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I } SECSUCESECTSL LUM EE EEUU EL EUPUUUUUUUEU EE SoueDAD SCRNAN TRAMAS SOCIALES Dicectors de colecetsn: Lie, rene Gojman (Otkimos tists pubicadae) 45. J. Auyero y D. Swiseun Inflancable 47. G. Victoria Garefa-Viniegras Calidad de vida 48. E, Saforeada y J. Ci Enfogues conceptuales séen 52. MR, Nikodem Nitias de alta riesgo 53. M. Alvarez Gor Datos Vlandos p 54. G, Big Sociedad civil y complejo VIH-Sida CHICOS EN BANDA Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones SILVIA DUSCHATZKY CRISTINA COREA p / PAIDOS. | Door es tacos ri 708.23, Dusen, Sie ous Chleos Dusenstny 6 rel. Buenos Ales (amas Soctates) SSay svess0r24st5g | Cores, Cristina Thus 4. Gtipes Socstos Jovenes tclet6n, 2008 etmprestia, 2009 Defensa 588, Buenos A ‘mall: difusion@etoratpattescomar rn padosargentioa com ar ss hocha el dep vreso en ts Argent f preven Ja Ley 11.723, Printed in Aegentina wptlembre de 2008 ¥978-950412-4515-8 4. Las instituciones en la pendiente Prélogo Tntrodueciéa { Bscenarios de expulsisn social y subjetividad . 21. Los ritos 2.2. Las creencias 2.3. El cioreo . : 2.4. El faneo y ot 2 Territorios juveniles emeigentes , yerbas |. 3. Nuevos rostros juveniles 3.1. La fraternidad y el aguante |” 3.2. La subjetividad de varones y mujeres 3.2.1 Las condiciones ..... 3.2.2. Cafda del paradigms bargués de la diferencia serial... 4.1. Las figuras de au » Desubjetivac 1.2. Resistencia ‘dad f 86 89 95 ‘Testimo: eee rence eecnragy vit Entrevista a los padres de Maxi... eyras alld 141 163 Conversacién con Renzo y Angel . Relato del encuentro El libro que presentamos es el producto de una investiga ‘cin realizada durante los afios 2000 y 2001 en ef marco de un wre La Union de Educadores de la Provin 167 nio no solicita un saber; el gremio quiere son las condiciones actuales de la escuela, Y co- mo quiere pensar, tiene que investigar. Tiene que invest porque de lo actual, cuando es bt La escuela sabe - tiempos estables, regulares y de Supo de : + porque fue creada en tiempos estables, en condiciones re- gulares, y para asegurar el progreso. Pero no se trata de eso | ahora, ¢Qué distancia hay entre la imagen escolar del alumno y los chicos que concurren alas escuelas margina- les dela ciudad de Cérdoba? gQué fimeién y qué lugar tie~ ne Ia escuela para ellos? Qué e5, 2Qué les la? Las preguntas son sen te un méestro pueda trabaja SSSEECTTEEEEEEETCETEEESS BECELEREREEEESLES ge ee Silvia Di re Re 4.1.3. Invencién bees Ae 78 : = pRénoeo 4.2. La escuela entre: Ja destitucién y In invencién al | I } apoyo de UNICER, frselas. La investigaci6n decide dacle forma a esas preguntas, y comienza asf un recorrido inten- 50 y dificil por los territorios que frecuentan los jévenes, | texto que presentamos intenta pensar la situacién de 4a escuela en una coyuntara singular, que hemos denomi- nado;a partir de la lectura de los tes n, el dective de as instituciones en tierapos de fragmen- tacién, Por supuesto, el declive no deja afuera a la escut sino més bien todo lo contraria: es porque la escuela esti en Ia pendiente que advertimos este horizonte de declina- ional. ¥ ello es asf porque nuestro punto de par- tids problemético fue precisamente la escuela. Se trata en- tonces de pensar la declinacién de la escuela; se trata de A sande ikon pars ld quelh cacaely ya no es ls Ilave para al- canzar un futuro, ni un lugar de fuerte inseripcién, Enton- " ces, gdénde ests la escuela? O, mejor dicho: zdénde ests la escuela de los chicos que protagonizaron esta investigaci6n? Si tomamos lteralmeate la pregunta y tenemos que con- cestar sin faltara la verdad, diremos: la escuela no esté en el discarso de los chicos. Cuando decimos que no esté en el | discurso no decimos que no es pronunciada, dicka, explici- tada, Lo que decimos es que iio son registradas sus marcas, ‘La escuela podria no ser un enuunciado en el habla de los 0s pero podrfs visnalizarse en los valores de referencia de los chicos, en los modos de percibir y vincularse con los otros, en sa relaciéa coa la autoridad, en la confianza en on fatoro y en el propio esfuerzo,para alcanzarl. Sin embargo, los testimonios nos hablan de otra cosa, La escuela parece desdibujade, Empezshames a inquietamos. @labiamos equivocado Ia estrategia? Intentamos algunos | ajustes pero Ia situacién no cambiabs demasiado, Por otra parce, lejos estaba de muestro espivits el recurso de inducir a los chicos para que nombraran Jo que querfamos escuchar. La fraternidad entre pares, la fragilided de les figuras 2s en sus vidas, el “aguante”, la ereacién de valores 10 TIP VIPV VV ITVS VV Ieee y ees Prego las sitmaciones, la percepcién constante del ries- s iba mostrando rostros juveniles muy alejados a 8 Sofiados y fabricados poz la escuela Avanzamos en el registro y la lectura de los téstimonios, escribimos el informe, y spareciezon los primeros lectores, ‘También como nosotros, aquellos azorados lectores vefan con preacupaci6n ~preocupacisn que a veces nos transmi- (fan con tono de objecién— las hipstesis que tbamos cons- ‘truyendo en torno ala fragilidad del dispositivo pedagégi- co. Efectivamente, en el texto del éste se habia construido en rela tualidad con los registros obtenidos, la escuela aparecta po- co. Preferimos, antes que faltar a la verdad, ponernos nue~ ‘vamente 2 pensar, ¥ fue entonces cuando advertimas algo que resulta esencial para esta investigacién en cuanto al modo de implicaciéa de la escuela, Ciertamente, de la e5- tuela se hablaba poco, pero todo lo que se habfa hablado, todo Jo que se habia registrado, todo lo que se habia pen sado, trabajado, se lo debfemos, de al , a fa escue- Ja, Puesto que eran inzestros las interlocutores de los chi- fos en esta tares, educadores que se habfan lanzado al Proyecto de investigar y de pensar a fondo la escuela, En la implicacién de estos maestros se hacta presente la posibilidad de imaginar que otra escuela es posible, si pene samos de shora en més a Ja escuela como un intercambio que tiene algo para producir en le experiencia del otro. Es- &@ “escuela”, fancionando e cin de una experiencia, era una escuela absolutamente abierta al disfogo; era una escuela que pagal el precio de estar ausente,en las opiniones de los chicos para ester pre- sente en el didlogo real con ellos; era una “escuela” que no estaba en el enunciado sino en la enunciacién, Dela escuela se hablaba poco, es cierto, pero nada de lo que se habia hablado hubiera tenido lugar de no haber si- do por fa presencia de un grupo de maestros que desde el lugar de investigadores lograron crear condiciones de u SCOTCH HGUYETERCBECES ‘Silvia Dustbataky y Cristina Corea gue habilitaron Is palabra de los chicos. Aho~ los maestros én esta investigacién no eepres 12 son portavoces de un instituido, stor trabajadores, dispuestos a dificarse a rafz.de todo lo que les demandé esta tarca de condiciones de con otros. La escuela pri mente ha desaparecido del enunciado; pero se- mud enunciacién, a la construccién de una posicién que he lo que ya no se trata de una mudanza na travesfa decidida por jo de estos maestios, el ‘, testimonia que, aun en Ia pendien- - puede palpitar. Entonces, trabajo de este gre En nuestras condiciones actuales de produccidn, la figu- ia del autor, como sede de todas las operaciones de bro resulta fean- 3s intensos, dficiles, yaca- fa decit, entonces, que los autores de esos que componen este libto, soinos: SSC CSCC SUVCTCUSEEREE INTRODUCCION Este libro habla de las experiencios subjecvas transita- Se trata de chicos bay que smadas “escuela {La precaria urhanizacién de los barrios recorcidas es e} primer dato a destacar: ls calles en su mayorfa son de tie~ ra y trazado irregular, carecen de. servicios elementales como el agua, lo cx aciones sa- los sino que su circuito no alcanza a las cercanias de las viviendas. Estos barrios hYantienen débiles contactos con la vida en el centro y ni siquiera son reconocidos legal por la Municipalidad. Muchos de ellos son el resul s fraudulentos, lo cual obsta recibir servitios bésicos como el agua, transporte. El agua, en barrios como Villa provista por un camién de reparto que en los dias de Ievia dado que E barrio es el epicentro de a “activ puede encontrarse casi todo (ropa, 23 ticos, etcétera), y aunque es frecuente q 5, eleetrodomés- sospechen de sa a fentia, ello no es un impedimento pars la mercanti- =Heaci6n: Durante los fines de semana el barrio se puebla de fence que viene de otros lugares a comprar. Cada vex mis, la vida social transcurre en los territorios del barrio. Dien algunas de las escuelas visitadas se encuesitran en zonas de mayor urbanizacién y estén rodeadas por resi- dencias, quintasy escuelas privadas, la poblacién que asis. te ellis provede de los barrios més deteriorados, Uno de los datos més relevaptes es el referido a las cont diciones de habitabilidad. Si bien, gracias a la expansién de planes de vivienda, una gran parte de la poblacién ocu- ba casas de material, el problema del espacio fancional y Yital no sélo no se ha resuelto sino que empeora progresi- yamente. Casi todos los grupos que comparten una thidad habitacional estén integrados por un promeddio que va de seis a diez miembros de familia. Pero eso no es todo; a es- tt dato hay que agregarle la carencia de recursos para ha- cer frente alos euidados y reparaciones constantes que ex ge la manutencién de tina vivienda, Alla luz de las répidas transformaciones de la econamfa y la desre, ha precari destitucién. Si aiios atrés ls ine formacién recogida ponfa de relieve ta existencii de for. mas précarizadas de trabajo (changas), hoy el dato rele- vante es el desempleo, que aleanza cifras inéditas y castiga Particularmenté a los hombres. En la actualidad la preca- rizaci6n fue superada por la desocupacién concentrada so. pre todo en la franja maseulina, endo las mujeres y los hijos el sostén principal del hogar. Las estrategias de so- brevivencia estén mds desarrolladas por las mujeres, quie- xnes se ocupan del empleo doméstico, la prostitucién, fa, bricscién de “ravioles" (fracciones de drogs) y sa Posterior distribucién y hasta de la “creacién” de nuevas 1. Vesela investigacién Cérdoba, UERC, 1998-1998, clas urbano-inatginales", ciudad de 4 PEPER UI UYYYPVVEyY yey! formas de merca gos de cartas zacién, como la organizacién de juce Los datos regiseradas durance 116 % de los chicos trabajaba, £2 Indole como en formas de trabajo no remuneradas; por ejemplo, en el cuidado de hermanos y en tareas domécth, cas. Si bien no podemos arrojr cifras precisas, dado que el “wrabg| nos de relacién labor ts soy ¢lafio 1999 destacan que nto en changas de diver- infantil es el més precarizado, no solo en térmi- “no cuentan con ningiin tipo de contrato ni con proteccién legal- sino respecto de las Sct. Videdes desplegadas,-estamos en condiciones de estimar gue la mayorfa de los chicos entr ‘stados, particulaemen- te los varones, encuentran formas de proveerse de dinero, Bran parte del cual es aportado a sus esa Los chicos, cada vez més inclnidos en la reproduceién de la vida doméstica, despliegan variadas pineros en las terminales dé limpigdores de los vidrios de res de fevistas como La Lucisins hei En relaeién con la escolaridad de los p: infantil no supera el nivel de la poblac indose un porcentaje relevente lido el nivel bs versan las préximas paginas, 5 0 de escolacidad, Hast del paisaje socioecondmico; de ahora en mi Plorar cémo son procesedas estas co mario, desta (el 40 %) que no ha cum s6lo datos s se trata de ex- nes. Sobre ello 1, La fraternidad y el aguante arco del resquebrajamiento del do de fraternidad (entre herinanios 0 10 adq do en cuenta Tas alteraciones ipStsis que sostenemos es que a fraer= nidad ola relacién co to de una nuev: franca desapa dad emergente frente a tradicional. Las le que actian dentro 1a constitu cz, Droeven y Grinschpun,' a propésito d estudio sobre la eleceién fraterna en los nitios de la call Sengreo elein. Cor 2002, in que en el erapobre fn que en ef erp: Ly en el umbral de I ules fratérnos puede! de proteccién mis fuerte que los familiares. tener una capacidad simbélica “Un amigo se escapé de la casa y se quedé seis dias en ef He de mi casa. Teds las nockes cuando volute de trabajar compraba dos séndwichesy le daba uno, Hevaba colebas, das b= acs y dorm ies jentes, Nos quedidbamos charlando hasta lat tras dela maiiana busta gue nos dormiemos. A veces tbansos al Sspensaria y nos sacibarnas turnos para los miselas 9 para {a revisncie mnédica, Ese era ani mejor amiga, tengo rit wiontin dle mejores amigas.” “Me fui & Salt com ines amiges. Mi mand fue & buscar me en un tact porgee babia caida en una conbisarta. Cai con sxros chien, la polieia dijo gue podia sacarlos a todosy ella no gui 09, Enntonces yo ne tré del autuyy emipecé a corver. Buscaba aioe chicos basta que los encontré, fuimos basta Ia casa de nna chica y ame man Fue Ios “Chiando teerios Kas nos defendemios entie nosotros, no im porn lo gue nis binge siempre nos defendernos entre todot.” La fiinilia como “arco” parece perder relevancia para estos jévenes, Gediéndole lugar al grupo. Bsos nuevos mar-! €0s funtionan como usinas de valoraciones y eédigos que estructuran Ja experiencia del sujeto, Es mas grave violar las reglas constroidas en su interior que las producidas por el Uispositivo institucional. “Qué bay gue baeer para perteneeer af grupo, pregunta el investigador. Respetar das veglas, por ejemplo no pegur a las amasjeres, Pero en le escuela te vi bacerto, responde el investi- gndor. Stex la esmela si, pero agus no, 56 ‘Nitewor voreresjaensles "Para entrar en una bara ticne gue baber confine no de: aries cortades, cuando te piders un firvor bacérselo,prestare las cosns, no dejarlos lawados, bacerles case, "Yo meinen contémada de lo gue ellos hncian, si tomabnoso cho- Feaban.” Mis que Ia escuela o la familia, el grupo aparece como el portador de los patrones de identificacton, IBV gee manda tel Chale, porque ya estevo entervade y re Den todo: los remas gue bb en ef bri, ene bil yo, tos dos laos y adem peogie es el vnicé que carga un fierra.” “El Culo nos cuida a tet 3 {es vies, ouside jugames a fitho, y euumdo hay ws rome fuerte, bos ms ebices desaparecen y nos guedarnas los qe tus baricamtor.” El Chulo-es él que establece las acciones p Jas prohibidas, Es el que protege y el que “ense slas necesarias para habitar el mundo, Como podemos observar, se trata de una antoridad situacionsl que surge de los lazos de alianzas que, a diferencia de los familig es, son electivos, La légica de la autoridad instalada to se deja pensar fécilmente desde los parimetros paterno. La ley no es la ley del padse, la que soci watriz cultural civilizatoria, la que en consec ta Ia entrads’al mundo y a la interacciéa con los Puros. Se trata ea cambio de reglas pertinentes para ha- bitar Ia situactén en los c6diges legitimados dentro de “EL Chulo no quiere gu estos cuando buy fervor y punta~ 20s, Dice que nas tenemas gue mantener linpitan,” Silwin Drachatzky y Cristina Corea "Wa a no la puedo cortar, pase lo gue pase yo perte- Lo que se transmite como valor supremo es el aguante. es suzgen del seno de la experiencia y su fuente imidad es la effcacia que producen para habitar un conjonto de circunstancias. No se trata de un sistema valo- vo producido en una genealogfe cultural y legitimado te. A diferencia de los dispositivs que producen sujeto mediante la socializacién a un conjunto de normes y valores preestablecidos a la experiencia, en la featernidad experiencia” la productora de las valoraciones cons- no habria valores previos que estructura~ ran Ia experiencia, el modo de ser sujeto, sino experiencia latia como fruto un canjunto de valores. Los valores nncia y no al revés, Mientras el ciuda- ba dew inicién de valores previa a |: periencia (respetar la ley, cumplir con las obligaciones pi- icas, ser portadores por !o menos en términos juridicos una serie de derechos), Ia fratemidad y el aguante son fl que dice endles som las reglas para pertenccer a ‘ot chicor de a calles el meds gramade del grup gue ya estuvo naicho tiem po preso.” Nothablar, no cantar, no delatar son valores prod to de la experiencia de la caida en Ia eércel o en s reformatorios. Else lerchance que lo bardeen, no tienen problemas de trom- jpearse con cualquier, som senas machazos. No sé si me gustaria ser como ellar, nines vivis tranguilo, pero si mo queda otra. Aparte siempre tienen guita y todas la minas le dan bola.” tos rastrs jreies 3.2. La subjetividad de varones y mujeres ‘Una de las primeras preguntas que surgié ante los re- = istros fue acerca de ls diferencias de género entre mnuje- © tes y varones: segén nuestra lectura, la diferencia entre mujeres y varones, entendida como diferencia de género, se correspondia con lz oposicién entre instituidas y desti- tuidos, aunque indicando un desplazamiiento, Las mujeres, dotadas de discurso, de representaciones, de imagenes, de opiniones, parecfan ocupar cémodamente algunos de los ingares familiares y sociales instituidos en el lazo social tuabajan, van a la iglesia, son el centro de la vida domésti- ca, se ocupan de la educacién de los hijos, gestionan las re~ faciones con parientes y vecinos. Por su parte, los hom- bres, aparentemente més “jugados” en Ia aceién que en la palabra, incluso mucho més comprometidos que las muje~ res en précticas pautadas por fuertes reglas de fidelidad y silencio, s6lo parecian asistir a su indeclinable destimucisn, fr principio, Ia corzelacién aparente ente mujeres/ins~ tituidas y varones/destituidos mantenia la diferencia entre Jos sexos supuesta en el paradigms de los géneros: aquellas fanciones que ea hegemonfa del régimen patriarcal de- semnpefiaban los hombres, en tiempos de crisis son desern- pefiadas por las mujeres; los hombres, par so parte, apare- cfan alojados en ese lugar de sometimiento y de sombras que durante siglos ocuparon las mujeres. Sin embargo, la ripida homologacién entre un excluido intitmide, caso de la nujer en el mundo burgués, y un desttwido, caso del varén 1, Mujeres y ifios camparten, en a Io bucgués, el {de exces del liza, Sin embargo, est exclusin es radicalmente distin delmectnismo de expusién actual. La exclusi es son madres, gu na. La mvjery subjeividad nifo o a subj resyec= 0 discus to del cual hay twabaje de signifeacién, produc y lo inadecuada, sino que mostrarfa Ia inefleacia del esquema de los géneros para interpretar la'situaci6n aéeoal de la difereneia entre los sexos. La diferencia entre los se~ 7 x0s segin el esquemia de los géneros o/t da.cuerita de'las | diferencias entze, por ejemplo, maestro y maestra) director y directors, atumno y alumna, ciudadino y ciudadana a | partic de un plano de igualdad en tanto ambos esta insti- + aunque en diferentes lugares, La mujer en el hngar dre y esposa, y el hombre como portador del poder de trabgjar y acuparse de los asuintos pitblicos. | tuerethos decir que el cia de géneros no contabilice di desde luego que | hace: diferencias de roles, de estatns, de lugares sociales; ferencias cuantitativas, acumulativas, estadisticas;: el asunto €8 2 es deel tp de diferencias que liga 6 separa a los varones y 2 las mujeres que habitan los tecritorios de la ins vestigati6n. En pocas palabras, lo que'deseams seftalar es gue tas diferencias de, género hoy, en las circunstanci analizadas, no parten de diferencias inscriptas en un suelo instituido para.ambos, sino que justamente, son diferencias construidas sobre condicicines de destitucién, No'se trata | ya de Yarones instiuitios en Ja imagen del po er y mujeres institwidas én le imagen del sometimiento ‘nes de varones y mujeres qué establecen suelo “legalizado” de posiciones fijas. El diagrama de varones'y mujeres que ofrece el mate- vial dea investigacién no permite ser leido desde las dife- rencias establecidas por el paradigms patriarcal. A partir de alli vemos que Ia diferencia de los sexos no puede leer- se como desigualdades entre dos instituids, como diferen~ constituye a ley del cup femenino, a del 33 % de mujeres en las nes elev hasta el 50%, tados y diputaca, que supone'la equic les intereses de umbos sexos, ow le obligaciones, de reconiocimienta co o de inscripeién social, sino que debe leerse co. ho el juego complejo de p ci6n que se nrueven en lo eensién desticuido-instituido: los registros rfcitren una y otra Yee y ofiecen ejemplos del agotamien. to de la figura paterne; de'ta relacién pate fincién de nominac a de los'suje- toi::de le Bigure del poder Uetentado en toms a la autor, dad, el saber y la ley: nla situacién gene) los Iugares de varo! # toro al probler se nos revelaba poco fértil para deseribie y his pos pera nO Se juege en torno a voder’y la ley, nuclo impl stiene la doctrina de los g De modo que si hi mutado la naturaleza misma de la diferencia entre varones y mujeres, ta el modo de interpre} La¥ diferenci diferencias pra da situacion. No , &8 decir como dife- entes modos de habitar el ser varén y el ser mujer en ausencia de mandatos trodicionales. En tiempos burgueses un individuo, ya fuera varén o mujer, tenfa dos cumplir ef mandato familiar o ir mas alli dle da via solia verse coma un proyecto emvar set porque se coni fecencia entre dor. Pero, ya maba el mandato, ya sea porque se i= nes y mivjeres estaba ancia de eminci ‘sworidad que enunciaba el mandato, “Serés quien 6 sbSSoerury Silvia Dischateky y Cristina Corea tenga el poder; ser4$ la sometida.” Mandato cumplido 0 mandato impugnado; pero siempre existia una instancia de enunciacién del mandato respecto de la.cual varones y mu- jeres reconocfan sus condiciones. Los varones y las res actuales yano pueden reconocer un mandac impugnarlo ni, para cumplielo, Las c rones y de las muj 3.21. Las condiciones A grandes rasgos, la subjetividad de los varones se cons- tituye casi plenamente en situacién, puesto que son las icticas construidas en territorio, y no la escuela y la fa- les que marcan fuertemente a los sujetos, Los refe- identificatorios son sus pares, las reglas que rigen sus comportainientos estén elaboradas a partir de las de~ mandas de cada si las valoraciones © mot se configuran en relacién con los préximos, Jeg! en la frontera del grupo. El grupo es el que nombre a unos individuos: Pilo, Quirquincho, no, lo cual dista de cadena gener: reconocida ju cuyos rasgos de identidad son el aguante, el 2afe, [os lealtades, En los relatos de los varones prima sobre todo Ia refe- a sitvaciones violentas; sus précticas se dan en el te y el riesgo. La amenaza de efreel y de muerte por a SRELUTUT TU UT TRV URU RRR Eee sree Nuevos rastras, : robo o por drogas es un rasgo decisivo de esta sut dad que no tiene en las figuras adultas de la fa escuela ningsin referente; por el contrario, se alude a t2~ juria y a veces, me- ecla- ecuencia Ia figura de ese que no escucha, que no en~ tiende, que no reconoce. Bntonces le progunté qué era la ley para él. "La ey es as los canas sor ans horas 1 ell nadie las conden, 1 cagada, son = Yo vengo porgue me abligan, sino le prenderta fuego; agut | or de. Bola, las maestras som unas culiadas, som seas pe~ | El padre es précticamente una figura ausente y la madre npotente, sufriente, con una fuerte pre- trabajo ya no es el espacio que reafirmaba el lugar del pre coma un proveedor dle fans el wanda de esta dio arraigado en la creencia de que estudiar era la garantia de-un futuro mejor se ha décrambado folic que si curso 0 Ia acade baja 6 Este teitimionio registia una serie de contradicciones Hegue ponen de manifiesto la crisis de la Fancidn wadicional del padre y fa fa in primer lugar, aparece la certeza de gue su hija ir trabajo, Por otro lado, la suniversidad, que’parece aqui la metéfora de la realizaeion por la via del estudio, esté descartads como Futura posib El padre quiere para su hija un-destino distinto al de sq roadre y dene el suefio de que Ivana sig estadiando; pero 's tealidad no offece ninguna de esas condiciones para que nscriba en Ivana como deseo a teali- Zar 0 comtio mandato a evestionar. El brutal desugople en. tre lo que el padre quiere o s ja y lo que el padre a la vez le transmite a ella como balance de la vesli- dad parecen instalarse en Ivana: “De Manna la atenciin por sctrdint es tan fad estudiar.” no fe guste mada, no le gusta ‘Mientras los varones parecen moverse en la frontera de le palabra y del mandato, fas rujeres son atin portaveces de un diseurso, en tanto expresan los ideales medidticos religiosos, 3 Ie iglesia mes dicen ue Jenis murid par nostro, que de- ‘rad tt ions gota de seg, Nos dicen que tenemos qe vce on Dias nos ken Ia Biblia de San Juan, San Lucas y Sam Me, tee Nosviras @ la igs le decinas excita. Nos dicen que i irons tener nowio nos juntenas con chicas gue no se porten Dal Los ebios gue se portan sual son ls chieas del mado, log ane se drogen, feman, bailan. Bl profesor de Ia excutlita no co. ioce las bailes porque cuando &l era ebiguita ya rein en Dian Daniela, 12 aios,) Si bien los teritorios fuertes de inseripeién par log rme Jeres no se reducen 2 la escuela, sis relatos nos muestran in dicios de una subjetividad fandameatalmente construida on “ ‘sear rostroc juveniles €l lavo. Tanto la presencis del referente religioso como fuente de maralidad que regule los comportamientos come Ja expectativa de vn fot io @ alguna profesién o trabajo (Ser médica, modelo) hablan de la presencia de un imeginario que procede del lazo. La aspiracién mediftica de Iégar 9 ser alguien con una elta visibilidad como la modelo muestra Ie construccién de un ideal en el interior de los od. dligos que rigen actualmente el intercambio social 3-22, Chita del paradigana burgués de la diferencia sexal Deciamos a] principio de este apartado que las diferen- clas actunles entre los sexos ya no se juegan seygin el repar to burgués tradicional: mujer madre, centro de Ia Vida domeéstiea; var6n padre, agente de Ia filiacién y de | auroridad, garantie de la ley. ‘Tampoc se jueggan 0 se insti. Given meclonte la sinople iversisn de lugares: majeres po. devosas versus varones en decadencia. Se di ten con dele que en otto momento fue~ ron sitios precisos de inscripcién de le diferencia sexval el amor y la reproduceién, En torno al romance, a los emba- ‘aos, Ia iniclacién sexual aparece un indicio ecurrente y significativo: los chicds confiesan no darse cuenta, a nose. ber cémo darse éuenta o6mo es que sucede eso que suee. de. Como darse cuenta de que estin enamomdos, cds datse cuenta de que estin embarazadas, eémo dares coon 1 de que se inicinron o no sexualmente, patecen ser moti. vos de profunda inquietad e incertidumbre: “A mime gusta wn chico, yo ne di ctenta que él nse gustabn porque lo extvariabw de noche..." Carla.) GA ani sue gusta un chico de 17 aos, él a sabe que yo gusto de & to vote exaculo iba a ta carnicerta, co mis -SCSCUCC EC TEESE esse ees Silvie Duschatoky y Cristina Corea cuando lo vi me enarmoré de él qite estay enamorada porque “One es lo give mas te gusta de Chiquititas? BL enaoramianto, se enmisinn abi amas ~gSe ven distinear a ustedes? 5; ele se ~gUitedes no ce enamaran? Nooo.” “Angel: ~zLe podentes bacer una pregunta? Eneinndorn Una prepa A:~gA qué edad la bizo por primera ves? Renzo: ~ij Cima le vias a preguntar esl! jChe, degeneradal!! E: ~Veiite, a kas 20 ais. ie Reid les 20 asta! Vo bo bice a les 13 afi, ya lo hice tes veces. BY bur... sm otras dpocas. Hs snd época a veces era ao, RV 30, ya tres veces, : B:=Las tends contadas. R:—jMais vale! Si no desp de wuek is me alvido, y lo tengo gue hacer “Las hermanas tarabién sabi cuidarse, tamnbiéh les babi explicade, pero aonbas se babian ‘ ado com las navios, hermana es ride grande, tiene 19 0 20 afin, , el bij, ella [27 aos} nose daba cuenta, mo erein qe tba a pasar io det bio...” Interpretamos la dificultad para “darse cuenta” indicio de que no existen fuertes marca diferencia sexual, es decir, las précticas y en los. que Ssexos estin alterados: la sexualidad ya no se juega en el te- hibicién; los como el tituidas de la 66 CCC EUL ELE U UME LEERY i Nuevos rostrosjaveniler liazes rotan, se tornan siméuieos, son intercambiables, temporarios y aleatorios. Reconocer, adoptar o aceptar un hijo por parte del padre no parece ser un hecho esperab sino los datos del ejer basada necesariamente en un mandato o en el cumplimien~ to de la ley sino en un terreno incierto en el deseo, la decisié modelos de la paternidad y de la maternidad se d : y no se sabe en qué consiste ser padre o ser madre en estas, uevas condiciones, Bl terreno de la diferencia sexual se presenta para los chicos como un te bortoso, a ve~ ces vacfo, altamente contradictorio e inconsistente. No darle el nombre pueden re in altamente subjetivantes. sin padre. Si-yo mu do me cance dejo al padre, es siewspre para gue lo evel pads en cambio el otro no dice que es el padre del bijo, no se bace cas £5, por es0 no os lo mismo.” (Micaela, I afios.) : vee ewe CCCP TC CCR ST eC CET EEE we Ye we we CAPITULO 4 Las instituciones en la pendiente 4.1, Las figuras de autoridad fainiliar : tal oftecia un punto de eq Hempo que lo insertaba en ua acién econéunica, La fa is suscribe a la idea, a props~ le que no hay sujeto desde los sino que se trata de posibilidades que solo se m Silvia Duschaceky y Cristine Corea Hin sieneventran una serie de condiciones. Fl otro eé en- fonces condicién y pasihilidad.de-subjedivacign. Pe pri- ‘mer otro es la madre que nutre, cuida, brinda afecto, toca, 0 introduce algo de otro cay que sera el motor del “que ls mera asi mano, E] mundo Je jona al nifio un conjunto de significados que per- rar los diferentes estados por los que atravie~ (1988) destaca: “la palabra materna de- rrima un flujo ‘pottador y creador de sentido que se nticipa en mucho a la capacidad del nifio de reconacer su , prefiere te u Otro, un paseo wu otro, Se trata entonces de ia primaria” fandada en un modo de rable que obt de enfrentarse a las propias d jerza sino la posibi- ‘ as fica rami, El pees es cl ceprésentante de la ley y como tal el portador de Tos discursos sociales I itimadios. El pa 8 el encargado de ron y el que repa~ tard esa “pérdida” con la puesta a disposicién de objetos sustitutes (simbolos, ideas, instituciones, tarin la exogamia, Ahora bien, qué ha sucedido con estas re nes familiares, ¢Acaso estin acordes cor las coordenadas de la glol Ja sociedad buzguesa? —slacidn.que-rompen [a esteuctura patcrno: PUCCUCELEGERESEEEEE Las institeciones en la pendionte El modo especifico de constitucién familiar basado en tun orden jecérquico se inscribe en légicas sociales de ca- récter general. La organi: matriz.subjetiva de in del universo de Ja familia nuclear se inscribe en la alteracién de una serie de condiciones basadas en el principio jerdrquico. La ca del Estado-nacién en el marco de la emergencia de nuevas logicas sociales basadas en la nocién de red! vacia a las re- laciones familiares de una referencia anclada en jerarquis simbélicas. én vamos a describis las alteraciones sufti- das por al modelo paterno-fiial que constituyé el de le organizacién familiar. A modo de répido pu concomitantes en Ia deval transmisién intergenerac El corpus de le investiga enfzenta ala emergen- -cia de nuevos modos de vinculaciéa familiar gue nos Blan di algo nis. que de otros tipos de: Ds trata de configuraciones fami autoridad simbdlica tradi i6n de ta experiencia y le dios sociol6gicos describen nuevos tipos de Familia farni- lias ensambladas, monoparentales, ampliadas-, “Las coneziones con los diversas nodos jericquicas, no inseriben excatérmino e lores y dstribuye un orden sim wice, Droeven, y Gi ico desde: Droeves, op ee eae rae ae ‘ories én su configuraci6n.conservan una FET uti let's el eran de eure dctutoaied Lp dle ehodnttamis, en earth nor enema le necesidad de repensar la categorfa familia ya que emergen miltiples modos de vinculos que ponen et guras portadoras de autoridad si 7 des de relaci6n construi- ibar a un cuadro exhaus- es Le caida de nn pa es Roy un significante vacio, es de~ ir un {ugar sin referencia est: i Ante el agotamiento de! ts ofreceg west jetivasde habitarla suse- Sque.nombraremos de Is siguiente manera: de- En primer lugar sefalemos que la desubjetivacion no se tata dé un estado puro, No pensamos en la pura desubje- tivacién, dado que si fuera asf estarfamos frente a la nda . Lo que si advertimos son modos desubjetivantes de habitar los vineulos familiares 0, lo que es lo mi poder hacer casi nada con la situaci 6a un bom chicas me queria mori porgue si snaride robaba y despuds lo vendiainos, el ra bueric con las chicos anengue a mei me pegaba mticho. Pero a Jos chicas las tenianves biem vestidas, Pasaron los eran a faltar las cosas, fo inio que me quedabn era acastare por pero me daba vergiesiza, Un dia msi vecina me presenia a ste mtevo marido y me justi, pero también me pega y es pega a fos chicos. Cuando quedé enibarazada de exte ricco marido, mai n fala a wosos amigos. Me tarlo en la cre.” in. gué momento se deja de ser human se es el ni co Punto verdaderamente en juego’en una situacién extre. tea, Ls"ue muestra la tesis de Agamben en torno « hres encie de Auschwitz es, contra cualguie: {o propio del humano es la pos mano. Después de Auschw! sal sino continigente; existe la para mana de Ja deshumanizacién, E] videncia, que idad de dejar de ser hue tidad no.es wniver- eto: ésa es und experiencia de No importa entonces juzgar Gn esquemas morelistas que describ. ino que le tinica pregunta ios sobre el otro, es ewéndo se comportamientos sex al opresor, _ ot desnbjetivacion, entonces, nos habla deun x -babitar la situacién marcada por la itm amiereed de lo que acontezea habierido nani sa povllded de deci no. de hace alga que desborde _ cas, Se trata de un modo que despoja indiferenciacién de las lugares _ : ss de padre, madre ¢ hijo, con la consecrente disolucién de las posiciones de protedcién yan los padres hacia los hijs. En ese marco de disehc % Silvia Duschatzky y Cristina Coren subjetivacion consiste en la imposibil lugares de enunciacion desde los cnales habi- de lugares entre adultos y chicos iba Ja atencién durante el siglo XV, en el que era que tos se mezclaran en distintas es- cenas de la Pero hoy, tras un largo p institucionalizacién, la alteracién de los lugares simbéli-~ cos de antoridad delata algo més que un simple cambio infancia y de distinta procedencia ~de la medicina, de 'a psicologia, de la pedagogia— aportaban a la produecién dela y la adolescen des” propias de cada etapa ¢ ieve Ii 6n de lugares sino més pérdida de toda referencia en Ia ctal anclar;Quizss-haya gue pensar que lo propio de nest Ss que se arme conlleva Ia opor= —tunidad de un proceso subjetivante ‘veces Angel me consigue cospeles para que pueda ir al bni- ke." (Relato de dre.) » vamias a te casa de todas, noso- Jas cosas, me votvs loca, rempi as de gut forma decirle gue mal en decirle gue me compare. " s UUUUUUUUUOUULELEREUEY PUVELEULULULULU EEE Las instituciones en la pendh "Algunos padres saben que las chicos roban pero na dicen n= ricte on Jor Riavers, se sube a tas techos, pasa conto Aprendié a rebar porgse le enseiaron.” "Yo trabajo en la terminal abriendo puertar de beronaria y pai muarad.” dad y la paternidad aparec de aquel sentido heredero de la tradicién cultural. Padre, ye no se perfilan: como significantes de una jergeneracional basada en el principio de a toridad, sino que parece tratarse de mente destitnidos. Trabsjos “compar nes de alta precariedad, chicos que madres, figuras masculinas borrosas o en descomposi~ ci6n, actos ilegales “legalizados” por sus progenitores en ia por sobrevivir, caida de la frontera entre lo ido. Chicos expuesto: mo escudo en disputas de pareja, chicos oc gar de proveedores. Es interesante advertir que estas alteraciones a menudo son acusadas como vacfo por parte de los mentos donde se hace mas visible la cixeulacién del dolor, cel desamparo y una suerte de llamado a las figuras de los padres, se dejan ver en Los relatos sobre las ex- periencias familiares. sernado porgue tomaa much ‘emspead a tomar alcobol, ese de color azn Iadsill pero tansbidti salgo a verloy no puedo porgte no we Fo nnd se fits, ane dejé, yo la bart mando uno de ells sobre nosotros.” ‘Tanto en la generacién de los padres como en la de los. j6venes entrevistados, el textitorio de Ia maternidad . la paternidad se presenta como un sitio sumamente confuso y devastado de significaciones. Sus fronteras, sus manda tos, sus funcfones y su sentido, claros y precisos en él en- torno burgués, desaparecen hoy por efecto de la destita- cin simbélica de las figuras burguesas de Ja faynilia, Ante esa caf, los sujetos jenté logran construir condi- siones de enunciacién para habitar e investr la experiencia de la patertiidad y de la matemnidad, “Binovio de mii hermana es mir grande, tee 19 0 20, ef srverta tener of hijo: ella nose dab cuenta, Cem qe le iba a pasar fo del hijo, eso iba a pasarle mds adel Enel apartado 3.2.2. interpretdbamos la nil de darse euenta de los embarzzos o de la situaciéa que gira on tomo a la reproduccién ~cuidado, anticoncepcién, riesgos~ como wn indi is cia de marcas 2.6. Cast im dels marcas se- sualesdefiereen Toque no diflerees i ne- tates soiiaba’ ates gite se fitera mai marl abora no sue iia. Yo buble con id: Mi abuela me “To espero que msi ppd y mai mand se acomnoden y tomen el esen ~rece agi ci6n subjetiva para hacer desinvestide de sentido del orden de la perce este caso le impos Los modelos de patemnidad y mat destituidos. Se abren, entonces, pervive ta reproduceién OS, avatares del vi wsistencia _La resistencia expresa ci ~come_un mado de-ahroxy efectos riesposos que acech: del modelo se r ia o el de la subjetivacién.-E] embarazo, No uueden ser meros hechos reales, te, de los que ser una lad, de subjetivacién taactitud de defensa n PTT Tete es esas aeeey ‘Sivia Dusebatzky y Cristina Corea ala salida al mondo a una familia. erva de los riesgos del mundo, ‘Tradicionalmente {s familia era la encargeda de instalar al nifo en el mundo diante una serie de prfccicas de socializacién que sten- 2 a su autonomizacién progresiva, El mundo era apeté- le en tanto prometedor de nuevas posibilidades. 1Los relatos construidos en la investgacidn testimonian ificado de esta mediacién, EL mundo it pracura entonces dila- “Cen consecnencia el cuidado faruiliar no es aquel que for- al mundo sino el que To preserva de talece al hijo para los viesgos del mua "Yo no me info de pasar, a Jo major la perso con alge "No me gusta ester encervad, mi pap no me dja salir por- en miedo gue me vilen.® "Me preocupa gue la vielen o la asalten.” “Los padver tienen miedo que nas quedemos entbarazadas, gue nos pase algo en fa calle 4.1.3, Invencién La modalidad de cin de recursos invencidn pone de relieve la produc- cara sue de producir nuevos posibles. de destitucidn det BERRREREUCCe Las institucionce en ta pendiente Edlos tienen por east ce bicimmas', assay La desocupacién como marca de id estado temporatio, asi como el sentimiento de vergt nos hablan de nuevas condiciones exosionantes dea dad, Ambas formes de nombrarse despo valia cin que grafica la ba jorde de un “no pades* se plantean allf donde es de subjetivacién ponen eos recursos de los sujetos para habitar Ia situa cuenta al mismo tiempo de su producen a expensas de ai gran valuntarismo y omnipoten nneradas en una sociedad que se instimye con indepec cia de un referente colectivo que enlace a un espaci pertenencia simbélica, Los testimor ” fai estaba en guinto grado, de maassta mse dijo tina escuela de dscapacitado. Siempre lo amse- to de cole 2 lloraba, no geri iferenciar. Yo les hablo, es los se da vam a eruzar un meontin de veces.” 16 le wey a ayudar en tadoto gue neceste A ella le gusta ef 2, entences yo la acompartaba todos ls sibadas a teatre vo sal basta que da movers sola, Le guardo los caspe- " © pda ir. Mi mario y yo no canosemos el mera vez ser para ita ver a Anata en le obra de en el borde de un campo social co ntandentes de jerarquia, En of venir de su existe un hacerse a sf 2 fatigosa de ser hhenberg). Hin eérminos de Ziéek (2000) es. 4 decidir libreimente es un juego ob: lic de s laciones productoras de confianza, que piovocs any én que proves 42, Ta escuela entre la destitucion y Ia invencién Li resis que sefiala que los jéyenes que viven en es de expulsién social construyen su subjesvidad én situacién compromete profundame mismo tiempo que la posicién dela ese den producir en Situaciones de profunda alteracién? Qué -tipos subjerivas se babili ‘an _£n esas Ponto transitaremos nue desubjetivnacitn, resistencia e ferentes modos de habit la caida de ico moderno, La destitucién no es la vacio, no es la ause encia de elgin tipo de pros ide respuesta @ un tipo de demandas ba Sn simbélica de Ja escvel “A jue é5ta constrayé mediante I cual “dot los sujets dej6 de tener par peclomnce 4. Se desomina dimensién pe de tos enancladas gus tiene lao (qe fos enunciadoeexpresan. Se Vidad si se tene en events, po “ju, Mientras liza en el riomento de de pe tiv del eng lad de hacer en Silvis Duschntaby » Cristine Corea El discurso Is ciudadanfa, por ejemplo, tenia poder pecformative mente en la prfctica se ipio de igualdad entre los hon terpelacién, deseo de formar p: ficci6n, de ese universo de discurso, de valores, de prinei- de préctices, La eficacia simbelica de le escuela no se va distribucis alfabecizadora se mide enconces en la cosrespondencia 0 la correlacién es- sujet alrededor de un canfanto son los que rgen ln-vda soc tivas © que, como sucle escucharse, hace asistencialismo en ver de pedagogia. Lo que sugerimas con ta hipétesis, de la destitucién de la escuela es que se percibe una pér les de fondar subje~ 105, no todo s¢ desvanece, No se trata de una desaparicién absolncs de la subjetividad sino, en todo ea 0, de la desaparicién de al 1s posiciones de enunci ieas que se revelan esté tera) produces parla experiencia de nuestra 2 ee | eee SESE ESEETIETUEE tuaci6bs, La destio én puede ser procesada y hhabieada; en oeas destitucién no es un derrumb que se despliegan ope Proponemos leer ese conjunto de actitudes desplegada segin un esquema de tres posieiones de enunciacién: po- siciones escolares desubjetivantes, posiciones de resisten- cia y pésiciones de invencién, 421, Desubjetivac a. una posicigin de af pereepeiGa de no poder hacer naa dle lesatentos, vagos, sin ¢@Se trata de pura continuidad en las representa ccltura legiti- sostiene que ala privacién m No obstante, podemos registrar ciertos deslizamientos. Segtin los momentos histéricos y las ideologfas dominan. 8 RTA ARCA ARTA SCCCTECC RELL UU Uwe POPE Pee Ew Ss PCC I IVP ISVS Silvia Dischatcky y Crietina Corea tn gar donde esta “emda; “aprenden, gue hon perdi diciones en condiciones de pr algo del adulto. Por frentarsios a una subjetividad que con i: vas la pensamos como divalor o como de violencia. Una insistenca en esos sieams.an puede resul. t0sa, smo sujetos, Una p podemos encontrarla frente al ne a i c equivalence jue puedo hacer es flexibili- sino que offece a las esmudiantes | posibilidad de cjercer subjetivamence su condicién de madres Lar instituciener en lap flo de nny ns formes de cia cn docentes y-sux panes? EX palabras Ue Blanchot-oty pr gusta reclame eespuesta, pero la respuesta no puede el cel ir, se trata de un hacer, un pense igualadora no es, en fabricacién de sujetos id “mmposibilided contingente y en absjar eon tod dios para rand n_pademos an “gar tambign fa intervencidn de una escues gue feng a j08 de ser simplemente un lugar donde guardar las ar= { ¢5 una frontera que delimita el terzitorio de Is ense- ntre Ia ensefianza y le, La enseftanza supone la rencia, las acmas representan cia, La ensefianaa encierra le violencia simboli autétidad efectiva dado que loge tores: ustedes son bienvenidos pero e da lugar, es a las armas. Esto cambia sust sicién de enunciacidn de la escuela. B 91 PCVVTE Hew Las inst esté en tu poder para a Bjacién regresiva que homano la humanidad afirmativa bricad, previsibl ipad, sino que desbord le linea lidad y crea condiciones para que algo de otro orden pac da nacer. Es el Gempo que insiste en hacer de la experen cis educatv En este modo de concets - vEin qué direccidn hay que pensar hoyla intervoncign | tala escuela? Un primer esquema para ubicar la interven- comprende wes di 1 de snélisis: temporali- autoridad y horizonte, eruzadas con tres coyunterss rentes de la escuela: Estado-nacién, mercado, y un mis del Estado y del mercado. Baudosmién | Merade onan de meds 0 homoge] tiempo vivido, Lo muevo aquf no puede montarse en el tiempo fax

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