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1, PRETERITOS PRESENTES: MEDIOS, POLITICA, AMNESIA Uno Dr 10s reNoMeNos cunrumaLas y politicos més sorpren- dentes de fo diltimes aiios es el surgimienta de In memoria amo una preseupacién central dela cultura y dela politica ie las sociedades occidentales, un giro hacia el pasado que ‘ontrasta de manera notable con Is tendencia a privilegiae cl futuro, tan earacteristica de las primeras décadas de la ‘odernidad del siglo xx. Deade los mitos apccalipticn sobre Ja ruptura radical de principios del siglo xy el surgimiento del “hombre nuevo" en Europa a través de los fantasmas de Ta purifcacién de a raza ode la clase propios del nacional- socialismo y del estaliniamo, hasta el paradigma estaduni- dense dea modernizacién posterior a la segunda Guerra Mundial 1a cultura modernista siempre fue mpulsada por lo que podria denominarse “futures presentes"! Desde Ia ‘écad de 1980, el foco pareceria haber pasado de los fate tos presentes alos pretérites presentes, desplazamiento en ‘mexperienciay en la parcopsién del tiempo que debe ser ex- pleads en térmtinos historieos y fenomenologicas? Sin embargo, el foc contemporanco sobre la memoria y la temporalidad también eontrasta de manera notable con ro- innovadores trabajos cobre eategorias como es slo, mapas, geografias, fronteras, rotas comerciales, migr cones, desplazamientos y didsporas, que se realizan en el "Dabo tante lal deat nance I tin de ature post ‘altel de Rethare asin Pues Pst, Bost sey Peay 13 sNacuaneta DQOHSHHEHEHEHLOHHHHOROEREHO COR me a sussesuse | MEMORIA: GLOBAL, NACIONAL, MUSEOLOGICA i ‘contexto de los estudio culturales y poscoloniales. Bn efoe- | to, hasta hace no demasiado tiempo exists en os Estados | Unidos un consenae muy difundido segin el cual, a fin de | comprender Ia cultura pasmoderna era necesario desplazar | fl foc de ia atencion de la problemética del tiempo y de I) memoria, que se asignaba a les formas tempranas del alto | rmodernieme, hacia Ia eategoria del espacio como una clave para el momento posmoderno. Sin embargo, los trabajos de [Bedgrafos como David Harvey* han demostrado que separar ‘iempo de expacio supone un riesgo para la comprension plena, tanto de la cultura mederna como de La posmoderna. En tanto catogorias de In percepcidn de rafz historica y fan- damental contingencia, tiempo y espacio siempre estan es- trochamieate ligados de manera compleja; prueba de ello es Ti intensidad de los discursos de la memoria presentes por doquier mas alla de las fronteras, tan caracteristcos de la altura contempordnes en los mas diversos lugares del ‘mundo. En efveo, a temtiea de las tomporalidades dife- Tenciales la de las modernidades que se dan a diferentés ‘itmos surgieron como caves para una comprensién nueva rigurosa de los procesos de globalizacién a largo plazo, foncepeidn que trata de ir mas lejos que una mera actuali tacion de los paradigmas oecdentales de Ia modernizacion ‘Discursos de la memoria de nuevo cuto surgieron en Oc- cidente después de la década de 1960 como consecuencia de Ja descolonizacién y de lo novos movimiento sociales que buseaban historiografiaa alternativas y revisionistas. Le busqueda de otras fradicionesy Ia tradicion de los"otros" vie i y,tBemanir paragon ellis ay de oe Sense ‘Fo "oder o he Clara opie Late Capi New bf evi, i ihoarte ee fee ect hee ‘Eno abvee pomedornano, Dueobe Ae, ago Mua, 1091. Beidicee ice Reeser i cd ace os} Ose cel 8 ea etary tar nD of cit Tn eet ge dg ctr aa SEEN MLISICY tae erty often Pn 0, ee intestate oe rpc Altea Moderate” ‘enol heen, Pte Carne 3, 1003 PRUTERUTOS PRESENTES: MEDIOS, POLITICA, AMNESTA 15 nleron acompatadas por miltiples postulados sobre el fi: fin de la historia, la muerte del sujet el fn dela obra de arte, el finde los metarrelatos® A menu estas denuncias fueron entendidas de manera demasiado literal, pero debido ‘asa polémica confianza en a étia de las vanguardiaa, que ‘de hecho estaban reproduciendo, apuntaron de manera di- recaalarecnicacin del pasado en curso despa de o- ‘Los discursos de la memoria seintensicaron en Europa y en os Estados Unidos a comiencos dela década de 1980, ac- tivados en primera instancia por el debate cada vez méa amplio sobre el Holoeausta (que fue desencadenaclo por Ia seri televisiva locausto y, un tiempo después, por el auge de los testimonios) y también por una larga serie de euadra- gsimos y quincuagésimos aniversarios de fuerte carga po tica y vasta cobertura medidtiea: el acenso de Hitler al po- der en 1938 y la infame quema de libros, recordados en 1983; la Kristallnacht —la Noche de los Gristales—, pro: trom organizado contra fos judios alemaies en 1938, eon: memorado publicamente en 1985; la conferencia de Wann see de 1942, en la que ce inicis la “solucidn final”, reeardada ‘en 19924con la apertura de un musoo en la mansién donde ‘tuvo lugar dicho encuentro; a invasién de Normandia en 1944, conmemorada por las aliados en 1994 con un gran ee pecticulo que no conté empero con ninguna presencia ruse; ‘el fin de la segunda Guerra Mundial en 1945, evocado en 1985 con un conmovedor discurso del presidente aleméa y también en 1995 con toda una serio de eventos internacio- rales en Europa y en el Japén, En su mayoria “aniversarios slemanes”, complementados por el debate de fs historiado- res en 1988; 1a caida del Muro de Berlin en 1989 y Ia rouni fieseién alemana en 1990,7 merocieron una intensa cobertu- < heap ann tron poate y ele pres 2 Piet Mone ean ray Mag ee nha has nue Map doo fore ti Gat ide Marta, Nas Caton, Pmt fe dit: entrant Ge ean, mlncoa Bronson insancip isbyt ‘Neco Charts ahr, Phe Unstae Ps[l puade adoniny 16 MEMORIA: GLOBAL, NACIONA, MUSBOLOGICA ‘aon los medics internacionales, que reavivaronendiescio nes postriores ala segunda Gverra de la historia nacional én Francia, Austra, ala, el Jaén, inelso en los Estados Unidos y sitimamente também en Suna. BI Museo del ox locausto de Washington, planidcade durante la década do 1860 inaugurado en 1988, dio agar al debate sobre la nor. tegmericanizacion del Holocausto Las resonancias dela ‘memoria del Holocauste no edetuvieron all Haca fines de Jn década de 1990 cabo proguntar en qué medida ve puede | hablar de una globalizaiin del dscurso del Holocaust. Naturalment, fu a ecurrenca de las polteas gen das en Ruanda, Baia y Kosovo en la década de 1990, dca | 4 qu se legaba poshistsrea, I que mantavo vivs lo die. | cursos sobre la memoris del Holoeaustocontaminsndolosy txtendiendo su aleance mas alld des referencia original | Dehechoves interesante observarcbmo ene ago dels nae sacres de Ruanda y Bosnia a principios dela déeada de 1990 Jas comparacones con el Holocastosetopabsan son la ferwz ‘resistencia de los politics, de lon medioe yd gran pare dl Diblico, no silo en ran de le fnnegable diferencias hito- "eas, sino més bien por el deseo de resist ala interven én. Por otra pare, a intervencia “humanitaria® de la } ‘raw en Kosovo ys legitimaciin dopendieron en gran me. fide do la memoria del Holocausto, Las caravans de f ie, Cambvige, Harvard Uivesty res, 88 New German Cran, fn. preveraeras de 1608, dion tpl et da etsy Nae Gren Grau ni rm de 0, cn ipa sobre easier semana 2G Aamo Rabin Pron piso o Bros: Halos Menor ‘satan Aare ace itr” [De expat i ron la ta i lon c ein dene Bib itary and Moor, 7,00 “Obriamant lw ‘bern melts Soe ans dela me- Feira Ant reat ue lie ‘posi etondag nes y tes peed Lae) Mo ete fod oly oa a ‘PRETERITOS PRESENTES: MEDIOS, POLITICA, AMNESIA 17 fugiados que cruzan las fronteras, las mujeres y los nifios abnrrutados en trenes para ser deportadoe as historias de atrocidades, violacones sistematieas y cruel destrucciga, ‘movilizaron una politica de la ealpa en Europa y en los Bs. tardos Unidos asociada eon la no intervencién en las déeadas de 1990 y 1940 y com ol freaso en la intarvencion en la gue ra de Bosnia de 1992. En este sentido, la guerra de Kosovo | confirma el reciente poder de la cultura de la memoria ha- | cia fines de la década de 1980, pero también hace surgit | cuestiones eomplejas sobre el uso del Holocausto como to pos universal del trata histrice. ° La globalizacin dela memoria opera también en dos sen- tidos relacionados entre si que lustran lo que quisiera de. rnominar la paradoja de laglobalizacién. Por un lado, el Ho. locausto se transformé en una efra dl siglo xx y del fracas del proyecto de Ia Hlustracién; sive como prueba del fra «aso dela cvilizacin oecidontal para eeretar la anamnnesis, para reflexionar sobre su ineapacidad constitutiva de vivir fen paz-con las diferencias y con los otras, y de extraer Ins de~ bidas consecuencias dela insidiosarelacin entre la movler- nidad ilustrada la opresiin racial y la violencia organiza «da. Por tro lado, ata dimensintotalizadora del discurso dal Holocaust, tan present 8scento sobre lo particular y Io local. Es precisamente el sur- gimiento del Holocausto como un tropoe universal lo que permite que la memoria dal Holocausto se aboque a situa. ones espefficamente lacsles,lejanas en trminos histaricns ¥ diferentes on términos politicos respecto del acontecizien- ‘woriginal. En el movimiento trasnacional de los digcursos de la memoria, el Holocausto pierde au calidad de indice del ‘acontecimiento historio espocifcn y emmienza a funcionar 20 Bue punto de vista fw artclad pr primera ves yor Hokie» oro aa Diticic del asain tetas fronds pe gear y to op dada de a So pape ene Helens slab de Horner y Aer was Aso Hasidic Sado ‘Ciaopte: Goma cl etn Agee nd Bes. ° 2 2 . ° 3 3 ® @ ® a a a a a a a a a a a a a @ 18 —_-MENORUA: GLOBAL, NACIONAL, MUSBOLBATCA como una metifora de otras historias trauméticas y de eu | memoria. El Holocausto deveaido tropos universal os el re- * quisito previo para deacentrarloy uilizarlo como un poders- > ‘»priama a través del eual pademos percbr otras gonocidias. Las dimensianes global yToeal de 1a memeria del Holocausto bhan ingresado en nuevas constelacones quo laman per un _ analisis pormenorizado, caso por eas. Mientras la compara cin con el Holocausto puede activar en términos retbriens ‘loterminadog discareos sobre Ia memoria traumstien, tar bida puede servir como recuerdo encubridor o bien bloquear simplemente la reflexidn sobre historias locales especificas. | Sin embargo, cuando se trata de pretéritos presontes,la me rmoria del Holocausto y eu lugar en la reevaluacién dela mo- ddernidad occidental no legan a constituir toda la historia. Hay una serie de argumentos seeundarios que constituyen + el relato actual sobre Ia memoria en su aleance mas ampli. ¥¥ que diferencian claramente nuestra época de las décadas ‘anteriores del siglo xx. Me permito enumerar algunos de og fendmenns més destacades, Desde Ia década de 1970, asisti- ‘mos on Europa y en lot Batados Unidos a la restauracion Istoriciata de los viejon eeatros urbanos, a palsajes y pue- bls eitoros devenidos museos, a diversos emprendimientos. para proteger el patrimoni y el aceivo cultural heredados, ‘ala ola de nuevos edifcis para museos que no muestra sig- ros de retroeeder, al Boom de la moda rotra y de mucbles | (que roproducon los antiguos, al marketing masivo do la nos- talgia, «la obsesiva a ‘8 través del video- srabador, a la escritara de memoriasy confesiones, al auge do la autobiografiay de Ia novela histriea posmoderaa con sinestable negociacin entre el hecho la fici6n, ala difu- sin de Ia practicas de la memoria en Iss artes visuales, con frecuencia eontradas en el medi fotogréfieo,y al aumento de los documentales histreas en telovaién, ineluyendo wn canal en los Estados Unidas dedicado enteramente a la hie- {oria, el History Channel. Por ol lado trauruético de la cultu- ra dela memoria, y junto al discurso sabre ol Holocausto cada ‘Yer mas ubieuo, nas encontramos con la vasta bibliografia | peiceanaltiea sobre el trauma, la controversia sobre el sin- PRIETERITOS PRESENTES: WEDIOS, POLITICA, AMNESIA 19 rome de la memoria recuperada, as obras histricas y ac- {ales en relacén con ol gonocidio, el sida, Ia esclavitid, el abuso sexual, las polémicas piblicas cada vex mas fecuen- ten sobre sniversarins, conmemorsciones y monumentos, la incesante plétora de apologias del pasado queen los altimae tiempos han salido de boca de los lieres de la Iglesia y de {os politicos. Finalmente, aunque ya con wn teslor que reine entretenimiento y trauma, la obsesién mundial por el nau fragio de un vapor que supuestamente no podia hundirse, Jpecho que mareé e final de otra era dorada. Ba efecto, n0 poode afrmar a ciencia cirta sil éxito internacional de 7 fanie 6s una metdfora de las memorias de Ia modernidad ‘que perdié su rumbo o bien si articala las ansiedades pro- pias de Ia metrépolis sobre el futuro, desplazadas hacia el pasado. No cabo duda: el mundo se eata musealizando y t- dos nosotros desempeiamos algtin papel on este proceso. La, {meta parece ser el recuerdo total. Es la fantasia de un en- ‘argado de archivo Ulevada al grado de delirio? :0 acaso hay’ ‘otro elementa en juego en ese deseo de traer todos ests di versos pasados hacia el presente? ;Un elemento especifco dela estructuracion de la memoria y de la termporatidad en auestoé dias quo no se experimentaba de la misma manera, en épocas pasadas? ‘Con frecuencia se recurre al fin de siglo para explicar este tipo de obsesiones con el pasado y eon la memoria; sin em bargo, es nscesaro indagar eon mayor profundidad para dar suenta de aquello que bien podria denominarse una cultura ~ de la memoria, como la que se ha difundido en las socieda- des del Atldatico Norto desde fines de Ia déeada de 1970. sl vlamomort viene curiendo desde hes bus. 0h eae socldades proba el marling toa ‘or mda estos do a induattaclturaleccidental ene Sines d lo qo in soci dela cultura slemana dene tind Brlebnegeellchahst Ba olras regione dl mundo, et ultra dein memoria cobra una infin ma erplc coetiae ecreataet terets tee rarer ors Conus is tae Staged 20° RMORIA: GLOBAL, NACIONAL, MUBEOLOGICA tamente politica. En especial desde 1988, las temiteas dela ‘memoria y del elvdo han surgido eomo preoeupaciones dex Ininantos on Tos paises poseomunistas de Buropa del Este y en Ia ex Union Soviatic, sigue siendo claves on la plien de Medio Oriente, dominan el discurso publco en le Suda- {rica posupartheid con au Comisi por Ia Verdad y Ia Re- colicin y aon omuipresentas en Ruanda y en Nigeria, Iimpolean el sardcido debate que hizo erapién en Anstrax lia alrededor do la evstin de la"generacin rob", cons Litayen una pesada carga para le relacionos entre el-fapn, China y Cores nalmenta, detarminan con aleane variable ‘debate coleraly politico con reapocto a les desaparecidos {y asus hijos en las sociedades poaditatorales de América | Latina ponfendo ene tapeteeueationesfundamentales so. tre las vilacones de los derechos humanos la justcay Ta responsabilidad eaeciva Ta difasin googrtien de dicha cltora de Ta memaria com varios sa ls uses polices dela memo- Fia,que tbarean desde la moviizaion de pasados tics fava dar un agrsivosostentoa las potas chauvinistas © Findamentalistas (por ejemplo, ln Serbia poscomunista, el ponuliame hinds en la India), asta los intentos recionées ‘nla Argentina y en Chile de erer esferaspablies para Ia ‘memoria real,que contrarresten la politica de ls rgime- | ns pasdicatorales que parsiguen e olvido a través tanto | dela reconclinn"y dels amistins ofa camo del si- lenciamientorepresivo Pero al mismo tempo, aro ests | | | | { em oad evi aM au ee gt | ‘Seleed que pega ine npareniositeneas, pro sper, ee | {eds ca tees ntantnes en ol pres yl rap cata do ‘enue, aonarmiengn xara fn Ge ie ant asin at adel murkesng andi de Shane aban epic ec ‘ranbre in ssedadslomana gue eta tanta os prior retin ‘Eparaiga de clase de Hourica on a opoacin qos Benjsnin ex ‘cin eines fea ete Brlabutey rfloang, smo i ‘Enis ene una viens soperdeiaelimers, le auineaexpersnla refed. oR hi ap Ney Rats Reni na tinsel orf ed lo tant, Suaingn Boral vat 84 ete Arestina vane it Art, Searoing for Lif: The PRIETERITOS PRESENTES: MEDIOS, POLIGICA, AMNESIA 22 no siempre resulta ci trazar ta linea que separa el pasado inition dl pasado real quo, se donde fiero, es una de as Sneruejdan que se plantean toda pola de la memoria, {Loreal pede ser miolgizado de a misma manora on duo Iori pusde engendrsrfoertes ecto de realidad. Baw. yum, lnanomoria sea converte en una dbssnealtural destontmentalesproporciones en el mundo enter Paralelamente, resulta importante rcanneer quo mien: tia los dscarss do la memoria en caro rosa parecen for slabals, ene fondo sguen gad ale hintaan dona sions y estadosespeses. En In medida en gue las nado ‘nes particlares Tuchan por evar sistemas plitcoe domo. {ratcos como consocuencis de historias sigmaae por los ‘cerminios en masa los partheds, In ictauraa tite ‘sls totalitarismos, se enfentan com aueede con Ale- tania dese la senda Goer, con a tarea sin precedon- tesdeasegura Ia lepimidad yl utr des organizacion tmlten por meio do la defniion de maton que pormitan onmemoraryadjticar erroes del paso is alla de at diferencias entre lw Alemania do poser y Sufie, ln Srgentinao Chl, ito ptton deine pris dah ‘mora sigue slendo nacional, ne posnacionalo global Est, tor certo, tne implieasiones pare la tareainterpretatvg, En a mesa en qusel Halacastoen tant trpor universal | dea historia taumatia ae deaplzs hacia serve contextos | 10 relacionados, uno siempre debe proguntare shy de aue | ‘hanerae lost profndia ubstauliza las prictas | {as aca eas por a memeria,obion de qu man {alver comple con ambas funcione chmalneamento, Re sulta claro que os debates sore Ia memoria nacional sem bre estan atrevesedos por as efttos de los made glbales Fors fico en tema como el gonosdio laine ei Gerla migracin yl derechos de ne minora, a vein Sin yl inputalon do esponsbildades Por is iferentes “Orandethere ofthe Pazede Maye an tha Disappeared Ciro of Ar enti than Alanine de Pin de Myo yo os despracdee dea ‘esa rly Fc Rage nts, Uniery o Cait SaeFTeaRHa Fags esentnereoneee eve HESS SVCVCsssI@s ssssessss & 22 MEMORIA: GLOBAL, NACIONAL, MUSBOLOGICA {yespectficas de cada lugar que sean las eausas, eso indica ‘que la globalizacién y la fuerte revision de los respectivos ‘pasades nacionales,regionaleso locales deben ser pensados de manera conjunta; lo que a su vez lleva a preguntar si las culturas de ln memoria contempordneas pueden ser lefdas fen goneral como formaciones reactivas a la globalizacion ccondmiea. Be éste el émbito en el cual podrian emprender- se nuovos estudios comparados sobre los mevanismos y los {ropos del trauma bistrieoy de las précticas con respecto a Ja memoria nacional ‘i en Oceidente la conciencia del tiempo de Ia (alta) moder- ‘nidad bussaba agegurarel futuro, podria argmentarse que Ja conciensia del tiempo de Bncs del sig x implica la tarea ‘no menos riesgosa de asumie la responsabilidad por el pa- ‘sado. Ambos intentas esta acodados por el fantaama del fracaeo. De all se desprende una seguntainstancia: el gira hnacia La memoria y hasa el pasado eonlleva una enorme pa- radoja. Cada ver mas, los eritieas seusan ala cultura de la ‘memoria eontempordnea de amnesia, do anestasia o de ob- nnubilacidn. Le reprochan su falta de eapacided y de voluntad ‘para recordar y lamentaa la pérdida de conciencia historia. [La acusacién de amnesia viene envuelta invariablemente ‘en una eritiea de los medias, cuando son precisamente esoa ‘medios (desde Ta prensa y la talovision hasta los co-nos & internet) los que dia a dia nos dan acceso a cada ver més ‘memoria. ¢Qué sucederia si ambas observaciones fueran ciertas, si ol boom de la memoria fuera inevitablemeate Aacompafiado por un boom del olvide? Qué sucederia sla ‘elacidn entre la memoria y el olvido estuviera transfor: :anudose bajo presfones culturales en las que comienzan 8 hhacer mella las nuevas teenologias de Ia inforimacién, la po- litica de los medios y el consumo a ritmo vertiginoea? Des- pués de todo, muchas de esas memorias comercializadas de. manera masiva que consumimos no son por lo pronto sino “memorias imaginacdas”y, por ende, 0 olvidan toucho més ficilmente que las momorias vividas.™ Ademés, ya nos ha, censefiado Freud que la memoria y el elvido estan indisolu- Diementeligados una a otro, que ia memoria ne es sino otra forma del olvido y que el olvido es una forma de memoria oculta. Sin embargo, lo que Froud deecribié de manera uni versal como los procesos psiquiens del recuerdo, la represion yl olvido en un sujeto individual se vuelve macho mas cla- 10 en las sociedades de consumo contempordneas, en tant fenmieno publico de proporciones sin precedentes que exige tna lectura historica. Por donde uno lo mire, la obsesién eontempordnea por la memoria en los debates ptblieas choca contra un intenso nico piblico al olvido; eabria preguntarse qué viene pri- ero. Bs el miedo al elvido el que dispara el deseo de recor. dar, oSerd ala inversa? ;Acaso on esta cultara saturada por los medios, el excoso de memoria crea tal sobrecarga que el mismo sistema de memoria corre un constante peligro de implosiéa, lo que a su vez dispara el temor al olvido? Sea) cual fuere la respuesta, parece claro que lee enfoques socio [gions més antiguos de la memoria clectiva enfeques camo) lde Mauricio Halbwachs, que postulan formaciones relat | vamente estables de las memorias sociales y grupales) no | resultan adecuados para dar cuenta de In dindiniea actual ‘de los medios y 1a temporalidad, la memoria, el tiempo vivi- do y el olvido. Las cada ver més fragmentadas poitieas dé] a memoria de los especticos grupes sociales y stnicos en conflict dan lugar ala pregunta desi acaco son adn posible Jas formas eonsensuadas de la memoria clectva; de no ser asi si, y de qué manera, puede garantizarse la cohesion cial y cultural sin esas formas. Por a ola la memoria media | tiea-no bastard, por més que les medias ocupen espacios ca dda vex mayores en la percepcién socal y politica del mundo, "Deon we dl concepts storia apna al andi de Aju Appa vbr a “onan innate ou Madey Large fbrg TH Le nos en potas nel olde de tc te meses nants peo aan st permite tng near omertn Beater ot ‘apres d de sgaboe ada dl sive ysmerec leas vce [toanva arn suri onto. 2 RMORIA:GLODAL, NACIONAL, USEOLOGICA ‘Las estructuras mismas de la memoria pblica mediatica torman bastante comprensible el hecho de que la cultura se- cular de nuestros dias, obessionada como ett con la memo- tia, de alguna manera también se vea poseida por el miedo, fl terror incluso, al olvide, Ese miedo co articula de manera paradigmatica alrededor de las tomtieas del Holocausto ‘tn Buropa y en los Estados Unides ode los “desaparecidos” en ‘América Latina, Ambos fendmenos comparten por cierto la falta de sepoltnras, tan importantes eomo fuente de la me- moria humana, un hecho que seazo contribuya a expliesr In fuerte presencia del Holocausto en los debates argentinos. Sin embargo, el miedo al olvido y a le desapericién opera tambien en otros registros, Es que cuanto mas se espera de nosotrae que recordemos a vais de la explosion v del market ing de la memoria, tanto mayor es el riesgo de que olvide- mos y tanto mas fuerte la necesidad de olvidar. Lo que est n cuestiin es distinguir entre los pasados utilizables y los ‘latos deseartablea, Bn est punto fn ipstegisis que inten- tamos enntrarrestar.e9e miedo ¥ ese riesyo del. olvido por medio do estrategias de supervivencia basadas en una “me- torializacin” consistente en erigir recordatorios pablicos y privadoe. El giro hacia Ia memoria recibo un impulso subli- {inal del deseo de anclarnos en un mundo caracterizado ) por una ereciente inestabilidad del tiempo y por la fractura- | eign del espacio en el que vivimos. A mismo tiempo, sabe- ‘mos que incluso est tipo de estratogias de memorializacién ‘pueden terminar siendo transiterias © incompletas. De modo ‘gue hay que volver a preguntar :por qué? y, especialmente, | tbo qué ahora, ;por qué esta obsesién con la memoria y el | ssade?, 2nor qué este miedo al alvido? ;Por qué estamos \ ‘sonstruyenda museos como sino exstiera el mafiana? (Y por ‘qué el Holocausto se ha transformado Unicamente en una Suerte de cifra ubiena de nuestra memoria del siglo xx con | un sleance inconcebible unos veinte afios atrés? i | | { PRETERITOS PRESENTES: MEDIOS, POLITICA, AMNESIA 25 ‘Mas alla de cules hayan side las eausas sociales y politicas del boom de la memoria con sus diversas subargumentes, seograias y sectores algo es seguro: no podemos diseuti Ia memoria personal, generacional o piblica sin contemplar enorme inluencia de los nuevas medios como vehieulos de toda forma de memoria. Bn este sentido, ya.n0 es posible sur pensando seriamente en el Holocaust en cualquier otra forma de trauma histérico coma una temdtica ética 7 politica sin incluir las maltiples formas en que se vincula en Ja actualidad eon la mereantlizacién y la espoctaealariza- «idn en peliculas, musees, docudrama, sitios de internet, ic bros do fotografia, historietas,fecén e incluso en euentos de hadas (La vita ¢ bella, de Benigni) y en eanciones pop. ‘Aun cuando el Holocausto ha.sdo mereantilizado intermi- nablemente,no significa que toda mereantiizacin Io trivia lise IndefoetbTenenit Gan hecho histico. No existe un e pacio puro, extort ala eultira dela mireancia, por mucho ‘que deseemos que exista. Por lo tanto, es mucho lo que de- onde de las estratogias especifens de representacién y ‘mereantilizacin y del contoxto en que ambas san puestas en estena, De manera similar, la Erlsbniegesellochapt (socle- ddad dela vivenciaentretenida) presuntamente trivial, cons ‘ituida por estlos de vida, especticulos y acontecimientos efimeros comercializades a eseala masiva, no earece de una realidad vivida sustancial que subyace en aus manifestacc- nes de superficie. En esta instancia, mi argumento apunta a «que el problema no se soluciona por la simple aposicién de ‘una memoria sera enfrentada a una trivial, de manera and- loga alo que a veces hacen ls historiadores cuando oponen historia 8 memoria tout court, memoria en tanto cosas sub- jetivas y triviales que silo el historiador transforma en un asunto serio. No podemos comparar seriamente el Museo del Holocausto con cualquier parque tematic disneyfieado, ‘ya que esa operacién no estaria sino repreduciendo en tn ‘nuevo habito la vieja dicotomta entre To alto y lo bajo de la : eee ¥ + ’ a a 4 3 a 3 4 a 3a + 25 MEMORIA: GLOMAS, NAGIONAL, MUSHOLOGICA cultura modernists; fue esa lo que sucedié por ejemplo cuan- do,en un encendido debate, se ponte el lm Shoah, do Claude Lanzmann, como la representacién mis adecuada (es decir como no-epresentacn) dela memoria del Holo austo en comparacion on La lista de Sohne, de Spek borg, calificada como trivializacin comercial. Bs que wna ‘er que reconocemos la brechaconstitutiva que media entre ln realidad y su ropresentacion en el lenguaje oon Ia ima: ‘20, debemos estar abiertos en principio hacia las diferentes ‘posiidades do ropresentay Io real y 908 momorias Esto no significa que cualquier open reulteaceptable. La calidad sigue slendo una cvestiOn a dar easo por aso, Sia em- bargo, nose puede erra i brecha semistie com tna nica rprosentacion, la nica correcta. Agiar ese argumonto re tute a las pretensiones del moderaisao del Holocaust. En efecto, fendmenos ooo La lista de Schindler y el archivo ‘visual de Spielberg con tstimonios de sobrevivientos del Holocaust nos ebligan a pensar en eonjunto la memoria traumaticay ia del entretenimionta en la medida en que ‘capan el mismo espacio pilin en Tuga de tomarlas como ‘anifestacioes quo se excluyen mutuamente. Lag eusstio- nes contrales de Ia cultara contomporanea ae bican proc Samente en el unbral entre la memoria del traumnay les tedios comerelals. Raslla demasiado seneilo angumenta? {Fue los eventos, la diversi y los eopectéculos do ns sosi- dlades medialescontompordneas soo exsten para brindar lvioa un cuerpo social y politien asolado por los fantasmas de profundos recuerdos de vslencia y genocdi perpeteadis | en su nombre, o bien sostener que son puestos en escena { para reprimir esa memoria. Bs que el tama ee comercial ‘ado en Ja misma medida que Ta diversion e inclaso ni sic ‘auera para consumidores tan diferent. También resulta ‘demasiado fil sugerir que los espectros del pasado que sn goa fg Ha, Snr HTN She ond Comsanesty liana ube Most” 1a de Shiner no Soll wogindowandamtenty el oles pliers pal Changer a ar de 108, be 292318 Vane tasn ep dl poet as PRETERITOS PRESENTES: MEDIOS, POLITICA, ANNESIA 27 ‘qcosan 2 las sociedades modernas con fuerza hasta ahora Gesconocida.estarian en realidad articulando, por via del {esplazamivato, un erociente temor al futuro en un tiempo fen que tambalea fuertemente la fo en el progreso propia de Ja modernidad. ‘Sabemes muy bien que los mediog no transportan Ia me: ‘oria publica con inocencia la configuran en su estructra yen su forma mismas. ¥ agul (en linea con ese angumento| ‘de McLuhan que tan bien se mantiene en el tiempo: el me- digs ol mensaje) es nde se vuelve sumamente significati- ‘yo que el poder de nuestra electréniea mas avanzada depen- dda por entero de las cantidades de memoria, acaso Bill Gates sea la iltima encarnacin del viejo ideal estaduniden- ‘se: mas es mejor Sin embargo, "més ahora se mide en bytes de memoria y on la capacidad de recilar el pasado, Témese como testimonio el hecho profusamente difundide de que Bll Gatos adquirio la mayar eolecion de fotos originales: en leamino que va dela fotografia a su recielae digital, el arte de la reproduecién mecénica del que hablaba Benjamin (la fotografia) recupers ef aura de lo original Est leva a sei lar que el eslebre argumenta de Benjamin sobre la pérdida 0 ddecadencia del aura en Ia moderaidad representaba so a ‘mitadl de la historia; olvidaba que para eomentat fue Ia r00- dernizacién misma la quo eres el efecto auratica, Hoy en dia, es la digitalizacion la que vuelve aurdtica la fotografia “original”. Después de todo, como bien sabia Benjamin, la fndustria cultural de a Alemania de Weimar también nece- tilaba de lo aurtico como estrategia de marbetin. Séamo pormitida volver entonces por un instant al viejo argumonto sobre la industria cultural tal como lo articulé ‘Adorno, para oponerse al optimizmo injutificado de Benja- min con respecto alos medios tecnologios. Si hoy os Ia idea dal archivo total la que leva alos triunfalistas del cibores- pacio a‘embarcarso en fantastas globales a la MeLuan, al hhora do explicar ol éxito dal sindrome de la memoria pare- cen ser mas pertinentes los interoses luerativos de les eo- sereializadores masivos de Ia memoria, Dicho en términoe sencilos, en este momento ol pasado vende mejor que el fo 25 MEMORIA: GLOBAL, NACIONAL, MUSEOLOGICA turo, Aunque no se puede dejar de preguntar por cudnto ‘iempo mis. ‘Considérese por ejemplo el titular de una ocurrencia apa recida en internet: "El Departamento Retro de los Estados Unidos advierte: ‘Puede estar acabaindosenas el pasado”. Bl primer parrafo de este texto en broma reza: “En una eonfo- ‘encia de prensa relizada el pasa dia lunes, cl socrotario ‘dal Departamento Retro de los Estados Unidos, Anson Wil- liams, hizo une seria advertencia sobre una ‘erisis nacional doo retro, seialando que'si se mantionon los niveles ac~ tages de consumo del retro en las Bstades Unidos sin nin- ‘gan control, a en el ao 2005 nos podemos quedar absolu- tamente sin pasado”, Pera no hay por qué preocuparse. ‘Seguimos contando con el marketing de pasadas que munca celatieron, tal como lo testimonia el recente lanzamiento dela linea de productos Aerobleu, que apela ela nostalgia de 1 déeadas de 1940 y 1950, toda una linea ereada con ro cha astucia alrededor de un club de jazz parisino fitilo, {que nunca existid, pero donde so afirma que tocaron todos Js grandes del jaz de la era del be-bop; la gama de produc- tos abarea diaros originales, grabaciones originales en co y recuerdos originales, todo lo cual se puede comprar en los Estados Unidos en cualquier local de los grandes almacenes Barnes & Noble.# Las “remakes originales” estén de motay, dde manera similar los terions do la cultura y los eriticose&- tamos obsesionadas con la representacién, la repeticiin y la cultura de Ia copia, con o sin el original. ‘Con todos esos fenémenes en marcha, parece plausible preguntar si, una vex que haya pasado el boom de la memo- a, exstig realmente alguien quo haya recerdado algo. Si tudo el pasado puede ser vuelto a hacer, ,acaso no estamos creanvdo nuestras propia ilusiones del pasado mientras nos ‘encontramos atrapados en un presente que cada ver se va fachicanclo mas, un presente del rcielaje s corto paz con ol mn Cy Sacebe! The Jas BL Up Por Se: it Marcha ieee Take soon wit ister er dl ate nea: merce ptm fen en Hare Mgt, ee PRETERITOS PRESENTES: MEDIOS, POLITICA, AMNESIA 20 ‘nico fin de obtener gananclas, un presente de Ia produccion detime, del entretenimiento instantaneo y de los place- fos para aquellos temores e inseguridades que anidan en nuestro interior, apenas por debajo de la superficie de esta ‘hueva era dorada, en este nuevo fin de siglo? Las computa- ‘oras ni siquiera advirtieron la diferencia entre el ato 2000 Jal aio 1900 el famas0 problema dol aso 2000. ;Acaso ‘hosotos la notamos? Los ertioos de Ia amnesia propia del capitalism tardio po- ren en duda qué Ia cultura mediatica ecidental deje nada fpenas parecido a una memoria “real” 0 aun fuerte sentido de la historia, Basindose en ol argumento estandar de ‘Adorno, en que la mereantilizacion se equipara con el olvie do, sostienen que el marketing dela memoria no genera sino ‘amnesia, En lo esencial, no me pareee un argumento convin« unto, ya que deja demasiado afuera, Resulta demasiado fi- ‘dl eulpar alas maquiaaciones dela industria cultural ys la proliferacign de los nuevos medios de todo el dilema en et ‘quenos encontrames, Debe haber algo més en juege en nues- ta cultura, algo que genere ante todo ese deseo del pasado, ‘algo que nos haga responder tan favorablements alos mer- ‘endos de Ia memoria: me atreveria a sugerir que lo que est ‘en cusstiGn os una transformacion lenta pero tangible de la ‘temporalidad que tiene lugar en nuestras vidas y quest produce, fundamentalmente, através de In compleja inter- fcc de fenémenos tales como los cambios tecnol6gicas, los tmedios de comunicacién masiva, loa nuevos patrones de fisumioy la movilided global. Puede haber buenas razones para pensar que el giro memorialista tiene a su vez una di- mensin més benefica y mas produetiva. Por mucho que nnaestra preocupacién por la memoria sea un desplazamien- to de nuestro miedo al futuro, y por més dudosa que nos pueda resultar hey la proposicién que afirma que podemos aprender de la historia, la cultura de la memoria cumple ‘una importante funeid en las actuales transformaciones de OOHHSHHOH KDR HODHOKHHHHHHHH HOD) 9° MEMORIA: GLOBAL, NACIONAL, MUSEOLOGICA la experiencia temporal que ocurren como conseeuencia del impacto de Ios nuevos medios sobre la percep y la sensi billdad humanas, uisiora suger contusion algunas formas de pensar Unvolaitn entre nuestra tendencis prisdgit la memoria sel psndo, por un lad, x pore to impacto yotencal as nuevos medio aah a pecepion ya terporalldad So tata do una historia nmpeja Apia a acbba critics hacha por Adorno ala ndusteaeieral alo qe tno lama rin ahora La fadastria do lasesora sri an ailatraly {an po saistutorio como condi on la fe do Benjamin x «l potencalemanepatorie de ie nuevos mies. La erica de Adorno es correcta on In meta en quo se reer a lac ‘morializacon masiva de productos cltrale pero no aye da expllenr el ascense dal edrove dol memoria dentro ‘tela industri clara. Bn realidad, su Gnas tice en las catogorias marsistas del valor do Cambio yd a ef cin bloques In refeion sobre la temporalided Ia memo. Fa; tampoco prastadasiadaatencon ala eapelScds- des do cada medio ys relacién con ls eatracturas dela verconcn y on In va cotdtana en las soiedaes decom. Sune Por eto lado, Benjamin tiene razénon stil una dimensifn emancpetoria en mines cognochivs ala me. iriaa fo retro yal quo en uso sobre a flwala do Unis lama el salto del ig ci el pasado sin em arg, busca conaeguito a trav de los nismos medios de ln reproduetbad que parse represetan la promeca fe ferata y que petit a movlieacin poles ¢a: Bn lagar de opener, om suse acoso, Benjemin com te Ado oviowersa, sera custin do aber postin tena entre sus respectvas arguments par logar& “un andlisis del presente. “ ® =< En este contesto, pormtaseme hacer una rferenia a una erfa que fs atculala por primera vex rin dela dca de 1960 por doe Boss alomanes de tend sia conservador: Hermann Labbe y Odo Marquard Ya ‘onces, mientras otros estan fmraoa ene debato sabes ‘PRETERITOS PRESENTES: MEDIOS, POLITICA, AMNESIA 9 tas promesaa que trafa la posmodernidad con respecto al fu ture, Hermana Labbe defins lo que dio en Lamar la "mu ‘ulizacion” como un aspecto central de Ia caxnbiante sensi bilidad temporal de nuestro tiempo" y demostré que este fendmeno ya no estaba ligado a la institueién museal en su sentido estricto, sino que se babsa infltrado en todos os ax fitos dela vida cotidiana, En nuestra cultura contempori- ‘ea, Labbe diagnosticé un historicismo expansivo y soatuvo {que nunca antes hubo un presente cultural tan absesionado for el tiempo pretérito, Senelé también que la moderniza- fin va acompafada de manera inevitable por la atrofia de las tradiciones vélidas, por una pérdida de vacionalidad ¥| porn fendmeno de entropta de las experiencia de vida e6- {ables y duraderaa. La velocidad eada veo mayor con que se desarvollan las innovaciones téenicas, cient fess y eultura- les gonera cantidades cada vez mayores de objotos que pron- to davendrén obsoletos, lo que en términos objetivos reduce |i expansién cronolégica de lo que puede ser considerado el presente mas avanzado en un momento dado "Bate argumento parece beatante plausible en la superfi- cle. No puedo sino rocordar un incidents ocurrido hace un, par do afos, cuando entré a comprar una computadora en, ‘un negocio de alta teenologia de Nuova York, La comprar sulté mas diffell de lo que habia supuesto. Cualquier pro- fucto en exhibieign era deserito implacablemento por los ‘yendedores como desididamente obsolet, es decir, como pie- 2a de museo, en comparacién con la nueva linea de produc ‘as que estaba por aparecer y quo era tanto més podeross, {anémeno que parecia otorgarlo un nuevo significado a la vieja ética de a gratificacion postergada, No me convencie- un yefeetué mi simpra, un modelo de dos aos de antigne- dad que tenia tado lo que necesitaba e incluso més y euyo precio habia sido rebajado hacia poco a la mitad, Lo que ‘ompré era “obsoleto” y por es0 no me sorprendié ver esa "eer Le, Zit Verlaan dee Fast ‘rt Cremeans enpale aie Seet atatl i proee). ‘iaoenrUnoin, Vero Sys, 860 Pas nace meee del ‘Std dette weasel coped presente wlan s2—MEMORIA: GLOBAL, NACIONAL, MUSEOLOGICA misma Thinkpad inst Butterfly 1995 exhibida poco tiempo - ‘espus nla seceiin de diseno del Museo de Arte Moderna. ‘de Nueva York. Es obvio que el ciclo vital de los objetos de: ‘consumo se ha reducido drdsticamente; con ello también se hha reducido la extension del presente, tal como 1a piensa | ‘Labbe; al mismo tiemp, siguen expandiéndose las memo- ras informations y los diseurgos publicos sobre Ia memoria: © ‘Lo que Lube describié como rausealizacin hoy dia es fi célmonte rastreable en el enorme incremento del discurso Sobre Ia memoria an el seno mismo de Ia historiografia. La | investigacidn historia de la memoria so ha vuelto un fené- | ‘meno global. Mi hipdtesie es que incluso en este predominio dela ranemohistria la memeria y ta musealizacin son in- ‘vocadas para que ee constituyan en un baluarte que nos de- fienda del miedo a que las cosas devengan obsoletas y des 5 faparezcan, un baluarte que nos proteja de la profunda | fangustia que nos generan la velocidad del eambio y los hori- ‘omtes de tiempo y espacio cada vez més estrechas. “El argumento de Labbe acerea de que la extensién del \presente se va achicando cada vex més sefiala una gran pa- ra ‘cuanto més prevaleoe el presente del capitalismo onsumista avanzado por sobre al pasado y el futur, cuanto mas aboorbe el tiempo pretérito y el porvenir en un espacio \,Jsinerdnico en expansidn, tanto mas débil es el asidero del presente en af mismo, tanto mas frigil la estabiidad e iden- | Fidad que ofrece a los sujetos contemporéneos. El cineasta y ‘Ssritor Alexander Kluge se refiré al ataque del presente sobre ol resto del tiempo, Al mismo tiempo, existe un exoo- | que rea tensiones insoportables en nuestra Sentimiento”, como la denominara Raymond Williams. En | Ja teoria de Lube, el museo compensa esa pérdida de esta: | bilidad; bind formas tradicionales de identidad cultural al sujeto moderna desestabilizade. Sin embargo, dicha teoria ho logra reconocer que esaa mismas tradiciones eulturales than sido afestadas por la modevnizacién através del mundo tal y del reciclaje mereantlizado. La musealizaciin de able ls Jeux de mémoire de Nora comparten en realidad ‘pRenéT08 PRESENTES MEDIOS, POLITICA, ADINESIA $3 ‘gna misma sensibiidad eompensatoria que reconoce la pér~ an de una identidad nacional o comunitaria, pero que eonfla dia estra capacidad de compensacion. Los fews de mémoi- en UuNora compensan Ia pérdida de los milieux de mémoire, Gelumisma manera en que para Labbe la musealizacén se dele reparacién de la pérdida de una tradicin viva. i hora bien, habria que sacar a esa teoris conservadora aire los cambios en Ia sensibilidad temporal de su marco Ghnario (ews vs, miliews en Nora, entropsa del pasado vs. vamsealizacion compensadora en Ltbbe) para imprimirle am direction diferente que no se base en un discurso de la Yerdida y que acepte el eambio fundamental operado en las Piqrucuras de sentimiento, experiencia y pereepeidn tal coma catreterinan nuestro presente que se expande y se estrecha cer, La creeneia conservadora de que la museatizacion ‘itural puede brindar na eompensacion para los estragos ‘Gussros por la modernizacién acelerada en el mundo social (emasiado simple y demasiado ideolgia, Boe postulade $5 nga reconocer que cualquier tipo de seguridad que pue- {is oftcor el pasado esta siendo desestabilizado por nuestra Mustela cultural musealizadora y por los medios que pro- {agonizan esa obra edificants en torno de la memoria. La “husealizacion misma es arrastrada par el trbellino que ge- hora ia girculacién cada ver mas veloz de imégenes, espe teulos, acontecimientos;y por eso siempre corre el riesgo de forder'su eapacidad de garantizar una estabtidad cultural fo largo del tiempo, ‘Yale In pena repotir que las coordenadas de tiempo y espa ‘Go que estructuran nuestras vidas foeron sometidas a muc~ ‘Tas presiones a medida que se aproximaba el fin del siglo xx por end, al fin del milenio, El espacio y el tiempo son ex Aiborias ftadamentales de Ia experiencia humana, pero, lejos de ser inmutables, estén sujetas en gran medida al cuatto histérico, Unoude los lamentos permanentes de Ia Modernidad se rfiere & a pérdida de un pasado mejor: ese A TPAAMAAFAAASHFAFHAHHwr aos wesxnvceos beOCSSHHEC EBS SEH HHS EHH U—-MEMORIA: GLOBAL, NACIONAL, MUSEOLOGICA | recuerdo de haber vivido en un lugar cireunscrito y seguro, _ Sons sensacn de cotar con vinelos stables en una eu” fa araigads en un agar on qu ol emp fla do manera regulary on on nen de felaiones peranents Tal ye Stull dian siempre fueron mae un suage que una real. | 423 in fastasmagorin sung a partie del perdi ye ‘erada por ln mista modernidad mas que por ou prebist. Fa. Sin embargo el suelo tene un poter que perdur yt ‘er Toque be dado on mar Ia clara dela momorla sa, nen en parte ou encaraacin ontemporanea. Lo que ation eaeatign no sin embargo la petdida de alguna Edad de Oro sigoada por la estalidady Ta permancnca, | Bsa motida on que aoe entrentamas abs proctos rales As conprestn de emp y del opal que est en juego ‘ese a ion ene nent de asgurarn alguna forma | ‘coninidad enol tempo, de prover alguna extenoion de ‘Spuciovivde dentro dela cal podanoe movers y repr quo sen sugar equ olf dl siglo no no rida nfl ate a ropes do una Bdad de Ore. Lay recuerdos {esa conturta ne onfontan no con a vida mejor, ino ‘on una historia ica ignada pr el ganoiio a destruc Sin nasiva que rian mancian oto intento de lovifar | el pasado. Bs qu tras haber pasado por ls expeienis de la prisnora Guora Mondial yd la Gran Depres, del | tani del naam, tral gone en una eacala sin presedentes, i os inantos de dossanzacién yas histo $s de atocidades yropresin qu estas experince le | {oo a nests concen, 1a modeaidad occidental ¥ su romaeae aparscen en ona poropectvaconidrablemente ‘Ss sombrin en Oecdnte mo Talus ln actual ora do. Fada de oe Estados Unido no puede iberare del recwerdo, Stas convleones que desde ings da dca de 1960 ‘in dézada de 1970, hicieron tablea lio del proge- $0 permanente. Soguramenteel hecho do sar teatigos dela trea cada ves ms amplin entre lens y pobre, dal elapse Ssoonae controled de tanta exmomaas relonalesY nco- ‘als del olor de a guera ene mismo continent que genie dos gurras mandala en se ilo, raj epee: ‘PRETERITOS PRESENTES: MEDIOS, POLITICA, ANOSIA. 25 ja una significativa sensacion de entropiarespecto de nues- {as posbilidades futuras, ‘Fauna era de limpiezas étnicas y de crisis de refugiados, Ac migraciones masivas y de moviidad global que afectan ean ver ands gente, las experiencias del desplazamiento y Geta reubicacién, de la migracion y de la didspora ya mo pa- sen cr la excepcén, sino la regla, Sin embargo, e508 fen6- ‘nos no resuaten toda la historia, Mientras se debilitan [Bs barteras espaciales y el espacio mismo se ve devorado “apidamente por un tiempo cada vez més comprimide, un. ‘love tipo de malestar comienza a echar raices en el cora- Tr dela metrépol. El descontento de la civilizacién metro- Jltana ya no parece surgr en una primera instancia come Erasecuencia de Jos insistontes sentimientos de culpa y de Inrepresin del Supers que sofalaba Freud en su analisis delamodernidad clasea oocdental y del modo predominan- {ode constitucion del sujeto. Franz Kafka y Woody Allen portenecen a una época anterior Nuvstrainsatisaccion sur. Fomas bien a partir de una sabrecarga en lo que hace a le ‘Eormacion y la pereepeién, que se combina con una acele- ‘acian cultural que ni nuestra peiquis ni nuestros sentidoe ‘stdn preparades para enfrentar. Cuanto mas rapido nos ve- thos empujados hacia un futuro que no nos inspira confian- {i tanto mas fuerte ese! deseo de desacelerary tanto mis fos valvemos hacia la memoria en busea de eonsuel [Pero {ged ease de consuelo nos pueden deparar los recuerdos del (igloos? 2¥ cuales som Ins alternativas? ,Cémo se supone {que superaremos el cambio vertginoso y Ia transformacién, elo que Georg Simmel llamaba cultura objetiva y que al ‘hismo tiempo obtengamoa eatsfaceién para To que easide- aque es la necesidad fundamental de las sociedades mo- fleenas: vivir en formas extonsas de temporalidad y asegu- tatee un espacio, por mas permeable que sea, desde el cual hablar y-actoar? Seguramente no hay una respuesta simple A tales interrogantes, pero la memoria (individual, genera- ‘ional, pablica, cultural y también la nacional, todavia in- \cvitable) si forma parte de esa respuesta. Tal vez algan dia parecea algo semejante a una memoria global a medida 95 MEMORIA: GLOBAL, NACIONAL, MUSHOLOGICA ‘que las diferentes regiones del mundo sintegren cada ver mis, Cabo anticipar empero que cualquier tipo de memoria tlobal tendré mds blen un cardeterpramtico y hetergs.- reo en lugar de ser holisticao universal. Mintras tanto, dobomos proguntarnos imo asegurar, e%. tructurar y representar Ine memorias locales, reionales © nacionales. Es obvio que se trata de una euestin fondamen- talmente politica que apanta a la naturaleza de la esfera pabliea, a la democracia y su futuro, a la formas eambian- tes de Ia nacionalidad, la ciadadania y Ia identidad. Bstas | resputestas dependeran en gran medida de Is constelacio: ‘es locales, pero la difusion global de los discursos de la me- taria indica que hay algo més en juego. ‘Algunioa han recurrida a la idea del archivo como un con: tyapeso para el ritmo cada voz més acelerado de los cambios 6 como un sitio para preservar el espacio y el tiempo. Desde punto de vista del archive, pr supuesa, el olvido consti- faye la maxima tranagresion. (Pero cudn confiables, cusn | Infalibles son nuestros archivos dgitales? Las eomputadc- | ras apenas tienen eineuenta afi de antighedad y ya necesi- tamos de Tos servicios de “arqueélogos de datos” para poder acceder a lo misterios de los programas que se usaron en los primeros tiempos. Pensemos solamente en el problema tan notoria del ato 2000 que acoa6 2 nuestras burocracias | informatizadas. Se gastaron miles de millones de délares para evitar que las redes de computadoras pasaran @ una ‘modalidad reteograda de funcionamiento, cofundiendo el ‘ao 2000 con el 1900. 0 consideremos las diffcultades casi Jnsuperables a las que se enfrentan en la aetualidad las au: | toridades alemanas en su intento por decodifear el vasto corpus de informacion registrada en los medios electronicos ‘del Estado de la ex RDA, ese mundo que desaparecis junto ‘con lag centrales de comptadaras de construccién sovitiea ¥y os sistemas informticos subsidiaiae usados por la adm histracién publies de lo que fue el Estado soralista aleman: En el mareo dela refloxion sobre ostos fendmenos, un diree- tivo a cargo del sector de informatica de los archivos de Ca- naild setalé recientemento: "Una de las grandes ironias de PRETARITOS PRESENTES:MEDIOS, POLITICA, ANNESIA 97 aera de a informacién consiste en que sino descubrimas| ‘nuevos métodos para aurmentar Ia perdurabilidad de loa r6- sistroselectrénicos,écta puede convertirse en la era sin me fnoria"=" De hecho, la amenaza dal olvide surge de la misma foonologia a la que confiamos el vast corpus de los regitros y eatoscontemporéineos, la parte ma signifeativa de la mo: ‘hori cultural de nuestro tiempo. ‘Las transformaciones actuales en el imaginario temporal sgeneradas por el espacio yoltiompo virtuales pueden servir para iluminar la dimensin generadora dela cultura de la memoria, Mis allé de su acurrencia eausa o eontexta espe ‘fos, ns intensas prcticas conmemorativas de la que 50- ‘nos testigos en tantos lugares del mundo eontemperdneo frtiealan una crisis fundamental de una estructura ante- rior de la temporalidad que caracteri2é ala era de la alta ‘modernidad, con su fe en el progreso y en el desarrollo, con fcelebracién de lo nuevo como utépice, como radical ¢irre- ‘ductiblemente otro, y con su ereencia inconmovibleen alga telos do la historia. En términos politicos, muchas de las prieticas de la memoria refutan el triunfalismo de la teri {ela modernizacion en au stimo diatraz, In “globalizacién” En términos culturales, expresan la ereciente novesidad de ‘un anclaje espacial y temporal en un mundo caracterizado por flujos de informacion cada ver més caudaloses en redes cada ver mas densas de tiempo y espacio comprimidos. De ‘manera similar a Ia hstoriografia, que dejé de lado su ante- ‘ior confianza en los grandes relatos telealgioos y se vals ands eseéptica con respecto a los marens nacionalistas de ea ‘materia, lag eulturas de la memoria ertieas de la actuali- dad, con todo sn énfasis en los derechos humanos, en las te- mitieas de las minorias y del género y en la revision de los Aiversos pasados nacionales e internacionales estan abrien- {oun eamino para otorgar nuevos impulsos ala escritura dela historia en una nueva elave y, por ende, para garanti= ‘ar un futuro con memoria. En el escenario posible para el ingjor de los easos, ls culturas de la memoria se relacionan, "Gta de Phe Naw York Tne, ce bo de 1008 S9RHRHMHRHHOHRT OD P9899 99N998 t ee Se Pe ye 88 MENORIA: GLOBAL, NACIONAL, MUSBOLOGICA estrechamente, en muchos lugares del mundo, con process democratizadores y con luchaa por les derechos humanoy. ‘que buscan expandir yfortalecer las esforas pibicas de a Sociedad civil. Reducir Ia velocidad en Ingar de acclerar, ex: Pandirls naturale del debate pubic, trata de cura lay - ‘heridas inigidas por el pasado, nutriry expand el espacio | habitable on lugar de destruislo on aras de alguna promess | futora,asegurar el “tempo de calidad” —ésas parecon ser, Jas necesidados culturales no gatisfechas en un mundo glo, Dalizado y gon Tas memorias locales las que estén fnéima: mente ligadas on su articulacién. Sin embargo, claro, el pasado no puede proveernos del ‘que el futuro no logra brindar. De hecho, resulta inevitable volver sobre el lado oscuro de lo que algunos gustarian = tar epidemia de 1s memoria, lo que me leva una vez mas hacia Nietzsche, cuya segunda “consideracion intempecti va" sobre el uso y el abuso de la histori, tan citada en los {bates eontempordneos sobre la memoria, tal ver results aids anacréniea que munca. Result claro qu la febre de la tomoria de las sociedades mediaticas oecidentales no ey ‘aqua consuntiva febre bistérica dela que hablaba Niels che, que podta ser eurada con el olvido productive Hoy ae {ata mas bien de una flere mnemnica eausadn por ele bervirus de la amnesia que de tanto en tanto, amenaza con consumir Ia memoria misma. Es por es0 que en nuestros dias tenemos mayor necesidad de recuerdo productive que de lvido productivo. En una mirada retrospectva podemos ver edmo en tempos de Nictasche la fibre histrieasirvid para inventar tradicionesnacionales en Buropa, para legit tar los estados-nacién imperial y para brindar cohesién cultural las sociedades en pleno conilicto tras la Revolu cin Tndosiialy In expansion colonial. Bn comparacién lak onvulsiones mnemenicas de la cultura del Atlantica Nort de a actualidad parecen en su mayor cabticas y fragmen ‘as, como ai fotaran en el vacio a través de nuceteas pan {allasTneluso en aquelies lugares dande las précticas del sen bn wn tie Oba anaes dela PRETERITOS PRESENTES:MEDIOS, POLITICA, AMNESIA 98 ‘memoria tienen un acento claramente politico, como sucede ‘on Suddfrica la Argentina, Chile, y desde hace poco tiempo en Guatemala, se ven afectadas yn eerta medida, incluso son creadas por lacobertura meditica internacional obsesiona {ta por la memoria. Como suger! anteriaemente,asegurar el 200s una empresa menos resgosa que asequra el fro. Después de todo, la memoria no puede ser un sustituto ie la justicin e la justicia miema la que se ve atcapada de manera inevitable por laimposibilidad de confiar en la me- ‘maria. Sin embargo, incluso en aquellos lugares donde las précticas de la memoria careeen de un foco explicitamente politico, expresan ciertamente la necesidad social de un an- ‘laje en el tiempo en momentas en que la relacén entre pa sido, presente y futuro se esté transformando més all de lo shaervable como conseeuencia de la revolucia de Ia infor ‘macién y de la erecionte compresion de tiempo y espacio. Tin ese sentido, las practicas locales y nacionales de Ia me- sora representan una replica alo mits dal cbercapitalis- smo ¥ de la globalizacion, que niegan el tiempo, el espacio y ‘LTugar, No cabe duda de que oportunamente habra de sur- tirde esta noyeciacién alguna nueva configuracin del tiem- poy del espacio, En la modernidad, las nuevas teenclogias| del transporte y do a comunicacion siempre han tranefor~ ‘mado la percepcién humana del tiempo y del espacio, lo que 6 vilido tanto para el ferrocaril el telefono, la radio, el svi6n, como habré de serlo para el ciberespaci y el ciber- tiempo. Las nuevas tecologias y los nuevos medios tambien ‘uelen sor objeto de ansiedades y temores para que luego 6¢ termine probando que careeun de motivo o que soa lisa yla- ‘namente rideulos, Nuestra época no sera la excepcin. ‘Al mismo tiempo, el eiberespacio pr st ola no ¢ el mode- 4b apropiado para imagiiar el futuro global —su nocién de | memoria os engattosa, una falsa promesa—. La memria vivida es activa: tiene vida, esta encarnada en lo social evr, en individuos, familias, grupos, naciones y regiones— sas gon las memorias nocosarins para constrairlosdife- rentos futuras loeales en un mundo global. No eabe duda de que a largo plazo todas esas mernorias eerda eoniguradas 7 40 MEMORIA: GLOBAL, NACIONAL, MUSHOLOGICA en un grado signifcativo por las nuevas tecnologias dgita- Jes y por sus efectos, pero no se las podra reducie eos fae. tores teenolgicos. Insistir en una separacién radical entre | Ja memoria real” y la virtual no deja do pareeerme una em | presa quijotesea, aunque mas no sea porque todo lo records. 4o (tanto Ia memoria vivida eomo Is imaginada) es en ‘mismo virtual. La memoria siempre ea transitoria, ntori. ‘ante poeo conflable, acoeada por el fantasma dal vido; en 5 pocas palabras: humana y social. En tanto memoria publica fest4 sometida al eambio —poltico, generacional, indivi ‘dual. No puede ser almacenada para siempre, ni puede ‘ser asogurada a través de monumentos; en ese aspecto, tam. poco podemos confar en Ios sistemas digitales de recupera. | cidn de datos para garantizar la eoherenciay la continu | dai, Si el sentido del tiempo vivido esté siendo renegociade i ‘en nuestras cultaras eontemporsneas de la memoria, no de- Deriamos elvidar que el tiempo no es tnieamente el pasado, su preservacién y transmisién. Si estamos suftiondo de he- che de un excedente de memoria,™ tenemos que hacer el =. fuorzo de distingur los pasados utlizables de aquellos des | cartables. Se requierediscernimiento y recuerdo prodactive, Jcultura de masas y ls medios virtoales no son inherente- mente jrreconiliales con est propésite, Aun si Ia amnesi 8 un producto eolateral del eibersspacio; no podemos per ‘mitir que nos damine el miedo alelvido, ¥ caso sea tiempo de recordar ol futuro on lugar de preocuparnes tnicamente por el future de la memoria ; erin fu aeutade por Charo 5 Maer. Véan 2 nan Sa fst of Meso? Wacom Hr. Mla ahd Dena Un ne (ini de menovn? Hales ne Fn aoa y ogo {ry end Marya yah pp. 1683 | 2, BSCAPAR DE LA AMNESIA: LOS MUSEOS COMO MEDIO DE MASAS [La nataLta cones ni wuszo ha sido un topico permanente dela cultura modernists. Aparesido en su forma moderna, fen la Gpoca de la Revolueié Francesa, qe por primera ver femmvirtié en museo al Louvre, el museo ha venido a ser la side institucional prvilegiada de esa “quorella de los anti- igus y los modernos” que dura ya tres siglo. Ha estado en thejo del huracén del progreso,siviendo de catalizador ala artieulacién de tradicion y nacién, herencia y eanon, y ha fuministrado los mapas basieos para Ia construecién de la legitimidad cultural, en un sentido tanto nacional como uni vyersalista.! Con sus archivos y eoleceiones disciplinares, ‘ontribuy6 a definir la identidad de la eiviizacién occiden tal al frazar unas fronteras exteriorese interiores basadas ‘en exclusiones y marginaciones, no menos que en eodific ‘ines positivas? Al mismo tiempo, el museo moderne ha si- do siempre atacado como sintoma de osifiacién cultural por ‘qvienes hablaban en nombre de la vida y de la renovaetén ‘altura frente al peso muerto del pasado. La batalla recien- * teentre modernes y posmodernes no ha sido sino el timo capitulo, hasta ahora, de esa querella. Pero en el transito de la modernidad ala posmodernidad el propio muses ha sufi- ' Subreahstorls cldal muss aro ase Waler Grasp, -Masumagrinder ed useumarmer, Mure, Wea ©. Bok 38 fate el uoee de panorama tniere, vase Cael Donan Ala Wh eu’, ye Moy vl 8a 4 den ‘a 160, pe sbe lmuvin ire, ase ted Kany Man Ret aang Das kirace scum Labor Schowhne le ‘igen Pan de ere arpa og, 1280 Sle rnin or usar eidentles ona psisns de cla clin ahve duipnresynisnes acu, ase Saas Cio, ‘Sm lacing Ar and Catan’, The Predeament of Gute wnt (nary Beier Llartur ond ae, Combed, area Use rs 88 9p. 88 a S299 H9H9H9THHHOH HOH AHHAHHOOOG

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