Está en la página 1de 50
HEGEL y Harri La dialéctica amo-esclavo: una interpretacién revolucionaria ‘Traduccién de Fermin Rodriguez norma ves, So fa “inci por Fela Rosie sm 752106 [tom Ree Nemec: Rodrig Fees Tio, cop niet “ini ee ot i ‘ron, uc om om Dre ‘Sinn (C107 Boca Aes ‘op nts a Clase de Lio Dante de tg: Sng Comte trp Argein onree ines ean ebro de 205, wien ; a anne ee Sas Hecho dept qe mre oy 1.78, br deen gen ge Gracias © Benedict Anderson, Etoune Batber, Martin Beraak Tense Brennea, Zila Bese, Pair Gilgen, Miri Honse, Nancy Hirschmann, ‘Michal Komonen, Michel Rolph Tle, (la Suit for Hamster let etait paduades de Coral Universi, En el siglo xv, fa exclavitud se habia convertido en la :metafora principal de la filosofia politica de Occidente pa- ra connotar todo lo negativo de las relaciones de poder! La libertad, su anttesis concepiual, era para los pensadores del Thuminismo el més alto y universal de los valores polit cos. Sin embargo, esta metifora politica comenzé a arrai= gaze en urna época en que la prictica econémica de la es clavitud -la sistemética y altamente sofisticada esclavitud 1 “Para lor pensaiores del siglo xvnr que se ocupaban del te rma, lnesclavtd apareca como la metifora central dels fverzat aque degradaban el espirta humano” (David Brion Davis, The Pro- em of Stavery in the Age of Revolution, 1770-1823 [Uhaca, NY, 1975}, p. 288; de aqui en adelante FSAI). (N. del T:todas las ae ucciones fueron hechas directmente del original avo que se {ndique lo contrario.) @ € Sean Buck Morss capitals de puebles neuropeos como fuerza de taba Joven la colonias- se iba incrementando cuantiai mente inensfcando cualtaivamente, hasta el punto {que a mediados de siglo todo el sistema econémico de ccidente estaba basado en ella faciitando paradéjca Jmente la difusién global de los ideales iluministas con Jos que se hallaba en franca contadicin fate agrante dicrepancia entre pensnmientoy psc tia mare6 el perfodo de transormacién de la forma tnereanit del eaptalsino global en su forma protoindus iia, Fodifa pensase que, seguramente, de manera no taciona, tos feof “uminados fueron incapaces de perc, Pero no fn el eso. La explotacién de milo Pes de trabajadoresexclavos ents colonas Fe aceptada Como parte de una realidad dada por los isms pens Gores que proclamaban que la Hoerta era e estado - thal del hombre y su derecho inalienable. Aun cuando los reclamos éricos de ibertad se transformaron en ac (ibn revloeionara sobre la escena politica, la economia Cpelnsta de las colons que funcionaba entre bastido tes permanecié en la ocidad ‘esta paradoja no patec6 perturbar la conciencia Aégica de os contemporineos, reslta tl ver mis sor pronidente que los exetitores de hoy, con pleno conoc (erento de los hechos, sean todavia capaces de escribir | ¢ Oceidente cancebidis como seats coe rents sqhre la ibertad hymana, El moi no es neces ‘Samenteintencional. Cuando las historias nacionaes son onezbidas como aucosufcents, ocando diferentes 2 pesto de Ia historia son abordados por disciplinas as Bos in contesdencia se hace aun lad por relevant. Ee Hg Host ees Se eos poche eas eee Después de todo, un erudito no puede ser un experto en ‘cualquier campo. Fs razonable. Pero tales argumentos son un modo de evitar la incémoda verdad de que sicier- tas constelaciones de hechos son capaces de penetrar en lo profundo de las conciencias de los eruditos, perturbar fan no s6lo las venerables narraciones, sino también las twineheras académicas que las (re)producen. Por ejem- plo, no hay ningtin lugar en Ia universidad en el que la ‘constelacién particular de estudio “Hegel y Haiti" pueda tener su sede. Tales a tarea que me ocupa, y voy a tomar tuna ruta tortuosa para cumplirla. Lo siento, pero este aparente de ‘es el argumento mismo, 1. La paradoja ent ef discurso dela bertad y la prc: fuica de ta eslavitud mareé elacenso de una sucesién de [naciones occidentales dentro de la incipiente economia [global moderna, Holanda es el ejemplo mis temprano a tomar en cuenta, Su “Edad de Oro", desde mediados del siglo x0 hasta mediados del siglo xv, fue posible gracias a su dominio del comercio global, incluyendo el trico de esclavos como factor fundamental. Pero si seguimes al més sobsesaliente de sus historiadores modernos, Si- mon Schama, cuya densa descripeién de la Edad de Oro de la cultura famenca se ha wuelto desde su publicacion en 1987 un modelo dento del campo de la historia cule ral, nos encontraremos con na sorpresa, Asombrosame teyel tema de la esclaitud, el wifico de escavos y el aba jo excavstano se diacuten nunca en The Emlarassment of Hegdy Hits Riches, un relato de més de seiscientas paginas sobre c6- mo la nueva Repablica Holandesa, desarrollando su pro- pia cultura nacional, aprendié a ser rica y virtuosa al mis ‘mo tiempo.*Pasa inadvertido el hecho de que la hegemo- nfa flamenca en el comercio de esclavos (reemplazando el protagonismo de Espaia y Portugal)? contribuyé sustan- cialmente al enorme "exceso” de riqueza, descrito por ‘Schama como un problema moral y social durante el siglo. de la *centralidad” holaridesa en el “comercio mundial” (ER, p. 228). Aun asi, Schama indica el hecho de que la 2 Vease Simon Schama, The Ebarrasiment of Riches An Inter retain of Dutch Culture inthe Galen Age (Neva York, 1987); de quien adelante ER. Ei problema para esta nacion retienternen- teenriquecida fue "eémo crear un orden moral en el interior de tun paraiso reese” (p. 125). 3 El aso espasel garantiaaba a indviduos parsculares et Drivilegio exclusivo de proveer de eslavos africanos aa América ‘spaiol, pero los propiceespafoles ne conuolaban el comercio on demasiado rigor Los puestos de comercio de esclvos sobre Ja costa africana estaban bajo bandera portuguess, holandesa, francesa, inglesa, danesa o de Brandenburg. La masina mercan te holandesa dominaba ls ruts maritima entre los pases dl Auléntico nerte, ransportando mercancis de otras naciones: participaba ambign dl arena 4 En mi lectura slo encontré das menciones Ia extavitu rea: en una discusiGn de ls itor eulinarios holandeses lds gusto porel “mengtaes(renslto), que er una “papilla ensopa- a’ la papilla de lo eslivos los bebés" (ER, p 177);y en wo mencién ala Compaasa Holandesa de la ia Occidental, que ‘estaba “obligada a gastar ms de un alton de guineas al ao en é a a : » x » » » » . r r ye iS m Soran Buck Moret metéfora de Ia esclavitad tomada de la historia del Anti- sguo Testamento de la liberacién de los israelitas del yugo egipcio, y daptada al contexto moderno, fue fundamen tal para la autopercepcién de Holanda durante su lucha’ por la independencia (1570-1609) contra Ja "tirania” es- patiola que los “esclavizaba'; de ahi proviene la Holanda moderna." Schama reconoce claramente como la mis flax grante contradiccién el hecho de que, al mismo tiempo, Holanda discriminaba alos judfos.' Hay un largo capitu- Jo donde Schama discute el cardcter de chivos expiato- ris y la persecucién de una larga lista de “ilegales” que, ebido a la obsesidn psicolégica de los holandeses por la defender los sentamientos en Recife y Pernambuco (en el Bras tencontra de les portuguese] mientras que slo reendaba cuaro- Cienias mil guineas en concepto de ingress por cl tific de eck ‘oxy por laexplotcisn de sacar y tintaras vegetale” (ER p. 84). 5 La “Spica del Exodo se weve para Holanda lo que habla si so para los judios de a Bibi: Ia legitimacign de una gran rupt rahistéries, un core con el pasado que hizo posbe ainvencién reroepectiva de una ientidad colectta” (ER, p. 113). El rey Fe lipe Il de Espasa fue identiicado con el faraén durante el yugo cegipcia: “Uno doblegs al pueblo de Jacob (isralis) com la cclavitd / Etro oprimié 2 Holanda con I tranta™ (ER p, 105), Schama menciona la referencia holandesa als eiteradasconde- has del misioneroeatelico Bartolomé de las Casas po Ia “inife tencia"de Espaa ante a etait; pero no menciona la prict- caolandesa de Is eclaita, 6 ~Paradéjicamente, In precileccin de la Iglesia de desceibir 451 propio rebafio come hebreos weltos a nacer no la dispuso cen favor de los judtos reales” (ER, p. £91) 4 peers Hoga y Heit purificaciOn, era necesario eliminar del cuerpo social homosexuales, judios, gitanos, vagabundos, prosttutas, pero en este contexto, no dice nada acerca de los escla- vos africanos? A Schama lo fatigan las historias econémicas marxis- tas que tratan a Holanda sélo como un poder mercantit capitalista Su proyecto es mas bien trnzar causalidades cculturales. Examina entonces cémo el ansia de tiquezas, debido al/"desborde de bienes” desperts en la Holanda ‘VéaseiER pp. 565608. Schama desribe la conexidn que he ‘ian los holandeses entre los n-europensy el exceso de abaco, senualidad y otros vicios que amenzzaban con contamina la vida doméstica de Holands: “Numevoaas imagenes y anvologias de textos de la barbarie nat del Brasil y Florida, por ejemplo, mos luaban indios famando hojasenvolladas, mientras que aetos de «copulcién, de canibalsmo, de orinar en piblicoy otras bestia des cotdianasserfan rutinariamente de fondo" (ER, p. 204). {8 Schama se contenta simplemente con registra sin ningyin comentario eco, Ia fants de Thomas Mun de que bajo el capitalsmo el dinero produce dinero, inflayendo en la Holanda ue ext: “Et capital engendra capital con azombrosa faildad,y de es: te mod, lejos de negarse sus frvos, el capitals se revela en cl confort material que se pags. A mediados de siglo parecta, no haber Iinies, cieramente limites geogréficos, para el nt mero de sus fotas los recursos de as eimpresaios. No bien fe satra 0 agota ta demando de determinado consumo, se descubre una nueva y promitosia materia prima, se monopo lia ef abasecimiento, se esimula la demanda, e explotan mercados locales y extranjeros. Pods la mares de la prospe ridad dejar de subir (ER, p. 223), Susan BuckMorss ‘moderna el temor a una clase diferente de esclavitud, la “esclavitud al lujo" que amenazaba la “libre voluntad’, el temor a que la avaricia consumista “convirtiera espiri- tus libres en serviles esclavos” (ER, pp. 47, 208). Cen- irandose no en el comercio sino en la familia como esencia de “lo holandés", Schama introduce a sus lecto- res en la vida privada y doméstica, en la casa y los senti- ‘mientos, en la mesa servida y las emaciones personales, cuando “ter Holandés era ser de la regién, de la parro- quia, tradicional y rutinario” (ER, p. 62). Podriamos ex: cusatlo, si no fuera por el hecho de que los esclavos no ‘eran ajenos al ambiente doméstico holandés. El silen cio de Schama refleja el silencio de sus fuentes? No di ria tal cosa? La cultura visual holandesa provee claras evidencias de una realidad diferente. Una pintura de Franz Hals de 1648 muestra en el centro de la tela aun joven negro, presumiblemente un esclavo, como parte de Ia vida doméstca, visible en el seno de una opulenta y eilida familia holandesa, con un paisaje flamenco de fondo (ig. 1). La pintura de Hals no aparece en el libro gnificamemte ilustrado de Schama (aunque incluye otra pintura de Hals, un matrimonio holandés, solo, ‘con un paisaje de fondo). No hay ninguna otra imagen, 9 Geramente Grotus discus la esclavitud real, Pero Sch sma ctza Grotus (éase nota 18) Snicamente en trot contextas (guerra, comercio, destino holandés, matrimonio, ballenas). No cesirrazonable sospechar que el dlencio es exclusive de Schama, Semejants historias nacionales selects se han converido en ‘una coriente de la historiografia europea, que omiten gran par- te0 todo relato de I colonzaci, _ £ ooo Hegel y Hat de negros."* Por supuesto, dada la ausencia de esclavos en la narracin de Schama, en las ilustraciones hubie- ran estado fuera de lugar. La consecuencia de este estu- dio es una ceguera parcial entre océanos de perspicacia, caracteristica ~como veremos~ de los estudios académi- 0s occidentales, Fig. A: Fan Was, Revato de una fomiohlandesa (648), Museo Tyssen Borne, Ma, 10 Véase sn embargo, Alison Blakeley, Blacks the Dutch Ws ‘The Besttion of Rail Imagery im 2 Moder Saity (Bloomington, Ind, 1999), que ofrece una evidencia visual de los negros en Ho lands en esta épocs, ¢ € a « q a ¢ ¢ 4 A comienzos de 1651, Inglaterra disputé con Holan- da una serie de guerras navales que condujeron a los bri- tinicos al dominio no s6lo de Europa, sino de la econo- ‘mfa mundial, incluyendo el trfico de esclavos." En esa poca, Ja revolucin de Cromwell contra la monarquia absoluta y Jos prvilegios feudales repitis el gesto holan- és de hacer un uso metaforico de la historia del Anti guo Testamento de laliberacin de los israclitas de la ex clavitud, Pero la teoria politica comenzaba a deshacerse de las antiguas escrituras, Thomas Hobbes es la figura central de este proceso, Aunque Leviatén (1651) es un 17 En ta época del Traado de Uvrect (1718), Gran Bret se seo del aso espaiol. "Muchas de las fortunas de Bristol 1 Liverpool en Ine clécadae sigelentessban a constrizse sobre el wilco de esclavs" (R. R, Palmer Joe! Colton, A Histwy of the Moder Wold, 3 8, [Noor York, 1989], p. 170. ° 18 Hegay Hott hibrido de un imaginario moderno y brblico, la esclavi- tud se discute en términos claramente seculares.* La es- clavitud es percibida como una consecuencia de Ia gue- tra de todos contra todos en un estado de naturaleza, perteneciente a una disposicién natural del hombre.” Involucrado a través de su patrén, Lord Cavendish, en los negocios de la Comparifa de Virginia que gobernaba una colonia en América, Hobbes acepté la esclavitud co ‘mo "parte inevitable de a logica del poder” (PSAR, p. 263). Incluso los habitantes de "Aorecientes estados civiles” podian retroceder hasta ese estado." Hobbes fue honesto 125i los ejemplos vetncos de Hobbes recuren ala mquina ‘como metafora dle un estado constr artificialment, el Ante .guo Testamento proree el lo de Levata, nto come el el le Dro de Hobbes sobre e} Pasiamento, Behenath, nombre biblico para una soberanta tirinic, ya en so en la historia nacional de Holanda: “Los reyes de Espatia, en cuyo nombre se cometieron estas infamias (contra la peblaciones cvs holandess). leg: ‘on a consderarse como Behemot, decididos a destruir ls 1208 ‘comunitaros e incluso familiares” (ER, p92), 13 Hobbes considera la “lucha elemental entre dos eneri- 08" como “Ia condicidn natal que vuelve necesara ai eslai= ‘ud como instucién social” (David Brion Danis, The Probe of ‘Stoners in Western Cate [Nueva Yosk, 1965], p. 120; de aqui en nis PSV). Aqui Hobbes sigue a weéricos anteriores, Samuel Pu fendort y Hogo Grotiu; el libro de dete alimo, War and Pee (1858), incuia puntos de visa pro exclave y of argumento de ‘que la esclavtud era legalmente aceptale 14 Peter Hulme, "The Spontaneous Hand of Naar: Sate 7; Colonialism, and the Enlightenment’ en The Enlightenment and Its Shadows, ed. Huline and Ludziia Jordanora (Londres, 19 Soran Buck Morss y no tuvo conflictos con Ia esclvitud, a diferencia de John Locke, La primera frase del libro primero, capitulo ‘uno, de Dos tratadis sobre el gobierno cuil (1690) de Locke, afirma inequivocamente: La esclavitud es un Estado del Hombre tan vil y miserable, tan ditectamente opuesto al generoso temple y coraje de nuestra Nacién que apenas puede concebirse que un inglés, mucho menos un Genileman, pueda estar a favor de ella” Pero la indignacién de Locke contra las “Cadenas de Ja Humanidad” no fe una protesta contra Ia exclavitud de los negros africanos en las plantaciones del Nuevo ‘Mundo, y miicho menos en las colonias briténicas." La esclavitud fue més bien una metéfora para la tirania le gal, tal como generalmente se Ia utilizaba en los debates parlamentarios briténicos sobre teorfa constitucional. ‘Accionista en Ia Compaifa Real Africana, involucrado en la politica colonial americana en Carolina, Locke ‘consider6 claramente la exclavitud de hombres negros como una institucién justificable” (PSWC, p. 118)" BI 1990), p24 Hulme se ocupa princpalmente de fa descripein de Hobes de os indigenas“salvaes’ de las colonia. 15 John Locke, Tw Treaties of Government, ed Peter Last (Cambsidge, 1960), $1 p. 14 16 Locke tomé parte en la planiicacin e polities colonials a uinés de su protector, el conde de Shaftesbury, y foe un enéigh Co delenanr del empresa. Fue el autor dela Consituchin Funds: ‘menial de Carolina, como secretatio del Consejo de Comercio y Hegdy Het ivorcio entre el discurso politico del contrato social y el de a economia doméstica (el ste) hizo posible esta do- ble visiGn.” La bertad beiiica signifcaba ta pales dn de la propiedad privada ylosesclayoseran una-pone ‘piedad pritada, Desde el momento en que los exclavos caian bajo la jorisdiccién doméstica, su estatus estaba protegido por la ley (igs. 2 y 3). Pantaciones ep el period 16731615, La Gonstinicin de Carol na esablecs: "Todo hombre tibre de Cavolina tend poder ya toridad absolua sobre ns eachvos negras" (FSWG,p. 118). 17 "Eni concepein de Locke, cl orgen de a eseavtud, co smo el erigen de la propiedad y Ia libertad, quedabs completa ‘mente afuera del eonuato socal” (PSWC, p. 119). Pedra revisar sel arguimento ilosiico de Locke que atenia el earicter un ‘eral dela fgualdad en el extad de naturaleza por la necesdad de contentimiento que exige el contrato social de shila exch sion, explicitamente, de niios¢ idiotas del contrato,y, por ex tensién, de otros eujetonietados 0 ineducables. Véase Uday S. Metha, “Liberal Strategies of Exclsion’, Polis and Sacey 18 (ic: 1990): 437.458, 18 Davis now “el desafortnado hecho de que los esclavos ran definidos porta ley como propiedad, yla propiedad era t- puestamente la fundacion de alibertad” (FSAR, p. 267). Fue 36 Jo “despues de ls decsién de Somerset de 1772" que posible dar por garsntizada la legalidad universal de In propie- dad de los exclaves"(PSAR, p47), aunque William Davy el abo- ido en este cato, argument por un precedente anterior: "En cl undécimo afo del veino de Kabel, expresa Davy se ba vesuel- to que ‘en Ingots ave x deasiads pure camo para qu vespiren cealows en ella” No era asi, esribe Davis: “De hecho, los eclavos rnegros fueron compradaty exhibidos en Ia corte de Isabel y de Susan Buck Morss Fie 2: Pete tay zat Camdesa de Oysar (1850). Ham Huse, Suey los escines esabon de riod a fres del SoH en Inter, competence a 6 tol eases." as eto Se fos holancases Amory von Dyck y Pater Lay bro prot pos de un nue neo de pine que tata ajvenes naps okendo fsa omos fats y te simbels de opulence de as eons” sus sucenores Emvardo, poesios pablcamente en venta a} largo de siglo at ylegados em testament hasta ea de 1820" {PSAR.p 472). El reclamo de Wiliam Blackstone de 1765 de que un esctvo oun negro, desde el momento.en que ley a Tn! ra, ee bajo la proteccdn de la ley y se wee stent un hom beclibre en slain con todos los derechos naturales”, no se apl taba Tes eslaos en as colonia. “Sncluso el constjo de Somerset Concedié qe la corte ingetadeberia hacer eectivs los coniatos de venta de ecvosen el extranjero” (PSAR, pp. 478,474. 19 “En el London Adveier de 1756 aparecia wna nota de Matthew Dyer que informaba al pablico que fabricaba “adenas de pla para negroso perros collaes, ec, Damas inglesas posban En sur reuratos con su cordero, per © su negro Como Masco- tur (David Dalen, Hogarth Blacks: mages of Backs Eighth Contry English Art (2985; Aduens, Ga, 1987], pp. 2123) ‘20 Acerca de a presencia de exlavos en Inglaterra a fines de siglo w0m, véanse también FO, Shyllon, Black Ste x Britain {diseva York, 1974) y Peter Linebaugh, The Londen Henge Come nnd Cit Soy in the Eighteenth Cray (Nueva Yorks, 1992), Hg y Has Fle 3: Antony an Dyck, Honea de Loa (1834). Kenod House 25 Medio siglo mis tarde, la concepcisn clisica della eco- nomia -y por extensién de la tenencia de esclavos- como problema privado y doméstico qued6 en franca contra dliccién con la nueva realidad histriea. El andear trans formé las plantaciones coloniales de las Indias Occ dentales. Tanto en términos de capital como de trabajo intensivo, la produccién de aziicar fue protoindustral, provocando un aumento precipitado en la importacion de esclavos africanes y una intensificacién brutal de su explotacién laboral para satisfacer la nueva y aparente: ‘mente insaciable demanda europea de la dulzura adicti- va del azicar" A la cabeza del boom caribeiio del azar se encontraba la colonia de Santo Domingo, que en 21 Véase Sidney W. Mint, Sens end Powe: The Plc of St gor in Modern Histor (Nueva York, 1985). Hegel y Host 1767 produjo 63 000 toneladas de anicar” La produ cin azucareracondiyjo a una demanda aparentemente infinita de esclavos, euyo nimero en Santo Domingo se | increments en el siglo xvi diez veces, por encima de| 4quinientos mil seres humanos. En Francia ds del vein- _de estas ransformaciones. Mientras idealizaban a los ‘pueblos indigenas de las colonias por medio del mito del buen sahaje (los “indios” del "Nuevo Mundo"), no se preocuparon por la explotacién econémica del trabajo de los esclavos." Aunque en esa época existian movi- mientos abolicionistas, y en Francia los Amis des Noirs 22 Vease Ralph Davis, The Rise ofthe Alani anomie (lhaca, Ny, 1973), p. 257, 25 Louis Sala Motinsafirma que un terio de Ia actividad co- smercal de Francia depends de ta insiucién de la eclvitd, véase Louis Sala Mons, Le Coe Noy oe caine de Caan (Par Hs, 1987) p. 24; de aqut en mie GN. atinnaciones mis conser- vadoras hablan de ua yeinte por cemto. 24 Fue Montesquieu quien introduce ycxablece el tone de la Aliscusin sobre Ia esclaviad en el Thuminiemo. Al mismo tempo que condena flos6feamente Is inatiecién, justia In exlavieud de fos “negros" sobre una base pragmatica, climitica yconspicua- mente racsta ("avis ehata,“negros de los pice I caens, El tos de “sentido comtin’), para conclu: "Ments débies exage- san demasiado las injusicins sutridas por los alrieanos” como ex) clavos en las eolonias (Montesquiew, The Spr ofthe Lon, en So laced Political Writings, tay ed. Melvin Richter [Indianpolis, 1900), p. 204 Susan Buck Mors (Amigos de los Negros) condenaban los excesos de a ex ‘Gavi, era rara una defensa de la libertad sobre la ba se de Ia igualdad racial* “EI hombre nace libre y, sin embargo, vive en todas partes encadenado.” Ast comienza Jean-Jacques Rous seau El conirato social, publicado por primera vez en 1762." Ninguna condicién humana aparece més ofensi vvaa su corazén o a su razén que la esclavitud, Reroin- ‘luso Rousseau, santo patrnno dela Resolueién France: sa.repritnis de su, conciencia a lossmilones de esclavos ‘que existian realmente, propiedad de europeans. mien iras que inca 25 Cada fecuentemente coma excepeidn, se eneventa I ‘obra de un sterdote, el abate Raa cuye bro (eset en cole hoincisn con Diderot) Mista poeple et plied able met conan des Exp dar xd Ide (1790) vain tel surgimiento de un Espartaco negro en el Nuevo Mundo p- sa yengar los derechos nausles. Ebro fue ampliamente lide, yyno sdlo en Euzops; el propio Toustint Louveruire se inspiron 41 Vease CLLR. James, The Block Jains: Towstnt LOvnete ‘and the Son Domingo Revttion, 2 ed. (1988; Nueva York, 1968), pp. 2425). Sin embargo, Michel Rolph Troll previene la lects- 1m demasindo entsiasta de cate pie, que debe ser contextual zado como una advertencia pura los euvopeos mas que como una apelacién als exclavo: ‘No se wataba de una clara predieién de un personae del po de Loverture, como algungs quiseron i+ sinuar... La posta ais exicema est nequtwveamentereerida a Ia especie humana” (Michel Roiph Troi, Sileing the Pat: Po rrr the Petcion of History [Boston 1988) . 85), 26 JeanJacques Rowse, cosa sro, sa. Enrique AZ conga (Madi, 1988), iro 1 np. 1. p 4. 6 Hegel y Het recientemente la notoria omision de Rousseau ha sido escruptlosamente expuesta por los expertos. El flésof catalin Lovis Sala Molins eseribi6 una historia (1987) del pensamientoihuminista a través de la 6ptica de Le Co ‘te Noir, el codigo legal francés que se aplicé alos esla- vos negras en Ins colonias, redactado en 1685, firmado por Luis XIV yno erradicado hasta 1848, Sala-Molins es, tudia el cddigo punto por punto, que legalizaba no solo ta eclavitud el tratamiento de sees hummanos como pro- piiedad mudable, sino la marcacién, la torcra, la mutila- in fiscayelasesinato de esclavos por intentar ebelar- se contra su estatusinhumano. Al yuxtaponer dicho Go digo, que se aplicaba a todo exclavo bajo jurisdiccién francesa, alos textos flosoicos, Sala Molins documenta 'a indignacion de los fldsofos del Iuminismo con vex- ext icignoran ‘soberanamente” Ja prictica-concucta dela esclavitud, ¥ se indigna con raz6n, En El cons sciah Rousseau: afi- nat "Elderecho ala exclavitud es nulo, no sdlo por ilegt- timo, sino por absurdo y porque realmente no sgnifea nada. Las palabras ela y derecho (deco, es decir lg] son contradiccorias y se excluyen muttamente”.” Sala- Molins nos hace ver la consecuencia de est afirmacién: El Code Nor el mejor ejemplo de este tipo de conven- cién en la época de Rousseau, no es un cédigo legal. El derecho que al se firma no es un derecho, en tanto re- lana la legalidad de fo que no puede legalizase, exo 4 laesclavitud” (CN, p, 288). Sala-Molins encuentra ab- surdo que en sus excites Rousseau nunea mencione el 27 Ibid, br 3, eap 4, p81 ‘Susan BuckMorss Code Noir. “El caso Hlagrante, conereto de lo que Rous: seau declara categéricamente como insostenible no me- rece su atencién” (GN, p. 241). Sala-Molins busca en el texto alguna evidencia que pueda excusar este silencio y encuentra, inequivocamente, que Rousseau conocfa los hechos. El filésofo del Hluminismo cita literatura de via- jje de su tiempo ~Kolben entre los hotentotes, Du Tertre ‘entre los indios de las Antillas-, pero evit6 aquellas pagi- nas de esos mismos relatos que describen explicitamen- te el horror de la esclavitud europea. Rousseau se refiri6 alos seres humanos de todo el mundo, pero omitis a los africanos; hablé de pueblos de Groenlandia trasladados 1 Dinamarca que murieron de tristeza, aunque no de la tristeza de los afticanos levados a las Indias que derivé ‘en suicidios, motines y fugas, Declar6 la igualdad de to- ‘dos los hombres y consideré la propiedad privada como el origen de la desigualdad, pero nunca se le ocurrié atar cabos y cuestionar los beneficios econémicos que la ‘esclavitud le aportaba a Francia como un problema cen- tral al argumento por la igualdad y la propiedad (véase GN, pp. 249246). Como en Ia repsiblica holandesa y en Inglaterra existia en Francia el uso y abuso doméstico de cesclavos afticanos." Incluso, Rousseau no pudo ignorar 28 Mis ain, los ejemplos de Rowsscau pertenecen ala Anigie- ad, por ejemplo, Braids de Espara contra el sitrapa de Perse polis! Veve Rousse, Diovraron te Orin af aqui en The Ba- Sic Plical Writing, p. 72 (hay sraduccin al espaol: Dizwoso sale loge deta desiguatad oi lr hols, Mas, Alianza, 1885). 20 Véase William B, Colien, TheFeach Encounter with Africans Wie Resjonse t Blacks, 1530-1880 (Bloomington, Ind, 1980), 8 Hog Heit “que hay en Paris boudoire donde uno puede divertirse indiscrimninadamente con un mono y un negrito (négr on)” (CN, p. 248), Frente a esta evidencia, Sala-Molins juzga elsilencio de Rousseau “racista” y “ceualsia” (CN, p. 253).” Tal in- dlignacién es inusual entre especialistas que, como profe: sionales, aprenden a evitar en sus escritos juicios apasio nnados. Esta neutralidad moral se construye en el interior de métodos disciplinarios que, basindose en una varie ‘dad de premisas filos6ficas, reproducen el mismo tipo de exclusiones, Hoy, el historiador intelectual que estudlie a Rousseau en contexto se ajustari a las formas de la pro- fesibn relativizando la situaci6n, juzgando (y excluyen- do) el racismo de Rousseau a partir de las costumbres de su tiempo, para evitar de ese mode la falacia de anacro nnismo. O el filésofo contempordneo, preparado para analizar una teorfa abstrayéndola de su contexto histor co, atribuird a los escritos de Rousseau una universalidad aque trasciende las intenciones del autor o sus limitacio- nes personales, para evitar la falacia de la reduccién ‘ad hominem. Ea ambos casos, se omiten en silencio los hechos incdmodes. Pero sin embargo, los hechos son, En 1764, el gobierno francés probibié In entrada de negros en ta meudpoli En 1777, la ley se modified para levanar alguras de as restrcciones, permitiendo a ls esclavos colonials acon 0 Autor también de Ligue owe Ambinues: Le Code Noire pognl (Paris, 1992), Sata Molins juaga mas progresia que los [hilorpheta protesta contra la esclavtud del scerdote Las Casi, {que en el siglo xv reclamaba la abolicin inmedia *9 a 4q q € t € ‘Susan Buck Mores visibles en historias generales de 1a época, cuya mencién no seria de gran ayuda porque cuando la teorfa del Il rminismo fue puesta en prctica, los promotores de revo- luciones politicas se toparon con la realidad econdmica dela esclavitud, de manera tal que el reconocimiento de la contradiccién fue imposible de evitar, Los colunos revehucionarios de Norteamérica que pe learon contra Inglaterra por su independencia moviliza ron el discurso politico de Locke para sus propios fines. La metifora de la esclavitud fue central para la lucha, pe- Fo en tn nuevo sentido: “Los norteamericanos evefan ge iuinamente que los hombres que exan obligados a pa- {gar impuestos sin su consentimiento eran literalmente esclavos, desde el momento en que habfan perdido e! poder de resisir a fa opresién, y desde que este estado de indefensi6n conduefa inevitablemente a la tania” (PSAR, p. 278). Alinvocar la libertad dle Ia weoria del de- echo natural, ls colonos norteamericanos propietarios de esclavos quedaron en una posiciGn de ‘31 Davis ctaa Bernard Baym en este prnto.Sigo aque cer cals presentacin de Davi, a Swan Buck Mores inconsistencia".” Y asf, aunque algunos, como Benj min Rush, reconocieron su mala fe,” y otros, como. ‘Thomas Jefferson, culparon a Inglaterra por la esclavi- tud de los negros,* aunque los esclavos mismos peticio- naron por si libertad,” y unos pocos estados dictaron, 138 Winthrop D., Jordan, White our Black: American Atinudes to ward the Nepo, 1550-1872 (Chapel Hil, NC, 1968), p. 289. Sus enerigos, los Tory ingleses, se aferraron aesteargumeato: "C6 smo puede ser, preguntaba Suunvel fohnson, "que se escuchen os ‘ms sonoros fumes por Ia Hibertad entre expltadores de exls vo" (PSH p. 3) '38Laplanta en ibertad es de una navurateza tan delice, ave no puede crecer cerea de Jn esclavited” (Benjamin Rash 11773}, cluado en PSAR, p 288. ‘4 En wna cliusulasuprimida de la Decaracion dela Indepen ‘dencia, Thomas Jefferson acisa al ey de Inglaterra Jorge Ill de. * haber hecho tna guerra cre contra a natures humans, volando los mis sagrados derechos af vida ya a ibertad en peronas de pueblo distantes que minea lo oendieroa, cape indolsyevindolaa ls exlaviudl en owe hemisero.. deck ‘ido a mantener un mercado libre donde Howsses serian com- prado yvendidos.. Ahora eat inciando aera misma gente a levantarse en armas contra nosotros ya comprare la ibernd de a que Z mimo los pi, asesnando ala gente en cuyos _suntos 4 tin inter ri, pagando at crimenes previos co ‘metides contra a literind de un pusblo com erimenes que net ‘a cometer contra a vida de otro” (PSAR, p. 278), 35 Tenemos en comin con el eto dels hombres... derecho natural fa libertad sin ser prvados de ella por ness semejantes, ‘en tanto nacimos como hombres bres en Pepel y munca perdimes «sta benin po pacto oacuerdo alguna” (lado en PSAR,p. 2765). a Hegel y Hats tuna legislacién antiesclavsta, Ia nueva nacién, conce- bida en libertad, toler6 esta “monstruose ineonsisten. cia", inscribiendo la esclavitud en la ConstituciGn de los Estados Unidos. Los revolucionarios norteamericanes ““quemaron sus c= ddenas” y “rechazaron la esclavitud”, declaré con admire cidh el enciclopedista francés Denis Diderot (SP. p. 85). 36 Sila Revolucin de los Estados Unidos no pudo resoker el problema del escaviud al menos condi aa peepidn del pro- ema. Tampoco la wohuntad de colerencia fue una euestion de retrica vaca, Aparecié en la retoluclin ansesclovst de las ssambleas det condado de Nuewn Inglaterra, en la consttucin de Vermont le 1777, en testament indivales que establectan ba manutencin de eselavos en Ia eyes de Rhore Island de 3774 que probiban ta futuraimporuzcié de esclavos yen el acta de gradual emancipacion de Penasyvania de 179 adopuada, de acuerdo con e preémbuloexerito por Thomas Paine, “en cone smoracin ce nuestra cichosa iberaciGn” de Ia ocupacién ingles (PSAR pp. 285-285). 37 La Broo eltada por Diderot y D’Alembert nel em tend eferidas an eseavited conereta Aunque el aniulo tla “*Négres” observaba simplemente que su trabajo “es indapensable pant el culdvode atcaytbaco, indigo, ete." una serie de entradas de Jaucourt era contundent:"Eslavage” decaraba ala eclavitud contraria ala naaoraleza; “Libert& naturelle” acusaba ala reign de usar su sechazo del derecho nauural como pretext, porque lot ‘laos eran nevesaios en las colons plantcionesyminas, “Tia \E des Negres” dectaaba que el wen de exlavos ea “mereaneta tic, prohibida por las eyes de la hema ibevad, de ma era que fa abolicion era necesara sung Mevara ala ina de las «colons ‘Defen que las colonia se destryan ants ce que sean la 38 € G Susun BuckeMorss Pero sila naturaleza colonial de la hucha de los Bstados Unidos por la libertad permits de alguna manera soste- nes la dstincign entre discurso politico e instuciones s0- ciales, en el ca50 de la Revoluci6n Francesa, una década is tarde, los diferentes sentidos de la escavitud se con- fundieron irremediablemente cuando debieron enfren- } tara conuadiccién fundamental entre eld | tucionario en et interior de Francia el desarrollo.fuera «lla, en Jas.calonias francesss. Pueron necesaris varios " aos de derramamiento de sangre antes de que la eslavi- tad “a exclavitud concreta, no su mera analogia merafor ‘ce fuera abolida en las coloninsfrancesas,¢ incluso en- tonces el witnfo fue efimero, Aunque fuera el Gnico re- sultado ligico posible del ideal de libertad universal, la aboliién de la esclavitud no se produjo a través de las leas revolucionatis 0 inekuso de las aceiones revohucior narios de Franca, sino a wavés de los eclavos mismos. La colonia de Santo Domingo fue el epicentro de eta lucha. En 1791, mientras los mis ardientes opositores de a excl vitud dentro de Francia se desentendian de les hechos, ‘medio millon de esclavos en Santo Domingo, la colonia ins rica no slo de Francia sino de todo el mundo colo- nial, tomé en sus propias manos la lucha por la libertad, rho través de reelamos sino de wna revelta violenta yor ganizada" En 1794, el ejcito neyro de Santo Domingo ‘avin de tanto ma”. Pero el racine todavia extaba presente en & tos textos (GY pp. 254251,» laubolicién secomendaan- debia ser un proceso gral que prepara alos ecavos para ser Hires. 88 Exa conspircid de eilvos fe eerada por Boukan, vn -2cerdote wii nuevo culo sinerico que ao slo ren cela 3 Hagly Hott forz6 a la Repablica Francesa a reconocer el fait ccomplt ‘de la aboticién de la esclavitud en la isla (declarada por los ‘comisionados coloniales franceses Sonthonax y Polverel, actuando por cuenta propia) ya universalizar la abolicién en todas las colonins francesas.” Desde 1794 hasta 1800, fe diversas cutaras de Ates, ino que también inch smbolos culuuales de Occidente (vase abajo, n. 114) Boskiuan elvgién- dose los esclavos:"Dejen de lado el smbolo del ios de los bat os que nos ha causado tants penas, yescuchen la var de la ber ad, que habla en el earaéin de todos nosotros (Bhp. 87). A pesar de que las ebelones de exclavs ocuaan en Santo Domingo con yan egulahdad =1897, 1713, 1720, 1780, 1738, 1777, 1782 y 1787, anus de la vemos sia en 1791; véae Alex Du, Hat in the utd Exon Cas, Race, ond Underenopent incr 1700 (Bowler, Colo, 1980). 84 Denia del contexo de ratcalizcin de a Revo- Iucidn Frances, el leantamionto de Bouman cai I pereep- chim euopea de as renicias desea Yano tetanic una cen ‘a mss en va larga sees de ebeliones de esl, sno dena ‘extension de la Revolucién europea: "Las notice verano de 1791 se cenraban en aga ce Varennes yla cpus del fais real yon lu erucia desclaos en Sante Domingo" (Ronald Paulson, yea tains of Relation (17881820) {New Haven, Conn, 1983, p93). 9 Laexcavinudl fue abolida por Polerel y Sonthonax en agos- ode 1793, cuando en forma inclependiente, sin érdenes de Par 1s. EI rol de ambos comisionados a sido negado por lo expec lists, o1ro caso de ceguera era que, usando la eis expres ‘de Trouilo (n. 25), “slencia el pasado". Véase el simposio 1e- lente Légén Fite Sonttonax: La Peni Abolition de aleve: La ‘Revoltion frongois tla Révaluion de Soin Domingns, Mares] Dorigny (Sunt Denis, 1997), que comienta sefando era stvi- «idm; en particular, vease Roland Desaé, “Sonthonas vv pr les ‘Soran Buck Moret ‘como hombres libres, estos ex esclavos lucharon contra Ja invasi6n de tas fuerzas briténicas, en la que muchos de Jos propietarios blancos y mulatos de Santo Domingo ha- bfan depositado sus esperanzas de ver reestablecida laes- clavitud.® Bajo el liderazgo de ToussaintLouverture, el ejércico negro derrot6 militarmente a losingleses en una lucha que fortalecié al movimiento abolicionista dentro de Inglaterra, instalando la escena que terminarfa de de- finirse en 1807 con la suspensidn britinica del wifico de cesclayos." En 1801, Toussaint Louverture, antes esclavo y liconnsies", pp. 115-120, que sefala la desiparcion cas ol ‘cel nombre de Sonthonax eels enciclopedia bibliogrdlicas de Francia durante ol wanscurso det siglo xX 40 Los inglesesfxeran pragmiticamenteobligados a garanti- zar la libertad de lor excavor de Santo Domiago que aceptaban luchar de as Ino, como lo hicieron Polverely Sondonax con aquellos que pelearon para a Repilia francesa, El eecto de e ta politica Ive el debitamiento de la esclavtn, at contradecir cualquier arguinento antaligico que afirmara que los exlavos ‘eran incapaces de ser libres, vése David Puttick Geggus, “The British Occupation of SaintDomingue, 179548" (Ph.D, tess, York Universi, Inglaterra, 1978), p. 363 ~ At Geggus veialn “Et papel desempetado por Haitt en el abrupt resurgimiento de movimientos neslastas en 1804 par rece ahr sido completamente ignorado por a lteraura especie Tila, Auo asi, 24 importancia fe aparentemente considerable" ‘Gegigu, “Haiti and the Abolionise: Opinion, Propaganda, and Intemational Poles in Briain and France, 1804-1898", Abfion ‘and Its Afermatic The Histrzl Conte, 1790-1916, ed. David Rie ‘chardson (Lond, 1985), p. U6; ele aqui en adelante "HA". Ura ‘ez ns un eto de ceguera ercita que silenca el pasado, Hegey Heit ahora gobernador de Santo Domingo, sospeché que e Directorio de Francia podia intentar rescindir la abol idn.* Y aun asf, todavia leal a la Repablica,® redact6 una constitucién para la colonia que se adelant6 a cual- quier otra constitucién del mundo, sino en sus premisas de democracia, al menos en lo que concierne a la inclu sign de la raza en su definiciOn de ciudadani 42 En 1706 el geperal Laveax nombré a Toussaint gobernae oy; y lo proclams salvador de la Replica yredentor de los ex clavos, tal como la habia vaticinado Rayna; véate Robin Black- Durn, The Ortho of Colonie! Slew, 17761848 (Londres, 1988), p. 298; de aqui en adelante OCS. En 1809, el Cove Nor fe reestiblecido en Martinica y Guadalupe (aunque nada te dice acerca de Santo Domingo). 45 Lowverture se habia alado previamente al rey de Espa on quien compari operaciones militares y trabajos en la mit ‘occidental de asa, que era colonia espaol; pero una vex que se ‘enterd de que ta Asamnbea francesa habia abolida la exclave uni a Sonthonax contra ls inglese y fue lal ala Replica Fi esa hasta arresto, (Este cambio de alianza, que fie wm puto de controvesns,esanaliado por Geggus, “From His Most Catho- lic Majesty to the Goes République’: The ‘VolteFace’ of Tous- saint Louvertre and the End of Savery in Saint Domingue’, Re ‘ie fame sae dou ser, N24 (1978): 488-489.) 44 Como ayaa para fa redaccién de Ia constivcién, Tous saint reunio un grupo de seis personas (que inclu al shogado cedueado en Bordeaux, Julien Raimond. VEae ajo) “La Constiuci6n es de Toussaint Ouverture dela primera hasta Ia dsina tinea, ycontiene us principio de'gabiemo, La escavinnd quedaba abolidn para sempre. Todo, hombre, ‘cualquiera fuera su color, ea apto para cualquier empleo, sia, Susan Buck Morss Napoleén dispuso el restablecimiento de fa esclavitud y cl Cade Noir, y arrests y deport6 a Toussaint a Francia, donde murié en prisién en 1803. Cuando Napoleén en vig teapas francesas bajo el mando de Leclerc para some- terala colonia, emprendiendo una guerra brutal contra la poblacisn negra “que equivalié a un genocidio® * los binando asf el fin de la esclavitud con el fin del estas colonial, Bajo la consigna de Libertad o Muerte (pala- bras inscritas en Ia bandera roja y azul, de la cal habia ‘otra distineién que la vir ye eto, ni otra superior ‘que la otorgada por a ley en el gjerciio dela Funcién pili ‘ex Incorpors en Ia Consicidn wn aniealo que preseraba Tos derechos de todo prepictavio ausente de Ia colonia "por cualquier motivo’, excepto # se encontsaban en la lita de temigradoe prscriptos en Francia. a cuanto al vest, Tous saint concent todo el poderen sus manos" (Bhp. 258), régime de Toussaint onc el estas de dominio. Fran cia desperdici su oportinigad de extblecer una politica impe- rial iuminist, 45 Geggus, “Slavery, War, and Revolution In the Greater Co sibbean",en A Tinbult Tine: The Fench Revelation ud the Gre ter Conbiean, ed David Barry Gaspar y Geggus (Bloomington, 197), p. 22 Hag it sido suprimida ta franja blanca de la bandera francesa [véase By, p. 365])," derrot6 a las tropas francesasy destru- 6 la poblacién blanea, estableciendo en 1805 una naciéa > « ‘ . zg 4 x 4 * 4 Susan Buck Mors Nos quedan das alternativas. O bien Hegel fue el fl6- sofo de la libertad ms ciego de toda la Europa del The rminismo, superando a Locke y a Rousseau en su capaci dad para ocultar Ja realidad que transcurria ante sus 008 (la pagina impresa ante sus ojos sobre la mesa de desay- no); 0 bien Hegel sabia ~sabia que existfan esclavos rea les rebelindose exitosamente contra amos reales, y ela- boré deliberadamente su dialéctica del amo y el esclavo dentro de este contexto contemporaneo.* picovanalns (ls filignnas en ave manusesitos, por ejemplo), exe ten asombroas Inga ene conocimiento de svi. Las rarones| de esta desproporcién son mitiples, comenzando por el hecho de ‘que Hegel se md varias veces (de Witemberga Tubings, Bern, Frankfurt Jema, Bamberg, November y Heidelberg) antes de ine tase en Benin en io ikima déeada desu vida, y de que cl propio Hegel disp anes dle more de nachos documentos, incloyendo papelespeisonals, Ss Injo Gegime) Kar fue responsible dela Chive despags de su muerte y pda haber hecho desaparecer par te dels nents. (1 hij legtimo de Hegel que no aparece mien- tdomado en fa biografia de Rosenkranz, nacig en Jena en 1806 cuando Hegel estaba eseibiendo Fnomenslaga deep y suis fen 1881, el mismo aio que au pave, en Indonesia, como mien bo ela marina mereante holandes). ‘A En la Fenowenaegi dal piri no ay menciones de Hatt 6 Santo Domingo, pero tampoco se menciona Ia Revoluci6n Francesa m punto aceea del cual los expertos esti de acter {do al leer Ia Fevacin eh el texto, Acesea de la devacibn de Hegel por lo divi y revistat, exise abundante exdencia, des de sus dis cle extudiante en Tabinga, cuando seguia los aconte- Jmientos de ka Revelcin Francesa alos ails de Frankfurt = principios de la década de 1790, cuando fei diaros lipiz en 38 Hg y Hei Miche! Rolph Trouillot eseribe en su importante libro “Silencing the Pas que la revolucion haitiana “ents6 a la his- toria con la caracteristica peculiar de ser impensable in cso mientras ocurria’, Por supuesto que no se equivoca fal enfatizar la incapacidad de la mayoria de los contempo- neo, dada sus categorias ya formadas, “para entender la revolucién en curso de acuerdo con sus propios términos" (SP, p. 73). Pero traténdose de la historia hatiana, existe ‘el ieago de confundir dos silencios, el del pasado y el del presente, Pues silos hombres y mujeres en elsigho xxl no pensaron en términos racials la “igualdad fundamental {de la humanidad”, como “algunos lo hacemos acwualmen- te, al menos sabian lo que estaba pasando; hoy, evando Ja revolueién de esclavos haitianos deberia poder pensar- se, ein embargo mis invisible, debido a la construccién de los discursos disciplinarios a través de los ewales here- ddamos el pasado (SP, p. 82). ‘Los europeos del siglo xvi exaan pensando en a revo Iucién haitiana precisamente porque desafiaba el racism —_—_ mano, basa la décaa de 1810 y de 1820, cuando guardabs ex tractor de la prensa britiniea, el Edinburgh Review y el Morning Chronic (yéase 0. 121). Inmediatamente después de terminar In Ponomenalagi del eit, Hegel dejé Jena por Bamberg para swoherse editor de un diario, que se fund exando Hegel fe neunido por Ia censura de revelar la posicin de las tropas ale rmanas (a defersa de Hegel fue que habia tomado ta informa in de otras fuentes, ya publicadas) 15 Troll disete ne ferences “Térmulas de orramento™ por as que ls historias generales han producdo ex ins ‘ad (SP, p. 88 siguientes), ‘Susan BuckMorss ‘de muchas de sus concepciones. No era necesario ser par. lidario de la revolucin esclava para reconocer su significa cién central para el discurso politico ™*Incluso para los que sivieron en la era de la revoluciones la creacion de Haiti fue un hecho extraordinario” (HAY, p. 113). F inchuso sus ‘opositores consideraron que este “acontecimiento excep- cional” era "digno de la contemplacisn de los filésofos’” 176 El Tory erangélico James Stephen esrb en el verano de 1804 un panto radial, donde argumentaba que la atovida de Jos blancos propietarios de eslavos se basaba principal miedo irvaional de los exclavor, “fomentado por el hsbioy lag een el rnorancia, pero que, como la crcencia en Fantasma, este miedo ‘ngintvo™, una ver roto el hechizo, se desvaneceria para sempre CHA", p. 119) Heney Brooghman, en respueuta a James Stephen en el Edinburgh Review “rea que fa obediencla de os eclavos des vaba simplemente de un edewlo racional del costo de ia vesisten- ia. Con esprit mis Mbrecambisa (Brough man) pensba ent rminos de extimulo ysexpuesta” CHA’, pp. 115116). argumento fe Broughman a fivor de la abalcin den exctavitnd no Ru ajenoa cleus e imperatos dade el momento que el eago de ebelisn, espués de Hai, habia sumentado miles de ves; vase "HA’, p. 16, Sabernes por csto queen 18171818 Hegel eae Einbgh e vig 26especla ques contacto con exe y ous periios bet ices comenaé mucho antes (séen. 121), Dada laconcepeion de gel del espitita moderna como exencialmenteeisiane, uno po- dria imaginar que bar tmado partido por la posicisn de Stephen, “71 “Drosin de Bercy, propietario francés de una plantacibn, ‘pina que se traaba de un acontecimiento excepelona, digno de consideracion para iisofos y pottcor, snque él personal mente dereaba verlo fracasar y2 su poblacién masacrada 0 de portda’ CHA", p. 113), Hg y Hoi Marcus Rainsford escribié en 1805 que la causa de la revo- Iucién haitiana fae “et espiriut de libertad".® El hecho de que este espiritu pudiera ser contagioso, pudiera cru- rar el limite no s6lo entre razas sino entre esclavos y hombres libres, fue precisamente fo que hizo posible ar- gumentar, sin volverse hacia una ontologia abstracta de Ta *naturaleza", que el deseo de libertad era auténtica ‘mente universal, un acontecimiento de Ia historia uni- versal ¢, incluso, su ejemplo paradigmatico més extre- mmo. Antes de Ia eseritura de Fenomenologia del esprit, He gel se habia ocupado del tema del reconocimiento mu ‘uo en términos de Sillichteit-el criminal contra la socie dad o las relaciones mutas de las comunidades religio- 28 010s afectos personales, Pero este joven profesor, con poco mis de treintaafies, tavo e! gesto audaz de dejar de lado estas versiones previas (més aceptables para el dis- curso filos6fico establecido) y de inaugurat, como mets fora central de su obra, no la de Ia esclavitud versus un mitico estado de naturaleza (como aquellos que, de Hobbes a Rousseau, lo habfan hecho previamente), sino la de esclavos versus amos, inscribiendo en su texto la realidad historica de la época que lo rodeaba como una tints invisible ‘Ta Vease Rainsford, An Histrical Account of the Black Epis of Hey cap2 Consideremos en forma mis detallada la dialéetica he- geliana del amo y el esclavo, concentrandonos en las ca racteristicas mas salientes de esta relacién. (Tomaré en ‘cuenta no sélo pasajesretevantes de Fenomenologia del esi situsino también les textos de Jena que la preceden, 1803 1806.) Hegel entiende la posicién del amo en términos 179.Para hacer justica con las variaciones de los textos de Jena, vyde ahi con el desarrollo de i idea de Hegel de a dialéeticn amoesclavo denira cel context histrico de Is Revolucén Hal tian, bara falta tn texto en si mismo, No puedo intent aqat tuna aténicainsestigacin, Sélo puedo sugerir como hipstess ‘qve a leeara ce Adin Smith por parte de Hegel en 1803 coos. ye un punto de inflexin, Enel primer Seonentrive de a (1808-1804), Hegel ematiza la "lucha par el econocimiento de) ‘en mode que rompe tanto con el concepto cisco de communi be Hegel Hoi __ {sini como con el concepto hobbeviane de awopeeserne tién personal (estado de naturale). El fragmento inl, Crucial gent 2 (partes de eval extn tachadasy recs, $1 menos ina pgina est perdi), comienza con una dissin tobe Ia “pecsidad absalula” del “veconocimiensa maui": Le ‘aos a propicdad dehen ser eatgados “egado a vn ite, on la muerte” (Hege, ener Senet, e. Kaus Disig y eine Kimmerle, 8 vols (Hamburg, 1986], -218n), Hablando del propitario, pared fil, excribe Hegel "se ariesgh a ex ero, in poner ey eign”, entonce "se converte en teeta elo (eri der Shin des ander} (p 223)-La palabra formal en lemdn esta nese que aqui, ya 1 argo de st ‘bra Hegel usa ambos trmins, Keel (ero) y Seve nba ‘ialetn de reconceimienta mut, Fer qué acute pre pled” mina es gresn, con el ealavo que ectifen aagre [én penone afzmeando su propia ibertad sin compensain? Hogs no planten eta pregunta, pero se despliza hacia na di ‘inn de las cosumbre" del pueblo” (ds Ta) ye raj" ons. Eso olleva en vn lsat deccién nohebbesan, a inn ein del uabajo repetio y enajenante lel rien mo- dena (la dvsin del taalo, ejemplifieada por la brea de a: fleres de Smith); éanse pp. 327228. Hegel describe entonces Clemente la “cege”€ incontroladainerdependenela de 1s Crabaadores enn econonia global et bingetiche Geielschat™ Gel imereambio del mercado que forma un “monsiroso ss toa” (engreues Senet “dependenca” (Abney fie “como una bestia malaj necesita ser damado" (pp. 2- 230). #1 ragmento 2 termina (en 1804) justo en el momento donde la dscsn de Hegel de ta “potesiin” (Zev), como 1 forma en que a generaldad dela cost (das Dig 8 econoc {Ge (aera) Jo vbieracondicido a enfentase con coe trac de que la ey de a propiedad privada ata at exlvo 6s Suan BuckeMoret politicos y econdmicos. En Sytem der Stich (1803) Sefiala: “El amo estd en posesién de una superabun- dancia de necesidades Fsicasen general ye oto [el es elavo earece deellas"® En una primera consideracién, (cayo experiencia na es sino la del trabajo) jcomo wna coma El seclavo es una mereancta nica, en tanto la libertad de propie- dad ylaUbertad de Ia persona se hallan en él en directa contra- iceién. Por esta suzsa ef manuscrite de Hegel se interrumpe ‘nesperadamente? La remiela de esclavos en Santo Domingo, cn este context, sas a Hegel de la mala infnivd (el “mons- ruoso sistema) del contrat reciproco al prover el eslabén (por medio de wa cambio de éafasis de intercarmbio por et ra ‘bgjo) enue un sistema econésmico (el sistema infinite de neces ages) Ia politica a fundacin, staves de la cha a muerte, del estado constitacional 50 Hegel, Sto dor Stilt, ed. Georg Lasson (1885; Ham bag, 1967), p. 85; de aqui en adelante SS, ciado en Henry S Hark, "The Concept of Recognition in Hege’s Jena Manus ‘rips, en HagelStdien Bit 20: Hegel fone, ed. Dicter Hen~ Fich y Klaus Dising (Bona, 1900), p. 284; de aqui en adelante CR’. Comenta Harv “El concepto de personalidad juridica emerge mano a mano con In insiscion del dinero como lo “indifevenciado? de (es decir, la expresin universal de) la propiedad, Este mondo dé econoclinientofortal se diferencia entonces en amos y = aves de acer asus passions (es dec en shina instancia, en terminos de dinero)” ["CR”,p. 933]. [sl Sine de Stilt el. que primero registra a leetura de Hoge! de Adain Smith, unto como la relacién desgual del seior| (Her) y el servo (Kne que “se esablece junto con la desigua dad en su poder vel (55, p. 4), aunque estes dos temas vodavia 64 aS 4 Hegel y Best Ja situacién del amo ei “independiente (...) tiene por cesencia el ser para si"; mientras “el otro", a posici6n del ceselavo, “es dependiente, [y su} esencia es la vida o el ser para otro". El esclavo es caracterizado por la falta de ———_ own und Higa w op do nc de cent Como in nnene needa” que rena “emptieamente ‘ir ene "imate: comerclo qo uch” puto (eo Srpeowne aun esas de mnie? (38 pp 2 8488) B Nea de qu en cimtscan de prope rida "ome co- Socqutenscus"se cha abt dl derechole pres fo ines de tn eri Como “eine med olor era ladcv impo deci qu sauna peti 3 Ince pate Scarves cane Mn enve lr (Hecho ya verdunbee™ a {of eo senna sae Sopp. 57, Hegel nea qn stochor pce prs eden smi pec ne puede tern ue de encore mation ene Home 7 ae {Ss pS), Pere qo oar con propia ctw ops, Ade orcas ean compres y endow) “poco a) toners con un ewe a, pro pee abe i one ton alguien aque own ier”. 31) Atk Stowslin dels exe (Stor) no ea eal 0 ha (Seu, pues ormaimene et univer Elev (lr ‘Sin sero camo un singuldad (Eman con soo" (Sp. 68) La cae mantra pad uc cone pono et Sem Site dgencé enim Moi, de Mesa con Hay (Ril, Haye Hel ved se Zoi (Btn Test clad en "OR p10 ors iereant abe gut tere oan ita at Hegel, Pomel da pint, vad, Wencso Rocs (nein, 187917 55, (Rare, ‘Susan BuckMorss econocimiento que recibe, Es percibido como “ana co- sa";la“coseidad” es la esencia dela conciencia del esc +0, tal como lo era la esencia de su estatus legal bajo el (Code Noir (PM, p. 285). Pero a medida que la dialéctica se desarrolla, la domiinacion aparente del amo se invier te con la conciencia de que él es, de hecho, totalmente |depenciente del esclavo. Sélo hay que colectiviar la fe ‘gura del amo para ver la pertinencia descripiva del ands lisis de Hegel: a clase poscedora de-esclavosestotalmep- ente de la institucién de la eselavisud para Ia “superabundancia® que Constiuye sa siquena. Esta clase es entonces incapaz de ser agente de progreso histérico sin aniquilar su propia existencia." Pero entonces los es Soleto Code Noir no seria precsamente wn acto histrico;en ese momento, era Hail que estaba cl lado de a historia del mar ‘do, no la Franca napotesnics,Iguaimente, en el caso de Alem nia “As, een in guerra con la Republica francesa que Alemania supo por st propia experiencia que ya no era un estado", que It conciencia slo pudo alcanzarse através de la cha ce resisten- cla contra el cto francés invasor (Gado en Wiliams, Heels Bikes of Recagaition,p. 348) oe Hegel y Heit preservacién.” En Fenomenologia det espritu, Hegel in- siste en que la libertad no puede garantizarsele al es- clavo desde arriba. Es necesaria la autoliberacién del tesclavo a través de “un duelo a muerte": “Solamente arviesgando Ia vida se mantiene la libertad... El indivi duo que no ha arriesgado la vida puede sin duda ser reconocide como persona [ja agenda de los abolicio- nistas!]; pero no ha aleanzado la verdad de este reco ocimiento como autoconciencia independiente” (EF, p. 116). La meta de estaliberacion, sin esclavitud, no puede ser a su turno el sometimiento del amo, Io cual seria una mera repeticidn del “impasse existen- cial” del amo," sino més bien la completa eliminacién de la esclavitud. ‘Dada Ia faciidad com Ia que esta dialéctica del amo y el cesclavo conduce a tal lectura, uno se pregunta por que et eee {87 Hegel insist sobre la responsabilidad del exclavo, En Flo: sofa del Derecho (1821): "Pero que alguien sea eslavo radica ens propia voluntad, asf como radia en la voluntad de un pueblo e ue 2 subyugado. No hay, por fo tant, soo injustcia de pare {Te que eaclaviea o subyuga, sino también del ectavzad 0 sub-| spagado? (Hegel Principio de le Flea del Dew, ua, Juan Las Vernal (Bisenos Aires, 1975, p. 92, agregado a 857) ‘86 Término que pettsnece a Alexandre Kojéve, niacin to the Reading of Head Lect om "Phenomenclogy of Spr, a tes. Nichols, Jr, ed. Rayznond Queneau y Allan Bloom (Ithaca, 1X. 1969). Quenca revnié ae nos del curso y Tas publicd em Francés en 1947, Hay traduccin al espa, La dnl dal amo y tl exlava en Hegdwa8. Juan Jose Sebrell (Buenos Aires, Fausto [iciones, 1999), 69 rome ‘Susan BuckMorss tépico Hegel y Hait{ ha sido ignorado durante tanto tiem- po. No s6lo los especialistas en Hegel har fracasado en responder a esta pregunta, sino que han fracasado, en los ‘limos doscientos aos, incluso en plantearla” Bono como of ars ca nin expunge me ‘chos escritores sobre la exclavited en Africa han recuerido a Ia die Een de Hegel del mo exo para oxener is proisnte tees Ve por npn Inco a PAR p. 882, qv opere ‘que “demon poco de end can tes ats ntexpe- thndo fa aeven de Hegel del amo yl exelavoa es lo foimagiaio ene Naplebn y Torin Loere. Veni lr meron raj acerea de ov etrossne eld de WE 2 Da Bots que itrprean cot texcon a rst Hegel por tjemplo, ease Joel Wilinmson, The Cree Rac Bes Vhie ‘tons te the Avrcon South sine Enoniaton Nola Yor, 1904 amon Za Dr Wie WB. Du Dor and Avion “Troughs, 18551903 (Cheng, 1985); y David Levering Leis i Mrodueign a W. EB: DuBois, WED. Du Br A ended Les (Nena York, 198), Vase ambien Fant Fanon, The Wei of the Bard wa Copan Farington (Nes York, 1968), que Inflostia europea cemo wn ana contra fa hegemoni (83) ‘uropesimerpretndo adalat smo an ano {ial (sandoa Mara como prcoanalicament (wando Fret) fasta la need de In nha wolenta de as maiones el ‘Frere afin de suprise ean colonial echaza Nipseria humanism euopeo,akazando wn ial reconod tnfewo en trmino de un propio valores clas. a vere rmainicense Fanon hyasio et qe esto mas cere de vero esi enue Hegel y Maro nora sues ‘Una razén de peso para esta omision ha sido segura- ‘mente la apropiacién marsista de una interpretacién so- al de la dialéctica hegeliana. Desde-1840,-conloseseri- tos iniciales de Karl Marx, la lucha del amo y elesclavo fueabstraida de cualquier referencia concreta yleida una ‘vex més como metif Enel siglo xx, esta interpretacin hegeliano-marsista yo poderosos defensores, inluyendo a Georg Lukies ya Herbeit Marcuse, tanto como a Alexandre Kojéve, cuyas leeciones sobre la Fenomenologia del espritu fueron wna brillante relectura de los textos de Hegel @ través de tuna lente marxista." El problema es que entre todos los ‘0 La lecura de Kojeve de Hegel es fenomenotégin en un sentido theideggeriano) que la apasta de los marxisas mencio- ‘Rttos, porque aborda In diléctica del reconocimiento como n Stan Buck Mores, lectores, los marsistas (blancos) fueron los menos apropiados para considerar la exclavitud significatva, porque dentzo de su concepeién de la historia en et pas, la esclevited—no-imposla_ciin_conlemporinea sea~ fue percibida como una institucién premadema, desterrada por.la historia y selegada al_pasado." Pero slo si presumimos que Hegel estfnarrando una histo ia exclusivamente europea donde “la esclavitud” es ‘una antigua insituciGn mediterrdnea superada hace ya tiempo, esta lectura se vuelve remotamente plausible, remotamente, porque aun dentco de la propia Europa en 1806, el vasallaje y la servidumbre no habjan desapa recido todavia, ylegalmente todavia se discuti sa es clavitud real seria tolerada.” un problema existenciabo olagico, no come una liga de tapas hiséricas, Kojve conecta Ia diseusién de Hegel con la cesclavitud antigua y ls escritos de Arstuees, al mismo tempo ‘gue hace visible st forma moderna como estructura de cha de elses, 91 Véase la obrs del historiador Eugene Genovese (por em plo, The Politizl Boman o Slavery: Studie in th Eznomy and So Cit ofthe Slave South (Londres, 1965}) como un claro ejemplo del abordaje marxita de ln excastue moderna 92 Vease arsba, ‘nos (desde arriba) tendria Ingar un afo después de la publce cidn de Fenomenioga del epi. Los daneses, en 1804, fueron los primeros en ponerle fina la trata de esclavos, tes aos ants que Jos britinicos. Gran Bretaa abolié Ia exclavtnd en 1881; Francia 4efintvamenteen 1848, Rusia (y los Estados Unidos) recién en 1861, peto lot abolicionstasbritinicos consderaron un liado al sar Alejandro I al convencer al Conciesto de las Nociones 18, La ibercion de ls servos pros Hag y Heit Hay un elemento de racismo implicto en el marsis smo oficial, aunque sea sélo a causa de lp nocién de his- toria coma pungcesin selealdgica, Esto se hizo evident Cuando los marxistas (Blancos) ae resistieron aa tess de| inspiracin marxista del jamaiquino Eric Wiliams en Co-| ‘ilatism and Slavery (1944) -secundado por el historiador tmarxist, nacido en Trinidad, C.L.R James en The Blac Jrebins~ de. que-ln-plantacifncsclavita constteia Ia} Gquinwaesencia de ia ingttucién modema de explowacién Capitalista En el campo de estadios hegelianos, Ludvig, Siep y ottos han criticado justficadamente la lectura tmarxista de Hegel en términos de lucha de clases como amaerGnica, Pero el resultado entre fldsofos ha sido la tendencia a darle completamente la espalda ala contex- Eyropear de la necesided de desslentar Ia prewnsign de Frinda se reconguistar Hat, Thomas Ciaskson se reuni6 con el zar en el Congreso de Aix laChapelle (1818) y “le mosté una earta del rey de Hit [Henri Christophe) para causarle impress con sus sptudes” ("HA p. 120) 98 La segunda edicion revisada de The Blacks acsins de James (1952) sostiene expecificamente Ia teis de que Ia existencia de ‘eslavs en las colonise corresponds “en sy evencia ala vida mo ena’ (8p. 392), Du Bois también ba afirmado esta misma po slein: “Lotesclivos negros en Amética representa la peor 91a ‘ns aja de las condiciones entre los trabejadores moter” (Dut ois, lack Reonstraton in Amerie: An Ex tard History of the Port Which Black FthFlyed inthe Aten to Recostret Damecey ‘in Amerie, 1860-1880 (1935; Nueva York, 1977, p. 9; el destaca 4o es mio}. Sin embargo, cuando se uata de interpretaciones de ge, os especalitas negros generalmente han aceptado el pe slodiciamo del diseurso europeo. 18 Susan Buck-Morss ‘talizaci6n social" La interpretacion de Hegel de la ccha de clases es incluso anacrénica, pero esto deberia haber llevado a los intérpretes a prestarlesatenci6n a los acontecimientos histéricos contemporéneos de Hegel, noa desechar completamente una interpretacidn social. ‘Sin embargo, expertos de orientaci6n marxista han ih rminado toda un zona de estudios de Hegel que hasta el si- _glo xx habia sido completamente descuidada. Se trata del hecho de que en 1803 Hegel ley6 La rigueza de las macones ‘94 Alex Honneth es un cao representative exando conelaye {que leetura soca de Marx de! eeconccimiento mutuo en Hegel ‘6 “alamente problemtica”en su conexién dela antropoogia| texputsin del romanticime (abso), el concepto de amor de Fenerbach y ta economia nacional inglesa (Alex Honneth, The Sule or Reengton: The Mol Graze of Scial Confit, Joel Anderson (Cambridge, 1995], p. 147). Nese quel pretacion de Ludwig Siepsubraya el aljamiento de I dslcticn ‘del amo y el eselao de Hegel respecio de Hobbes, una leer {que de hecho apoya mi argument Véase Lavi Sip, Ane thang ol Pris dar praltache Philp: Untersuchungen sr Hels _enasr ‘Pils des Geta” (reibuagy 1979); véase también el n+ ‘uyemte arcculo de Siep, “The Steugele for Recognition: Hegel Dispute with Hobbes in the Jena Wangs, cad. Chases Daas, cen He's Diet of Dee nd Recegiion, pp. 273288, Las dict Hones actuals ela dalésca del ama ye esclavo (Gilles Dees ‘te Jacques Derrida y Judith Butler) confronean la tecture de Ko- [jee con la ful de Nietsche del amo y el eslavo, desplazando ‘el significado social del debate, Nietasche atbuye mentalidad de taelavo a aquellos que te someten al extado ys lye, nsic- nes que Hegel afiaa camo Ia enearnaci del reconocimiento smutooy, por consiguiente, de fa ibertad concreta ” Hep Hai de Adam Smith, lectura que lo condujo a una compren- sin de la sociedad civil “die birgerliche Cesellschaft’—co- ‘mo economia modems, a sociedad creada por la accién del intercambio burgués. Pero mientras los marxistas se en~ tusiasmnaban con la cita de Hegel del ejemplo de la fabrica de alfleres de Smith para la discusi6n acerca de la division del trabajo (;que de ninguna manera se adecua al mode- lode la dialéctica del amo y el exciavo!), pasaban por alto elhecho de que Smith incluye en La riqueza de as nociones tuna discusién econémica dela esclavituel moderna.” Ha sidoampliamente reconocido que Hegel tenia una concepcién moderna de la politica, basada en la inter: pretacién de los acontecimientos de la revolucién france- ‘sa como un corte decisivo con el pasado y que en Fenome: rnologia del expértw se refiere a la revolucién francesa, aunque no la nombre directamente.* Por qué Hegel tuvo 195 Para ana discos sobre la eselavitud colonial y la trata de csclaves, ease Adam Sih, A ug inthe Nature and Contes Of the Wealth of Nations, 2 vols. (Homewood, Il, 1979), libro 4, xp. 7, pp. 105175, Hay traduecion al expat, Festignein dela returlea y eases de a rigueca dels nacons revision y adapta ibn al castellano moderna de In raduecidn, del licenciado Jost Alonso Oni (Barcelona, 1997). 96 Especialints que dsienten en ours cvestiones (por ejem- pio, foam Hyppolite, Gmesis and Siac of Hage’ Phenomenology ff Spini’ rad, Sasnel Chernink yJoha Heckman (Branston, 1974) y Michael Forse, Hog’ deo of @ Phenomenology of Spirit Chicago, 1998)) estan de acverdo sobre este punto, Véase tne bigs Mantiied Riedel, Bewwen Thain and Revlon: The Hege lien Trensfornation of Political Philp, trad. Walter Weight (uera York, 1984. ce Susan Bock Mors que ser un modernista s6lo en dos sentidos: por adoptar la teoria econémica de Adam Smith y la Revolucién Francesa como modelo politico? Yast, cuando se trata de Ia esclavitud, el problema social mis candente de su tiempo, con rebeliones de esclavos a lo largo de las colo- nias y una revolucién de esclavos triunfante en la mas cade todas ellas, por que tuvo, 0 mejor, mo pudo He- gel estar de algin modo empantanado en Aristoteles?” ‘Mis alld de toda duda, Hegel conocia fa existencia de cesclavos reales y de sus huchas revolucionarias. En lo que tal ver sea Ia expresién mas politica de su carrera, Hegel tus6 los espectaculares acontecimientos de Haiti como el je de su argument de Fenomenolagia del espiritu’* La triunfante revolucién de esclavos caribefios contra sus amos es el momento en el que la dialéctica logica del re ‘97 Comparese con l comentaio de Scheling.“¢Quién desea ‘entersarse ene polvo de la antgiedad cuando el movimiento de _ propia tempo lo barre y1oempuja hacia delante?” (Scheling, cata a Hegel, 5 de enero de 1795, Hage p. 29). En a época de 1a Revolucién Frances, los antguos eran un discus del freer te, aun medio de relegar el presente al pasado. Assotles ce sinaba entre les vives como wn contemporineo, ‘98 En este punto resulta rlevane el argumento de Theodor acting en el Congreso de Hegel en Roma en el ato 1988, co ‘estudio del deveni en Feomenaaga del xin lo condo a8" ‘etl conchsin de gue el iro ne estaba orgnica y cxidadose ‘mente compuesto de acuerdo con wn pan sino con wna serie de Aecisiones sibs, fate del presi interior y exterior en un pla 2 jnimaginablenente breve, espectficamenie el verano de 1896, veise Poggeler, Hg ie einerPhdpomeralgie des Gites p 198,128 ‘obreraciones de Haring sn compaibes con mi argument 6 Hg y Hei conocimiento se welve vile como tema de a historia inher la istora dela realiacién universal de fa Ie beta, i el editor de Minerva, Archenholr,cobsendo Toc hechos mientas ocusfan, no lo sug por su cuen- teen la piginas desu revista, Hegel, lector por mucho tempo de ella, fe-apaz de ext inticin Teoria y tem lidad convergen en ese momento histrico. © bien, pa radecirioen un lengua hegeliano, to racional la liber tad- se volvié real. Este es el punto crucial para entender tnovginalidad de argumento de Hegel, por el cvalla fr Iesofia dedborda los confines dela teoria académica ye twelve un comentarié sobre la historia. n SEES 4 ‘Queda mucho por estudiar. Otros textos de Hegel ne cesitan ser lefdos con Ia conexién haitiana en mente’ Por ejemplo, la seccién de Fexamenologia de espivtu donde ‘99 Un modelo de meticuosidad flologcs es, por ejemplo, la absn de Norbert Waszek sobre a lectra de Hegel de los i- sologexcoceses iaminitas, el estudio que iumind Ta recepsion de Smith por parte de Hegel de forma tal que cambié comple tamente nuestro modo de ver Ia filosofia de Hegel sobre Ia 3 edad civil; véase Notbert Wastek, The Seats Enlghemnest cond Heghs Account of “il Seis" (Boston, 1958). También es necesario trabajar no so sobre Minera, ino sobre ots pest ‘cos alemanes tao com sobre libros que dscutan los 9" tecinientos de Santo Domingo: Véase la obra paradigmatia de Schiller, Deutsche Relion lnitanischer Geschishle in dr stot Hilfe es 19, Jorbundets. Hage Ht Hegel critica la seudociencia frenolégiea toma una im portancia diferente cuando se la percibe como una criti ca de las teorias biol6gicas sobre el racismo que cireula- ban en la época."* También la referencia de Hegel a Ro- binson Crusoe en The Philesephical Propaedeutic (1803- 1813), donde insiste en ligar este prototipo del hombre cen estado de naturaleza" un ndufrago en unaisla del Car sibe-a Viernes, su esclavo, como critica implicita de la ver- sin individualista de Hobbes del estado de naturaleza."" 100 Las seccioner que insediatamentesiguen a “Senor y servo", uladas “Bl estocismo", "El escepticismo" y “La cons ciencis derventurada’, pueden ser pensadas no como referen- ‘ia. diferentes etapas de I historia (como Rozenkranz sostie- ne en Hepes Leder, p. 208), sino como diferentes modalidades dle pensar la realidad conereta dela esclaviud. En cuanto 21a larga seceién de ertica a la Fisiognomla ya la frenologia (véar sae Hegel, Fenamenclegia del epirit,pp, 185.204), Tavares el pri rmero-en yomper el silencio sobre Hegel y Halt, encuensra inaudito gut los comentaritas de Hegel "nunca hayan inscrto [esta etc... en el interior de wn debate colonial” (Tavarés, “Hegel et abb€ Grégoiee’, p. 168). Aunque los editores de las ediciones slemana y francesa de Fenomenolgia del sprite sos tengan que Hegel, que evita dar nombres, hace referencia ala ‘obra del anatomista Frans Joseph Cal ya la del fsiognomista Johann Kaspar Lavate, nnguno de ellos menciona el racism * comparada de créneor de Gall, Hegel somtiene “el esprit no es wn hue 0", yen consecuencia,gumenta Tavares, no es un problema de color de pict (bid p. 167). 101 Acerca de a expesictén de la relacién armo-sclavo en The Philarpical Popadeut anora Hegel ene paréntess: “Historia ‘impicito de sus teonfas. En contea de la ator Susan Buck Moss Las primeras lecciones de Hegel sobre filosofia del dere- cho (Heidelberg, 18171818) contienen un pasije que ahora se vuelve completamente legible. Comienza en el punto crucial de la autliberacidn del esclavo: incluso si nazco esclavo [SHave), alimentado y criado por un amo, ysi mis padres y abuelos fueron todos esclavos, soy atin libre cuando quiera, cuan- do tome conciencia de mi libertad. Pues Ia perso- nalidad y la libertad de mi voluntad son partes ‘esenciales de mi, mi personalidad”.”* Contingia Hegel: incluso si libertad significa tener de- rechos de propiedad, queda excluida la posesién de ‘ona persona, "y si mantengo a alguien bajo azote, esto no daha la libertad de Ia persona’ (PR, p. 228). Esta chr ro que Hegel esta hablando de la esclavitud moderna, y {que la conciencia de la propia libertad exige que uno se ‘ouzoa libre, no s6lo en pensamiento, sino en el mundo, La nueva version de estas leeciones dadas por Hegel du- ante su primer aio en Berlin (1818-1819) conectaba de Robinson Crusoe y Viernes™ (Hegel, The Piosphial Pro pardeutie, tad. A.V. Miller, ed, Michael Geosge y Andrew Vin tent [Oxford 1986}, p. 62). Véase Ia glora de este comentario ten Paolo Guietd, "A Reading fo Hegel's Master/Slave Rel tionship: Robinson Grusoe and Friday", Out of Mineroa 25 (Orofo 1988): pp. 4840. Loz Hegel, Die Phibsopie der Rach: Die Mitcrifn Wann man (Heda, 1817/18) wd Homage (Barn 1818/19), 08 Kat Heine tking (Staggart, 1983), p55; de aqur en adelante PR bo Hegel y Hoi L Fig! 6: Templo consuido por les negos en eanmemaracn de murepadén:tusacin de Maris Ralsfrs, An Historical Account of the lack Empire of Hey (3805). Fase agegaca por 3. Bain, despues et autor 405 Sobre a obra de Barlow para este ibe, véae Hugh Honour, ‘Bomtheercan stn io Word Wer. Ade Thelma the Back tp sore Are Laila Bugser (Cambridge, Mass, 1989), p95. Buck Mors explicitamente la liberacién de los esclavos con Ia real zacién hist6rica de la libertad: “Que el hombre se vuelva libre forma parte del mundo libre. Que no haya esclavi- tad [Sklzoerei} es el requisito ético [ die sitiche Forderung) Este requisito s6lo se cumple cuando Io que un ser I mano debe ser aparece como mundo externo que el hombre hace suyo” (PR, p. 228). No deberfamos com- partir la pexplejidad del editor de estas lecciones, quien nots en 1983 que Hegel “hablaba de esclavos con ex traordinaria frecuencia™.""¥ deberiames considerar co mo tna confirmacién (mientras que otros apenas lo han notado) el hecho de que en su obra tardia La flasofia det «spirit subjeive, Hegel mencione a la revolucién haitia ra por su nombre." Tambien serfa revelador revisar el argumento del filé- sofo franeés Jacques d’Hont de que en esos aftos Hegel estaba conectado con grupos radicales de masones, por- que la franemasoneria forma parte de cada momento de 104 Note editorisies de Thing a las nous de Heidelberg de ‘Wannenmann, PR, p. 295 n. 68 105 La ili de eprt eubeio de Hegel (parte 3 de la Bo iclpeta (1830)) consitaye wn docamento crucial, paricular- mete Ia seciones “Antropologi"y“Fenomenologi". ‘encontrar al las consecnenelas de las leccones de Hegel sobre flosofa de ia historia, con sus prejuilos contra la cultura afeca na y otros enuncndas racists sobre negros también puede ex contrarse un relato de la daléetica del amo-sclavo mis comple to que el que se encuentra en Fromenlogia da expiney de 1807 ‘Shlave y Krecht todavia aparecen aq como términas interean biables el desarrollo hstrico est codiiado, con i exlavitad wen ‘europea refrida ala Antguedad; la lucha a muerte todavia es Hep» Hai ie, Ts trea masirca ances de ns de sig Xt ‘arriagandola pro- Pe ideoy permiven que sels venda sin ninguna reflexions Jes sto oinjusto™ Y aun més “No puede decise que sean ine rasionalimente Ia ersian- Gdocables, pues no s6lo han recibido 0 ‘ded con a mayor gratitd... sino que incluso han fundado en att on estado sobre princpioscrisianos” (Hegel, Hepes Pal voy of Subjective Spt, aye MJ. Posy, 5 vols (Dordrecht ero) 3:57, 491, 2:53.55, 1898 [Hay tradecién a espaol: Be tiipeia dels cencisflsfas, Madi, Porria, 1980) Susan Buck Mors Fig. & Oigrame cosmolgen, matonea races, fes do it Xl. Dietoesottco por Jean-Baptiste Wilernaz(Bbintheque nae ale, Par). Wer, un comersane de Lor, tee ier de una Oren deena ames Onsevoria Ei, etna cnaones con Boreainy qv taba erement invncads gor Marinés de Pasqual,unéadr Geo en Cus Caters, una maser ites con a meta de renegar ao stumps a au esac oil peo la caida aia. Martins, 1 {io en Grendole, mai en 177A ef a. Sarto Domingo. ease See Hut Les Francs Maras (Pas, 1968), p. 85-90. 8 > saints Hlagey eit cesta historia." No s6lo el editor de Minerva Archenholz fue mas6n, junto a sus corresponsales més regulares, Konrad Engelbert Olsner (a quien Hegel conocis en. 1794) y Geong Forster (cuya obra Hegel anots), ya tan tod otros contactos intelectuales de Hegel:"” no solo fue 106 Véate HS Este libro formula el argumento original de que el Hegel “secret” se revel a través de sus conexiones con las franemazonesfa més radicalirada (mientras que d’Hont no hace rmencién de Santo Domingo) 107 D’Hontsostiene que Archeahe pertenecta ala francma sonerfa deade la primeta década de 1760; véase HS, p, 12; véase también WA, p. V1. y Rieger Joann Wilhelm von Archenhale as "aibange’ p.76n. Acerca dela discusién de d’Hont de Mine vw come una publicaci6n masona, vase HS, pp. 2829, que in- lia avicutos de Chiu der ois, evista politicarmente radical cormopol vo francés... Mineo insina el expe de Condorcet (fundador de Chronigu]y Brissot" (HS, p. 26)-D'Hont analiza el imaginario snason de la tapa del primer mimero de Minus, que ~afirma~ Hegel, Schiller y Holderlin wvieron en sps manos durante aut as de estudiantes (HS, p. 8). D'Hont enumera como masones len el“entorno” de Hegel Georg Foster (cuys eeritos sobre lt evolucidn francesa Hegel extract mientras estaba en Berna), Konrad Engelbert Oelsner(cuyo encuentro con Hegel en Berna [ease mis ariba) puede haber sido facilitado por comtactos ma tones) tanto como Wieland, KBrner, Sémmering, Campe, Gar Ao) Gleim; también a Johann Samuel Ersc, istoriador de Tae teratsra, amigo y colaborador de Archenholt, quien estaba en Viena al mismo tempo que Hegel (Archenholz pensaba mover ola més gondista franemasona del pensamien: sua revit esta ciudad en 1800, pero en lugar de ello, Ersch 3¢ nude a Halle; véase Hege, carta a Schelling, 16 de agosto de 85 Swan Buck Moses rman leptin Ransford tor del vo sobre hie tia dea independenc atin, uno de cages capt tor fue publica ex Mingva en 18050" ino ue le francisoneta fs un carci en el alaieno de Santo Deming. No era numa ns oli quel jos “mult” de blancs dts de panacea veces con fu mt Ges come eipons legals) fueran lends de rege Franca paras edendes Yel pera desacar uels Togs iguatarinsde os masons acses mis rae tram on espacio donde a egregatn ra, regen ¢ frets bnal era menos tnstariamentesoperada” 18, et p 6) nn oon ich von Ge cor Pai el ae nee De page lr sorndores de qe shan go sepia Inter eee eg pga tt degre {apes per oreo nena lrg He get especie rnconer qv Hon epi canoe Seva cand lacenmry dela ota 2 9) 108 Véase Rainsford, “Toussaint Louvertice. Eine historische Senildenung fr die Nachwek", Minerva 56 (1805): 276298, 392 408, Acerea de ia conexiGn de Rainsford con Ia masoneita Ease ‘Geggus, “Bh Occupation of Ssint Domingue, 17981798" 109 Ls logias masonic francens locales eran conosidas por incluir negeos, musulmanes, judios y mujeres, aunque en Bor dea It login ingen excluyera judiosy actores: véase J. M. Ro- bert, Dh Mytalgy fe Set Scie (Londtes, 1972), p. 81-18 logist mazénicat "a lo larg de toda Francia eran les nicos ug res donde lot francess, cualquiera fuera rango, profesin © religign, se veunian en ple de igualdad animados por un espirita de unidad. En lugar del aniguo espsiua de clase que anterior Hag y Hit Polverel, el hombre que compartié con Sonthonax él puesto de jefe de policia tanto como Ta responsabilidad the declarar la abolicin de la esclavitud en la colonia en 1793, habfa sido masén en Bordeaux en ta década de 1770, "una época en la que un sorprendente aime to de j6venes mulatos que mas tarde se convitieron en I eres dela zevuelta de Santo Domingo estuvieron también, fen esta ciudad portuaria, dedicada al comercio de escla- ‘os:"" Dos de ellos, Vincent Ogé y Julien Raimond, edu- ‘ados en Francia como abogados, hablaron acerca de Los ee ed mente habla reunido a todos los nobles de Francia, In masonerta ‘aganieaba una camara que inclua todos ls ranges yrs) (hemard Faj, Ravsluton and Fremasonrs, 1680-1800 (Boston, 1935], p. 224) 1D El nombre de Euenne de Polerel ess conectado 2 dos lo- ‘gu de Bordeaux, ’Amié y Harmonie us Directore Boos rs Sonthonas no fue maséin (pero ve miembro de los Amis des Noir), Polerelesriid dos las antes de ta abolicion: Por nrg tempo la raza affcana ha sufid la ealonia de (que se diga que sin fa ecavitud sos membros nunca © aco thanbravian a uabajar Permianme intentar conwadecir ee perio, no menor absurdo que el de I aocraia de co- Ton No habrd sing ermanes, repuhlicanos, enemigos de cuniguler Spo de Grant: monarquia, nobles o sacerdocio” (ncques de Cauna, Polverel et Sonthonax, deux vos pour!" Dotition de Veiclarage’, en LigefitictéSothonas, pp. 1°52). Este énfisis en ls virtues del trabajo era un valor mason, nifestto por la irmportancia alegérica central del ofcio "mason" 111 Precsamence en etoe sos (1802-1804), Bordeaox super ‘a Nantes en el liderazgo del comercio tiangolas de eclavos y de finicar Vease Evie Sanger, Borde fot niger (Kartal, 1995) Susan Buck Mores Fig. & Dlageme cxeotigo, va naan, sig 2K Mosalco rua (v2) deicado a os cess ut rides 3 olga de es en forma de tu Tomado de Lele G. Desmanges, The Faces of Ga Wau ana Roman Catholic in Hat (Chapel Hl, NC, 1952) p 106. Less, st can sss en oho, Ja colunna cena dela pista de baile vu “toman su ests de las aces Seon) Hong ptr do oo got. En pen Senor eines beet eo sh sos sees ihe Bonn nein cin oan tnieeton ade senna Secures apr te tm Sep? ne rs ann, “he ash et eS a eng ao ea a 13.59 88 Hegel Heit derechos desman ene ine ao dean se ehe uc exon conten rendre rere eapoy dels Ain derNony problemen a ae sney abl en Londres) P wesan germ ata colonic 179 pra ier one sae esa ies en remo de deren cles See eter fs to seme pr a Se mond fc nomi de pice rear gbpnofance en 7957 wae te seat Peo inte Sonbonse 9 Tego Jun * aor ern pds a eras costocon de To eater nt eat on Boden, AR we lacs cigertotenetsen Goer nepe- ae sadn Unidony en dep Toe setenv vl sell gener de mayor por 2 Oe tad te Doing cones nga a nee room On cue man foe Alea etn ple con Declines oncom de Fr- Sree dos empedente ela eben Hats Tia Biackbamn nota que Ogé, buscando “reinvindicar tos de echos de los mulatos at la Assblea Nacional fen Paris). qornd ala colonia Wa Londres, donde ebtuvo dinero de Clarkson 4 de la Abolition Society. Ogé también ist6 tos Estados Unidos, “Ronde compeé armas. Estos viajes parecen aber sido faciitados por contactot masones” (OCS, p. 182) 113 James nos dice que Rigaud, “un auténtico mula e de cis, et hijo de un blanco y de una negra’ fue bien educado en ‘Berdeaux y que aprendié el ofcio de orfebre. Se als como vo mario en la armada francesa que peleé en la Guerra de Inde- pendencia de los Estados Unidos (87. pp. 9697) 89 Susan BuckMorss Fig 10: Aula ods abees, con corona, emblea del Consa Su emblem de Conia Supe ro 6 33 gatos, a orn més at el te dessa (to exacts), aso na faneesa, ig Nil (bteque nara, Pa) ‘que se establecié en el sur de la isla después del asesinato de Dessalines en 1806. Fl presidente Pétion exhorts a Si- ‘én Bolivar a exigir la abolicién de la esclavitad en Ia hu- cha por la independencia de Latinoamérica, en la que la ‘masoneria tuvo también un rol significance. Escribe el historiador de Cauna acerca de estos ius tres lideres dominicanos: "Se interesante investigar si snceenemiatcconegiaetnenmensteae Hegel Hai también habjan entrado a Jas logias masénicas de Bor- ‘deaux. Esta investigacin todavia esti por hacerse".* No tobstante, no podemos dejar de ver la posibilidad de wna {nfluencia reefproca, de que los signos secretos de la ma- soneria hayan sido afectados por las practicas rituales de fos esclavos revolucionarios de Santo Domingo. Hay cenigmaticas referencias al vudi ~el culto secreto de tos taclavos de Santo Domingo que generé los levantamien- tos masivos de agosto de 1791 como “una especie de masonerfa religiosa y danzante™."* Bvidentemente, cO- nnocemos demasiado poco de la masoneria en el Atlénti- co blaneo/negro/moreno, un capitulo mayor en Ta his- toria de la hibridacién y la transculturacin (figs. 612). 114 De Gauna, “Poherel et Sonthonax’,p. 49, De una ded racién de Sonthonas: ""Todot los negros y aquellos de sangre tnezclada en actual estado de escavtud son deciarades libres de forar de todos los derechos que corresponden a x titolo de cit Sedanos franceses” (Dorigny, “Léger élicté Sonthonax et la premiére aboliion de esclavage’ p. 2) 11 Joan Dayan, Hai, Histor, end the Gods (Berkeley, 1995), pe lSI;de aqui en adelante HH. Dayan sefiala mis adelante: "TEL padre] Cabon sugiere que los negros bien podrian haber descu bierto que habia ‘confabulacioney blancas que tenfan mucho en comin con el wud: (Un poco antes de los acontecimientos del Inc de agosto de 1791, pods nowase una especie de masoneria ‘de negros en ceras manifextaciones de sus actividades” (HFG, p. 251). Véave tmbiga la novela histrica del novelist cubano [Alejo Garpentir, Et siglo de las lus (1962), que ineluye ta Fgura ‘de Oge y haba explictamente de ls conexiones masnicas o ll “EI bisho de Minerva despliega sus alas al amanecer” La frase a menudo tan citada de las leeciones de Hegel sobre Filosofia dela historia (1822), que bien pudo ser ex ‘rita con el periédico Minerva en mente, marca de he- cho un retroceso respecto de la politica radical de Row ‘menologa del exprity cual fue la medida exacta de este re- troceso, en selacién con Ia posiciéa de Hegel respecto de Ja revolucién francesa, ha sido un largo tema de deba- te.Pero al menos en lo que respecta a la abolicién de 116 Véase d'Flont, Hoge at les Francis (Hildesheim, 1998). Al inal de Fils deta Witria, Hegel todavia habla deta xev0- Incién francesa como de “wna gloriosa aurora mental” Y aun asi, eritca al Tet como “In més espantosa tirana. Hjerce st poder sin formalidadeslegales y el castigo que infinge es igual fle simple: muere Esta trania no podia durar, pues cualquier 9 | | Hegay Heit Ja esclaviud, fa retirada de Hegel del radicalismo revol ‘Gonario fue clara."” Condenando notoriamente 2 la Cultura afticana ala prehistoria y responsabilizando 2 los propiosafricanos por la esclavitud en el Nuevo Mundo Hegel reptio el argument apologético y banal de que jos esclavos estaban mejor en las colonias que en terra ee spac, ange irs natn sna 4 rebelaba coisa pend erbement igi queen concentra ites Sey enn oma tan ann” (Hegel, Pe Pilly of i> sea a) Sv (1858; atl, NY 191), pp 447, #0481), de rn etn FH, Hay waducin al expo laf df dane Mea Geos ot Quioana Cabanas Brretoa,1970), 7 melted ea Lig de 50, Hegel sean ase nent ei porn pe a0 hay mls See jeu no debe nsranesng co pac derstan- aaa ryeo ashgin nian + gin le Heri ash

También podría gustarte