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A quienes Yo guo hacia esos Mis Ministros, en quienes gracias e ciertas palabras que les hago habl ar,

unidas a la Fuerz a Espi ri tual proporci onada por el anhel o de los oyentes, se hace posible que
Yo despierte a la conciencia de cada Alma anhelante, a una real comprensin de M, el Uno Impersonal, que
tiene su asiento en lo interno, es decir, en el preciso centro de todos, en el corazn de cada uno.
P o r q u e e l Y O S O Y d e M i M i n i s t r o y e l Y O S O Y d e c a d a u n o d e l o s seguidores son
Uno, uno en conciencia, uno en comprensin, uno en Amor y uno en propsito, cuyo propsito es el
cumplimiento de Mi Voluntad.
Y este YO SOY, que es completamente impersonal y no conoce ni
tiempo,ni espacio, ni identidades diferentes, sl o uti liza las personali dades, t anto del
Ministro como de sus seguidores, as como las circunstancias de contacto personal entre ellos,
todo como medios apropiados para dar voz a Mi Idea, que siempre est pugnando desde o interno
por expresarse en lo externo.
A aquellos Ministros que se aprovechan de la confianza en ellos depositada por Mis seguidores y la usan para
sus propsitos privados. A su debido tiempo, Yo les hago despertar al reconocimiento de Mi Voluntad
y de Mi Idea. Mas este despertar, sin embargo, no es del agrado de sus personalidades y casi siempre les
ocasiona gran sufrimiento y humillacin; pero, en cambio, sus almas se regocijan y e n t o n a n h i m n o s d e
a l a b a n z a y a g r a d e c i m i e n t o h a c i a M c u a n d o h a g o q u e e s o acontezca.
As, pues, que no te extrae que a veces salgan palabras de Verdad de bocas
aparent em ente impreparadas para habl arl as y comprenderl as; y que t am poco te ex trae el
hecho de que sim pl es disc pulos, a veces despiert en m s pront o y aun sobrepasen en
verdadero desarrollo espiritual a sus propios maestros. Yo, que moro tanto en lo interno del Maestro como
del Discpulo, escojo condiciones diferentes y tambin diferentes maneras para la expresin de Mis
Atributos y diferentemente en cada Alma, colocando adecuadamente a cada quien en el justo lugar y momento
ms apropiado en que puedan completarse y ayudarse de la mejor manera uno al otro; uniendo as
a todos, dentro de l a expresin de Mi Id ea, lo m s armoni osam ente posible que brinden las
circunstancias.

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