La ideologia en “Es que somos muy
pobres” de Juan Rulfo
En la literatura, como en las demés ar-
tes, la ideologia’ representa una parte
importante del texto que se entrelaza
e imbrica con otros elementos de la
obra, Mucho se ha teorizado y teoriza
sobre las relaciones entre ideologia y
arte, y més especificamente, entre ideo-
logfa y literatura, sin embargo, es pre-
ciso sefialarlo, no hay un método para su
estudio y andlisis que sirva de una vez
por todas. Es necesario mostrar e6mo se
produce o manifiesta dentro del texto di-
cha ideologia, qué factores de la estruc-
tura la revelan y de que manera con-
tribuyen a crear ciertas predisposiciones
en el lector, por ejemplo, hay persuacién
a través del lenguaje que se logra me-
diante la estilistica, el orden de la argu-
mentacién, etc
En la obra hay varios niveles y no
en todos se expresa la ideologia. A veces
hay huellas en un lado que tienen que
1 E] andlisis del cuento se ha realizado
de acuerdo con un marco tedrico que, segin
os planteamientos de Marx, llama ideologia a
aquellas formas de conciencia que se confor-
man a partir del mundo de apariencias que
brota de las inversiones dadas en las relacio-
nes sociales de produccién e intereambio. En
‘este sentido se habla de que la ideologia de-
forma la realidad, y por ello debe entenderse
ese acomodamiento de las cosas, esa expli-
cacién valorativa interesada que viene ajusfi-
car una posicién particular haciéndola apare-
cer como general. Esto supone entonces as0-
clar la ideologia no a6lo al grupo social a que
corresponde sino también a la situacién que
guarda tal grupo en el contexto de las rela-
ciones sociales de produccién, de intercam-
bio y de convivencia. Cf. Karl Marx. La ideo-
logia alemana. La Habana, 1966; Leszek Ko-
lakowaki. El hombre sin alternativa. Madrid,
1970,
relacionarse con lo implicito, otras ve-
ces hay marcas explicitas. La aparicién
de lo ideolégico, como vemos, no es sis-
temética. Es en el aspecto seméntico
donde se puede seguir més claramente
un hilo conductor, pero incluso aqui es
dificil, pues el estudio de la ideologia
exige cierto conocimiento de la historia
socioeconémica del contexto social de la
obra y su combinacién con un saber lite-
rario y lingiifstico. Vaya pues el presente
trabajo como un modesto intento de re-
basar tanta complicacién.
Uno de los elementos de la coheren-
cia? de este cuento® consiste en que apa-
recen varios entes individuales en torno
a los cuales gira el texto: un narrador-
personaje (hijo), el padre-la madre, tres
hijas, una vaca-un becerro y la pareja
Muvia-rfo. Los sucesos que se desarro-
lan se dan en el 4mbito rural y la ac-
tividad agricola de que viven los per-
sonajes depende de la parcela, ya sea
como pequefia propiedad minifundistao
ejidal. Por otro lado, dado el contexto
econémico de la pobreza y la macroes-
tructura ideolégica del fatalismo, cabe
concluir que la parcela es de temporal
Bien sabemos que debido a la in-
seguridad que ofrecen las variaciones
climatolégicas, el campesino que cul-
2 Parte de la terminologia empleada es
Ja que sugiere Teun Van Dijk en Texto y Con-
texto. Madrid, 1980. Sin embargo, no com-
partimos sus concepciones sobre el andlisis
ideolégico de los textos expresada en Some
notes on ideology and theory of discourse.
‘México, 1980 (inédito entonces).
$ Juan Rulfo. “Es que somos muy po-
bres” en El llano en llamas, Fondo de Cultura
Econémica, México, 1973.
280tiva tierra de temporal no es sujeto de
crédito, por lo que sus implementos de
trabajo son rudimentarios, es decir, en
su parcela no entra el riego ni la técnica.
Debido aestas cireunstancias especfficas
de su condicién econémica hay un ele-
mento ideolégico que forma parte inte-
gral de su conciencia: el fatalismo. Esta
Gsién del mundo que considera que lee
sucesos estén ineludiblemente determi-
nados por el destino, atraviesa de prin-
cipio a fin el cuento que analizamos, lo
que constituye un factor importante de
la coherencia ideolégica global del texto.
Asi pues, la macroestructura ideolégica
del cuento consiste en que los persona-
jes se encuentran enfrentados a fuerzas
‘contra las que estan convencidos no pue-
den luchar.
E] sentimiento de imposibilidad pa-
ra modificar la realidad se manifiesta
textualmente a través de una serie de
sucesos. El cuento se inicia con la si-
guiente proposicién:
‘Aqui todo va de mal en peor
Esta afirmacién aglutina la siguiente in-
formacién: “La semana pasada se murié
mi tfa Jacinta”, “comenz6 allover como
nunca”, “el agua fria que cafa del cielo
quemaba aquella cebada”, “la vaca...se
la habfa llevado el rfo”.* Se dan una serie
de sucesos negativos en los cuales apa-
recen ciertos elementos ante los que la
acci6n humana es imposible: la muerte,
la lluvia, y como consecuencia de ésta
4 Hay una enumeracién de sucesos ne-
gativos en un mismo parrafo, pero Rulfo uti-
liza otro para decir que el rio se lev6 la vaca.
Este solo hecho sintdctico nos revela la im-
portancia del suceso, la forma de la expo-
sicién nos persuade de la relevancia que tal
circunstancia tendré dentro de la narracién.
‘Vemos, pues, que una estructura superficial
puede deeempefiar una papel directris en la
ura,
el crecimiento del rfo que cierra el ciclo
con la muerte de la vaca. La situacién
econémica se presenta en el mismo ni-
vel de los elementos naturales, veamos.
Dado que la vaca ha muerto, desaparece
también la posibilidad de que Tacha se
case, es decir, que la falta de patrimonio,
‘ocasionada por eircunstancias naturales
ineludibles, determina fatalmente la ac-
tividad y el destino de la muchacha. Y
aa se exprosa ono texto, dee ol narra-
lor:
La tinica esperanza que nos queda es
que el becerro esté todavia vivo. Ojala no
+e le haya ocurrido pasar el rio detrés de
su madre. Porque si asf fue, mi hermana
Tacha esté tantito asi de retirado de
hhacerse piruja.
Y dice el padre:
Y acabaré mal; como que estoy viendo
que acabaré mal.
Ante estos personajes la realidad social
es inmutable, frente a las circunstancias:
se encuentran desarmados.
Por otra parte, hay ciertos elemen-
tos estil{sticos que nos persuaden® para
estar de acuerdo con el fatalismo fami-
liar. La importancia de los s{miles es ma-
nifiesto. Observemos la siguiente com-
paracién:
El rio es: estruendoso, al oftlo pa-
5 Para problemas de persuasion Cf. Wi-
liam McGuire, “PersuasiGn, resistance, and
attitude change” en Lola Pool y W. Schramm,
Handbook of communication. Chicago, 1973,
pp. 216-252; Carl Hovland, “The role of pri-
macy and receney in persuasive y communi-
cation” en Samuel Himmelfarb, Alice H. Ea-
ely, Readings in attitude change, New York,
1974, pp. 262-274; Rolf Sandell, “Persua-
sive effects of style” en Linguistic style and
persuasion ‘European Monographs in Social
Paychology) Ed. H. Tajfel. London, 1977, pp.
70-103.
281recia “que se estaba derrumbando el te-
cho de mi casa”; fétido, “Se olfa...el olor
podrido del agua revuelta”; caudaloso,
“Ja creciente esta que vemos es la ms
grande de todas las que ha bajado el rio
en muchos afios”; poderoso, arranca los
Arboles “con todo'y rafces”; destructor,
“hay gente mirando el rfo y contando los
prejuicios que ha hecho”, “se habia lle-
vado la vaca”. Tenemos, por otro lado,
ciertas caracterfsticas de Tacha: “Por
su cara corren chorretes de agua sucia
como sf el rfo se hubiera metido dentro
de ella”; “De su boca sale un ruido se-
mejante al que se arrastra por las orillas
del rfo”; “El sabor a podrido que viene
de alld salpica la cara mojada de Tacha”.
Como vemos, el rio podrido y fétido, es-
truendoso y destructor parece haber en-
trado en el cuerpo de Tacha lo que hace
suponer al lector que el mismo cardcter
devastador del rio se dara en ella. Por
medio de este factor estilfstico, el lector
es convencido de que no hay otro fin po-
sible en la vida de Tacha.
Pero la comparacién no sdlose esta-
blece con el rfo, sino también con las her-
manas prostitutas, ya que, se nos dice,
“tiene unos comienzos de senos que pro-
meten ser como los de sus hermanas:
puntiagudos y altos y medio alborotados
para llamar la atencién”, Este simil pro-
duce cierto efecto persuasive en el lector.
La protagonista ha heredado cualidades
especificas de las hermanas. Las leyes
de la herencia son ineludibles. Enon.
tramos dos elementos conjugados: Ta-
cha tiene el cuerpo de sus hermanas y
dentro de 61 se produce la accién des-
tructora del rfo.
Hay un paralelismo entre los ele-
mentos naturales biolégicos (rfo-heren-
cia) y los econémicos. Se sittian en el
mismo nivel de inmutabilidad, por lo
que los personajes carecen de posibi-
lidades para actuar ante la realidad
‘econémica en la que se encuentran in-
mersos. Sin embargo, hay otro nivel
en el que se presenta a la situacién
econémica y que corresponde tempo-
ralmente a un pasado més lejano, las
dos hermanas “se habfan echado a per-
der porque eramos muy pobres en mi
casa”, A través del conectivo condicio-
nal (porque) la causalidad de los hechos
es explicita. También la probabilidad de
que Tacha siga el ejemplo de sus he:
manas se explica causalmente por su si-
tuacién econémica: el padre “no quiere
que vaya a resultar como sus otras dos
hermanas al sentir que se quedé muy po-
bre viendo la falta de su vaca”. En el caso
de las hermanas la causa directa de su
actitud es la miseria, pero el cuento no
nos dice a qué se debe o qué provoca esa
miseria sino sélo a donde conduce, en es-
pecial a las mujeres. En el caso de Ta-
cha, la posibilidad de que se convierta en
prostituta es ocasionada también por la
situacién econémica en que ahora se en-
cuentra, es decir, sin patrimonio. Pero,
en esta ocasién, la pérdida del capital -
que es sensible porque es pequefio- se
explica causalmente por la accién des-
tructora de la naturaleza: Ilueve mucho,
crece el rfoy se lleva la vaca.
La causa es una proposicién ver-
dadera: se quedé muy pobre. La conse-
cuencia es una hipétesis (puede volverse
prostituta) que se basa en los anteceden-
tes de situaciones reales conocidas. Hay
una coherencia temporal global: el pre-
sente (preocupacién familiar) es provo-
cado por el pasado reciente (pérdida del
patrimonio) y éste remite al pasado re-
moto (prostitucién de las hermanas); es-
tos hechos combinados preven el futuro
Laapuracién que tienen en mi casa (pre-
sente) es lo que pueda suceder e dia
mana Tacha se quedé sin nada (pasado
reciente). (El padre le dio la vaca} con el
282fin de que ella tuviera un capitalito y no
se fuera a ir de piruja como lo hicieron
mis otras dos hermanas las mas grandes
(pasado remoto).
Todas las partes estn intimamente re-
lacionadas; los hechos remiten el pasado
remoto y él conjunto determina el fu-
turo. De abf que el lector esté persua-
dido de que la consecuencia més facti-
ble en el fin de Tacha sea la que fatal-
mente contemplan, como vimos, el na-
rrador y el personaje paterno. En buena
medida Tacha representa el futuro nada
halagador y sombrio de la familia. En la
conciencia del campesino la mujer sélo
tiene dos alternativas: si es pobre, vol-
verse prostituta; si tiene un patrimonio,
casarse.
La religién es otro factor cuya fun-
cién mistificadora de la realidad influye
de manera directa en la formacién de
la conciencia fatalista del campesinado.
Los afios enteros de lucha por los que
ha pasado sin lograr grandes resultados,
como sabemos, lo han constrenido a re-
fugiarse en la religién.* La actividad que
el campesino ha sostenido durante mis
de un siglo, sin obtener del Estado una
respuesta que modifique radicalmente
su situacién socioeconémica lo conduce
a explicarse e] mundo por vias metafisi-
cas, Si tantos afios de lucha no han frue-
tificado ~diré- es porque mi actuacién
no es condicién necesaria, ni suficiente,
para cambiar las circunstancias. Y no
® No consideramos necesario particula-
rizar el itinerario de las luchas campesinas
en México. Cf. Alfonso Goldschmidt. Tierra y
Libertad. El desarrollo campesino de México,
Mézxico, 1940; Michel Gutelman. Capitalismo
y reforma agraria en México, México, 1978,
4a ed; Jean Meyer. La revolucién mexi-
cana (1910-1940), Barcelona, 1973; Proble-
mas campesinos y revueltas agrarias (1821-
1910), México, 1972, por sélo mencionar
algunos.
es suficiente puesto que hay, en su con-
cepeién del mundo, un ser todopoderoso
que guia los acontecimientos y a cuya
mano nada escapa. Ademés de los indivi-
duos naturales (Iluvia-rfo-muerte) apa-
rece el tépico de lo sobrenatural: Dios
como fuerza que conduce los sucesos.
Las caracteristicas de la divinidad, en
este cuento, corresponden al contexto
de la religién cristiana: es un Dios om-
nisciente ("‘s6lo Dios sabe emo”), todo-
poderoso (“Dios los ampare a los dos”,
“Dios la ha castigado tanto”) y por ello,
temido (“todos fueron criados en el te-
mor de Dios”). Con tales concepciones la
actitud de la madre ante la realidad se
presenta con unos rasgos muy significa-
tivos, Dice el texto:
Mi mamé no sabe por qué Dios la ha
castigado tanto al darle unas hijas de
ese modo, cuando en su familia, deade su
abuela para acé, nunca ha habide gente
‘mala. Todos fueron criados en el temor
de Dios y eran muy obedientes y no le
cometian irreverencias a nadie. Todos
fueron por el estilo. Quien sabe de donde
Jes vendria aese par de hijas suyas aquel
mal ejemplo. Ella no se acuerda. Le da
‘vuelta a todos sus recuerdos y no ve
claro donde estuvo su mal ol pecado de
nacerle una hija tras otras con la misma
mala costumbre. No s¢ acuerda. Cada
vez que piensa en ellas, llora y dice: Que
Dios las ampare a las dos,
La cita es larga, pero era imprescindi-
ble reproducirla in extenso, Encontra-
‘mos una relacién causa-afecto explicita:
“No sabe por qué Dios la ha castigado”
Aunque desconoce la raz6n de su pena
la acepta resignadamente. El descono-
cimiento de las causas se refuerza va-
rias veces (no sabe por qué, quien sabe,
ella no se acuerda, no ve claro, no se
acuerda). Por otra parte, se argumenta
que no hay razones visibles para el
castigo, pues “nunca ha habido gente
mala”, “todos fueron criados en el te-
283mor de Dios”, “era muy obedientes”, “no
le cometfan irreverencias a nadie”. No
obstante, se acepta la situacién pues es-
tamos en el drea de lo irracional. A pe-
sar de que la conducta familiar ha sido
irreprochable, no ha bastado para mo-
dificar las cireunstancias. Los persona-
jes no tienen capacidad para cambiar la
realidad ya que el poder divino es into-
cable, Este es otro elemento mediante
el cual se convence al lector de que
fin de Tacha es intransformable. Se atri-
buyen poderes a Dios para intervenir
en el mundo, para ordenar y disponer
las cosas, haciéndose con ellos, eco de
una idea supersticiosa. Esta creencia in-
duce al individuo a ser obediente y su-
miso no sélo frente a Dios, sino frente
a todo aquello que se eleve por encima
de 61 con un poder que lo maniate. De
esta manera, la creencia en Dios tiene
sus efectos en la conducta social, actitud
que lleva a la pasividad y ala aceptacién
disciplinada del orden social estatuido,
por muy perjudicial que sea para la exis-
tencia material. Ademds, se tiene la idea
de quien desobedece cae en el mal, lo
que visto en términos sociales signifi-
carfa que quien se rebela contra el orden
existente (que por razones escondidas es
producto del poder divino) esta cediendo
paulatinamente al pecado, al mal, a la
perdicién, Asf, frente a Dios, las posibili-
dades de salvarse se reducen al minimo
y el campesino no se percata de que la
verdadera salvacién esta precisamente
en rebelarse contra ese orden social e
ideolégico. En este sentido dira Marx:
La superacién de la religién, en cuanto
ilusoria dicha del pueblo, es la exigencia
de su dicha real. La exigencia de aban-
donar las ilusiones acerea de un estado
de cosas es lo mismo que exigir que se
abandone un estado de cosas que nece-
sita ilusiones, As{ pues, la critica de la
religién es, en germen, la crttica del va-
We de Wégrimas que la religion rodea de
un halo de santidad?
La religién da una explicacién falsa
del mundo real, hecho que conduce al
creyente a fantasear y fomentar una
idea ilusoria sobre su tragica existencia
material. La funcién ideolégica de la
religin radica en invertir la realidad de
las cosas: se trata de explicar al mundoa
través de la religién como si ésta hubiese
creado al hombre, cuando bien sabemos
que es lo contrario.
La obediencia, por otra: Parte, Ro
también debe darse en el nticleo fami-
liar, las hermanas mayores se echaron
a perder a causa de la pobreza, pero
también porque “eran muy retobadas,
Desde chiquillas ya eran rezongonas”.
Aqué hay una relacién causal otra vez:
como eran retobadas se echaron a per-
der. No sélo son la pobreza y el cas-
tigo divino los causantes de su perdicién,
sino también la desobediencia dentro del
seno familiar. Ademés de tener un patri-
monio y obedecer a Dios, la mujer debe
acatar las normas familiares. Si no son
sumisas andan con “hombres de lo peor”
que les ensefian “cosas malas” y esto,
inevitablemente, las conduce a una ac-
tividad ilfcita.
El conocimiento de la educacién de
los personajes proviene no sélo de estas
concepciones morales o de las ideas re-
ligiosas vistas antes, sino, ademas, de la
expresién ingenua utilizada en el texto.
Este elemento estilfstico influye en la
persuacién del lector y lo induce a consi-
derar que los personajes no tienen po-
sibilidad de enfrentarse a los hechos,
pues se encuentran desprotegidos frente
7 “Contribucién a la critica de la filo-
sofia del derecho de Hegel” en Los Anales
Franco-Alemanes, Barcelona, 1970, p. 102
284acllos. La expresién ingenua se da tanto
en el vocabulario como en la sintaxis,
Salta a la vista la simplicidad del vo-
cabulario que es en su mayorfa sustan-
tivo (cosecha, solar, chapaleo, amonto-
nadero, chorros, ete...); no hay “oscuri-
dad en los términos”,* ni uso de pal
bras excepcionales que dificulten la com-
prensién. La sintaxis es repetitiva, pero
no compleja. Se incurre en el uso de pleo-
nasmos ("Se olfa, como se huele una
quemazén, el olor), se utiliza “només”
por nada mds; por otro lado, el decir las
cosas sin rodeos es muy comin dentro
del campesinado: “Alli estaba en el co-
rral, revoleéndose en el suelo, todas en-
cueradas y cada una con un hombre tre-
pado encima”. La idea se expresa cla-
ramente, sin oscuridad y de manera di-
recta, aunque se enfatiza: todas encue-
radas; trepado encima; all{, en el corral.
El uso de un vocabulario simple, el
decir las cosas sin ambages y la sintaxis
repetitiva constituyen la expresién inge-
nua de la narracién. Esto manifiesta, de
alguna manera, cierto desamparo frente
a la realidad cireundante, La ignorancia
es un factor que influye directa y deter-
minantemente en la conciencia del cam-
pesinado, La educacién de este sector es
producto de que su vida se desenvuelve
al margen de la socializacién, hay un ais-
lamiento casi total y cuando establece
relaciones lo hace con personas de su
misma condicién, con la misma concien-
cia, iguales tradiciones, religién, ete. En
el campo se da “la parcela, el campesino
y su familia; al lado, otra parcela, otro
campesino y otra familia” ®
Lo primero que salta a la vista en
el cuento es el efrculo familiar: padre-
* Cf. Rolf Sandell. Op. cit,, p.78
° Karl Marx. “El dieciocho brumario de
‘Luis Bonaparte” en Obras
y Engels. Moses, 1971, p. 314.
de Marx
madre, narrador-hijo, tres hermanas
Estas personas sélo entran en contacto
con la gente o bien para cosas negati-
vas 0 para relaciones que no modifican
en nada su existencia: “hay gente mi-
rando el rio y contando los perjuicios
que ha hecho. Allf fue donde supimos
que el rio se habfa levado a la serpen-
tina”; “Yo le pregunté a un sefior que
vio cuando la arrastraba el rfo si no
habfa visto también al becerrito que an-
daba con ella. Pero el hombre dijo que
no sabfa..." a las hermanas “les dio por
andar con hombres de lo peor, que les
ensefiaron cosas malas”, En el primer
ejemplo, la gente sirve como informante
de un suceso negativo, luego, el sefior es
un agente indiferente, y finalmente, los
hombres con quienes entran en contacto
las hermanas son el camino de su per-
dicién. As{ pues, el padre de Tacha no
puede plantearse, ni siquiera pensar, en
Ia posibilidad de un cambio, ya que para
ello necesitaria de la sociedad y ésta s6lo
aparece como vehiculo de acontecimien-
tos negativos.
El cuento de Rulfo que hemos ana-
lizado refleja fielmente la realidad social
en la que se desenvuelve el campesinado
y, de la misma manera, nos muestra la
ideologia de este sector. La idea de la
fatalidad que se desprende del andlisis
encuentra su realizacién en ese situar
los elementos econdmicos en el nivel de
los fenémenos naturales: como éstos son
inevitables y escapan por completo al
control del hombre, los econémicos ad-
quieren la misma connotacién de inmu-
tables por la comparacién que se esta-
blece. Aunado a ésto, tenemos también
la presencia de lo sobrenatural encar-
nado en las creencias religiosas, factor
que viene a fortalecer la pasividad y el
sentimiento de estar enfrentando a fuer-
zas dominantes y avasalladoras. Todo lo
cual tiene como substratum una serie de
285hdbitos y tradiciones que se combinan
con la falta de ilustracién, esto es, con
la ignorancia, producto del aislamiento.
La idea de inmutabilidad es fomen-
tada por una politica estatal que cons-
tantemente frustra las operaciones cam-
pesinas de mejoramiento. Uno de los
procedimientos mds usuales para gene-
rar la pasividad campesina y la acep-
tacién tranquila de las circunstancias,
lo constituye el burocratismo. A fuerza
de tanto repetirse el ciclo de gestién-
frustracién-dadiva, de escuchar que tal
situacién es eterna, que siempre ha sido
y seré asf; a fuerza de promover y en-
raizar el sentimiento de propiedad como
algo natural, y ante el hecho objetivo
de que las cosas cambian poco diaria-
mente ‘o de que su lenta evolucién es
tan imperceptible a la experiencia sen-
sorial inmediata y a que, por tltimo,
la falta de conocimiento dificulta la re-
flexién sobre los procesos y los pro-
blemas sociales generales -hay ademas
falta de informacién y comunicacién-,
el campesinado no puede menos que
ser prisionero de esa ideologia clasista
que trata de infundir la creencia de que
la situacién existente es completamente
normal, propia de la naturaleza humana
¢ inmodificable.!°
Ysla Campbell
10 Es importante destacar que en la
obra literaria se dan ciertos valores politicos,
morales, religiosos, etc... sin embargo, no
siempre aparecen en el mismo plano. E]
predominio de uno u otro est condicionado
por la situacién hist6rico-social concreta en
que la obra se produce. En este caso, el cuento
de Rulfo, lo que predomina es el fatalismo,
en virtud del contexto en que se ubica y
desenvuelve el relato.