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Capitulo IV Movimiento con velocidades cercanas a la de la luz. Aceleradores ciclicos § 17. Férmulas fundamentales de la dinamica relativistica Cuando la velocidad de las particulas cargadas es cereana a la de la luz, las seneillas leyes y férmulas de la mecanica chisica deben ser sustiluidas por expresiones mis complejas, La segunda ley de Newlon debe expresarse en su forma mas general: ad ap (mv) = (17.1) Con esto, la masa de la particula en movimiento ya no puede ser considerada constante, si bien no varia la determinaci6n y concepto de la fuerza. La masa de la particula resulta de- pendiente de la velocidad segtin la ley oy n= (17.2) donde BP = v/e. En la teoria de la relatividad esta relacion se deduce en forma rigurosa, habiéndose efectuado repetida- mente su comprobacién experimental. Pronto, en un ejemplo técnico, podremos ver su confirmacién. De las ecuaciones (17.1) y (17.2) se infiere una serie de corolarios de caracter general muy importantes. Ante todo obtengamos la expresién relativistica para la energia ciné- tica de la particula. Con este fin determinemos el trabajo de las fuerzas en un segmento de la trayeetoria: dA = Fds; (17.3) 4130 en virtnd de la ecuacién (17.1) obtenemos que dv aut dv ds +, dm as dA=—m-— ds UG ds =m GG att var ar db (17.4) o bien, dA = mv dv + v dm. (17.5) Por olra parte, diferenciando la igualdad (17.2) obtenemos 4 1 mv dv . dim = moc v due — am =a: (17.0) Entonces, colocando la Gltima expresién en la formula (17.5) obtenemos dA = (c* — v4) dm | v dm, (17.7) 0 bien, dA =c®dm. (17.8) Si el movimiento de la particula comenzé con v = U, por consigniente, m| 1.9 = mo, la energia cinétiea adquirida por la particnla sera igual a &€, = aA = nic? — myc*, (t7.9} oO sea, 2 4 €.-— met (— —1), 0 (ese!) (17.40) A primera vista esta expresién para la energia cinélica No Se parece en absoluto a Ja formula correspondiente de la mecanica clisica. Sin embargo, es facil comprobar que, para valores pequeios de Ja velocidad, estas expresiones coinci- den; con este fin es suficiente descomponer en serie por-cl parimelto B = v/e la magnilud 1// 1 — 6. Entonces 2 ey mgvt 8, myc? (14 Zoe |...) ect ME (17-11) De la férmula (17.9) se infiere que la variacién de la .energia cinética y de la masa inerte de la particula estén univocamente ligadas entre si. La masa de la particula en movimiento es mayor que la masa de la particula en reposo, en la magnitud Am = &/c*. (17.12) La relacién obtenida entre la masa y la energia tiene un cardcter totalmente universal y no sélo es vAlida para la energia cinética sino para cualquier otra forma de energia. 440 Cualquier variacién de la energia de Ja particula provoca la variacién de su masa; la masa total de la particula m es la medida de su reserva total de energia &: m = 6/c*. (17.43) Los principios de conservacién de la energia y de la masa actGan como diferentes partes de una misma ley, mas general, la ley de Einstein, que establece la relacién entre la energia y la masa. Las férmulas (17.8) 0 (17.13) que expresan la ley de Einstein han sido comprobadas con gran exactitud en forma experimontal. Un ejemplo clasico de la validez de las férmulas obtenidas es ol balance energético en las reaceio- nes nucleares. Las centrales eléctricas atémicas en funcio- namiento es wn ejemplo que ilustra con claridad la aplica- cién de la ley de Einsten en la técnica. De la relacion (17.13) se deducen férmulas sencillas que relacionan la masa de la particula con la diferencia de potencial aceleradora que ésta ha recorrido, Estas formulas gon consluntemente ulilizadas en fisica alomica y nuclear. Al reeorrer la diferencia de potencial aceleradora U, la par- tieula adquiere energia cinética ignal a qU y su energia total sera: me* = moc? -- qU. (17.14) De donde, si expresamos U en voltios, obtenemos m qu! « ae 1 Sone (17.45) En particular, para el clectrén itt : a ™ 1 ora (17.16) De este modo, la masa de un electrén acelerado por una diferencia de pulencial de 514 kV se dupliea y la masa de un electron con 1 MeV de energia aproximadamente se triplica. La energia del electrén en reposo, expresada en electrén-vol- tios, es de 544 KeV. Para el protén la ignaldad (17.46) adopta la forma signiente: m u = 41+ asia (17.17) on La energia en reposo del protén es de 938 MeV. 44h ie \ t 1 | I | { Fig. 17.2. Refraccidn del nae de electrones relativistices a! alravesar una barrera de potencial. Hallomos ahora la importante formula que relaciona Ie energia Lotal de la particula con su impulso p = mv. Tras- eribiendo la formula (17.2) en la forma (17.48) y ulilizando Ja igualdad (47.13), obtenemos 63 = pre _ mics, (17.19) 6, designando a moc? con €o, p=tVP-F. (17.20) Apliquemos las expresiones generales obtenidas a ciertos casos particulares del movimiento de las particulas cargadas. En el § 2 se demostré que el movimiento de las particulas cargadas en el campo electrostatico puede estudiarse por analogia con la propagacién del rayo luminoso en un medio éptico heterogéneo, jugando aqui la raiz cuadrada del potencial eb papel de coeficiente dptico electrénico de refrac- cién. Esta analogia se conserva también en el caso relati- vistico, con la sola diferencia que se hace mas compleja la 142 expresién para el coeficiente de refraccién. Para obtener esta expresién retornemos al ejemplo sencillo de refraccién del rayo‘de electrones en la superficie de separacién entre dos medios. La fuerza que acta sobre Ia particula que atraviesa la superficie de separacién sélo hace variar la componente normal del impulso dejando invariable la componente tangencial (fig. 17.1). De donde se obtiene que py sen & = pp sen B, o bien, Ba eet (17.24) En el caso no relativistico la masa puede ser considerada constante, pudiendo sustituirse la relacién de los impulsos por la relacién de las velocidades, lo ‘que da como resultado que »~V U. En el caso relativistico esta sustitucién es inadmisible: la particula al alravesar la superficie de separa- cién se acelera o retarda y, por consiguiente, su masa varia. Por ello, cuando se calcula el coeficiente de refraccién debe emplearse la férmula (47.19). Teniendo en cuenta que en el punto con potencial U la expresién pata € toma la forma €= moc? + qU = €o + Qu, (17.22) obtenemos que p= tet 83) = 4 [2Eo+ QU), (17.23) de donde nw pay 44 me (17.24) En la {6rmula oblenida, en forma expresa entran la carga y la masa de la particula y, por consiguiente, dejan de cum- plirse las leyes de analogia. Sin embargo, en el caso ultra- rrelativistico, cuando gU ‘> 2moc? y el coeficiente de refrac- cién se hace proporcional a la diferencia de potencial acele- radora, las leyes de analogia entran nuevamente en vigor, Utilizando la expresién (17.24) se puede determinar la Lra- yectoria de la particula rapida que se mueve en un campo electrostdtico arbitrario. Debe sefialarse que el campo de aplicacién de las ecuaciones de la éptica electrénica electros- tatica en el campo relativistico no presenta ningin tipo de nuevos problemas de especial interés. Examinemos ahora el movimiento de la particula rela- tivistica en el campo magnético. La fuerza que actia sobre 143 la parlicula desde el campo magnélico, no hace variar el valor absolute de la velocidad, por lo cual la masa de la parlieula ne varia y en la eeuacién (17.1) la magnitud ne puede ser sacada fuera del signo de diferenciacién., De este modo, en las formulas que deseriben elf movimiento de las particulas cargadas en los casos relativistico y no relati- visticu, la tiniea diferencia, en estas condiciones, se reduce a la sustitucién de la magnitud mg por mo/V 1 — Be En particular, para determinar el radio de curvatura y el periodo de rolacién de a particula en el campo magnético pueden utilizarse las formulas anteriores (7.3) y (7.4), sustituyendo on ellas mp por m. La relacién entre el radio de curvalura y la diferencia ale poteneial aceleradera, reeorrida por la particula, puede ahora ser expresada en la siguiente forma: Hy + V Bmge2gl | (ql (17.25) En el caso ultrarrelativistico, cuando gU > 2mye?, la for- mula que relaciona la energia de la partieula con ef radio dle curvatura adopta una forma sumamente sencilla (E= U7): €= 300 Hp. Aqui € es exspresada en eleetrén-yoltios, Zen Ocrsted y p en centimetros. Esta férmula tiewe gran aplieacién en fisi- «a nuclear, § 18. Principio de uncionamiento y estructura del ciclotrén Entre las distintas aplicaciones practicas de las leyes de movimiento de las particulas en los campos eléctricos y magnéticos, para la fisica de nuestros dias tiene mayor valor la técnica de aceleracién, que se ha transfermado en las tiltimas décadas en una rama cientifica amplia e indepen- diente. Dos grupos de métodos, basados en principios diferentes, se utilizan para obtener haces de particulas cargadas acele- radas. En uno de éstos, para acelerar las particulas, se utiliza una gran diferencia constante de potencial. Esta diferencia de potencial (del orden de varios millones de vol- tios) es aplicada a un tube a vacio de alta tensién, per el que pasa el haz de partieulas a acelorar. En este método, la parte fundamental de la instalacién esta constituida por el 144 generador de alta tensién. Generalmente, como generador de alta tensién, se utilizan la mdquina electrostatica de Van de Graaff o el circuito condensador de puerta, de multipli- cacién de tensién. Los generadores del tipo seiialado han sido Hevados a un alto grado de perfeccionamiento, pero presentan un serio inconveniente consistente en que la ten- sién mAéxima que puede obtenerse con ellos no supera a 15 millones de voltios, no viéndose el medio de elevar sustancialmente este limite. En el otro tipo de métodos la aceleracién de particulas se lleva a cabo mediante el campo eléctrico de alta frecuen- cia. El haz de particulas se hace pasar muchas veces, en’ forma sucesiva, por el campo acelerador en el vacio, asimi- lando, de tal modo, la energia por pequefas porciones. La magnitud final de la energia, en este caso, sera igual al producto de la cantidad de cielos de que consta eb proceso de aceleracién por Ja cantidad de energia asimilada por la partlicula en cada uno de éstos, Este principio de aceleracién encontré su exitosa apli- cacién practica en el ciclotrén constrnido por Lawrence en 1931 *), El] funcionamiento del ciclotrén se basa en que, como se sabe, la frecuencia de revolucién del ion eu el campo magnético no depende de la energia del ion, si no se consi- dera la dependencia de su masa con respecto a la velocidad. En la figura 18.4 se representa el esquema basico del ciclo- trén. En la camara a vacfo, que se halla bajo régimen cons- tante de formaciér de vacio y a pequefia distancia uno de olro se encuentran ubicados dos electrodos huecos semici- lindricos (electredos en D). La cimara esti colocada entre los polos de un eleetroiman que crea un fuerte campo magné- tieo constante, con lineas de fuerza perpendiculares al plano medio de los electrodos en D, Supongamos que entre los electrodas en D se aplica wna tension alterna que varia por la ley UT = Uy cos wot, (18.4) y que en el punto A del plano medio de la camara, en el momento 7 = 0, aparece un ion con masa m y carga q, cuya velocidad inicial es igual a cero. Luego de acelerarse *) El principio de asimilacién de gran energia por pequeaias porciones diseretas fue probado, por primera vez, en el aio. de 1927 en el modelo de acclerador lineal de resonancia de Widerde. 10-022 4145 Electrodos en D Salida del haz de iones Placa de desviacin (deflector) Camara Alimentacién de alta~ frecuencia 2 Electrodes en D mare Polo magnético Fuente de iones 8.4. Esquema de principio del ciclotrén. y adquirir la energia qU, el ion se movera dentro del electro do en D, donde el campo eléctrico es nmulo. En el campo mag nético el iow describe una semicircunferencia y se acerca nuevamente al espacio de separacién entre los electrodos en D. Si la frecuencia o de la tensién alterna aplicada entre los electrodes en D coincide con Ja freevencia de Larmor, al pasar por el espacio entre los mismos el ion volvera a acelerarse. En lo sucesivo, cada semiperiodo el proceso se repelird automaticamente y moviéndose dentro de los electrodes ef ion describira una trayectoria en espiral, con radio creciente para cada una de las semicircunferencias que Ja componen (fig. 18.2). El cualquier momento del proceso de aceleracién (para el caso no relativistico), la energia del ion se determina segin la férmula siguiente: v2 g@H2,2 e=eie. (18.2) 146 Deflector 2 Terminales de los electro dos en D Representacion esquemética de la Lrayectoria iénica dentro del ciclo Fig. . tron. Jn esta Gltima férmula no aparece la amplitnd Uo de la tensién aceleradora. Esto es comprensible ya que con el aumento de Ug disminuye la cantidad de revoluciones que deberd efectuar el ion para alcanzar un cierto valor dado de 7. Con la disminucién de Uy crece la cantidad de revo- Inciones. Si expresamos €, en megaelectrén-voltios, H on kilo- verstedes y r en centimetros obtendremos que para una par ticula con carga ¢ eZ y uiimers de masa A, la formula de caleulo conveniente sera la que sigue: (18.3) A808 (Hr A” Puede parecer, a primera vista, que a pesar del inteli- gente principio en que se basa el ciclotrén éste solo es bueno on leoria ya que'no hay ninguna probabilidad de que el ion, que comienza su movimiento desde el centre de la camara, pueda reeorrer felizmente su largo camino de acele- racién de centenares de metros, sin tocar las cnbierlas de los electrodas on D. Pareciera que para que el ion diera en las cubiertas nego de unas pocas revoluciones seria suficiente que el mismo poseyera al principio una componente insig- nifieante de la velocidad dirigida a lo largo de las lineas AAT 410* Electrodos en 0 Fig, 18.1. Enfoque eléetrice del ciclotrén. de fuerza del campo magnético, A esto puede agregarse que el campo eléctrico en el espacio de separacién no es uniforme, teniendo forma compleja, asi como el campo mag- nético tampoce puede ser perfectamente constante. Pero justamente este alejamiento de lo ideal es el que permite en la practica hacer posible la realizacién del principio de aceleracién en que se basa el mecanismo de funeionamicnty del ciclotrén, Primero examinemos la accién del campo eléctrico no uniforme. En la figura 18.3 se muestran las superficies equiputenciales que aparecen en el espacio entre los electro- dos en D, al cual esta aplicada una tensién. Como se ve en la figura, el cuadro obtenido no se diferencia en absolnto, cualitativamente, del cuadro caracteristico para la lente electronica antes descripta (véase cl § 4). En la primera mitad del recorrido, dentro del espacio de separacién, sobre la particula actdan las fuerzas de enfoque en tanto que en la segunda mitad lo hacen las de desenfoque. Si la tensién entre los electrodos en D quedara constante entonces, como se sabe, dominaria la accién de enfoque. En realidad, mien- tras el ion pasa a través de la zona del campo eléctrico, varia la tensién entre los electrodos. El enfoque (o desen- foque) complementario que se produce gracias a ello juega un papel mucho mayor que el efecto dptico electrénico comun, en el campo constanle. 143 +909 $ inde la fase de Ja partfcula, Para una comprensién clara de lo que sigue se hace nece- sario introducir un téemino muy importante de la técnica acién. Entenderemos como «dase de Ja particula» se del campa acelerador en el momento cuando dicha particula pasa por el centro de la ranura aceleradora (espacio de separacién). Si la intensidad def campo acelerador, que aria segin La ley del coseno (véase la férmula (18.1)), tiene en ese momento valor de amplitud, se considera que la fase de la particula es igual a cero. El intervalo de valores de fase de la partieula de —80° a +90° responde al régimen de aceleracién, es decir, a Ia asimilacién por parle de la parti- cula de une w otra porcién de energia durante su yuelo a través del espacio de separacién (véase la fig. 18.4). Volvamos a ecuparnos del movimiento de la particula a través de la ranura aceleradora. Corresponde aqui diferen- ciar cos casos: 1) la particula pasa por el centro del espacio de separacién en el momento en ¢ la tensién crece (la fase de la particula es negativa); 2) particula pasa por el espacio de separacién cuando la tensién entre los eleetr dos en D disminnye (la fase de la particula es positiva). E el primer caso, mientras la partienla atin no ha Uegado al centro del espacio de separacion, la intensidad del campo cléctrico relativamente pequeia. En la segunda mitad del recorrido, donde actiian fnerzas que rechazan al ion del plano medio, la intensidad del campo aumenta. Como resul- tado de eslo debe producirse el desenfoque. Est claro que, en el segundo caso, deberd observarse el efecto contrario, es decir, un enfoque inlenso. 149 Polo magnético Polo magnético Fig. 18.5. Enfoque magnétice en el ciclotrén. Las particulas con fase negaliva de entrada que comien- zan su recorride dentro del ciclotrén, ya luego de unas pocas revoluciones seran eliminadas del proceso de aceleracién ya que caen en las cubiertas de los eleetrodos. Cada media revolucién las particnlas con fase de entrada positiva encuen- tran en su camino, una lente convergente. Como demuestra la teoria, cb resultado de la aceién conjunta de muchas Jenles de este tipo sobre un haz de particulas divergente conduce a la brusca disminucién de su divergencia angular. El grupo de particulas que comicnza su movimiento con fases positivas puede, gracias a esto, recorrer una gran distancia sin bo los eleetrodos. Tero, inelnse en este caso favorable, un solo enfoque eléciricu es insnficiente pa asegurar el reeorrido de todo el eamino de aceleracion. Debe tenerse en cuenta que a medida que aumenta la energia de la particula se debilila gradualmente la accién de enfoque de las lentes eléctricas. Ademas, las ventajosas relaciones de fase creadas durante la parlida no pueden con- servarse en todo el proceso de aceleracién debido al aumento del periodo de revolucién del ion a medida que se produce el incremento relativistico de su masa (posteriormente nos ocuparemos de esto con mayor detalle). Pero, en lugar del enfoque eléctrico que desaparece, apa- rece el enfoque debido a la heterogeneidad del campo magné- tico. La figura 18.5 aclara el origen de este efecto. Desde el campo magnético sobre la particula que se mueve en el plano medio entre los polos actéa solamente la fuerza cen- tripela. Gracias a la curvatura de la linea de fuerza sobre la particula que se halla en un momento dado a cierta distan- cia sobre cl plano medio actuara la fuerza de Lorentz, que posee componente con direecién hacia abajo. Andlogamente, sobre la particula que se halla por debajo del plano medio acluaré una fuerza dirigida hacia arriba. De tal modo, en la zona donde el campo posee marcada heterogencidad aparece la fuerza «casi eldsticay, bajo la accion de la cual la particula oscilaré en las cercanias del plano medio. Durante el proceso de aceleracién, a medida que aumenta el radio de la é6rbita la particula caer4 en zona del campo cada vez mis heterogéneo. Paralelamente se incrementa la fuerza écasi eldstica», lo que conduce al aumen- to de la frecuencia de oscilaciones y, como puede demostrarse, a la disminucién respectiva de la amplitud de oscilaeiones de la particnla en las inmediaciones del plano medio. Pre- cisamente en ésto consiste el enfoque magnético del haz en el campo magnético helerogéneo, El enfoque magnético resulta muy eficaz gracias a su acei6n ininlerrumpida y puede reducir la altura del haz de particulas aceleradas a un valor relativamente pequefio. La accién de enfoque del campo magnético puede ser diri- gida variando la forma de las piezas polares con ayuda de delgadas placas de hierro (shim *). En particular, se puede mejorar el enfoque incluso en las primeras etapas del proceso de aceleracién. Trataremos a continuacién de la energia maxima hasta la cual pieden ser aceleradas las particulas on el ciclotrén. Como consccuencia de los efectos relativisticos la masa del jon aumenta en forma gradual durante el proceso de aceleracién, creciendo al mismo tiempo el perfodo de revo- lucién de la particula en el campo magnético. Segin se ha sefialado anteriormente, como resultado debe producirse la variacién ininterrumpida de la fase de la particula y, en un cierlo momento de tiempo, eb ion comienza a acercarse a la ranura aceleradora con fase que responde al frenado (pg > 90°), luego de to cual cosa de inerementarse la energia de la particula. Asif pues, independiontemente de Las evidentes limitaciones geométricas (véase la formula (418.2)), relacionadas cou las dimensiones de las piezas polares del iman, existe un cierto valor limite para la energia que pueden aleanzar las particulas aceleradas. *) Aqui se usa cl término inglés. (W. det T.) 451 1 Fig. 18.6. Deriva de la fase de Ja particula durante su aceleracién en el ciclotron, Podria creerse que el aumento del perioido de revolucién y, por consiguionte, la deriva de la fase puedan compensarse acrecentando la intensidad del campo magnético en la per feria*); pero como sabemos, con esto se crearian las coudi- ciones que respondan a un fuerle desenfoque magnélico, por lo cual ésto se excluye. Por lo tanto, la dinica solucién posible es lograr que en el proceso de su aceleracién, la variacién de fase de la particula se produzca por el programa éptimo. Supongamos entonces que, como exigen las condicion del enfoque eléctrico, la fase inicial de la particula es posi- tiva y tiene un cierto valor dade yo (el punto A en la fig. 18.6). Admitamos que el periodo del generador de alta frecuencia se elige de Lal modo que supere un tanto al periodo de revolucién del ion en las inmediaciones del centro de la camara. Esto significa que durante las primeras revoluciones del ion en la cAmara su fase disminuiré para hacerse nega- tiva luego de, digamos, unas 10 revoluciones. Desde este momento cesa de actuar el enfoque por medio del campo eléctrico allerno pero esto ya nu es peligroso ya que el campo magnético que decrece por el radio toma totalmente a su cargo la funcién del enfoque vertical. El ion, a medida que se acelere, se desplazarad hacia la periferia de la cémara, donde la intensidad del campo magné- tico tiene su menor valor, Junto con el crecimiento relali- vistico de la masa del ion esta circunstancia conduce al aumento del periodo de revolucién del mismo. La particula se decelera gradualmente como resultado de la disminucién 4) Hecordemos que Tion = 2 ==. 152 de su fase. Cuando se alcance la condicion de resonancia Pion =T ag = 2at/too, Ja fase de la particula tomar4 su valor minimo q, (el punto B en la fig. 18.6) y luego comenzara a erecer. El proceso de aceleracién terminara cuando la fase de la particula toma el valor @, (el punto C en la fig. 18.6); luego de esto, la estada del ion en la cdmara practicamente no iré acompaiada por un incremento de su energia. La energia limite @\rm ha sido aleanzada. Debe sefialarse lo siguiente: si el ion alcanza a llegar a aquella zona de la cdmara que se halla suficientemente cer- cana al extreme del polo, en el tiempo (en la cantidad de espiras) que se exige para que la fase de la particula varie de @o a Pz, las posibilidades potenciales del iman del cielotrén dado son utilizadas totalmente y la energfa final de la parti- cula @, se caleulara por la f6rmula (18.3). Pero, si el ion no aleanza la periferia en el tiempo permisible de deriva de la fase, el acolerador trabajaré en régimen irracional. Puede presentarse una sitnacién peor atin, consistente en que puede no existir haz en el blanco a pesar de la existen- cia del campo magnético y de la tensién de alta freevencia con la frecuencia necesaria. Esto se produce cuando la fase del ion ya ha aleanzado los —90° mientras que atin no se cumple la condicién yon Ta. Elion comenzara a mover- se por una trayectoria en espiral que se enrolla y no habra corriente en el blanco. ~ Las consideraciones puramente fisicas demuestran; cnanto mayor sea la amplitud de la tensién de alta frecuencia tanto més répidamente alcanzaré la partfcula la periferia de la cdmara. A una menor variacién de la fase de la particula responde un Liempo de aceleracién corto. La Lérmula que relaciona el valor «de umbral» de la amplitud de la tensién aceleradora con la energia cinética final del ion es la siguiente: ; mw BO ‘11m min Uo) =F Bim (3 48H) (18.4) Aqui, €) = moe? es la energia del ion con carga Ze en reposo y 6H determina la caida relativa de intensidad del campo por el radio: 6H = LH (r,) — H (0)|/H (0). Las energias @im y €o estan expresadas en MeV y Uy on kV. El valor min (Wo) calculado por la férmula (18.4) responde a la «intensidad cero» del haz en la salida. Para obtener una intensidad aceptable corresponde tomar U = 1,5 min(U»). 153 Fig. 18.7, Eleetroimén det cictotrén (en forma ge puemid on): A—culata, B ¥ € — plezas polars, D - bobinaje. A continuaci6n analizaremos las cuestiones relacionadas con el disefio del ciclotrén, La instalacién ciclotrénica cons- ta de los siguientes clementos basicos: 1) cleetroiman con sistemas de alimentacién y estabil én det campo; 2) ge- nerador de alla frecuencia; y 3) camara a vacio. Como resultado de un prolongado desarrollo, cl diseio del clectroiman adopté formas standard, En la figura 18.7 se lo ha representado en forma esquemalica. A es la culata rectangular, B y C son las piezas polares, que se fabrican de hierro dulce de alta calidad, en el que la induecién magné- tica pnede adoptar valores 20 kGauss y D es la bobina alimentada por el generador de corriente continua. El electro- imén de un ciclotrén mediano con polos de 1,0—41,2 m y 16-18 kOe de intensidad de campo magnético entre los mismas, pesa 60—100 t. El sistema de alimentacién del electroiman debe asegurar una estabilidad perfecta de la intensidad del campo en el espacio de separacién ya que cualquier variacién del campo, superior a centésismas partes de por ciento, se deja sentir en forma evidente, en la intensidad del haz de particulas aceleradas. Se han canstruido esquemas electrénicos estabili- zadores especiales para asegurar el grado necesario de uni- formidad del campo. 454 El campo magnético del ciclotrén debe ser uniforme no sélo en el tiempo sino también en el espacio. En particular, son inadmisibles incluso pequefias deformaciones de las eubiertas de la cAmara, ya que llevan a la aparicién de heterogeneidad acimutal del campo magnético. La deriva, en este campo heterogéneo, aleja a la particula de la zona de aceleracién, en una gran cantidad de revoluciones. Ade- mas, el plano de simetria del campo magnético, en el espacio entre los polos, debe coincidir lo mds perfectamente posible con el plano geométrico de simetria de la cAmara. Esto, que a primera vista parece uma exigencia sencilla, no siempre se cumple en la practica en forma automatica. Incluso una peguefia alteracién en la uniformidad del material magnético de las cubiertas de la camara puede yariar considerablemente la posicién de la superficie magné- lica media, es decir, de aquella superficie en las cercanias de la cual tienen lugar las oscilaciones de las particulas en proceso de aceleracién. Si esta superficie se acerca a las paredes de los electrodos en D se produce la intercepeién del haz (su diafragmado) con lo cual se reducird bruscamente Ja intensidad del mismo. La tensién de alta frecuencia necesaria para alimentar a los electrados en D es obtenida mediante un generador de tubos termoidénicos con excita- cién independiente. La longitud de onda del generador de alta frecuencia se determina por la igualdad: A = on me*/gH. (18.5) Si expresamos la intensidad del campo en kilo-Oersted y la longitud de anda en metros, se obtiene (para el ion con ni- mero de masa A y carga g = eZ) la férmula de caleulo siguien- te: Hh) = 196,5 A/Z. (18.6) Cominmente la alimentacién de alta frecuencia de los electrodos se efectita con ayuda de una linea de resonancia de cuarto de onda, que conslituye un todo dnico con la edmara ciclotrénica. Gada una de estas lineas de resonancia es un sistema cilindrico coaxial y la varilla cilindrica interior se emplea como soporte del electrodo en D. Si las dimensiones del electrodo son pequefias en comparacién con A/4 este sistema es eléctricamente equivalente al esquema de Lechor, cerrado en capacitancia concentrada (la capacidad entre el electredo en D y las paredes de la cimara). Cuando se pro- 455 duce resonancia con la tensién de excitacién, en el sistema aparecen ondas eleclromagnéticas estacionarias, con vientres de tensidn en la capacitancia concentrada, o sea en el electro- do en D y nodo en el extremo opuesto, en el eual la varilla interior esta en corlocireuito con el cilindro exterior. Gracias a la presencia de la capacitancia concentrada la frecuencia de resonancia resulta disminuida, debiendo ser la iongitud del sistema coaxial un poco menor que 4/4. La tensién de alta frecuencia es aplicada a la linea de resonancia en las cercanias de su origen por medio de un bucle de induccién. La entrada se efecttia a través del aisla- dor de la pared lateral del coaxial. La tensién aplicada cons- tituye sdlo una pequefia parte de aquella fensién que se desarrolla en la capacitancia concentrada, on condiciones de resonancia, Sejalemos que para que la tensién entre los electrodos en D tenga su valor m4ximo las oscilaciones en ambas lineas deben producirse con un desfasaje de 180% La potencia def generador de alta frecuencia se empiea para cubrir las pérdidas activas dentro de la cémara, es decir, en las pérdidas éhmicas en las lincas de resonancia y en la aceleracién de los iones. Como ilustracién presentamos algunas datos de un cielo~ trén tipo (el ciclofrén del Institute Tecnolégica de Mas- sachusetts on E.U. Potencia de alimentacidn del generador de alta frecuericia 50 kW Potencia de alimentacian del imin acelin: Qa Potencia de los demas grupos del ciclourén . . . 45 kW Potencia en et haz (dewterones; 15 MeV; corriente del haz 0,8 mA) KEExER RS ema ee EE an ere, | LOU E] rendimiento de este ciclotrén es, de este modo, ignal al 13%, en tanto que el rendimiento de utilizacién de la poten- cia de alta frecuencia es del 24%. Una de las partes basicas del ciclotrén es ia cimara de aceleracién. Las paredes laterales de Ja cémara se fabrican de latén y las eubiertas, de hierro blando. Estas cubiertas juegan, de tal modo, el papel de verdaderas piezas polares y se las une a Jas paredes laterales por medio de empaqueta- duras de caucho. Para hacer el vacio en [a camara se utilizan bombas de difusién de vacio potentes. Por lo que respecta al vacio la cémara forma un todo anico con las lineas de reso- nancia, Dentro de la cAémara encontramos: los electrodos en D, la fuente iénica y el dispositive para la salida del haz. Los electrodos en D se fabrican de cobre laminado. Para refrige- 4156 Revestimiento de cobre Electrodos en D- Pieza polar (cubierta de fa camara) Fig. 18.8. Representacién esquematica del arco productor de iones del ciclotrén: A— canal de la fuente: 8 — tubo por el cual Meza el gas; C — cdlodo; BD — revestimiento; -— abertura del canal. rar el sistema y aumentar su rigidez al mismo se sueldan tubos de refrigeracién por agua. Por lo general, en todos los ciclotrones se utilizan fuentes iénicas de areo. La figura 18.8 muestra en forma esquematica el disefio de ese tipo de fuente y su disposicién dentro de la cAmara. En el canal A de la fuente se genera la descarga en arco. El gas llega al mismo, desde el exterior, por el tubo B que pasa directa- mente por debajo de la cubierta de la cAémara. El arco se genera entre el catodo de tungsteno C y la pared interior de la envoltura D. El campo magnético longitudinal del ciclotrén estabiliza la descarga, que toma la forma de un cordén de plasma bien definido, extendido a lo largo de las lineas de fuerza del campo. Los pardmetros mas usuales de la descarga en arco son: U, = 150-200 V; 7, = 1-2 A. El cordén de plasma emerge del canal de la fuente a través del orificio O. La tensién de alta frecuencia entre los electro- dos en D capta a los iones de esta parte del cordén, intro- duciéndolos en el proceso de aceleracién, 157 El dispositivo de salida del haz se encuentra cerea de la pared lateral de la camara. Los iones que en la iltima espira de la trayeetoria pasan por la estrecha ranura practicada en la pared lateral de uno do los electrodos en D, yan a caer al campo eléetrico del condensador, formado por la pared del clectroda en D y la placa deflectora (véase la fig. 18.1). A la placa se aplica potencial negative con respecto al electrodo en D. La trayectoria de los iones se endereza bajo la accién del campo del condensador y éstos penetran en la tubuladura donde el campo magnético es ya muy débil. La ulilizacién del sistema de lentes magnéticas hace posible nu sélo la salida del haz de jones acelerados de la cAémara del ciclotrén sino también su traslado a gran distancia mediante el sistema de transporte al yacio, permitiendo ademas enfocar y dirigirlo al blanco estudiado. En las instalaciones ciclotrénicas modernas el flujo interior de particulas aceleradas llega a los 8 mA, en tanto que en el haz que sale del ciclotrén aleanza a 0,1 mA (pro- ton En los ciclotrones pueden acelerarse no sdlo particulas tales como los protones, dewlerones 0 particulas alfa; Jos ciciolrones se utilizan también para acelerar iones pesados de eargas miltiples. En los filtimos afos, en relacién al problema de sintesis de los elementos transuranicos Jejanos, ha cobrado gran importancia la obtencién de haces de iones de cargas multiples acelerados. Asi, por ejemplo, mediante el bombardeo de un blanco de uranio con iones de nitré- geno de siete cargas se obluvicron isétopes del elemento quimico 99, el einsteinio. Bombardeando uranio con iones de oxigeno de seis cargas se logré obtener uno de los isélopos del elemento quimico 100, el fermio. El empleo de blancos de elementos transuranicos (hasta el cinsteinio) y de iones de siete u ocho cargas de neon y argén permilié seguir ade- lante. Asi, se obtuvieron, sucesivamente, isétopos del ele- mento 4104 (el mendelevio), del elemento 102*), del ele- mento 103 (el laurencio). Los experimentos de sintesis de los elementos 104 y 105 continian. Los grandiosos éxitos aleanzados no deben ocultar las enormes dificultades que deberan superar los fisicos en el camino elegido. Estas dificultades, antes quo nada, estan ligadas al rapido aumento de la probabilidad de desintegra- cidn que se manifiesta cuanto mas pesados son los nicleos ) El elemento 102 atin no tiene nombre. 153 obtenidos. Como resultado de ello, la cantidad de sustancia que se obtiene resulta insignificante, siendo de unas pocas centenas e incluso de unas pocas decenas de Atomos. Para poder identificar a los isétopos radiactivos de vida corta obtenidos es necesario desarrollar métodos especiales de andlisis fisico-quimico répido, muy refinados. El ciclotrén jugé un papel muy importante en el desarro- lo de las investigaciones de fisica nuclear, en los afios. treinta y cuarenta. En la actualidad ya han sido practica- mente agotadas las posibilidades de empleo de esta instala- cién en su forma simple originaria. Sin embargo, el principio badsico de funcionamiento del ciclotrén ha resultado tan fructifero que a partir del mismo tuvo lugar el desarrollo de las principales direcciones de la técnica de aceleracién moderna. Precisamente por ello es que hemos dedicado tanta atencién a la descripeién de esta instalacién clasica. § 19. Principio de funcionamiento y estructura del betatrén. Cuando se estudian los diferentes métodos de aceleracién de las particulas cargadas, una de las ideas mas naturales que aparecen consiste en la utilizacién, para este fin, deb campo eléctrico inducido. Si en cierta zona del espacio se ha creado un flujo de induceién magnética qne varia con el tiempo, alrededor de este flujo aparece un campo eléctrico inducido. Veamos el destino de un electrén que en ¢] momento inicial se halla dentro de la zona del campo variable, en el punto A (fig. 19.4). Se considera que el campo magnético posee simetria axial y que la linea de fuerza del campo eléc- trico rotacional es una circunferencia. Si la velocidad inicial del electrén es igual a cero, bajo la accién del campo eléctri- co éste comenzaraé a moverse en el plano perpendicular al campo magnético. La direceién de su velocidad sera origi- nariamente paralela pero de sentido contrario a la direc- cién del campo eléetrico. Pero, en cuanto el electrén adquiera cierta velocidad, sobre él comenzaran a actuar el campo magnético y las fuerzas de inercia. Supongamos que cuando el electrén se hallaba en reposo el campo magnético en el punto A era nulo. En caso de que el campo magnético siguiera siendo nulo en la zona de movi- miento del electrén, éste bajo la accién del campo inducido y de las fuerzas de inercia comenzaria a moverse por una trayectoria en espiral que se desenrolla. Si, por el contrario, 159 Fur, $9.1, Aceleracién det electron el campo inducide: en la zona de moyimiento del electrén el campo magné- lieo crece rapidamemente y of campo eléetrico rotacional es pequefio, de manera tal que el impulso del electrén crece muy lentamente, el electrén se moyera por una trayectoria en espiral que se enrolla (ésto se infiere do la ignaldad p—(eie) Hp para p ~ const). Seiialemos que la intensidad del campo eléctrica inducido no es determinada en forma univoea por la variacién del campo magnético er aquel lugar donde se mneve el electrén, sino por Ja velocidad de varia- cién del flujo en todo el espacio que abarea la linea de fuerza del campo rotacianal. Aqui se nes presenta la siguiente pregunta; gExiste una condicién tal por la cual, en el campo magnético creciente, el electrén, que se hallara en la linea cireular del campo rotacional, pudiera continuar moviéndase a lo larga de esta linea, efectuando revolucién tras revolucién e incrementando gradualmente su energia? Ya en 1927 el ingeniero noruego Widerde hallé el principio de solucién de este problema, pero debieron pasar mas de doce afos antes que estas ideas pudieran ser llevadas a un grado de perfeccién tal que permi- tiera, a base de ellas, construir un acelerador. Deduzcamos la condicién que debe cumplir un electron acelerado para quedar en érbita circular de radio constante, El movimiento del electrén en el campo eléctrico rotacional 160 y magnético variable se determina segin las dos ecuaciones fundamentales siguientes: d = ek, (19.1) p=trh. (19.2) Aqui, p es el impulso de la particula, £ y H son, respectiva- mente, las intensidades de los campos eléctrico y magnético en la 6rbita y res el radio de ésta. La intensidad del eampo eléctrico esta relacionada con el flujo magnético @, que atraviesa ol area encerrada por la érbita, segin la expre- sidén Dre i a Oe, (19.3) Considerando r constante, luego de integrar las ecuacio- nes (19.4) y (19.3) oblendremos p()— pO) =+ 1h ()—O (0). (19.4) Si en la ecuacién (19.4) sustituimos p por su valor sogin la ecuacién (19.2), obtendremos la relacién entre la intensidad del campo magnética en la érbita y et flujo de induceién magnélica que y eucierra: I(t) —H (0) = {D (1) — (0). (19.5) = Si en todo el espacio el campo magnético varia con el tiempo segin una misma ley y en cierto momento de tiempo se vuelve nulo, podemos considerar que #H (0) = 0, @ (0) = 0. (19.6) Se obtiene, entonces, la sencilla condicién siguiente: H()=LHO. (19.7) Aqui, # (1) indica el valor medio de la intensidad del campo magnético por el area encerrada por la 6rbila de radio cons- tante. Asi, el olectrén se moverd, en cl campo magnético creciente, por una érbita de radio invariable durante tiempo ilimitado si la intensidad del campo es dos veces menor en la érbita que la intensidad media del campo dentro de la misma. En adelante llamaremos érbita de equilibrio (érbita estable 0 estacionaria) a aquella orbita de radio invariable para la cual se cumple la condicién (19.7). 11-022 14 a) b) . rye 1 Posicion de ta orbita Posicidn de fa drbita de equilibrio de equilibria Fig, 19.2. Acerca de la estabilidad radial en e) betatrén. Corresponde sefialar que la condicién (49.7) no impone limitaciones estrictas a la forma del campo magnético, 6 sea a la dependencia de su intensidad con respecto a la distancia r. En cualquier campo magnético de simetria axial en el cual la intensidad del campo decrece con el aumento de Ja distan- cia desde el eje, puede hallarse una circunferencia en la cual se cumpliran las condiciones correspondientes a las de la érbita de equilibrio. Pero et cumplimionto de la cancicidn (49.7) es insuficiente para que se produzca la aceleracién inducida del electrén. La 6rbita debe ser estable tanto en direccién vertical cuanto en relacién a las oscilaciones radia- les. Al igual que en el ciclotrén, el enfoque vertical es asegurado por la presencia de campo magnético decrecionte en la regién de la drbita y, por consiguiente, por la disposi- cién de las Mineas de fuerza en forma de «tonel», Otras son las exigencias para la estabilidad radial del movimiento. Ei andlisis de la trayectoria del electrén demuestra que el movimiento sera inestable si en la zona de la érbita ob campo magnético disminuye en forma excesivamente rapida. Ante cualquier excitacién, por pequefia que ésta sea, la particnla abandonard la orbita de equilibrio perdiéndose, en consecuencia, para la aceleracién. Sin profundizar aqui en la teorfa de aceleracién de las particulas, con ayuda de los graficos trataremos de aclarar cudles son las condiciones que aseguran la estabilidad radial. Las figuras 19.2,¢ 162 y 19.2,6 corresponden a dos tipos de movimiento: estable e inestable. Las curvas dadas en estos gréficos representan la dependencia de la magnitud Fy = mvp con respecto al radio de curyatura p de la trayectoria y la variacién de la fuerza de Lorentz con respecto a la coorde- nada r: Fy= vl (r). El punto de interseccién de estas curvas determina la posi- cién de la érbita on que sc encuentra el electrén. La diferencia entre ambos graficos consiste en que en Ia fig. 19.2,¢ la curva para la magnitud F, es mas suave que la hipérbola para F, (la marcha de la cual, por supnesto, es idéntica en ambos casos). En la fig. 19.2,b la curva F, en la zona de la Orbila estable cao més bruseamente que Fy. Supongamos que debido a una cierta cansa externa, el electr6én se desplaza del punto M en la direecién correspon- diente a mayores valores de r. Como se ve claramente en la fig. 19.2,a, con esto la fuerza de Lorentz se hace mayor que mv*/p, lo que leva, naturalmente, a la disminueién de r. Cnanda el eleetrdn se desplaza hacia menores valores dor, Ja fuerza de Lorentz se hace menor que mv?/p y el radio de la trayectoria comienza a erecer. Como resultado de esto, enalquicr desplazamiento del electrén Heva a oscilaciones en las cercanias de la 6rbita de equilibrio. La situacién sera distinta para el caso representado en la fig. 19.2.8: eb desplazamiento aparecide erecera, o sea, que cl movimiento en la 6rbita resultara inestable. Los resultados ubtenidos pueden ser expresados como la condicién que debe cumplir la variacién de intensidad del campo magnético en las inmediaciones de la érbita de equili- brio. Para un intervalo limitado' de valores der la magnitud H (r) puede expresarse en la forma siguiente: Mr) = alr". (49.8) El caso de n <1 corresponde a la figura 19.2,a, ol caso n > 4 ala figura 19.2,b, De esta manera, la condicién de estabili- dad radial y vertical puete expresarse en la forma que sigue*): . Omn PM max (19.10) Cuando se aleanza la energia maxima se procede, con ayuda de dispositivos especiales, a arrojar al clectrén desde la érbila de equilibrio a un blanco interior o se lo saca de la camara del acelerador. Es evidente que, al igual que la curva Hf (ro, 2), la aceleracién, en el betatrén, tiene cardcter periédice. Al principio en la instalacién se inyecta un cierto grupo de electrones lentos que es alrapado en 6rbita de equi- libriv, se acelera y da en el blanco. Luego de lo cual se repi- te todo el proc La introduccién de clectrones en el betatrdn aparente- mente no presenta ninguna dificullad. Pareciera factible efectuar la misma dirigiendo cl haz de particulas desde el exterior, bajo la Gnica condicién de dirigir dicho haz de tal manera que el mismo se acerque suavemente a la érbita de equilibrio. [stas id basan en un hecho muy comin, consistenle en que loda persona que por primera vez trata de resolver un problema de este Lipo, inslintivamente pionsa que siempre es posible introducir wna particula cargada en un campo magnético de forma tal que ésta quede retenida en el mismo. Sin embargo, esto es practicamente imposible de realizar en el campo magnético constante y dificil de conseguir en los campos lentamente variables. No es difieil convencerse de esto si consideramos el caso del campo cons- tante con simetria axial, ya que en este campo la trayecloria de una particula con v = const debe ser simétrica, Es por ello que la particula deberA salir del campo bajo el mismo Angulo con el que, desde afuera, entra en el campo (fig. 19-3). La introduccién de particulas en el betatrén y su poste- rior aceleracién se hacen posibles debido a que entre todo el conjunto de érbitas electrénicas sélo en la érbita de equili- brio el electrén puede quedarse un tiempo ilimitadamente largo. Si el electrén comenzé su movimiento en una drbita 164 Fig. 19.3. La particula nbandona el campo estacio ¢l mismo angulo con que penetra io de simetria axint bajo en él. cereana a la de eqnilibrio, esla 6rbita se deformard fenta- mente para acerearse gradualmente a la érbita de equilibrio. En este libro no sera analizado cl complejo problema acerca de la influencia que, sobre el namero de clectrones que caoran en la érbita de equilibrio y aleanzaran el blanco, ejerce la interaccién colectiva de los electrones durante el proceso de inyeecién. Como ya hemos dicho, el electrén debe ser sac Orbita y dirigido hacia el blanco cuando su energia, durante la aceleracién, aleanza su valor maximo. Esto puede alean- zarse violando, en cl momento dado, la condicién del beta- trén. Para ello, lo mis conveniente es realizar una variacién local del campo en la érbita, pero manteniendo ante ésto invariable el valor del flujo de induccién que atraviesa la érbita. De esta forma, el electrén serd echado a uno u otro lado de la 6rbita de equilibrio. No nos detendremos en la deseripcién de los métodes concretos que se utilizan con este fin. La camara toroidal a vacio, en la cual se produce la ace- leracién, es el elemento mas importante del betatrén (fig. 19.4). Cominmente se la fabrica de porcelana, hacién- dose en ella alto vacio. Dentro de la cémara se encuentra el do de la 165 Nucleo de hierro del electroiman Electrones en la orbita de equilibrio Camara a vacio Bobina del iman Fig. 19.4, Esquema do un betatrén (en forma csquematica). inyector, consistente en un canén de electrones de diseno sencillo. La pared trasera del inyector se emplea, por lo comin, como blanco, en el cual dan los electrones al ser expulsados do la érbita de equilibrio al finalizar la acelera- cién. El interior de la camara es recubierto quimicamente o mediante pulverizacién catédica, con una fina capa meta- lica. La metalizacién sirve eliminar las cargas eléetri- cas que aparecen con facilidad sobre la superficie del die- léctrico y pueden crear un campo que perlurbe por completo el proceso de aceleracién. La capa de metal debe ser lo sufi- cientemente delgada como para que su resistencia sea suficientomente grande y, por consiguiente, no puedan alcanzar valores grandes en el metal Jas corrientes en tor- bellino (de Foucault). La cAmara a vacio esta ubicada en el entrehierro del electroimain que crea el campo magnético variable con simetria axial. E] disoiio del electroiman y la eleccién de la forma de las piezas polares deberdn asegurar el cumplimiento de la condicién del betatrén en ecierta circunferencia de la camara toroidal. En la construccién del electroimdn, a fin de disminuir la pérdida por las corrientes de Foucault, se emplea hierro para transformadores (acero al sili- cio), componiéndose el niicleo de delgadas laminas de hierro, aisladas entre si. De todos modos el nticleo debe ser 166 14a) Uns relat 100}- 320MeV 80 60) 40 20) 700 200 300A Fig. 19.5. Espectro continuo de la emisién betatrénica (para electrones de gran energia), refrigerado intensamente con aire por que Jas pérdidas en hierro siguen siendo grandes. ton el fin de alcanzar una exacta simetria acimutal del campo se hace necesario que tanto la fabriecacién de las piezas del electroimin como el montaje del mismo sean realizados con gran cuidada y precisién. En todos los puntos a lo large de la érbita de equilibrio cl campo magnético debe variar en el tiempo estrictamente segin una misma ley. EL desfasaje entre los valores del campo magnético para diferentes partes de la érbita es inadmisible. La presencia incluso de un pequeiio desfasaje en la marcha de la variacién del campo con el tiempo, para dos zonas distintas de la 6rbita, puede perturbar por completo el movimiento del electrén por la misma. En efecto, se debe tener en cuenta que la aceleracién comienza en aquel momento en que la intensidad del campo magnético es ain muy pequefia y una pequena diferencia de fases en la marcha de ff con el tiempo llevaria a diferencias muy grandes entre los valores del campo magnético en diferentes partes de la drbita. Asi, debido a la diferencia de fases en estos momentos iniciales, puede desaparecer incluso toda semejanza con simetria axial. A veces se corrige la distribucién del campo a lo largo de la érbita con ayuda de bobinas especiales con el fin do asegurar un alto grado de simetria acimutal. Veamos ahora el problema que se refiere a la energia final que puede alcanzar el eleetrén al ser acelerado en el 167 betatrén. Ante todo debe sefialarse que en todo intento por elevar la cnergia final del electrén acelerado se tropieza con una dificullad natural, consistente en que con la eleva- cién de la energia final se produce el bruseo aumento en el peso y el costo de la instalacién Hn la tabla que presentamos a continnacién y qne sirve para ilustrar lo dicho se comparan los pesos, dimensiones caracteristicas y potencia de varias inslalaciones. Asi, si para colocar la’ primera instalacion de este Lipo construida por Kerst en 1940 bastaba una mesa de laboratorio, el betatrén con una energia final de 315 MeV. del mismo Kerst es una compleja obra ingenieril. Vote Peso del total de iindn cnt | alimentarion en kW 0,15 4 130 200 40 150 #4 realiza ante una fase del acidn de impulsos, produ indo, 150 kW responden a pulsos inedia consumid Exisle otra caus ante que obstaculiza la obten- cién cn el betatron de particulas con energia muy elevad FE] clectrén al moverse en el campo maguélico siguicnde una 6rbita circular emile energia eleclromagnélica en forma ininterrumpida. Esta emisién aparece debido a que el electrén se mueve con aceleracién centripeta. Segtin las leyes de la electrodinamica toda particula cargada que se mueve con aceleracién debe emitir ondas electromagnéticas. En el caso no relativistico la emisién serdé monocromatica y su frecuencia sera igual a la frecuencia de revolucién del elec- trén en el campo magnético, es decir: © = gil linge. En el caso relativistico, ademas de Ja frecuencia fundamental es emitido también un conjunto de sobretonos; el espectro de Ja emisién esta representado en el grafico de la fig. 19.5. Cuando vic ~ 1 el maximo de la intensidad esta contenido en la zona de frecuencias que superan en varios érdenes a la frecuencia de revolucién del electrén por la érbita. En esta 168 zona los sobretonos se encuentran muy cercanos uno de otro y, oxteriormente, el espectro observado no debe diferenciarse del espectro continuo. La energia que emile el electrén por cada centimetro de recorride se expresa seginu la férmula siguiente af €\" po 2 (es) BP. (19.41) Aqui, ro es el radio cldsico del electrén, & su energia total, 69 su energia en reposo y # es la intensidad del campo magné- tico en la orbita. Asi, la energia que el electrén adquiere durante su movimiento en el campo eléctrico rotacional dis- minuye debido al mecanismo de deceleracién por radiacién. Como resultado de ello serén violadas las condiciones que aseguran la permanencia del electrén on la érbita ostable de radio invariable, En realidad, el impulse del eleetrén crecera mas lenlamente que [a intensidad del campo on la drbita y el radio de enryatura de la érbita comenzara a disminuir gradualmen Por ello, ef electrén abandona la zona donde es posible la aceleracién con bastante anticipaciéu a aquel momento en que las pérdidas por emisién se igualarian con la energia que el clectrén ha adquirido en el campo eléctrico. Las apreciaciones euantitativas muestran: cuando la ener- gia de los electrones supera los 100 MeV, las pérdidas por emisién se hacen significativas, por lo que la constrnecién de un _acelerador do electrones a energias superivres a los 500 MeV cs practicamente imposible, Todo lo dicho hasta este momento se ha basado en cl ilisis del comportamiento de un solo cleetrén en el eampo magnético. Kn el proceso de aceleracién, eu realidad, parti- cipa una gran cantidad de particulas y esto puede refle. en Lodo el caracter de los fenémenos que alli ocurren. Podria creerse que, en condiciones reales y gracias a la interferen- cia, las emisiones de cada uno de los electrones que so mueven por la 6vbita se extinguirian unas a otras, no exisliende en consectieneia deceleracién por radiacién. Ese anillo de electro- nes en movimiento es equivalente, en esencia, a una corrien- te circular continua, la cual, como s be, no emite. Efecti- viamente, este sistema no irradiaria si los electrones estuvie- sen distribuidos en la 6rbita en forma perfectamente unifor- me o sea exactamente a igual distancia unos de otros. Sin embargo, puede demostrarse que debido a Jas fluctuaciones estadisticas de Ia densidad de los electrones en la érbita, la emisién se restableee tolalmente y cada electrén, en 169 términos medios, emile en forma completamente indepen- diente de los demas. Al finalizar con esto la descripcién del método de acele- racién por medio del betatrén, corresponde analizar, se comprende que en ‘forma sucinta, la situacién actual de este problema. Los betatrones de grandes dimensiones casi no se emplean, actualmente en el mundo sélo existen unos pocos betatrones de 100 MeV y uno solo de 345 MeV. Por el contrario las pequefias instalaciones de 15—30 MeV se han difundido ampliamente, produciéndoselas en serie, fundamentalmente para su empleo en defectoscopia indus- trial y en parle para ser empleadas en medicina. Los aceleradores lineales guia de ondas, los sinerotrones y ultimamente también los microtrones compiten con el betatrén. En ol préximo pardgrafo nos referiremos a astas instalaciones. Un cierto nimero de las mismas son por muchos pardmetros y, en particular, por la intensidad del haz de la radiacién de deceleracién, muy superiores al belatrén. Este, sin embargo, posee una ventaja fundamental gracias a la cual ha sobrevivido, consistente en la sencillez de su estructura; en él no existen ni elementos de alta fre- cuencia ni mucho metos elementos de hiperfrecuencia. Eo hace que el betatrén sea menos costoso, su manutencién encilla y no exija una calificacién especial. En los <imos afios fueron introducidas grandes mejoras en el disefio de los betatrones. En el Instituto Politécnico de Tomsk, por ejemplo, se disefiaron betatrones para gran intensidad de corriente. El némero de particulas aceleradas por ciclo en los mejores betatrones no supera a N =x 5-40° electrones/impulso, mientras que en las instalaciones para gran intensidad de corriente este valor alcanza a N = 3-40" electrones/impulso. La ecorriente que circula por la érbita (Jerr = g a fee \ 0 alcanza los ~100 A. La duracién dol impulso @ esta dentro de los limites de 5—40 ys y la frecuencia de repeticién de los impulsos f = 50 Hz. De esta forma, la corriente media en el blanco Fyjaneo = Qf es aproximadamente igual a 25 pA y en el impulso (Tptanco)impuso = 6 °S de 500—100 mA. Corresponde tener en cuenta, sin embargo que ésta es una instalacién enorme y compleja. La energia de los electrones inyectados es de 350 keV. 170 § 20. Nociones sobre las modernas instalaciones aceleradoras de particulas hasta altas energias La tendencia fundamental en el desarrollo de la técnica de aceleracién es conseguir particulas con energias cada vez mayores. La energia limile hasta la que podian ser acelera- dos los protones, en 1940 no superaba los 8 MeV en tanto que en la actnalidad en las inmediaciones de Sérpujov funciona un acelerador capaz de aleanzar los 76 mil millones de eleclrén-voltios y en los préximos aus se terminard el montaje de instalaciones mas potentes atin. Este enorme adelante acaecido en el transcurso de la vida de una sola generacién de fisicos pudo tener lugar gracias a que fueron hallados y [levados a la practica nuevos principios. Les mismos surgieron como resultado de las bitsquedas enecaminadas a oliminar aquellas dificultades que impedian el ulterior desarrollo de instalaciones tales 1. podemos cor como e} belatrén y el ciclotrén, a las que 4 derar cl sicas. Sinerotrén El crecimiento de energia en el betatrén es obstaculizado, por wn lace, por el rapido aumento del peso de la instala- cién y, por consiguiente, de su cosko y, por el olro, por la importaneia ereciente de la emisién electromagnética. Si se liberael campo magnétieo allerno del cumplimiento de una de las funciones que realiza en el betatrén, mis exactamente de Sa funcién de aceleracién por induceisn de la particula, cslas dificullades pueden ser superadas. En osteo caso, las particulas pueden acelerarse con ayuda de wn campo eléclrica de alla frecuencia, creado en una cierla zona de la drbita. De este modo resulta innecesario el flujo magnuético que alraviesa la érbita, y la zona que se ocupe por el campo mag- nético se reduce ann anillo a lo largo del cual se aceleran los electrones. O sea que la finica funcién que ha de cumplir ahara el eampo magnélico es la de relencion de las parliculas que se aceleran ev este anillo. Este sistema de aceleracién recibio el nombre de sincrotrén (fig. 20.4). Nos limitaremos aqui a dar slo unas pocas observaciones que aclaran el principie de aceidn del sinerotrén ya que tanto la exposicion detallada de la Leoria come la descripeion del diseiio del mismo quedan fuera de nuestra tarea. La aceleracién del electron por resonancia se produce si el period 7 de revelucién del mismo por la Grbita queda 174 Fuente de electrones Generador de alta frecuencia lance Fig. 20.1. Construccién det sinerotrén (en fomra esquenvitien) (oa mieten, disiribuides en el centro de la edmara anular, dejan pasar flujo magnétieo alterno, qe ascgnra ec! mecanismo betatrénico de seleceién de la energia en las elapas iniciales del proceso de aceleracién), invariablemente igual al periode 7» del campo de alta frecuencia. Esta condicién se cumplird si en el anillo de aceleracién la intensidad del eampo magnético ereciera de acuerdo con el incremento de la energia del electrén, en el proceso de aceleracién. No es difieil comprobar esto, expre- sando la conocida f6rmula para el periodo de revolucién del electrén en la forma an 6 = aH (20.1) donde € es la energia total de la particula. Supongamos que en cada vuelta la particula recibe un incremento de energia A€ constante; entonces, si el campo, magnético crece lineal- mente con el tiempo, la relacién @/# y con ella la magni- tud 7, quedaran invariables. Suponiendo T = Pap de la igualdad (20,4) obtendremos AG =< T4,AH, (20.2) donde A& y Ad son los incrementos, por periodo, de energia y de intensidad del campo magnético. Por otra parte, el incremento de enorgia se determina por la formula siguiente: Aé =e, cosg, (20.3) donde Uy es la amplitud de la intensidad aceleradora do alta frecuencia y , la fase de la particula. De este modo, la aceleracién sincréuica tiene lugar si la fase del electrén se determina segin la igualdad eT cos py = BU AH, (20.4) El valor do la «fase de equilibrion p, (o fase estable), como se ve de la férmula (20.4), depende de la velocidad de variacién del campo magnético y de la amplitud de la ten- sién de alta frecuencia. [1 valor de , se mantiene constante si la intensidad del campo crece linealmente con ol Liempa. Sefialemos que si lu energia del electrén es lo suficientemente grande como que su velocidad pueda ser considerada practicamente constante e igual a la de la luz, y si ademas se cumplen las condiciones citadas, se mantendra invariable no sélo el periodo de revolucién del electrén sino también el radio de suférbita. Si tenemos en cuenta que la eslricla condicién de sincre- nizacién arriba cilada no puede cumplirse durante todo el proceso de aceleracién incluso para una sola particula, a primera vista podria parecer que en ta practica el sincrotrén no trabajard. Pero, en realidad, uo se exige el exactly enmpli- miento tle esta condici6n. Como fue demostrado por Veksler on 1944 e independientomente también por MeMillan, pequefias desviaciones de la fase del electron con respecto al valor de equilibrio @, no aumentan con el tiempo. Esto significa que existe una estabilidad de fase, o sea que la fase del electréu realiza oscilaciones corca del valor de equilibrio g.. Con esto, le estabilidad de fase tiene lugar no sdlo en el caso de cimiento Lineal del campo, cuando el valor @s es constante sino también cuando qs no es constan- te*) pero el crecimiento del campo es sificientomente suave. Detengamonos un poco mas dotalladamente en la cuestién *) Como se ye de la [érmula (20,4) al conjuntu dade de valores de Typ , Uy yAH le vesponden dos valores de equilibriu de p,, que se diferencian entre si por el signo. Pero el cquilibrio estable tiene Ingar tnicamente para los valores positives de la fase py. 173 que so refiere a la maxima energia que pueden alcanzar los electrones cuando son acclerados por el método sineratré- nico, Cuanto mayor sea la energia para la que esta calenlado un sincrotrén, tanto mayor debera ser el radio de la érbita rp y lambién, por consiguiente, el radio del anillo magnético. Esta econdicién es comin para todos los aceleradores cicli- cos enyo micleo es un electroimén de hierro. En efecto, cuando B = 1 y conocemos el yalor de Ao, magnitud que no depende de las dimensiones del ciclotrén sino que sélo esta determinada por La propiedades magnéticas del hierre, To = kE\jim. Podria parecer, a primera vista, que el peso del hierro en el sincrotré6n también debe incrementarse on forma proporcional al primer orden de Ja energia final de electrones, por cuanto en el mismo se emplea un iman annular y con el aumento de la longitud del anillo debe crecer lincalmente la cantidad total de secciones del electroiman, de las cuales se monta el iman anulac. Esta conelusién se basa en la suposicién de que el anillo de un siacrotrén grande puede ser montado de secciones del mismo lamafio que las empleadas en el anillo de un ace- lerador pequefio. Mis adelante sera explicado el motivo por el quo Jas dimensiones de la seccién transversal de la cémara a vacio del sincrotrén deben aumentar en forma proporcio- nal ary. Debido a ello, Lodas las dimensiones de las secciones del iman de un sincrotroén grande (en primer lugar el anchu 6 del anillo magnético y Ja altura # del espacio entre los polos, ver fig. 20.2), deben aumentar tantas veces cnantas ro del cielotrén grande supere a ry del ciclotrén pequefio. Retornemos al problema referide a las dimensiones nece- sarias que debe tener la seecién transversal de la camara a vacio. Evidentemente ellas son determinadas por la ampli- tud de las oscilaciones radiales y verticales que efectian Jos electrones cerca de la 6rbita ideal. Existen dos tipos de oscilaciones: betatrénicas y radiales de fase (sincrotrénicas). En cl § 19 nos hemos referido al origen y caracter de las oscilaciones del primer tipo. Las oscilaciones sincrotréni- cas estan ligadas con el proceso de autopuesta en fase en el sincrotrén 0 sea, con las oscilaciones de fase alrededor del valor @,, de aquellos electrones que no estan en resonancia. Debido a las oscilaciones de fase se producen también (en el mismo momento) oscilaciones de la energia con respecto a la energia de los electrones en resonancia y, a su vez, las oscilaciones de energia provocan las oscilaciones del radio de la 6rbita alrededor del yalor ro. 174 Seccién del imén Camara a vacfo Fig, 20.2, Seccién del imén de! sincrotrén: b — ancho del anilie magnético; hy — allura del espacio entre 10s polos. Se puede demostrar que las amplitudes a, y @, de las oscilaciones betatrénicas son proporcionales a rp en un campo del tipo (19.8) cuando se cumple la condicién (19.9), para cierlas condiciones iniciales dadas. Por ello, si quere- mos impedir que los electrones acelerados se pierdan debido a su caida en las paredes do la cAmara, independientemente de la influencia de las oscilaciones radiales de fase, cs nece- sario tomar el semiancho radial de la seccién de la cimara Ar >a, y la semialtura axial de la seceién Az > a,. Es por ello que las dimensiones de la seecién de la cAmara deben ser aumentadas proporcionalmente a ro. Como resultado, el peso del hierro del electroimin del sincrotrén crece en forma aproximadamente proporcional al cubo de ro. En las instalaciones grandes el peso del hierro resulta colosal e inconmensurablemente allo cl costo del acelerador. De este modo, por motivos de tipo financiero, la energia limite que puede alcanzarse en la aceleracién es de unos pocos GeV. La ganancia con respecto al betatrén clasico no parece demasiado grande, pero lo que ocurre es que hasta el momento sélo nos hemos referido a los sincro- trones con enfoque «suave» (débil), en los cuales el enfoque radial y vertical se producen exactamente en la misma forma que en el betatrén. Entre tanto, en la mayoria de los 475 sincrotrones modernos se utiliza el principio de enfoque intenso, lo que varia la situacién por completo. Aclaremos lo dicho. El cumplimiento simulténeo del enfoque radial (nw <1) y del vertical (n > 0) del haz de electrones es asegurado por la desigualdad (19.9) impuesta al exponento del campo magnético 0 1 se peude asegurar un enfoque vertical intenso a costa del onfoque radial. Si a lo largo del anillo magnélico colocamos una serie alternada de seeciones magnéticas, en las cuales la intensi- dad del campo magnético crece o disminuye bruscamente por el radio, habremos creado un conjunto de lentes magné- ticas cuadripolares en el recorrido del haz electrénico. En el § 12 se analizaron las causas responsables de la accién de enfoque intenso (le este Lipo de sistemas. Queda muy poco por agregar. La frecuencia de las oscilaciones betatrénicas de clectro- nes, como se demuestra tedricamente, puede ser aumentada en decenas de veces mediante un enfoque intenso, en tanto que a, y @, disminuyen en esa misma cantidad de veces. En estas condiciones Lambién disminuye considerablemente Ja amplitud de las oscilaciones radiales de fase. Por esto, ‘en el sinerotrén con enfoque intenso no es indispensable una camara a vacio de gran seccién. Las secciones cel electroi- man, de acuerdo con las dimensiones pequefias de la sec- cién do la cimara, poseen dimensiones pequefias y el peso del hierro del iman sinerotr6énico crecera proporcionalmente al primer orden de la energia final de los electrones. Es asi que para los sincrotrones las posibilidades financieras per- miten elevar 50 veees el limite en la escala de energias (en vez de 1—1,5 GeV puede discutirse la posibilidad de cons- trucei6én de un sincrotrén de 50 GeV). A favor de los aceleradores con enfoque intenso estan no sélo la superioridad desde el punto de vista financiero sino también otras consideraciones «de principio». Como demuestra el andlisis, el cardcter estocdstico del proceso de pérdida de energia por radiacién del electrén provoca la intensificacién de las oscilaciones de fase del electrén. 176 Esto es lo que impide construir sincrotrones de enfoque débil para energia final de los eleetrones superior a 1—2 GeV. La unica posibilidad, para los sincrotrones caleulados para 6 6 10 GeV, consiste en la utilizacién de enfoque intenso. En la actualidad existen sincrotrones con energias de hasta 10 mil millones de electrén-voltios, En 1968 en E,U. fue puesto en funcionamiento el sinerotrén mas grande, que acelera electrones hasta 10 GeV y que, por supuesto, es también de enfoque intenso. El mayor sincrotrén de enfoque débil acelera electrones hasta 1,5 GeV {nos referimos al sincrotrén «Sirius» en el Instituto Politécnico de Tomsk), Microtrén El ciclotrén electrénico o microtrén se emplea para ace- lerar electrones hasta energias de varias cdecenas de MeV. A diferencia del sincrotrén, en el cual la energia que el electrén adquiere en una revolucién es pequefia en compara- cién con la energia final de las particulas, el incremento de energia que recibe eb electron cada yez que atraviesa el campo acelerador en el microtrén, es del orden de su energia en reposo >. De este modo, a diferencia del ciclotrén comin, el microtrén es un acelerador de particulas relati- visticas. Las particulas se mueyen en el microtrén por un conjun- to de circunferencias con un punto comin de contacto, en el cual se halla ubicado el resonador de aceleracién (fig. 20.3). Los eleetrones se mueven en el campo magnéticv continuo y uniforme /f, por lo tanto, el tiempo de revolucién de una particula con energia € se determina segiin la formula T = 2n€leHe. Cada vez que el electron atraviesa el espacio acelerador del resonador su energia se incrementa en Aé y, por consignien- le, su tiempo de revolucién aumenta en AT = 2nA6leHe = Tire que es igual a un periodo del campo acelerador de hiperire- cuencia Tyr, gracias a lo cual la sincronizacién de la acele- racién se conserva. Como puede comprobarse facilmente, la longitud de cada 6rbita es mayor en una longitud de onda 2% = eTne del campo acelerador que la longitud de la érbita precedente, ya que las particulas se mueven con velocidad muy cercana a la de la luz. Por regla general los microtrones 12-022 177 — resonador de acele= 1 — gnia de ond ai de las particulas, masnéticn para Ja si Fig, 20.3. Rsquema del mnieratré raeién con emisor, 3 — cana trabajan en la gama de ondas radioeléctricas (herlzianas) 40-centimétrieas. En este caso, el valor del campo magné- tico H y el incremento de energia por revolucién estin relacionados de la siguiente forma: donde Hy = 1070 Oe es el campo ciclolrénico con f = = 3000 MHz de frecuencia del campo acelerador, &) = = 544 keV es la energia del electrén on reposo. De este modo, luego que el electrén haya atravesado el resonador NV veces, su energia sera igual a En= NA. Comtinmente se elige N = 20—30 y la magnitud A€é= = (1 + 2)&, por consiguiente, la energia de las particulas aleanza ~30 MeV. 178 La intensidad del flujo de particulas aceleradas es deter- minada por el proceso de inyeccién. Las particulas son introducidas en el régimen de aceleracién por medio de métodos similares al empleado en el ciclotrén. En la pared del resonador, que es una caja plana, va colocado un pequeiio emisor. El-fuerte campo eléctrico del resonador arranca electrones de la superficie incandescente del emisor. Las particulas, deseribiendo wn arco dentro del resonador, adquieren una energia determinada y salen de la zona de accién del campo cléctrico. Precisamente en el proceso de inyeccién es cuando se deja sentir nuevamente la particula- ridad del microtrén: las intensidades de los campos magné- tico continuo y oléctrico en el resonador son del mismo orden fo que simplifica muchisimo la introduccién de parti- culas en las érbitas. Dos factores aseguran Ja estabilidad del movimiento de Jas particulas durante el proeeso de aceleracién. En primer lugar, trabaja el mecanismo de estabilidad de fase: los electrones atraviesan el espacio acelerador en momentos en que, en el mismo, el campo eléctrico disminuye o sea que la fase de equilibrio de las particulas en aceleracién es positiva. Asi, los electrones con energia demasiado elevada y que, en consecuencia, han quedado desincronizados, pierden mas tiempo al Lener que recorrer una espira més larga de la trayectoria por lo cual llegardn con retraso al espacio de separacién, reeibirén un A€ menor y su fase comenzara a regresar al valor de equilibrio. En tanto quo los elec nes con cnergia insuficiente Iegarin antes y recibiran una porcién elevada de energia o sea que, también en este caso, funciona el mecanismo automatico que compensa las desviaciones de la sincronizacién. En segundo lugar, el enfoque transversal del haz se realiza durante el proceso de aceleracion. Aqui no influye Ja accion de enfoque del campo magnético, que dentro de la edmara del microtrén es wniforme, sino Ja accién del campo heterogéneo de alta frecuencia del resonador (fig. 20.4). En efecto, como el campo disminuye con el tiempo debido a las condiciones de estabilidad de fase, al atravesar la abertura de entrada del resonador el electrén se enfocara mas intensamente que al salir del mismo. De este modo, el movimiento de los electrones resulta estable tanto en el tiempo (en direccién longitudinal) como en el espacio (en direccién transversal). Esto Neva a que el haz de electrones tome la forma de ciimulos compactos que 179 12* ZI OA Sq ( Saw? TX SAN Se = a ae | | orm 4.4, Tdneas de fuersa del campo eléctriee on cl resonador de: WINNS | PANS SS poseen pequefia dispersién por onergias. Las particulas salen del microtrén sin dificultad, a través del canal magné- tico que apantalla al campo magnético en las inmediaciones de la Gltima érbita. El paso entre las orbilas es constante, siendo para 4 = 10 om igual a A‘ ~& 30 mm. Cominmente el resonador del microtrén es excitado mediante magnetrones o klistrones con cientos y miles de kilovatios de potencia. Es por ello que los microtrones trabajan en régimen impulsional con el enal, para una frecuencia de repeticién (cadencia) de varias cerntenas de ciclos por segundo, Ja duracién de los impulsos es de 2—3 ps. Asi, la potencia media del microtrén es habitualmente 1000 veces menor que la instantanea. La energia de las partfculas puede ser yariada en forma gradual dentro de grandes limites, mediante la variacién del campo megnético y del incremento de energia por revolucién. El imdn del microtrén es sencillo y compacto y generalmente esta unifi- cado con la cdémara a vacio. El bombeo del microtrén se efectéia mediante bombas a descarga iénica, que se encuentran en el campo magnético del acelerador. 180 Hallan cada vez mayor utilizacién, gracias precisamente a su simplicidad, los microtrones pequefios de 10—30 MeV de energia que son fuentes de electrones rapidos muy conye- nientes y compactas. La presencia de un solo resonador a través del cual pasa repetidamente el mismo haz de par- ticulas, es la superioridad fundamental que presenta el microtré6n en comparacién con el acelerador lineal. En el acelerador lineal, en cambio, los resonadores estén colocados en serie. Con esto aumenta la complejidad del acelerador pero, al mismo tiempo, permite obtener particulas con muy alta energia. Asi, el acelerador lineal SLAC (E.U.) en una longitud de 3 km acelera electrones hasta 22 GeV. Esta enorme maquina consta de 900 secciones idénticas, en cada seccién de 3 m de longitud las particulas adquieren 25 MeV de energia. Debido a las complejas condiciones temporal-espaciales del movimiento de los electrones en el campo del iman y del resonador, la mayor cantidad de espiras en el microtrén puede ser de N ~ 50—70 por lo cual la energia limite de las particulas esta reducida a 50—70 MeV, ol flujo de particulas aceleradas alcanza Jos 100 mA en el impulso o sea los 100 A en términos medios. Presentamos como ilustracién los datos del microtrén que funciona en el Instituto de Problemas Fisicos (en Moseti): Cantidad do érbitas . 2 2 ee. iM se 30 Knergia final . . se eee ea s6ase ee 30, MeV Flujo en eb impuls ey eal a eiopcdeie Oeian aie 80 mA Potencia suministrada al resonador . . . see 3 MW Didmetro de la camara 2... ee «eee ee 11000 mm Didmetro del it sone eee es 1500 mm Junto con los microtrones ya descritos en la actualidad se construyen aceleradores grandes, basados en el mismo principio. E] estado actual de la técnica de hiperfrecuencia, cuando existen generadores de cientos de kilovatios de hiperfrecuencia de potencia, ha hecho posible la construc- cién de microtrones de accién continua. Un acelerador semejante al ciclotrén pero de accién continua, con corriente de 4—2 mA debe dar un haz continuo de electrones de gran potencia. Prosigue la proyeccién y construccién de micro- trones complejos, en los cuales los imanes estan divididos en dos partes y en el] largo espacio que los separa va ubicado un acelerador lineal que es utilizado repetidamente. En ese 184 microtrén complejo, con el empleo del acelerador lineal superconductor, se calcula obtener energias de hasta 500—600 MeV para un flujo, en términos medios, de~1 pA. Fasotrén Veamos ahora cémo evolucioné el desarrollo de las instalaciones destinadas para la aceleracién de particulas pesadas. En el ciclotrén, como ya hemos sefialado anterior- mente el aumento de la energia limite de las particulas es obstaculizado por el crecimiento relativistico de la masa. La utilizacién de la tensién de alta frecuencia variable permite superar esta dificultad. La frecuencia debera variar durante el proceso de aceleracién de acuerdo con el crecimiento de la masa de las particulas. Cumpliéndose esta condicién, la fase de la particula quedara constante ul oscilara dentro de los limites permisibles. El concepto de «energia lintites desaparece y la obtencién de iones con varios cente- nares de megaelectrén-voltios de energia no se ve ligada a la necesidad de crear entre los electrodos en D una tensién con amplitud extraordinariamente alta. El principio de estabilidad de fase de Veksler y MeMillan es valido para estos sistemas, que se denominan fasotrones (sincrociclo- trones). Asi, la diferencia basica entre el fasotrdn y el ciclotrén consiste en que la frecuencia de la tensién aceleradora en el primero varia periddicamente. Debido a ello, exactamente como en el sincrolrén y, en general, en Lodos los aceleradores con estabilidad de fase, el trabajo del fasotrén tiene cardcter discontinuo. Al proceso de aceleracién en el fasotrén, se incorporan periédicamente aquellas particulas que inician su movi- miento durante un breve lapso de tiempo. Este ultimo se acerca, por su duracién, al valor de la frecuencia correspon- diente a la resonancia de las particulas con masa no relati- yistica, es decir, cuando @9 = qHimec, (20.5) donde w es el valor inicial de la frecuencia del generador de alta frecuencia, Para cada uno de esos grupos de parti- culas el proceso de aceleracién termina cuando la frecuencia decrece hasta valores del orden de @ = gH!me (20.6) 182 Fig, 20.5, Aspecto exterior del fasotrén de 680 MeV (Dubnd). y la particula alcanza la periferia de la pieza potar. La yelacién con la energia alcanzada por la particula en la etapa final de la aceleracién se expresa por la férmula o = qHcl€im (20.7) La variacién periédica de la frecuencia segiin la ley dada se consigue introduciendo en el cireuito resonante de la cdmara un condensador, cuya capacidad se varia periddica- mente por medio de un dispositivo mecanico. Inmediatamente después del descubrimiento de Veksler y McMillan, para la obtencién de iones con energias -que superen mucho a la «cumbre» impuesta por el método del ciclotrén, la técnica de aceleracién sé orienté a la cons- truccién de fasotrones. Se construy6 un gran nimero de fasotrones de grandes dimensiones en los que las investiga- 183 ciones relacionadas con la fisica de los mesones y la fisica de las particulas elementales tuvieron un gran desarrollo. Uno de los fasotrones mds grandes, actualmente en funciona- miento, fue montado en 1950 en el Instituto Unificado de Investigaciones Nucleares de Dubna. En la fig. 20.5 puede verse su aspecto exterior. En este acelerador se obtiene un haz de protones con hasta 680 MeV de energia. El cardcter discontinue de trabajo del fasotrén haee que en el mismo el flujo medio del haz sea pequefio; asi, en la cAmara a vacio el flujo medio del haz no supera los pocos microamperios. E] principal defecto de los fasotrones es precisamente el flujo del- haz comparativamente pequefio. Es esto lo que incité a los fisicos a volver a una vieja idea expresada por I. Thomas ya en 1938. Nos referimos al llamado ciclotrén isocr6énico o ciclotrén con variacién acimutal del campo magnético. A pesar del crecimiento relativistico de la masa, el periodo de revolucién del ion en este acclerador cs cons- tante. Por ello, en principio, no se produce desfasaje. dol jon, no existionde en consecuencia el concepto de «energia limites en el sentido que tiene el ciclotrén clésico (no obstante también en el ciclotrén isocrénico existe una ener- gia maxima posible, pero la misma aleanza a 0,8—1,0 GeV). A mediados de tos afios eincucuta cominenza la apari de cada vez mayor cantidad de trahi tedricos y experi- mentales relacionados con el cielotrén isocrénico. Kn muchos paises comenz6 entonees una nueva elapa caracleri- zada por el desarrollo impetuoso de la construccién de ciclo- trones, existiendo en la actualidad varias decenas de ellos. EL cielotrén isocrénico moderno es wn acelerador univer- sal en el que la energia (de las particulas puede variar gra- dualmente y en un amplio intervalo, lo que no es posible, por lo general, en el caso del ciclotrén clasico. También es muy amplia la variedad de particulas aceleradas; si se desea, en estas instalaciones pueden acelerarse protones, deuterones, particulas a, iones He*, Li‘, Cl", etc. La resolucién disefio-estructural del ciclotrén isocréni- co adopta las mas variadas formas, perteneciendo a este tipo de instalaciones tanto los aceleradores con electroiman en forma de E, parecido al del ciclotrén, como los acelera- dores con sistema magnético anular. Tanto la teoria como todo lo ligado com su resolucién en la practica son en el caso del ciclotrén isocrénico incomparablemente mas com ple- jos que en el clasico. 184 Los ciclotrones isocrénicos mds grandes actualmente en funcionamiento pueden acelerar protones hasta 80—100 MeV y en los proximos afios se pondran en funcionamiento ciclo- trones de 500 MeV. El flujo del haz obtenido alcanzara 100 WA. Sincrofasotrén La construccién de fasotrones para acelerar protones a energias mayores a un mil millones de electrén-voltios es irracional por una serie de causas de tipo técnico y fisico, entre las cuales s6lo sefialaremos el rapido aumento del peso y costo de la instalacién con el crecimiento de la energia. Combinando Jos principios basicos del ciclotrén y del fasotr6n puede obtenerse un nivel energético mas elevado. Aquellas instalaciones que se basan en la aplicacién de esta combinacién IHevan el nombre de sincrofasotrones. En este sistema los protones son acelerados en el espacio de separacién del electroiman anular con campo magnético alterno, utilizindose en la aceleracién la tensién de alta frecuencia modulada. En el transcurso de un ciclo de aceleracién, la intensidad del campo magnético de gufa crece desde cierto valor inicial (Hy = 200 Oc) hasta el valor final (Aim & 15 kOe) apro- ximadamente por la ley lineal H()= Wy A ban. La duracién de este proceso y, en consecnencia, de la acelera- cién de las particulas es de 1—3s. Al mismo tiempo, la fre- cuencia de la tensién aceleradora también crece por una ley determinada. Si dentro de ciertos limites la ley de cre- cimiento de H (/) puede considerarse arbilraria, la eleccién de la funcién A (¢) determina, ya en forma estricta, la ley de variacién de la frecuencia. En otras palabras, si HW es una variable independiente, w en cambio es funcién de H y esa dependencia debe ser estrictamente respetada. La desviacion de o (H) con respecto a la ley exigida Neva al desplaza- miento de la érbita de equilibrio respecto al radio caleulado ro lo que trae como consecuencia que algunas particulas con oscilaciones radiales de gran amplitud comiencen a perderse como resultado de su incidencia en las paredes de la camara a vacio. La coordenada radial ecalculada para la érbita de equilibrio se halla en el centro de la abertura de la cAmara a vacio. 185 Como se ve do la formula T = Lie + “L/Pe (la longitud de la 6rbita de equilibrio £ es constante para el sincro- fasotrdn dado), el margen exigido de variacién de la fre- cnencia de) campo acelerador es determinado por Ja relacién B/By; pero como en los aceleradores grandes B practicamente no se diferencia de 1, es determinado simplemente por fig, es decir, por la energia de inyeecién. Gominmente, durante el tiempo de aceleraci@u la frecuencia crece 5—10 veces y en las instalaciones mds grandes, menos atin, ya que en ellas se emplea energia de inyeecién muy alta. Se ha desarrollado una serie de inteligentes sistemas afin de observar la ley w (4) con la exactitud necesaria; los mismos incluyen captadores de intensidad del campo magné- tico en Ja érbita, captadores de la posicién del haz con respecto al centro de seccién de la cimara, sistemas de reaccién y métodos precisos para la correccién rapida de la frecuencia de las oscilaciones generadas por generadores de alta frecuencia modulada. Este sistema de alta fre- cuencia representa la parte mds compleja y delicada del sincrofasotrén. En los sincrofasotrones, por regla general, séJo se aceleran jos protones. El prolén pasa por varias etapas de aceleracién: luego de la fuente idénica se acelera en ef acelerador do alta tensién aproximadamente hasta 1 MeV (cl llamade inyector externo), tras lo cual es introducido en el aceferador lineal de resonancia, donde es acelerado hasta 5—10 MeV y sélo luego de ésto es introdu- cido en la edmara anular del sincrofasotrén. Como ya se ha explicado anteriormente, a cuenta de la utilizacién de un enfoque intenso puede [ograrse la disminu- cién esencial del peso del electroiman del sincrofasotrén. La posibilidad de proyectar y construir aceleradores anulares de protones a decenas y centenares de GeV aparecidé sélo después del descubrimiento ded principio del enfoque intenso. El primero de estos sincrofasotrones, de 28 GeV, fue puesto en funcionamiento en 1960 en el Centro Europeo de Inves- tigaciones Nucleares (CEIN) en los alrededores de Ginebra. - EI peso del hierro es de 3000 t, la apertura de la camara de 146 x 70 mm, la intensidad del haz de 10° protones/im-- pulso, Sefialemos que para construir un sinerofasotrén de enfoque débil con estos mismos paradmetros se habria consu- mido mds de un millén de toueladas de hierro. A fines de 1967, en el sincrofasotrén de enfoque intenso del Instituto de Fisica de Altas Energias en las inmediacio- nes de Sérpujov, se obtuvo un haz de protones con _76 GeV 186. 76 GeV (core meal en Lit 70 Hox), (on la fotoneratia pueden tories desde eb del electroiman. las conexiones del sistema de Gptice entrada de los ones en la camara anu clectrostaticos de desviacién, que asexucan el traslado de los protones a la drhita anular: ana ediara de teleeision) de energia. Sus pardmetros bdsicos son: ry x 230 m, L = 1,5 km, el peso del hierro @ 20000 L, la energia de inyeccién ~100 MeV. La intensidad es de 10! protones/im- 187 pulso para una frecuencia de repeticién de los impulsos (cadencia) proténicos de 7,5 s. La fig. 20.6 da una idea acerca del sistema magnético anular de este acelerador*). § 21. Aceleradores con haces encontradizos de particulas Al discutir las perspectivas del desarrollo posterior de la técnica de aceleracién debe tenerse en cuenta otra cit- cunstancia importante. El estimulo fundamental que obliga a los fisicos a tender a elevar la energia final de las particulas aceleradas consiste en que con el aumento de la energia aparece la posibilidad de estudiar la interaccién entre las particulas, a distancias cada vez menores y en lapsos de tiempo cada vez mas breves. En esas condiciones se observa la produecién de un par de particulas y antiparticulas (por ejemplo, de protén y anti- protén o de nentrén y antineutrén), se hace posible sondear Ja estructura interna de las particulas elementales, etc. La particula acelerada, en un esquema tradicional del experimento nuclear, bombardea un blanco inmévil. Pare- ceria a primera vista que, de acuerdo con la ley de Einstein, la energia cinética de la particula incidente, cuando se pro- duce la colisién, puede ser utilizada por completo, para el aumento de la masa de los productos de reaccién. En particular, para la produccién del par protén— antiprotén habria sido suficiente acelerar la particula incidente hasta energia de 22 GeV (la energia total en reposo del p yp). Lamentablemente, esto no es asi. Al exigir el cumplimiento de la ley de conservacién de la onergia no debe olvidarse la ley de conservacién del impulso. Incluso en el caso més conveniente, es decir, en el caso de una colisié6n frontal, en el que no es necesario comunicar energia comple- mentaria a los productos de la reaccién para su movimiento transversal, las particulas en interaccién y nuevamente originadas deben leyar el impulso inicial, deben moyerse hacia adelante, en el sentido del movimiento de la particula incidente, Para crear este movimiento debe consumirse una parte nada pequefia, como veremos mas adelante, de la energia cinética originaria. *) En la primavera de 1972 en E.U. (Batavia, Ilinois) entrd en funcionamiento jun. sincrofasotrén con enfoque ‘intenso que da haces de protones.con.200 GeV de energia. 188 Detengimonos mas detalladamente en este problema. Por supuesto, todos los cdleulos deben ser realizados sobre la base de las férmulas de la mecdnica relativistica. Supon- gamos que la particula con masa m,, que posee impulso py, choca con una particula en reposo de masa ms. La energia total 6 del sistema antes de la colisién esté compuesta por las energias totales €; y 6, de ambas particulas (escribimos las formulas en el sistema de coordenadas de laboratorio): 6=614-82=V pier + macht. mae. (24.4) Antes de la colisién, el impulso del sistema es determinado por cl impulso de la particula incidente (la segunda parti- cenla osté en reposo y pz = 0) p= Dp. (21.2) Designemos por :V¥ la masa resultante en reposo del sistema luego de la colisién y por €’ y p’, respectivamente, la ener- gia y el impulso resultantes. Supongamos que la colisién es central, es decir, que la componente transversal del impulso es mila. Entonces, las leyes de conservacién de la energia y del impulso = s, p=p' (21.3) dan V pre? —mict | myc? = pie? - Met. (21.4) Elevando al cuadrado y efectuando las simplificaciones evidentes, tenemos: (Me)? = (mye? ~ (mae? Amyct&,. 21.5) Esta altima férmula permite hallar 47 y, por consiguiente, el incremento probable de la masa de los productos de la reaccién para valores dados de my, m, y &4. En el caso mas sencillo, cuando las particulas que chocan tienen igual masa; my =Mg=m se obtienen resultados muy claros. La igualdad (24.5) en este caso se expres: Me* = V ime (met FB), (24.6) 0, designado por €, la energia cinética de la particula inci- dente, obtenemos Mc? = V Imc? Qme* + €,). (21.7) 189 La parte @ de la energia cinética que puede ser transformada en masa en reposo se determina segin la formula: Mc2—2me2 __— Vi (B_P2me?) —1 © 6 .f2mce (21.8) De esta f6rmula se infiere que para valores pequefios de € /2me* cerca del 50% de la energia cinética se la puede transformar en energia en reposo. Con el aumenta de 6 a@ tiende a cero, decreci¢ndo como € 7". Volvamos al ejemplo de produccién del par protén— antiprotén, cuando chocan dos protones, éCual deberd ser la energia cinética «le umbral» de) protén incidente para que como resultado de toda colisién se praduzca un par p, p?- fn el caso dado Mc? = 2mc? -+- 2mc? = 4ntc* y la f6rmula (2.7) nos da 6. = 6me* = 5,6 GeV. De este modo, sélo un Lercio de [a energia acumulada se con- sume en la produccién de las nuevas particnlas. En la fig. 21.1 se muestra en escala logaritmica la relacién entre la onergia cinélica acumulada por el prolén y la cantidad de energfa disponible para su transformacidéu en energia de masa en reposo (nuevas particulas, excitacién interior). Como vemos, al pasar al campo de energias muy altas la situacién es muy poco consoladorn. Con el uso del principio de los haces encontradizos © sea del blanco mévil se abre una perspectiva completamente nueva. Consideraremos, como antes, que las masas de las particulas que chocan son iguales. La ley de conservacién del impulso, en este caso, no impone ninguna limitacién a la transformacion de la energia, el impulso inicial del sistema es igual a cero y ante las condiciones «de umbraly toda la energia cinética acumulada por las dos particulas que chocan puede ser transfarmada en energia de masa en reposo. E} sistema de coordenadas de laboratorio coincide con el sistema del centro de inercia; ante las condiciones «de umbral» los productos de la reaccién quedan practica- mente inméviles; a diferencia de lo que sucede en el caso del blanco inmévil los productos de la reaccién en vez de salir yolando juntos hacia adelante se separan bajo 4ngulos grandes. La deduccién formal de la posibilidad de empleo 190 Mc*_2me> eV 10"? 2 10"! 19) 19" 108 10° 10° 10" 10" to’ 10 49'? toe E. ev AL Relaciin © Ja enersia acumubida por el protén , y la energia Para su CransformaciGn en Maus en reposa, total de la energia cinética, ante la colisidém de dos parti- eulas idénticas que vuelan una al encuentro de la otra, se obliene de las siguientes igualdades €—@’, (24.9) es decir, 2Qme* |- 2B, = Me, (24.40) Eo = Me® — 2mec®. (24.41) Nada se da regalado; en el acelerador con haces de parti- culas encontradizos puede resullar muy pequeia lasalida de productos de la reaccién, debido la densidad insignificante del blanco mévil (el haz que va al encuentro) en comparacién con Ja densidad del blanco macizo comin {la diferencia es de 17 érdenes de magnilud en el caso lipo). Ksta dificultad puede superarse obligando a los haces a pasar varias veces uno a través del olre o aumentando el flnjo en los haces y disminuyendo sus dimensiones transversales. Ademas de la difieullad sefialada que obstaculi la vealizacion de un acelerador que trab: acon haces encontra- 191 Vista por A Pie: vemn de la instalacién VEPP-2 con haces encontradizos: 7 — inyee~ tor: ¢ —"sinerotrén de 200 MeV; 3 — lentes de fous corto; 4 — convertidor (placa de hingstene en la que se produce la formaciéu de positror — anilla de alma~ venamionto; 6 — imanes deftectores; 7 — lentes Cuadripatares. dizos existe otro peligro grave que es la inestabilidad rela- cionada con la Hamada interaccién haz-haz. Cuando dos haces se encuentran, el haz mas fuerte destruye al menos intenso. Este fenémeno, no obstante, fue estudiade en forma experimental, habiéndose hallado su explicacién asi como los medios de Incha contra oe] mismo. A pesar de la aparentemente fantastica complejidad de la idea expresada, ella es llevada a la prdctica con todo éxito. Se han desarrollado sistemas de inyeccién, acumulacién, traslado y enfoque de los haces acelerados. Se han consttuido aceleradores con haces encontradizos electrén-electrén (de 2 X 130 MeV de energia) y clectrén-positrén (de 2 x 3,5 GeV) y en ellos se realizan experimentos. En la fig. 21.2 presentamos el esquema de la instalacién VEPP-2, construida en el Instituto de Fisica Nuclear ep Novosibirsk. En la fig. 21.3 puede verse el aspecto exterior de este sistema. 192 Fig. 21.3. Aspecto exterior del acelerador VEPP-2. En el CEIN fue construido un acelerador con haces encon- tradizos protén-protén de 2 x 25 GeV de energia. La energia de colisién es de 50 GeV. Si quisiéramos obtener la misma energia de choque bombardeando un blanco inmévil de hidrégeno mediante un haz de protones, los protones debe- tian ser acelerados hasta energias de +1400 GeV = 1,4 TeV. No obstante, muchos experimentos de la fisica de altas energias no pueden efectuarse en la instalacién con haces encontradizos. Por ello sigue siendo actual la tarea de construccién de aceleradores de superaltas energias. En el futuro, la fisica de altas energias empleard tanto las insta- laciones con haces encontradizos como los aceleradores de superaltas energias, paradéjicos que parezcan, con blancos imnéviles. 13-022 Capitulo V Movimiento en el campo de carga puntual § 22. Dispersién de particulas cargadas en el campo de Coulomb. La f6rmula de Rutherford En los capitulos precedentes hemos estudiado ef comporta- miento de las particulas cargadas en los campos eléctricos y magnéticos exteriores, a los que supusimos dados como funciones de las coordenadas y el tiempo; el problema rela- cionado con la interaccién de las particulas aisladas entre si fue dejado a un Jado, mientras que el andlisis de las leyes de interaccién entre las particulas es la base de la fisica atémica moderna. Tratatemos de compensar en parte la falta sefialada y aclarar Jas reglas que rigen los actos ele- mentales de interaccién entre las particulas para el caso mis sencillo, cuando éstas pueden ser consideradas cargas pun- tuales entre las cuales acttian fuerzas de atraccién o de repulsién. Por vez primera la fisica tropezé con la necesidad de analizar estos procesos como consecuencia de los resultados que Rutherford obtuviera en sus experiencias de dispersién .de particulas «, habiendo constituido este andlisis un esla- b6én fundamental para la formacién de las ideas modernas acerca de la estructura de los dtomos. Dentro de los limités de la fisica cldsica, el problema relacionado con el movimiento de una particula cargada en el campo de otra carga, es andlogo al conocido problema de la mecdnica celeste acerea de) movimiento de un planeta en el campo de una estrella central. De acuerdo con las con- diciones iniciales la trayectoria estudiada del planeta es 194 A Fig, 22.4, Trayectoria do una partfeula en el campo de un niiclen: OA y OF — ‘asintotas, 9 — Angulo de dispersién; b — pardmetro de colisiGn. una curva plana de segundo orden: una elipse o una paré- bola. La particula de un signo determinado, durante su movimiento en el campo de otra particula inmévil de signo contrario, deberé describir una trayectoria andloga. Las fuerzas de Coulomb, semejantes en este caso a las gravita- torias, resultan fuerzas de atraccién, y el cardcter idéntico de la relacién de las fuerzas con respecto a la distancia lleva a que coincida la geometria del movimiento. Si el signo de las cargas es igual y ellas se repelen, el andlisis del movi- miento se realiza por un esquema similar y lleva nuevamente a una trayectoria plana, en este caso, una hipérbola. Supongamos que a la carga puntual en reposo q,, que posee la masa J, se acerca otra carga puntual g, del mismo signo y con masa m. Ademds supongamos que M >> m; ejemplo: el niicleo de un dtomo pesado esté en reposo y sobre él incide una particula «. Puede considerarse, entonces, en primera aproximacién que el movimiento de la particula tiene Iugar en el campo de una carga puntual inmédvil 0, en otras palabras, que se observa un proceso de dispersién bajo la accién del campo de Coulomb por un centro inmévil. Designemos .al pardmetro de colisiédn con la letra b (fig. 22.1). Es facil comprender que la trayectoria de la particula debe ser simétrica con respecto al eje Ox, que une el centro de dispersién con el punto de mayor aproxi- macién de ambas particulas (reversibilidad mecanica), 4195 13" Determinemos la yariaeién total del impulso de la particula como resultado del proceso de dispersién: 1° Ap= j Fat; (22.1) aqui /° es Ja fuerza de Coulomb. La fuerza #, en un punto arbitrario de la trayectoria, puede ser descompuesta en sus componentes F, y F, paralela y normal, respectivamente, al oje Or. Observando los puntos que estin ubieados en la trayectoria simétricamente con respecto al eje, puede com- probarse que para cada par de tales puntos Fy) = Ff y F; —F}. Por ello, Ja componente /, no ejerce ninguna influencia en la variacién del impulso, es decir, al calcular Ap es suficiente considerar el efecto producido por la compo- Dente J. Entonces ste oO 0 Ap= J Ft2 { Feospdt=2 { U&cos@adt. Pasando de la integracién por el tiempo a la integracién por el Angulo obtenemos eee (22.2) > Cuando el movimiento tiene lugar en el campo de fuerzas centrales, el momento de cantidad de movimiento se con- serva, es decir, 2 2 cons Poa =consl. Para hallar el valor de esta constante supongamos que la particnla se encuentra lejos del centro de dispersién, a la izquierda del mismo y posee velocidad inicial v (fig. 22.2). En este caso dl_vsenfdt , dp _vsenp, 7 F at dp= por consiguiente rir sen f const =r? ae = =vb. Entonces, aplicando la férmula (22.2) obtenemos que Ap= 2qun. 2 . (22.3) 196 Fig. 22.2. Relaciones geométricas para la determinagién daly momento de cantidad de movimiento: AB-ds» df, BC-dl-ds sen B —r do; b =r sen B. Designando, por otro lado, con 6 al angulo de disper- sién (el Angulo entre las asintotas de la trayectoria hiper- bélica) y recordando que la magnitud absoluta del umpulso es el mismo antes y después de la colisién, de acuerdo con el caracter cléstico de la interaccién, tenemos (fig. 22.3): Ap=2psent. (22.4) En esta misma figura se ve claramento la relacién entre los dingulos 6 y qy,: 24, +90=n. Comparando las expresiones (22.3) y (22.4) abtenemas la formula buscada para el angulo de dispersién: 0 qas 97 5 Sa moth * (225) En el caso de producirse una colisién frontal (6 = 0), la particula regresara por el camino anteriormente recorrido; a la dispersién en 90° responde el pardmetro de colisién + SGU (22.6) por ello, la férmula anterior puede expresarse asi: tet by Ih. (22.7) Las férmulas que hemos deducido serdn utilizadas en el capitulo siguiente durante el andlisis de la conductibilidad del plasma, en tanto que ahora los resultados obtenidos se 197 Fig, 22.3. Variacién del impulso con la dispersién (cl valor absoluto de pr se conserva), aplicarén al caso de la dispersién de las particulas « por ntcleos de Atomos pesados. Los experimentos de dispersién de partictlas a, como se sabe, en st tiempo jugaron un papel decisivo en la fundamentacién del modelo nuclear del atomo. El parametro de colisi6n & no puede ser determinado direclamente en forma experimental. Por ello, es conveniente transformar las expresiones obltenidas para el Angulo de dispersion en férmulas que sean cOmodas para la compara~ cién con el experimento. Digamos que un haz de particulas a con intensidad N partic./em? ineide sobre una delgada lami- nilla, de una sustancia con gran nimero de orden Z; mate- riales apropiados para ello son la plata, el platino, el plomo, el oro. Designemos con n la cantidad de mieleos que caben en { em? del blanev. Como la laminilla es delgada, la mayo- ria de las particulas @ pasard a través de ella sin variacion de su velocidad ya que son despreciablemente pequefias las pérdidas de energia debidas a la transmisién de energia a los electrones. Designemos por dN/N aquella parte do particulas a que, como resultado de la dispersién por los nucleos, sufren una.desviacién angular en el intervalo desde 8 hasta 9 -+ d® (fig. 22.4). Para una velocidad dada de la particula a y una carga determinada del nicleo, dentro del cono hueco de dispersi6n con abertura (8, 0 + d6) caerdn aquellas particulas a que sufrieron la dispersién correspon- dliente a los valores del pardémetro de colisién pertenecientes 198 ae Haz de parti- culas a Laminitla . Dispersion de partfcuias cen la laminitla, Se ha desta de dis 110). ide el cone sp m con ahertura (0, 0 al intervalo de 6 a (b + db). Esto significa que del flujo fundamental de particulas, en la direccién da sera dis- porsada la parte d/N igual a la retacion de las areas de los anillos Lrazados alrededor de cada nieleo (fig. 22.5), con respecto al sirea de la seceién del haz (1 m2). De este modo, Ch as 4 Rr pe 2a db, hora del parametro de colisién b a los angulos ; reemplazando en la igualdad precedente los valores para b y db hallados empleanda la formula (22.5), obtendremos aN (2B) “ 5 (012) 4g ( me} “Senet (Oya) 3) Mucho mas conveniente es referir el niimero de particulas dispersadas a la wnidad de Angulo sdlido dQ. Como puede verse en la fig. 22.4, la abertura del cono de disper respondo al dngulo sdlido dQ — 2x7 sen) 2 & fa sen cos re De donde, la formula (22.8) puede expresarse en la forma aN ¥ n 4 : yr cosee! 2 ao. (22.9) 109 Fir. . Dispersién con parametro de col In parte de particulas wy. nen 1 intervalo (b. h - db) sufre Bath db-n, Para las particulas a, q, = 2e. Tomando que la carga del nicleo qy — Ze (inesetros anticipamos el resultado del experimento!) e indicando con £, la energia cinética de la particula a. obtendremos en definitiva que: aN n WN cosec! aa. (22.10) [sla es precisamente la renombrada f6rmula de Ruther- ford. As' cl modelo nuclear del dtomo es verdadero y si a pequefias distancias la ley de Coulomb sigue siendo valida, la cantidad de particulas dispersadas debera disminuir con Trapidez, tanto con el atmento del iingulo de dispersion como cose!) como con el crecimiento de la energia de la particula a (como £:), y por otra parte, debe crecer en forma proporcional al cuadraclo de la carga de los nicleos, por los que ocurre la dispersién. Todas estas afirmaciones fueron comprobadas experimentalmente. Ademas, las experiencias de dispersién fueron utilizadas para la determinacién expe- timental de Z, En la fig. 22.6 podemos ver claramente el esquema de los experimentos realizados por Geiger y Marsden (en 1913). Como fuente de particulas a se utilizé uma ampolla con rad6n; la cantidad de particulas dispersadas fue determinada computando directamente ef ntimero de centelieos aparecidos 200 Microscopio Pantalla Ampolla con radén Laminitia os de Geiger y Marsden Fig, 22.6, Esyuema de tos exper en una pantalla fluorescente semitransparento de sulfuro de zinc. La observacién se realiz6é desde detras de la pantalla ulilizando microscopios con poco aumento. Durante la inves- tigacién de la dependencia angular tiene poca importancia la heterogeneidad de energias del haz originario de particulas a. La abertura del haz dispersado, para pequefios Angulos 6, fue disminuida artificialmente ya que, para estos angulos, erece rapidamente el namero de particulas dispersadas, Con el fin de disminuir la dispersién parasitaria de los bordes de los diafragmas se los preparé de aluminio (Z pe- queno), puliéndoselos esmeradamente. En la tabla, que ha sido tomada del trabajo original, se dan les resultados de la comprobacién de la dependencia angular. En el intervalo de dngulos de 5° a 150°, es decir, para variaciones de Ia cosec’ (0/2) de 250 000 veces, la magnitud dN cosec! (8/2) queda invariable, con wna exacti- tud de hasta el 10%. Es dificil encontrar un ejemplo mas brillante de concordancia entre la teoria y el experimento, cuando se trata de la comprobacién directa de leyes rela- cionadas con procesos elementales. En esa misma sucesién de experimentos fue estudiada la dependencia de la magnitud dN/N con respecto a la veloci- dad de las particulas a. Nuevamente se observé una con- eordancia extraordinaria entre la teoria y el experi- mento. Nos queda mas por tratar el dltimo, pero muy importante, problema consistente en la determinacién de la carga del 201 Dependencia del niimero de particulas @ dispersadas eon respecto a la dispersién (comprobacién de Ja iérmula de Wutherford) #t material de la laminilla es el ora ACHES | cosee « deals’ | cose + | Namer | yjcosee 4 persidn # x tet leos, eee grades = = ¥ 2 150 4,15 30,8 135 1,398 3 20 41)79 35,0 105 2,53 3016 75 7,25 é 60 16,0 Ahertura det haz dispersado disminuida wnas 25) veces 34 O01 10 200 0,012 8,4 0,012 7.5 bO7 0,014 48,2 D014 5 2 042 que histéricamente, la magnitid Z, en la ara la carga del niclea 4 — Ze, nueles, Av ex presion fue por primera vez identifieada con el niimero de orden del elemento dado en la tabla periddica de Mendeléiev, en relaci6u con la hipét de Van den Broek, le que fue comprobado en los experimentos realizados por Moseley (en 1913) con rayos Roentgen, debe sefalarse que también puede Hegarse a la misma conclusién mediante experimentos de dispersién. De hecho esto fue logrado en 1920 por Chad- wick. Su método es directo y en esto reside su mayor valor. El experimento se reduce a la medicién de V en el haz fundamental y de AN en el haz dispersado, er condiciones geométricas rigurosamente doterminadas. La_ dificultad principal estriba en la necesidad de efectuar la medicién de dos magnitudes diferentes entre si en varios érdenes. Para aumentar AN se utilizé la dispersién en una laminilla anular (ver el esquema del experimento en la fig. 22.7). La geometria del oxperimento se clegia de modo tal que sobre la pantalla incidieron sélo las particulas dispersadas bajo un cierto angulo @; el haz directo (no dispersade) era 202 Pantalla * de plomo a Fuente de Ra : Pantaila ~~ thuoraseente Lamini(la anular . 22.7, Esquema de los experimentos de Chadwick. detenido por una pantalla central. Los efectos del ancho final de los conos huecos de haces dispersados y no disper- sados fueron tomados en cuenta con la integracién de la expresién (22.9). En el centro de la pantalla y a fin de medir N se practicé un orificio, contandose de este modo la can- tidad de centelleos correspondientes al haz directo; como en este caso el ritmo de cuenta es extraordinariamente alto, para disminuirlo en una cantidad determinada de veces se procedié a colocar delante de la pantalla un disco cen ranura estrecha, al que se hacia girar con rapidez. Las mediciones fueron realizadas con tres elementos: platino, plata y cobre, habiéndose obtenido los siguientes resultados: Elemento Niimero de orden Valor experimenta) Cu 29 Ag ay. Pt 78 Los datos asi obtenidos no necesitan comentarios y se Jos debe yer como una de las demostraciones mas palpables de la validez del modelo nuclear del dtomo. 203 # experimental tedrico 1,0 — 0.6 0,4 0.2 a 30 eo 904 120 «150 "critico Fig. 22.8. Dispersidn de partfculas a por Jaminilla de plomo: 6 — seccién transe versal efienz de dispersion. A grandes dngulos de dispersidn responden pequeflos ardmetros de colisian, Con In energia empleada de las particulas « (22 MeV) fas desviaciones de Ia férnvela de Rutherford eomtenzan para gorjt = 100°. Recordemos que al deducir las férmulas (22.5) 6 (22.10) se tomé que ‘> m o, en otras palabras, se trataba de la dispersién de particulas @ por niicleos pesados con valores grandes de Z. Esto significa que las particulas « no pueden acercarse demasiado al nieleo, incluso cuando se utilizan las particulas mas veloces, obtenidas de los nticleos radiac- tivos naturales e incluso en el caso de colisién central. Tustamente en estas condiciones, es decir, incluso hasta distancias de ~1-10- cm, la S6rmula de Rutherford con- cuerda brillantemente con el experimento. Pero si salimos de los marcos de dichas suposiciones y estudiamos los procesos de dispersién por nicleos, empleando para bombar- dear al blanco particulas « o protones, acelerados hasta muy altas energias en aceleradores, se observan fuertes desviaciones con respecto a los resultados que se obtienen efectuando el caleulo por la férmula (22.10), que aumentan con el incremento de la energia de la particula. Las causas por las que esto ocurre son sumamente claras y tienen su 204 origen en que a distancias pequefas del niieleo sobre la repulsién coulombiana comienza a ejercer la accién de potentes fuerzas de atraccién del nacleo. Las fuerzas nuclea- res son de corta accién y a grandes distancias del nicleo no se manifestara su influencia. La fig. 22.8 ilustra lo dicho. Para finalizar haremos una observacién mas. Todo el calculo del proceso de dispersién en el campo de Coulomb fue realizado utilizando Las formulas de la mecanica clasica. Podria pensarse que el estudio del movimiento de una parti- cula atomica en el campo eléctrico de otra, exige la aplica- cidn de las leyes de la mecdnica cudntica ya que ésta es la unica teoria capaz de describir en forma adecuada los fené- menos que se producen en el micromunde. Por una coinci- deneia feliz, un andlisis riguroso, basado en ta utilizacién de las ecuaciones do la mecdnica cuantica conduce exacta- mente al resultado anterior o sea, ala formula dle Rutherford. Si se Loma consideracién que las fuerzas de Conlomb son dle largo aleanee y la influencia fundamental sobre el flujo bolal de particulas dispersadas es la de aquellos procesos que ocurren a grandes distaneias, comparativa- mente, del centro de dispersién, en obras palabras, a aque- llos que responden a parametros de colisidn grandes, esta eoincidencia parecerd menos sorprendente. Alora bien, el anilisis de aquellos procesos en los que intervienen fuerzas nucleares de corto aleance (como por ejemplo la desintegracién de particulas ) no tiene sentido sin el empleo del aparato de la mecanica cnantica. Capitulo VI Problemas de la fisica del plasma § 23. Concepto de plasma, su delinicién, Radio de Debye. Se denomina plasma al gas ionizado en el cual todos o la mayoria de los dlomos han perdido uno o varies de los electrones que les perlenecian, transformandose en iones positivos. Esta definicién del plasma como estado especial de la materia es previa, mis adelante daremos una definicién mas rigurosa. El plasma, en el caso general, es una mezcla de tres componentes: electrones libres, iones posilivus y dtomos (o moléculas) neutros. El plasma es el estado de la materia mas difundido en la naturaleza. 1 sol y las estrellas pueden ser considerados grandes ciimulos de plasma caliente. La superficie exterior de la atmésfera terrestre esta recubierta por una capa de plasma, la ionosfera. Las zonas de radiacién, ubicadas en el espacio circunterrestre tras la ionosfera, no son mds que formaciones de plasma muy enrarecido. Toda descarga gaseosa (relampago, chispa, arco, etc.) est ligada a la dparicién de plasma, por ello en las condiciones terrestres naturales, en los laboratorios y en la técnica ante cualquier tipo de descarga gaseosa nos hallamos -en presencia de plasma. Las perspectivas del empleo praéctico del plasma fueron siempre el estimulo fundamental para el desarrollo de esta rama de la fisica. Si bien el plasma desperté el interés de los [isicos como tipo especial de conductor de corriente y como 206 fuente de luz, actualmente los nuevos métodos de encarar el estudio de su comportamiento van ligados a los grandes problemas técnicos de nuestros dias, que tienen como funda- mento cientifico la fisica del plasma. De estos problemas los m4s importantes son la sintesis nuclear controlada y la transformacién dindmico-hidromagnética de la energia caldérica en eléctrica y es posible que en un futuro préximo la fisica del plasma también penetre profundamente en la técnica de aceleracién. La investigacién de los fenémenos que sé producen en el plasma presenta interés no sélo en relacién con sus dife- rentes aplicaciones prActicas. El plasma es un medio mate- rial, formado por un conjunto de particulas en interaccién reciproca entre si segin las leys mas sencillas o sea mediante las fuerzas electrostaticas de Coulomb. La tarea de la fisica consiste en explicar el mecanismo de aquellos procesos que pueden producirse en este medio, partiendo de la microcstruc- tura conocida del plasma. En este caso las preposiciones teéricas iniciales poseen claridad meridiana. Aqui nos encontramas por completo dentro de los marcos de la fisica clasica ya que en el plasma comin los efectos cudnticos practicamente no juegan ningin papel. No obstante, el programa del analisis teérico de los procesos en el plasma hasta el presente ha sido cumplido s6lo en parte, quedando en él muchas lagunas. En cuanto a la experimentacién, los esfuerzos fundamentales van orientados a desarrollar métodes de obtencién del plasma con pardmetros cada vez mas altos: alta temperatura y alta densidad. Lo que aqui hacemos es crear nosotros mismos el objeto de investigacién o sea el plasma caliente, tratando de asegurarle condicio- nes 6ptimas de existencia, bajo las cuales se halle en estado estable casi estacionario. Precisemos ahora la definicién de plasma que diéramos antes, Las fuerzas eléctricas, uniendo en el plasma cargas de signos contrarios, aseguran su casi neutralidad, es decir, una igualdad aproximada en la concentracién de electrones e iones. Toda separacién de las cargas, determinada por el desplazamiento de un grupo de electrones con respecto a los iones, debe llevar a la aparicién de campos eléctricos que tienden a compensar la excitacién creada. Con el aumento de concentracién de las particulas estos campos crecen, pudiendo alcanzar valores muy grandes en el caso del plasma denso. 207 Para valorar la intensidad de los campos que aparecen con la violacién de la neutralidad del plasma supongamos que en cierto volumen se produjo la separacién total de las cargas, habiondo quedado dentro del mismo sélo cargas de igual signo, En la zona estudiada, el campo eléctrico satisfa- co la ecttacién de Poisson diy E = 4np, donde p es la densi- dad de carga. Designando por z a las dimensiones lineales de la zona y por na la concentracién de particulas cargadas en el plasma, obtenemos que div BE ~ Elx ~ 4nne y, por consiguiente, = 4nnex. El potencial del plasma en la zona de separacién de las eargas varia en la magnitud U ~ Ex ~ Annex. Daremos un ejemplo. Supongamos que el plasma ioni- zado ha sido obtenido en su Llotalidad de hidrégeno, que inicialmente se encontraba a temperatura normal y presién de 1mm col. Hg. En cada centimetro ciibico de este plasma habrA aproximadamente 7-10" iones y electrones. En este caso E ~ 10 x V/em. Por ello, si en un volumen con didmetro del orden de 1 mm se produce una fuerte violacién de la casi neutralidad, los campos eléctricos superaran a 10° V/em y, dentro de los limites de este volumen, apare- cera una diferencia de potenciales del orden de los 10° V. Esta claro que semejante divisién de las cargas es completa- mente irreal. Incluso en un plasma mucho mas enrarecido, una fuerte violacién de la casi neutralidad, en voltimenes de la magnitud indicada, sera liquidada inmedialamente por los campos eléctricos aparecidos.\Del volumen donde se produjo la descompensacién do cargas, el campo repelera particulas de un signo y atraerd a esta zona particulas del signo contrario. Pero, si dentro del plasma separamos un volumen suficientemente pequofio en ese volumen puede no. conservarse la casi neutralidad dehido a que el campo creado por el exceso de“particulas de un signo resulta dema- siado débil para influir en forma considerable sobre el movimiento de las particulas. Precisemos ahora estos razo- namientos. Para cierta concentracién y temperatura dadas del plas- ma existe un factor lineal caracteristico 6, que satisface la 208 condicién siguiente: si x < 6, en los limites de un volumen con dimensiones lineales z, la separaci6én de las cargas puede producirse sin que esto influya demasiado sobre el movi- miento de las particulas, en tanto que si x > 6, en el volu- men indicado debe ser casi idéntica la concentracién de particulas de signos contrarios. La longitud caracteristica 6 puede ser estimada de la forma siguiente. En la zona con dimensién lineal 6, ante la separacién total de las cargas, la energia potencial de la partficula cargada debe ser, en orden de magnitud, igual a la energia del movimiento térmi- co de las particulas #7’, donde 7 es la temperatura del plas- ma en grados Kelvin. De este modo Ilegamos a la relacién eU ~ 4nne?S? ~ kT. En consecuencia, KT (Arne?) , (23.1) Al estudiar el problema del apantallamiento (blindaje) del campo eléctrico en el plasma, Llegamos al mismo valor para 6. Supongamos que en el plasma se ha introducido una carga puntual de prueba e. A distancia suficientemente pequeiia de esta carga el potencial sera igual a e/r. Pero, la marcha de la funcién potencial varia, a grandes distancias, debido a Ja polarizacién del plasma, provocada por el campo de carga e. El resultado fundamental es cualitativa- mente claro: los electrones se acercaran un tanto, en términos medios, a la carga de prueba mientras que los iones se alejaran do ella y el potencial caera mas bruscamente que e/r, Como comprobaremos a continuacién, el eampo de apantalla- miento apareciente estard concentrado en una zona que tendra tanto menores dimensiones cuanto mas denso sea el plasma y cuanto mas baja sea su temperatura. Partamos nuevamente de la ecuacién de Poisson: AU = —4np, (23.2) donde p =e (n, — n,) y "4. y nm, son las densidades de los iones y de los electrones (para simplificar nos limitaremos al caso do iones do carga unica). La distribucién espacial de las cargas en las inme- diaciones de la carga de prueba, para el equilibrio estatico establecido, se determina por la ecuacién de Boltzmann, que debe escribirse por separado para los iones y para los electro- 14022 209 nes: yp ne-VIKT yn, neeUirT, (23.3). Analizando la zona correspondiente a distancias no dema- siado cercanas a la carga de prueba, es decir, considerando eU < kT, obtenemos el! 2ne2 prne(1—p—t— Fr) = EU, En el caso de simetria esférica au=+4 (rv), y la ecuacién de Poisson toma la forma = Fi U)= ll ru. (23.4) Designemos con a? a la constante 8ane/k?; es facil comprobar que la solucién de la ecuacién (23.4) puede expre- sarsc en la forma siguiente: 1U = Aen" 4. Ber, (23.5) Consideraciones fisicas indican que cuando r — oo el poten- cial U — 0, por lo cual B = 0; por otra parte, en las cerca- nias de la carga donde no existe apantallamiento, la formula para U debe tender a la expresién para el potencial de la carga puntual. Entonces U=te-™, (23.6) 7 La constante @ se diferencia de la magnitud 1/6 en el factor V2. Si suponemos que el apantallamiento se efecttia sélo mediante electrones, en la expresién para @ quedara una componente, la constante a? tomara el valor 4mne*/kT y la férmula para el potencial se expresari en la forma Ua tens, (23.7) donde, como anteriormente, 8 = (AT /4one?)'?, (23, 7a) La férmula (23.7) muestra que en el plasma, en la misma longitud; caracteristica que determinara la dimensién de la zona de probable violacién de la casi neutralidad, el 210 10-5 yo"? 10%? 1014 tore neem=2 Fig. 24.1. Dependencia del radio de Debye de 1a densidad, para varios yalores de la temperatura, potencial cae hasta una fraccién de su valor cuando no existia apantallamiento. El efecto de pantalla empeora al aumentar Ja temperatura y se hace més perfecto con el aumento de la densidad. La longitud caracteristica 5 fue introducida, por primera vez, por Debye, durante el estudio de la teoria de los electré- litos fuertes. Este concepto fue aplicado posteriormente en ja fisica del plasma. Se ha convenido en Jamar a la magni- tud 8 radio de Debye o longitud de Debye. Si en la expresién (23.7a) para § sustituimos las constantes por sus valores numéricos, oblenemos SxeT(Tin)'”. (23.8) Aqui 7 es la temperatura del plasma, que seré ahora consi- derada idéntica para las componentes electrénica e idnica. En la figura 23.1 se muestra, en eseala logaritmica, la depen- dencia de la magnitud 6 en funcién de x para varios valores de la temperatura. Siel radio de Debye caracteriza la escala espacial de las zonas de descompensacién, entonces dividiendo § por la velocidad de las particulas mds répidas (electrones), obten- 241 14™ dremos el tiempo durante el cual existen estas zona: voto (ger) (Yl) La magnitud 4/1, que posee dimensiones de frecuencia, coin- cide con la frecuencia propia de oscilaciones electrostati- del plasma que surgen en el mismo al desplazarse los grupos de electrones de la posicién de equilibrio. Esta frecuencia ye (23.10) es Hamada frecuencia de plasma o frecuencia de Langmuir. Cuanto mayor es la densidad del plasma tanto menores sun, en el espacio y el tiempo, las dimensiones de la descom- pensacién de las cargas, Las violaciones de la casi neutrali- dad dentro de la zona ocupada por el plasma denso y frio, sélo pueden producirse dentro de los limites de volimenes suficientemente pequefios. La longitud de Debye, en el plasma enrarecido y caliente, yuede hacerse mucho mayor que las dimensiones de la zona ocupada por aquél. Ent este caso se produce el movimiento independiente de los iones y electrones, faltando el mecanismo automatico para igualar jas cargas de signos contrarios. Empleando el concepto de radio de Debye puede darse una definicién mas precisa del plasma como estado especial de la materia: se llama plasma al conjunto de particulas cargadas con signos contrarios, en movimiento libre (gas ionizado), siempre y cuando la longitud de Debye sea peque- fia en comparacién con las dimensiones del volumen ocupado . por el gas. Esta definicién pertenece a Langmuir, el creador de la teoria sobre plasma. Debemos hacer dos aclaraciones acerca de los parimetros del plasma que hemos introducido: la concentracién y la temperatura. . 4. En general, las concentraciones electrénica e iénica no’ deben ser iguales una a otra ya que en el plasma pueden existir no sdlo iones con una carga tinica sino también iones de cargas miltiples. Si designamos con n,; la concentraci6n de iones de una sola carga, con m2 la concentracién de iones con carga doble, etc., la concentracién electrénica n, sera igual a my +- 2ro + Sry +... No obstante, en lo sucesivo nos ocuparemos fundamentalmente del caso en que la con- centracién de electrones es igual a la de iones (ésto, en 242 particular, es valido para el plasma de hidrégeno puro). Cominmente no presenta dificultad el cdlculo de la influen- cia de los iones de cargas miltiples que ejercen en los proce- sos basicos del plasma. 2. La introduccién de la magnitud 7 como temperatura del plasma sélo se justifica si es idéntica la energia cinética media de los electrones y de los iones. En el plasma, en general, corresponde diferenciar por lo menos dos tempera- turas: la electronica 2, y la iénica 7;. Por lo comin, en el plasma creado en laboratorio o téenicamente, 7, supera considerablemente a 7;. La diferencia entre 7,.y 1, esta condicionada por la enorme diferencia de magnitud entre la masa de los electrones y la de los iones. Las fuentes externas de alimentacién eléctrica, mediante las cuales se crea el plasma por distintos métodos de descarga en gases, trans- miten energia a la componente electrénica del plasma, ya que Jos electrones son precisamente portadores de corriente, Gracias a los choques con electrones rdpidos en movimiento, los iones adquieren energia térmica. La parte relativa de energia cinética del electrén que puede ser transmitida al ion por tales colisiones, no puede superar a 4m,/m;, donde m, Y m; son, respectivamente, las masas del electrén y del ion. Para entregar por completo la energia sobrante que posee el electrén, éste debe sufrir muchas colisiones (varios miles) ya que m,< mj. En el plasma de descarga gaseosa, el proceso de inter- cambio de energia térmica entre electrones e iones procede paralelamente con el proceso de adquisicién de energia de Jas fuentes de alimentacién eléctrica por los electrones y simultineamente con la pérdida de energia del plasma a consecuencia de los diferentes mecanismos de termotrans- ferencia. Como resultado, en la descarga eléctrica se mantione cominmente la gran diferencia de temperatura entre los electrones y los iones. Por lo general, con el aumento de la concentracién del plasma esta diferencia disminuye ya que la cantidad de colisiones entre electrones e iones, en un cierto elemento de volumen del plasma crece proporcional- mente al cuadrado de la concentracién. En ciertas condiciones especiales, en particular con des- cargas impulsivas de corta duracién cuando se crea el plasma fuertemente ionizado, 7; puede superar considerablemen- lea T,. 243 § 24. Movimiento de electrones e iones en el plasma (no existiendo campos exteriores) Analicemos ahora el cuadro general de movimiento de electrones e iones en el plasma cuando no existen campas extcriores. El caracter de este movimiento es determinado por Jas leyes de interaccién de las particulas. La dispersién clisica de Rutherford en el campo de Coulomb es la forma fundamental de interaccién de las particulas del plasma con alto grado de ionizacién. Deben diferenciarse tres tipos de fendmenos elementales de dispersién: dispersién de electro- hes por iones, electrones por electrones e iones por iones. Otros procesos clementales o bien ocurren con la emisién de fotones y su probabilidad es relativamente pequefa o bien en ellos participan también particulas neutras por lo cnal pasan a segundo planu a medida que aumenta el grado de ionizacién. Como ejomplo de procesos del primer tipo puede sefialarse la emisién de folones por radiacién de deceleracién ante colisiones eleetrén-ion y como ejemplo del segundo, los procesos de ioniza y excitacién de los dAtomos por impacto electréuico y los fendmenos de transferencia de cargas de iones en los ditomos. Cuando no se trata del plasma de hidré- geno debe tomarse en cuenta, en general, la interaccién entre clectrones e jones que se encuentran en diferentes estados energéticos. Con esto, la intensidad de radiacién de los iones excitados puede resultar muy grande, jugando un papel importante en el balance energético de los proeesos en el plasma. Supongamos que cierta particula de prueba pasa a través del plasma; como particula de prueba podemos elegir a cual- quier electrén o ion del plasma. Durante su movimiento esta parlicula cargada swfrirA dispersién en el campo de Conlomb de Los electrones e iones del plasma, que se ‘eneuen- tran en su camino. Sise habla del movimiento de una parti- eula ligera en un conjunto de particulas pesadas (electrén entre iones), puede considerarse inméviles los ceontros de dispersién y, por lo tanto, la probabilidad de dispersion del electrén a uno u otro Angulo, se calcula por la fé6rmula de Rutherford. Supongamos que la cantidad de centros de dispersién en 1 cm* de plasma es igual a n. Cada fenémeno de dispersién, condicionado por el pasa de la particula de prueba cerca del centro de dispersién, conduce a la desviacién de la trayectoria de la particula a cierto dngulo 8, es decir, ala disminncién de su velocidad 244 en la direecién originaria del movimiento de v_ hasta veos 9. En la inmensa;mayoria de los casos, los fonémenes de dispersién se producen a grandes distancias de yuelo y, por consiguiente, son acompafiados por variaciones muy peque- fias de la direccién de la trayectoria (iesta es una caracteris- tica especial de la dispersién de Rutherford en el campo eléctrico de las cargas puntuales!). Por eso no puede aplicarse la representacién comin de la teoria cinética de los gases que considera una trayectoria quebrada de la particula, compues- ta de segmentos rectos, «recorridos» que unen entre si los distintos puntos de «colisiény. En lugar de esto se nos presenta un cuadro de lineas suavemente curvadas (sinuosas) cuya direccién bajo la accién de gran nfimero de impulsos muy débiles, provocados por las «colisiones» con otras par- ticulas. Practicamente, estos impulsos se unen en una ac- cién continua ejercida sobre la particula en movimiento por el microcampo del plasma, formado come resultado de la su- perposicion de los campos eléctricos de las distintas particulas. Eu estas condiciones resulla natural introducir el con- cepto de recorride libre 4, como la distancia en la cual la particula pierde la direccién originaria de su velocidad ini- cial. Esta definicién responde a la siguiente igualdad: dom av &, (24.4) Aqui, dv indica la variacién media de la componente de La velocidad en la direceién inicial del movimiento cuando la particula ha recorrido un tramo de de camino. La variacién de velocidad de la particula ocurrira como consecuencia de la dispersién provocada por aquellos centros que se hallan en la capa considerada de espesor dr y se encuentran a todas las distancias de impacto posibles. Los centros ubicados en la capa ecilindrica anular (b, b 4- db) originan dispersién a angulos comprendidos dentro de los limites de 6 a (8 — dO). Fl namoro de tales fendmenos de dispersién en la capa anular es igual a ndx -2nbdb; multipli- cando este valor por la variacién de la velocidad en cada colisién, o sea, por la magnitud —v (1 — cos 0) e integrando por todas los valores del parimetro de colisién, encontrare- mos la variacién media do la velocidad dv cuando la parti- cula atraviesa la capa dz: max dv. —drenve2x J (1—cos 6) bdb a 24.2) 215 La comparacién con la férmula (24-4) da .B) Pasando del dugnlo de dispersién al parametro de impacto con ayuda de las formulas (22.5) y (22.6) del capitulo ante- rior, la ignaldad (24.3) puedo sor expresada on la forma 1 nies bdb — = Ame ‘ et = dant’ j 7d (bibs) N 1 a) = 1 (bib)? = bt} cotye j y, en consecuencia, ee Cntr iee (24.4) ral 1 @mnay/) ) * a el plasma de hidré- Aqui se ha Lomado en cucnta que pa eno yy —e. Obtuvimos la expresién para el recorrido de una parti- cula Jigera con velocidad v, pero en aquélla entra tamil cierlo paramelro Gmgx, cuyo senlide fisico se debe acti Pareceria, a primera yi que todas las particulas del plasma debieran ser respousables del proceso de dispersidn, ya que el radio de aecién de las fnerzas de Coulomb es infi- nile. Pero si suponemos que dmgy — oo oblendremos un resullado absurdo: una dispersién infinitamente grande y, por consiguieute, recorrida nulo. Aclaremos esta eucstidn recordande que el campo eléctrico de los centros de disper- sién a grandes dislancias disminuye en forma exponencial y, en consecuencia, las particnias lejanas ejereen una infhi- encia muy débil, debido a la aceidn de apantallamiento del plasma. Segiin lo que ya dijécamos sobre el radio de Debye, es natural tomar bmax = 5. En otras palabras, fuera de los limites de la esfera de Debye no se siente la accién dispersadora de las particulas de plas- ma. Aun cuando la afirmacién que hemos hecho parece totalmente veridica, la misma ge una riguresa funda- mentacién, en la que nosotros no nos detendremos. En todos los casos de interés practico, como es facil comprobar, la magnitud 6 es mucho mayor que 6;. En efecto, la particula de prueba estudiada es uno de los electro- 216 nes del plasma; por consiguiente, identificando la magnitud v con la velocidad térmica media y sustituyéndola por (8k7/2m)%", obtendremos que 8 yf wt V8 mot AE ra 8/8 3 = (am) a oa 8 (+) o, luego de efectuar la sustitucién de las constantes por ‘sus valores numéricos: 6 balla = 1,2-108 E* Incluso en el caso extremo del plasma «frio» y denso, por ejemplo cuando 7 = 104°K y nm = 10% em, la magnitud 8/b, ~ 10. Para el caso tipico del plasma caliente, que frecuentemente es objeto de investigaciones de laboratorio, cuando nw 10% cm- y Tw 407 °K, la magnitud 6/b alcanza un valor ~107. De este modo, en la formula CAA) puede efectuarse la sustitucién: In (8/0, 7] a 2 In (8/64). La magnitud In (6/b,) se denomina logaritmo de Coulomb. Introduciendo la nomenclatura A =In(8/b,), (24.5) Ja formula para el recorrido puede transcribirse en la forma n= eek. (24.6) El logaritmo de Coulomb, siendo el logaritmo de un niimero grande, varia lentamente con la variacién de su argumento; esto significa que a las variaciones de la tem- peratura y la densidad del plasma dentro de los mas amplios limites, la magnitud A quede prdcticamente invariable. Por ejemplo, si la temperatura varia de 108 a 10*°°K y la densidad de 10 a 10% em-*, de modo que la variacién total de 6/b, alcanza a los seis érdenes de magnitud, los valores de A varian dentro de los limites de 10 a 20. Es por ello que en Ja fisica del plasma frecuentemente se toma Aw 45. Recordemos que la suposicién sobre la inmovilidad de los centros de dispersién, que se hiciera durante la deduccién, significa que la formula (24.6) responde al caso de la inter- accion electrén-ion, Indicaremos esta limitacién escribiendo 217 el subindice e# junto al simbolo del recorrido. Si suponemos que la distribucién de los electrones por energias tiene lugar segin la ley de Maxwell, en la f6rmula (24.6) se puede pasar de la velocidad v a la temperatura electrénica 7T,. Tomando como un valor medio por el espectro energético de los elec- trones y sustituyendo las constantes por sus valores numé- ricos, obtendremos la siguiente expresién para la longitud media del recorrido libre: Ter Ae 45-108 Et x (24.7) Para caracterizar los procesos ie colisién entre clectrones e iones, ademas de la longitud de recorrido A,; puede intro- ducirse también otra serie de valores. La seecién transversal oficaz para estas colisiones o,; se determina por la relacién dei = 1/no,s; el tiempo medio transeurrido entre dos coli- siones t,, es igual a A,;/v,, donde v, es la velocidad térmica media de los electrones. La frecuencia de colisiones v,; es igual al valor inverso a t,;. Las magnitudes indieadas, enyos valores medios han sido calculados empleando el espectro de Maxwell, pueden computarse mediante las formulas siguientes (para A = 15): 3-10> 4,5-4107 2738/2 n No es diffcil generalizar, para el caso cuando las coli- siones se producen con iones de cargas miltiples, las expre- siones para todos los pardmetros indicados. La seecién eficaz o,;, en este caso, aumenta en forma proporcional al cuadrado de la carga del ion, variando también, conforme a ésto, las demis magnitudes. El papel mas importante entre los diferentes lipos de interaccién de las particulas en el plasma lo juegan las coli- siones entre electrones e iones; las mismas determinan, én particular, el mecanismo de tales procesos como el paso de corriente eldéctrica y la difusién. Para caracterizar en forma completa la interaccién coulombiana de las particulas en el plasma corresponde introducir también par4metros que caractericen e] efecto estadistico de las colisiones entre particulas idénticas (colisiones electrén-electr6n e ion-ion). En este caso, el célculo se hace mas complejo por cuanto al analizar los fenémenos elementales de colisién debe tomarse en cuenta el movimiento de los centros de dispersién. Pero, el tomar en cuenta este efecto sélo puede reflejarse on el 218 valor del coeficiente numérico en las formulas para la longi- tud media del recorrido libre en tanto que la dependencia térmica deberd poseer idéntico caricter. En particular, la expresi6n para A4,, (longitud media del recorrido libre en las colisiones electrén-electrén) debe coincidir con la expre- sién para 4,; con exactitud de hasta un factor numérico, no muy diferente de la unidad. La férmula para A,; (longitud media del recorrido libre en las colisiones ion-ion) se obtiene a partir de Ia formula para Ap al sustituir 7, por 7;. Las magnitudes t,, Y Te; Se diferencian poco una de otra. La relacién %;,;/T,, es igual a V (malic) (TR/T?)- Para idéntico valor de las temperaturas electrénica e idnica, las colisiones ion-ion se producen mds raramente que las electrén-electr6n o las electrén-ion. Hagamos un resumen. Mediante el anialisis realizado tratamos de incluir la interaccién de las particulas cargadas en el plasma dentro de los limites de la teoria cinética ele- mental de los gases, reemplazando conyencionalmente la trayectoria suavemente encorvada de los electrones y los iones por medio de lineas quebradas convencionales y redu- ciendo ej efecto estadistico de muchas colisiones débiles a una sola colisién fuerte. La utilidad del empleo de estos métodos, no muy correctos, consiste en poder operar con cuadros «palpables» durante el andlisis de los procesos fisicos fundamentales on el plasma, teniendo las férmulas para la longilud media det recorrido libre, el tiempo medio entre dos colisiones, etc. Existe un método riguroso de andlisis de la inlteraccién coulombiana de las particulas en el plasma, basado en Ja utilizacién del aparato matematico de la teoria de las ecuaciones cinéticas. Sin embargo, para nuestros fines, la perfeccién légica a este nivel de la teoria no puede compensar la complejidad de los métodos matema- ticos empleados y la insuficiente claridad de los razona- mientos, § 25. Plasma en el campo eléctrico En el plasma, bajo la accién de un campo eléctrico exte- rior o de gradiente de la presién, aparecen flujos dirigidos de particulas. En ol primer caso, a través del plasma pasa una corriente eléctrica, en el segundo, transcurre un proceso de difusién. 249 Cuando Ja corriente pasa a través del plasma, los iones pueden ser considerados inméviles; la corriente se crea por el flujo de electrones. En primer lugar analicemos el caso mas sencillo, cuando Ja intensidad de la corriente es con- tinua; con esto debe establecerse e) equilibrio entre la fuer- za con que actia el campo eléctrico sobre los electrones y la [werza de deceJeracién debida a las colisiones entre electrones ¢ iones. Esta tltima es igual al valor medio del impulse dirigido que pierde el electrén durante wn segundo, a conseeuencia de su colisién con iones. EI electron sufre vi colisiones por segundo y en cada uno de ellos pierde mu impulso, donde u es la velocidad dirigida det electr6n. Por consiguiente, la fuerza de deceleracién sera igual a mtv, y la condicién de equilibrio tiene la forma eB = mettwie (25.4) La densidad de corriente en el plasma se determina segiin Ja expresidn neu. (25.2) Por consiguiente, net 1 a me a (25.3) La ultima igualdad expresa Ja ley de Ohm para el plasma. La magnitud Op= — Tet (25.4) es la electroconductibilidad del om Colocamos en (25.4) la expresién para t,; (el factor numérico y aparece cuando se calcula el valor medio segiin la distribucién de Maxwell): yore 732 = On= ve A? (25.5) después de la sustitucién de las constantes por sus valores numéricos On = 1,4-108F2 774 w 1.107737, (25.6) Asi, la conductibilidad del plasma totalmente ionizado practicamente no depende de la concentracién de particulas cargadas y crece rapidamente con la temperatura (fig. 25.4). Mas exactamente, la dependencia de og con respecto a la 220 o,(Q-cem)~* ng= 10° ‘on 10% §om=3 103, ¥ = a in.=10" Sem— 9 10? 10 j oe se 01 108 104 108 108 TK 25.1. Conduetibilidad del plasma de hidrdzeno totalmente ado on fan- de 1A temperatura; o~ — conduetibilidad electrénica (para dos valores dite- rentes de Ja densidad electronica); a+ — conductibilidad idnica paca H+. inlensidad tiene caracter logaritmice y por eso no se observa eu una amplia zona de variacién alguna de los parimetros del plasma. Los resultados obtenidos son muy interesantes y, a pri- mera vista, inesperados, El plasma caliente es um buen conductor de electricidad; a partir de temperaturas del orden de 2-107 °K el hidrégeno ionizado es un conductor de corriente mejor que el cobre o la plata. Esto indica, en particular, que las zonas interiores de las estrellas poseen gran electroconductibilidad. En experimentos de labora- torio también puede obtenerse, por un corlo tiempo, plasma de alta conductibilidad. La conductibilidad del plasma del espacio césmico es comparable a la de los metales poco conductores. Las férmulas (25.5) y (25.6) se referian a plasma total- mente ionizado, con iones de carga Gniea (plasma de hidré- geno). La presencia de iones de cargas multiples disminuye significaltivamente lta electroconductibilidad del plasma. En general, cuando la componente iénica del plasma contiene jones con cargas Z;, Zs, ..., Z, y sus concentraciones relativas son iguales a o%, G2, «+. &» la férmula (25.6) 224 para Of debe ser sustituida por la siguiente: He Sonty Consideremos ahora las condiciones de aplicacién de la Jey de Ohm para e} plasma. Esta ley es valida si en el plasma se establece el equilibrio entre las fuerzas que acttian sobre los electrones desde el campo cléctrico y las fuerzas de deceleracién. Pero, cacaso en cualesquiera condiciones debe establecerse este equilibrio?. La fuerza de deceleracién que actia sobre el electrén bajo la accién del campo acelerador es tanio menor cuanto mayor es la velocidad del mismo. Analicemos el comporta- miento del electrén perteneciente a la lejana «cola» de la distribucién do Maxwell (W, 7,). La componente divi- gida de la velocidad uw, adquirida por el electrén en el lapso de tiempo que media entre dos «colisiones» con los iones, es proporcional a t,; ¥, por consiguiente, crece como v®, Por ello, si la velocidad v del movimiento térmico del electron elogido por nosotros es suficientemente alta, su velocidad dirigida wu puede alcanzar valores del mismo orden que v 6 incluso superiores. En esta situacién no puede apli- carse el modelo simplificado del proceso, en el cual se postula que en la Iongitud de un recorrido libre el electrén adquiere una pequefia velocidad dirigida y la pierde total- mente durante el fuerte «choque» instantaneo. En realidad, la aceleracién y deceleracién del electrén son simultaneas. Mientras que el electrén viene adquiriendo la velocidad dirigida, la dispersibn de Rutherford en los iones varia gradualmente la direceién de su movimiento. El campo eléctrico tiende a desencorvar la trayectoria, en tanlo que ja interaccién con los iones la encorva. Si la dispersién no. compensa al incremento de la componente dirigida de la velocidad, el equilibrio de las fuerzas no puede establecer- se y el electrén debe pasar al proceso de aceleracién con- tinua, en el cual su energia crecera todo el tiempo. Con el aumento de la energia, la fuerza de deceleracién disminuye y el electrén arrastrado al proceso de aceleracién continua seguira acelerandose hasta que se halle en la zona de accién del campo. De lo dicho queda claro que al proceso de aceleracién por el campo son introducidos aquellos electrones del plasma que en la longitud de un recorrido libre 4 aleanzan a adqui- Op 1-10) (25.7) 222 rir una velocidad complementaria w superior a su velocidad inicial v. Esta condicién puede expresarse en la forma siguiente: eB or (=) Tot > UV. (25.8) Como t,; es proporcional a v*/n, de (25.8) se desprende que la aceleracién continua procede si EW,/n supera un tanto al valor limite. Como es facil comprobar, el paso al régimen de aceleracién, para el plasma de hidrégeno, tione lugar si EW .jn > 3-107, (25.9) Aqui, £ se mide en voltios por centimetro y W, en electron- voltios. En los experimentos con el plasma la condicién (25.9) sélo se satisface generalmente para los electrones con energia que supera muchas veces a kf. Estos electrones constiluyen una parle muy pequefia de toda la componente electrénica. in el caso indicado, la corriente en cnya gene- racién participa la gran mayoria de los electrones del plasma, obedece la ley de Ohm. Junto con esta corriente, enel plasma existira otra, condicionada por un pequefo grupo de electro- nes acelerados, para la cual no es valida la ley de Ohm. A gran magnilud de £/n la condicién (25.9) también se cumplira para los electrones con energia térmica media. En este caso, al procgso de aceleraciéu continua pasa la parte fundamental de la componente electronica del plasma y la ley de Ohm es transgredida. Los caleulos demuestran que el proceso de aceleracién electrénica se desarrolla a yelocidad mas considerable cuando la relacién entre el valor medio de uw ¥ la velocidad térmica media de los electrones se hace mayor que una décima parte. La relacién u/e crece propor- cionalmente a v*; por esto, si para los electrones con energia térmica media u/v = 0,4, para Jos clectrones con energia ~10 &7 la componente dirigida m se iguala en magnitud av y estos electrones resultan préximos al umbral de acele- racién continua, Como es de esperar, el paso de los electrones a estado de aceleracién continua debe ocurrir, en particular, eu las descargas eléctricas anulares cuando el plasma se forma dentro de una cdmara toroidal y se acelera mediante el campo eléctrico rotacional. En efecto, en plasma caliente y enrarecido, experimentalmente se observa la aceleracién de un pequefio grupo de electrones hasta muy altas energias, por tensiones relativamente pequefas en la espira de plasma. 223 Un analisis mds profundo del compertamiento de los flujos de electrones acelerados muestra que ellos son capaces de excitar e¢ intensificar en el plasma distintas oscilaciones y ondas, comunicandoles su energia. Debido a esto aparece mp nueva mecanismo de deceleracién de las particulas ace- leradas que, luego que los electrones del plasma hayan adquirido wna dotorminada porcién de enorgia sobrante del movimiento dirigido, pone fin a la aceleracién, Este meca- uismo aulomalico impide que todos los electrones del plasma pasen al estado de aceleracién continua. Pero, la electro- conductibilidad del plasma en el caso sefialado no puede ser caleulada por la férmula (25.5) ya que la deceleracién de los electrones en su interaccién con las ondas debe provo- car el aumento de la resistencia. Estas hipétesis son corro- boradas por las mediciones de la electroconductibilidad del plasma en sistemas anulares. Cuando la densidad del plasma es elevada y la magnitud de la intensidad del campo eléctrico es relativamente pequena, el valor de og en los limiles de errores de mediciones coincide con el valor ob- lenido segan la férmula (25.6). Enel plasma enrarecido y caliente se observa una rosistencia andmalamente alta. Supusimos hasta cl momento que cl campo eléctrico exterior aplicado al plasma no varia con el tiempo. Mientras tanto, las propiedades caracteristicas del plasma se mani- fiestan de un modo preciso cuando se exagnina su comporta- miento bajo la accién del campo eléctrico de alla frecuencia. En estas condiciones, comienza a jugar un papel de impor- tancia la inereia meecinica de los electrones. Examinemos un caso mas sencillo. Supongamos que en el plasma actia un campo eléctrico con intensidad ignal a £,e' (la forma de escritura en conjunto simplifica los calculos). En el caso en que la frecuencia @ sea tan grande que durante el transcurso de un periedo de variacién del campo la probabilidad de colisién de un electrén con los iones es Jo suficientemente pequefia, entonces, al estudiar el movimiento de los electrones en primera aproximacién, puede despreciarse la fuerza de deccleracién. En este caso Ja ecuacién de movimiento toma la forma mn —= —eE elt, (25.10) donde z es la coordenada en la direccién del campo eléctrico. Integrando obtenemos (25.44)

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