a todo lo amarillo, oro, cosechas, terrones, hojas, grano, pero cuando el otoo se levanta con su estandarte extenso eres t la que veo, es para m tu cabellera la que reparte las espigas.
Veo los monumentos
de antigua piedra rota, pero si toco la cicatriz de piedra tu cuerpo me responde, mis dedos reconocen de pronto, estremecidos, tu caliente dulzura.
Entre los hroes paso
recin condecorados
por la tierra y la plvora
y detrs de ellos, muda, con tus pequenos pasos, eres o no eres?
Ayer, cuando sacaron
de raz, para verlo, el viejo rbol enano, te vi salir mirndome desde las torturadas y sedientas races.
Y cuando viene el sueo
a extenderme y llevarme a mi propio silencio hay un gran viento blanco que derriba mi sueo y caen de l las hojas, caen como cuchillos sobre m desangrndome.