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| | | | | Il. Virtud civica y libertad politica El periodo de la emancipacién resulta particularmente significative para fexaminar la recepcién de las concepciones republicanas en Cl Hispanoamérica en general. Representa el momento en el cual las ideas republicanas afloran de una manera explosiva en el vocabulario poli fos principales actores de la revolucién. En las primeras proclamas, y reglamentos constitucionales, documentos oficiales de gobiemo, en articulos ‘eprensa y otros excrtos, se puede observar la organizacién de un conjunto de razones que buscan apoyar la legitimidad politica del sistema republicano frente 2 la legitimidad tradicional del orden mondrquico. El esfuerzo esta dirigido a fundamentar una legitimi litica totalmente nueva y desconocida en la prictica e instituciones exi ras de José Victorino Lastarria, me parece, perciben acertadamer ‘olucionario de esta empresa: “La revolucién americana (...) no solo vé los conquistadores, sino que ademas, una vez vencedora, prociama la Repii ‘americanos necesitaron mucho balallas, sino también para hacerse republicanos, cuando el’ era monarquico, cuando ali se miraba la monarquia como la tiltima expresion de los progresos de la humanicad, cuando la ciencia misma creia hallar en fa monarquia sola la tinica f6rmula de los principios mas aventajados de la exponen las razones para formas de legitimidad politica heredadas y entroncan con una ppensamiento politico esencialmente antimondrquico. En efec blicanismo exhibe tna larga y poderosa tradicién de timonarquicos. En esos argumentos la defensa de la ‘con la defensa de un régimen politic de libertad. libertad fue ident 2 “Libre” en su vocabulario J antonimo de “esclavo”. A partir de aqui, la tad politica, conquistada por cada cual como iad politicamente libre de dominacién. Soy libre en tanto que ciudadano, miembro de un cuerpo politico no esclavizado que se autogobierna. En republ relacién amo- esclavo se constituye, asf, en el modelo de relacién antipolitica por excelencia. imen de uno solo representa la expresién més acabada de este vinculo rente espurio. Poresta raz6n, la res publica ~entendida comoel régimen ibertad- se opone radicalmente a la monarquia. La il det ‘égimen de uno solo radica en su desprecio de la libertad y en su ambicion de dominio. Inspirados en esta tradicién, en los siglos XV y XVI, los hua civicos fundamentan su rechazo al principado y su defensa de la rept lun sentido similar, la Repiiblica de Océana (1656) de James Harrington orienta su alegato antimondrquico en contra de los defensores del absolutismo como ‘Thomas Hobbes. También el republicanismo y su legado antimondrquico estén presentes en la fundacin de la Constitucién Norteamericana. Por su parte, fas obras de Montesquieu y de Rousseau pueden ser concebidas en la misma direccién, esta vez frente al absolutismo francés del siglo XVI ha pensado, id en el pensamiento pi se reduce a la defensa que ha elaborado la filosofia liberal. Existe esta otra cconcepcién de la libertad, que puede ser especificada como libertad politica (Gkinner) 6 bien como no dominacién (Pettit), que esta presente, como se puede advertir, en una tradicién politica que retine a pensadores politicos modernos, tan importantes como Maquiavelo, Montesquieu y Rousseau. Esta tradicion, sostengo, también incluye a un mimero importante de los escritores de la fn hispanoamericana. Un caso paradigmético entre estos iltimos es el de Camilo Henriquez. En su primer escrito “Proclama de Quirino Lemachez” la tirania como el es para un alma fa, vera su patria despertar del suefto profundo y -vergonzoso, que parecia hubiese sido eterno, y tomar un movimiento grande & inesperado hacia st libertad” (Camilo Henriquez, 1970: 61). més tarde, dirigiéndose a sus conciudadan« letesta la tirania y se esforzé por trasladar a las vuestras ese odi libertad” (C. Henrique: “Pueblos America 2 1, 27 de Agosto de 1812)7 Su contrapartida es otro senti destaca permanentemente: e] amor a la patria: “Este sentimiento' ique reiine la fuerza del amor propio a toda la belleza de la virtu tenergia, que viene a ser la mas heroica de las pasiones. de esas acciones inmortales, que admiramos en los puel ‘mévil de aquellos Generales, de aquellos Magistrados, cuyas antiguas virtudes jentes(...) Elamor ala patria es el mas enérgico romano, pero Roma vivia siempre en libertad y por las leyes con los conqui ruinas de la libertad, cuando no existe la patria a quien sei “Del patriotismo o del Amor a la “Agosto de 1812) Este “amor ala pat ‘contra latirania, posees iento politico en clave republicana. ‘amor a ‘omo querria probarlo a continuacién, surge como una importante 50 de su pensamiento en esta tradicion px En la reflexion de Camilo Henriquez se advierte de inmediato la “Aspecto de las provincias revolucionadas de Améric toma directamente de Rousseau la idea de amor a la patria, como tam! cconceptos concomitantes de libertad y de virtud. Lo hace mediante aut practieamente literal de extensos pasajes del articulo sobre "Economia politica’ \do por Rousseau en la Enciclopedia (1755). Para los propé: 10 interesa abordar aquello que puede resultar més atrayente ia explicacion de esta suerte de “plagio” en que incurriria Camilo Hensfquez. Lo que siintezesa mostrar es que esta utilizacién del pensamiento de Rousseau por parte de Camilo Henriquez permite descubrir su entronque ‘con la tradicién republicana. Resulta evi tencontramos en Henriquez esta tomado del: fuente. Esto significa que el “amor a la patria” y enunciados por Camilo Henriquez, poseen, pues, una procedencia ‘vocamente republicana. Este hallazgo permite probar la esencial vineulacion del pensamiento de Camilo Henriquez con el republicanismo, al punto de transformarse en la vertiente fundamental de su ideario pol +Trad a Awore de Chile fos costo de sedi hesilr de 198 (Sotiago: Soca de Bilas de Chil). 23 En segundo lugar, conviene también hacer algunas indicaciones sobre el tema del patriotismo en el pensamiento politico de Rousseau, principalmente cenel Discurso sobre la Economia Politica. Segrin lo ha mostrado Robert Derathé, ‘amor la patria en él “no tiene el sentido que tomaré entre los nacionalistas del siglo siguiente”; la concepcién de patria en Rousseau es de “inspiracion antigua y republicana”, de modo similar a como aparece en la obra de Montesquieu. (iJ Rousseau, 1964: 1397, nota 1). En su opinién, “Rousseau permanecers fel toda su vidaa esta concepcién de la patria, ade todo nacionalismo. La la tierra de los ancestros, tismo es el apego 0 la es ante todo el apego. ‘guales” (Ibid: 1397). Como prueba de este aserto, f6rmula del Discurso sobre la Economta Pe sin Ia libertad, ni la libertad sin la vir pasaje de la carta que Rousse ‘demarzo de 1764): “No son: Jamanera de ser que resulta de todo esto. La ‘tado con sus miembros; cuando estas relaciones cambian © patria se desvanec Por su parte, Camilo Henriquez sostiene que la “Patria es esta gran familia, esta sociedad de nuestros conciudadanos, que comprende todas las familias”, por lo que “debemos amar lia, que estuna entre tantas. El interés pe ladano participa de la felicidad y gloria dela Patria” ("ElCatecismo de Jos Patriotas”; Camilo Henriquez, 1970: 201). Un articulo aparecido en la Aurora, de Antonio José de Irisarri, pero que presumiblemente interpreta también la opinién del director y editor Camilo Henriquez, titulado “Discurso dirigido por la Aurora de Chile a los patriotas de nombre”, afirma que “el amor a la patria es una de aquellas innumerables cosas que se dicen sin entenderse. Por el combatir esta gnorancia, definiendo el amor aspire al ren los mas, aquella area de tierra en que nacieron; pero como to y limitado, es preciso decir a estos hombres que la es el suelo que pisan, ni son los cerros, ni 10s ros, ni los arboles, ni fas casas; que es otra cosa mas digna, la més excelente que salié de las manos del Autor Universal: los hombres reunidos bajo un gobierno y unas leyes quea 24 todos favorecen igualmente” (A.J. de Irisarri: “Discurso dirigido por la Aurora los patriotas de nombre", Aurora de Chile, N° 37, 22 de Octubre de 1812). Asi, la concepcién. i jo Henriquez coincidente con la de Rousseau y la tr 4 nocién de cardcter politico: “patria” se ide ciudadanos y la vida que surge entre eos. ‘variacién de nacionalismo que apele a alguna nocién apolitica comoel pais natal ola tierra de los ancestros. Recientemente Maurizio Viroli (1999) ha insistido también sobre esta tematica del amor ala patria y su relacién con el pensamiento je Maquiavelo y Montesquieu, ‘con la tradicién politica de los republicanos clasicos, como Cicerén, Tito Livio y Salustio. Igualm se ha esforzado por as diferencias existentes entre esta tradiciOn de patriotismo repuiblicano jonalismo moderno. ‘onsecuentemente con lo anterior, en Camilo Henriquez, el amor a la ppatria aparece como resultado de Ia experiencia de la libertad. Sin libertad, sostiene, nadie tiene patria, Esta es la situaci6n que vive un hombre bajo ‘una tiranfa, como es, en su opini6n, el caso de los habitantes de las colonias hispanoamericanas:* "Si el amor a la patria no es tan general como se deseara observa con disgusto en 1812- es en consecuencia de la antigua opresién. Ninguno tenia patria, porque a ninguno dejaba de oprimir y porque no se interesaba en la dicha de ningun ciudadano” (C. Henriquez: “Del patriotismo ‘o del Amor a la Patria”, Aurora de Chile, N° 26, Tomo 1, 6 de Agosto de 1812). ‘una vez més el texto de la "Economia ica”, el vi de las repablicas, en donde los duos se saben parte de una comunidad politica donde no son extraneros, sino ciudadanos: “Que todos tengan alguna parte, alguna influencia administracién de los negocios pul ara que nose consideren; y para que las leyes ademas, a que establece la ley: "Lo que es ain mas tir fuera de las replicas, es una integridad 1970: 210), 25 severa en hacer justicia a todos y en proteger al débil contra la tirania del rico. Sila debilidad no est siempre protegida porla fuerza publica resulta un estado sumamenteinfeliz y que induce Ia indiferencia por el bien comin” (Id). En esto Camilo Henriquez se enmarca de manera transparente en la concepcién, ‘epublicana de la libertad: el vivir libre es estar liberado de la dominacién y Ta servidumbre, que incluye la participacién en el gobierno, pero también la (eal poder dea riqueza, que hace posible e ercicio igual ara todos. Este régimen de la vida en comin como un ra que los ciudadanos amen la patria”, “para que haya patra y ciudadanos” (Ibid) En la Aurora, 24, aparece también esta concepcién del amor patritico identificado con un sentimiento propio del “hombre de una Republica bien Constituida’, Este sentimiento de vivir libre en un estado libre da ugar a las emostraciones més sublimes de patriotismo. Los casos paradigmaticos de {a historia republicana son presentados: Esparta, Roma, los Griegos frente a tos persas, mas recentemente los Estados Unidos, entre otros. En todos ellos, Camilo Heneiquez destaca el valor de sus ciudadanos en el campo de batalla para defender su libertad frente a enemigos, conformados por “tropas de viles Exclaves” (C. Hentiquez: “Sobre el amor de la libertad”, Aurora de Chi 34, Tomo 1, 23 de julio de 1812) La experiencia de Ia ibertad de la repuiblica rea esta especial identificacién de la suerte de cada cual con Ia suerte de la Comunidad politica a la que pertenece, en oposicién a lo experimentado por pucblos somtetidos. La libertad individual resulta coincidente con la libertad Politics, experimentada de una manera peculiar por un miembro de un cuerpo Politico libre. La ciudadania republicana asi se icentifica con elamorala patria J con el odio a la tirania: “Conozcan los pueblos que son libres y que deben Zerlo,y entonces serdn soldados de la patria, dos peleardn con entusiasmo por sulibertad,y la tirania desaparecerd dela faz dela tierra. Pero quées lo que Piracteriza més esencialment la libertad de los pueblos? Sin duda el derechoa hacer sus Ieyes: mas no conservarsn esta prerrogativa inapreciable si todos los ciudadanos no estén dispuestos a tepeler por si mismos (C_) Hiaced que (el pueblo) conozca que es libre y que debe serlo; haced que Conozca que la libertad lo pone a cubierto de males incalculables, haced que Comiencela pustar algunas de sus ventajas, alo menos una pequefa parte de sus grandes bienes, y entonces una revolucin, cuyo objeto es la libertad, dard los espiritus un movimiento nuevo, y nuevas ideas, y alos corazones nuevos Sentimientos,Entonces resplandecerdn en vuesto pas el patriotismo escoltado {elas virtudes republicanas y aspirando aacciones inmortales Los que ducen de estos principios, no tienen idea dela libertad, no conocen su fuerza magica, 26 F | | ni su asombrosa virtud” (C. Henriquez: “Alocucién a don José M. Carrera”, ‘Aurora de Chile, N° 26, Tomo 1, 6 de Agosto de 1812) libertad aparece definida a partir de a pra repiiblica, No solo se pide garantizarlaindependencia ibién la libertad de sus miembros al interior de la pr /-En un texto que completa y refuerza riquez afirma: "Solo es feliz el hombs bajo una constitucion liberal, y unas leyes sabias y equitativas. Poco importa Ia libertad nacional sino se une con la libertad civil. Cudntos pueblos gimen bajo un yugo de bronce aunque forman eslados independientes! La libertad debe rodear al hombre bajo la garantia de la ley (..) La libertad debe de parte delestado asegurar a todos os ciudadanos una gran consideracién y dignidad. DDebe ser una cualidad inapreciable laciudadanfa, ha de ser una dignidad el ser cudadano (..) Los Romanos se distinguieron sobre todos los pueblos del undo por la atencion escrupulosa de las autoridades en respetar y conservar inviolables los derechos de todos las individuos de la repiiblica. Alli nada habia més respetable que la vida de un simple ciudadano: para condenar a {uno se necesitaba convocar a la asamblea del pueblo. La majestad del senado, Ia autoridad de los cénsules, estaban en esta parte muy terminadas por la ‘Todo respiraba dentro de Roma yen sus ejécitos aq Romano, que exaltaba su valor y lo sostenia en los ““Aspecto de las Provincias Revohucionadas de América”, 1,3 de Septiembre de 1812). ‘Camilo Henriquez advierte que la libertad es en un extremo, libertad hacia el exterior, representa la libertad del Estado: “Que la patria no dependa dela Espata, dela Francia, de Inglaterra, de Turq) que se gobierne por si misma” ("El Catecismo de los Patriot re, pues, consiste en vi la que goza un indi individuos como ciudadanos. En este sentido, vi ién vivir en un estado en donde puedan experimen tad, como dice Camilo Henriquez, que conozcan que “son libres y {que deben serlo”, que comiencen a “gustar algunas de sus ventajas” descubran que esa libertad los “pone a cubierto de males incalculabl "lo que caracteriza mas esencialmentela libertad de los pueblos” es “el derecho aa hacer sus leyes”. En el otro extremo, entonces, la libertad es libertad hacia el interior. Estos son los dos polos de la libertad que subrayan los escritores republicanos. Para mantener un “estado libre” se requierela libertad del Estado frente al enemigo externo. Pero, sin embargo, la base de esa libertad frente al 2 ico (Ski lo Henriquez percibe, de una manera coincidente con toda una larga pensamiento republicano, que la instalacién de la repuiblica y su. pproteccién depende fundamentalmente de la virtud de sus defensores naturales: Jos ciudadanos. La virtud es interpretada en términos anslogos a los de la lode todo hombre inteligente, iquez: “Idea del gran objeto de la sociedad y la Administracién”, 1NP2, Tomo 1, 20 de Febrero de 1812). Hacia el final de la “Proclama ino Lemache2”, a propésito de los representantes ante el Primer Congreso Nacional, sostiene: “ del entendimiento deben unirse las virtudes patristicas, adoro magnifico del eorazén humano, el deseo acreditado de la libertad, la disposicion generosa de sactificar su interés personal al interés universal del pueblo. En el momento fen que se constituye tn hombre legislador por el voto y la confianza de sus ‘conciudadanos, deja de existir para simismoy no tiene mas familia quella gran (Camilo Henriquez, 1970: 66). 1813, “en medio del estruendo dela guerra” y “enelaiio /,Camilo Henriquez clama por un juicio severo sobrelos seales progresos de la revolucién. Examinemos, dice, “sinos hemos preparado rtad abriendo nuestros corazones a nobles y desinteresados hemos adquirido virtudes republicanas, entre las cuales son las, principales lajusticia, el desprendimiento de intereses personales, prefiriendo al bien particular y propio el bien paiblico y la causa de la Libertad: 0 si por ‘ctadas po Sempre la misma" (CE Thomas Hobbes, Lvirn, eat XXD, 28 deestas virtudes estamos condenados a ser esclavos eternamente” (“Discurso ‘en el aniversario de la instalacién del nuevo Gobiemo"; Camilo Henriquez, 1970: 190), el odio a la tirania: “Exaltadi por el amor a un gobierno liberal, justo y equitativ [a libertad politica (...) y por el aprecio a una constitucién que él mismo ha ido (...) no hay peligro que no arrostre, no hay obstéculo que no supere, no hay accién magndnima de que no sea capaz, cuando la patria peligra o estan amenazados sus derechos, La idea de la libertad es muy hermosa, cuando es ppresentandose al énimo acompafiada de sus bienes y encantos, excita en dl un entusiasmo abrasador einvencible. La historia de las repiiblicas ‘abunda en hechos que prueban esta verdad; rasgos sublimes de patriotismo ‘que honran a la naturaleza humana y que ensoberbecen nuestra condici6n ¢.) En las provincias Americanas, sujetas antes al imperio espaol, se abre en la época actual una escena muy brillante. E! valor, la ‘én de los héroes, cl entusiasmo de los republicanos antiguos y modernos, se han desplegado ¢gloriosamente por la gran causa de espadade la tirania expirante ha inmolado en algunas mas; pero de su sangre se han levantado nuevos héroes (...) Las crueldades con que la dominacién antigua se despide del nuevo mundo, su desesperacién y rabia sanguinar ‘aun en sus tiltimos alientos, la han hecho mas odiosa, han descubierto tod ‘su cardcter y han puesto a los hombres en la necesidad de vencer 0 morir” (C. Hentiquez: “Sobre el amor de la libertad”, Aurora de Chile, N° 24, Tomo 1, 23 de julio de 1812). La defensa de la libertad y del régimen que la hace posible descansa en ese amor a la libertad que experimenta aquel que lucha en defensa de su propia libertad y no por los intereses de un rey: “La esperanza es el movil del Corazén humano: persuédanse los hombres que del nuevo orden de cosas ha de resultar un aumento de prosperidad publica, y todos serdn sus ardientes defensores. Interésese su amor propio; esperen tener alguna influencia negocios piiblicos, y defenderan como propia la causa comin. Esta es la raz6n de la admirable actividad, ardor y firmeza que han mostrado los pueblos en las revoluciones republicanas. No se pelea entonces por 10s it rey, sino por la parte de la soberania que corresponde a cada citidadano” (C. Hensiquez: “Del entusiasmo revolucionario’ de Chile, N° 10 de Septiembre de 1812). A mi juicio, en este ti yenel cual goza de 29 {que la virtud ha de ser concebida inicialmente como una pasién,” que naciendo de la experiencia de la libertad, se instala en el corazén humano e impulsa su voluntad. La libertad de que se nos habla es la propia libertad, no ajena; [por eso se lucha y se defiende la libertad. Solo un régimen de movilizacién politica puede inculcar ese tipo de amor a la patria y su correlative odio a la y en estocconsiste a fuerza dela virtud civica. Su fortaleza radica en ese deseo vivo, una pasién sin duda, que se interpreta como un sentimiento vivo presente en los ciudadanos de la repuiblica. Un autor clave como Montesquieu percibe que la virtud contiene en su centro un importante componente de pasion: “Se puede definir esta virtud ~dice- como el amor a las leyes ¥ a tuna preferencia continua del interés puiblico ‘Todo depende, pues, de instaurar ese amor ‘ena Republica” (Del Espiritu de las Leyes, IV, 5); "La virtud en una Repibtica tes sencillamente el amor a la Reptilica. No es un conjunto de conocimientos, ‘sino un sentimiento que puede experimentar el iltimo hombre del Estado tanto como el primero” ). En consecuencia, el amor a la patria se nos descubre como el amor a la libertad, interpretado como el deseo de la libertad: “Deseo tinico y sublime de las almas fuertes, principio de la gloria y dichas de la Republica, germen de luces, de grandes hombres y de grandes obras, manantial de virtudes sociales, de industrias, de fuerza, de riquezal” (Camilo Henriquez, 1970: 61). Por esta ‘mo, la virtud civica ha de ser inculcada primariamente como este Sentimiento de amor, amor ast libertad, en este sentido, “amor propio”, como dice Camilo Henriquez siguiendo al Rousseau del Discurso sobre la Economia Solo de este modo, se piensa, un hombre esté dispuesto a defender 30 con su vida la existencia de su gobierno. En este punto de su argumentacién, ‘se manifiesta la intima vinculacién que establecen los escritores repul ‘entre la virtud civica y la libertad. Camilo Henriquez esté pr6ximo a per quello que Maquiavelo expuso de una manera transparente en su andlisis de la experiencia de la repuiblica romana, y que Quentin Skinner ha destacado en los tltimos aftos. ‘Skinner, recordemos, hahecho notar queeltérmino irtud, particularmente central en el lenguaje politico republicano, forma parte de una fuerte teoria del deber civico, Segxin su andlisis, la principal pregunta que se formulan los ppensadores republicanos es de qué manera puede asegurarse politicam« régimen de libertad, Responden que es indispensable para Ja mai ‘un gobierno libre que todo el cuerpo politico de los ciudadanos esté imbuido de un sentido de la virtud publica tan poderoso que no pueda ser sobornado. nisometido por fuerzas externas o ambiciones facciosas que pretendan socavar jen comiin. Ello requiere que los ciudadanos se comprometan a servir y cultivarel bien desu comunidad de dos maneras. Deben, en primer lugar, estar dispuestos a defenderla con las armas de las amenazas externas de conquista y esclavizacién. El otro aspecto del deber civico que destacan los escritores republicanos es la necesidad de evitar que el gobierno caiga en manos de individuos ambiciosos 0 grupos facciosos. Esto tltimo exige que todos esté fen guardia y permanezcan vi , para impedir que aquellos elemer ambiciosos 0 facciosos acumulen indebida influenc ‘mantencién del gobierno libre requiere que todo el cuerpo de ciudadanos er, 1992). ‘supervise permanentemente y participe en el proceso politico ( De este modo, la doctrina del deber civico contiene dos m defender una comunidad libre: la virtud necesaria para defender la frente al enemigo exterior y la virtud para conformar un cuerpo pol hombres libres. Como lo observa Maquiavelo, a propésito de la rept romana: "Conocemos ahora por la lecci6n de la los pueblos y las ciudades con I imbre (...) Es ff Te viene al pueblo esa aficin a conocer de dénde wr experiencia que sando viven en. sudnta grandeza de entender: porque lo que hace grandes a las ciudades no es, elbien particular, sino el bien comuin. Y sin duda este bien comin no se logra Roma después de. desired y gue tara cx postr, se habla mis bin amour de so mis que en las reps encamine a tal propési Por su parte, Camilo Henriquez, en su “Catecismo de los patriotas”, percibe el ideal republicano del deber civico dentro de su critica al sistema Eolonial espaftol. Lohace en un primer momento, al observar queeneeste sistema politico, “se consideraba la patria como el dominio de un hombre solo, que faba el nombre de rey. Los que debian haber sido rganos e intérpretes de éstas ponen en ejecucién todo lo que se las leyes fundamentales de a sociedad, eran instrumentos de injustcia. Los que debian ilustrar a los pueblos, fortificaban y canonizaban la tirania con impias inéximas. Los soldados, mantenidos con las contribuciones de los pueblos, rno eran soldados de Ia patria, sino soldados de! rey; no eran ciudadanos ni defensores de! 10 sus opresores” (Camilo Henriquez, 1970: js instrumento de fa dominacién de un hombre cra precisamente porque no iudadanos, La defensa de la libertad lad de de dominacién, estriba en que ellos onformen un cuerpo politico de hombres libres que se autogobiernan y, deste modo, defiendan su propia libertad y no la de otro hombre. En esto consiste 1 de la ciudadania que concibe a los ciudadanos como los defensores. ica. Este ideal implica hacer comprender a un hombre que \d individual no es independiente de la libertad public ‘smo, que st libertad es en medida importante libertad ‘tad individual depende de su libertad politica. Por lo tanto, aquellos fos, letrados y magistrados no son hombres libres, y son instrumentos de Iadominacién de un solo hombre, justamente porque no son en esto también. ciudadanos, es decir, hombres que realizan esas ocupaciones como parte de su ‘de ciudadanos, como parte de la empresa diaria de defender su propia 1d, en comiin con sus pares, frente alos intentos de aquellos que quieren ia para instalar su dominacién.”” © lo que ony dentro de un epimen “faa ned que se nomen algunos poe cee Para ara pi Par sue tng el pb sige feel en Tos negocios pie, einspensble qe el 32 Pero, comoes previsible, Camilo Henriquez.es consciente, como muchos otros republicanos, de que esto no es un producto esponténeo en la mente de tun hombre. Es necesario formar al ciudadano. Y este es el papel que juega la virtud. En efecto, en un segundo momento, advierte que la mantencién de la libertad depende del irtud que forma al ciudadano. Para que libertad “se necesitan virtudes”, declara. ;Cuales son estas virtudes para lo Henriquez?: “La libertad se conquistacon el valor o a fortaleza. Esta es la principal virtud de las replicas (...) Pero no todos los ciudadanos deben ‘manifestar el valor de un mismo modo. El magistrado que hace triunfar la ley, ea haciendo frente y destruyendo a los malvados 0 a los perturbadores de a ‘orden, alos complotados contra a libertad y seguridad del pueblo, ria el tributo del valor y la magnanimidad, como el soldado que Evanza bajo el fuego del enemigo. Por la misma raz6n, el hombre piblico que sacrifica su opinién y sus sentimientos al terror, es tan cobarde como el militar ‘que en el combate arroja las armas y huye. El funcionario que por adulaci6n 0 por interés compromete los derechos populares, es tan perverso y vil como el militar que se dejase corromper por el dinero del enemigo” (Camilo Henriquez, 1970: 207-208). De esta forma, la reflexién del mismo Camilo Henriquez Io conduce al examen del otto gran tema republicano asociado al cultivo de la virtud Civica: la denuncia del vicio y de la corrupci6n. Segiin el argumento anterior, En contrapartida, el jumbre, propia del despotismo. Vicios como la ambici privilegio del benef los sintomas de la corrupcién, que, por cierto, no es una cuestién de interés puramente privado, sino también, y preferentemente, publico. Los vicios son "or xara e gobierno", pot 33 1s, y no simplemente privados. Asi, Camilo Henriquez observa que jonarquias no puede unirse bien, ni subsistirla grandeza de alma con la degradacién que se ve en los palacios y con las humillaciones y bajezas fa que es necesario sujetarse para hacer fortuna (...) En un gobierno arbitrario rninguno incurre en la tentacién de adquirir mérito, ni talentes, porque saben que los empleos y la: se distribuyen por un ia, la mediocridad, y atin la incapaci -bajezas, adulaciones, robos y otros delitos” (C. Henriquez: “Del honor en los pueblos libres”, Aurora de Chile, N° 32, Tomo 1, 17 de Septiembre de 1812). Estos Juieios coinciden en lo central con Montesquieu: “Sé muy bien que no es raro encontrar principes virtuosos, pero sostengo que es muy dificil que el pueblolo sean una monarquia. Léase lo que los historiadores de todos los tiempos han ‘dicho sobre la corte de los monarcas; recuérdense las conversaciones de gente de todos los paises sobre elcarécter despreciable de los cortesanos: no se trata de especulaciones, sino de una triste experiencia. La ambicin en la ociosidad, deseo de enriquecerse sin trabajar, la aversi6n por la verdad, laad aicién, la perfidia, el abandono de todo compromiso, cl desprecio de los deberes de ciudadano, el temor de la virtud del principe, la esperanza de sus debilidades y sobre todo, el ridiculo de que siempre se sn a mi modo de ver el carécter de la may con ser engafiados. El cardenal Richelieu ‘que si en el pueblo se encuentra algxin desdichado hombre honrado, jonarea debe evitar servirse de él. Hasta tal punto es verdad que el resorte ide este Gobierno no es la virtud!” (Del Espiritu de las Leyes, 1, 5). En una férmula Iicida y sugere io define la corrupcién. como la ineptitud para la vida libre frase de Maquiavelo resume lo central: la corrupcién devela a una comunidad que es ineapaz de sulta particularmente notable en un yuez. lo observa: la corrupcién que de un pueblo, que desconoce sus derechos. En tun texto ya comentado, afirma que “esta es (...) la causa por qué los vasallos de los gobiernos absolutos viven en una perfecta ignorancia de la politica, de los intereses piiblicos y de los derechos del hombre y del ciudadano. Mientras reside en la ignorancia 34 mayor es el despotismo, mayor y més tenebrosa es esta ignorancia: de modo que cuando se conmueve y derriba el coloso de Ia autoridad despética, se hallan los hombres ignorando lo que més les convenfa saber” (C. Henriquez: "Del entusiasmo revolucionario”, Aurora de Chile, N’ 31, Tomo 1, 10 de Septiembre de 1812), El conocimiento de la pol oficio de un ciudadano libre, régimen de libertad, Se puede decir que este saber de “Ia politica, de losintereses piiblicos y de los derechos del hombre y del ciudadano” forma parte de esa fuerte teoria del deber civico que menciona Skinner, esto es, forma parte de la virtud eivica. Al contrario de lo que ocurre bajo los despotismos, nos informa lo Henrique, “los ciudadanos de | somo tienen influencia negocios pablicos, procuran inst aparece destacado, pues, como parte del tun republicano: ‘por débil que sea el influjo de mi voz er piiblicas, el derecho de votar en elas me impone la obligacién de instruirme’. Por esto en dichos estados los papeles publicos tienen un consumo increible. En Estados Unidos, por ejemplo, solo en Nueva York se publican diariamente siete periédicos y se expenden més de veinte mil ejemplares. En Boston se tres dos veces cada semana y cada periédico despacha més de cinco fquez deduzca Ia necesidad de cuidar la ropésito declarado es formar una opinién piiblica que reemplace a in degradada heredada del despotismo. A su juicio “la opinion influye sobre el espiritu humano mas fuertemente inspiradas y perpetuadas por la educacién, los discursos familiares y el acia de todas opinién verdadera se funda falsa tiene por base la ignorancia y las ‘mayor interés que a las opiniones Henriqui 10 de Septiembre de 1812). *,Qué remedio pues -se pregunta puede oponerse al err ignorancia, a todas las causas odiosas que producen el letargo ¥ depravaciGn de los cuerpos sociales? Solo hay un remedioy es a manifestacion dela verdad y la PROFESION PUBLICA Y SOLEMNE DE LA OPINION DE "ATRIA. Enefecto, general sélidos en toda 1| pueblo, cultivando la raz6n publica, antiguas causas de error y (C. Henriquez: “De la prote iblica de la opinion de la pate 30, Tomo 1, 3 de Septiembre de 1812). Laignorancia ‘sen tiltimo término politicamente perversa porque forma un individuo inepto para vivir lbre. La servidumbre precisamente fructifica en el letargo de cuerpos Sociales surnidos en el error y la ignorancia, en el embrutecimiento, el fanatismo y lasupersticién, que los hace proclivesa la corrupcién. Elavance del despotismo ¥laservidumbre significa que el bien puiblicono esta manifiesto ante los ojos de todos, especialmente ante aquellos que justamente por su tosquedad, pueden ser esclavizados, Cul es el remedio? Camilo Henriquez responde que es la “manifestacién de la verdad y la profesién publica y solemne de la opinién de la patria’, es decir, de lo que se trata es de manifestar y generalizar ese bien piiblico ante la razén de todos con el fin de rectificar la opinién. Desde esta perspectiva, cobra especial significacion la fundacién del primer periédico chileno, obra cel mismo Camilo Henriquez. La Aurora de Chile es un periédico de gobierno, su jea en términos de lo que ficacién del proyecto de la Prospecto del 12 de febrero 12: "Esta ya en nuestro poder, el grande, el precioso instrumento de la “on universal, la Imprenta. Los sanos principios, el conocimiento de hos, las verdades sélidas y ttiles van a difundirse entre todas las clases del estado (...) Empezara a desaparecer nuestra nulidad politica (Go. interesa consolidar la of ipar infundados recelos y persegui errores hasta en sus tiltimos atrincheramientos” (C. Henriquez: rora de Chile, 12.de Febrero de 1812). rente la prensa que intenta inaugurar Camilo Henrfquez no busca ibertad de imprenta fundandose, por ejemplo, en argumentos 10. La Aurora de afirma, es la mi vverdales slidas y titles, perseguir y combatir los errores, consol ebilitar la funesta influencia de las antiguas causas de error y embrutecimiento, desterrar la ignorancia. En breve: formar la opinién del ciudadano. En ningtin 36 i | i establecer una tribuna neutral, donde se ampare el derecho, adas. rofundizar este juicio es, nuevamé roga y responde, sigui “{Cudles una de las seni lalibertad de imprenta? -El denunciar al piblico todos los abusos. El propagar las buenas ideas. El intimidar a los malos. El proponer sabios reglamentos y Aitiles refermas. El combatir los sistemas perjudiciales” (Cami 1970: 207-208). Este pasaje nos muestra que la libertad de imprenta qu Henrique reclama no se halla guiada por ito de defender la libertad ‘como lo haria, por interferencia, como! (lbid.: 202). Mas adelante indica que los limites de la libertad estén dados por los derechos del hombre y del ciucladano: “La observancia y conservac estos derechos forman la libertad: donde no son res (bid: 205). Yes exactamente aqui, en relacién con es revelador, muestra cémo el interés que guia su pet establecer una libertad definida por un contenido y no} se eterizaron los abusos en el antiguo sistema? ~Por de no haber imprenta libre. En el antiguo sistema estabamos tan lejos de ver ‘observados y respetados los derechos, que ni aun los conocfamos, ni teniamos idea de ellos. Educindonos en la ignoran« ‘canonizaban la tirania, los soldados no eran ciudadanos defensores de la libertad publica, sino opresores al servicio de un rey. En virtud de la ignorancia y el error, “estaba considerada la opresién como el estado natural del hombr concluye: “Por es9, a libertad supone una gran masa de luces esparcidas sobre la muchedumbre, yal contrario la tirania domina entre errores y tinieblas” (Ibid: ertad de imprenta, por tanto, esta pensada para hacer posible la impedir la tirania. Erradicar el error significa exactamente erradicat la posibilidad del despotismo; para eso se necesita esparcir las luces © acoriva es mi por medio dela libertad de imprenta. Nohay que equivocarse: Henriquez est pensando en clave politica y republicana. Por lo mismo, debemos desterrar imagen que nos presenta a Camilo Henriquez como escritor ita. En particular, respecto de este punto, no se piense en él Eomo alguien que quiere esparcit luces para hacer de Chile una repuiblica de fa, en su argumento, la exigencia de libertad de imprenta no esta concebida como la exigencia de un derecho in al modo como To entiende la tradicién liberal, como proteccién de lo que I. Berlin llamé la libertad negativa, sino como el derecho de un individuo que es un ciudadano, consciente del deber que tiene de defender por si mismo su libertad frente ala fmenaza de aquellos que desean esclavizarlo. Libertad de imprenta significa ‘reacion de una tribuna que eduque al ciudadano, que forme la virtud mediante Ia denuncia al puiblico de los abusos, la propagacién de las, ‘buenas ideas, la intimidacién de los malos, la propuesta publica de reglamentos sabios y reformas tiles como asimismo el combate de los sistemas perjudiciales, Una tribuna, como lo dice el mismo Camilo Henriquez tantas veces, que forme yy cultive la faz6n pablica: “Es oportuno recordar lo que se ha repetico tantas yeces, la. necesidad de promover Ia educacién, de generalizar los buenos jonar y atin formar la raz6n publ Henrfquez: “El “Aurora de Chile, N° 41, Tomo 1, 19 de Desdeesta perspectiva, a la existencia de una prensa prensa es contribuir a hacer ‘ocultar a la mirada del pal liberacion politica puede ser piblica gracias re, en su sentido republicano. El papel de la blicos los asuntos de Estado, de modo de no “Jos ciudadanos- dichos asuntos. Con ello favorece la formacién y de la razén publica. En peridicos de gran tiraje y consumo masivo, como es el caso, dice, de las ciudades en los Estados Unidos, el ciudadano esta participando de la deliberacién politica: “De aquies que los peridclicos, o papeles piblicos, de los pueblos libres son la verdadera Historia del tiempo presente; describen con ingenuidad los sucesos adversos y los prosperos; presentan los clamores de los oprimidos, el estado bueno o malo de las rentas puiblicas, de la educaci6n, ina; advierten al Gobierno de lo que debe recelars presumir; transcriben los debates y dictmenes, o sensatos 0 os miembros de la Legislatura”. Ai tiempo que, "por el contrario, los peri6dicos de los paises esclavos son una coordinacién de mentiras para mantener la {lusign ele! pueblo, y munca le hablan de lo que més le interesa saber” (Camilo Henriquez, 1970: 237-238) 38

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