Está en la página 1de 144
Marcelo Gullo Editorial Biblos Gullo, Marcelo Argentina Brasil: la gran oportunidad. - 1* ed. - Buenos Aires: Biblos, 2005. 174 pp.; 23x16 cm. (Relaciones Internacionales) ISBN 950-786-492-X 1, Relaciones Internacionales. 2. Argentina-Brasil. [. Titulo CDD 327.1 Disefio de tapa: Michelle Kenigstein Armado: Hernan Diaz Coordinacién: Monica Urrestarazu © Marcelo Gullo, 2005 © Editorial Biblos, 2005 Pasaje José M. Giuffra 318, C1064ADD Buenos Aires editorialbiblos@editorialbiblos.com / www.editorialbiblos.com Hecho el depésito que dispone la Ley 11.723 Impreso en la Argentina Ninguna parte de esta publicacién, incluide el disefo de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en forma alguna, ni tampoco por medio alguno, sea éste eléc- trico, quimico, mecanico, éptico de grabacién o de fotocopia, sin la previa autorizacion escrita por parte de la editorial. Esta primera edicién de 2.000 ejemplares fue impresa en Grafica Laf SRL, Espinosa 2827. Buenos Aires. Republica Argentina, en mayo de 2005. indice Prélogo, por Helio Jaguari Capitulol El ultimo tren de la historia. Los origenes de la globalizacién como proceso histérico 19 La segunda ola . 22 La tercera ola 24 El nuevo epicentro 29 Las consecuencias 31 {Como lograr un lugar en el mundo? «. Eltalén de Aquiles del Mercosur _ La responsabilidad de Brasil La base de la integracién no es econémica Capitulo 2 Elimperio americano Un pasado que explica el presente La herencia del Mayflower... Religion, educacién y patriotismo Elconcepto de imperio americano Capitulo 3 La “telehegemonia” La razén primera La muerte de la dependencia y el imperialismo - La vulnerabilidad ideolégica .... Capitulo 4 La “revolucién anestésica” y el nuevo orden imperial La alianza fundamental El nuevo altar pagano La supremacia del aparecer y la “telepolitica” Copyrighted material Capitulo 5 E] largo camino de la comprensién mutua . ‘De la rivalidad a la integracién La primera clave: Brasil fue parido por una elite imperial .. La segunda clave: Brasil es la América portuguesa que no se fragmento ..... 98 La tercera clave: Brasil realiz6 sus grandes transformaciones sin costo de sangre La cuarta clave: los hacendados se vuelven industriales La quinta clave: los militares brasilefios nunca abandonaron el provecto La integracién como eleccién histérica .. La integracién como necesidad histérica Capitulo 6 La Argentina y Brasil frente al continentalismo Los margenes de maniobra para construir un continentalismo -sudamericano .. ALCA, identidad cultural y democracia ., El ejemplo de México . Del ALCA light al ALCA letal .. Nuestra responsabilidad .. Capitulo 7 : De Ja autonomia nacional a 1a autonomia continental .ssssssssesseessssenneeene 141 Poder para poder ser 141 Poder y futuro ..... 145 Las corrientes del poder 147 (Eig POAT OD Bt ope eccneacpanireerennneerecteanccccnmeaniaanitia cman AGO Un proyecto de grandeza ... we 154 Capitulo 8 Mercosur: politica exterior comin o colonial-fascismo Capitulo 9 La gran oportunidad . Epilogo, por Alberto Methol Ferré .... Bibliografia Copyrighted m Prélogo Helio Jaguaribe Fue con mucho gusto que acepté la amable invitacién del profesor Mar- celo Gullo para prologar su excelente estudio La gran oportunidad. Es que Gullo y yo tenemos, sobre temas de nuestro comun interés, las mismas ideas ‘bAsicas. As{ ocurre, particularmente, con este libro, con el cual man- tengo plena concordancia. En lo fundamental se trata del hecho de que, ante el proceso de globali- zacién exacerbado por el unilateralismo imperial del gobierno de George W. Bush, los paises como la Argentina y Brasil —y con ellos, todos los de Amé- rica Latina— estén perdiendo, acelerada y drasticamente ~cuando nolo han hecho ya- su espacio de “permisibilidad” internacional. De seguir las cosas en el estado actual, en un lapso histérico relativa- mente breve —a mi entender, en no mas de diez afios-, nuestros paises se convertirdén en meros “segmentos indiferenciados del mercado internacio- nal” y serdn simples “provincias” del imperio americano. Si bien se man- tendran los aspectos “formales” de su soberanfa: el himno, la bandera, los ejércitos -titiles sdlo para “desfilar” y hasta las “elecciones libres”-, las de- cisiones relevantes ser4n tomadas fuera de sus fronteras, en funcién de los intereses del mercado financiero internacional y de Washington. Nuestros paises serdn controlados, internamente, por las grandes cor- poraciones multinacionales -las mismas que ya predominan en ellos- y, externamente, por Estados Unidos. El imperio americano, a diferencia de los “imperios histéricos”, del ro- mano al britanico, no se caracteriza por la “formalizacion” de su dominio. Este domino era ejercido, en aquellos otros, por un “procénsul” o un “vi- rrey”, respaldados por contingentes militares y burocraticos de la metré- polis. El imperio americano, en cambio, es un “campo magnético”, dicho esto en un sentido anélogo al que empleamos cuando hablamos, en fisica, de un “campo gravitacional”. El “campo” imperial americano se caracteri- [13] 14 Helio Jaguaribe za por el empleo de “constrefimientos decisivos” en lo financiero, en lo econémico-tecnolégico, en lo cultural, en lo politico y, cuando es necesario, en lo militar. Estos “constrefimientos” compelen a los dirigentes locales -les guste 0 no- a seguir la orientacién que conviene al imperio. El proceso de globalizacién, que no fue deliberadamente generado por ningun pais o grupo econémico, es el resultado del progreso tecnolégico del ultimo tercio del siglo xx y de la transicién de la forma del capitalismo internacional que pasé de la anterior fase industrial a la actual fase finan- ciera e informatica. Sin embargo Estados Unidos, valiéndose de su condicién de mayor y mas tecnificada economia del mundo combinada con el hecho de ser la uni- ca superpotencia subsistente, consiguié apropiarse de este fenémeno utili- zandolo para favorecer sus propios intereses. Fue asi como el proceso de globalizacién terminé convirtiéndose en el principal medio sobre el cual Estados Unidos basa su predominio universal y consigue, de este modo, que los procesos de globalizacién y modernizacién terminen identificando- se con la idea de “americanizacién” universal. Ante esta situacién, la mayor parte de los paises esta perdiendo, o ya perdi6, su soberania efectiva, convirtiéndose en meros segmentos del mer- cado internacional y provincias del imperio. De este destino escaparon so- lamente los pafses europeos -por su integracién en la Unién Europea-, los paises semicontinentales de Asia -como China e India— y, en menor aun- que creciente medida, Rusia -gracias a su poder atémico “remanente” y a las politicas reformistas de Vladimir Putin, ayudadas por la fuerte alza del petréleo-. En ese marco, los paises del norte de América Latina, tanto por gravita- cién natural, en el caso de América Central y del Caribe ~con la excepcién de Cuba— como, también, por el acuerdo del NAFTA -en el caso de México— se fueron convirtiendo en “parcelas” de la economia americana. Es verdad que México, gracias a su extraordinaria riqueza cultural -tanto popular como erudita-, mantiene todavia un margen significativo de autonomia nacional pero, {por cudnto tiempo? De no mediar ninguna circunstancia nueva, el proceso de “americanizacién” de México seguir progresando in- eluctablemente, hasta su reduccién a la condicién de una provincia mas del imperio. En idéntico marco, subsiste en América del Sur una relativa -aunque aceleradamente declinante- autonomia. Lo que se mantiene de esa auto- nomia se debe a laArgentina y a Brasil. Estos dos paises perderan, como ya he mencionado anteriormente -en un plazo histéricamente breve— lo que les queda de autonomfa si no logran, con urgencia, una apropiada solucién “integradora”. Como acertadamente subraya Marcelo Gullo en este brillante ensayo, Prélogo 15 la “supervivencia histérica” de la Argentina y de Brasil depende de la ur- gente conformacién de una alianza estratégica entre ambos paises. Una alianza que sea a la vez estrecha, estable y confiable, para desarrollar a partir de ella una integracién econémica apropiada y equitativa y, funda- mentalmente, una politica exterior y de defensa comin. La alianza argen- tino-brasilefia constituye, asimismo, el eje de la consolidaci6n del Mercosur y éste, el “nucleo duro” de consolidacién de la recientemente establecida Comunidad Sudamericana de Naciones. Sélo asi estarén dadas las condiciones necesarias para la preservacién de la identidad nacional y la supervivencia histérica de cada uno de los paises sudamericanos. Es preciso, asimismo, agregar que la consolidacién de esta “comunidad” constituye la condicién sine gua non para que México logre preservar su amenazada autonomia nacional. México no sobrevivird sin una América del Sur auténoma y a la cultura latinoamericana le resul- ta imprescindible el rico aporte de México. Resulta imprescindible, sin embargo, evaluar objetivamente la actual situacién politica universal no sélo en funcién del presente sino también de los posibles cursos que la historia del incipiente siglo Xx! puede acarrear. En efecto, tales “cursos posibles” se sintetizan, a mi entender, en dos alter- nativas histdricas bdsicas: 1) la ampliacién y efectiva universalizacién del imperio americano, o bien 2) el surgimiento, hacia mediados del presente siglo, de un nuevo régimen multipolar. La primera hipotesis tiene, a su favor, el curso actual de los aconteci- mientos. Dada su hegemonfa semimundial y su absoluta supremacia mili- tar, Estados Unidos esta “satelizando”, paulatinamente, a las restantes regiones del mundo. Cabe, sin embargo, preguntarse por cuanto tiempo se mantendré este proceso. Tenderé a proseguir, de hecho, hasta abarcar la totalidad del mundo si no surgen nuevas fuerzas que se opongan a ello. En tal caso se conformaria una verdadera pax americana de larga duracién y el resto de los paises quedarian reducidos a la condicién de “segmentos del mercado internacional” y “provincias” del imperio americano. La segunda alternativa depende de la evolucién que hacia mediados de siglo alcancen otros “centros aut6énomos” ~y alternativos— de poder mundial. EI principal candidato a ocupar esa posicién de “centro de poder alter- nativo” es China. Este pais viene sosteniendo, desde 1978 —con Deng Xiao- ping y sus sucesores~ tasas de crecimiento extraordinarias, superiores a 8 por ciento anual. En la medida en que China pueda mantener durante algunas décadas més su ritmo de crecimiento actual —con tasas anuales no inferiores a 6 por ciento- y logre alcanzar, al mismo tiempo —como condicién necesaria-, un desarrollo institucional acorde con su desarrollo econémico y su moderni- zacion, conseguird alcanzar un grado de “equipolencia” con Estados Unidos hacia mediados de este siglo. 16 Helio Jaguaribe Por su lado Rusia, que conserva ~aunque en condiciones algo obsoletas— el extraordinario arsenal misilfstico-nuclear heredado de la antigua Unién Soviética, en caso de concluir con éxito el proceso de reformas instituciona- les y operativas iniciado por Vladimir Putin aleanzaré también a recuperar su antigua posicién de superpotencia hacia mediados de siglo. Es as{ como puede delinearse, como un posible horizonte politico de mediados del siglo xxl, el surgimiento de un “nuevo régimen multipolar’, en el cual la Unién Europea, China y Rusia aparezcan también como “su- perpotencias”. Aeste mismo marco habria que agregar el surgimiento de una nueva categorfa politica de paises, aquellos que alcancen el grado de “grandes interlocutores internacionales independientes”. Este nivel podra ser alcan- zado por algunos paises —o grupos de paises que, sin llegar al nivel de superpotencias, alcanzaran a mantener un elevado nivel de autonomfa in- ternacional, constituyéndose asi en “grandes interlocutores independien- tes” del sistema internacional. Otro candidato capaz de alcanzar esta cate- goria seria aquel grupo de paises que denominaremos “subsistema euro- peista” dentro de la Unién Europea. Finalmente, una Comunidad Sudame- ricana de Naciones también estaria en condiciones de alcanzar este grado de interlocucién independiente. Al respecto de estos dos tiltimos protagonistas posibles, cabria realizar algunas precisiones. El surgimiento de aquello que aqui denominamos “subsistema europefs- ta” como un bloque dentro de la Unién Europea resultaria una consecuen- cia de la ampliacién de la Unién Europea. Con la reciente incorporacién de diez nuevos miembros y el probable ingreso futuro de Turquia, ademas de otros paises, la Union Europea, tenderia, més que nunca y por un largo plazo, a constituirse en un gigante econémico pero un enano politico. Sin embargo, en esa misma Europa existen paises como el Reino Uni- do, Francia y Alemania -ademés de otros- que mantienen, todavia, una importante actividad internacional. Ante la alta probabilidad de que la Unién Europea como tal no logre, en un plazo previsible, fijarse una poli- tica internacional propia, ya es manifiesta la tendencia a que, en Europa, se formen dos subsistemas politicos distintos. Uno, “atlantista”, proesta- dounidense, bajo el liderazgo britanico, respaldado por los paises nérdi- cos y eventualmente por Holanda y algunos pafses de reciente ingreso en la Union Europea. El otro subsistema, europefsta, estarfa bajo el liderazgo de Francia y Alemania, con la probable adhesién de la Espafia post Aznar, de la Italia post Berlusconi y de algunos de los recientes integrantes de la Unin Euro- pea, incluida, probablemente, la futura adhesién de Turquia. Ese subsiste- ma “curopeista” no tenderd, por muchas razones, a convertirse en “super- potencia” pero si en un “gran interlocutor internacional independiente”, aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 20 Marcelo Gullo a la cola de la distribucién mundial de la riqueza y el desarrollo social. Necesitamos una conceptualizacién de “globalizacién” que le otorgue a ésta un significado desde nuestra realidad cotidiana, una visién de cuales son sus consecuencias para los paises menos favorecidos y, més puntualmente, cuales son esas consecuencias para la periferia sudamericana. Como sostiene Aldo Ferrer, la globalizacién es un proceso histérico que se encuentra en su tercera ola.' Un proceso que comenzé con los descubri- mientos maritimos impulsados por Portugal y Castilla y cuyos protagonis- tas principales fueron Enrique el Navegante, Vasco da Gama, Cristébal Colén, Hernando de Magallanes y Sebastian Elcano. En un principio, la globalizacién fue hija del intento luso-castellano por romper el cerco isla- mico, Ese era el objetivo: “El islam era dueiio y sefior de todos los puntos de uni6n del trafico del mundo antiguo y de todos los caminos que comunica- ban Oriente con Occidente, entre la India y Europa, hasta el punto de que, en la Edad Media, era materialmente imposible realizar un comercio im- portante sin pasar por un puesto aduanero islmico”2 El poder islamico habfa cercado, por el sur y por el este, la pequefia peninsula europea. Ame- nazaba su existencia misma, planificando cuidadosamente el ataque al bajo vientre europeo mediante la preparacién de una flota que debia atacar la peninsula itélica y conquistar Roma—plan que mas tarde, aunque sin éxi- to, los musulmanes pondrian en prdctica en la batalla de Lepanto- y se preparaba para atacar Viena que, de ser vencida, abriria las puertas de Europa al poder musulmén. La peninsula europea, cercada por el poder islamico, estaba siendo privada por el este de las especies, un elemento que entonces tenia valor estratégico dado que les permitia a los europeos la conservacién de los alimentos que en ese momento les eran escasos para la alimentacién de una poblacién creciente.* El impulso marftimo de Por- tugal nace asf de una necesidad vital: llegar a Asia bordeando el mundo musulman. Colén daré a Castilla el mismo objetivo, pero navegando hacia 1.Al respecto, véase Aldo Ferrer, De Cristébal Colén a internet: América Latinay la globaliza- cién, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econémica, 1999; Historia de la globalizacidn. Origenes del orden econémico mundial, Buenos Aires, Fondo de Cultura Beonémica, 2001; Hechos y ficciones de la globalizacién. Argentina y el Mercosur en el sistema internacional, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econémica, 2001. 2. Essad Bey, Mahoma: historia de los drabes, Buenos Aires, El Nilo, 1946, p. 321 3. Durante la Edad Media, el ganado europeo casi no tenia forraje durante el invierno. Por lo tanto, muchos animales se sacrificaban y su carne debia conservarse, El modo de hacerlo era salndola o adobandola con una gran cantidad de condimentos. Esta es la razén por la cual la sal y las especies eran mercancias muy preciadas. Las especies provenfan, en su totalidad, del Lejano Oriente y de Africa: la pimienta, de la India, las islas orientales y Africa; la canela de Ceilén; la nuez moscada, de las islas de Oriente; el jengibre, de China; el clavo de olor, de las Molucas. La sal se extraia en el desierto del Sahara. El comercio de casi todos estos productos estaba dominado por los musulmanes. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. a Marcelo Gullo cin de las masas aborigenes, nace el “extremo Occidente”. Luego vendra el aporte de Portugal y la conquista inglesa de la franja atlantica de América del Norte que dard origen a la contradiccién América sajona-América Lati- na. Una contradiccién que, percibida tempranamente por Hegel, perdura hasta nuestros dias: “América es la tierra del futuro donde, en tiempos venideros, habra una contienda entre el norte y América del Sur, y donde debera manifestarse la importancia de la historia universal”,® profetizara el gran filésofo aleman. Este enfrentamiento entre las dos Américas sera, en alguna medida, la continuaci6n de la confrontacién anglo-espafiola, de la guerra de baja intensidad sostenida por Inglaterra contra Espajia por la hegemonia del mundo. El teatro principal de operaciones de esa guerra de baja intensidad estuvo en las “Indias Occidentales” que fueron acosadas por la pirateria inglesa, fomentada, protegida y amparada por su graciosa majestad britdnica. Tanto la lucha entre Espafia e Inglaterra como la lucha entre la América anglosajona y la América hispdnica tendrdn, en cierta forma, un trasfondo religioso. Cuestién que, finamente percibida por Theo- dor Roosevelt, lo Hevard a sostener en 1912, mientras contemplaba las aguas del lago Nahuel Huapi, que “mientras los paises hispancamericanos sean catélicos, su absorcién por Estados Unidos seré larga y dificil”.6 Mucho mas tarde, pero en la misma légica de pensamiento que Roosevelt, David Roc- kefeller se manifestara en un sentido muy similar: “Hablando en Romaen 1969, recomendé que se sustituyera a los catdlicos de allé [América Latina] por otros cristianos”.’ La segunda ola La “segunda ola” de globalizacién del mundo comienza con la Revolu- cién industrial con epicentro en Inglaterra pero cuya accién intentaré, per- manentemente, impedir o retardar a industrializacién de otras naciones, asi como dificultar al maximo la generacién de teenologias ferroviarias lo- cales, predicando, a la vez, las ventajas de la divisién internacional del trabajo para convencer al resto de las naciones de que dejaran que Gran Bretafia fuera la nica gran fabrica del mundo. Francia, Alemania, el norte de Italia y luego Estados Unidos no escucharon aquellos cantos de sirena provenientes de Gran Bretafia y decidieron su propia industrializacién, 5. GWE. Hegel, Vorlesung uber die Philosophie der Weltgeschichte. 6. Citado por Alberto Methol Ferré, “La Iglesia en América Latina: la historia contempordnea (1945-1986)", Nexo, N° 10, cuarto trimestre, diciembre de 1986, p. 51 7. Joseph Ratzinger (actual papa Benedicto XV), “El desorden econémico mundial”, Nexo, N° 9, tercer trimestre, septiembre de 1986, p. 17. El Ultimo tren de la historia 23 desoyendo los “desinteresados consejos” que el profesor de Glasgow Adam Smith diera al mundo en su famosa obra Investigacion sobre la naturaleza y causa de las riquezas de las naciones, a través de la cual Inglaterra logré abrir mas mercados para sus industrias que con todos sus cafiones.* Es durante esta “segunda ola de globalizacién” cuando se genera, de una manera muy nitida, la configuracién “centro-periferia” que marca al mundo desde la Revolucién industrial. Es durante este periodo cuando la América espafiola emprende su lucha por la independencia, engendrando- se al mismo tiempo una guerra civil -enmascarada o abierta, segin los casos— entre aquellos que consideran que el proceso independentista debe terminar en la unidad politica de la América hispnica y aquellos que, des- de las ciudades puertos, aliados a Inglaterra, piensan que lo mas conve- niente a sus intereses es que, finalizada la guerra de independencia, se conformen, alrededor de las polis oligarquicas, una multiplicidad de Esta- dos hispanicos. La derrota de Simén Bolivar, José de San Martin, Bernardo O'Higgins y José Artigas sella el proyecto inglés de fragmentacién y hace que la América espaiila pase de la unidad a la dispersién. Distinta es la suerte de la América lusitana que logra, mediante la formula monarquica y teniendo al ejército como columna vertebral del Estado, contener las fuer- zas que pujaban hacia la fragmentacién territorial. Brasil salva, de esa forma, su unidad territorial y, por ende, nacional. Sin embargo, en algo ser igual el destino de las dos Américas, la lusitana y la hispanica: ambas se incorporaran a la economia internacional como proveedoras de materias primas e importadoras de productos industriales, sin realizar ningun es- fuerzo industrializador, perdiendo de ese modo el “tren de la historia” por mas de un siglo. Al elegir el proyecto propuesto por Adam Smith, muchas 8, El esfuerzo britanico por convencer al resto del mundo de las ventajas del libre cambio y la teoria de la divisién internacional del trabajo se manifesté en Estados Unidos en el debate entre Alexander Hamilton y Thomas Jefferson. “En ese debate esta sintetizado el enfrenta- miento entre el liberalismo ortodoxo, que implicaba aferrarse a la divisién internacional del trabajo, y el liberalismo nacional que construyé Estados Unidos y fue el instrumento de su grandeza que le sirvio para delimitar la esfera propia del desarrollo norteamericano por opo- sicién a la subordinacién econémica a la metrépoli, que hubiera convertido la independencia en una ficcién. |...] Alemania realiz6 también su propia politica liberal, pero nacional, empe- zando por el Zollverein, hasta llegar a la construccidn de la gran Alemania cuando el pensa- miento politico de Bismarek integré el pensamiento econémico del mismo List. [...] Alemania, hasta ese momento, no habia side més que el misero pais del que habla Voltaire; el campo de batalla de franceses, suecos, austriacos, espafioles... [a diferencia de Alemania, en Estados Unidos la discusién tomé la forma de la violencia} |...| en el Estados Unidos de la Guerra de Secesién se enfrentaron sangrientamente el norte, liberal nacionalista, con el sur, adscripto a la produccién exclusiva de materias primas y, consecuentemente, a la divisiGn internacional del trabajo, y puede decirse que la verdadera independencia de Estados Unidos se resolvié en los campos de batalla de Gettysburg”; Arturo Jauretche, El medio pelo en la sociedad argenti- na: apuntes para una sociologia nacional, Buenos Aires, Corregidor, 2002, pp. 29-30. 24 Marcelo Gullo de las republicas latinoamericanas lograron modernizar sus cconomias y aleanzar un progreso relativo importante. Pero el modelo elegido contenia, en si mismo, el germen de su propio estancamiento A pesar de ello, la historia volver a dar una nueva oportunidad a algu- nos paises de América Latina. Esta nueva oportunidad sobrevendré a cau- sa de la crisis de 1930. Fue por entonces cuando el peso de las circunstan- cias forz6 a la Argentina, Brasil y México a comenzar un anarquico proceso de industrializacién a través de la sustitucién de importaciones, proce- so que tratard de ser planificado y teorizado después de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, a mediados de la década del 70, cuando estos paises comenzaban a encontrar todas las respuestas, la historia se encargaria de cambiarles todas las preguntas y el centro del poder mundial ayudaria, por cierto, mediante la dominacién cultural —que ya comenzaba a tomar la for- ma de la “telehegemonia”-, a que no encontraran facilmente las nuevas respuestas. La tercera ola En 1956, Nikita Kruschey, el pequefio y gracioso ucraniano que habfa logrado escalar hasta la cima mds alta del poder soviético, delante de sus camaradas y desafiando a Occidente lanza su famoso grito: “Os enterrare- mos”. Kruschev pensaba que, al cabo de unos pocos afios, la Union Soviéti- ca estaria en condiciones de producir mds toneladas de acero, mas cemen- to, més productos petroquimicos que su enemigo principal, Estados Uni- dos. En todos los niveles de la produccién industrial, proponia Kruschev, la economia planificada del bloque socialista produciria més y mas que la economia capitalista del bloque occidental. Pensaba que el marco de coexistencia pacifica —que é] mismo habia propiciado—le permitir{a des- tinar grandes fondos y esfuerzos hasta ese momento dedicados a la defen- sa, reencauzdndolos hacia un importante desarrollo industrial no arma- mentistico de la Unidn Soviética. Paraddjicamente, Kruschev estaba lejos de imaginar que la carrera que él se proponia ganar ya habia terminado. El industrialismo comenzaba su fase descendente. Mientras sofiaba con mas y mas chimeneas, en Estados Unidos comenzaba a gestarse una nue- va revolucion industrial tecnologica —que seria cada vez mas tecnoldgica y menos industrial- mediante la cual se ampliaria, de una manera tremen- da, el proceso de globalizacién, incorporando la totalidad del planeta. Co- menaaba asf “la tercera ola de la globalizacién”. Kruschev, sin embargo, no era el tinico lider politico que se equivocaba en imaginar cémo serfa el futuro. Muchos, al igual que él, tardarian en darse cuenta de que, ahora que sabjan todas las respuestas, algo estaba comenzando a cambiar todas las preguntas. El pensamiento lineal de Kruschev imaginaba al futuro aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 26 Marcelo Gullo po, debido a la tercera revolucidn industrial-tecnolégica que se estaba pro- duciendo. Revolucién que ser4 caracterizada por Alvin Toffler como una “tercera ola” de cambio que implicaba un salto “cualitativo” hacia adelante, consistente en “la muerte del industrialismo y el nacimiento de una nueva civilizaci6n”,"’ denominada posteriormente por Peter Drucker “la sociedad poscapitalista”." Ya en los afios 90 Giovanni Sartori, siguiendo una lé6gica “macluhaniana’ y ante la percepcién de los profundos cambios que se esta- ban ya operando en la sociedad y en el hombre mismo, advierte el peligro de que se esté produciendo un nuevo tipo de sociedad menos democratica: la “sociedad teledirigida’, y un nuevo tipo de hombre, m4s manejable por los poderes de turno: el Homo videns."* “Sociedad teledirigida” que nos lleva, segin Roman Gubern, al reino del “fast-food del espiritu”, cuya muestra mas palpable son ya los reality shows pornos legitimados, vestidos de seudosociologia, de veracidad documen- 10. Uno de los primeros en reflexionar acerca de que la humanidad atravesaba un punto de ruptura, una zona de turbulencias, fue Alvin Toffler en su primer libro El shock del futuro, publicado en 1970, donde sostenia la tesis de que la aceleracién de la historia acarreaba sus propias consecuencias, con independencia de las orientaciones reales del cambio, y que la simple aceleraci6n de los acontecimientos y de los tiempos de reaccién produce sus propios efectos, tanto si los cambios se perciben como buenos o como malos. Luego, en La tercera ola, publicada en 1980, Toffler divide la historia de la civilizacién en s6lo tres partes: una fase agricola de “primera ola”, une fase industrial de “segunda ola” y una fase tecnolégica antiin- dustrial de “tercera ola”, que recién estaba comenzando. Para Toffler, la aparicién de la “terce- raola’ se convierte en la clave para interpretar los draméticos cambios que se producen en su entorno, la premisa revolucionaria que le permite interpretar y discernir el sentido de los acontecimientos. Los cambios que él observa en la familia, en la sociedad, en el Estado, desde el quiebre de la familia tradicional, la difusién de cults, el incremento del horario flexible, la aparicién de los movimientos separatistas, la crisis del Estado nacién, no son, para él, cam- bios aislados entre sf, frutos del azar, sino partes de un fenémeno mucho mas amplio: “La muerte del industrialismo y el nacimiento de una nueva civilizacién’; Alvin Toffler, La tercera ola, Barcelona, Plaza y Janés, 1981. 11. Para Drucker, los paises desarrollados estan répidamente llegando “a una sociedad de «nuevas clases» con un nuevo recurso principal como nticleo. La sociedad capitalista estaba dominada por dos clases sociales: los capitalistas, que posefan y controlaban los medios de produccién, y los obreros, los «proletarios» de Kar! Marx (1818-1883), alienados, explotados y dependientes... {hoy] en lugar del capitalista de la vieja escuela, en los paises desarrollados on los fondos de pensiones los que, de forma creciente, controlan la provisién y asignacién del dinero. |...] Los fondos de pensiones son gestionados por una nueva raza de capitalistas, los andnimos y desconocidos empleados asalariados, los analistas de fondos de pensiones y los directores de cartera. Pero hay algo igualmente importante: el recurso que controla todo, el «factor de produccién» absolutamente decisivo, ha dejado de ser el capital, o el suelo o la mano de obra; ahora es el saber. En lugar de capitalistas y proletarios, las clases de la socie- dad poscapitalista son los trabajadores del saber y los trabajadores de los servicios”; Peter Drucker, La sociedad poscapitalista, Buenos Aires, Sudamericana, 1994, pp. 12-13. 12. Giovanni Sartori, Homo videns. La sociedad teledirigida, Buenos Aires, Taurus, 2000. El ultimo tren de la historia 27 tal- que son un indicio de que estamos pasando de la “era de la pornografia genital” a la “era de la pornografia letal”, a la reaparicién de la muerte como espectaculo. La légica del sensacionalismo ~explica Gubern- intrin- seca a la television —dado que ésta es para las industrias culturales domi- nantes, mas que un medio de informacién y de cultura, un medio de ganar cada vez mas mercados y mas dinero— leva, inevitablemente, al estableci- miento de una subcultura snuff, caracterizada por la explotacién comercial del dolor, de la muerte y de la tortura como espectaculos puiblicos. Logi- ca del sensacionalismo que leva a que la televisién se convierta en un nue- vo circo romano. Nuevo circo romano cuyo primer espectdculo -después vendrén, seguramente, otros- son los reality-shows, donde los medios do- minantes, para halagar los mas bajos instintos de la plebe, han hecho —a diferencia de lo que ocurria en las peliculas o telenovelas tradicionales— que la sangre, las lagrimas y el semen sean reales. La televisién, como nuevo “coliseo romano virtual’, les sirve a las elites detentadoras del poder mundial para intentar controlar a las poblaciones de los paises centrales, haciéndolas cada vez menos democraticas, imponiéndoles “la cultura del simulacro” en la que “el parecer es mas importante que el ser”. En los paf- ses periféricos la televisidn les sirve a los sectores dominantes de los paises centrales para imponer “una nueva colonizacién ideolégica” que impone no sdélo marcadores estéticos, formas de vestir, de peinarse, el “McDonald’s del espiritu” sino, y fundamentalmente, el famoso “pensamiento tinico” que convierte a las leyes del mercado en “legitimadoras politicas y sociales su- premas, universales e inapelables”, y que llevé, entre otros factores, a que los paises de la periferia sudamericana creyeran, ingenuamente, en la teo- rfa de la globalizacion “caritativa” y a que sus poblaciones aceptaran, man- samente, la desarticulacion del sistema de la seguridad social, la desapari- cién de las leyes de proteccién laboral, la apertura indiscriminada de sus economfas —mientras los paises centrales, més alld de sus declaraciones, mantenfan un proteccionismo cerril— y la desnacionalizacién de sus econo- mias que los llevé, de un modo inevitable, a convertirse en segmentos ané- nimos del mercado mundial." Mas alla de los temores de Sartori y Gubern y de los aspectos discutibles de sus respectivas tesis, resulta evidente que la revolucién tecnolégica acen- tra la crisis cultural de Occidente, que hunde sus raices hasta el Renaci- miento y la Ilustracién. Sin embargo, al mismo tiempo en que se produce la crisis de valores de la cultura occidental acontece, paradéjicamente, la uni- versalizacién de esa cultura a pesar de su crisis axiolégica. Como describie- ra Erich Fromm, en el Occidente opulento el “tener” reemplaza al “ser”, pero la angustia y la depresién se convierten en males endémicos. Como 13, Véase Roman Gubern, El eros electrénico, Madrid, Taurus, 2000. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 30 Marcelo Gullo directa de la Guerra Fria y del “keynesianismo militar-espacial”, que cons- tituyé la forma alternativa —y encubierta- a través de la cual Estados Uni- dos siguié interviniendo en la economia después de la Segunda Guerra Mundial, mientras que predicaban urbi et orbi las ventajas de la “no inter- vencién”. Keynesianismo militar-espacial que consistia, simplemente, en ocultar los subsidios bajo el rubro “gastos para la defensa”. Subsidios encu- biertos a través de los cuales determinadas empresas, como la Boeing, ad- quirian una ventaja tecnolégica imposible de alcanzar por sus competido- ras en el resto del mundo. Boeing es un ejemplo paradigmético de la intervencién encubierta del Estado, en la economia de Estados Unidos, para fomentar mediante subsi- dios determinados sectores de la industria. Antes de la Sogunda Guerra Mundial, Boeing practicamente no hacia ganancias. Se enriquecié durante la guerra, eon un gran incre- mento en inversiones, més de 90 por ciento, el cual provenia del go- bierno federal. Las ganancias también florecieron cuando Boeing in- crementé su valor neto en mas de cinco veces, realizando su deber patriético. Su “fenomenal historia financiera” en los aiios que siguie- ron se basaba también en la largueza del contribuyente fiscal, senal6 Frank Kofsky en un estudio de las primeras fases de posguerra del sistema Pentagono (Pentagono System), permitiendo a los duefios de las compafifas aéreas cosechar ganancias fantdsticas con inversio- nes minimas de su parte.” Sin embargo, como destaca Noam Chomsky, el de Boeing no fue un caso aislado: Desde la Segunda Guerra Mundial, el sistema del Pentégono ~incluyendo la NASA y el Departamento de Energia— ha sido usado como un mecanismo éptimo para canalizar subsidios publicos hacia los sectores avanzados de la industria [...] por medio de los gastos militares, el gobierno de Reagan aumenté la proporcién estatal en el producto bruto interno a mas de 35 por ciento hasta 1983, un incre- mento mayor al 30 por ciento, comparado con Ja década anterior. La guerra de las galaxias (propuesta por Reagan) fue asi un subsidio pablico (encubierto) para tecnologia avanzada. |...] El Pentagono, bajo el gobierno de Reagan, apoyé también el desarrollo de computadoras avanzadas, convirtiéndose ~en palabras de la revista Science-“en una fuerza clave del mercado” y “catapultando la computacién paralela masiva del laboratorio hacia el estado de una industria naciente”, 17. Noam Chomsky y Heinz Dieterich, La sociedad global, Buenos Aires, Editorial 21, 1999, p.36. El Ultimo ten de la historia 31 para ayudar de esta manera a la creacién de muchas jvenes compa- fas de supercomputacién,* Las consecuencias Osvaldo Sunkel y Pedro Paz observaron que las globalizaciones, inver- samente a lo que pregona el neoliberalismo, acentian las asimetrias, y demostraron que —al contrario de la idea que vulgarmente se tiene y que se ha difundido a caballo de una verdadera teorfa de la “globalizacién carita- tiva” segun la cual el progreso cientifico-tecnolégico beneficia a todos los pueblos por igual— cada ola de cambio acrecienta las diferencias de desa- rrollo entre el centro y la periferia. En su desarrollo de esta idea Sunkel y Paz acreditaron que tanto la India como China sufrieron con la primera globalizacién mercantilista y que la relacién entre Europa y Asia, que an- tes de ese proceso era de uno a uno, paso a ser, luego de éste, de dos a uno, en favor de los europeos. Después de que la revolucién industrial cambiara de modo definitivo las relaciones mundiales —al dividir el orbe entre pafses “desarrollados” y paises “subdesarrollados”-, la diferencia se acrecenté aun més y alcanz6 niveles de desproporcién cercanos al de diez a uno, siempre a favor de los paises desarrollados.” “Con la presente revolucién tecnolégi- ca, asumié proporciones de sesenta a uno.”” En la misma linea de razonamiento que Sunkel y Paz, Alvin Toffler sos- tiene: Laera industrial bisecé el mundo en una civilizacién dominante y dominadora de la segunda ola e infinidad de colonias hoscas, pero subordinadas de la primera ola (Toffler entiende por sociedades de la primera ola a las sociedades agricolas no industrializadas] (...] en ese mundo, dividido entre civilizaciones de la primera y de la segunda ola, resultaba perfectamente claro quién ostentaba el poder! En la actualidad, “la humanidad se dirige cada vez mAs de prisa hacia una estructura de poder totalmente distinta que crearé un mundo total- mente dividido no en dos sino en tres civilizaciones tajantemente separa- 18. idem, pp. 30-31. 19. Véase Osvaldo Sunkel y Pedro Paz, El subdesarrollo latinoamericano y la teoria del desa- rrollo, México, Siglo Veintiuno, 1970. 20. Aldo Ferrer y Helio Jaguaribe, Argentina y Brasil en la globalizacidn. ;Mercosur 0 ALCA?, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econémica, 2001, p. 74. 21, Alvin Toffler, Las guerras det futuro, Barcelona, Plaza y Janés, 1994, p. 41. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 34 Marcelo Gullo de las migajas del gran sefior del norte. Juntos, sin embargo, sin vanos intentos por parte del mas grande por conseguir una hegemonfa regional relativa, todavia tienen una oportunidad. Las puertas de la historia toda- via no se han cerrado. Los procesos histéricos son largos. El tren ya ha comenzado a moverse pero todavia hay una oportunidad de treparse al ul- timo vagén. Sélo deben comprender que necesitan “poder para poder ser” y que sélo pueden “ser” si “son” juntos. Deben comprender que las politicas de “autonomia nacional” tienen que dejar paso a una nueva politica de “au- tonomia continental”. Que si el molino de viento dio la sociedad con el sefior feudal y una Europa dividida en condados, marcas y principados con au- sencia de un poder central capaz de dirigir el conjunto; y el molino acciona- do por el vapor, la sociedad con el capitalista y una Europa dividida en Estados nacién, la revolucién tecnolégica lleva a la constitucién de los Es- tados continentales. Estados continentales que, por lo demés, serén los tinicos “protagonistas de la historia” por venir. Si, como creemos, todavia existe una oportunidad para América del Sur de subirse al ultimo tren de la historia esta oportunidad pasa, pura y exclu- sivamente, por la busqueda, y el logro, de la unidad continental. Existe, sin embargo, un dilema: ,cémo alcanzar concretamente la unidad de América del Sur? De igual modo como la alianza franco-germana fue la condicién sine qua non de la unidad europea, la alianza argentino-brasilena es el Unico camino real para alcanzar la unidad de América del Sur. Hoy, esa alianza esta en funcionamiento dentro del marco del Mercosur pero, mds alld de los discursos, esta enferma y esa enfermedad -si no se diagnostica correctamente y se cura rapidamente— puede ser fatalmente disolutiva. El talén de Aquiles del Mercosur En los ultimos tiempos hemos asistido a una serie de absurdas “gue- rras”: la de las “heladeras”, la de los “lavarropas”, la de los “zapatos”... entre los dos socios principales del Mercosur. Rencillas que generaron una ola de eriticas tanto en Brasil como en la Argentina hacia el proceso de integracién mercosurista. Criticas que debilitan, en el imaginario co- lectivo, la idea misma de la integracién entre ambas naciones y que gene- ran “minicrisis” que intentan ser subsanadas, siempre, por un abrazo fra- ternal entre los dos cancilleres y una declaracién conjunta afirmando que los problemas del Mercosur se solucionan con m4s Mercosur.” Sin embar- go, no conviene tomar a la ligera estas repetidas crisis que sufre el proce- so de integracién. 28. Véase Matias Longoni, “Los problemas del Mercosur se resolverdn con mas Mercosur’, Clarin, Buenos Aires, 10 de agosto 2004, p.7 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 42 Marcelo Gullo mia politica y nuestro desarrollo econémico sino nuestra existencia cultural misma. Ahora lo que esta en juego es nuestro “ser”. Esta vez, el gigante no pretende arrebatarnos tan s6lo nuestra comida y nuestra casa sino también nuestra alma. Intentaremos, pues, una sintesis casi imposible de las carac- teristicas de Estados Unidos y su pueblo, centrandonos en sus particularida- des de “nacién con alma de Iglesia” ~como la califica Chesterton-, de “tierra prometida”, de “pais cruzado”, de “Estado continente” y, mal que les pese a algunos académicos norteamericanos, de “imperio cartaginés” y no de “impe- rio romano”. Sin embargo, es preciso reconocer, también, que esas caracteris- ticas que provienen de la etapa fundacional de Estados Unidos tienen hoy su propia negacién que hace que ese pais sea al mismo tiempo “una nacién con alma de sex shop”, “la tierra del shopping como nuevo templo del hombre light’ y el “pais del consumismo como filosofia de vida”. Nos adentraremos en la anatomia nacional de Estados Unidos para bus- car y destacar sélo algunos hechos especificos de la condicién estadouni- dense pero teniendo siempre presente la advertencia y recomendacién que hiciera José Ortega y Gasset cuando analizé la anatom{a nacional de Espa- fia. El filésofo espafiol advertia, al acometer aquella tarea: No debiera olvidarse un momento que en la comprensién de la realidad social lo decisivo es la perspectiva, el valor que a cada ele- mento se atribuya dentro del conjunto. Ocurre lo mismo que en la psicologia de los caracteres individuales. Poco mas o menos, los mis- mos contenidos espirituales hay en un hombre que en otro. El reper- torio de pasiones, deseos, afectos, nos suele ser comtin, pero en cada uno de nosotros las mismas cosas estan situadas de distinta manera. Todos somos ambiciosos, mas en tanto que la ambicién de uno se ha- lla instalada en el centro y eje de su personalidad, en el otro ocupa una zona secundaria, cuando no periférica. La diferencia de los carac- teres, dada la homogeneidad de la materia humana, es ante todo una diferencia de localizacién espiritual. Por eco el talento paicolégico con- siste en una fina percepcién de los lugares que dentro de cada indivi- duo ocupan las pasiones, por lo tanto, en un sentido de la perspectiva. El sentido para lo social, lo politico, lo histérico, es del mismo linaje. Poco mas o menos, lo que pasa en una nacién pasa en las demas. Cuan- do se subraya un hecho como especifico de la condicién espanola, no falta nunca algiin discreto que nos cite otro hecho igual acontecido en Francia, en Inglaterra, en Alemania, sin advertir que lo que se subraya no es el hecho mismo sino su peso y rango dentro de la anatomia nacio- nal. Aun siendo, pues, aparentemente el mismo, su diferente coloca- cién en el mecanismo colectivo lo modifica por completo. Eadem sed aliter: las mismas cosas, sélo que de otra manera; tal esel principio que debe regir las meditaciones sobre sociedad, politica, historia." 1, José Ortega y Gasset, Esparia invertebrada, Madrid, Revista de Oceidente, 1963, pp. 5-6. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 46 Marcelo Gullo peregrinaje permanente “en pos de una meta milenaria’. Ellos eran una “excepcién”® a la traicién europea a los principios cristianos. Otros puritanos ingleses seguirian los pasos de los colonos del Mayjlo- wer. El mas importante de los contingentes posteriores lleg6 diez afios des- pués, en 1630, bajo el mando de John Winthrop quien, convencido de que Inglaterra y la vieja Europa estaban irremediablemente corrompidas, pen- saba que la purificacién y la salvacién sélo podian alcanzarse en Nueva Inglaterra.’ Se imaginaba a si mismo como un “nuevo Moisés” que debia convencer a sus compatriotas ingleses de partir hacia la nueva tierra pro- metida. “Winthrop triunfé rotundamente: durante el invierno consiguié reunir gente y barcos en numero tal que conformé6 la expedicién mas gran- de y mejor equipada de que se tuviera memoria en Inglaterra. Cuando la flota se hizo a la mar, el lunes de Pascua de 1630, Winthrop, exaltado, sintié que él y sus compaiieros se vefan envueltos en lo que parecfa ser un episodio biblico, una nueva huida de Egipto en busca de la Tierra Prometi- da.” Tierra en la que debfan construir un Estado y una Iglesia paradigmé- ticos, cuyo ejemplo terminarfa por convertir y salvar, también, a la “vieja Europa”. Durante la travesia, Winthrop pronuncié un sermén que queda- ria grabado para siempre en la memoria de los peregrinos: “Debemos consi- derar que seremos como una ciudad sobre una colina, los ojos del mundo nos miraran”. Ya cerca de la costa de Nueva Inglaterra, cuando Winthrop recibié la noticia de que los indios, en un area de 500 kilémetros, estaban siendo diezmados por la viruela, manifesté: “Dios ha dejado en claro nues- tro derecho a ocupar este territorio”.* En poco tiempo, ..el mensaje, el estilo y los supuestos puritanos, cuando no sus doctri- nas, se extendieron por todas las colonias y fueron absorbidos en las creencias y los puntos de vista de otros grupos protestantes. En cierta medida, como dijo (Alexis de] Tocqueville, los puritanos dieron forma a todo el destino de Estados Unidos. El celo religioso y la conciencia religiosa de Nueva Inglaterra, convenia James Bryce, pasaron en gran 6. Paul Johnson, ob. cit., pp. 51-53. 7. Winthrop pensaba que Inglaterra era una causa perdida y que Nueva Inglaterra era la solucién, ideas que expuso en su obra General Observations for the Plantation of New En- gland, donde sostenia: “Todas las otras Iglesias de Europa se encuentran en decadencia y es innegable que lo mismo nos esté sucediondo a nosotros. |... Bate suelo se ha cansado de sus habitantes. {...] Hemos llegado al mas alto grado de intemperancia cultivando todo tipo de excesos, |...] Las fuentes del conocimiento y la religién se han corrompido, [...) La mayoria de los nifios, incluso los més inteligentes y aquellos de quienes més se puede esperar, estén pervertidos, corrompidos y profundamente abrumados por la multitud de malos ejemplos y el licencioso gobierno de sus escuelas”; citado por P. Johnson, ob. cit., p. 53. 8. fdem, p. 55. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 50 Marcelo Gullo algunos medios de comunicacién para la propagacién de noticias falsas, como la de la existencia de armas de destruccién masiva, que algunos me- dios estadounidenses repitieron sin cesar, sin cumplir con el precepto del chequeo y la investigacién. A la elite politica, la alianza con la elite de los medios masivos de comunicacién —conformada por propietarios y periodis- tas estrellas— le es de fundamental importancia en materia de politica ex- terior porque los estadounidenses nunca apoyarian un proyecto explicita- mente imperial. Nunca se han considerado un imperio y, lo que es funda- mental, creen que no deben serlo. Para ellos, las tropas de Estados Unidos siempre han luchado, en cualquier rincén del mundo, por la defensa de la democracia y los derechos humanos. Por eso, la elite politica no puede pre- sentar la ocupaci6n de Irak, o de cualquier otra regi6n, como una necesidad de cardcter geopolitico 0 geoeconémico indispensable para el ejercicio del poder imperial. El régimen republicano de gobierno, el apego del america- no medio a la preservacién de la vida y la libertad, le confieren al imperio norteamericano una caracteristica inédita en la historia. Es dificil imagi- narse a los romanos apiadéndose ante el espect4culo (narrado, no transmi- tido en vivo) de los galos exterminados por Julio César, ni por el contingen- te de un mill6n de cautivos llevados desde la Galia para servir como escla- vos en Roma. La herencia de los valores dejados por los colonos fundadores hace que Estados Unidos sea un imperio formado por un pueblo Ilano que no quiere que su pafs sea un imperio. Un pueblo idealista y democratico que carece de vocacién imperial, en un Estado en trance de convertirse en imperio universal. Un pueblo que no quiere ser imperio, en un imperio en construcci6n. Esa es la gran paradoja de la historia. Un pueblo antiimpe- rialista pero que cree, al mismo tiempo, en la legitimidad divina de la mi- sion de Estados Unidos en el mundo.‘* Un pueblo altamente religioso en un imperio que sustenta y exporta la ideologia del consumo. Ideologia que con- vierte el consumo en filosofia de vida, y que hace del tener y no del ser la categoria fundamental de la existencia humana. Religién, educacién y patriotismo Estados Unidos es en gran medida un producto histérico de un grupo de gente religiosa, de calvinistas inconformes con lo que les parecia ser la ex- cesiva tolerancia de la Iglesia anglicana con los restos de la tradicion caté- 18. Haciéndose eco del tono, las ideas y las palabras de los protestantes evangélicos, la legiti- midad divina de la misién de Estados Unidos en el mundo ha sido admitida, también, por los catélicos norteamericanos: “«No podemos sino creer», declaré el arzobispo Ireland en 1905, sque a Estados Unidos se le ha asignado una misién singular |...] la misién de crear un nuevo orden social y politico»”, citado por Samuel Huntington, ;Quiénes somos? p. 124. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 54 Marcelo Gullo Como observa Tocqueville, en la joven reptiblica “la mayor parte de la educacién esta confiada a los clérigos™” y la escuela era concebida “comoun lugar de aprendizaje, no solamente de conocimiento, sino de religién y mo- ralidad”.”" El dia de labores, en la mayor parte de las escuelas, empezaba con una oracién e incluia la lectura de algunos pasajes de la Biblia con la reflexién correspondiente. Durante el transcurso del siglo XIX las relaciones entre las Iglesias y el Estado estaban regidas por la practica. De manera que la Corte Suprema, érgano encargado de pronunciarse en caso de conflicto, solamente intervi- no una vez, a propésito de una declaracién del Congreso que establecié la ilegalidad de la poligamia.” Esta arménica forma de relacién empieza, sin embargo, a enrarecerse, poco a poco, después de 1920. La escuela hab{a sido uno de los principales instrumentos de construc- cién y consolidacién de la cultura puritana dominante. Cultura que impri- mi6 un cardcter religioso al Estado y que determiné que la relacién entre éste y la religion se estableciera bajo el presupuesto de que el pueblo de Estados Unidos era un pueblo religioso, cuyas instituciones suponian la existencia de un Ser Supremo y que, cuando el Estado alentaba la instruc- cin religiosa y cooperaba con las autoridades religiosas, no hacia sino se- guir la tradicién fundamental.** Esta premisa, que regia la relacién entre la religion y el Estado, iba a ser cuestionada desde principios del siglo xx. Como légica consecuencia, la escuela se convirtié en el primer nucleo de debate y en el primer campo de batalla. Este cuestionamiento, segtin Pie- rre Meiandri y Claude Jean Bertrand, sera consecuencia del proceso de secularizacién de la sociedad estadounidense: La cultura del consumo [...] fue quiza el principal agente de la secularizacién. Promovida principalmente por la publicidad [...] iba a sustituir la admiracién por el trabajo por la exaltacién del consumo y del ocio [...] la satisfaccidn seria elevada a la categoria de fin absoluto. Muy evidentemente, iba a consagrar el hedonismo en lugar del puri- tanismo.* Es preciso aclarar que ese cambio cultural fue una transformacién gra- dual no exenta de conflictos y de situaciones vividas como dramaticas por gran parte de la poblacién estadounidense. Y que en la relacidn entre es- 80, Alexis de Tocqueville, ob. cit., p. 09. 81. Pierre Melandri, ob. cit., p. 8. 82. Véase Ywes-Henri Noualihat, ob. cit., p. 80. 83. Esta premisa fue expuesta en forma explicita por el juez Douglas en 1952, durante el caso Zorach versus Clausen. 34. Pierre Melandri, ob. cit., p. 11 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 62 Marcelo Gullo hacia la poblacién indigena. El 27 de septiembre de 1844 escribié en el diario El Progreso: “Por los salvajes de América sentimos una invencible repugnancia sin poderlo remediar; y para nosotros, Colocolo, Lautaro, Cau- polican, no son mas que indios asquerosos a quienes habriamos hecho col- gar y mandariamos colgar ahora mismo si reapareciesen”. Afios después escribia en El Nacional del 19 de mayo de 1857: “;Logramos exterminar a los indios? Lautaro, Rengo y Caupolican son unos indios piojosos, porque asi son todos. Incapaces del progreso. El exterminio de esa canalla es provi- dencial y util, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequenio que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”. Sarmiento, conquistado por el liberalismo salvaje, el 13 de septiembre de 1859 sostuvo en el Senado de la provincia de Buenos Aires que “las Céma- ras no deben votar partidas para la caridad publica, porque la caridad cris- tiana no es del dominio del Estado. El Estado no tiene caridad, no tiene alma... Si los pobres se han de morir, que se mueran... El mendigo es como la hormiga. Recoge los desperdicios. De manera que es util sin necesidad de que se le dé dinero... ;Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por causa de sus defectos? Los huérfanos son los ultimos seres de la sociedad; no se les debe dar mas de comer”.‘ Pero el mayor servicio que rindié al imperio britanico lo realizé como propagandista de la teorfa del libre cambio y la divisién internacional del trabajo. Al respecto, Manuel Galvez en su biografia de Sarmiento escribe: Nadie escribié tanto como él a favor del comercio libre, y aun fue el primero en hacerlo. Cuando cay6 Rosas y con él su ley de aduanas, nuestras industrias se arruinaron. Ya he dicho que solamente en Bue- nos Aires habia ciento seis fabricas y setecientos cuarenta y tres talle- res y que la industria del tejido florecia asombrosamente en las pro- vincias. El comercio libre significé la entrada, con insignificantes de- rechos aduaneros, de los productos manufacturados ingleses, con los que no podian competir los nuestros. Y 1a industria argentina murié.> combate entre dos modelos de pafs: uno, basado en un liberalismo nacional proteccionista que intentaba emular e! modelo estadounidense y otro, basado en el liberalismo internacionalista librecambista adscripto a la divisién internacional del trabajo, que propugnaba la imposicién de] modelo difundido por Inglaterra. El resultado de la batalla ~favorable a las tropas bonae- renses~ terminé de consolidar 1a hegemonia portefia y el proyecto liberal librecambista al estilo inglés. Cuando Sarmiento fue informado del triunfo portetio en Pavon escribi, exultan- te, en carta de 20 de septiembre a Mitre las frases que citamos en el texto. 4, Todas las citas de Sarmiento estan tomadas de Matias Suérez, Sarmiento, ese desconocido, Buenos Aires, Theoria, 1964, pp. 199 y 70. 5. Manuel Galvez, Vida de Sarmiento, El hombre de autoridad, Buenos Aires, Emecé, 1945, p. 662. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 66 Marcelo Gullo tiene poder siempre domina. Olvidaban estos autores que la dominacién de los mas fuertes sobre los mas débiles no desaparecia porque ahora todos estaban mas juntos, ni porque las economias estuvieran mas interconecta- das de lo que lo habian estado nunca antes. La dominacién, simplemente, cambiaba de forma a medida que la revolucién tecnoldgica modificaba los elementos constitutivos del poder. Olvidaban que la dependencia, por ejem- plo del petréleo, que sufrian los paises centrales era simplemente relativa porque éstos, o alguno de ellos, siempre podian usar, como ultima ratio, la fuerza para apropiarse de aquella materia que consideraran estratégica. La historia se encarg6 de demostrar esta realidad en Irak. Esta tendencia a excluir del andlisis de la politica internacional los pa- res de categorias indisolubles de “poder-dominacién”, “centro-periferia”, “paises dominantes-pafses dominados”, llegé a su esplendor después de la caida del Muro de Berlin y de la desaparicién de 1a Union Soviética. Surgie- ron por doquier, dentro de las universidades estadounidenses, predicado- res del “fin de la historia” y de “la globalizacién caritativa”. Olvidando que la sola vecindad, es decir el “estar pegados”, uno junto al otro, producto del achicamiento del mundo, convertido en una aldea global, no hace, per se, desaparecer el concepto de nacién. No lleva a que los pueblos se confundan en un abrazo fraternal, ni a que desaparezcan las disparidades de poder existentes. Jerusalén es un buen ejemplo de esto. Aun cuando el mundo fuese tan pequefio como Jerusalén, ese solo hecho no nos llevaria, por si mismo, a la “paz perpetua” y, menos atin, a la desaparicién de la nocién de “pueblo-nacién” y mucho menos nos conducirfa a que las naciones organi- zadas territorialmente dejen de competir entre ellas por el poder. A contracorriente de las teorfas “caritativas” de la globalizacion, fue Zbigniew Brzezinski quien, muy sinceramente, desde el mismo centro del poder mundial, se encargé de recordarnos en su libro El gran tablero mun- dial: la supremacta estadounidense y sus imperativos gecestratégicos la plena vigencia e importancia de la dominacién cultural, como realidad indiscuti- ble, como elemento constitutivo del poder y como concepto de andlisis in- dispensable para el estudio de la politica internacional. Al respecto sostie- ne: La dominacién cultural ha sido una faceta infravalorada del po- der global estadounidense. Piénsese lo que se piense acerca de sus valores estéticos, la cultura de masas estadounidense ejerce un atrac- tivo magnético, especialmente sobre la juventud del planeta. Puede que esa atraccién se derive de la cualidad hedonistica del estilo de vida que proyecta, pero su atractivo global es innegable. Los progra- mas de televisién y las peliculas estadounidenses representan alre- dedor de las tres cuartas partes del mercado global. La musica popu- lar estadounidense es igualmente dominante, en tanto que las nove- dades, los habitos alimentarios e incluso las vestimentas estadouni- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 70 Marcelo Gullo La vulnerabilidad ideolégica En la década del 80, a través del pensamiento irradiado desde Jas uni- versidades estadounidenses, mas una serie de incontables conferencias y seminarios dictados por los mas prestigiosos profesores de esas universida- des en todas las capitales de América Latina, el pensamiento neoliberal fue conquistando, paulatinamente, a las elites intelectuales y politicas de la regién. Este proceso ocurrié al mismo tiempo que se realizaba sobre el con- junto de las sociedades latinoamericanas un “bombardeo televisivo de ablan- de”, predicando la ineficiencia congénita de las empresas publicas y la in- utilidad de la intervencién del Estado en la economia, tendiente a conse- guir el debilitamiento de la conciencia critica del hombre comin, que posi- bilitara, a su vez, que éste aceptara resignadamente las recetas neolibera- les que los tecnécratas —como el ex ministro de Economfa de la Argentina Domingo Cavallo 0 el ex secretario de Comercio mexicano Herminio Blan- co— habfan aprendido en las universidades de Estados Unidos. La dominacién cultural engendra la vulnerabilidad ideolégica externa que -como ya hemos precisado- resulta ser la més peligrosa y grave de las vulnerabilidades posibles para el poder nacional porque, al condicionar el proceso de la formaci6n de la visién del mundo, condiciona por lo tanto la orientacién estratégica de la politica econémica, de la polftica externa y, lo que es mas grave atin, corroe la autoestima de la poblacién, debilitando la moral y el cardcter nacional, ingredientes indispensables ~como ensefiara Morgenthau- del poder nacional necesario para llevar adelante una politi- ca tendiente a alcanzar los objetivos del interés nacional. Brillantemente, Samuel Pinheiro Guimaraes sostiene, refiriéndose al caso brasileno, un concepto que, sin duda, resulta igualmente aplicable a todos los paises de América Latina: La vulnerabilidad ideolégica aumenté en los iltimos doce aos por la erosién de la autoestima del pueblo; por la campaiia de descré- dito de las instituciones, por la difusién de teorias sobre el “fin de las fronteras” y la globalizacidn caritativa y del consecuente desmorona- miento de los conceptos de nacién y pais; por la penetracién opresiva en todos los medios masivos del producto ideolégico extranjero, desde las peliculas cinematogréficas y la televisién, hasta el espacio confe- rido en la prensa a articulos de idedlogos extranjeros y, finalmente, la idea de que sélo hay una salida para Brasil, que es la obediencia a los 13, Herminio Blanco fue el principal negociador por México del NAFTA, el acuerdo firmado el primer dia de 1994 por los entonces presidentes de Estados Unidos, Canada y México. En esa ocasion, defendiendo el acuerdo, Blanco dijo qué habia aprendido en las universidades norte. americanas: “E] mejor plan nacional es no tener ningtin plan y dejar que el mercado modele el mejor México posible” aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 74 Marcelo Gullo una profunda visién espiritual en la revolucién que protagonizaban los pueblos, el erréneo camino que eligieron algunos al optar por la politica de la muerte (que llev6 a la muerte de toda politica), los cambios teenal6- gicos que vaciaron de poder a los Estados nacionales —marco natural a través del cual se expresaban los pueblos— fueron causas —por mencionar s6lo algunas de los mas salientes— que contribuyeron, sin duda, a tan tragica derrota. Sin embargo, existe un motivo de enorme relevancia cuyo andlisis se ha abordado escasamente en este sentido. E] desarrollo hist6rico del imperialismo cultural a través de los medios masivos de comunicacién —aquello que calificasemos como la “telehegemo- nia”- que realizaron los sectores dominantes del centro imperial sobre su propio pueblo, sobre aquellos Estados “vasallos” y sobre sus Estados alia- dos, sumado a los efectos que la television provocé (en tanto principal ins- trumento a través del cual se implementa este nuevo modelo de “imperia- lismo cultural”) sobre la psiquis del hombre, independientemente de su contenido, engendré una nueva revolucién que volcé de nuevo (y abrupta- mente) la balanza a favor de las ideas e intereses del imperio. Este fendme- no es el que nos atrevemos a denominar la “revolucién anestésica’”.! Este proceso dot6, a su vez, al imperio de una nueva forma de poder que hasta entonces no habia sido aplicada nunca: el “biopoder”. La consecuencia inmediata, como ya apuntamos, fue el abandono de las reivindicaciones sociales y populares, y el subsecuente retorno a las politi- cas propuestas por el poder imperial. La alianza fundamental Afines de la década del 50 una lenta ¢ imperceptible “revolucién anesté- sica”, tendiente a imponer los valores tipicas de la sociedad de consumo: conspicua, predatoria, individualista y apolitica, fue adormeciendo la con- ciencia de los pueblos. Reaparecieron, entonces, después de un largo proce- so histérico —que duré aproximadamente cuarenta afios-, la “apoliticidad” yel egofsmo. Es preciso aclarar que, para que esta “revolucién anestésica” pudiera 1, Utilizamos aqui el concepto de “imperialismo cultural” al que se refiere Morgenthau, pero lo hacemos en un sentido mucho mas amplio. Para este autor el “imperialismo cultural” se ejerce desde un Estado hacia otro. Nos permitimos utilizar la categoria de Morgenthau pero extendiendosu sentido a una politica pasible de ser utilizada, dentro de un mismo Estado, por tun sector social (dominante), sobre otro sector social (dominado), sin por ello dejar de utilizar esa misma politica hacia las sociedades que integran otros Estados, aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 78 Marcelo Gullo carga de sensualidad o de erotismo”; por eso, la “televisién es prevalente- mente una maquina productora de relatos audiovisuales espectaculariza- dos” y por eso el erotismo “constituye [en la televisién], bajo formas y pro- puestas muy diversas, directas o indirectas, el sefiuelo supremo para la mirada”. El hombre, sostiene Giovanni Sartori, es un “animal parlante, un animal loquax que continuamente esta hablando consigo mismo, y ésta es la caracteristica que lo distingue radicalmente de cualquier especie de ser viviente”, y de ahi la importancia de la palabra, del verbo, para el didlogo y la reflexién. Sin embargo, la television “modifica primero, y fundamental- mente, la naturaleza misma de la comunicacién, pues la traslada del con- texto de la palabra (impresa 0 radiotransmitida) al contexto de la imagen”. Y con la primacia de la imagen se destrona a la palabra y se asedia la cultura: “La imagen es enemiga de la abstracci6n, mientras que explicar es desarrollar un discurso abstracto”.’ La television, sostiene Sartori, “produce imagenes y anula los concep- tos, y de ese modo atrofia nuestra capacidad de abstraccién y con ella toda nuestra capacidad de entender”.’ Todo lo dicho hasta aqui resulta clamoro- samente evidente en el caso de las imagenes en los anuncios publicitarios televisivos, “cuya tnica funcién consiste, precisamente, en la excitacién de los deseos de su audiencia”, nos dice Gubern. La publicidad “ha contribuido enérgicamente a excitar los deseos (objetuales) del publico a través de de- seos (eréticos) interpuestos, suscitados por modelos atractivas/os y esceno- grafias hedonistas, [...] los objetos de consumo han sido también conve- nientemente erotizados por el disefio, la iluminacién y la camara. No hay que desempolvar los viejos tratados de Ernst Dichter para reconocer sim- bolos falicos en botellas de perfume, en Iaves de contacto de automovil, en helados que se lamen y hasta en tacos de billar’.® Es poco discutible que “una funcién central de la televisién comercial ha sido la de reducir a los ciudadanos a la condicién de consumidores, hasta el punto de que ha podi- do afirmarse que la funcién primordial de la televisién comercial ha sido la de difundir publicidad rellenada de programas de entretenimiento. El ero- tismo desempefia una funcién central en este hedonismo consumista, como ha sefialado la profesora de publicidad Guadalupe Aguado (de la Universi- dad Antonio de Nebrija), al explicar que el erotismo en la publicidad se utiliza con «la intenci6n de propiciar una publicidad persuasiva y sugesti- 6, Roman Gubern, ob. cit., pp. 23 y 24. 7. Giovanni Sartori, ob. cit , pp. 24, 35 y 84 8. idem, p. 47. 9. Roman Gubern, ob. cit., pp. 24 y 25. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 82 Marcelo Gullo aprendieron en la escuela y, por lo tanto, analfabetos culturales que mata- ran su tiempo libre en internet, en compaiia de «almas gemelas» deporti- vas, erdticas, o de pequenos hobbies. Para este tipo de usuario, internet es, sobre todo, un «terrific way to waste time», un espléndido modo de perder el tiempo, invirtiéndolo en futilidades”.* Creando la adiccién de navegar en lared en busca de futilidades, instaurando la pulsién por el chateo mastur- batorio, internet termina siendo funcional a la revolucién anestésica y al nuevo orden imperial. El nuevo barbaro del ciberespacio no es un sujeto peligroso para el im- perio, es un hombre espiritualmente enfermo, inmaduro, un hombre-nifio cuyo saber fragmentado le impide comprender la realidad que es siempre global, sistémica. Es un hombre funcional al poder, porque quien no com- prende la realidad dificilmente pueda transformarla. La transicion a la sociedad de control No sélo la desaprensiva o interesada utilizacién de la televisién fue un eficaz factor para terminar de convertir a la sociedad occidental, que habia estado basada en sus origenes en el “ser”, en una sociedad de consumo basada en la triada “tener-parecer-aparecer” sino que, ademds, su indebida utilizacién enferm6 espiritualmente al hombre, haciéndolo victima de una patologia compleja. Desde los medios masivos de comunicacién, pero prin- cipalmente desde la television, se instrumenté la imagen del placer para excitar el ansia de tener, parecer y aparecer. A través de la television, como primera escuela de los nifios, los valores se vertieron exclusivamente hacia lo sensorial, cortando o retrasando el proceso de maduracion y dando como resultado la aparicién de lo que podemos llamar un “hombre-niiio”, un hom- bre que nunca colma sus apetencias de tener, parecer 0 aparecer; que vive atiborrado de falsas expectativas que lo conducen a la frustracién, al incon- formismo y a la agresividad insensata. Ese “hombre-niiio” pierde, progresi- vamente, su autenticidad, porque oscurece o anula su capacidad creativa para convertirse en pasivo fetichista del consumo, en agente y destinatario de una subcultura de valores triviales y verdades aparentes. Fue a través de la televisién como los nifios de los pueblos tanto de los paises centrales como de los periféricos- fueron “bombardeados”. Fue la televisién la que arrebato a los padres la educacién de sus hijos, sin que los padres se dieran cuenta de lo que estaba aconteciendo. Fue la television, en gran medida, la nueva escuela de los nifios del mundo, a través de la cual se les inculcé que el gran objetivo de la vida era hacer la mayor cantidad de 18. Giovanni Sartori, pp. 55-57. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 85 Marcelo Gullo cia humana. El ideotes posmoderno es un idiotes narcisista que vive tratan- do de alcanzar el modelo fisico impuesto desde el poder de los medios audio- visuales. De esta forma el poder, a través de la television, no sélo modela el pensamiento del nueva idiotes sino que modela el propio cuerpo de éste. La television les sirve a las elites detentadoras del poder mundial para intentar controlar a las poblaciones de los paises centrales (y a los sectores pudientes de los paises periféricos) haciéndolas cada vez menos democrati- cas, imponiéndoles “la cultura del simulacro” en la que “el parecer es mas importante que el ser”. Pero en la era de la imagen el hecho singular es que para parecer el hombre/mujer debe transformar su propio cuerpo. Como parecer quiere decir parecerse al arquetipo mediatico y como alcanzar la figura del modelo mediatico solamente a través del ejercicio fisico es impo- sible para la mayorfa, ésta recurre, entonces, a la transformacion artificial y violenta del propio cuerpo. Transformacién realizada a través de la ciru- gia estética que proporcionaré la nariz, los labios, los pémulos, el busto, la cintura —mediante la amputacién de la costilla flotante— y el trasero im- puestos por el modelo mediatico. En los paises periféricos la televisién les sirve alos sectores dominantes de los paises centrales para imponer “una nueva colonizacién ideolégica” que impone no sdélo marcadores estéticos, formas de vestir, de peinarse, el “McDonald's del espiritu’, sino fundamentalmente “el famoso pensamiento tinico” que convierte a las leyes del mercado en “legitimadoras politicas y sociales supremas, universales e inapelables””’ y que llevé, entre otros fac- tores, a que los paises de la periferia sudamericana creyeran ingenuamen- te en la teoria de la globalizacién “caritativa” y a que sus poblaciones acep- taran mansamente la desarticulaci6n del sistema de la seguridad social, a la desaparicion de las leyes de proteccién laboral, a la apertura indiscrimi- nada de sus economias —mientras los paises centrales, mas alla de sus de- claraciones, mantenfan un proteccionismo cerril— y ala desnacionalizacion de sus economias que los lleva, inexorablemente, a convertirse en segmen- tos anénimos del mercado mundial y en provincias del imperio norteameri- cano en construccién. La sociedad de mercado-consumo por excelencia es la estadounidense, en donde se ha producido una alianza, no exenta de tensiones por supues- to, entre la elite dirigente y las llamadas fuerzas del mercado. La identifi- cacion entre el Estado estadounidense que sostiene como ideologia la eco- nom{ia fundamentalista de mercado —con matices menos dogmaticos cuan- do gobiernan los demécratas, por cierto, que cuando gobiernan los republi- canos-~ con las fuerzas del mercado, hace que a medida que la forma de vida estadounidense se expande por el mundo se refuerce la hegemonia norte- 27. Roman Gubern, ob. cit., p. 63. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 90 Marcelo Gullo “queda establecido un nuevo paradigma de poder definido por las tecnolo- gias que reconocen a la sociedad como esfera de influencia del biopoder. En la sociedad disciplinaria, los efectos de la tecnologias biopoliticas eran aun parciales, en el sentido de que el disciplinamiento se desarrolla si- guiendo una légica relativamente cerrada, geométrica y cuantitativa. El poder disciplinario mantenja a los individuos en instituciones, pero no lograba absorberlos completamente en el ritmo de las practicas producti- vas y la socializacién productiva; no lograba penetrar enteramente en las conciencias y los cuerpos de los individuos, ni llegaba a tratarlos y organi- zarlos en la totalidad de sus actividades. En la sociedad disciplinaria, la relacin entre el poder y el individuo continuaba siendo, pues, una rela- cién estatica: la invasién disciplinaria del poder correspondia a la resis- tencia del individuo”.* De igual modo, en el orden internacional la inva- sién disciplinaria del poder correspondia a la resistencia del pueblo: En cambio, cuando el poder llega a ser completamente biopoliti- co, la maquinaria del poder invade el conjunto del cuerpo social que se desarrolla en su virtualidad. Esta relacién es abierta, cualitativa y afectiva. [...] El poder se expresa, pues, como un control que se hunde en las profundidades de las conciencias y los cuerpos de la poblacién y, al mismo tiempo, penetra en la totalidad de las relacio- nes sociales. Consideramos el biopoder como el estadio superior del imperialismo cultural y a los medios audiovisuales, el instrumento principal a través del cual se construye y genera el biopoder. “Los valores que transmite preva- lentemente el sistema televisivo son los del hedonismo, la ludofilia, el esca- pismo, el consumismo y la meritocracia.” Los medios de comunicacién le permiten, en gran medida, al poder imperial tanto en el centro como en la periferia— no sélo modelar el pensamiento sino también los cuerpos de los ciudadanos, convertidos en consumidores: “Basta una incitacién mediatica para que se imponga determinado modelo de disefio corporal, aunque ca- rezca de una funcionalidad biolégica”. Es el poder de los medios audiovi- suales la raz6n que explica que en algunos pafses desarrollados de Asia hagan “furor los remedios y la cirugia estética para que las muchachas consigan el ideal de belleza occidental, operandose los parpados, tifiéndose el pelo de rubio o de castaiio y blanqueando su picl. ¥ nada sorprende mas al turista que ver los anuncios de belleza y de moda femenina en las calles 34, Michael Hardt y Toni Negri, ob. cit., p. 37. 35. fdem, p. 37. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El largo camino de la comprension mutua 105 parte de sus rentas, en el proceso de industrializacién reciente. Distinta, en cambio, fue la situacién en Brasil: En Brasil el cultivo del café, a pesar de toda la riqueza que habia producido, no propicié la misma prosperidad aleanzada por la Argen- tina con sus exportaciones de carnes y cereales. Y éste fue, inter alia, uno de los principales hechos que determinaron su progreso. La per- manente escasez de divisas y la desvalorizacién de la moneda, que dificultaban y encarecian las importaciones, impulsaron la expansién del parque manufacturero, alimentado en gran parte por la emigra- cién de los capitales de la labranza, ante las expectativas de la repeti- cion ciclica de la crisis del café, con 1a superproduccién que provocaba una violenta caida de sus precios. Y mientras contaba con la partici pacién de muchos extranjeros inmigrantes, la industria erecié ligada de modo umbilical al cultivo del café. Muchos hacendados, para so- brevivir a las crisis del mercado y al inexorable deterioro de los pre- cios del café, se volvieron también industriales." Este hecho salvé a Brasil. Nada semejante ocurrié en la Argentina. La providencial cuestién de que algunos hombres de la oligarquia cafetalera se convirtieran, también, en industriales “evité un corte mas profundo en los intereses de las clases dominantes —como sucedié en la Argentina- y posibilité una mayor unidad nacional, a nivel del Estado, para ejecutar después de 1980 las politicas de industrializacién, aunque muchas veces a través de la conciliacién y de las soluciones de compromiso, y resistir las presiones internas y externas contrarias al desarrollo de Brasil”." Asi, mien- tras el golpe de 1930 en la Argentina devolvié el poder a los conservadores y restauré cl predominio de los intereses agrocxportadores, cl golpe del 3 de octubre de 1930 en Brasil apart del poder a los conservadores y quebré la hegemonfa de los intereses agroexportadores. Mientras el golpe de 1930 en la Argentina reafirmaba la dependencia de Gran Bretafia, puesta de manifiesto con la firma del tratado Roca-Runciman (1933), la revolucién del 30 en Brasil traté de aflojar sus vinculos de dependencia con Estados Unidos, pais al cual se dirigian el 60 por ciento de las exportaciones de café. “Getulio Vargas, al firmar el Tratado de Comercio y Reciprocidad con Esta- dos Unidos (1934), firmé al mismo tiempo el Acuerdo de Compensaciones con Alemania, que se convirtié en su principal proveedor de manufacturas y su segundo mayor cliente de productos primarios, entre 1934 y 1938.” A partir de 1930 Brasil, mediante un proyecto de Estado, se empeiié en supe- 14, Luiz Alberto Moniz Randeira, ob. cit, p. 547 15. idem, p. 547. 16. idem, p. 548. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El largo camino de la comprensién mutua "1 Es Juan Domingo Perén —quien ha leido profundamente a Haya de la Torre y reflexionado hondamente sobre el pensamiento del general argen- tino José Maria Sarobe-el primero en comprender la formula para escapar de la retérica, al darse cuenta de que la unidad de América Latina sélo podia comenzar como unidad de América del Sur y que la unidad de Améri- ca del Sur sélo podia estructurarse desde la unidad argentino-brasilena. Antes de Perén, la integracion era solamente retorica y deseo porque Perén es el primero en comprender que la alianza argentino-brasilefia es el unico camino real de la unidad de América del Sur y la unidad de la América del Sur la condicién para la unidad de todo el conjunto de América Latina. Perén comprende que la integracién entre Argentina y Brasil es la unidad de los dos rostros basicos de América Latina: el castellano-mestizo y el luso- mestizo, en la tinica frontera viva entre el mundo de lengua portuguesa y el mundo de lengua castellana, dado que la hoya amazénica —que recién en los Ultimos tiempos ha comenzado a ser penetrada— era mas una frontera estipulada que una frontera histérica viviente. El pensamiento geopolitico provincia del imperio universal del capitalismo financiero-, cuyos centros de comando se hia- Nan en los paises més avanzados de Europa, en Estados Unidos de América y ahora, en Japon [...] las dos formas o modalidades histéricas del imperialismo tienen alegorias ilustres en sendas concepciones geniales del teatro inglés: en César y Cleopatra, de George Bernard Shaw, y en el Mercader de Venecia de William Shakespeare. [..] "El tipo de imperialismo a lo Shylock predomina en Indoamérica. |...| Por eso la ostentosa autonomia de nuestras repiblicas es sélo aparente. [...] Tenemos, pues, planteado en Indo- américa un problema esencial que siendo basicamente econémico es social y es politico: la dominacién de nuestros pueblos por el imperialismo extranjero y la necesidad de emancipar- los de ese yugo sin comprometer su evolucién ni retardar su progreso. [...] "{Cudl, entonces, el camino realista para la solucién del complejo problema que plantea a Indoamérica su progresivo sometimiento al imperialismo? |...] {Por qué no construir en nues- tra propia realidad tal cual ella es las bases de una nueva organizacién econémica y politica que cumpla la tarea educadora y constructiva del industrialismo, liberada de sus aspectos cruentos de explotacién humana y de sujecién nacional? (...] Tanto el comunismo como el fascismo son fenémenos especificamente europeos |...] quien quisiera subordinar a las mis- mas leyes la economia politica de Tierra del Fuego y la de la Inglaterra actual evidentemente no produciria sino lugares comunes de la mayor vulgaridad. [...] En sintesis, ubicar nuestro problema econémico, social y politico en su propio escenario y no pedir de encargo para resol- verlo, doctrinas o recetas europeas como quien adquiere una maquina o un traje. |...) Nuestros pueblos deben emanciparse del imperialismo, cualquiera que sea su bandera. Deben unirse, transformando sus actuales fronteras en meros limites administrativos y deben nacionalizar progresivamente su riqueza bajo un nuevo tipo de Estado. Las tres clases oprimidas: nuestro joven proletariado industrial, nuestro vasto ¢ ignaro campesinado y nuestras empobrecidas clases medias, constituirdn las fuerzas sociales normativas de ese Estado. |... Asi, la indus- trializacién cientificamente organizada seguiré su proceso civilizador. Tomaremos de los pai- ses de més alta economia y cultura lo que requieran nuestro desarrollo material y el engran- decimiento de nuestra vida espiritual. Negociaremos con ellos no como stbditos sino como iguales”; Victor Rail Haya de la Torre, El antiimperialismo y el APRA, Santiago de Chile, Ercilla, 1936, pp. 14-27. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El largo camino de la comprensin mutua 115 politica tan estrecha de cooperacidn con Brasil como le permitieron las cir- cunstancias politicas que enfrentaba. Luego de los derrocamientos de Frondizi y Goulart, tanto la Argentina como Brasil, con gobiernos predominantemente militares, retornaron ala politica de la suspicacia y la rivalidad. De ahi en més ~exceptuando el breve perfodo en el que Juan Domingo Peron ejercié por tercera vez la presidencia de la Republica Argentina- la frialdad domind, nuevamente, las relaciones entre ambos paises. Tal frial- dad se mantendria vigente hasta que las necesidades mutuas y el retorno de las democracias a uno y otro, en los primeros afios de la década del 80, los impeliese, una vez mis, a intentar un proyecto comun. El lejano esfuerzo de Perén y Vargas fue una verdadera opcién estraté- gica en el marco de un escenario internacional particularmente adverso y en el contexto de realidades sociales todavia lejanas de la acabada y cabal visién de la importancia que, para sus respectivos futuros, conllevaba aquel esfuerzo de integracién. Las sociedades, tanto argentina como brasilefia, all4 por los afios 50 tenian frente a ellas la posibilidad de la gesta heroica de la unidad, pero las opciones tacticas de seguir sus respectivos caminos separados eran, todavia (aunque sélo en apariencia), posibles. Sélo conducidos por aquellas brillantes mentes politicas hubieran sido capaces de acompajiar e] enorme esfuerzo que hubiera significado avanzar a la unidad por aquellos afios. Treinta afios después, llenas de experiencias traumaticas, las socieda- des de la Argentina y de Brasil de golpe cafan en la cuenta de que las preclaras visiones de Perén y de Vargas ya habian dejado de ser una “op- cién” a elegir. Para la década del 80 la experiencia unificadora ya se habia convertido, para ambas partes, en la unica estrategia de supervivencia posible. La integracién como necesidad histérica Asi, dados los hechos descriptos, arribamos a los primeros afios de la década del 80. Brasil y Argentina han recorrido, desde sus mismos origenes, caminos diversos y en mas de una ocasi6n llegaron a tener enfrentamientos de di- versas intensidades. Sin embargo, ya elucidadas las claves de aquellos enfrentamientos his- téricos, es menester ver cémo, desde aquellas disputas y diversidad de ru- tas recorridas (rutas que, en la historia, mas bien alejaban que acercaban a ambas naciones), de modo aparentemente abrupto, se llega a la conclusién desde ambos lados de la frontera de que Brasil y Argentina son paises que se necesitan de modo imprescindible el uno al otro. La Argentina, al final del autodenominado “proceso de reorganizaci6n aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El largo camino de la comprensién mutua 119 Esa meta fundamental se desdibujé a lo largo de la década del 90 y el Mer- cosur se convirtio en un simple sistema para el intereambio de mercancfas. La Argentina reedité con Brasil en cierta forma, como temia Frondizi, la relacién que durante un siglo habia tenido con Inglaterra. La Argentina termin6, en el marco de! Mercosur, exportando materias primas mientras que Brasil colocaba productos de alto valor agregado. El Mercosur tal como esta planteado es una fuente permanente de conflictos y resentimientos. Este Mercosur no le sirve a la Argentina para reindustrializarse, unica formula eficaz para sacar al 40 por ciento de su poblacién del estado de pobreza en el que se encuentra sumida. No le sirve a Brasil, que necesita un aliado fuerte, no un “mercadito” de treinta millones de habitantes. Sin embargo, reconocer que “este” Mercosur no nos sirve ni a argentinos ni a brasilefios no quiere decir que la Argentina y Brasil deban disolver su alianza estratégica. Muy por el contrario. La unidad entre la Argentina y Brasil es hoy una cuestién crucial porque, como sostiene Helio Jaguaribe: “No ten- dremos ninguna capacidad de preservar nuestra identidad nacional si na- vegamos aislados en el mar de la historia”.” 30. Ibidem. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El desatio dal aLCA 1 z cian a sus agricultores distorsionan el mercado y les otorgan a los.agriculto- res norteamericanos una ventaja notable sobre sus pares argentinos o brasi- lenos. Este tratamiento especial dado por el gobierno de Bush a los farmers fue, sin duda, una de las razones del importante triunfo del partido republi- cano en los principales estados agricolas. El senador republicano Chuk Gras- sley -que gané en Iowa con el 70 por ciento de los votos— reconocié que su triunfo, y el de Bush, en los estados agricolas —donde reina el maiz y la soja con sus respectivas cadenas de valor— esté ligado en gran medida al apoyo que Bush ha brindado a los agricultores.” Agricultores que no estén dispues- tos a perder, en el marco del ALCA, las ventajas que han obtenido en los ulti- mos afios. Conviene, ademas, para elaborar un anilisis objetivo, tener en cuenta que en Estados Unidos la legislacién nacional se sobrepone a los tratados internacionales. Por consiguiente, en un hipotético régimen del ALCA, cual- quier producto latinoamericano que amenazase a su competidor norteame- ricano rapidamente seria objeto de la aplicacién de restricciones unilatera- les, que Washington se veria obligado a aplicar por la fuerza que los lobbies estadounidenses poseen dentro de su sistema politico. El hecho de que Es- tados Unidos sea una democracia de masas bajo una “orquestacién lobbis- ta” provoca situaciones absurdas y hace incluso que productos insignifican- tes, por ejemplo el jugo de naranja argentino o el brasilefio, encuentren serias dificultades para entrar en ese mercado. Durante toda la segunda semana de noviembre de 2003 los productores de citricos de Florida emitie- ron por radio cortos publicitarios advirtiendo sobre lo catastréfico que seria para la economia floridense el ALCA si Estados Unidos decidiera levantar Jas tarifas que protegen el jugo de naranja, como lo piden paises como la Argentina y Brasil. El poder de ese sector econémico es tal que, después de quince dias de presién, el gobernador Jeb Bush -hermano menor del presi- dente- tuvo que salir a calmarlos y a sostener que los “protegerd sin nin- gun tipo de vergiienza” de aquellos que pretenden “llegar”. Cabe recordar que Florida fue el estado que le permitié al presidente George Bush ganar su primera, y controvertida, eleccién presidencial, Ademés, el principio de la libre movilidad de las mercaneias no puede sino, por légica, ir acompafiado de la libre movilidad de la fuerza laboral. En el marco de un proceso equitativo de integracién, si en un pais la libre tar la inversién, el empleo y el desarrollo. De esta forma, el gobierno estadounidense aplica, puertas adentro, una politica “keynesiana”, que desaconseja y desaprueba puertas afuera. Gracias a los subsidios otorgados para la produccién de etanol, brotan hoy, a diario, en el ‘Medio Oeste norteamericano, gigantescas plantas de molienda de maiz que no sélo generan etanol sino también una verdadera “cascada” de productos de alto valor agregado. 2, Vase Héctor Huergo, “Triunfo con olor a alcohol y papas fritas”, Clarin, Buenos Aires, 4de noviembre de 2004, p. 17. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El desafio del acca 129 bre todo sobre los productos agricolas, debido a los enormes intere- ses econémicos y politicos que éstas involucran internamente. |...] El objetivo de Estados Unidos con la formacién del ALCA es consoli- dar las medidas ultraliberales, forzar una apertura unilateral de las economias latinoamericanas, de modo de obtener mds ventajas comerciales y mayores reducciones de barreras a sus exportaciones y asus capitales. De esta manera, podra fomentar sus exportaciones en un 30 por ciento y asegurar el crecimiento de su producto bruto interno a una tasa de 4-4,5 por ciento y compensar el déficit comercial con otras regiones, a costa de los paises latinoamericanos, induciéndolos gra- dualmente a adoptar el délar como la unica moneda en el hemisferio, cuya emisién y circulacién estaran sobre su exclusivo control. Como consecuencia del acceso privilegiado a los mercados de la regién, me- diante el establecimiento del ALCA podré compensar perjuicios deri- vados de la pérdida de competitividad de los productos norteamerica- nos que, en varios renglones, no est4n en condiciones de competir directamente con los exportados por la Unién Europea, que suplan- tan a Estados Unidos en el comercio con los patses del Mercosur, o por los del Japén y la China.'” Los margenes de maniobra para construir un continentalismo sudamericano Esclarecido el verdadero significado del ALCA, conviene preguntarse ahora de qué margen de libertad de opcién disponen, efectivamente, laArgentina y Brasil para inclinarse por la alternativa de la construccién conjunta de un “continentalismo sudamericano”. Brasil posee una gran integracién po- litico-cultural, es decir, una gran conciencia de nacién y una identidad cul- tural sélidamente afianzadas, pero presenta un bajisimo grado de integra- cién social. La fractura social es el talon de Aquiles del poder brasilefio, una debilidad estructural que lo fragiliza en grado extremo. Una parte de Bra- sil vive como si estuviera en Suecia y la otra, como si estuviera en Angola. Quizé Brasil pague, todavia, el costo de haber sido un pais esclavista. La- mentablemente, para muchos, en Brasil “el otro” -principalmente el hom- bre de piel negra— no parece, todavia, “ser un ser humano” dotado de ple- nos derechos." 10, Ibidem. 11.A este reapecto, el vicecanciller brasilefio Samuel Pinheiro Guimardes afirma: “Las venta- jas brasilefias de territorio, poblacién y producto bruto interno son afectadas negativamente por disparidades y vulnerabilidades ly que] las actuales disparidades sociales pueden ser consideradas como un resultado del latifundio y de la esclavitud —que sobrevivié hasta aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El desafio det aLca 133 la realidad, olvida que el ALCA significa el abandono —para los paises que lo asuman- de la identidad cultural latinoamericana para adoptar, en cam- bio, una nueva identidad: la norteamericana. El ALCA lleva implicita—como el NAFTA, en su momento, para México- dentro de su ldgica, una clara y radical “redefinicién cultural” para los paises que se incorporen. Como lo destacara Alberto Methol Ferré en el articulo “Una bipolaridad cultural: Mercosur-NAF1A”, de acuerdo con la perspectiva culturalista sostenida por Samuel Huntington, el NAFTA implicé para México someterse a un proceso que atin no ha terminado, de “radical redefinicién cultural”. Una especie de “fatal muerte histérica”, para una nueva resurreccién que consistiria en la adopcién de la identidad cultural norteamericana. Huntington abordé este tema por primera vez en su famoso articulo “El choque de civilizaciones”, publicado en la prestigiosa revista Foreign Affairs, y lo retomaria luego en su libro El choque de civilizaciones y la reconfiguracién del orden mundial. Huntington sostiene que la entrada de México al NAFTA es, al mismo tiem- po, un proceso de integracién econémica y un proceso de “norteamericani- zaci6n” de México que, si tiene éxito, provocaria la redefinicién absoluta de la identidad mexicana. “Lo mismo que las reformas de Ataturk se propo- nfan transformar Turquia, pais musulman de Oriente préximo, en un pais laico europeo, las reformas de {Carlos] Salinas [de Gortari] se proponian cambiar México, pais latinoamericano, en un pais norteamericano”. Pero aclara que “el proceso de redefinicién de la identidad sera prolongado, dis- continuo y penoso, en el plano politico, social, institucional y cultural”. Como sefialara Methol Ferré, el gobierno mexicano se vio obligado ~dadas Jas resistencias al cambio de los elementos tradicionalistas— a lanzar corti- nas de humo para encubrir el sentido profundo de su decision histérica. Todo hace pensar entonces que el ALCA, como lo es el NAFTA, es mas que un proyecto econémico. Pero, para finalizar, retomemos el énfasis en el aspecto econémico, que es el més evidente. Si para algunos paises, como los de América Central —que existen como “municipios” del mundo el ALCA es una opcién satisfac- toria, por estar privados de alcanzar un desarrollo industrial propio, ..para paises como la Argentina y Brasil, el ALCA representaria un catastréfico retroceso a la condicidn que esos paises ostentaban hasta 1930, de productores de materias primas y articulos agropecuarios no elaborados e importadores de bienes y servicios con mayor tenor tec- nolégico. Tal proceso no seria compatible con la sustentacién de las actuales poblaciones de ambos paises. La terrible crisis social que 16, Samuel Huntington, El choque de civilizaciones y la reconfiguracion del orden mundial, Barcelona, Paidés, 1997, pp. 177 y 164. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El desafio del aLCA 137, cualquier derecho de aduana para todos los productos que, en un 80 por ciento, estuvieran fabricados dentro de la Comunidad Atlantica. Se trataba de diluir el proceso de integracién que llevaban a cabo Francia, Alemania, Italia y los paises del Benelux, dentro de un proceso de integracién mayor conformado por Estados Unidos, Inglaterra y los paises nérdicos. En ese entonces, con mucho criterio, al analizar la propuesta estadounidense Mau- rice Duverger realizé una reflexién que puede resultar valida hoy para los paises del Mercosur. Duverger sostuvo: Cuando se trata de unir a naciones de dimensiones ms 0 menos equivalentes, de las cuales ninguna puede aplastar a las otras, y de hacer surgir sobre ellas un verdadero poder supranacional, enton- ces la integracién corresponde a una auténtica cooperacién, que res- peta el derecho de todos y permite a cado uno profundizar su solida- ridad con los otros mas bien que reforzar su egoismo. Pero, si se trata de fusionar naciones medianas o pequefias alrededor de un gigante que las sobrepasa infinitamente, se llega, necesariamente, una seudocomunidad, que camufla la dominacion de una gran po- tencia. Se trata, en realidad, de un imperio. Tal es la verdadera na- turaleza de la Comunidad Atlantica, malgrado las buenas intencio- nes de Washington.”! La Iglesia latinoamericana fue una de las primeras instituciones en pro- mover la integracién regional. El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) se anticipé a muchas entidades que buscaron acercar a los pueblos de América Latina. Sin embargo, hoy —con raz6n— parece mirar con descon- fianza el ALCA. En el primer pronunciamiento oficial al respecto los obispos del Mercosur, Chile y Bolivia advirtieron que el tratado de integracién que impulsa Estados Unidos podria convertirse en “un neocolonialismo” con consecuencias “muy graves para la misma subsistencia de las economfas mas fragiles” de la region. Los prelados admiten no ignorar la complejidad y las diversas percepciones que suscita en la sociedad el ALCA, pero desta- can que ese “proyecto tenderia a propiciar una concentracién del poder eco- némico en pocas manos y en pocas empresas competitivas, favoreciendo la formacién de monopolios y oligopolios, que terminarfan por imponer su hegemonia a los gobiernos, especialmente en los paises mas débiles””” Por su parte, la Iglesia argentina fijé su posicién en una declaracién titulada “Ante los desafios del ALCA” luego de que los cien obispos conside- 21. Maurice Duverger, “Le talon d’Achille de la diplomatie gaulliste”, Le Monde, 8 noviembre de 1965, p. 3. 22. “Documento de episcopados de Latinoamérica: dudas y reparos de los obispos acerca del Aca”, Clarin, 22 de septiembre de 2003, p. 11. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 142 Marcelo Gullo controlada”. Voluntad de poder descontrolada que ya ha tomado por asalto el gran almacén petrolero del mundo. Irak es una sefal de alarma. “Pense- mos, por ejemplo, en Brasil, en la Argentina, en toda Sudamérica. {No po- dria alguien imponerle a Brasil cédigos de uso, cuidados o limitaciones so- bre los grandes espacios amazénicos productores del 80 por ciento del oxi- geno mundial? Con las esenciales reservas de agua dulce de la Argentina podria pasar algo similar. Y con los espacios patagénicos. Y con las pesque- rias del Atlantico Sur, con las reservas de agua de la Antartida, con el pe- tréleo de Venezuela.” Acertadamente advierte Posse: La guerra de Irak es una senal decisiva para los grandes espacios. Los latinoamericanos tenemos la mayor reserva de oxigeno, de agua dulce, de espacios y de potencial productivo alimentario. Pronto esta- remos en Ia mira... siempre lo estuvimos, con formas de dominacién indirecta, y ahora el lenguaje del poder podria desbarrancarse peli- grosamente.? La guerra de Irak ha acallado los cantos de sirena de los poetas de la “globalizacién caritativa” y el “fin de la historia”. Lamentablemente, el de- recho internacional no protege a los Estados débiles frente a las grandes potencias. La primacia del derecho internacional sigue siendo una hermo- sa utopia inalcanzable y el principio de igualdad juridica de los Estados, una ficeién que apenas sirve a fines decorativos. Hoy, como a lo largo de toda la historia, los Estados no son iguales, por la sencilla raz6n de que algunos tienen mds poder que otros. La globalizacién no altera por lo tanto —hasta que se constituya, por lo menos, un Estado universal unico- la hip6- tesis sobre la que reposan conceptualmente las relaciones internacionales que, como sostenfa Raymond Aron, esta dada por el hecho de que las unida- des politicas se esfuerzan en imponerse las unas a las otras su voluntad. La politica internacional, sostenia Aron, comporta siempre un choque de vo- luntades -voluntad para imponer 0 para no dejarse imponer Ia voluntad del otro- porque esta constituida por Estados que pretenden determinarse libremente. Hasta que se constituya un Unico imperio universal o un Esta- do federal de cardcter universal, las unidades polfticas son en si mismas rivales porque cada una esté afectada por la accién de la otra.’ Es en el contexto de la tercera ola de globalizacién donde Estados Uni- 1. Abel Posse, “La politica internacional y los recursos naturales y culturales”, en Fernando Lépez-Alvés y Daniel Dessein (comps.), Siete escenarios para el siglo XX1, Buenos Aires, Sud- americana, 2004, pp. 81 y 83 2. fdem, p. 84. 8. Véase Raymond Aron, Paix et guerre entre les nations (avec une présentation inédite de Vouteur), Paris, Calmann-Lévy, 1984. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. De fa autonomia nacional a la autonomia contine: 147 Las corrientes del poder Los elementos del poder no son factores estiiticos, ubicados en una espe- cie de mundo de las ideas platénico, sino dinémicos; que la Iluvia de la historia puede, como en el caso del agua aplicada al cemento, disolver o solidificar pero, sobre todo, transformar. Asi lo advierte Morgenthau cuan- do afirma: Los cambios cotidianos, por mas pequefios e imperceptibles que parezcan al comienzo, influyen en los factores que inciden en la for- macién del poder nacional, agregando una pizca de fortaleza de este lado y borrando un grano de poder del otro... Todos los factores que hemos mencionado, con excepcién de la geografia, se encuentran en un constante fluir, influyéndose unos a otros y recibiendo, a su vez, lainfluencia imprevisible de la naturaleza y del hombre. Juntos con- forman la corriente del poder nacional, corriendo lentamente y al- canzando de pronto un gran caudal durante siglos, como en el caso de Inglaterra, o deslizandose empinadamente y cayendo abrupta- mente desde su cresta, como en el caso de Alemania, 0 moviéndose lentamente y enfrentando las incertidumbres del futuro, como en el caso de Estados Unidos. Dibujar el curso de esa corriente y de los diferentes afluentes que la componen y prever los cambios de diree- cin y velocidad, es la tarea ideal del observador de la politica inter- nacional." Ahora bien, {como dibujar el curso de la corriente del poder mundial? 4C6mo prever los cambios de direccién y velocidad? ,Existe un método que nos permita saber hacia donde se dirige la corriente del poder? {Como de- tectar, bajo la superficie de las actuales relaciones de poder, los desarrollos germinales del futuro? Es curioso que, para responder a estas preguntas, un pensador como Morgenthau haya confiado mas en la “intuicion” y en la “jmaginacién creativa” que cn la razén pura. Para Morgenthau, la evalua- cién de los factores del poder en el presente y en el futuro es, siempre, una tarea ideal que, cuando se realiza con éxito, constituye “el logro intelectual supremo” del analista de la politica internacional. Como tarea ideal —ad- vierte Morgenthau- nunca sera perfecta, precisamente porque la naturale- za y el hombre son elementos imperfectos, impredecibles, factores que no se pueden conocer con exactitud y que hacen que los cdlculos de evaluacién. puedan ser, siempre, inexactos.!” Sin embargo, si bien en tanto tarea ideal 11, fdem, p. 193 12, “Como toda tarea ideal”, afirma Morgenthau, “es algo imposible de realizar. Incluso si los responsables de la politica exterior de una nacién poseyesen una sabiduria superior y un aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 152 Marcelo Gullo hecho de que las trece colonias independizadas de Inglaterra no sélo supie- ron mantener la unidad sino que, lanzandose a la conquista del oeste y ala guerra contra México, pudieron construir un Estado continente. Pero ese Estado continente -al rechazar la clase dirigente norteamericana la teorfa de la division internacional del trabajo y el libre cambio que le proponia su madre patria Inglaterra- no seria, simplemente, un gigante agricola-gana- dero sino un gigante industrial. Conviene recordar que, contrariamente al ejemplo de las trece colonias inglesas, el Brasil independiente pudo mante- ner su unidad pero aceptando incorporarse a la divisién internacional del trabajo como simple productor de materias primas. Mas tragica, por cierto, fue la suerte de la América espafola, que no supo mantener su unidad ni tampoco aplicar un modelo econémico proindustrial como el que aplicé Es- tados Unidos. Constituido en América del Norte después de la guerra civil estadounidense, el primer Estado continente industrial exitoso de la histo- ria, las naciones de América del Sur se convirtieron, desde entonces, en Estados insignificantes frente al poder del norte, aun el Brasil mismo que, gracias a que supo mantener su unidad, es un Estado semicontinental. Resultaba ya claro desde comienzos del siglo xx que, confrontadas las na- ciones sudamericanas al hecho de tener que lidiar con el poder estadouni- dense, no les quedaba otra alternativa “para poder ser, que ser juntas”, construyendo un Estado continental industrial en la isla sudamericana. Asi lo intuyeron, por aquellos afios, José Enrique Rodd, Manuel Ugarte, Rufino Blanco Fombona, Francisco Garcia Calderén y José Vasconcelos. Con ellos, luego de casi cien aiios de “soledades”, se recuperaba intelectual- mente la unidad histérica de América Latina. La voluntad de ser Sostuvimos que América del Sur posee una formidable fuerza en poten- cia pero que ha carecido, hasta ahora, de la capacidad y la voluntad sufi- cientes para poner esa potencia en acto. Por qué? Por una parte, como ya dijimos, porque su conciencia social y politica fue primero adormecida por la dominacién cultural inglesa y luego por la dominacién cultural norte- americana y porque, cuando esta dominacién no fue suficiente, el imperio se hizo presente a través de los golpes de Estado que ensangrentaron la América Latina toda. Ademés, la movilizacién de la capacidad y la voluntad de los pueblos que conforman América del Sur requiere de la existencia de un proyecto de grandeza “movilizador” que, en el caso de los pueblos hispanohablantes, desapareci6, por largo tiempo, con la muerte de los libertadores San Mar- tin, Bolivar, O'Higgins y Artigas. Sin voluntad, como sostiene Raymond Aron, es imposible pasar de la fuerza en potencia a la fuerza en acto. Sin aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 156 Marcelo Gullo De igual manera que Castilla descubrié su afinidad con Aragén en su lucha por sobrevivir frente a atra civilizacién avasallante, hoy la lucha por mantener nuestras autonomias frente a la América sajona, transformada en imperio avasallador, nos puede permitir, a argentinos y brasilefios, y a todos los sudamericanos, redescubrir nuestra histérica afinidad a despe- cho de las diferencias de rostro, acento, humor y paisaje. La nacién sud- americana debe nacer en nuestras mentes, en la mente de argentinos y brasilefios, como un ideal, como esquema de algo realizable, como un pro- yecto incitador de voluntades. Proyecto al que argentinos y brasilefios de- ben convocar a los pueblos andinos hermanos que, ahogados en sus dificul- tades, creen erréneamente que pueden salir de ellas, incorpordndose defi- nitivamente al imperio como provincias de cuarta clase. La nacién sudame- ricana no es una realidad hoy, pero puede ser un mafiana imaginario capaz de disciplinar el hoy y de orientarlo—como expresara Ortega y Gasset- 21a manera como el blanco atrae a la flecha y tiende el arco. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Mercosur: politica exterior comuin 0 colonial-tascismo 164 tecnologia es poder y el poder la condici6n necesaria del ser. Sin poder no podremos evitar que el imperio nos imponga su dominacién cultural, la mas eficaz y peligrosa de todas las formas de dominacién posible porque a través de ella nos arrebata, sin que nos demos cuenta, como si estuviése- mos anestesiados, nuestra existencia cultural misma, nuestro ser. Nuestra herencia cultural encuentra su basamento en la busqueda de la armonia, como categoria fundamental de la existencia humana. Nuestra cultura es la cultura de la armonja entre el ser y el tener, entre el yo y el nosotros. Por eso necesitamos establecer una politica cultural comun ten- diente a preservar nuestros valores humanistas para impedir que nuestros pueblos se conviertan en una masa de hombres light y descartables. Incor- porar a las masas, en el plazo mas breve posible, a niveles superiores de vida, de educacién, de participacién. Construir, en definitiva, una democra- cia real y efectiva, unica forma a través de la cual lograremos evitar que el imperio manipule a una clase social contra otra clase social. La democracia formal no sera eternamente compatible con la pobreza y la marginacién. La ilusién de los sectores privilegiados que pretenden conseguir seguridad y tranquilidad, refugiéndose en barrios cerrados y amurallados, no duraré mucho tiempo. Los barrios cerrados son una forma de escapismo egoista de la realidad y el egoismo siempre ha generado, a lo largo de la historia, resentimiento y agresividad. Nuestros pobres son ciudadanos de derecho pero no de hecho. No hay democratizacién real sin reindustrializacién tecnologizante y no hay indus- trializacién tecnologizante sin integracién. La alternativa es clara: o cons- truimos paso a paso, a partir de la alianza argentino-brasilefia, la Comuni- dad Sudamericana de Naciones, 0 estamos condenados al colonial-fascismo. Esta Comunidad Sudamericana de Naciones que postulamos s6lo puede co- menzar por la alianza argentino-brasilefia. Alianza que, ademas de ser una condicién necesaria, reviste hoy un caracter de “urgencia ineludible”. Queda por verse si los gobiernos y las elites politicas y econémicas estan a la altura, més alla de sus buenas intenciones, de sortear este desafto. Es que, hecho inédito, la “isla sudamericana’ se esta convirtiendo, como nunca antes en su historia, en campo de disputa de las potencias actuales y las emergentes. Una clara prueba puede encontrarse en la soterrada que- rella que la China emergente (junto con su enorme rea de influencia asid- tica) le ha planteado a Estados Unidos, justo en su “patio trasero”, precisa- mente América del Sur. Este hecho nuevo encuentra un hito histérico que, operativamente, bien puede tomarse como el punto de inicio de esta inédita situacién en la cual América del Sur en general y el Mercosur en particular se pueden convertir en objetos pasivos de una disputa que terceros libraran en su propia casa, la cual, por lo dems, podria tornarse, en el largo plazo, en el “botin en disputa” sin que podamos hacer nada para impedirlo. Este hito no es ni aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Marcelo Gullo ce en sus vecinos la cercanfa que nunca vio antes. La constitucién de un eje fundacional ~conformado por la Argentina y Brasil- de esta nueva unidad sudamericana es un hecho axial y sin precedentes, que nos abre una nueva puerta al futuro y lo potencia. Esta vez, entonces, estamos mejor parados, porque estamos “juntos” con Brasil. Existe por delante una nueva y gran oportunidad de volver a ser el “uno” perdido, pero ahora ampliado y poten- ciado. Con la piedra fundacional puesta en el viejo Cuzco imperial para la cons- truccién de una Comunidad Sudamericana de Naciones, la unidad es, aho- ra, nuevamente, factible. Una unidad que en el nuevo escenario internacio- nal es condicién sine qua non para nuestra supervivencia y necesidad abso- juta para la realizacién de nuestro “ser histérico”. Si ella se concreta, habremos visado nuestro pasaporte a la historia por venir. Si, en cambio, somos incapaces de superar nuestras mezquindades, las pequefias rencillas y la cizafia sembrada desde fuera, asistiremos a una gran tragedia. La lucha pacifica, pero no por ello menos activa, por la uni- dad es una gesta a la que todos estamos convocados. E] futuro depende de nosotros. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Marcelo Gullo rey ae deed LA GRAN OPORTUNIDAD Marcelo Gullo y yo tenemos, sobre temas de nuestro comin interés, las mismas ideas basi Cow Ce coe meme mmc cae neuter citar Me te Ke aU tale UR n erase ome erlircetdl unre earn tele amen ler Te) Murcer tem ele center cain cipal eaten ie Gomee GCS STUNG Coie Me Ler CCU Cel (TaCe CORUM to or CeCe ela ston CC CCe MM Ceuta Caceres Dees ei eee ne SoucuRC eC Matai er eee PUN ie AU Ue cue Cea lute tee terete Mana eS la bee Cie MaMa Le Cem Celtel T la eco HELIO JAGUARIBE Marcelo Gullo es licenciado en Ciencia Politica por la Universidad Nacional de Rosario, ma- gister en Estudios Internacionales por la Escuela Diplomatica de Madrid y master en Rela- ciones Internacionales por el Institut Universitaire de Hautes Etudes Internationales de Gi- nebra. Fue profesor visitante en la Universidad Nacional de San Marcos (Peri) y profesor ti- tular de Relaciones Internacionales en la Universidad Catélica de Lima. iu ahs Lo PUTCO

También podría gustarte