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Es el pensamiento de la mayora suficiente para determinar lo natural?

Para muchos el punto de partida de la moral es la autonoma del individuo, puesto


que nada debe antecederlo, ni determinarlo, es decir, que perturbe su capacidad
de eleccin para lo que conviene en la bsqueda de su felicidad. Pero,
lastimosamente, con la mera autonoma no se construye ninguna moral, puesto
que este asunto delicado es un tema que se concierne y concretiza en la
convivencia con los otros, en su sociabilidad (ley natural), la cual, empieza a dictar
desafos en defensa de la autonoma y la disparidad de la pluralidad y lo relativo.
Hasta aqu, el punto delicado es cmo desde lo individual a lo colectivo se
legitimiza los consensos para no acabar con la autonoma y la libertad?
Este interrogante se plantea desde una consideracin fundamental que acoge la
realidad de dichos acuerdos que muy evidentemente dejan la responsabilidad a
unos pocos, es decir, a sus conviccin, ideologas y capacidad de gestin, tal
como vemos en los casos que muy difcilmente encierran complejidad a la hora de
gestionar y valorar la vida: eutanasia, aborto, matrimonios homosexuales,
adopcin, clonacin, etc.
Con lo anterior, la realidad de un consenso parece estar muy ligado a una
dinmica de poder, y este puede ser el punto de quiebre de dicha herramienta
democrtica, que pude no tener un criterio claro y tacha al margen de lo
deseable hecho que en ultimas, no siempre coincidir con lo posible ni con lo
oportuno, a tal punto que no todo consenso es digno de respeto, solo por el hecho
de conciliar o negociar posturas diferentes.
A modo de sntesis y en palabras de Nelson Medina Ferrer, si entendemos o
damos por verdadero que todas las cosas poseen una naturaleza, evidentemente
no podemos dar por cierto que toda ley o consenso determine lo natural, puesto
que estos se ven afectados por las desiguales posturas de grupos, que tiene en
sus manos decidir lo bueno o lo malo en las dinmicas propias de poder de la
sociedad.

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