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MEMORIA
Reproduccin dela portada y de as paginas
‘originales de Canis du cinema
El mes pasado publicébamos un articulo de Cyril Béghin sobre Shutter Island, de
Martin Scorsese. En su interior se evocaba el faroso articulo de Jacques Rivette
sobre el controvertido travelling filmado por Gillo Pontecorvo en Kapo: “uno de los
monumentos polémicos" de Cahiers (decia Béghin). Pues bien, aqui estd de nuevo ese
texto de referencia, aquella licida reflexin que tantas veces se ha citado a propésito
de los eternos debates sobre el sentido moral de las formas cinematograficas,
Dela abyeccion
“JACQUES RIVETTE
Lo menos que se puede decir es que,
cuando uno aborda una pelicula sobre un
temasemejante (los camposde concentra-
cién), esdificil no plantearse ciertas cues-
tiones previas. Sin embargo, todo sucede
como si, por incoherencia, estupidez 0
cobardia, Pontecorvo se hubiera despreo-
cupado alegremente de plantearselas.
Por ejemplo, la cuestién det realismo.
Por miiltiples razones faciles de enten:
der, el realismo absoluto, o lo que de él
se puede dar en el cine, es en este caso
imposible: toda tentativa en esta direccién
resulta forzosamente incompleta (“luego
inmoral”), todo intento de reconstitucién
‘de maquillaje, irrisorio y grotesco, toda
aproximacién tradicional como “especti-
culo” resulta del orden del voyeurisme y
a pornografia. Se supone que el director
ha de suavizar, para que lo que se atreve
Kap, de ito Pontecorv: imagenes del famoz0 “raveling de aproximacién para reencuadrar el cad
CAMIERS OU CIMEWA ESPAMA / JULID-AGOSTO 2016
1a presentar como la “realidad” sea fisica-
‘mente soportable por el espectador, que
seguidamente no podra sino llegar ala
conclusién, quiza inconscientemente, de
{que por supuesto es lamentable, esos ale-
manes menudos salvajes, pero que final:
mente no todo era “intolerable”, y siendo
inteligente, con un poco de astucia o de
ino debia poder aparselas. Al
mismo tiempo, uno se habitia hipécrita-
‘mente al horror, poco a poco se introduce
en las costumbres y pronto formar parte
del paisaje mental del hombre moderno.
La préxima vez, ;e6mo podra haber
alguien que se sorprenda o se indigne de
algo que, efectivamente, habri dejado de
ser chocante?
Es ahora cuando comprendemos que la
fuerza de Noche y niebla (Resnais, 1955)
proviene menos de los documentos que
OOOO...