Está en la página 1de 195
(CHARNA HALPERN, DEL CLOSE y Kim “Howarp” JoHNson LA VERDAD EN LA COMEDIA Manual de técnicas de improvisacion EDICIONES OBEUISCO. Si se libro le ha interes y desea que le mantengamas informado ‘de nuts pulliacones, cxrfbanosindicladonas qué eas son de su interes ja Atoayuda, Ciencias Oct, Artes Marcial, [Natursmo, Espiinalidad,Tadcin.) y gustosamente le ompaceemos Puede consular nuestro cadlogo en wwrwedicionesobelscocom Coleccién Obetisca Exito LAVERDAD EN A COMEDIA (Charms Halpern, Del Clase, Kim Johnson 1 edicign: Abel de 2006 “Titulo originals Trth in Comedy ‘The Manual of improviation “raducin: Mara Lucchesi Magueracién: Marts Revie Diseto de porada: Monice Gil Ron © 1994 by Charna Halpern, Del Close, Kim Johnson and Meciwether Publishing Led (Reservados todos los derechos) (© 2004 by Ediciones Obelsco, SL. (Reserados los derechos paral presence edicén) Pere V, 78 (edi. Pedro IV) 3 planca 5 puera (08005 Baredlons-Espana ‘Tel, 93 309 85 25 - Fux 93 309 85 23, Exmii obelsco@ediionesobeico.com ISBN: 84.9777-008.0 Depésico Legals B-8.532-2004 Printed in Spain Inmpreso en Espen losers grificos de Romanyi/Vll S.A Verdagues, 1 ~ 08076 Capelades (Barcelona) [Ninguna pare de esa publiacén, incluso el diseio de la cubier, puede ser seproducia,slmacenada, anemia utliada en manera alguna por singin medio, ya sea eectbnico, quimico, mecinco, de grabacidn 0 eleceogrdico, sine previoconsentimiento por escrito del editor DEeDICATORIAS A mis queridos padres, Jack e Iris Halpern. Sin sus constantes llamadas para animarme a continuar escribiendo, puede que este libro ‘nunca hubiera visto la luz. También les agra- dezco el hecho de haberme hecho crecer en tuna casa que siempre estaba llena de risas.. y a Rick Roman, alld donde estés. (CHARNA HALPERN A Severn Darde, Elaine May y Theodore J. Flicker. Det CLOSE A Laurie Bradach, que improvisa conmigo todos los dias, y para los Baron's Barracudas, por su trabajo pionero Kin «HOWARD» JOHNSON AGRADECIMIENTOS SS Ha habido mucha gente que se ha portado maravillosamente Quisiera agradecérselo: A Bill Murray, Mike Myers, George Wendt, Chris Farley, Andy Richter y Andy Dick, por su apoyo. A Suzanne Plunkett, la mejor fot6grafa de Chicago. ‘A Thom Bishop, por su locuacidad. A David Shepherd, Paul Sills y Bill Williams, por su inspiracién, A Betsy Nolan, por ser tan perfeccionista. ‘A «La Familia» y a todos los otros grupos de improvisacién del ImprovOlympic, por ayudarnos a aprender de ellos. ‘Un agradecimiento especial a Kim Yale. PREFACIO EI final es el principio 1 Harold es un juego de improvisacién que descubri en ‘Toronto, Canada, con Del Close y Charna Halpern. La primera vez que participé en un Harold me senti entusias- mado, y sigo sintiendo lo mismo en la actualidad. El Harold no es sdlo un juego; es una manera de ver la vida. El prin- cipio bésico del Harold es la adaptacién, y la capacidad de adaptacién es la leccién més importante que jamés he aprendido. Te offece un vocabulario especifico para el pro- ceso creativo ¢ identifica unos patrones recurrentes en tu imaginacién. Es la aproximacién Zen a la comedia. Y, lo mis importante, el Harold es muy divertido. Del Close, Charna Halpern y el Harold han tenido una ‘gran influencia en mi vida. Cuando me bloqueo, recurro a los, métodos del Harold. Al fin y al cabo, el final es el principio. MIKE Myers —u— INTRODUCCION UNO ‘mpecé Hevando a produccién del ImprovOlympic en 1981, después de conocer a David Shepherd, uno de los creadores de Second City y fundador del ImprovOlympic. David se habia inspirado en la antigua Grecia, donde los Juegos Olimpicos eran un festival de deportes, de literatura, de miisica y de danza, que tenia lugar cada cuatro afios en honor a Zeus, rey de los dioses. Los griegos veian como innata la relacién entre los deportes y las artes. Ambos, deportes y artes, implicaban la exploracién y la extensién de las posibilidades del hombre, y no el perfeccionamiento de sus limites (que es lo que sucede cuando el arte se reduce a artes y oficios y los deportes se reducen a estadisticas y clasificaciones). Durante el primer afio, David y yo desarrollamos mane- ras distintas de entender el ImprovOlympic, y nos separamos. ‘Yo segui con la idea de crear un deporte teatral de entreteni- miento. En 1983 me encontraba necesitada de inspiracion. Si bien el ImprovOlympic era un éxito comercial, empezaba a parecer una réplica de Second City, lo cual queria evitar, —B— GS LA VERDAD aN LA COMEDIA Second City ya era lo bastante bueno haciendo lo que hacia. Yo sabia que la improvisacién podria oftecer mucho més que escenas de tres minutos, pero no sabia exactamente qué. En- tonces conoci a Del Close, que se convirtié en fuente de ins- piracién constante Del Close quiso ensefiarnos a mi y a mi clase un juego al que llamaba «el Harold». Pero no se trataba del Harold que conocemos y amamos ahora. La forma inicial era un poco demasiado larga y caética para la escena. El truco estaba en conservar el caos en escena pero al mismo tiempo hacerlo comprensible. Le mostré a Del uno de mis juegos, llamado «lapsus de tiempo», una escena de tres partes en que cada una de las partes se desarrollaban en distintos momentos. Descubrimos que si insertébamos los lapsus de tiempo y otros de mis juegos cortos de improvisacién dentro de la larga estructura del Harold, éste adquirfa una forma perfecta. Del y yo pareciamos los tipos del anuncio de chocolatinas que chocan el uno con el otro. Uno dice «Tienes chocolate en mi manteca de cacahuetel». El otro contesta «Tienes manteca de cacahuete en mi chocolate!» Y asi nacié el Harold tal y como hoy Io conocemos. Del y yo hemos desarrollado los avances més nuevos en improvisacién, El Harold se practica actualmente en los cam- pus universitarios de todo Estados Unidos, asi como en los escenarios del ImprovOlympic y Second City. Ademés, el ImprovOlympic es conocidisimo como el mejor lugar que existe para la formacién de improvisadores, una tradicién que Del empezé hace mucho con la formacién de John Belushi, Bill Murray, John Candy, Gilda Radner, entre muchos otros. ‘Nuestros directores han formado los mejores equipos para interpretar Harolds en nuestros espectéculos, que han = he sido calificados como el juego més atrevido de la ciudad. Y, todavia més importante, seguimos la tradicién de Del de promocionar los mejores talentos del futuro. ‘Quienes han estudiado con nosotros a lo largo de los afios estén de acuerdo en que Del y yo hemos descubierto la «ver- dad» sobre la buena improvisacién. Debido a nuestro éxito decidi que habia llegado el momento de ponerlo todo por escri- to para que otros pudieran formarse bien. Cuando le comenté la idea a Del, contest6 que llevaria tanto trabajo como escribir todo un tratado de religion. Estaba encentado con la idea. Toda via me acuerdo de sus palabras: «Si quieres, puedes hacerlo». ‘Como siempre, Del tenfa razén. Se trataba de una gran empresa. Pero cuando el libro empezé a tomar forma, ahi estaba Del con su acostumbrada sabiduria y su inspiracién divina. Invito al lector a «entrar y descubrir nuestros secretos. De todos modos, aunque los detalles de nuestra instruccién ‘stan en este libro, no hay nada tan importante como un buen director para resolver los problemas particulares que no siempre pueden preverse en un libro de estas caracteristicas. EI ImprovOlympic puede proporcionar esos directores alli donde sean necesarios. En el pasado, Ia gente tildé a Del de «genio loco», debi- do a sus teorias sobre la improvisacién. Pero ahora han des- cubierto que no era locura, sino que estaba en lo cierto. Del ha dicho que esté agradecido de que yo haya elegido hacer su trabajo a su manera. Mi eleccién no tiene nada de extrafo. ‘Sus métodos son correctos, y su filosofia nos ha mostrado La verdad en la comedia, (CHiARNA HALPERN —b— L: ‘vida de Del Close es précticamente una historia ameri- cana de la improvisacién. Del empezé su carrera en la comedia con Mike Nichols y Elaine May en el Compass Players, en St. Louis, en los aifos cincuenta.* Después de pasar por Second City y el legendario The Committee de San Francisco, Del regres6 a Second City a tiempo para dirigir a actores de éxito como John Belushi y Bill Murray. De hecho, hay pocos improvisadores buenos que no hayan trabajado con Del © que no hayan sido influidos por su trabajo. ‘Aunque Del ha trabajado en el escenario y en la pantalla durante alos, ha ensefiado y dirigido improvisacién de manera casi continua desde los afios cincuenta y sigue en los noventa. * De hecho, podria decirse que empez6 siendo un adolescente, cuando hhizo una gira como tragafuegos con Drécula y su Tumba de los Horrores; ‘su participacién incuia lanzar montones de espaguetis cocinados sobre los espectadores mientras el Dr. Dricula exigia a una plaga de gusanos que escendiera sobre ellos —ve— 8 Lavina os 14 come, Ed Asner, que empez6 con Ia improvisacién en los afios cincuenta, en el Playwright’s Theatre Club de la Universidad de Chicago, considera a Del un «genio loco». Chirs Farley, que ‘entré a trabajar en el Saturday Night Live después de haber tra- bajado con Del en el ImprovOlympic, dice: «Del es el mejor profesor que he conocido jamés. No estaria donde estoy ahora sino fuera por Del, estoy seguro. Se lo debo todo. Me llevé a Second City y me enseiié todo lo que necesitaba saber», La compafiera de Del, Chama Halpern, trabajaba con el fundador del Compass Players, David Shepherd, a principios de los ochenta, en Chicago. Decidieron tomar caminos distin- tos y Chara unié entonces sus fuerzas a las de Del, y juntos empezaron a dirigir el ImprovOlympic. De sus clases han sali- do cientos y cientos de intérpretes consumados. Mi propia experiencia a principios de los afios ochenta incluye un ferviente interés en la escritura e interpretacién de comedias; desde hacfa tiempo era fan de Saturday Night Live (donde la mayoria de los actores habian estado directamente influidos por Del) y de Monty Python, con quienes estableci luego una relacién de amistad (trabajé con ellos en La vida de Brian y posteriormente escribi tres libros sobre el grupo). Me trasladé a Chicago y empecé a estudiar en Second City. En esos inocentes primeros dias todavia crefa que improvisa- cién y comedia eran dos términos intercambiables. Por aquel entonces, Del habia dejado Second City y habia empezado a trabajar con Charna en el ImprovOlympic, y en Second City corria la voz de que Del era /a persona con quien estudiar im- provisacién. Inmediatamente me apunté a sus clases. Durante el primer afio que pasé estudiando con Del y Charna, Del se referia a veces a algo llamado «el Harold». Pero por aquel entonces estaba demasiado ocupado intentan- eer recep com eS do ensefiamos los principios de creacién de escenas simples y de elaboracién de juegos. Los detalles llegaron a la larga. «Harold» era el nombre de una forma de improvisacién que Del habia desarrollado a finales de los afios sesenta mientras trabajaba con el legenda- rio grupo de improvisacién The Committee. El grupo busca~ ba alguna manera de unir todos sus juegos, escenas y técnicas en un solo formato; desarrollaron una manera de entrelazar las escenas, los juegos, los monélogos, las canciones y todo tipo de técnicas interpretativas. Consiguieron una de las formas de improvisacién pura ‘mis sofisticadas y valiosas jamas desarrolladas, Y entonces, tenian que darle un nombre, Unos afios antes, en A Hard Day's Night, un periodista habia preguntado a George Harrison cémo se llamaba su tipo de corte de pelo. El respondi6: Arthur. ‘Asi que, cuando Del pregunt6 a su grupo cémo deberia lamarse esa nueva y maravillosa forma de improvisacién, uno de los actores, Bill Mathieu, contest6: Harold. ara Del, siempre ha representado un disgusto menor que el trabajo de toda su vida haya tenido que cargar con un titu- lo tan sonso y tonto. Pero el nombre enganché. Uno de los actores de Saturday Night Live, Tim Kazurinski, que aprendié a interpretar Harolds en Second City con Del, dijo que tardé afios en entender el nombre. «Durante afios, rei que era “Herald”, Crefa que se trataba, en ‘érminos ingleses, de herdldica, con trompetas que aparecian y anunciaban a querubin y serafin. Creia que era una declaracién sobre el tema elegido por el piiblico ~dice Kazurinski-. Afios mis tarde, averigiié que era “Harold”, un nombre masculino. Una ‘vez tuve una gran pelea con alguien sobre esto. Yo decia: “Oh, no, = oo La vena an 1a comeona ro, ¢s un titulo mucho més importante que eso. {Tio, eres estipi- do! {Pensabas que se llamaba Harold?” Y results que no tenia raz6n; es un nombre estipido para algo realmente maravilloso.» A Io largo de mis estudios de improvisacién hicimos algunas representaciones experimentales de una nueva forma de improvisacién Hamada comedia lenta. Era interesante y divertido, pero no era el Harold. No fue hasta la primavera siguiente cuando Del y Charna consideraton que habian preparado lo suficientemente a nues- ‘ros grupos como para reponer el Harold ante el piiblico de Chicago. Acabamos haciendo enfrentamientos entre equipos, dejando que el piblico votara al ganador. El Harold se convir- ‘i6 en un evento deportivo tinico y en una competicién teatral El Harold habia empezado a andar, y todavia no ha parado. La primera vez que of que Charna queria hacer un libro sobre el Harold, me senti escéptico. No porque ella no tenga méri- tos, sino porque senti que la improvisacién -y el Harold en particular- es una experiencia viva, una criatura viva que res- pira, que no puede ser capturada en un papel. Pero luego empecé a pensar en todos los improvisadores potenciales diseminados por el pafs que no tienen un acceso fii a Chama y a Del, Existen todo tipo de compafias llenas de entu- siasmo que nunca irin més allé de unas débiles parodias de los especticulos televisivos si no reciben alg tipo de instruccién. Esta es la guia que han estado esperando, la madre de todos los libros de improvisacién, en que Chama y Del cuentan todo lo que saben sobre el Harold, que deberia ser suficiente para tener a la mayoria de intérpretes ocupados durante las proximas décadas, 7 Immonverion 008 Sy Pero el Harold es ttl para mas cosas que la interpretacién. El entrenamiento en el Harold es beneficioso para todo tipo de per- sonas, desde vendedores a personas que hablen en piblico. Des- cde mi experiencia personal, sé lo importante que es a improvisa- cin para los escritores: los improvisadores estén acostumbrados «empezar las escenas por la mitad y eliminar siempre la paja, principios estos que todo buen escritor deberia acatar. Uno de los conceptos mis errneos sobre improvisacién es que s6lo puede salirles bien a los actores y cémicos entre- nados. En realidad, cualquiera puede improvisar. Lo hacemos todos a diario; nadie va por la vida cotidiana con un guién que nos indique lo que debemos hacer. Las simples reglas basicas expuestas en este libro tendrin como resultado unas escenas més divertidas, inteligentes interesantes. Intentar deliberadamente ser gracioso o ingenio- so es contraproducente y en la mayoria de los casos sélo lleva al desastre. Dar respuestas honestas es mas simple y més efec- tivo. Igualmente, crear patrones y conexiones es mucho mas importante que hacer chistes. Este libro deberia considerarse como un punto de parti- dda; muestra las lineas que establecen las bases del trabajo. La improvisacién real implica una experimentacién y una explo- racién constantes. Cualquiera que use correctamente este libro haré a la larga todo tipo de descubrimientos por si solo, y esto es parte de la magia del Harold. Tanto si eres un improvisador experimentado como si res un ne6fito curioso, te resultard un placer. El Harold es la forma de improvisacién més avanzada, més emocionante, innovadora y divertida que jamés se ha creado, aunque Del ro esté contento con el nombre. Kin «HOWARD» JOHNSON ee Si queremos saber en qué nos equivocamos no hace falta mirar demasiado lejos, por- que allé donde estaremos y allé donde estuvimos es siempre donde estamos. Y todo lo que venga a tu encuentro es algo que alguna vez diste, alguien siente el agua cada vez que haces una ola. Trom BisHor CAPITULO UNO : RS iQué es [a improvisacién? | bo menudo se ha hecho un mal uso del término improvisa- ‘in. En Estados Unidos existe una cadena de clubes de comedia Ilamados Improvisacién, y también un programa en televisién llamado Una noche en la improvisacién. Second City, donde la improvisacién se perfeccioné y alcanz6 gran éxito comercial, sigue presentando sus espec- téculos en los locales que tiene en Chicago y Toronto, ade- mis de viajar con sus compaiiias en gira. Y hay muchos actores y artistas que trabajan en la impro- visacién de comedias en clubes y teatros de todo el pais. Los clubes de improvisacién presentan humoristas cuyo material de improvisacién ha sido escrito, ensayado y retocado alo largo de muchas actuaciones. Pueden soltar una 0 dos fra~ ses realmente improvisadas durante cada representacién, pero muy pocos de sus niimeros se basan en la improvisaci6n. ‘Second City utiliza actualmente la improvisacién para desarrollar material para sus comedias. Muchas de sus esce- nas estin escritas, y luego se revisan y perfeccionan a través es) LaveRDAp Ev 1A comeDta de la improvisacién frente al publico. Incluso las sesiones de improvisacién que cada noche se presentan después del especticulo parten bésicamente del material que se esta desa- rrollando para préximas funciones. Entonces, zqué es exactamente la improvisacién? La verdadera improvisacién es algo mas que un simple aderezo que afiadimos a una comedia normal previamente ensayada. Y tampoco es sélo una herramienta que se utiliza para desarrollar escenas ya planteadas. La verdadera improvisacién consiste en subir al escena~ rio y actuar sin ninguna preparacién ni planificacién. Parece ficil, verdad? Ni siquiera son necesarias las sugerencias del publico. Estrictamente hablando, la improvi- sacién consiste en ir inventando sobre la marcha, Esta definicién nos convierte a todos en improvisadores expertos. Todos vamos por la vida sin guién, reaccionando segiin las circunstancias, inventando sobre la marcha. Evi- dentemente, la improvisacién en escena es algo distinta: los actores intentan crear a la vez que entretener al piiblico, Claro que la improvisacién se cre6 para desarrollar 1a comedia. Cualquier autor actor improvisa a medida que crea, incluso si su tinico espectador es la méquina de escribir © el platételevisivo. Pero la improvisaci6n puede ser més que una herramienta de creacién, puede ser una forma de entre- tenimiento plenamente satisfactoria. ‘A menudo la gente pregunta: «Para qué usdis la impro- visacién? ,Para ayudar al actor a entender el papel? Para desarrollar material para las comedias? {Como terapia?». La improvisacién no es un pariente pobre para «legiti- ‘many el teatro, como el ballet o la 6pera. Es una forma de arte ‘que se sostiene por si sola, con su propia disciplina y su pro- — 26 — 1 Qut sta masonsicion? pia estética. Las raices de la improvisacién pueden encontrar- se en la commedia dell’arte, venerable forma teatral del siglo XVI que ha tenido una gran influencia. La improvisacién puede considerarse la descendiente del siglo xx de la commedia, y el Harold es su encamacién més efervescente. Hasta ahora no ha recibido el respeto que merece ppor parte de la comunidad teatral «legitima», pero cuando se la considera como una forma artistica pablica, deja de tener sen- tido la pregunta «Para qué sirve?». Este libro trata de la improvisacién y su papel en el descu- brimiento de la verdad en la comedia. Tal como los puristas, sefialardn répidamente, la improvisacién no es necesariamente divertida (ni siquiera cuando se pretende que lo sea, como con- firmardn muchos actores que hubieran querido que el escena- rio se los tragase). Las primeras improvisaciones realizadas por os Compass Players y otros precursores del Second City no siempre pretendieron ser cémicas. En los tiltimos atios, sin embargo, improvisacién se ha con- vertido en sindnimo de comedia. Esta imagen algo sesgada ha surgido de los locales antes mencionados como Second City, Improvisacién, y otros muchos. No obstante, puesto que este volumen trata de la verdad en la comedia, saludamos con respe- to los usos mis serios de la improvisacién, pero pasamos de largo 1 nos dirigimos hacia las sonrisas, las risas y as carcajadas. Cémo ser gracioso ‘Antes que nada, nadie llega a ser gracioso por leer un libro. ‘Asi que si has comprado este libro con la esperanza de triun- far, de ganarte una reputacién de narrador ingenioso, 0 de —ae LaVERDAD NLA coMBDA hacer puntos con el sexo opuesto, mas vale que lo devuelvas a la tienda y lo cambies por algiin otro titulo del estilo 1001 chistes, bromas y mofés. Aclarado esto, es posible aprender técnicas que te permi tan aprender a convertirte en un intérprete gracioso sin que ello conlleve memorizar paginas y paginas de chistes viejos. Cualquiera que haya interpretado comedia alguna vez tiene ssus propias ideas sobre cémo ser gracioso. Pero el concepto mis simple y bésico puede ser el mas eficaz. La verdad es divertida El descubrimiento, la observacién y la reaccién sinceros son mejores que la invencién efectista. Al fin y al cabo somos més graciosos cuando somos nos- otros mismos. Una velada relajada con amigos normalmente resulta més divertida que una comedia de situacién televisiva 0 ‘que un recital de chistes. {Cudndo te reiste a gusto por tltima ‘vez? Lo més probable es que la mayoria de tus iltimas carcaja- das fueran fruto de conversaciones con amigos. Cuando estamos relajados no necesitamos divertirnos los unos a Jos otros con chistes. Cuando nos limitamos a abrir- nos a los demas y ser sinceros, somos por lo general mas divertidos. Todos nos hemos sentado con dos o tres amigos y hemos contado un incidente o hemos relatado alguna anée- dota que nos ha ocurrido. Esto es precisamente lo que hace ‘un humorista, aunque, en su caso, el niimero de espectadores acostumbra a ser mayor (aunque no siempre). Las comedias més frescas ¢ interesantes no son las que se bbasan en chistes sobre Ja suegra o en imitaciones de Jack — 23 — 1 Ques a mmrorsicox? 8y Nicholson, sino aquellas donde exponemos nuestra propia per- sonalidad. Uno de los momentos més inquietantes para un intérprete principiante es cuando el piblico rie de algo que no habia previsto que haria reir. En general, alos improvisadores les gusta sentir que «controlan» las escenas; esa risa imprevis- ta demuestra que esté ocurriendo exactamente lo contrario, Perder el control puede ser desastroso para un humorista, pero un improvisador debe dejarse llevar y estar preparado para esas risas misteriosas, inevitables y aterradoras, por muy des- cconcertantes que resulten, Como dice Steve Martin: «La come- dia no es algo bonito». Hay que permitir que ocurran cosas. Cuando un improvisador se deja llevar y confia en sus ‘compatieros de escena, del trabajo en equipo surge una expe- riencia maravillosa y liberadora. ‘Cuando alguien intenta hacer reir a expensas de un com- pafiero, no surgen escenas realmente graciosas, sino que éstas provienen de la generosidad, de intentar que el trabajo del ‘compafiero (y sus ideas) luzcan tanto como sea posible. El verdadero humor no proviene de sacrificar la realidad

También podría gustarte