EMAdela
QUINCENA
Mar de ligrimas 1939
Sobre la Teologia Ecolégica
Jirgen Moltman
Fotos: Manuel Alvarez Bravo
La destruccién de! medio ambiente pone en peligro la supervivencia de
la humanidad en los albores del siglo XXI. La crisis ecologica se ha conver-
tido en una catdstrofe ya para los seres vivos mas débiles. El tedlogo ale-
mén Jurgen Moltman reflexiona sobre este tema y aporta tres perspectivas
cristianas para la liberacién de la naturaleza, ademés de unas reflexiones
que un grupo de tedlogos present6 en la pasada Conferencia de Rio. Este
articulo aparecié publicado en la revista «Christus», numero 657, bajo el
epigrafe tematico de ¢Qué has hecho del mundo?
Nim. 1.093-1.094/1-4.94790-4.98 NOTICIAS OBRERAS (249) 21Coronada de palmas, 1936.
Destrucci6n del medio ambiente por el
primero y el tercer mundo
La destrucci6n del medio ambiente que estamos
causando los hombres debido al actual sistema
econdmico mundial, con toda certeza pondra se-
riamente en peligro la supervivencia de la humani-
dad en el siglo XXI. La moderna sociedad industrial
ha provecado el desequilibrio del organismo de la
tierra y esta encaminada a la muerte ecoldgica uni-
versal sino podemos cambiar esta tendencia. Los
cientficos han comprobado que las emisiones de
CFCs y los gases de metano destruyen la capa de
‘ozono de la atmésfera; que el empleo de fertilizan-
tes quimicos y plaguicidas diversos esteriliza la tie-
‘ra; que ya esté cambiando el clima en el mundo y
que cada vez viviremos més catésirofes naturales,
tales como sequias e inundaciones; que la capa de
hielo de los polos se derreti’ y que ciudades coste-
ras como Hamburgo, regiones costeras como Ban-
gladesh y muchas islas del Pacifico Sur quedarin
hundidas el proximo siglo; que en términos genera-
les se veré amenazada la vida misma en esta Tierra.
La humanidad puede extinguirse como los dino-
saurios hace millones de afios. Lo que resulta tan
alarmante de esta idea es el hecho de que las sus-
tancias t6xicas que suben a la capa de ozono de la
tierra y las que se filtran en el suelo ya no las pode-
mos recuperar; por tanto ignoramos si el destino de
la humanidad ya estd decidido. La crisis ecoldgica
de nuestra sociedad industrializada se ha convert
do en una catistrofe ecol6gica, al menos para los
seres vivos mds débiles que son los primeros en pe-
recer en esta lucha: afio con afio se extinguen cien-
tos de especies vegetales y animales que ya no po-
demos volver a la vida.
Esta crisis ecol6gica es, antes que nada, una
usaran tanto el automovl, emitiendo tantos gases
de escape t6xicos a la atmesfera, como los sta
Gunidensesy los alemanes, la humanidad ya se
habvia asfixiado. Pero es un error pensar que los
problemas ambientales son s6lo problemas del
Primer Mundo; al contrario: los problemas econd-
micas y sociales ya prsentes en los pases del Te-
cer Mundo se ven agravados por las catéstrofes
ecol6gicas. Las naciones industilizadas de Occi-
dente ‘se pueden esforzar en los ambitos técnico y
juridico para conservar un medio ambiente limpio
en sus paises, pero las paises pobres no pueden ha-
cerlo, Las naciones indusrializadas de Occidente
pueden esforzarse por trasladar sus plantas indus-
tales darinas del medio ambiente alos pases del
Tercer Mundo, y estos no pueden defenderse de
ello. Pero independientemente de eso, Indira
Gandhi tenia raz6n al decir que la pobreza es la
peor contaminacién ambiental («poverty is the
worst pollution). Es un cirulo vicioso que lleva a
{a muerte: el empobrecimiento lleva a la sobrepo-
biacién a todas partes porque no hay otta manera
de asegurar la vida sino a raves de los hijs, La o-
brepoblacién conduce al consumo no s6l0 de t0-
dos los alimentos, sino de la propia base de susten-
to. Ademds, el mercado mundial obliga a los paises
pobres a abandonar sus economias de subsistencia
en favor de los monocultivos, a desmontar sus sel-
vas tropicales y al pastoreo excesivo. Tienen que
vender no sélo las manzanas, sino también el man-
‘Zano, y esto significa que solo pueden sobrevivir a
Costa de sus hijos. Con ello, estos paises son orilla-
dos inevitablemente a la autodestruccién. En los
pafses con marcada injusticia social, la falta de
‘consideraci6n es parte de la ecultura de la violen-
Cia». La violencia empleada en contra de los seres
humanos més débiles. La anarquia social se conti-
‘nda con el trato andrquico dela naturaleza.
‘Ambos mundos, el Primero y el Tercero, estén
cautivos en un circulo vicioso de la destruccion
de la naturaleza. La interdependencia de los di-
vversos aspectos de la destruccién se identifica f4-
cilmente: El mundo occidental destruye la natura-
leza en el Tercer Mundo y ademés obliga a los
paises tercermundistas a destruirla ellos mismos;
a la inversa, la destruccién del medio ambiente
natural en el Tercer Mundo, tal como la defores-
taci6n de las selvas tropicales y la contaminacion
de los mares afecta al Primer Mundo a través de
los cambios climatolégicos. {No es mas barato y
también mas humano combatir la miseria en el
Tercer Mundo ahora y renunciar al crecimiento
propio en lugar de combatir catstrofes naturales
en todo el mundo dentro de unas décadas? ;No
es més sensato limitar hoy e! uso del autom6vil
sis provocada por la civilizacién técnico-cientiica
en lugar de tener que usar méscaras de gas en el
de Occidente, eso es cierto. Si todos los hombres |
22 (250) NOTICIAS OBRERASCoronada de palmas, 1936
Destruccién del medio ambiente por el
primero y el tercer mundo
La destruccién del medio ambiente que estamos
causando los hombres debido al actual sistema
econémico mundial, con toda certeza pondra se-
riamente en peligro la supervivencia de la humani-
dad en el siglo XX1, La moderna sociedad industrial
ha provecado el desequilibrio del organismo de la
tierra y esté encaminada a la muerte ecoldgica uni-
versal sino podemos cambiar esta tendencia. Los
Cientificos han comprobado que las emisiones de
CFCs y los gases de metano destruyen la capa de
‘ozono de la atmosfera; que el empleo de feriizan-
tes quimicos y plaguicidas diversos esteriliza la tie-
11a; que ya esta cambiando el clima en el mundo y
que cada vez vivirenos més catdstrofes naturales,
tales como sequfas ¢ inundaciones; que la capa de
hhielo de los polos se derretra y que ciudades coste-
as como Hamburgo, regiones costeras como Ban-
gladesh y muchas islas del Pacifico Sur quedarén
hundidas el préximo siglo; que en términos genera-
les se vera amenazada la vida misma en esta Tierra.
La humanidad puede extinguirse como los dino-
saurios hace millones de afios. Lo que resulta tan
alarmante de esta idea es el hecho de que las sus-
tancias tOxicas que suben a la capa de azono de la
tierra y las que se fitran en el suelo ya no las pode-
‘mos recuperar; por tanto ignoramos si el destino de
a humanidad ya esté decidido. La crisis ecolégica
de nuestra sociedad industializada se ha converi-
do en una catéstro‘e ecol6gica, al menos para los
seres vivos mas débiles que son los primeros en pe-
recer en esta lucha: aio Con afto se extinguen cien-
tos de especies vegetales y animales que ya no po-
demos volver a la vida.
Esta crisis ecol6gice es, antes que nada, una cri-
sis provocada por la civilizacién técnico-cientifica
de Occidente, eso es cierto. Si todos los hombres
22 (250) NOTICIAS OBRERAS
indo tantos gases
como 10s eo
ymanidad ya se
que los
movil, enitie
usaran tanto e! automo
6xicos a
de escape toxic
dounidenses y los alemanes:
habia asixiado. Pero @5 UN CO
problemas ambientales 50 *
Primer Mundo; al contrat
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mmicos y sociales ya pr
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dente se pueden esforzar e
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jurico para conenar un medio ambien
en sus pases, pero los pases pobres nO FATT rie
cerlo, Las naciones industrializadas ,% Sais
pueden esforzarse por trasladar sus plantas inchs
tials daninas del medio ambiente a los paises
Tercer Mundo, y estos no pueden defenderse
ello. Pero independientemente de eso, Indira
Gandhi tenia raz6n al decir que la pobreza es la
peor contaminacién ambiental («poverty is the
worst pollution»), Es un circulo vicioso que lleva 2
la muerte: el empobrecimiento lleva a la sobrepo-
blacién a todas partes porque no hay otra manera
de asegurar la vida sino a través de los hijos. La so-
brepoblacién conduce al consumo no sélo de to-
dos los alimentos, sino de la propia base de susten-
to. Ademds, el mercado mundial obliga a bs paises
pobres a abandonar sus economfas de subsistencia
en favor de los monocultivos, a desmontar sus sel-
vas tropicales y al pastoreo excesivo. Tienen que
vender no s6lo las manzanas, sino también el man-
ano, y esto significa que solo pueden sobrevivir a
costa de sus hijos. Con ello, estos paises son orilla-
dos inevitablemente a la autodestruccién, En los
paises con marcada injusticia social, la falta de
ConsideraciGn es parte de la ecultura de la violen-
cia». La violencia empleada en contra de los seres
humanos més débiles. La anarqula social se cont
‘nda con el trato andrquico de la naturaleza,
‘Ambos mundos, el Primero y el Tercero, estén
cautivos en un circulo vicioso de la desiruccién
de la naturaleza. La interdependencia de los di-
‘versos aspectos de la destruccién se identifica f4-
cilmente: El mundo occidental destruye la natura-
leza en el Tercer Mundo y ademés obliga a los
pafses tercermundistas a destrirla ellos mismos;
a la inversa, la destrucci6n del medio anbiente
natural en el Tercer Mundo, tal como la defores-
tacién de las selvas tropicales y la contamrinacién
de los mares afecta al Primer Mundo a través de
los cambios climatol6gicos. 3No es més barato y
también més humano combatir la miseria en el
Tercer Mundo ahora y renunciar al crecimiento
propio en lugar de combatir catéstrofes naturales
en todo el mundo dentro de unas décadas? gNo
ls mas sensato limitar hoy e! uso del automovil
en lugar de tener que usar méscaras de gas en el
‘Nam, 1 099-1094/-4:99:90-4.99‘A la luz de este sombrio panorama del futuro
‘es necesario establecer nuevas prioridades eco-
‘nGmicas y politicas. Hasta ahora ocupaba un pri-
mer plano la seguridad nacional a través del ar-
mamento militar. En un futuro se encontraré en
primer plano la seguridad ambiental mediante la
proteccidn comén de las bases de sustento comu-
nes. En lugar de acumular cada vez mds armas
para usarlas unos contra otros, lo que necesita-
mos es un esfuerzo conjunto en contra de la des-
‘wuccién inminente del espacio vital comén en
esta tierra. Necesitamos un desarrollo sustentable
(susteinable development en el Tercer Mundo y
tuna politica de seguridad ambiental (enviromen-
tal security) en el Primero.
Creo que la crisis ecoldgica de la naturaleza
consituye una cisis de la misma civilizacion téi-
co-cientfica modema. El gran proyecto de! mundo
‘noderno amenaza con fracasar. Por tanto ya n0 se
‘rata tan s6lo de una crisis mora, como ha dicho el
Papa juan Pablo l, sino que es mas profundo que
30; se vata de una crisis religiosa de aquello en lo
que conflan los hombres en el mundo occidental.
Esto lo demostaré en la primera parte de mi pre-
sentacién, En la segunda parte plantearé tres pers-
pectivas que ofrece la tradicién religiosa del mun.
o occidental para pasar de la destruccin de la
raturaleza ala lberacion de la naturaleza. E10 es a
la vez una propuesta para exceder la Teologia de la
Liberacin: de la liberacion de los hombres oprimi
dos a la liberacion de las craturas mas debiles y
‘oprimidas de la natualeza
La crisis religiosa del mundo modern
La relacign viva de una sociedad humana con su
ertormo natural es determinada por las técnicas hu
‘manas mediante las cuales el homie obtiene sus
alimentos a panic de la naturaleza y le devuelve sus
desechos. Desde los principios de la industraliza
in, este metabolism con la naturaleza, que de he
cho estan natural como la inalacion y la exhala-
dn del are, es determinado y dirigida en medida
cada vez mayor solo por el homie, ya no también
porla naturaleza. En nuesva sociedad desechable se
‘ree que lo que sta, se elimina, desaparece. Pero
algo no puede converirse en nada y por tanto nada
4e lo que se ta se converte en nada; queda en al
‘guna parte de la naturaleza. pAddnde va a dar? jA
{quien le impona!
im 9 000-1 00014.8900-450
‘econocimiento disponibles.
Las tecnologias y las ciencias naturales siempre
se desarollan a raiz de un interés humano deter-
minado, No pueden ser neutrales. Son precedidas
y dirigidas por intereses que las ponen a su servi-
io. Estos intereses humanos, a su vez, Son regu-
Jados por los valores fundamentales y las convic-
ciones de una sociedad. Estos no son que mas
que aquello a lo que todos los miembros de una
sociedad consideran natural, porque en su siste-
‘ma es evidente y plausible.
‘sien un sistema de vida de este tipo, que relaciona
una sociedad humana con la naturaleza, circundan-
te, se produce una crisis de muerte de la naturaleza,
logicamente se convierte en una crisis de todo el sis-
‘ema, de la acttud ante la vida, del modo de vida, y
‘no en Giltimo lugar, también de los valores fundamen-
tales y las convicciones. Al mori de los bosques co-
rresponde [a dition de la neurosis espiitales; ala
‘contaminaciGn de las aguas, el énimo nihilista de
Trampa puesta, 1938.
muchos habitates de las megal6polis, La cris que
vivimos es, entonces, no solo un crisis ecoldgica, y
tampoco se puede resolver solo a nivel técnico. Una
‘eotiertacion en las conviccionesy los valores funda-
meniales es tan necesria como un cambio en la aci-
td ante la vida y en el modo de vida.
Qué intereses, qué valores regulan nuestra ci-
vilizacién técnico-cientfica? Para expresarlo de
manera simple: es el iimitado deseo de domi
lo que ha impulsado y sigue impulsando al hom-
bre modemo a tomar posesiGn de la naturaleza
de la tierra En la supvesta lucha por la existen-
»‘Adorno de tunba, 1971
de los conoci:
cia, la voluntad politica se vale
ara ejer
rmientos cientificos e inventos técnicos Pi
cer el poder, para asegurarlo y expandirlo. él cre-
imiento y el progreso, en nuestra cultura, siguen
midiéndose con base en el incremento del poder,
econdmico, financiero y militar. Aparentemente
fo se ha logrado hasta ahora [a transicién del
crecimiento cuantitativo al cualitativ.
Si comparamos nuestra civilizacién con cul-
turas premadernas, resalta inmediatamente la
diferencia entre el crecimiento y equilibrio
‘Aquellas culturas anteriores a la Edad Media no
eran ni primitivas ni subdesarrolladas, sino mas
bien sistemas de equilibrio sumamente refina-
dos que regulaban la relacién del hombre con
a naturaleza, de los hombres entre sf y con los
dioses. Son las civilizaciones modemnas de Oc-
cidente las que estén programadas de manera
unilateral para el desarrollo, el crecimiento, la
expansidn y la conquista. La conquista cel po-
der y el aseguramiento del mismo, junto con la
busqueda de la felicidad estadounidense, son
los valores fundamentales que de hecho valen y
regulan todo en nuestra sociedad. ;Por qué
ocurrid esto?
Probablemente la causa més profunda esté en
la religion del hombre moderno. A menudo se
responsabiliza a la religién judeocristiana de la
asuncién del poder del hombre sobre la naturale-
za y de lo desmesurado de su deseo de poder. Si
bien el hombre modemno normal no se considera
particularmente creyente, si ha hecho todo por
Cumplir el mandamiento de su destino: «(Crecer,
y multiplicaos, henchir la tierra y dominad en
De hecho, fue demasiado obedierte, por
26 (252) NOTICIAS OBRERAS
10 y esta imagen OF
000 afios, pero la
ansién moderna
10 afios; por tan
distinto. En mi
el hombre mar
fe mantenimient
membre tienen mas de de 3
Cultura de la conquista y 1a ont
pa hace apenas 40
radicar en alg
nen ae
ast decirlo. Est
opinion #° a
derno tiene de Dios. #
Theede el renacimiento, en EUropa occ Re
pine se entendia de manera cada Ye7 dog
tica como e| Todopaderoso. La ormipotencia
‘consideraba el atributo de la divinidad por
omasia. Dios es el Seftor, el mundo es su propie-
dad, y Dios puede hacer con él lo que quier. Es
el sujeto absoluto y el mundo, el objetivo pasi
sa dominio, En la tradicion occidental, 010s
de su ereando cada vez més ala esfera de lo Wras-
cendente y el mundo se entendfa como algo me-
ceenie inmanente y terrenal. Dios se concebia
‘in mundo y por tanto el mundo se podia imag!
har sin Dios. EI mundo fue despojado de su miste-
tio de creacion divina y pudo «desencantarse» de
manera cientifica, como describié tan acertada-
mente este proceso Max Weber. El estricto mono~
{efsmo de la cristiandad occidental moderna se ha
convertido en un motivo ‘esencial para la seculari-
Zacién del mundo y de la naturaleza, como obser-
wo perspicazmente Armold Gehlen ya en el afto
de 1956 en su obra Urmensch und Spatkultur (El
hombre arquetipico y la cultura tardia, p. 285):
«Al final de una larga historia de la cultura y el es-
pirtu fue destruida la Weltanschauung del “enten-
te secrete”, la metafisica de las {uerzas vitales con-
formes y beligerantes, a saber, por el monotefsmo
por un lado y e! mecanismo técnico-cientifico por
el cual el monotefsmo, en su momento, habia lu-
chado para abrirle espacio, quitando lo demonia-
0 y lo divino a la naturaleza. Dios y la maquina
han sobrevivido al mundo arcaico y ahora se en-
‘cuentran a solas. Una imagen aterradora, porque
de aque! vltimo encuentro entre Dios y maquina
no s6lo ha desaparecido la naturaleza, sino tam-
bién jel hombre!
‘Como imagen y semejanza de Dios en la Tierra,
el hombre debia entenderse, de manera correspon-
diente, como soberano, a saber, como sujeto de
cont to y voluntad, contraponiéndose y so-
metiendo al mundo como su objeto pasivo. Porque
s6lo a través de su dominio sobre esta tierra puede
corresponder a Dios, el Sefior del mundo. Asi
‘como Dios es el sefior y dueno del universo, asi el
hombre tiene que esforzarse para convertirse en el
sefior y duefio de fa tierra, para afirmarse como
imagen de su Dios. No pr la bondad ya verdad,
ro por la paciencia y el amor, sino
Loess ate hombre a ibaa ane
pios de la edad media, Francis Bacon alababa las
Num, 1.080-1,094/1-4.99/90-4.99
qciencias naturales de su época,
diciendo que «el conocimiento es
poders, y que por su poder sobre
la naturaleza se restablecfa la se-
mejanza del hombre con Dios.
Si comparamos lo anterior con
el famoso discurso acusatorio del
jefe indio Seattle de 1855, nos po-
demos dar cuenta inmediatamente
del rumbo que hemos tomado:
«Cada parte de esta tierra es sagra-
da para mi pueblo; cada hoja de
pino, reluciente; cada playa areno-
sa, cada neblina en los oscuros
bosques... Las cimas rocosas, los
prados jugosos, el calor del cuerpo
de los ponis -y del hombre-, todos
ellos forman parte de la misma fa-
milian
Con ello nos hallamos ante la
pregunta decisiva: jla naturaleza
‘es nuestra propiedad, con la que podemos hacer lo
‘que queramos, 0 somos nosotros, los hombres, una
parte de la familia mayor que es la naturaleza y que
debemos respetar? ;Son nuestras las selvas tropica-
les, de modo que podamos desmontar y quemarlas,
‘0 son también el hogar de muchos animales, plan-
tas y Arboles, y pertenecen a la tierra, de la cual
‘también nosotros formamos parte? Es esta tierra
‘nuestro medio ambiente» y «nuestra casa planeta~
fia», o somos nosotros, los hombres, s6lo huéspedes
muy tardios en ella, que hasta ahora nos sigue so-
portando paciente e indulgentemente?
Si la naturaleza no es mas que nuestra propit
dad, enfrentaremos su crisis ecol6gica s6lo a ni-
vel técnico. Trataremos de producir plantas y ani-
males resistente al clima a través de nuevas
creaciones de la tecnologia genética. Con la in-
genierfa genética crearemos una nueva raza hu-
mana que no requiera un entorno natural, s6lo
uno técnico, De hecho tenemos la capacidad de
crear un mundo que soporte nuestro nimero y
nuestros h4bitos, pero seria un mundo artificial,
tuna estacién especial global. Pero también podri-
amos cambiar nuestras costumbres y nuestro nd-
mero, restablecer la naturaleza y volver a dejarla
vivir. Pero g¢6mo podemos cambiar nuestra con-
ducta? jNo es la destruccién de la naturaleza una
consecuencia de nuestra relacién trastornada con
ella y con nosotros mismos?
En la Conferencia Global Forum en Mosci, en
enero de 190, escuchamos la misiva conmovedo-
ra de los indios americanos. Estos «hijos nativos de
la terrae hablaron de su milenaria gran diosa: «La
tierra es nuestra madre, la luna es nuestra abuela,
todos somos eslabones en los ciclos sagrados de la
Nom. 1.089-1.041-4-99700-4.93
Violin huichol, 1965.
Vidas. £1 embajador de la India, Singh, el Sumo Sa-
edote mongol, el chacedor de lluvia» africano y
los seguidores del New age californianos nos im-
ploraron a volver al seno dela tierra del que nace
toda vida, Sonaba muy hermoso. Sin embargo,
_podrén los simbolos religioso de una época ante-
fier a la Edad Moderna, cuando los hombres eran
Cazadores y recolectores, ayudarles alas masas ut-
benizadas del mundo postmoderno ~en Nueva
‘York, la Ciudad de México 0 Sao Paulo-a resolver
Jos problemas ecoldgicos de la sociedad industria-
lizada? jno sera s6l0 poesta? Todos los politicos y
Cientificos presentes partieron de que los hombres
‘causaron la crisis ecol6gica de la tierra, y que por
tanto también tendra que ser ellos quienes la re-
suelvan. El mensaje de los primeros habitantes de
latierra, y de los seguidores de la ecologia profun-
da quiere eximir al hombre de esta responsabili-
dad, para que vuelva a ser dichoso en su calidad
de hijo de la tierra, Podemos acaso devolver la li-
bertad que hemos obienido una vez que ésta se
‘wuelva peligrosa? La naturaleza, snos volverd a li-
berar de la responsabilidad cuando nos pese de-
rrasiado? Yonolo creo. *
‘Tres perspectivas cristianas para la
liberacién de la naturaleza
1. El espiritu de Dios es la vida de
toda la creacién
La primera reorientacion comienza con la ima-
gen de Dios, porque asi como pensamos de Dios,
NOTICIAS OBRERAS (259) 25‘suena dogmatico, ortodoxo y arcaico, pero no por
‘eso deja de ser cierto. Tan s6lo al escuchar el nom-
bre «del Padre, del Hijo y cel Espiritu Santo», perci-
bimos que el misterio diviro es una comunién ma-
ravillosa. EI Dios trino y uno no es un soberano del
Cielo, solitario y no amado, que someta todo como
los déspotas terrenales, siro un Dios comunitario,
rico en relaciones: «Dios es amor».
Padre, Hijo y Espiritu Santo viven juntos para si
y en si en la suprema y més perfecta comunién
del amor que podemos imaginar: «Yo estoy en el
Padre y el Padre esta en mis, dice el Jest jOnico.
Maguey y pared dentada, 1976.
Si es0 es verdad, entonces no correspondemos a
Dios mediante el domino y el sometimiento, sino
através de la comuni6n y la reciprocidad que fo-
‘menta la vida. No el sujeto humano solitario,
sino la verdadera comunidad humana es la ima-
gen de Dios en la Tierra. No partes aisladas, sino
la comunidad de la creacién en su totalidad refle-
ja la sabidurfa y la vitalidad de Dios.
De acuerdo con el entendimiento cristiano, la
‘reaciOn es un proceso trnitario: Dios Padre crea a
través del Hijo con la fuerza del Espiritu Santo. Por
tanto, todas las cosas son creadas «por Dios», for-
‘madas «por Dios» y existen «en Dios». «Ve en la
‘reacin de estos eres al Padre como la causa pree-
xistente, al Hijo como el esprit creador, perfeccio-
nnador, de modo que los esprtus de servicio tienen
‘su origen en la voluntad del Padre, son lievados ala
existencia en vitud del Hijo y son terminados por la
ppermanencia del Espirtus, escribfa ya San Basilio.
La tradicién eclesistica de Occidente por mucho
Ccubrir ta inane sen
para incluir toda la creacién en la ae Pos:
Ereador. Lo mds dtil para ello son el Con ;
tologico de La creacion por la Palabra de P08 Y
Trtepaimiento neumatoldgico de la creacion por
falabra de Dios y el entendimiento neumatolOZico
de la creacién en el Espiritu de Dios.
‘Segin proverbios 8, 22-31, Dios cred al mun-
doa través de su hija la sabiduria:
eYavé me cre6, primicia de su camino, antes
«que sus obras mds antiguas. Desde la eternidad fu
findada, desde el principio, antes que la tierra... YO
estaba ahi como arquitecto y era yo todos los dias
su delicia,jugando en su presencia en todo tiempo,
jugando por el orbe de su tierra; y mis delicias es-
tén con los hijos de los hombres.»
De acuerdo con los libros sapienciales, esta sa-
biduria creativa también se puede llamar la Pala-
bra o el Espiritu de Dios. Pero siempre se hace re-
ferencia a la presencia inmanente al mundo de
Dios en todas las cosas. Si todas las cosas son
creadas por un Dios, su pluralidad es precedida
poor una unidad trascendente. Si son creadas por
la sabidurfa de Dios, a su pluralidad subyace
también una unidad inmanente. Por la sabiduria
se forma la comunidad de las criaturas que exis-
ten unas con otras y unas para otras. f
La teologia cristiana ha reconocido
slo la salvacién personal, sino sabidu-
ria universal, por la que exis 5 cosas,
como lo demuestra Iz eater I .
Cristo es el misterio divino del mundo. Quien ve-
nera a Cristo, también venera en 6! todas las cosas
creadas y a6! en todas las cosas creadas.
En el evangelio apdcrifo de Tomds, logién 77
dice Jess:
«Yo soy la luz que esté encima de todos.
Soy el universo: el universo ha salido de mi y
cel universo ha vuelto a mi. Partid un lefio: ahi es-
toy. Levantad una piedra y me encontraréis».
Lo que le hacemos a la naturaleza se lo hace-
mos a Cristo.
Donde esta la Palabra de Dios, est el
Dios. La creaci6n por la Palabra es eda apn
Génesis 1,2 por la energia vibrante del Espiritu de
age todo Pe ‘sus palabras que nombran,
juzgan. Por eso son indi P
ferentes todas las cosas, pele acre e
ies Pro Dios siempre habla en el alinto de ee.
Piritu que anima. Palabra y espiritu se
Cristo nola creacién, La totalidad de la Creacién que aqul la-
mo Comunidad de la Creacién es sutentada por el
aliento del Espiritude Dios.
El Creador se comunica a su creacién a través
de la palabra y el espiritu, y pasa a formar parte
de ella, como dice la sabiduria saloménica 12,1:
«Seftor, eres e! amante de la vida, tu espiritu
permanente esté en todos,
Por ello, la creacién no sélo se puede llamar
«una obra de sus manoss. Es también la presen-
ia mediadora indirecta de Dios. Todas las cosas
fueron creadas para que en calidad de la casa co-
imiin de todas las criaturas se convierten en la
casa de Dios en la que Dios puede vivir eterna-
mente con sus criaturas, y sus criaturas pueden
Vivir eternamente con sus criaturas pueden vivir
eternamente con él. En la Biblia esto se expresa
‘con la imagen del templo de Dios:
‘Aunque el Altisimo no habita en casas hechas
por mano de hombre como dice el profeta: El
Cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis
pies. Dice el Senior: sQué casa me ediicaris? 0
2cuil seré el lugar de mi descanso?» (Hch 7, 48-
49, segun is 66, 1-2)
iEs el univer
De esta perspactva del espirtu de Dios en todas
las cosas y la preparacién de todas las cosas para
habitacidn de Dios, se deriva una veneracién uni:
versal de Dios, y una veneracion de Dios en todas
las cosas. Lo que los feles hacen en 2
las iglesias se refiere de manera re-
presentativa a todo el universo. El
iemplo de Salomén ya estaba cons
truido de acuerdo a las dimensiones
del cosmas, tal y como se entendian
entonces, para representar el macro-
cosmos en calidad de microcosmos
y comesponder a él. La presencia de
la Palabra y el Espiritu de Dios en la
iglesia de Cristo es el simbolo y el
inicio de la presencia de la Palabra
ye! Espiritu de Dios en la creacin
‘nueva de todas ls cosas. La iglesia,
fen cuanto a su fundamento y esen-
cia, esté orientada al cosmos. Fue
tuna resrccién peligrosa de la Edad
‘Moderna el limita la Iglesia solo al
‘mundo humano. Sila Iglesia esté
orientada al cosmos, la «crisis eco-
légica» de la creacién terrenal es
en ella se convierté en un dolor conscieme para vo
Iglesia, fa cual tiene que manifestar este dolor, dén-
dolo a conocer a viva voz a manera de protesa.
No sélo sufre nuestto 14 creacién no s6lo
entorno humano»; su-
fe creacién, que ue es cunaiobra de sus
destinada a ser el een- manos», sino
tomo» de Dios. Toda in- también la presencia
tervencién irreparable mediadora indirecta
en la creacién es un sa- ae DIE
crilegio. Su consecuen-
cia es la autoexcomunién de los culpables. La des-
truccin nihilista de la naturaleza es atefsmo
practcado.
2. La alianza de Dios crea justicia en el mundo
de los hombres y la naturaleza
CCreemos que Dios ama su creacin y cue quiere
que se desartole la vida en ella. Ninguna criatura
es indiferente asus ojos. Cada critura tiene su pro-
pia dignidad y sus propios derechos, porque todas
forman parte de su alianza. Asi dice la historia de
Noé: Mirad, dice el Sefor, que hago alianza con
vosotros y con vuestros descendientes y con todos
los seres vivientess(Gén9,9-10)
De esta alianza «con nosotros» se derivan los
derechos humanos fundamentales.Ofrenda segunda, 1959.
De esta alianza «con nosot‘os y nuestros des-
cendientes» se derivan los derechos de las gene-
raciones futuras.
De esta alianza «con nosotwos y nuestros des-
cendientes'y todos los seres vivos» se derivan los
derechos de la naturaleza.
‘Ante Dios, el Creador, nosotros, nuestros descen-
dientes y todos los seres vivientes somos partes con
derechos iguales de alianza. La naturaleza no es
nuestra propiedad. Nosotros tampoco somos s6l0
una parte de la naturaleza. Los seres vivientes son
aliados de Dios. Todos los seres vivientes tienen
‘que ser respetados por el hombre en calidad de so-
ios y aliados de Dios. Quien destruye la naturale-
2a, se destruye a sf mimo. Quien atenta contra la
dignidad de los animales, atenta contra Dios.
‘Después del reconacimiento de la Declaracién
Universal de los Derechos Humanos de 1948 ha
legado el momento de redactar y reconocer una
Declaracién General de los Derechos de la Natu-
raleza, Si la naturaleza -aire, agua y tierra, ast
‘como animales esté expuesia a la violencia hu-
mana, tendra que ser protegida por e! ordena-
to jurdico humano. Un primer intento de li-
berar la naturaleza del arbitrio humano lo
‘constituye fa Carta Mundial para la Naturaleza,
{que fue acordada el 18 de octubre de 1982 por la
snthn rn Ire Alaeinnee Hnidae Si hion Ia
oe parte de la naturalezas, dice e! preavnes
bye «s Ps demas formas de vida de la naturaleza
Gebecdn ser respetadas por el hombre, indepen
Geoxremente del valor que tengan para éls. Esta
seertada apelacién moral debe tener también 00
‘tspaldo juridico para que la naturaleza no de-
penda de la benevolencia del hombre, sino du®
fe le reconozca como sujeto con derechos pro-
pins. No la benevolencia de sus patrones, sino la
lucha de los esclavos por sus derechos fue lo que
finalmente condujo a la abolicién de la esclavi-
tud, Sélo a través del reconocimiento de sus de-
rechos seré liberada la naturaleza de su papel de
‘oprimida y serd reconocida como socia de los
hombres y aliada de Dios.
ia proteccién de la naturaleza contra la des-
truccién del hombre es incluida por algunos poli-
ticos en la garantia minima de los derechos hu-
manos individuales: asf como todo hombre tiene
tel derecho a la integridad fisica, es decir, a estar
libre de tortura, también deberta tener derecho a
‘un medio ambiente intacto, aire puro, agua lim-
pia y un suelo no contaminado. En este aspecto
{a naturaleza estd totalmente orientada al hom-
bre; s6lo se necesita como «entorno» humano,
pero no se le reconoce por sf misma.
Sin embargo, si la tierra, junto con todos los
seres vivientes, es la creacién de Dios, su digni-
dad debe ser respetada en virud de Dios y sus re-
‘cursos deberan ser protegidos en virud de ella
misma. Debido a que la naturaleza es destruida
por las fuerzas econmicas del libre mercado,
deberé gozar de la proteccién especial del Esta-
do. Asi como el Estado tiene que respetar los de-
rechos humanos de todos sus ciudadanos y ciu-
‘dadanas en virtud de su constitucion en virtud de
la constitucién tendré que proteger también los
derechos de la naturaleza afectada. Por consi-
uiente, nosotros proponemos que las siguientes
frases se incluyan en nuestra constitucién: «E!
mundo natural se encuentra bajo la proteccién
especial del gobierno. A través de sus acciones,
el Estado respeta el medio ambiente natural y lo
protege en virtud de si mismo de la explotacién y
la destruccién por el hombre».
La Ley Alemana para la Proteccién de los Ani-
males de 1986 es el primer texto legal en Alema-
nia que considera los animales ya no s6lo como
propiedad de humanos, sino como «criaturas co-
existentess del hambre v one lnc arntege an actaimiento 0 dano a un animal in raza val
4s animales se consideran ecriaturas coex!
tes, entonces se reconoce al Creador, ala
'2 ¥ a la comunidad de la ereacin. El concepto
teologico de creacign es mas adecuado que el
Concepio filosdfico de naturaleza, porque respeta
el derecho de Dios a su Creacién y por tanto le
imita los derechos de! hombre.
os derechos de la natualeza. Un grupo de te-
logos y juistas de las universidades de Berna y
Tubinga formularon una propuesta para la Conte-
deracién Mundial de Protestantes Reformados:
1. La nauraleza, animada o inanimada, tiene
el derecho a la existencia, es decir, ala conserva-
in y el desarrollo,
2. La naruraleza tiene el derecho a la protec-
cin de sus ecosistemas, especies y poblaciones
ensu
3. La naturaleza animada tiene el derecho a la
ificacién. Solo son admisibles,
~ silos prerrequisitos para la intervencion fue-
‘on establecidos en un proceso democraticamen-
te legitimado y considerando los derechos de la
naturaleza.
~ si el interés de una intervencién pesa mis
que el interés por el respeto integro de los dere-
cchos de la raturaleza y,
ervencién no es excesiva,
Después de un dafio causado a la naturaleza
habré que cestablecer el estado anterior de la
‘misma, siempre que esto sea posible.
6. Los ecosistemas raros, sobre todo aquellos
‘abundantes en especies, deberén protec.
ion, pprohibe el exterminio de cual-
uier .
Naciones Unidas para que am-
general de los derechos hu
formulen expresamente ls de-
ionados. Al
El sibado de la tierra: la ecologia divina
Desde hace mucho tiempo, los hombres han
contemplado la naturaleza y’su propio cuerpo
solo en virtud del tra-
bajo. Por ello perci-
ban s6lo el lado itl
de la naualeza ye! derecho ala
esata cad poeeeivecien yet
te una antigua floso- corey
herencia genética
fia judia para volver
a entender la natura-
leza y a uno mismo como creacién de Dios. Esta
es la celebracién del sabbath, el dia de descanso,
‘en el que el hombre y el animal descansan y de-
jan descansar ala naturaleza.
De acuerdo con el Génesis, el Creador «dio
‘concluidas la creacién del mundo con la ce-
Febacion del sabbath del mundo: «Y Dios des-
de tod Dios bendijo su cre-‘aturas, son coronados por ta divi=
na «Reina del Sabado». Por el des-
canso en el sébado, el Dios creador
cumple su objetivo, y los hombres
que celebran el sdbado reconocen
a naturaleza como creacidn de
Dios. E! sabado es sabia politica am-
biental y una buena terapia para
‘nuestras propias almas inquietas y
"nuestros Cuerpos en tension,
Pero también existe otro significa-
do del Sabbath: la importancia del
ao sabatico para la tierra y los
hombres que viven de ella.
Levitico 25, 4: «Pera el séptimo
ano sera de completo descanso para
Ia tiera, un sébado en honor de Yavée. ambiental de Dios para sus criaturas y su tie-
Segtin el Exodo (23, 10-11), Israel no deberd rra. Todas las antiguas civilizaciones agricolas
trabajar la tierra cada séptimo afo, sino dejarla_conocian la sabidurfa del barbecho para con-
descansar «para que coman los pobres de tu pue- servar la fertilidad del suelo. En mi juventud,
blos. en Alemania del Norte se dejaba sin cultivar la
Seguin el Levitico (25, 17), Israel no debers tierra cada quinto afo, para que planias y ani-
trabajar la tierra cada séptimo ano para que «la males volvieran y nosotros, los nifios, pudiéra-
tierra descanse». La argumentacién sociolégica mos jugar en ella. Sélo los grandes imperios
se complementa con un argumentacién ecolé- han explotado las regiones fértiles sin interrup-
gica. ci6n para alimentar sus ejércitos y sus ciuda-
Fara el Levitico (cap 26) es de suma impor- des capitales, hasta que el suelo se agoto y se
ia este descanso sabitico de la tierra. Los _volvid desis