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TEE ievactile Pees Biografia Métodos, metodologias y ar eee Porat cet 920.0972 Biogas modelos, mézedory enfixques/ Mls Baran coond, —Zinaamepes, 6133 ado de México El Colegio Mexiqunse, AC, 2013, aap. Ine etencas bibigreas ISBN: 978-607 761525 eee | some agate bee | Oo | Elin y corms: Cybia Go Heeninder Disk ead de asin: Las Alberto Mariner Lopes Fart y poe iar Expos Velzqueny Lu Alberto Marines Léper Dito de pores Las Avera Martinez Liper Primera edison 2013 D.R, © El Colegio Mexiquense, A.C. [Ex hacienda Sants Cruz de ls Paros sn, Cal. Cerro del Murciélago, ingcantepec $1350, México MEXICO Pigina-e: wwewemqeda.im= (Que probibide le rprducisn prea oneal dt coteide de pss bs sin cota rein co Taaneoraaib expr pr ern del itr del dec avimane ev teins de Ly ede de Dee. thr de Aton a desta internacional apa. La peso ge ifinja es dips se th acer er sancons eae correspond, Imprsoy het en Mésico/Prind nd made Meio ISBN 978-607-7761-52-5 Indice El club de los biégrafos Enrigue Kraze Introduccién: la sublime experiencia bistérica de la biografia Milada Bazant 1, BuscaNDO Los GOZNES Buscando los goznes en la biografia de Hidalgo Carlos Herrején Peredo 1, LA ESCENTFICACION DEL PROTAGONISTA Y SU CONTEXTO, SET La labor creativa en la construccién biogréfica: cl equilibrio entre el sujeto y su contexto histérico.. 55 Mary Kay Vaughan Vicente Lombardo Toledano: una vida piblica, privada y encubierta... Daniela Spenser La biografia, un enfoque diferente para entender el context0 ssnnne 101 Rodrigo Terrazas Valdez ut, LA MANCUERNA DE LA FOTOGRAFIA ¥ EL DOCUMENTO wl2L Las imagenes y los documentos en la conseruccién de una biografia: Benito Judrez Maza (1866-1872) nnn Esther Acevedo 123 8 Cason 1v, VIDAS DE MUJERES FSCRITAS POR MUJERES.. 147 Mitos, mentiras y estereotipos: el reto de la biogafia feminisca Francie Chassen-Lépez Voces y silencios de mujeres en politica... ‘Maria Teresa Fernandez Aceves Luces y sombras de las fuentes en la construccién biografica ‘Ma. de Lourdes Alvarado vv, EVIDENCIA E IMAGINACION . Los tevos de Ia narracién biogréfica para la historia ‘Maria del Garmen Collado Lo verdadero, lo verosfmil, lo fict Milada Bazant VI, SIMBIOSIS: HISTORIA, BIOGRAFIA, LITERATURA ... ene25T El arte de la biografia hist6rica 259 Susana Quintanilla De cémo la biogtafla puede enriquecerse con la literatura. Ana Rosa Sudrez Argitello 279 El sujeco como idea y los limites de la no ficcién. Las “verdades emocionales” de la historia real novelada. EI sileimo principe del Imperio mexicano . 295 C.M. Mayo La labor detectivesca y la creatividad en la biograffa novelada y la novela histérica 305 Celia del Palacio La labor detectivesca y la creatividad en la biografia novelada y la novela histérica Celia del Palacio Universidad Veracruzana EN nL presere sntAsalo, PROCURARE explicar las dificultades y las soluciones que he encontrado en la elaboracién de tres novelas histéricas que tratan sobre personajes y cpisodios clave de la historia de México. Haré un recuento de los antecedentes personales y profesionales que de algiin modo han tenido un cfecto en mi obra y que constituyen, en si mismos, dficultades y posibilidades para la elaboracién de los textos; posteriormente, me referiré a las fuentes que han servido a mi sedaccién y laselementos que me sirvieron de apoyo y contribuyeron al solucién. Todo ello a partir de las obras concretas. estigacién, as{ como a los problemas concretos en la Lo Hisripo, En Los tilimos tiempos, conceptos como hibridacién, interdis riedad, ‘muleidisciplinariedad, se usan crecientemente para explicar cualquier aspecto de la realidad social y cultural, Esta apertura ha permitido que no parezcan en este momento, como lo parecfan hace menos de dice afios, tan extrafas las posibilidades de combinar catreras, intereses y formaciones disciplinares. Mi licenciatura la realizé en Literatura Hispanoamericana, después de un ‘corto intento por estudiar Comunicacién. En los afios que duraron misestudios, siempre pensé que me dedicarfa a escribir, como ihan evidenciando creciente- mente mis publicaciones de ficcién y algiin premio literatio, Mi tesis de licen- ciatura fue el resultado de Ia investigacién en tomo a la primera sociedad 306 YI. Somoas stem, soca, NHN literatia de Guadalajara y su revista, primera publicacién dedicada ala literati cn esa ciudad a mediados del siglo x1x. Este creciente interés por las publicaciones decimonénicas me levé a cuisat la ‘maestria en Sociologia, con terminal en Comunicacién, Este tipo de escudio me condiyjo por otros derroreros que me permitieron abordar, descle una perspectivi comunicol6gica, las transformaciones de un rotativo de finales del siglo xix on Guadalajara, en su dificil eeinsito de periédico politico, producto de un taller artesanal, a uno informative moderno, producto de una empresa industti Finalmente, en el intento de comprender mejor cl contexto histérico en que se desarrollaban los actores de la prensa, cursé un doctorado en Historia que me llev6 a analizar detalladamente los inicies del periodismo en Guadalajara y las disputas (politicas, religiosas, sociales) que se der los primeros afios de vida independiente en México, afos de apertura de incipiente esfera pliblica politica. Los productos de estas indagaciones fueron tses libros académicos publicados: El primero de ellos, La primera generaciin romdntica de Guadalajara. La Falange de Estudio (1994), lo escrib{ con hervamientas de anilisis literario que wwve a mano, particularmente ani através de la prensa filoldgico ¢ investigacién de la historia literaria regional. El segundo, De taller sartesanal a periddico industrial, la Gaceta de Guadalajara 1904-1914 (1994), siguié de cerca las hetramiencas de andlisis de la teoria comunicoldgica ce las ‘mediaciones, de Manuel Martin Serrano, y la eeorfa de anilisis de las empresas de comunicaci6n; y, finalmente, La disputa por las conciencias. Los inicios dela prensa en Guadalajand. 1808-1834 (2001), se nutve abundantemente de los ppresupuestos de Habermas sobre el origen y la evolucién de esfera piiblica y de los estudios de Frangois Xavier Guerra sobre el origen y la evolucién de ‘modemidad ideoldgica en América Latina, En los eres casos, consulté un ni importante de periédicos y revistas publicaclos en Guadalajara a lo largo del siglo x1x, asi como otros discursos y papeles impresos de la Epoca, y los utilieé come fitente para el estudio de su propia historia, a través de un riguroso and lisis formal y de contenido, Por otto ledo, procuré hacer compatible con la carrera académi infructuosamente y hasta con culpa— la necesidad de escribir textos lterarios, En todos esos afios continué, de manera penosa e intermitente, excribiendo tuna novela histérica en torno a los personajes ya trabajados en la tesis de licen iatuca y, por otro kudo, publi 0s y revisas varios libros de poesta y cuencos en perigal: G.ont Paugcio: La tation paracrine ¥ LA eREATIUDAD 307 BrevisIMO PARENTESIS TEORICO Diversos autores se han ocupado de la distincién entre historia y literatura. En la tadicién hispinica, Alfonso Reyes (1997: 69-120), en su esfucrzo por deslindar y definir los limites de diversas disciplinas, entre elas las dos que nos focupan, concluye que hay contaminaciones reciprocas entre la historia y la lirerarara y afirma que si la historia no recibiera el crabajo de la Lieratura, nunca lograria ser un hecho vivo. La literacura viene a complementat lagunas o vacios de informacidn o de interpretacién por falta de un documento concrete. Los novelistas contribuyen a la historia de dos maneras:retratando y pintando cl cuadro histético en cuestién y encarnando ¢ interprerando las inquietudes de la época pasada, La historia, dice Reyes, esata slo una parte della elaratia de hechos reales y singulares; mientras que la literatura, poseedora de un instru mento de notacién simbélica, presenta lo universal en términos singulares. Reyes concede un papel fundamental a las intenciones! que se cengan al escribir el texto, las cuales determinan el carécter del mismo (tal vez aludiendo ala caracteristica principal de la fccién, que es provocar una emocidn estética, mientras que ée no es un requetimiento esencial de un relato histérico, el eual tiene como principal objetivo la pretensién dle verdad). Posteriormente, con- luye que el asunto no se deberta plantear como tn dilenay sino que se deberia aprovechar la relacién entre ambas diseiplinas, que deriva en nuevos ¢ inexplo- rados horizontes (Reyes, 1994: 174-179). Estos principios sendin expuestos también por Ricceur muchos afios después: |. la historiacn a medida que se sujeta alo contingente le falta lo esencial, mientras que la poesia, al no ser esclava del evento real, puede transportarse direcramente alo universal: et decis, lo que una cierta clase de personas disfan oo harfan probablemente. Ex conclusion: No podriamos decir que la historia, al abrienos lo diferente nos abre lo posible, mienoras que la fccién al absirnos lo inreal noe abre lo exencial? (Riceeus, 1994: 108). ‘Otros autotes, por ejemplo Collingwood y posteriormente Hayden White, al igual que Riceeut, desde diferentes perspectivas, han hecho énfasis en fa imagi- nacién histérica, clemenco de contacto entre la historia y la literatura, mientras que el punco que las separa ¢s fundamentalmente que el historiador “l Pal Rois Mamta ners” cea 1994: 106-107. besten tall nececcrcceneeeteeeeeen a, oceania aetna 3a ‘VE. Shame: sont, toni ure rclato dentro de los posibles hechos, mientras que el novelista lo “inventa” (White, 1992; 17-18; Riceeus, 1996: 905-906). El elemento central de sepa- racién entre ambos relatos es la pretensién de verdad, y el testimonio en el cual se recarga el reato hist6rico. Riceeur lo plantea del siguiente modo: El relato de fcciin, seal, imita al relato hist6rico, Narrar cualquier cosa ¢s rnararla como si hubiera acontecido, Los relatos se nartan en tn tiempo pasado, La histori es cuasi-fecibn: la asi presencia de los acontecimientos colocados ante los ojos del lector por un relato animado suple, gracias asi intuitividad Y¥ su viveza el cardcter evasivo del pasado. La fiecién es cuss historic: los acontecimientos irreales que rela son hechos pasados para el natrador que se ge al lector. Se asemejan a hechos pasados. La verdalera oposicién entre historia y Ficeién est en lo que pouria haber pasado y lo que pass. La hiscoria se ocupa del pasado efectivo y a literatura, de la posibilidad del pasado, En un “tempo humano” se conjuga la presencia del pasado en la historia y las variaclones imaginativas de la ficidn (Ricecur, 1996: 913-917). ‘Tanto la hiseoria como la novela hist6rica pretenden reconstruir y organizar ky realidad a partir de componentes pretextuales: sin embargo, en el discurso hist6rico hay una voluntad de objetividad, mientras que la literatura no la tiene y, por el contrario, se atiene 2 la convencién de ficcionalidad. Mientras qued historiador tiene la exigencia cientifica dela autoridad, es decit, conven cidn de veracidad basada en las fuentes, aunque haciendo interpretaciones de ellas, el discurso de la ficcién “da un efecto de realidad”, pero no ¢s la realidad. ‘Todo el sentido de la ficcidn se basa en la mimesis, aunque pretenda ser una fiel reconstruccién ‘rica o testimonial Se ha dicho ya que la novela histérica aparece como un buen auxiliar de }a historia, con la posibilidad de completarla, legando a donde ésta no puede: Tos detalles de la vida privada, los acontecimientos menudos, las costumbres, cetcétera: “la novela histérica ~dice Femdndez Prieto~ viene a satisfacer una demanda social, un deseo de conocer el pasado de la nacién que la historio sgraffa no estaba aiin en condiciones de cumplir. La novela ocupé ese vacio y en ella dl pablico lector encontrd respuesta a su sed de conocimiento por la historia” (Fernénder, 2003: 19). En este sen toria cultural, que trajo a la agenda de investigacién en Méxivo temas como lo, pareceria ser que la his la historia cotidiana, entre otros muchos tradicionalmente despreciados (C.om Patacir La kano DeBCHOSCA YL CREAIMIDD, 309 iscoria y que se encontraban relegados, vino a contribuir a “apagar” de ésta esa sed de conocimiento. Sin embargo, la novela histérica puede hacer cosas que la historia no (y probablemente ain no pueda hacer del todo): la historia puede describit trajes, comidas, cosrumbres, miisica, utenslios de una época, pero el novelista puede hacer que esos trajes luzean en un personaje, puede transmitir déndoles vida, los olores los sonidos. ‘A este respecto, es muy interesante la manera mucho més “literaria” de hacer historia en los ikimos tiempos. Encuentro grandes paralelismos entre las preocupaciones de la nueva historia y lanovela histérica de los iltimosafos, incluso aquella que conserva el modelo tradicional: el interés por la gente or- dinaria y las situaciones contrafactuales (Burke, 2001: 15) Finalmente, se considera que a ficcién sera siempre individualista, mientras ue la historia describe acciones individuales desde Ia perspectiva social. El hecho histérieo se define precisamente como aquel que tiene una trascenden- cia social, mientras que une novela puede ocuparse de las circunstancias més {ntimas de un solo personaje 0 un grupo de ellos cuya actuacién no haya sido relevante histéricamente. Si aesta discusién ahadimos la de la biografia vista como “novela verdaders” (Dosse, 2007: 25) en la que seria imposible prescindir de toda fecién ya que “es imposible restituir la riquera y la complejidad de la vida real”, por lo que cl bidgrafo debe recurri a la imaginacién a fin de cubrir las lagunas de docu- mentacién y los huecos temporales que debe llenar (Dosse, 2007: 25), podemos decir que tanto la biografia como la historia tienen puntos en comin y diver- sgencias fundamentales con lz novela histérica En mi caso, he recurrido a esta iltima para conocer la vida de personajes que la historia ha hecho a un lado, Escribs No me aleanzand la vida en 2008 ppara salvar del olvido 2 Miguel Cruz-Aedo, un poeta-militar liberal que no aleané escatua ni letrero de calle ni largas menciones en los libros de historia, regional, Lucgo, en 2010 escribi Leona, para acerearme a la vida de la heroina de la independencia, quien a pesar del interés que desperté de manera stibica cca d afo del bicentenario, permanece como una desconocida, y, finalmente, cescrib Las Mujeres de la Tormenta (2012) para rescatat las vidas de las hechiceras, veracruzanas desde el siglo x71 hasta el 3x. 310 VI. Sinus, moray smena na LA GUERRA DE REFORMA NOVELADA EN INO MB ALCANZARA LA VIDA Mi primera novela, No me alcanzand la vida, es un relato de la Guerra de los Ties Anos y la Guerra de Reforma en Guadalajara, La accién tiene lugar entie los afios 1849 y 1859, periodo en el que se inicia una de las guerras mis complejas y destructivas de la hiscoria de México. Despugs de un relativo perioda de reconeiliacién entre los grupos politicos, al empefo del presidente Arista, quien procuré que las diferentes fac- ciones pudiesen convivir en paz, de nuevo la guerra civil estalld en 1852, después de un incidente aparentemente sin importancia nacional verificado en Jalisco: un coronel dela guardia nacional (José Maria Blancartc) dio un golpe de Estado al gobemador en turno (Jestis Lépez Portillo) por cuestiones meramente personales. Poco después, ese evantamieneo local se convertiria en inestabilidad nacional a partir de que Blancarte, a la cabeza de un grupo conservadon, propusiera el Plan del Hospicio para el regreso de Santa Anna, Bsto dio lugar «ln Guerra de los Ties Afios, con la promulgacién del Plan de Ayutla en 1854, Posteriormente, en 1855, eaando Santa Anna fue por fin exiliado, tras un pperiodo de paz brevisimo, de nucvo comenzaron los disturbios entte los grupos ‘vonservadores y liberales que finalmente conducirian al estallido de la Guerra «le Reforma, No me aleanaard la vida es la historia de un grupo de j6venes liberales ‘que participaron en estos hechos y lograron alcanzar la fama nacional aiios «lespués, por sus alcances intelectuales. En particular, el objetivo es contar 'h vid de uno de esos jovenes: Miguel Cruz-Aedo, que murié muy joven y ‘no alcané la gloria desus compatieros, y que, sin embargo, tuvo una actuacién ‘muy destacada en el periodo que va de 1850 a 1859, afio de su muerte, Sus «liseursos fueron considerados dignos de un Saine Just, por la virulencia con que sacbal leroy esautor de una serie de cacti tearos que no learn \ conoeerse complecas, EL método Empece a escribir esta novela al mismo tiempo que tedhactaba mi tesis de licenciatura. La tesis es precisamente un estudio de la primera genera romintica de Guadalajara, grupo que dio a lug gl primer pevidice liter cn el period d Co Pascto: La tor neraenviscs¥ ta caEATMDAD a ‘Tomé como base los pocos datos histéricos que se conocen de la vida de Cruz-Acdo: fuentes primarias tomadas del Archivo Histérico de Durango, del Archivo Parroquial de Guadalajara y del Archivo Municipal de Ciudad Guzman ~accas parroquiales, cartas y decretos; documentos impresos. Orra fuente son los tres discursos que pronuneié y que fueron impresos posterior- mente, as{ como las revistas literarias y los periddicos donde aparecieron poemas, una novela de costumbres inconclusa, relatos yarticulos politicos de toda indole, Los impresos fueron encontrados en la seccién de Fondos Espe- ciales dela Biblioteca Pablica del Estado de Jalisco. También fue muy impor tante el uso de la Hemeroreca Digital de la Biblioteca Nacional: gracias esta herramicnta invaluable, pude localizar todas las menciones hechas a Cruz- cdo en los peridicos del pais a lo largo del siglo x1. y asf pude enterarme del destino de su pensién y del denuesto que le hizo el partido conservador incluso casi veinte afios después de su muerte. Quiero sefialar que la hemerografia fue de exp incluso los detalles de la vida cotidiana en México y en particular en Guadalajara: nombres de objetos, articulos de consumo, tiendas, etcétera, asi como la actua~ cién politica de este personaje en los pocos meses en que fue gobernador del estado de Durango, También consulté una extensa bibliografia referida al periodo de las guerras de Ties Afios y de Reforma en México: testimonios de los propios actores y estudios académicos contemporineos a los hechos y actuales. Los temas com- prendieron desde la historia politica hasta la historia de la vida privada De las trece versiones que escribi a lo largo de 25 afios, fueron desapare- ciendo gradualmente la acumulacibn de fechas y la narrativa puntual de hechos hist6ricos, incluidos los nombres de las batallas, los niimeros de muertos, los parcicipantes en ellas; aunque puedo decir que prevalecié en todo momento, en la medica de lo posible, la “verdad histérica’ que me reficieron los docu- ‘mentos, los diversos “testimonies” enconcrados. No puedo negar la tendencia a justficar el comportamiento del héroe de la novela, este militar liberal, por encima de los hechos que enconcré, muchas, ‘yeces poco justificables. Un ejemplo no menor lo encontramos en febrero de 1859, cuando, debido a la temeridad del personaje, fie puesto en riesgo el presidente de la repuiblica, Benito Judrez, preso en el palacio de gobierno de Guadalajara por los conservadores. wolucramiento con el petsonaje, esta falta de objetividad, puede ser tulo para ef desarrollo de la biograffa, sobre todo La académica; sin apoyo part documentar 312 Vi Somos ses, cea ecy embargo, puede también dar pie a la relexién en torno a la subjetividad del autor y su papel en el tratamiento de los personajes. Y aunque, en efecto, la novela esté soportada por una enorme cantidad de testimonios histéricos, cl papel dea imaginacién fue esencial para tratarde enter der yexplicar la psicologta de ls personajes, justificar sus acciones y hacer que los lectores de hoy en dia encuentren inteligible 1a historia de estos jévenes de mediados del siglo x1x, Esto, sin duda, acarrea riesgos también. Ya lo sefala Antonio Rubial cuando habla de su propio ejercicio de reereacién novelada: {1 exstentiesgos como el anacronismo y la subjtividad, es devs, caer en tuna traspesicién hacia el pasado de los esqucmas de nuestra racionalidad y cemotividad presente [..] por otro lado podemos llegar al extremo opueste: ‘tear una fcein tan alejada de nosotros que ses imposible reconocemnos en ella negando Ia persstencia del pasado en cl presente (Rubia, 2004: 116) EL riesgo existié a lo largo del tiempo que me Hlev6 escribir la novela, En ella, por un lado, se hace un relato de los hechos y las vidas de los jévenes reformistas del siglo x1x basado en la mayor cantidad de “testimonios” histérieas; pero también se cuenta una historia de amor que no tiene mayor sustento hist6rico: de una dedicatoria en un poema, asi como una ‘mujer que se pasca eatre dos mundos, dos tiempos histéricos Con el fin de incorporar un diseurso metaficcional en donde se pudieran ‘expresar las dificultades para encontrar huelhas de ls personajes decimonénicos, asi como para narrar y dar coherencia a fos hechos histéricos, se plantea la cexistencia de un personaje del siglo ox una invescigadora que expresa, através de correos clectiSnicos 4 su hermano, la imposibilidad de conocer lo que REALMENTE ocurrié y su incapacidad de comprendet las acciones de los personajes, se crea un personaje a pat Por otro lado, se fccionalizan personajes histéricosy se uilizan recursos como 4a camnavalizacién y la parodia. Estd por supuesto presente la intertextualidad, y2 que tomé cn muchos casos los propios discursos de Cruz-Aedo, su novela le costumbres, como parte de la historia. Hice esto a fin de recuperar el lenguaje de I época de la manera mas natural posible. Me pteocupaba evitar que los petsonajes hablaran como en los libros de texto. Esta fue una de las dificultaces mas grandes: evicar los didlogos acartonados, lo que sin duda guarda una relacion, directa con las limitaciones de la historia para devolver la vida: conocemos las ©. bet Pasar: La taxon nPrnCTIVESC YEA GREATIVIOAD. 21 palabras de los personajes, en el mejor de los casos, pero seri mucho mas dificil en fin, ls componentes no discursivos, ‘conocer la entonacién, la emo En la historia real del personaje principal de la novela, existen muchos hhuecos que no alcanzan a llenar los testimonios, los documentos, Mientras en dl libro académicolleno esos huecos con puntos suspensivos, en la novela invento posibilidades dentro de lo plausible. Mientras la historia apunta fielmente los conflictos politicos que vivi6 el personaje en sus ilkimos meses de vida, la novela narta ls intersticios del poder, de la envidia entre correligionarios que no std documentada cn ninguna parte. Mientras la historia da cuenta de cémo la tragedia aleanz6 a Crur-Aedo incluso mas allé de la muerte, haciendo que sus restos descansen ignotos bajo el suelo de un taller mecinico lejos de su tierra, la novela plantea que su amada robé sus restos y los Hlevé a descansar 4 un wueblo de la sierra de Durango. Mi objetivo cuando escribi esta novela fue “salvar del olvido” a Miguel Cruz-Aedo, cuyo nombre no aleanzé el libro de historia ni la estarua ni el rétulo de calle. Quise nacrarsu vida dela mancra ms vivida posible, lo més cercana- mente posible a “lo que ocurti6’, conforme a las huellas que pude conseguit de estos acontecimientos. Con esto, me uno a la reflexién de Ricoeur en torn a la libertad del novelista en contraparte con la sujecién del historiador a las pruebas documentales: La liberacion dle la iccién sobre los condicionantes de la historia (pruebas documentales) (..,] no constituye la Gltima palabra sobre la libertad de la ficcién, Libre del condicionamiento exterior de a prueba documental, no est Ja ficcidn sujerainteriormente Ia causa del servicio del euasi pasado? [..] Libre de, el avsta debe haces libre para [..] la dua ley de la crea, que “dar” del modo mis perfecto posible la visiin del mundo que anima la vor narrativa,zno sim tal vee, hasta la indistincin, la deuda de la historia res- pecto a los hombres del pasado, respecto de los muertos? (Ricoeur, 1996: 916) Y me pregunto también, con él, lo siguiente: “Deucla por deuda, zquién es mis insolvente, el historiador 0 el novelista?” (Ricoeur, 1996: 916). No tengo nit guna respuesta a4 VieSeamos stom moa TERA PROBLEMAS PARA HILVANAR HISTORIA ¥ FICCION EN LA NOVELA LEONA [No existe una biograffa académica completa de Leona Vicario, aunque si muchos intentos a lo largo de dos sigles, Fn los aiios recientes, el vinico intento de este tipo con sus muy considerables limitaciones, ha sido el de José Martinez, Pichardo (2008), que s6lo repite los datos més conocidos, por lo que los me- jores acercamientos a la heroina siguen siendo Ia cisica biografia Leena Vieavia, ero insurgente, escrita en 1910 por Genaro Garcfa, y el loable y entraitable librito de Anne Staples publicado en 1976. ‘Ademis de los ejemplos citados ms arriba, se ocupan de Maria de la Soledad Leona Camila Vicario Fernandez de San Salvador: Carlos Echénove Trujillo en Leona Vieario, la mujer fuerte de la Independencia: Patricia Galeana en “Lecciones de las mujeres del México del siglo nx y asignaturas ientes’ José Garcia Pimentel en Leona Vicario, sma mujer por entero; Perla Chinchilla en Leona Vicario, y Francisco Castellanos en Leona Vicario, herotna dela independencit. Lamentablemente, casi ninguno de ellos aporta datos nuevos, sino que repiten lo que se ha dicho ya, incluso los errores y los silencios, ‘Leona ha sido un personaje més favorecido porla novela. Otw Rail Gonzalez, el célebre escritor guatemalteco, escribié en 1982 el Diario de Leona Vicario novela histérica (2010); Eugenio Aguirre escribié, cuatro afios més tarde, Leona Vicario, la insurgente (1986) ~que fue reedicada en 2010. En el ano del bicen- tenario, Carlos Pascual gané el premio Grijalbo de novela con La Incurgenta (2010), una novel polifénica cn la que los personajes cercanos a la heroina defienden o denuestan la causa de Leona, en un pretendido juicio inquisitorial ala muerte de la heroina en 1842, a fin de que se le nombre 0 no benemérita madre de la patria —cosa que, dicho sea de paso, ya habfa hecho Morelos en 1813-5 Alejandra Atala publicé un acercamiento a a heroin en la serie Charlas de Café, y yo misma saqué a la luz Leona, de la que hablaré més adetance. Me referiré a las dificultades de “unis” historia y ficcién en esta novela. rimer interés al escribir Leona era ser lo mds fel posible a la herofna y que todo artifcio literario fuera un apoyo para ese objetivo, mas que dela historia de Maria de la Soledad Leona Camila Vicario Fernand Salvador como pretexto para esctibir una novela. La primera dificultad real fue el acceso las fuentes en el tiempo que tuve para terminar la novela, viviendo, adem, fra cela ciudad de México; esto tltimo debe llevar a la reflexién sobre la centralizacién de ky per Pasco: La avo aerHCTIECA EA aL as informacién y la dificultad para consultar los archivos sino se vive en la capital del pais. Los documentos recopilados por don Genaro Garcia (1985) fueron Ja principal fuente directa que wlcé extensivamente,as{ com las dos biograflas aque ctéal principio (aunque las lef todas). Complementé la informacién con algunos impresos como la Vindicnciin de Leona Vicario ante las acusaciones aque sele hicieron en el Cardillo de las Mujeres en. 1825. Asimistno, consulté las biografia de Andrés Quintana Roo —que, por cierto, tampoco son muy abun= dantes ni precisamente profesionales. La mis completa ¢s la de Miranda y Barrdn (1910)-3 ereo que queda pendiente, hasta la fecha, también un acerca tiento serio al ilustre abogado, Asimismo, me servi de los escritos de Quineana, Roo recuperados en la Biblioteca Juridica dela una, por fortuna digitalizados: los periédicos de la época y los diccionarios de insurgentes, ademas de los te- latos sobre Quintana Roo que hace Guillermo Prieto en sus memorias. Pero lo que ayudé mucho mas fue a bibliografia contemporinea: Michael Costeloe, Stanley Green, Virginia Guedca, Guadalupe Jiménes Codinach, Montserrat Galli, Ernesto dela Torre Villar, Anne Staples, Pilar Gonzalbo y Romeo Flores Caballero son autores imprescindibles para comprender el periodo, de por st complejo, Gracias a mi tesis de doctorado sobre los impresos politicos de las primera décadas del siglo xn, ya tenia familiaridad con estos autores: sin este conocimiento previo, escribir esta novela me hubiera resultado imposible, ‘Ademiis de los estudios acacémicos sobre la vida politica, social y cotidiana de In época, acudi a los recetarios histéricos y las historias de la musica y de ha pintura, Los diarios de los viajeros de la €poca fueron de especial urlidad park ‘conocer el clima, el estado de los caminos, el paisaje... lo cual nos Meva a re= Aexionar sobre el hecho de que existen muy poces historias del paisajc. ‘Lo que me ayudé a situar Ios hechos en su contexto Fue viajar alos lugares aque describo, buscando las huellas de Leona, valorando mejor su caticte ys temple, situando pues al personaje en su dimensién espacial, com los ojos de una historiadora y de una novelista, No me imagino la mirada de una sin Ia oma ‘Lo més dificil fue recrear la vida de Leona, intentar comprender la secuens cia de sus movimientos y sus acciones, y corregir, desde el punto de vista hits t6rico, los errores que se han repetido por décadas respecto a ella. Se ha dich hasta cl cansancio, por ejemplo, que Leona se casé con Andrés en Tlalpujabiia sin embargo, segtin los documentos, segiin toda la evidencia hasta el moment nada prucha quella haya llegado ahi, Por otro lado, casi nal habla de lav de Leonia después de 1813, cuando se sabe que Morelos le rindié homenaje 16 vss Chilpancingo. Luego se reficre, como un suceso aislado, el hecho de que haya dado a luz en tina cueva. Los afios posteriores quedan, en las biografias y las novelas por igual, casi en la oscuridad. Sélo Genaro Garcia sigue los = de Leama orb seas ys vi Tole sique no punta ads sobre us medios de sobrevivencia. De casualidad itr : idad encontzé en una prolija recopilacién de documentos de don Gabriel Agraz en torne a los: aetna ens el dato de que uno de los hijos de ese mattimonio fue Alféez Real en Toluca ; ayud6 econsmicamente a Leona y a Andrés Quintana Roo _ ; = il veils de primordial importancia establecer los hechos lo mejor ble, con la mayor eantidad de documentos, sin perder sin perder de vies, sin embargo, ‘que no se puede saber “lo que en realidad pase”, _ Pude haber creado una historia de amor roméntica enete Quintana Roo y Leona Vicario en fa que no hubiera habido nadie antes en el corazén de le ae (como generalmente se ha hecho), © bicn seguir repitiendo la versién a que Quintana Roo se fue a luchar por la insurgencia cuando don Agustin omposo Fernindez de San Salvador le negé la mano de su sobrina Leona. Incluso, repetir una vez mAs (y exponerme a que la heroina tomara represali en mi contra desde el mas alld) que Leona hizo tod jue fe eh gencia movida por el amor. Saft Tal vez fue mi inquiecud como historiadora lo que me impidié pasar por oe de los hechos histéricos ¢ inventar una realidad alcerna. Creo que fue tambien una responsabilidad moral con los muertos, como sefala Paul Ricoeur. Leona Vicario pasé varios aftos defen idose de sus detractores después de la ‘guerra, cuando se atrevieron a afirmar que se habia ido “como una donee siguiendo los pasos de Quintana Roo, sin més afin que el “romancesco” de irse con el novio; y Andrés Quintana Roo languidecié varios meses en los 0 ‘de la Inquisicién en 1811-1812, lo cual puede haber sido un incentive is fuerte que el mero rencor contra su antiguo maest jar la deMevis Flas efuparca Lipe aye Tiphae sete elo ssnchios ofromaonpechoges que crtaban en miadela junta cote ue la Inquisicién en esa época. a No obstante, sostengo que la principal razé1 . a principal razén para dar cuenta minuciosa de los hechos, fire que el viejo dicho “la verdad superaa la iceién”, probs ser mi que adecuado en este caso. “asia Por qué eliminar los rastros del antiguo novio de Leona, don Octaviano ‘Obregén, quien junto con el resto de su farm it bre ale ju de su familia consticuyé un grupo de socia onomistas en el que Leona estaba inmersa mucho ances ‘de conocer a Quintana Roo? El hecho de que si bien Leona compartia con ‘Octaviano las simpatlas por la auronomia de la Nueva Esparia pero no lo amaba, da mucha mayor profundidad a los personajes, particularmente 2 Leone. Hubiera sido simplista plasmat el ripico eridngulo amoroso entre of novio malvado, realistay rico impuesto por los padres, y el guapo, independentista ¥ pobre Andrés Quintana Roo. A ext respect, lamento mucho haber conocido hhasta después (gracias a una publicacién que me hizo llegar Ana Rosa Suez “ManteoSn) una carta de Quintana Roo a su padre en la que se lamenta de la incertidumbre cn que Leona lo mancenia, sin date el si, por lo que don Manuel Quintana le sugeria remunciar a esa boda. ‘Asimismo, :por qué decieque el primo de Leona, el joven Manuel, fue quien la rescaté del colegio de San Miguel de Belén (hecho imposible, ya que Manuel hhabja muerto en el campo de batalla unos dias antes), si la realidad es mucho ids interesante2; los coroneles Francisco Arroyave, Antonio Vizqucz Aldana (anliares ex realists) y José Luis Rodriguez Alconedo, emborads, sacaron a pun ta de pistolaa una Leona que se peni6 con ellos, muerta de risa bajo los arcos de Belén ;Por qué converts, como hizo otro novelist, a Rodsiguer Alconedo en. un viejo militar que atestigua en 1842 a favor de Leona cuando Ia realidad es mucho més novelesca? Este personaje es un apuesto pintor y placero adicto a Ia insurgencia que ruvo una vida de aventuras y que es el responsable del disefio de las monedas insurgentes de Morelos. En 1815, fue hecho prisionero y Fusi- Jado quince minutos antes de que llegara el perdén del vitrey La vida de Leona Vicario se torna de especial interés justo a partir de 1813, cuando desaparece de la historia de bronce. Esta mujer acompafia al Congreso del Anahuac en su largo y penoso periplo por la tierra caliente de los actuales testados de Guerrero, Michoacin y México y en 1817, cuando se ve obligada a faceptat el indulo, se trasada con Quintana Roo yla pequefia Genoveva a Toluca, ‘All la pequesa familia vive pricticamente de la caridad hasta que la restau racién del régimen constitucional en 1820 y luego Ia promulgacién de la Independencia de 1821 les permiten regresar ala ciudad de México y recu- perar poco a poco un nivel de vida aceptable. Por supuesto que hubo que utilizar fa imaginaciOn y crear escenas que nO pucden comprobarse con ningin documento.

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