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Santa Teresa

Inmensa fue tu dulzura


tu mirada y la poesa
con que gestaste milagros
durante toda tu vida.
Madre, no porque fueras
nominada por la Iglesia,
sino por los moribundos
de Calcuta, en la miseria.
Hermosa, por fin, que eras
con tu blanca cabellera,
tu joroba de trabajo
y tus manos siempre abiertas.
Madre Teresa, pequea,
inmaculada y eterna,
con amor has convertido
la caridad en belleza.

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