punto de vista de las motivaciones psi- colégicas (sentirse més atrafdo por la lectura que por el esfuerzo fisico, o a la inversa), o tam- bién desde el punto de vista del rendimiento 24 LATETICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO econémico (entregar un paquete en el quinto piso puede proporcionar alguno, leer este capi- tulo es seguramente enriquecedor, pero en otro sentido). Cuil es, entonces, el enfoque particular desde el que la ética aborda nuestros comportamientos? Para encontrar una respuesta, conviene recordar que nunca dejamos de preguntarnos «cémo he de actuar». Porque no somos méquinas, no somos robots programados para ejecutar una tarea sin reflexionar previamente. Al contrario, alo largo del dia, y a lo largo de toda nuestra vida, toma- mos decisiones. Asumimos responsabilidades, hasta en las cosas mas simples que hacemos. ‘De nifios, nos preguntamos si es mejor desobe- decer las étdenes que nos dan. Podemos decidir si hay que delatar al nifio que ha hecho una tra- vesura y ha provocado un desastre. De adoles- centes, nos preguntamos si hay que guardar los, secretos de nuestros mejores amigos o si, en si- tuaciones concretas, es preferible revelarlos. De adultos, se nos presentarén miles de ocasiones de cuestionarnos si es bueno o malo decir esta 0 aquella verdad a nuestros hijos, a nuestros pa- dres, allegados, amigos 0 colegas. De ancianos, podremos preguntamos si debemos esperar 4 que llegue la muerte, sin importar qué enferme- dades padecemos y qué suftimiento nos causan, o si es posible elegir el dia y la hora de nuestro adiés definitivo. UN AMBITO SIN FRONTERAS 25 Y éstos son s6lo algunos ejemplos. En rea- lidad, nunca dejamos de preguntarnos cémo actuar «de la mejor maneray. Esto nos permi- te ofrecer una nueva respuesta, también muy simple, a tu pregunta: la ética es ante todo el conjunto de reflexiones derivadas de estas dos Guestiones: <{Qué debo hacer: actuar?». —¢Significa eso que siempre queremos hacer lo mejor? De hecho, si. Pero lo que complica las cosas €s que ese «mejor» no es necesariamente lo mis- ‘mo para todos nosotros. No siempre es lo que la mayoria de la gente considera que esté «bien». Imaginate que alguien se pregunta: «¢Qué po- dria hacer yo para comportarme de la peor ma- nera?». No es una hipétesis imposible. Por ejemplo, esa pregunta se la podria hacer alguien que busca venganza, impulsado por el odio 0 porla intencién de hacer daiio. Es obvio, en este caso, que, al hacernos esta pregunta pensamos en realidad que ese «peor» ser Lo mejor seré «lo peor que puedo hacer». De ma- nera que, incluso en este caso siempre queremos hacerlo «bien». Sécrates, el filésofo que vivi6 en Atenas en el siglo v antes de nuestra era, fue el primero en subrayar esta paradoja: también el ladrén, el cri- minal y el dictador quieren el bien. Lo que ocu- | Reanhs 26 LAETICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO tre es que ellos se equivocan de bien. Por lo tanto, segtin Sécrates, no existe una voluntad enteramente negativa: no podemos querer el mal por el mal. Parece que se elige el mal, pero en realidad se quiere el bien. El problemaes que se confunden, se equivocan de bien. —De todos modos, parece algo curioso... A primera vista, sin duda, Lo que por ahora debemos recordar es que, detrés de nuestras decisiones cotidianas, por banales que puedan parecer, surgen muchas preguntas. Como telén de fondo, nos planteamos muchas reflexiones que resultan necesarias para saber como debe- ‘mos actuat. Ya se trate de elecciones simples o de deci- siones fundamentales, sobre todo sentimentales © politicas, de tomas de posicién individuales 0 colectivas —en asociaciones, empresas, 0 en ins- tituciones—, cada vez resulta mas pertinente este interrogante ético. Ademés, el campo de la éti- ca no termina ahi; es mucho mis vasto, ya que Ja ética concierne también,a las decisiones de la vida internacional, como son la guerra y la paz, 0 la lucha contra las desigualdades entre los pai- ses del mundo. Podemos incluso ampliar la lista, dado que existe, adem4s, una dimensién ética en Jas ac- ciones destinadas al mantenimiento de los equi- librios naturales, como la preservacién de las UN AMBITO SIN FRONTERAS 7 condiciones de vida de las futuras genetaciones o remediar los estragos contra el planeta. Como ves, el émbito de los interrogantes éticos no tie- ne fronteras. Lo encontramos por todas partes, en todos los sectores de las actividades huma- nas, individuales o colectivas. —Entonces, en todos estos dmbitos la ética deberia proporcionarnos respuestas para actuar, ¢no? ¢Debe decirnos cémo hemos de actisar? No exactamente. Es, a la vez, més sencillo y més sutil. Porque no se trata simplemente de saber qué debemos decidir dentro de quince minutos, en funcién de la situacién concreta en que nos encontremos. Se trata también de saber en nombre de qué vamos a tomar una decisién en ‘jugar de otf, cules son los valores que vamos a tener en cuenta, y qué criterios rigen nuestra de- cisién, La cuestién fundamental no es qué deci- sin vamos a tomaf, sino entender en funcién de ! qué asumimos 0 rechazamos una soluci 7 dos —o entre cuatro, cinco 0 diez— posibili des que se presentan. Dicho de otro moda, a ética no es una acti- : vidad practica donde basta con aplicar unas reglas de manera mecénica, También es preciso que reflexionemos sobre lo que justifica esas reglas, sobre qué se basay las alternativas que se nos ofrecen antes de tomar una decisién, sobre el punto de partida que adoptamos, los méto- 28 LA ETICA EXPLICADA 4 TODO EL MUNDO dos que queremos poner en prictica, los resul- tados que queremos obtener... jy las razones que justifican todo eso! —Sin embargo, muchas veces. tomamos deci- siones sin pararnos a pensar. ¢Significa eso que, cuando actuamos de inmediato, esponténeamen- te, Io hacernos al margen de la ética? No, no necesariamente. En realidad, cuando actuamos sin detenernos a pensar, cuando deci- dimos répidamente, sin devanarnos los sesos, también estdmos ofreciendo un modelo de con- ducta a los demés. Incluso sin pensar, incluso sin quererlo, estamos construyendo una ética. —zPodrias explicar eso? Si yo decido actuar de una determinada ma- nera_en.vez de“gtra, es porque considero mi manera de actuar la mejor, o la menos mala. Hago lo que creo que hay que hacer. Eso sigue siendo cierto incluso cuando tengo la impresién de actuar «sin pensar», maquinalmente. Incluso sino me hago demasiadas preguntas, estoy pro- poniendo a los otros, por el mero hecho de ac tuar asi, una especie de modelo. Esta idea fue defendida, sobre todo, por el fi l6sofo francés Jean-Paul Sartre, que murié en 1980, «Al elegirme, elijo al hombre», afirmé. Qué significa esta sentencia? Imaginate que alguien hace trampas en el juego (evidentemen- ‘UN AMBITO SIN FRONTERAS 29 te, no seremos ni tdi ni yo). La persona que hace trampas seguro que se dice algo como: «Sé bien que esto no se hace, que no hay que hacer tram- pas, porque falsea el resultado del juego. Pero, por una vez, yo, a solas con mi conciencia, he decidido hacerlo, Es una decisién que the con- cieme sélo a min, Sartre le habria respondido esto, poco mas o menos: «Cuando haces tram- pas, estés diciendo “hay que hacer trampas”: sugieres que eso estd bien, y que todos debemos hacer trampas. Con tu pequefio fraude personal estas ofreciendo un modelo. En ese sentido, ta eliges que el hombre sea un tramposo. Eso es lo que ofreces como modelo a la humanidad: ¢Di- ces que no afecta a los otros? Eso es una pelicu- la china que te cuentas a ti mismo pata eludir tu responsabilidad». . —Entonces, si lo he entendido bien, cuando hago algo que en apariencia sélo me concierne a mi, cen realidad estoy proponiendo un ejemplo a todo el mundo? Si, lo has entendido perfectamente. Es eso lo que Sartre queria decir. En nuestras actuacio- nes, no actuamos para nosotros mismos nada més; nunca actuamos sélo por nuestra cuenta, también decidimos, indirectamente, para los demés, para todo el mundo, Esta idea se resume en esta frase: «Al elegirme (es decir, al tomar decisiones que parece que sdlo conciernen a mi 30 LA BTICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO caso concreto, a mi existencia personal), eijo al hombre (decido, en realidad, en iltimo extre- mo, para la humanidad entera), —iMe parece bastante exagerado! Por supuesto, es un razonamiento extremo, Pero es una manera de explicar que nunca esta- mos completamente solos. Las elecciones que AYasceros, aunque parezcan egoistas, afectan a los demas. —Sin embargo, sidecido, por eiemplo, ocupar. me sélo de mi, viviren mi rincén sin preocuparme de los demds, jno puede decirse que esté ofrecien- do ningtin modelo! iPiénsalo un poco més! —cEl qué? Lo que acabas de decir. Creo que ests con- fundido, sin darte cuenta. Estés diciendo, si no me equivoco, que quedéndose en casa y vivien- do de manera egoista, sin compartir nada con nadie, no se esté proponiendo un ejemplo a na- die, y por lo tanto, menos que nadie a la huma- nidad. ¢Es eso? —Si, jme parece muy evidente! Bien, repito entonces: jpiénsalo un poco més! Si eliges vivir asf, es porque consideras que €s mejor para ti, eDe acuerdo? UN AMBITO SIN FRONTERAS BL Si, claro. Al creerlo asf, piensas que «cada uno tiene que vivir para si mismo, ése es el secteto, ésa ¢s Ja mejor manera de salir adelante». —Es logico... Entonces, no es menos légico llegar a la con- dlusién de que, al pensar eso, ests proponien- do como modelo para la humanidad la vida egoista y el «sdlvese quien pueda»... Y asf he- mos vuelto a la casilla de salida: puedes clegir ser egojsta, tanto como ser altruista, vivir para tus intereses nada més u ocuparte del pi Pero cada vez, en realidad, lo que eliges también lo estas proponiendo a los demas. —jVale! jAhora lo he entendido! Eso quiere decir que el héroe o el traidor, el bueno y el malo, estan diciendo cada uno, a través de sus actos, «hay que ser un héroe», «hay que ser un traidor», etc. Efectivamente. Si actuamos de la manera que consideramos mejor (con independencia de cual sea esa manera), estamos planteando una regla de conducta, estamos utilizando un criterio para de- cidir. El problema es que la mayoria de las veces no nos damos cuenta. Podriamos decir que la éti- ca consiste en realizar el esfuerzo de deducir esas 9s, Es preguntarse cuales son las reglas por las que nos regimos, y con qué crite- ios valoramos las actuaciones de otras personas. eps 3¢ © preg eo amr! Gy ee +f sean asesinados ante los ojos de sus madres: 32 LA ETICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO Con esto, no hemos legado al final del cami- no. Al contrario, nos encontramos en el punto de partida nada més. A partir de ahi surgen un montén de preguntas, del tipo gquién decide lo que esta bien y lo que esta mal? En nombre de qué? gLas reglas que determinan nuestras ac- ciones son transmitidas o son producto de una elaboracién? ¢Las formulé un dios y se las hizo llegar un dia alos hombres, de manera que basta con aplicarlas? ¢O, por el contrario, los hom- bres han ido forjando ellos mismos sus reglas de conducta, y han fabricado las nociones de bien y de mal? ¢Es la naturaleza la auténtica fuente de dichas nociones y, por lo tanto, la fuente dela ética? En el mundo, allé donde vayamos, encontramos puntos comunes en la sensibilidad de los seres humanos: a nadie le parece bien que los nifios todo el mundo le conmueve el sufrimiento a no, tanto més cuando ¢s injusto, y todo el mundo se siente impulsado a socorrer a desconocidos que sufren algiin tipo de desgracia. Es algo que podemos constatar, por ejemplo, cuando se pro- duce una catéstrofe natural, un terremoto, un tsunami, una inundacién, una hambruna, una epidemia... En estos casos, se organiza una cadena soli- ~din das personas que ofrecen su tiempo'o su ei 0 para organizar la ayuda no conocen a las UN AMBITO SIN FRONTERAS 33 victimas. A veces, no saben nada del pais donde ha ocurrido la catdstrofe, pero se sienten impre- sionados por el sufrimiento de sus semejantes. Los filésofos han destacado ese «impulso del corazén» que lleva a los seres humanos a con- moverse esponténeamente por la desgracia aje- na, Este sentimiento existe al margen de la re- flexién, atraviesa todas las épocas y las culturas Ya se le llame «amistad» (Aristételes), «humani- dad» (Cicerén), «piedad» (Rousseau, Sch penhauer) o «compasin», parece que se trata de un fendémeno natural y universal. Lo encon- tramos asimismo en China, donde el filésofo ‘Mencio lo considera el punto de partida de la moral. No importa cudntos afios tenemos, ni si so- mos hombre o mujer, no importa nuestra reli- gidn, ni nuestro idioma, y tampoco nuestra épo- ca: son muchas las situaciones de emergencia en que todos los seres humanos estamos espont4- neamente de acuerdo en calificar como «bue- nas» un determinado tipo de acciones. , estas preguntas siempre se refieren a las relaciones entre «nosotros y los demés», y entre los demas y nosotros». La ética es, en primer lugar, la preocupacién por el préjimo, el inte rés que nos suscita su existencia, su presencia, sus expectativas, sus deseos, su dignidad y su libertad. —Es algo ast como «ama a tu prdjimo como a ti mismo», ¢no? Noexactamente, Esta maxima cristiana supo- ne una especie de herofsmo sublime. No es nece- sariamente lo que la ética exige. Llegar a amar a todos los seres humanos como a uno mismo es un objetivo muy dificil de conseguir. La ética es més, modesta y més accesible, y dice aproximadamen- te: «Piensa que los otros estén ahi. Empieza por no hacerles lo que no te gustaria que te hiciesen a ti». Antes de amar, antes incluso de ayudar, se trata de no perjudicar, de no hacer dafio. «No hacer alos otros lo que no nos gustaria que nos hiciesen» es lo que se llama La Regla de Ojo. La encontramos, bajo una forma u otra, en practicamente todas las culturas. En el fondo, se basa en elfespetoa los demés. El nticleo de la reflexion ética tiene que ver con que los seres humanos son miltiples, y que se relacionan en- tre ellos de maneras muy distintas. En tltima instancia, se trata de elaborar las reglas que ayu- den a vivir mejor. Bhca Tkea aplicada sy 38 LA ETICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO —Y una vez tenemos esas reglas, gya esté? No es tan sencillo. Primero porque esas re- glas pueden ser distintas de una cultura a otra, como acabamos de ver. Pero también porque pueden darse conflictos entre diferentes reglas, segiin las circunstancias. Imaginemos a un juga- dor de péquer. Esta convencido de que no hay que hacer trampas, es una regla que considera indiscutible, un deber fundamental. Pero su hijo cae gravemente enfermo, y él no tiene dinero suficiente para que lo operen de urgencia. Sal- var la vida de su hijo es también su deber, ésa es otra regla fundamental. Por lo tanto, deberé ele- gir entre dos formas de deber, entre dos reglas que entran en conflicto. En realidad, la mayoria de los «casos de conciencia» surgen de un con- flicto entre reglas éticas. Creo que eso empieza a responder a tu pre- gunta. Porque el problema de la reflexién y de las decisiones éticas es que, aunque tengamos reglas generales, nos enfrentamos a casos par- ticulares. Y por eso hay que distinguir entre la «ética generals y es0 «ética aplicada». La prime- fa reflexiona sobre los principios, las normas, los valores, sin entrar en el detalle de las situa- ciones ni de los casos conctetos. La segunda se cocupa de adaptar las reglas generales a las situa- ciones individuales, siempre particulares. La ética aplicada es siempre como un traje a medida, Hay que cortar, ajustar punto por pun- UN AMBITO SIN FRONTERA 39 to, comprobar que no hemos olvidado ningiin aspecto de la situacién, que hemos sopesado todos los elementos. —Esto me recuerda a las decisiones que se to- man en los tribunales... Tienes toda la raz6n, es parecido. Por defini- cién, ninguna ley prevé el caso de X, que robé una vespino anoche, en la esquina de la calle Y, en la ciudad Z. No existe ninguna ley para los robos de ciclomotores y para los nifios de esta ciudad, todavia menos para esa vespino en con- creto y ese chaval en concreto. Hay una ley que prevé determinadas sanciones en caso de robo. El trabajo del juez sera adaptar el marco general que la ley proporciona al caso inico que se est4 juzgando. Aristételes, el filésofo griego, ya lo sabia. Afirmé que todos los jueces tienen que utilizar Ja misma regla que los arquitectos. Hay que sa- ber que la regla que los arquitectos griegos utili- zaban para tomar medidas no era rigida como lo es una regla de madera, Era una plomada, es decir, era flexible, capaz de adaptarse a formas distintas; por ejemplo, para medir la curva deun portico o los relieves de una columna. Igual que el arquitecto, el juez tiene que interpretar la ley para el caso concreto que se le presenta. La ética adopta el mismo modelo. También en este caso tenemos unas reglas generales y unos 40 LA ETICA EXPLICADA A TODO EL MUNDO casos particulares, La adaptacién selleva a cabo mediante la reflexién y la discusién, a menudo entre titubeos y vacilaciones. Porque, en la ética aplicada, nunca hay una solucién lista y definiti- va. Es preciso inventar, probar, retocat. Por til- timo, dicho en el mejor sentido de la palabra, ica aplicada viene a ser como el bricolaje. —cCén qué materiales se hace ese bricolaje? ¢Con qué herramientas? —Bueno, ahora mismo lo vamos a ver...

También podría gustarte