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UMBRAL. Bev de Eds, Ctra y Sodadad FACHSE [UNPRGI Lambayeque, Ao VI NY 11-12, Agosto 2008 pp 219 726 La experiencia literaria del Grupo Narracién: El caso de las Cronicas aS JORGE VALENZUELA GARCES ‘NM-M, Introduccion. El grupo Narracion y su revista surgieron ea circuns tanciashistoricas muy concretas y, como buena parte de lasagrupaciones que integean nuestra tradicién literara, fue producto de las conteadicciones intesnasdel pas. Eso expica su profunda vocaciénrealistay la beligeran cia con la que hizo su aparicién. Sin embargo esto no. es suficiente para definira Narracign. Fn su caso cabe decir, ademas, que aprowecho esas canteaicionesy las hizo parte de su programa, llegando a ecbasar lo estric tamente literario para prayectarse en el ejercicio de la accion politica, Ese es su valor y lo que diferencia a ese grupo de narradres- nico porlo demas en esta Revita Narracién, aparecida en 1966, 6s segunda mitad del siglo- de arupaciones anteriores mids notable de fa historia de nuestra narativa, io Narracién se consttuys en una nueva altemativa a las propuestas que en fos ahos sesenta primaban en ; rnuestea literatura en cl campo dela prosa. Frente a a neortealismo de escritores como Ribeyto y Zavaleta = frente ala literatura fantasticao lida practicada por > safe ‘Manuel Mejia © Loayza; frente ala experimentacidn de ¥ para ello acopi6 un punto de vista clasista que, cone, buenos maoistas, los filié.a una vision sce los srupos dominadlos de la sociedad Jorge Valen suela a afue este un paso adelante en el Proceso de la narrativa peruana? Creemos que sia pesarde las inevitables contra dicciones propias de un grupo literario que, desde su origen burgues, buscé convertirse en intérprete de vastos sectores sociales con los cuales habia estable- ido una filiacin solidaria, Y lo creemos porque con Nareacién, por primera vez, se articula un proyecto, Conjunto de construccién de una narativa que inter: pretase ese mundo sin voz [Navracidn renow6 nuestra narativa y lo hizo asu- ‘miendo los postuladas del marxismo como filosofia de vida y dela lucha social y asimilando muy ideal- mente las recomendaciones del maoismo en el cam- pode la literatura. Sus esfuerzos pueden medirse si cconsideramos la creativa incorporacién de diversas conformaciones textuales provenientes de los siste ‘mas de comunicacidn de los medins masivos como la prensa escrita. Alli tenemos las interesantes expe- riencias con el eeportae, el testimonio, la entrevista y la ctonica, En su manerade relacionarse con la realidad y de tenlablar un dilogo con ella, el grupo Narracion asu- ‘mio los principios del realismo siguiendo los dicta- dos de la filosofia y esteticas marxisas. Aqui fueron Creativos y para remozar el realismo se acercaron bisicamente a los escritos y a las conclusiones de ‘Maristegui sobre el particular, Enlas paginas que siguen nos ocuparemos de una de las mas importantes conteibuciones del grupo a ‘nuestra Iradicion narrativa el trabajo colectivo con las ernicas en 1 Elescritor de las cronicas del Grupo Narracién. ‘Yaen el primer nimero de la revista yen el cuer- po de textos que la integran, se advierte una honda ppreocupacién por la responsabilidad del escrtor den- {wo del conjunto social a que pertenece. Reconocida sw identidad eminenterente social sus inevitables vinculos con la sociedad en la que surge, Navracién le exige, sin ambages, encarar el papel que, a partir de la conciencia de los problemas de su pueblo, le toca asumir, es decir, un papel activo, transformador yauenoséiose —"manifieste enel plano lterario. ‘como productor de ieciones, sino en el plano politi co, a través de acciones concretas, peo siempre eje- Ccutudas desde su identidad de escritor, Ellos lo exe piesa as 24 Creemos que el narcador, ser exineatemiente social, debe tener conciencia de su realidad y del papel que le toca asumnir. (Revista Narracién, 1:1) Esta conviecién, coherent y necesaria con los principios basicos del accionar politico del grupo y Con su posicién respecto de la literatura, partié de las urgencias que la realidad social del pais impr miaalas conciencias en un tiempo de convulsiones y de cambios. Recordemos que los ahos que corren del 62 al 65 son los de las guerillas y los levantar rmientos campesinos. Se retomaba, en cierta forma, la polémica planteada por Plejanov en su célebre conferencia leida en 1912 en Lieja y Pars, sobre Fl arte y la vida social." Elescritor pasaba a ser un sujeto responsable ¥ por lo tanto con obligaciones con la sociedad, y su Tteratura un producto motivado, un producto que lo comprometia con la historia de su paisy ante la cual podia ser visto como un taidor 0 como un revolu Narracién vive la urgencia del compromiso dl escrtor y reclama una toma de posicién concre- ta, sin ambages, en el plano de la accidn politica. Es fen esta direccidn que la militancia partidaria, era para el grupo, una necesidad. Militancia que no li- imitaré su vision de la realidad, sino que segiin ellos la haria mas exacta, mas realista, mas precisa y que nnecesariamente se reflejaria en el producto literati, objeto dltimo de esta toma de posicién. Nosotros creemos que el escritor,consciente do la tragedia de su pueblo, debe tener rmilitancia y que esta no limita sino, por el Contratio, ayuda a tener una visién mas oxae tade la realidad . (Revista Narracién 1, 40), Nada pues mas alejado de Narracion que aque: lla concepcién del escritor amurallado en su torre de arf y del aséptico e inmaculado intelectual, terce ro de una contienda entre dos concepciones de la vida y de a historia. Nada también mas alejado que la imagen del escritor iconoclasta, ensimismado en su propio designio libre pensador, ajeno a una post ion concreta refugiado en la esperanza de aleanzar la libertad absoluta. Nada mas alejado que aquellos fa nc resi equ el nactador alter la labor le {reaeiin detieciones con la de eronista capa ide escebir sobre Jas fachas mas inmediatas denuestre pueblo.” Esta comprobacién, hecha en la presentacién de la primera crnica publicada por el grupo Narra cid, Los sucesos de I luanta y Ayacucho, como st plemento de a segunda entrega dela revista en 1971, justified, por una parte, la necesidad de la escritura de las crdnicas como practica complementaria al trabajo de creador de ficciones; de otra, la neces dad de dar testimonio, como dice el grupo, dela lucha de clases. La Constitucién del Frente de De- fensa del Pueblo (FDP) que rebas6 las reivindica- Ciones economicstas del primer momento para lue- 0 proponer, en el ambito politico, un programa mas complejo y totalizalor, se articuld a esa dina rica de lucha, eva Smartscan Cut Sooeas, Umbral La experiencia vivida por las masas populares en Huanta y Ayacucho, en 1969, indujo a lanecesaria “bjetvacién de esa experiencia a través de la crdnica como génera privilegiado para tal propésito. Sin ‘embargo, plantear la necesicad de escribir cednicas {que testimoniasen las luchas populares para ser, de ‘esa manera, realistas en la vida y consiguientemente realistas en el arte, fue indirectamente la confesion de una carencia que mostra los propios escritores, alactitica yalos lectores, a distancia existent hasta fentonces) entre el escritor burguésy el referente (en este caso las luchas populares), pero también cierta rigidez en la eleccién de un énico camino para llegar ‘a serrealistas en la vida. Rigidez que ellos justfica- ron apelando a nuestra propia lucha por una narrativa realista ‘que coresponda a a etapa actual del prose. por el que atraviesa nuestea patria." Aqui, en definitiva, se le plantea al narrador la redaccién de las crénicas casi como tnica alternati- vva para llegar a ser realistas en la vida, ligando esa préctica a un accionar politico que es como se con: ‘cebia, por lo demés, la redaccidn de las erénicas. Esa ‘ea, seguin el grupo, la Unica manera de convert a uneseritor de fieciones en un realista auténtico, ale jndolo de las indtiles especulaciones tedricas ode la cedaccién de textos cuya existencia no sirviera, ‘como queria los maoistas, ls intereses de las gran ‘des mayoras expiotadas. Esa seria, también, la Unica manera de reducir la enorme distancia que habia apartado a los escritores de raigambre revoluciona- ria, de generaciones anteriores, de sus pablicos natu rales léase campesinos y obreros. Esta diferenciacién entre el trabajo de creacién de ficciones, por un lado, y la produccién de créni- ‘eas, por oto, implic6 sin embargo un desdoblamien to, gHasta qué punto la separacién entee el ctonista- hombre politico y el escritor podia afectar aeste th timo y sus productos cle fiecién? gNo corra el riesgo. de reproducir mecanicamente los postulados polit cos de su discurso de cronista en sus textos de crea ‘in? Eseribir las crénicassignificé para los integra tes de Narracién enfrentar la realidad directamente y dad determinada, en este caso las luchas populares, y plantearle la necesidad de trasladar contenidos a Un texto desacostumbraclo para su ofcio, significaba ‘comprometerlo con esa realidad y asumir otro regis: tro comunicativo,signticaba, en suma, su insercién ‘en un aecionar politico Umbbral, sewsssinesraisceax Para Narracién este proceso era necesatio. Una filiacion politica no fimitaba ni contaminaba la pro dluccian literaria de un escritor. Pore! contrario, se- xn ellos, fe ayudaba a tener una vision mas exacta dle la cealidad. Ademas, esta alternancia ente la la- bor de creador de ficciones con la de cronistasefor- ‘mulaba como el procedimiento mas eectivo para, a wvés de un proceso bisicamente vital, llevar asus mites las posibilidades de enriquecimiento perso- nal, enviquecimiento necesario parasu labor de erea- dor de ieciones, Sélo la dialéctica de este proceso, la combina. cid integral de estos dos elementos podia convetir ‘a un escritoren lo que Narracién concebia como. ‘un ser eminentemente social que debia tener con- Ciencia de su realidad y del papel que le tocaba asu- rmiren la sociedad. 3.3. Objetive de las crénicas. Todo producto narrativo, todo texto literario, tiene un sentido. Ast, por ejemplo, Tavetan Todorov sostenia que-el sentido de la novela Madame Bovary dle-Gustave Flaubert, era el de oponersea la novela romantica y, por ende, a la concepcién del mundo ‘que la sustentaba. Desde luego hay textos que se ‘oponen a una realidad mas determinantemente que ‘otros, ya sea le manera deliberada 0 no. Si, como en teste caso, atenclemos a las Crénicas del Grupo Na- rracién, convendremos en acepar, en primer termi ro, en que estamos frentea un producto cuyo sent does el de oponerse a un tipo de literatura burguesa ‘cuya existencia estaba en severa diserepancia con la literatura revolucionara, con ese alimento que las masas necesitaban para acelerar el proceso de cam bio. En segundo término, as Crdnicas cumplian con el propésito de denunciar las injusticias de un siste- ma opresivo, Un sistema que tergiversa y mediatiza el valor de los combates sociales alterando la verdad de los mismas, Por ello las crénicas tendefan como ‘objetivo primordial Resiablecer Ia verdad! histériea, narrando vera y abjetivamente al pueblo peruano fo realmente acontecid, Restablecer la verdad hist6rica implica elaborar, entonces, una historia paralela, aquella que, articulada desde un punto de vista no oficial, pueda tlar cuenta de lo que es usualmente ocultado, silen- ciado, Aqui serd evidente que side luchas populares setrata, se registrars fa historia popular, aquella ques tergiversa dd, silence, acltada por los cronisas eis toriadores ofifales, aquellos que ven fa i= = 220- loria come producto de algunas Individvalidades: hévoes, presicontes, minis: eos; einsiueiones: parlament, elesia, war dosempresas Es en este sentido que la crénica debia con- vertise en una via, tal vez la mas coherente con fos propésitos del grupo, de comunicacién con ese pi blico que hasta entonces se habfa avizorado desde Iejos: el pablico campesino y obero, en un primer ‘momento, y luego el minero, extendido en la capa ‘mas empobrecida del pais. Publico que ni géneras tradicionales como el cuento, ni la novela habian logrado captar.Allitenemos el ejemplo mis drama tico de la novela indigenista condenadaa as limita Cones impuestas por a incomunicacién con un pi blico alejado de la tadicin de la cual esas formas literarias procedian, El intento de las Cronicas de Narracién también tuvo su limitaciones. Su poca difusidn producida porel escaso tiraje de ejemplares, marcé, simbélica- ‘mente, aun proyecto cuya mayor limitacién estuvo dada, desde el origen, por la enorme distancia entre un grupo de conciencias voluntarstas, muy apega das a los modos y creencias de Ia burguesia y su supvesto pablico, ese que genéricamente denomine: ban masas explotadas y que no estaba preparada para recibir ese nuevo producto. En un segundo momento, luego de la elabora- cidn de las dos primeras erénicas: Los sucesos de Huania y Ayacucho y Cobriza, Cobriza 1971, Nar Cidn, modifica sustantivamente sus objetivos y sus procedimientos: En su tercer trabajo, el mas ambi ioso, Luchas del Magisterio. De Mariétegui al Sutep, ‘campo es mucho mas amplio la perspectiva po- Itica mas interesada. Ahora, y con més rigor se pro pponen Narrar los hechos desde ema perspeetiva de clase, la del protetaria..» Pero no sélo ello, ademas de esta nueva orien: tacién, y de la asuncién de esta nueva perspectiva ellos declararan que Los autores son parte interesada en esta rn «2, nd slo por su acttud de intolectuales d= mocriticos sino por su concdicidn de macs Sin embargo, de esta confesin puede dedu- cise que, en esta nueva crénica, nada podria estar mas lejos que la objetividad, pero no seria justo. Este gropo de naradores agrega que Su apreciacin dle los hechos parte de su exe peviencia cotidiana, desu posicidn ideols- a, coneordante con el punto de vista de un sector del magisterio pervane que, creenos, ese mayoriario. ‘Aqui la objetividad, mostrada desde la otra ri= bra, se preocupard de Sacar a fa Jur los mas importantes hechos de [a historia del magisterio,silonciados por In prensa oficial y la gran prensa, 0 bien, recontarlys desde Ia posicién de los intereses del pueblo. ‘Ahora bien, sien las dos primeras crénicas la intencign sélo abarcaba la narracion puntal de los hhechos acaecidos en periodos muy coneretos habla ‘mos de lo que puede durar una huelga o una serie de ‘movilizaciones previasa larealizacion de un acto de ‘masas), en esta tercera crénica el intento abarca leriodo entre los aiios 20 el ao 1973. Se narra en esta erénica desde una perspectiva classta, las principales aceiones emprendidas porol magistrio cn pos de su organizacion,.« Como se ve, cincuenta afos de historia, perio- do ciertamente extenso para ser narrado en una cré- nica, periodo en el que e consolida la organizacién de! magisterio peruano, pero que sin dubitaciones es aacometido por Narracién no sin aceptar que pueden haberse cometido errores de omision, Yes qucuma crdnica como la que se presen: (a, que peotende resumir las acciones de an movimiente de cincuenta anos y, sobre todo de un gran sector de nuestro pueblo, no puc- de dejar de tener sus linitaciones: algunos va ios de informacian, hechos insuticiente- mente teatados, imprecisiones de algunas fe has. Esta muestra de modestialteraria, sumada ales: {uerzo totalizador de narra la historia popular, mar sginada de los registros oficiales, convertira a los in tentos de Narracién en valiosos esfuerzos renovado- res en nuestra literatura narratva, 3.4. La forma de las crénicas. {La ormulacién mas general hecha por Narracién, respecto ala forma de las erénicas, se elaciona con Ia concepcién del relato objetivo de un determinado hecho 0 conjunta de hechas acaecidos en un perio: do corto o extenso dela historia politica del pais. Al eva eran detain Cunray exit, Urmbratl presentar el trabajo realizado sobre a Gran Huelga Minera de Cobriza, en 1971, ellos sostuvieron lo si- Buiente: Croemos haber afcansaclo un raconable ind: ce de objetividad, objetividad que no debe: contundirse con la como fail noua dado imparcialidad. ” En esta declaracién, la objetividad no implica imparcialidad ni neutalidad, sino la eleccién de un punto de vista dese el cual se dé cuenta dela reali dad. Alejados del viejo dogma de la objetividad del periodismo tradicional, ellos apuestan por la pers: pectiva que explota la subjetividad para referir una experiencia. Para ellos la vieja objetividad reclama daeenel periodismo, como en las ciencias sociales al ‘momento de referir un hecho, supone una farsa, la ‘mas elaboracla manera de esconder los intereses de clase de aquellos que precisamente defiende el ca- ‘acter objetivo dela representacién. Esta nueva obje- tividad ser’ el procedimiento mas efectivo para tra ‘bajar una materia como las luchas populares, alta- ‘mente politica y en las que se encuentran clos gr 9s confrontados. Aqui, por lo demas, Narracion da por descontado que la objetividad absoluta es inex fente en la medida en que cada grupo detenta sus propios intereses. Es por ello que, ademas, sostienen ‘que cualquier intento de desviar la confrontacién por el lado de a imparcialidad s6lo encontrar’ apoyoen {quienes constituyen, en esa confrontacién, el sector dominant Elobjetivo, en el plano formal, es que las croni- «as reconstruyan los hechos tratados (en este caso, luchas populares) en forma puntal. Pero no s6lo eso. Loque enriquece aeste producto y marca diferencias con las tras modlalidacles que integran el genero de la literatura de no ficcién es, en primer téxmino, su insobornable vocacién por la precision y el aparato. documental que lo sostiene. En efecto, el trabajode Investigacion y recopilacién cle documentacién, son los dos pares sobre los que descansa la estructura delas crdnicas. Es realmente sorpreadente la profusa bibliografia que acompana a, por ejemplo, la cron a Cobriza, Cobriza, 1971, sobre la huelga del pro- letariado mineroen todo el centro del pais, como la ‘que sostiene a Luchas del Magisterio, De Mariétegui al Sutep. En ambas asistimos aun gran censo de co ‘municaclos oficios, pliegos, memorials, solicitudes, declaraciones de prensa, cartas abiertas, volantes, boletines, boletines informativos; sin considerar la profusa prensa sindical siempre considerada ilegaly siempre destruida, Materialmente las dos primeras erénicas de Na- sraci6n aparecen como suplementos cel segunclo y Unbral, sa soes sex cate Sats tercer nimero de la revista Enel caso de Los sucesos de Huanta y Ayacucho estamos ante un suelto de clos paginas en formato tabloide que venta como un pliego dentro de la revista, En el caso de Cobriza, Cobriza 1971 estamos frente a un cuadernillo en formato tabloide que también se insenta como parte dl ercero niimero dela revista. Luchas del Magiste- ro aparece en forma de libto bajo el sllo de Edicio- nes Narracion. Pasemos ahora a referr tres procedimientos cen- trales en la elaboracién de una de las crénicas del ‘grupo, nos referimos a Los sucesos de Huanta y ‘Ayacucho, 3.4.1, La reconstruccion cronolégica. Este es el procedimiento que se encuentra, en sus variantes, en la base de toda crénica. Las elaboradas por Narracién no son una excencién a esta regla; es natural que sea asi dada la naturaleza del género. £1 seguimiento diario y un resumen de lo acontecido enel dia, aniculados en una columna que discurre desde el inicio de los acontecimientos hasta su des- enlace, constituyen la estructura central del texto si el hecho narrado discurre en un lapso de tiempo cor- to telativamente corto, como en este caso. Hay ‘que destacar que antes de narrar los sucesos centra les, se consignan, como antesala, las motivaciones y sucesos precedentes al evento central. marco sier pre seri breve y enjundiaso con respecto al desarto- Ho de ta crénica propiamente dicha. Enel caso de Los suresos de Huanta y Ayacucho, sibien los acontecimientos centrales suceden el 21 y.22 de junio de 1969, Ia crdnica se ocupa de historzarlosatendiendo a hechos acontencidos des: defebrero del mismo afo E propésito es que, como dicen Miguel Gutiérez y Antonio Galver Ronceros fen lapresentacién, «el lector pueda advertir objet vvamente que los hechos ocurridos los dias 21 y 22 ‘en aquellas ciudades no fueron més que la culmina: ida de una lucha empezada cuatro meses atrés por la derogatoria del. 5. 006 promulgado por el Go: bierno Militaren febrero de 1965. Sobre Ia base dela inclusién de los antecedentes de Ios eventos centrales se construye una poderosa logica que, apoyada en los intereses classtas de los, ‘eseritores mencionadds, trata de probar una esis: la muerte de 18 personas son de exclusiva responsabil dad del Gobiern Militar encabezado por el general Velasco De tra lado, es pertinente destacar el hecho de ‘ave la cronica se presenta bajo el formato de un tabloide con grandes titulares y que bajo este forma- =22 tose incluye una foto impactante, en este caso la det ccortejafinebre de los 18 occisos por las calles de ‘Ayacucho con direccién al cementerio. Laestategia de las citas puntuales (partes de un testimonio) que _actualizan los momentos mas dramaticos de los acon tecimientos, también forman parte de la portada y ‘consiguen crear una atmésfera dramitica desde el inicio dela lectura, atmésfera que, como querian los latinos, busca conmover al lector. 3.4.2. El lenguaje. Ellenguaje utilizado en la redaccién de las cr6ni: cas ese! empleado usualmente en el periodismo: un lenguaje despojado de adjetivaciones y de valoriza clones supérfluas al suceso mismo. El objetivo es dejar que el suceso hable por si solo. En todos los ceasos se emplea, cuando se resume lo acontecido, el presente del indicativo, tiempo adecuado ala nece- sidad de dotar al texto de una carga viva, actual. Ci ‘amos, para el caso, e texto de lo sucedido en Huanta el lunes 9 de junio de 1969, extraido de la Cronica de los Sucesos de Huanta y Ayacucho: Huanta, lanes 9. Lega el supervisor de la Ter cera Regién de educacién con sede en Huancayo. Ea Cinco Esquinasse produce un cenfiontamnionto entre los estudiantes yf pol cia. (sta, por primera vez, usa sus bombas Tacrimégenas y cachipotras. EI local del Coke _gio Mara Auxiliadora ext resguardado por po Ticias. * Sin dramatizaciones ni exageraciones adjtivales, tun clima realmente tenso se desprende de la simple cconsignacidn de los hechos reales. La objetivida, feneste caso, destaca un proceso represivo y através . En ella Martinez liga a su ambicién dle lar cuenta de un referente popular la vida de un ccampesino negro), la revitalizacién de una vertiente de nuestra literatura largamente postergada: la oral El testimonio, como dijimos,ilustra vivamente, a través de la voz de los protagonistas, la realidad registrada en la cronica loa través de los datos. Oe esta forma los testimonios se convierten en calas 0 desarrollo verosimiles de momentos culminantes: muertes, represiones violentas, combates sociales. Aunque se respetaelespiritu del testimonio, ademas del vocabulario y fos giros idiomsticos propios en cada caso, los testimonios Finalmente publicados no son una trascripcién fel de lo que pudiese haber re gistrado la grabaclora, Se procede, sin duda, ala te- Creacién del texto original ya sea porque pueden re aistrarseincoherencias, contrasentdos cometidos por 1 miedo 0 Ia confusion del informante 0 pore {quien vierte la informacién considera favorable re: componer su orden con la finaliacl de constr un texto mis compacto. Citamos el tetimonio de una ‘mujer que perdié a sus dos hijos menores de edad, len Ayacucho. ste texto correspondea la ctdnica Los Sucesos de Huanta y Ayacucho: Dos nifios abatidos por las balas. Lean mis hfs. Fueron al puente nuevo «Pra «losa jugar polo, tompranito. Mienuras esta ban juyando com pelota, pasaron los guarcias easalto que habian legado por avin. Elos, pparaditos los quedaran miranda. A las dos, ‘entonees, ks aleanz las balas. Primera cays cel mayorcito de mis hijos. LI menorcivo dij: !Mi herman, y core hacia &l, cuandes to alcanzé también otra bala {A.W hijo! - me avisaron. = 223- Eonces vi que por mi puerta flevaban al ma: vorcito, Lnloguccida, nurs cortiondo a micas vvolvia salir. {Ata otto hijito!- repitionon, Corr’ hacia abajo y vi que motian a un ex 10 a mi pequeno hij. Aleancé el carro y _me prendi de 6. Soy su madre, llévenme con mi bijo, juntte a6 die y fo Slewsal hospital Todavia estaba vivo mi hijito. Cuando llega mos al hospital, tambien Hegaba, en ese momento, oi otto hijo, on una camilla, Color quecida-gitey bajé de! carro desesperada, prendida cle mi hijito herilo, sin saber que hacer. Me detuvieron fos médlicosal notar ol cestado avanzado ck: emnbaraze, EXaba en. cinta de este mi bobito, on visporas de dara uz. ;Como pueden pasaeme estas cosas en cesta situacidnt, des Mis bijitos.! TS, pues, padrcito, reclama por misdos hijo. Harte carge desta pena, |. Las cronicay del Grupo, Narracién y fo popular. El concepto de literatura popular o literatura de ‘masas) manejado hoy para referra ciertos textos que ‘detertan una perspectiva burguesa, ha contribuidoa ‘que se siga postergando la modificacién de las con- diciones politics y ce produccién necesarias para el florecimiento y defintiva consolidacién ce una au- \éntica literatura popular. En efecto, mas que respon: der los intereses de las clases mayoritarias 0 aba- jadoras dela sociedad como querian los leninistas y los maoistas, la literatura de masas, producida por los sectores burgueses, ha orientado sus objetivos al control ideolégico de aquellasy ala creacion ysatis- faccién de necesidades arificiales, Frente a esta realidad, la verdadera literatura popu laces producida isicamente por los propos trabaja- doreso aquellos que pertenecen alos sectores popula resmarginads. También por losescrtoresqueasumen ‘como propios los intereses de clase de estos sectors. En otto nivel, la literatura popular se inscribe en tuna dinmica de consumo na mercantilista, exten- diendo su radio de difusibn a la totalidad de su pi blico viral através de mecanismos de distibucién apropiaclos a sus reales intereses. Imaginemos, por ejemplo, lostalleres de escritura en Yendn durante la guerra de resistencia Japon y la lectura masiva delo proclucido en las escuelas de adoctrinamientoy suje- idm ala linea correcta del partido. Unnbrall seus sonesnaecesxccin, ctu y cea "Néstor Garcia Canelini, en su ensayo «Arte Popu- lary Sociedad en América Latinas ha sostenido que: {Un arte poplar no se-consigue solo a raves dela esperimontacién formal, ni inyecténdo- ecomtenides ideol6gicos revolucionarios, ni divaluindolo cotre un eximero mayor de es- pectadores, ni sustituvendo los emasextean Fras por los nacionales. Lo decisiva seré que ‘nuestros pueblos asuman ol contiol de la pro- duccibn, la distribuciée y ef consumo dot artes De esto podemos desprender que una literatura Popular solo lo es si es producida, distribuida y con- sumida por el pueblo, independientemente de los Contenidos que ellas porten. En suma, la imposibil- dad le una literatura y arte populares auténticos es- tarian dados por la permanencia de un modo de pro- dluccidn el mercantilista) que margina al propio pue- blo del proceso creativo. Es en esa contradiecion que los patrones de produccién capitalist han desarro- ladlo una literatura populist (de masas) con reper- Cusiones nocivas en los vast sectores de la pobla- Cin. Sin embargo, estos elementos no son suficien- tes para determinar el carécter de un are popular y menos atin el de una literatura popular. Garcia Canclini se ha referido ala actual definicién de una practica aristica popular en América Latina: Hoque actualmente puede ayudarnios aiden Llicar el caracter popular de-una préctica ar Fisica es que sea o represente una respuesta Solidaria a una necesidad colectiva, es decir que forme y exprese a conciencia compartidla deun conficta y contribuya a superario. Estadefinicion sobre la prictica popular en el arte informa sobre el fundamento de esa practca, funda mento que sostiene que una literatura popular debe Contener una + respuesta solidaria a una necesilac colectivaey plantearse como solucion a un conflicto que atahea las mayorias populares. Enel trabajo lterario de los de Narracién, lo po- pular es trabajado en sus variadas manifestaciones sociales, pero dentro de elas el grupo privilegié a lossectores campesinos mineros. Ahora bien, como valorar el trabajo grupal de Navracién, su trabajo con lascrénicas en relacién con la literatura popular? Empecemos diciendo que las cnicas son escr- tas por Narracién con una fialidad politica y que su eseritura fue concebida como un medio para lograr un objetivo: ideologizar a los gremios que protago- nizaban las luchas narradas y radicalizarlos en lo posible en contra del Estado. Hasta aqui es clara la instrumentalizacion de la eseritura. El hecho (sujeto a comprobacién) de queen ellas lo iterarioalcance unnivel atstico apreciable, valioso, en nada modi fica esafinalidad. Lo importante radica en que por encima de cualquier objecién, lascrénicas dan cuenta de las luchas politicas de las masas organizadas y que se constituyen en una erespuestasolidaria a una necesidad colectivas, necesidad en este caso repre sentada por la lucha a favor de un mejor nivel de Vida para un sector oprimido de la sociedad. Esti demas decir que las Cronicas de Narraci6n, expeesan fen su base un conflicto, y que a través de su objtivacién en los propios protagonistas dela lucha yeelreconocimiento de la justcia de sus reclamos (en este caso, politicos, se contribuye a superar. En este eercicio expresivo los integrantes de Na sracion se ajustana una concepcién ya un convenc ‘miento de que en el futuro los medias de produccién anistica deben ser conocidos yestar al alcance de las Oorganizaciones populares. in embargo, en un proce 50 en el que la caracteistica predominantees a cre Cente democratizacion de los medlios productivos, es pemmisible que el pueblo paricipe en la producion y control del arte «por ejemplo encomendincolo a re presentantes auténticose |. Pero, sobre todo, 10 fundamental seré que el lenguaje, fos he- Cchos historicos, fos objeos, Ja materia prima cle toda elaboracion artistica sean propiedad de todas, que se sientan tan daciios del arte Jos. emisores como los reeepiores, y que el digo y los canales qu los comuniquen per fenezcan a la socivelad enter Deesta meta fundamental no estuvo lejos Narra in. Debemos mencionar que uno de sus objetivos fue transfrir los medios y procedimientos deelabo- racign literatios alos integrantes de los gremios para {que ellos mismos fueran quienes en adelante plas masen sus propias creaciones. Este trabajo se desa rrolléa través detalleres itinerantes. El grupo Narracién concebia su trabajo literavio de acuerdo a pautas y a principios. ¥, mis que es0, de acuerdo a diserios plasmados como metas. Suvi- sion marxisté de la realidad y su opcidn clasista, que tuvo al realismo como arma para llevar a cabo sus propostos, gd con los intereses del profetariacio en el plano politic; sin embargo, no consiguié plas: ‘mar una literatura proletaria. En realidad, la literat ‘aque llega a plasmar el grupo puede ser denomina dda popular con todo lo que ese término tiene de ge ‘eral y con las limitaciones que la propia practica ‘comport6, Fue popular por la perspectiva que se vt Soneat decace CutsnySoceses, Umbra rplementé en el relat y por el referente tatado. _cias incubadasen el grupo. Sin embargo, existieron 2opular por a determinacién del lenguajeen lacons- también limitaciones. No logr6, por ejemplo, see ruccién del texto (sobre todo en la parte de lostesti--__ popular en tanto se construyé asi misma sin el contac: rnonios)y popular porladiversa y hasta contradicto- _to-con el publico al que inicialmente fue destinado ia base que sustent6 a todas as propuestas ytenden- 0 ea, el publico obrero-campesino. NoTAS 1 2. Este texto de Plejanov es considerado, dentro de ls estudos sobre eséica marssta, como uno de los fundadores. nel autor deaunciaba ala tendencia del ane por el ate como producto del divorio ene tlarista ye! medio Socal, pero no de us divorcio cvestionaio, crtico, sino de un dvorcioafbitao y atuito. En una entievista concedida al hispanista checo Glinter W. Lorenz, Ciro Alegria se intrroga sobre su verdadera condicién profesional. fra respuesta, es evident la profunda fusion en 6! de lo politico y'0 Iteraro:i usted me pregunta si hago eiferenciaciones entre ambas funciones, le digo, no. Solo que no sé lo que fu 0 soy primero: jpoitico 0 escrito? En el caso de José Maria Arguedas sucede algo sila. Su sere de trabajo recopilados por Ange! Rana: «Formactén de ua cultura nacional indoamerscanae, 309 tuna prueba de la permanente preceupacion por proponer nuevas opciones de desarollo campesino, fdemis de reivindicar socialmente a este sector humillado hstonicamente. (CF. #Razon de ser del indigestion) MARIATEGUI José Carlos (1978): xAnte, evolucion y decadencian En: El artista y la época. Lima, Editorial ‘Amauta, Po. 18 ‘Agu! estamos en el principio central de a esttica marxista que concibe et arte como une forma de onciencia social ya la obra de arte Como Una tansposicion atta de la realidad en la que los dos panos constituves dela misma, el extemo, objetivo y linterna son reelaborados por ef ais GOLDMANN, Lucien, sExpresién y formas En: Naracién. Revista iteravia Peruana, Lima 1.1966. Pp. 16. 17 CARRILLO, Francisco. Cartas y Cronistas del Descubrimientoy la Conquista Lima, Editorial Hosiznte 1987, Po. 8. GUTIERREZ, Miguel y Antonio GALVEZ. «Historia de una lucha. En: Loe Sucesos de Huanta y Ayacuche, "Nueva Crénica y Buen Gobierno. Suplemeni dela Revista Naracion 'N®2. Lima, julio de 1971 Pots En el campo dela crdnica el trabajo del Grupo Narrac es realmente original. No sucede as cuando del reporaje strata. En 1964 Hugo Netra ya habia llevado a a prctica las propuestas de Narracién, con el Feporiaje Cusco: Hera y muerte difundida en la coleccidn de Populibres. En el périco del libro Netra ‘Consignaba una cla extaida de {Qué es fa literatura? de Joan Paul Saree. La Cita deci: «Creeros, en ‘electo, que o repotaje forma parte de los gneroslitearios y que puede converse en uno de fos mds Importantes ente ellos. La capacidad de caparintulivamente e istantaneamente los sigiicadosy la hablidad para reagropar esos en Forma que se ofezcan al lector conjuatos sitéticos inmediatamente descifables, constituyen las cualidades necessnias en un reports. 2 cita configura la necesidad de ‘iloricar cena frmalizaciones perodistcas dento del campo de los genera Iterarios. Ahora bien, en campo de ia cron los ensayos han sido varios. Alli tenemos, por ejemplo Ff Amauta Atusparia, de Froesto Reyna, una verdaderscronica novela, escrta en los ahs veinte en el Per, Enel extanjer, 08 ‘ensayos de Lewis, con 10s hos de Sinchez 0 Truman Capote con A sangre fia desarollo en realidad fue impresionante. Los géneros documentales encarmaron en formas como el testimonio, la novela verdad, la erbnica novelada, la novela tesimonio, el gran repotaye periodico, la biogratia novelada (Cir. CORNEJO, Antonio y oltos. Narracién y poesia en el Pei. Lima. Hueso Humero ediciones. Pp. 107 sets. REYES, Roberto Las erdnicas de Naraci 1981. Pp. 5. Ens Cobriza, Cobrza 1971. Lima, Ediciones Nueva Crénica REYES, Roberto. Op. cit Pp. 6 NARRACION, sHistoria de una luchae. Op ct Idem = 2256 tell, tev wes oe uy ic 15. tbider, 16.REVES, Roberto. Op. cit. Pp. 11 17, REYNOSO, Oswaldo. Luchas dl Magstorio. De Mastegui al SUTEP. Lima, Ediciones Naracién. 1979. Pp, 2. 18.thidem. 19. bidem. 20.tbidem, 21. tbidem. Pp. 8 22. idem. Pp. 10. 2 GUTIERREZ, Miguel y otros. «1971 Gran huelga miner, En: Nueva Cronica y Buen Gobierno. Syplemento de la Revista Navracidn N® 3, Lima, jullo de 1974. Pp. 15. 24, GUTIERREZ, Miguel y Antonio GALVEZ. Op. cit. Pp. 2. 25, & realidad of trabajo novelisico de Gregorio Martinez es una proyeccién de los postulados generates cesbozados por el Grupo Narracion a comenzos de la década del 70. El trabajo con el testimonio ye Sprovechamento de sus capacidades comunicabvas au nivel popular coineiden con el roo la orienta ‘ibn evolucionaria de su pensanento(abieramente marssta) Debe entenderse, sin embargo, que Canto 6e Sirena supera el tratamiento samowilista del testmanio practicado ya en nuestro medio antes de 1976, So de la publicaion de este texto, Los tabajos dle Hugo Neva: Hille: Habla un campesino pervano; Jost ‘Matos Mar : Erasmo, Yanacén del Valle da Chaneay; y Ricardo Valderrama y C.armen Escalante : Greqono Condor: Maran, Autobionraia, son, en su apegos la antropologiao sociologa, una fel tanscripcion de lo proporcionada por el nformante. Cantode Siena, por el contavo,reelaboraansticamente ynos 0 fect tun new product. 26. GUTIERREZ, Miguel y Antonio GALVEZ, Los Sucesos de Huanta y Ayacucho. Suplemento de la Revista "Narracin. Nueva Cronica y Buen Gobieeno N° 1, julio de 1971. Pag, 2 27. I concepto de literatura popular, asi como el de arte populares ahora vago ¢ impreciso. Su formulacién no “depende tanto de una idealizacign sino del reconocimiento de su existenci, por ahora, imposible. Soa, sin fembargo, diversas Tos caminos que se estn siguiendo para adelantat lo que » solo en una verdadera Sociedad socialist podra ser un arte socialistay popular. Por ahora las tensiones producidas por e! concep: tade lo revolucionario en el ate, propician seros debates sobre lo populaey su reaizacion. 26, Esto es lo que masse ajusta als principio programaticos de Narracién ya la intencién de ser inéeprete del undo poplar. En realidad estamos ent un grupo que si lugar a dudas ha implementad en Su praxis leraria una perspectiva popular. 2 GARCIA CANCLINI, Néstor. Ane Popular y Sociedad en América Latina, Teoras Eséticas y ensayos de wansformacion. México, Editorial Grijabo SA. 1977. Fp. 30. GARCIA CANCLINI, Néstor, Op. cit. Pp.264. 31 thier 32.Los taller itinerant fueron un ensayo que bus sn conseguiro, la participacion directa de los came ‘sinos en el trabajo de redaccin de las cronicas, Los talleres se formaban inmediatameate daspués de la fealwzacin de Tos Congresos Campesinos 2 los que varios de los integrantes del Grupo, basicamente “inigidos por Miguel Gutierer, asistian para presenta la revista + ste es un resumen del euato capitulo de Ia tesis de licenciatuea Fl grypo Narracion. Andlisis de una ‘experiencia en el proceso de a narrativa peruana presentada por el auto en 1989 la Universi! Nacional Mayor de San Marcos.

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