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DOMINACION Y CONTIENDA, SEIS ESTUDIOS DE PUGNAS YTRANSFORMACIONES (1910-2010) EL COLEGIO Javier Arteaga Pérez DE MEXICO Viviane Brachet-Mdrquex Bett Sontag Biblioteca Dontel Costa Villegas SEL COLEGIO DE MEXICO, A.C. CENTRO DE ESTUDIOS SOCIOLOGICOS EL COLEGIO DE MEXICO henson bsirerenonornnnintnnnen INDICE Prélogo Introduccién EJ esquema tobrieo ‘Trahajar con casos y provesos ‘De proceso a narrativa y a su articulacién teéviea Organizacién de los capitulos 1. Los pueblos morelenses: su encuadre cultural « institueional ‘Trayectoria politico-administrativa de Morelos sus pueblos El poder de los pueblos, de Ia Colonia a 1870 Las haciendas y su erecimiento a expensas de los pueblos El nacimiento del estado de morelos La situacién de los pueblos morelenses de 1909 a 1992 El primer periodo de la Reforma Agraria: 1920-1934 Bl segundo reparto agrario (1934-1992) La reforma de 1992 ‘Las consecuencias en el presente: pueblos y comunidades 1, Caminos toérieos eonvergentes: contienda, lagencia y pacto de dominacién De procesos y mecanismos "1 ul 19 on 34 a 2 43 45 49 50 51 6 66 8 force Dinamica do la contienda El pacto de dominacién UL. Lucro, eorrupeién y defensa de Ins tierras con Ocotlén gla fuerza de las tradiciones? Los primeros conflictos La desdichada gasotinera Narrativa Andllsis micro sobre la contienda Andlisis macro sobre la contienda Galerias o la resistencia ala modernidad mercantil Narrativa Analisis micro de Ia contienda Anilisis macro de Is contienda La escuela secundaria Narrativa Analisis micro de la contienda Analisis macro de In contienda La contienda interna entre censados no censados Narrativa Aniilisis micro de la contienda Anélisis macro de la contienda Conclusiones preliminares IV. Rnfrentamiento y conciliacién en Ahuatlin Antecedentes La Revolucidn de 1910 en Ahuatlén, Conflictos en los primeros comisariados de biones comunales Contienda por las tierras comunates en Ahuatlén: la nareati 94 121 122 437 130 130 137 138 138 ua 146 147 UT 187 160 161 161 168 170 im 181 182 18a 189 190 193 Nemesia uanamestinnensites Nieminen wo108 Fase Mercado; negociacién y conciliacién Fase Rogers/Pineda: enfrentamiento y represion Fase Invasin del fraceionamiento “El Bneanta” Fase organizacién de la colonia Antonio Barona Dindmica micro de la eontionda ‘Movilizacién inicial ‘Proceso de constitucién y organizacién de la contiends Recursos, esquemas y mecanismos en la fase ‘Mereada ‘Recursos, esquemas y mecanismos en la fase Rogers Dindmiea maero de la contienda Conelusiones preliminaves ~ Della contienda por la restitucién de las tierras, ‘ala transformacién del Pacto (1909-1924) Antecedeates: 1869-1877 Las primeras contiendas entre haciondas y pueblos 1877-1908 La contienda por elegir como gobernador ‘a Patricio Leyva La contienda por la restitueién de las tierras que empezé en Anenecuilco: narrativa La contienda por sembrar una tierra confiseada ‘La contienda por las tierras de Anenecuileo ‘se une con Ja contienda por el no reeleccionismo La contienda por la restitucidn de las tierras se sopara de la contionda por la no-reeleeeién La contienda por la restitucién de las tiewras ‘50 une con la contienda de los constitucionalistas para combati le dictadura de Vietoriano Huerta ° 199) 201 205 207 222 203, 222 224 225 231 239 241 242 244 246 246 2aT 24s. 249 10 ixorce La lucha por la hegemonia entre los aliados; Zapata se aloja Se vuelve a aliar la eontienda por Ins tierras ‘en Morelos con In revolucionaria nacional bajo el liderazgo de Obregén La Reforma Agraria se institucionaliza Anélisis micro / macro del caso Conclusiones preliminares ‘VI. Conchusiones Entablar un didlogo con Tilly y colaboradores Agencia y contienda Contienda y pacto de dominacin De Io miero a la macro Consideraciones finales sobre Ins comunidades estudiadas Bibliografia Anexo 1. Glosario de términos utilizados en cl estudio Anexo 2. Siglas y acrénimos Anexo 3, Relacién de informantes para la ‘elaboracién de los casos de la colonia Antonio Barona y del pueblo de Ocotliin Anexo 4. Prineipales articulos de los planes politicos nacionales més relacionados con estas contiendas Plan de San Luis Potosi Plan de Ayala Plan de Guadalupe (1913) Phun de Agua Prieta indice temético 251 256 257 259 273 318 323, 385, 389 341 aa 343. 349 355, 1356 859 PROLOGO En este prélogo queremos mostrar el proceso de avances y rretrocesos que siguié esta investigacién, mismo que paula tinamente fue definiendo y redefiniendo el camino a seguir. Elprimer antecedente de la investigaci6n inicié con nuestra Megada en 1993 como residentes del pueblo de Ocotlén,' si tuado a 2.6 km de la parte norte de Cuernavaca. Desde un principio, nos Uamé la atencion Ia forma inusitada —para nosotros, poco avezados en la cultura tradicional de los pue- bblos mexicanos~ en que In poblacién se comportaba: fiestas eada semana, con grandes comidas y sistemas de sonido, pocinas instaladas en el techo de las capillas que anuncia- ban invitaciones, rezos o simplemente emitian missiea. Pero Jo mas interesante, para nosoteos, era la forma en que los miembros de este pueblo se movilizaban para bloquear calles ¥y manifestarse en contra de algrin proyecto en disputa. De ‘ahi surgié una primera pregunta acerea de qué era lo que promovia tal movilizacién. ‘La experiencia como ‘fuereiios' (0 residentes tolerados pero no integrados a la comunidad) de este pueblo nos de- mostré que existfa una serie de tradiciones y costumbres, ‘coma las de Semana Santa y del dia de muertos, y celebra- ciones religiosas particulares, como las bodas, los bautizos y los velorios. Pero por mas culturalmente importantes que fueran estas tradiciones, no parecian tener relacién con las > ars protege In privacidad dels actoeseinformantes, los nombres de dow Jos que patilpsran an las eontiondas son soudinimos, a como los lugares y la orgenizaiones invelucradas en el extuo, pa) (68 DoumsacioN vcoNtIENDA Debido a estos rezagos de antaiio, las nuevas institucio: nes encargadas del apoyo al campo no han podide avanzar ‘ena persecucién de sus objetivos. Su persistencia sectorial, ‘que las obliga a dar su atencién bien sea a In organizacién cfidal 0 a Jas comunidades no ejidales, no les ha permitido ‘otorgar una atencién integral al puebio en su conjunto, e= decir, a la ides de ciudadanfa como conjunto de derechos jiguales mientras subsiste la divisién entre ejidatariosleo- munoros y los demas. Finalmente, el reconocimiento constitucional de los usos ‘ycostumbres ha permitido que las decisiones de este tipo de obicrno loeal, en principio, sean tomadas en cuenta por el gobierno estatal o federal, poro esto no ha impedido que en. :mnichas ocasiones haya enfrentamientos entre las agencias gubernamentales locales (ayuntamientos y ayudantias mu- nicipales) y las organizaciones sociales formales del ejidol ‘comunidad agraria, como lo demostrarén algunos de los ‘casos analizados en este libro, II, CAMINOS TEORICOS CONVERGENTES: CONTIENDA, AGENCIA YPACTO DE DOMINACION Las estructuras son dindmicas, 0 cstétieas; con cl recultadoy la matei2, delas transformaciones continua del proceso do la interaecién social La misma agoncia innovadera quo sostiene la reproduccién de las es: tructuras también posibilita su transfor Wins Seva Elestudio presente intenta aislar y analizar dos procosos -Ia ddindmica do la contienda en el nivel micro, y la transforma «i6n del pacto de dominacién en el macro-, ambos postulados ‘com ubicuos y universales. Los problemas tebricos que deti rnimos como centrales en este capftulo son, primero, mastrar ‘as limitaciones y vescatar las bondades, de eada uno de estos modelos, y segundo, articularlos con Ia teoria de la estructu ‘racién para obtener un esquema te6rico integrado a la vez exible y abarcador. Procedemos en dos pasos para resolver ‘este doble problema teérico planteado, Primero, definimos nuestra postura con reapecto @ las nociones de mecanismo ¥¥ de agencia, dos procedimientos epistemoldgicos centrales para poder construir el andamiaje tedrico propuesto. En la segunda parte, discutimos erftieamonte los esquemas tobr- cos que gufan el estudio, con el fin de hacer mas visibles sus limitaciones, eintroducir elementos navedosos que permitan hhacerlos complementarios unos de otros. (69) 70 poumacion'yconmsenDs ‘DE PROCESOS ¥ MECANISMOS Con el desarrollo desisivo de la sociologs histérico-compara- ‘vu parti delosafios ochenta, y mas adelante, de la teoria dela eleccin racional, se desaté una pugna metodalégiea en 1 analisis sociol6gico, que por sor relativamente marginal con respecio a la sociologia cuantitativa ortodoxa, no fue ‘menos profiunda ni menos paradigmaticamente transforma- dora. Se trata del giro epistemolégico del modelo extraido de la fisica a uno més coevano a la biologia. Siguiendo el primero, los socislogos han buscado descubrir las leyes ge- nerales y universales que explican ala organizacién de las sociedades, mientras que el segundo se ha orientado hacia Ja identificacién de mecanismos bésicos que, combinados, conforman procesos sociales complejos. En io primero, el objetivo do ‘explicar’ se considera eumplida cuando se es- tablecon relaciones invarinntes o, en el caso de las ciencins sociales, regularidades estadisticamente robustas entre ol explanans y el explanandum." Bn el segundo, la explicacién, estriba en identificar endles elementos dindmicos, 0 meca- rismos, subyacen a los procesos sociales. El uso de mecanismos como instrumento explicativo, inicialmente introducide por Jon Hlster (1983), tuvo una gran boga & partir de los atios noventa.* En ln sociologia histério-comparativa en particular, lanocién de meeanismo hha desplazado Ia discusisn tedrieo-metodoldgica de las va- rinbles los procesos, un dea en la que esta especialdad es particularmente aventajada por incorporar la temporalidad en sus diseios y modelos explicativos, Vale la pena citar la critica apretada y despiadada de Tilly (1996) al tratamion- " Robustes agu, co rfirn a la proporeén de varianza explienda (0 temao do la probubiidad de covaracin),ademéa del nivel ce sigh saci exten, * Para una revisin cabal y diseusin critica de le Iiteratura sobre recanismee,véese Mahoney, 2003, Norkus, 2005 y Gorski, 2008, chaunos méuicoscowvencimerés TI to rigide y estittico de los procesos sociales en la sociologi cortodoxa: 1) Suponga usted wna unidad social coheronte, durable y auto- propulsada; 2) stribiyalo una condieién general 0 proceso; 8) inwoque, 0 invente un modelo invariable de esta condicién 6 este proceso; y con ello, explique el comportamiento de la ‘unidad eon hase en su conformidad con este modelo invariable (2995; 1595)" ‘La ‘modernizacién’, por ejemplo, se refiere a un fenéme- no estructurado ~el de ‘la modernidad'~ concebido como un conjunto de carsctoristicas sustantivas coherentes y durables ‘ala que ee atribuyé post facto un ‘proceso’ -el de desarrollo sociopolitien-, que iterativamente impulsaba a las sociedades ‘tradicionales’ (también un modelo coherente y estable) hacia formas de organizacién social consideradas 'modernas’. Con tal base, se ha juzgado a sociedades como ‘modernizadas’ fen Ja medida que sus caracterfsticas estructurales se han conformado con el modelo invariante de la ‘modernidad’. En ‘ver de un principio dinémico, se utilizaban, por consiguien- te, a dos estrueturas teéricamente fijas ~Ia tradicional y la moderna con un principio de transformacién hipotétieo que las vinculaba, pero cuyos mecanismos transformado- rres no se especificaban. En otras palabras, los procesos se +habjan transformado en sustancins fijas “auto-propulsadas” (Dilly, 1995), El vicio bisico sefialado arriba es de indole a la ver on: tol6gico y epistemol6gico: en lo primero, se concibe a partir de propiedades fijas a un fenémeno que, por su naturaleza, fe fluido y cambiante, y se postula su evolucién hacia otro 1) Assume esheront, durable, sl propelling sdial unit; attsibuto general conltion or proceasto that uni; ) invoke or invent an invariant ‘oda! ofthat condition or process 4) explnin the behavior of the unit on the basis of ita conformity to that sovariant model” (1095: 1695, 72 wownacion y coxmiENDa, conjunto de propiedades fijas sin teorizar el proceso que impulsa tal transformacién, Como consecuencia epistemo- lgica, se sustituyen al movimiento observable en el tiempo ‘comparaciones entre condiciones iniciales y finales, que en mchos casos so miden sincrénicamente entre casos que se ‘suponen encontrarse en distintas etapas del proceso. En vez de relaciones fluidas y contingentes, dicha metodologia define relaciones unilineales entre bloques estructurales cu: yyos principios de transformacién, en algunos casos, se citan (por ejemplo, el cambio de mentalidades como mecanismo de transformacién de lo tradicional a lo moderna), pero no Jorman parte del conjunto de datos en las que se basa el anflisis, y por tanta no se compruchan, La tarea que nos incumbe, segin Tilly y col., no es correlacionar explanans con explanandum sino enfocar Ja pregunta toérica sobre el principio de transformacién, denominado mecanismo, que explica el cambio dentro de tun proceso, Pero, exactamente, {qué os un mecanismo? En, su acepeién mas mecanicista, es algiin principio conocido, como el de enorgia quinésica almacenada en los resortes de ‘un reloj, que provoca un eambio previsible, como el avance regular de las manos de un reloj (Gorski, 2009). En tal caso, la explicacién procede deductivamente del principio a sus implicaciones. Pero en las ciencins sociales, el principio ‘mecanismico es precisamente el que tratamos de deseubrir, por lo que tenemos que inferirlo induetivamente de las con- secuencias a los antecedentes. En la préctica de la investigacién social, el uso de la explicacién meeanismica, lejos de haber significado una convergencia entre diversas corrientes teéricas, ha sido adaptado a los distintos esquemas establecidos en cada comunidad tebries. Mahoney (2003) distingue entre el uso del concepto: 1) eomo sindnimo de eauea o resultado; 2) como proceso, evento o variable interviniente; 8) como proposicién causal poco especifica; ¥ 4) como una entidad no observada ‘AMINOS THORICOS CONVERONNES 73 que genera consecuencias. Norkus (2005), por su parte, distingue entre las diversas soluciones a problemas explica. tivos que se supone aporta Ia nocién de meeanicismo en sts distinias concepcfones: a la ausencia de teorias universales del comportamiento humano para teorieos de la eleceién racional (como Elster, 1999 y 2000); al problema de la ‘eaja negra’ que impide validar las inferencias eausales basadas en puras correlaciones (como en nuestro ejemplo anterior de 1a teoria doa modernizacién);y al problema de las muestras reducidas para los investigadoves de casos. Esias'soluciones' ‘argumenta Norkus (2005), no son compatibles entre si, por lo aque el uso de mecanismos no puede hacer més que reproducit las divisionos existentes entre corrientes teéricas, Mis simplemente, la nocién de mecanismo puede divi- dirse entre los que han seguido apegadas a la légiea nomo- J6gico-deduetiva y los que han optado por la de secuencias temporales de suicesos concatenados 0 procesos. Entre los primeros, Elster (1989: 3) designa como mecanismos alos “ro- fajes y ruedas” que especifican las relaciones entre variables ‘eventos, De manera similar, Reskin define mecanismos (en su caso de desigualdad adseriptiva) como “las variables intervinientes que vineulan lnsearacteristicas adseriptivas & resultados mas o menos deseabes” (2003: 7). Para la escuela de cleccidn racional, la nocién de mecanismo se refiere a los principios universales que rigen la sccién humana (Elster, 1990, 2000; Kiser y Hechter, 1991; Kiser y Linton, 2001; Kiser y Bauldry, 2005) Ein este contexto, la explioacién con: siste on abrir Ia caja negra de los mecanismos' responsables dela produccién de las relaciones entre variables, Del otro lado de la brecha que separa lo nomotético de lo histérico, la nocién de mecanismo es entendida como princi « Para una revisin reciente de la taorla do elcciéasacional y los ‘eambiog quo ha auftido como runultado de laa cntias de las que ha sido ‘tance, véaso Kiser y Baul, 2005 74 wosmnacion'ycowrisNon pio axticulador dentro de un proceso, A Tilly y col, debemos el trabajo conceptual mas detallado en esta tradicién: ‘Los meeanismos son causas en pequefia eseala: eventos sisni- Tres que producen eseneialmente los mismos efectos en. un araplio range de cireunstancias (Tilly, 2001b: 30) En esta cita, més que en las que Tilly y col. propondréin mas adelante, se observa con toda claridad la afirmacién de Ja necesidad de reducir para expliear: los mecanismos que eben descubrirse son los Indrillos basicos de construccién, a partir de los cuales se edifican explicaciones sociol6gicas de grandes procesos, Detriis de su enorme y rica variabilidad, Ja realidad social consistiria, por tanto, en combinaciones de unas cuantas de estas unidades basieas que, al ser iden- tificadas, nos permitirian explicar causalmente a todos los fenémenos sociales. En escritos posteriores, la definicién de mecanismos se ve resumida a “elasos do eventos delimitados que cam- Dian la relacién entre eonjuntos especificados de elementos de manera idéntica o muy similar en una gran variodad de situaciones” (McAdam, Tarrow y Tilly, 2001: 24; Tilly y Tax rrow, 2007: 29). Aqui, ol intento de encontrar un esquema explicativo general no esté especificado en la definicion, pero queda claro en los ejemplos empiricos que apoyan a ésta. La raz6n de fondo para tal intento es la voluntad de descubrir principios fundamentales y espacio-temporalmente indepen- diontes que salven al universalismo teérico (Gorski, 2009: 185), sin por ello borrar la variabilidad empirien e histbrica. Ein esto insiste Tilly particularmente: Las explicacionas en términos de mecanismos-procesos son altamente compatibles oon la historia, porque su programa cexplicative combina una biisqueda de mecanismos de indole muy general con argumentos segin Jos cuales las condo es inicinles, seeuencins, y eombinaciones de mecanismos se caannos Tatoos CoNVERGENTES 75 concatenan pars dar procesos cuyos resultados finales som ‘explicables aunque variables (Tilly, 2008: 8)" Bn otras palabras, los mocanismos proveen las heren- ientas dinémieas consideradas como los elementos que jmpulsan a los provesos de manera empiricamente variable, pero causalmente explicable, segiin las combinaciones de necanismos que se activen. La dimensién micro-macro es olzo elemento en Ia de- finjeiin de mecanismos que merecen puntualizarse. Para Tilly y col, los mecanismos se eonsideran. como unidades sociales bisicas en las que se centra Ia dindmica social Por ejemplo, Tilly y Tarrow (2007: 29) argumentan que ef proceso de reproduccién de las especies es un compuesto do cinco mecanismos: corejo, encuentro sexual, embaraz, hacimiento, y erianza de los recién nacidos, Fn tal caso, el snneepto de corto, para tomar un ejemplo, representaria ‘una clase general de sucesos idénticos o muy similares que cambia la relacién entre dos individiuos, mas allé de Ia cual xo hay posible reducci6n adicionsl en términos de unidades ‘xplicativas mas pequetias. Entendido como mecanismo, el cortojofungiria como una de las entidades més bésicas que explican la reproduccién de las espevies, en combinacién con otros mecanismos igualmente fundamentales. ‘Una primera dificultad con esta posturn es quo si los ‘ecanismos, como lo afirman los autores eitados, son clases senerales de eventos, es deci, abstracciones que designan sucesos empiriens abservados, no hay razén para que wna abstraccidn en particular sea Ia tinies posible que se adeewe A dichos sucesos. Por ejemplo, las mismas observaciones *"Mochaniams-prosessaccounts..psitivly welcome history because ‘heir explanatory program couples w search for mechanisms of very fenoral scope with arguments that initial conditions, sequences, and ‘ombinstons of mochenisme conestenata inte processes explicable but ‘variable over all outoome 18 poutwacion'y contaos de hechos empiricos que Tilly ¥ Tarrow (2007) denominan ‘eartejo’ pueden ser objeto de la construceién de abstraccio- nes alternativas que representan diferentes lecturas de las mismas observaciones, como seria, por ejemplo, las nociones de preparacién al coite, o seleccién de la pareja reproductora. {Significa esto que estas dos descripciones alternativas de ‘oriejo con sindnimas entre si, y con cortejo? Sin entrar en ‘una larga discusién lingiistica, podemos contestar que no, 6 de lo contrario, tendriamos que afirmar que ol joven que ‘froce una flor a su prometida es sinénime de un garafion preparando a la yegua quo intenta prefiar con una serie de 1stos conocidos, En otras palabras, la noeidn de cortejo no la Gnica que puede designar a un mecanismo de prepa. racién a la reproduccién de las especies, y por tanto habra ‘tantos mecanismos como abstracciones se hayan construido ‘a partir de sucesos observables. En principio, el nimero de abstracciones posibles es infinito, aunque, en la préctica, es finito el niimero de abstraccionos interesantes y fructiferas ‘quo pueden construirse a partir de dichos observables para cexplicar la reproduecién de las especies, pero ninguna tine valor universal, En suma, Ia noeién de mocanismo es una construccién analitiea que no debe confundirse.con los hechos observables. ‘Una segunda dificultad es Ia imposibilidad, on nuestra opinién, de afirmar que un mecanismo dado constituya una unidad explicativa fundamental, y por tanto no desglosable, ‘asu vez, en submecanismos todavia més micro, Hin el ejem- plo anterior podriamos dividir el proceso de cortejo entre ‘varias fases sogiin las culturas, los tiempos y las especies. Para el hombre, por ejemplo, una primera fase podria con- sistir en demostrar que tiene suficiente capital para casarse (como era culturalmente imperativo en Irlanda hasta hace ppoce). Después viene In fase de obteneién del permiso de los padres de visitar a la joven, seguido de pedir su mano formalmente, ofvecer un anillo de compromiso, ete, ¥ hasta cauunos rx6RICo8 coNRRORNTES 77 Janoche de boda, cuando el proceso de eortojo concluye y el de reproduccidn de la especie se encamina (enla mayoria de Jos casos, pero no necesariamente) hacia el contacto sexual, {que también puede tener formas culturalmente aprendidas yeonsecuencias muy distintas de un tiempo o lugar a otro. En efocto, para el ser humano, a diferencia de los animales, loortejo tiene un significado variable segtin la cultura, las tircunstancias y la experiencia personal de los miembros de la pareja (Steinmetz, 2006). Si, por ejemplo, el coriejo significa la seduccidn seguida del abandono para uno y el ‘compromiso matrimonial para otro, tanto el significado como Tas consecuencias serdin distintos, y por tanto no universa- lizables, En cambio, pars los animales, que hasta prueba de lo contrario no tienen capacidad reflexiva, 1as cosas son ‘més provisibles. Para algunos pajaros, el cortejo puede di- vidirse, on una primera etapa, correspondiente a la accién ‘dol macho de acercarse a la hembra bailando ritualmente y desplegando su plumaje, seguida de varias etapas de interaccidn entre el macho y la hembra que significan la ~ aceptacién de la hembra, y finalmente encaminan la diada hacia el contacto sexual. En cada uno de estos distintos contextos biolégicos, hhistoricos y culturales, encontramos que el ‘cortejo’, en realidad, no constituye una manifestaciin universalizable ‘en cualquier contexto 0 procesualmente rock-bottom, por- ‘que puede desglorarse, a su voz, en varias etapas como lo acahamos de demostrar. Al final, no tenemos x una sola e indivisible molécula social que se impone como principio dindmico universal, sino a una variedad de manifestaciones ‘que podemos designar en términos muy aproximativos, como ‘eortejo’, entendido como una forma de conceptuar la repro- duccién de las especies. En el caso de los humanos, lo que nos ha dificultada el uso del coneepto de mecanismo en los términos establecidos por Tilly ¥ co., es la intervencién del actor humano que desmicnte el postulado de previsibilidad "7B vomnacion vcownespa tanto en las manifestaciones como en las eonsecuencias que ‘estos autores Ilaman mecanismo, ‘Nos topamos con una tervera difieultad con la nocién tilliana de mecanismo por el hecho de que el lenguaje uti- lizado es fundamentalmente objetivista, en el sentido de tratar al actor como objeto al cual se aplica el mecanismo, y no como su autor. Bn Tilly y col, las cosas parecen moverse independientemente de actos de voluntad por parte de los participantes. En los estudios empiricos de estos autores, las personas se movilizan, protestan, se arriesgan, fracasan 0 Iogran sus propésitos (Tilly, 1964, 1986, 1995). Pero cuando pasamos al lenguaje teérico de lo que son los mecanismos, la ageneia se desvanoee. Los tres mecanismos principales citados por Tilly y Tarrow (2007) son: intermediacién’ (broke- rage), ‘difusién’ y ‘accién coordinada’. El primero se define como “la produccién de una conexién nueva entre sitios previamente no conectados" (Tilly y Tarrow, 2007: 81); la {ifusidn se define como “la mayor penotracién de una forma de contienda, de una cuestién, o de una forma de enmarcar una euestin de un lugar a otro" (Tilly y Tarrow, 2007: 31); y la aceién coordinada como "a accién de dos actores en ‘mandar sefiales uno al otro y reclamar-el mismo objeto en pa ralelo” (Tilly y Tarrow, 2007: 31). En estos tres casos, Jas personas podrian ser, alternativamente, productores ‘onscientes de las acciones que eorresponden a estos meca- nismos o sus simples reproduetoras en el sentido de tener el habitus que las programa para producirlos (Bourdieu, 1977). La definicién de mecanismos dada por Tilly y ool, no distingue entre estas dos interpretaciones. De hecho, la nocién misina de ‘mecanismo’ implica que las cosas se dan, de cierta manera, a espaldas de los participantes, en Ia me- dida que éstos no seleceionan en funcién de pereepeiones, metas, definiciones de la situnciGn, o estrategias. Seguin esta perspectiva, el actor no tendria control sobre el ‘mecanismo’ ‘que esti reproduciendo, por To que éstos no estarian impul- ‘asnnisruonicos convanceres 79 sados por agentes diseursivamente conscientes. Una tercera jposiblidad es que los actores actiien de manera consciente yreflexiva, pero que sus actos sean simples reproductores de contextos culturales institucionales. Kn tal sentido, los actores estarian, por ejemplo, compitiendo conscientemente por mercados y recursos, ala vez que activando no conscien- - temente el mocaniamo de extraceién de plusvalia que opera en todas las relaciones do intercambio monetarizado. En resumen, en In metifora mecanicista (0 mecanismica), as partes del mecanismo no tienen voluntad propia, por lo que no pueden interrumpir o cambiar el desarrollo o el resultado final del mocanismo, mientras que en la sociedad, Jos actores eligen, negocian, reniegan, etc., de tal suerte ‘que los mecanismos, en el sentido social, son, en realidad, ‘una especie de caja de herramientas, entre las cuales dichos "actores eligen consciente 0 préctieamente en la persecucién de sus metas del momento, y que pueden reinterpretar y transformar (Sewell, 1992): Ia novia puede negarse al ‘ontacto sexual, la nogociacién puede fracasar, o ser una festrategia para poner una trampa al oponente, ete. Esto significa que no se puede garantizar que los aparentemente ‘mismos’ mecanismos tengan irrevocablemente lag mismas ‘onsecuencias, lo cual pone en duda su potencial explicativo ‘universal. Para cualquier situacién social habra, entonces, varios mecanismos accesibles, elegibles y modificables por los mismos actores que marcarén las diferentes fases tem- pporales de un proceso social dado. El término mecanismo, por tanto, debe incorporar todas las imitantes que acabamos de exponer, y considerarse como formando parte del voea- ‘bulario del analista, no del actor: éste actin escogiendo las acciones que emprende a partir de su visidn de la situacién (calturalmente adquirida y eolectivamente elaborada), y dentro de las constrieciones del entorno y del momento, Ein “Rete toms os trtado en altima parte del capitulo, 80 BounAcion'y coneIENDA, lag conclusiones regresaremos a esta cuestién, que es crucial en términos te6ricos y metodolégicos. ‘Un cuarto problema se rofiere a la relacién entre micro ‘y macro que proponen Tilly y col. segtin la cual los grandes procesos son meras combinaciones de micro-mecanismos, Para lograr una explieacién tanto micro como macro, se dividen los flujos de acciones de eantienda en segmentos Tamados ‘procesos’, a cada uno de los cuales so asigna un mecanismo, De esta manera, la dinica diferencia que habré entre una explicacién macro y una micro estriba en el ntimero de estos sogmentos, Por ejemplo, MeAdam, ‘Parrow y Tilly (2001) dividen la revolucién parisina de 1789 en segmentos que designan a tres mecanismos que ellos consideran fundamentales: movilizacidn, cambio de identidad y polarizacién. Kste procedimiento permite ir, por ejemplo, de la pereepeién de amenaza (el cereo militar de Paris ordenado por el rey) que motiva a los parisinos a movilizarse, a los objetivos (encontrar pélvora) que persis guen, al agravio sentido (la traicién de las promesas del rey), que transforma su identidad, y finalmente al escalar las: acciones, que polarizaron la opinién publica. Sin embargo, estos ‘mecanismos’ no nos permiten captar la dimensién espontdnea e improvisada de las acciones, ni sus conse ‘cuencias no anticipadas. Tampoco nos permite percibir los cambios institucionales que fluyen de estas acciones ni la ‘convergeneia con otras eontiendas que abiertamente retan a la autoridad del Rstado y crean bases alternativas de au: ‘toridad estatal, como la declaracién del tercer estamento de constituirse en Asamblea Nacional con exclusién del cleroy de la aristocracia. Los ‘mecanismos’ seleccionados por Tilly y col., en este ojomplo tienen la virtud de priorizar lo que impulsa a los contendientes a actuar en el momento, pero: Ja dosventaja de dejar sin respuesta a la innovacién, ¥ a Jas rupturas de estructuras establecidas quo las acciones: provocan en forma contingente. Esta explicacién requiere ‘aasvos eoRICOS CONVERGRNTES BL de otro nivel explicativo que no coincide con el fiujo de las acciones de los participantes, como més adelante argu _jaentamos. T Indicamos a continuacién emo proponemos resolver Jos cuatro problemas sefialados, y a la vex seguir util zando una conceptuacién de mecaniomas que ae acerea _guficiontemente a In de Tilly y col., para poner a prueba “64 propuesta tebrica, 4) EL mecanismo como entidad divisible va. indivisible, La salucin al problema de la seleeedn dela abstraccineareecta _para designar un mecanismo se antoja relativamente f demos relajar las estipulaciones definitorias de la nocién de mecanismo. En ver de un fendmeno indivisible, eonstante ‘euniversal, proponomos on este trabajo entender mecanis- ‘no como procesos complejos,asu ver divisible, pero donde ‘sl principio dindmico explicativo no necesnriamente se en- ~ guentra en las unidades mae pequetias posibles. Kista es la _ postura tomada, por ejemplo, por Arturo Stincheombe, que “tiene que “los mecanismos son pedizos de teoria sobre | entidades en niveles distintos (por ejemplo, individuos) de los nivales propios a las entidades principales sobre las cuales _ se teoriza (por ejemplo, grupos), que hacen mis flexible, més a. oms general la teoria principal” Stinchoombe, 1991 67). La nocion de mecanismo propuesta por Stincheombe do sus protensiones de explicans bisica e universal, pero _ permite profundizar la nocidn de proceso y obliga al tebrico | Wespecifcar qué implica una teoriaacién dada en niveles = lito mas bajos 0 més altos. Tal estipulacién obligania inadeptode ln teorfa de sistemas, por ejemplo, a especif |G mediante cudles mecanismos se traducen las relaciones ___ iskémicas de interdependencia en constelaciones reales de laciones sociales entre las distintas ‘partos’ del sistema Dostulado, En tales mecanismos esiarfa Ia evidencia de si 82 DowNAcTON ycosTIENDK tedrica sin sustento empirico.’Lo importante, en al entido, xo es solamente imaginar hipotétieamente un mocanismo, sino efectivamente intogrario en ln investigacidn como parte dol quod est demostrandum. Bsta es la posicién adoptada por Hedstrom cuando afirma que “un mecanismo debe verso como un compromiso empirico por parte dal teérieo sobre oSmo un proceso se desenvolveria si las supuestos so- bre los cuales descansa estuvieran fundamentados correc. tamente” (2005: 31) Sintetizando esta discusidn, entenderemos por proceso ‘una concatenacisn de sucesos que marean un cambio de una sitwacion A en t! auna situacion Ben t2, sin necesariamente impliear relaciones de causalidad entre tos elementos que constituyen la secuencia, aunque dichos elementos sean re- lacionados por una trarva comin. Por mecanismo entendere- mos el concepto tesco por medio del cual se interpreta esta ‘coneatenacién inductivamente en términos de uno 0 varios rincipios de transformacién que produjo la concatenacién. Eneesta concepeién, los mesanismos no son independientes de los actores y representan las diferentes maneras (desde 1a perspectiva dol anslista) en que éstos intervienen en los procesos como agentes sociales escogiondo una u otra he- ramienta como instrumento o recurso en la construccién de sus estratogias (en muchos casos sin porter prover las "Ta posiiin relist enn teoria son (0 de‘eenismn teri’ stn Somers, 1999) esta representads, por una parte, por la wertonts de elec ‘in racional,y por otra por la earrento de roalsmo eticocompartido por lt mayoria de los sciflogos histrico-comparativos que plantes que los tirminos de wna tecri deben poder éraduirse en elementos obser ‘ables, Esta posiein 6 opone a a neokantiana que plantea la primacia {el diseur y do Ia cultuta, dentro de la cual se cola, por empl, el pposmodernismo, oun teérico como Lthman, Para uns diseusin de esies eudencias, véase Steinmets, 1999, "A mechanism should thus be seen aa an empirical commitment on thepart ofthe then nsto how «process would unfold ifthe assomptions ‘upon which i rests were well funded” Hdatrm, 2005: 31) ‘eauNosHoRIcos coveRERETES 83 eonsecuencins de su uso). Bn esta concepcidn se conserva la ppremisa de que los principios y efectos de los mecaniamos ton lo suficientemente conocidos de los participantes para poder considerarse comparables entre un casa y otro. Sin embargo ~y éste es el punto fundamontal-, no se producen ‘4 espaldas de los actores. sta concepeién representa al eeanismo como tuna abstraccién teéria que expresa un principio dindmico detorminado, mismo que provoca un cam bio en la relacidn entre los participantes en una contienda, péro sin postular que mecanismos similares seri asociados ‘on procesos idénticos o similares, ni tendrén las mismas eonsecuencias. Es més, ni siquiers seria enteramente pre- “visible su trayectoria, porque en algunos casos, pueden ser jnterrampidoso transtormados por los mismos participantos de manera innovadora. Dicho principio dinamico, a su vez, ‘podré sor relacionado con mecanismos mis micro (por ejem. plo, mecanismos cognoscitivos),o més macro (por ejemplo, 1 coalicién entre una contienda loeal y una nacional), de tal manera que el mevanismo detectado no se considerari €l tinico posible, ni nevesariamente se encontrar en el nivel Aanalitico mas bajo posible. Esta definiién no impone un ni- sel analitico tinico, ni considera como definitivas las decinio- zhos que un actor uotro haya seleccionado, Por tanto, no se pretender, en este trabajo, que los rsecanismos y las dind Inicas inherentes en ellos nos permitan conocer in realidad foci hasta el “fondo”, En cambio, stos se utilizarén coma una horramionta analttiea indispensable en los diseiios, como el presente, que se basan en procewos constridos a par: tit decasos, por ser abstracciones que nos permiten eaptar los puntos de giro que marean cambios en los fujos temporales, ‘Afin do euenta, les mecanismos son, como centealmente lo proponen Tilly y col, el prineipio dinamico que impulsa la aexién, pero son objetos de elecci por parte de los acores, ‘on todas las influencias histérico-culturales, poitieus y ‘econdmieas que ejercen presiones en dicha eleccién 84 posmacion'y coNTHENDA b) Agencia vs. Habitus en los mecanismos. La segunda diffcultad sefialada la de pontualizar si los mecanismos son activados por agentes 0 por simples reproductores de Jas estructuras~ nos obliga a comprometernos en el debate sobre estructura y ageneia, Bourdieu trazé un primer paso indispensable en Ia teorfa de la agencia al hablar de “es- trueturas estracturadas y predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir, en tanto principio de enezacidn y de estructuracién do précticas y representacio- res” Bourdiou, 1977: 72). Sin embargo, esta vision se quedé implicitamente del lado objetivista y cultural/estructural, y de abi estition, del debate entre estructura y agencia, en la medida que el habitus se genera y permite Ia estructuracién cotidiana de la vida social sin que el sujeto siga estrategias fo reglas conscientemente, tratandose de: ‘un principio de generacién y de estructuracién de priticas yy representaciones que pueden ser reguladas y regulares Objetivamente hablando, mas sin ser en nada producto de facatamiento a reglas, objetivamente adaptadas # un objetivo, fin suponer el esfuerzo conseiente hacia metas ni In destreza nevesaria para alcanzarla y, siendo todo esto, evordinadas colectivamente cin ser producto do la aeei6n organizadora de tun jefe de orguesta (Bourdieu, 197: 72). Con tales estipulaciones teéricas se vuelve imposible ladeliberacién (Bourdieu, 1972: 176), porque “la verdad dela interaceién jams estriba enteramente en la misma interac: (9 ges ot “rogliéos, cana re en ren Ie produit de Tobia ance i des resles,sbjectivement adaptsos 2 Teur but sans suppose Ia ‘nGeconcionte de finset le maitrse express des opirations nesses pour ls ntcindee ot ant tot cela, collectivement orchesirées sans Env le produit de Faetion organisatrioe dun chef @orchestre” Bours eu, 1972: 17). ‘ymHNos TeORICOR CONVERGENTES 85 in" Bourdiou, 1972: 184). Pensar de otra manera, sein Bourdieu, es eger en la “ilusién oeasionslista” (Bourdieu, 1972: 184). Igualmente ausente en el habitus el fenémeno del poder, en la medida que las reglas se acatan en forma faulomstiea, sin que ninguna autoridad o coercién inter venga, En tal contexto tecrico, por lo tanto, los mecanismos tendrian un eardcter objetivo, por estar estructurados por Jos actores, pero sin que éstos puedan intervenir en ellos para cambiarlos.* ‘Tampoco nas parece Leéricamente defendibe ol debate sobre agencia tal coma se entiende entre los teGvicos de Ia elecién racional, donde Ins nociones tanto de mocanismo como de agencia se reducen, a prior, al postulado de la scluacion individual en fancién de preferencias racionales preestablecidas (Kiser y Hechter, 1981). Sin embargo, es "importante subrayar la aportacién de esta teoria en el sen- tido de posicionar al ser humano como decidor central en la acct social. Nuestro desneuerd con este neereamiento esc posiulado quecl actor evel individuo, mientras que nosotros hhablaremes de movilizaciones yactores coletivos on todas las complicaciones que esto implica, porque nunca se podrs postular que tales grupos son tnivoeos. Plantenremos, por tanto, que los mecanismos que explican lascontiendas serém érté de Vinteraction ne réside jam toute entire dans Vis teraction”, " Waequant (1989: 45), sin embargo, concede ccrto margen deere ‘ivided el habitus cunndo dice que “las ineas de aecién sugorides por thabitus pueden ir acompariadas de eéleulos etratéions de eostos ¥ Jpnefcios que tendon a oporar en ol nivel consciante de las operaciones Aneel habitus eva. acabo por sf mismo... Sin embargo, y estes una pre bin crucial, el habit esata el que deteralna la ope fae Siompre podremos dosir que los individuos ligen aus aciones siempre $euando no olvidemos que no eseagen ls principios en los que ae san fis leciones”. Por tanto, la nocién de eeatividad, tanto en Bourdieu _ ino en Wacquant so limita escoger entre lo wdquirido através de ex Deriencias pasades, proverbs, odichos populares (Bou ie, 1972177), 86 _powinacion yeoxrieNDs, siempre dependientes de la accién humana, pero agregada en diferentes unidades sociales (individuo, organizacién, Estado, et), posicién que coincide con la de Hedstxim (2005) y Gorski (2009), ‘Combinanda la nocién de mecanisma con lade agencia, se produciria (ono) el mecanismo que forma la base explicativa de un proceso, dependiendo de las estrategias que elijan los participantes. Esta es la postura que promuoven Giddens (2984) y Sewell (1992) al visualizar al actor como capacitado para transformar su entorno en el sentido de provocar even- tos que rompen con la continuidad institucional, enfrentando creativamente, en tal proceso, a lns estructuras mis estables dofendidas por otros actores, es decir, ineorporando el poder en su teorizacién. También ineorporan a la cultura, al desig- nar como reglas (para Giddens) 0 esquemas (para Sowell) Jas pautas habituales, y por tanto culturalmente enraizadas que sigue la gente para actuar en forma competente en la vida cotidiana. Al igual que Bourdieu, Giddens pretende resolver el di- vorcio entre las visiones subjetivista y la objotivista del actor. Por lo tanto, los prineipios que permiten que los ac- tores sean agentes deben ser los mismos que los utilizados para recrear en forma continua a la vez Ia realidad social, y las condiciones que permiten intervenir en ella. Para ello, la reproduecidn cotidiana del entarno social debe contener, on s{ mismo, l principio que permite al actor transformar el entorno social. Pero a diferencia de Bourdieu, para Giddens, Ja reproduecién cotidiana involuera una mayor eapacidad do reflexién por parte de los actores quo la de simplemente, eseoger entro varias posibilidades de accién recogidas del pasado y seleccionadas con base en dichos y proverbios (Bourdien, 1972: 177). Ademés, los actos, para Giddens, zo serian los gestos cotidianos rutinarios, sino tan sélo los ‘momentos refiexionados de la accién ("discursive moments. to the durée of lived-through experience’, Giddens, 1984: ‘aontvos rBoweos cosvexonvres 87 456). Dieha nceién tiene distintosniveles 0 capas consistente fen: a) el monitoreo reflexivo, b) la racionalizacién y ¢) las motivaciones, todos ellog enraizados (embedded) en el uj recurrente de la realidad cotidiana. La reflexividad es, para Giddens, una préctica normal y continua del “ordenamiento recursivo de las précticas socia- es” (recursive ordering of social practices, Giddens, 1984: 3) ‘La continuidad presupone la reflexividad, pero ésta, asu ver, solamente es posible porque la eontinuidad de laa préctions hhace a éstas distintivamente “lo misme" en el tiempo y el es- pacio. Dealt que la reflexividad debe entondorse no slo como “eonsciencia dest mismo” sino también como el eareter moni toreada del Bujo continuo de la vida social Giddens, 1984: 3." Por racionalizacién, se entiende que los actores son capa: ‘os de un entendimiento tedrieo de las razones por las cuales actin, y pueden explicarselo a los dems. Pero en términos generals, la porsona no tione quo explicar sus actos euyo sentido normalmente se da por hecho. Las motivaciones ‘que construyen planes generales de accién (o ‘proyectos’ en él sentido dado por Schut) son los deseos que impuisan la aceidn. Los actores, normalmente, no pueden explicar sus tnotivos, siendo la motivacin In parte inconseiente de la ‘ccién humana, aunque en algunos casos pueden haceslo (Giddens, 1984: 6). Cuando hablamos en forma rutinaria de Jas razonos de nuestea accidn sin gran incursion en nueetras ‘motivacionos, se trata de conseiencia préctica. Cuando tra- ‘amos de entender nuestras propias motivaciones, se trata do conseiencia diseursiva, Hl timo nivel de la accion ea el "=*Continaity of practices presumes teflesivity, but reflexivity in tn ‘is posible only because ofthe continuity of practizes thot males them dliatinetively he sams” across space and time, Reflexivity hence should he understood not merely ae 'elFconaciousnes’ but ns the monitored ‘heraetar ofthe ongoing flow of social fe" Ciddens, 1984: 8). 88 nowinacion vconrieNDa inconsciente, No hay barrera entre la consciencia préctica y Ja discursiva, pero si barreras represivas entre la consciencia discursiva y'el inconsciente, Finalmente, y aqui es donde Giddens so aparta radicalmente tanto de Bourdieu como de Jos adeptos de Ia eleccién racional, agencia no se refiere a Jas intenciones nia las preferencias que las personas: tengan cuando hacen algo, sino a su capacidad eonereta de producir algiin efecto: Agencia se refiore alos eventos de los cuales el individuo os _porpotrador, on ol sentido de que dicho individuo podria haber actuado distintamenteen cualquier momento de una secuencia do su eondueta. Lo que sucedié no huubjera sucodido si este individuo no habia intervenido (Giddens, 1984: 9)" ‘Ser unagente es sercapax de desplogar... una serie de podores ‘cqusales ineluyendo el de influenciarlos poderes desplogades por otro... La ecidn depend de la eapacidad del individuo de crear una diferencia con respecto al estado precertente de las eosag ol curso de los eventos (Giddens, 1984: 14).4 Ademiés de recursos, el agente utiliza reglas, que son los procedimientos metédicos de la interaccién social (“metho- {ical procedures’ of social interaction”), es decir, las téenicas y los procedimientos generates aplicados a la actuacién Treproduccién de las précticas sociales” ("techniques or e+ "Agency caneorns events of which an individual sche pespeteato, {nthe sense thatthe individual eon, at nny phasoin a given soquense ofeonduct, have acted lifferontly. Whatever happened would not have ‘happened if that individual had not intervened” (Giddens, 1084: 1, "WT be an agent isto be able to deploy. a range of eausel powers Including thot of alluencingthove deployed by others. Acton depends ‘upon the capability of theindividval to make a difference oa preexisting state of affairs or course of events (Giddens, 184 14), "Rata nocidn an asemeja ala den de roplan de nteracléno de cone voreacn de as que abla Gaffan (1881), que sn procodimicnto uaualos yculturalmente aprendidos yesperades, pero no regs enol sentido de cammos e6nicosconvenosns® 89 noralized procedures applied in the enaetmentireproduetion of social practices”) (Giddens, 1984: 21). El binomio reeursos-reglas propuesto por Giddens seré ‘al blanco de Ia reformulacién que propone Sewell (1992). Sin embargo, Ia parte de la definieidn de estructuracién de mayor relevaneia para le discusién que nos ocupa es: 1) Ta -oeién de que el agente puede elegir entre varias formas de | gctuar, y 2) sus motivaciones discursivamente expresadas /hoconstituyen Ia explieacin de sus acciones. En resumen, “ [os'mecanismos' en su actuacién son, para Giddens, un “des pliogue de poderes causales” sin garantia de resultados, Por {anto, la accién dependeré de la capacidad de los individuos de ‘hacer una diferencia’ en el statu quo, lo que implica de- enderse frente a las pretensiones de otros actores (0, como fargumentaremos, entablar contiendas con éstos). Esto in ica, sin lugar a ducla, que el poder esté muy presente en el fesqutema de Gidkiens. No obstante, no tenemos indicaciones de eémo las reglas, o maneras usuales de hacer las cosas, se ___teanagredon en algunos easos, mientras que en general son __-téeitamente acatadas, Tampoco tenemos elementos teéricos indicativsdo cmos regis onc santido de imposiiones, piteden ser renegociadas. Estas son dos lngunas teéricas que _ intentamos llenar en este trabajo, > Partiendo de una elaboraciOn critica de las propuestas de Gidcens, Sewell (1992) construye una teoria de a estruc- “turacién a partir de “una visién do la realidad social mucho ‘nds miiltiplo, contingente y fracturada” (Sewell, 1982: 16). Para conservarse el cardcier ie las estructuras como a la Yer estructuradas y estructurantes, argumenta el autor, ‘abe establecerse que los recursos son la ejemplificacién __ Ta matorializacién de Tos esquemas, definidos como ‘procedi- | injentos generalizables aplicados en In actuacién/reprodue. ‘igo externamente impuceta (Gofman, 1981). Bstas rola’ son las que Giddens y Sowell aman vietuales. 90 boinacion'y coxtaeNna cidn de la vida social'* que tienen el poder de inculcarlos y justificarlos. Esto significa que los esquemas necesitan ser constantomente validados y regenerados par los recursos que su actuacién genera, En otras palabras, asi como los recursos sin el sentido que les confieren los esquemas dejan do ser tales (por ejemplo, los cobertores que se distribuyen fen In ceremonia del potlaseh se convierten en meras cosas para calentarse), también los esquemas no re-ereados por los, recursos Hegarian a ser abandonados. Por lo tanto, los esque- ‘mas y los recursos conatituyen estructuras s6lo en la medida que se implican y se sostienen mutuamente en el tiempo. Esta reformulacidn, si preserva la dualidad de estruc- tras y recursos, no permite explicar e) cambio: sélo afirma, gue los esquemas y los recursos se impliean mutuamente, indefinidamento roproduciéndose on un circulo cerrado, Para romper este cireulo, Sewell agrega que “la agencia consiste en la capacidad del actor para reinterpretar y movilizar un. conjunto de recursos en términos de esquemas culturales distintos de los que inicialmente formavon parte de ese con: junto" (Sewell, 1992: 19). Cinco prineipios son propuestos sobre la base de los cuales el agente podré transformar las festructuras: 1) In multiplicidad de las estructuras: 2) la transponibilidad de los esquemas; 8) la imprevisibilidad de Ja acumulacién do recursos; 4) la polisemia de los recursos; y 5) Ia interseccion de estructuras.® Sin embargo, el fend- ° Tas esquemas en Sewell (1892) son semefantes a las reas en Giddens (1984: 21) Pero los esquemas no won pautas de préetieas so- ‘alop ino prinspios de estructuracién, y portant, son virtales (well, 1992: 6). Vi In nota 15, "Agency is the actor's capacity to reinterpret and mobilize an array of recourwes in torms of eulsural schemas other than those that Initalyconstiated the meray”. 1) i multplicidad de tas etructuras, Law estructures vatian y pueden contradociae de una esters offs, y hasta dentro de wna msm ‘ifera. Esto ignition que lo atores cognescentes(naledgeable) cuyas pricticas constitayen la coredad son mucho més veredtile que lo im- ‘aMINOS TRSRICOS CONVERGES — 9 meno de Tos poderes establecidos intervendr4 en el sentido ‘que tanto los deseos como los esfuerzos de los actores serén ‘afectados por los recursos tipicamente a su disposicién dentro de las esferas en las que se desemperian. El texto claramente indica que algunos recursos pueden ser negados a algunos ‘actores por las estratogias de oxclusién desplogadas por ‘otros aetores, porque “las estructuras empoderan a agentes {ferencialmente, lo cual implica que incorporan los deseos, Jas intenciones y los conocimientos de los agentes también de manera diferencial” (Sewell, 1992: 21). Sewell tam- ign aclara que la agencia puede ser colectiva tanto en origen ‘como.en modes de actuacion. En conclusién, para Sewell, "las Dlisado en Ts nocén de habitus de Bourdiew: son paces de wilizar un tango ry amplio de esquemas y tienen acceso a una gran variedad de ‘euro 2) La vaneponbiidad de losesquemas. Los equemasse apican ‘une gran varied de sitnaciones que no corresponlen al antexto en ‘que fueron sprendidas inicilmente, Por lo tant, conocer une rela, ‘9m eaquera os ser rapax de apliarlo en easos no enocidos, por lo ae i eapaccad de transponiién ex ua condivin bin de In compelentia el ctor. 3) La imprevisbilidad de Ta aewmulacion de recursos. 8) le aplicabilidad do los eequemas ne esti prodefni, tampoeo pueden erlo los reeursor que corresponden a In netualienriém de dichonenqemas Hato implica que las consecuencina, en terminoe de disteibucin de los ‘sears de la reproducciin de esquemns, nunca puoten prover. De all {gee las denies qu toma lo atoren de euler eaqueman tia en ‘tfiaciones emengentes tienen consscuenciasimpreviaibles en cian as ‘cocoa recursos en el futuro (ana inversin, un mtrimonio, ee, pueon fumbiar el tablero de los oeurss). 4) La pollgemia de fae recursos {Gasiquier conjunto de reeurs0s puede ser inerpretado de diferentes ‘maneres, puede empoderara varie ator relorzrditintos esque. 1) a interveciin de estrucuras, El signfieado de Ins esteucturaa © “abievto y conestado’, ei que diferentes aetores pueden tratar deli los pars pronésitosradialtente opsestoy, xprovechande ws traeporib. lida den eafera tea. Bato hare la repreducrin social problematic, ‘ex ver de sutomatien, "nol texto oiginl: “Structures empower agents differentially, “which also implies that they embody the deatve, intentions, and know! eg of agonte differentially" 92 poumacion'y conmtesma ‘lounos mmowicns convERGENTES 93 festyucturas son dindmicas, no estétieas; son el resultado y In matriz en evolucién continua de un proceso de interaceién, social... Y} la misma agencin provista de recursos que sostie: ne la reproduceién de las estructuras también posibilita su transformacién, por medio de la transposicidn de esquemas, y re-movilizacién de los recursos" (Sewell, 1992: 27). En sus trabajos empiricos, Sewell aplica la nocién de ‘agencia a eventos a los que define como “secuencias de sti ‘cesos que operan una transformacién en las estructuras" (Sewell, 2005: 227), mareando una ruptura con respecto a esquiemas anteriores, Tlustra este esquema con la revolueién, francesa, mostvando Ie concatenacién de sucesos entre la. rruina fiscal consumada en 1786 y Ia toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789 (Sewell, 2005), donde esta tiltima accién se entiende como un “invento”, en ol sentido de haber creado nuevas estructuras en relucién con esquemas anteriores, mismas que marcan una ruptura radical en la historia de Francia (Sewell, 2005). Regresando a la cuestién de mecanismos, esta breve discusién sobre la estructuracién de la vida social nos da dos pautas para earacterizarlos, solamente una delas.cuales es compatible con la definicién de Tilly y col. Sila dualidad: entre estructurados y estructurantos se limita a la repro: duceién de eaquemas culturalmente compartidos, entonces los mecanismos no necesitan de un actor reflexivo para ac: tivarse, En tal contexto, podrin decirse que los sucesos que conforman una contienda permitirin detectar mecanismos: predecibles sobre la base de pautas de comportamiento de los participantes que son previsibles en funcién de estruc- turas culturalmente enraizadas en el contexto social en el que se desazrolla Ia contienda. En cambio, si hablamos de actores que requieren do reflexividad para identiicar | yecurs0s y utilizarlos de manera impyevista, en otras pa- Jabras, si hablamos de agentes capaces de reestructurar tenel sentido dado por Giddens y Sewell, pero también por Tilly y col. cuando revisan eritieamente los procesos bisi- eos en Jos movimientos sociales (McAdam, Tarrow y Tilly, ‘2001; 41-50), entoncos no podemos esperar que procesos | Smilares generen los mismos mecanismos (contrariamente “plo estipulado por MeAdam, Tarrow y Tilly, 2001). Bajo ol postulado de la eapacidad reflexiva del agente y de su ca- ‘pacidad de reinterpretar los esquemas, In concatenacion de ‘Mnecanismos" que componen una contienda seré, en realidad, tina coneatenacidn de decisiones estratéeiens individuales ‘palectivas que no serfin vistas por los participantes de Ta Ijaina manera, ni necesariamente tendrén consecuencias {nmediatas, idénticas o similazes. Veremos, por ejemplo, on ‘Leapitulo V, que el mismo mecanismo de ‘conformacién de alianza’ entre participantes en Ia contienda revolucionari 1910-1917 tiene consecueneias inmediatas represivas ‘para Jos aliados 2apatistas cuando dicha alianza ge hace con Francisca. Madero, mientras que tiene unas favorables (en ‘ésminos de los objetivos de los zapatistas) cuando el aliado ‘es Alvaro Obregén, porquo los objetivas que estas cauillos ican alcanzar con dicho meeanisme son distintos en un "caso y cl otro. En un libro posterior, Tilly reconace explicit tente el papel del actor como agente cuando afirma que los ‘ecanismos implican eleeciin (2005: 26-27) (Mechanisms. “entail choices), oro no peribe que tal postura implica, para - @lanalisia,elogi entre el agonie que eacoge por habitus, y el EGectene nepali doremporcon aa pautaeabitealn Bn resumen, para los efectos do este trabajo, entende- mos meeanismo corao el prineipio dinémica que imprime iniro a una contienda y refleja la capacidad de los agentes insciontes y xeflexivos de utilizar oinventar recursos y per _cibir oportunidades a su aleance. En otras palabras, cuando © fy el texto original: "Structure is dynamic, not sate its the con tinually evolving outome and matrix of a process of social interaction. "The same resourceful agency tht sustains the reproduction of structures algo makes posible thir transfurmation” 94 vouinacion vcoxesn4, incorporames In teorfa de In estructuracién a la nocidn do ecanismo, éste se coneeptualiza como el resultado del uso de recursos y dela explotacién estratégica de la multipic- dad de Ins estructuras,transponibilidad de los esquemas, impredecbilidad de los recursos acumulados, polisemia de Jos recursos e interseccidn de la estructuras (Sewell, 1992: 18) que serd seguida de una gran diversidad de consecuen- cis, aum para los mismos ‘mecanismos. Incluyendo en la no- cién de mecanismo todos estos caveats, conservaromos esto eoncepto como elemento anaitico. En tal acercamiento, el ‘mecanismo ya no ser4 un elemento fundamental que subyace 4 un proceso independientemente de las decisiones de los participantes, sino una herramionta utilizada y/o modifiea- dao no) por éstos con los propésitos que ellos definan, Por tanto, a eada episodio dentro de un proceso complejo dado, Ie cormespondera um amplio abanico de eaminos posibles y disponibles entre los cuales los participantes podrén elegir. En vex de condiciones nocesarias o suficientes, 0 explica- ciones causales supra-individuales, tendremos, entonces, decisiones y neciones colectivas contingentos que reproducen 6 transforman Ins estructura. DINAMICA DE LA CONTIENDA Enel pasado, el estudio de las luchas sociales se ha divi do en tantos campos y subeampos como se han presentado manifestaciones diferentes de ellas. En Dindmica de la contienda, McAdam, Tarrow y Tilly (2001) proponen un cesquema analitico generalizable que promote reducir estas manifestaciones colectivas dispersas a un solo proceso ampli Namado contienda (contention), Con ello afirman que pueden, demostrar que “diferentes clases de contiendas ~movimien- tos socinles, revoluciones, olas de huelgas, nacionalismo, democratizaciin y més— son el resultado de mecanismos ¥ procesos similares” (McAdam, Tarrow y Tilly, 2001: 4). Cananes mubRicosconvERRNTES 95 En otras palabras, estos autores se comprometen a que la educcién taxonémiea que operan revele combinaciones de procesos, si no comunes entre dlistintos contextos de contien- a, por Io menos similares entre sf. En el lenguaje cotidiano, Ia palabra contionda abarea ‘un amplio abanieo de interacciones conflictivas, desde las privadas (pleito, querella, broneca, pugna) hasta las piiblicas (ifias, buelgas, polémicas, disputas, protestas callejeras, ete.) En MeAdam et al. (2001), sélo las contiondas de ca- rcter politico son consideradas de interés, y definidas como interaceidn eslectiva piblica episédica entre reclamantes y1os ‘bjetos de tales reclamaciones, en Ins cuales a) por lo menos ‘un gobiemnoesté involucrado come reclamante, objoto do recla- rmacién, oes parte en una reclamacién yb) las reelamaciones, de sor satisfechas, afectarian los intereses de por lo menos ‘uno de los reclamantes (McAdam, Tasrow y Tilly, 2001: 8)” Por su enorme goneralidad, esta dofinicién no nos indica sila resolucién de la eontienda pod tener consecuencias as allé de los intereses privados de las partes en la pugna, i implicaré cambios en las estructuras y procedimientos difundides on la localidad o regin on la que estalla la con- tionda, o hasta en la sociedad amplia. En el sentido dado a la palabra por Sewell (2005), no sabernos si la pugna tiene, ‘ono, posibilidades de generar eventos" (es decir, provocar " Batossentidos son aproximativamente equ os por el Oxford Dieronary para la palabra ‘contention’ ‘yest controveray. Bn espaol, contienda significa “Ti Tatalla, dispute, dscusign, debate, yencuenteo entre dos equipos en hos ‘Seporie” (Dieionario de fa Academia mexicana dela lengua) ‘episodic, publi cllective inoraetion among malar of claims and thie objects when (2) atleast ne government i laimant, an objet of lain, ora party to theclaime, and othe claims wuld, realized affect fhe intereste ofa least one ofthe claimant” (McAdam y ol, 2001: 5). "Vana definiegn del amin ancl apartado anterior de eotacaptul, 96 powINAGIONY coNniENDA cambios radicales). Beto hace més abarcadora la definicién, ‘que pode designar desde contiendas basadas en cuestio- nes de poca envergadura, como el caso que citan los autores de una pugna entre vecinos originada en el lugar donde pasté una vaca (Roy, 1994), hasta robeliones y revoluciones, sociales, Esta amplitud so logra, sin embargo, a costa de no hacer distincianes (de hecho, con esta intencién) entre lasos de contionda, patticularmento entre las que tienden ‘8 reestructurar Jas practicas del orden social cotidiano, las, ‘que son indiferentes en este sentido, y las que se eafuerzan, por reforzarlas o restablecerlas, aspectos que no son eapta- dos por la dstineién entze contiendas restringiddas (contained) (McAdam et af., 2001: 7), en las cuales las partes en pugna son actores previamente establecidos que utilizan medios {institucionalizados para expresar sus demandas, y contien- das transgresoras (MeAdam et al., 2001: 7-8), en las cuales, Ios actores no son establecidos y los medios que utilizan para hacer sus demandas son sin precedentes 0 prohibidos por el régimen. En e] estudio presente, veremos imo actores tradicionales establecidos —tmnos pueblos comunales de Mo: ‘elos-se movilizan con una combinacién de formas tradicio- nales y novedosas, y ala vex tyansgresoras, en el intento de ‘renegociar algunas reglas alas que son sujetados. También vyeremos emo uno de estos pusblos tradicionales, que bus- 6 llevar a cabo sus actividades normales ~las de sembrar ‘sus tierras- organi2é la primera contienda transgresora, del conjunto complejo de las contiendas que se lamaron la Revolucién Mexicana. ‘En un segundo libro de Tilly y Tarrow (2007; 4), 1a no- cién de contienda en general se amplia para abarcar hasta equefios pleitos entre individuos sin la prosencia del Esta: do, donde se afirma que “la contienda consiste en expresar reclamaciones que tienen consecuencias para los intereses de otras personas” ("Contention involves making claims that bear on someone elsc's interests"), mientras que Ins ‘camnios nrcos convaaRNTES 87 'pricticas politieas contendientes’ (contentious polities) se apegan ala definicién en MeAdam et al, (2001) arriba citada fin lo que sigue nos apegaremos a la definicién inicial que caracterizaremos como contienda a secas.en las que agentes gubernamentales estardn necesariamente involucrados. Pero haremos bincapié en que el cardcter politico de una contienda no se limita a la participacidn del Estado como reclamante o reclamado, por lo que distinguiremos (no a priori, sino como resultado del andlisis) entre contiendas | que tienen un carscter transformador de las reglas sociales y Jas que carecen de ello, aunque ambas involucren al Estado, En este trabajo, al igual que McAdam et al. (2001), nos ‘concentraremos en el estudio de contiendas de tipo trans- gresor en las cuales los actores presionan y retan a las ati- toridades gubernamentales para que resuelvan las pugnas su favor, En tales contextos, seria dificil alegar que los ac- tores actiian en forma automéitien o irreflexiva como en la vi a cotidinna normal, Por el contrario, consideramos que la tontienda transgresora representa un caso ideal en el que ‘el proceso depende de la refiexividad de los contrineantes ‘que dindmicamente van respondiendo unos a otros con ar- _gumentos y acciones calculados para obtener la victoria en Ancontienda (para transformar o restablecer el arden social). En The Dynamics of Contention (Dindmica en lo que sigue), al igual que en Contentious Polities (Politics en lo que sigue), la nocién de mecanismo ocupa un lugar central, el de explicacién socioldgiea. {Cuales son los principios que rigen los mecanismos de las contiendas que proponen los autores de Dindmioa? Primero, 6stos se generan a partir de Jas interacciones entre los contendientes, y no con base en caracterfsticas individuales de éstos. En esto, Tilly y col, se apartan claramente de autores igualmente comprometidos con oxplicaciones basadas en mecanismos, pero que consi- | eran al individuo necesariamente como el eslabén de la ‘sidena analitiea donde debe ubicarse la explicacién causal 98 poMaci6N ycoxTIENDS (Hedstriim, 2005, 2009; Hedstrim y Swedberg, 1998). Tam- hin se apartan de autares que infieren la accidn de estados mentales en Jos que los actores ge imaginan, por ejemplo, ser miembros de una nacién (Anderson, 1991). Lego, los autores. critican acercamientos anteriores hacia la accién colectiva, tradicién a la cual ellos mismos aportaron, argumentando que fueron demasiado etapistas y estéticos (McAdam y col, 2001: 43-50). Elmodelo clasico de los movimientos soviales,* dicen los, autores de Contienda, no puede dar cuenta de los procesos que lo generan porque es & Ia vex mecdnico y “etapista”. En dicho esquema, los retadores (challengers) parecen nacer de Inada, porque no existe un meeanisino mediador entre des- contenta y oportunidades. Sin embargo, es sabido que los sistemas de opresin pueden durar periodos muy largos fa pesar de que existan oportunidades para combatirlos, miontras nadio sea capaz de percibir a éstas y transmitir esta pervencién a otros (0 sea, de movilizarlos), La forma etapista en Ja que fue inicialmente formulado este proceso, argumentan Iog autores, es inadecuada porque no permite ‘dentificar las interrelaciones entre componentes que pare- cn salir unos de los otros secuencialmente. El viejo’ modelo ‘de movimientos sociales es también eriticado en Contienda por haher dado demasiado peso a los antecedentes de las ‘contiondas entendidas como causas, y haber subrayado mas ‘las oportunidades que a las amenazas (Goldstone y Tilly, 2001). En Dinémica, estas condiciones iniciales de una con- tienda serdn consideradas moramente contextuales. ate modelo identiien cinco etapae en cl proceso de dasazrlle do ‘an movimiento social 1) cambiae en Ia eosiodad quo desatan cambios ‘sleatorno politic cultural y exons: 3) lnrtadorer(chollenges, on ‘optoqui mplicitament rele orden socal catableido) encuentran portnidadery conatrieionespaliticas: 3) os retadore so onganizan co Joa recursos disponible; 4) agravios espe sn enmarcados framed) 175) os partiipantes emprenden acionos caleetivasuilizando epertorios ‘stables ‘cammNosTHoRICOS poNVERORTES 9 La consecuencia de tal pronunciamiento tedrico ‘epistomolégico os que, al desaparecer las condiciones lantecedentes a una contienda, también desaparecen los ‘agravios acumulados como eondicién necesarin de movi- Jizacidn en una contionda, Io cual nos parece sumamente contea-intuitivo, ademas de contrario a las conclusiones de una gran acumulacién de investigaciones. Bs sabido, por ejemplo, que los partidos de extrema derecha europeos teclutan entre grupos sociales que se perciben a si mismos como marginados y victimizados por las politicas seguidas por los gobiernos en turno (Abedi, 2003; Beta ¢ mmerfal, 1998; Brachet-Mérquez, 2005; Hainsworth, 2000; Hewitt, 2002; Mudde, 2000b, 2000a, 2001). También se ha e hilecido que el movimiento Sendoro Luminoso ha reclutado principalmente entre Ins clnses provincianas medio-bajas marginadas por una elite polities todavia ligada a la vieja ‘ligarqufa (Degrogori, 1990); en Centroamérica en los aos setenta y ochenta, Ia guerrilla guatemalteca recluté entre las poblaciones indigenas expropiadas de sus tierras y polit ‘camente reprimidas por las dictaduras de derecha apoyadas ‘en Jos terratenientes que siguieron al derrocamiento en 1954 de la democracia guatomalteea naciente (Dunkerley, 1988; Paige, 1983; Wickham Croviley, 1992; Vela, 2011); y _ eLislamismo extremo nacié entre los palestinos encerra- ‘dos desde 1947 en campos de refugiados. Esto no impide, ‘naturalmente, que después de haborse constituido, los fovimientos, partidos, y grupos transgresores de todas " elasos no sean capaces de reclutar individuos que apa- rentemente no comparton los agravios de Ios pioneros. De alli ta dificultad de detectar, por ejemplo, elementos en la sociedad que son potencialmente suscoptibles do integrarse ‘4 un movimiento transgresor, Pero la primera chispa que rea una contienda, este principio din4mico que aqui bus- cainos establecer, no pod darse a menos de aprovechar y transformar sentimientos de agravio (reales 0 imaginados) 100 posta ooNmaNDA presentes en grupos determinados durante largos periodos, ‘es decir, a menos de enmarcar (ram) a todos estos agravios en un diseurso que los une y los activa. Para subsanar las lagunas en los estudios pasados que ellos sefialan, McAdam y col, (2001) proponen las modifi. caciones siguientes al modelo elasico: primero, el foco de la atencién debe estar en el procoso mismo de movilizacién, no en sus erigenes ni en los resultados que pueda tener. Segundo, se activa la contienda mediante un mecanismo consistente en que nazea entre los participantes la pereep- ‘eign de que existe una oportunidad o una amenaza. Tereero, los recursos y los sitios de reunién no tienen una existencia objetiva como tales, siendo creativamento apropiados por ‘el movimiento en proceso de movilizacién. Cuarto, el en- mareamiento (framing) es un proceso interactivo que tiene Tugar entre los contendientes, los medias, los oponentes ‘al movimiento, el gobierno, etc. Quinto, los repertorios contenciosos uilizados no son fijos, por lo que se prestan ‘a muchas improvisaciones en el fuego de la nccién, Todos ‘estos procesos simultsineos e inter-dependientes transfor. man, @ su vez, la identidad de los contendientes. En este nuevo modelo, no hay orden fjo, y los actores estin cons: ‘tantemente innovando e improvisando. Los repertorios que adoptan, limitan, hasta cierto punto, el tipo de interacciones centre ellos (McAdam et al., 2001: 49), pero hay mucho més espacio para improvisaciones y gitos inesperados que en. modelos anteriores, ‘Todas estas estipulaciones, evidentemente, apuntarian ‘a que log autores se encuentran del lado de agencia en el debate ostructura-agencia que presentamos en el apartado anterior: los aetores de un proceso son los que, en interaceién, cestructuran los componentes del proceso contendiente en el questa involuerados, creando recursos mas que enoontrén: dolos ya hechos, ¢ improvisando estrategias y repertorios Pero todos estos aspectos de creacién de los movimientos, caves moos CoNvERGEITES 101 ‘antes contrales, se vuelven relativamente marginales en {a teorizacion renovada del proceso de ls eoationda. En vee do etapas proliminares en un proceso, son ahora conside- rados como “procedimientos de organizacién’” Corganizing dlovices”) cuando se consideran sitiles, v son abandonados fuando no (McAdam et al., 2001: 84). Sin embargo, no se fofrecen criterios para decidir si son, ono itiles, y tampaco, To que o8 mas grave, se define un estatus tebrico claro pat estas distinciones analiticas en ol proceso de contienda: json tlementoa en el proveso gencrico de eontionda?, y si no lo son, {qué relacin tienen con lo que si se considera parte de {ales ‘procosos? Lo més desconcertante es la contradiociin ‘que parece haber, por un lndo, entre la nocién de actores que yerciben tanto oportunidades como recursos, e improvisan Y, por otro, la nocién de mecanismo como procedimiento ‘explicativo no explicitamente relacionado con la agencia. La posicién de McAdam et al. (2001) y Tilly y Tarrow 2007) rospecto a este problema se encuentra implicita en Jos ejemplos que ilustran el esquema que proponen estos autores. Primero, no problematizan de qué manera se de sarrolla la movilizacion, el onmarcamiento 0 la apropiueién derecursos, en la medida en que los autores oxaminan a las contiondas una vez.que ya estén armadas. Por ejemplo, el examen de la rebelién Mau Mau en la Kenia colonial arranca 21.20 de octubre de 1952 con la declaracién de un estado de ‘emergencia por parte de las autoridades brit4nicas, fecha ‘en que se considera que existe la contienda, y se trata de estudiar su evolucién. Igualmente, el movimiento popular ‘que derrocé a Marcos en las Filipinas empieza, en la narrati- vade los autores, con el asesinato en 1983 de Benigno Aquino, ‘cuando el movimiento ya lleva tiempo de existir, El motivo por el cual una disputa 0 un movimiento llegan a constituirse ‘en contienda esté en un pasado que no se incluye, 0, cuando se incluye, no tiene status teérieo (MeAdam y col., 2001: 94). Bn el modelo clisico, los motivos de una movilizacién 102 powNAciony cowTENDA estaban implicitamente presentes en la estipulacién de un cambio en el entorne politico, cultural u econémico como antecedente al movimiento social. En efecto, se podia pensar ‘que tal cambio podia crear una percepcién de amenaza (por ‘ejemplo, In pérdida de estatus o de recursos por la llegada ‘de inmigrantes) o de oportunidad (por ejemplo, la Segunda (Guerra Mundial para los movimientos de liberacién nacional, en las eolonias). En este punto de la discusién quisiéramos resumir nuestros desacuerdos con los autores de Dindmica, con el fin de hacer més claro qué tan diferente ser nuestra inter. pretacién de los hechos analizados en los capitulos III a V te lo que hubiera sido de haber replicado estriciamente el, modelo de Tilly y col 0) Por qué se involucra la gente en contiendas. En la definicién de contienda do Tilly y col., solamente estin en juego los intereses de Jos que participan en hacer reclamos CEI reclamo, si zecibiera satisfaccién, afectaria los intere: +508 do uno de los reclamantes”), Pero en el mismo trabajo se enfatiza la importancia en las contiondas de “la cultura, histérica acumulada” (MeAdam et al., 200 como cambiante como consecuencia del eurso del proceso de contienda, Ambos conceptos hablan de los aspectos mais, ‘emocionales de las eontiendas; sin embargo, no forman parte de la definieién de este proceso, ni se mencionan como me- canismos que impulsen a los participantes en una direceién otra, El agravio, por su parte, solamente aparece una ve2, pero no en el sentido usual de la palabra. A diferencia de es te acercamiento sesgado hacia los intereses, el trabajo de ‘campo que Hevamos a eabo a lo largo de dos arios nos indieé Ja necesicad de introducir al modelo de contienda el senti- iiento de insatisfaccién y de agravio que era endémico en el centorno en el cual se reclutaba a los participantes (ademas 2), y sucede lo mismo con identidad, que repetidamente se menciona ‘aonivos TRORICOS CONVERGRNTES 103 4e otros aspectos, como la cultura de la solidaridad comuni: ‘aria, las identidades religiosa y cultural, etc), yesto mucho ‘tiempo antes de que estalle una contienda. Argumentare mos que estos sentimientos nos permiten entender mejor el ‘proceso de contienda tanto en el nivel analitico micro como en el macto, debido a que representan reacciones diversas yra veces confusas a cambios en las reglas que eontrolan témo se distribuye el poder y los recursos en la sociedad. Insistiremos, sin embargo, que los agravios que sienton los participantes no son suficientes para desatar una contienda. En esto estamos de acuerdo con Tilly y col, que sostionen ‘que Ia percepeién de oportunidad o de amenaza, seguida dol ‘enmarcamiento son elementos neeesarios para que arranque ‘elproceso, Una persona puede estar motivada para involu- crarse en una eontienda porque es familiar del vecino euyo pasto fue eomido por la vaca ajena (refiriéndonos de nuevo al ejemplo analizado en Roy, 1994); porque un grupo de ve- cinos no Ie permiten vender su parcela de tierra como se le ‘antaja (uno de los casos analizados en este trabajo); 0 porque "realmente piensan que una gasolinera al lado de una escue- Ino del pantedn representa un peligro para la comunidad. (otra contienda analizada en este trabajo). AL igual que los ‘motivos que impulsan al suieidio presentados por Durkheim ‘on su famoso trabajo sobre el tema, las muy variadas razo- ‘nos para participar en una contienda no pueden explicar el surgimiento de ésta, ni tampoco los niveles de participacién cn ella (Perrow, 1977). Pero es dudoso que la contienda hu- biera surgido sin los antecedentes de agravios enmarcados por los organizadores de la contienda on una euestién mis precisa, y respaldados por las percepciones de oportunidad ‘ode amenaza. Las percepeiones iniciales, sin importar qué ‘tanto sean confusas y heterogéneas, se transformarin y se homogencizarin a raiz del proceso de intoraceién que con: truye la contienda y del enmareamiento que se le ha dado, asi ‘camo de los sucesos de Ia contienda, mismos que generaran 104 owmvaciowY covteNDA nuevas identidades unidas por reclamos relativamente cla- os. Enel presonte estudio argumentamos que tales reclamos pueden, en algunos casos, ser interpretados como luchag en contra de cambios en el estatus legal-institucional y los re- cursos nceesibles a los habitantes de los pueblos que hemos estudiado, consecuencias de las reformas constitucionales de 1992 que pusieron un punto final al reparto agrario. Estas luchas pueden interpretarse como la resistencia, por parte do pueblos tradicionalos, a las amenazas percibidus que re- presentan los intoreses moreantilos de los especuladores de bienos raices, Bn otros casos eatudiadas aqui, as eontiendas ‘observadas sersin vistas como el reflejo local de disputas de ‘ardeter nacional. En resumen, los intereses son neutrales con rospecto @ los sentimientos de Io que es justo’ o ‘injusto’, mientras que el agravio oxpresa sentimientos de injusticia (Moore, 1978). A diferencia de Tilly y col, postularemos que el agravio es ‘un ingredionte posible, y de hecho muy frecuente, en las contiendas, siendo su esencia el desacuordo en cuanto a ‘quién tiene el reclamo legitimo en una disputa, y por tanto doberfa ganarle al contrincante. 8) Sobre qué base normativa y con la autoridad de qué institucién ge resuelven las contiendas: Si los reclamos pueden calificarse como legitimos o ilegftimos, esto im> plica que existen reglas y normas compartidas entze los contendientes, por Io que la disputa en realidad estriba en decidir cuales principio (eyes ocostumbres) son los que de- bon aplicarse cuando #0 decide cusl de Tos reclamoa es el ‘correcto’. Pero ;quicn sod ol juez que deeida cudl de Tow reclamantes tiene la razén?, y quién aplieara su fallo? Bn la definicin de Tilly et al. (2001), el Estado figura como “un reclamante, ol objeto de un reclamo o parte en un reclame”, enotras palabras, camo un eontendiente del mismo tipo yen 1 mismo nivel que cualquier otro, con intereses y reclamos CAMINOS THORLCOS CONVERGHUTES. 105 ‘propios.”* Bsta definicién pasa por alto el papel del Estado ‘como implementador de la ley, Io cual significa que su pre- ‘sencia on una disputa involuera necesariamente su poder de declarar tal o cual reclamo como legitimo, y de aplicar Ja sentencia a favor del que gané. Adicionalmente, algunos ‘eclamos seran dirigidos en contra de acciones perpetradas ‘por el Estado quo son consideradae ilegitimas por algunos de los contendientes, también con referencia a un eonjun- toe roglas. En tal caso, la disputa se centra en el uso bueno ‘o malo que hace el Estado de las roglas establecidas. ©) 4Qué es lo que mueve et proceso de contionda? sMe. ‘eanismos o decisiones estratégicas? Aunque McAdam et al, (2001: 41-50), cuando deseriben casos, nos prosentan | actores reflexivos involucrados en interaccién de manera satégica y usando recursos de manera innovadora, se sigue suponiendo (tedricamente hablando) que, no bstante, ‘estos mismos actores ropetirén una y otra ver el mismo con: junto de estrategias traducidas en términos abstractox como ‘mecanismos, en cuya definicién no se incluye la agencia Por tanto, Ia nocién de mecanismo en Tilly y col. descansa fen supuestos contradictorios: por tun lado que Tos conten dientes son actores estratégicos conscientes que inventan constantemente nuevas formas de perseguir sus objetivos 4, Por otro, que son reproductores de patrones culturales -atados a su habitus, coma los deseribe Bourdieu, por lo que Jo que crea los mecanismos e impulsa las interacciones en Jas contiendas son los hébitos culturales profundos, y no los ‘actores mismos. Aun concediendo que en la realidad los con- tendientes combinan estrategias conoeidas con otias nuevas, sigue siendo insuficientemente especificado teéricamente el cardcter innovador de las contiendas transgresoras, a pesar ™ Unas pginas mée adolants, los autores mensionan que! xbioro [puede actunt come medindor, blanco oreclamante (MeAdam ea, 2001: 5), pero no we menciona al gobierno camo aetuand como Gebitro o.com Implementador de egian 106 poner CONTEND do ser una preaeupacién central en Tilly y col. Como indica: ‘mos en el primer apartado de este capitulo, consideramos ‘que los meeanismos son consecuencia de las elecciones que hhucen los actores. 1d) 4Cémo proceder para pasar de una contienda pequeria ‘a.una grande? Dada nuestra postura tedriea a favor de que los participantes en una contienda sean agentes préetica- mente y discursivamente eapaces de escoger entre estrate- izias y repertorios de contienda, también postularemos que Jos colectives que ge enfrentan en las contiendas deliberan internamente sobre las decisiones que toman, entran en coaliciones, buscan alianzas o negocian con sus contrincantes ‘con agentes del Estado, Por tanto, visualizaremos el creci ‘miento del proceso de contienda del nivel local al nacional, no ‘como algo que sucede espontiineamente o misteriosamente, sino como el resultado de procesos de comunicacién y deli- eracién intra e inter-grupales en los que las jerarquias y el liderazgo desempenian un papel importante, ‘La transformacién de una contienda en pequefia escala ‘ona en grande escala sera tratada en este trabajo como ‘una cuestién empfrien que no debemos resolver mediante una, ddecisién definitovia sino por medio del trabajo de campo y de archivo muy detallade en la busqueda de los process que ‘se desenvuelven dentro de los niicleos de contienda. Estas consideraciones son ausentes de los trabajos de Tilly y co, pera no dejan de ser compatibles con la idea de contienda {que ellos proponen, pero con Ja desventaja de abrir la caja de Pandata de los submecanismos que subyacen a los meca- nnismos que estos autares quieren definir como indivisibles. EL. PACTO DE DOMINACION Las pugnas colectivas pueden limitarse a litigios inter: _ jindividuales que recuzren al Estado en busqueda de una ‘auinos THORICOR coNvERGENTES 107 solucién juridica. Pero, cuando existen, a nivel nacional, tonflctos politicos, religiosos o étnicos, tales litgios tien: ddon a alinearse sobre los confictos mayores y escalar en Tuneién de ellos, como sueodié en Rey (1994), porque Ia vaca aque habia pastado en terreno ajeno pertenecia a un bind, mientras que el terreno pertenevia a un musulmén. Aun en situaciones en las cuales no parece haber conictos abiortos entre grupos sociales, ls contiendas generalmente tienden adesbordar su eontexto inicial y lexan a poitizarse. Pero, entonces, Zqué criterios permiten afirmar que un eonficto es una contienda de carseter politico, yno un simple litigio? Bl critorio ofrecido tanto en Contienda como en Politics es Jn sola presencia del Estado, mismo que puede resolver una contienda casuisticamente, por ejemplo mediante una decisién judicial, Pero la misma burocracia estatal también puede intervenir y cambiar la intoxpretacién de alguna ley fenaras de mantener la paz. social, aceién que puede tener re- porcusiones mucho ms amplias en la sociedad que la simple 2esolucién dle una pugna en funcién de reglas establecidas, #-en contradiceién con ellas. En la segunda clase de con: tionda, estin implicitamente involueradas personas que n0 nilitaron en la contienda inicial, pero euyos intareses eatin én juego, como coletividados cituadias dentro de los limites do jurisdiceién del Hstado en laa cuales agentes estatales pueden, en un futuro indeterminado, decidir apliar ls mis ‘mas solciones(conciiadoras o represivas),como prevencién Ante Ja posihilidad de violaciones futuras, a como castigo de los presuntos responsables de alin coniieto local. En Lajos de ser exclusvamente earacteristco de paises del teaver | mundo, oa cambios en la implementacisn de una ley aon tambign my ‘ecuontos on las demoorocia establocidas, Reskin (2003: 10-11), por ‘jmp, reporta que el ap. 7 dela Ley sare derechos eves relative & ‘i diseriminacin en el empleo en Estados Unidas a fue delta con Jos aio, Dogand a sor pricicemente nulifeada en oe alos noventa, | ante la uogaeién de os trhunates «aplinrl, 108 posuaex6wyconENDA cl primer caso, contrariamente a la definicidn de contienda politiea que ofrecen los autores de Contiendia, el Estado funge como simple mecanismo de conciliacidn/resolucién sin que ‘sus intereses estén involucrados. En el segundo, el Bstado ‘aparece com teniendo intereses, perono en el mismo sentido ‘que los demés contendientes; sus intereses estan en relacién ‘con la estabilidad de su poder y su legitimidad frente a la poblacién bajo su jurisdicciOn, mientras que los intereses de Jos demés contendientes estiin mas ostrochamente relacio- ‘nados con recursos econdmicos 0 feudos institucionales. Sin ‘embargo, los demfs contendientes pueden también estar retando al Estado por una porcién de poder politico, como vveremos en tuno de los casos bajo estudio aquf. El Estado, ade- is, tiene medios y recursos eualitativamente distintos de Jos utilizadas por los demas contendientes: ademds de po- der hacer uso de la violencia con cierta autoridad, y violar la ley en aras de mantener el orden con un amplio margen de impunidad, representa, en términos normativos generales, el guardisn de In definicién del orden social que rige en la sociedad, y como tal, esta llamado a resolver los disturbios {(éase las contiendas) que amenazan dicho orden, Por otro Indo, el Estado es también un conjunto institucional y orga- nizacional por medio del cual las politicas manejadas en Las caipulas legislativas y ejecutivns son aplicadas desde el mas alto nivel nacional/estatal hasta ol mas bajo nivel local, Por lo tanto, la participacién del Estado en un confficto no puede ser la de un interés entre tantas: es la de un poder politico que vigila, con eierto grado de elasticidad, por la aplicacién de las polftiens emitidas desde arriba, pero cuya propensién a implementarlas puede cambiar al calor de las contiendas que dichas politicas desatan. La presencia de representantes del gobierno en las con- tiendas, ya sea para confirmar vegas sociales establecidas para modifiearlas casuistica, o realmente, es la bisagra insti- tueional que une la Jocalidad con la sociedad, Hsta presencia, ‘manos TeOnIC0s coNVERCENTES 109 significa que los eventos locales no pueden considerarse ais- Jladamente de los procesos nacionales, ni tampoco viceversa, Para entender el pleno sentido de una contienda, dehemos, por lo tanto, poder interpretarla tanto en el nivel local de Jos eventos y sus participantes, como en el nacional de unas xeglas ~especificadas o poco claras, negociableso inflexibles~ ‘en breve, de un conjunto de procedimientos y préctieas que caracterizan al ejercicio del poder y la distribueién de los recursos en una sociedad durante un periodo dado. Para lograr integrar lo local y lo nacional, proponemos articular la dindmica de Ix contienda con el proceso macro: societal propuesto en Brachet-Marquer (2002; 2020, 2010), Conforme a dicho esquema, el orden social se eonstruye histdricamente por medio de un denso tejido de procesos interactivos entre agencias estatales y grupos en la sociedad {que estructura (en el sentido dado por Sewell y Giddens) a ‘un eonjunto de reglas denominado pacto de dominacién que reglamentan el acceso desigual a los recursos y al ejercicio del poder. Este, aungue relativamente robusto, se ve con- tinuamente cuestionado y transformado por estos procesos interactivos. La contienda constituye un proceso central en te esquema, en la medida que los actores, tanto los bien ‘dotados como los pobres en poder yo recursos, huchan por ‘aplicar, nexociar, transformar oeliminar Ins reglas que del mitan su posicion en esta distribucién desigual. El prineipio «dindmico que estructura y transforms la sociedad en el argo ‘plazo es el proceso de alternancia entre la aceptacién técita ‘de eataa regias y su acatamiento relativo, por un lado, y su ‘transgresién por medio de contiendas en tas cuales actores Duscan infringirlas o modificarlas, por otro. Contrariamento a su nombre, el pacto de dominacién, ‘como aqui se entiende, no es un ‘contrato’ explicito, sino ‘un acuerdo implivito, es decir, préctico y eotidiano sobre la aceptabilidad de unas reglas que distribuyen desigualmente ‘l-poder y los recursos. Su surgimiento y transformacién 1110 poxmacrow'y contsson sigue una gran variedad de senderos histérieos, y eada uno representa formas especificas de estructurar la desigualdad entre las clases dominantes y dominadas, entre Tas razas y los grupos étnieos o religiosos, y entre los hombres y las mujeres. La actuacién del Wstado representa, en esto esque ma, un mecanismo organizativo que a la vez representa ¥ ‘aplica los términas del pacto validos en un momento dado, jzeneralmente por medio de su autoridad legal y poder coer- ‘itivo, pero también mediante su eapacidad de convocatorin ideoligiea y de mediacién entre participantes en disputas.” “fampoco debemos pensar en un pacto de dominacién como un solo conjunte de reglas claras que dividen Ia sociedad nitidamente entre dominantes y dominados, ni que se aplica unifrmemente dentro de cada una de estas categoriag, Se trata de un conjunto complejo de miiltiples précticas traslapadas que dictan explicita o implicitamente Uorechos y obligaciones correspondientes a cada categoria social, Estas reglas son distintas (de jure 0 de focto) para ‘lanvos, y negros, cristianos y judios, catélieos y protestantes, hombres y mujeres, eselavos y hombres libres, campesinos, ¥ fartesanos, tniembros del circulo gubernamental y opositores. del régimen, etcétera. Finalmente, ol uso teérico de la nocién de pacto de domi- nacién no implica su reificaciGn. No se trata de afirmar que existe, en la realidad de los hechos observables, algo” ‘que puede identifiearze como ‘pacto de dominacién’, Este ‘concepto es una metafora teSriea que nos permite apuntar a a realidad social con un lente diferente del acostambrade: desde éste, se observa do qué manera cada faceta de dicha realidad estd estructurada y condicionada porla desigualdad, desde el tiempo desigual en que la madre amamanta a la nia Se define el Betado como un conjunto institucanal que pos «1 monopeio de In fortsulaein y puesta en vigor de reglas obligato ‘para Ta pobloeson dentro de su teeitaio ean base en los medio do vie Toncia a su aleance (ana, 195). __fntones sociales de varias | das finslmente reemplazadas por medio de In interaeciGn ‘casisos raiicos convenoniras 111 yal niflo (Safiios- Rothchild, 1979; Hoodfar, 186), hasta la Temuneracién desigual del capital y del trabajo. En tal sen- tio, los hechos sociales ya no se ven como conformados por tiversos procesos que pueden analizarse independientemente do la desigualdad, sino como radical y profandamente estrue- turados y transformados por la dinamica de la desigualdad. En esta perspectiva, Ia desigualdad no es algo dado de una vez por todas, sino una condicién cambiante, creada y eonformada por los usos del poder, ya sean limitados por ‘reglas formales, o casi sin limites como en casos de guerra 0 conquista, En ambos easos, el poder surge de interacciones entre humanos (individual ocolectivamente) que intervienen como agentes en Ia estructuracién del orden social: los que "se encuentran del lado dominante e intentan extraer més ‘trabajo y plusvalfa, y los del lado de los dominados, quienes alternativamente aceptan tales imposiciones o les oponen resistencia. En la reproduceién cotidiana de la vida social, tanto los dominantes como los daminados ejercen una ampli ‘gama de formas de poder, y recurren a una gran variedad de ontiendas. Sin embargo, las recursos a los que tienen acceso Jos dominados se limitan goneralmente a las miles do formas de resistencia, disputas limitadas, rebeliones acasionales y Jas revoluciones raras veces logradas. En eambio, los domi- ‘nantes habitualmente logran preservar sin gran esfuerzo su ‘posicién privilegiada y la reproduccidn de las reglas sociales “que la sostionen. Para entender los procesos por medio de los cuales las «doles son creadas, transforma: entre agentes en el Estado y en la sociedad, tenemos queen- ~ tender cémo Ios pactos de dominacién son transformados tanto desde el Estado como desde la sociedad, En el primer Se utilize el plural porque no hay un solo ordon social sino tantos fueron ereados dentro ce lo mites ms'o menos jos de wns 59. led hatSrenmenteconstituida 112 poxvactox-y conmiDa caso, se trata de hacer aceptable el cambio propuesto desde arriba, implementéndolo suave o duramente, segtin la oposi cién y las resistencias provenientes de la regién o Localidad, En el segundo, so trata, para personas o colectividades en. Ja sociedad, de lograr que agentes del Estado cancelen de factoo de jure algunas do las reglas que afectan sus intereses percibidos. Una sucesién hipatética de pactos de dominacién (po) es representada en la figura IL-1; empieza en T2, encaminéndo- sehacia TS mediante una conquista violenta seguida de ocw- pacién militar, de pacifieacion coercitiva y de divisién de las propiedades y objetos robados entre los victoriosos, seguido e la institucionalizacién eoercitiva de regias que estabilizan la distribucién del poder y de los recursos. En PD1, estas reglas ce institueionalizan al grado de aparecer naturales y autométicamente aceptables durante, el periodo T4, oon algunas formas de resistencia cotidiana, Figura T1.1, De un pneto de dominacidn al siguiente 0 nation = Orden esablecido Orden ado yeu esata = Coyunara ees Tape = Novo ore input pra fies DI stolid = Regen al eres ein ezrin Onenednyespunst esl oyun een PDE input Neva odes imps pore ta PD? esta = Regs nar sin oeién i Aveadje Fadagde | yaacha coonnos-rzoaicos convuReETEs 118 y-de contienda no violenta, Pero en TS, en circunstancias hhist6ricas transformadas, regresa el sistema a una mayor frecuencia de contiendas entre conjuntos nuevos (0 Viejas) de ‘ontendientes, lo cual abre un nuevo cielo de confrontacio ‘nes y negociaciones sobre la distribucién del poder y de los recursos (T5-T6) que crea un nuevo arreglo en los prinetpios ide dominacién bajo PD2, seguido de un proceso de institu. cionalizacién durante ‘V7. No se congela In historia en este ‘punto, por lo que debemos representar Ia continuacién de ‘estos tielos recurrentes dle reconfiguracién del poder como tun PDS futuro. Eneste modelo general extremadamente simplificado, las formas de Estado son especificas de cada pacto de dominacién ‘istéricamente constituido, y por tanto surgiran y morirdn on 6, El Estado existe coino instancia de dominacion de ‘un tipo particular (suele decirse de un régimen particular), con sus especificas agencias burocratico-policiaeas que lo respaldan (Osdlak, 1978, 1997; O'Donnell, 1984), Por tanto, no existe, empiricamente hablando, una forma general de Bstado, ni siquiera de Estado ‘capitalista’o ‘socialists’, sino ‘una gran gama de Batados constituidos histéricamente, eada ‘uno con sus reglas de ‘quién tiene derecho a qué’, y formas ‘déneas de mantener el orden mediante una corabinacion | de castigo y recompensa. Por ejemplo, el Estado militar en ‘Argentina (1976-1983) literalmente se derrumbé a conse- ‘cuoncia de la derrota militar en la guerra delas Malvinas con Gran Bretaiia," y esto derrumbe posibilitéel resurgimiento, ‘on 1983, de una forma democratica de gobierno, Hl conjunte ™ Debemos anoter, sin embargo, que ata dervota no fue ca dl -rechazn, tanto por part de ag lies conservadoras como de as opanentes el égimen military autsiario; lo que prcipits Ines dole gonerales figel hecho de que stos publicemente declararon una vitora militar | vez que mandabin hombres venes y nis) a una muerte inevitable, {Yaoictaban dinero dela poblaciin civil para apayer a une guerra que perdido. 114 poumsacrbw coxmNDA de nuevas instituciones estatales que fueron construidas a vaiz de este cambio, lejos de ser definitivas, posteriormente atravesaron una crisis desatada por la oposicién de las clites que desataron una inflacién galopante, levando la economia y la mayoria de las funciones de gobierno al borde del derrumbe a finales de los afios ochenta, seguido de la re-estabilizacién de una forma restringida de democracia (Donnell, 1994; Alonso, 1998). Los Estados, por tanto, no. son nuunea definitivamente estructurados, y se reconfiguran, sus estructuras de poder ereando pactos de dominacién nue- ‘vos 0 transformados. Desde esta perspectiva general, la historia de las rel ciones entre Estado y sociedad es de una sucesién de ‘pactos! temporales (aunque a veces muy largos) cuyas trayectoriag: son mareadas, en momentos de giro, por conjuntos estrecha- ‘mente coneatenados de episodios de contienda tendientes a transformar Ins estructuras, permitiendo que estos pactos sean renegociados, no violentamente (por ejemplo, en Buropa. ‘Central en log afios noventa), o mediante alguna clase de evantamiento.” TEs en este punto que nos parece fructifero juntar et ceequema de contienda de Tilly ¥ eo., tal como lo hemos re- formulado, con el esquema tebrigo del pacto de dominacién, donde las contiendas locales o regionales, al engarzarse con _ Jas nacionales en momentos eriticos, pueden infundirles la fuorza necesaria para ejercer presiones hacia cambios en. Ja desigualdad: en lo micro, entonces, las contiendas nos: permitirian explicar el nacimiento y la evolueién de dispu- ‘uouostadaicos convaaaRNTES 115 tas basadas en agravios e intereses précis locales, mien- ‘ras que on lo macro, estas contiendas locales, temporalmen- | fp transformadas en nacionales, o engarzadas con unas de carder nacional en estos momentos criticos, operarian omo mocanismos de consolidacién y transformacién de las reglns de desigualdad, en otras palabras, de restructuracién del pacto de dominacién, Desde esta perspectiva maero, dicho visto como renegocidndose constantemente via con. tendas localizadas que pueden ser relativamente aisladas, 1y pot tanto con pocas probabilidades de transformar dicho “pacto, 0 pueden alinrse y coordinarse con oteus eobre un Amolioterritori, hasta representar presiones fuertes sobre os decisores en ol aparato estatal. Por su parte, el Estado, Agente principal de la preservacién del pacto, y ala vez de sureforma desde arriba mediante polticas publicas, se es- -arearia por evitar Ia conformacién de esos frentes amplios de - qontiondas coordinadas que representan limitaciones poten- siales a su poder y a ou legitimidad. En esta aritmética del “poder, el juego democrético tiende a transformar el proceso | saciodad-Estado, desplazando alas contiondas de la localidad alparlamento,* Sin embargo, dado que en la realidad social ~ que nos ocupa, el poder del Rstado es més despético que es | tyactural (Mann, 1988), trataremos al Estado no como una sxtensién de la voluntad popular, sino como relativamente Tas demandas de ésta, es decir, de Ias contiendas. ‘En resumen, el pacto de dominacién es, por un lado, una j por otro, se refiere al entretejido denso y muy real de con- Tn el eato especial de los peetos do dominacién democrsticos, cambio yo no te logra desaflando alo totaidnd de la ropa del pact {de dominecién, sino expresando reclamos por medio de los prowess elec: twrales y el sod reglns (por sjempo, las seglas pariamentarias) qu ‘Stiputan las formas legtinne do fect dichos cambios. Nocstante, Contionla, entendida tomo In expresign coleciva del decoontentoy de Tasdemandas, nue desaparece de las formaciones sociales demoersticas, liendas cuyo resultado final impacta poco o mucho sobre Ia " distribucién desigual del poder y de los recursos, segta el 116 pomsscion reo%mENDs caoanos resaicos oonvencuntes 117 de-cfmo hacer las cosas sin necesidad de reflexionar. A la ‘ea, hemos definido el pacto de dominacién como un eonjun- {ode regia, 6stas con imposiciones muy reales en el sentido do ser respaldadas por el Estado mediante su aparato judi- | Gialy policiaco, Entonces, debemos reconocer que hay dos flases de reglas, Las primeras corresponden al conjunto de onocimientos de eémo ser un agente competente en la vida | Gotidiana, y por tanto son virtuales ( técitas), mientras que Jas sogundas representan limitaciones muy reales institu- ~ cionalizadas que oponen los medios de control ideolégico y de ‘oercidn de los dominantes y del Estado alos intentos desde abajo de mejorar Ia ditribucin del poder y de los recursos

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