Está en la página 1de 114
Prélogo por Carlos Annacondia El corazon, la mente y el propésito de Dios para la cosecha El corazon, la mente y el propésito de Dios para la cosecha Juan Carlos Manzewitsch ve PENIEL BUENOS Aires - Miami - San José - Santiaco www.peniel.com Juan Carlos Manzewitsel NV) El Seftor de la mies Ta edicién Editorial Peniet Boedo 25 Buenos Aires, C1206A4A, Argentina Tel, $4-11 4981-6178 / 6034 e-mail: info@peniel.com www:peniel.com ISBN 978-987-557-564-6 Impreso en los talleres graficos de Ghione Impresores S.RL. Cerrito 1169, Bernal Oeste, Buenos Aires, Argentina Catubre de 2014 Tirada: 4.000 ejemplares Las citas biblicas fueron tomadas de la Santa Biblia, vesién Reina Valera 1960, a menos que se indique lo contrario, © Sociedades Biblicas Unidas Edicién y revisién: Gloria Zura Disefio de portada e interior: Arte Peniel + arte@peniel.com Manzewitsch, juan Carlos El Serior de Ja mies. - 1a ed. - Ciudad Autonoma de Buenos Aires : Peniel, 2014. 224 p.5 14x21 em, ISBN 978-987-557-564-6 1. Vida Cristiana. 1. Titulo COD 248.5 ©2014 Editorial Peniel LIBRO DE EDICION ARGENTINA Todos los derechos reservados. No se permite la reproduccin total o parcial, a distibucién 0 la transformacién de este libro, en ninguna forma o medio, ni el ejercicio de otras facultades reservadas sin el permiso previo y escrito del editor. Sw infraccidn esta penadz por las leyes vigentes. Contenido Dedicate 7 EI Sefior de la mies. Prologon tate Introduccion .... Deudores somos 23 El Senordelamics# 23.) sc 39 a OraClon eee 65 El testimonio . Informacion Siembra .......- Relaciones oN DR eM Jesucristo, el primer misionero del Padre... .. ..203 Dedicatoria En esta ocasién, deseo dedicar este libro a mis padres, Don Pablo y Dofia Nadia Manzewitsch, incansables obre- ros en los campos del Sefior de la mies. Ellos me ensefia- ron a amar a Dios y a tener compasién por las almas. Los amo y honro con todo mi corazon. El Sefior de la mies Alguien dijo una vez: Si quieres enriquecer los dias de tu vida, planta flo- res; si quieres enriquecer los afios de tu vida, planta arboles; si quieres enriquecer tu eternidad, planta i Evangelio en los corazones de las personas. Prdélogo Por el evangelista Carlos Annacondia Cuando un libro habla de evangelismo, me toca muy de cerca, ya que sé que es el corazén de Dios, que late por las almas perdidas. Al conocer a Juan Carlos y su pasién por el evangelis- mo, sé que este libro va a inspirarte a ser parte de la obra que Dios nos ha encomendado a cada uno de sus hijos, la obra de salir a Ja calle y arrebatarle las almas al diablo. Este libro te va a inspirar a salir de la comodidad de las cuatro paredes de la Iglesia e ir a buscar afuera, adonde esta la verdadera necesidad, adonde las almas estan su- friendo con enfermedad, depresién; atados por Satanas, desesperados, esperando que alguien les lleve el mensa- je de salvacién de nuestro Sefior Jesucristo. Dios nos ha dado el privilegio de ser portadores de las Buenas Nuevas, noticias que realmente cambian las vidas, y a la vez creo que es una responsabilidad. La Biblia dice en Romanos 10:14 “sCémo, pues invocardn a aquel en el cual no han creido? éY cémo creerdn a aquel de quien no han oido? gY cdmo oirdn si no hay quién les predique?”. EL SENOR DE LA MIES Las multitudes para un artista significan éxito, para un politico representan poder, pero para Jestis una multi- tud es sinénimo de compasién. Jestis vefa las multitudes con tanto amor y compasion, que este deberia ser nuestro enfoque como hijos de Dios, el poder amar y ser de ben- dicién primeramente a los mds cercanos y luego a nues- tros amigos, vecinos, compafieros de trabajo, etcétera. Amado/a es tiempo de actuar, no des mas lugar a Sa- tands para que destruya las vidas, las familias y los hogares. El Sefior Jestis nos dio la autoridad y las herramientas para arrebatarle las almas que el mismo diablo tiene encadenadas, A través de este libro, El Sefior de la Mies, estoy segu- ro que el Espiritu Santo se va a revelar y te va a animar a que puedas realizar la obra de Dios aqué en la tierra. Seras animado a conocer el corazén de Dios, lo que El siente por los perdidos y necesitados, y asi despertara en ti un deseo de volver a evangelizar en: plazas, parques, escuelas, hospitales, prisiones y en los lugares de trabajo, Yo le doy gracias a Dios por el matrimonio Man- zewitsch que deja todas sus comodidades, familia y lo que més aman con el propésito de ganar las almas perdidas y ver vidas trasformadas por medio de las Buenas Nuevas, eso es invaluable... Agradezco a Dios por sus vidas y sencillamente les digo que vale la pena. A pesar del esfuerzo, del trabajo, las luchas y las pruebas, ijivale la penal! Introduccion El presente estado de nuestras sociedades, lo que veo dia a dia en el mundo y las sefiales que se van cumpliendo, han desarrollado una urgencia en mi espiritu de compartir este libro que he titulado “E] Sefior de la mies”. Siento la necesidad de transmitir algunos principios biblicos para alcanzar a nuestros seres queridos. De hecho, he tenido que dejar de lado otros escritos que pensaba publicar en este tiempo, dando lugar a la necesidad que me es im- puesta por el Espiritu de Dios, en el sentido de brindar ciertos recursos fundamentales para que la Buena Noticia sea anunciada’. Note que estoy hablando de “alcanzar” y no de “con- vertir”, pues lo segundo no es una habilidad conferida a nosotros. Solo el Espiritu Santo tiene esta capacidad; El es quien convence y convierte el alma. Sin embargo, muchas veces, Dios echa mano de los suyos para realizar su obra. Por ejemplo, escogié a una Maria para encarnar 1. 1 Corintios 9:16. EL SENOR DE LA MIES a su Hijo y a un Moisés para liberar a su pueblo. Levanté aun Pedro para llegar a los gentiles y quiere emplearnos a nosotros hoy para llegar a los perdidos —especialmente a aquellos dentro de nuestro circulo de influencia—. Dios pretende usar nuestros pies para llevar las buenas noticias de salvacién a quienes no lo conocen. Desea utilizar nues- tra boca para compartir su evangelio, servirse de nuestras manos para tocar al doliente y de nuestros brazos para transmitir su amor. En los mas de 25 afios de ministerio que tengo —la mayoria de ellos viajando por diversas partes del mun- do—, no son pocas las personas que me han abordado para exteriorizar la fuerte carga que sienten porque su cényuge, sus hijos, sus amigos o compaiieros de estudios © trabajo no conocen al Sefior. El deseo de conquistar- los con la esperanza de salvacién es tan imperativo, que parecen hacerse eco del sentir que Salomén describié en Proverbios 13:12 “La esperanza que se demora es tormento del corazén”. Ciertamente, si amamos a los nuestros, no daremos reposo a nuestra alma hasta hacerles participes de la gracia que un dia irrumpié en nuestra vida para ben- decirnos eternamente. De la misma manera que Dios nos asid (nos agarr6), queremos que aquellos que son cerca- nos a nuestro coraz6n sean atrapados por su amor y vida, Aunado a esta realidad, el letargo que manifiesta la estructura que contiene a la Iglesia, en cuanto al mandato 2. Filipenses 3:12. 14 Introduccion de predicar el Evangelio a “toda” criatura’, incrementa lo imperativo de esta tarea. Si de gracia hemos recibido todo de Dios, es inaceptable que nos quedemos sentados en bancas de apatia y desinterés, como si la eternidad no fuera un tema lo suficientemente serio para tratar en las congregaciones de hoy. ijComprendo! Tu ya eres salvo y estas bendecido. Sé que gozaras perpetuamente del bene- ficio de estar con el Sefior. Pero, éy los dem ? éQuién no conoce la historia del gran transatlantico inglés, bautizado como Titanic, que en el afio 1912 se hundié al chocar contra un iceberg de grandes propor- ciones? A pesar de ser considerado “inhundible”, antes de la medianoche de aquel 14 de abril, el lujoso barco que navegaba a toda maquina por las heladas aguas del At- lAntico Norte, colisioné con la inmensa mole de hielo. La tecnologia naviera de la época no era tan avanzada como para advertir que el peligro y la perdicién lo esperaban. El choque le provocé una rajadura de trescientos pies (mas de noventa metros) en el lado derecho del buque, man- dandolo a las oscuras profundidades del océano y hacien- do perecer a cerca de mil quinientas personas. Mucho hay para aprender de esta tragedia, pero un evento periférico, y poco conocido, que aporto a la gran pérdida humana que arrojé el Titanic, tuvo que ver con una persona y un barco que se encontraban a solo veinte millas (algo mas de treinta y dos kilémetros) del lugar del naufragio; y para 3. Marcos 16:15 ab} EL SENOR DE LA MIES mi es muy ilustrativo de lo que te quiero transmitir. Este navio cercano pudo haber acudido al rescate de las cien- tos de victimas que cayeron a las frias aguas, si tan solo el operador de la radio se hubiese mantenido despierto y alerta, como era su deber. Cuando la otra ayuda final- mente lleg6 al lugar de la tragedia, ya era demasiado tar- de, y apenas unos pocos pudieron ser rescatados. EI mensaje que veo en esta calamidad para nosotros es claro. Muchos se dirigen, por el oscuro mar de esta vida, hacia una colisién fatal que los hard descender al abismo de perdicién; nosotros tenemos la luz para hacerles ver esa condicién y compartirles el plan de salvacién divino, pero simplemente no nos interesa. O peor atin, no son poces los que ya estan sufriendo las consecuencias de un choque con su pecado o los grandes imposibles de la vida y, sin embargo, nos rehusamos a escuchar su pedido de auxilio, o despertar de nuestro suefio profundo para ir en su ayuda, Hay innumerables personas a nuestro alrededor que se encuentran sin esperanza, sin Dios y sin salvaci6n, sin que nadie las ayude 0 asista —como aquellos que flota- ban en las aguas congelantes del Mar del Norte—. Se en- cuentran como el mendigo, Lazaro, que Jestis mencionéd en Lucas 16:20. En este versiculo hay un término griego ptosso (ntwoow) que significa mendigo y que describe la condicion de la mayoria de los seres humanos en esta tic- rra. Significa “estar sin ayuda o asistencia alguna”. Quiere decir que ya no hay recursos o bienes de dénde tomar. Quiere decir que ya no hay absolutamente nada ni nadie Introduccion de donde echar mano. En otras palabras, no hay manera de sobrevivir o mantenerse a flote. Este es el panorama que nos rodea en la actualidad; y nosotros, los que cono- cemos la buena noticia de esperanza, {qué hacemos al res- pecto? Estoy convencido de que algo podemos hacer. De hecho, jalgo debemos y fuimos comisionados para hacer! D. L. Moody conté la historia del pasajero en un tra- satlantico que trataba de descansar en su camarote, du- rante una feroz tormenta, tratando de recuperarse de los mareos que le provocaba el movimiento de la nave. De repente, escuché a alguien vociferar: “jHombre al agua!”. Entonces ord: “Que Dios ayude a ese pobre hombre... pero no hay nada que yo pueda hacer”. Mas, luego, pen- 36: “Pero puedo al menos poner mi linterna encendida en la ventana”. Esforzandose, asf lo hizo. El hombre que habia cafdo, finalmente, fue rescatado. Al dia siguiente, mientras el sobreviviente contaba su historia dijo: “Me hundia en la oscuridad por Ultima vez, cuando alguien de repente puso una luz en el ojo de buey. Esta brilld y alum- br6 mi mano, y el marinero en el bote salvavidas la tomé y me rescaté”. No podernos permanecer indiferentes ante un mar oscuro de perdicién que se traga a las personas sin que haya una luz que las alumbre, para que puedan alcanzar la redencién del Mesias. Permiteme confrontarte con una verdad que tal vez te incomode; aunque reconozco que es de manera un poco in- tencional: ¢Cémo piensas disfrutar de la presencia del Sefior sabiendo que tus hijos o padres o amigos estan sufriendo la EL SENOR DE LA MIES separacion eterna de Dios? O, écual serfa el destino del pais en que vives y de los millones de sus habitantes que no lo conocen, si hoy sonaran las trompetas y el Sefior viniera por los suyos? 2Qué anestesia opera en nuestras congregacio- nes, que hace que cada semana nos sirvamos hasta el har- tazgo de la mesa de la gracia, con un aire de egoismo hacia aquellos que permanecen privados de la misma? No olvidemos que el hombre rico que murié junto al pobre Lazaro, estando del otro lado del abismo podia ver, oft, recordar y reconocer a sus parientes. jHasta le hizo propuestas a Dios (el padre Abraham)! Por lo tanto, no entretengamos el pensamiénto que dice que después de la muerte no hay vida, y que ya no reconoceremos a nuestros seres queridos. Lejos esta este pensamiento de la escalofriante realidad. Hecha esta introduccién, quisiera ofrecerte un bos- quejo del contenido del libro que tienes entre tus manos. En los dos primeros capitulos, me referiré a la necesidad de conocer a Dios, especialmente en una de sus facetas menos conocidas, como “el Sefior de la mies”. También haré un diagnéstico de la visién actual de la Iglesia en relacién a este aspecto. Del capitulo tercero al séptimo, me ocuparé de dejarte cinco consejos practicos y utiles para alcanzar a tus seres queridos, los cuales considero elementos vitales, que actuaran como detonares para que ellos sean alcanzados por el poder salvador del Evangelio. 4. Lucas 16:19-31. 1. Introduccién Oracién e intercesién: Antes de hablarle a alguien de Jestis, debemos hablarle a Jestis de ese alguien. Dado que el Espiritu Santo es que trae la convic- cidn al corazon de cada persona, no podemos de- jarlo afuera del asunto. Nuestra oracién pone al Espiritu Santo en accién. Testimonio: Con esto me refiero a como vivimos nuestras vidas. Apocalipsis 12:11 dice: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Para triunfar en la labor de evangelismo es importante presentar un testi- monio de integridad y santificacion. Informacién: Mucha gente no se acerca al Sefior porque esta desinformada, mal informada o care- ce totalmente de informacién o conocimiento; de hecho, todavia hay seres en esta tierra que jams han escuchado el Evangelio. Algunos tal vez es- tan desorientados o confundidos y necesitan ser alumbrados con el conocimiento que los puede salvar de la perdicién eterna. Siembra: Esta tiene que ver con Jo que hacemos para que a la persona que queremos alcanzar le lle- gue el Evangelio. En términos mas simples, me re- fiero a la siembra de la semilla de la palabra de Dios. EL SENOR DE LA MIES 5. Relaciones: Estas involucran el contacto; el amor transmitido por medio del calor humano. No hay forma de transmitir el poder del Evangelio si nos mantenemos aislados de la gente, negandonos a compartir la vida de Dios con aquellos que no lo conocen. Sé que estos principios van a desatar un nuevo kairos (ti ven mpo de Dios) en tu vida, una bendicién divina que ira a ti como consecuencia de ocuparte del Reino. Si pones en practica estos consejos, verds venir muchas almas a los pies del Sefior, y los tuyos seran también al- canzados con el regalo mas grande de Dios al mundo: Jesucristo, su obra en la cruz y su resurreccién. Finalmente, en el ultimo capitulo de esta obra, com- partiré el mensaje de un hombre conforme al corazén de Dios, mi amigo, el Dr. Ricky Paris. Como cofundador de nuestro ministerio, y siendo el hombre a quien el Senior puso en medio nuestro como voz profética, su mensaje es muy significativo para entender la visién y Ja misién de Ministerios Visidn Internacional, Ja casa que nos acoge. Sus palabras dejaran en tu corazén la impronta del Ilama- do de Dios hoy para su Iglesia. Es mi anhelo que, a medida que avances en la lectura de las paginas de este libro, sientas la carga del Espiri- tu por cada alma que se pierde. Ciertamente, esta carga pesa primeramente en mi, y por eso siento la necesidad de transmitirtela. Una vez lef una historia que me hizo Introduccion reflexionar acerca del verdadero valor de un alma, la cual quiero compartir contigo. La historia relataba algo asi: Mientras que un anciano caminaba por la playa al amanecer, vio que un joven, unos pasos adelante, iba re- cogiendo de la arena estrellas de mar que luego arrojaba de vuelta al agua. Al llegar hasta el joven, aquel hombre le pregunto por qué hacia eso. La respuesta fue: “Las estre- jias de mar extraviadas en la arena moriran si quedan alli para la hora en que los rayos del sol levanten la tempe- ratura”. El anciano, intrigado, objeté ante las razones del joven: “Pero hay muchos kilémetros de playa, y hay alli millares de estrellas de mar. {Habr alguna diferencia des- pués de tu esfuerzo?”. El joven mir6 la estrella de mar que tenia en ese momento en la mano y replic ra ésta si habra diferencia”, y acto seguido, la lanz6 al océano. CAPITULO 1 Deudores somos El apéstol Pablo decia que somos deudores. Si, deudores; no de la carne, para que vivamos conforme a sus deseos, sino deudores del Sefor (Romanos 8:12). iEstamos en- deudados con Dios! Esto no significa que El espera que le paguemos lo que ha hecho por nosotros, pero si que compartamos con otros la bendicion del favor inmerecido que hemos recibido, como un acto de gratitud hacia EP. Tal como te amé a ti, también ama a los tuyos. Dios no solo nos bendijo para que disfrutemos de su dicha, sino que demostré su amor para que nosotros seamos bendi- cién alos demas. Los favores de Dios son gratuitos, asf que 5, Hebreos 12:28. EL SENOR DE LA MIES gratuitamente podemos compartirlos con otros*. Piensa en cuanto perdén has recibido; cuanto amor y misericor- dia te han sido extendidos. Mira la provisién que su mano te acerca a cada momento. Cada vez que tocamos la pre- sencia del Sefior estamos en deuda; cada vez que venimos a la cruz de Cristo para ser levantados estamos en deu- da; cada vez que recibimos un milagro estamos en deuda; cada vez que la revelacién de la palabra de Dios se arraiga en nuestras vidas, igualmente estamos en deuda. jSomos deudores...! Lei, hace poco, acerca de un médico en el campo mi- sionero que habia tratado a seis jévenes prostitutas para, luego, recomendarles una congregacién a la cual asistir. Pero los miembros de aquel grupo religioso no pudieron ver mAs alla de la vergonzosa reputacién de aquellas mu- chachas. E] susurro era evidente entre la feligresia, cuan- do las jévenes timidamente ingresaban al santuario. Por dos domingos consecutivos la gente las ignoré y las miré de lejos con desprecio. Mas tarde, alguien comenzé una campafia difamatoria en contra de ellas y, pronto, se pre- senté una demanda a las autoridades del grupo religioso, para que a tales personas indeseables no se les permitiera el acceso al templo. Pero la accién ya no fue necesaria... Las muchachas nunca regresaron. Pensaras que éstas son circunstancias fortuitas que toman lugar muy esporddica- mente en alguna congregacién no muy cerca de ti; pero 6. 2 Corintios 9:8. 24 Deudores somos te sorprenderia saber cudn cotidianas son estas actitudes en medio del pueblo de Dios. Recientemente, nosotros comenzamos un grupo de reunion en una zona céntrica de Buenos Aires y, como en toda nueva congregacion, gente de todos los sectores y contextos comenz6 a llegar. Entre los nuevos asisten- tes, me llamo la atencién una anciana de mas de 80 afios quien, por mas de treinta, habia asistido fielmente a un grupo evangélico en la ciudad. Se esperaria que alguien de tanto arraigo en un lugar, no cambiara de congregaci6n tan facil. Al llegar a nuestra casa, le preguntaron por qué ya no se congrega donde lo solia hacer. Ella, un tanto dolida, relaté que por varias décadas se habia sentado en el mismo lugar de aquella capilla, sin embargo, cuando envejecié le pidieron que cambiara de asiento. éLa razén? Las cémaras captaban su presencia y una anciana no era lo que convenia para Ja imagen que, segun el criterio del productor de las filmaciones, debian reflejar. Creo que deseaban mostrar una imagen mas juvenil del grupo alli congregado. éQué nos esta pasando? éDe qué se tratan nuestras reuniones? ¢Son una oportunidad para exaltar al Sefior, conocerlo ms y darlo a conocer, 0 son un show que hay que montar para las cAmaras? Yo quedé azorado ante la historia. Asimismo, una dama que lleg6 del mismo centro de reunion expresé: “En mi iglesia nunca nadie me hab{a demostrado tanto amor. Creo que nunca me dieron un abrazo...”. Si amamos a Dios, la consecuencia deberia ser EL SENOR DE LA MIES compartir ese amor con otros’. A Cristo se lo predica mas eficazmente con actitudes que con peroratas. Si amamos a riuestras familias y amigos, no podemos privarlos de aquello que gratuitamente, un dia, El nos dio a través de alguien mas. Aun deberiamos extendernos por encima de intereses personales y cumplir el mandato que dice: “...de gracia recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10:8). E] término gtiego que la Biblia muestra aqui para traducir la pala- bra “gracia” es dorean (Swpeav). Lo menciono porque es la misma traduccién aplicada en Juan 15:25 donde Jestis explicaba que “sin causa” lo habian aborrecido, y ejem- plifica la manera que nosotros tenemos que actuar. Do- rean quiere decir sin causa, sin motivo especial, sin razon, irracionalmente; sin necesidad, sin una excusa. Dios no buscé un argumento especial para bendecirnos. El dijo: los amaré de pura gracia...”. E] Sefior nos amé irracio- nalmente y, de la misma manera, deberiamos actuar con El y con otros. No es necesario siquiera buscar una razon especifica 0 una conveniencia personal para hacer llegar su amor a otros. Tenemos que hacerlo de tal forma que hasta nos parezca disparatado. Esto me recuerda la experiencia que me tocé vivir es- tando en un gran barco, junto a mi esposa. La inmensa mole flotante trasladaba a mas de dos mil personas, en- tre pasajeros y tripulacién. Antes de iniciar la travesfa, era 7. 1 Pedro 4:10, 8. Oseas 14:4. Deudores somos obligatorio participar de un simulacro de emergencia. Al sonido de una fuerte sirena, todos debiamos congregarhos en una cubierta exterior del barco, previamente designada para la operacion. La tripulacion repartio entre el grupo los conocidos chalecos salvavidas fosforescentes. Alli esta- bamos todos; ricos, pobres, personalidades, desconocidos, sin importar razas o estratos sociales, en la misma condi- cién. Cada uno debfa vestir aquellos indispensables imple- mentos de supervivencia. A nadie le parecia importar cuan ridiculo pudiera lucir; lo que preponderaba era la causa —que todos tuvieran la oportunidad de salvarse ante una eventualidad de naufragio—. Pienso que asi deberiamos repartir la buena noticia del Evangelio; que todos la oigan y que todos la hagan suya sin miramientos, discriminacién o intolerancia porque lo que prepondera es la causa —que todos accedan a la oportunidad de salvaci6n—. Una congregacién anti Juan 17 Una escritura que aparece como un compas para indicar cuan ubicados (o desubicados) estamos en el reino del Se- fior, es Juan 17:18: “Como ti me enviaste al mundo, asi yo los he enviado al mundo”. El lugar de 1a comisién es claro: “al mundo”. Este mandato aparece en contrapunto con la tendencia de muchas congregaciones que, impulsadas por una teologia escapista, llevan a su grupo a aislarse del resto de la humanidad. En cambio, el evangelio del Reino, luego de habernos transformado, nos devuelve al mundo 27 EL SENOR DE LA MIES para llevar esa transformacién a otros y ser agentes de cambio y reconciliacién entre las personas y su Creador. Es urgente que pasemos de ser una Iglesia “consumista” a ser una Iglesia “causista” (autorizame el término), o sea con una causa. Necesitamos volvernos una congre- gacién que piensa en los demas, mas que en sf misma; cuya motivacién de ser es Ja voluntad del Padre, la cual en mucho tiene que ver con rescatar al perdido, sanar al herido y liberar al cautivo. Busquemos ser un organismo con caracter misionero, una cormunidad con propésito, cuyos intereses trasciendan sus paredes y se extiendan ha- cia donde Cristo nos comisiond: “al mundo”, Pensemos que una congregacién fria es como la mantequilla, no se desparrama bien. Es sabido que una congregacién que no evangeliza, pronto pierde su relevancia. Aun me atreveria a afirmar que es indispensable tran- sitar del crecimiento a la multiplicacién, pues institucio- nalmente hablando, lo primero muchas veces es producto de una actitud egélatra (dicese de la persona que sufre de una obsesién por sf misma), no obstante lo segundo es inherente a la intencionalidad del Creador’. Viendo lo que Dios ve Recordemos la historia que relata el libro de Juan, en su capitulo 4, la cual toma lugar junto al pozo de Jacob, 9. Génesis 1:28. Deudores somos cuando una mujer samaritana se dirige alli, cantaro en mano, a sacar agua. Jestis, cansado del camino, decide tomar un descanso mientras envia a sus discipulos a com- prar algo de comida a la ciudad. Cuando la mujer llega al pozo, el Sefior estaba solo y se inicia una trascendental conversacién que resultaria en la salvacién de ella y en la revelacién del Mesias para aquella ciudad. Fue tal el im- pacto que causaron las palabras del Mesias en aqueila sa- maritana, que ésta de inmediato dejé su cantaro a un lado y se apresur6 a ir a la ciudad a compartir la buena noticia de que habia encontrado al Mesjas. De hecho, ella condu- jo a un buen grupo de hombres hasta donde Jestis se ha- Ilaba. Creo que en esas instancias la mujer samaritana se convirtié en el primer evangelista del Nuevo Testamento. iQué curioso es este hecho! Los discipulos estaban en el mismo pueblo y no se les ocurrié traer a nadie a Cristo. Tal vez los hombres que acompafiaron a la samaritana a ver a Jestis hayan sido los mismos que les vendieron la comida a ellos. No entra en mi razonamiento el por qué no hablaron de su Sefior. Quiza no les importaba, por la enemistad que habia entre sus pueblos. Tal vez pensaban que serian rechazados. Tal vez, simplemente entre estos samaritanos no tenian lazos familiares 0 amistades, por lo tanto no sentian una empatia que motivara sus corazones. Yo me inclino a pensar que la comida que compraron era mas importante para que la necesidad de decirles a otros acerca del Salvador. Al menos asf parece ser hoy en dia. Las congregaciones se atiborran de creyentes buscando 29 EL SENOR DE LA MIES algo para si mismos; pero solo para ellos... Quieren paz, quieren sentir la presencia de Dios, quieren poder para cambiar sus circunstancias, quieren recibir, recibir, recibir, pero nunca es una prioridad “dar”, anunciar, etcétera. Pensaras que estoy especulando demasiado al respec- to; sin embargo, razona junto a mi esta pregunta: {Por qué los discipulos le insistian tanto a Jesus para que comie- se? Obviamente, esa comida natural era muy importante para ellos. Si Jestis comia, ellos también se podfan sentar a comer. jDe seguro! Pero Jestis no quiso comer, al menos no esa comida, porque su dieta era distinta!’. No obstante esta mujer, que habia vivido una vida evidentemente bas- tante desordenada —pues cinco maridos habia tenido y el que en ese momento fungfa como tal no era su esposo legitimo—, no desperdicié el tiempo ni la oportunidad. A pesar de que por esta condici6n descrita, ella corria el ries- go de ser rechazada, era tanto el impacto que el Hijo de Dios habja logrado en su ser, que salié corriendo sin pen- sar en nada més que llevarles a los demas ese mismo im- pacto. Imaginate, una mujer que habia pertenecido a seis hombres, ahora salfa vociferando: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho”. Hoy en dia muchos murmurarian: “Seguro que ya encontré al séptimo...”. En efecto, habia encontrado al séptimo, y al tiltimo; al per- fecto, al que le ofrecfa lo que ningun otro podia darle en 10. Juan 4:32. 30 Deudores somos esta tierra. Habja encontrado a Jesucristo, su verdadero salvador. Pero jqué valor! O mas bien, jqué conviccion! Es ob- vio que la mujer samaritana no solo habia recibido la vida eterna, sino que habia recibido una uncién especial, la cual motivé alos hombres de su comarca a creer su pré- dica", Junto a la revelacién del Mesias, le fue otorgada Ja autoridad para hablar de El. Y en este punto, creo que me estoy acercando al meollo de la deficiencia que ca- racteriza el desequilibrado metabolismo espiritual de las congregaciones cristianas en muchos lugares. La carencia de una real revelacién del Sefior de la mies; la cual no solo produce una paralisis evangelistica, sino que, parale- lamente, afecta su vision espiritual. Tratando este tema, se me viene a la mente el siguien- te ejemplo. Hay un pez de agua dulce llamado “cuatro ojos”, que hace su hogar en Centro y Sud América. Sus ojos estan tan bien ubicados en su cabeza, que podria pa- sar la mayor parte de su tiempo nadando con la parte superior de ellos por encima del agua. Esa parte superior de los ojos tiene una lente adaptada para el aire, y Ja parte que queda sumergida tienen una lente adaptada para el agua. En otras palabras, ese pez tiene vista bifocal, lo cual le da la habilidad para ver en el mundo de arriba y en el de abajo del agua. Este es un ejemplo de la vision amplia y con discernimiento que cada creyente deberfa tener. Por V1. Juan 4:42. EL SENOR DE LA MIES un lado necesitamos ojos para andar en las profundidades de Dios y encontrarnos con El; por el otro, es indispen- sable poseer ojos para ver afuera, all4 donde el Sefior de la mies mira. Sentir lo que El siente por el perdido; ver lo que El ve y amar lo que El ama. Los apéstoles intentaban meter al Sefior dentro del panorama que su miope vision les permitia ver, la dimen- sion de la conveniencia carnal y terrenal; no obstante, Jestis se desmarcé de esas intenciones. Simplemente no acepto esa comida, para mas bien poner de manifiesto la condicién de la visién espiritual de sus pupilos. Juan 4:35 registra la pregunta un poco retérica con que el Se- flor evidencié este padecimiento ya milenario, que nos alcanza hasta estos dias: “:No decis vosotros: Aun faltan cuatro meses para que Ilegue la siega? He aqui os digo: Al- zad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya estén blancos para Ia siega”. Puedo imaginar la expresién del rostro de los discipulos al ofr esto de su Maestro. Tal vez se miraban unos a otros, desconcertados, porque era obvio que los campos aun no estaban listos para ser cosechados. ¢A qué se referiria entonces el Maestro con eso? Seguramente, alguno de ellos pensé que el Sefior sufria de daltonismo, aquella condicién de la vista que impide distinguir ciertos colores 0 que causa que se con- funda un color con otro. Lo cierto es que, al ojo humano, los campos no estaban blancos. El trigo y la cebada se consideraban listos para la siega cuando se cargaba de fru- to, al punto de tender a doblarse debido a su peso. En ese Deudores somos grado de madurez, el grano se tornaba de un color claro amarillento” y la cosecha no debia demorarse, porque de lo contrario el grano caeria al suelo y se perderia'®. Sin embargo, Jestis insistfa: Alcen los ojos. Quitenlos de si mismos, de su propia conveniencia, de su provecho ego- centrista. Es cuestién de levantar la mirada y podremos ver lo que el Maestro veia. jLa cosecha esta lista! Creo que muchas veces nos esforzamos por visualizar y comprender las profundidades del camino del Sefior y perdemos de vista lo mas elemental que El quiere que contemplemos" y, en consecuencia, nuestras prioridades se alteran. Entonces, a qué se referia el Sefior con eso de que los campos ya estaban listos para ser cosechados? El versiculo 30 de Juan 4 devela el enigma. Jestis hacia refe- rencia a gente como los hombres que fueron guiados por la mujer samaritana hacia El. Esa mujer, aquellos hom- bres y toda una ciudad estaban listos para ser cosechados del mundo y llevados al reino de Dios. Es mas, desde los dias de Jesucristo en la tierra, los campos estan listos para la cosecha. {Basta de excusas! Solo levantemos la vista y prestemos atencidn a nuestro derredor. No pasara mucho tiempo para que comencemos a percibir el color maduro de aquellos que esperan ser cosechados. jTu hijo te espera! 12, Barnes Notes on the Old and New Testaments, Albert Barnes, ISBN: 978- 0801008344, Baker Books, 19th edition, 1983, sntary Volume XIV Joel, Amos, Obadiah, Jonah, Micah, Nahtm, John 0-8010-2446-4, Grand Rapids, Ml: Baker Book House, 1989. B 14. Mateo 16:3. EL SENOR DE LA MIES iTu esposo te espera! {Tus parientes y amigos también! Solo quita un instante la vista de ti mismo. Es hora de que busquemos ocuparnos de lo mas importante en la vida de aquellos que amamos. Recuerdo haber escuchado la experiencia de un auto- movilista que condujo su coche a un expendio de gasolina y pidié que se le abasteciera combustible. Eficientemente, tres asistentes de la estacién se pusieron manos a la obra para brindarle su mejor servicio. Limpiaron el parabrisas del vehiculo, revisaron la presién del aire de las ruedas, los niveles de los diferentes fluidos del mismo, etcétera. Al terminar, el conductor pagé por el combustible y se fue. Varios minutos después, regresé y pregunté: “:Alguno de ustedes puso gasolina a mi coche?”. Los tres muchachos sé miraron entre si y admitieron haberse olvidado de lo més importante... {Qué gran ejemplo de la distraccion que muchos sufrimos cuando se trata de compartir el Evangelio con nuestros seres queridos! jIncluso la distrac- cién que reina en nuestras asambleas eclesiasticas! Nos ocupamos de tantas cosas urgentes, pero nos olvidamos de lo importante: recoger la cosecha para el Sefior de la mies. Yo disfruto de manera especial los momentos, du- rante las reuniones, en los que compartimos la presencia del Sefior. A veces, pienso que somos adictos a ellos; sin embargo, me preocupa que usemos este sentir como un somnifero para pasarla bien y desconectarnos de la reali- dad que nos rodea. La actitud suena como algo asi: “Yo ya 34 Deudores somos vine, yo ya recibi, yo ya me fui. ¢Cuando es la proxima?”. Ese comportamiento me hace cuestionar la genuinidad de la presencia divina que decimos disfrutar. {Por qué? Porque el primer fruto del Espiritu de Dios es el amor" y el amor no busca Jo suyo’®. Creo que no hay mucho mas que agregarle a esta afirmacién. Si somos llenos de la pre- sencia del Sefior, si El esta en nosotros y nosotros en El, icémo puede ser que su amor no fluya de forma natural hacia quienes atin no lo han recibido? Un golpe divino Recientemente, mi esposa y yo recibimos la honra de ser invitados a pasar una velada en la casa del Evangelista Carlos Annacondia. El y su esposa Maria nos recibieron y nos agasajaron con una tipica y deliciosa cena argenti- na. El hermano Carlos cocinaba el plato principal, mien- tras compartiamos algunas impresiones de lo que Dios esta haciendo, en estos dias, en el mundo. De repente, el Evangelista dijo algo que marcé mi corazén e hizo que la atmésfera se impregnara con la presencia manifestada del Seftor. Carlos dijo: Si hoy en dia el Serior Jestis visitara nuestras congre- gaciones durante los servicios, yo sé dénde se sentaria. 15. Galatas 5:22. 16, 1 Corintios 13:5, EL SENOR DE LA MIES En medio de reuniones de avivamiento, de un gran mover del poder de Dios, donde suceden milagros y se comparten testimonios, uno tras otro, yo sé donde el Sefior se sentaria. Cuando la musica esta sonando, la gente cantando y todos alabando, yo sé donde el Maestro se sentaria. Cuando un hermano tras otro es ministrado, los dones est4n siendo soltados y las un- ciones estan fluyendo, yo sé dénde Jestis se sentaria. El se sentaria al lado de la ventana, mirando hacia afuera, viendo a los perdidos pasar...”. Esa conversacién hizo que las escamas de mis ojos cayeran y repensara varios de los conceptos acerca de la presencia de Dios y de cémo es su coraz6n; de como ve El algunas de las prdcticas con las cuales nos entretenemos y, a veces, también nos distraemos. Creo que sus palabras, mas bien, me ayudaron a calibrar mi radar espiritual. Es mi oracién que Dios se manifieste a tu vida por me- dio de su Palabra, como lo hacia con el profeta Samuel”, y te deje ver con sus ojos y sentir con su corazén para que puedas tener su perspectiva respecto al medio que te ro- dea. Oro para que un coscorr6n divino te despabile de la modorra que te disocia del entorno real. A veces, para que nazca una vision, lo que necesitamos es un golpe de Dios. Sf, si, los golpes de Dios hacen nacer visiones; re-enfocan nuestra vista. Sé de eventos tragicos que han alterado la 17. 1 Samuel 3:21 36 am Deudores somos escala de valores de muchas personas y las han ubicado en Ja realidad. Si los dificiles dias que vivimos en nuestro pais pueden servir para abrir nuestros ojos, después de todo no habran sido del todo malos. Una experiencia similar vivid el joven Nehemias. EL servia como copero del rey” Artajerjes de Persia, dis- frutando de los beneficios que una posicion asi puede brindar, cuando de repente, escuché que su pueblo y sus hermanos se hallaban en gran oprobio en la Jerusalén destruida. El golpe de la noticia lo sumié en una profun- da oracién, y ésta gesté la vision que lo condujo a erigirse como uno de los lideres que reedificarfan la ciudad de Dios. El tragico anuncio del estado deplorable de su pue- blo lo movid de la placentera corte real en Babilonia, al epicentro de la necesidad, entre muros caidos y puertas quemadas, donde las amenazas de muerte tampoco falta- ron. Dejé la bandeja dorada del rey y tomé una cuchara de albanil y una espada. iGolpéanos Sefior! jSi, golpéanos! Golpéanos con la gracia y misericordia que siempre nos tienes, pero igolpéa- nos y sacanos a tu mies! Aunque tengas que zamarrearnos un poco, tsanos para alcanzar a quienes deseas cosechar. Que el Sefior tenga misericordia y despierte nuestros corazones, llevandonos a un genuino conocimiento de El, de su corazén y de su expectativa con respecto a lo que hacemos con lo que recibimos de su presencia, de 18. Nehemias 1:1-11 EL SENOR DE LA MIES tal manera que doblegue nuestro corazén egoista y obs- tinado. Esta era la oracién sobresaliente en el impactante avivamiento que sacudié Gales en 1904, el cual conmovid a toda la nacién y trajo una transformacién radical a miles de hombres y mujeres, as{ como a la pervertida sociedad que no parec/a lista para volverse a Dios. Pero un hombre, Evan Roberts, clamaba: “jOh Dios, dobléganos!”.”” 19. Matthew Henry's Commentary on the Whole Bible, Matthew Henry, ISBN 9780917006210, Macdonald Publishing Co., 1985 38 CAPITULO 2 El Sefior de la mies Ahora bien, antes de abordar los pasos que quiero suge- tirte, en los préximos capitulos, en cuanto a la tarea de alcanzar a nuestros seres queridos, es imperativo dete- nernos, ponernos de acuerdo y hacer una oracién*’. Hay muchos puntos que podriamos incluir en wna plegaria elevada al cielo; sin embargo, hay uno que es ineludible, indispensable y obligatorio: Una nueva revelacidn. Pero, équé revelacién? Me refiero a la necesidad de conocer al Sefior de la mies. Déjame explayarme un tanto al respec- to, de modo que, al final de este apartado, podamos estar de acuerdo y orar. 20. Mateo 18:19. ae EL SENOR DE LA MIES La necesidad de una revelacion La revelacién e iluminacién son tan necesarias en la Igle- sia, que de ello dependeré nuestro nivel de alcance e im- pacto, Comenzaremos por acordar que la revelacion es lo que Dios quiere mostrar; y esa revelacién debe ir acompa- fiada por la iluminacién o el alumbrar del Espiritu Santo para que el destinatario pueda ver eso que El ha decidido mostrar. Entonces, lo primero es la intencién de Dios; lo segunds, es nuestra capacidad asistida por el poder de conviccién del Espiritu. El grado de genuinidad del cre- yente y su calificacién para hacer la obra del Sefior, son directamente proporcionales a su capacidad de ver lo que E] desea revelar. A este respecto, el apdstol Pablo oraba: .-para que el Dios de nuestro Sefior Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espiritu de sabiduria y de revelacién en el conocimiento de él. —EFESIOS 1:17 La era del Evangelismo Las distintas etapas de la Iglesia se han caracterizado por el énfasis que el Espiritu ha hecho sobre ciertas verdades fundamentales del Evangelio. Patente ejemplo de esto fue el Movimiento Reformista del Siglo XVI, donde la verdad de la “justificacion por la fe” fue el pivote sobre el cual este movimiento gird. La subsecuente corriente Metodista le 40 El Sefior de la mies dio realce al “postulado de la Santidad”. El Pentecostalis- mo, por su parte, alumbré la “necesidad del bautismo en el Espiritu Santo”, y la reciente escuela Carismatica hizo hincapié en el uso de los “dones del Espiritu”. Es mi conviccién, muy personal, que ahora estamos entrando en la era del “Evangelismo”. Como nunca antes, ila mies esta lista! Son miles las personas que diariamente se entregan al Sefor. La era de la intercomunicacidn ha hecho posible que la Palabra del Sefior alcance rincones inimaginables del globo terréqueo. Un reciente articulo periodistico” da cuenta de que existen cinco billones de teléfonos celulares con acceso a Internet en el mundo. Pensemos que, si existen aproximadamente siete billones de seres humanos, quiere decir que estamos muy cerca de la objetiva posibilidad de que, con el clic de un boton, to- dos puedan saber del Sefior. Esto a su vez, hace sospechar que la promesa de Apocalipsis 1:7, donde establece que “..todo ojo le verd...”, pueda ser una realidad antes de su aparicidn en las nubes”?. Razona por un momento en esto: En el afio 1960 ha- bia tres billones de personas en el planeta. Para comienzos del afio 2000 ya éramos seis billones de habitantes. En la actualidad, segdn algunas ultimas estadisticas de conoci- miento popular, estamos por alcanzar la cifra de los siete billones de seres humanos. Esto quiere decir que, hoy en 21. wwwdlavez.com.ar/mundo/la-nsa-rastrea-5-mil-millones-de-telefonos-celula- res-en-el-mundo 22, Marcos 13:26-27. 41 EL SENOR DE LA MIES dia, hay mas gente viva en el mundo que toda la que ha existido en ninguna otra generacién, desde la creacién de la humanidad. {Qué gran oportunidad! Piensa en esta contundente realidad: En los ultimos cincuenta afios, ha habido mas gente salva que ha crei- do en el Sefior, que en los mas de dos mil afios que han pasado desde la primera venida de Cristo. Seguramente, llegara el momento en que habr4 més gente salva en la tierra, esperando la venida del Sefior, que en el mismo cielo. Estamos viviendo una era inigualable, unica, in- comparable. La mies esta lista. Dios esta listo. jAlistémo- nos nosotros! No hay duda de que estamos atravesando una €poca centenaria de evangelismo, y es menester ser conscientes no solo de la necesidad de esta labor, sino de quién realmente esta detrds de la misma. A los creyentes, nos urge un fresco y renovado encuentro con el Dios que no quiere que ninguno perezca”. Los des-ubicados del Reino La indiferencia y apatia hacia el trabajo de evangelizar es un sintoma claro de la falta de conocimiento de Dios, en una de sus facetas mas trascendentales para la humani- dad, la de ser el “Sefior de la mies”. En el evangelio de Lucas (9:56-62), encontramos tres perfiles de creyentes que, hasta el presente, entretejen la fisonomia de muchas 23. 2 Pedro 3:9. El Sefor de la mies congregaciones. Para comenzar, Jestis contrasta este pa- norama con la contundente declaracién de que El no habia venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. En dicho contexto, hacen su aparicién en escena tres personas con la intencién de seguir al Sefior: * Un hombre que le dice a Jestis (v. 57) “Seftor, te seguiré adondequiera que vayas” (Mateo 8:19 dice que se trataba de un escriba). Pero éste parecia no estar dispuesto a sufrir las vicisitudes inherentes a ser su discipulo, porque Jestis le aclara que el Hijo del Hombre no tiene dénde recostar Ja cabeza en esta tierra; como explicandole, que si su corazén estaba expectante de ganancias 0 posicién terre- nales, como resultado de andar con EI, tal vez se veria desilusionado. ° Luego (v. 59), es el Seftor quien se dirige a otro actor, invitandolo a seguirle. Pero las prioridades de éste colocan a Jesus en un segundo lugar, re- legando también el llamado con que habia sido honrado. Entonces el Maestro tuvo que estable- cer la primacia de un verdadero seguidor suyo: La primera y fundamental ocupacién de un discfpulo suyo es anunciar el reino de Dios. ° Por ultimo, surge un tercer interesado, quien antes de nada interpone sus condiciones: “Ze 43 EL SENOR DE LA MIES sequiré Seftor, pero...”. De nueva cuenta, Jestis dictamina las reglas, aunque en esta oportuni- dad iré mas alla. Como un diestro artista con su pincel, pintara un panorama muy claro evidenciando la actitud mas recurrente en la Iglesia actual: Cristianos desubicados. Si, eso quise decir, hombres y mujeres que no han encontrado su lugar en el Reino. Estan ahi, pero no pueden ver lo que Dios ve. Se cad desorientados y confundidos; no entienden para qué estan en este Reino y, por lo tanto, se sienten inutiles e infructiferos, porque “ningu- no que poniendo su mano en el arado mira hacia atrds, es apto para el reino de Dios” (v. 62). ; Jesus explicé el sindrome. Es un asunto de compati- ce ponen sus manos en el arado, como quien va en una direccién, pero sus corazones realmente estén en otro lado; otra direccién hacia Ja cual tienden cada vez que se sienten confundidos. La actitud no es compatible 7 la direccién. Disfrutan de la salvacién, pero no hablan 7 ella; cantan del amor, pero no quieren compartirlo; se dicen entregados al Sefior, pero no estan prestos a hae su voluntad. Es decir, ponen sus manos en el arado, pero miran hacia atrds. La realidad es concluyente: No ap- tos para el Reino. De hecho, el significado original dela palabra “apto” es “ubicado”. {Qué patético! Seguidores del Serior, creyentes profesantes, fanaticos cristianos pero 44 EI Sefior de la mies mal ubicados en el Reino. Tal vez, ésta sea ja raz6n por Ja que hay tan poco fruto en las congregaciones que uno : parece encontrar en cada esquina de nuestras ciudades. Hablamos mucho, pero impactamos poco. Y si impacta- mos, no transformamos. En ocasiones, me he encontrado pastoreando congre- gaciones que son como una carretilla; si alguien no las empuja, no avanzan. Otras, he sido desafiado con con- gregaciones que son como un vagon de tren, deben ser jaladas para que progresen porque no tienen motor. A otros grupos los he visto como botes a pedal, hay que “pedalearle con ganas” para que no se queden estaticos. Y si de seguir comparando se trata, también me he enfren- tado a iglesias que son como mascotas, hay que mimarlas para que estén contentas; © como globos Henos de aire, listos para explotar en cualquier momento. Y équé decir de aquellas que son como pelotas de rugby? Nunca sabes en qué direccién van a rebotar. Veo otras que parecen ba- rriletes; ni bien les sueltas el cordel, las pierdes. Y por tl- timo, no puedo dejar de lado aquellas congregaciones que se comportan como el “guifio” de un automévil (luces direccionales); se encienden y se apagan constantemente. No quiero verme extremista ni frustrado, porque no lo soy ni lo estoy —sé que Dios va a bendecir a los suyos—3 pero si seguimos pensando que en el orden que el Rei- no respeta nosotros estamos primero y luego los demas, llanamente estamos desubicados. Es menester buscar su reino primeramente; lo demas, 0 sea nuestros intereses, 45 EL SENOR DE LA MIES vendra por afiadidura”*. Si seguimos con el “yo”, “yo” y SyO 9 ea ties eat y solo “a mi”, dudo mucho que esta generacion alcance los propésitos de Dios para su hora. Antes, al final de sus dias, el epitafio en la tumba de tal generacion seré como el de un cementerio de Crittenden, Kentucky”: Curtis G Lloyd (Fecha de nacimiento) Murié sesenta y tantos afios mas tarde. El exacto numero de meses, dias y aftos nadie lo sabe y a nadie le importa. Mo- numento erigido por él mismo, para él mismo, para satisfacer su propia vanidad. La conclusion del capitulo 9 de Lucas es muy reve- ladora como contexto para lo que tomaria lugar en el capitulo 10, el cual comienza diciendo “Después de estas cosas...”. éCudles cosas? Esas cosas estaban compuestas por la desubicada actitud de los que querian seguirle, y el esfuerzo del Maestro por ponerlos en su lugar. Una vez es- tablecidas las bases, uno vez que se definid quiénes esta- rian dispuestos a seguirlo, “designd el Seftor también a otros setenta, a quienes envid de dos en dos deiante de él a toda ciudad y lugar adonde él habia de ir” (v. 1). Aqui hay algo fundamental que no debe soslayarse. Si queremos una vi- sitacion de Dios a nuestras naciones, alguien debe ir por 24. Mateo 6:33, 25. 1,000 Hlustrations, G. Curtis Jones, ISBN: 978-0805 422498, B&H Books, 1986. 46 El Sefior de la mies delante preparando lugar. Alguien esta obligado a hacer de precursor, como lo fue Juan el Bautista” para la venida del Mesfas. No es razonable orar por un avivamiento sin un grupo de fieles prestos a abrirle camino. Cada vez que Dios envfa a un verdadero discipulo suyo a un lugar, es porque tiene planes con ese lugar o con su gente. Jamas subestimemos la visita de hombres y mujeres de Dios a un entorno, aunque no se trate de personas afines a nuestro circulo. Nunca se sabe lo que el Sefior de Ja mies va a hacer. No pongamos en riesgo una bendicién a causa de arrogantes suposiciones; pues sabido y probado es que no vale la pena cambiar lo divino por politicas de hombres o prejuicios carnales. Cierta vez, escuché a un amigo decir: “Si queremos que Dios nos salpique, debemos arrimarnos a alguien que esta siendo salpicado por Dios”. Tomando prestado este pensamiento, opino que si deseamos que Dios salpique un lugar, hay que enviar personas empapadas de su Espi- ritu alli. Meditando en esto mismo, recuerdo un incidente que mis padres vivieron en el afio 1991. A fines del arto anterior, mi esposa y yo nos habiamos casado y habfamos sido enviados por la iglesia de la ciudad de Tucuman, Ar- gentina, como misioneros a México. Mis padres estaban asistiendo a un retiro de pastores en la ciudad de Buenos Aires, también en Argentina. Al finalizar una cesidn de ensefianza por la mafiana, fueron abordados por el pastor 26, tuan 1:23. EL SENOR DE LA MIES invitado a ese retiro quien, en un tono al parecer irritado y critico, les increpé diciendo: “gPor qué enviaron a su hijo a ese pats? (...) éNo saben acaso que Dios no se esta moviendo allf?”. La respuesta de mis padres fue magis- tral: “(...) Precisamente para eso pastor, para que Dios se mueva (...)”. En buena hora el Espiritu Santo ilumino a Don Pablo y a Dofia Nadia para no ceder ante ese tipo de presiones, que no provienen del corazon del Sefior de la mies. México fue lo mejor que nos ha pasado a Fabiana y ami. Allf encontramos a Dios y alli lo hemos visto mover- se. Eramos muy jévenes y establecer el Reino en aquel te- rritorio no fue facil; pero era el tiempo y el plan del Sefior de la mies. Su gracia nos permitid ver que aquel campo estaba blanco para la siega; y as{ como los discipulos, que EI mand6é de dos en dos, nosotros dos fuimos enviados y volvimos con nuestros brazos llenos de fruto. Rogad al Sefior de la mies Continuando con Lucas, capitulo 10, en el versiculo 2 aparecerfa una crucial declaracion: “La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Senor de la mies que envie obreros a su mies”. Percatémonos de que no nos manda a orar por la cosecha, pues El es el Sefior de la cosecha; antes bien, nos instruye a orar por obreros para hacer el trabajo. Quiere usar a todos, ya que desde los dias en que E] camino por esta tierra, los campos estaban blancos para la cosecha. 48 El Senior de la mies Recapitulemos. Inicialmente Jesus insta a sus discipu- los a posicionarse correctamente en el Reino. Acto segui- do, los designa para que vayan y preparen el lugar que El visitarfa. Y ahora, los pone a orar. [Sf a orar! En estas palabras no solo encontramos una apologia de la discipli- na de la oracidn, sino que también trasluce la carga de! Espiritu. El quiere que alguien se le una en intercesién por més obreros. Los discipulos eran setenta, en ese mo- mento, pero aun asi no eran suficientes para lo extenso y maduro de los campos. Setenta”’ no son suficientes. Se- tenta congregaciones en una ciudad no son bastante ni proporcional a la poblacién que hay para alcanzar; mucho menos en estos dias. Los campos estén blancos, el trigo esta cargado, pero los segadores escasean. Cada uno esta ocupado en sus propias agendas. Muchos estan distraidos alimentando su ego 0 defendiendo lo que ultimadamente no le pertenece, mientras la cosecha se pierde y el trigo se seca sin haber quién lo levante. {Puedes sentir la carga del Santo Espiritu? {Oh Dios! Envia mas obreros. No da- mos abasto. Son miles, son millones... Si no oras, nunca la sentirds. Solo alguien bien parado en el Reino, dispuesto a ir donde el Sefior lo mande, alguien que dobla sus rodillas en alianza con el Espiritu, tendré el privilegio de conocer el corazén de Dios y ofr su clamor. A éstos Elles tiene pre- parada una trascendental revelacion. Debemos saber que 27, Lucas 10:1 49 EL SENOR DE LA MIES una cosa es que Dios nos muestre sus obras”, pero otra, categdricamente mayor, es que se muestre a Si mismo. En el versiculo citado (Lucas 10:2), el Maestro iba a exhibir una faceta jamés antes revelada; se dejaria conocer como el Sefior de la mies. Seguramente, los apostoles oyeron acerca de los distintos nombres con que Dios se habia mostrado a la humanidad a través de los siglos; pero éste nunca lo habjan ojdo. Como israelitas que eran, yo no dudaria de que en las sinagogas hubieran sido ensefiados en cuanto al nombre mas conocido de Dios: Jehova. Ellos entendian que la raiz del término Jehovd se deriva de “ser y vivir”, identifican- delo como el Dios que se interesa en el hombre. Esto se confirma cuando leemos acerca de su trato con Ja huma- nidad, proveyendo una redencién y un pacto donde se re- vela al ser humano para salvarlo. De Ja manera que Elohim demuestra poder, Jehova refleja a un Dios interesado en la humanidad. En el lenguaje hebreo, el nombre de Jehova se usaba en forma de tetragrama “YHVH” y los israelitas omitian pronunciarlo por una cuestién de respeto. Mas adelante, se le incluyeron las vocales que se encontraban en el término Adonai (Seftor), dando lugar al vocablo “Yahveh”. Con toda seguridad, los apdstoles habfan oido de otras palabras compuestas con ese término. A través de ellas, el Sefior mismo se dio a conocer, demostrando as{ 28. Salmo 103:7, El Sefior de la mies su relacién con los suyos, con su pueblo escogido. Estos nombres revelaban la esencia misma del Creador. Los israelitas no eran ajenos a términos como Yahveh- Jireh - El Seftor proveera®’, 0 a Yahveh-Nisi - El Sefior es mi bandera®, tampoco a Yahveh-Shalom - El Sefior de paz”, No es dificil presuponer que Yahveh-Rafah - El Sefior que te sana’, Yahveh-Raah - El Sefior es mi pastor®?, Yahveh- Sabaot - El Sefior de los ejércitos“, Yahveh-Tsidkenti - El Sefior, nuestra justicia’’, o Yavweh-Maccaddeshoem - El Seftor que santifica**, también eran parte fundamental del entendimiento del Sefior entre los seguidores de Jesus. En Vision Internacional, nuestra congregacién en Méxi- co, nos gusta mucho Yahveh-Sama - E] Sefior que esta presente*’. Pero... éel Senor de la mies? De cierto, nunca habian ofdo algo asi. No conocian esta faceta de su Dios. Ellos sabian de buena letra que cada uno de aquellos tér- minos hebreos eran mds que simples términos 0 vocablos para identificar a alguien; mas bien, entendian que cada nombre estaba cargado de algiin significado que refleja- ba la misma naturaleza de Dios y una capacidad o poder 29. Genesis 13:14. 30. Exodo 17:15 31, Jueces 6:24 32. Exodo 15:26. Salmo 23:1 eee 3 35. Jeremias 23:6 36. Exodo 31:13. 37. Ezequiel 48:35 uel 1 EL SENOR DE LA MiES J una esencia 0 ser El habia dicho: “YO SOY EL QUE OY". O sea que Dios es cada aspecto que esos nombres Tepresentan y mucho mas. Si aplicamos este principio el Sefior de la mies”, ésera entonces que parte de lami : ma naturaleza de Dios tiene que ver con la “cosecha”? 7 Siempre he crefdo que el Sefior no tiene cosas si que EI lo es todo; y lo que nos da fluye de lo que El wy Eles el Sefior de la mies. La cosecha es parte de su mente, de su corazén, de sus Propésitos. E] Sefior es el Salvador, que vino y cumplié esa tarea; vino, buscé se habia perdido®® den - Ahora, el Espiritu Santo, enviado a la oe Para estar “con” y “en” nosotros, quiere revelarnos esa faceta del Sefior, Entendiendo lo anterior, te invito a que asimilemo: este a fi : ‘ mandato: “..rogad al Seftor de la mies...” Jesus les or: en; Fee ne na . discipulos a dirigirse en oracién al Sefior de la cosecna. ce es da un nombre y una caracteristica de poder le ser, tal como en los nombres anteriore: has levantado tu oracién diciendo . s. ¢Alguna vez ‘efor vengo @ ti con esta carga...”> No me nn a matico de este punto. La realidad es que la apatia haci A evangelismo €s un innegable indicio de no conocer a Di ; en esta area. El es el Sefior de la mies y sus seguido: cs sus obreros, deben Ocuparse en ella. Asi como El produce paz, sanidad y justicia, también produce cosecha, porque 38. Exodo 3:14 39, Lucas 19:10, ae El Sefior de la mies en El todo es. Cualquiera que le vea en esta magnitud se encontrar en medio de los campos blancos, listos; nunca mas pasaré al lado de una espiga sin levantarla. Esta es la revelacion que transformé la vida de la mujer samaritana, quien apenas conocid al Sefior de la mies, comenzé6 a le- vantar la cosecha. Cuando entendi esto, se acabaron algunos conflictos que pesaban en mi corazon. Por muchos afios, no fui ca- paz de comprender la causa de la indiferencia hacia los perdidos que caracteriza a algunos grupos que dicen “co- nocer a Dios”; al punto que aun el tema ha sido erra~ dicado de sus pulpitos. Mi contrariedad cesé cuando el Espiritu Santo me hablo diciendo: “Hijo, simplemente no me conocen...”. Parece que atin retumban sus palabras en mi corazon. A su vez, estas mismas palabras trajeron luz sobre el hartazgo que, a veces, las congregaciones sien- ten cuando se ven envueltas en esfuerzos de evangelismo. Simplemente, no lo han conocido como el Sefior de la mies. E] motor que nos impulsa a echar la red, muchas ve- ces, es combustionado solo por la ambicion de que nues- tras congregaciones crezcan, y no por el amor nacido del coraz6n del Seftor. Cuando el corazén del Dios que ama al extremo de entregarse a Si mismo para que todo aquel que en El crea no se pierda, sea revelado en nosotros, sus lagrimas correrdn por nuestras mejillas y su compasion ser4 nuestra cancidn. Pues no es el proceso novedoso de una estrategia lo que hace funcionar los programas de EL SENOR DE LA MIES evangelismo, sino un encuentro cara a cara con el Sefior de la mies. Por tanto, considero que antes de dirigirnos a los campos, deberiamos detenernos a rogar. Sf, a lorar y clamar por una fresca revelacion del corazén de Dios que nos lleve a sentir como El siente por todos aquellos que atin no han accedido a su mesa. Si asf lo hiciéremos, nunca més mirarfamos al mundo con indiferencia. Nadie mira con indiferencia aquello por lo que ruega y derrama lagrimas de dolor y ansia. La compasién por los perdidos no llega como la des- carga de datos en una computadora (download), simple- mente por oprimir un botén o por motivar a los creyentes a evangelizar. Para estos fines, es condicién irreemplaza- ble el sentir el coraz6n del Sefior. Lo que nace de Ia car- ne, no tiene efectos trascendentales, pues es perecedero; mientras que lo que nace de Dios vence al mundo*. El Duefto de la mies recorria todas las ciudades y aldeas, ensefiando en las sinagogas y proclamando el evangelio del Reino —sanando también toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo—; y al ver las multitudes tuvo com- pasién de elas”. En nuestro caso... lloramos mas cuando nuestro equipo de ftitbol pierde un partido, que cuando un alma desciende al Seo! sin Cristo, Es incomprensi- ble... 2jQué nos pasa!? jCudn desubicados estamos! Aun- que nuestra pestura religiosa ostente otra cosa, la triste 40. Juan 3:6 y 1 Juan 5:4. 41. Mateo 9:35-38. 54 F i El Sefior de la mies realidad es que estamos desubicados. Aunque pareciera que estamos alertas y marchando, en verdad, nuestro es- tado es de somnolencia ante los propésitos e intenciones milenarias de Dios. El reino animal provee muchos ejemplos de posturas engajiosas a la hora de dormir, Algunos animales duer- men en posiciones que sugieren que estan despiertos. El caballo puede dormitar mientras esta sobre sus patas; el gran hipopdtamo ronca mientras flota en el agua. El murciélago duerme colgado de las patas, y la musarafia del desierto toma sus siestas con los ojos bien abiertos. Con esta ilustracién, intento comunicar que ser cristia- no, asistir a una congregacion, participar en las liturgias religiosas no hace de nosotros cristianos ubicados en la voluntad de Dios, alertas y dispuestos a cumplir su volun- tad. {Despertemos! Es en este marco que el Maestro les vuelve a decir a sus discfpulos, segtin los registros de Mateo 9:37-38: “Ro- gad, pues, al Seftor de la mies, que envie obreros a su mies”. La compasién del Salvador, ante las multitudes que en- contraba como ovejas desamparadas y dispersas, que no tenian pastor, arrancé de sus labios este mandato™. jRue- guen! jPidan! jOfrézcanse! jConviértanse en sus obreros! Perdona mi desahogo, pero si somos capaces de asistir solos, semana tras semana al banquete que la presencia del Sefior nos ofrece, teniendo tantos vecinos, amigos y dae 42, Mateo 9:36. EL SENOR DE LA MIES parientes que atin no lo conocen (y que podriamos traer- los con nosotros), es porque necesitamos un renovado en- cuentro con el Sefior de la mies. Si le damos continuidad a la sentencia del final de Mateo 9, observaremos que en el capitulo siguiente es donde los ministerios y empodera- mientos son ofrecidos; no antes, Ser llamado, ser ungido y ser dotado de autoridad y poder sin un encuentro con el Sefior de la mies, da a luz una Iglesia egocéntrica que gasta esos recursos en si misma. Jestis dijo que habia es- tablecido a los suyos para que fueran y produjeran fruto, y frato que permanezca®, Ademés, no olvidemos que la promesa del bautismo con el Espiritu Santo y el subse- cCuente empoderamiento del creyente, fueron dados en el contexto de la Gran Comisién. En otras palabras, si no vamos a cumplir con la Gran Comision ¢para qué quere- mos el poder del Espiritu prometido en Hechos 1:8? éTrigo o cizafia? Deseo proponerte un pensamiento. Es una idea que me inspiré Mateo 13:24-30, donde se encuentra la parabola del trigo y la cizafia. Si hoy nos preguntaran équién de- sea ser trigo?, seguramente no faltarjan manos levantadas para identificarse con esta categoria. A nadie le gusta que lo comparen con la cizafia, sobre todo porque esta figu- ra esta estigmatizada en la cultura cristiana. {De dénde 43, Juan 15:16, 56 El Seftor de la mies viene la mala fama de la cizafia? Bueno, fue tomada de Ja parabola referida por Jestis, cuando echando mano de una barca como estrado, ensefid a la multitud que se habia acercado para ofrlo“’, En aquel lugar, en la orilla del Mar de Galilea, el Maes- tro les refirié una dindmica del Reino de los cielos. En ella, un hombre siembra buena semilla en su campo, pero mien- tras sus siervos dormian, vino su enemigo y sembré cizafia entre el trigo que habfa sido sembrado. Cuando el campo dio su fruto, también la cizafia hizo lo propio. Los labrado- res, preocupados por el hecho, de inmediato, propusieron arrancar la maleza sembrada por el adversario; a lo que el duefio de la labranza se nego rotundamente diciendo: No, no sea que al arrancar la cizafta, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente Io uno y Io otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segado- res: Recoged primero la cizana, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero. Esta parabola inquieté a los discfpulos, quienes espe- raron a que el Sefior terminara su disertacién y regresara a la casa de Pedro para abordarlo e inquirir acerca de} significado de la misma, pues éste no habia sido expuesto por Jestis en puiblico®. 44, Mateo 13:1-3 45. Mateo 13:36. , EL SENOR DE LA MIES El Sefior de la mies no regated la respuesta. Mas bien, afirmé que en su reino, es El mismo quien siembra la milla“, y que de repente aparece un enemigo a sembrar una semilla siniestra. La misma produce un plantin casi idéntico al sembrado por el Sefior, el cual se llama ciza- fia’’, Pero ésta, lejos de sumar a la cosecha, es una hierba mala y venenosa. Lo peligroso de este hecho, es que el trigo y la cizafia son muy parecidos a simple vista. Si al- guien pusiera delante de nuestros ojos ambas plantas, no notariamos Ja diferencia entre una u otra. La opcién de dejar la cizafia y esperar hasta la cosecha para arrancarla era un poco riesgosa y hasta podia generar ansiedad. “...Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega...”®. {Por qué esperar? éY qué sucede si la cizaha arruina el trigo? Pero la propuesta tenia un propésito con- tundente. Si arrancaban Ia cizafia en ese momento, po- dian confundirla con el trigo y arrancar ambos, dafiando asf la siembra. En cambio, al madurar ambas plantas, una se cargaria de grano y la otra no. El trigo produciria fru- to, mientras que la cizafia quedaria estéril. En principio, aun para el ojo mas observador no se apreciarfa distincién alguna, pero al final, al aparecer el fruto, éste marcaria la diferencia y serfa muy sencillo diferenciarlas y arrancar la cizaiia para quemarla en el fuego. La cizafia, ademas de ser 46, Mateo 13:37. 47. Mateo 13:39. 48. Mateo 13:30. 58 El Senior de la mies una planta venenosa, infructuosa € inservible, siempre esta erguida, como con un talante soberbio; intocable dirfa yo. Contrasta con una espiga de trigo doblada por el peso de Ja carga que lleva sobre sus hombros. Una se ve arrogante, la otra se muestra humilde y cargada por el peso del fruto. Actualmente, éno sufrimos de la misma disyuntiva? éNo asistimos la mayoria a un templo y nos conducimos homogéneamente? ¢Acaso nuestra conducta en las reu- niones no es parecida entre los que celebramos sistema- ticamente una liturgia? {No nos hacemos llamar todos “cristianos”? Pero... ésomos todos trigo? Creo que ja res- puesta se hace evidente frente a nuestras narices. A la luz de esta parabola, categdricamente podemos concluir que uno puede considerarse trigo en su ADN, solo cuando carga en sf fruto. Jesus reafirmé esta verdad en Juan 15:16 cuando dijo: “No me elegisteis vosotros a mi, sino que yo os elegi a vosotros, y os he puesto para que vaydis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca... o Seguramente vendran a tu mente los distintos tipos de fruto que abundan en el Texto Sagrado: Los frutos del Es- piritu Santo* como amor, g0Z0, paz, paciencia, benigni- dad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, entre muchos otros. O quiza, pensards acerca de los frutos del arrepen- timiento®, de justicia®', de vida eterna” Ciertamente 49, Galatas 5:22. Mateo 3:8. Filipenses 1:11 Juan 4:36. ses 59 EL SENOR DE LA MIES éstos son muy importantes y trascendentales, pero la pa- rébola del trigo y la cizaria no hace referencia a fructi- ficar en el 4mbito de lo espiritual, sino exclusivamente @ personas, seres humanos (Mateo 13:38). Si, frutos en personas, como hijos del Reino. En esta misma linea de pensamiento, permiteme hacerte algunas preguntas in- cémodas: éCuantas personas hay en el racimo de tu vida? éA cuantos has Ievado z los pies del Sefior? ¢Cudn carga- da de grano esta tu espiga? La respuesta a estos interro- gantes resolveran rapidamente el dilema de si estés siendo trigo o cizafia. Si la paradoja de esta parabola no te favorece, no te estreses, sdlo pidele al Sefior de la mies que se revele a tu vida. Attn tienes tiempo. Recuerda que es hasta el final de los tiempos que sus angeles obraran, recogiendo a los unos y a los otros®*. Tienes sobrado tiempo para dejar que el Espiritu Santo logre frutos de almas impactadas por tu oracién, por tu testimonio, por la informacion que pue- das brindarles, por tu siembra y por tu abrazo. éY el cantaro? Al disertar acerca de todo lo anterior, vuelve a ser recu- rrente en mi corazén el testimonio de la mujer samarita- na, compartido en el capitulo anterior. Ella se dirigid al pozo de agua siguiendo intereses propios, pero terminé 53. Mateo 13:40-43 El Sefior de la mies dejandolos de lado*’. El evangelio de Juan menciona que “entonces la mujer dejé su cdntaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. éNo serd éste el Cristo?”. Su escala de va- lores fue alterada. Ahora su ciudad y sus vecinos eran lo predominante en su agenda. Ya Jess no solo era el Sefior del pozo, aquel que podria suplir sus necesidades uinicamente; sino que el Sefior de Ja mies. La urgencia de traer a otros a El reflejaba la nueva pasidn de su corazén y la revelacién que detoné ese entusiasmo. Lo que habia encontrado no se lo podia guardar para ella sola; deb compartirlo, La indiferencia de los apéstoles del Sefior también reflejaba cudn desubicados estaban ellos en el Reino; habfan estado en el mismo pueblo de Samaria y ni siquiera intentaron atraer a nadie al Senor. éY el cantaro? ¢Qué pas6 con él? éSe lo robaron? Se lo olvidé all{? Francamente no lo sé; creo que ya no era lo importante. Su sed habia sido saciada, y la nueva pa- sion nacida en su corazon la llevé a olvidarse de cualquier otra necesidad. Lo valioso, ahora, eran las vidas que podia llevar a encontrarse con el Salvador®*. Toda una ciudad serfa bendecida por el ministerio de una mujer (iglesia) dispuesta a dejar su cantaro, como resultado de haber re- cibido la revelacién del Sefior de la mies. jCudn grande es la necesidad de conocer al Dios de la cosecha! {Cuan 54. Juan 4:28-29. 55. Juan 4:39-42 61 EL SENOR DE LA MIES grande es la urgencia de conocer a Dios en esta faceta de su personalidad! Oremos al Sefior de la mies para que mas obreros se encuentren con El, como le sucedié a esta samaritana. Tu Samaria te esta esperando.. Rodillas de camello Busquemos a Dios con todo nuestro corazén hasta hallar- lo; hasta que El se revele a nosotros; hasta que el Sefior de la mies se vuelva real en nuestro ser. Antes de entrar en los campos busquemos a Aquel que ama las almas, tanto como te ama a ti y a mi. Dirijamonos al Sefior de la mies y oremos con intensidad, roguémosle. Doblemos nuestras rodillas ante El hasta que el sello de una busqueda verda- dera sea evidente en ellas. Al apéstol Santiago le decfan “rodillas de camello’®”, porque de tanta oracién, se le ha- bian inflamado. El tenia una pasion por la oracién que se erige como modelo en su epistola. Piensa en esto: Si uno de nosotros muriese y se tuviera que desvestir para poner- se la ropa con la que lo van a velar, al ver sus rodillas, ¢po- drian Hamarlo como a Santiago, “rodillas de camello”? éVe en nosotros Dios la misma pasién? En sus cartas, el discipulo que se habia sumergido en esta divina practica, nos ensefia mucho acerca de orar como Dios quiere. 56. 1,000 Illustrations, G. Curtis Jones, ISBN: 978-0805422498, B&H Books, 1986. 62 El Sefior de la mies Oracion Te invito ahora, a hacer juntos la oracion que te propuse al comienzo del capitulo. Esta deberia ser tan solo una de las tantas oraciones de intercesién por las almas que se pierden cada dia en este mundo hostil. Ora conmigo: Sefior, gracias por habernos alcanzado y habernos he- chos participes de Tu gracia y amor. Gracias por Tu perdén y la vida eterna que nos has regalado. Gracias por darnos la potestad de ser hechos hijos Tuyos. Hoy queremos rendir nuestras vidas a Ti. Es nues- tro anhelo conocerte mas. Perdona nuestro egoismo e indiferencia. Revélate a nosotros en una nueva dimension. {En verdad queremos conocerte! Espiritu Santo abre nuestros ojos para conocer al Sefior de la mies. Interrumpe en nuestra vida de tal manera que podamos ocuparnos en aquello que te ocupa a Ti, en esta hora. Que podamos sofiar con lo que Ti suefas. Ubjcanos en tu Reino. Que Tu pasion sea la nues- tra, y tisanos como obreros en Tu mies. Que venga tu Reino y que sea hecha Tu voluntad. Amen... 63 | CAPITULO 3 La oraci6n Si has recibido la revelacion de que la cosecha esta lista, y estas rogando al Sefior de la mies por mas obreros, vamos a entrar en esos cinco consejos 0 principios que anticipé en la introduccion. En este capitulo trataremos el primer paso, que tiene que ver con orar por nuestros seres queridos. Yo considero que antes de hablarle a alguien de Jestis, tenemos que hablarle a Jestis de ese alguien. De hecho, no se puede ser efectivo en los siguientes pasos, si no se cumple con este primero. Asi de fundamental es. Y por eso, considero que respetar el orden es crucial. Ni intentes hacer ningwin plan, proyecto o estrategia para alcanzar a un ser querido si antes no estas dispuesto a acercarte al Sefior para interceder por élo ella. Tu oracion generara el ambiente propicio; invitara al Espiritu Santo a hacer su parte de preparar el corazén EL SENOR DE LA MIES incrédulo e infundirle esa conviccién en el momento en que le compartas las Buenas Noticias. La necesidad de la intervencion de un poder mayor No vamos a llegar a ningtin lado compartiendo el Evan- gelio, si antes el principe de la potestad del aire que tiene entenebrecido el pensamiento de los seres humanos, no los suelta. Te acuerdas dénde y cémo estabas antes de conocer al Sefior? Efesios 2:1-2 lo explica de esta manera: Dios nos dio vida cuando estdbamos muertos en nuestros delitos y pecados en los cuales anduvimos en otro tiem- po siguiendo Ia corriente de este mundo (gracias a Dios que era otro tiempo), conforme al principe de la potes- tad del aire. El Espiritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. Antes de entregarnos al Sefior estabamos metidos alli, bajo la influencia del espiritu de este mundo. ¢Recuerdas? El versiculo 3 lo describe bien: todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y érames por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demds. Nota este desaffo. Piensa en alguien que esta haciendo 66 La oracion Ja voluntad de su carne y de sus pensamientos, y de re- pente lo quieres invitar a rendirse al Sefior, a ceder su voluntad para cumplir la voluntad de otro. Seguramente ese individuo protestara: “Pero gpor qué deberfa ceder mi voluniad, si yo hago lo que quiero...?”. Necesitamos la intervencién de un poder superior para traer conviccién, al interior del corazon de las personas. Esa intervenci6n es habilitada cuando oramos e intercedemos por los incré- dulos en la presencia de Dios. Por ejemplo, si te arrimas a alguien y le propones “Quieres ser salvo?”. La respuesta mas probable sera: “3Salvo de qué o qué?”. No te sorprendas por esa respues- ta, Segun la palabra del Seftor, la gente sin El esté muerta; no entiende tu propuesta. No tiene vida espiritual, por tanto, es incapaz de responder positivamente 0 acceder a nuestra propuesta. Si no es por una intervencidn divina, que obre el milagro de una resurreccién, no podremos ser efectivos en nuestra evangelizacion. El apéstol Pablo continuaba dirigiéndose a los efesios con estas palabras: Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que'nos amd, aun estando nosotros muertos en peca- dos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitd, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesus. —EFESIOS 2:4-6 o EL SENOR DE LA MIES Presta atencién también a las palabras del mismo Pa- blo a los colosenses, pues te daran una idea muy certera de la condicidn de la gente que esta fuera cuando dice: Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redencién por su sangre, el perdén de pecados. —COLOSENSES 1:12-14 Fue necesario que tomara lugar un proceso de libera- cién. Tuvo que intervenir un poder mayor para que fuera posible trasladar a aquellos que estaban bajo el poderio de Satands al reino de Crist: . Aquellas personas que que- remos alcanzar deben pasar por una mudanza, de vivir bajo la potestad de ese reino de las tinieblas a vivir en el Reino. Sabiendo esto, no podemos presentarnos con una simple estrategia 0 con una teologia facil, ni con “palabras de humana sabiduria”. Tampoco podemos aparecer con una propuesta psicolégica que apele a las emociones 0 el intelecto; necesitamos recurrir al tinico que tiene el poder para librar y soltar a los oprimidos de las cadenas que los atan. Su nombre es Jesucristo y acta por medio del Espi- ritu Santo en la tierra. Debemos inexorablemente apelar a Dios el Padre, Lucas 11:21-22. La oracion Dios el Hijo y Dios Espiritu Santo, para que en su gran misericordia obre sobre aquellos en cautividad y los libere de esa potestad de tinieblas. Es imperativo recordar que no somos un cuerpo con un espiritu, antes bien somos un espiritu eterno metido en un cuerpo temporal®*. Vivimos en un mundo natural gobernado desde el mundo espiri- tual; y aunque no percibamos el segundo con los sentidos naturales, es mds real e influyente que el que podemos ver y tocar. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino con- tra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. —EFESIOS 6:12 Cuando ti te pones a orar y el Espiritu liberador det Senor comienza a obrar, estamos listos para implementar el paso que sigue. Seguramente, después de un tiempo de oracién e intercesién por alguien, esa persona se mostrara més receptiva; mas interesada. Notaras que donde antes te ignoraba de manera rotunda, ahora te dira: “Oye, ha- blame més; quiero saber mas de lo que me comentas”. También observemos el consejo que nos da Pablo en 2 Timoteo 2:24: 58. Santiago 2:26. 69 EL SENOR DE LA MIES Porque el siervo del Seftor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseftar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizd Dios Tes conceda que se arrepientan para conocer la verdad. El versiculo es categdrico; el arrepentimiento es una concesidn que solo puede hacer Dios. Y como consecuen- cia, escaparan del lazo de Satands que los mantenia cau- tivos a su voluntad (v. 26). El enemigo es el que tiene la punta del lazo y lo mueve para aca y para alla, manipulan- do y confundiendo a las personas, sometiéndolas a su vo- luntad e impidiendo que se arrepientan. Pero podemos ir a Dios en oracién; podemos clamar y entregarle esa carga y decir: “Sefior, concédeles que se arrepientan; concédeles que escapen del azo del enemigo al que estan sujetos”. Pero si nadie llora, si nadie intercede, si intentamos hacer el trabajo en nuestras fuerzas, el panorama sera muy poco promisorio. Quiero que sepas que, cuando prediques las Buenas Nuevas, no estaras tratando con una persona que simplemente no conoce al Sefior, sino que de seguro, estara en prisiones, atada, sin poder ver ni entender. Es como hablar con un ciego 0 un sordo, y solo un milagro, dado a luz en oracién, puede cambiar esa condicidn. Si, eso es lo que se necesita, un milagro, para que Dios les conceda que se arrepientan y las personas puedan cono- cer la verdad. La oracién Entendimiento entenebrecido Pablo sigue afiadiendo factores al “porqué” de la necesi- dad de orar si pretendemos alcanzar a alguien con la ben- dicién del Evangelio. Su oracién refiere el entendimiento entenebrecido: Esto, pues, digo y requiero en el Sefior: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por Ia dureza de su corazon. —EFESIOS 4:17-18 El incrédulo, muchas veces, posee un corazén duro; permanece ignorante de lo que Dios tiene para ofrecerle, a la vida eterna. Es decir, ignora la gracia de Dios y, como si fuera poco, su entendimiento esta entenebrecido. Este es un término que define a alguien que esta en tinieblas, en oscuridad; que no puede pensar con claridad, que esta en una nube oscura que no permite que la luz ilumine su realidad y el camino correcto. Pero no podemos culpar a este tipo de persona. {Acaso nosotros mismos no fuimos trasladados del reino de las tinieblas al reino de luz? Me arriesgaria a aseverar que tui mismo experimentaste eso; que ése es precisamente tu testimonio. Y aqui debo in- sistir en el consejo principal de este capitulo. Sin oracién EL SENOR DE LA MIES e intercesidn, esta condicién de tener entenebrecido el entendimiento, no se disipa. En mi libro anterior, “Combustible divino para cada dia”, cuento una experiencia con la oracién que marcd nuestras vidas. Creo que es tan valiosa, que me permito transcribirla aqui; a la espera de que te impacte tanto a ti como me impacto a mi. El gran evangelista Carlos Annacondia es conocido por su vasta autoridad en el mundo espiritual. Recien- temente, mi esposa Fabiana y un grupo de estudiantes de la Escuela de Ministerios en Buenos Aires, Argenti- na, estuvieron colaborando en una de las multitudina- rias cruzadas que caracterizan su ministerio. El evento tomé lugar en Tartagal, ciudad fronteriza con Ja Repu- blica de Bolivia. Como muchas ciudades fronterizas, Tartagal esta matizada por el trafico de personas, la corrupcién y la mucha brujeria e idolatrfa que alli se practica; no obstante la presencia sobrenatural de Dios se manifesté de forma extraordinaria en la campaha. Sanidades, milagros y decenas de liberaciones fueron el comin denominador de cada reunién. Pero... cual era el secreto de Carlos Annacondia para moverse en esa dimension del poder de Dios? La oracién que des- ataba la presencia de Dios. Cuenta mi esposa que, la primera mafiana que lle- garon ala reunion de oracion, hallaron al hermano Car- los Annacondia postrado sobre el polvoriento suelo del en ' | i La oracion lugar, Ilorando profusamente, entre clamores y plega- rias. Bajo una carpa improvisada que hacia que la tem- : peratura se elevara, en medio del “tierral” que el viento levantaba y sobre un suelo de polvo y ripio, estaba este hombre conectado a la presencia de Dios, por medio de la oracién. Con razon una vez, el historiador, misionero y conferencista Peter Wagner, me dijo: “Al referirnos a la nacién Argentina, debemos hablar de la Argentina antes de Carlos Annacondia y después de él...”. Entendamos lo siguiente; antes que nadie, es el Espi- ritu Santo quien debe empezar a actuar, y para eso nece- sitamos entrar en un tiempo de intercesién y oracién, en el cual roguemos para que la misma misericordia que nos alcanz6 a nosotros, alcance también a nuestros seres que- ridos. Es menester clamar para que ese favor y amor que alguna vez nos rescato, ahora también sea mostrado sobre aquel que atin no conoce a Dios. No quiero decir que esa persona por quien estamos orando sea alguien malo. No es que permanece indiferente con la intencion de mostrarnos un desaire; no es que no le interesa lo que decimos. Lo que sucede es que, muchas veces est amarrada, atada, cegada, con su entendimiento entenebrecido, y necesita la inter- vencidn sobrenatural del Espiritu de poder para ser libre. Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio todo lo que tiene esta en paz. —Lucas 11:21-22 EL SENOR DE LA MIES Cuando el hombre fuerte ejerce su dominio, el esclavo esta sometido, atado a su lazo (de vicios, pecado, derro- ta, enfermedad, fracaso). Esta muerto espiritualmente. Uno le habla y nada le llega. Pareciera que las palabras no penetran en su ser, que el corazén es de bronce. Tal vez te plantees: “Bueno, vamos a quitarle sus armas”. “Voy a desarmar a tal o cual persona”, “Mis argumentos son mejores y no le quedara mas qué decir”. Lo cierto es que el tinico que puede desarmar al “hombre fuerte” es uno mas fuerte, Aquel que lo vencid en la cruz: Jesucristo. Y su fuerza esta aqui, disponible, por medio de su Espiritu. No subestimemos la situacidn. No es con argumentos que vamos a derribar al “hombre fuerte”. La estrategia debe ser venir delante de Dios y empezar a orar, comenzar a llorar, clamar e interceder. Theodore Epp dijo una vez: Si Satanas ha cegado y atado a hombres y mujeres écomo podemos alguna vez ver las almas redimidas? Es alli donde nos toca nuestra obra. Saquear los bienes del fuerte tiene que ver con liberar a los que Satanas ha cegado y tiene atados.... Es allf donde se requiere la oracién®’, 59. _http://www.encinardemamre.com/premium/a-2/0/oracion.htm#LA%20FE%20 DE%20UNA%20NI%D1ITA 74 oemeceny La oracién Venciendo la indiferencia de muchos éTe has preguntado alguna vez por qué tienes afios com- partiendo la palabra de Dios con una persona, y la misma no se hace eco de lo que le dices? La pregunta obligada que debo hacerte entonces, es la siguiente: ¢Cudnto tiem- po oras o intercedes por esa persona? La respuesta a mi interrogante tal vez te ayudara a aclarar el “porqué” de tan pobre resultado al respecto. El problema no es que estés haciendo mal tu traba- jo; tampoco es que la persona tenga algo personal contra ti. Ni siquiera se trata de que ella esté desinteresada. La causa raiz de tal actitud es otra. Esa persona se muestra desinteresada porque no puede ver lo que tu le propones, y sino lo ve, no entiende cémo eso que le ofreces le puede cambiar la vida. Convengamos en el hecho de que esta ciega, sometida a un entendimiento entenebrecido y bajo el dominio del hombre fuerte. Necesitamos un hombr mas fuerte que lo asalte y le arrebate el botin de almas presas. Esos presos han estado alli por afios, sin conocer la verdad ni la libertad que hay en Cristo. Seguramente comemos con ellos, trabajamos con ellos, hablamos con ellos, jugamos con ellos, convivimos con ellos (porque son parientes) y el hombre fuerte dice: “Gracias a Dios, a ninguno se le ocurriéd molestar mi palacio. A ninguno se le ha ocurrido hacer guerra contra mf. Mientras tanto, a mi prisionero lo tengo engajfiado, lo tengo ciego; le he dado todo tipo de argumentos para que no le interese la EL SENOR DE LA MIES palabra de Dios, para que ni siquiera se dé cuenta de que esta prisionero. Pero cuando ya empiezan con ese asunto de la oracién, mi palacio comienza a sacudirse...”. Porque écémo puede alguno estar en la casa del hombre fuerte y sacar sus bienes y primero no le ata? y entonces vecién va a poder saquear su casa. —MaTEO 12:29 Esto de atar al hombre fuerte tiene que ver con guerra espiritual. Esto de atar al hombre fuerte tiene que ver con la autoridad que Dios nos dio para ejercer dominio en la guerra. Pienso que, antes de molestar a una persona con nuestra propuesta evangelistica, debemos molestar al hombre fuerte que tiene su dominio, sus garras, sus gri- los sobre esa persona; tenemos que desplazar al reino que esta dominando en ella para establecer el reino de Dios. Si tratas de alcanzar a alguien sin orar, es muy probable que lo fastidies y no quiera saber mas de ti; porque la tuya sera una obra de la carne. Y no es prerrogativa de la persona que esta dentro de la carcel decidir salir, sino de aquel que esta fuera y tiene la llave para abrir a cerradura. Para esto murié Cristo; para quitarle a Satands esas llaves. Nosotros tenemos que ir a anunciarles su libertad, desa- tarlos y liberarlos. No dudo que el Espiritu Santo quiere que sintamos una carga en nuestros corazones por tal 0 cual pariente o amigo a quien queremos compartirle el Evangelio. Como F I La oracion no es menos cierto que el Sefior te tiene donde estas por algo, y que te ha traido al Reino por algo. Te ha dado las armas, un propésito, una uncion y la bendicién semanal que recibes en la congregacién donde asistes; todo eso es por algo y para algo. En todo lo que Dios hace hay propésito. Meditemos por un momento en Marcos 1:29-30:"Al salir Jesiis de la sinagoga vino a casa de Simon y Andrés con Jacobo y Juan, y la suegra de Siméon Pedro estaba acostada y en sequida le hablaron de ella a Jestis”. La suegra de Pedro se encontraba en mal estado, pues sé hallaba en cama. Lo primero que hicieron los discfpulos cuando legs Jest, no fue decirle a la suegra de Pedro: “Tienes que tener fees Ella no conocia al Seftor, (y sé que no lo conocia porque el evento de su sanidad fue la ocasi6n para que el evangelio entrara a esa casa y a esa region), sin embargo, lo primero que hicieron fue hablarle a Jestis de su situacion. Entonces él se acercé, y la tomé de la mano y la levanto; e inmediatamente le dejé la fiebre, y ella les servia. Cuando Ilegé la noche, luego que el sol se puso, trajeron todos los gue tenian enfermedades, y los endemoniados; y toda Ia ciudad se agolpé a la puerta. —MARCOS 1:31-33 A ver... imaginate a toda tu ciudad a la puerta de la congregacién donde asistes. {Toda una ciudad alli agol- pada! ¢Por qué? Porque a alguien se le ocurrié hablarle a 77 EL SENOR DE LA MIES Jestis de su pariente; porque alguien le hablo a Jestis desu suegra, antes de hablarle a ella de Jesus. El dia que el Se- fior Jesucristo empiece a obrar milagros y maravillas por medio de tus manos, la gente se va a empezar a agolpar en tu casa y en tu congregacion. La historia termina re- latando que Cristo sané a muchos que padecian distintas enfermedades y echd fuera muchos demonios (Marcos 1:34). Luego, ya habiendo iniciado su ministerio después de Pentecostés, Pedro mismo se encontraba cerca de la ciu- dad de Jope, y una discipula llamada Dorcas se enfermé y murié allf. Sus allegados Ja habfan lavado y la habian subido en un aposento alto para el funeral; sin embargo, cuando escucharon que Pedro estaba cerca, la Sagrada Escritura cuenta que enviaron a dos discipulos a rogarle: “No te tardes en venir a nosotros”. {Qué comisién llevaron adelante estos seguidores del Cristo resucitado! “Vayan a otra ciudad a rogarle a Pedro...”. Fueron a suplicarle a guien era el exponente del ministerio del Espiritu Santo en accién. La oracién era: “No te tardes en venir a nosotros”. Era como hoy orar: “Santo Espiritu, no tardes en tocar- nos, no tardes en hacer tu obra...”. Ellos sabian que Pedro seria respaldado por el Espiritu de Dios a su favor; solo tenian que interceder, hacerle saber que lo necesitaban. éQué se detona en tu interior al ver a tus vecinos, a tus parientes, a tus amados, que quiza estan en alguna clase de lecho de muerte y que todavia no conocen al Sefior? Pienso que podriamos orar hoy: “Sefior, si no llegas a este 78 a La oracion matrimonio se va a deshacer. Si no llegas a estos jovenes, a estos hijos se van a perder; se los van a tragar las drogas, Jos va a alcanzar la perdicion, los va a enlazar este mundo, los va a destruir. No te-tardes Sefior en venir a nosotros”. Antes de hablarle a esa persona, antes de intentar resu- citarla, antes de intentar sanarla, debemos ir a buscar a Jesus. Es imperativo que le hablemos al Sefor primero. Sucedié algo similar con Lazaro. Los discfpulos fueron y le diieron al Sefior: “El que tu amas esté enfermo”. Con eso fue suficiente, Cuando Jestis interviene no hay imposibles y, aunque Lazaro ya estaba muerto, El oré al Padre y el Es- piritu Santo lo resucito. Cuando Hega, la resurreccién lle- ga con EL. {La vida lega! {La conversidn o salvacién legat éTe acuerdas del ciego de Betsaida, en Marcos 8? Ese es otro ejemplo de lo que sucede cuando el Sefior inter- viene. Aquella era una ciudad de incrédulos; de hecho, Jests se habia quejado del ambiente que prevalecia alli. Seguin el registro de Lucas 10:13, en su queja decia: —jAy de ti Corazin!, jAy de ti Betsaida! que si en Tiro y en Sidén se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha, que sentados en cilicio y cenizas, se hubieran arrepentido. Betsaida era una ciudad de incredulidad, era una ciu- dad muy dura, era una ciudad indiferente al mensaje del Evangelio. Marcos 8:22 relata: “Vino Jess a Betsaida y le trajeron un ciego y ellos le rogaban que le tocase”. Note esto, EL SENOR DE LA MIES el ciego no mostraba interés en ser sano, ni en venir al encuentro de Jestis. Pero gracias a unos amigos que lo jalaron y lo Ilevaron a donde estaba El, recibié su milagro. Una vez, delante del Maestro, estos amigos Ilenos de fe, le rogaron: “jTécalo, por favor Sefior, técalo!”. En con- secuencia, el Sefior metié a este ciego en un proceso de sanidad. Nuestros seres queridos necesitan entrar en un proceso con el Sefior para ser sanos, pero... gcémo va a suceder este proceso, si tt no vienes y le ruegas al Sefior, si no oras: jSefior técalos!? Yo he sido testigo de innumerables procesos de Dios en mi vida y en la vida de otros, y he visto a personas venir a los pies del Salvador a través de esos procesos. He podi- do observar las crisis que Dios usa para atraer a las perso- nas a sus brazos. No me mal entiendas, no son las crisis las que traen a las personas al Sefior, es el Sefior quien las atrae por medio de ellas. Pero alguien tiene que acercar- se al Sefior con un pedido especifico. Alguien tiene que sentirse comisionado. Alguien tiene que comenzar a orar. Te repito, no vas a poder alcanzar a alguien para Jestis hasta que le hables a Jestis de ese alguien, hasta que ocurra esa oracién de intercesidn. Si lo haces al revés, cansaras a tu pariente o amigo con tu retérica carente de vida y poder. Es a causa de este tipo de practicas carnales que la gente a quien queremos evangelizar termina diciendo: “Ahi viene ese fanatico loco. No me deja en paz! Cada vez que me ve me arroja la Biblia en la cara...”. En vez de re- galar tantos tratados de primera mano, por qué no oramos 80 La oracion antes, para que el Sefior alcance a esas personas con su Espiritu y cause que ese entendimiento entenebrecido ‘se aclare y su luz Jas alumbre. {Hay poder en la oracién! Pero icémo debemos orar? Yo he escuchado algunas oraciones del estilo de: “Sefior gracias por estos alimentos y... jahl... acuérdate de mis parientes que no te conocen, amén’”. Asf no veremos a Dios empezar el proceso con sus vidas. Vea- mos algunos consejos para orar una plegaria poderosa. Consejos para una oracion efectiva Para asistirte en esta comision, quisiera compartir conti go cinco pasos que te ayudaran a desarrollar una oracion efectiva por las salvacion de tus seres queridos. Estos cin- co principios que deseo entregarte los aprendi del Espiritu y creo que estan llenos de su poder para mover la mano de Dios en la tierra y en las personas: 1. Orar con una carga Tenemos que orar sintiendo un peso de compasion y res- ponsabilidad por el perdido. Necesitamos que el Espiritu Santo nos haga sentir esa divina urgencia por la salvaci6n de su alma. Nuestra oracién no puede ser mecanica; tam- poco podemos ir delante de Dios con una apatia que ape- nas dice: “Bueno Sefior, ya te pedi por fulanito. {Cuantos seran los que no conocen del Sefior en mi familia? jAh!, ocho... Sefior te pido por los ocho...”. No, no, no. Ni pier- das tu tiempo orando asi. 81 EL SENOR DE LA MIES En 1 Samuel capitulo 1, vemos que el profeta ni si- quiera habia nacido y ya su mama sentia una carga por 4). Es interesante observar que Ana, antes de parir a su hijo en Jo natural, lo hizo en el ambito espiritual. La Bi- blia nos ensefia que, estando en el templo, ella lloraba amargamente en presencia de Dios; relata que hablaba en su coraz6n y solo movia sus labios, al punto que el sumo sacerdote del templo la tomé por borracha. Pero ‘Ana tenja una carga; queria fruto. {Ella queria un hijo! Tu tal vez pensaras: ¢Acaso no es mejor disfrutar un tiempo en la presencia del Seftor en mi iglesia que diez hijos? Ese razonamiento pone al descubierto un padecimiento que caracteriza a ministerios como el nuestro, donde amamos y disfrutamos de la presencia del Seftor casi con adiccion, pero como ya tenemos este tesoro, egoistamente nos ol- vidamos de los demas. Ana seguramente pens6é: “Quiero a mi esposo, pero también quiero hijos”. Yo espero que tt estés diciendo: “Yo quiero la presencia del Seftor, pero también quiero mis diez compaiieros del trabajo que van descender a la perdicién, mientras yo con indiferencia, disfruto la dulce presencia de Dios”. Oremos con una carga. Si no la tenemos, oremos por una carga para orar, aunque esta carga represente un precio a pagar. Sabremos que una oracion es elevada con una carga cuando ésta involucre un riesgo, un desafio que no podamos ignorar. Herschel Ford, un gran predicador del siglo pasado, cuenta de un joven que era parte de una congregacion en cierta ciudad, hace muchos afios. El padre del muchacho 82, | La oracion era duefio de un bar y bebia tanto alcohol como el que vendia. Una noche, el joven asistié a una reunion de ora- cién que tomaba lugar los dias sabado. En un momento del servicio, se pregunté si alguien tenia un pedido de oracion, y el joven pidid que se orase por su padre per- dido en el alcoholismo. Alguien lo reconocis y le hizo saber al padre del chico acerca de la solicitud de su hijo, y éste, enfurecido le exigio a su muchacho que nunca més volviese a mencionar su nombre en ese lugar. Ademas, lo amenazo con golpearlo si lo hacia. A\ siguiente sabado, se celebré otra reunion de oracién y el joven volvié a asistir. El amor de este hijo por su progenitor era muy fuerte; él deseaba tanto que su padre conociera al Salvador que, nuevamente se puso en pie y pidio oracién por su vida. Otro asistente a la reunion, con Ia intencion de que esta noticia enterneciera al padre del joven, le comen 6 el in- cidente. Pero esto, lejos de ablandar su corazon, lo enojo atin mas. Llegé a su casa y tomando un latigo comenz6 a azotar a su hijo, con tal furia, que sangre salfa de entre el tejido de su camisa. Fue tan feroz la paliza, que el mu- chacho se desmayo. El padre avento agua sobre el cuerpo del joven, lo pated hasta que se cans6 y luego, se dirigio de vuelta a su bar. Cuando el muchacho volvié en sf, se arrastré hasta su cama donde rompié en Ilanto. Alli se quedé por un largo rato hasta que sintié un ruido en la casa, Se incorpor: miré y vio a su padre en la puerta de su habitacién. Te- meroso, se hizo hacia atras, en lo que su padre le decia: 83, ernest uae EL SENOR DE LA MIES “Hijo, no te alejes de mi. Siento mucho lo que te hice. Por favor hijo, tienes que ayudarme. ¢Podrias orar por mi?”. El chico asintié con su cabeza y dijo: “Si seflor, un poqui- to, creo...”. El padre insistié: “Por favor hijo, ora por mi”. El joven comenzo a orar por su progenitor y por la salva~ cién de su alma. Al terminar, el papa le pregunto: “En verdad eres un cristiano?”. “Si sefior”, respondio. Su papa continué: “¢Puedes decirme como ser salvo?”. El mucha- cho guid a su papa al arrepentimiento y a un encuentro con Cristo. Esa noche ese padre clamé al Sefior y encon- td la salvacién. Luego lavé la espalda lacerada de su hijo y lo acosté a dormir en paz. Al dia siguiente, se puso un traje, y junto al muchacho fueron a la casa del pastor. Alli le pidieron al ministro que los acompaiiara al bar de la perdicién. Una vez en el lugar, aquel hombre derramé cada gota de alcohol que hall y le entregé las llaves del bar al pastor diciéndole: “Pastor, el lugar es suyo; haga lo que quiera con él”. El ministro abrié una congregacion y con el tiempo ese padre vino a ser un lider en la misma. iQue Dios nos conceda orar por alguien como lo hizo este hijo por su padre! 2. Orar con uncion La uncién es ese poder tangible de Dios que sientes cuan- do estas orando. Santiago 5:16 recomienda: “confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros para que sedis sanados, y la oracién eficaz del justo puede mucho”. Esa 84 i t i La oracién palabra “eficaz” es la traduccion del griego energeo, o sea, “1a oracién enérgica del justo”. Quiero ser franco acerca de por qué elegi el titulo de orar con uncién y no me referi a orar, por ejemplo, con fervor. A veces, pensamos que el grito es Jo que hace que Dios escuche; como también solemos creer que &s el gri- to lo que hace a Satanas correr. Sin embargo, el tono de nuestro clamor no es el factor determinante, sino el Espi- ritu Santo, su poder, su uncion, cuando estan presentes en nuestro clamor. Entendamos por uncién como el Espiritu Santo en accién para habilitarnos en cierta tarea. Cuando uno ora, comienza a sentir algo distinto. Es como orar de manera tangible, “sentible” (si me autorizas él término). Es como que algo empieza a venir sobre uno; algo cae sobre nuestra vida y, por ende, nuestra oracién se vuelve consistente, eficaz, poderosa. En ese momento, llegamos a un punto de inflexién, y quienes nos observan se dan cuenta de que estamos orando distinto, porque aparece el clamor verdadero, y nuestra intercesién se vuelve eficaz. Ahora si, es pertinente levantar la voz. Uno siente como un volcan, en su interior, que quiere erupcionar. Es como el Ianto de un bebé; cuando llora, todo su cuerpo llora. Lloran sus pics, sus manos, su rostro, sus expresiones, Sus lagrimas, todo él parece convulsionar. Alguien me dijo en una reunién de oracién: “Siento algo que no puedo explicar. No sé qué me pasa; hay algo en mi interior que me empuja a interceder”. Eso es orar con la uncién del Espiritu. Ahora bien, no confundamos sudor EL SENOR DE LA MIES con aceite; no confundamos sudor con uncién; no confun- damos la energfa de la carne con la energia del Espiritu. La oracion enérgica es la que resulta de la energia del Espiritu; es la oracién sin cesar, donde oramos hasta que algo sucede. Y de igual manera el Espiritu nos ayuda en nuestra debi- lidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sa- bemos, pero el Espiritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. —RoMANOS 8:26 A. W. Tozer dijo una vez: “Cada cristiano tiene al Es- piritu de Dios, pero el Espiritu de Dios no siempre tiene a cada cristiano”. Dicho de una manera mas simple, Tozer nos recuerda que el cristiano debe ser lleno del Espiritu Santo. No es suficiente que el Espiritu esté presente en su vida; sino que debe tener la preeminencia alli. Si hemos de orar de modo que cause resultados, la intervencion directa del Consolador es vital, pues El es el verdadero Intercesor y sabe pedir como conviene. Esta debe ser la actitud que se trasluzca en nuestras plegarias: “Sefior, me pongo a orar porque tengo esta carga por tal persona”. Entonces, comenzamos a buscar a Dios, y lo hacemos con la determinacién de no detenernos has- ta sentir esa energia divina. Confieso que uso el término “energia” con cuidado, dado que ciertos movimientos, que ensalzan la metafisica (como la Nueva Era), lo utilizan con una connotacién humanista o universalista. Pero la Biblia 86 La oracion es clara al respecto. La oracién eficaz del justo es una ora- cién que conlleva un poder tangible, una energia o fuerza espiritual, incluye esa uncidn de Dios que viene sobre uno, haciendo que no podamos disimular nuestra carga. No olvidemos que la oracién no es “algo”, ella es “al- guien”. Zacarias 12:10 declara: ¥ derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espiritu de gracia y de oracién; y mirardn amt, a quien traspasaron, y llorardn como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. éPor qué digo que es “alguien”?; porque la verdadera oracion es el mismo Espiritu Santo orando. Pidamosle a Dios que derrame ese “espiritu de gracia y oracién” a la hora de interceder por los nuestros. Nosotros no sabemos pedir como conviene, pero el Espiritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles®. No importa que otros te juzguen de fanatico, o borracho, como le sucedid a Ana, la madre de Samuel. Oremes con una carga, oremos con uncion. éSabes cual era la expectativa de Jestis en cuanto a la oracién que sus discfpulos debjan practicar? Una hora. 60. Romanos 8:26. 87 EL SENOR DE LA MIES “3No habéis podido velar conmigo una hora?” \es dijo en Getsemani. {Por qué no propuso veinte minutos? {Por qué no planted orar cuarenta y cinco minutos? Porque para que una oracién sea eficaz, para que una oracién sea enérgica, como minimo debemos invertirle una hora de nuestro tiempo. Tal vez, argumentes: “Pero yo no tengo una hora disponible”. Entonces te aconsejo que hasta que alcances la marca, hasta que satisfagas la expecta- comiences con lo que tengas, pero comienza tiva del Sefior. Seguramente, la primera media hora sera una lucha con tu carne, contigo mismo y con tus pensamientos; lo mis seguro es que vengan a tu mente los mas inverost- miles. No te frustres si en esos primeros minutos te ves invadido de vanos pensamientos. Quiz, en ese momento en que pretendes ser espiritual recuerdes que no tienes di- nero para pagar la renta, lo que tienes que cocinar al otro dia, etcétera. Pero si perseveras en la oracién, en algun instante de esa primera hora, hay mucha oportunidad de que logres pasar el umbral de lo natural a lo sobrenatural, y esa energia o uncién del Espiritu, el energeo de Dios, comience a descender. Permiteme afirmar que cinco mi- nutos orando bajo la uncién del Espiritu Santo, logran més que veinte mil horas de una oracin que no atraviesa el techo. Asi que oremos con una carga y también oremos con la uncién del Espiritu Santo. 88 La oracién 3. Orar con perseverancia Muchas veces, nos perdemos los milagros que vienen por medio de la oracién porque desistimos a mitad de cami- no. Mire la parabola que refirid Jess acerca de la necesi- dad de orar siempre. _Habia en una ciudad un juez, que ni temia a Dios, ni respetaba a hombre. Habia también en aquella ciudad una viuda, la cual venia a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algiin tiempo; pero después de esto dijo dentro de st: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. —LUCAas 18:2-5 Amados hermanos, necesitamos ser persistentes. Tu dices: “Es que después de diez minutos ya no sé qué de- cir”. Te recomiendo entonces que vuelvas a decir Jo que dijiste los primeros diez minutos. Repitelo seis veces y al- canzaras la hora. Finalmente, lo importante es que per- sistas en aquello que sabes que Dios te puede dar. Si es la salvacién de un alma, persiste, porque nadie més intere- sado que el Sefior de la mies en que tu copa de oracién. rebose, para liberar a esa persona y reconciliarla con El. Cualquiera sea el método, aplicalo, pero ora y persiste en la oracién. Ora con intensidad, ora con una carga, ora 89 EL SENOR DE LA MIES con uncién, persiste. Ora hasta que sientas la fuerza del Espiritu Santo orando en tiy a través de ti. Recuerdo el viejo cuento para nifios de la oruga que queria llegar al sol; mientras se arrastraba en direccién a él, muy cerca del camino se encontraba un saltamontes, que le pregunto: “{Hacia dénde te diriges?”. Sin dejar de caminar, Ja oruga contesté: “Tuve un suefio anoche; sofié que desde Ja punta de la gran montafa yo miraba todo el valle. Me gusté lo que vi en mi suerio y he decidido realizarlo”. Sorprendido, el saltamontes dijo, mientras su amigo se alejaba: “jDebes estar loco! ¢Cémo podras lle- gar hasta aquel lugar, tu, una simple oruga? Una piedra sera una montafia, un pequefio charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable”. Pero el gusanito ya es- taba lejos y no lo escuché. Su diminuto cuerpo no dejaba de moverse, avanzando milimetro a milimetro. De pron- to, se oy6 la voz de un escarabajo preguntandole también a dénde se dirigia con tanto empenio. La oruga conté una vez mas su suefio... El escarabajo no pudo soportar la risa. Soltando la carcajada dijo: “Ni yo, con patas tan grandes, intentarfa realizar algo tan ambicioso”, y se qued6, tum- bado de Ja risa, mientras la oruga continud su camino. A esta altura, habia avanzado ya unos cuantos centimetros. Del mismo modo, se encontré otros animalitos que se mostraron igual de escépticos en cuanto a la hazafia que la oruga pretendia realizar. La arafia, el topo y Ja rana le aconsejaron a nuestro amigo desisti “INo lo lograras 90 La oracion jamas!” le dijeron. Pero en su interior habia un impulso que lo obligaba a seguir. Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decididé parar a descansar y construir con su Ultimo esfuerzo un lugar donde pernoctar. “Estaré mejor”, fue lo ultimo que dijo y todo movimiento ces6. Dado por muerto, todos los animales del valle fueron a mirar sus restos. Ahi estaba el animal mas loco del bosque. Habia construido como su tumba un monumento a la insensatez; ahi estaba un duro refugio, digno de uno que murié por querer lograr un suefo irrealizable. Esa mafiana, en la que el sol brillaba de manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se habfa convertido en una adver- tencia para los atrevidos. Pero de pronto, aquella concha dura comenzé a quebrarse y, atonitos, vieron unos ojos y unas antenas que no podian ser las de la oruga que crefan muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de repo- nerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas de mariposa de aquel impresionante ser que tenfan en fren- te; el que realizarfa su suefio, el sueno por el que habia vivido, por el que habia muerto y por el que habia vuelto a vivir, {Todos se habian equivocado...! No importa cudn dificil se te presente el reto de la oracién, Tu ora. Tu camina, como la oruga va hacia el sol; en algan momento, el Espiritu de Dios que mora en ti, te tomard y comenzard a orar en y a través ti. Alli sentiras la metamorfosis de tu vida de oracion y te elevaras como una mariposa a las alturas de la intercesion. 2 EL SENOR DE LA MIES 4, Orar atacando la causa raiz Como el gorridn en su vagar y lo golondrina en su vuelo, la maldicién no vendré sin causa, —PROVERBIOS 26:2 Siempre hay una causa, hay una razén para cada atadura, hay una causa por la que nuestros seres queridos pare- cieran estar en maldicién y desprecian la unica chance verdadera de salvacién y liberacién. Muchas veces, el ene- migo trata de presentarnos un cuadro disfrazado de la si- tuacién o de la persona a quien queremos alcanzar para Cristo, y asf distraernos de la verdadera “causa raiz”. E] prefiere que ataquemos los sintomas, para poder seguir en el trono de su vida. Recuerde que él es el engariador, padre de toda mentira. éQué es la “causa raiz”? En los procesos de control de calidad que se usa en las diferentes industrias, hay un indicador que se denomina “causa raiz”. Este término hace referencia a una falla en el estado inicial 0 punto de partida de la produccién. En otras palabras, es la ra- zon esencial por la cual falla un material. Espiritualmente hablando, para atacar la “causa raiz” de un problema es indispensable hacerse la pregunta: ¢Qué es lo que mantie- ne a la persona escéptica o incrédula? Es necesario iden- tificar el factor de su incredulidad. Tal vez, esa persona esté atada por el vicio; tal vez est4 envuelta en brujerta; tal vez, la arrogancia es un baluarte en su vida; o tal vez, 92, La oracion su intelectualismo la ha llevado a volverse atea. Quiza sea una persona que esta lastimada o herida 0 abusada. Quiza tiene en su entorno, familiares brujos o hechiceros y es- tos realizan actividades diabdlicas en su contra (hechizos, males, conjuros, etcétera). Busquemos y pidamos al Espf- ritu Santo que nos muestre cual es la causa raiz que hace que cuando compartimos el Evangelio, la gente muestre tal resistencia que pareciera que le hablamos a una pared. En este contexto, me lama la atencién aquel inciden- te en el que Jestis, saliendo de Betania, tuvo hambre y quiso comer de una higuera. Cuando se acercé y no en- contré fruto, “Jestis le dijo a la higuera: Nunca jamdas coma nadie fruto de ti” (Marcos 11:14). Luego, en el versiculo 20 del mismo capitulo dice que los discfpulos: “pasando por la mariana vieron que la higuera se habia secado desde la ratz”. Esta ensefianza ejemplifica que cuando se toca la raiz, se afecta todo el arbol. Si identificamos la “cau- sa raiz” del problema, descubriremos el factor opresor y podremos orar hacia la razén responsable, de modo que una vez vencida la causa, la salvacién de la persona venga como consecuencia. Detras de todas las maldiciones, hay un demonio ope- rando. Me refiero a una potestad del reino de las tinieblas Esta potestad adquirié un derecho para dominar y esta- blecerse en esa persona, debido al pecado de sus genera- ciones 0 de ella misma. Es un espiritu que est4 operando en contra de la luz del Sefior que quiere llegar a ese indivi- duo. Una vez identificada esta causalidad, podremos orar EL SENOR DE LA MIES en su contra y desplazarlo. Este tipo de oracién es una accién que tiene que ver con la guerra espiritual. Cuando se trata de esta oracién, donde el objetivo es desplazar al reino de las tinieblas, de arrancar un espiritu demoniaco que quiere destruir a esa persona impidiendo que pueda ser salva y libre, nuestra oracién no sera de suplica. Nuestra oracién sera llena de autoridad. Vamos a identificar si estamos lidiando con ataduras de brujeria, de amarguras y odios, de paganismo, etcétera, y vamos a atacar esas areas en nuestra oracion. No es con la persona que tenemos que discutir teologia, ni pelear por conven- cerla. Recuerde que: No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra prin- cipados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de mal- dad en las regiones celestes. —EFESIOS 6:12 Tenemos que atacar al verdadero responsable, en el mundo espiritual, la opresién demoniaca, la “causa raiz”. Pidamos al Sefior de la mies que rompa las cadenas que mantienen a nuestros seres queridos en oscuridad y cautividad. Recordemos que, segtin Hechos 12, el angel fue al rescate del Apéstol Pedro a la prisién, pero fue la oracion quien fue por el angel primero. 94 La oracion 5, Oremos en acuerdo Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les serd hecho por mi Padre que estd en los cielos. Porque donde estan dos o tres congregados en mi nombre, alli es- toy yo en medio de ellos. —MateEo 18:19-20 Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caeran a espada de- lante de vosotros. Cinco de vosotros persequirdn a ciento, y ciento de vosotros perseguirdn a diez mil, y vuestros ene- migos caeran a filo de espada delante de vosotros. —Levitico 26:7-8 Ese es el poder del acuerdo. Es menester acordar con otros el motivo y Ja direccién de la oracién, antes de que la salvacién alcance a quienes amamos. Note la progre- sién: Cinco persiguen a mil y cien persiguen a diez mil. Es necesario tener un socio en la oracién. Debemos buscar a una persona de Dios y decirle: “Ayudame a orar”. La oracién poderosa es la oracién sinfonica. Es aquella que toma lugar en medio del acuerdo, ademas de que tiene promesas y poder. En nuestra congregacion central del ministerio, MVI Querétaro, cada domingo, antes de la reunion, tomamos un tiempo para orar por los familiares de los hermanos que alli se congregan. A medida que las personas !legan posers EL SENOR DE LA MIES al servicio dominical se unen a la oracién y se ponen de acuerdo en ese mismo motivo. El resultado es impresio- nante, a tal punto que si tuviera que contar cada testimo- nio de familiares que semanalmente vienen al Sefior en nuestra congregacién, me seria necesaria una biblioteca para guardar los volimenes. De hecho, algunos asientos del auditorio tienen atornillada una placa con el nombre de ese familiar por quién se esta orando. Lo hacemos cre- yendo que, un dia, tal persona rendira su corazon al Sefior y ocuparé ese asiento que le tenemos reservado. 6. Oremos por una conexi6n del Reino Tal vez, aquel esposo por quien sientes una carga, ya no te quiere prestar atencién. Tal vez, aque] hijo que quieres salvar del mundo, ya no te quiere escuchar. O ese com- pafiero que quieres que pueda ver la realidad de Dios, se mantiene indiferente. No te desanimes, sigue orando por ély, ademas, pidele a Dios que envie a alguien mds con el mensaje de salvacion. A veces, nosotros oramos durante afios, y el Sefior usa a otra persona en un instante. Lo im- portante aqui es que la oracién dé su fruto de salvacion y la persona acceda a la salvacion. Invertir tiempo orando por alguien (aunque no sea un ser querido o un pariente) es una siembra en el reino del Seftor, No olvidemos que orar por otros es amar. Si insistes en amar por medio de la oracin, seguramente Dios enviara a alguien mas, para que a su vez, le hable a tu tfo o tu pariente o a ese ser por quien estas orando. El 96 | La oracion mover a alguien fuera de tu entorno para que se invierta a tu favor. Si sembramos oracién en el Reino, el Reino nos retribuira el esfuerzo. Cuando invertimos en un lado, muchas veces Dios ya se esté moviendo a nuestro favor por otro lado. E] apéstol Pablo oraba con la conviccion de que Dios es “poderoso para hacer todas las cosas mucho mds abundantemente de lo que pedimos 0 entendemos, segun el poder que acttia en nosotros” (Efesios 3:20). Mi esposa Fabiana se convirtio al Sefior a la temprana edad de nueve afios. Durante toda su adolescencia y parte de su juventud, fue la unica creyente de su familia. Ni sus padres, ni su tinico hermano aceptaban que necesi- taban a Dios en sus vidas. Como puedes imaginarte, esta situacién era prioritaria para ella; era el motivo central de sus oraciones. Ellos no eran ajenos al mensaje de la Biblia, nia la gracia que abundaba en la iglesia; sin em- bargo, permanecian indiferentes a la propuesta bendita del Evangelio. Como comenté en un capitulo anterior, cuando ella y yo nos casamos, nos fuimos como misio- neros a un pais lejano. El enfoque de nuestro ministerio, en una tierra necesitada, era la conversion de las almas mediante la predicacién del evangelio de Salvacién. En verdad, trabajébamos dfa y noche con este objetivo; mientras, el corazén de mi esposa seguia rogando y cla- mando por su familia, tan necesitada de salvaci6n como aquellos que cada dia Dios nos permitia traer a su reino. Entonces, de manera increible, el reino del Sefior comen- 26 a retribuirnos con creces el esfuerzo. Mientras nosotros cia EL SENOR DE LA MIES sembrabamos la semilla gloriosa de la salvacién en Méxi- co, Dios se encargaba de obrar en la familia de Fabiana, a quince mil kilometros de distancia. Mientras nuestras manos tocaban a los necesitados en México, Dios toca- ba a la familia de mi esposa en Argentina. Hoy toda su familia, padres, hermano y sobrinos estan en el camino del Sefior. Dios hizo una conexién divina, porque en el mismo barrio donde vivian, se establecié una nueva con- gregacién. E] pastor y su equipo ministerial se dieron a la tarea de visitar amorosamente, dia tras dfa, a la familia de Fabiana, hasta que cada uno de ellos cayé en las redes de amor del Salvador. Como veras, la oracién es un punto o paso primor- dial en nuestra tarea de evangelizar y llevar reconciliacién entre Dios y los seres humanos. No es una tarea natural que podamos provocar con nuestras puras habilidades na- turales. El primer ingrediente ya es sobrenatural, porque la oracién nos conecta con un Dios espiritual, que tiene el poder de romper las ataduras, quitar las vendas y reve- lar su existencia por medio de su Espiritu Santo. Asi que oremos con una carga, oremos con uncién, oremos con perseverancia, oremos atacando la causa raiz, oremos en acuerdo y oremos por una conexidn del Reino que actue en nuestro favor. Oremos porque el mensaje glorioso del Sefior de la mies penetre los corazones y la gente acceda a la salvacién de su alma y la reconciliacién con su Creador y Padre. | k | i I t CAPITULO 4 El testimonio La mayoria de la gente en el mundo, esta bajo la influen- cia de espesas tinieblas; tal vez atada en su espiritu, 0 con problemas que la embotan y oprimen. Los cristianos vivi- mos diferente porque sabemos que hay poder en el nom- bre del Seftor Jestis; hemos sido libres de las opresiones de Satands y de la vida, de manera que vivimos por la gracia y la fuerza de un poder superior, el de Dios. Y por eso mismo, también hemos sido enviados a llevar esa libertad a otros. Aplicarnos con decisién al trabajo de hacerle llegar la gracia de Jesucristo al prdjimo es lo correcto, ¢ invertir icia del Evangelio también es acertado. De hecho, a eso nos va- nuestro esfuerzo para alcanzarlo con la buena no mos a referir ahora; sin dejar de tener presente que quien 99 EL SENOR DE LA MIES convence a las personas es el Espiritu Santo. Si El no in- terviene, el esfuerzo es vano. La Biblia expresa que cuan- do El venga, convencerd al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Asi que, antes de hablarle a alguien de Jestis, es muy importante hablarle a Jestis de ese alguien y buscar la revelacién y poder del Espiritu Santo. Luego de haber orado y de que aprendemos a obrar con un poder superior a las simples palabras, podemos pasar al segundo elemento esencial a la hora de compartir el evangelio del reino de Dios con otros. Ese elemento es nuestro testimonio, el cual es personal, esté basado en la experiencia y es irrefutable. Por supuesto, es también muy poderoso. Hablando con mas que palabras Muy importante serd el estado de nuestro testimonio, an- tes de que podamos hablar del Sefior con otros. Antes de decir algo o de querer regalar una Biblia o un disco compacto con un mensaje, antes de invitar a alguien, el fin de semana, a una actividad de la congregacion, es muy importante navegar con la bandera de nuestra reputacién. éSabfas que antes de aprender a hablar, uno apren- de a identificar un lenguaje de gestos y sefiales? Primero aprendimos a comunicarnos con el cuerpo. Es obvio que ningtin bebé nace hablando, pero écémo se hacen enten- der cuando tienen hambre? ¢Cémo se comunican cuando estan molestos? Sus gestos, llantos, sefias y reacciones son 100 i El testimonio su lenguaje. Nuestro cuerpo habla, nuestros actos hablan, nuestro proceder y conducta hablan; en fin, nuestro tes- timonio habla. Es de conocimiento popular que nuestras actitudes gritan mas fuerte que nuestras palabras. Esta es la razon por la que puedo aseverar que nuestro testimonio es mds importante que nuestra historia. En el capitulo anterior, nos detuvimos a meditar acer- ca de Ja importancia de orar, pero ahora es muy importan- te conducir un anilisis introspectivo de nuestra conducta y testimonio. Si vale la comparacion, somos como un pez en una pecera, al alcance del iris de todo mundo. Somos observados a cada momento®. Imaginese un pez en la pecera, lo miran de los cuatro lados de la misma y ahi va él, de aqui para alla, arriba y abajo, pero no tiene por dénde no ser visto. Asf es nuestra vida; es observada por muchos desde inimaginables angulos. La gente nos mide segun nuestra creencia, y cuando se trata de juzgarnos tienen un conocimiento asombroso de la Biblia que nos guia. E] enemigo siempre esta buscando ocasién para que la gente no pueda acceder a la salvacién; y si ve una falla en nuestro caracter, una mancha en nuestro testimonio, las usara para que el mundo fije su vista alli mds que en nuestro mensaje. He mencionado que, a través de los afios en la vifia del Sefior, después de algunas décadas de servirlo, me he dado cuenta de que mucha gente tiene esa carga, esa 61. Hebreos 12:1 101 EL SENOR DE LA MIES primera y primordial carga de alcanzar a sus seres queri- dos con la luz que un dfa la alcanzé a ella. Una vez que conocimos al Sefior, estimo que no hay carga mas grande que ésta. Tal vez, conjetures un pensamiento como: “Pero yo no siento tal carga”. Entonces déjame decirte que algo no anda bien contigo, pues deberias sentirla. Cierta vez, predicando en la iglesia, hice una pregunta que rapida- “gCémo piensas disfrutar del cielo sabiendo que tus hijos estan en mente Ilam6 la atencién de toda la audienci el infierno? ¢Como vas a disfrutar el cielo sabiendo que tus padres se pierden por la eternidad?”. Y hoy la refiero a ti que estas leyendo. Quiza no estés muy convencido de la existencia del infierno, pero no olvides que Jess fue quien mas hablo de él en la Biblia. Es mas, en com- paracién, el Sefior hablé mas del infierno que del cielo. Alguna razon tendria... Alguien una vez me dijo: “Bueno, ¢y si todo eso que usted dice no es real, si es solo un mito?”. Ante esta pre- gunta, que no es aislada porque mucha gente la plantea, yo siempre desaffo a mi interlocutor con una ecuacién muy ldgica: “Si esto no es real, lo peor que te va a suceder es que un dia reniegues un poco y, en tu frustracin, di- gas: ‘jHay caray! Cref una mentira toda mi vida’; pero eso es lo peor que te puede suceder. Sin embargo, si yo tengo razon en creer y respaldar la verdad biblica, lo mas pro- bable es que ta no vuelvas a tener una oportunidad para reconciliarte con Dios, y ese dia haras algo mas que re- negar. Ese dia, te encontrara desesperadamente perdido; El testimonio segtin la Biblia sera el Horo y el crujir de dientes”®, eternidad es un tema muy serio como para tomarlo a la era 0 arriesgarla con posibilidades inciertas. No solo es que la lia lo diga, y creo que es autoridad suficiente, sino que el Espiritu Santo nos da testimonio en nuestro espiritu. Las fuerzas del infierno son tan tangibles como la presencia de Dios. Si sentimos y creemos en la ‘ima, no podemos negar las otras. Entonces, si vas a tirar la mo- neda al aire, si vas a arriesgar tu eternidad, mas te vale que tomes las chances mds seguras. Créeme, te conviene tener a Jestis en tu corazén, asi como te conviene hablarles a los demas de El. Y si la eternidad es un asunto de tanta importancia, épor qué algunos no quieren entregarse al Sefior? ¢Por qué nos encontramos con individuos a quienes no les interesa cuando les hablamos del Sefior Jestis? La expe- riencia me ha mostrado que una de las primeras razones es ésta: La decepcién que provoca nuestro estilo de vida Nuestra conducta, nuestras sefias, movimientos, compor- tamientos hablan mas fuerte que nuestras palabras, y de manera més permanente. Nuestro testimonio nos habilita o inhabilita para hablar eficazmente de un Dios que pez- dona pecados y transforma vidas. Si seguimos pecando, ponemos en duda al mismo Dios que predicamos. & Mateo 13:42. 103 EL SENOR DE LA MIES Cartas leidas por todos los hombres Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros cora- zones, conocidas y leidas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espiritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazon. —2 CORINTIOS 3:2-3 Seguramente, alguna vez hemos ofdo acerca de, la cada vez mas creciente, ciencia de la grafologia. Esta es el estudio de nuestra caligrafia, cuyo propésito es hacer un analisis del caracter particular que distingue a unos de otros. Los expertos en este 4rea buscan proyectar al- guin sesgo caracteristico en las letras que escribimos, la manera en que las formamos, a qué altura cruzamos la rayita transversal de la letra “t”, como ponemos el tilde sobre las vocales. si escribimos de corrido, cortado, sobre el renglén, 0 cruzandolo o entre linea y linea, etcétera. Basadas en estas distinciones, surgen ciertas conclusiones pertinentes a nuestra personalidad. Los expertos en esta ciencia afirman que el estilo de la caligrafia revela el perfil de la personalidad del individuo. Pone de manifiesto si alguien es introvertido o extrovertido, si es individualista © sociable, etcétera. Mientras muchos cuestionan la fia- bilidad de esta practica, dicha ciencia no deja de ser un ejemplo veraz de nuestro desarrollo en la vida cristiana. O sea, mientras vivimos en esta tierra, nuestra conducta 104 El testimonio es la firma de lo que decimos creer y el endoso de nuestra credibilidad. Estoy seguro de que si las personas que hoy no cono- cen al Sefior, hubiesen conocido la vida, gloria, verdad, gozo, uncién y poder que emanaban de El, si lo hubie- sen conocido de primera mano, lo hubieran seguido sin dudarlo. El asunto hoy, es que las personas que estan ahi afuera sin conocer el Evangelio, juzgan a Jesus por nuestra conducta. O sea, el criterio que ellos tienen del Mesias esta fundado en la representacién que nosotros, como cuerpo de Cristo, desplegamos. Por tanto, si nues- tro testimonio, nuestra forma de vida, no refleja nuestro testimonio verbal, no podemos pretender que nuestro evangelismo sea efectivo. Ahora, imaginate que Judas Iscariote quisiera com- partirle del Sefior Jesucristo a otra persona; aquel Judas ambicioso, codicioso y traicionero. {Con qué credibilidad podria hablarle? La Biblia es contundente en afirmar que “lo mas que puede hacer el discipulo es ser igual a su maestro, yelesclavo, igual a su amo...” (Mateo 10:25, TLA) y Judas no lo era. Suponga que alguien hubiera tenido que imaginar como era el Sefior observando la conducta de Pedro, cuan- do sentado en el patio del templo, éste dio tal resbalon en su fe; nego al Sefior Jesucristo tres veces antes de que can- tara el gallo. Para colmo, el registro biblico es detallista en describir que lo hizo con maldiciones y maledicencias®. 63. Mateo 26:74. 105 EL SENOR DE LA MIES La carta de Pedro no testificaba, en ese momento, de un salvador a quien valiera el esfuerzo seguir. Aunque sabe- mos que Pedro se arrepintio y lloré amargamente; después de eso, también sabemos que se convirtié en una de las cartas més lefdas y efectivas de Aquel Cristo que rindiera su vida, resucitara y subiera al Padre para enviar al Espiritu Santo a Ilenar de poder a sus discipulos, entre ellos Pedro, para revolucionar el mundo con su evangelio. No fue asf con Judas, quien lejos de arrepentirse, sin saber qué mas hacer, terminé con su existencia y firm la carta de su vida con una maldicién. gCudntos, alguna vez, hemos proferido alguna male- dicencia? Ahora imaginese, como en el caso de Pedro, si alguno, sentado en el patio, nos protestara: éTu eres uno de los seguidores de ese Sefior? Si es asi, por qué hablas de esa manera tan soez? éY qué tal si uno al lado de esa persona sorprendida le propusiera: “Oye, épor qué no te unes a ellos?”? Qué crees? ¢Qué posibilidad habria de que esa persona atendiera tu mensaje? Muchas veces, la conversion de las personas viene porque ven algo en no- sotros que ellas no tienen. Si ti tienes paz en medio de las tormentas, elias quieren lo que tienes. Pero si lo que tienes en medio de una tormenta de la vida, son male- dicencias, ira, impaciencia y estrés, tu testimonio empa- fiard y debilitara tu Evangelio (buenas noticias). En este contexto, puedo asegurarte que la gente alli afuera no se muestra reticente por falta de sensibilidad de su parte, sino por una falla en nuestro testimonio. No creo que El testimonio haya tanta gente que no desee una franca realidad para su vida, o que prefiera desconfiar porque si y ya. Mas bien, creo que no encuentran una congruencia entre nuestro mensaje y nuestro estilo de vida; ésa es la verdadera causa de su escepticismo. Debo decirte categéricamente que es nuestra respon- sabilidad, como parte del cuerpo del Seficr que somos, representarlo y testificar de El, emulando una vida acorde con su estatura. Nuestra funcién es ser 0 abrir camino para que las almas leguen al Reino, no llenarlo de obsta- culos y excusas que les impidan entrar. Debemos ser esas cartas que, al ser leidas, comuniquen con claridad y auto- tidad la verdad del Cristo vivo, que salva, libera y cambia las vidas. Debe leerse en nosotros un antes y un después de haber entrado El en nuestro corazén y de haber noso- tros nacido de nuevo. Aprendiendo a Cristo ‘Antes de tener cualquier motivacién, necesitamos tener valores. Los valores van a alterar las actitudes, y nuestras actitudes van a incidir en la conducta. La conducta al- terar nuestra idiosincrasia y finalmente afectara nuestra cultura. El cimulo de conductas es lo que determina una cultura. ¢Qué cultura tenemos, la del mundo o la del Rei- no? La gente esta esperando ver si conoces Jestis, si ya aprendiste al Sefior Jesucristo y si adoptaste su patron de 107 EL SENOR DE LA MIES conducta - tu vida primeramente y, en consecuencia, quiere ver si te esta trayendo cambios, El recuerdo que yo tengo en mente como formador de cultura es de mi padre y mi madre. Primeramente, como ejemple de vida; otras veces, echando mano de re- cursos no tan ortodoxos como una chancleta o cinturén en mano, para luego tomar una Biblia e invitarme a una seria platica. Muchas veces, me decian: “Siéntate”. Y yo decia para mis adentros: “:Para qué si ahora me vas a parar?”. Pero me hacfan sentar primero para lo siguiente; me abrian la Biblia y me lefan el consejo de Dios. Cuando yo protestaba diciendo que ya habia entendido (tratando de eludir el consejo fisico), mi madre replicaba: “Bueno, pero voy hacer algo para que no se te olvide. Voy a grabar Ja forma de esta “chancleta” alli donde la espalda cambia de nombre para que el consejo se grabe en tu corazon”. r “chancleta” fue el primer tatuaje en mi cuerpo (y el tnico). Amado lector, lo que quiero transmitirte es que, antes de experimentar a Cristo, yo aprendi a Cristo. An- i de experimentar a Jestis, yo aprendj a Jestis. Yo sabia cémo era Jestis, como eran sus principios. Estos valores me fueron inculcados a través mis padres, a Dios rogando y con la chancleta dando... El apdstol Pablo, padre espiritual de muchos, recon- venia a los efesios en cierta ocasién, escribiéndoles que: a vosotros no habéis aprendido asi a Cristo, si en verdad le habéis otdo, y habéis sido por él ensefiados, 108 El testimonio conforme a la verdad que estd en Jestis. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que esté viciado conforme a los deseos engaiiosos, y renovaos enelespiritu de yuestra mente, y vestios del nuevo hombre, creado segiin Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su préjimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte mds, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad, Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificacion, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espiritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el dia dela redencidn. Quitense de vosotros toda amargura, enojo, ira, qriterta y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benig- nos unos con otros, misericordiosos, perdondndoos unos a otros, como Dios también os perdoné a vosotros en Cristo. —EFESIOS 4:20-32 Esta es una clase magistral del apéstol, que nos mues- tra cémo vivir para que nuestro testimonio lleve a la gente a Cristo y no la espante en cambio. Seguin el versiculo 20, a Cristo hay que aprenderlo. Es decir que debemos imitarlo, desde oirlo hasta ser ensefiados por El. En otras palabras, esto significa que debemos vivir elestilo de vida que El desplegé en su periplo por esta tierra. 109 EL SENOR DE LA MIES Y como los mejores ejemplos de Ja vida surgen de las cosas mas sencillas y de la misma naturaleza, tengo una experiencia increible para compartirte, que puede aportar un ejemplo muy didactico en este caso. En cierta ocasién, conoci un loro de nombre Willy y de unos quince afios de edad. Fue criado desde pichén por mi gran amigo Duane Kershner. Duane y Susan, su esposa, son tremendos hijos de Dios, intachables ministros y personas de mucha ora- cién. Una de las tantas veces que los visité en la base mi- sionera donde trabajan, en la costa de Oxaca, México, me di cuenta de que Willy hablaba en lenguas. S{, hablaba en lenguas como lo hacen las personas llenas del Espiritu. Con curiosidad, indagué al respecto y, para mi asombro, Duane me conté que, como él cada majfiana se levanta temprano a orar, el loro Willy escucha sus oraciones y asf, aprendié a repetirlas. De hecho, Duane le dice: “Willy, vamos a orar”, y el increible loro se pone a hablar en len- guas. Por supuesto, el animal solo repite, pero para haber aprendido a hablar asf, seguramente habra escuchado a su duefio orar incontables veces. La pregunta que me sur- ge aqui es: Si tuvieras un loro, équé palabras repetiria? 2Qué es lo que més te escuchan decir los que estan a tu alrededor? Yo quedé fascinado y confrontado después de conocer a Willy. Por esto —y sé que soy reiterativo—, es mucho mas importante nuestro testimonio que nuestra historia. Es triste, pero en vez de que la Iglesia se caracterice por la abundancia de muchos cristianos, se encuentra plagada 110 El testimonio de no pocos “cristinos”, como decimos jocosamente en México (o sea, algo parecido al cristiano, pero que no lo es en esencia), E] mundo esta esperando la manifestacién de los verdaderos hijos de Dios, jverdaderos cristianos! No olvidemos que, a cada momento, estamos “modelan- do” ante los ojos de un mundo que se pierde sin Cristo, porque no lo puede ver. Le tiene que ver en nosotros, en nuestra vida y testimonio. Es interesante recordar que Ja palabra “cristiano” no fue un término que acufié el Sefior Jesus ni sus discipulos. Ellos no se sentaron un dia para proponer: “Bueno, vamos a hacer un acta constitutiva para fundar hoy una religion que denominaremos cristiana”. jNo! Fue treinta afios mas tarde, después de que el Sefior ya habia ascendido al cielo que, en Antioquia, los que observaban a los seguidores de Cristo notaron que éstos vivian como su Maestro y les Hamaron por “cristianos” (que significa “pequefios Cris- tos”). Este es el mas puro testimonio que acompatia las Buenas Nuevas con eficacia. La gente notaba en ellos la misma entrega que llevé a Cristo a la cruz; asi ellos, los discipulos, estaban dispuestos a morir por causa del Evan- gelio. La gente comiin se daba cuenta de como se despo- jaban de todo lo que tenian y lo compartian con sencillez de corazén, observaban su amor por las personas, como hacian milagros y maravillas. La pregunta obligada que retumba en mis ofdos es: ¢A quién ve la gente cuando te mira u observa tu conducta y testimonio? Aqui, en el libro de Efesios 4:20, lefmos: “mds vosotros EL SENOR DE LA MIES no habéis aprendido asi a Cristo”. Por lo que Pablo le re- crimina a los efesios, notamos la expectativa que tenia el apéstol, la cual él mismo vivia y vefa a los demas apéstoles reproducir. A Cristo hay que aprenderlo, hay que copiar- lo; debemos mimetizarnos con El. Nos volvemos, a veces, muy sentimentalistas y pensamos que la vida cristiana se trata de un mero ctimulo de emociones religiosas, cuando en verdad tiene que ver con una realidad que se experi- menta y el modelo de vida que se adopta. De hecho, la misma Escritura nos propone que “alcancemos la estatura del varén perfecto”, Jesucristo. En la jerga del boxeo diria- mos que “alcancemos el peso”. Debemos determinarnos a caminar de manera distin- ta; pero no de cualquier manera, sino como Jesucristo. Asi como lo hizo aquella joven moabita de la Biblia, Rut, que vivid durante el tiempo en que los jueces gobernaban Israel. Era una muchacha que venia de un pueblo paga- no, iddlatra y con practicas que Jehova aborrecia; pero supo ver el testimonio de su familia politica e identificar al verdadero Dios y el ejemplo a seguir. Un dia, después de enviudar, y ante la posibilidad de volver a casa de sus padres, resolvid seguir a su suegra hebrea (Noemi), quien hab{a decidido volver a Israel. Para un moabita represen- taba todo un desafio mudarse de Moab a Belén —tierra donde el pueblo del Sefior habitaba—. Alli se encontraria con costumbres distintas, idioma distinto, idiosincrasia distinta, todo seria distinto y ella seria una viuda y ex- tranjera. No obstante, Rut estaba resuelta. La Biblia da fe 112 El testimonio de esta determinacién, pues la muchacha fue terminante con su suegra Noemi: iNo insistas en que te abandone o en que me separe de til Porque iré adonde tu vayas, y viviré donde tit vivas. Tu pueblo sera mi pueblo, y tu Dios serd mi Dios. Moriré donde tu mueras, y alli seré sepultada. —Rut 1:16-17 (Nv1) En resumen, Rut estaba diciendo: “Estoy dispuesta a dejar el lugar donde he vivido toda mi vida y a dejar mi pasado. Estoy dispuesta a vivir en una nueva tierra, a adoptar nuevas conductas y costumbres. Estoy dispuesta a tener nuevas asociaciones, a cambiar de amigos. Estoy dispuesta a servir a un nuevo Dios, a levantar un nuevo altar. Y estoy dispuesta a recibir un nuevo ADN, para que me sepulten con un pueblo que no es el mio. Quiero ser como tt - (Qué resolucién! La historia continua revelan- do que su suegra la vio tan determinada que le permitid acompaniarla. Es indispensable que la transformacién interior que produce aceptar a Jestis en nuestro corazon se permee ha- cia el exterior; que la renovacién de nuestro entendimien- to haga surgir un testimonio transformado™. A causa de esto, estudiamos la Palabra de Dios, por esto tenemos es- tudios biblicos, por esto desarrollamos escuelas biblicas, 64, Romanos 12:2, 113 EL SENOR DE LA MIES por esto impartimos seminarios y nos reunimos en grupos de oraci6n... porque a Cristo hay que aprenderlo. No solo hay que sentirlo, no es sdlo cuestién de seguirlo, no se trata unicamente de adorarlo; es menester aprenderlo. No seria descabellado poner una nota en el espejo de nues- tro bafio que rece algo asi: “Qué aprendi de Jestis hoy?”. Quizé esto nos ayude a recordar la importancia de seguir su ejemplo de manera diaria, pues si nos tomaramos el tiempo de hacerlo, serfamos testimonios vivientes de su persona. Manifestando el olor de su conocimiento Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesus, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conacimiento. —2 CORINTIOS 2:14 Me llama la atencién la palabra “conocimiento” que se usa aqui como traduccion del griego gnosis, el cual signifi- ca “entendimiento”. Nota que no dice que manifestemos olor a religiosidad; no invita a expresiones religiosas como jGloria a Dios! jAleluya!, etcétera. Lo que nos anima a hacer es a manifestar la fragancia que emana cuando lo conocemos 0 tenemos entendimiento de El. Hay hermanos que me abordan con entusiasmo para decirme: “Hermano, yo tengo testimonios para contar. El or me ha bendecido, me ha tocado tanto que hasta 114 El testimonio podria escribir un libro”. Seguramente es cierto; pero el Sefior espera algo mds que historias para contar. Su ex- pectativa es que, en todo lugar (en la calle, en la escuela, en el trabajo, en el centro comercial, en el automédvil, en nuestra casa, en todos lados...) manifestemos el olor de cuanto lo conocemos. cibimos Muchas veces, nos acercamos a Cristo, lo r como Salvador, como aquel que dio su vida en la cruz, pero nos quedamos en la cruz sin pasar a conocerlo en todos los aspectos de su persona. Cuando conocemos a Dios emanamos una fragancia distinta, que manifiesta su existencia a quienes no lo conocen. Ese aroma, entre otras cosas, es nuestro testimonio, nuestra manera de vivir di- ferente y el fruto del Espiritu en esa conducta diferente. Déjeme hablarle con el corazén en ia mano, como un padre. Yo recibo, tan seguido, a personas que me encaran con peticiones como ésta: “Ay hermano, por favor ore por mis hijos. Venga y ore porque estan rebeldes”. Yo, sin poder eludir el pensamiento que me asalta me pregunto: éNo ser que sus hijos son una emulacion de su propia conducta como padre o madre? Porque si sus hijos vie- ran a Cristo en su vida, si pudieran oler su conocimiento en ellos, creo que reflejarian otro patrén de conducta. El mejor fruto de un cristiano parte de su propio hogar. No creo que sea impertinente, ni poco espiritual hacer esta otra pregunta: A qué hueles? Mi pastor, Ricky Paris, tiene cuatro hijos preciosos; tres hijas y un varén. Cuenta Ricky ue, un dia, regresando EL SENOR DE LA MIES a su casa, su hija menor, Tracy, salio a recibirlo y, colgan- dose de su cuello, lo abrazé més efusivamente que de cos- tumbre. No es menor el detalle de que, en aquel tiempo, Tracy estaba de novia con quien hoy es su esposo, Zac. Al pastor Paris le llamo la atencién tanta demostracién de carifio, por lo que manifesté su curiosidad al respecto; y Tracy le respondi “Papa, ciertamente te amo, pero como has estado con Zac, vienes impregnado del perfume que él usa y eso me encanta...”. Haber estado con el Seftor y conocerlo, hard que otros lo noten, porque viviremos impregnados de su esencia. E] obstaculo, tal vez, mas grande que encuentro en el mticleo del Cristianismo es la carencia de Cristo, tanto de su presencia como de su apariencia. Y si bien es verdad que la obra del Espiritu Santo es revelar a Jestis, también es cierto que Cristo revelado en nosotros es la esperanza que otros tienen de ver la gloria de Dios. El apéstol Pa- blo lo afirmé asi a los colosenses y fijé esta meta como su trabajo®. Dicho de otra manera, la chance que otros tienen de conocer la gloria (imagen de lo que Dios es) es la proporcion de Jesus que puedan ver en nuestras vidas. Salvador y Sefior Creo firmemente que no solo debemos ser salvos por el Cristo, sino también conquistados por el Sefior. Si El no 65. Colosenses 1:27-2¢ 116 El testimonio es Senior de nuestra vida, nada cambiara en nuestra con- ducta porque nuestra carne seguira en el trono de nuestra vida. Asi, nuestro testimonio nunca reflejara el olor de su conocimiento ni el fruto de su Espiritu. Es muy claro que una cosa es hacer de Jestis tu Salvador; y otra muy aparte es hacerlo tu Sefior, tu amo. Hay cosas en la Palabra de Dios que no se ofrecen como un “combo”, es decir que una no implica la otra, y ésta es uma de ellas. La salvaci6n de Dios es otorgada con un sencillo acto de fe, no obs- tante el sefiorfo requiere arrepentimiento, rendicion y en- trega; es decir, muerte al “yo”, cambio y transformacion. {Qué implica que E sea el Sefior de tu vida? Significa que es tu amo, tu jefe, el que manda, el que determina el rumbo de tu caminar, de tu ser y hacer. El dira lo que hards, cudndo lo haras y como lo hards. En tu vida ya no mandas tt, sino El. Entiendo por qué buscamos la intervencién de un Salvador. Seguramente, al vernos Ilenos de problemas, al estar en un pozo profundo, como quien se siente presa en las garras de un depredador, le decimos: jSefor sdlvame! y El, en su misericordia interviene y nos salva. Pero una vez que el rescate fue pagado, muchas veces, salimos con la historia de que “ahora quiero vivir mi vida a mi ma- nera”, Postergamos su sefiorio sobre nuestra vida porque queremos seguir nosotros en el trono de la misma. Lo que no hemos advertido en este punto, es que si Dios no es el Sefior, el pecado es sefior y nuestro testimonio deja de ser un buen “evangelista”. 117 EL SENOR DE LA MIES Esto me recuerda la actitud de un gobernador romano en dias del apéstol Pablo, registrada en Hechos 24:24-25, donde cuenta que: --viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judia, lla- m6 a Pablo, y le oyd acerca de la fe en Jesucristo. Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espanto, y dijo: Ahora vete: pero cuando tenga oportunidad te llamaré. El Gobernador Félix estaba intrigado acerca de la fe de Pablo y deseaba escucharlo, pero cuando el apéstol llegé a la parte en que se exige un compromiso de vida, Félix lo despidié y prefiris dejar la experiencia del Evangelio para otro momento. Evidentemente, no estaba dispuesto a ceder el sefiorio de su vida a Jesucristo, e hizo su eleccion. Permiteme enfrentarte con estas preguntas de nuevo: dEs Jestis tu Salvador? ¢Es también tu Sefior? Ya has to- mado sus palabras, principios, ensefanzas y has permiti- do que éstos forjen tu vida? éTu voluntad se ha sujetado y sometido al sefiorio de Jestis? ¢¥a has aprendido a Cristo? Yo sé que esta propuesta suena un poco fuerte en pleno Siglo XXL, y sobre todo en Occidente; pero la demanda de la Palabra de Dios es inexorable: Es un llamado a ser es- clavos del Seftor. Cuando la Biblia habla de ser siervos, no se refiere a alguien que esta alli para simplemente echarle una mano al otro. jNol, esté hablando de ser esclavos. Aun respetando el valor fundamental de la libertad, todo 118 El testimonio verdadero creyente en Jesucristo deberia confesar y vivir como un siervo sumiso a la voluntad de su Sefior; de Je- sucristo, quien nos salvé con su gracia y nos conquists pagando el precio de nuestra redencién. El os compré a precio de sangre y nos redimié de la esclavitud a Sata- nds. Y cuando alguien paga un precio es duefio de lo que compro. La Biblia es muy clara en hacer la diferencia entre el sefiorio de Cristo y su salvacidn. Nos invita a conocer y crecer en ambas dimensiones, por ejemplo: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Sefior y Sal- vador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el dia de la eternidad. Amén” (2 Pedro 3:18). Este pasaje de la Biblia pone de manifiesto la importancia de crecer en el cono- cimiento del Sefior. Nos invita a ir mas alla de unas pocas experiencias emotivas, para convertirnos en esclavos de Aquel que nos redimié de la muerte. Nota con detenimiento ahora 2 Pedro 1:10-11: Por lo cual, hermanos, tanto mds procurad hacer firme vuestra vocacién y eleccién; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamds. Porque de esta manera os serd otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Seftor y Salvador Jesucristo. En otras palabras dice: “Esfuércense mas todavia p: asegurarse del llamado de Dios que fue quien los eligi, y silo hacen, no caeran jams v se les abriran de par en par 119 EL SENOR DE LA MIES las puertas del reino eterno de nuestro Sefior y Salvador Jesucristo”. Hay un Reino que quiere abrirte sus puertas; pero si hay un reino, hay también un rey... un amo y Se- for al que te debes someter. No hay testimonio efectivo en el mundo que no proceda de una humanidad rendida al sefiorfo de Cristo. Nadie se opone a hablar del Evangelio desde la pers- pectiva de Reino; todos nos sentimos muy bien con este término, porque concede muchas bendiciones para quie- nes estan dentro, pero parece que olvidamos lo que impli- ca en su totalidad. Nos gustan las bendiciones del Reino, pero no las condiciones del Rey. Nos gusta la proteccién del Reino, la cobertura del Reino, pero olvidamos que no solo se requirié un Salvador para meternos al Reino, tam- bién hizo falta un rey para gobernarlo todo y a todos los que estén dentro. Por tanto, si estas dentro del Reino, su Rey gobierna tu vida, tu matrimonio, tu boca, tus actitu- des; y por medio de ti, extiende su gobierno y dominio en la tierra. Todo aquel que no se somete a ese Reino, no pertenece al mismo ni puede gozar de sus beneficios. La gente que escucha nuestro testimonio esta espe- rando que se puedan ver los frutos de aquello que deci- mos profesar en nuestras vidas, y de lo cual la queremos convencer. Quiere ver los frutos del sefiorfo de Cristo, porque si no hay una evidencia, le sera dificil creer. Sino ven frutos del gobierno del Rey Jesucristo en nosotros, nuestro mensaje carecera de peso y credibilidad. Yo creo en el mover del Espiritu Santo, creo en sus 120 El testimonio sefiales y creo en sus maravillas extraordinarias; los he vis- to y vivido... Si me pusiera a contarle algunas manifesta- ciones que he presenciado y experimentado, pensaria que estoy exagerando o sencillamente que estoy loco. Sin em- bargo, nada de eso puede suplantar algo que se llama “el fruto del Espiritu Santo” reflejado en el dia a dia de cada cristiano. Son los frutos de una vida que conoce y camina con el Sefior los que van a atraer y convencer a aquel que anhelamos alcanzar con el Evangelio. Aceptar el Sefiorio de Cristo en nuestra vida, trae ese fruto. Recuerdo haber lefdo acerca de un andrajoso niiio que se desplazaba con mucho trabajo por las calles nevadas de Chicago, a finales de 1800. Su determinacién se debia a que queria asistir a una clase biblica conducida por el famoso evangelista D. L. Moody. Cuando llego le pregun- taron por qué iba a una clase dominical tan lejos; que por qué no asistia a alguna congregacién mas cercana a su casa. El nifio con simpleza respondié que allf amaban a la gente y eso lo hacia recorrer toda esa distancia. Las per- sonas se quedan en lugares donde los frutos del Espiritu Santo (como el amor) se manifiestan. Quieren verlos en nuestras vidas y en nuestro diario caminar. Aceptar el sefiorfo de Cristo nos lleva a formar un testimonio de vida congruente con nuestro mensaje, con el Evangelio que predicamos... La eternidad no me alcan- zar{a para agradecer al Salvador por su obra redentora; no obstante, todos los dias le pido al Espiritu Santo que me ayude a rendirme totalmente al sefiorio de Aquel que me 121 EL SENOR DE LA MIES salvé. Mi oracién es ser cada vez mas como Cristo; solo asi podré agradarlo y compartirlo eficazmente con otros, Un arma poderosa Es irreievante cudnta “nueva onda” entre en la Iglesia. No importa cudntas nuevas estrategias les estén vendiendo a las congregaciones; la Palabra de Dios es verdadera, siem- pre vigente y es una sola. En mis viajes ministeriales por muchos lados, a menudo recibo este planteo: “jHermano! aqui es muy duro el desarrollo del Evangelio”. “Es muy distinto por estos rumbos”. Y yo pienso dentro de mi: “Yo vivo en el Bajfo Mexicano, una de las regiones menos sensibles a la predicacion del Evangelio en todo el mun- do”. Ven ti a proclamar la Palabra de Dios en esta zona. Estadisticamente, representamos menos del 1% de la po- blacién. jMenos del 1%! Lugares dificiles hay por toda la tierra, pero Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos; y yo agrego, “y por todos lados...”. La estrategia divina que funcioné con la Iglesia del primer Siglo es tan vigente y poderosa hoy como lo fue entonces. Si funcioné en época de la diaspora, en época de la persecucién, en la edad del oscurantismo de la his- toria de la Iglesia, esta misma arma funciona hoy en dia; y ademas, estd prometida para los ultimos tiempos. Entonces of una gran voz en | I cielo, que decéa: «Ahora venido la salva n, el poder y el reino de nuestro Dios El testimonio y la autoridad de su Cristo, porque ha sido expulsado el . acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios diay noche. —APOCALIPSIS 12:10 (RVR9S) ZQuién es ese acusador? Satands. EI es el adversario y esta contra nosotros. En un muy pequefio resumen, per- miteme contarte cémo termina la historia de esta bata- lla. El adversario es lanzado fuera, nuestro Sefior gana y nosotros con El, Se ha preguntado alguna vez épor qué muchos oran por los enfermos y éstos no se sanan?, por qué reprenden a los demonios y estos no se van?, ipor qué le hablan a las circunstancias gobernadas por espiri- tus inmundos, y éstas no cambian? La respuesta esta aqui; la batalla, la oracién tienen que ir acompafiadas de nues- tro testimonio, el cual es ible en el mundo material pero también habla en el mundo espiritual. Este bino- mio (oracién y testimonio) nos dard autoridad cuando abramos nuestra boca en las dimensiones espirituales y las naturales. Miralo en el versiculo 11: “Ellos lo han ven- cido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, que menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Nota que los actores son varios, “ellos”; lo cual indica que participa mas de uno. Porque suena simplista pensar: “Bueno, vino la autoridad de Cristo y claro..., El es Dios y de seguro lo iba vencer”. Pero mira que en la es cena hay mas participantes. Y también argumentarés, con justa raz6n, “Bueno, cuando hace referencia a la palabra 123 EL SENOR DE LA MIES del testimonio, también alude al mensaje de Jesucristo”. Si, es cierto, pero mira por lo que éste iba acompaniado: y no menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Predica- ban la verdad de Cristo y la endosaban con sus vidas. Era el testimonio de ellos también; dice que no escatimaron sus vidas, no se guardaron, no regatearon esfuerzos; mas bien, se jugaron la vida por su llamado. Lo arriesgaron todo, atin hasta la muerte, por lo que creian. Cuenta la historia de una mujer judfa que se habia convertido al Evangelio. El amigo que la habia guiado al Sefior le sugirié que leyera la Biblia empezando por los cuatro evangelios que inician el Nuevo Testamento. Ella lo hizo con gran agrado y se beneficié espiritualmente en gran manera; pero cuando acabé su lectura, le dijo a su amigo que ahora deseaba leer un libro sobre la historia de la Iglesia. Su amigo le pregunté el porqué de tan especial interés en esa rama de la literatura cristiana, a lo que ella replicé: “Oh, solo por curiosidad. Me he estado preguntando cudndo fue que los cristianos comenzaron a ser cada vez me- nos parecidos a Cristo”. Evidentemente, al leer los cuatro evangelios, esta mujer vio la gran brecha que separaba el testimonio de Cristo del de los actuales cristianos. Permi- teme ser repetitivo al respecto. E] mundo esta esperando que los hijos de Dios vivan lo que predican. La Biblia relata un incidente con los hijos de un tal Esceva, jefe de los sacerdotes®. Ellos quisieron echar fuera 66. Hechos 19. 124 El testimonio un demonio de un hombre posefdo; en el intento, el espi- ritu malo les replicé: “A Jestis conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, équiénes sis?” (Hechos 19:15). Satanas reco- noce a los verdaderos cristianos y a éstos no los conocia; su testimonio no era conocido en el mundo espiritual (ni mucho més en el natural). Estos muchachos eran hijos de una persona importante e influyente en la sociedad, pero no en el mundo espiritual. Eran conocidos por la gente, pero no por el reino de Dios ni el de las tinieblas. Cuenta mi padre que, en una ocasién, en los dias de sus primeros entrenamientos para el ministerio, habia un pas- tor de visita en la iglesia donde él se encontraba. Durante una reunion, ocurrid que una persona endemoniada em- pez6 a manifestarse. Este pastor, a quien no conocian bien, comenzé a yeprender al demonio diciendo “jEspiritu in- mundo, sal fuera!”. De repente, y para el asombro de todos, el demonio respondié a la reprensién diciendo: “{Inmundo yo? éY ta? ZNo andas con otra mujer que no es tu esposa? éPor qué me llamas inmundo a mi?”. El predicador, inten- tando disimular dijo: “jAh... espiritu de mentira, callal”. Lo cierto es que al corto tiempo, salié a Ja luz la doble vida que este ministro Ilevaba. jEl testimonio es un arma poderosa! Las tres medallas importantes del cristiano Siempre me llamaron la atencién los actores de la escena plasmada en Apocalipsis 17:14: “Peleardn contra el Corde- ro, y el Cordero los vencerd, porque él es Serior de senores y Rey 125 EL SENOR DE LA MiES de reyes; y los que estén con él son llamados y elegidos y fieles”. Nota que el Cordero es el que vence y su poder es el factor principal de la victoria. Ei es el Sefior de seriores y el Rey de reyes; sin embargo, habia otros con El, compartiendo el gozo del triunfo. Son los llamados, escogidos y fieles. Estos eran sus seguidores del Sefior y, figurativamente, portaban tres importantes medallas. Una decia “Soy Ila- mado por Dios”; la otra “El me ha elegido”; y en la tercera se lefa “Soy fiel”. Es claro aqui que no solo es importante ser llamado por Dios; tampoco alcanza con que El nos es- coja; es menester que permanezcamos fieles. La fidelidad esta intrinsecamente relacionada con el testimonio. El testimonio es vital a la hora de enfrentarnos al enemigo. Sabemos que en Mateo 20:16, Jestis nos dejé claro que habia muchos llamados, pero pocos escogidos; y tristemente, yo agregaria que atin menos son-los fieles. éQueremos alcanzar a nuestros seres queridos? No olvide- mos entonces la prioridad: Primero muchisima oracién, y segundo, empezar a caminar con un testimonio compati- ble con las expectativas de nuestro Sefior. Necesitamos ser cristianos verdaderos, veraces, que viven lo que predican. Matthew Henrry dijo: “No nos atrevamos a mezclar una vida mei amente humana y carnal con la fe divi- na, la corrupcién del pecado con la profesién de nues- tro cristianismo””. Por su parte, Homer Rodeheaver, el "6 Commentary on the Who! lacdonald Publishing w Henry, ISBN: 8091700621 El testimonio muy conocido compositor y director de coro, contd que cuando trabajaba junto al evangelista Billy Sunday, parti- cipé en una camparfia donde un muchacho, mentalmente retardado, asistfa cada noche a cantar en el coro. Su nom- bre era Joey. El hermano Rodeheaver dijo: “...pero faltaba a ninguna de nuestras reuniones, y no se iba sin antes estrechar mi mauo. Tanto insistia en estar cerca de . Una noche, mf que, a veces, me daba vergiienza hombre desconocido para él se le acereé y, con un ¢. apretén de manos, le expres: Qu Joey. El no esta ro agradecerle por ser tan amable con mi hijo bien de su mente, sin embargo, nun- uu o ca ha disfrutado tanto cantar en el coro. Debido insistencia, mi esposa, yo y mis otros cinco f timos a la cruzada y hemos recibido a Cristo, Anoche el abuelo de Joey, de 75 afios, que ha sido ateo toda su ‘a, fue salvo; y hoy, su abuela también paso al altar. a toda nuestra familia se lia convertido al Seftor! jAh La paciencia, el amor y la calidez humana, timonio de verdadero cristiano, una vez r ‘on conductor que Dios usé para traer a toda una familia a sus pies. Compartir el Evangelio con otros es un privilegic. Compartirlo con poder y denuedo es un don de Dios. uto Hacerlo acompafiado de un buen testimonio es un spi de la gracia y el obrar del u Santo que nos lleva a 127 EL SENOR DE LA MIES vencer al mismo Satanas. jConfia en el Dios que te salvé y te llamé! El tiene los recursos que necesitas para hacerle llegar el regalo de la salvacién a esa persona que tanto lo necesita y que tti tanto amas. Solo rindete a Ely deja que su imagen sea formada en tu vida cada dia mas, hasta alcanzar un testimonio de vencedor. 128 CAPITULO 5 informacion Vivimos en tiempos en que la misma Biblia anuncié que habria falsos profetas, los cuales engafarian a la gente, incluyendo a algunos cristianos. Este dato no es menor; por lo tanto, después de haber pasado un tiempo orando por la persona que queremos alcanzar, ademas de asegu- rarnos de que nuestro testimonio refleja a Jesucristo, es importante identificar con claridad qué y cuanta infor- macion tiene la persona a quien hemos de compartirle el Evangelio. A veces, asumimos que sabe algo que no sabe y partimos desde una base de desinformacién que confunde més a la persona e impide que el mensaje Ilegue limpio y sea efectivo. La labor de educacion 0 ensefianza del plan de salvacién, de corregir informacion que a veces es errada, es parte también del proceso de evangelismo. EL SENOR DE LA MIES Tres razones principales por las que la gente no viene a Cristo 1, Falta de informacion La gente todavia no posee el conocimiento necesario para tomar una decisién como la que le planteamos. De he- cho, aunque no lo creas, todavia hay lugares en el mundo, y en cada uno de nuestros paises, donde atin no se ha escuchado el evangelio de Jesucristo. Tal vez las personas hayan ofdo el nombre de Jestis, pero no saben ni de qué se trata. La ignorancia las esta llevando a perecer. Cele- bran el natalicio de este Jestis (Navidad), pero descono- cen la esencia y verdad de lo que celebran; utilizan el dia para dar rienda suelta a los placeres de la carne, 0 cuan- to menos, para reunirse y relajarse. Hay lugares donde el Evangelio no ha Ilegado atin, por una lamentable falta de informacién, Escuché acerca de una evangelista que predica en la television en Estados Unidos. Su programa llega a todos lados. Ella tenia diecisiete afios cuando escuché por pri- mera vez el mensaje de Jesucristo... jen Estados Unidos! Al presente, jésta es la nacién més evangelizada del pla- neta! jImaginese el resto! 2, Desinformacion La gente tiene muchos cuestionamientos y no hay quién le responda con certeza. Seguramente le han dicho: “No. no te metas ahi. Eso es una secta”, y jquién sabe cudntas 130 Informacion cosas mas! Tenemos que saber cémo trabajar con ella. El enemigo tiene muchos argumentos para desviar a las per- sonas del conocimiento de la verdad. La ignorancia es una de sus armas mas poderosas; si el logra que una persona nunca sepa del Mesias Salvador, no necesita hacer nada mas contra ella, pues seguira presa de sus engatios. 3. Mala informacion En la btisqueda de respuestas, muchos caen presa de erro- res, mala informacién, desatinos y engarios. Les han me- tido mas dudas que luz en su mente y corazon. Los han vuelto desconfiados y escépticos. Les han creado tantos prejuicios... la mala informacion ha hecho que el Evange- lio y la vida cristiana sean considerados, en muchos casos, un taba. E] diccionario en Internet Wikipedia desine el térmi- no tabti como algo que designa una conducta, actividad o costumbre prohibida, moralmente inaceptable, impuesta por una sociedad, grupo humano o religion. Es la prohibi- cién de algo natural, de contenido religioso, econémico, politico, social o cultural por una razon no justificada, basada en prejuicios infundados. Si el Evangelio es tabu, la gente huird del mismo y su riqueza permanecera fuera del alcance del ser humano. Seguin mi criterio y experiencia, éstas son las tres cau- sas rectoras del aislamiento de muchos, de su incapacidad para entrar al reino de Dios: No tienen informacién o 131 ee eee eee EL SENOR DE LA MIES estan desinformados o estén mal informados. Lo grave de esto es que su consecuencia es terrible. El hombre que se aparta del camino de la sabiduria ven- dré a parar en la comparita de los muertos, —PROVERBIOS 21:16 En otras palabras, si no hay alguien que legue y les hable del Sefior y de su gracia, si no hay quién les predi- que —no solo con una retérica sino acompajiado de un testimonio sdlido—, las personas seguiran sin informa- cién o sufriendo la desinformacién 0, ain peor, la mala informacién. Su final ser vivir lejos del Sefior, 0 sea, en muerte. Necesitan una luz que alumbre la senda correcta; que las guie a la verdad que las puede hacer ade mente libres. En el préximo apartado de este capitulo, quisiera traer luz, revelacién o informacion sobre lo peligrosas que son algunas excusas que las personas interponen cuando las invitamos a entregarse a Jesus y seguirlo. Desde su falta de informacién, a veces, toman posturas que las pueden alejar definitivamente de Dios. Informacion que derriba Pretextos La gente pone muchas excusas para evitar acercarse al Sefior. Yo quiero presentar aqui seis de ellas, que yo he escuchado en muchos lados, repetidamente. Considero 132 Informacion que cada raz6n 0 motivo que nos separa de Dios, aun- que nio lo veamos, toma ese lugar en nuestro corazon que le pertenece a El. Es decir que la excusa se convierte en nuestro dios; tiene poder sobre nuestras emociones, ocu- pa nuestros pensamientos, tiene nuestra completa lealtad y define el rumbo de nuestra vida en la tierra y... puede terminar definiendo nuestra eternidad. La ofensa: Alguien, en algun lugar, ha ofendido a esa persona y esa ofensa se ha convertido en su razon para rechazar a Dios y todo lo que tenga que ver con El. Algu- nos argumentan que la ofensa vino de la iglesia misma, o dicen haber sido heridos por algun ministro, pastor o algun vecino que profesa ser cristiano. Entonces usan ese pretexto para justificar su indiferencia y rechazo hacia el Evangelio y hacia el Creador. Lo cierto es que “el hermano ofendido resiste mas que una ciudad fortificada” (Proverbios 18:19). Cuando una persona esta ofendida, hablar con ella es como hacerlo con una pared; se mostrara resis- tente. A estas personas, primero hay que sacarlas de esa fortaleza en la que se han encerrado; hay que recordarles que la ofensa las aleja de la gracia de Dios; pues “no sea que naciendo una ratz de amargura, dejemos de alcanzar la gracia de Dios” (Hebreos 12:1 5). iQué es la gracia? La gracia es, todo lo que recibimos cuando no lo merecemos. Todos necesitamos algo que no merecemos; por lo tanto, ninguno puede permi' el lujo de no perdonar la ofensa. Yo siempre les digo a EL SENOR DE LA MIES los ofendidos: “Tal vez tienes razon de haberte ofendido, porque seguramente te dafiaron; pero si sigues con esa ofensa, la gracia de Dios y todo lo que viene por ella se va detener, y no vas a recibir los favores inmerecidos de parte del Sefior. Yo no sé en cuanto a ti, pero yo vivo de pura gracia, recibo bendiciones que no merezco. Cuando veo que la gracia se detiene de repente, me examino yme pregunto: ¢Qué pasé? ¢Por qué se detuvo la bendicion? Con quién estoy enojado? ¢A quién debo perdonar?” Esta es una realidad patética. Las personas te cuen- tan lo que les han hécho y te dan ganas de agarrar al agresor y hacer justicia por mano propia. No obstante, estamos enfrentados ante una realidad que no podemos ignorar 0 soslayar, y es que el ofendido esta encerrado en las prisiones de la ofensa y ésta limita las bendiciones de la gracia en su vida, Es una trampa perfecta y, por eso, tan peligrosa. La hipocresia: Yo digo que la iglesia sf esta llena de hipdcritas, y no solo hipécritas, también hay chismosos, ladrones, adulteros. jHay de todo! Estan en la iglesia, por- que necesitan de Dios y estan buscando un cambio; pero mientras ese cambio llega, eso es lo que son y lo que te encontraras. Cuando vas a una pizzeria éa qué huele? Ob- viamente a pizzas. Cuando vas a una farmacia éa qué hue- le? Logicamente a medicamentos. Cuando vas a la iglesia, seguro que va a oler a gente pecadora. Nadie es perfec- to de la noche a la majiana; el cambio en el cristiano es 134 Informacion progresivo y va area por area de su vida. Sin embargo, per- miteme aclararte que, por cada Judas que encuentre en la iglesia, hallaras otros once discfpulos que aman al Sefior de todo coraz6n y caminan en integridad; que ademas te aman a ti y estan dispuestos a bendecirte. La falsedad: Mucha gente se queja de que en el Cris- tianismo hay cosas que no son reales, y usan esto como excusa para no aceptar el Evangelio. Pero para que haya algo falso, tiene que haber algo verdadero, sino no, no existirfa la imitacién. Si hay algo falso quiere decir que hay algo verdadero; no vayas por lo falso, busca lo verda- dero. Supén que tienes varios billetes en el bolsillo y uno es falso ¢Tomarias los otros diez billetes y los desecharias junto con el falso? Td no harias eso. Seguramente aprove- charfas los genuinos. Yo no dudo ni niego que haya cosas cuestionables y poco veraces en la liturgia y desarrollo de los servicios o reuniones de las diferentes iglesias; la carne es carne... Pero si hay algo falaz, es porque ha estado imi- tando algo que es verdadero, y eso verdadero es la que vale la pena encontrar. La excusa de la falsedad no cae alejar ala gente de Dios, sino llevarla a buscar lo verdadero. El apego al propio pecado: De hecho, éste es uno de los pretextos que mas escucho; por encima de todos los anteriores. La gente dice: “Oye hermano, yo vivo en pecado, yo ando mal. Y si voy a la iglesia, voy a cence dejar este estilo de vida y no creo que pueda”. La realidad EL SENOR DE LA MIES €s que aman su pecado; les gusta hacer lo que hacen. Hay personas muy honestas que no tienen reparo en aceptar esta realidad; de hecho, la presentan asi, crudamente. Es casi la misma actitud que tuvo Faraén cuando Moisés le ofrecié quitar las ranas de la segunda plaga, de en me- dio de los egipcios, a través de la oracién. Exodo 8:1- 10 describe esta insdlita historia. Ante el ofrecimiento de Moisés, el Faradn respondié: Mariana (v. 10). O sea que el monarca anhelaba pasar un dia mas con sus ranas. Apocalipsis 16:13 afirma que las ranas son una tipologia de espiritus inmundos. Aunque parezca dificil de creer, muchos escogen convivir con el pecado y los demonios que lo sustentan, antes que aceptar la gracia que puede hacerlos libres. Lo triste es que las ranas (demonios) con las que conviven, tarde que temprano, les van a pasar la factura. Van a afectar sus vidas, sus familias, su salud, por- que no hay demonio que no sea destructor y que no esté buscando terminar con la vida del ser humano —la vida natural y la espiritual—. Entonces, seguramente, buscaran. la ayuda del Sefior, cuando, muchas veces, las consecuen- cias ya sean permanentes. Piensa en cudntos estan yaen esa condicién. {Qué Dios tenga misericordia de ellos! A este tipo de personas, yo intento hacerla tomar consciencia de la consecuencia de su pecado; de lo des- tructivo que es. Oro mucho para que el Sefior alumbre su entendimiento y, como el hijo prodigo, vuelvan en sf y se arrepientan. Oro para que dejen de convivir con los puercos y salgan al encuentro del Padre de misericordia. Informacion A ellos les muestro el contraste evidente de la abundancia de la casa del Padre con la vida en el chiquero. Ademas, les enserio que no es necesario ser o sentirse bueno para llegar a Dios; més bien, es necesario llegar a El primero para ser; que por medio de su poder nos transforme y nos ayude a cambiar. “Yo soy bueno; no le hago mal a nadie”: Hay gen- te que realmente cree que no hay pecado en ella porque no roba o no mata. Es mas, esta orgullosa de su inte- gridad. Debo confesar que conozco a muchos eau: que tienen una integridad moral mucho mas encomiable que gran cantidad de cristianos. Pero ése no es 7 punto, porque si fuera por bondad o por obras, épara qué enton- ces habria hecho Cristo semejante sacrificio en la cruz? éPara qué habria vencido a Satanas y le habria quitado las Ilaves de la muerte y el Hades? El desafio con esta gente es hacerle entender que su bondad solo es admirada aqui en la tierra, pues del otro lado de la eternidad no a va- lor alguno. Ante la perfeccién y santidad de Dios, “todas nuestras justicias como trapo de inmundicia” (Isaias 64:6), porque la justificacién viene por la obra de Cristo, no por la nuestra. ; Cuando alguien se muestra resistente al Evangelio, poniendo por delante el escudo de su bondad, yo le doy crédito por su buena vida; es mas, le agradezco por ser tan buena persona, pero le informo lo siguiente: “Solo te falta extender esta bondad a Ja eternidad pues, delante de 137 EL SENOR DE LA MIES Dios, no hay justo ni aun uno. {Por qué no te acercas a Jestis? Ya has sido bendecido con buenos principios y va- lores, con una buena consciencia, con una formacion que te ha hecho un ciudadano ejemplar; solo te falta Cristo en el coraz6n”. Si no sacamos a la gente de su ignorancia o falta de informacién, se perder por la eternidad y lle- gar ante Dios con excusas que no se sostendran ante la justicia divina. El enojo contra Dios: Esta es otra fuerte excusa, se- guramente originada por vivencias duras que no pueden explicarse por las que la gente culpa, directa o indirecta- mente a Dios. Algunos tal vez han perdido un ser muy querido, otros fueron victimas de abusos en su nifiez, u otras razones. Me ha tocado la desagradable experiencia de escuchar a gente insultar sin escripulos a Dios. Tam- bién en esos casos, lo que la persona esta haciendo, quiza inconscientemente, es buscar razones para no rendirse; por eso, hace planteos como, por ejemplo, que un Dios tan bueno no debiera permitir tal o cual tragedia. A esta gente, yo trato de informarle lo siguiente: “No te mueras con el desproposito de odiar a alguien que no conoces. No vivas con ese misterio. ¢Por qué no conoces a Aquel que tanto desprecias? Al menos para que te expli- que por qué permitié que te sucediera lo que te sucedid. No hay nada més frustrante que pasar toda una vida con 68. Romanos 3:10. 138 Informacion un misterio sin resolver, sin saber por qué te ocurrié tal 0 cual cosa”. Siempre aliento a esta gente diciendo: “No lo insultes, }Constltalo primero!”. Hemos visto tres razones por las que muchos no se entregan al Sefior; y ademéas nos detuvimos a repasar seis excusas que la gente antepone como pretexto para recha- zar el Evangelio. Definitivamente, hay mucho trabajo que hacer, ademas de orar y tener un buen testimonio. Tene- mos una gran labor en la parte de informar y deshacer las razones y excusas de la gente en su camino a la salvacion. Por eso, ahora, quiero entregarte cuatro acciones concre- tas para ser efectivos en el evangelismo. Cuatro acciones concretas Las siguientes cuatro acciones concretas inciden en nues- tra actitud y son las que deben acompafiar los pasos que damos, a la hora de compartir a Jestis con la gente, y lidiar con el escepticismo o las excusas que ésta nos antepone. He hallado que, a veces, los cristianos supeditamos nues- tra amistad a la decision de la persona de venir al Sefior o no. Si ésta no da el paso de entregarse a Jestis, la apar- tamos, la discriminamos 0 ignoramos; nos deja de “im- portar”. Esto no debe ser asf... Antes que nada, debemos amar a la gente; ser su amigo antes de ser su hermano. Las cuatro acciones que intento transmitirte son: 139

También podría gustarte