Está en la página 1de 12
Del otro lado de la puerta, escuchaba In conversacién que sostenian mi padre y mi abuelo, 2 hombres duros, serios, con los que escasamente hable y no recuerdo nunca haberlos visto reir. El pasillo amplio y sombrio en el que me encontraba reflejaba el temor de acerearme a aquel cuarto donde esos hombres hablaban, pero esta vez mi curiosidad por escuchar superaba el temor a ser descubierto, pues mi padre me habia ordenado que permaneciera sentado en una silla un tanto alejada de aquel cuarto, pero, zporque se me habia ordenado no escuchar la discusién? Esta veo era diferente, la conversacién era importante; si bien munca participe en tas conversaciones de mi familia, nunca se ocultaban para hablar, aunque se tratara de mi. Y es que tenia unos meses que las cosas eran muy diferentes, después de la muerte de mi madre solo pasaba momentos con mi abuelo, que acompafiado de su puro me ordenaba de la manera més fria que hiciera mis labores, parecta diggustarle el hecho de tener que cuidar de mi, pasaba horas sentado dormitando y escuchando la radio en su vigjo aparato, con programas radiofénicos que nunca comprendi, de personas que hablaban horas y horas de temas politicos y econémicos, nunca obtuve un grito o golpe de parte de mi abuelo, pero tampoco alguna muestra de afecto que hasta semanas antes nunca necesité pues mi madre era la que me brindaba carifio, con sus tibios abrazos y su suave voz. En cuanto a mi padre, a éen verdad nunca lo conoci. ‘Mis esfuerzos por escuchar algo del otro lado de la puerta solo me permitieron oir el sonido que viene cuando algo se aproxima, instantes después la perilla de la puerta rots y en un momento me encontraba sentado donde se me ordené, cual sino me hubiera movido de ahi, Mi padre se paro ante mi, levante el rostro y observ su cara, con su mirada penetrante y sin expresién, me comunicé que me forma aque recibiria a edueacién que mere para ser una persona de bien para después seguir los pasos de mi abuelo, como él mismo hizo; me comunieé que a partir del dia siguiente iia a vivir al colegio internado de la Paz, todo estaba arreglado, recibiria mejores euidados que los que podia obtener de 2 hombres maduros. Wl Muy temprano, a la mafiana siguiente le dije adiés a aquella casa amplia, sombria y triste donde habia vivido toda mi vida, en la que pocas veces sali de ella y solo el jarein que antes iluminaba mis dias pues en él pase momentos agradables en la compaiifa de mi madre y hoy no era mis que el triste recuerdo, la nostalgia de esos dias de sol cuando las flores del jardin parecian sonreir con Tos juegos y saltos que teniamos entre mi madre y yo. Donde mi madre acompafiada de su maltrecho pizarrén leno de tiza, me daba lecciones de historia y mateméticas, pero era muy ficil distraesla preguntindole acerca de las flores del jardin o de los colibris que volaban por entre las flores del ‘irbol de durazno, pues ella realmente amaba la naturaleza, Cuando Hlegamos al colegio de la Paz, un edificio grande, forrado de piedra, con un gran patio principal todo de cantera y repleto de hoyancos de diferentes formas; en Ia entrada, un enorme 2agun negro rematado con agudas puntas y una barda de igual tamafio con filosa herreriaen arreglo de 3 rodeaban la escuela. Ese dia, cuando se me condueia por los pasillos de la fria escuela, parecfa dificil creer la presencia de nifios, el silencio era abrumador, se podia escuchar el periddico sonido producido por nuestras suclas. al caminar, subimos por unas escaleras de piedra que mostraban el intenso pasar de personas y del tiempo en su centro, eran amplias Io suficiente para colocar macetones de barro cada 3 escalones; por fin llegamos al salon de clase, donde un maestro que me record6 el humor de mi abuelo daba lecciones de aritmética, el tipo que me condujo al salén me indie6 donde sentarme y después sefials al profesor advistiendo mi presencia, el profesor solo asintié con la cabeza y continus su clase. Esa aula gris solo tenia varones, sin embargo la mitad de la escuela era habitada por mujeres y momentos mixtos eran permitidos durante el corto receso donde se nos autorizaba el libre andar por el patio principal. Terminando las leeciones nos dirigiamos al comedor, también mixto, para después cortas clases de miisica con un profesor sordo por la edad, que gritaba al hablar debido a su mal, terminaba cl dia con la realizacién de las tareas y lecturas previo a haber tomado la merienda, mm El dia que vino trajo para mi una nueva parte de la rutina que no habia presenciado; muy temprano después del desayuno se nos ditigia a todos los alumnos al patio principal donde se nos obligaba a formarnos en 12 filas con 8 integrantes cada fila, por mi estatura ocupé Ia segunda fila con el puesto 5, ahi nifias de un lado y nifios del otro escuchabamos a la directora de la escuela darnos sermones religiosos en forma monétona, ella era una sefiora de mediana edad, un tanto regordeta, de pelo negro y muy corto, de estricta disciplina y que no dudaba en usar su recio aillo con piedra escarlata para propinar coscorrones al que, segtin su criterio, lo mereciera, Después de terminar el sermén nos retiribamos al salén de clase en forma muy ordenada, como si fuéramos postes andantes, la primera fila de hombres y mujeres se retiraba para inmediatamente hacerlo la segunda, por lo que se formaba una sola fila de todos los hombres y otra de todas las mujeres del colegio, las 2 fils circulaban de lados opuestos por las oxllas del patio principal hasta «que ambas filas se encontraban de frente y sibitamente giraban para subir por las viejas escaleras de piedra y tomar el rumbo que le correspondia a cada cual, hombres izquierda y mujeres derecha. Vv Las semanas que vinieron pareeian ser iguales a las pasadas, mi soledad rutinaria y mis juegos a solas, sin poner atencién ni esfuerzo en hacer amigos, mis compafieros eran un tanto violentos jugaban a golpearse los hombros cada vez. que el reloj marcari una hora en punto, en cuanto a mi, ime entretenia viendo insectos y esperando que el dia que viniera trajera alguna emocién; después de todo, era la primera vez que tomaba clases en grupo, sin que fuera mi madre la que me instruyera, cra a primera vez que meencontraba con personas diferentes a mi familia. Un ia inesperado, fue diferente, tanto lo fue que logro cambiar los dias que vinieron y algo en mi cambio para siempre: Por la mafiana después del sermén matutino y justo cuando nos ditigiamos en Ia ordenada fila hacia las escaleras, ja vil Esa sonrisa que se aproximaba a mi, que parecfa en verdad dirigida a mi pues sus ojos fijos no dejaban de mirarme, continué caminando y para mi mala fortuna no resultibamos frente a frente al dar la vuelta en las escaleras, solo hubieran sobrado 2 personas iis bajas a mio faltado 2 personas més bajas a ella para encontramos de frente, aunque sea por el instante para dar vuelta, De esa forma esa paso cerca de mi, esa linda, pequetiay frigil nina de piel blanca y ojos oscuros, de pelo lacio y cuerpo delgado; de belleza rara, pues nunca of susurros por parte de mis compaiieros acerca de ella, como acostumbraban hacer con las nifias que pasaban en la fila; esto se confirmaba al haber pasado semanas y nunca notarla, Pero con todo eso, aun me atrapaba, sentir su mirada sobre mi emocionaba mi ser y cuando estuvimos proximos me vi obligado a bajar la cara. El resto del dia ella es avo en mi mente y ese dia fue para esa persona que votes la mirada a mi. v El sermén matutino ahora pasaba a ser mi momento favorito, esperaba uno y el siguiente con gran esperanza, aunque solo eran instantes lo que lograba ver a esa niffa, con eso bastaba, con eso era feliz, El sistema estricto de ordenarnos en filas me permitié encontrarla siempre con la precisién que un cometa regresa a la tierra, y era muy similar pues ella siempre estaba en la formacién con su. sontisa deslumbrante ysus ojos negros, siempre regalindome mi momento del dia Durante los ratos libres nunca pude verla; quiz permanecia en los salones donde no se me permitia centraral ser los salones donde las jovencitas tomaban clases. En una ocasién, yendo en formacién después del sermén matutino, cuando nos aproximabamos, ella ‘no me mi tenia puesta la mirada en la espalda de Ia compafiera de en frente, tal vez se aburri6 de ese juego ce verme para distraerse antes de entrar a clases, y no era su culpa, yo nunca hice nada mis {que mirarla sin contestar Ia sonrisa, sin elevar las cejas 0 algo que mostrar mi interés. E: ese momento senti un hueco en el pecho y me sumi en brotes coléticos haci mf persona, hacia mi actitud por nunca haber hecho algo que le mostrara que también la veia y que también me interesaba. Ya por la tarde de ese mismo dia, regresando del sanitario para ir a mi salén, cargando mi pena y ‘con la mirada baja, escuche un leve grito que dijo: = joye! ‘Me encontraba en el tercer escalén cuando di la vuelta pues el sonido provenia del inicio de las cescaleras, cuando vi que era ella quede impactado y una corriente de emocién bajaba por mi abdomen, entonces ella pregunto: — zPor qué me temes? Yo, recordando la dureza y valentia de los varones de mi familia le conteste en un tono seguro y expectativo, un tanto prepotente, aunque a la vezera notable mi nerviosismo y una voz entrecortada salié de mi diciendo: = no..00 te ten. go micee...cdo. —entonces gpor qué no me saludas cuando pasamos en la fila? —ella contesto; yal no estar seguro de mi respuesta comencé a hablar cuando stibitamente ella dijo: “tengo que irme a clase Y paso corriendo junto a mi, subiendo las escaleras de dos en dos, y apoyando su mano en la mia al pasar a mi lado, de forma que impulso su carrera Cuando el momento pas la impresién previavird ‘en una inmensa alegria, una corviente de euforia que hacia que mi sonsisa fuera incontenible. VI ‘Ala mafana siguiente ella volvié a mostrarme su mirada picara y su blanca sonrisa, dejaba ver en su pelo un prendedor de ‘én rojo que esta vez detoné una tisilla en mi. En el receso; exaltado y perdido en mi mundo, la misma voz que me Ilamé en las escaleras el dia anterior interrumpié mi deliri, era ella, que sentada en una jardinera de piedra me habl6 y dando palmaditas junto de si me invitaba a sentarme a su lado. Impresionado nuevamente y con mis rodillas temblando consegui llegar a ella, Nuestra platica fue de lo mis comiin, ni buena ni mala, con algunos momentos de silencio entre ambos que parecian no importarle ya que ella reia. Cuando finaliz6 el receso se alej6 y nuevamente esa inmensa sensacién de alegria invadié mi cuerpo y una sonrisa rara pinto mi rostro. vil Fue como un pacto encontrarla sentada en la misma j sddinera al siguiente dia, nunca lo hablamos pero a ausencia de alguno en aquella jardinera de piedra, con tierra negra y arbustos de hojas brillantes, nunca se dio. Ahora podia veda 2 veces al dia, una por la mafiana al terminar el aburrido sermén de la directora y en el receso que me permitia conocerla e ir dejando mis nervios al hablar con ella, Primero solo jugihamos mirando a los alumnos y tratando de predecir que seria lo siguiente que harian 0 poniamos didlogos en sus bocas y refamos sin parar, pero nuestras platicas se tornaron mas profundas con el tiempo, pensibamos en el futuro, nos preguntibamos que hariamos o donde estariamos al salir de la escuela, en cierta forma esa libertad frustrada en el intemado representaba toda una incdgnita, un nuevo mundo, una fresca idea En una ocasién, durante el receso, le pregunte porque no tenia mas amigos, ella riendo y sin tomarle :portancia ami pregunta solo contesto: los tengo Alverme desconcertado, afiadi6: si tengo amigos, pero no son alumnos de la escuela, viven en ella pero siempre escondidos. Yo rei y siguiendo su juego le pregunte més acerca de ellos, pero ella un tanto molesta al no ereerle me dijo: son 2 amigos que viven en la azotea del edificio, siempre escondidos de las personas que suben para alli, Son muy buenos y siempre platican conmigo, pero también son precavidos para no ser descubicrtos, uno es delgado casi como tt, el otro ¢s mas llenito con una gran sonrisa, es muy listo y siempre me ayuda con mis problemas del corazén, en su saco trae consigo dulees que me da cuando me late sin control, y esos dules relentizan su ripido lati; me llama su colibri porque dice que mi corazén late con la velocidad de este, adems de que la fragilidad de esta ave le recuerda a mi. Solia ir diario a saludarls, justo en el receso, pero hablo contigo en este tiempo y a ellos solo los veo entre clases cuando digo que voy al bafo, ellos saben de ty les agrada que pases tiempo conmigo. ncrédulo de sus habladurias pero con desconfianza de que le enojara mi escepticismo solo dije: no sabia que tuvieras problemas del corazén ~si, me daban a menudo, pero ahora llevo un buen tiempo que no me han dado, fo que me hace sentir muy bien— ella sonrié este dia entre la quinta clase te Mlevare a la azotea para queconozcas a mis amigos. Yo, al querer pasar tiempo con ella acepte. VII La quinta clase legé y un extraio temor ¢ inseguridad abordaban mi cuerpo; saber que ella creia en seres extrafios con los que podia hablar, ademas de sus problemas eardiacos, eran cosas que nunca habiamos hablado, era como si se tratara de otra persona y me hacia dudar de ella, por momentos pasaba por mi mente la idea de no legar a la cita y tal vez no volver nunca més a nuestra jardinera, me esforzaba por recordarla bella, pero también subja que yo no era muy bien parecido y una niiia como ella a mi lado no se volveria a repetir Por fin me arme de valor y sali al sitio pactado, ella ya se encontraba ahi, con las manos en la cspalda, con su célida sontisa y mirada alegre y picara, como quien espera a alguien ya querido, No dijo nada y tomé mi mano parallevarme al pasillo de la escuela donde se divide en aulas de mujeres y hombres, ahi, trepé el barandal que se encontraba en el descanso de las escaleras ycon la ayuda de tuna varilla que cargaba en la mano derecha, jalé una escalera corrediza de metal pegida en la pared, Ja misma escalera que utilizaban las personas cle mantenimiento para subir, un poco oxidada por lo que emitid un rechinido al ser jalada, ese ruido me asusté muchisimo al creer que vendrian los maestros para ver que ocurria, inmediatamente ella subié y Ia perdi de vista, cuando de repente asomé su brazo por el espacio entre el barandal y el techo y me indie6 con el dedo indice que subiera. En unos cuantos segundos senti el viento fuerte de un lugar abierto y el brillo del sol dificultaba mi in, Con la mano en la frente para atenuar toda esa Iuz, Io primero que vi fueron los tubos de cobre en ese piso rojo, también, varios tinacos de cemento se encontraban ahi, ella estaba unos metros adelante, solo podia ver que se alejaba pues montones de bancos inservibles y oxidados dificultaban el camino, por fin paré y le di alcance, ella muy triste me dijo: —Hoy no van a salir. Yo, sin saber que decir solo tomé su mano y apoye mi brazo en su hombro, lo que hizo que repentinamente volteara a mi y sorprendidos ambos, ocasioné que la soltara casi instantiincamente, para cambiar lo bochornoso del momento ella sefalo las calles que eran el misterio de platicas pasadas, territorios inexplorados. Por lo que alcanzibamos a ver no parecia el paraiso que imaginébamos, solo multitudes de azoteas en mosaicos grises, negros y rojos, tinacos blancos y negros, tuberias cobrizas, cables de luz.como enjambres en las esquinas y aislados manchones verdes de los fresnos que erecfan en las banquetas. Cuando bajamos de la wotea, ella empujo la escalera hacia arriba y se arrodillo para colocar cuidadosamente la varlla de metal bajo el barandal, de forma que no se viera, ella, aun de rodillas me miré, sonrié y huyé corriendo a su lado del colegio. Ix Pensé que estaria avergonzada, pero parecié no importarle el hecho de que su historia de amigos increibles no fuera verdad, yo no mencioné nada al respecto pero al inalizar el receso del siguiente dia ella se acerco a mi oido y susurt6 con una vor maliciosa e incitante: ~Te veo en la quinta clase... Sin saber emo, sin saber porque cuando Hlegé la quinta clase y sali del aula con el pretexto de ir al sanitario, no sabia que esperar de To que venia, si era bueno 0 era malo; solo sabia que en esos momentos lo tinico que me importaba era esa chiquilla alegre y bonita que iba por el mundo brincando y corsiendo, haciendo felices mis dias con su hermosa sontisa y el rubor de sus mejillas, con su pelo lacio que juguetonamente se metia en su boca cuando refa o platicaba conmigo. Qué me importaba que sus historias no fueran reales? si su fantasia e imagina in lo eran, siellay yo lo éramos, EI momento justo en que nos encontramos en el pasillo que divide la escuela por sexos trajo un instante de alegria cuando nos vimos, ambos sonreimos y momentos después escuchamos los gritos cenfurecidos de la directora de la escuela que desde el otro lado del patio Hamaba a esos 2 que no se encontraban en las aulas de clase. La lentitud de la directora al aproximarse a nosotros hizo que el instinto de huir se accionari al fin y al cabo su vista no era buena y tal vez no identified a los 2 rapaces que jugueteaban en los pasillos en horas de clase, sibitamente, salimos cortiendo y nos ‘ocultamos atris de los grandes macetones que se encontraban en las escaleras, ella pareeia aterrada, pues su mirada tenia las pupilas dilatadas y el pelo todo embrollado, nos resguardamos en ese polvoriento rineén entre la pared y el macetén de barro, con la respiracién alterada y el temor de ser descubiertos, ella tomé mi mano y la puso en su pecho, pude sentir lo fuerte y ripido que palpitaba su corazén, pero permanecimos escondidos, después de tensos y angustiosos momentos vino un silencio en los pasillos que nos brindaba seguridad, nuestra respiracién empezaba a normalizarse y pude sentir como su corazén iba tranquilizando su fuerte lat Con vor bajta dijo: ~Parece que se ha ido. -¥ suspiré en tono de alivio, yo eallé y solo contemplé su belleza entre el crisol de luz y sombra producido por los suaves rayos de sol que se filtraban entre las hojas de aralia de los macetones, entonces nos miramos con inocencia y gran dulzura y el momento cambio, mi ‘mano todavia en su pecho ya no censaba el estado de sus pulsaciones, ahora la estaba tocando y de repente comencé a aventurarme en su cuerpo, sin planearlo nuestros labios se unicron y de esta forma bajo la sombra de las polvosas hojas de aralia que yacian en los grandes macetones de barro que reposaban en las vieja esealeras de piedra del internado, la besé! La besé como nunca lo habia hecho y pude sentir como mi corazén palpitaba sin control, como si su condicién cardiaca fuera contagiosa, pero para mi desgeacia su corazén duplicaba lo fuerte que latia el mio y ella se separ6 de mi y con un gesto de dolor coloco sus manos en su pecho para después desvaneverseen mis brazos. Impresionado por lo que acababa de suceder, mi momento de gloria y después el terror de ver a mi compaiiera desfillecer, mi cuerpo se hel6 y nuevamente el terror regres, mire a los lados ¢ intente correr por ayuda pero no quise dejarla sola entonces desde el sitio donde nos ocultabamos pude ver la brillante luz-que se escurria en el espacio entre el piso y el barandal donde se encontraba la varilla «que usamos para jaar la escalera corrediza y subir a la azotea, sin saber por quéla lleve a la azoteay con el tltimo aliento que le quedaba conseguimos subir, desconcertado y con ella decayendo, un estridente zumbido invadié mis oidos To que hacia més insoportable el momento, fue entonces cuando comencé a creer y desesperado grite por ayuda; sin respuesta, logre levarla a la sombra que aba el viejo tinaco y mis lag as escurtieron por mi rostro y eayeron en sus mejilas pues ella yacka inconsciente en el piso entre mis brazos, de pronto vi la sombra de 2 sujetos que se aceseaban a la cescena, iguales a como mi compatieralos describié: uno grueso y el otro delgado, Subi la mirada con los ojos Ienos de lagrimas y solo vi sus caras despreocupadas y sonrisas indiferentes como si se burlarin de mi, pedi su ayuda mientras tenia la cabeza de mi linda compafera recargada en mi antebrazo, pero a ellos parceia no importarles mi desesperacién, y mientras mis gritos implorando auxilio parecfan rebotar en sus infernales sonrisas, sentia que ese intenso zumbido en mis oidos reventaria mi cabeza. Después, el zumbido ces6 y un silencio abrumador invadié mi sentir, miré a imi frigil mufiequita y pude ver sus ojos cerrados y sus labios secos,aleé la mirada y esos hombres ya no estaban, casi instantineamente senti que alguien se encontraba a mis espaldas y tocaba mi hombro, cuando gire la cabeza para ver de quien se trataba pude ver a la directora de la escuela que ‘me miraba sorprendida con los ojos desorbitados y la boca abierta x Con la cabeza baja observaba con cautela el regular tejido de la alfombra beige que cubria el piso de la recepcién, me encontraba sentado en una silla que aun ten‘a los plisticos protectores del respaldo y del asiento. Del otro lado de la puerta se desarrollaba una discusién acerca de mi; mi padre all teléfono y la directora con vor. alterada en esa oficina sin embargo nada de eso teni importanci mi nifia, mi amiga, mi compafiera habia muerto y quiz habia sido mi culpa, aunque s{ para mi habia una posibilidad de que su muerte habfa sido ocasionada por el instante vehemente entre ella y Yo, que no soports su corazén, para la directora no cabia duda que su muerte habia sido ocasionada por Después de que nos encontré en la azotea del colegio, con ella tendida en el piso y yo arrodillado a su lado, la directora no me cuestioné en lo absoluto, solo me retiré de la escena y me dejé sentado en esta vieja silla de pulcro tapiz, inmediatamente se dirigié a su oficina y tomé el teléfono para comunicarle a mi padre mi atroz crimen, atin con la puerta cerrada podia escuchar palabras que escapaban de su oficina, no eran claras y aunado a mi tertible perdida no tenia interés en poner atencién a ellas: "No podemos tenerlo agui. _crequiere otro tipo de atencién. sec... .0b8ei0nadD.........uestaba en la azotea... sel Peligr080...0cccceom ess seme ogritaba. _venga lo mas pronto a seseiesneeensssoseenssnneenusnnasseiisnereetnnnenetsenensseesee Sf alr scseeceves swt VOUETtM as sseeesvsssseeee sesnnseenimaseeeesssnmnsseeseeto dejaba de Wottrecissorreeee ses . sescnsseeeeemnsseeeetssnecssnsetly alterOdO.cccresseseutt ld entiondos.so. - cosccsensssseseeell apo, tna mutecd......o espero pronto” Por fin, cuando Ia conversacién finalizé, la directora salié de la offcina y se ditigié a mi, fue sorprendentemente amable y compasiva conmigo, cual si mi erimen no representara nada grave e incluso hubiera sido un acto benéfico y con recompensa. Nos dirigimos a mi habitacién donde me esperaba la merienda y al entrar al cuarto recibi una leve palmada en Ia espalda. Esa actitud me desconcertaba, tal ver la directora habia entendido el inmenso dolor que sentia al perder a mi compafiera 0 tal vez me esperaba un tremendo castigo que la hacia sentir compasién por mi. De cualquier forma era claro que no esperaria el mafiana para conocer mi destino, no esperaria la confrontacién con mi padre, ya habia decidido, mi vida era suficientemente miserable como para recibir més castigo, no pagaria por algo que ya me causaba intenso tormenta, XxI En la madrugada, con el cobijo de la oscuridad, tomé la fotografia maltratada en la que mi madre apareeia sonriendo, el prendedor de listén rojo que alguna vez recibi de mi nifiay los panecillos que habian dejado de merienda la noche anterior, envolvi cuidadosamente en la funda de mi almohada iis preciados tesoros junto con las provisiones para el resto de la jomada y silenciosamente abs la puerta de mi dormitorio para nunca mis regresar. Con la ayuda de la escalera corrediza subi por iltima vez a la azotea que habia sido testigo del regreso de mi tormento después que mi madre partié al darse el tiltimo latido de mi ficl amiga en ese sitio, De reojo mire el lugar donde la habia dejado antes de que fuera sorprendido, solo inhale profundamente y continué mi camino, ahi donde el colegio acaba sibitamente y el vacio empieza, ahi mismo un viejo fresno que rompia ta banqueta con la enorme fuerza de sus raices alzaba sus ramas como para acoger mi partida; torpemente me deslice por sus amplias ramas y mi brazos se raspaban por la fuerza que hacfa para asirme firmemente a su troneo y en un segundo, de un salto, las plantas de mi pies pudieron sentir el firme cemento de la banqueta, el aire golpeaba suavemente ii rostro y la fresea madrugada intoxicaba mi ser. ‘Mis sombras se perdieron ripidamente entre las oscuras calles y el temor que sentia se disolvia cuando recordaba el pesar que me habia llevado a escapar del intemnado, asi, con un paso apresurado y llevando mis tesoros al hombro recorti varias calles en plena penumbra, sin destino giré a la iaquierda y después a la derecha, el sonido de mis pasos era mi tinico compatiero en esa silenciosa madrugada, fue cuando vi ados hombres que charlaban del otro lado de la cera,y voltearon hacfa mi como interrumpidos en su charla, después, se dijeron algo y se eruzaron en mi direccién, delatado por la elegante ropa del colegio y mi aspecto inofensivo, uno de ellos me dijo: ~nifio,

También podría gustarte