Está en la página 1de 11
EMAdela QUINCENA Mar de ligrimas 1939 Sobre la Teologia Ecolégica Jirgen Moltman Fotos: Manuel Alvarez Bravo La destruccién de! medio ambiente pone en peligro la supervivencia de la humanidad en los albores del siglo XXI. La crisis ecologica se ha conver- tido en una catdstrofe ya para los seres vivos mas débiles. El tedlogo ale- mén Jurgen Moltman reflexiona sobre este tema y aporta tres perspectivas cristianas para la liberacién de la naturaleza, ademés de unas reflexiones que un grupo de tedlogos present6 en la pasada Conferencia de Rio. Este articulo aparecié publicado en la revista «Christus», numero 657, bajo el epigrafe tematico de ¢Qué has hecho del mundo? Nim. 1.093-1.094/1-4.94790-4.98 NOTICIAS OBRERAS (249) 21 Coronada de palmas, 1936. Destrucci6n del medio ambiente por el primero y el tercer mundo La destrucci6n del medio ambiente que estamos causando los hombres debido al actual sistema econdmico mundial, con toda certeza pondra se- riamente en peligro la supervivencia de la humani- dad en el siglo XXI. La moderna sociedad industrial ha provecado el desequilibrio del organismo de la tierra y esta encaminada a la muerte ecoldgica uni- versal sino podemos cambiar esta tendencia. Los cientficos han comprobado que las emisiones de CFCs y los gases de metano destruyen la capa de ‘ozono de la atmésfera; que el empleo de fertilizan- tes quimicos y plaguicidas diversos esteriliza la tie- ‘ra; que ya esté cambiando el clima en el mundo y que cada vez viviremos més catésirofes naturales, tales como sequias e inundaciones; que la capa de hielo de los polos se derreti’ y que ciudades coste- ras como Hamburgo, regiones costeras como Ban- gladesh y muchas islas del Pacifico Sur quedarin hundidas el proximo siglo; que en términos genera- les se veré amenazada la vida misma en esta Tierra. La humanidad puede extinguirse como los dino- saurios hace millones de afios. Lo que resulta tan alarmante de esta idea es el hecho de que las sus- tancias t6xicas que suben a la capa de ozono de la tierra y las que se filtran en el suelo ya no las pode- mos recuperar; por tanto ignoramos si el destino de la humanidad ya estd decidido. La crisis ecoldgica de nuestra sociedad industrializada se ha convert do en una catistrofe ecol6gica, al menos para los seres vivos mds débiles que son los primeros en pe- recer en esta lucha: afio con afio se extinguen cien- tos de especies vegetales y animales que ya no po- demos volver a la vida. Esta crisis ecol6gica es, antes que nada, una usaran tanto el automovl, emitiendo tantos gases de escape t6xicos a la atmesfera, como los sta Gunidensesy los alemanes, la humanidad ya se habvia asfixiado. Pero es un error pensar que los problemas ambientales son s6lo problemas del Primer Mundo; al contrario: los problemas econd- micas y sociales ya prsentes en los pases del Te- cer Mundo se ven agravados por las catéstrofes ecol6gicas. Las naciones industilizadas de Occi- dente ‘se pueden esforzar en los ambitos técnico y juridico para conservar un medio ambiente limpio en sus paises, pero las paises pobres no pueden ha- cerlo, Las naciones indusrializadas de Occidente pueden esforzarse por trasladar sus plantas indus- tales darinas del medio ambiente alos pases del Tercer Mundo, y estos no pueden defenderse de ello. Pero independientemente de eso, Indira Gandhi tenia raz6n al decir que la pobreza es la peor contaminacién ambiental («poverty is the worst pollution). Es un cirulo vicioso que lleva a {a muerte: el empobrecimiento lleva a la sobrepo- biacién a todas partes porque no hay otta manera de asegurar la vida sino a raves de los hijs, La o- brepoblacién conduce al consumo no s6l0 de t0- dos los alimentos, sino de la propia base de susten- to. Ademds, el mercado mundial obliga a los paises pobres a abandonar sus economias de subsistencia en favor de los monocultivos, a desmontar sus sel- vas tropicales y al pastoreo excesivo. Tienen que vender no sélo las manzanas, sino también el man- ‘Zano, y esto significa que solo pueden sobrevivir a Costa de sus hijos. Con ello, estos paises son orilla- dos inevitablemente a la autodestruccién. En los pafses con marcada injusticia social, la falta de ‘consideraci6n es parte de la ecultura de la violen- Cia». La violencia empleada en contra de los seres humanos més débiles. La anarquia social se conti- ‘nda con el trato andrquico dela naturaleza. ‘Ambos mundos, el Primero y el Tercero, estén cautivos en un circulo vicioso de la destruccion de la naturaleza. La interdependencia de los di- vversos aspectos de la destruccién se identifica f4- cilmente: El mundo occidental destruye la natura- leza en el Tercer Mundo y ademés obliga a los paises tercermundistas a destruirla ellos mismos; a la inversa, la destruccién del medio ambiente natural en el Tercer Mundo, tal como la defores- taci6n de las selvas tropicales y la contaminacion de los mares afecta al Primer Mundo a través de los cambios climatolégicos. {No es mas barato y también mas humano combatir la miseria en el Tercer Mundo ahora y renunciar al crecimiento propio en lugar de combatir catstrofes naturales en todo el mundo dentro de unas décadas? ;No es més sensato limitar hoy e! uso del autom6vil sis provocada por la civilizacién técnico-cientiica en lugar de tener que usar méscaras de gas en el de Occidente, eso es cierto. Si todos los hombres | 22 (250) NOTICIAS OBRERAS Coronada de palmas, 1936 Destruccién del medio ambiente por el primero y el tercer mundo La destruccién del medio ambiente que estamos causando los hombres debido al actual sistema econémico mundial, con toda certeza pondra se- riamente en peligro la supervivencia de la humani- dad en el siglo XX1, La moderna sociedad industrial ha provecado el desequilibrio del organismo de la tierra y esté encaminada a la muerte ecoldgica uni- versal sino podemos cambiar esta tendencia. Los Cientificos han comprobado que las emisiones de CFCs y los gases de metano destruyen la capa de ‘ozono de la atmosfera; que el empleo de feriizan- tes quimicos y plaguicidas diversos esteriliza la tie- 11a; que ya esta cambiando el clima en el mundo y que cada vez vivirenos més catdstrofes naturales, tales como sequfas ¢ inundaciones; que la capa de hhielo de los polos se derretra y que ciudades coste- as como Hamburgo, regiones costeras como Ban- gladesh y muchas islas del Pacifico Sur quedarén hundidas el préximo siglo; que en términos genera- les se vera amenazada la vida misma en esta Tierra. La humanidad puede extinguirse como los dino- saurios hace millones de afios. Lo que resulta tan alarmante de esta idea es el hecho de que las sus- tancias tOxicas que suben a la capa de azono de la tierra y las que se fitran en el suelo ya no las pode- ‘mos recuperar; por tanto ignoramos si el destino de a humanidad ya esté decidido. La crisis ecolégica de nuestra sociedad industializada se ha converi- do en una catéstro‘e ecol6gica, al menos para los seres vivos mas débiles que son los primeros en pe- recer en esta lucha: aio Con afto se extinguen cien- tos de especies vegetales y animales que ya no po- demos volver a la vida. Esta crisis ecol6gice es, antes que nada, una cri- sis provocada por la civilizacién técnico-cientifica de Occidente, eso es cierto. Si todos los hombres 22 (250) NOTICIAS OBRERAS indo tantos gases como 10s eo ymanidad ya se que los movil, enitie usaran tanto e! automo 6xicos a de escape toxic dounidenses y los alemanes: habia asixiado. Pero @5 UN CO problemas ambientales 50 * Primer Mundo; al contrat ese mmicos y sociales ya pr cer Mundo se ven agravados Pe ecolgias. Las nacones indus nico y dente se pueden esforzar e 0 P fo ambiente limp jurico para conenar un medio ambien en sus pases, pero los pases pobres nO FATT rie cerlo, Las naciones industrializadas ,% Sais pueden esforzarse por trasladar sus plantas inchs tials daninas del medio ambiente a los paises Tercer Mundo, y estos no pueden defenderse ello. Pero independientemente de eso, Indira Gandhi tenia raz6n al decir que la pobreza es la peor contaminacién ambiental («poverty is the worst pollution»), Es un circulo vicioso que lleva 2 la muerte: el empobrecimiento lleva a la sobrepo- blacién a todas partes porque no hay otra manera de asegurar la vida sino a través de los hijos. La so- brepoblacién conduce al consumo no sélo de to- dos los alimentos, sino de la propia base de susten- to. Ademds, el mercado mundial obliga a bs paises pobres a abandonar sus economfas de subsistencia en favor de los monocultivos, a desmontar sus sel- vas tropicales y al pastoreo excesivo. Tienen que vender no s6lo las manzanas, sino también el man- ano, y esto significa que solo pueden sobrevivir a costa de sus hijos. Con ello, estos paises son orilla- dos inevitablemente a la autodestruccién, En los paises con marcada injusticia social, la falta de ConsideraciGn es parte de la ecultura de la violen- cia». La violencia empleada en contra de los seres humanos més débiles. La anarqula social se cont ‘nda con el trato andrquico de la naturaleza, ‘Ambos mundos, el Primero y el Tercero, estén cautivos en un circulo vicioso de la desiruccién de la naturaleza. La interdependencia de los di- ‘versos aspectos de la destruccién se identifica f4- cilmente: El mundo occidental destruye la natura- leza en el Tercer Mundo y ademés obliga a los pafses tercermundistas a destrirla ellos mismos; a la inversa, la destrucci6n del medio anbiente natural en el Tercer Mundo, tal como la defores- tacién de las selvas tropicales y la contamrinacién de los mares afecta al Primer Mundo a través de los cambios climatol6gicos. 3No es més barato y también més humano combatir la miseria en el Tercer Mundo ahora y renunciar al crecimiento propio en lugar de combatir catéstrofes naturales en todo el mundo dentro de unas décadas? gNo ls mas sensato limitar hoy e! uso del automovil en lugar de tener que usar méscaras de gas en el ‘Nam, 1 099-1094/-4:99:90-4.99 ‘A la luz de este sombrio panorama del futuro ‘es necesario establecer nuevas prioridades eco- ‘nGmicas y politicas. Hasta ahora ocupaba un pri- mer plano la seguridad nacional a través del ar- mamento militar. En un futuro se encontraré en primer plano la seguridad ambiental mediante la proteccidn comén de las bases de sustento comu- nes. En lugar de acumular cada vez mds armas para usarlas unos contra otros, lo que necesita- mos es un esfuerzo conjunto en contra de la des- ‘wuccién inminente del espacio vital comén en esta tierra. Necesitamos un desarrollo sustentable (susteinable development en el Tercer Mundo y tuna politica de seguridad ambiental (enviromen- tal security) en el Primero. Creo que la crisis ecoldgica de la naturaleza consituye una cisis de la misma civilizacion téi- co-cientfica modema. El gran proyecto de! mundo ‘noderno amenaza con fracasar. Por tanto ya n0 se ‘rata tan s6lo de una crisis mora, como ha dicho el Papa juan Pablo l, sino que es mas profundo que 30; se vata de una crisis religiosa de aquello en lo que conflan los hombres en el mundo occidental. Esto lo demostaré en la primera parte de mi pre- sentacién, En la segunda parte plantearé tres pers- pectivas que ofrece la tradicién religiosa del mun. o occidental para pasar de la destruccin de la raturaleza ala lberacion de la naturaleza. E10 es a la vez una propuesta para exceder la Teologia de la Liberacin: de la liberacion de los hombres oprimi dos a la liberacion de las craturas mas debiles y ‘oprimidas de la natualeza La crisis religiosa del mundo modern La relacign viva de una sociedad humana con su ertormo natural es determinada por las técnicas hu ‘manas mediante las cuales el homie obtiene sus alimentos a panic de la naturaleza y le devuelve sus desechos. Desde los principios de la industraliza in, este metabolism con la naturaleza, que de he cho estan natural como la inalacion y la exhala- dn del are, es determinado y dirigida en medida cada vez mayor solo por el homie, ya no también porla naturaleza. En nuesva sociedad desechable se ‘ree que lo que sta, se elimina, desaparece. Pero algo no puede converirse en nada y por tanto nada 4e lo que se ta se converte en nada; queda en al ‘guna parte de la naturaleza. pAddnde va a dar? jA {quien le impona! im 9 000-1 00014.8900-450 ‘econocimiento disponibles. Las tecnologias y las ciencias naturales siempre se desarollan a raiz de un interés humano deter- minado, No pueden ser neutrales. Son precedidas y dirigidas por intereses que las ponen a su servi- io. Estos intereses humanos, a su vez, Son regu- Jados por los valores fundamentales y las convic- ciones de una sociedad. Estos no son que mas que aquello a lo que todos los miembros de una sociedad consideran natural, porque en su siste- ‘ma es evidente y plausible. ‘sien un sistema de vida de este tipo, que relaciona una sociedad humana con la naturaleza, circundan- te, se produce una crisis de muerte de la naturaleza, logicamente se convierte en una crisis de todo el sis- ‘ema, de la acttud ante la vida, del modo de vida, y ‘no en Giltimo lugar, también de los valores fundamen- tales y las convicciones. Al mori de los bosques co- rresponde [a dition de la neurosis espiitales; ala ‘contaminaciGn de las aguas, el énimo nihilista de Trampa puesta, 1938. muchos habitates de las megal6polis, La cris que vivimos es, entonces, no solo un crisis ecoldgica, y tampoco se puede resolver solo a nivel técnico. Una ‘eotiertacion en las conviccionesy los valores funda- meniales es tan necesria como un cambio en la aci- td ante la vida y en el modo de vida. Qué intereses, qué valores regulan nuestra ci- vilizacién técnico-cientfica? Para expresarlo de manera simple: es el iimitado deseo de domi lo que ha impulsado y sigue impulsando al hom- bre modemo a tomar posesiGn de la naturaleza de la tierra En la supvesta lucha por la existen- » ‘Adorno de tunba, 1971 de los conoci: cia, la voluntad politica se vale ara ejer rmientos cientificos e inventos técnicos Pi cer el poder, para asegurarlo y expandirlo. él cre- imiento y el progreso, en nuestra cultura, siguen midiéndose con base en el incremento del poder, econdmico, financiero y militar. Aparentemente fo se ha logrado hasta ahora [a transicién del crecimiento cuantitativo al cualitativ. Si comparamos nuestra civilizacién con cul- turas premadernas, resalta inmediatamente la diferencia entre el crecimiento y equilibrio ‘Aquellas culturas anteriores a la Edad Media no eran ni primitivas ni subdesarrolladas, sino mas bien sistemas de equilibrio sumamente refina- dos que regulaban la relacién del hombre con a naturaleza, de los hombres entre sf y con los dioses. Son las civilizaciones modemnas de Oc- cidente las que estén programadas de manera unilateral para el desarrollo, el crecimiento, la expansidn y la conquista. La conquista cel po- der y el aseguramiento del mismo, junto con la busqueda de la felicidad estadounidense, son los valores fundamentales que de hecho valen y regulan todo en nuestra sociedad. ;Por qué ocurrid esto? Probablemente la causa més profunda esté en la religion del hombre moderno. A menudo se responsabiliza a la religién judeocristiana de la asuncién del poder del hombre sobre la naturale- za y de lo desmesurado de su deseo de poder. Si bien el hombre modemno normal no se considera particularmente creyente, si ha hecho todo por Cumplir el mandamiento de su destino: «(Crecer, y multiplicaos, henchir la tierra y dominad en De hecho, fue demasiado obedierte, por 26 (252) NOTICIAS OBRERAS 10 y esta imagen OF 000 afios, pero la ansién moderna 10 afios; por tan distinto. En mi el hombre mar fe mantenimient membre tienen mas de de 3 Cultura de la conquista y 1a ont pa hace apenas 40 radicar en alg nen ae ast decirlo. Est opinion #° a derno tiene de Dios. # Theede el renacimiento, en EUropa occ Re pine se entendia de manera cada Ye7 dog tica como e| Todopaderoso. La ormipotencia ‘consideraba el atributo de la divinidad por omasia. Dios es el Seftor, el mundo es su propie- dad, y Dios puede hacer con él lo que quier. Es el sujeto absoluto y el mundo, el objetivo pasi sa dominio, En la tradicion occidental, 010s de su ereando cada vez més ala esfera de lo Wras- cendente y el mundo se entendfa como algo me- ceenie inmanente y terrenal. Dios se concebia ‘in mundo y por tanto el mundo se podia imag! har sin Dios. EI mundo fue despojado de su miste- tio de creacion divina y pudo «desencantarse» de manera cientifica, como describié tan acertada- mente este proceso Max Weber. El estricto mono~ {efsmo de la cristiandad occidental moderna se ha convertido en un motivo ‘esencial para la seculari- Zacién del mundo y de la naturaleza, como obser- wo perspicazmente Armold Gehlen ya en el afto de 1956 en su obra Urmensch und Spatkultur (El hombre arquetipico y la cultura tardia, p. 285): «Al final de una larga historia de la cultura y el es- pirtu fue destruida la Weltanschauung del “enten- te secrete”, la metafisica de las {uerzas vitales con- formes y beligerantes, a saber, por el monotefsmo por un lado y e! mecanismo técnico-cientifico por el cual el monotefsmo, en su momento, habia lu- chado para abrirle espacio, quitando lo demonia- 0 y lo divino a la naturaleza. Dios y la maquina han sobrevivido al mundo arcaico y ahora se en- ‘cuentran a solas. Una imagen aterradora, porque de aque! vltimo encuentro entre Dios y maquina no s6lo ha desaparecido la naturaleza, sino tam- bién jel hombre! ‘Como imagen y semejanza de Dios en la Tierra, el hombre debia entenderse, de manera correspon- diente, como soberano, a saber, como sujeto de cont to y voluntad, contraponiéndose y so- metiendo al mundo como su objeto pasivo. Porque s6lo a través de su dominio sobre esta tierra puede corresponder a Dios, el Sefior del mundo. Asi ‘como Dios es el sefior y dueno del universo, asi el hombre tiene que esforzarse para convertirse en el sefior y duefio de fa tierra, para afirmarse como imagen de su Dios. No pr la bondad ya verdad, ro por la paciencia y el amor, sino Loess ate hombre a ibaa ane pios de la edad media, Francis Bacon alababa las Num, 1.080-1,094/1-4.99/90-4.99 q ciencias naturales de su época, diciendo que «el conocimiento es poders, y que por su poder sobre la naturaleza se restablecfa la se- mejanza del hombre con Dios. Si comparamos lo anterior con el famoso discurso acusatorio del jefe indio Seattle de 1855, nos po- demos dar cuenta inmediatamente del rumbo que hemos tomado: «Cada parte de esta tierra es sagra- da para mi pueblo; cada hoja de pino, reluciente; cada playa areno- sa, cada neblina en los oscuros bosques... Las cimas rocosas, los prados jugosos, el calor del cuerpo de los ponis -y del hombre-, todos ellos forman parte de la misma fa- milian Con ello nos hallamos ante la pregunta decisiva: jla naturaleza ‘es nuestra propiedad, con la que podemos hacer lo ‘que queramos, 0 somos nosotros, los hombres, una parte de la familia mayor que es la naturaleza y que debemos respetar? ;Son nuestras las selvas tropica- les, de modo que podamos desmontar y quemarlas, ‘0 son también el hogar de muchos animales, plan- tas y Arboles, y pertenecen a la tierra, de la cual ‘también nosotros formamos parte? Es esta tierra ‘nuestro medio ambiente» y «nuestra casa planeta~ fia», o somos nosotros, los hombres, s6lo huéspedes muy tardios en ella, que hasta ahora nos sigue so- portando paciente e indulgentemente? Si la naturaleza no es mas que nuestra propit dad, enfrentaremos su crisis ecol6gica s6lo a ni- vel técnico. Trataremos de producir plantas y ani- males resistente al clima a través de nuevas creaciones de la tecnologia genética. Con la in- genierfa genética crearemos una nueva raza hu- mana que no requiera un entorno natural, s6lo uno técnico, De hecho tenemos la capacidad de crear un mundo que soporte nuestro nimero y nuestros h4bitos, pero seria un mundo artificial, tuna estacién especial global. Pero también podri- amos cambiar nuestras costumbres y nuestro nd- mero, restablecer la naturaleza y volver a dejarla vivir. Pero g¢6mo podemos cambiar nuestra con- ducta? jNo es la destruccién de la naturaleza una consecuencia de nuestra relacién trastornada con ella y con nosotros mismos? En la Conferencia Global Forum en Mosci, en enero de 190, escuchamos la misiva conmovedo- ra de los indios americanos. Estos «hijos nativos de la terrae hablaron de su milenaria gran diosa: «La tierra es nuestra madre, la luna es nuestra abuela, todos somos eslabones en los ciclos sagrados de la Nom. 1.089-1.041-4-99700-4.93 Violin huichol, 1965. Vidas. £1 embajador de la India, Singh, el Sumo Sa- edote mongol, el chacedor de lluvia» africano y los seguidores del New age californianos nos im- ploraron a volver al seno dela tierra del que nace toda vida, Sonaba muy hermoso. Sin embargo, _podrén los simbolos religioso de una época ante- fier a la Edad Moderna, cuando los hombres eran Cazadores y recolectores, ayudarles alas masas ut- benizadas del mundo postmoderno ~en Nueva ‘York, la Ciudad de México 0 Sao Paulo-a resolver Jos problemas ecoldgicos de la sociedad industria- lizada? jno sera s6l0 poesta? Todos los politicos y Cientificos presentes partieron de que los hombres ‘causaron la crisis ecol6gica de la tierra, y que por tanto también tendra que ser ellos quienes la re- suelvan. El mensaje de los primeros habitantes de latierra, y de los seguidores de la ecologia profun- da quiere eximir al hombre de esta responsabili- dad, para que vuelva a ser dichoso en su calidad de hijo de la tierra, Podemos acaso devolver la li- bertad que hemos obienido una vez que ésta se ‘wuelva peligrosa? La naturaleza, snos volverd a li- berar de la responsabilidad cuando nos pese de- rrasiado? Yonolo creo. * ‘Tres perspectivas cristianas para la liberacién de la naturaleza 1. El espiritu de Dios es la vida de toda la creacién La primera reorientacion comienza con la ima- gen de Dios, porque asi como pensamos de Dios, NOTICIAS OBRERAS (259) 25 ‘suena dogmatico, ortodoxo y arcaico, pero no por ‘eso deja de ser cierto. Tan s6lo al escuchar el nom- bre «del Padre, del Hijo y cel Espiritu Santo», perci- bimos que el misterio diviro es una comunién ma- ravillosa. EI Dios trino y uno no es un soberano del Cielo, solitario y no amado, que someta todo como los déspotas terrenales, siro un Dios comunitario, rico en relaciones: «Dios es amor». Padre, Hijo y Espiritu Santo viven juntos para si y en si en la suprema y més perfecta comunién del amor que podemos imaginar: «Yo estoy en el Padre y el Padre esta en mis, dice el Jest jOnico. Maguey y pared dentada, 1976. Si es0 es verdad, entonces no correspondemos a Dios mediante el domino y el sometimiento, sino através de la comuni6n y la reciprocidad que fo- ‘menta la vida. No el sujeto humano solitario, sino la verdadera comunidad humana es la ima- gen de Dios en la Tierra. No partes aisladas, sino la comunidad de la creacién en su totalidad refle- ja la sabidurfa y la vitalidad de Dios. De acuerdo con el entendimiento cristiano, la ‘reaciOn es un proceso trnitario: Dios Padre crea a través del Hijo con la fuerza del Espiritu Santo. Por tanto, todas las cosas son creadas «por Dios», for- ‘madas «por Dios» y existen «en Dios». «Ve en la ‘reacin de estos eres al Padre como la causa pree- xistente, al Hijo como el esprit creador, perfeccio- nnador, de modo que los esprtus de servicio tienen ‘su origen en la voluntad del Padre, son lievados ala existencia en vitud del Hijo y son terminados por la ppermanencia del Espirtus, escribfa ya San Basilio. La tradicién eclesistica de Occidente por mucho Ccubrir ta inane sen para incluir toda la creacién en la ae Pos: Ereador. Lo mds dtil para ello son el Con ; tologico de La creacion por la Palabra de P08 Y Trtepaimiento neumatoldgico de la creacion por falabra de Dios y el entendimiento neumatolOZico de la creacién en el Espiritu de Dios. ‘Segin proverbios 8, 22-31, Dios cred al mun- doa través de su hija la sabiduria: eYavé me cre6, primicia de su camino, antes «que sus obras mds antiguas. Desde la eternidad fu findada, desde el principio, antes que la tierra... YO estaba ahi como arquitecto y era yo todos los dias su delicia,jugando en su presencia en todo tiempo, jugando por el orbe de su tierra; y mis delicias es- tén con los hijos de los hombres.» De acuerdo con los libros sapienciales, esta sa- biduria creativa también se puede llamar la Pala- bra o el Espiritu de Dios. Pero siempre se hace re- ferencia a la presencia inmanente al mundo de Dios en todas las cosas. Si todas las cosas son creadas por un Dios, su pluralidad es precedida poor una unidad trascendente. Si son creadas por la sabidurfa de Dios, a su pluralidad subyace también una unidad inmanente. Por la sabiduria se forma la comunidad de las criaturas que exis- ten unas con otras y unas para otras. f La teologia cristiana ha reconocido slo la salvacién personal, sino sabidu- ria universal, por la que exis 5 cosas, como lo demuestra Iz eater I . Cristo es el misterio divino del mundo. Quien ve- nera a Cristo, también venera en 6! todas las cosas creadas y a6! en todas las cosas creadas. En el evangelio apdcrifo de Tomds, logién 77 dice Jess: «Yo soy la luz que esté encima de todos. Soy el universo: el universo ha salido de mi y cel universo ha vuelto a mi. Partid un lefio: ahi es- toy. Levantad una piedra y me encontraréis». Lo que le hacemos a la naturaleza se lo hace- mos a Cristo. Donde esta la Palabra de Dios, est el Dios. La creaci6n por la Palabra es eda apn Génesis 1,2 por la energia vibrante del Espiritu de age todo Pe ‘sus palabras que nombran, juzgan. Por eso son indi P ferentes todas las cosas, pele acre e ies Pro Dios siempre habla en el alinto de ee. Piritu que anima. Palabra y espiritu se Cristo no la creacién, La totalidad de la Creacién que aqul la- mo Comunidad de la Creacién es sutentada por el aliento del Espiritude Dios. El Creador se comunica a su creacién a través de la palabra y el espiritu, y pasa a formar parte de ella, como dice la sabiduria saloménica 12,1: «Seftor, eres e! amante de la vida, tu espiritu permanente esté en todos, Por ello, la creacién no sélo se puede llamar «una obra de sus manoss. Es también la presen- ia mediadora indirecta de Dios. Todas las cosas fueron creadas para que en calidad de la casa co- imiin de todas las criaturas se convierten en la casa de Dios en la que Dios puede vivir eterna- mente con sus criaturas, y sus criaturas pueden Vivir eternamente con sus criaturas pueden vivir eternamente con él. En la Biblia esto se expresa ‘con la imagen del templo de Dios: ‘Aunque el Altisimo no habita en casas hechas por mano de hombre como dice el profeta: El Cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies. Dice el Senior: sQué casa me ediicaris? 0 2cuil seré el lugar de mi descanso?» (Hch 7, 48- 49, segun is 66, 1-2) iEs el univer De esta perspactva del espirtu de Dios en todas las cosas y la preparacién de todas las cosas para habitacidn de Dios, se deriva una veneracién uni: versal de Dios, y una veneracion de Dios en todas las cosas. Lo que los feles hacen en 2 las iglesias se refiere de manera re- presentativa a todo el universo. El iemplo de Salomén ya estaba cons truido de acuerdo a las dimensiones del cosmas, tal y como se entendian entonces, para representar el macro- cosmos en calidad de microcosmos y comesponder a él. La presencia de la Palabra y el Espiritu de Dios en la iglesia de Cristo es el simbolo y el inicio de la presencia de la Palabra ye! Espiritu de Dios en la creacin ‘nueva de todas ls cosas. La iglesia, fen cuanto a su fundamento y esen- cia, esté orientada al cosmos. Fue tuna resrccién peligrosa de la Edad ‘Moderna el limita la Iglesia solo al ‘mundo humano. Sila Iglesia esté orientada al cosmos, la «crisis eco- légica» de la creacién terrenal es en ella se convierté en un dolor conscieme para vo Iglesia, fa cual tiene que manifestar este dolor, dén- dolo a conocer a viva voz a manera de protesa. No sélo sufre nuestto 14 creacién no s6lo entorno humano»; su- fe creacién, que ue es cunaiobra de sus destinada a ser el een- manos», sino tomo» de Dios. Toda in- también la presencia tervencién irreparable mediadora indirecta en la creacién es un sa- ae DIE crilegio. Su consecuen- cia es la autoexcomunién de los culpables. La des- truccin nihilista de la naturaleza es atefsmo practcado. 2. La alianza de Dios crea justicia en el mundo de los hombres y la naturaleza CCreemos que Dios ama su creacin y cue quiere que se desartole la vida en ella. Ninguna criatura es indiferente asus ojos. Cada critura tiene su pro- pia dignidad y sus propios derechos, porque todas forman parte de su alianza. Asi dice la historia de Noé: Mirad, dice el Sefor, que hago alianza con vosotros y con vuestros descendientes y con todos los seres vivientess(Gén9,9-10) De esta alianza «con nosotros» se derivan los derechos humanos fundamentales. Ofrenda segunda, 1959. De esta alianza «con nosot‘os y nuestros des- cendientes» se derivan los derechos de las gene- raciones futuras. De esta alianza «con nosotwos y nuestros des- cendientes'y todos los seres vivos» se derivan los derechos de la naturaleza. ‘Ante Dios, el Creador, nosotros, nuestros descen- dientes y todos los seres vivientes somos partes con derechos iguales de alianza. La naturaleza no es nuestra propiedad. Nosotros tampoco somos s6l0 una parte de la naturaleza. Los seres vivientes son aliados de Dios. Todos los seres vivientes tienen ‘que ser respetados por el hombre en calidad de so- ios y aliados de Dios. Quien destruye la naturale- 2a, se destruye a sf mimo. Quien atenta contra la dignidad de los animales, atenta contra Dios. ‘Después del reconacimiento de la Declaracién Universal de los Derechos Humanos de 1948 ha legado el momento de redactar y reconocer una Declaracién General de los Derechos de la Natu- raleza, Si la naturaleza -aire, agua y tierra, ast ‘como animales esté expuesia a la violencia hu- mana, tendra que ser protegida por e! ordena- to jurdico humano. Un primer intento de li- berar la naturaleza del arbitrio humano lo ‘constituye fa Carta Mundial para la Naturaleza, {que fue acordada el 18 de octubre de 1982 por la snthn rn Ire Alaeinnee Hnidae Si hion Ia oe parte de la naturalezas, dice e! preavnes bye «s Ps demas formas de vida de la naturaleza Gebecdn ser respetadas por el hombre, indepen Geoxremente del valor que tengan para éls. Esta seertada apelacién moral debe tener también 00 ‘tspaldo juridico para que la naturaleza no de- penda de la benevolencia del hombre, sino du® fe le reconozca como sujeto con derechos pro- pins. No la benevolencia de sus patrones, sino la lucha de los esclavos por sus derechos fue lo que finalmente condujo a la abolicién de la esclavi- tud, Sélo a través del reconocimiento de sus de- rechos seré liberada la naturaleza de su papel de ‘oprimida y serd reconocida como socia de los hombres y aliada de Dios. ia proteccién de la naturaleza contra la des- truccién del hombre es incluida por algunos poli- ticos en la garantia minima de los derechos hu- manos individuales: asf como todo hombre tiene tel derecho a la integridad fisica, es decir, a estar libre de tortura, también deberta tener derecho a ‘un medio ambiente intacto, aire puro, agua lim- pia y un suelo no contaminado. En este aspecto {a naturaleza estd totalmente orientada al hom- bre; s6lo se necesita como «entorno» humano, pero no se le reconoce por sf misma. Sin embargo, si la tierra, junto con todos los seres vivientes, es la creacién de Dios, su digni- dad debe ser respetada en virud de Dios y sus re- ‘cursos deberan ser protegidos en virud de ella misma. Debido a que la naturaleza es destruida por las fuerzas econmicas del libre mercado, deberé gozar de la proteccién especial del Esta- do. Asi como el Estado tiene que respetar los de- rechos humanos de todos sus ciudadanos y ciu- ‘dadanas en virtud de su constitucion en virtud de la constitucién tendré que proteger también los derechos de la naturaleza afectada. Por consi- uiente, nosotros proponemos que las siguientes frases se incluyan en nuestra constitucién: «E! mundo natural se encuentra bajo la proteccién especial del gobierno. A través de sus acciones, el Estado respeta el medio ambiente natural y lo protege en virtud de si mismo de la explotacién y la destruccién por el hombre». La Ley Alemana para la Proteccién de los Ani- males de 1986 es el primer texto legal en Alema- nia que considera los animales ya no s6lo como propiedad de humanos, sino como «criaturas co- existentess del hambre v one lnc arntege an acta imiento 0 dano a un animal in raza val 4s animales se consideran ecriaturas coex! tes, entonces se reconoce al Creador, ala '2 ¥ a la comunidad de la ereacin. El concepto teologico de creacign es mas adecuado que el Concepio filosdfico de naturaleza, porque respeta el derecho de Dios a su Creacién y por tanto le imita los derechos de! hombre. os derechos de la natualeza. Un grupo de te- logos y juistas de las universidades de Berna y Tubinga formularon una propuesta para la Conte- deracién Mundial de Protestantes Reformados: 1. La nauraleza, animada o inanimada, tiene el derecho a la existencia, es decir, ala conserva- in y el desarrollo, 2. La naruraleza tiene el derecho a la protec- cin de sus ecosistemas, especies y poblaciones ensu 3. La naturaleza animada tiene el derecho a la ificacién. Solo son admisibles, ~ silos prerrequisitos para la intervencion fue- ‘on establecidos en un proceso democraticamen- te legitimado y considerando los derechos de la naturaleza. ~ si el interés de una intervencién pesa mis que el interés por el respeto integro de los dere- cchos de la raturaleza y, ervencién no es excesiva, Después de un dafio causado a la naturaleza habré que cestablecer el estado anterior de la ‘misma, siempre que esto sea posible. 6. Los ecosistemas raros, sobre todo aquellos ‘abundantes en especies, deberén protec. ion, pprohibe el exterminio de cual- uier . Naciones Unidas para que am- general de los derechos hu formulen expresamente ls de- ionados. Al El sibado de la tierra: la ecologia divina Desde hace mucho tiempo, los hombres han contemplado la naturaleza y’su propio cuerpo solo en virtud del tra- bajo. Por ello perci- ban s6lo el lado itl de la naualeza ye! derecho ala esata cad poeeeivecien yet te una antigua floso- corey herencia genética fia judia para volver a entender la natura- leza y a uno mismo como creacién de Dios. Esta es la celebracién del sabbath, el dia de descanso, ‘en el que el hombre y el animal descansan y de- jan descansar ala naturaleza. De acuerdo con el Génesis, el Creador «dio ‘concluidas la creacién del mundo con la ce- Febacion del sabbath del mundo: «Y Dios des- de tod Dios bendijo su cre- ‘aturas, son coronados por ta divi= na «Reina del Sabado». Por el des- canso en el sébado, el Dios creador cumple su objetivo, y los hombres que celebran el sdbado reconocen a naturaleza como creacidn de Dios. E! sabado es sabia politica am- biental y una buena terapia para ‘nuestras propias almas inquietas y "nuestros Cuerpos en tension, Pero también existe otro significa- do del Sabbath: la importancia del ao sabatico para la tierra y los hombres que viven de ella. Levitico 25, 4: «Pera el séptimo ano sera de completo descanso para Ia tiera, un sébado en honor de Yavée. ambiental de Dios para sus criaturas y su tie- Segtin el Exodo (23, 10-11), Israel no deberd rra. Todas las antiguas civilizaciones agricolas trabajar la tierra cada séptimo afo, sino dejarla_conocian la sabidurfa del barbecho para con- descansar «para que coman los pobres de tu pue- servar la fertilidad del suelo. En mi juventud, blos. en Alemania del Norte se dejaba sin cultivar la Seguin el Levitico (25, 17), Israel no debers tierra cada quinto afo, para que planias y ani- trabajar la tierra cada séptimo ano para que «la males volvieran y nosotros, los nifios, pudiéra- tierra descanse». La argumentacién sociolégica mos jugar en ella. Sélo los grandes imperios se complementa con un argumentacién ecolé- han explotado las regiones fértiles sin interrup- gica. ci6n para alimentar sus ejércitos y sus ciuda- Fara el Levitico (cap 26) es de suma impor- des capitales, hasta que el suelo se agoto y se ia este descanso sabitico de la tierra. Los _volvid desis

También podría gustarte